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Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil

by Dierita

Chapter 16: 16. Episodio 16

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Episodio 16: La Pócima de Ochiru.

Aquel día estaba cabreado, muy cabreado. Estaba harto de tener que seguir fingiendo que era un hombre. ¡Odio a los hombres! ¡¿Por que mierda la vida me odia tanto como para tener que hacer esto?!

"Salty, ven aquí," dijo Ojou-sama señalando su regazo.

Suspiré y me levanté. Troté hacia ella y puse mi cabeza sobre su regazo. Esta empezó a acariciarme la cabeza, haciendo que me relajara un poco.

"Ahora que estas mejor, explícame que es lo que te ocurre."

"Nada, que estoy harto de ser un hombre... Lo que daría por ser una mujer..."

"¿Y por que no me lo has dicho antes? Podríamos haberlo arreglado hace mucho tiempo."

Giré mi cabeza para verla de reojo a la cara. Ella seguía acariciándome.

"¿Es que puedes cambiar eso?"

"¡Pues claro que si! Si de verdad quieres ser una mujer, pues adelante. Pero decídelo de una vez, porque odiarte de esa forma solo va a destruirte."

Ojou-sama tenía razón... ¡¿Pero como es que me acabo de enterar ahora de que puedo cambiarme de sexo aquí?!

"Procedamos nomás," le dije con firmeza y determinación.

"Muy bien," dijo Ojou-sama levantándose de su trono.


"Con que al fin te decidiste. Me alegro por ti," me dijo Patchouli.

"¿Es que tu lo sabias?" le pregunté.

"Tienes cuerpo de yegua, voz de hombre, y no te gustan estos en todos los sentidos. Creo que era bastante predecible," dijo Patchouli.

"...¿Supongo?" le dije algo sorprendido.

Estábamos yo, Ojou-sama, Patchouli y Koakuma en la biblioteca. Creo que es obvio el por que estábamos allí.

"¡¿Salty quiere ser una chica?! ¡QUE GUAY!" dijo Koakuma.

"En fin Patchy, seguro que tienes una poción que pueda transformar su voz en la de una mujer. Así Salty podrá ser una mujer del todo," dijo Ojou-sama.

¿Solo mi voz? ... Bueno, en verdad ya tengo el cuerpo de yegua. Mi voz es lo único de hombre que tengo... Que curioso que solo eso ya haga que tu sexo sea fácilmente identificable o confundible.

"No os voy a mentir, yo no tengo ningún libro que haga pociones así. Hacer cosas como esa es un poco extremo, y requiere unos conocimientos que yo no tengo. Sin embargo, conocemos a alguien que pertenece a un linaje que no sigue las normas y que hace todas las pócimas que les den la gana."

"¡ESA SOY YO!"

Miramos en dirección a aquella voz. Marisa había salido de detrás de una estantería, con tres libros en los brazos.

"¿Cuanto tiempo lleva esa ahí?" preguntó Ojou-sama.

"Un rato. Ha venido a coger libros prestados," dijo Patchouli.

"¡Como veis, soy una tía legal!" dijo Marisa acercándose a nosotros.

"Marisa, tu eres una bruja. Seguro que puedes hacer una poción que cambie su voz de forma permanente," dijo Patchouli.

"¡Por supuesto que si; es conocimiento básico de bruja!" dijo ella.

"¡¿Pero es que a nadie le sorprende que quiera ser una mujer?!" pregunté.

"¡Se te veía a estrellas de distancia que no querías ser un hombre, tonta!" dijo Marisa.

...¡¿Esto va en serio?!

"Y-yo si me he sorprendido..." dijo Koakuma tocándose los dedos.

"Perfecto. ¿Para cuando crees que estará lista?" preguntó Ojou-sama.

"¿Con estos tres libros? Para mañana por la mañana," dijo Marisa.

"...¿Justo esos tres libros?" le pregunté.

"¡Así es, si es que a mi no se me escapa ni una! ¡En fin, nos vemos mañana!"

Y así, Marisa se fue corriendo del lugar. Marisa parecía estar ilusionada con la idea de que yo fuera una mujer. Eso me alegró.


Llegó el día siguiente. Miraba por la ventana del cuarto de Ojou-sama. Todo era verde y muy vivo. Parecía que había llegado la primavera a Gensokyo. La verdad es que aquella vista era bastante tranquilizante... Mire a mi espalda. Este era el típico momento en el que algo pasaba y me jodía la tranquilidad. Pero no, no pasa nada... Que bien... ¡Oh por dios! no lo aguanté. Dejé la ventana y salí del cuarto. Me dirigí a la cocina para hacerme el desayuno. Cuando llegué allí, me llevé la sorpresa de encontrarme a Remilia, Patchouli y Marisa reunidas.

"¡Al fin llegas tardón!" me dijo Marisa.

"Tenemos la pócima," dijo Patchouli.

Patchouli me dio la pócima. Tenía un tono rosado... ¡Que pócima mas machista!

"¡Vamos hombre, bébetela!" me dijo Marisa.

Así hice. Me la bebí entera sin mas y de un trago. Sabía a fresas... No me gustan las fresas. Cuando terminé de bebérmela, Marisa me miraba expectante. La verdad es que no sentía nada raro ni nuevo.

"Me siento igual que siem-"

Me detuve. Mi voz era distinta... Era suave y aguda, de mujer. ¡Lo había conseguido! Sin embargo no estaba muy contento... Había algo raro aquí...

"¡MISION CUMPLIDA!" dijo Marisa con una pose de victoria.

"Salty es oficialmente una mujer. Seguro que a Sakuya le gustará esta noticia," dijo Ojou-sama sonriendo.

"O-oye Patchouli..." le dije sintiéndome muy raro de repente.

"¿Que ocurre?" me dijo ella.

"N-no se... M-me siento rar..."

Todo se volvió negro tras eso. Claramente me desmayé. Desperté cuando llegó la noche... Me notaba distinto...

"¿Como te encuentras?" dijo Patchouli que me observaba a mi izquierda. Remilia y Marisa también estaban allí.

"Eemm... No lo se... Oye Patchouli..."

"¿Si?"

"¿Te has hecho algo en el pelo?"

Todas me miraron extrañadas. Que extraña pregunta viniendo de mi.

"Emm no... ¿Por que lo preguntas?"

"Porque estas muy guapa hoy," le dije con cara de seductor. Patchouli giró su cabeza lentamente hacia Marisa.

"¿Has usado fresas?" le preguntó.

"Si, para darle mas sabor. ¿Por que?" le dijo Marisa a Patchouli.

"Cualquier bruja debería saber que las fresas tienen efectos secundarios afrodisíacos en las pociones equivocadas," le dijo Patchouli. Marisa empezó a sudar nerviosa.

"O-oohh... ¡V-vaya, que tarde es! ¡Tengo que irme!"

Y así Marisa se fue volando de allí. Remilia y Patchouli suspiraron al unísono.

"¡MAAMIIIIII!"

Me abalancé a Remilia con un fuerte abrazo. Remilia me acarició la cabeza como respuesta.

"¿Sabes crear algún antídoto?" le preguntó Remilia a Patchouli.

"Tal vez la pócima que usé hace 200 años para quitarle la tontería a Akira funcione también con Salty."

"Puede ser... Habrá que probarlo. Prepárala lo antes posible."

"Entendido."

Patchouli se fue de la estancia flotando hacia la biblioteca. Remilia siguió acariciándome la cabeza.

"Espero que no aparezca Sakuya, si no tendremos un problema."

Remilia miró a la puerta del cuarto. Este es el típico momento en el que Sakuya aparece precisamente porque Remilia no quería que apareciese. Sin embargo, no paso nada. Remilia suspiró agradecida y me llevó de vuelta a su despacho cogiéndome de la patita.


Todo estaba tranquilo en el despacho. Yo y Remilia igual de aburridos. Entonces, alguien tocó la puerta. Remilia esperó que fuera Patchouli con el antídoto.

"Adelante."

La puerta se abrió y Sakuya entró en el despacho. Remilia hincó sus codos en el escritorio y se llevó las manos a la cara.

"Milady, ha venido una muj-"

No le dio tiempo a terminar. Sakuya miró hacia abajo y me vio fuertemente agarrado a sus piernas, mirando hacia arriba seductivamente.

"¡¿PERO QUE COÑO HACES?!" dijo poniéndose roja como un tomate. No sabía si de vergüenza o de furia.

"Sakuya, la diosa de las piernas hipnóticas y el pelo de sangre de unicornio. ¡Me vuelves loco cada vez que te alzas sobre mi!"

Sakuya me dio una patada que me mando a unos metros de ella. No pude moverme de allí.

"¡Para eso ya tienes a tu amiga la del paraguas! ... ¿Y que le pasa a tu voz? Esta distinta."

"No me lo puedo creer..." Sakuya miro a Remilia. Esta la miraba furiosa. "¿Todo eso de esquivarlo estos últimos días ha sido porque lo has visto pasando el rato con su nueva amiga?"

Sakuya no dijo nada, no fue capaz de hacerlo. Remilia se levantó y caminó hacia la puerta. Antes de atravesarla, miró a Sakuya que estaba quieta como una estatua.

"Esta es tu ultima oportunidad. A la próxima gilipollez de las tuyas, me encargare de quitarte esa actitud."

Y tras eso, Remilia se fue del despacho a recibir a la mujer que Sakuya mencionó al llegar. Sakuya suspiró derrotada. Sakuya sabía que Remilia tenía razón. Se estaba dejando controlar por unos miedos que jamás pensó que llegaría a desarrollar hacia mi. Decidida, Sakuya me miró. Seguía tirado en el mismo sitio. Caminó hacia mi y se agacho.

"L-lo siento Salty... Tal vez me dejé llevar un poco por los celos... ¿Te hice mucho daño con la patada?" me dijo tocándome la espalda.

"No me trates de repente bien..." Sakuya retiro su mano. Estaba sorprendida. "No me quieres, nunca lo has hecho. Me odias porque soy un hombre..."

"¡N-no, no es eso...!"

"Hoy me dieron una pócima para transformarme en mujer. Por eso tengo esta voz..."

"¡Ohh...! ¡Q-que bien, ¿No?! ¡Es lo que siempre quisiste!" me dijo con una alegría nerviosa.

"Si, lo es. A lo mejor ahora que soy mujer me haces mas caso..."

"¡N-no seas idiota...!" Se produjo el silencio. Sakuya suspiró. "Mira, se que no soy muy simpática y tal pero... Eso no significa que no me importes..."

"¿Que yo te importo?" le dije mirándola.

"Que imbécil eres, ¡Pues claro que si! Eres de la familia después de todo..."

"Ya, claro..."


Remilia se dirigía hacia la puerta de la entrada; por una vez andando. Ya había alguien esperando allí, seguramente la visitante. Conforme se fue acercando, fue visualizando cada vez mas quien era.

"Un placer volver a verla, señora Remilia," dijo la visitante.

"Aah, tu de nuevo... Eres muy conveniente, ¿No?"

"...¿Perdone?"

"No, nada... Buscas a Salty, ¿Verdad?"

"Así es. Si no es mucha molestia..."

"Un poco, pero supongo que esta bien... Pase."

En ese momento, Sakuya y Yo habíamos salido del despacho. Nos dirigíamos a la cocina. Sakuya iba a hacerme mi comida favorita como disculpa... ¡Las mágicas salchichas! Lo se, nadie se lo esperaba...

"¡Oh, hola Salty!"

Recién habíamos llegado a las escaleras del vestíbulo, y recién que Ojou-sama y la visitante las habían subido... Di la vuelta y me fui galopando de allí sin decir nada. Se produjo el silencio por unos segundos.

"Disculpa a mi mascota. Hemos tenido un accidente esta mañana con una pócima, y desde entonces ha estado actuando muy raro," dijo Remilia.

"Oh, comprendo... No he llegado en el mejor momento, ¿Verdad?" dijo la visitante.

"Temo que no... Puedes quedarte y esperar aun así. Nuestra experta en pociones esta preparando un antídoto, y no le debe de quedar mucho para terminarla."

"Oh, comprendo... Esperaré entonces si no es mucha molestia."

"Está bien."

"Perdone mi intromisión pero... ¿Quien eres tu?" preguntó Sakuya con curiosidad.

"Oh, perdone mis modales. Soy Reisen Udongein Inaba, coneja lunar de la Capital Lunar de las hermanas Watatsuki. Conocí a Salty en la reunión de mascotas que hubo hace siete meses en el Templo Higan," explicó Reisen con una reverencia.

"¿Tu eres una mascota?" preguntó Sakuya extrañada.

"Así es. Soy la mascota de la princesa Kaguya Houraisan."

Remilia se puso seria ante la mención de ese nombre. No había oído ese nombre desde hace muchos años, ni quería volver a oírlo... Y esta coneja lunar era su mascota... Quiso echarla. Quiso echarla de su mansión en ese preciso momento. Pero era amiga de Salty... Remilia suspiró.

"Un placer conocerte entonces," dijo Sakuya algo seria.

"Igualmente," dijo Reisen.

En ese momento, Patchouli apareció por el mismo pasillo por el que me había ido. Yo iba detrás suya cabizbajo.

"Todo arreglado. Acabo de darle el antídoto. Salty es una mujer y sin efectos secundarios," explicó Patchouli.

"Perfecto, gracias Patchy," dijo Remilia.

"¿Que Salty ahora es una mujer?" Reisen estaba sorprendida. Todas la miraron de golpe. Troté hacia ella y la saludé con la pezuña. "¿Por que has dejado de ser un hombre?"

"Porque nunca me he sentido como tal... Siempre he querido ser una mujer. No me gustan los hombres," le dije con miedo.

"Comprendo... Tu voz es ahora de mujer... Muy bonita además,"

"G-gracias..." dije sonrojándome un poco.

"Nosotras volveremos a nuestro trabajo. Vosotras divertíos," dijo Remilia.

Remilia y Patchouli se fueron por un lado, y Yo y Reisen por otro. Sakuya fue la única que no se movió. Miraba fijamente a Reisen mientras se alejaba conmigo...

Esta noche haría ensalada de conejo.

Next Chapter: 17. Episodio 17 Estimated time remaining: 2 Hours, 50 Minutes
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