Login

Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo

by Mr.E's-pen

Chapter 3: Chapter 2

Previous Chapter Next Chapter

Carrera 2:
Una extraña misión del Cutie Mapa

Blue Blood y Barry se encontraban en la guarida del príncipe. Durante la última hora y media Barry se había dedicado a contarle toda la situación a Blue Blood. Sobre cómo venía de un mundo humano y cómo allá era un velocista que luchaba contra el crimen que obtenía sus poderes de una fuerza cósmica que por alguna extraña razón tenía conciencia propia; y por supuesto cómo luego de toparse con mentores que le fallaban una y otra vez finalmente la Fuerza de la Velocidad lo envió a él a convertirse en un mentor por su cuenta a este mundo. Y durante todo el tiempo Blue Blood escuchaba con una expresión imperturbable y no interrumpió salvo para pedirle a Barry que aclarase alguno que otro punto.

—La cosa es que poco después de nuestro intercambio hostil de cuando nos conocimos me fui a la biblioteca más cercanas a aprender lo que pudiera sobre costumbres de ustedes los ponis. Creo que tengo lo básico para moverme sin problemas pero igual necesitaría un poco de ayuda con los detalles. Y pienso que si la Fuerza de la Velocidad me mandó contigo en primer lugar tiene que ser por algo…

—Ajá, ¿es que acaso tengo cara de velocista yo? — Dijo Blue Blood levantando una ceja.

—No, me refiero a que creo que eres alguien en quien puedo confiar, sobre todo porque al igual que yo tienes un secreto que ocultas por el bien de los que te rodean, ¿o no es así?

Blue Blood simplemente sacudió con fuerza la cabeza al tiempo que gruñía por lo bajo.

—Y lo peor de todo es que no te envío con el loquero más cercano porque te creo, puede que el que necesite más al loquero sea yo por creerte pero… a pesar de los muchos hechizos de alto nivel con los que protejo mi guarida te apareciste aquí sin más con lo que vi era una especie de tele-transportación a pesar de ser el hechizo más básico contra el cual protegí este lugar. Sin mencionar que tus habilidades de por sí son bastante extrañas.

—Deberías ver a los demás meta-humanos — sonrió Flash. — Además otro indicio que me indicó que eras el indicado es que me recuerdas mucho a Oliver, sólo te falta la ayuda de una Felicity o una organización de las sombras como A.R.G.U.S. Pero fuera de eso,

—Sí, sí, sí, sí, ya sé — dijo Blue Blood de mala gana. — El sujeto se robó hasta mi historia de origen, lo entendí a la primera, ¿de acuerdo? Pero volviendo al punto, ¿qué es lo que quieres de mí? Que sea tu guía en este mundo, lo entiendo, ¿pero eso qué significa?

—Ya he averiguado algunas cosas en la biblioteca, como la historia del Reino y una explicación más clara de las tres razas ponis — explicó Barry. — Cuatro si contamos con los alicornios pero ellas se encuentran en su propia categoría. Pero pensé que con todo el equipo mágico que tienes aquí podrías ayudarme a detectar a este velocista. Por lo visto nada se te escapa, y a cambio puedo ayudarte. Solía combatir el crimen en Central City.

Blue Blood pareció considerarlo por unos instantes. De hecho el tener un poco de ayuda no le sonaba nada mal, esa noche Caballeron se hubiera escapado lejos de su alcance de no ser por Barry, y odiaba admitir que no sería la primera vez. La Flecha trabajaba sola, eso siempre había sido así desde su regreso de esa isla desierta, pero cada vez era más un reto conforme sus blancos se hacían más listos y tendían más trampas para no quedar abatidos por su arco justiciero. Necesitaba ayuda y un metaponi no sería un mal apoyo para la causa.

—¿Siempre haces las cosas así de aceleradas, Barry?

—Pues un poco — se encogió de hombros Barry. — Un buen cambio de cuando siempre llegaba tarde a todos lados.

—Mi única pregunta es, ¿cómo aprendiste todo sobre la historia de Equestria y las tres razas ponis en sólo un día?

—Medio, el otro medio día me mantuve en un campo aprendiendo a usar mis alas. Ahora puedo decir que vuelo de forma bastante decente, ese es un súper poder que siempre quise tener y ahora…

Extendió sus alas y desapareció de un lado de la habitación para aparecer del otro, con sus pequeños relámpagos dorados erizando sus nuevas plumas naranja.

—No hay nadie más rápido en el aire que yo.

Blue Blood levantó una ceja.

—Así que aprendes rápido. ¿Qué tan rápido puedes dominar la administración empresarial?

—¿Tienes libros de eso? — Se interesó Barry.

—Alguno que otro.

—Pues depende, creo que no más de dos días.

Blue Blood asintió.

—Atendiendo mis nuevos clubes nocturnos y demases me he visto en la necesidad de tener un asistente, pero no hay nadie en que pueda confiar sin que haga demasiadas preguntas sobre a dónde van ciertas partes de mis fondos y por qué siempre luzco tan cansado durante las mañanas. Si puedes dominar una que otra tarea…

—Yo era médico forense pero supongo que algo puedo hacer.

Blue Blood asintió secamente y extendió su casco.

—¿Entonces trabajarás para mí como pantalla?

—Suena una buena pantalla mientras busco a mi velocista, pero en cuanto la encuentre…

—Te retirarás, lo tengo claro. Me da igual, después de todo alguien como yo no puede asociarse tanto tiempo con los mismos ponis.

Ponyville, palacio de la Princesa de la Amistad:

Alguien tocaba insistentemente la puerta, muy para el fastidio de Spike al que no le gustaba interrumpir su desayuno.

—¿Diga?

A.K. Yearling entró precipitadamente al Palacio muy para sorpresa de Twilight y Starlight.

—¿Señorita Yearling? — Se sorprendió Twilight. — ¿Qué hace aquí tan temprano?

Ignorando a Starlight, la autora tomó a Twilight de los hombros muy agitada.

—Tus amigas y tú son las únicas que conocen mi secreto y no sé con quién más hablar, por favor vengan… ¡es urgente!

Twiligth asintió algo sorprendida y tras pedirles a Starlight y Spike que fueran a pasar el día a otro lado se apresuró a llamar a sus amigas. Todas se encontraban igual de sorprendidas que Twilight de ver ahí a Daring Do pero más todavía pro el estado de ánimo de ésta. Se veía asustada pero más que todo algo deprimida.
Cuando todas estaban ahí ella depositó una caja frente a todas.

—Este es un tesoro que Caballeron me ganó en una pirámide a la cual todavía no había entrado. Pensaba venderlo al mejor postor como siempre y yo me disponía a recuperarlo y entregarlo a un museo pero…

—Estás yendo demasiado a prisa — dijo Fluttershy acercándole una taza de té. — ¿Por qué mejor no tomas un sorbo y ordenas mejor tus pensamientos?

Daring no era del tipo que se relajaba pero mejor le dio la razón y tomó su largo sorbo de té.

—De acuerdo, ¿alguien vio el periódico de hoy?

—Pues sí, ¿alguna noticia en particular que te interese? — Quiso saber Applejack.

—La muerte del anticuario Moldy Gold. Por favor díganme que a alguien le llamó la atención eso — dijo muy agitada Daring Do.

—Ew, no, mientras menos me entere de ese tipo de noticias mejor — se estremeció Rarity y Fluttershy asintió levemente de acuerdo con su amiga.

Daring las fulminó con la mirada.

—Ustedes no entienden, ¿verdad? Esto no se trata de…

—Tratemos de no precipitarnos — dijo Twilight levitando con su magia el periódico y abriéndolo. — Aquí está, Moldy Gold… ta, ta, ta, ta… famoso anticuario descubierto como un famoso traficante de tesoros; ladrón y saqueador de tumbas y museos… conocido en el bajo mundo como Lord Caballeron irónicamente igual que el villano de la famosa serie de novelas de Daring Do…

Twilight bajó el periódico y se volvió a ver a Daring Do que asintió despacio. Tragando saliva Twilight siguió leyendo:

La policía encontró pruebas de sus negocios ilícitos en un paquete anónimo enviado por fuentes desconocidas, cuando fueron a revisar el hogar de Caballeron para verificar la información obtenida e interrogarlo se fijaron que como ha venido sucediéndoles en los últimos meses se fijaron que el vigilante enmascarado de Canterlot conocido como la Flecha se les adelantó… y como sucede con muchos de los ricos corruptos en la mira del vigilante encontraron a Caballeron muerto frente a su propiedad.

—El artefacto que tienen ante ustedes me lo proporcionó la propia Flecha luego de encargarse de Caballeron y decirme que si alguna vez sentía deseos de convertirme en alguien como él, nos veríamos las caras.

—¡¿Qué?! — Se escandalizó Rainbow. — ¿Me estás diciendo que el muy maldito se atrevió a amenazarte?

Daring gruñó y se sostuvo la cabeza con ambos cascos mientras que temblaba toda.

—Ese no es el punto, ¡mató a Caballeron! Maldita sea, era una molestia y todo pero yo… ¡realmente me hace falta! Era genial luchar contra él y todo… y yo…

Lloró.

—En el fondo lo apreciaba, era el que mantenía mi vida interesante. Templos, trampas mortales, tribus ancestrales que te persiguen cuando tocas sus cosas; todo eso llenaba mi vida pero al final se volvió monótono, el único que mantenía mi vida interesante era Caballeron y sus planes. Y… ¡tengo miedo! No quiero que la Flecha se me tire encima como a muchos otros…

Twilight frunció el entrecejo.

—Es natural tenerlo, este asunto del vigilante de Canterlot ya ha ido demasiado lejos. Desde su aparición casos de corrupción han ido bajando y se lo reconozco, pero también el número de asesinatos.

—¿Entonces él mata a los corruptos? — Preguntó Rarity que como dijo andaba algo desconectada de las noticias sobre la Flecha.

—Sólo cuando no acceden a reformarse — dijo Applejack, que seguía el caso con interés desde que comenzó a salir en las noticias. — Primero intimida y si no se reforman entonces pasa a las medidas extremas: matarlos y recuperar lo que robaron, de no ser por el primer paso les digo que la Flecha tiene todo mi apoyo.

Twilight frunció el entrecejo ante la opinión de Applejack pero mejor no dijo nada. Mientras tanto el té relajante ya había hecho efecto en Daring y recuperó parte del dominio de sí misma.

—Yo sólo necesitaba hablar con alguien. La Flecha, había oído de él antes pero jamás pensé que sería así de aterrador en persona. Perdón si las molesté pero como dije ustedes son las únicas que conocen mi verdadera identidad.

—No importa, para algo están las amigas — dijo Rainbow. — Pero lo que me sorprende es que realmente crea que alguien como tú se convertiría en alguien como Caballeron.

—No me conoce ni le importa conocerme — dijo Daring. — Todo lo que ese loco quería era dejar en claro que me está vigilando porque no confía en mi forma de ganarme la vida.

—¿Quién se cree que es? — Gruñó Rainbow.

Twilight torció el gesto.

—Sí, me temo que esto es más un problema de la Princesa Celestia pero comprendo el sentimiento de querer compartir tus preocupaciones con amigos — dijo la alicornio morada.

—No me va a hacer nada, estoy segura porque no me meto en problemas — dijo Daring. — Pero como dije también me hará falta Caballeron. Era de esos ponis que no sabes cuánto llegas a querer hasta que se van de tu vida.

No se atrevieron a replicarle, pero en aquel momento los flancos de Rainbow Dash y Rarity brillaron. Todos se volvieron hacia Twilight quien sólo asintió y apuntó a la mesa con su magia haciendo aparecer el Cutie Mapa.

—Parece que nos invocan a Canterlot — dijo Rarity encantada.

—Y si puedo aprovecharé a intercambiar un par de palabritas con la Flecha — sonrió Rainbow encantada también aunque sus amigas la miraron con una mezcla de preocupación/reprobación.

No discutieron más y se fueron esa misma tarde en el mismo tren en el que Daring se había montado. La autora se sentía un poco mejor al tener que regresar acompañada, aunque nunca lo admitiría.

—¡Estación de Canterlot! — Anunció el inspector y todos los pasajeros se prepararon para bajar.

—¿Quieres que te acompañemos a tu hotel? — Preguntó Rainbow emocionada a Daring.

—No, no, ustedes tienen que ir al Palacio, ¿no? Vayan, si pasa algo las contactaré. Después de todo no es la primera vez que estoy en aprietos. Ya me ayudaron bastante acompañándome hasta aquí, así que tranquilas.

Rainbow asintió.

—De acuerdo, pero si de casualidad detenemos a la Flecha te avisaré de inmediato.

Daring le guiñó un ojo y se despidió mientras que las otras se dirigieron al Palacio de la Princesa Celestia. Como siempre se reportaron con ella que las recibió con una habitación preparada aunque al tratarse de un problema de amistad lo más seguro era que no tardarían mucho.

—Como siempre gracias por recibirnos Princesa Celestia — dijo Rarity haciendo una pequeña reverencia.

—Por nada, por nada — dijo ella con una sonrisa. — ¿Y bien? ¿Tienen alguna idea de cuál es su misión de amistad esta vez?

Rainbow hizo unos golpes al aire.

—No sé, pero espero con todo mi corazón que sea enseñarle una lección a la Flecha.

Celestia frunció el entrecejo.

—¡Ni se atrevan a nombrar a ese tipo de nuevo! ¿Se dan cuenta de lo peligroso que puede ser él? Tal vez él sólo ataca a los corruptos pero de todos modos no se arriesguen y no lo busquen porque no dudará en lastimarlas.

Rarity estuvo de acuerdo.

—¡Es verdad, la Flecha es la segunda peor persona con la que una puede cruzarse aquí en Canterlot!

Antes que cualquiera pudiera preguntar quién era la primera peor se chocó precisamente con Blue Blood.

—¡Y éste es el primero! — Se quejó ella de mala gana.

Blue Blood levantó una ceja pero ignoró olímpicamente a Rarity y siguió su camino.

—¡Sobrino! — Se sorprendió la Princesa. — ¿Qué haces aquí, creí que ya te habías mudado?

Blue Blood señaló hacia el pegaso naranja de crines rubias que tenía detrás de él y que cargaba dos enormes cajas equilibrándolas como podía en su lomo.

—Ay, ay… ¿qué demonios guardas aquí Ollie?

El príncipe rodó los ojos fastidiado.

—¡Te dije claramente que si vas a estar trabajando para mí tendrás que dejarme de llamar por ese estúpido apodo, Allen! Y ten cuidado, esa es mi preciosa colección de broches de corbata. — Entonces el unicornio blanco retornó su atención su tía. — Perdón por eso, como sea; ¿no recuerdas que te mandé una nota esta mañana con mi nuevo asistente? Iba a venir a recoger mis últimas cajas.

La Princesa Celestia trató de considerarlo.

—No lo recuerdo…

Blue Blood fulminó con la mirada al pegaso naranja.

—Allen…

—No me mires a mí, eso fue lo primero que hice esta mañana antes de ir al mercado por las cosas de tu dieta tan especial que tienes. ¿Sabes que si te molestaras en ejercitarte no tendrías que cuidar tanto tu línea? Se ha de haber perdido en la burocracia interna.

—Lo cual no me extrañaría — dijo la alicornio blanca pensativa. — En fin, vamos a comer todos juntos, ¿tu amigo y tú no quieren unirse?

Rarity abrió la boca a máxima capacidad pero prefirió tragarse su indignación, pero por suerte nadie lo notó excepto Blue Blood pero se limitó a mirar a su nuevo asistente.

—Allen, ¿y mi agenda para hoy?

—Repleta si es lo que preguntas. Apenas si tenemos tiempo de dejar tus piedras en tu casa…

—Son broches de oro y diamantes…

—Siguen siendo piedras pero brillantes.

Las reacciones fueron variadas: Blue Blood hizo un face-hoof de exasperación; Celestia y soltó una risita ahogada; Rarity tuvo que tragarse su indignación de nuevo y Rainbow Dash se desternillaba de risa en el suelo, aunque por unos momentos levantó la mirada para ver al pegaso naranja que le dedicó una amable sonrisa.

—Pero volviendo al tema el día de hoy está muy ocupado jefe Blood.

—Gracias Allen, entonces lo siento tía hoy estoy muy ocupado. Como siempre un placer ver a los Elementos de la Armonía yo me voy por aquí…

Entonces se fue seguido por Barry.

—¿No creen que el problema de Amistad se con él, verdad? — Dijo Rarity

La Princesa sonrió.

—Por suerte para ti no, ¿no lo ven? Parece que finalmente encontró un amigo. Cuatro años de confinamiento en esa isla parecen haberlo cambiado aunque sea un poco.

Esa noche:

El día había sido de lo más infructífero para las dos amigas buscando algún problema de amistad el cual resolver. Todo en Canterlot parecía en perfecto orden a pesar de haber sido enviadas ahí por el Cutie Mapa.

—Te digo que lo más seguro esto tiene que ver con el vigilante Rarity, está demasiado pacífico por aquí.

—Rainbow lo que sea que esté pasando…

Rainbow le puso un casco en la boca.

—¡Oye!

—Pst, mira eso… — dijo la pegaso señalando hacia adelante.

Rarity iba a preguntar qué pasó cuando miró hacia donde señalaba su amiga, era el jefe de personal del Palacio yendo hacia una esquina oscura. Viendo que era sospechoso Rainbow se elevó ligeramente.

—¡Rainbow ni se te ocurra tratar de encontrarte con la Flecha! — Dijo Rarity muy asustada.

Tarde, Rainbow desapareció tras una estela de polvo lista para enfrentarse a lo que sea.
El poni al que seguía simplemente se perdió más y más en las calles de Canterlot y se topó con una figura oculta entre las sombras.

—Toma, es la carta que se suponía iba a mandar al príncipe Rutherfort… — se apresuró a murmurar el pobre encargado.

—Perfecto, cámbiala por ésta — dijo la figura acercando una garra como de ave e intercambiando una carta por la otra.

El mayordomo tomó la nueva carta e iba a huir por una esquina, pero fue tacleado por Rainbow.

—¡¿Qué crees que haces?! — Le dijo la pegaso cian. — ¡La Princesa Celestia confía en ti!

—¡Por favor yo soy inocente! — Lloriqueó el empleado de la Princesa. — Por favor, mi madre está en el hospital y me dijeron que costearían los gastos siempre y cuando saboteara el tratado comercial entre yaks y ponis. ¡Yo no tengo nada que ver!

—La Princesa Celestia podría haberte ayudado — dijo enojada Rainbow arrebatándole la carta cambiada.

Rarity llegó trotando.

—¡Rainbow! ¿Qué crees que haces?

De todos modos ella siguió con el interrogatorio.

—¿Y bien?

—Mi madre lleva enferma demasiado tiempo… — lloriqueó él. — Tengo demasiadas deudas con ella así que…

—¡Rainbow ya deja tranquilo a este pobre poni! — Gritó Rarity. — ¿Qué no ves que no es más que un pobre tipo en una pésima situación?

Un golpe de viento les dio a las dos en la espalda como un objeto frenando a gran velocidad.

—Exacto, él es sólo una víctima de unos intereses mayores a él — dijo de pronto una nueva voz en el callejón. Sonaba extraña esta voz, como distorsionada como por vibraciones. Incluso su rostro se miraba borroso como si no pudieran enfocar bien sus ojos.

Las dos yeguas se pusieron en alerta, dándose cuenta de inmediato que estaban en un área poco recomendable; entonces encararon al poni que vestía una especie de traje rojo con dos símbolos como relámpagos dorados sobre un círculo blanco pintados en los flancos.

—¿Y tú quién eres? — Preguntó Rainbow sin entender.

—Yo soy Flash y soy el pegaso más rápido del mundo.

Rarity y Rainbow se miraron y mientras una soltaba una risita la otra estallaba en grandes carcajadas.

—¡Jajajajajaja! ¿Tú? ¿El más rápido? ¡Jajajajajajajajajaja! Ésta sí que es buena, ahora cuéntame una de vaqueros, ¡Jajajajajajajajajajajajajajaja! — Se reía Rainbow Dash.

Rarity soltó una linda risita.

—¡Por favor señor! Todos saben que la más rápida del mundo es…

Se escuchó un golpe en la lejanía, seguido de un grito de dolor y otro de ira:

¡Gustave LeGrand! ¡Tú le has fallado a Equestria!

—Maldición, tengo que irme antes que alguien salga herido de veras, un gusto conocerlas — dijo Flash apresurándose a correr hacia la voz.

Antes que Rainbow o Rarity pudieran detenerlo sintieron un nuevo golpe de viento y el sujeto se deshizo en una especie de destello escarlata rodeado de pequeños relámpagos dorados.
Rainbow Dash sacudió la cabeza con fuerza.

—¡No, no, no, no! ¡Ese sujeto es casi tan rápido como yo!

—Rainbow Dash yo creo que ya estamos en suficientes problemas, mejor regresemos al Palacio y sigamos tratando de resolver el problema de amistad mañana y…

—¿Qué no ves Rarity? ¡Esto no puedo permitirlo! ¡Tengo que demostrar que soy la más rápida!

Y fue a toda velocidad dejando a Rarity despeinada por la explosión de viento.

—¡Por dios esto me lo vas a pagar Rainbow Dash! — Gritó Rarity corriendo tras su amiga lo más rápido que pudo.

Mientras el grifo y muy famoso chef temblaba de miedo. El vigilante conocido como la Flecha había aparecido de la nada, le rompió una de sus patas traseras con un certero golpe con el reverso de su arco en la rodilla y para colmo de males ahora le había colocado la cuerda del arco en su cuello y lo apretaba con fuerza, apenas si podía respirar. A su alrededor dos o tres ponis de la mafia que había contratado por su seguridad estaban inseguros de cómo actuar.

—Atrévanse y su empleador se muere. ¿Quién va a pagarles? — Se burló la Flecha.

—'Pog' 'favog' 'suégtammme'… — rogó el grifo entrecortadametne. — ¡Tengo 'dineggto'! ¡'Tonegadas' de dineggo'!

—Esto no se trata de dinero sino que has apuñalado por la espalda al país que te acogió y te convirtió en una celebridad — dijo fríamente la Flecha. — ¿Cuál es tu maldito problema con los yaks?

El grifo soltó las lágrimas por causa del ahogamiento, su rostro estaba rojo. Un poco más y perdería la conciencia; y todos sabían que si se desmayaban en presencia de la Flecha no era seguro que volvieran a despertar.

—Mi 'famiggia' depende de las 'eggsportaciones'… si se 'abgen' las 'fgonteggas' con un intercambio 'comeggcial seggá' la 'gguina de nuestgo' negocio…

—Dinero, cuándo no — se quejó la Flecha. — Bien, sólo eres un idiota pero igual le has fallado a Equestria.

Fue cuando Rainbow entró precipitadamente.

—¡Alto! ¡Muéstrate velocista escarlata!

Los mafiosos la miraron y pronto los tres la inmovilizaron con su magia; acercándola al que era el líder y le colocó una navaja en el cuello.

—¿Conoces la diferencia entre ella y tú, vigilante? Ella es una heroína, es necesaria para Equestria… ¿qué hay de ti? Sólo eres un asesino que puede decirse a sí mismo lo contrario pero en el fondo sigues siendo un cobarde que se oculta tras una máscara. Deja ir a LeGrand ahora mismo, los papeles se han invertido.

Rainbow se maldijo a sí misma por ser tan despistada y dejarse llevar a aquel predicamento sólo por perseguir primero a la Flecha y luego a un corredor de rojo.

—¡Libéralo ahora mismo! ¡Adelante o Equestria se queda con un Elemento de la Armonía menos!

La Flecha se limitó a sacar una flecha de su carcaj con su magia y ensartársela en la pata rota haciendo a LeGrand aullar del dolor.

—Tú lo pediste — gruñó el mafioso moviendo su cuchillo hacia el cuello de Rainbow,

Entonces un relámpago color escarlata lo golpeó de lleno y luego se dirigió hacia los otros dos que terminaron quién sabe cómo atados fuertemente a un poste con anillos inhibidores mágicos en sus cuernos.
Desde el suelo Rainbow miró con la boca abierta a la figura envuelta en un traje rojo, erguida frente a ella con pequeños relámpagos surgiendo de su cuerpo.

—¿Cómo diablos? — Gritó el líder de los guardaespaldas de LeGrand.

—Soy el pegaso más rápido del mundo — respondió Flash como quien no quiere la cosa. — ¡Ahora suéltalo de una vez! ¡Este sujeto sólo es un idiota no es un verdadero peligro para Equestria!

—¡Le ha fallado a Equestria! — Gritó la Flecha. — Y no hay pruebas…

—¿No? — Dijo Flash mostrándole la carta intercambiada a la Flecha.

Rainbow se revisó, ¿en qué momento le había quitado la carta?

—En serio tú eres algo más — dijo la Flecha. — De acuerdo pero me aseguraré que no escape.

Entonces le quebró la otra pata y le clavó una nueva flecha.

—Me bastaba con atarlo — dijo Flash desapareciendo en un nuevo borrón escarlata.

Y pronto LeGrand se vio envuelto en un relámpago rojo corriendo a toda velocidad alrededor de él y cuando finalmente The Flash se encontraba de pie frente a él, notó que estaba atado de sus garras delanteras y que alguien le había atado al cuello una alforja con todas las pruebas de lo que había estado haciendo los últimos meses.

—Lo saqué de su casa.

La Flecha asintió y le apuntó con su arco a Rainbow Dash.

—Nos vemos.

Y disparó.
Rainbow Dash gritó y se agachó para cubrirse. Cuando levantó la cabeza se dio cuenta de dos cosas: primero que la flecha que le disparó el loco se clavó a salvo frente a ella, y segundo que la Flecha había desaparecido y sólo quedaba Flash.

—¿De veras te encuentras bien? — Preguntó él acercando su casco hacia él.

Rainbow gruñó y apartó el casco del sujeto vestido de rojo.

—Sí, no es que te importe — dijo ella.

—Como quieras.

Entonces el velocista escarlata extendió sus alas y se fue a toda velocidad. Rainbow Dash sólo gritó de frustración y aceleró tras él.
Flash volaba. Volaba y volaba cuando vio que lo seguían.

—¿No tienes nada mejor que hacer que seguirme? — Gritó Flash.

—¡Yo soy la voladora más rápida de Equestria maldita sea! ¡No permitiré que me quites el título!

—Escucha: no quiero nada contigo ni tu título, sólo busco a un velocista verdadero como yo. Cuando lo encuentre desapareceré del mapa.

Entonces aceleró muy para el horror de Rainbow Dash. De por sí le costaba mucho trabajo seguirle el paso a este sujeto, ¿y todavía podía ir más rápido?
Pronto antes que se diera cuenta el borrón escarlata aceleró tanto que sus ojos no podían seguirlo más, sólo alguno que otro destello en una distancia ya inalcanzable para ella.

Aterrizó despacio sobre una terraza que encontró por ahí temblando de la impresión y de su orgullo resquebrajado.

—Un velocista, un verdadero velocista.

Y cayó de rodillas completamente abatida, tanto que no notó que su Cutie Mark le mandaba la señal que su misión estaba cumplida.

Mientras tanto Rarity se había perdido por las calles de Canterlot y estuvo dando vueltas hasta que por fin se ubicó y dejó de buscar a Rainbow sino a dirigirse de regreso al Palacio a pedir ayuda a unos guaridas para encontrar a su amiga. Entonces escuchó un ruido y tras dar un gritito ahogado y se escondió en un contenedor de basura; era una calle peligrosa y estaba tan asustada por lo que había pasado que no le importó por el momento. Entonces a través de un agujero del contenedor vio al encapuchado de azul saltando desde una terraza mirando hacia todos lados y finalmente se quitó la capucha. Estaba oscuro y el sujeto iba enmascarado pero ese pequeño antifaz no engañaría a la aguda vista de modista de Rarity. Reconocería ese perfil donde fuera. ¿Qué estaba pasando ahí?

¿Es que todo esto es una especie de broma?

La Cutie Mark de Rarity le indicó entonces que su misión estaba cumplida.


Un primer contacto entre el relámpago escarlata y Rainbow Dash quien como adivinarán tiene un papel muy importante en este fic. Pero también es un fic sobre Blue Blood así que le dediqué también su momento.

Capítulos de transición, este no fue tan terrible pero tuve que ponerle acción aunque fuera poca. Espero les haya gustado y:

Chao; nos leemos!

Next Chapter: Chapter 3 Estimated time remaining: 0 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch