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Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil

by Dierita

Chapter 20: 20. Episodio 20

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Episodio 20: El Regalo.

"¿Te importa recordarme por que estoy aquí?" preguntó Reimu sin ningún animo.

Reimu y Marisa estaban en el comedor de la mansión Scarlet Devil. Además de ellas, estaba una mujer vestida de azul y con un extraño paraguas en las manos, una coneja lunar aparentemente tímida, una nekomata bastante hiperactiva, y todos los miembros de la familia Scarlet Devil (A excepción de mi). La razón de todo este gentío se debía a que hoy se celebraba algo que la familia Scarlet Devil e invitados consideraban importante.

"¡Porque hoy es el cumple de Salty!" dijo Marisa con mucha ilusión. Reimu suspiró rendida.

"¿Y desde cuando celebro yo los cumpleaños de la gente?"

"¡Desde que ella y tu estabais predestinadas a estar juntas!" dijo Marisa señalándola con ilusión. Reimu bebió un sorbo de su té.

"¿Todavía sigues con eso?"

"¡Ni voy a parar! ¡Las dos sois la pareja perfecta!"

Un orbe Ying-Yang impactó en la cabeza de Marisa tras eso. Mientras tanto, Kogasa y Chen hablaban sobre lo divertido que es asustar a las palomas. Se llevaban bien, y eso era algo que le gustaba ver a Ojou-sama. Sin embargo, sus ojos estaban fijos en Reisen. Estaba allí, sentada, mirando a la mesa y sin hablar con nadie. Remilia veía con eso lo predestinado que estaba el hecho de que ella y yo termináramos siendo amigas, y eso la hizo suspirar. Remilia cerró los ojos... Yo todavía no sabía nada sobre su rivalidad con la ama de la coneja... Tarde o temprano tendría que contármelo, pero ella sabía desde ya que no me iba a gustar la historia... Pegó otro suspiro.

"¡FELIZ CUMPLEAÑOS!"

Un montón de voces dijeron eso al unísono junto a los sonidos ensordecedores de matasuegras y de confeti saliendo por los aires. Se me acercaron todas las hadas asistenta a felicitarme y a darme abrazos... La verdad es que aquello parecía un dejavu. Sin embargo, aquella vez hubo algo distinto. No solo había mas gente, sino que yo estaba sonriendo y dando gracias a quien me felicitaba.

"¡FELIZ CUMPLEAÑOS, SALTY-SENPAI!"

No podía faltar Chen con su achuchón rompehuesos cuyo empuje nos mandaba volando a 100 metros de distancia. Le devolví el abrazo sin perder la sonrisa. En realidad no me sentía nada contenta; odio mi cumpleaños, pero creo que a los demás les hará bien que me vean contenta, aunque no lo esté... Chen se puso a ronronear y a restregarse sobre mi. Ahí tuve ya que alejarla; no iba a dejarla tampoco pasarse.

"¡Felicidades Salty; ya eres un año mas vieja!" dijo Marisa dándome un abrazo. Se lo devolví con una risa leve. Las hadas dijeron "aaawww", y a mi me entraron ganas de matarlas.

"Felicidades, supongo..." dijo Reimu con los brazos cruzados y mirando por la ventana. Le di un abrazo en las piernas, y las hadas volvieron a decirlo. "¡CALLAROS!"

Y lo mismo con el resto del personal. Ya todos los abrazos dados, empezaron los regalos. Aquello si que podía ser interesante, ya que la curiosidad de que eran esos regalos estaba ahí. Todos los regalos estaban en cajas de madera muy simples, cosa que no me sorprende. Primero abrí un regalo que idearon entre todas las hadas asistenta. Era una especie de antorcha... ¿Para que quería yo esto?

"Es para cuando tengas alguna misión nocturna. ¡Con esto iras alumbrada!" dijo Adelaine con una sonrisa.

Va~le~... Pasé al siguiente regalo. Era un paraguas azul... Ya os podéis imaginar quien me lo regaló. El siguiente regalo era una muñeca de Chen. Daba miedo lo bien hecha que estaba.

"¡Así me tendrás siempre contigo, nyah!" dijo Chen súper alegre.

Miré de reojo a Ojou-sama. Esta tenía la misma cara de terror que yo. Di las gracias como pude y procedí al siguiente regalo. Era un libro sobre las ocho mascotas de los dioses creadores de Gensokyo. Tenía mucho interés en saber estas cosas, así que le sonreí agradecida a Patchouli.

"La idea fue suya," dijo Patchouli señalando a Koakuma.

"¡Yo he puesto el regalo; Patchouli-sama la caja!" dijo Koakuma súper ilusionada.

"Gracias por los detalles Koakuma," dijo Patchouli mirándola con su cara de siempre. Koakuma sonrió nerviosa, dándose cuenta de lo que hizo.

El siguiente regalo fue una daga de plata... ¿Que demonios?

"Es la daga con la que te mataré," dijo Sakuya recibiendo los 'aaaww' de todas. "¡CALLAROS PEDAZOS DE... Y TU FUERA DE MIS PIERNAS!"

Reimu y Sakuya; Tsunderes de por vida. Ya terminado el abrazo, abrí el siguiente regalo. Era un vampidrez... Miré incrédula a Ojou-sama. Esta me guiñó un ojo. Suspiré... Abrí el siguiente regalo. Era un montón de dibujos infantiles de Yo y mi familia y amigos... Abrazo a Flandre instantáneo. Ya solo quedaba un regalo. Ponía claramente el nombre de Marisa en la caja, así que sabía que era de ella... ¿Meiling no me ha regalado nada? La miré. Estaba cabizbaja, en su mundo... Meiling ha estado aterrada de todo desde que la resucité. No ha querido decirnos que le pasó, pero... Estaba preocupada. Ojou-sama me decía que le diera tiempo, que ya nos lo contaría... Pero...

"¿Y tu regalo, Reimu?" dijo Marisa sacándome de mis pensamientos.

"¿No es suficiente regalo que esté aquí?"

"¡Admítelo, querías venir!"

"¡Y una mierda!"

"¡Silencio!" dijo Ojou-sama.

Abrí el regalo. Era un collar dorado hecho de un material grueso, donde colgaba un ópalo granate al final de este. Floté el collar con mi magia. Las hadas se pusieron a decir lo chulo que estaba el collar, mientras que yo... ¿Donde he visto este collar antes?

"¡¿Te gusta?! ¡Es un collar que me dio mi abuela para ti!" dijo Marisa alegre. Tardé unos segundos en reaccionar.

"¿De donde ha sacado tu abuela este collar?" le pregunté.

"No tengo ni idea,"

"Hmm... Este collar me suena de algo, pero no recuerdo de que..."

"Pruebatelo. Tal vez eso ayude," me dijo Ojou-sama.

Así hice. Floté el collar hasta mi cuello y me lo puse. Las hadas se pusieron a decirme que me quedaba bien, mientras que yo no paraba de pensar de que me sonaba este collar. Fue entonces cuando empecé a sentirme rara. Empezaba a oír menos, no podía hablar y mi visión empezaba a ser blanca. Hubo un momento que todo era blanco por unos segundos, sin poder escuchar nada. Al poco rato, mi visión volvía a normalizarse, y volvía a poder oír y hablar. Pude ver que estaba tirada en el suelo. Oía a las hadas cuchicheando cosas.

"Uugh... ¿Q-que ha pasado?" pregunté mientras me incorporaba... Me sentía distinta.

"¿Como te sientes?" me preguntó Ojou-sama. Estaba enfrente mía ayudándome a incorporarme hasta estar sentada en el suelo.

"Me siento rara... ¿Que ha-"

Fue cuando me di cuenta de que tenía piernas humanas... Y brazos humanos... ¡¿Y pechos?! ¡¿SOY UNA MUJER DE VERDAD?!

"¡YYYYYYYYIIIIIIIIIEEEEEEESSSSSHHHHHHH!"

Mientras que cualquiera gritaría por sorpresa y susto a que ahora es un ser distinto, yo grité de pura felicidad de ver que era una mujer verdadera. Estaba en pelotas, pero me daba igual. Me puse a bailar a modo de victoria sin importarme nada. ¡Era el mejor puto día de mi vida! ¡Y encima a Sakuya le estaba saliendo un chorro de sangre por la nariz!

Espera, ¿Que?

"¡PONTE ALGO, COJONES!" gritó Reimu roja como un tomate.

"Sakuya; trae uno de tus trajes de asistenta," le dijo Ojou-sama haciendo salir a Sakuya del lapsus.

"¡A-ahora mismo, Milady!" dijo Sakuya desapareciendo en el acto.

"¡DIERITA~!" dijo Flandre de repente dándome un abrazo.

"¿Q-que?" pregunté sorprendida.

"Dierita es una amiga imaginaria que tuvo hace 200 años y que desapareció hace cien," me dijo Ojou-sama.

"¡No era una amiga imaginaria!" dijo Flandre cruzando los brazos.

"¿Por que la mencionas ahora?" preguntó Patchouli, sacando a Flandre del enfado.

"¡PORQUE ES ELLA! ¡Es delgada como un palo, alta, el pelo azul largo y liso... ES IDENTICA A ELLA!" dijo Flandre súper contenta.

Dierita... Es un nombre algo raro, pero no esta mal...

"¿Te gusta?" me preguntó Ojou-sama.

"Bueno, no esta mal..." le dije.

"Dierita Scarlet... Si, me gusta. Ese será tu nombre de mujer desde ahora. Cuando seas un poni, volverás a ser Salty Sea," me dijo Ojou-sama.

"Me parece bien."

Dierita Scarlet... No esta tan mal, supongo... ¡¿Tengo el pelo azul?!


Estaba enfrente del espejo del baño. Me había puesto uno de los trajes de asistenta de Sakuya. Era idéntico al de Sakuya, excepto por unas medias negras que me había puesto. Voy a parecer una narcisista, pero estaba preciosa... ¿De verdad esa era yo? He pasado de ser el insignificante hombre de mis fantasías, a la poderosa mujer de mis sueños... Que irónico, ¿Verdad?

"¿Puedo pasar?" alguien dijo desde el otro lado de la puerta del baño, después de tocar a la puerta.

"Si, claro."

Se abrió la puerta. Era Reisen. Me había olvidado de que ella también estaba aquí... Vaya corte...

"Estas preciosa..." me dijo sonrojandose.

"G-gracias..." le dije sonrojandome.

Que barbaridad... Que situación...

"Se te veía muy feliz cuando te diste cuenta de que eras una mujer," me dijo Reisen sonriéndome"

"Si que lo era... Aunque reconozco que ahora estoy algo shockeada..."

"Es normal. Todo esto es muy nuevo para ti."

"Ya..."

Hubo unos segundos de silencio. Ninguno de las dos supimos que decir. Mi corazón estaba empezando a acelerarse de los nervios.

"B-bueno..." Reisen se acercó a mi un poco. "S-solo venía a darte mi regalo..."

"¡O-ooh! ... ¿Y cual es?" le pregunté.

Fue entonces cuando Reisen se lanzó, y me dio un beso en los labios. Mis ojos se agrandaron y mi corazón se disparó. No me lo esperaba para nada, aunque apuesto que vosotros si. Mi cerebro iba a toda velocidad en ese momento. Era cierto que me caía bien Reisen y todo eso, pero... Tenía la imagen de Sakuya en mi cabeza. Y aunque cuando conocí a Reisen si que hubiera deseado algo así, ahora... Ahora no lo tengo tan claro... ¡Esto es muy raro! En mi mundo natal, era yo quien se enamoraba y cuyo amor nunca era correspondido... ¡Y ahora es al revés! ¡¿Que está pasando aquí?!

"¡L-lo-lo siento!" me dijo Reisen al ver mi cara de shock. Por lo visto habíamos dejado besarnos hace rato. "¡H-he sido muy lanzada, d-dios mío...!"

La cogí del brazo mientras intentaba relajarme. No era capaz de hablar. Son demasiados sentimientos fuertes en un solo día. Empecé a hiperventilar con fuerza. Sentía mi mente muy cargada, llena de pánico. Me temblaba todo; quería llorar y gritar con fuerza. Reisen se preocupó por mi estado y me llevó al despacho de Ojou-sama, donde estaban todas mis amigas reunidas. Me ayudaron todas a relajarme. Patchouli me explicó que lo que me estaba pasando era algo llamado "Ataque de ansiedad". Nunca me había pasado algo así. Me dieron agua mientras me ayudaban a sentarme en el trono de Ojou-sama, y me dijeron que respirara hondo. Hice todo como me lo decían.

"Las mujeres humanas suelen ser sensibles a los ataques de ansiedad. Hoy has sentido demasiadas cosas seguidas, por eso estas teniendo una," me dijo Sakuya.

"Y-ya veo..." le dije como pude. Empezaba a calmarme, y tenerla cerca me ayudaba.

"Deberías descansar o algo. ¿No tienes sueño?" me dijo Kogasa.

"La Youkai tiene razón. Deberías dormir Salty," me dijo Marisa.

"D-dierita..." le dije.

"Bueno, eso..."

"Lo veo bien. Tomate el resto del día libre Dierita. Puedes dormir en el cuarto de invitados," me dijo Ojou-sama.

"V-vale..." le dije.


No se cuanto tiempo habría dormido, pero era de día en cuanto desperté. Estaba acostada boca arriba en la cama del cuarto de invitados. Me tiré unos segundos con una mirada perdida hacia el techo. Han pasado tantas cosas... Me sentía mucho mejor, pero... Me incorporé hasta quedarme en posición de sentada. Seguía con el traje de asistenta puesto, pero no tenía puesto los zapatos como era normal. Fue entonces cuando miré a mi izquierda y vi a Sakuya sentada en una silla con los brazos cruzados. No me sobresaltó verla allí ni nada; estaba todavía demasiado... Apagada, supongo...

"16 horas; tu récord personal," me dijo sonriendo.

"Jeje..."

Sakuya se levantó y se sentó al lado mía. Me sentía bien con su presencia... La quise abrazar, pero se que a ella no le gustan esas cosas.

"¿Como estás?" me preguntó.

"Mal..."

"Ya..."

Quería estar sola... Y a la vez, no. Mi cabeza... ¡Ugh, estoy muy confusa! Me llevé las manos a la cabeza. Me sentía frustrada, no quería pensar... Y aun así lo hacía.

"¡Eh eh, cálmate!" me dijo Sakuya me puso una mano en el hombro. La miré de reojo.

"¿P-puedes irte? Quiero estar sola..." lo dije a la vez que sentía un miedo horrible por no querer que se fuera.

"Vale... Llámame si necesitas algo."

Sakuya se levantó y se fue. Mi mente me gritaba que le dijera que no se marchara, pero no lo hice... Me odiaba a mi misma. Me puse a llorar...

"Esto te pasa por ser feliz," dijo una voz en mi cabeza.

Next Chapter: 21. Episodio 21 Estimated time remaining: 2 Hours, 9 Minutes
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