Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo
Chapter 20: Carrera 19
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No tengo nada que ver con Rainbow Dash, podríamos decir que soy el Reverso
—¡Excelente práctica reclutas! — Dijo Spit Fire. — Cuídense de regreso a casa, ¿sí?
Los otros Wonder Bolts soltaron diferentes exclamaciones entremezcladas con gemidos de cansancio pero estuvieron de acuerdo a su capitana y se despidieron alegremente. Spit Fire estaba bastante orgullosa, tenía un buen equipo de voladores y a este paso estarían listos para el siguiente show en poco tiempo; entonces fijó su atención en cierta pegaso de color azul cian que se estiraba alegremente antes de dirigirse a sus verdaderos ejercicios.
—Ey Rainbow Dash, ¿de nuevo a patrullar Canterlot? — Preguntó preocupada por la chica.
—¿Por quién me tomas? ¿Por una vigilante de tercera como Canario o la Flecha? — Se defendió la pegaso cruzando los cascos. — No, yo puedo recorrer toda Equestria en menos de media hora, ¿por qué me limitaría a Canterlot? ¡Nos vemos Spit Fire!
Entonces se puso en cuclillas para liberar la energía cinética dentro de ella.
—Sólo no te sobre-esfuerces por favor — dijo Spit Fire con una gotita de sudor en la sien.
Rainbow asintió con energía y desapareció en un destello de muchos colores. Lo de no sobre-esforzarse venía que desde que había comenzado con esta manía de emular a Flash corriendo de un lado a otro resolviendo cuanto problema se le presentaba. No es que eso fuera malo pero el problema con Rainbow Dash es que tenía cierta tendencia a exagerar; por ejemplo vez que llegó a salvar a las víctimas de un incendio apagando el fuego, ñiegp sacó a la gente del edificio y como le sobraba el tiempo pasó a la biblioteca más cercana a aprender lo que necesitaba para aprender a reparar el edificio (y efectivamente eso hizo); y todo antes que los bomberos tuvieran la oportunidad de aparecer.
Y así había realizado cientos de hazañas con el pseudónimo de The Dash, unas exageradas como la del incendio y otras no tanto pero el asunto es que últimamente su labor de súper heroína tenía mucha publicidad, más que la que se le daba a la Flecha y al Canario aunque esto era a propósito ya que las Princesas querían mantener los golpes de esos dos lo más discretos posible. Aunque tenía que admitir que eran una gran ayuda, gracias a sus métodos poco ortodoxos le habían arrebatado el estatus de nobleza a varios ponis y puesto tras las rejas para siempre pero era mejor no hablar mucho del tema. Igual Dash acaparaba la suficiente atención, y tristemente un poni con súper poderes vendía más que un montón de nobles en prisión por muy atractivos que fuesen sus escándalos personales.
—Ey chicas, ¿saben lo que me gustaría? — Dijo cierta vez Rainbow Dash cuando estaba en una alegre reunión con sus amigas luego de un agotador día salvando ponis. — ¡Tener un enemigo meta-poni así como Barry se enfrentaba a un meta-humano al menos una vez por semana! Eso sí sería genial, una batalla épica que le haga justicia a mis nuevos poderes.
—Ya — dijo aburridamente Applejack. — Entonces es una suerte que lo tuyo haya venido de un relámpago de Twilight y no de un laboratorio súper avanzado explotando. Con una como tú presumiendo por ahí nos basta y sobra, ¿no es así chicas?
Las demás soltaron una que otra risita de aprobación, pero en lugar de molestarse Rainbow se rio con ellas. Incluso solían bromear que de no ser porque Rainbow tenía verdaderos súper poderes ahora ya hubieran revivido a la Mare-Do-Well para darle una lección de humildad. Pero de nuevo la única que no participaba en las discusiones era Rarity, pero porque estaba agotada; igual nadie preguntaba porque ella aseguraba que era el estrés acumulado de lidiar con sus boutiques de ManeHattan y Canterlot a larga distancia.
—Ey Rares, no te exijas demasiado, ¿de acuerdo? — Dijo de súbito Dash.
—No te preocupes, con tantos nobles corruptos fuera del camino la economía está mejor que nunca y lo mismo mis boutiques —aseguró Rarity, siendo la única que comprendía lo que realmente quería decir su amiga.
En definitiva era la mejor época para Rainbow, pero sentía que se estaba estancando ya que no tenía un enemigo realmente grande al cual superar.
—¿Se lo imaginan? Un verdadero reto que venga, cause una gran destrucción y la única esperanza sea The Dash. Eso definitivamente dejaría marca en la historia.
—En serio ten cuidado con lo que deseas — la regañaron sus amigas.
Rainbow se encogió de hombros alegremente, por supuesto que no hablaba en serio, ¡pero sería interesante!
…
Eran más o menos las tres de la tarde en donde después de tomar un almuerzo ligero las Princesas se dedicaban a revisar los diferentes pendientes que tenían. Entre otras cosas había cierta pila de papeles problemática que no querían tocar pero al final fue lo primero que tomaron. Al mal paso darle prisa.
—A este paso vamos a tener que purgar a toda la Nobleza — suspiró Celestia luego de revisar las nuevas pruebas en contra de otro montón de ponis influyentes.
—El poder corrompe querida hermana — dijo Luna con tristeza. — Lo que me sorprende es lo bien que hizo su tarea Blue Blood.
Celestia frunció el entrecejo.
—El poni que regresó de la isla no es el sobrino al que crie como un hijo. Ahora sólo queda la Flecha.
Luna no dijo nada más, ella no había conocido a Blue Blood tanto como Celestia. Cuando regresó de su encierro lo conoció y le pareció una molestia… pero luego Celestia le contó la historia del huérfano y aunque no estaba de acuerdo con el estilo de vida del joven respetó la decisión de su hermana de ocuparse de él. Sabía que terminaría mal algún día pero no se esperó que fuera precisamente así, más bien todo lo contrario.
Pero entonces de improviso un temblor sacudió todo Canterlot. Las dos salieron por al balcón a ver qué diablos pasaba y lo siguiente que vieron fue una… ¿una Sonic Rainboom en medio de la ciudad?
—¿Qué demonios estará haciendo ahora esa meta-poni? — Preguntó Celestia.
—¿Experimentando con su velocidad tal vez? — Dijo Luna.
—Eso lo sé, lo que no entiendo es por qué pone en peligro a todos al hacerlo en plena ciudad.
El borrón entonces se trasladó hacia el Palacio de Canterlot entrando de golpe destrozando una ventana.
—¿Pero qué? — Dijeron los guardias.
—Oiga, va a tener que pagar por la ventana — dijo uno de los soldados acercándose a quien suponía era el Elemento de la Lealtad en su nuevo uniforme. — ¿Y qué hay con el nuevo look? El traje azul me gustaba más y ese peinado francamente se ve raro.
La poni que el sujeto pensaba era Rainbow Dash sólo miró fijamente al soldado y tras encogerse de hombros, atravesó su corazón una vez hizo vibrar su casco.
Los otros soldados soltaron gemidos de sorpresa pero de inmediato reaccionaron y levantaron sus lanzas y/o prepararon sus cuernos para luchar. La pegaso cian se relamió los labios y desapareció en un borrón de muchos colores. Antes que se dieran cuenta, le quitó las lanzas a los soldados y los atravesó con sus propias armas.
—Bien, esto apenas si valió la pena el esfuerzo.
Las dos Hermanas Nobles llegaron corriendo al salón para ver en qué consistía aquel escándalo sólo para encontrarse con el sangriento espectáculo frente a ellas.
—¿Pero qué…? — Dijeron las dos al mismo tiempo mirando a Dash sin poder creer lo que veían.
—¡Ah, el evento principal! — Celebró la pegaso desapareciendo y apareciendo justo frente a las atónitas Celestia y Luna. — ¿Dos al mismo tiempo? Espero esto sea más genial que sólo una.
Las dos sacudieron la cabeza y liberaron un poderoso ataque dispuestas a petrificar a Rainbow Dash por lo que había hecho, pero cuando el hechizo impactó lo hizo en el suelo, y ésta estaba detrás de ellas jugueteando con sus Coronas.
—¿Qué, pero…?
—¿En qué momento…?
La pegaso arrojó los ornamentos a un lado.
—Lentas. Bueno, ¿otra oportunidad?
Más guardias reales llegaron y Rainbow se relamió los labios de la excitación y de nuevo desapareció al tiempo que eludía dos ataques a la vez de las Princesas, pero esta vez dirigidos en diferentes direcciones intentando ampliar su rango de ataque. Nada, el ataque impactó de lleno sobre sus soldados a los que Dash había colocado como escudo viviente y fueron éstos los que se transformaron en piedra. Ella se rio.
—Bien, esa la sentí un poquitín más cerca que la anterior. ¿Probamos de nuevo?
Entonces arrojó las estatuas al suelo haciendo que se partieran en pedazos.
—¿Qué diablos? ¡¿Qué pasó contigo?! — Le gritó la Princesa Luna.
—No lo sé… una alicornio me arrojó un relámpago y me dejó muriéndome sobre un montón de pociones. ¿No es suficiente para volver loco a cualquiera?
Entonces hizo vibrar su casco y estuvo punto de atravesar el corazón de Luna, cuando algo o alguien sostuvo su pata y la arrojó violentamente contra la pared. El ataque sorprendió bastante a la temible pegaso que sólo sacudió la cabeza y confrontó al insolente, y entonces se quedó paralizada de la sorpresa. Ante ella estaba ella misma… pero con un traje azul el cabello más largo.
—¡Oh! ¿Soy yo o esta línea temporal se ha hecho veinte por ciento más genial? — Se rio la Dash de negro.
Rainbow Dash, la de ese mundo, miró a su alrededor y se estremeció ante la masacre.
—Acaso tú… ¿hiciste esto?
—Ajá, ¿por? — Dijo sin poder entender esa expresión en su otro yo. — ¡Oh, tonta de mí! ¡Querías hacerlo en persona! Perdóname, vine aquí sin saber nada y no podía saber de tu existencia… pero oye, eres tan asombrosa que te daré el crédito de matarlos a todos ellos, ¿de acuerdo?
Entonces se movió a gran velocidad abrazando por detrás a Luna y Celestia que rápido se zafaron de su agarre pero igual a ella no le importó.
—Y el premio gordo sigue aquí esperando a que las mates tú. Tranquila, que no te intimiden sus poderes mágicos, son tan frágiles como cualquiera… yo ya las maté de mi lado así que te aseguro que no hay peligro alguno.
Rainbow sólo se quedó ahí con la boca abierta mirando fijamente a su otro yo.
—No entiendo lo que pasa aquí pero…
—Mátalas y luego te cuento con mucho gusto, ¿te parece?
—¡Pero esto se acaba ahora!
Y antes que la otra Rainbow pudiera decir qué pasaba, la de azul se lanzó sobre ella y comenzó a golpearla salvajemente. La Dash de negro se la quitó de una sacudida y trató de alcanzar una de las armas dejadas por los guardias, pero se dio cuenta que la otra adivinó sus intenciones y las puso fuera de su alcance.
—¿Ah?
De nuevo Rainbow Dash se lanzó sobre la otra que comenzó a responder los ataques ahora que comprendía que no estaban en el mismo bando, pero igual se la estaba pasando de bomba; jamás había conocido a nadie más con súper velocidad y esta pelea sólo despertó su chispa competitiva lo cual hacía que Dash se tornara muchísimo más peligrosa en cualquiera de las realidades.
Entonces mientras estaba concentrada luchando contra su otra yo de cabello largo, dos explosiones y más ataques comenzaron a llover sobre el borrón negro.
—¿Qué?
—Jamás le des la espalda a un oponente — dijo Celestia amenazante.
—Mucho menos si es un alicornio— finalizó Luna.
Esa fracción de segundo fue suficiente para que la Dash buena tomara suficiente impulso y pudiera darle un golpe certero a la mandíbula que hizo que la pegaso maligna rodara por el suelo adolorida.
—Atch… maldición…
Dash entonces aprovechó que su oponente estaba en el suelo y la pateó con todas sus fuerzas, mandándola hacia arriba por causa del extremo impulso que llevaba. La otra aprovechó entonces para salir por la ventana.
—Muchos estorbos por aquí… ¿cuánto a que no puedes evitar que mate a alguien más aquí?
Entonces salió disparada. Rainbow se volvió hacia las Princesas.
—¿Tienen idea de qué diablos pasó?
—Lo mismo te íbamos a preguntar — dijo Luna. — Pero no importa, ¡VE TRAS ELLA!
—Pero…
—¡SÓLO VE! — Ordenó Celestia.
No había más que decir, The Dash salió por la ventana persiguiendo a la impostora evitando justo a tiempo que de nuevo empalara con su propia lanza a uno de los soldados que hacía su cambio de turno. Éste por supuesto sólo vio una especie de flash de muchos colores seguido de una gran ráfaga de viento sobre su cabeza que hizo que botara su lanza; así pues no le puso más importancia y siguió su camino mientras que en el aire las dos Rainbows peleaban a velocidad de vértigo.
Al final se separaron quedando frente a frente en medio de la nada, una relamiéndose los labios y la otra todavía horrorizada ante lo que había visto.
—Dime, ¿también te golpeó un alicornio con un relámpago?
—Sí… ¿por?
—Duda, es sólo que el ver que alguien más comparte mis poderes me pareció demasiada coincidencia.
Siguieron peleando por el campo, pero Rainbow estaba más que todo intentando retenerla ahí en ese punto donde no lastimaran a nadie… y la otra lo notó y pensaba cómo usar eso a su favor para quitarse de encima a esta copia suya; cuando entonces notó a la distancia una alegre voz cantando cerca de ahí, así pues siguió luchando pero empezando a desviarse poco a poco a la derecha sin que Dash lo notara… y pronto, antes que la pobre Rainbow cayera en la cuenta de la poni cantante, salió disparada hacia allá a gran velocidad.
—¿Sabes cuál es el problema con los héroes? ¡QUE TRATAN DE SALVARLOS A TODOS Y AL FINAL NO PUEDEN SALVAR NADA!
Rainbow Dash gritó y salió disparada tras esta versión de negro suya antes que lastimara a alguien de veras, entonces la otra tomó una roca a medio camino y la arrojó. No era mucho pero con el impulso de la carrera de la Dash maligna más la velocidad del tiro en sí eran suficientes para aplastar la cabeza de cualquiera. Rainbow Dash gritó al ver esto y tomó otra roca que lanzó en dirección a la otra para desviarla, y fue justo a tiempo.
El sonido de una piedra impactando contra otra alertó a Fluttershy, que estaba ocupándose de una liebre lastimada. Levantó la cabeza sólo para ver a su amiga Rainbow en su traje de súper heroína, pero éste era de color negro.
Fue una suerte que fuera Fluttershy y nadie más porque la vista de su amiga de la infancia fue suficiente para que la Rainbow de negro parara su carrera homicida.
—¿Fluttershy?
—¿Rainbow Dash?
Entonces llegó Rainbow, vestida con el traje azul que ella conocía.
—Momento, momento… ¿Rainbow Dash? ¿Y Rainbow Dash también?
La Rainbow de negro se volvió a relamer los labios con una expresión demente.
—¿Rainbow Dash? No, hace tiempo que no uso ese nombre. No tengo nada que ver con Rainbow Dash, podríamos decir que soy el Reverso.
Se rio de forma bastante desagradable y Flurttershy buscó refugio detrás de la Dash que sí conocía.
—En fin, hoy por hoy basta — se despidió Reverse. — Como que se me quitaron las ganas de seguir… ¡pero más vale que te prepares para la próxima porque yo haré otro tanto!
Entonces desapareció tras otra Sonic Rainboom.
—¿Eres tú la que pedía un villano?
—Todavía no entiendo, ¿qué fue lo que pasó?
Listo, el cap introductorio de Reverse Dash en Equestria # 1. Sí, bueno, fue de la nada y todo pero con todo el asunto de la Flecha no pensé en una forma más dramática, además es el momento que todos estaban esperando: la batalla final. Los siguientes caps serán mejores, lo prometo.
Chao; nos leemos!