Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo
Chapter 2: Chapter 1
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La Flecha y el Rayo Escarlata
Blue Blood no dejaba de ver a este extraño poni que irrumpió de golpe en su guarida, ¿quién lo enviaba? ¿Uno de los tantos ricos corruptos que había sido afectado por la Flecha? Lo más seguro, pero este sujeto no mostraba hostilidad alguna, o al menos eso creía; así pues Blue Blood bajó su arco y quitó la flecha. El tal Barry lo vigilaba con cuidado, de momento no entendía mucho de lo que ocurría a su alrededor; pero aparentemente se había convertido en un poni y estaba ante una versión poni de su amigo Oliver Queen. Y si este poni era tan temperamental como Ollie eso sólo significaba que para variar Barry se había metido en serios problemas.
Efectivamente Blue Blood se apresuró a tomar con su magia otra flecha (una especial que le inyectaría una poderosa poción para dormir hecha a la medida por su cebra boticaria de confianza) y disparó. El poni extraño estaba arrodillado en el suelo y sus alas plegadas, no había oportunidad que esquivara su disparo estando tan cerca, además que modestia aparte esos cuatro años en esa isla del infierno habían hecho de Blue Blood un excelente arquero.
Pero muy para su sorpresa la flecha de Blue Blood se ensartó en el suelo sin tocar siquiera a este extraño poni. ¿Qué demonios? Blue Blood disparó otra flecha y de nuevo el poni pareció moverse instantáneamente al lugar en donde estaba momentos antes.
—¿Qué demonios pasa aquí? — Dijo Blue Blood bajando el arco sin entender qué diablos.
—Te dije que soy el pegaso más rápido del mundo — dijo el extraño poni. — Pero antes yo era el hombre más rápido. Me llamo Barry Allen y vengo del mundo humano.
Blue no estaba para la bromas giró su arco y saltó dispuesto a derribar al tal Barry en combate cuerpo a cuerpo, se dispuso a golpearle con el reverso de su arco pero de nuevo le dio al aire y se dio cuenta que el sujeto estaba centímetros atrás de donde estaba antes. Blue gruñó de frustración y trató de golpearlo pero de nuevo se encontró con que el tipo se había movido. Giró su arco, ¿de dónde había salido este sujeto y quién lo había mandado?
—De acuerdo debo admitir que tienes habilidad, ¿entonces es a ti a quien enviaron a detener a la Flecha? — Dijo Blue Blood saltando hacia atrás y apuntando una nueva flecha hacia Flash pero esta vez con la intención que lo esquivara. Adelante, hazlo.
Barry pidió paz y se quitó la máscara roja revelando una melena rubia. Esa apariencia no significaba nada para Blue Blood pero de todos modos no bajó la guardia sobre todo ante un rival tan extraño como lo era este tal Barry Allen el pegaso más rápido del mundo.
—No vine a hacerte daño, lo juro — dijo Barry. — Como trataba de explicarte, no sé dónde estoy, vine porque la Fuerza de la Velocidad me trajo y no puedo…
Suficiente, Blue Blood disparó de nuevo contra Barry y éste se limitó a ladear la cabeza. La flecha se clavó detrás de él y sonó una especie de pitido. Flash murmuró una grosería entre dientes, esto era exactamente lo mismo que enfrentarse a la Flecha de su propio mundo. Tal como lo había imaginado la flecha explotó creando una cortina de humo que comenzó a marearlo. Esto terminaría muy mal para él si no pensaba en algo y ya.
Mientras Blue Blood se colocó una máscara de gas y se lanzó de nuevo a la acción. Pensando rápido como él solo Flash comenzó a agitar sus alas a enorme velocidad disipando el humo muy para la sorpresa de Blue Blood pero antes que se diera cuenta de qué sucedía Flash se vio impulsado hacia arriba y se estrelló contra el techo de la guarida de Blue con tal fuerza que el poni más rápido del mundo quedó inconsciente en el acto.
La Flecha levantó una ceja rascándose la cabeza sin saber si reír o qué ante esto.
—Esto fue… pues… anticlimático por decir lo menos. ¿Quién diablos eres en verdad?
Cuando Barry se despertó se dio cuenta que estaba atrapado en una especie de camilla que lo mantenía de pie sobre dos cascos (cosa que en su nueva forma le resultaba de lo más incómodo) y con grilletes especiales en su cuello, cascos y alas.
—Bien es hora que empieces a cantar Barry Allen — exigió Blue Blood. — ¿Quién eres y quién te envió?
—Ya te lo dije. Mi nombre es Barry Allen y soy el poni más rápido del mundo — dijo el joven. — En cuanto a quién me envió fue la Fuerza de la Velocidad.
—Si así lo quieres por mí encantado — dijo Blue Blood tomando una flecha de su escritorio y clavándosela en el muslo a Flash.
Flash apretó los dientes de dolor pero se mantuvo firme.
—Mira, no quise meterme en donde no me llamaran en serio… yo no siquiera quise venir a la tierra en donde soy el pegaso más rápido del mundo en lugar de ser el hombre y…
Blue le sacó la flecha de donde la tenía ensartada y fue por la otra pata.
—No estoy para bromas…
—Yo tampoco bromeo Ollie.
Blue le sacó la flecha y se la iba a volver a clavar cuando se quedó a medio camino.
—¿Dijiste Ollie?
—Un viejo amigo, no hagas caso.
Blue Blood rodó los ojos y se dispuso a repetir el proceso cuando notó algo extraño en los cascos de Flash, los delanteros comenzaron a moverse a enorme velocidad casi como vibrando. El príncipe retrocedió un par de pasos cuando vio cómo en esta vibración Flash liberaba primero los cascos delanteros y luego los traseros.
—Bueno, no creas que no fue divertido pero conozco bien a Ollie y te pareces tanto a él que sé que no quiero quedarme al resto del interrogatorio. Pensé que podrías ser un buen aliado ya que la Fuerza de la Velocidad me mandó contigo pero me doy cuenta que estaba equivocado.
Blue Blood estaba pasmado, ¿más que quién, qué era este tipo? Entonces se fijó que las heridas de sus cascos traseros se habían curado. Sin más Flash desapareció dejando tras de sí un relámpago rojo y dorado dejando al príncipe muy, muy confundido.
—¿Alguien me puede explicar qué rayos?
Flash por su parte escapó de la guarida subterránea en donde lo tenía la Flecha topándose con la bella ciudad de Canterlot a sus cascos.
—¿A dónde me has traído, Fuerza de la Velocidad?
Estuvo dando vueltas por un tiempo como solía hacerlo en Central City y finalmente dirigió sus pasos a la biblioteca. Ni idea de dónde estaba pero mejor comenzaba a averiguarlo.
Zona residencial de Canterlot dos días después:
Caballeron regresaba a su hogar luego de lo que consideraba una victoria a medias. Se había hecho un valioso artefacto de mesoapónica: un antiguo penacho de cacique hecho de jade pulido en forma de lo que parecía ser el rostro de un jaguar; y una enorme hacha de batalla hecha de una especie de cristal volcánico llamado obsidiana. Sonriendo se afeitó el bigote y sacó de su bolso de viajes un tinte gris para crin y cola y así hacerse pasar por el dulce anticuario Moldy Gold.
—¿Saben chicos? Lo único que lamento es no haberme topado con Daring Do — les dijo a sus secuaces. — Una molestia y todo pero hace interesante mi vida.
Los otros sólo gruñeron a medias como respuesta y Caballeron se dispuso a evaluar el artefacto para venderlo al mejor postor.
—¿Sabes que eso es patrimonio de la ponidad? ¿Cómo puedes comerciar con algo así? Si vas a saquear tumbas al menos dona tus cosas a un museo.
Caballeron se volvió listo para ver a quién diablos despedía pero se dio cuenta que sus guardias estaban tan confundidos como él. Entonces uno de ellos saltó por instintito hacia atrás, tanto saquear tumbas llenas de trampas peligrosas habían aguzado sus sentidos. Y fue en ese momento cuando todos los acompañantes del criminal se pusieron alerta.
La flecha explotó cubriendo a todos por una cortina de humo.
—¿Qué diablos? — Protestó Caballeron tratando de ventilar el humo causado con su alforja ya vacía.
Una figura encapuchada saltó en medio de los matones y con el reverso de su arco le dio a uno en el rostro rompiéndole la nariz y luego una patada al esternón haciéndolo doblarse del dolor. Otro quiso atacar por detrás, así pues la Flecha saltó ágilmente hacia el otro lado y atrapó el cuello del sujeto con la cuerda de su arco cortándole la respiración hasta que otro de los mastodontes de Caballeron se le vinieron encima haciendo que él se tele-transportara detrás y terminó aplastando a su compañero.
Cuando todos los matones hubieron caído, la Flecha se limitó a apuntar su arco contra Caballeron.
—Lord Caballeron tú le has fallado a Equestria.
—Y tú lograste hacerme enojar — replicó el millonario. — ¡Atrápenlo!
Más matones al servicio de Caballeron saltaron sobre la Flecha dándole tiempo a su jefe de escapar.
La Flecha evaluaba la situación, eran dos docenas de idiotas; fácil. Sacó una flecha de su carcaj y disparó hacia el techo de la mansión. Miles de pequeños fuegos pirotécnicos cegaron a los matones dándole la oportunidad a la Flecha de tumbar a tres de una certera patada al cuello; ya que al sentir su respiración cortarse éstos caían sin remedio. Otros trataron de destruirlo tacleándolo en un grupo de seis a la vez, aplastando definitivamente a la Flecha dejándolo a disposición de éstos… o eso pensaron. Uno de ellos sintió un pinchazo en el costado y de inmediato cayó inerte, lo mismo otro amigo que tenía cerca. Al sentir a sus amigos caer como pesos muertos los matones de Caballeron se apartaron y pronto el vigilante saltó por encima de ellos y disparó una nueva flecha esta vez creando una nueva nube de gas venenoso.
Cuando por fin todos estuvieron abatidos la Flecha corrió tras Caballeron rogando porque el maldito no se hubiese escapado aún.
El poni terrestre precisamente estaba montándose en una carreta llevado por sus guardaespaldas de confianza. Se encerró esperando a moverse y vaya que se movió, la carreta de pronto cayó de frente al no tener nadie que la sostuviera. Caballeron salió del vehículo dispuesto a protestar y se topó con sus dos tiradores abatidos frente a la carreta.
—¿Qué?
Miró a sus otros guardaespaldas que se supone irían tras él en una carreta separada y estaban igual de confundidos. Pronto un relámpago escarlata cruzó frente a los atónitos ojos de todos y uno de ellos, el más grandote, salió disparado hacia atrás completamente fuera de combate.
El otro guardia, que era un unicornio, preparó su magia y se dispuso a disparar cuando de nuevo el relámpago surcó el cielo e impactó contra él también dejándolo fuera. Los guardaespaldas que quedaban huyeron acobardados ante esto cuando un joven pegaso de pelaje naranja suave y envuelto en un traje rojo les cortó el paso con una sonrisa presumida. Lo hubieran hecho a un lado de no ser por los pequeños relámpagos que corrían por su cuerpo anunciando que no era un poni normal.
—Un gusto chicos soy Flash, el pegaso más rápido del mundo.
Y pronto los abatió también. Sólo quedaba Caballeron que temblaba en el suelo.
—Yo… no me lastimes… ¡ya sé! ¡Te pagaré el quíntuple que a ellos! Sólo déjame ir y… ¡encárgate de la Flecha!
Flash ensanchó su sonrisa y desapareció en un relámpago rojo. Lo siguiente que supo Caballeron fue que alguien le dio un tremendo golpazo en la nariz dejándolo inconsciente en el acto.
Cuando el vigilante salió a la luz se topó con todos los guardias caídos y a cierto velocista en medio de todos.
—Me tomé la libertad de atrapar a tu tipo malo por ti…
—¿Cómo demonios sabías que iba tras él? — Dijo atónito Blue.
Flash se encogió de hombros a modo de disculpa, esto no iba a ser fácil pero igual sabía que necesitaba ayuda.
—Pasé a buscarte a tu guarida y no te encontré. Pero hallé la foto de este sujeto y entendí que si lo encontraba daría contigo.
La Flecha entonces sacó una de sus tocayas de su carcaj y apuntó a Flash.
—La última vez me tomaste desprevenido pero hoy estoy preparado, he hecho una especial sólo para ti Barry Allen.
—Espera, por favor no lo hagas — pidió Flash. — Entiende que estoy solo en Equestria y eres el único conocido que tengo aunque lo nuestro no haya sido en las mejores circunstancias. Necesito tu ayuda Ollie y aunque no lo creas no vine a hacerte daño. Hasta me encargué de este tipo para probarte que estoy de tu parte.
—Necesitarás más que eso para probarme algo a mí, ¡y ya déjame de llamar Ollie!
—Lo lamento, no puedo evitarlo — se disculpó Flash. — Pero de todos modos, ¿si quisiera acabar contigo no me hubiera sido más sencillo sólo detenerte mientras peleabas con todos ellos?
Blue Blood finalmente bajó su arco.
—Bien, supongo que ese es un punto a tu favor pero de todos modos…
Flash se quitó la máscara.
—Te lo ruego, en esta situación necesito de un amigo; y teniendo en cuenta que él estaba por escapársete veo que también necesitas uno.
—No me gustan los listillos… pero supongo que podemos echarnos un casco, ahora apártate.
Flash obedeció y Blue Blood tomó al inconsciente Caballeron del cuello y se encogió de hombros.
—Tú le has fallado a Equestria.
Y tronó su cuello.
Flash sintió escalofríos, sí, este tipo era igual a Oliver Queen pero antes que este perdiera a su mejor amigo; después de esa experiencia Green Arrow había dejado de matar. Aparentemente no era el caso de este otro arquero vigilante.
—¿Qué? — Preguntó la Flecha al ver la mirada torturada de Flash. — ¿Crees que es la primera vez que arrestan a este tipo? Si aún tuviera probabilidad de redención me limitaría a quitarle sus ganancias ilícitas y a asustarlo un poco; pero él no tiene arreglo y se requieren medidas extremas.
—Olvídalo — murmuró el velocista.
—De acuerdo, entonces veámonos en donde me conociste dentro de dos horas y veremos si te ayudo. Pero si sospecho de una trampa te advierto que tengo unas por mi cuenta y por rápido que seas no las podrás desactivar todas a tiempo.
—Es justo.
Los dos se separaron.
—Sólo por curiosidad, ¿a dónde vas?
La Flecha se arregló la capucha.
—Si el villano de esa serie de novelas existe en verdad es lógico pensar que también la heroína, a quien he localizado. Tengo que intercambiar unas palabras con ella, ¿no vas a largarte?
Flash obedeció y la Flecha se perdió en la oscuridad de la noche.
Hotel de Canterlot:
A.K. Yearling se encontraba planificando cómo robar de Caballeron el artefacto que éste robó de la pirámide a la cual no había planeado ir sino hasta la próxima semana (quien se duerme pierde) para así donarlo a un museo en lugar que terminara en la vitrina de alguno de los clientes de su gran enemigo. Estaba en esas cuando una flecha silbó el aire y se clavó frente a ella.
Asustada pero alerta, la pegaso tomó su látigo y lo fustigó como advertencia.
—¿Quién es?
La Flecha le arrojó el artefacto robado por Caballeron.
—Ese idiota no será problema de nadie más de aquí en adelante. Le ha fallado a Equestria y sé lo suficiente como para saber que no se reformará. Ahora toma esta cosa y ve a donarla a un museo.
Daring frunció el entrecejo.
—El muy maldito va a escapar de donde lo encerraste.
—No lo encerré en ninguna parte, pero pronto sus amigos lo harán. En una caja de roble o cedro que luego enterrarán bajo tierra.
Entonces la autora/aventurera comprendió. Sí, ya había oído hablar de la forma violenta de ser del vigilante enmascarado de Canterlot, la Flecha, pero jamás lo relacionó con alguien tan cercano.
—¿Qu… qué quieres de m-m-mí? — Preguntó ella con voz temblorosa.
La Flecha no se fue con rodeos.
—Cuando averigüé que el enemigo de Daring Do era real era sólo lógico pensar que Daring Do misma también lo era. He seguido tus libros con gran interés… y estoy casi convencido que lo que te mantiene del lado de la ley es alguien como Caballeron. Ojalá me equivoque. Pero de lo que estoy seguro era que el mayor reto en tus aventuras no eran las ruinas en sí sino enfrentarte a ese sujeto, sin el reto comenzarás a aburrirte en tus aventuras; ¿a dónde te llevará tu aburrimiento?
Daring frunció el entrecejo.
—¿Crees que me convertiré en el nuevo Caballeron?
—Espero que no porque si me entero que le fallas a Equestria, nos veremos las caras.
Entonces la Flecha se fue.
Y bueno un cap más centrado en Blue Blood pero también con el inicio de la amistad entre él y Flash siempre mimicando a Oliver Queen. También no se hagan ilusiones, Daring Do se limitará a un pequeño cameo. Espero les haya gustado y ya saben:
Chao; nos leemos!
(Me pregunto qué tengo yo últimamente con los súper héroes, XD)