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Dusk Shine en busca de la Felicidad

by BigSnusnu

Chapter 15: Una noche que nunca acaba

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Capítulo 15 – Una noche que nunca acaba

El sol se había ocultado completamente, dando paso a la esperada noche de la celebración, y mientras eso ocurría, el pequeño grupo formado por cinco yeguas y un potro había terminado de recorrer el camino que los llevaba hacia la biblioteca. Aquel trayecto, desde Sugarcube Corner a Golden Oak, no era muy largo, por lo que luego de una rápida caminata en la que destacaron las miradas inquietas entre las cinco yeguas amigas y la mirada confundida de Dusk, finalmente los seis ponies llegaron a su destino.

Una vez Dusk se acercó a la puerta de la biblioteca, él fue obstaculizado por las cinco yeguas, quienes para su sorpresa rápidamente se interpusieron entre él y la puerta.

"No tan rápido." Dijo Applejack deteniéndolo con una mirada decidida.

"¿Qué sucede?" Preguntó Dusk confundido.

"Bueno…" Respondió Applejack nerviosa, mirando a sus amigas para que alguien la ayudara a responder.

"¡Oh, mira! ¡La luna! ¡Ya salió la luna!" Dijo Pinkie Pie exaltada, apuntando hacia atrás de Dusk.

Entonces Dusk se giró y vio la luna, la cual en su opinión estaba más grande y brillante que otras veces, pero aparte de eso no tenía nada de especial, por lo que no entendió por qué Pinkie Pie había estado tan emocionada.

"Sí, es la luna, que tiene de-" Dijo Dusk, volteándose nuevamente para responderle a Pinkie Pie, mas paró de hablar al ver que ni ella ni las otras cuatro yeguas estaban allí.

Dusk miró hacia todos lados, algo sorprendido por el repentino acto de desaparición que habían efectuado las yeguas sin que él se diera cuenta. Finalmente Dusk suspiró, pensando en lo aliviado que debía estar por no tener que estar rodeado de aquellas cinco yeguas que por alguna razón siempre lo llevaban a meterse en algún problema, pero sintiendo al mismo tiempo que su corazón se apretaba un poco al ver que ellas se habían ido tan repentinamente.

Entonces Dusk se acercó hasta la puerta de la biblioteca, la abrió y entró al oscuro salón.

"¡FELIZ FIESTA DE BIENVENIDA!" Gritaron repentinamente un montón de ponies, que estaban dentro de la biblioteca y que antes que Dusk iluminara su cuerno, habían iluminado el salón y habían salido gritando alegremente y lanzando confeti.

Dusk dio un pequeño salto ante la enorme sorpresa, sorprendido y asustado, tanto así que por acto reflejo casi se teletransporta lejos de allí. Le tomó algunos segundos tranquilizarse, pero no dejó de estar tenso, él miraba hacia todas partes, viendo los rostros de un montón de ponies que no conocía ni había visto, todos sonrientes mirándolo y acercándose hasta él. Dusk no entendía quiénes eran ni qué hacían allí.

La ansiedad de estar rodeado por una multitud de ponies que no conocía y de ser el centro de atención lo estaba poniendo extremadamente nervioso, y no lo permitía salir del estado de alerta en el que estaba.

"Tranquilos, denle algo de espacio." Dijo desde abajo una voz familiar, para alivio de Dusk, la voz de su hermano Spike. "Si no lo hacen quizás él haga explotar el salón." Terminó de hablar Spike, riéndose y acercándose hasta su hermano.

"¿Q-Qué es todo esto?" Preguntó Dusk apenas saliendo del estado de shock.

"Pues es tu fiesta de bienvenida, ¿Qué no escuchaste?" Dijo Rainbow Dash, quien también se había aproximado, junto a sus otras cuatro amigas.

En cuanto Dusk vio que cerca de él estaban las cinco yeguas, sus músculos finalmente dejaron de estar tensos. Ver en aquel mar de ponies desconocidos los rostros de aquellas yeguas con las que ya estaba familiarizado tranquilizó su corazón, mas aquello no duró mucho, ya que de inmediato su mente le recordó que él seguía rodeado de otros ponies desconocidos, por lo que su mente volvió a agitarse, volviendo a trabajando velozmente para tratar de entender todo antes de perder el control de la situación y salir huyendo ante la ansiedad social que sufría.

"P-Pero pensé que la pre-fiesta que tuvimos en la pastelería era para celebrar mi bienvenida." Dijo Dusk nervioso, mirando a Pinkie Pie.

"Claro que no, te dije que esa era para celebrar la despedida de mi 'yo enferma'." Respondió Pinkie Pie sonriendo. "Las fiestas de bienvenida son mucho más importantes, ¡Y mucho más grandes!"

Dusk miró a su alrededor, el salón estaba totalmente adornado, los estantes con los libros tenían serpentinas y globos pegados a ellos, también habían globos flotando en el techo, además de varias mesas que tenían distintos pasteles, bocadillos y refrescos, en pocas palabras ¡La biblioteca era un desastre! Algo que por supuesto horrorizaría a Dusk, sin embargo su mente seguía fija en los ponies, docenas de ellos que lo rodeaban y lo miraban.

"¿Quiénes son todos ellos?" Preguntó Dusk nervioso, apuntando con su vista a los demás ponies.

"¿Huh?" Preguntó Pinkie Pie confundida, mirando hacia atrás a los demás ponies y luego viendo de nuevo a Dusk. "¡Oh! Ellos son la mayoría de los ponies del pueblo, te dije que haríamos la fiesta de víspera aquí, así que pensé invitarlos a todos un poco antes para aprovechar la ocasión y celebrar al mismo tiempo tu fiesta de bienvenida, ¡Así podrás hacer muchos amigos!"

Entonces todos los ponies que escucharon las palabras de Pinkie Pie sonrieron y comenzaron a acercarse más a Dusk.

"¡NO!" Gritó Dusk repentinamente, cerrando los ojos y gritando con miedo. Aquello hizo que todos se asustaran y miraran confundido a Dusk.

Al instante Dusk abrió los ojos y se dio cuenta que había asustado a todos con su grito.

"Yo… lo siento…" Se disculpó Dusk, mirando a todos, en especial a las cinco yeguas, que lo miraban con cara de preocupación. "Es… es solo que estoy muy cansado… Ayer no dormí en toda la noche, creo que estoy agotado. Lo siento, pero voy a descansar un rato."

En seguida Dusk evitó las miradas de todos y caminó rápidamente hacia la escalera de la biblioteca y subió hacia su habitación.

En tanto los ponies del salón, que aún estaban sorprendidos por el grito de Dusk, comenzaron a murmurar entre ellos, todos confundidos por la extraña actitud del unicornio morado.

"Spike… ¿Es cierto lo que dijo Dusk? ¿Él solo está cansado?" Preguntó Applejack mirando con preocupación al dragón.

"Sí… es cierto que él no durmió ayer y debe estar cansado." Respondió Spike tristemente mirando hacia las escaleras. "Pero no creo que ese sea el problema…"

En tanto, Dusk había subido rápidamente a la habitación y cerrado la puerta tras de él aún más rápido, entonces se apoyó en la puerta y dio un gran suspiro. Él se sentía tan avergonzado por haber gritado de esa forma frente a todos, no fue algo que él quisiera, ¡fue puramente instintivo!, en cuanto Pinkie Pie dijo que los ponies que estaban allí estaban para conocerlo a él y volverse sus amigos, mientras todos lo miraban y se acercaban a él, Dusk solo pudo gritar de miedo.

"Los amigos no se hacen tan fácil, yo… yo no vine a buscar amigos, yo… yo no necesito amigos…" Se dijo a sí mismo Dusk, nuevamente recordando su pasado y pensando tristemente en la fallida amistad que él había tenido con un pony de su pasado.

Luego Dusk se puso un casco en la cabeza y sintió su sudor, él aún estaba nervioso, aquella ansiedad social le pasaba siempre que estaba rodeado por ponies desconocidos mientras él era el centro de atención, ponies que podían hablar mal de él, ponies que podían burlarse de él, ponies que podían traicionarlo, ponies que no eran sus amigos… Dusk sintió un escalofrió solo de recordarse a él estando rodeado por todos esos ponies, sin embargo en cuanto lo hizo se percató de un detalle.

"Yo… ¿Por qué no me sentí así cuando estuve rodeado por las chicas?" Se preguntó Dusk, pensando en voz alta. "De hecho… me sentí reconfortado cuando las vi…"

Dusk tenía que admitir que por alguna razón aquellas yeguas lo hacían sentir bien, él había pasado por varias cosas con ellas, y aunque en un inicio él había estado receloso de estar con cada una de ellas, ahora se daba cuenta que si no se hubiera visto obligado a socializar con ellas, él no habría descubierto lo buenas ponies que eran ni sus grandes virtudes. Todo eso le sirvió de contraste a Dusk para darse cuenta que quizás conocer ponies nuevos no era el fin del mundo, de hecho era probable que en todo ese grupo de ponies que estaba en el salón, habrían más ponies con buenas intenciones y amables personalidades, tal como tenían las cinco yeguas que él ya conocía.

"Es cierto…" Dijo Dusk en voz alta luego de pensar todo aquello y recordar otro gran detalle. "Yo aún no les pregunto si ellas quieren ser mis amigas…"

En cuanto Dusk dijo esas palabras, comenzó a aparecer nuevamente el mal recuerdo que lo perseguía siempre que mencionaba la palabra 'amigos': la sombra de una potrilla que lo miraba con odio, sin embargo esta vez Dusk agitó su cabeza para que ese recuerdo no volviera a aparecer.

"¡No! Yo debo hacerlo, es lo que la princesa me pidió, y yo… ¡Yo también lo quiero así!" Se dijo a sí mismo Dusk casi en un grito, logrando por primera vez en mucho tiempo, alejar completamente aquel mal recuerdo.

Luego de alejar aquel recuerdo, Dusk respiró agitadamente y lentamente comenzó a sonreír mientras su corazón se llenaba de dicha ante la revelación que acababa de tener.

"Es cierto, ¡Yo quiero ser su amigo!" Dijo Dusk, levantando su cabeza y sonriendo alegremente.

Dusk se quedó sonriendo un rato hasta que sedió cuenta de lo que tenía que hacer, entonces tocó la perilla de la puerta y se dispuso a abrirla para bajar al salón y reunirse nuevamente con las cinco yeguas, sin embargo en cuanto lo hizo se sonrojó de vergüenza al darse cuenta de que todas debían de seguir muy confundidas luego de haberlo visto gritar de la forma que lo hizo, así que Dusk soltó la perilla y solo suspiró.

"Sería muy vergonzoso bajar de inmediato luego de aquel espectáculo, creo que esperaré un momento." Se dijo a sí mismo Dusk con una sonrisa apenada, dándose la vuelta para avanzar por la habitación.

El joven unicornio se quedó observando la habitación, ya que a diferencia de Spike, él no había visto aún ese lugar. En la habitación había una cama y un escritorio, pero lo que más le llamó la atención a Dusk fue que incluso allí, al igual que en todo el salón central, habían escaparates y repisas para poner libros, los cuales ya estaba ordenados allí, tal parecía que Spike había logrado ordenar todos los libros antes incluso que Pinkie Pie hubiera llegado para adornar la fiesta.

Dusk se acercó hasta los estantes y le dio una mirada a los títulos de los libros, después de todo si iba a esperar en aquella habitación, no había mejor manera de pasar el tiempo que leyendo, y quizás Spike hubiera dejado el libro que le había quitado aquella mañana en esos estantes. Sin embargo por más que buscó, Dusk no pudo encontrar el libro que quería, incluso más, parecía como si Spike se hubiera adelantado a lo que haría Dusk, y todos los libros que estaban en la habitación pertenecían a la sección infantil, libros como hechizos básicos para unicornios, libros para aprender a leer y escribir, o cuentos para potrillos, por lo que Dusk finalmente se dio por vencido y solo se dirigió a la cama para sentarse un rato. En cuanto lo hizo no pudo evitar sentir lo suave y cómoda que era la cama, así que estiró su cabeza para atrás y la dejo caer en la almohada.

"Qué extraño…" Dijo Dusk incómodo al apoyar su cabeza y sentir que a diferencia del colchón, la almohada era muy incómoda y dura.

Entonces Dusk se levantó y levantó la almohada.

El unicornio no pudo evitar sorprenderse al ver que bajo esta estaba el libro que precisamente había estado buscando.

"Heh, chico listo." Sonrió Dusk al darse cuenta que Spike había escondido el libro en un buen escondite, aunque para mala suerte del dragón, Dusk lo había podido encontrar gracias a la suerte.

En seguida Dusk volvió a acostarse, iluminó su cuerno y con el libro entre sus cascos comenzó a leerlo, específicamente la sección que hablaba sobre los elementos de la armonía. Dusk leyó las pocas páginas que hablaban sobre esos elementos mágicos una y otra vez, tal como lo había hecho aquella mañana, creyendo que de verdad podría encontrar algún significado oculto tras sus párrafos, sin embargo todo era un laberinto sin salida, el libro solo mencionaba seis objetos mágicos y a una tal Nightmare Moon, pero nada más. A Dusk le molestaba que hubiera tan poca información acerca de eso, por lo mismo, aunque Dusk varias veces quiso continuar leyendo el libro sobre otros objetos mágicos, siempre volvía a la sección de los 'elementos de la armonía'.

"Nightmare Moon… Sé que he escuchado ese nombre antes…" Dijo Dusk pensando en voz alta, mientras que sus ojos se iban cerrando poco a poco sin que se diera cuenta.

Finalmente todos los factores se habían reunido: la falta de sueño, el cansancio por el agitado día que había pasado corriendo de un lado a otro, y la cómoda cama; todo esto hizo que finalmente el sueño alcanzara a Dusk, haciendo que el joven unicornio cayera dormido mientras seguía sosteniendo el libro y murmuraba una última palabra: 'Nightmare Moon…'

Y así cayó dormido Dusk Shine, sin saber lo que le depararía el futuro de aquella noche, mientras su mente inconscientemente encontraba la respuesta a aquella duda que lo molestaba en su pasado, en un lejano recuerdo de su infancia…


'Flashback de Dusk Shine.'

El joven Dusk corría alegremente por los pasillos del castillo, no hace mucho había sido seleccionado y recomendado para entrar en la más prestigiosa escuela de magia de Canterlot, incluso él había sido escogido personalmente por la mismísima princesa Celestia para recibir algunas lecciones privadas con ella, por ende, no había en el mundo potrillo más feliz que Dusk en aquel momento, que como todo potrillo, estaba lleno de energía, y al ver que tenía permiso casi ilimitado para recorrer los salones del castillo real, él corría sonriente por ellos, asombrándose con los enormes pasillos y los majestuosos salones, algo que lo sorprendía particularmente a él, ya que a diferencia de muchos ponies que visitaban el castillo, Dusk venía de una familia humilde, con un digno linaje militar pero que jamás había destacado mucho en comparación con las nobles familias de Canterlot.

Fue así que Dusk siguió corriendo con sus pequeñas patitas a toda velocidad, asombrándose con cada nueva cosa que veía, deteniéndose de vez en cuando ante uno que otro vitral pero raudamente reiniciando su camino, después de todo él tenía una misión que cumplir, debía juntarse con la princesa Celestia, y él no podía llegar tarde a aquellas importantes juntas con su querida maestra.

Finalmente Dusk cruzó una última puerta y llegó al patio privado del castillo, un gran y hermoso jardín que quedaba atrás del castillo y que era el lugar escogido por la princesa para su reunión. Un lugar no escogido al azar por la más alta autoridad de Equestria, pues ella quería que aquel alegre y tierno potrillo la viera a ella como una figura a la cual podía acercarse, y no una figura inalcanzable e intocable que era como la mayoría de los ponies la veían en la realidad.

Al llegar, Dusk sonrió al ver a la alta y blanca figura de la princesa, de espaldas a él. Luego la princesa se dio vuelta al percatarse de su presencia y le sonrió.

"Hola pequeño Dusk, llegas temprano." Dijo la elegante y solemne voz de la princesa Celestia.

"Sí, ehm… su majestad." Dijo Dusk ceremoniosamente, dando una gran reverencia, tanto que casi cae de cabeza.

La princesa Celestia no pudo evitar sonreír ante el tierno potrillo.

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"Pequeño Dusk, no es necesario que te inclines tanto, de hecho preferiría que no me hagas reverencia." Dijo la princesa amablemente, acercándose al potrillo.

"Pero mi mami dice que un caballero siempre debe saludar cortésmente a una dama, y que debo ser extra cortes con usted." Respondió Dusk algo confundido.

Celestia pensó un momento en insistir, pero no sería correcto contradecir lo que la madre de Dusk le había enseñado, pese a que ella quería acortar esa distancia emocional que existía entre ambos.

"Es cierto, tú siempre debes ser un caballero." Dijo la princesa, tocando afectuosamente el rostro de Dusk. "Pero al menos deja de llamarme 'su majestad'."

Dusk miró la amable cara de la princesa y le dio una gran sonrisa.

"¡Está bien, princesa!" Sonrió Dusk alegremente.

La princesa le devolvió la sonrisa mientras sentía una gran calidez en su corazón, cada vez que aquel potrillo le sonreía su corazón se alegraba, y aunque ella sabía que como regente y protectora del reino ella no podía tener favoritismos frente a sus súbditos, ella no podía evitar sentir un afecto maternal hacia aquel pequeño unicornio.

Finalmente la princesa se irguió nuevamente y comenzó a caminar por el jardín, seguido del pequeño Dusk.

"¿Y qué tal estuvo tu día?" Preguntó la princesa caminando, mirando sonriente a Dusk.

"¡Muy bien! ¡Estoy aprendiendo mucho! Incluso cuando el maestro nos manda a leer, mis compañeros me dejan estudiar solo, ¡Así puedo concentrarme mejor y aprender más!" Dijo alegremente Dusk.

La princesa Celestia escuchó atentamente las palabras de Dusk y sonrió tristemente ante las ingenuas palabras del unicornio, el pobre Dusk no se daba cuenta que sus compañeros lo estaban dejando solo porque a ellos no les agradaba Dusk. La verdad era que a muchas familias nobles y ricas no les agradó cuando la princesa intercedió por su 'joven talento' y lo mandó a la misma escuela de magia que estudiaban sus propios hijos, aquellos celos los compartían con sus hijos y ellos apartaban a Dusk del grupo, aquello era algo que a la princesa le hubiera gustado solucionar, pero no quería seguir interfiriendo y que los demás pensaran que Dusk estaba siendo demasiado privilegiado, sin embargo se había prometido a sí misma que encontraría alguna forma de remediarlo.

"¿Y qué clase tuviste hoy?" Preguntó la princesa.

"¡Historia! Hoy empecé a leer a 'Hooras, el Historiador'." Dijo Dusk emocionado.

"Pero eso es historia antigua, no deberías de aprender eso hasta los siguientes dos años." Dijo la princesa algo confundida. "Primero debes aprender la historia moderna, la de los últimos ochocientos años."

"Es que… ya me leí todos los libros de historia moderna…" Dijo Dusk algo apenado, pensando que había hecho enojar a la princesa.

"Está bien, no te preocupes." Dijo la princesa amablemente, como si hubiera leído la mente de Dusk. "Está bien que avances en tus estudios, pero creo que sería mejor que sigas a la clase, dime, ¿Por qué no intentas formar un grupo de estudio con tus compañeros? Verás que es mucho más entretenido estudiar en grupo que solo, y así ellos verán que tú eres como ellos."

"Lo… lo intentaré." Respondió Dusk algo inseguro.

Así siguieron caminando ambos ponies, doblando en algunas esquinas, dirigiéndose hacia el centro del jardín.

"¡Qué estatua más horrenda!" Dijo Dusk al pasar al lado de una extraña estatua.

La princesa miró de reojo a la estatua que había mirado Dusk y le dio una penetrante mirada.

"No te imaginas lo horrenda que puede llegar a ser…" Dijo la princesa casi en un susurro, continuando su caminata, sin querer detenerse en la estatua del extraño draconequus.

"¿Esa estatua estaba en el antiguo castillo?" Preguntó Dusk, dejando a la estatua atrás y alcanzando a la princesa.

La princesa se sorprendió un poco ante tal pregunta, pero luego recordó que el pequeño unicornio le acababa de decir que había leído un libro de historia antigua.

"Así es." Respondió la princesa sonriendo. "¿Así que ya aprendiste que Canterlot no siempre fue la capital de Equestria y que antes yo vivía en otro castillo?"

"¡Sí! El libro decía que antes de mover la capital a Canterlot, usted vivía en el antiguo castillo, que quedaba en el bosque Everfree." Respondió Dusk emocionado de ver que la princesa se había dado cuenta que él sabía eso. "Pero al leer me quedó una duda… ¿Por qué al antiguo castillo lo llamaban 'El castillo de las dos hermanas'?" Terminó de preguntar Dusk ingenuamente.

Ante aquella repentina pregunta, Celestia se detuvo mientras una sombra de dolor pasó por su cara, algo que corrigió rápidamente, cerrando sus ojos y sonriendo nuevamente para evitar que Dusk hubiera visto aquella pena que sintió en aquel momento.

"Bueno… Eso es porque yo vivía en ese castillo con mi hermana, la princesa Luna." Respondió la princesa con una sonrisa que ocultaba su tristeza.

"¿¡Usted tenía una hermana!?" Preguntó Dusk sorprendido.

"Así es, eso te lo enseñarán en historia antigua, pues ella… desapareció hace más de mil años." Respondió la princesa, aún con la misma triste sonrisa.

"Y… ¿Qué le pasó a la princesa Luna?" Preguntó inocentemente Dusk.

La princesa Celestia se calló unos segundos antes de responder.

"Hace mil años un gran mal asoló Equestria, amenazando con dejar todo en completa oscuridad… Fue esa gran maldad la que destruyó a Luna." Dijo la princesa, mirando hacia otro lado para que Dusk no pudiera ver su triste semblante, entonces comenzó a caminar nuevamente para intentar dejar el tema atrás.

"¿Y por qué nadie menciona a la princesa Luna?" Insistió Dusk, caminando nuevamente y alcanzando a la princesa.

La princesa Celestia se dio cuenta que no podría escapar de la curiosidad infantil de Dusk, así que se detuvo y decidió enfrentar las preguntas.

"Nadie menciona a mi hermana por mi culpa." Dijo la princesa tristemente. "Yo ordené que el nombre de aquella maldad que destruyó a mi hermana fuera borrado de los registros, para que todos olvidaran a aquel espantoso ser y solo fuera recordado el gran legado que dejó Luna, por eso hay varios libros que mencionan a Luna, pero muy pocos que mencionen el nombre de aquella maldad. Sin embargo una cosa es lo que dicen los libros y otra cosa es de lo que hablan y lo que sienten los ponies, el amor es fácilmente olvidado mientras que el miedo puede ser eterno… A pesar de los libros, los ponies olvidaron lo que hizo mi hermana por ellos, y su figura solo quedó como un olvidado fantasma de la historia, en cambio el nombre de aquella maldad lo siguen recordando hasta hoy y le siguen temiendo."

La princesa Celestia cerró sus ojos y suspiró para relajarse, antes de perder su temple.

"Pero no recuerdo a nadie mencionar nada acerca de eso." Dijo Dusk confundido.

"Claro que lo has hecho, probablemente has leído sobre eso y no te has dado cuenta, al igual que miles de ponies en la actualidad, incluso celebran una fiesta en su honor, aunque con el tiempo la finalidad y el origen de aquella fiesta se ha olvidado." Respondió la princesa Celestia ya más calmada. "Dime Dusk, ¿Alguna vez has leído el cuento de 'La yegua en la luna'?"

'Fin del flashback.'


Repentinamente Dusk despertó de su sueño, recordando cada parte del sueño, aunque más que un sueño había sido un vívido recuerdo olvidado de su niñez.

"No puede ser." Dijo Dusk con los ojos totalmente abiertos por la sorpresa.

En seguida Dusk se paró de la cama y se dirigió a la repisa de libros que estaba en la habitación, mientras lo hacía se puso a recordar qué era lo que seguía de aquel recuerdo, mas lo único que recordaba era que luego la princesa había cambiado de tema y habían seguido con sus lecciones normales de magia, y en aquel entonces Dusk no le había dado mayor importancia a aquella platica, no hasta ese día, en que por fin entendía la triste sonrisa de la princesa y aquel discurso que no había podido entender completamente de pequeño.

Finalmente Dusk encontró el libro que estaba buscando: 'Fábulas y cuentos para potrillos', entonces hojeó el libro y llegó hasta la página que buscaba, la que contaba la historia de ´La yegua en la luna'.

Dusk leyó el cuento, tal como lo había hecho otras veces de pequeño, aunque esta vez él estaba mucho más concentrado ya que esperaba encontrar alguna pista que lo guiara a resolver aquel misterio que rondaba su cabeza. Mientras lo hacía Dusk se dio cuenta que el cuento era tal cual lo recordaba: "Hace mucho tiempo una poderosa yegua amenazó con traer la noche eterna a los ponies, llenándolos de miedo en sus vidas y pesadillas en sus sueños, hasta que de las sombras surgió una luz de esperanza. La malvada yegua fue expulsada a la luna, y la paz y la armonía volvieron a Equestria. Sin embargo, en la noches de gran luna, aún se puede ver la figura de una yegua observando desde la luna, ¡Es La yegua en la luna! Vigilando desde arriba a los ponies que se portan mal, esperando que la armonía los abandone para consumir su venganza, ¡Esperando a que su encierro de mil años termine! Por eso los ponies deben portarse bien, principalmente en las noches de gran luna, para mostrarle a la malvada yegua que la paz y la armonía jamás abandonarán Equestria."

Al terminar de leer el cuento, Dusk se dio cuenta que era solo un simple cuento y que cualquier pony lo tomaría como tal, sin embargo ahora que él había leído acerca de los elementos de la armonía y sobre Nightmare Moon, y lo contrastaba con el cuento de 'La yegua en la luna', se podía dar cuenta que habían muchas cosas que los relacionaban que parecían más que simple coincidencia. Él nunca lo había notado, pero el cuento mencionaba mucho la palabra 'armonía', siendo que se pudo haber ocupado una palabra más adecuada, era como si el autor deseara que la palabra 'armonía' no fuera olvidada, además de aquella luz que derrotaba a aquella malvada yegua… ¿Y si todo eso era una clara referencia a los elementos de la armonía? ¡Y otra gran coincidencia eran los nombres! El libro de historia mencionaba a una tal 'Nightmare Moon' que trajo oscuridad a Equestria, mientras que el cuento hablaba de una 'Yegua en la luna', una malvada yegua que buscaba traer la noche eterna; Mare en la luna… noche, yegua, luna, night-mare moon… ¿¡Y sí todo era solo un juego de palabras!? ¿¡Y sí el libro de historia decía 'oscuridad' como algo literal refiriéndose a la noche eterna del cuento!?

Dusk miró hacia la cama y levitó el libro de historia hacia él y luego, junto a este, levitó el libro de cuentos.

"¿Puede ser que el cuento sea una alegoría de algo que en verdad pasó?" Se preguntó Dusk con rostro preocupado. "Y de ser así…"

Entonces Dusk abrió el libro de historia y revisó la parte que hablaba de los elementos de la armonía, específicamente la fecha, la cual estaba en fecha antigua, es decir previa a la fundación de Canterlot como gran capital de Equestria y antes del actual calendario solar, pero sacando un cálculo rápido se podía transformar la fecha, al hacerlo Dusk solo pudo quedar atónito al ver que la fecha en que los elementos habían sido usados por última vez, justamente para destruir a aquella oscuridad que asoló Equestria, había sido precisamente hace mil años.

"Esto… esto tiene que ser una broma." Dijo Dusk nervioso, viendo nuevamente el libro de cuentos y leyendo la parte que decía que La yegua en la luna esperaba que su encierro de mil años terminara para consumar su venganza sobre los ponies que se habían portado mal.

Dusk se quedó mirando con miedo ambos libros por largo rato mientras un sudor frio recorría su espalda.

"¡Es ridículo! ¡Es solo un cuento para niños!" Dijo Dusk sobresaltado, cerrando ambos libros y dejándolos caer. "Es solo una tonta coincidencia, ¡No puede ser verdad, las profecías no existen! ¡Y de ser cierto no puede ser que solo yo me haya dado cuenta de algo tan obvio! Ni siquiera la princesa-"

En seguida Dusk se quedó quieto, completamente en silencio, repentinamente dándose cuenta de algo importante. Si La yegua en la luna era solo un cuento, ¿Por qué la princesa se lo mencionó aquella vez cuando eran pequeños? Ella lo dijo porque de alguna manera estaba relacionada con la muerte de su hermana Luna, todo aquello había sucedido en el antiguo castillo, ¡Incluso la desaparición de la princesa Luna calzaba con la fecha indicada en el libro de la última vez que se usaron los elementos de la armonía!

Mientras su cabeza seguía agitada con todos aquellos aterradores pensamientos, Dusk puso un casco sobre su cara y cerró los ojos, él necesitaba calmarse, ordenar sus ideas y buscar una solución racional a todo lo que pasaba por su cabeza. Entonces, mientras se calmaba, una brillante idea vino a su mente, no era una respuesta que hubiera esperado encontrar, pero si no podía encontrar una respuesta, podía preguntarle a alguien que sí la tuviera.

"¡La princesa Celestia!" Dijo repentinamente Dusk, abriendo los ojos. "¡Estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua! ¡La princesa Celestia vivía hace mil años y ella puede explicarme si de verdad existe una relación entre la historia de Nightmare Moon y el cuento de La yegua en la luna!"

Entonces Dusk finalmente levantó la cabeza, ya más calmado, con una pequeña sonrisa de satisfacción al saber que pronto tendría las respuestas que necesitaba. Luego miró sorprendido hacia todos lados.

"¿He estado hablando solo todo este rato?" Dijo Dusk mirando hacia todos lados, apenado de que nadie hubiera estado con él escuchando todas sus brillantes deducciones.

Repentinamente la puerta de la habitación se abrió de golpe, para mostrar a un 'excesivamente fiestero' Spike, que tenía serpentinas y una pantalla de lámpara sobre su cabeza.

"¿¡Dónde está mi hermanooo….!? ¿Dondé ¡Hic! está mi hermanooo…?" Dijo Spike sonriendo tontamente, casi gritando, con un hipo muy particular.

Dusk se sorprendió por lo ruidoso que estaba siendo su hermano y se acercó hasta él.

"¿Estás bien Spike?" Preguntó Dusk algo preocupado por el extraño comportamiento de su hermano.

"¡Ahí estas!" Dijo Spike alegremente, acercándose tambaleando a su hermano y abrazándolo. "Somos o no somos hermanos… ¡Hic!"

En cuanto Spike abrazó a Dusk y expulsó un hipo, el unicornio pudo oler un peculiar olor.

"¿Qué estuviste bebiendo?" Preguntó Dusk, preocupado pero sin poder evitar reírse un poco al ver el estado en que estaba su hermano.

"Solo el más sabroso ponche que he probado… ¡Hic!" Respondió Spike, con sus mejillas rojas y una tonta sonrisa en su cara.

"Pues creo que es suficiente ponche por una noche." Dijo Dusk, tomando a Spike por los hombros para despegarse del abrazo y pensando que a pesar de lo gracioso de la situación, él tendría que hablar seriamente con Pinkie Pie por darle a Spike tales bebidas espirituosas. "Cambiando de tema, ¿Las chicas aún están abajo?" Preguntó Dusk recordando que aún tenía algo importante que hablar con ellas antes de que empezara la gran celebración.

"No, se fueron hace poco…" Dijo Spike tambaleándose. "Ellas… ¡Hic! ellas salieron corriendo en cuanto les mostré esto…. ¡Hic! Ellas dijeron que necesitaban dejar todo listo para la celebración antes de su llegada." Entonces Spike le mostró a Dusk un pequeño pergamino que sostenía en su garra.

Dusk tomó rápidamente el pergamino y lo leyó:

"Querido Dusk.

Voy en camino a Ponyville, llegaré un poco antes que la celebración empiece, así podremos hablar tranquilamente y podrás contarme de todas tus aventuras, además de presentarme a tus nuevos amigos.

Se despide afectuosamente, Princesa Celestia."

Dusk se quedó perplejo luego de leer la carta.

"¿Por qué no me la mostraste apenas llegó? ¿¡Y hace cuanto llegó!?" Preguntó Dusk preocupado.

"Hace un par de horas." Dijo Spike sonriendo tontamente.

Repentinamente una sombra pasó por fuera de la ventana de Dusk, él se giró y se acercó rápidamente a la ventana para ver que había sido esa sombra.

En cuanto Dusk se acercó a la ventana vio que la sombra la había producido el carruaje real de la princesa, que había pasado volando por fuera de la biblioteca en su aterrizaje y se había posado a las afueras de la alcaldía. Entonces Dusk se percató de otra cosa, que afuera había muchos ponies, todos dirigiéndose hacia el gran salón de la alcaldía.

"No puede ser… ¿¡Qué hora es!?" Preguntó Dusk asustado.

"Pues… casi es la hora de la celebración, por eso vine aquí ¡Hic! para despertarte." Respondió Spike tambaleándose.

Dusk se quedó congelado ante la revelación de saber que había dormido toda la noche y ahora estaba llegando tarde a la gran celebración, y más importante aún, ¡Si no se apresuraba él no tendría oportunidad de preguntarle a las cinco yeguas que había conocido si querían ser sus amigas antes que él se encontrara con la princesa! Entonces Dusk subió al mareado Spike a su lomo, quien seguía con la pantalla de lámpara en su cabeza, y bajó las escaleras rápidamente para salir corriendo hacia el lugar de la celebración.

Mientras Dusk corría hacia la alcaldía, se percató de lo nítidas que se veían las calles a pesar de ser de noche, entonces él levantó su vista y vio la enorme luna llena que iluminaba la noche, más grande y brillante de lo que jamás recordaba haberla visto, y en el centro de esta luna se encontraba una particular sombra, la que marcaba la supuesta figura de una yegua en la luna, una marca que se podía ver especialmente en noches de gran luna, como aquella noche. Entonces, mientras seguía corriendo y su mente se comenzaba a llenar nuevamente de todas aquellas dudas que lo agobiaban hace unos instantes, él intentó desechar aquellos irracionales pensamientos.

"Es cierto, el cuento solo es una leyenda que busca explicar aquella particular marca en la luna, no puede tener relación con-" Comenzó a hablar Dusk, tratando de serenarse buscando una explicación lógica, mas no pudo terminar de hablar ya que mientras lo hacía parecía que la figura de La yegua en la luna desaparecía lentamente.

Entonces Dusk se detuvo en seco, mirando perplejo aquel suceso, luego se restregó los ojos y volvió a mirar la luna, pero por más que miró, no pudo encontrar la figura de la yegua en la luna.

"E… Esto no es real…" Comenzó a decir Dusk agitado, intentando calmarse. "Es… es solo que estoy muy cansado, por eso no puedo verla bien… ¿La puedes ver Spike? La figura de La yegua en la luna."

Sin embargo la única respuesta del dragón fue una tonta sonrisa y un pequeño hipo.

Dusk comenzó nuevamente a hiperventilarse, pero entonces cerró los ojos, suspiró y exhaló fuertemente.

"La princesa lo solucionara, ella me dirá que todo es una tonta coincidencia, me dirá que solo ha sido una mala broma de mi imaginación." Se dijo a si mismo Dusk para calmarse y continuó corriendo hacia la alcaldía, teniendo como nueva prioridad resolver sus dudas sobre ese tema con la princesa.


El gran salón de la alcaldía estaba repleto de ponies, todos charlando, comiendo y riendo juntos, aguardando la tan esperada salida del sol. Por lo demás el salón en sí estaba más hermoso de lo que Dusk recordaba, los toques finales de Rarity de verdad habían dado un toque de elegancia a aquel salón, además se podían ver las mesas con el banquete, lleno de los platos de manzana hechos por la familia Apple. Estaba el ambiente y estaban los ponies, solo faltaba el protagonista de la fiesta, el sol, que dentro de poco sería levantado por la magia alicornio de la princesa Celestia.

Una vez Dusk y Spike cruzaron la puerta del gran salón, el joven unicornio miró al numeroso grupo de ponies que estaba en el salón, pudo ver a los pegasos de la patrulla del clima, a la familia de Applejack (lo cual por un segundo lo llevó a preocuparse), a las ponies de la florería, Derpy, Bulk Biceps, los señores Cake, incluso a las pequeñas Scootaloo y Sweetie Belle, todos estaban allí, además de muchos otros ponies, sin embargo su vista se detuvo cuando vio que cerca de la mesa de bocadillos estaban las cinco yeguas con las que él esperaba reunirse, conversando alegremente entre ellas. Al verlas, Dusk sonrió y dio un par de pasos en su dirección, sin embargo en cuanto lo hizo su mirada periférica hizo que su atención se centrara en algo más, en la otra esquina del salón, resguardando un pasillo que conectaba al gran salón, se encontraban dos guardias reales, parados firmemente con sus armaduras doradas como siempre lo hacían, y que estuvieran parados allí solo podía significar una cosa, que la princesa Celestia se encontraba resguardada tras ellos.

"Spike, puedes reunirte con las demás, yo iré en un segundo pero antes tengo que atender un asunto importante." Dijo Dusk mirando a su lomo, en donde se encontraba Spike casi a punto de quedarse dormido.

"Claro… ¡Hic! no hay problema…" Dijo Spike, bajándose del lomo de Dusk con mucha dificultad, ya que su falta de equilibrio le impedía pararse derecho.

En cuanto Spike se bajó del lomo de su hermano, Dusk empezó a caminar hacia donde estaban los guardias reales, mientras que Spike se sacudió las serpentinas que aún colgaban de él, se arregló su 'sombrero-lámpara' elegantemente y se fue caminando tambaleando con una tonta sonrisa hacia la mesa de bocadillos, la cual fue una muy divertida imagen de ver, como si una pequeña lámpara se perdiera entre un mar de ponies.

Mientras el pequeño dragón se dirigía hacia la mesa de bocadillos, las cinco yeguas vieron algo sorprendidas como su escamoso amigo se acercaba tambaleando hacia ellas con una graciosa expresión y sus mejillas coloradas.

"Sé que me pediste que llevara a la fiesta un par de botellas de sidra con 'extra picante', ¡Pero no pensé que se lo pondrías al ponche!" Dijo Applejack, susurrándole a Pinkie Pie, preocupada por el estado etílico del pequeño dragón. "¡Mira cómo quedó el pequeño Spike!"

"Yo esperaba que fuera Dusk el que se emborrachara." Sonrió Pinkie Pie sacando la lengua con una expresión de culpable.

"¡Hola a todas!" Gritó Spike una vez llegó donde las cinco yeguas, mirando a cada una pero deteniéndose en Rarity. "Y un gran hola para ti, querida." Terminó de decir Spike mirando a Rarity, con una coqueta mirada, arreglándose su 'sombrero' con elegancia y dándole una sonrisa de galán, sintiéndose el ser más atractivo de Equestria. Aunque claro, eso no fue lo que vieron las demás, lo único que vieron las yeguas fue a Spike dándole una extraña mirada a Rarity, mientras se bamboleaba de un lado a otro intentando mantener su equilibrio antes de arreglarse sin éxito la tonta pantalla de lámpara que tenía sobre la cabeza, y luego sonriendo como un idiota, haciendo que el pobre dragón se viera aún más ridículo.

"¡Oh! ¡Más ponche!" Agregó Spike al percatarse que en la mesa de bocadillos había una ponchera.

"Alto ahí galán, creo que es suficiente ponche por una noche." Dijo Rainbow Dash, tomando la ponchera y quitándosela del alcance de sus garras, aunque aquel ponche no tenía de la 'sidra especial' de Applejack, era mejor prevenir.

"Por cierto, Spike." Agregó Fluttershy, recordando algo que se había olvidado de decirle a Dusk aquella tarde y que ahora, que había ido a buscar a sus aves a su casa, había traído consigo. "Creo que esto es tuyo, lo dejaste en mi casa la vez que se quedaron a dormir."

Entonces Fluttershy le pasó un pequeño libro amarillo a Spike.

"¿Qué…?" Dijo Spike, tomando el libro y leyendo la portada. "¡JAJAJA! Lo había olvidado, pero no, este ¡Hic! este libro es de Dusk, no mío." Termino de decir Spike, devolviéndole el libro a la pegaso amarillo.

"'¿Cómo hacer amigos, para tontos?'" Leyó Rarity el título del libro, tomándolo antes que Fluttershy lo hiciera.

"¡JAJAJA! Sí, ¡Hic! es una historia graciosa…" Dijo Spike sonriendo tontamente, sin darse cuenta de lo que realmente estaba a punto de contar.

Por su parte, Dusk ya había llegado donde los guardias reales y se había parado frente a ellos.

"Disculpen, ¿Puedo pasar?" Preguntó Dusk amablemente mirando a uno de los guardias, intentando reconocerlo en vano, ya que para él todos los guardias reales lucían igual.

"Lo siento, nadie puede pasar." Dijo uno de los guardias, al tiempo que ambos pegasos estiraban sus alas para impedirle el paso.

"¡Oh, vamos! Soy Dusk, ¡Dusk Shine! ¡El alumno de la princesa Celestia! Tienen que haberme visto en el castillo más de alguna vez." Dijo Dusk algo molesto, ya que incluso en el mismo castillo los guardias siempre le hacían lo mismo.

"¿Dusk?" Dijo una voz tras el pasillo, la inconfundible voz de la princesa Celestia.

Entonces la princesa se asomó y sonrió, al tiempo que ambos guardias bajaron sus alas para permitir el paso de Dusk, el cual avanzó y se acercó a la princesa. La princesa se alegró mucho de volver a ver a Dusk, sintiéndose como toda madre que en el fondo le había costado separarse de su querido hijo, ella se acercó a Dusk con el deseo de abrazarlo, pero aquello tendría que esperar, ya que ella debía de guardar las apariencias estando frente a más ponies.

"Es un gusto verte de nuevo Dusk." Dijo la princesa sonriendo.

"También es un placer volver a verla, princesa." Respondió Dusk ceremoniosamente, aunque en el fondo también se sentía como la princesa y solo quería abrazarla como él hacía cuando era pequeño.

Luego la princesa se acercó al oído de Dusk y le susurró.

"Hace mucho que no te juego una de mis bromas, no sabes lo ansiosa que estoy por volver a tener mi juguete favorito." Sonrió tenebrosamente la princesa con su usual expresión de póker, haciendo que un escalofrió recorriera la espalda de Dusk en cuanto oyó aquellas palabras. Claro que la princesa no hablaba en serio, pero le encantaba divertirse con Dusk y extrañaba ver su carita de potrillo asustado.

"¿Princesa?" Dijo una tercera voz, interrumpiendo aquel momento.

Entonces, por el mismo pasillo que había aparecido la princesa, se asomó la alcaldesa de Ponyville.

"¡Oh! Lo siento señora alcaldesa." Dijo la princesa mirando a la alcaldesa y luego volviendo a hablar con Dusk. "Tengo que hablar con la alcaldesa acerca de algunos asunto, luego nos reuniremos antes que levante el sol."

"¿Saldrá al salón antes de levantar el sol?" Preguntó Dusk curioso.

"Claro, quiero que me cuentes todo lo que te ha sucedido estos días, y por supuesto, quiero que me presentes a tus nuevos amigos antes de que yo levante el sol." Sonrió la princesa antes de darse vuelta y volver a reunirse con la alcaldesa.

En cuanto Dusk quedó solo, se dio cuenta de lo inútil que había sido todo eso, se había reunido con la princesa pero no tuvo oportunidad de hacerle ninguna de las preguntas que había querido hacerle acerca de 'Nightmare Moon', y peor aún, en solo unos momentos ella iría a comprobar si Dusk había conseguido cumplir con la tarea que le había encomendado, hacer amigos.

De inmediato Dusk se dio la vuelta y volvió al salón principal, ahora tenía otra prioridad, ¡Advertirles a las cinco yeguas que él conocía y que esperaba que aceptasen su propuesta de amistad, que en pocos minutos la princesa iría a hablar con ellas!

Dusk buscó con la vista hasta que encontró las particulares cinco coloridas melenas de aquellas yeguas que buscaba, y se dirigió hacia allá.

"Hola chicas, perdón por la demora, y… perdón por quedarme dormido en mi fiesta de bienvenida." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa de pena una vez llegó donde las yeguas. "Escuchen, hay algo muy importante que tengo que preguntarles, en realidad yo no estaba seguro si hacerlo, pero-" Continuó hablando Dusk, rascándose la cabeza inseguro, algo tímido y avergonzado por saber que en pocos segundo él les preguntaría si ellas querían ser sus amigas, sin embargo se detuvo al ver que ninguna de ellas lo miraba a los ojos.

En seguida Dusk se dio cuenta que el ambiente parecía algo tenso, las cinco yeguas se veían serias, molestas, incluso preocupadas, incluyendo a Spike, que por sus mejillas sonrojadas se notaba que él aún estaba algo mareado por el ponche, pero por alguna razón parecía nervioso, mirando de reojo a Dusk.

"¿Sucede algo?" Finalmente preguntó Dusk confundido.

"Spike… nos contó todo." Dijo Fluttershy tímidamente, con tristeza en su voz. "La verdadera razón de por qué estás en Ponyville."

Dusk miró sorprendido a Fluttershy y luego miró a Spike, quien desvió la mirada avergonzado.

"¿Qué somos para ti, Dusk? ¿Solo unos experimentos?" Dijo Rainbow Dash molesta, arrojando a los pies de Dusk el libro: 'CÓMO HACER AMIGOS para tontos'. "¿Así que por eso te acercaste a nosotras? ¿¡Para ver si uno de los tontos libros que lees funcionaba!?"

Dusk miró el libro y tragó saliva nervioso, mientras su respiración se comenzaba a agitar y los malos recuerdos de su pasado volvían a aflorar en su mente lentamente.

"No… no lo entienden, es… es solo un malentendido." Respondió Dusk nervioso.

"¿Solo te acercaste a nosotras por obligación?" Dijo Applejack molesta, mostrando uno de los pergaminos que había caído del libro cuando lo revisaron, el que indicaba el decreto real. "Aquí dice que estás obligado a hacer amigos o te expulsarían de Canterlot, ¿Entonces solo lo haces para poder volver a tu castillo?"

La boca de Dusk se estaba secando, él quería responder, ¡Quería negar todo y explicarles la verdad! Pero no podía, su mente no lo dejaba pensar con claridad, lo único en lo que podía pensar era que él había hecho algo malo y ahora ellas lo odiarían, tal como había pasado con su antigua amiga de infancia, un recuerdo que solo hacía que se angustiara más y más a cada segundo.

"A… antes… yo…" Comenzó a balbucear Dusk totalmente nervioso, hasta que logró articular unas pocas ideas. "Eso fue antes… antes de conocerlas, antes de saber cómo eran en realidad o lo dedicadas que eran en sus trabajos, o…"

"'Fingir interés en él y en sus actividades. Fingir que me divierto. Convencerlo de que soy su amigo. Mostrárselo a Celestia. Desechar la falsa amistad. Volver a Canterlot.'" Se escuchó la voz de Pinkie Pie, que comenzó a leer el otro pergamino que había caído del libro, aquel en el que en su dorso Dusk había escrito lo que pensaba hacer, cuando apenas había llegado a Ponyville. "¿Eso es lo que hiciste con nosotras? ¿Solo fingiste? Y ahora… ¿solo nos ibas a desechar?" Terminó de hablar Pinkie Pie, con una mirada triste en sus ojos.

"… No… yo…" Dijo Dusk casi en un susurro con una mirada de terror en su rostro, su mente se iba nublando mientras lo único que podía ver era la silueta de su antigua amiga, la pony que lo había abandonado cuando él más la necesitaba, todo porque él había hecho algo malo contra ella, algo que ella jamás le perdonó, una sensación que Dusk nuevamente sentía en aquel momento y lo desbordaba, él sabía que la historia se repetiría, ahora ellas lo odiarían y lo abandonarían, dejándolo nuevamente solo.

"Dusk… ¡Por favor, di algo! Dinos la verdad, ¿O es verdad que solo nos usaste?" Pregunto Rarity preocupada, con los ojos vidriosos. "¿Significamos algo para ti?"

Las cinco yeguas miraron con tristeza a Dusk, esperando la respuesta del potro, pero aunque Dusk las miraba, su mente estaba perdida, reviviendo aquel fatídico momento que había vivido hace algunos años y que lo había llevado a aislarse y a hacerse la promesa que jamás volvería a tener un amigo. Sin embargo las yeguas no podían saber lo que pasaba por la atormentada mente de Dusk, por lo que tomaron su silencio como una aceptación de que todo lo que le habían preguntado y dicho era verdad, por lo que las yeguas se miraron entre si tristemente, se dieron la vuelta y dejaron solo a Dusk, con una enorme pena en sus corazones.

Mientras las yeguas se retiraban, los ojos de Dusk volvieron a la vida y vieron como aquellas yeguas que él había comenzado a estimar y que había sentido que quería que fueran sus amigas, lo abandonaban. Su corazón comenzó a apretarse sintiendo un gran dolor, tanto que Dusk bajó la cabeza, tratando de resistir el dolor emocional que estaba sintiendo producto de aquella situación sumado a todos los malos recuerdos que rondaban en su cabeza.

"Dusk, yo… no era mi intención… yo lo arreglaré, ¡Hablaré con ellas y les explicaré todo!" Dijo Spike preocupado, que al ver toda aquella situación, su miedo y preocupación por su hermano hicieron que finalmente se despertara y viera la realidad.

"Vete…" Dijo Dusk cabizbajo, mientras la tristeza y dolor en su corazón comenzaban a dar paso al enojo. "¡Tú fuiste quien lo arruinó todo! ¡No quiero volver a verte! ¡VETE!" Gritó Dusk, apuntando furioso su casco hacia la puerta.

El pequeño dragón se asustó, jamás había visto tan enojado a Dusk, además él ya se sentía culpable consigo mismo por haber hablado con las chicas sobre Dusk, por lo que simplemente bajó su cabeza mientras dejaba caer un par de lágrimas y salió corriendo hacia la puerta principal del salón.

En cuanto Dusk vio llorar a su pequeño hermano y lo vio correr, un nuevo terrible sentimiento se añadió a la tormenta de emociones que sentía Dusk en aquel minuto, la culpa.

Dusk golpeó fuertemente el piso mientras cerraba fuertemente los ojos, tratando inútilmente de evitar sentir todas aquellas emociones. Su pecho le dolía mientras respiraba agitadamente, sentía que su cabeza iba a explotar de tan fuerte que cerraba los ojos, por más y más que lo intentaba él no podía sacarse de la cabeza las tristes miradas de las cinco yeguas ni tampoco el gran dolor que había sentido cuando su antigua amiga lo había abandonado, aquel gran dolor era el mismo que sentía en ese preciso momento y era la causa de que Dusk se hubiera prometido a sí mismo no volver a tener amigos, él se había dicho a si mismo que jamás quería volver a experimentar un dolor así, sin embargo allí estaba, nuevamente sintiéndolo, justamente por intentar tener amigas nuevamente.

Tan inmerso estaba Dusk en sus pensamientos que no escuchó cuando la gran mayoría de los ponies hizo sonidos de asombro y excitación al ver que la princesa Celestia caminaba por el gran salón, yendo en dirección hacia su fiel alumno.

"Con que aquí estás, querido Dusk, dime, ¿Me presentarás a tus nuevos amigos?" Dijo la princesa sonriendo solemnemente como siempre lo hacía, sin saber que estaba hundiendo el casco en la llaga.

En cuanto Dusk escuchó la voz de la princesa tras él, por primera vez desde que la conocía, no se giró a saludarla, solo se quedó tal como estaba, con los ojos cerrados, cabizbajo, dándole la espalda.

"No tengo ningún amigo…" Dijo Dusk, apretando fuertemente sus dientes.

"¿Qué?" Preguntó la princesa preocupada, sorprendida por la respuesta y la actitud de Dusk, pese a que no podía ver su cara.

"Dije que no tengo amigos, no hice ninguna amistad en este viaje, yo… yo no necesito amigos." Respondió Dusk amargamente.

"Dusk, pensé que tú habías logrado hacer amigos, yo tenía la esperanza que si te decía que hicieras amigos y tú pensabas que era una tarea entonces cumplirías y conocerías la importancia de la amistad." Dijo la princesa preocupada.

"Pues no lo hice, y ahora qué, ¿No me vas a dejar volver a Canterlot? ¿No podré continuar con mis estudios?" Dijo Dusk intentando reprimir su ira y tristeza en vano. "¿No te basta con obligarme a abrir una antigua herida y que vuelva a sufrir este mismo dolor? ¿¡Ahora también me quitarás lo que más quiero!?"

"Dusk, ¿Por qué sientes dolor?" Preguntó la princesa perspicazmente, entendiendo de inmediato que algo estaba mal y que su pobre alumno necesitaba desahogarse.

"¡Porque no tengo amigos! ¡Porque estoy solo!" Gritó Dusk, dándose la vuelta para mirar a la princesa, mostrando lágrimas en sus ojos. "¡Porque intenté hacer amigas pero no pude! ¡Yo las traicioné! Al principio yo no quería hacer amigos, pero luego conocí a cinco maravillosas ponies, ellas me mostraron que podía ser su amigo, ¡Yo quería ser su amigo! ¡Pero no pude! ¡Solo soy un tonto desconfiado, que no sabe expresarse ni puede decirle a los demás lo importante que son para mí!" Terminó de gritar entre lágrimas Dusk, sin embargo una vez que él desahogó su pena y frustración, lo único que quedaba por desahogar era su ira.

"¡Tú me obligaste a esto!" Gritó Dusk mirando furioso a la princesa, quien había escuchado calmadamente con su cara de póker todo el discurso de su alumno, sabiendo que él necesitaba desahogarse de todas esas emociones negativas. "¡Me quitaste mis habitación, mis libros, mis estudios! ¡Me quitaste todo! ¡Me obligaste a venir a este pueblo solo para verme sufrir y burlarte de mí como siempre lo haces! ¡Me obligaste a sentir este gran dolor que siento en mi pecho! Todos creen que eres amable y benévola, ¡Pero eso no es cierto! Eres perversa y manipuladora, ¡No sé cómo no lo vi antes! Yo… ¡YO TE ODIO!" Terminó de hablar Dusk, con un enorme grito que dejó en completo silencio el salón.

Todos los ponies del salón habían escuchado los gritos de Dusk, todos vieron con horror como ese joven potro se había enfrentado a la majestuosa princesa. Ellos solo se taparon sus bocas con horror, todos congelados sin saber cómo reaccionar, ni siquiera los guardias reales que estaban parados tras Celestia sabían qué hacer, ellos jamás en sus vidas habían visto a nadie gritarle a la princesa de esa forma.

En tanto, la princesa había escuchado atenta y pacientemente todo el discurso de Dusk, su basta sabiduría entregada por cientos de años de experiencia le había dicho que lo mejor era escuchar calmadamente a Dusk, esperar que él se desahogara y luego hablar ya con la mente fría. Y así lo había hecho la princesa, escuchando imperturbable todo el monólogo de Dusk hasta que él dio ese gran grito de odio contra ella, aquel grito de verdad la sorprendió, ella había sido criticada y había escuchado muchas veces que otros le gritaban, incluso había luchado grandes batallas con feroces enemigos, en que había recibido varias heridas de guerra, sin embargo, escuchar aquellas palabras venir de su querido pupilo, de verdad le dolieron más que cualquier herida. Cada vez que ella veía a Dusk, sin importar lo grande que se hubiera puesto, ella seguía viendo al tierno y pequeño potrillo que le sonreía cada vez que ella le enseñaba algo nuevo, pero ahora esa misma imagen se había destruido, y ahora ella solo podía ver a Dusk mirándola con profundo odio en su corazón, aquello hizo que por primera vez en esa noche la princesa no pudiera seguir manteniendo su fachada de cara de póker, y que entrecerrara sus ojos con tristeza mientras estos brillaban con un toque de lágrimas a punto de salir.

*IMAGEN 2: goo .gl/xHmmwz

"Dusk…" Comenzó a hablar la princesa, levantando su casco para acariciar a Dusk.

"¡Bwahaha! ¿Qué pasó? ¿Acaso la grandiosa princesa del sol a perdido su temple?" Se rio una tenebrosa voz, que llenó todo el salón.

Aquella voz no había sido escuchada en Equestria desde hacía mil años, por lo que ninguno de los ponies sabía de quien era, ninguno excepto uno, la única pony existente que había vivido por más de mil años y que precisamente era quien hace mil años había enfrentado a la dueña de esa voz. Al instante, la princesa Celestia se dio vuelta con cara de espanto, mirando hacia arriba del balcón, que era de donde había salido la voz.

Una gran sombra se formó en el balcón, que era donde justamente estaba parada la alcaldesa de Ponyville, quien solo se quedó congelada de terror viendo como a su lado la enorme sombra comenzaba a tomar forma hasta que la imagen una enorme yegua oscura apareció, con piel negra como la noche, un enorme cuerno unicornio y grandes alas puntiagudas, su cola y melenas eran de color celeste y purpura, sin forma, solo flotando como nubes a su alrededor, vestía una armadura celeste y tenía una cutie mark de una luna creciente en su flanco, sin embargo lo más terrorífico eran sus ojos, enormes y agudos ojos calipso que miraban con odio hacia todo el salón.

En cuanto la gran sombra tomó forma en la yegua oscura, esta tomó por el cuello a la alcaldesa y la miró fijamente con una malévola sonrisa.

"¡Guardias!" Gritó rápidamente la princesa Celestia, haciendo que ambos pegasos de la guardia real se abalanzaran de inmediato sobre la desconocida yegua, sin embargo en cuanto volaron hacia la yegua oscura, la atravesaron, como si fuera solo una gran sombra.

"¡Jajaja! ¿Crees que tus guardias pueden detenerme?" Dijo la yegua oscura riéndose, mirando a Celestia. "Eso será difícil…"

"Porque en realidad estoy acá." Dijo la voz de la yegua oscura, detrás de Celestia, al tiempo que la figura que estaba sobre el balcón desaparecía.

En cuanto la princesa se giró, vio con terror que la yegua oscura estaba frente a ella, pero amenazando a otro pony, esta vez ella sostenía fuertemente del cuello a Dusk, mirando con una siniestra sonrisa a la princesa.

"Hola Celestia, tanto tiempo sin vernos." Dijo la yegua oscura, sin soltar a Dusk. "Ven, únete a nuestra diversión." Dijo la yegua apretando más fuertemente el cuello de Dusk.

"¡No le hagas daño!" Dijo la princesa angustiada.

"¡Jajaja! ¿Qué pasa? Hace poco no dudaste en mandar a tus guardias, ¿Es que acaso este pequeño potrillo te importa tanto?" Rio la yegua oscura.

"Lun-" Dijo la princesa Celestia intentando mencionar un nombre, pero fue inmediatamente interrumpida por la yegua oscura.

"¡No te atrevas a decir ese nombre! ¡Di mi nombre! ¡Fuerte y claro para que todos te oigan! ¡Quiero que todos sepan quién soy y que tus mentiras salgan a la luz!" Dijo en un grito la yegua oscura.

La princesa Celestia se quedó un momento en silencio, indecisa, mirando a la yegua oscura, hasta que finalmente miró a Dusk siendo ahorcado y sus dudas desaparecieron.

"Eres… Nightmare Moon… La yegua en la luna…" Dijo la princesa lentamente, ante lo cual las voces de sorpresa y espanto de los ponies surgieron en el gran salón.

"Así es, tú quisiste borrarme de la historia, ocultar quien era en realidad, ¡Ahora les dirás a todos cómo sacrificaste a tu propia hermana y todos verán quién es el verdadero monstruo!" Gritó Nightmare Moon, riéndose en burla.

La princesa suspiró, cerró sus ojos y bajó su cabeza tristemente.

"Yo… por mi culpa mi hermana murió... y nació esta abominación…" Dijo la princesa, cerrando sus ojos con tristeza, ante la atenta y asombrada mirada de todos los ponies del salón.

"Así es…" Dijo Nightmare Moon, sonriendo victoriosa. "Pero no te preocupes, no te guardo rencor, de hecho me iré de aquí." Dijo acercando su rostro al de Dusk. "Solo me llevaré a este pony conmigo, ¿Qué dices? Me lo llevaré y así tú nos podrás encerrar nuevamente en la luna, así salvaras tu reino, después de todo, ¿Qué es la vida de un solo pony común comparado con la seguridad y bienestar de todo tu reino? ¡Jajaja!" Se burló Nightmare Moon, queriendo ver humillada a la princesa, saboreando lo que estaba segura que pasaría.

En tanto, Dusk se movía en vano intentando liberarse, incluso había intentado usar su magia, pero una sombra cubría su cuerno y le impedía poder usar su magia, pero en cuanto él escuchó la propuesta de Nightmare Moon, dejó de intentar liberarse y solo miró a la princesa. Lo que le ofrecía Nightmare Moon era una oferta irrechazable, ¡Ella tenía razón! ¿¡Qué era su vida comparada con la de miles de ponies que vivían en el reino!? Después de todo él solo era el alumno de la princesa, en miles de años ella tuvo que haber tenido decenas, sino cientos de alumnos, su vida no valía tanto.

"¡Acéptelo princesa!" Dijo Dusk con esfuerzo mientras Nightmare Moon seguía ahorcándolo. "Yo estaré bien, yo-" Sin embargo Dusk no pudo seguir hablando, ya que él como todos los ponies del salón se quedaron en completo silencio ante lo que vieron.

Frente a ellos, la princesa Celestia se había inclinado, casi postrado, ante Nightmare Moon. Ninguno de los ponies podía dar crédito a lo que veía, jamás en la historia la princesa regente del reino se había postrado frente a alguien más, ¡Aquello era un hecho inédito en la historia!

"¡BWAHAHA! Aquí tienen a su orgullosa princesa ¡Inclinándose ante mí! ¡JAJAJA!" Se burló Nightmare Moon.

"Por favor libera a Dusk, tómame a mí en su lugar." Dijo la princesa Celestia, con su cabeza casi tocando el suelo. "Si prometes no dañar a Dusk ni a nadie más, yo haré lo que me pidas."

Nightmare Moon miró sospechosamente a Celestia y se acercó, aún sosteniendo del cuello a Dusk.

"¡Tú! Que llevaste a tu propia hermana a la oscuridad eterna, ¿Estas dispuesta a sacrificarte por un pony cualquiera?" Dijo Nightmare Moon mientras su cuerno se iba iluminando, con una mirada de desprecio hacia la princesa.

"Él… no es un pony cualquiera…" Respondió la princesa, mirando a Dusk tiernamente, como si se estuviera despidiendo de su preciado hijo.

"Pues que así sea." Dijo Nightmare Moon, con una enorme bola de energía sobre su cuerno. Entonces ella soltó a Dusk, quién cayó casi desmayado al suelo, y le lanzó la bola de energía a la princesa. "Hasta nunca, Celestia."

En cuanto la bola de energía tocó a la princesa, todo ardió con una brillante flama blanca que cegó a todos los ponies cercanos, con una enorme llamarada que cubrió todo el rededor de la princesa. Finalmente cuando las flamas se hicieron menos brillantes, los ponies pudieron ver hacía donde estaba la princesa mientras las flamas se apagaban, hasta que todos pudieron ver que la princesa había desaparecido, en el lugar que había estado solo quedaron sus dorados adornos reales, su corona y un poco de ceniza, mientras todo el suelo que había estado bajo las llamas estaba carbonizado, aún echando humo.

"¡Recuerden esta noche ponies!" Gritó Nightmare Moon mientras perdía su forma y se transformaba en una enorme nube oscura que subía hacia el techo. "Pues esta noche comienza el reinado de Nightmare Moon! ¡Y mi primera orden es que sea una noche eterna! ¡BWAHAHAHA!" Entonces se formó un remolino que abrió de golpe todas las ventanas del salón mientras la nube de oscuridad se retiraba velozmente del lugar.

En el salón no se escuchó nada, no se movía nadie, no respiraba nadie, parecía que el corazón de todos los ponies se había detenido por un segundo, todos con expresiones de terror, sin que sus cabezas aún pudieran procesar el horror que acababan de ver.

El primero en reaccionar fue Dusk Shine, quien recuperando sus fuerzas se acercó arrastrando, temblando, a los restos que habían quedado de donde había estado la princesa, ella había sido destruida, se había sacrificado para salvarlo a él, y lo último que él le había dicho a ella había sido que la odiaba.

Las lágrimas comenzaron a brotar y a recorrer las mejillas de Dusk.

# Fin del capítulo 15

Next Chapter: Al rescate Estimated time remaining: 0 Minutes
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