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Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo

by Mr.E's-pen

Chapter 13: Carrera 12

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Carrera 12:
Claro como el Cristal

Las heladas fronteras del Imperio de Cristal era considerado como uno de los puestos más inhóspitos para las fuerzas armadas de Equestria, un horrible paraje de piedra y hielo con tormentas que estallaban sobre los soldados siempre sin previo aviso. Sin embargo los ponis que trabajaban en ésta eran la crema y nata de los ejércitos y se jactaban de estar entre las mejores tropas del Reino; y por supuesto las demás tropas y la Corona les daban la razón. Claro que tenían ciertos inconvenientes como las armaduras que se arruinaban más rápido debido al inclemente clima y los hechizos térmicos de las mismas; y la mayor tendencia de contraer gripes pero para eso tenían un excelente seguro médico y por supuesto un confiable sistema de recambio de armaduras.

—¡Recambio! ¡Recambio de armaduras de rutina! — Gritó un soldado dirigiendo a otro grupo que iban halando la carreta que contenía las armaduras nuevas para los fronterizos.

Y el capitán de éstos sólo le hizo una señal a los suyos que por su cuenta halaron una carreta llena con las armaduras a desechar y así realizar el intercambio de siempre. Como siempre los dos grupos de soldados se saludaron amigablemente y las dos carretas fueron debidamente intercambiadas. Hasta aquel momento todo iba según lo normal, pero de pronto la carreta que supuestamente contenía las nuevas armaduras se abrió de golpe revelando a un grupo de soldados bajo el mando del mismísimo Capitán Shining Armor.

—¡Atención! ¡Todos contra el suelo ya mismo! — Ordenó con firmeza. — Los quiero a todos con los cascos en donde los pueda ver. Tienen derecho a permanecer en silencio, todo lo que digan puede y será usado en su contra. ¿Y ustedes qué esperan? ¡Muévanse ya, YA!

Los soldados a bordo de la carreta saltaron y se apresuraron a esposar (en algunos casos colocar anillos anti-mágicos) y finalmente colocar en fila a todos los guardias fronterizos que se veían bastante confundidos y nerviosos ante esta situación. Shining avanzó con firmeza y mirando hacia la carreta con las armaduras viejas, la desarmó con su magia y a su señal sus ponis comenzaron a rebuscar entre las mismas hallando varios paquetes envueltos cuidadosamente en bolsas de plástico los cuales contenían una especie de píldoras parecidas a cristales; y que estaban cuidadosamente separadas en pequeñas dosis individuales.

—Empacada y lista para distribuir, ¿no? — Dijo Shining decepcionado. — ¡Procésenlos y llévenlos inmediatamente al calabozo para el interrogatorio! Y quedan suspendidos todos los envíos de material hacia Canterlot hasta nuevo aviso. ¡¿Entendido soldados?!

—¡Señor, sí señor! — Gritaron los nuevos guardias que trajo Shining mientras que los soldados fronterizos inmovilizados intercambiaban miradas de ira o bien de confusión según fuera el caso.

Entonces esperaron en aquel punto hasta que llegó una patrulla de guardias solares los cuales se encargarían de las funciones de la patrulla fronteriza hasta que se aclarara este caso, un favor especial de la Princesa Celestia luego que se enterara de la delicada situación en el Imperio Cristal. Fue un golpe devastador pero al menos se había logrado cortar la distribución de drogas en Equestria y los Reyes de Cristal estaban muy orgullosos de sí mismos y de la operación, desgraciadamente no tenían ningún cabecilla identificado… aún.

—Increíble, más de la mitad de la patrulla fronteriza ha sido destituida de su cargo y enviada a prisiones de máxima seguridad — dijo Shining dejándose caer en su cama luego de la que consideró una de las jornadas más largas de su vida. — Qué día.

—Y mañana nos espera otro día largo también — dijo su esposa mostrándole la carta que acababan de entregarle. — Tía Celestia y Tía Luna solicitan nuestra presencia mañana.

—Genial, un viaje a Canterlot; justo lo que necesitaba — dijo Shining pensativo.

—¿Eso fue sarcasmo?

—No, en serio quiero ir y así tener una excusa para intercambiar un par de palabras con tu primo.

Candace lo miró por unos instantes y asintió con gravedad. Blue Blood, ¿qué le había pasado en verdad esos cuatro años? ¿Y por qué se había revelado ante ellos así como así? Eran cosas que no comprendían pero esperaban hacerlo al regresar de su visita a Canterlot.

Al día siguiente estaban a primera hora ante las dos Princesas que los saludaron con una inclinación de cabeza y despidieron a los demás soldados con un gesto de impaciencia.

—Iré directo al punto, — dijo la Princesa Celestia suspirando, — gran trabajo descubriendo el ingreso de drogas ilegales a Equestria, pero sáquenme de una duda: ¿de dónde sacaron esa información? ¿Tiene algo que ver con él?

No había necesidad de aclarar de quién hablaba ella con ese tono, así pues los dos Reyes de Cristal se miraron incómodamente pero no respondieron.

—No les estamos recriminando nada — aseguró la Princesa Luna. — De hecho descubrimos el centro de distribución de estas drogas en Canterlot gracias a la intervención de este vigilante enmascarado. Y sí, le ha hecho un gran servicio a Equestria pero tampoco podemos pasar por alto que ha matado a muchos ponis. Ha matado gente, sobrina.

Candace suspiró.

—Yo sé lo que ha hecho la Flecha, ¿de acuerdo? Por eso me avergüenzo pero sí, efectivamente fue él quien nos puso en alerta de lo que sucedía.

Shining torció el gesto.

—Sí, sus métodos de interrogación son famosos en toda la Guardia tristemente — dijo él con pesadez.

—¿Se contactó directamente con ustedes? — Presionó Luna.

De nuevo los esposos intercambiaron una mirada incómoda, esta vez de forma fugaz pero al final Candace decidió que la familia era más importante y se apresuró a contestar la pregunta desviando parte de la atención.

—Sí y no tía, la información que recibimos fue en forma de una flecha clavada en la pared y una voz distorsionada en la oscuridad. Cuando fuimos hacia él, disparó otra flecha que llenó la habitación de humo y escapó, pero fue la última vez que se le vio en el Imperio.

—¿Hace cuánto fue eso?

—Hará unas cuatro noches, lo que nos tardamos en desarmar la operación de narcotráfico.

Las dos Princesas suspiraron.

—Bien, gracias por todo. ¿Se quedarán aquí todavía?

—No, sólo le haremos una visita rápida a mi primo a ver cómo se está adaptando a su vida solo — dijo Candace. — Pero al terminar la tarde estaremos de regreso en el Imperio.

No se dijo mucho más y todos se despidieron.

Mansión de Blue Blood:

—¿Sí? — Preguntó un pegaso naranja de crines rubias abriendo la puerta.

—Queremos hablar con mi primo por favor — pidió la Princesa Candace.

—Nos urge — añadió fríamente Shining Armor.

Barry miró hacia la escalera del sótano en donde se escuchaba el duro entrenamiento al que se sometían él y Rarity.

—Este… creo que ahora está ocupado — dijo Barry mirando hacia el sótano.

—Por favor — insistió Candace.

Barry iba a rechazarla de nuevo cuando Rainbow Dash se asomó.

—¡Candace! ¡Shining Armor! ¿Qué están haciendo aquí? — Dijo alegremente.

—¿Qué estás haciendo tú aquí? — Preguntó Shining genuinamente sorprendido.

—Últimamente vengo mucho a ver a mi amigo Barry, es genial y todo.

—Ya, ¿y tú quién eres, Barry? — Preguntó Candace.

—El asistente del jefe Blood y ahora mismo él se encuentra muy ocupado, pero este… puedo arreglarles una cita para más tarde…

—Está bien Barry, — dijo de pronto Blue Blood subiendo las escaleras secándose el sudor luego de una dura sesión de entrenamiento. — Ya los esperaba desde antes. Ellos saben.

—¿Qué? — Saltó el pegaso naranja.

Blue Blood no dijo nada más y le hizo una seña con la cabeza a su prima y a Shining para que lo siguieran a la sala. Rainbow y Barry se miraron confundidos y los siguieron.

—¿Podrías traernos bebidas por favor Barry? A mi prima le gusta el vino y a Armor…

—Escocés — dijo Shining.

—Este sí es de los míos — sonrió Blue Blood. — Por favor Barry.

Barry se encogió de hombros, todavía confundido, y desapareció en el clásico borrón rojo con relámpagos dorados muy para el estupor de los Reyes de Cristal, y éste sólo creció cuando en menos de un segundo las tres bebidas habían sido servidas y Barry estaba de vuelta a donde estaba hacía apenas unos segundos.
El pegaso sonrió al ver las caras de estupor y se encogió de hombros presumidamente.

—Soy el pegaso más rápido del mundo. ¿Vienes Rainbow?

Y desapareció de nuevo en el borrón rojo y dorado. Rainbow Dash apretó los dientes pero de inmediato su mueca se transformó en una sonrisa de entusiasmo y desapareció tras Barry en un muy similar borrón pero de colores cian y relámpagos arcoíris.
De nuevo los dos gobernantes del Imperio Cristal se quedaron sin qué decir y miraban a Blue Blood con estupor, y él simplemente le dio un sorbo a su bebida.

—Te terminas por acostumbrar. Ahora hablemos de temas serios — dijo tomando con su magia un periódico de un revistero junto a él y se los mostró extendido

OPERACIÓN DE DROGAS DESTRUIDA DE RAÍZ
Heroica intervención de los Reyes de Cristal devela nido de ratas en la Patrulla fronteriza

—He de decir que estoy bastante agradecido, la Guardia Solar tardó mucho más en aprender a confiar en mí.

—¿Qué demonios pasó contigo en esa isla Blue Blood? — Dijo Candace tratando de ordenar sus emociones.

—Tú perdonarás pero últimamente he contado mi historia más veces de la que me gustaría y en serio no es algo en que me guste recordar — dijo fríamente Blue Blood. — Pero la experiencia me ha dado un nuevo propósito en la vida. Justicia para los inocentes oprimidos por aquellos en posiciones de poder. Nuestras tías son seres inmortales y no cambian, sin embargo los tiempos sí; y a pesar de los cambios ellas siguen manteniendo ideales de otra época distinta, y en la actualidad no todos pueden ser reformados ni tienen bondad en su corazón.

—Y sin embargo aquí estás tú — dijo Shining provocador.

Blue Blood lo fulminó con la mirada pero suavizó su expresión tras pensarlo un poco.

—Bien, eso no te lo voy a discutir. Pero también es cuestión que yo desperté a tiempo, pero si algo te puedo asegurar es que cada vez que me enfrento a la escoria decadente de siempre veo en lo que me pude haber convertido.

—Cambiando de tema, ¿por qué nos revelaste a nosotros quién eras Blue Blood? — Se interesó Candace.

Y en este punto el príncipe se levantó y avanzó como hipnotizado a la ventana y suspiró con pesadez.

—Porque no puedo hacer esto solo, no sin apoyo de alguien en la autoridad. Ya vieron qué tan lejos llegaba esta red del narcotráfico; solo ni en sueños hubiera podido detener esto… pero ustedes tampoco pueden llegar demasiado lejos sin mí. No puedo pedirle ayuda a nuestras tías, lo más seguro es que si me atrevo termine el resto de mis días atrapado en un hospital psiquiátrico o peor. Así que decidí arriesgarme y pedir la colaboración de ustedes, Armor, Candace; sé que he sido un cretino de primera toda mi vida y que no merezco su ayoda. Pero no hagan esto por mí, sino por Equestria. Esta red de tráfico de drogas es sólo el principio, y ustedes lo saben.

Los dos se quedaron en silencio.

—¿Es en serio? Blue Blood, ser un cretino pero ¡eres un asesino! — Dijo Shining Armor.

—Yo sé.

—¿Y quieres que te ayudemos desde dentro del sistema? ¿Traicionar a nuestras tías? — Lo cuestionó Candace.

—Mucha gente lo hace a diario y no por salvar a Equestria sino por sus propios intereses monetarios — dijo tranquilamente Blue Blood. — Y no hay mucha diferencia entre ellos y yo más que ellos no se ensucian los cascos personalmente.

Los dos se miraron y le ofrecieron un casco.

—Mi única condición es que dejes de matar Blue Blood — dijo Candace.

El príncipe sólo hizo un face-hoof.

—Siempre lo mismo. No se preocupen, con Allen en mi equipo y con la posible adición de otras dos niñeras no he matado a nadie en semanas.

—¿Dash? — Preguntó Shining.

—Ajá. A veces me pregunto por qué dejé entrar a un 'velocista' en todo esto, pero bueno. Al menos me ha sacado de problemas varias veces.

—¿Allen?

—Barry, Barry Allen.

—¿Qué clase de nombre de poni es ese?

—En serio no quieren saber.

No pudieron seguir haciendo indagaciones al respecto porque en ese momento Rarity se arrastró a la salita. No se veía bien, tenía todo el pelaje desordenado y cojeaba como si y se movía de forma torpe y en cierta forma entrecortada como si le hubieran propinado una gran paliza.

—¡Blue Blood! ¿Cómo pudiste dejarme así? — Chilló ella de rabia.

Candace se acercó a ayudarla.

—¿Qué te pasó?

—Este sujeto vino, y luego de darme una paliza en sus clases de defensa personal me deja ahí atada y adolorida y se va. ¡Se va!

Blue Blood la miró indiferente.

—Ah, ¿prefieres que te deje llena de cortadas y atada con cadenas colgando boca abajo en un calabozo para que te desangres lentamente? Deja de quejarte. ¡Y te soltaste sola! A eso lo llamo progreso.

Rarity se quedó pensativa y sonrió de oreja a oreja. Blue Blood rodó los ojos medio molesto.

—¡Niñera número uno! — Les anunció a su prima y marido.

Los dos de nuevo se miraron confundidos, vaya que esta era como mucho la tarde más extraña que habían tenido pero al final mejor se despidieron amigablemente pero antes Candace miró a su primo.

—Blue Blood, ¿eso que le dijiste a Rarity, fue lo que te pasó a ti?

—Hay una razón por la que no quiero hablar de esa maldita isla, prima.

Candace tragó saliva y mejor se fue.

—Oye amor, ¿es muy tarde para entregarlo a las Princesas para que lo encierren en un psiquiátrico? Necesita ayuda — Preguntó Shining.

—Yo sé pero no, ha hecho mucho por Equestria. Admito que necesita ayuda pero si tiene a Rarity Belle y a Rainbow Dash de su lado estoy segura que algo bueno saldrá de él. Y tampoco creo que siga matando si están a su lado.

Desde el último piso de su mansión, Blue Blood se mantuvo vigilante de los dos visitantes que dejaban su hogar.

—A veces me pregunto si no es mejor conseguirme otro hobby.


De nuevo otro cap enfocado más en la Flecha pero pronto regresaremos a The Flash y a The Dash; después de todo describir el entrenamiento de un velocista puede ser medio tedioso, por eso no creo que aparezca mucho en la serie.

En fin espero les haya gustado y les promesto más acción a la próxima,

Chao; nos leemos!

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