Lunes, 3 de octubre del 2016

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Capítulo 14 "Frente a la adversidad".

Mientras que en Santiago de Chile...

-¡¿Que pasó que?!- exclamó Manuel. Estaban en un recreo junto a Marcelo, mientras que este le contaba lo último sucedido el fin de semana.

-Eso,- decía -que cuando traje a mi viejo, Applejack no estaba.

-¿Y dónde está?- le preguntó preocupado Manuel.

-Se lo he estado preguntando a Isabel todo el fin de semana, pero ella insiste que todo me lo he imaginado- respondió Marcelo con desagrado.

-¿O sea tu hermana secuestró a Applejack?- concluyó Manuel.

-Parece, pero... ¿dónde la tendrá?- dijo Marcelo en un tono preocupante.

-Quizás debajo de la cama- respondió Manuel a modo de broma, a lo que ambos se rieron. En eso sonó el timbre y llegó el profesor de biología.

-Bien jóvenes,- dijo en tono autoritario -hoy comenzaremos una nueva unidad.

-Sabes, hay algo que más me preocupa,- le dijo Marcelo a su compañero de puesto en voz baja, -¿Por qué el profesor de biología tenía secuestrada a Applejack?, ¿cómo puede ir a Equestria?

-Quizás de la misma forma como tú fuiste a la fiesta de Pinkie Pie- le respondió su amigo.

-Pero yo no creo que a través de un sueño pudiera traerme un poni- objetó Marcelo.

-Ustedes dos, fuera de la sala- les interrumpió el maestro.

-¿Pero por qué?- insistió Marcelo -usted nunca ha echado a nadie de la sala.

-No tengo que darle explicaciones a ningún alumno, fuera de la sala- insistió él con autoridad. Todavía se le veía una fea cicatriz en la cabeza a causa del hachazo del viernes.

Ambos alumnos salieron en silencio de la sala, y el resto del día se puso feo para los dos, especialmente para Marcelo, cuando el profesor llamó el apoderado de ambos alumnos. Primero la madre de Manuel habló con el profesor.

-No lo vuelvas a hacer- le dijo a su hijo en tono suave cuando salió de la reunión.

Más atrás, el padre de Marcelo fue a la entrevista con el profesor, a la salida, no le dijo una sola palabra, ni menos camino a casa.

Cuando llegaron a casa, su padre lo invitó a tomar asiento en el comedor.

-Sabes hijo,- comenzó a hablarle -has cambiado mucho últimamente, no te va bien en el colegio, conversas con tus compañeros...

-Sigo teniendo buenas notas- interrumpió secamente Marcelo.

-Pero atacaste a tu profesor en su propia casa, ¿qué significa eso?- gritó su padre.

-Si te lo digo, no me lo creerías- respondió Marcelo.

-Lo que no creería es que estoy criando a un delincuente, ¿es eso?

-¡No!,- exclamó Marcelo -lo que no creerías es que el profesor es un secuestrador interdimencional, no sé cómo lo hizo, pero secuestró a una poni de la serie My Little Pony.

-¿Poni?, ¿estás loco?,- se exaltó su padre -al parecer tus amigos te están volviendo mariconcito al desviarte a ver esas cosas de niñitas. ¡Y encima te están volviendo loco! Diciendo que los ponis son reales y están entre nosotros, especialmente ese tal Manuel, ojalá que...

-¡Cállate!,- gritó Marcelo. Sentía su sangre hirviendo en la cabeza -no soy gay, solo soy Brony, ¿tanto te cuesta aceptarlo?- en respuesta, su padre le dio una fuerte cachetada, tirándole un diente.

-Está decidido- gritó su padre- te irás la otra semana a casa de tus tíos a Chillán, ¿entendiste?,- Marcelo miraba hacia un costado. Un hilo de sangre salía de su boca. Su padre lo agarró del pelo y lo obligó a mirarlo hacia sus ojos de furia, -¡¿ENTENDISTE?!- le gritó.

-¡Sí!- gritó Marcelo. Le salía lágrimas de los ojos, tanto de dolor por el golpe como de furia.

Apenas lo soltó, salió corriendo a su pieza. Sentía la furia, por su padre, y por sí mismo, por temerle a ese monstruo. A pesar de todo, estaba sometido a ese sujeto hasta que fuera capaz de enfrentarlo, y no lo era.

En su pieza se quitó la sangre. Tenía un diente roto. Luego se acostó sobre su cama, tratando de serenarse, y pensando en todo lo sucedido ese día.

-Ehm... ¿Marcelo?- entró Isabel a su cuarto.

-¿Qué quieres?- le respondió su hermano en tono monótono.

-¿Hubiera sido mejor haberle mostrado a Applejack?- preguntó con un hilo de voz.

Marcelo la miró, hubiera querido decirle ¡claro que sí! o ¡por tu culpa me pasó todo esto!, pero al verla, con los ojos llorosos, no pudo hacerlo.

-Eso no importa- dijo finalmente.

-Escuché los gritos,- agregó Isabel -¿te vas con los tíos?

-Si escuchaste los gritos, deberías saberlo- respondió Marcelo sin mirarla.

-Lo siento mucho- dijo Isabel corriendo a abrazar a su hermano con lágrimas en sus ojos. Marcelo se extrañó de lo que hizo, pero no pudo evitar devolverle el abrazo ni que se le soltasen algunas lágrimas.

Esa noche, nuevamente viajó a Equestria. Nuevamente se encontraba en una calle llena de ponis.

-Es hora de un cambio,- se escuchó a un poni -¡atrás la monarquía!, ¡queremos democracia AHORA!- un poni terrestre estaba parado sobre una estatua, Marcelo se unió a la muchedumbre que lo aclamaba.

-¡Viva!, ¡así se habla Appleproud!- gritaba emocionada la gente.

-Escuchen todos,-decía -el imperio y la monarquía solo limitan nuestra libertad de expresión, solo la democracia podrá salvarnos…

-¡Escúchame bien, tonto!- de la nada apareció Rainbow Dash, -La princesa Celestia está haciendo lo imposible por echar a los brabucones del imperio, ¿y así es como le pagas?, ¿relinchando en contra suya a sus espaldas?

-¿y a qué precio?, ¿encerrándonos en nuestro propio país?, ¿obligándonos a arrodillarse ante ella?, ¿quién se cree que es?

-Rainbow, no es momento de pelear con gente de la calle- se le acercó volando otro poni, Marcelo no lo conocía, pero se acordó que era uno de los ponis que le había impedido hablar con Twilight en la fiesta.

-Te tendré vigilado- le amenazó Rainbow tras una pausa, para luego se fue con ese poni del lugar. Los ponis se comenzaron a ir del lugar comentando lo sucedido.

-¿Quién eres tú?- se atrevió a preguntar Marcelo al poni.

-Me llamo Appleproud,- contestó el poni -¿y tú?

-¿Eres pariente de Applejack?- preguntó Marcelo ignorando su pregunta.

-Sí, es mi prima muy lejana- contestó.

-¿Qué pasó con ella?- preguntó Marcelo con rapidez deseando resolver su misterio.

-No lo sé,- le respondió Appleproud -hace mucho que no la voy a visitar, ¿pero por qué tanta pregunta sobre ella?, ¿le pasó algo malo?

-Que no le pasó...- respondió Marcelo.

Luego le contó toda su historia, desde quién era él hasta lo que le había pasado a Applejack. Todo eso era como sacarse un peso de encima, por primera vez hablar extensamente con un poni, quien fuera que fuera.

-¿Así es que eso fue lo que pasó?- dijo Appleproud al final del relato.

-Sí,- respondió Marcelo -no sé si estuvo bien o mal contarte esto, pero necesitaba decírselo a alguien.

-No te preocupes,- le animó Appleproud -te guardaré tu confidencia, aunque pareciera ser una increíble historia...

-Gracias, amigo- respondió emocionado Marcelo.

Luego la imagen de Appleproud, y la de todo el lugar comenzó a nublarse. Pronto no pudo ver nada, hasta que sintió la alarma de su despertador. Un nuevo día comenzaba.

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En el próximo capítulo…

Marcelo ya fue sentenciado por su padre a viajar donde sus tíos a Chillán, alejándose de su familia, y de su gran amigo Manuel. ¿Qué clase de nuevas aventuras le depararán a nuestro amigo? ¿Existirán otros bronies por allá? ¿Cómo lo recibirá esta nueva ciudad?

El viernes veremos "A Chillán los pasajes"

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