Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo
Chapter 10: Chapter 9
Previous Chapter Next ChapterCarrera 9:
Contratiempos propios de los velocistas
Los Wonder Bolts se dirigían sin mucha energía a su estadio, tenían una miembro en el hospital y la verdad no tenían ganas de entrenar con ella en un estado crítico pero había una presentación a la vuelta de la esquina y no podían estar fuera de forma. Además que se podía lidiar mejor con su preocupación cuando estaban agotados físicamente.
Cuál no sería su sorpresa al encontrar marcada la tarjeta de entrada de Rainbow Dash, ¿es que ya le habían dado de alta del hospital? ¿Cómo era eso posible? Y más importante, ¿cómo es que esa irresponsable no estuviera en reposo después de sufrir un accidente así?
—¡Maldita sea! Me alegro que se encuentre bien pero la voy a mandar a casa ya mismo — declaró Spit Fire con firmeza. — Y una semanita más de suspensión no le vendría nada mal… o un mes para que esta boba aprenda a reposar cuando lo necesita. ¡Idiota!
Los demás Wonder Bolts no dijeron nada, sólo siguieron a su líder a la pista principal en donde se toparon a Dash, pero también a otro poni; a un pegaso naranja envuelto en un traje rojo del cual resaltaba con un relámpago dorado sobre un fondo blanco en los flancos.
—De acuerdo, una vez más, ¿estás lista Rainbow Dash? — Preguntó el velocista escarlata.
—Yo nací lista, ¡muéstrame lo mejor que tienes Barry Allen! — Gritó Rainbow poniéndose en cuclillas y agitando sus alas. Relámpagos de energía cinética pura recorrieron su cuerpo.
Se activó el mecanismo que usaban los Wonder Bolts para marcar su salida, un plato disparado al aire, y ambos se convirtieron en dos borrones, uno escarlata rodeado de relámpagos dorados; y otro cian rodeado de relámpagos de todos los colores del arcoíris.
Los dos borrones recorrieron la pista de los Wonder Bolts (de unos cuatro kilómetros aproximadamente) a una velocidad de vértigo, todos podían ver claramente a esos dos relámpagos recorrer la pista entera tanto por tierra como por aire y regresar al punto de partida antes que el plato siquiera comenzara a caer.
Cuando vieron que todavía sobraba tiempo, los dos se sonrieron y dieron otra vuelta siempre a esa tremenda velocidad, tal vez incluso más rápido que antes, ¿cómo era posible que alguien se moviera así? Fue cuando regresaron y el plato apenas estaba comenzando a caer, así que Dash se rio y fue a recogerlo, siempre desapareciendo en un destello y regresando junto a Flash que dio un leve asentimiento en señal de aprobación.
—Se nota que estás acostumbrada a moverte a grandes velocidades, — se rio Flash, — recuerdo que antes que a mí me cayera un rayo llegaba tarde a todas partes.
—Bueno, yo era una gran atleta pero no puedo creer que me enorgulleciera de ser así de lenta… y ahora que lo pienso, ¿cómo será hacer la Sonic Rainboom a estas velocidades?
—Peligroso — dijo Flash frunciendo el entrecejo. — ¿No viste mis recuerdos? Debes tener cuidado Rainbow Dash, antes de querer superar tus límites debes aprender a respetarlos. Eso lo aprendí por las malas, si no controlas tu velocidad pueden pasarte cosas muy malas.
—¡Estoy de acuerdo! — Se unió Spit Fire. — ¿Y en serio pueden explicarnos qué diablos pasa aquí? primero la cadete Dash estaba en estado crítico en el hospital y ahora esto…
Rainbow se sonrojó ligeramente pero sonrió orgullosa de poder mostrar su nuevo poder.
—¡Ah, es una larga historia Spit Fire pero seguro te encantará! Todo comenzó cuando conocí a mi nuevo maestro en Canterlot, por cierto él es Flash el pegaso más rápido del mundo… por el momento, dentro de nada le quitaré el título.
—Sí, cuando termine de enseñarte a usar tus poderes y vuelva a ser el hombre más rápido del mundo — dijo Flash alegremente. — Pero bueno, si tus amigos los Wonder Bolts entonces yo me retiro, no quiero llegar tarde o el jefe Blood se va a molestar.
Y antes que nadie pudiera decir nada, desapareció de nuevo en el destello rojo y dorado.
—¿Entonces, qué decías Dash? — Quiso saber Spit Fire.
Rainbow se sonrojó ligeramente pero al final le dedicó una amplia sonrisa, por mucho que la castigara Spit Fire, estaba demasiado emocionada con sus nuevas habilidades así que pasara lo que pasara ella estaría siempre de buen humor.
—Pueees, es una larga historia, digamos que el relámpago de Twilight en lugar de matarme me hizo mil veces más veloz que nadie, ¿o no me vieron?
—Sí pero… eso no es normal — argumentó Soarin. — ¿No vas a terminar lastimándote?
—¡Claro que no! ¿Vieron a mi amigo Flash? A él le pasó exactamente lo mismo que yo y no le ha pasado nada, en todo caso se hizo veinte por ciento más genial.
—Ya…
Rainbow les contó lo que pudo, que no era mucho. Flash era un velocista, un poni que había dominado el poder de la velocidad debido al mismo accidente que sufrió ella; y cuando supo de su accidente se ofreció a enseñarle lo que podía para que aprendiera a controlar sus poderes. Los Wonder Bolts escucharon pacientemente y al final Spit Fire asintió.
—Al menos estás bien, ¿entonces crees que estás lista para volver a la pista?
—¡Claro!
—Entonces vete por tu uniforme y…
Rainbow desapareció en un borrón cian con pequeños relámpagos multicolor y regresó vestida con el uniforme Wonder Bolt en menos de un segundo.
—Lista.
Spit Fire levantó una ceja pero mejor no hizo más comentarios y comandó:
—¡Atención! ¡Todos a sus puestos! Tenemos una presentación en menos de dos semanas y tenemos que prepararnos. ¡YA!
Los Wonder Bolts obedecieron a su comandante y se pusieron en posición, y luego que Spit Fire les indicara la maniobra a realizare estaban en el aire. Todos se levantaron y comenzaron a volar en perfecta sincronía, excepto por cierto borrón tan veloz que sus movimientos no podían ser percibidos.
—¡DASH! — Exigió Spit Fire.
Rainbow paró.
—¿Pasó algo? — Dijo ingenuamente Rainbow Dash, pero en eso se dio cuenta que estaba al otro lado de la pista y que todos estaban mirándola confundidos.
—¡Maldita sea Dash! ¡Concéntrate! — Gritó Spit Fire.
—Pero hice la maniobra a la perfección…
—No cuenta si nadie ve lo que haces — protestó Fleet Foot.
—Como sea, regresemos al principio — gruñó Spit Fire.
De nuevo se pusieron en posición pero al marcar la salida, Rainbow maniobró lo más cuidadosamente que pudo para que todo saliera a la perfección y llegar a la meta limpiamente, cuando se dio cuenta que todos estaban apenas en el primer movimiento…
—Okay, tengo la sensación que esto va a ser un problema — dijo Soarin.
—¿Tú crees? — Dijo Fleet Foot. — ¡Dash! ¿Qué crees que haces?
—Pero yo…
—La tercera es la vencida — dijo de mala gana Spit Fire. — ¡De nuevo!
Todos bajaron y se pusieron en posición, esta vez con el resto de los Wonder Bolts mirando cuidadosamente a Rainbow que se puso en cuclillas con todos los demás. Tenía una sonrisa de satisfacción en su rostros y los pequeños relámpagos multicolor recorrían su cuerpo. El asistente de la pista marcó la salida, todos se prepararon para salir pero a una señal de Spit Fire no salieron, en lugar de eso vieron a Dash desaparecer en aquel destello. Era tal como las últimas veces, sólo se veía el torbellino de color recorrer la pista a grandes velocidades y llegar a la pista sin contratiempos.
—¿La buena noticia? — Dijo Soarin. — Veinticinco segundos, rompiste un récord. ¿La mala? No podemos seguirte el ritmo.
—Pero yo…
—Dash, eres un demonio de la velocidad, ahora mucho más que antes — dijo Fleet Foot. — Pero en serio, si no nos coordinamos bien no nos servirá de nada.
—Pero yo…
—Una última oportunidad — confirmó Spit Fire. — Pero en serio, contrólate…
—¡Pero me controlo! — Protestó ella. — Esto no es ni la mitad de rápido que puedo volar ahora.
—Sí, recuerdo cuando desapareciste y regresaste con tu uniforme…
—Eso tampoco fue nada.
—Muéstranos entonces.
Rainbow sonrió y de nuevo se puso en posición mientras que Soarin preparaba su cronómetro. Se acuclilló, su cuerpo se cubrió de energía cinética pura y desapareció por unos instantes; y regresó justo detrás de Soarin.
—¿Y bien?
—Ni pude encender el cronómetro…
Spit Fire no dio su casco a torcer.
—De acuerdo, puedes seguir entrenando aquí con tu maestro cuando la pista esté vacía… pero hasta que no sepas cómo controlarte no regreses a las prácticas.
—¡Pero Spit Fire!
—¡Sin peros! La gracia de nuestros shows es que el público nos vea maniobrar, pero tú desapareces de la vista completamente. Cuando estabas en coma te prometí que te retiraría tu suspensión, y lo prometido es deuda; pero lo más importante para un Wonder Bolt es el trabajo en equipo, y hasta que no ganes control no podemos trabajar contigo.
Rainbow suspiró.
—Comprendo, y Flash tenía que disimular sus habilidades constantemente así que algo me puede aconsejar. Gracias…
Entonces desapareció en otra demostración de velocidad pura.
—¿En serio qué diablos?
—¿Tengo cara de saber? ¡Adelante, a practicar!
De momento Rainbow Dash había regresado a su casa y lo primero que hizo fue vaciar su refrigerador. Suspiró, entre todo lo que le había advertido Barry era que al quemar tanta energía con su nueva velocidad, necesitaba comer diez veces lo de antes.
—Supongo que debo ir al supermercado, pero no han abierto aún…
Rayos, pero fuera de esos pequeños inconvenientes no cambiaría sus nuevas habilidades por nada del mundo; ¿cuándo podría viajar en el tiempo o a otras dimensiones como lo hacía Flash?
—Pero ya verás Barry, yo seré la número uno de todos los velocistas de todos los mundos.
Pero mientras tanto necesitaba a su maestro para practicar, y ahora mismo él se encontraba trabajando con el idiota de Blood. ¿Por qué seguía trabajando con él a pesar que ella misma le ofreció alojamiento? ¿O Twilight? Bueno, ya qué; de momento tenía mucho tiempo que matar así que se fue por su colección completa de Daring Do mientras esperaba a que abriera la tienda.
Comenzó a leer alegremente y como siempre la emocionante historia la sumergió de tal modo que antes que se diera cuenta terminó el primer libro, así que tomó el segundo… y luego el tercero. Se estiró perezosamente en su cama, con esto ya pudo haber matado suficiente tiempo, ¿no?
El reloj marcaba que sólo habían pasado cinco minutos.
¡¿QUÉ?! ¡PERO SI YO LEÍ TODOS LOS LIBROS COMPLETITOS! ¿POR QUÉ?
Tomó otro tomo y lo leyó siempre teniendo cuidado de no saltarse ni un párrafo ni perderse ningún detalle. Miró el reloj, concentrándose así sólo tardó un minuto en completar el libro aquel.
—Lo único que me faltaba, ¡leer a súper velocidad!
Y de mala gana mejor se fue a la biblioteca del nuevo Palacio de Twilight, con un poco de suerte ya la encontraría despierta. Estiró sus alas, y luego que el mundo se convirtiera en un borrón indefinido a su alrededor estaba frente al hogar de su amiga.
—¡Twilight! ¡Spike! ¡Starlight! ¿Están despiertos?
Spike le abrió.
—Hola Rainbow Dash. Estábamos por empezar a desayunar, ¿quieres acompañarnos?
—¡Por favor! Estoy hambrienta — dijo Dash entrando tras el dragón. Y en serio lo estaba, maldito metabolismo de velocista.
Twilight estaba sirviendo café mientras que Starlight ponía la mesa, y ambas le sonrieron a su amiga.
—¡Rainbow Dash, buenos días! ¿Qué te trae por aquí?
—Digamos que empecé a tener problemas con esto de la súper velocidad, tengo mucho que entrenar con Flash pero se fue a trabajar con Blue Blood y… me puse a leer mi colección de Daring Do mientras lo esperaba.
—Bueno, me suena una excelente forma de pasar el tiempo — aprobó Twilight. — ¿Y bien?
—Twilight, leí la primera trilogía en cinco minutos. ¡Sólo cinco minutos! — Dijo Rainbow Dash. — Y con todo el cuidado que pude, en serio.
—¿Me estás diciendo que además de volar rápido lees rápido? — Se impresionó Starlight.
—No sólo 'rápido' sino súper rápido; sólo miren… es que no puedo evitarlo, antes que me dé cuenta todo lo que hago lo termino haciéndolo a súper velocidad…
Desapareció en un borrón cian y relámpagos multicolor y regresó con una torre de libros, la colección de 'los chicos Harley' una serie de libros de detectives muy populares entre los chicos entre diez y trece años. Entonces se puso a leer.
De no ser porque veían los ojos de Dash moverse de derecha a izquierda a una velocidad de vértigo al mismo tiempo que las páginas de los libros volaban a toda velocidad.
—¡Lo hizo el mayordomo!
Tomó otro.
—Fueron los tíos de la muchacha.
Tomó otro.
—Y este fue su hermanastro.
Iba a tomar uno nuevo pero Twilight la detuvo.
—¡Espera! Ya entendimos… increíble, jamás pensé que tener el poder de ser veloz podría ser tan fascinante — dijo Twilight emocionadísima. — ¿Crees que puedas ayudarme con unos experimentos?
—No aburras a la pobre desde ya Twi — dijo Spike. — En todo caso trata de esperar a Flash, después de todo Twilight lo invitó a almorzar, ¿recuerdas? Tal vez te pueda dar más claves de cómo controlar tu poder…
Rainbow pareció considerarlo.
—¿Sabes qué niño? Suena bien, sí, igual tengo que ir a la tienda y tal vez con Rarity.
—¿Y por qué con Rarity? — Se interesó Starlight.
Rainbow sonrió recordando su sueño en donde se topó con la mismísima Fuerza de la Velocidad un día antes de su accidente.
—Porque quiero que me diseñe mi propio traje de velocista. Si pudo hacer el uniforme de Mare-Do-Well entonces seguro tendrá en mente algo genial.
Todos asintieron pero Starlight pareció todavía excéptica.
—Usualmente no usamos ropa y ya les restregaste en la cara a todo el pueblo tu nueva velocidad, ¿por qué necesitas un traje?
Rainbow se sonrojó un poco.
—Vamos, no te avergüences, puedes decírnoslo Rainbow Dash — aseguró Twilight.
Rainbow se encogió de hombros.
—No sé, quiero que Flash esté orgulloso de mí. Digo, todos vieron que Barry es un gran tipo y realmente quiero ser como él: tan bueno, sacrificado y siempre dispuesto a todo por sus amigos.
—Aw… — dijeron a la vez Twilight y Starlight.
—Sí, como sea, ¿podemos comer?
No tocaron más el tema y comenzaron a comer mientras Rainbow se preguntaba qué hacer mientras esperaba a su profesor. Bueno, lógicamente podría volar y todo ya que para eso no necesitaba ayuda… pero todas sus tareas las terminaba antes que se diera cuenta. ¡Uf! Tenía que hacer algo y rápido.
—Me sigue sorprendiendo eso que un sujeto pueda correr tan rápido que termine en otra dimensión — dijo Starlight pensativa. — No tiene mucho sentido.
—Nada de lo que ha hecho Flash lo tiene — dijo Twilight. — Pero sí es sorprendente, cuando termine de ayudar a Rainbow Dash me gustaría preguntarle sobre lo de las Tierras 2 y 3, ha de ser muy interesante eso de las teorías del multiverso.
—¿Como la vez que Starlight…?
La unicornio rosa rechinó los dientes.
—¿Ya quieres dejar de recriminarme eso?
Spike levantó sus garras como disculpándose.
—No me refería a eso Starlight, me refería al hecho que bastaba con cambiar un pequeño detalle para que la Equestria en la que vivimos cambiara por completo. Imagino que así funciona el multiverso, ¿no?
Twilight le dio la razón.
—Es un buen punto Spike. Y sí… dejando de lado lo que pasó entre nosotras la experiencia nos permitió visitar lo que podríamos decir las Equestrias 2, 3, 4, etc. Todas las probabilidades de lo que hubiera sucedido en Equestria.
Rainbow Dash les trató de seguir el ritmo pero al final se pusieron muy técnicas y la aburrieron. Pero entonces se le ocurrió algo.
—¿Oigan, y creen que en uno de esos otros universos me haya convertido también en una velocista?
Las dos se callaron.
—Pueeesss… ya probamos que todo puede ser posible así que no veo por qué no — opinó Twilight. — Pero recuerda que esas Equestrias no existen ya porque evitamos que…
—No sé, yo creo que existen paralelas a la nuestra — dijo Spike. — Ya saben, como ocurre en la Crisis; ese evento que hizo que los Power Ponies se encuentren con múltiples versiones de ellos mismos en…
—Spike son cómics no la vida real — suspiró Twilight.
—Pero sería interesante, eso sí — admitió Starlight.
Equestria 4, la Tierra de la Noche Eterna:
La absoluta Reina de la Noche, Nightmare Moon se encontraba en su trono contemplando su Astro con malicia. Podía sentir los débiles intentos de su hermana por liberarse como lo hizo ella hacía tantos años. Se rio, le encantaba que los papeles estuvieran cambiados.
—Nada más satisfactorio de ser la Reina — se dijo ella. — ¡Rápido! Que alguien me traiga mis aperitivos.
Su mayordomo, Rarity, se acercó inclinándose respetuosamente ante su Reina.
—Sus sándwiches de pepino justo como le gustan, su Majestad.
—Perfecto — se dijo Nightmare relamiéndose. — Nada mejor para celebrar que soy la…
Se calló cuando un escándalo proveniente de los pasillos de su Palacio. Se levantó, ¿qué demonios?
Las puertas al Salón del Trono se abrieron violentamente y uno de sus soldados fue arrojado muerto a sus cascos. Rarity soltó un grito de horror y se hizo violentamente hacia atrás mientras que la Reina de la Noche se adelantó con su cuerno preparado.
—¿Quién fue el insolente?
Ante sus ojos el pasillo que se dirigía a su Trono, usualmente con varias tropas de guardias con las instrucciones de asesinar a quien osara interrumpir a su Majestad, estaba lleno de los cadáveres de sus soldados. Todos con la expresión seria de siempre, como si no hubieran visto venir a quien los mató.
—¡Muéstrate! — Rugió Nightmare haciendo retumbar el Palacio de la Noche.
Entonces se mostró. No era más que un borrón cian rodeado de relámpagos multicolores, hasta que se materializó como una pegaso que la miraba con expresión desafiante. Era color cian, musculosa con la melena arcoíris peinada en estilo Mauhauk para darle un toque mucho más intimidante.
—Cuánto tiempo mi Reina, no nos habíamos visto desde que trató de… no sé… ¿asesinarme?
Nightmare Moon levantó una ceja. Era cierto, esta fue yegua fue anteriormente una de sus soldados, una insolente guardia que haciendo su patrulla se atravesó en el camino de su Real Majestad de la Noche haciéndola tropezar; así pues Nightmare le dio su justo castigo al lanzarle un relámpago fulminante que la arrojó contra el muestrario de pociones del Palacio pero que la dejó frita. Incluso recordaba cómo dejó el cadáver en el bosque para que fuera alimento de mantícoras o lo primero que se atravesara para comérsela.
—¿Cómo es que estás viva? ¿Qué diablos haces aquí? — Dijo Nightmare con cautela.
Rainbow Dash se rio de forma bastante desagradable, creando más relámpagos de su cuerpo; relámpagos que erizaron sus plumas de forma amenazadora.
—¿Cómo estoy viva? Ni puta idea. En cuanto a qué hago aquí… digamos que he venido a darle las gracias por el relámpago que me lanzó. En verdad cambió mi vida, mi reinita…
Más de los guardias de Nightmare se acercaron para rodear a Rainbow que de nuevo se rio como idiota al tiempo que los unicornios del escuadrón le arrojaron dos docenas de ataques mágicos a la vez.
La ex soldado desapareció en un borrón de nuevo y se materializó esta vez frente al líder del escuadrón. Levantó su casco, el cual comenzó a… ¿vibrar? Y se lo insertó en el cuerpo, justo a la altura del corazón. El soldado se tambaleó y cayó muerto mientras que Dash sacaba su casco cubierto de sangre y sonreía divertida.
—¿Alguien más?
Los soldados gritaron y corrieron a luchar, pero de nuevo sólo vieron una especie de destello multicolor que los rodeó a todos a gran velocidad y al final se materializó justo frente a la Reina Nightmare Moon. Tras Dash, todos los soldados cayeron muertos y ésta ensanchó su sonrisa.
Nightmare retrocedió un par de pasos.
—¿Cómo es posible?
—Como dije ni puta idea pero estoy agradecida porque estoy segura que su relámpago tuvo todo que ver con esto, ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
De nuevo desapareció y ésta vez fue Nightmare la que sintió cómo el casco vibrante penetraba en su cuerpo justo a la altura de su corazón arrancándolo de golpe. Más sirvientes y soldados llegaron a ver qué sucedía en el momento justo en que el cadáver de la alicornio oscura caía ante Rainbow Dash que siguió riéndose como loca hasta que se calmó y con sus ojos relampagueantes de locura los enfrentó.
—¡Atención todos! El Reino tiene nueva administración. Los que estén a favor inclínense ante su nueva Reina Veloz, quienes no… hablen ahora y luego callen para siempre.
Todos los sirvientes, incluyendo a la aterrada Rarity, se inclinaron pero no así los soldados de los cuales más de la mitad permaneció en pie; siempre desafiante ante la usurpadora.
—Como quieran — dijo ella aburridamente mientras aceleraba de nuevo.
Fue menos de medio segundo, todos cayeron abatidos con el cuello partido.
—¿Otro que quiera ser valiente?
Nadie, así pues la velocista malvada clavó su mirada en Rarity que se puso a temblar.
—Rarity… ¿no somos amigas de la infancia?
—¡No me lastimes Rainbow Dash! — Gritó la modista.
—No pensaba hacerlo, pero te conozco bien y sé que tú le harás justicia a mi nuevo poder. Ve y diseña un uniforme para tu nueva Reina, uno que diga a los cuatro vientos quién es la más rápida del mundo sin excepciones…
Rarity tembló de nuevo pero asintió.
—¿Qué pasó contigo Rainbow Dash? — Murmuró muy asustada.
Desgraciadamente fue escuchada por Dash.
—¡Yo qué sé! ¿Me arrojaron un relámpago y me dieron por muerta tal vez? Como sea, Dash era débil y tenía la cabeza llena de sueños. No, no tengo nada que ver con esa patética pegaso que alguna vez fui. Digamos que a partir de ahora, ¡SOY EL REVERSO!
Y se rio de forma siniestra, tanto que el Palacio entero tembló ante su nueva dueña.
Absurdo sí, pero creo que me apegué al estilo de DC y sus tierras múltiples. Espero les haya gustado la introducción de Reverse Dash, aunque no aparecerá como enemiga sino hasta más adelante. De momento me despediré con el:
Chao; nos leemos!