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Caballo Negro

by mmunocan

Chapter 15: Capítulo 14: Frente a la adversidad

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Hola de nuevo. El siguiente episodio es bastante especial para mí, pues muestra un poco lo que es mi ciudad natal, y mi colegio natal. Y me pregunto ¿Qué rayos estaba pensando en escribir esto? Pero ya me abarqué en esta aventura de publicar este laaaargo fanfic, si es que a lo hecho, pecho. Además que esté capítulo está algo alejado de lo que son los personajes de MLP, pero tranquilos, todo cobrará sentido más adelante.

Viernes, 7 de octubre del 2016


Capítulo 15 "A Chillán los pasajes".

Prácticamente con la mente en blanco Marcelo fue hacia el colegio. Tantas cosas habían pasado: lo del profesor, su enfrentamiento con su padre, el regreso a Equestria…

-¿Cómo te fue con tu viejo?- le preguntó Manuel cuando llegó a la sala.

-Me van a mandar a donde mis tíos a Chillán- respondió sin mayor rodeo.

-¡¿A Chillán?!- exclamó perplejo Manuel.

-Si- respondió Marcelo, con tristeza en su rostro.

-¿Por qué?- preguntó Manuel.

-Mi padre me odia, quiere deshacerse de mí- respondió Marcelo.

-¡Pero si te está haciendo un favor!- exclamó Manuel.

-¿Qué?- preguntó confundido Marcelo, para él nada de eso era bueno, tener que alejarse de su gran amigo, y de los bronies.

-Recuerda que vengo de allá,- le contestó -y dejé muchos amigos Bronies, será muy fácil ser parte de la manada.

-¿Y qué hay de ti, aquí solo?- preguntó Marcelo.

-No te preocupes por mí,- respondió Manuel en tono alegre -tengo amigos Bronies en cada colegio de Chillán, así es que no importa dónde te manden, a menos que no te manden al colegio, pero mejor, así no tendrías que estudiar, y te dedicarías a vagar, y reunirte con todos los amigos que dejé allá.

-Pero... no nos volveremos a ver... y...- objetó Marcelo.

-Tonterías,- le interrumpió Manuel -recuerda que el internet es mágico, y si no tienes en tu casa, te lo puedes conseguir en algún cyber, con un amigo, en el colegio, donde sea, incluso puedes llamarme por celular.

-Bueno... supongo que será mejor- Marcelo se estaba convenciendo.

-¡Claro que será mejor!- le respondió alegremente con unas palmadas en la espalda -allá ni te creas que estarás solo.

Durante esas 2 horas de arte, se dedicaron a conversar de los amigos que allí tenía Manuel, de cómo era la ciudad, y Marcelo le comentó acerca del sueño que tuvo la noche anterior.

-¿Y es comunista?- le preguntó Manuel refiriéndose a Appleproud.

-Pues eso parece,- respondió Marcelo -de hecho no hablé con él del tema.

-Pues debiste,- le objetó Manuel -sería interesante saber que Applejack tiene un pariente comunista.

-Presiento que lo volveré a ver, ahí le preguntaré- respondió Marcelo.

La última semana de Marcelo en Santiago, trató de pasarla lo más feliz posible, con su amigo, su hermanita, quien ya no era tan pesada, y su madre, quien aunque lo intentó, no pudo convencer a su esposo de retractarse de su decisión.

Y aquel dichoso viernes de la partida, llegó. Su madre junto con su hermana fueron a dejar al terminal de buses, en donde lo acompañaron hasta la llegada del bus que lo llevaría a Chillán al andén.

-Cuídate mucho hijo mío- le dijo su madre entre sollozos.

-Si mamá, lo prometo- respondió Marcelo tratando de contenerse.

-Adiós Marcelo- agregó Isabel con un hilo de voz.

-Chao hermanita,- Marcelo se agachó para verla a los ojos -no te preocupes, igual te mandaré el peluche de Rainbow Dash para tu cumpleaños- agregó con un abrazo.

Se subió al bus, el cual partió inmediatamente, rumbo a la capital de la provincia de Ñuble.

Tras 5 horas de viaje, y bien entrada la noche, el bus arribó al terminal en Chillán. Marcelo tenía anotada la dirección de sus tíos en una hoja, y por más datos que le haya dado su amigo, no sabía ubicarse en esa ciudad.

Se paseó durante el centro por un rato, preguntándole a cuanto colectivo, o micro encontrase. Finalmente se subió a un colectivo, que tras media hora de marcha, lo llevó casi a la periferia de la ciudad.

Maleta en mano, caminó por las penumbras calles de la villa los Naranjos, "sería mejor si se llamase villa los manzanos" pensaba Marcelo acordándose de Applejack.

Tocó el timbre en la dirección señalada, en donde una mujer le abrió la puerta.

-¡Marcelito!, ¡mi amor!, ¿cómo está mi cosita tan linda?- lo abrazó casi hasta estrujarlo.

-Ay, tía Betty, cuidado- respondió Marcelo entrecortadamente.

-Ay, pasa, pasa, que aquí afuera está muy helado- tía Betty lo invitó a entrar.

-¿Cómo está mi sobrino?- dijo un hombre con un gran vozarrón que se calentaba al lado de una estufa a leña.

-Bien gracias tío Hernán...- alcanzó a decir Marcelo antes de recibir un abrazote de aquel fornido hombre.

-Y, ¿cómo estuvo el viaje?, ¿cómo llegaste?- le preguntó su tío.

-El viaje fue más largo de lo que pensaba,- dijo Marcelo instalándose en el living -me estuve paseando por el centro antes de tomar un colectivo.

-¿Y qué te pareció la ciudad?- preguntó tía Betty ofreciéndole una empanada de pino a su sobrino.

-Bastante bonita,- respondió cortésmente recibiendo la empanada -pero es extraño andar por la calle sin ver un Transantiago.

El tío Hernán dio una risotada con su vozarrón.

-Ya, pero hablando en serio, ¿por qué tu papá te mandó hasta acá?- preguntó fuera de bromas.

-¿No le dijo?- preguntó Marcelo mientras observaba por dónde comerse su empanada, tenía mucha hambre.

-No, ¿por qué fue?, ¿pasó algo?- insistió su tío mientras recibía otra empanada de su señora.

-Ehm... bueno... yo, me peleé con mi viejo- confesó Marcelo.

-Adivinaré... ¿tribu urbana?- preguntó su tío imitando a un psíquico.

-No, bueno, si- dijo Marcelo un tanto extrañado. En realidad, no estaba seguro de considerar a los bronies como una tribu urbana.

-¡Lo sabía!- exclamó tío Hernán- conozco a mi hermano. Cuando era joven, se metió a un grupo neonazi. Odiaba a los que eran diferentes. Aunque se le ha pasado bastante, aún le queda un poco, Será cuestión de tiempo que se le quite lo canchero, mientras, te puedes quedar aquí con nosotros, no te faltará, nada, A propósito, ¿qué tribu es?

-Bronies- contestó Marcelo.

-¿Y eso qué es?- preguntó Hernán. Marcelo felizmente le contó a sus tíos sobre los Bronies, quienes escuchaban a su sobrino y de vez en cuando le hacían preguntas.

-Las modas de hoy, ya no hayan que inventar- concluyó finalmente su tío Hernán.

Aquel fin de semana fue bastante feliz para Marcelo. Su cuarto, aunque pequeño, era acogedor. Fue tapizando sus paredes con imágenes de los ponis sacadas de internet. Lo hacían sentir un poco más cómodo en medio de este nuevo ambiente.

El domingo, tía Betty le llevó el uniforme escolar a su pieza.

-¿Instituto Santa María?- leyó Marcelo en la insignia del chaleco burdeo.

-Es el mejor colegio que te pudimos conseguir a esta altura del año, cariño- le respondió cariñosamente su tía, -y además es un colegio muy bueno, y muy exigente, así es que se me pone a estudiar altiro.

-Me suena a un colegio de puras niñas- respondió Marcelo.

-Hace 20 años que recibe varones,- respondió tía Betty -es un colegio mixto.

-¡Mixto!,- exclamó Marcelo asustado -¡mi otro colegio era solo de hombres!

-Lo siento querido,- le respondió su tía -pero colegios de hombres ya no quedan en Chillán.

A partir de ese instante Marcelo se puso nervioso. A las niñas las había visto desde siempre como algo lejano, Toda su vida ha estudiado en un colegio solo de hombres, y este cambio lo tomaba por sorpresa.

De un salto se puso a buscar información en internet sobre ese colegio.

-¡Un colegio de Iglesia!- exclamó Marcelo. Siempre había estado en colegios laicos, donde jamás le habían mencionado a Dios, -de hecho él era ateo-. Lo anterior sumado a que debía compartir con mujeres en la sala, le incomodaba aún más. Sin considerar además que entraba a clases en abril, era nuevo, y de otra lejana ciudad. La suma de todos estos factores lo pusieron aún más nervioso.

En ese momento maldijo que chile fuera tan larguirucho. Sus ojos se detuvieron en un dibujo de Rainbow Dash.

"Dejé muchos amigos Bronies, será muy fácil ser parte de la manada", se acordó de las palabras de su amigo.

Inmediatamente se conectó a Facebook, Manuel no estaba conectado.

"¿Conoces a algún Brony del Instituto Santa María?" le escribió en su chat.

Luego apagó el computador, se acostó en su cama, y sin darse cuenta, se quedó dormido.


En el próximo capítulo…

Marcelo llega a su primer día de clases. Para su sorpresa, descubre que todo su curso es Brony, un verdadero paraíso para él. ¿Cómo serán los detalles? Descúbranlo en el siguiente episodio.

El lunes veremos "El curso Brony"

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