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Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil

by Dierita

Chapter 22: 22. Episodio 22

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Episodio 22: La Antorcha de Almas.

Hoy llovía, y solo por eso ya era un día perfecto. No se si lo he dicho en algún episodio, pero me encanta la lluvia. No solo me relaja y me hace sentir conectada con el tiempo, sino que me sirve mucho para ganar inspiración y ser creativa o productiva. En resumen: Gracias a la lluvia, he podido comenzar este libro, escribir varios episodios de este, y releerlos sin llegar a notarme saturada. Y no solo eso; la lluvia me ha ayudado a conocer gente. Por ejemplo, no ser por la lluvia, nunca habría conocido a mi querida Kogasa. Pero era de esperar que la lluvia no me trajera siempre cosas buenas. De hecho, la lluvia provocó lo que os voy a contar hoy en este episodio.

Todo empezó poco después de terminar de escribir el primer episodio del libro (Así es, aquel día lo escribí). Ojou-sama y Yo nos habíamos ido a dormir, y estábamos durmiendo de maravilla gracias al sonido externo de la lluvia. Pero entonces, me desperté en mitad de la noche porque tenía frío. Se que parece algo normal, pero resulta que la mansión tiene puesta un hechizo permanente de Patchouli que hace que nunca haga frío ni calor dentro de la mansión, así que me extraño que tuviera frío. Terminé acostumbrándome al frío tras taparme con algunos cojines (Es lo único que tenía a mano) y conseguí volver a dormir, pero aquello sin duda era la primera señal de que algo no iba bien.

Al día siguiente, Sakuya me despertó como siempre... Bueno, o eso creía. En realidad, no había corrido las persianas ni había despertado a Ojou-sama. Solo me despertó a mi, cosa que nunca había hecho antes.

"Salty, despierta," me dijo Sakuya en voz baja mientras me empujaba.

Por si no lo recordáis, acordamos que sería Salty Sea cuando estuviera en mi forma ponificada, y Dierita Scarlet cuando estuviera en mi forma humana. Creo que saber eso os ayudará a diferenciar cuando estoy en forma ponificada, y cuando estoy en forma humana.

"Uugh... ¿Ke pafa?" le dije medio dormida.

"Despierta leñe, y no hables alto," me dijo Sakuya.

La hipnosis de ver la belleza de Sakuya y la timidez de que estuviera tan cerca mía sin que me diera una patada, me ayudó bastante a despertarme deprisa. Ya despertada, me levanté sobre mis cuatro patas sin hacer ruido. Miré a Sakuya que se levantó y se alzó sobre mi. Estúpida y sensual Sakuya... Aunque la notaba un poco mas baja de lo normal. Fue entonces cuando me fije en que no llevaba los tacones puestos, sino que iba en calcetines; seguramente para no hacer ruido al entrar aquí.

"¿Que ocurre? ¿Por que me despertaste a mi antes?" le pregunté en voz baja.

Sakuya señaló a una parte del cuarto donde había una antorcha colocada. Esta antorcha estaba encendida con un fuego completamente blanco. Jamás había visto un fuego así antes.

"¿Esa no es la antorcha que me regalaron las hadas asistenta por mi cumple?"

"Así es. Me la he encontrado encendida al abrir la puerta. ¿Es esto cosa tuya?"

"Que va."

Sin duda era extraño, pero tampoco me pareció nada para hacer drama. Me estirecé y bostecé mientras Sakuya volvía a la puerta. La miré una vez mas, y me dijo con la mano que la siguiera. Algo extrañada, la seguí. Ya fuera del cuarto, esta se agachó para mirarme a la cara. No la miré a los ojos aun así; me siento incomoda cuando miro a alguien a los ojos, y por eso rara vez miro a alguien a los ojos.

"Quiero hablar contigo esta noche Salty," me dijo Sakuya.

"¿Esta noche? ¿Es que pasa algo?" le pregunté extrañada.

"No, para nada. Solo quiero hablar... Esta noche en mi cuarto y con el collar puesto."

Se levantó y se fue tras decirme eso. Aunque la tendencia me dice que escriba que aquello me pareció extraño, en realidad no me lo pareció para nada. De hecho, tenía muchas teorías sobre lo que podría significar todo eso... Y esas teorías me daban ansiedad... Ahora que me fijo, sigue haciendo frío; debería ir a preguntarle a Patchouli que ocurre.

Y cuando lo hice, me encontré a Patchouli leyendo en la biblioteca para variar... ¿Es que Patchouli no duerme?

"¿Has probado a correr las persianas?"

Fue lo único que me dijo, y aunque al principio me pareció una orden indirecta para despertar a Ojou-sama, luego me llevé una sorpresa cuando fui a su cuarto y corrí las persianas.

¿Fantasmas?

Bolas blancas flotantes de diversos tamaños rodeaban la mansión; o sea, fantasmas. Los fantasmas son fríos al aura y al tacto, por lo que una reunión de ellos hace que el frío se expanda por su radio. En resumen, hace frío en la mansión por culpa de ellos. ¿Pero por que estaban aquí? ... Ya bueno, vosotr s ya sabéis la respuesta a esa pregunta porque lo pone en el título del episodio, pero nosotras no teníamos ni idea en ese momento.

"Tal vez debas preguntarle a las hadas de donde sacaron esa antorcha," me dijo Ojou-sama desde su cama.

"¿No me va a ayudar?" le pregunté.

"Alguien tiene que ocuparse del papeleo de esta mansión Salty," me dijo.

Aunque parecía una mala excusa para evitar tener que hablar con las hadas, en verdad tenía razón. Todos los días veo a Ojou-sama rellenar papeles cuando estamos en el despacho. No se de que serán esos papeles, pero me imagino que serán algo importante.

"Por cierto Salty, enhorabuena," me dijo mientras se levantaba.

"¿Enhorabuena? ¿Por que lo dice?" le pregunté.

"Porque tienes una cita con Sakuya esta noche, ¿No?" me dijo mientras se vestía.

"¿Una cita? ... A mi no me pareció que eso fuera la invitación a una cita," le dijo extrañada.

"Lo diré de otra forma. Salty, quiero que esta noche trates a Sakuya como si estuvieras en una cita con ella," me dijo ya vestida.

"¿E-eeeh?"

"Bueno, no perdamos mas tiempo. Cada vampiro a su cuello," me dijo mientras salía del cuarto.

Aunque la idea de tener una cita con Sakuya es algo que a muchos le atraería, a mi no me hacía tanta ilusión. Estaba bastante segura de que no quería saber nada del amor ni quería tener una relación, pero por otra parte tampoco quería estar sola. Sin duda era una gran encrucijada, pero eso no era lo importante en aquel momento. Fui a buscar a las Hadas Asistenta a la cocina, donde estaban preparando el desayuno. Y si, nosotras desayunamos a las cinco de la tarde.

"La compramos en una tienda de rarezas y antigüedades. Fue todo bastante repentino."

Pregunté a varias hadas, y todas me decían lo mismo. Me pareció bastante ignorante por su parte no informarse del producto antes de comprarlo, pero había que tener en cuenta que eran hadas, y las hadas en Gensokyo... no son precisamente espabiladas. Tras rendirme y parar en la cocina para tomarme un buen capuchino, tocaron a la puerta. Llevada por la curiosidad, me asomé para ver quien era. Vi a Sakuya recibiendo a una joven de pelo plateado corto y ropas verdes, también llamada Youmu. Aunque por como la describo, parece mas un duende del bosque. Me terminé acercando a ellas para escuchar la conversación.

"...aquí cuando despertamos," escuché decir a Sakuya conforme me acercaba.

"Que extraño... Los fantasmas han estado reuniéndose aquí desde la noche. Debe de haber algo que los esté atrayendo..." dijo Youmu pensativa.

"¿No estabas buscando algo?" le dijo Sakuya con los brazos cruzados.

"¡A-aah si! Estoy buscando mi Antorcha de Almas. La he perdido... Y Yuyuko-sama me va a matar como se entere... ¿Que es ese animal?" dijo Youmu mirándome. Sakuya me miró tras eso.

"¿No tienes cosas mejores que hacer?" me dijo Sakuya con su intimidante compostura.

"No," le dije sonriendo.

"¡ESE ANIMAL HA HABLADO!" dijo Youmu grandilocuentemente.

"Pues igual que tu," le dije con cara plana. Youmu me miró algo mosqueada.

"Salty, Youmu busca una antorcha llamada Antorcha de Almas," me dijo Sakuya.

No hacían falta mas palabras. Volví al cuarto de Ojou-sama, cogí la antorcha con los dientes y con cuidado de no quemarme, y volví con Youmu y Sakuya. Youmu hizo un gesto grandilocuente y se agachó enfrente mía con estrellas saliéndole de los ojos. Yo retrocedí un poco la cabeza ante eso.

"¡Es esa, es esa!" Cogió la antorcha de mi boca. "¡Muchas gracias animalito!"

Youmu me abrazó y se puso a darme besos en las mejillas. Sakuya se habría puesto celosa de no ser por la cara de incomoda que tenía, cuyo hecho le hizo reír por lo bajo. Después de aquellos besos tan horribles, Youmu se fue contenta con la antorcha y todos los fantasmas que rodeaban la mansión se fueron siguiendo a Youmu. Tras eso, volví al despacho de Ojou-sama y comuniqué la noticia. También se lo comuniqué a las hadas, cosa que no le hicieron tanta gracia. A las pocas horas, la temperatura de la mansión volvió a ser la de siempre. Y así, sobrevivimos un día en la mansión Scarlet Devil.

Y aunque esto parece el final perfecto para este episodio, todavía tengo algo mas que contar. Estoy segura de que ya sabéis lo que es.


Llegó la noche. Me había puesto el collar y mi traje de asistenta correspondiente. Aun así, Ojou-sama me peinó un poco para que mi pelo fuera liso con cierto ondulado, me pintó los labios con un pintalabios muy rojo, y me puso unas medias blancas semi-transparentes junto a los zapatos de tacón negros. Me sonrojaba de lo atractiva que estaba en el espejo.

"Cuidado con convertirte en una narcisista," me dijo Ojou-sama.

"S-supongo que no estoy acostumbrada a verme así..." dije tímidamente.

"Eres adorable Dierita. Vas a matar a Sakuya con este look," me dijo Ojou-sama contenta.

"B-bueno, me voy..." dije caminando hacia la puerta del cuarto. Me costaba un poco caminar con aquellos zapatos de lo nerviosa que estaba.

"¡Ponte protección!" se oyó a Ojou-sama al otro lado de la puerta tras atravesarla. Casi me caigo al suelo por eso.

Caminé por los pasillos de la mansión hacia el cuarto de Sakuya. Tenía miedo de que alguien me viera tan arreglada en ese momento, así que miraba por todos lados mientras caminaba. Por desgracia, Patchouli salió del baño justo en ese momento, y me vio conforme estaba. Me detuve. Me quedé paralizada del miedo y la ansiedad. Miraba al suelo; no podía hacer otra cosa. Patchouli entonces flotó hacia mi hasta ponerse enfrente mía.

"¿Vas a ver a Meiling?" me preguntó. La miré ante aquella impredecible pregunta.

"¿A-a Meiling? N-no, voy..." dije con esfuerzo.

"¿No crees que va siendo de que vayas a verla un poco?" me dijo.

"Ojou-sama me dijo que la dejara en paz... Que ya hablaría ella cuando esté preparada," le dije.

"Remilia no siempre tiene la razón Die," me dijo. Miré al suelo.

Mierda... Ahora me siento mal por Meiling... Soy una amiga horrible...

"No vayas por ahí." Patchouli me puso una mano en el hombro. La miré. "Esta noche es tuya y de Sakuya, eso no va a cambiar. Pero deberías planificar tu tiempo a partir de mañana para ir a hablar con Meiling. Te necesita, Die."

Y tras eso, Patchouli siguió su camino. Patchouli tenía razón... Hay gente a la que debería dedicarle tiempo, no solo Ojou-sama y Sakuya...

Si, le comentaré esto mañana a Ojou-sama a ver que me dice.

Sintiéndome mejor, retomé mi camino hacia el cuarto de Sakuya. Al llegar, toqué decidida a la puerta... Fue mientras esperaba a que abriera, donde el miedo, los nervios y la ansiedad, volvieron de golpe. Fueron solo unos segundos, pero fueron horribles. Entonces, Sakuya abrió la puerta.

"¡Llegas tar-"

Los ojos de Sakuya se agrandaron al verme. Me examinaron de arriba a abajo e viceversa. Me sonrojé al verla examinarme de esa forma. Mi corazón iba a salírseme del pecho. Cuando Sakuya terminó de examinarme, vi un pequeño chorro de sangre saliéndole de la nariz. Sakuya se volteó cuando se dio cuenta. Aquello hizo que me sonrojara aun mas.

"P-pasa anda..." me dijo Sakuya adentrándose en el cuarto.

Así hice. Me metí en el cuarto y cerré la puerta. Caminé un poco y vi una mesa con dos sillas preparadas en el balcón. Había dos vasos preparados, además de un jarrón con flores a un lado de la mesa.

¿Desde cuando hay un balcón en este cuarto?

"¿Q-que es esto?" le dije nerviosa.

"Una quedada de mejores amigas," me dijo sonriendo con cierto sonroje.

"¿Somos mejores amigas?" le pregunté.

"¡Pues claro que si, tonta!" me dijo riendo por lo bajo de forma adorable.

¡¿QUIEN COÑO ES ESTA SAKUYA?!

"V-vale..." dije pensando en las palabras de Ojou-sama... Esto es una cita de verdad...

"¡Venga, siéntate!" me dijo.

Caminé a la silla izquierda de la mesa y me senté. Ella se sentó en la otra silla. Empezaba a sentir que quería cuestionar todo esto... No me estaba haciendo mucha gracia a donde iba esto.

"¿Y bien? ¿Que tal el día?" me preguntó mientras echaba vino tinto en los vasos.

"E-emm... Bueno, no hace falta que contestes si no quieres," dijo terminando de echar el vino.

"¿Te gusta el vino?"

¡DI ALGO; MADITA SEA!

"De acuerdo."

Sakuya se levantó y caminó hacia mi. Cogió mi vaso de vino y me tiró de los pelos. Aprovechó que abrí la boca para quejarme de dolor, y me hizo tomar un par de tragos de mi vaso de vino. Cuando me dejó en paz, colocó el vaso en su sitio y yo hice gesto de asco.

"¡Aaagh, que asco por dios!" dije mientras Sakuya volvía a su sitio.

"¿Mejor?" me dijo sonriendo inocentemente.

"Supongo que si," dije mirando a otro lado. Entonces me fijé que se veía el Lago Neblino desde allí a pesar de la oscuridad de la noche.

"No te gusta el vino entonces..."

"No me gusta el alcohol."

"Ya... ¿Te enfadaste por lo que hice?" suspiré.

"No es por eso... Me molesta que no me digas la verdad... ¿Tan tonta te crees que soy, o es que no confías en mi?"

"¡No es nada de eso! ¡Es que esto es una reunión de amigas de verdad!"

"Siii claaaaro..."

"¡¿Por que no puedes dejar de cuestionarlo todo y simplemente disfrutar del momento?!"

"¡¿E ignorar que me mientes?! ¡¿Sabes lo que me cuesta confiar en la gente para que ahora me vengas mintiendo?!"

"¡¿Que tu no confías en la gente?! ¡¿La que es amiga de una bruja, una sacerdotisa y una friki de los paraguas?!"

"¡PUES SI!"

"¡¿Y por que confías en mi entonces?!"

No contesté... Tenía razón... No se por que confiaba en ella, pero lo hacía... Tal vez es que quería de verdad confiar en ella y ser su amiga, por lo guapa que es y tal... Pero como es de costumbre, no todo es el físico.

"Dierita, espera," me dijo Sakuya al verme levantarme.

"Voy a ahorrarme esta perdida de tiempo," le dije fríamente caminando hacia la puerta.

"¡No por favor, espera!" Sakuya se levantó y corrió hacia mi. Me consiguió agarrar el brazo justo cuando llegué a la puerta. La miré. "¡No te vayas Dierita por favor; no quiero estar sola!"

Suspiré y cerré los ojos... ¿Que se supone que tengo que hacer ahora? Nunca he tenido una situación como esta antes... Ugh, en el fondo no quiero irme.

"Estas guapísima Dierita... No te vayas por favor..." me dijo en un tono mas bajo.

Aah por dios...

Caminé hacia mi silla y me senté. Sakuya se sentó en su sitio. La miraba con cabreo todavía. Ella me miraba triste.

"¿Puedo invitarte a una cita?" me dijo Sakuya alargando una mano en la mesa.

Aquello cambió mi expresión facial. Ahora estaba sorprendida. La miré a su cara y a su extendido brazo y mano consecutivamente. Tras unos segundos... Alargué mi brazo y le cogí la mano... Sonreímos... Aquello fue bastante hermoso. Nos soltamos la mano y Sakuya se llevó el vino para traer agua. Aquello estaba mucho mejor.

"Ponte guapa," me dijo Sakuya.

"¿No te vale así?" dije señalando mi cara.

"Tu no estas guapa ahora mismo," me dijo sonriendo juguetonamente.

"¿En serio?" le dije extrañada.

"No... Estas atractiva," me dijo sin dejar de mirarme.

"¿Q-que yo...? Jeje, que tonterías dices," dije sin darle importancia.

"No son tonterías."

"Anda ya, yo no soy nada atractiva... De hecho, ni siquiera se que ves en mi," Sakuya me miraba sorprendida tras decir yo eso.

"No puedes hablarme en serio... ¡Pero si eres guapísima!" me dijo con algo de exageración.

"N-nah..."

"Lo eres Dierita. ¿Nunca te has mirado al espejo?"

"M-me cuesta creer que esa sea yo..."

"Pues lo eres Dierita."

"N-no puedo creérmelo Sakuya..."

"¿Pero por que no?"

"Si me creo que soy guapa, me tacharan de creída o narcisista."

"Pfft, ¡Anda ya!" Sakuya rió un poco. Al verme mi triste cara dejó de reírse. "¿De verdad lo dices en serio? ¿Tan poco te fías de la gente?"

"Pues si..."

"¿Por que?"

Aunque me encantaría poder responder esa pregunta, no podía hacerlo... No estoy segura de por que esto es así, pero es así...

"¿Quien te ha traicionado?" me preguntó de repente.

"¿Eh?"

"Esa desconfianza viene de la traición, ¿Verdad?"

"¿De la traición? ¿Como sabes que es por eso?"

"No lo se... Es una hipótesis."

Tras un sorbo de un agua y pensarlo por unos segundos, volví a hablar.

"¿Y como se que puedo confiar en ti para contarte cosas de mi vida, Sakuya?" le dije con seriedad y tristeza.

"Algo me dice que nada de lo que haga o te diga te hará confiar en mi... Así que el confiar en mi o no solo depende de ti... Aunque me gustaría de verdad que confiaras en mi... Yo confío en ti."

Extendió su brazo y mano sobre la mesa una vez mas. Tenía que tomar una decisión... Y no era fácil. Podría tirarme años pensándolo y nunca tomar una decisión... Las decisiones me deprimen y me dan ansiedad... Porque nunca se cual es la respuesta correcta, incluso aunque parezca obvia. Mi cabeza iba a toda velocidad... Pero tras unos minutos sin decidirme, Sakuya me sonrió y retiró su mano. Aquello me dio mucho miedo.

"Tranquila Dierita... Esto es algo difícil para ti; se nota. Necesitas tiempo para pensarlo, puede que hasta ayuda... No tengamos prisa, ¿Vale?"

Asentí con la cabeza. Agradecí mucho su comprensión, pero me sentía igualmente muy culpable. Sakuya se levantó y caminó hacia mi. Al estar al lado mía, se agachó un poco para estar a mi nivel, ya que yo seguía sentada en la silla.

"En cuanto tomes una decisión, pídeme a mi una cita. Y cuando tengamos nuestra segunda cita..." Me dio un beso cariñoso en la mejilla. "Cuéntamelo todo."

Sakuya se levantó y se fue del cuarto, quedándome sola en el balcón... Tenía razón. Esto... Era algo difícil para mi. Necesitaba tiempo para pensarlo, y también quería preguntar consejo a Ojou-sama sobre el asunto... En el fondo quería confiar en ella, pero... ¿Quien me dice que no me terminará traicionando?

¿Es tan absurdo... Este miedo mío?

Next Chapter: 23. Episodio 23 Estimated time remaining: 1 Hour, 29 Minutes
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