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Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo

by Mr.E's-pen

Chapter 16: Carrera 15

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Carrera 15:
Rainbow Dash ahora tú eres la pegaso más rápida del mundo

Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo. Me dedico a combatir el crimen en las calles de Equestria junto con mis amigos, pero antes hacía lo mismo en mi hogar Central City. Justo cuando estaba por darme por vencido de todo la Fuerza de la Velocidad me mandó a este mundo extraño para entrenar a una joven velocista que recién está descubriendo sus habilidades. Y después de mucho tiempo y esfuerzo ella finalmente está lista, puedo sentirlo. Dentro de poco será tiempo de regresar a mi hogar.

Los dos velocistas daban vueltas a través del estadio Wonder Bolt aun luego de haber tenido una noche tan movida, pero a pesar de todo Rainbow quería seguir entrenando, quería seguir puliendo sus habilidades como velocista; y Flash se sentía bastante satisfecho por eso. Tenía que agradecerle a la Fuerza de la Velocidad por la oportunidad de tener una pupila como Rainbow, ahora ya no se sentía deprimido como antes sino satisfecho y feliz de saber que pese a todo había otro velocista en quien sabía podía confiar plenamente.

—Excelente como siempre Rainbow Dash — felicitó Flash. — Has progresado mucho más rápido de lo que hubiera imaginado, eres realmente asombrosa.

—Gracias Flash — dijo Rainbow arreglándose ligeramente las antiparras de su uniforme nuevo. — Es gracias a tu guía querido amigo. Sin ti creo que ya me hubiera accidentado.

—De todos modos, ¿qué te parece ir a celebrar esta noche? Ya sabes, nos vamos a un bar o algo y nos divertimos con todos: Rarity, el jefe Blood, no sé… ¿tus amigas tal vez? De hecho tengo descuento en el Verdant por trabajar con el jefe. ¿Qué tal te suena?

—¡Estupenda idea! — Dijo Rainbow Dash alegremente. — Claro, a todos nos vendría genial divertirnos, sobre todo a las chicas… ah pero espera… sí suena bien pero creo que Starlight y Twilight no van a querer unírsenos. Igual les preguntaré cuando regresemos, a estas alturas ya han de haber visto los titulares de hoy. Pobre Starlight.

Flash no dijo mucho más, así que los dos se despidieron y Rainbow decidió que lo mejor sería hacer una parada rápida en casa de Twilight para ver el estado de Starlight. Sin más se dirigió a toda velocidad hacia el Palacio y llegó tocando la puerta a la que atendió Spike.

—Ah, hola Rainbow, ¿qué haces aquí tan temprano? — Saludó el dragón con su buen humor de siempre.

—Ey Spike, venía a ver a Starlight. Me preocupa un poco y pensé que le caería bien la visita de una amiga — dijo la nueva velocista con un poco de culpa. — ¿Está en casa?

—Claro, pasa — dijo Spike de buen humor dejando pasar a Rainbow. — Oye, ¿Hoy no desayunas con nosotros? Precisamente me disponía a preparar el café cuando llegaste.

El estómago de Rainbow gruñó, maldito metabolismo de velocista, pero mejor se excusó.

—Hoy no me parece una buena idea Spike, esta es sólo una visita rápida.

El dragón se encogió de hombros como quien no quiere la cosa y guio a la invitada al comedor en donde Starlight Glimmer ya se había adelantado poniendo el café mientras Spike se encargaba de la puerta, y extrañamente se veía de un excelente humor.

—¡Ah, hola Rainbow Dash! ¿Qué te trae por aquí hoy? — Preguntó sonriente la unicornio.

—Ey Starlight, este… venía a verte por si necesitabas algo, ya sabes… como un apoyo.

—¿Apoyo para qué? — Se extrañó ella. — ¿Te sientes bien Rainbow Dash?

—Este… ¿no has leído los periódicos Starlight?

—Todavía no, suelo hacerlo mientras desayuno pero…

Sin entender nada tampoco Spike se apresuró a recoger el periódico y abrirlo. Se quedó de piedra.

—¿Qué es? ¿Qué pasó? — Dijo Starlight aun sin entender qué tenían que ver las noticias con ella.

Sin decir nada Spike le pasó el periódico con expresión compungida y al leerlo Starlight cayó de rodillas.

—No… ¡NO!

CAE BANDA INVOLUCRADA EN TRÁFICO DE DROGAS, SUN BURST HALLADO CULPABLE POR CRIMEN ORGANIZADO Y ALTA TRAICIÓN

—Lo siento Starlight — dijo suavemente Rainbow.

En primera plana se veía a todos los sujetos capturados por la Flecha atados de los cascos delanteros y un acercamiento a Sun Burst bocabajo mirando a la cámara lleno de rencor.

—No puede ser, no puede ser, no puede ser… — lloraba Starlight. — ¿Sun Burst? ¿Pero cómo? ¿Por qué? ¡Tiene que ser una broma!

Rainbow sólo la miraba apenada.

—Lo siento Starlight, pero estuve ahí y no hay duda. Sun Burst dirigía una operación de tráfico de drogas y debía ser detenido.

Entonces entre lágrimas Starlight levantó la cabeza.

—¿Cómo que estuviste ahí?

Spike tomó el periódico y leyó:

—Aquí dice que según la declaración tomada por los Guardias de Cristal la detención fue posible gracias a la intervención del vigilante enmascarado de Canterlot conocido como la Flecha, pero que esta vez fue acompañado no de uno sino de dos pegasos con la capacidad de moverse a enormes velocidades, tan grandes que era imposible para el ojo detectarlos; estos pegasos han sido identificados con los apodos de 'The Flash' y 'The Dash' además de una nueva vigilante desconocida que se presentó con el nombre de 'el Canario'.

Starlight miró a Rainbow con low ojos chispeantes de furia.

—¿The Dash? ¿TÚ TUVISTE ALGO QUE VER EN ESTO RAINBOW DASH?

—Yo la verdad…

Starlight disparó un ataque contra ella pero Rainbow se movió hacia atrás, siempre a gran velocidad.

—Starlight entiende, Sun Burst estaba haciendo algo malo.

—¡TÚ Y ESA MALDITA FLECHA ARRESTARON A MI AMIGO! ¡ESTO ME LO VAS A PAGAR RAINBOW DASH!

Y siguió disparando ataques con toda su fuerza siempre tratando de derribar a la pegaso cian pero ella simplemente era demasiado veloz.

—¡Starlight cálmate por favor! — Le suplicó Spike arrojándose a sus cascos y tratando de pararla, pero la unicornio rosa estaba furiosa y no escucharía razones.

—¡AAAAARG!

Y siguió disparando.
Entonces fue cuando Twilight se asomó para ver a qué venía tanto escándalo y se topó con ese ataque sin cuartel de su aprendiz.

—¡Starlight Rainbow paren ya! — Gritó horrorizada.

Pero nada, Starlight seguía como loca tratando de derribar a Rainbow Dash que al final cansada de todo tuvo que golpearla para derribarla, siempre tan rápido que la pobre unicornio no pudo hacer nada para defenderse.

—Starlight basta ya. Sé que es tu amigo, sé que tiene que ser chocante para ti pero las pruebas estaban ahí en su contra, yo estuve ahí. No tienes idea de lo que hizo…

—Sun Burst jamás mataría ni una mosca — dijo Starlight llena de pesar.

—Tal vez no una mosca, pero mandó a ejecutar a varios ponis en la prisión para silenciarlos y trató de culpar a la Flecha.

—Síp, está todo aquí — dijo Spike leyendo.

—¡¿Y QUIÉN DICE QUE NO FUE LA FLECHA, EH?!

—Créeme, yo conozco a la Flecha y sé que no lo hizo — dijo Rainbow con pesadez. — De hecho lo que pasó fue que Sun Burst planeaba matar a un poni rico y noble en nombre de la Flecha para poder culparlo a él de su operación pero… el poni que escogió resultó ser la Flecha y el tiro le salió al revés. Lo siento Starlight, pero tu amigo de la infancia es un sujeto retorcido y malvado.

Twilight tenía cara de preguntar de qué iba esto cuando Spike le pasó el periódico. Simplemente no podía creerlo, ¿el bueno de Sun Burst? ¿Acaso era un error?
Pero no, aparentemente no; no sólo lo habían capturado con los cascos en la masa (¿o en la droga?) sino que su hermano respaldaba lo que había sucedido. Y todo encajaba: la conexión con el tráfico de drogas en el Imperio Cristal, la investigación de Sun Burst sobre las drogas ceremoniales Yak, un aparente enriquecimiento sin explicación.

—No puede ser — murmuró Twilight.

—¡¿Verdad?! — Chilló Starlight. — ¡No es más que un chiste muy enfermo!

—Starlight, lo siento de verdad pero no puedo negar la evidencia — dijo la alicornio morada. — Pero Rainbow Dash, me sorprende de ti. ¿Te uniste a la Flecha?

—Barry está en su bando y yo quiero ser como Barry…

—¿Pero como una vigilante ilegal? ¿Te das cuenta de lo peligroso que puede ser la Flecha?

—Twi, no lo es más. Tal vez cuando estaba solo pero ahora que nos tiene a Flash, Canario y a mí en su grupo nos aseguramos que no siga matando. Además tienes que admitir que ha logrado algo muy importante al detener el tráfico ilegal en Equestria.

Twilight asintió comprensivamente.

—Igual Rainbow Dash, ¿te das cuenta de lo que esto significa? Tienes que entregárnoslo ya antes que lastime a alguien.

Rainbow bajó la cabeza avergonzada.

—Lo sé, y de verdad lo lamento Twilight. Sé que eres una Princesa y todo; pero yo soy el Elemento de la Lealtad y no traicionaré a un amigo.

Starlight escupió al suelo.

—¿Y qué hay de mí? ¿No soy tu amiga también? Lo he sido mucho más tiempo que ese tal vigilante enmascarado, ¡Y me traicionaste!

—Y por lo mismo vine Starlight, a decirte la verdad a la cara como una amiga lo haría — dijo Rainbow suspirando. — ¿Crees que me agradó ver que era Sun Burst el idiota que estuvo detrás de esto todo este tiempo?

Eso no se lo podían negar y Starlight sólo sollozó más fuerte pero ya sin hostilidad. Mientras Twilight negaba con la cabeza preocupada.

—Rainbow, sé que no quieres traicionar a tu amigo el vigilante pero si te niegas a hablar tendré que hacer uso de mi autoridad como Princesa y…

Sin más la pegaso cian se cubrió de rayos multicolor de energía cinética y desapareció en menos de un segundo. Twilight suspiró de nuevo, pero no podía decir que no la vio venir.

—Ya Starlight, trataré de conseguirte una cita a solas con Sun Burst para que te pueda dar una explicación en persona.

—Sí… pero Rainbow…

—Ella hizo lo correcto al venir a decirte, aunque si te soy sincera estoy cuestionando mucho las nuevas amistades de Rainbow.

Y mientras Rainbow Dash se fue encargando de ir invitando al resto de las chicas a una pequeña reunión en el Verdant. Y por supuesto todas accedieron, siendo Pinkie Pie la más entusiasta, para ser sinceros desde que comenzó su duro entrenamiento con Flash, Rainbow apenas si tenía tiempo para sus amigas (con la obvia excepción de Rarity) y todas estaban entusiasmadas de pasar un tiempo con Rainbow.

Palacio de Cristal:

Las Princesas Celestia y Luna venían intentando razonar con Candace y Shining por un buen tiempo pero simplemente no había modo, ellos no dejarían que interrogaran personalmente a Sun Burst o a cualquiera de sus ayudantes.

—¡Pero sobrina! Él seguramente tiene información vital para nosotras — dijo Celestia. — ¿Por qué no podemos hablar con ellos?

—Tía, son criminales del Imperio Cristal y es justo que sean juzgados aquí mismo. ¿Tan difícil es eso de comprender?

—No, y al contrario, lo encontramos de lo más razonable — dijo Luna. — Lo que no comprendo es por qué no nos dejan hablar con ellos en persona sobre sus operaciones en Canterlot.

—¡Nuestros soldados ya los interrogaron! — Dijo Shining exasperado. — ¿Y no basta eso? Ya tienen las declaraciones, los documentos que las respaldan y todo. ¿Qué ganarían con interrogar a un montón de gente rencorosa contra la Corona?

—Capitán Armor, sabes muy bien lo que buscamos. Ellos seguramente tengan información acerca de los soldados en quienes puedo confiar. ¿No usaron evidencia recolectada en la escena del crimen para inculpar al vigilante enmascarado conocido como la Flecha? — Siguió insistiendo Celestia.

—Sin mencionar que podrían tener información valiosa sobre la Flecha — siguió Luna. — ¿O me equivoco?

Ni Candace ni Shining sabían qué decir ante todo esto. Querían proteger a Blue Blood, de veras que sí, pero esta situación no se los hacía muy fácil. Pero finalmente Candace decidió sincerarse:

—Tías, comprendan, hemos logrado desarmar una operación a gran escala que utilizaba las fronteras de nuestro Estado para introducir drogas ilegales al resto del Reino. Y sí, todo fue gracias a la Flecha cuya identidad ha sido comprometida por estos sujetos; y como agradecimiento por todo lo que hizo por nosotros lo mínimo que podemos hacer es asegurar su anonimato. Perdónennos pero no se nos ocurre otra forma de honrar al héroe enmascarado que se tomó la molestia de apoyarnos pese a todas las dificultades — se excusó Candace.

Y las Princesas al final entendieron, aunque no les agradó.

—¿Entonces debemos suponer que prefieren apoyar a un vigilante enmascarado que a nosotras? — Preguntó amenazadoramente Luna.

—Tía, es una cuestión de honor. Tenemos una deuda de gratitud con la Flecha, Flash, el Canario y todos los involucrados en desarmar esta red de contrabando.

—La Flecha es un asesino — le espetó Celestia.

—También Sun Burst, pero él mataba por su propio beneficio; no por Equestria. Aunque no quieras admitirlo tía, las cosas han mejorado gracias a que él ha intervenido. Además el Imperio Cristal es un Estado independiente y yo soy quien tiene la última palabra; y sólo les permitiré hablar con los prisioneros si me juran que no intentarán sonsacarles información sobre la Flecha. Si no me lo juran, entonces les pediré que se retiren.

—Candace…

—Es mi última palabra.

Las dos Princesas se retiraron pero obviamente las cosas estarían tensas de ahí en adelante.

—¿Qué opinas hermana? — Preguntó Luna.

—Que Barry Allen es un joven valiente, bueno y de gran corazón, pero si no nos dice lo que sepa sobre la Flecha me temo que no tendremos más remedio que arrestarlo — dijo Celestia. — No quería llegara esto pero estoy harta de la Flecha, ¡harta!

Club de Blue Blood, Verdant:

Todo el grupo de las Portadoras de la Armonía, menos Twilight que se quedó con Starlight, más Barry y Blue Blood se la pasaban en la sala VIP del club de este último.

—Me alegra mucho que te hayas tomado el tiempo de pasar con tus viejas amigas Rainbow Dash — dijo Applejack dándole un golpe amigable.

—Lo siento AJ pero tú sabes que esto de ser velocista te cambia la vida.

—Pero al ser tan rápida mínimo tendrías un espacio en tu agenda para tus amigas Dashie — bromeó Pinkie.

Todos se rieron alegremente y siguieron festejando. Pero más o menos a su tercer vaso de sidra Rainbow se dio cuenta de algo crucial.

—Qué raro… — dijo ella de pronto.

—¿Pasa algo Rainbow Dash? — Preguntó Fluttershy.

Rainbow se tomó de un sorbo la sidra del vaso y se sirvió otro poco.

—Rainbow Dash te recuerdo que te pones ligeramente impertinente cuando bebes demasiado — dijo Rarity. — Ten cuidado.

—No es eso Rares, ¿qué no lo ves? — Preguntó la pegaso cian. — ¡No estoy ebria! Ni un poquito ebria.

Terminó otro vaso de sidra y seguía como si nada.

—¿Ves?

Barry se rio ligeramente incómodo.

—Lo siento Dash, no te lo advertí pero, ¿recuerdas eso del metabolismo acelerado?

—Este… ¿sí?

—Eh…

Rainbow hizo un face-hoof.

—¿Me estás diciendo que no me puedo embriagar?

—Lo lamento Dash, efecto secundario de velocista. Tu cuerpo procesa demasiado rápido las toxinas.

Eso no le hizo nada de gracia a Rainbow Dash pero al final siguió celebrando con sus amigas. Lejos de aquel pequeño inconveniente, tal vez fuera lo mejor y se pudo desenvolver un poco más con sus amigas siendo ella sola.
Todos estaban felices y contentos, salvo Blue Blood que no supo bien cómo integrarse a la dinámica de aquel grupo pero Rarity pronto se encargó de introducirlo.

—¡Por cierto! ¿Sabían que Blue está planeando de abrir sucursales de este maravilloso club en Mane-Hattan, el Imperio Cristal y en Griffinstone?

Los comentarios no se hicieron esperar y el grupo siguió preguntándole acerca de los clubes y cómo se le había ocurrido que el negocio de los clubes nocturnos era en donde estaba el dinero. Él se había encargado de convertir en una vieja bodega de una vieja fábrica en el club más popular de Canterlot.
Finalmente cuando la noche avanzó más Rainbow se volvió hacia Barry.

—Oye gracias — dijo suavemente.

—¿Por qué de todo Rainbow Dash? — Preguntó alegremente el pegaso naranja.

—Pues por todo — dijo Rainbow. — Primero te convertiste en mi motivación para ser más rápida, quería vencerte, quería derrotarte quería… bueno ser la número uno. Pero luego tuve el accidente y pese a todo te convertiste en mi maestro. Gracias, sin ti no hubiera logrado llegar hasta aquí.

—Lo hubieras hecho, porque he visto lo que haces Rainbow Dash. Eres increíble, yo me limité a acelerar las cosas.

Rainbow se rio sonrojándose.

—Bueno, el hecho es que… gracias amigo Flash. No, Barry, me has enseñado mucho y yo… bueno yo…

Ante la sorpresa de todas (menos de Rarity) Rainbow se estiró dispuesta a besar profundamente a Flash pero él retrocedió a gran velocidad.

—¿Barry? — Preguntó Rainbow dolida.

—Perdóname amiga, pero… no puedo.

—Pero yo… ¡soy una velocista! ¡Soy la más adecuada para ti! Maestro y estudiante, ¿qué no suena lo suficientemente… bueno, romántico?

Flash acarició su melena.

—No puedo Rainbow, lo lamento mucho. Pero Iris me espera en Central City.

—Ella no tiene por qué saber…

—Yo lo sabré. Rainbow Dash, ¿sabes por qué las invité a todas aquí hoy?

—¿Para celebrar que he avanzado mucho? — Preguntó Rainbow Dash temiendo lo peor.

—Sí, pero más que todo porque estás lista. A partir de ahora tienes que avanzar por tu cuenta, y conociéndote harás grandes cosas.

Alrededor de ambos las amigas se habían acercado con cuidado listas para consolar a Rainbow Dash. La pegaso miraba a su maestro dolida, pero aunque el otro comprendía su dolor se miraba más bien orgulloso.

—Aunque no pueda ser lo que tú buscas amiga, ten por seguro que estoy orgulloso de ti. Me devolviste la fe en la humanidad en general. Gracias a ti superé una horrible crisis depresiva, y ahora confío en que a partir de ahora harás el bien.

—Barry no te vayas, yo te necesito aquí…

—Rainbow, esto es más que todo un capricho, no amor de verdad. Lo comprenderás con el tiempo pero también sabías desde un inicio que yo tenía que irme. Ha llegado el momento, sé que a partir de ahora sólo crecerás como velocista, pero no temas, yo siempre seré tu amigo y estaré sólo a una carrera de distancia.

—No puedo…

—Puedes amiga mía. Confío en ti, tú confía en ti misma.

Entonces la abrazó y pese a todo Rainbow abrazó a Barry de vuelta. Lloraba, sí que lo extrañaría. Lo extrañaría como jamás había extrañado a nadie pero también lo entendía.

—Gracias Barry, gracias por todo.

—Gracias a ti Rainbow Dash. A partir de ahora tú eres la pegaso más rápida del mundo.

Se mantuvieron así por un instante pero al final la pegaso cian se separó limpiándose las lágrimas.

—Ve, no querrás hacer esperar a Iris West. Y de paso dile que es la mujer más afortunada del mundo.

Barry dio una seca cabezada y se dirigió a la salida cuando Blue Blood lo retuvo del casco.

—Oye, salúdame a Oliver Queen, ¿quieres?

—Claro — dijo Barry sabiendo que detrás de esas palabras se ocultaba una despedida mucho más sincera y de lo que cualquiera se imaginaba, de nuevo sólo Rarity entenderíaa las implicaciones. — Dile a la Flecha que cuide mucho de mi alumna.

—Si nos topamos alguna vez con gusto le diré — dijo Blue Blood con una sonrisa.

Entonces Barry se terminó por despedir de todas, y luego partió.
En cuanto Flash cerró tras de sí la puerta del Verdant miró hacia atrás satisfecho de sí mismo voló, voló a máxima velocidad. Dentro de nada el mundo se desdibujó alrededor suyo y antes que cualquiera se diera cuenta, Flash se había ido de Equestria.

Laboratorios S.T.A.R.

Cisco Ramón, Caitlin Snow, Iris y Joe West se encontraban solos pasando el tiempo en silencio, lo mismo que venían haciendo desde la partida de Barry luego de la derrota del malvado velocista Zoom. Sólo había una persona optimista en aquel grupo y esa era Iris, quien sabía que Barry sólo se tomaba una pequeña pausa, pero cuando estuviera listo regresaría a ella.

De pronto los laboratorios comenzaron a vibrar a toda velocidad y pronto una figura vestida de rojo apareció en el medio de la sala arrojando lejos un montón de equipo pero a nadie pareció importarle. Todos estaban mudos de la impresión viendo al joven de rojo aparecerse de pronto.

—¿Barry? ¿En verdad eres tú? — Preguntó Joe, su padre adoptivo.

—Hola Joe, lamento preocuparte, a ti… a todos…

Nadie dijo mucho más, corrieron a abrazar al hombre más rápido del mundo.

—¡Hombre! ¿Dónde estabas? — Preguntó Cisco.

—Nos tenías a todos muy preocupados — dijo Caitlin ligeramente molesta.

—Créanme: no me lo creerían si se los dijera — sonrió Barry.

Sólo una persona no se había unido a aquel gesto de cariño, no, ella esperaba el gesto privado desde su pequeño rincón y sólo sonreía.

—Sabía que vendrías Barry — dijo Iris.

Barry sonrió y tras separarse de todos, se desplazó hacia ella a gran velocidad.

—He vuelto Iris.

Entonces la besó apasionadamente.

—Te extrañé tanto…

—También te extrañé. Pero ahora estamos juntos. ¿No es así?

—Para siempre.


Final sentimental y todo pero tenía que finalizar el arco de Flash enseñándole a Rainbow. Espero les haya gustado y bueno, la verdad no hay mucho qué decir; ya en caps anteriores había insinuado el interés de Rainbow en Barry pero hasta ahora le di forma sólida. Igual descuiden, faltan un par de puntos para concluir el fic.

Chao; nos leemos!

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