Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo
Chapter 9: Chapter 8
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Mi nombre es Barry Allen y soy el hombre más rápido del mundo
Nadie podía creerlo, simplemente no podían. Primero todos en Ponyville hablaban preocupados del horrible accidente que había dejado a Rainbow Dash fuera de combate y nadie sabía a ciencia cierta si sobreviviría después de algo así. Pero entonces fueron despertados en medio de la noche por una especie de toque insistente en sus puertas y cuando se dieron cuenta la pegaso cian que supuestamente se encontraba muy malherida no sólo estaba de lo más bien sino que se movía a una velocidad nunca antes vista, de hecho sólo podían verla a medias cuando se quedaba quieta, pero como no era mucho tiempo el que se mantenía un sólo lugar todo lo que podían ver era ese borrón azul y relámpagos multicolor moverse de un lugar a otro como reclamando atención. Fue hasta el final en que aquel borrón extraño se reveló como Rainbow Dash que gritó muy emocionada en la plaza:
—Yo lo… ¡LO LOGRÉ! ¡MI NOMBRE ES RAINBOW DASH Y SOY LA VOLADORA MÁS VELOZ DE EQUESTRIA! ¡LA MÁS VELOZ! ¿ME OYES FLASH? ¿ME OYEN TODOS? ¡LA MÁS VELOZ!
Luego de eso sus amigas no perdieron tiempo, mirando muy preocupada a la emocionadísima pegaso se organizó una reunión de emergencia en el Palacio de Twilight y se la habían pasado discutiendo todo el tiempo. Estaban aliviadas que Rainbow se hubiese recuperado luego de aquella crisis pero también estaban muy asustadas por estos efectos secundarios tan extraños de los relámpagos y esa velocidad que rayaba en lo absurdo.
—¡Rainbow Dash! — Gritaba Twilight preocupada a su amiga que despreocupadamente daba vueltas alrededor de la sala, siempre a esa insana velocidad. — ¡Por favor Rainbow trata de calmarte aunque sea cinco minutos! ¡No sabemos si esto puede ser peligroso!
Pero su amiga no estaba preocupada ni mucho menos, no, ella estaba loca de emoción.
—¿De qué te preocupas Twilight? Soy yo, Rainbow Dash. Volar rápido es lo mío.
—¡De todos modos acabas de salir del hospital Rainbow! – Dijo Fluttershy preocupada. — ¿No te parece ni un poquito raro que hayas salido tan bien parada luego de recibir ese relámpago? Toda esta velocidad puede ser un efecto secundario muy peligroso, quién sabe si durará para siempre, o siquiera que no termines lastimada luego que se acabe el efecto.
—Exacto Dashie — se unió Pinkie. — ¿No te das cuenta que puedes lastimarte tú misma o lastimar a alguien si sigues moviéndote así? Se razonable por favor, para antes que…
Rainbow Dash se encogió de hombros alegremente, realmente no entendía por qué se preocupaban tanto; ella se sentía mejor que nunca, ¿no era eso lo más importante?
—Pero es que ustedes no entienden chicas — se explicó Rainbow Dash muy orgullosa de sí misma. — No hay peligro que me choque o algo, es como si además de moverme rápido también fuera capaz de ver más rápido que antes. Y no sólo ver, oír, sentir… ¡soy más rápida en todos los sentidos, literalmente! No sé de qué están asustadas, sigo siendo yo.
—Precisamente Rainbow Dash, sigues siendo tú y nos preocupa que algo llegue a pasarle a nuestra amiga — dijo Starlight mordiéndose el labio. — ¿Por qué no se te mete eso en esa cabeza tan dura que tienes, eh? No tenemos miedo de ti, sino por ti.
—Que sigue siendo innecesario — se defendió la pegaso cian cruzando los cascos. — ¿No se han puesto a pensar que puede que nos estemos preocupando por nada?
—También como puede que sí tengamos razón y la que está demasiado relajada sea otra — declaró Twilight con severidad. — Primero tenemos que salir de dudas, Spike acaba de mandarle una carta a la Princesa Celestia, ella nos ayudará a evaluarte.
—Bien, — se resignó ella. — ¿A qué hora viene?
Spike se encogió de hombros algo incómodo.
—Por la hora puede que siga dormida así que…
Las chicas intercambiaron varias miradas de preocupación pero Rainbow sólo gruñó desesperada, pero entonces tuvo una idea.
—De acuerdo, ¡entonces iré a despertarla y que venga aquí ya!
—¡RAINBOW NO! — Gritaron todas, pero era demasiado tarde.
Ella ya se había alejado a toda velocidad por una ventana.
La Princesa Celestia dormía, y en serio que le había tomado tiempo. Estaba demasiado preocupada por el futuro de Equestria ahora que el Elemento de la Lealtad estaba en una situación crítica. Luna la había ayudado en ese sentido pero al despertar tendría que lidiar con todo aquello.
Fue cuando sintió que la sacudía.
—¿Eh? ¿Quién? — Dijo somnolienta.
—¡Princesa Celestia! — Dijo alegremente Dash.
Celestia sacudió la cabeza.
—¿Rainbow Dash? ¿Te encuentras bien? ¿Qué estás haciendo aquí?
Rainbow sonrió, más relámpagos de energía de velocidad se generaban en su cuerpo, con sus plumas erizándose debido al gran poder.
—¡Estoy de lo más bien! Este accidente me dejó mejor que nunca, pero Twi y las demás están preocupadas y bla, bla, bla, lo de siempre. ¿Podría venir por favor?
Y desapareció como un borrón azul y relámpagos arcoíris.
—¿Qué diablos? ¿Estoy soñando?
Luna entró a su habitación.
—Tia, acabo de recibir una visita muy interesante del Elemento de la Lealtad, ¿la viste moverse?
Y eso terminó de despejar a Celestia.
—Es mejor que vayamos a Ponyville — dijeron a la vez.
Rainbow Dash regresó alegremente al Palacio de Twilight.
—Eso duró, ¿cuánto? Dos minutos, menos.
—Eso no es lo que cuenta Rainbow Dash — dijo Twilight. — ¿Pero en serio fuiste tan rápido hacia Canterlot?
—¡Soy la más veloz! ¡Ya quiero encontrarme con Flash!
Fue cuando dos alicornios se materializaron en el Palacio.
—¿Alguien sería tan amable de explicar qué está pasando aquí? — Preguntó la Princesa Luna.
—Precisamente por eso las llamamos — se excusó Twilight, — aunque Rainbow Dash no debió ser tan grosera para despertarla pero gracias por venir tan pronto. Necesitamos ayuda para ver qué le pasa…
—¿Se refieren además de esa velocidad? — Preguntó la Princesa. — Con gusto… ¿pero en dónde se encuentra Rarity Belle?
—Ahora que lo menciona…
Era cierto, no habían visto a Rarity desde que se había retirado del hospital, ¿qué pasó con ella?
—Le mandé una nota hará como una hora — dijo Spike, — pero no me ha respondido.
Entonces tocaron la puerta y Twilight abrió con su magia.
—Perdón por la tardanza amigas, — dijo Rarity. — Pero con todo lo que pasó tuve la urgencia de ir a resolver ciertos cabos sueltos que tenía en Canterlot. Además que traje un par de amigos que tal vez puedan ayudar un poco a comprender la situación.
Detrás de ella un notablemente incómodo Blue Blood y su asistente Barry Allen entraron.
—Perdonen la intromisión… — murmuró Barry.
—Como sea — gruñó por lo bajo Blue Blood. — ¿No podría retirarme? No sé qué pinto yo aquí.
Rarity le dirigió una gélida mirada que él le devolvió con indiferencia.
Pero dejando todo aquello de lado la presencia de los dos ponis sí extrañó a todas, ¿por qué los había traído Rarity? No era que desconfiaran del juicio de Rarity, ella sabía bien lo que hacía pero de todos modos se les hacía raro.
Igual fue Rainbow Dash la que decidió romper el hielo:
—Como sea, ¿tú eres el asistente de Blue Blood, no? ¿Cómo te llamas?
Barry sonrió y extendió su casco hacia Rainbow.
—Mucho gusto Rainbow Dash, mi nombre es Barry Allen … — dijo el chico y de improviso generó relámpagos de energía cinética color dorado…
De nuevo fue como si el mundo se congelara, todos tenían su mirada fija en los dos pegasos que se habían dado el casco, una con la boca y los ojos abiertos a máxima capacidad, pero pronto su expresión de sorpresa se convirtió en una de desafío; por su parte Barry seguía con una expresión más bien relajada, y tras un guiño desapareció en un relámpago rojo y dorado; sólo para regresar dos segundos después con su característico traje rojo.
—¡FLASH! — Gritó Rainbow. — ¡Prepárate!
—Tienes un gran don Rainbow Dash. El estar conectada a la Fuerza de la Velocidad es lo mejor que pudo haberte pasado, pero tienes que aprender a controlarlo. Yo te puedo ayudar.
—Yo sé lo suficiente de volar rápido, eso es lo que hago Flash.
—Esto va mucho más allá de volar rápido. Tu don apenas está despertando, pero con la guía adecuada podrás hacer cosas que jamás te imaginaste.
—¿Y me estás diciendo que serás tú quien me guíe? — Desafió Dash.
—Es lo más aconsejable.
Y en ese punto fue donde Twilight intervino.
—¡Bueno ya! ¿Cómo sabemos que realmente podemos confiar en ti? ¿Quién eres Barry Allen? ¿Cómo es que nunca hemos oído de ti? Y tú Rarity, ¿cómo fue que lo encontraste?
—Twi querida, fue una larga historia; en serio. Pero no tan larga y tan inverosímil como la de Barry. Pero yo estoy segura que puedes confiar en él.
—Pero atacó a Twilight — dijo Pinkie Pie.
—No la ataqué, sólo quería que soltara a mi amigo, ¿no como Princesa de la Amistad debería entenderme mejor que nadie? Además jamás tuve la intención de dañar a nadie, vine a esta tierra lejana sólo para bucar a su amiga Rainbow Dash.
—¿Cómo que buscarme? ¿Quieres pelea o algo? — Amenazó la pegaso.
—¡Calmémonos todos por favor! — Exigió la Princesa Luna. — Pero ten en cuenta esto joven Allen, lo que acabas de ayudar no ayuda a tu caso en lo más mínimo…
—Sin embargo podemos determinar muy fácilmente si Barry Allen es de fiar — dijo la Princesa Celestia. — Dime muchacho, ¿si quisiéramos ver dentro de tu mente nos lo permitirías?
Barry miró a su alrededor y asintió suavemente.
—De acuerdo, vean todo lo que necesiten.
Bajó la cabeza listo para lo que fuera, y las tres alicornios dispararon un rayo a su cabeza. Una especie de ventana se abrió frente a todas, mostrando a un pequeño niño humano levantándose de su cama para ver qué ocurría escaleras abajo.
—¿Humanos? — Susurró Twilight sin entender.
En la nube de recuerdos el niño se topó con una mujer siendo atacada por un destello amarillo que estaba por matarla.
—¡Barry, corre! — Gritó la mujer.
El destello tomó forma a medias, un hombre en un traje amarillo y los ojos rojos. Lo siguiente que supo el niño fue que fue atrapado por un destello escarlata y fue dejado en un parque muy lejos de su casa.
Cuando regresó a su casa su padre fue arrestado por un crimen que no cometió y nadie le creyó al chico, absolutamente nadie. El niño se hundió en una profunda depresión, por suerte fue adoptado por el policía a cargo del caso que lo crio con todo el amor de un verdadero padre a pesar que jamás creyó en la inocencia de su padre biológico.
Pasaron los años, el niño creció para convertirse en investigador forense de Central City siempre atado a la vaga esperanza que algún día probaría la inocencia de su padre biológico, aunque siempre consideró al otro como su verdadero padre. Su esperanza se convirtió en obsesión por aquellos casos 'inexplicables' que sucedían a su alrededor siempre en busca del asesino de su padre.
Después de eso sufrió su accidente, los famosos laboratorios S.T.A.R. estaban por arrancar el acelerador de partículas más grande de todo el mundo; un suceso esperado por todos en la ciudad pero que súbitamente terminó en tragedia cuando explotó. Barry se encontraba en su laboratorio de la policía de Central City cuando uno de los relámpagos causados por la explosión del acelerador lo golpeó lanzándolo contra sus muestras de químicos.
—¡¿QUÉ?! — Gritaron todas al unísono.
Pero eso fue sólo el inicio, cuando Barry despertó en los laboratorios S.T.A.R. en compañía de la doctora Caittlin Snow y Cisco Ramón que le explicaron cómo sus células habían cambiado con el accidente convirtiéndose en lo que conocían como un meta-humano. Pero no era único, el accidente mutó a una gran cantidad de personas en Central City quienes usaban sus nuevos poderes para cometer fechorías; y por si fuera poco el dueño de los laboratorios S.T.A.R. el doctor Harrison Wells se negaba a hacer algo al respecto… al principio, pero tuvo un misterioso cambio de corazón y los tres científicos se convirtieron en su equipo de apoyo mientras que Barry se convirtió definitivamente en The Flash.
Fue luchando uno a uno contra diferentes meta-humanos casi siempre saliendo victorioso. De hecho un humano normal pero armado con una herramienta de gran poder era el que le daba más problemas: Snarl, mejor conocido como Captain Cold. Incluso en varias ocasiones tuvo que aliarse con el justiciero enmascarado de Starling City; un tal Green Arrow, el multimillonario Oliver Queen; y esto fue lo que más llamó la atención de Blue Blood.
Entonces entre tantas batallas, Flash se topó con él, el asesino de su madre: el hombre del traje amarillo.
—No soy nada como Flash, podríamos decir que soy el Reverso.
Barry tuvo que hacer crecer sus habilidades para acercarse a las de Reverse Flash, quien resultó ser un rival demasiado difícil, con el tiempo tuvo varios accidentes como la vez que corrió tan rápido que viajó al pasado.
—¡SÚPER! — Gritó Rainbow Dash mirando sus cascos de las cuales seguía surgiendo energía cinética.
—Imposible, imposible — decía Twilight. — ¡Esto no está pasando de lo imposible a lo absurdo!
Los recuerdos seguían, sobre cómo reveló que el supuestamente buen doctor Wells no era sino el propio Reverse Flash, Eobard Thawne, quien lo estuvo utilizando todo este tiempo, para hacer crecer sus habilidades y así obligarlo a seguir sus propios fines.
Lo derrotaron viajando de nuevo al pasado, esta vez al incidente cuando su madre murió; con Thawne queriendo matarlo a él como un niño; pero al ser salvado por su versión mayor y súper veloz mató a su madre por la frustración.
Y luego vino lo duro, Jay Garrick; el velocista de Tierra 2 que vino a advertirles sobre el velocista malvado Zoom quien se dirigía hacia allá para acabar con Flash. De nuevo Barry se vio en la necesidad aprender a desarrollar sus habilidades para detenerlo, sólo para ser traicionado de nuevo. Garrick todo el tiempo fue Zoom y de nuevo estuvo alimentando el poder de Flash como alimentando un ganso navideño y así al final reclamar su premio. En su desesperación Barry se vio absorbido dentro del a Fuerza de la Velocidad que le dijo que tenía que encontrar en su interior el poder para derrotar a Zoom y finalmente reestablecer la paz.
Ganó, pero antes Zoom reclamó un trofeo: el padre de Barry.
—Por suerte Barry tiene padres de sobra para asesinar, — fueron sus palabras.
Finalmente su conversación final con Iris West, y su carrera para cambiar el pasado una vez más; y por supuesto su charla final con la Fuerza de la Velocidad:
—¡¿Es que no existe un velocista en quien pueda confiarse plenamente?!
—Existe uno Barry. Lo estoy viendo ahora mismo.
—¿Qué quieres que haga? ¡Dime lo que quieres!
—Conviértete en el mentor de la velocista que está por despertar en un mundo lejano. Muéstrale que los velocistas son de confianza mientras que lo aprendes por ti mismo. Así como ellos intentaron arrebatarte todo tratando de moldearte a su semejanza, tú enseña con el ejemplo. Demuéstrales a Reverse Flash y a Zoom que no estás vencido. Guía a esta velocista por el camino correcto Barry.
Los recuerdos se interrumpieron súbitamente y Barry miró a su alrededor. Las yeguas lloraban conmovidas por todo, sabían que tenían ante sí a un verdadero héroe; que a pesar de todo y todos jamás dudó en usar sus poderes para hacer el bien.
—¿Por dios cómo has podido aguantar tanto? — Dijo Celestia sorprendida.
—No lo sé, pero supongo que por eso fue que me eligieron para guiar a la joven Rainbow Dash — respondió Flash con media sonrisa. Entonces se concentró en Dash. — ¿Entonces, me permites que te enseñe?
Rainbow Dash se limpió las lágrimas y bajó la cabeza.
—Desde que te conocí sólo quise una cosa: vencerte, quise ser como tú y derrotarte en tu propio juego Allen. Pero ahora…
Levantó la cabeza con una mirada llena de orgullo.
—Si llego a ser la mitad de buena que tú, lo consideraré un éxito. Barry Allen, eres el poni más leal que jamás he conocido…
—Tal vez exageras…
—¡Amigo! Si hubieras nacido en Equestria serías tú y no yo quien portara el Elemento de la Lealtad. Será mi mayor orgullo ser la alumna de The Flash.
Flash sonrió.
—Sigo pensando que exageras pero…
Luna fue la que habló.
—¿Exagera? Nunca había visto a un poni que hiciera tantos sacrificios. A veces te dejaste llegar por tus podres Barry Allen pero… tu corazón siempre estuvo en el lugar correcto, y me inclino ante ti, porque eres un verdadero héroe.
Y efectivamente la mismísima Princesa de la Noche hizo una profunda reverencia en honor a The Flash. Todas siguieron su ejemplo, después de todo él era un héroe hecho y derecho; y Barry se sintió ligeramente incómodo, pero por suerte nadie mejor que Rainbow para interrumpir momentos así:
—¡Já! ¿Lo ves Twi? ¡Ya no eres la que tiene al maestro más genial! ¿Y cuándo empezamos Barry?
Flash sonrió. Los rayos de energía cinética pura comenzaron a surgir de ambos.
—¡Atrápame si puedes!
Y salió disparado por la puerta. Rainbow gritó de emoción y salió tras él:
—¡FLAAAAAAAAAAASH!
Este era el cap obligatorio de la revelación de Flash, todavía falta la Flecha pero mientras tanto mostraré el entrenamiento de Rainbow Dash con el velocista escarlata. Espero les haya gustado como siempre:
Chao; nos leemos!