Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil
Chapter 5: 5. Episodio 05
Previous Chapter Next ChapterEpisodio 05: Poni Canguro.
Silencio completo. Ojos cerrados. Tranquilidad. Todo esta arreglado, no hay mas dramas...
"¡TU LA LIGAS!"
Tras oír eso abrí los ojos y empecé a galopar siguiendo a Flandre, intentando alcanzarla. Jugábamos a la pillar, y ambos éramos felices jugando.
Vaya mes... Normalmente esta mansión es tranquila, no suele ocurrir nada grave ni importante. Aun así, este mes ha estado lleno de eventos fuertes... Por el lado bueno, ahora conozco un poco mejor a todos... Y a Marisa, claro.
¿Eh? ¿Que quien es Flandre? ¿En serio no la conocéis? Bueno, es la 'Imouto-chan' de Ojou-sama. No se que significa, pero se lo dice todo el rato. Para mi Flandre es como la hermana pequeña que nunca tuve. Tiene 495 años, que para un vampiro es el equivalente a una niña de 9 años humana. Es súper adorable y simpática; me encanta siempre estar con ella. Sin embargo, sus habilidades sociales con los desconocidos todavía no son muy buenas. Como le caiga mal alguien, ya puede correr. En cuanto a su relación con Remilia, tiene bastantes altibajos. Por lo general están bien, pero siempre hay algún momento en el que terminan discutiendo. Cuando eso pasa Flandre se descontrola un poquito y deja que todo su poder salga, lo cual técnicamente es algo positivo. Luego terminan haciendo las paces porque bueno... Son hermanas.
Dato gracioso: Flandre tiene mucho mas poder que Remilia.
"Deberías dejar de incumplir la primera ley de la narrativa, ¿No te parece?" dijo Marisa a mi izquierda, sobresaltándome un poco.
"¡Oh Marisa, has vuelto!" dije alegre de verla.
"Ya dije que volvería," dijo rascándose la nariz.
"¿Y a que vienes a estas horas de la noche?" pregunté curioso.
"¡A COGER PRESTADOS UN PAR DE LIBROS!" dijo con una pose adorable y apuntando al cielo. "En realidad no, vengo a hablar con Patchouli sobre venir a coger libros prestados en vez de robarlos."
En ese momento, una mesa de juez apareció de la nada conmigo sentado en el sitio mas alto con una peluca blanca puesta.
"La criminal ha confesado. ¡Es culpable!"
Pegué un martillazo en la mesa que la hizo desaparecer en una nube de humo gris. Marisa se quito el humo con la mano y me vio enfrente suya sonriendo al volver a mirar al frente.
"¿Que ha sido eso?" preguntó Marisa algo confusa.
En ese momento, Flandre me abrazó pillándome desprevenido y tirándome al suelo. Los dos nos reímos por ello. Marisa sin embargo se quedó mirando a las alas de Flandre con cierta impresión.
¿Son alas de madera? ¿Eso es natural? ¿Y que son esos cristales de colores que le cuelgan de las alas?
Marisa dejó de pensar y volvió a la realidad. Habíamos desaparecido los dos. Marisa miró a todos lados hasta que nos vio a los dos bajando a toda leche por las escaleras del vestíbulo montados en un coche de choque. Marisa nos miraba muy confusa.
"BUMPER CARS!" dijimos yo y Flandre al unísono.
Mientras reíamos, el coche bajó las escaleras a toda leche provocando que nos chocáramos estrepitosamente contra la pared. Habíamos dejado un boquete en la pared, pero nos reíamos como nunca.
"¿No son adorables?"
Marisa se dio la vuelta sobresaltada. Ahí estaba Patchouli, flotando en el aire con un libro en los brazos y una expresión facial plana. Marisa no pudo evitar ponerse nerviosa al verla.
"Me pone contenta verlos tan felices juntos," dijo sin cambiar su expresión en lo absoluto. Aquello hizo que Marisa arqueara una ceja.
"¿Es que tu has sonreído alguna vez en tu vida?" observó Marisa. Patchouli la miró.
"¿A que has venido?" preguntó Patchouli.
"Aah... P-pues..."
"¡VEN AQUI, SAKUYA!" gritó Meiling desde la entrada de la mansión.
Todos miramos a Sakuya huyendo de Meiling, esta medio llorando y roja de furia. Sakuya huía con cara de miedo. Sakuya terminó escondiéndose detrás de Patchouli. Patchouli alzó una mano y la extendió en dirección a Meiling (O sea, que le dijo con la mano que parase). Meiling se paró en seco al ver esto, quedándose cerca de Marisa. Esta se quedó mirándola.
"¡Eh, te has puesto medias!" dijo Marisa alegre al ver que tenia puesto unas medias blancas. Meiling pasó de ella.
"¡Patchouli-sama, Sakuya me tiró el yogur al suelo!" dijo como si fuera una niña pequeña. Patchouli se llevó una mano a los ojos.
"¡Es solo un maldito yogur, so' loca!" dijo Sakuya asomándose desde detrás de Patchouli.
"¡ERA MI YOGUR PREFERIDO~!"
Y la persecución siguió tras esto. Terminaron saliendo por donde entraron. Patchouli flotó en mi dirección. Marisa se quedó mirando quieta sin saber que hacer. No tardó en llegar al coche de choque, ya que Flandre y Yo seguíamos montados ahí.
"Salty, haz el favor de cuidar de esas dos mientras atiendo a las ratas."
"¡EEH!" gritó Marisa desde el otro lado del vestíbulo. Sonreí a Patchouli colocando una pezuña sobre mi frente como si fuera un militar diciendo '¡Si, señor!'.
"¡Poni Canguro a tus ordenes, Patchy!" dije alegre. Patchouli asintió con la cabeza y dio la vuelta, flotando una vez mas hacia Marisa. "¡Vamos Flandre, vamos a detener a esas dos!"
Y los dos nos fuimos del vestíbulo alegres, siguiendo los pasos del duo dinámico. Patchouli no tardó en ponerse enfrente de Marisa.
"¿Poni Canguro?" preguntó Marisa confusa.
"Yo tampoco se que significa eso... Bueno, ¿Que es lo que querías?" preguntó Patchouli una vez mas. Marisa tragó saliva.
"B-bueno veras... Estuve hablando con Salty y..."
"Sígueme," dijo Patchouli interrumpiendo a Marisa.
"¡Oye, que estaba hablando!" gritó Marisa algo molesta.
Patchouli se detuvo y la miró de reojo. Aquello le puso la piel de gallina a Marisa, así que decidió seguirla sin decir mas. Juntas subieron las escaleras del vestíbulo y tomaron el pasillo de la derecha, dirección al despacho de Remilia.
Los grillos cantaban contentos en la noche de Gensokyo (No se si lo he dicho alguna vez, pero así se llama este mundo). En el jardín de la mansión (iluminado por farolas), se encontraban Sakuya y Meiling sentadas en unas sillas blancas de metal alrededor de una mesa blanca de metal... ¡Leñe, la mesa y sillas de jardín de toda la vida!. Meiling estaba comiendo su yogur preferido contenta, mientras Sakuya nos miraba a mi y a Flandre gateando hacia atrás con los ojos bizcos por el jardín diciendo cosas inentendibles.
"Que monos..." dijo Sakuya sonriendo.
"¿Monos? ¿Donde?" dijo Meiling mientras comía el yogur. Sakuya se llevó una mano a los ojos.
"Oye Meiling... Salty me ha mencionado el significado de esa gorra tuya..."
"¿Tu también?" Meiling apoyó su codo derecho en la mesa, apoyando su cabeza en su puño derecho. "Mira, eso es agua pasada. El desapareció con los demás, así que no hay nada que hacer ya."
"Ya lo se, pero ya que sabemos este detalle sobre tu vida podrías al menos decirnos quien es."
"Comprenderás que no tienes mucha escapatoria. Ahora que lo sabemos, alguien lo descubrirá tarde o temprano," dijo Sakuya con algo de seriedad. Meiling miraba seria a la mesa.
"Suficiente."
Meiling y Sakuya miraron a su izquierda y vieron a Remilia allí de pie con los brazos cruzados. No tardaron ambas en levantarse y ponerse firmes. Remilia caminó lentamente hacia Sakuya y se quedó mirándola seriamente.
"¿Desde cuando te interesa la vida privada de los demás, Sakuya?" Sakuya cerró los ojos. Sabía lo que venía. "¿Desde cuando te ha importado tanto la forma de limpiar la mansión?" Meiling miró de reojo y nos vio a mi y a Flandre jugando, ignorantes de lo que estaba ocurriendo. "¿Desde cuando pegas a los animales?"
"Milady-"
"¡SILENCIO!"
El grito llegó a todas partes, captando mi atención y la de Flandre de inmediato. Un silencio incomodo se produjo.
"A mi despacho. Ya."
Remilia caminó lentamente hacia la entrada seguida de una temerosa Sakuya. Sakuya con miedo real... Jamás pensé ver algo así.
"¿Onee-chan?" dijo Flandre asustada por el grito de su hermana.
Aquello detuvo a Remilia por unos segundos, pero siguió caminando. No tardaron en perderse de vista. Un silencio horrible se produjo. Flandre estaba paralizada, sin saber que hacer o como reaccionar.
En ese momento, una de las gemas de sus alas se iluminó junto al sonido de una suave nota parecida a una ocarina haciéndoles salir del trance a Flandre y Meiling. Fue entonces cuando me vieron aguantando el equilibrio a dos patas con los ojos cerrados, y moviendo mis patas delanteras como si dirigiera una orquesta. Mientras hacia eso las gemas de las alas de Flandre se iluminaban y apagaban, reproduciendo una bonita melodía. Intentaba reproducir la melodía de 'Pedro y el Lobo', y parecía que me estaba saliendo bien. Al terminar, Flandre y Meiling me aplaudieron con una nueva sonrisa.
"¡Yay!" dijo Flandre con ilusión.
"Eso ha sido precioso Salty," dijo Meiling contenta.
"No ha sido nada. Soy el Poni Canguro, ¿recordáis?" dije con una sonrisa cariñosa. Flandre se abalanzó contra mí dándome un abrazo.
"¡El mejor Poni Canguro del mundo!"
Le devolví el abrazo. Meiling no podía evitar sentirse bien ante tal acto de afecto. Fue gracioso que en ese momento, salieran Marisa y Patchouli por la puerta. Marisa llevaba unos cinco libros en brazos.
"¿Que ha pasado antes? Hemos oído un grito." preguntó Marisa con curiosidad. Aquello nos cambió la cara a todos. "...¿He dicho algo malo?"
"Sakuya, desde que te conocí has sido alguien que me has fascinado. Eras callada, seria, misteriosa; con una compostura única. No dejabas que nada ni nadie te afectara. ¡Ni siquiera te afectó el Genocidio Apocalíptico, lo cual me sorprendió mucho!" dijo Remilia con gran seriedad. Sakuya escuchaba atentamente con los ojos cerrados.
"Antes yo era otra persona..." dijo Sakuya con tranquilidad. Remilia suspiró.
"Sakuya... Se lo que te esta pasando." Sakuya sintió un pinchazo de ira, pero consiguió controlarse. "Eres humana, y como tal tienes tus... Emm... Salty lo llamó de una forma interesante..."
"¿Como que Salty lo llamó de una forma interesante?" dijo Sakuya abriendo los ojos. Remilia endureció la mirada.
"¿Cual es tu problema con Salty, Sakuya? ¿Que te molesta de el?" Sakuya cerró los ojos aguantando la descarga. "Descárgate conmigo, Sakuya. Hoy te doy esa oportunidad."
Sakuya abrió los ojos de golpe y miró al techo pegando un grito desgarrador. Acto seguido, apoyó sus manos contra la mesa mientras pegaba bocanazos de aire.
"Bien, bien, eso es lo que quería oír... Continúa," dijo Remilia sin perder su seriedad. Sakuya miró a Remilia con cara de desesperada.
"¡Desde que juré lealtad a esta familia he estado guardándome todo y manteniendo mi compostura ante todo, PERO ES HORRIBLE! ¡JAMAS SE GUARDE NADA MILADY, JAMAS!"
Una faceta desconocida para todos de Sakuya salió a la luz aquel día. Aun así, Remilia no estaba sorprendida en absoluto.
"Esa es una lección que aprendí hace mas de 800 años." La cara de Sakuya cambió con aquel detalle. "Por favor, continúa."
Le llevó unos segundos a Sakuya continuar. Respiró hondo intentando organizar sus pensamientos.
"Antes de ser asistenta suya, las Genociders quisieron contratarme cuando detectaron que no me gustaban los hombres debido a como me han tratado en el pasado. Aun así me negué, porque me parecía demasiado extremista lo que querían hacer con ellos. Aun así, no se contentaron con mi negación y quisieron vengarse..."
Unas lagrimas empezaron a correr por sus ojos junto a unos sollozos. Remilia empezó a anticipar lo que se venía.
"P-pocos días después de aquello... La mansión d-de sus..."
Remilia alzó la mano y la extendió hacia Sakuya, haciendo que se detuviera. Unos segundos de silencio se produjo, con los sollozos de Sakuya como único sonido.
"Sakuya... Pienses lo que pienses, no es culpa tuya lo que pasó aquel día. El pasado es el pasado, debes superarlo y seguir con tu vida."
"Sakuya, cada vez que necesites descargarte hazlo. No descargarte provoca estas cosas."
"¿Usted no lo hace, Milady?" dijo Sakuya con cierta acusación mientras se secaba las lagrimas. Remilia se cruzó de brazos.
"Claro que lo hago. Tengo una mascota casi las 24 horas del día a mi lado con la que puedo descargarme."
"Ah, Salty otra vez..." dijo Sakuya mirando a otro lado. Remilia no se inmutó ante ello.
"¿Tienes algo en contra de Salty, Sakuya?" preguntó Remilia por segunda vez. Sakuya pegó un suspiro.
"No es eso Milady..."
"¿Entonces que?"
"...Solo lleva seis meses con nosotras, y ya se ha ganado mas cariño y amor por parte de todas que yo en todos mis años de trabajo," dijo Sakuya mirando a un lado y cruzándose de brazos. Remilia arqueó una ceja con una expresión de incredulidad.
"Debe ser una broma lo que estoy escuchando... ¿Tu sintiendo celos porque no te sientes querida? ¿Tu, Sakuya? ¿La Perfecta y Elegante Asistenta?"
"Y-yo también tengo sentimientos, Milady," dijo Sakuya con algo de miedo.
"Tsch." Remilia se cruzó nuevamente de brazos y se puso cómoda en su sitio. "Jamás me esperaría esto de ti, que decepción..."
"¡¿E-el tener sentimientos?!" preguntó Sakuya incrédula y con los ojos agrandados. Remilia frunció el ceño.
"No Sakuya, el tener celos." Aquello calmó un poco a Sakuya. "Con toda la compostura que tienes siempre, jamás me esperé verte con celos. Aun así los has tenido..." Remilia alzó la mirada al notar algo nuevo colgando del cuello de Sakuya. "¿Ese reloj es nuevo?"
"¿Eh?" Sakuya se miró el cuello y vio el reloj de bolsillo colgando de el. "Ah si, me lo regalo Salty hace unos días." Remilia miró a Sakuya incrédula. Esta se puso nerviosa. "¿Q-que?"
"Para empezar, los relojes de bolsillo no se llevan en el cuello. Y luego... eres sorprendente." Remilia se dio la vuelta, dando la espalda a Sakuya. "Haz el favor de marcharte por ahora. Demasiadas decepciones me estoy llevando hoy."
Sakuya se entristeció al principio, pero rápidamente se levantó de la silla. Hizo la usual reverencia y se retiró. Caminó hacia la puerta y la atravesó. Al atravesarla y cerrarla, Sakuya se llevó una sorpresa al vernos a todos reunidos en la puerta y preguntando a Sakuya si estaba bien y que había pasado. Sakuya sonrió ante aquel sentimiento que por alguna razón dejó de notar.
"¡¿QUE DEMONIOS ESTAIS HACIENDO AQUI PARADOS?! ¡VOLVED AL TRABAJO, GANDULES!" gritó con furia.
Aquello nos asustó e hicimos una reverencia de obedecimiento. Acto seguido, todos nos fuimos corriendo a nuestros puestos de trabajo. Sakuya sonrió una vez mas ante ello.
"Bienvenida de vuelta, Sakuya."
Sakuya miró a su derecha con cierta sorpresa, y vio a Patchouli de espaldas alejándose de ella.
Como adivinareis, Sakuya sonrió una tercera vez.
A/N: ¡Llegaron mas reviews! :D
Zero Lynx: Te vuelvo a ver aquí compañero xD. Me alegra saber que te gusto el segundo episodio. No quiero contar mucho, pero lo de que Salty hace magia no es ningún error de escritura. Si todo sale bien, se sabrá el por que Salty puede hacer magia siendo un poni terrestre en el episodio 15 o 16. Aun así, me alegra saber que estoy haciendo bien la sensación de misterio. Espero verte pronto de nuevo ^^
Pichu81: ¡Gracias por el review! Me alegra saber que te esta gustando ^^
Hay otro review por ahí que no me sale aquí, pero me llegó por correo. Como puedes ver, los cacahuetes son un medio efectivo para sobornar a ponis xDDD. Y sip, comprendo que pueda dar flojera escribir un review, o que directamente no sepas que escribir. Yo mientas a la gente le guste, me conformo ^^
En fin, eso sería todo por ahora. Nos vemos en el próximo episodio ^_^