Enemigos Siniestros
Chapter 2: Advenimiento
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"Advenimiento"
Desde hace más de veinte años que Equestria estaba pasando por uno de sus peores momentos en su historia, de todas partes del Reino llegaban informes de desapariciones de todo tipo de ponis pero en su mayoría eran sobre unicornios, se reportaban que los pueblos granjeros cada vez producían menos alimentos ya que los árboles de frutas y las verduras que se cultivaban eran víctimas de extrañas enfermedades que las volvían venenosas o simplemente incomibles, los animales mostraban comportamientos cada vez más agresivos y salvajes, por no decir que lo más alarmante era también el número creciente de homicidios que había azotado a cada una de las ciudades equestres. Las princesas de Equestria siempre se mostraban con una actitud de desafío ante esta adversidad afirmando que todo esto era obra de la reina Chrysalis y una vez que se fuese capturada conociera el poder de la justicia.
Celestia sin embargo era la única princesa que opinaba que todo el mal que azotaba a su querida nación no era causada por un enemigo común, tenía el presentimiento de que esto era causado por una extraña fuerza llena de oscuridad y maldad cómo ninguna otra fuerza que Equestria hubiera visto nunca.
El tiempo siguió su curso y cuándo llegó el otoño Celestia tuvo que convocar a las princesas a Canterlot, ya que había que tratar un asunto de máxima urgencia.
- Luna, Cadence y Twilight, me alegra verlas a todas.
- ¿Cómo estás Celestia? – le preguntó cariñosamente Cadence.
- Hermana, me alegro volver a verte.
- ¡Princesa Celestia! – Respondió Twilight y corrió a abrazar a su mentora – Que bueno es verlas a todas.
- Me alegro que todas estén bien, ya habrá momento para hablar de temas más personales, tomen asiento por favor.
Las princesas se miraron con preocupación ya que Celestia sólo tomaba esa actitud cuándo algo muy malo podía llegar a ocurrir.
- Princesas de Equestria, las he convocado en este consejo debido a un tema de máxima urgencia, me temo que la escasa producción de comida en este año ha llegado a niveles críticos, no podremos alimentar a toda la población de Equestria en invierno.
- ¿Qué? – Respondieron las tres princesas al unísono.
- Ya lo oyeron, pero no desesperen espero que juntas podamos solucionarlo, Cadence ¿crees poder suministrarnos bayas del Imperio de Cristal?
- Desde luego, la producción ha sido muy eficiente, podré suministrarte varias toneladas que estaré enviando mediante el expreso de cristal.
- Gracias Cadence, Luna ¿Qué tal van las relaciones con los yaks? ¿Crees que quieran comerciar su comida con nosotros?
- Será difícil, pero no te preocupes hermana buscaré la forma de cerrar un tratado para poder comerciar alimentos y hablaré también con los grifos.
- Princesa Twilight, en Ponyville se encuentra Sweet Apple Acres ¿verdad?
- Correcto princesa.
- ¿La producción de manzanas no se ha visto afectada?
- Lo lamento princesa, pero en este año más de la mitad de los manzanos de la granja Apple murieron o empezaron a producir manzanas infectadas, además por primera vez en la historia de Ponyville no llegó la temporada de sidra, ni la de Zapamanzanas. Apenas podemos alimentar a Ponyville y Sugar Cake Corner no puede aumentar su producción, de hecho creo que nuestra reserva de alimentos apenas podrá sustentarnos este invierno si dividimos las raciones a la mitad.
- Son terribles noticias Twilight, pero no te preocupes no dejaré que Ponyville ni ningún pueblo de Equestria pase hambre este invierno, he destinado fondos para la producción de alimentos enlatados en Canterlot pero aun así no sería suficiente para alimentar a mi nación, por eso les he pedido ayuda.
- Tranquila Celestia – la consoló Cadence – Te aseguro que no pasará a mayores.
- Bueno hermana, me retiro si queremos firmar esos tratados con los yaks y grifos antes de que lleguen las nevadas debo partir ahora ya que Yakyakiztán no está cerca y mucho menos Griffinstone.
- Con cuidado Luna – Tras despedirse, Luna salió del salón.
- Y ¿dónde está Flurry Heart?
- Se quedó en el Imperio de Cristal, con su padre vigilando las fronteras necesitaba de alguien que estuviera al mando mientras estoy aquí.
- Debiste traerla Cadence, ya es tiempo de que empiece a involucrarse en los asuntos reales.
- Muy bien, haré que Sunburst suspenda sus clases de magia con ella y comenzaré a inculcarla en los deberes de una princesa.
- Muy bien Cadence, ahora si quieres quedarte en el castillo esta noche puedo ordenar que te preparen una habitación.
- Muchas gracias te lo agradezco, iré a decirles a mis guardias que partiremos mañana – Diciendo esto salió también del salón.
- Lamento no poder ayudar en esto princesa – le respondió Twilight muy dolida una vez se hubieran quedado solas ella y Celestia.
- Esto no es tu culpa Twilight.
- Claro que no, es culpa de Chrysalis, quiere dejarnos débiles para poder invadirnos.
- No lo sabemos, así que no saquemos conclusiones, escucha Twilight voy a necesitar que me hagas un favor.
- Será un honor princesa.
- Necesito que envíes a Starlight y a Trixie al reino Changling a hablar con Thorax, pídanle suministros y que los envíen a Canterlot. Y Twilight ¿Cómo van tus investigaciones para encontrar el antídoto para nuestras fuentes de comida?
- Van demasiado lentas, he intentado docenas de hechizos pero ninguno da resultado y cada vez que consigo un avance, lo que sea que haya contaminado las plantas muta haciéndolo aún más letal.
- De acurdo Twilight espero que tus amigas puedan seguir ayudándote.
- Gracias princesa, volveré a Ponyville esta noche pero antes voy a visitar a mis padres. Debo seguir atendiendo los casos de ataques de animales salvajes del Bosque Everfree.
- Creía que la magia del Árbol de la Armonía los mantenía bajo control.
- Parece que ya no princesa el último ataque se cobró la vida de una potrilla, así que no puedo bajar la guardia, regresaré en una semana para entregarle un reporte de mi investigación.
- De acuerdo princesa, le asignaré unos escoltas para su regreso a Ponyville.
- Descuide iré en tren.
- ¿Estás segura?
- Totalmente princesa, no debe preocuparse por mí.
- Muy bien con cuidado
Ambas alicornios se dieron un gran abrazo, era evidente que a pesar de todas estas adversidades aún existía la suficiente cantidad de esperanza en Equestria de que todo se solucionaría. Por desgracia ninguna de las dos pudo ver a una rata de ojos rojos que había estado espiando toda la conversación.
El roedor que era un poco más grande para una rata común, se metió por un agujero y se escabulló por varios recovecos y túneles por debajo de Canterlot hasta llegar a un túnel excesivamente grande, iluminado por antorchas y en estos túneles hechos de madera y muy mal trabajados corrían en tropel cientos de miles de ratas pero no ratas ordinarias, estas eran mucho más grandes y estaban embutidas en armaduras oxidadas y lanzaban terribles chillidos mientras corrían a toda velocidad al parecer a una zona en especial.
Varios kilómetros adelante, en un valle subterráneo que habían lleno de rocas las cuáles habían sido talladas para aparentar a una rata gigante con cuernos se encontraba una enorme multitud de Skavens rodeando el centro del valle en dónde dos de ellos resaltaban, uno tenía una mano mecánica, mientras que el otro estaba embutido en una armadura roja cuyo casco tenía cómo trofeo una cabeza empalada de un poni terrestre. El Skaven de la mano mecánica se levantó y tomó un báculo que tenía a su lado y golpeó el suelo tres veces calmando a la enorme masa reunida y con una voz chillona pero que sin duda terrorífica habló.
- ¡Hijos del Nuevo Imperio Subterráneo! ¡La espera muy pronto terminará! ¡Durante veinte años, hemos estado ocultos, haciéndonos fuertes y afectando a esos ponis destruyéndolos desde el interior! ¡En unos meses, la superficie se verá azotada por una guerra! ¡Una guerra que sin duda será ganada! ¡El enemigo es débil! ¡No son rivales! ¡Nunca creerán el terrible cataclismo que se avecina! ¡Ahora nuestra gran Rata quiere ser alimentada y nosotros la vamos a satisfacer!
Al terminar el discurso una enorme hoguera se encendió detrás suyo revelando un horrible tótem hecho con huesos y piel de poni asemejando a la rata tallada en las rocas y los Skaven comenzaron a chillar en señal de regocijo al ver a varios carceleros que sacaban a latigazos a una docena ponis de un túnel, todos estaban cubiertos de cortes, marcas de tortura y sobre todo de golpes. Los ponis fueron llevados ante Ikit Claw quién sólo veía a sus pobres víctimas con asco y una terrible expresión de maldad en sus ojos. Los carceleros tras propinarles algunos latigazos más los arrodillaron ante él, los ponis estaban temblando de miedo y algunos estaban casi al borde de las lágrimas.
- Estos doce prisioneros trataron de huir anoche, pero la Guardia Carmesí de Queek logró detenerlos, cómo todos en este lugar saben – Ikit levantó una garra y los carceleros se pusieron detrás de los ponis – Cuándo un esclavo se fuga ya no sirve para nada – Los carceleros sacaron unas dagas deformes y las alzaron sobre sus rehenes – Y cuándo un esclavo no sirve para nada entonces es alimento para nosotros y para la Gran Rata Cornuda – Ikit bajó su garra y con ella las doce dagas se hundieron en los cuellos de los ponis.
La enorme cantidad de sangre derramada tiñó de rojo el altar y después los carceleros arrojaron los cadáveres al suelo, docenas de Skaven se abalanzaron sobre ellos y comenzaron a devorar los cuerpos cómo si se tratasen de animales.
Ikit veía a los Skavens con orgullo y entonces dio una suave cabeceada, se escucharon sonidos atronadores y los Skaven que estaban en el frenesí alimenticio habían muerto acribillados por sus propios compañeros.
- Les dije que serían nuestro alimento, pero primero debían esperar a que la Gran Rata aceptara la ofrenda ahora le ofreceremos a estos idiotas. Vuelvan a sus madrigueras, nos reuniremos para atacar la superficie cuándo pasen las nevadas.
Así los Skaven volvieron entrar en sus túneles mientras Ikit y Queek se quedaban solos en medio del altar y la carnicería que estaba a sus pies.
- Ikit, tenemos la información necesaria para atacar a nuestros enemigos, ¿Por qué no de una vez?
- Sé que hemos esperado mucho pero recuerda que si Lord Skimanx no hubiera tratado de derrocarnos habríamos atacado hace años. Esa guerra civil nos costó muchas vidas, pero creo que Skimanx no volverá darnos problemas ¿Cierto?
- Sí, pero me arrepentí de tomar su cabeza como trofeo, apenas lo había decapitado y estaba emanando un olor sumamente desagradable. Pero Blistrox es más leal, él no nos fallará o mi degolladora le dará su merecido.
- Bien, ¡Ahh Snikch! ¿Crees que el clan Rictus está a tu altura?
Un Skaven ataviado en una capa oscura cuyos ojos de color rojo rubí se reveló saliendo del techo y cayendo con una agilidad sorprendente se postró ante Ikit.
- Mi señor le agradezco por conferirme a los Skaven del clan Rictus, a pesar de que Kratch hizo un buen trabajo entrenando a sus guerreros en capturar enemigos, sus asesinos no están al nivel del clan Eshin, pero sé que si puedo mostrarles lo que aprendí con los míos podremos desestabilizar al gobierno de Equestria en una noche.
- Así se habla Snikch, pero dime una cosa ¿Que noticias traen tus espías de Canterlot?
- Mi señor, puedo decirle que las princesas están resintiendo la falta de alimentos, muchas de sus ciudades no tienen reservas de comida suficiente para aguantar en el invierno. Pero esta misma tarde la líder alicornio llamada Celestia las convocó a un consejo en dónde su hermana llamada Luna buscará firmar tratados con los Yaks y los Grifos para comerciar comida y otra de las princesas llamada Cadence suministrará comida desde un tal Imperio de Cristal. Además parece que una de las princesas enviará emisarias a buscar ese tal Thorax.
- De acuerdo Snikch, la Gran Rata Cornuda está orgullosa de ti, ahora necesito que vayas hacia los túneles de Arabia Equina y contactes con Blistrox para que comience a lanzar sus plagas contra los ponis de esas tierras. Después reúne a un grupo de avanzada para explorar el Norte, debemos encontrar las tierras de los Yaks y el Imperio de Cristal, hay que corromperlos y dile a tus mejores acechantes nocturnos que vigilen las vías de tren que conectan a Canterlot y ataquen a todos los trenes que lleven alimentos, ¡Sin prisioneros, ni testigos! – Exclamó Ikit lleno de ira.
Snikch asintió y salió del reciento escondiéndose en la misma oscuridad de dónde había salido.
- Queek, ¿quieres acción?
- Sabes perfectamente bien que vivo para la guerra.
- Entonces dile a tu Guardia Carmesí que tome sus armas y pula sus armaduras, es hora de convertir la colmena de los simuladores en el nuevo Pozo Infernal, usa todas las armas y medios necesarios para conseguirlo.
- Será un placer Ikit.
Queek se guardó su temible espada y lanzó un chillido que se pudo oír perfectamente el eco a través de los túneles, a su señal se escucharon los gritos de cientos de Alimañas que pertenecían a tan terrible regimiento que había asesinado a miles de enanos y goblins en el Viejo Mundo y ahora volvería a bañarse en sangre.
Las sombras de las tropas de Queek so movían apresuradamente tomando posiciones sólo a la espera de que su amo les diera la orden.
- Sólo un último detalle Queek – Le dijo Ikit antes de que Queek saliese de su vista – Quiero a Thorax vivo, recuerda que si queremos ganar esta guerra necesitaremos los vientos de la magia y él será la clave para crearlos. Haz lo que quieras con los queden con vida si es que dejas alguno vivo.
- Considéralo hecho Ikit – le contestó Queek con una tétrica sonrisa en su rostro.