Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil
Chapter 15: 15. Episodio 15
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Ha pasado un año desde que formé parte de la familia Scarlet Devil. No he podido ser mas feliz desde entonces. Aunque personalmente no lo considero algo importante. No me gusta celebrar cosas "importantes" y que tengan que ver conmigo mismo. Celebrar esas cosas las considero un paso mas hacia la arrogancia, y eso es algo que no me interesa ser. Por eso cosas como mi cumpleaños, mi santo, aniversarios como este, etc... no los celebro. No los celebro ni los voy a celebrar. Aunque este es solo mi caso; no culparía a nadie que quisiera celebrar lo que yo no celebro. Aquí cada uno es libre de hacer lo que quiera, siempre que no se pase del limite.
Os preguntaréis por que os estoy dando la vara con esto. Es por algo que ha ocurrido hoy. Me había despertado como siempre, pero Ojou-sama esta vez no estaba en la cama. Es raro que Ojou-sama se despierte antes que yo. Normalmente no nos despertamos ninguno, es Sakuya quien nos despierta. Pero en fin, el caso es que fui a buscarla a su despacho al no verla en el cuarto, pero tampoco estaba allí. Acto seguido probé ir al comedor para ver si estaba desayunando allí.
"¡FELICIDADES, SALTY!"
Un montón de voces dijeron eso al unísono junto a los sonidos ensordecedores de matasuegras y de confeti saliendo por los aires. Se me acercaron todas las hadas asistenta a felicitarme y a darme abrazos. Todo estaba ocurriendo tan rápido que no sabía como reaccionar. Solo era capaz de sonreír nervioso y asentir con la cabeza. Al alejarse todas, vino Meiling a darme un abrazo que casi me rompe todos los huesos.
"¡Felicidades, Salty-chan!"
"E-emm... G-gracias, supongo..."
Todas las hadas dijeron "aaawww" al verme hablar con dificultad. No se que se pensaron, pero no lo hacia por sorpresa o timidez. Es que... Simplemente no sabía que hacer. Aquello era muy bonito por su parte y tal, pero no me gustaba... Nada de lo que hago es especial ni tiene porque ser celebrado. No me gusta sentirme especial... ¿Pero que se supone que tenía que hacer ahí? ¿Mentir o Ocultar? ¿Sonreír o ser yo mismo? ¿Decir gracias o cuestionar por que han hecho todo eso? ¡¿Por que tengo que pasar por estas situaciones?!
"No es como si pudiéramos evitarlo," dijo Ojou-sama desde su asiento de siempre.
La miré cuando dijo eso. Creo que a ella tampoco le gustan esta clase de cosas, y estoy seguro de que ella sabe que a mi no me gustan. Aun así, allí estábamos los dos...
El resto de la tarde fue mas o menos lo mismo. Celebración, regalos, tarta... En definitiva, era el centro de atención.
Odio ser el centro de atención...
No lo estaba pasando bien, pero el resto parecía que si. Supongo que eso es lo importante...
"Se pasará rápido," dijo Ojou-sama acariciándome la cabeza.
No para mi...
"¡Salty-kun! ¿Nos puedes contar un cuento?" dijo Adelaine captando la atención e ilusión de todas.
¿Salty-kun? ¿Que mierda es eso? No me gusta...
"¿Un cuento? ¿Salty?" dijo Ojou-sama.
Todas lo afirmaban con gran ilusión. Yo... No estaba de humor...
"No creo que Salty este en condiciones de hablar, esta muy emocionado. Os lo contaré yo en su lugar."
Les pareció bien a todas, aunque algunas aceptaron a regañadientes. Me pregunto que va a contarles Ojou-sama al personal... Se aclaró la voz y empezó a contar; todo el personal pendiente de ella.
Hace un año y cuatro días, un animal de color azul despertó en mitad del Bosque Mágico. No sabía como ni por que, pero despertó allí sin mas. Estaba confuso, asustado, perdido. No tardó mucho en ser encontrado por animales salvajes y youkais que intentaron matarle. De hecho, acabó muy malherido. Pero el destino quiso darle una oportunidad mas de vivir a este poni, e hizo que terminara cojeando a duras penas enfrente de la entrada de esta mansión.
"¡Entonces entré en escena! Yo le encontré en la entrada desmayado y lleno de heridas muy feas, siendo maltratado por esos animales salvajes. A base de unas buenas tortas, los ahuyenté y cogí a Salty para llevarlo a dentro y curarle," contó Meiling con gran ilusión.
"Gracias Meiling... ¿Puedo continuar ahora?" dijo Remilia.
"O-oh, s-si claro..." dijo Meiling tragando saliva.
"Bien... Pues siguiendo la historia..."
Meiling lo llevó a la sala de invitados y lo acostó en la cama taponándole algunas heridas con las vendas de emergencia que hay en esa sala. Después, Meiling procedió a informarnos. Al principio no me gustó mucho lo que hizo, pero tras verle a el... cambié de opinión. Era la primera vez que veía a un animal como ese... Supe inmediatamente que ese era un animal muy poco común en Gensokyo. Era mi oportunidad para tener una mascota única, y con eso tendría un poder político inigualable. Lo se, puede sonar egoísta por mi parte, pero gracias a eso el esta aquí hoy.
Meiling se quedó con el hasta que despertó. Cuando lo hizo, Meiling nos avisó para que fuéramos a verle. Y esa fue la primera vez que hablamos con el e viceversa.
"U-ugh... ¿Q-quienes sois? ¿D-donde estoy?" dijo Salty cansado.
Todas nos impresionamos al ver que podía hablar y tenía voz de hombre. El día se hacía cada vez mas interesante.
"Hola. Me llamo Remilia Scarlet, y soy la señora de esta mansión. Mi compañera Meiling te ha encontrado malherido y te ha traído hasta aquí," le dije con calma.
"Ooh... G-gracias entonces..." dijo el.
Salty intentó levantarse de la cama. Pisó el suelo haciendo mueca de dolor. Era realmente interesante ver como ese animal parlante se sostenía con sus cuatro patas.
"D-deberías descansar," dijo Meiling.
"Estoy bien, te lo agradezco... ¡U-UN MOMENTO!"
Sus orejas retrocedieron y sus ojos se agrandaron, dando unos pasos hacia atrás hasta chocarse con la cama.
"¡¿Q-QUE ESTAIS HACIENDO EN...?! ¿O a lo mejor es que...?"
"Debes de estar confuso, así que vayamos por partes. Cuéntanos quien eres," le dije.
"O-oh... A ver... P-pues..."
"Tengo otra idea mejor. Vayamos a mi despacho y cuéntamelo todo. Tu y yo a solas, para que te sientas mas cómodo," le dije.
Tardó unos segundos en contestarme, pero terminó asintiéndome con la cabeza.
"Ojou-sama... ¿Puedo seguir yo contando la historia?" le dije recibiendo la afirmación ilusionada de todas las hadas. Remilia me sonrió.
"Por supuesto. Tu lo explicaras mejor que yo," me dijo.
Le sonreí asintiendo con la cabeza. No se por que, pero ahora de repente quería contar la historia.
Tras eso, Remilia me llevó a su despacho. Era un poco distinto a como es ahora, pero no había mucha diferencia. Allí Remilia me ofreció sitio delante de ella, y ella se sentó en su trono.
"Mejor, ¿Verdad?" me dijo.
"Un poco, si... Oiga... No he podido evitar fijarme en sus alas de murciélago... ¿Es usted una vampira?" le pregunté, provocando que se riera un poco.
"Se dice vampiresa, no vampira... Y si, lo soy. Y no me hables como 'usted', no soy tan vieja."
"Guau... Es la primera vez que veo a una... Antes solo eran rumores que los vampiros existían, pero ahora veo que no solo son rumores."
"Es cierto que quedamos pocas, pero quedamos."
"Jeje..."
"En fin, háblame sobre ti. Quiero saberlo todo sobre tu vida."
"¿T-todo? ¿Literalmente?" le pregunté sorprendido.
"Si, todo. Literalmente." me dijo acomodándose en el trono.
"N-no se... No me vas a creer..."
"No te preocupes por eso. He aprendido mucho sobre los seres vivos durante mi vida, así que se perfectamente cuando alguien miente y cuando alguien dice la verdad. Cuéntamelo todo sin temor."
"¿D-de verdad que puedo confiar en ti?"
"En tu mano esta eso."
Dudé al principio, pero terminé contándole toda mi vida. Una vez que empecé, no pude parar. Fue como una sesión en el terapeuta; lo saqué todo fuera y me sentí muy desahogado cuando terminé mi historia por la noche. Y si, me tire toda la tarde y parte de la noche contándole mi vida sin parar, y ella cada palabra que salía de mi boca. Era la primera vez que hacía algo así con una desconocida... Y a pesar del miedo que tenía, me sentía bien. Cuando terminé, Remilia llamó a Sakuya y nos trajo agua, de la cual bebí mucha. Y al terminar de beber, Remilia me empezó a hablar.
"Salty Sea, ¿Cierto?" me dijo.
"Así es." le dije sonriendo.
"Salty... Tu historia es realmente increíble. Muy fantástica y con mucha imaginación. Cualquiera diría que te lo has inventado para impresionar a la gente o para sentirte especial o algo así."
Me puse triste y cabizbajo. Sabía que no se lo iba a creer...
"Sin embargo..." la miré inmediatamente. "Tus palabras no me han mentido ni una sola vez. Todo lo que has dicho ha sido muy honesto, y lo he podido ver. Tal vez lo que me has contado es cierto, y en tal caso serás el ser vivo mas increíble que he conocido en mi vida. O tal vez es que estas loco y lo has soñado todo o te lo has imaginado y te has creído que todo eso era cierto. En todo caso, me has dicho la verdad; has sido honesto conmigo. Y eso es lo que yo valoro, la honestidad."
Remilia se incorporó en su trono y apoyó sus codos sobre el escritorio (El escritorio de siempre de su despacho; eso siempre ha estado ahí). Yo la miraba sorprendido... ¿De verdad me creía?
"Ahora es mi turno para ser honesta contigo. Salty, quiero que seas mi mascota."
No supe que decir. Yo su mascota... Se me hizo rara la idea, pero teniendo en cuenta que estaba perdido en mitad de ninguna parte... No tenia muchas opciones. Era eso o volver al bosque y que me maten esos malditos animales. Así que tras unos segundos de pensármelo, acepté.
"Va a ser algo raro, pero acepto. No tengo ningún sitio a donde ir de todas formas. La oportunidad que me ha dado la vida esta vez es clara como el agua."
"Me alegra oír eso... Has pasado la primera prueba entonces."
"¿La primera prueba? ¿Que?" pregunté extrañado.
"¿No pensarías que iba a ser tan fácil, no? Además, es obligatorio hacer pruebas antes de poner como oficial una mascota."
"Comprendo... Esta bien entonces. ¿Aunque podrías explicarme algo? Estoy algo perdido."
"Oh claro, perdóname... Lo primero de todo, este mundo se llama Gensokyo."
"¿Simposio?"
"No, Gensokyo. Ya le pillaras el nombre. Este mundo es muy distinto a todos los otros que dices haber visto, así que mucho cuidado."
"No, si esa lección ya me lo enseñaron esos animales de antes," dije algo temeroso.
"Bien... En este mundo, esta prohibido tener mascotas. Solo los seres con poder político (Como yo), las brujas, y las sacerdotisas pueden tener mascotas. En el caso de los seres con poder político, tener una mascota es símbolo de poder. Por eso me interesa que seas mi mascota. Un ser tan único como tu me dará mucho poder político y buena reputación."
"Vaya unas normas mas raras, pero de acuerdo."
"Bien. Entre yo y el resto de la familia, te haremos diez pruebas. La primera ya la has pasado, que es la de contarme tu vida para ver si eres honesto o un mentiroso. Me alegra ver que eres honesto, así que puedo confiar en ti."
"Ya.." dije algo cabizbajo.
"No nos centremos en eso. Mañana te haremos las cuatro siguientes pruebas. Ahora vayamos a dormir; es tarde."
"¿Y yo donde duermo?" le pregunté mientras esta se levantaba del trono.
"Bueno... Ya que vas a ser mi mascota, dormirías conmigo en mi cuarto." me dijo mirándome; expectante a mi reacción.
"Ah de acuerdo... Pero habrá cojines o algo, ¿No?. El suelo esta muy duro." Me rasqué la cabeza al pensar en eso. Este se me quedó mirando seria. Mis orejas retrocedieron. "¿Q-que ocurre? ¿Dije algo malo?"
"¡N-no, para nada! Es solo que... Me sorprende que hayas dado automáticamente por hecho que vas a dormir en el suelo."
"...¿Por que? ¿Que tiene eso de sorprendente?" le pregunté extrañado. Me sonrió y me tocó la cabeza.
"Nada, nada... Vayamos a dormir."
Y así pasé mi primera noche en la mansión Scarlet Devil. Remilia me había una camita con cojines y sabanas en el suelo. Era muy cómoda, perfecta para mi. Pero bueno... Así llegó el día siguiente. Bueno, mas bien el atardecer. Ahora que vivía con una vampiresa, tenía que acostumbrarme a dormir por el día y estar despierto por la noche. Suerte que esto ya no es así hoy en día.
La segunda prueba fue en la biblioteca de la mansión. Allí, una mujer de pelo lila y con un pijama lila nos estaba esperando.
"Hola amiguito. Veo que ya estas mejor."
Me sorprendió mucho ver que me hablaba sin mostrar ni una sola emoción en su cara. Me recordó a la hermana de una amiga mía rosada.
"Este poni es Salty Sea, y esta haciendo las pruebas para ser mi mascota," dijo Remilia.
"¡Ooh, que interesante! ¿Y has dicho que es un poni? ¿Eso que es?"
"Por lo visto es el nombre de su especie."
"Interesante..." dijo la mujer lila arqueando una ceja.
"H-hola..." dije con timidez.
"Es algo tímido." dijo Remilia.
"Como Imouto-sama... Mi nombre es Patchouli Knowledge. Soy la bibliotecaria de esta mansión," me dijo haciendo una leve reverencia.
"Knowledge... Y eres la bibliotecaria... Muy conveniente, ¿No?" le sonreí. Ambas me miraron extrañadas. "Emm... 'Knowledge' significa 'Conocimiento' en ingles, por eso lo decía."
"¿Ingles?" preguntaron ambas al unísono.
"Emm, nada nada olvidadlo... Encantado de conocerte, Patchouli."
"Lo mismo digo... Soy la encargada de hacerle la segunda prueba, ¿Cierto?"
"Si, jeje..."
Patchouli extendió una mano y apareció una pócima de la nada sobre esta. Me la dio y me dijo de bebérmela. Desconfié al principio, pero Remilia me tocó la cabeza transmitiéndome su confianza. Tras eso, me la bebí. Al terminar de bebérmela, no sentí nada raro.
"Muy bien. A partir de hoy, puedes hacer magia. Y el efecto es permanente," me dijo Patchouli.
Se me agrandaron los ojos. No podía creer lo que acababa de decir... ¡¿Puedo hacer magia de nuevo?! Lo probé. Alcé una pezuña y traje volando a esta un libro de una de las estanterías. Tras esto, lo volví a poner en su sitio. Me sentí feliz, feliz como nunca antes. Empecé a galopar y a pegar saltos por la biblioteca súper contento, usando mi magia para lanzar fuegos artificiales al aire. No sabía como era la mansión de grande por fuera, pero la biblioteca por dentro tenía un techo tan alto que ni podía verlo. Terminé tirándome al suelo y frenando donde estaban ambas, lanzando dos últimos fuegos artificiales al aire. Se produjo el silencio tras esto. Fue entonces cuando me puse rojo de la vergüenza ante lo que acabé de hacer. Remilia sonreía malévolamente, pasándoselo pipa. Miró de reojo a Patchouli y esta me miraba con cara de sorprendida. Una de las pocas veces que he visto a Patchouli mostrando una expresión en su cara.
"Esto esta siendo genial," dijo Remilia.
"¡¿C-como es posible?! ¡¿Como sabes eso?! ¡Si es la primera vez que haces magia!" dijo Patchouli realmente impresionada.
"No es la primera vez," dijo Remilia cuando yo iba a contestar. Patchouli la miró con su cara de impresión desapareciendo poco a poco.
"¿No lo es? ¿Como es posible eso?" preguntó Patchouli con curiosidad.
"Temo que eso es información confidencial," dijo Patchouli.
"Comprendo... ¿Pero tan pronto? ¿Eso no es la quinta prueba?" dijo Patchouli. Eso captó mi atención.
"El orden de las pruebas no alteran la mascota," dijo Remilia. No pude evitar soltar una carcajada silenciosa ante lo que dijo.
"Entiendo... ¿Y yo que hago? Con esos conocimientos de magia, seria capaz de pasar hasta la octava prueba," dijo Patchouli.
"Lo se. Ayer no me tomé muy en serio todo lo que me contó, pero poco a poco este animal nos está demostrando que todo lo que me contó ayer es cierto. Por eso tengo estoy haciendo un poco lo que me da la gana con las pruebas. Voy a encargarme de que estas diez pruebas, demuestren que todo lo que me contó ayer es cierto."
Remilia caminó lentamente hacia mí hasta colocarse enfrente mía. Yo me incorporé con algo de miedo. Tras eso, Remilia me sonrió y se giró para mirar a Patchouli. Esta sonreía levemente.
"Si este animal supera las diez pruebas... Seremos la familia mas poderosa de todo Gensokyo," dijo Remilia sonriendo malévolamente.
"Jeje, ya entiendo..."
Ambas rieron malévolamente. Aquellas risas no me transmitieron confianza. Aun así no quise dejarme llevar. Aquella forma de actuar podría formar parte de las pruebas; no sería raro viniendo de unos seres como esos.
"¿Como que 'unos seres como esos'?" me dijo Ojou-sama mirándome de reojo. Esto provocó que todo el personal se callara llevándose una mano a la boca.
"E-emm... E-es con amor..." le dije con algo de miedo. Remilia sonrió y me acarició la cabeza.
"Es broma Salty. Hiciste bien desconfiando de nosotras en aquellos tiempos."
Todos suspiramos aliviados ante eso. Ojou-sama y sus bromitas sanas. Tras esto paramos un poco para que pudiera beber un vaso de agua.
"Oye Ojou-sama, ¿Donde esta Sakuya? No la he visto en todo el día."
"Se fue a una misión urgente con Reimu y Marisa. Ya nos contará de que trataba esa misión cuando vuelva."
"Oh bien... Pensé que era por otra cosa..."
"Yo también me he dado cuenta de que te ha estado evitando últimamente... ¿Ha pasado algo entre vosotros?"
"No, nada que yo sepa... No entiendo por que actúa así..."
Estaba preocupado. Con lo bien que íbamos últimamente, y ahora de repente me esquiva... ¿Es que le había hecho algo malo?
"¡Salty-kun, sigue con la historia!" dijo una de las hadas seguida de la afirmación ilusionada de las demás. Respire hondo.
"De acuerdo, de acuerdo... Veamos..."
Patchouli me dijo directamente que pase la segunda prueba, que al parecer tenía algo que ver con la magia. Así llegaron la tercera y cuarta prueba. Ambas fueron en verdad una chorrada. La tercera consistía en una partida al Vampidrez contra Sakuya. Perdí la partida ya que no se me da nada bien el Vampidrez. Además de que era la primera vez que veía a Sakuya, y por tanto estaba un poquito hipnotizado con ella. Aun así pasé la prueba por llegar hasta el final sin perder en exceso la concentración ni la estrategia... Yo tampoco lo entiendo.
La cuarta prueba al menos fue interesante. Consistía en preparar una buena merienda a la familia. Por si no lo sabéis tengo algo de experiencia en la cocina debido a mi vida pasada de lobo solitario, así que fui capaz de hacerles una buena merienda. Les gustó a todas, incluida Sakuya. Recuerdo que lo admitió muy a regañadientes. Sakuya era muy tsundere en aquellos tiempos; mucho mas que ahora. Y cuando llegó la hora de la cena, comenzó la quinta prueba. Una de las mas duras e interesantes, sin duda. Las instrucciones de Remilia eran claras: En cuanto llegara al comedor, la prueba comenzaría. Y en cuanto supiera que esta pasando, podía abandonar el comedor y explorar. Curiosas instrucciones, sin duda. Al llegar la hora, seguí a Remilia y ambos entramos al comedor. El comedor era sencillo; una gran mesa, varias sillas, dos ventanas, una puerta que conecta con la cocina y una chimenea. Todas ya estaban reunidas allí y sentadas en sus sitios. Mi sitio al parecer era a la derecha de Remilia. La comida era sopa... Y nada mas. Muy poco y raro para una cena, pero tal vez eso formara parte de la prueba. Ya todos comiendo, le di un sorbo a la sopa... Estaba buena. Muy buena en verdad. Quise seguir tomándola cuando me fije en algo. Había un cuenco de sopa apartado en la otra punta de la mesa, cerca de donde estaba Patchouli sentada.
"¿Por que hay un cuenco allí apartado?" pregunté.
"Es para la que quiera mas." contestó Sakuya.
Para la que quiera mas... Un cuenco de sopa de arroz con trozos de algo que no sabía que era, mientras que la sopa que todas tomaban eran de fideos; incluido el mio. No se yo... Y ahora que me fijo, hay una silla vacía y apartada en una esquina del comedor... ¿Es que falta alguien a la mesa?
"Si ya sabes que ocurre, vete a explorar." me dijo Remilia.
Así hice. Terminé de tomarme esa sabrosa sopa, y me fui del comedor. La mansión era enorme. Podría tirarme horas explorándola... Bueno no creo que de para tanto, pero su buena hora seguro que la da. Me tire un buen rato descubriendo nuevas cosas e habitaciones, hasta que encontré las escaleras conduciendo al sótano. Bajé las escaleras y llegué a un pasillo que parecía una mazmorra. Al final de este, una puerta de madera. Era intimidante sin duda, así que tragué saliva y abrí la puerta. Una habitación circular se me presentó a la vista. Estaba elegantemente adornada, con algunos armarios y una cama que parecía la de una princesa. Sin embargo, lo aterrador del cuarto eran los peluches y muñecas. Habían cientos de ellos esparcidos por el suelo; la mayoría rotos o destripados. Cerré la puerta y troté con miedo por la oscura habitación.
"¡COMIDAAAAAA!"
No pude ni reaccionar. Alguien me agarró fugazmente e intento hincar sus colmillos sobre mi cuello. Tenía los ojos cerrados; pensaba de verdad que la iba a palmar en ese momento. Sin embargo, no ocurrió nada. Sentí sus colmillos apretados en mi cuello, pero nada mas. Ni dolor ni nada. ¿Que estaba pasando?
"¡AAAAAAAAAAAAYYYYYYYY!"
La cazadora pegó un fuerte grito de dolor y se sentó en el suelo llorando. Fue entonces cuando pude verla. Era una pequeña niña rubia vestida generalmente de rojo, con unos zapatos negros y calcetines blancos. La verdad es que era muy mona... ¿Quien es esta?
"¿Q-que ha pasado? ¿Estas bien?" le dije acercándome a ella. Esta me empujó con fuerza, haciendo que me cayera de culo al suelo.
"¡TENGO HAMBREEEEE!" dijo gritando y sin parar de llorar.
"¿T-te calmaras si te traigo comida?" le dije mientras me levantaba.
No me contestó, solo siguió llorando. Lo interpreté por un 'si' y me largué de la habitación. Volví al comedor, donde todas me miraron sorprendidas. Cogí el cuenco de sopa sobrante con mi magia y me fui sin decir nada a nadie. Las chicas se miraron entre ellas.
"No me lo puedo creer... ¡¿Ha sobrevivido a Flandre?!" dijo Meiling.
"Estoy francamente sorprendida... ¿De verdad que es un hombre?" dijo Sakuya.
"No es un hombre, es un animal. Y esto me está demostrando que todo lo que me contó ayer de su vida es cierto... Esto me gusta y mucho," dijo Remilia sonriendo y cruzándose de brazos.
"¿Eso no es lo mismo que dijiste hace unas horas?" dijo Patchouli.
"¿Y tu como sabes todo eso?" preguntó Ojou-sama.
"Eemm... ¡Magiaaa!" le dije moviendo las pezuñas dramáticamente. Todas se rieron un poco. "Bueno, sigamos..."
La niña se bebió el cuenco en segundos. Tenía un hambre voraz. Al menos dejó de llorar y parecía mas contenta.
"¡Gracias por traerme comida, comida!" me dijo alegre.
"De nada... ¿Puedo preguntar quien eres tu y que haces aquí?" le dije. La pregunta la entristeció un poco.
"Soy la hermana de Remilia, Flandre Scarlet."
"Wait what!?" le dije sorprendido.
"Llevo encerrada aquí prácticamente toda mi vida... Mi hermana no me deja salir..."
"¡¿Q-QUEEE?!"
"No la culpes... L-lo hace por mi bien..."
"P-por tu bien... Pero aun así es muy exagerado esto. Podría al menos dejarte dar vueltas por la mansión y hablar con las demás. Así al menos sería mas llevadero."
Flandre me cogió una pezuña con sus dos manitas. La miré y estaba contenta.
"¡Eres una nueva mascota, ¿verdad?! ¿Serás mi amigo?" Sus ojos resplandecían de soledad. Sonreí.
"¡Pues claro que si!" le dije.
"¡NYAAAH!" gritó dándome un fuerte abrazo. Se lo devolví con gusto. Duro unos buenos misisípis el abrazo.
"Ahora que lo pienso..." nos retiramos el abrazo. "¿Como es que no has podido morderme?"
"No lo se... Tu piel es muy dura."
"¿Mi piel? ¿Dura?"
Debía de ser porque era un poni terrestre. Los ponis terrestres nacemos para trabajar la tierra, así que nuestra piel es mas fuerte y resistente. ¡Ja! ¿Quien dijo que ser un poni terrestre no tenía sus ventajas?
"¿Como te llamas?" me preguntó Flandre sacándome de mis pensamientos.
"Salty Sea."
"¡Que nombre mas chulo!"
"¡HORA DE DORMIR, SALTY!" sonó la voz de Remilia a lo lejos.
"Mejor que me vaya a dormir. No conviene cabrear a Remilia," le dije mientras trotaba hacia la puerta.
"O-oye..." giré mi cuello para mirarla. "Ten cuidado con las pruebas, porfa..."
"¿Las pruebas? ¿Por que?"
"P-porque... Ninguna mascota ha pasado nunca las diez pruebas..." dijo tristona. Se me agrandaron los ojos ante aquella información.
"¡¿N-ninguna?! ¡¿Nunca?!"
"N-no... Ten cuidado porfa... Quiero que vuelvas..."
Ver a Flandre tan triste por quedarse sola una vez mas, me llenó de fuerzas y determinación. Iba a pasar estas pruebas por la felicidad de esta niña.
"Lo tendré, te lo prometo."
"Bien... Y llama a mi hermana 'Ojou-sama'."
"¿Ojou-sama?"
"Si... Se dice como señal de respeto a tu superior."
"Ooh ya veo, así haré. Nos vemos mañana."
"¿Mañana?"
"¡Claro! Pienso volver mañana."
Me pegó un abrazo tras eso. Se la devolví sintiendo su cariño.
Todas las hadas estaban diciendo "aaaww" ante mi anécdota con Flandre. Me empezaba a cansar un poco que dijeran eso todo el rato.
"No has dejado de llamarme así desde entonces," me dijo Ojou-sama.
"Ni voy a dejar de hacerlo," le dije sonriendo.
Y así llegó el tercer día de pruebas. La sexta prueba comenzó temprano, y consistía en responder correctamente acertijos y adivinanzas. Que pruebas mas raras... ¿En serio ninguna mascota las ha pasado?
"El ultimo acertijo te lo diré yo." Sakuya caminó hacia mi y se alzó sobre mi. Creo que pretendía intimidarme, pero estaba consiguiendo otra cosa. "Y mas vale que lo aciertes, porque sino te mataré aquí y ahora."
Sakuya sacó tres cuchillos de la nada sujetados entre los dedos de su mano derecha. Vale, ahora si que estaba intimidado...
"A-adelante..." le dije.
"Tengo dos pañuelos: uno rojo y otro azul. ¿Cual eliges?"
Me quedé pensativo con el acertijo. Simple y eficaz... Hay estudios psicológicos que demuestran que el color rojo se suele asociar con la acción, el peligro y el sexo. Al ser así, el pañuelo rojo señalaría acción, o sea que me lancé las dagas. El pañuelo rojo es sin duda erróneo. Sin embargo, el azul se relaciona con la tranquilidad y el pensarse las cosas dos veces. Esto de los colores es un instinto de supervivencia que tienen todos los seres vivos por razones evolutivas. El pañuelo azul parece ser el correcto, pero el traje de asistenta de Sakuya es azul. Por lo tanto, el pañuelo azul podría indicar que la elijo a ella, o sea que me mate. Pero si no elijo ningún pañuelo, se lo tomara mal y me lanzará su tercera daga... Que inteligente es Sakuya, pero no ha contemplado la cuarta posibilidad.
"No gracias, ya tengo yo uno," dije sacando un pañuelo verde de la nada.
"¡¿Q-que?! ¡¿Como que tienes uno?!"
"¿No lo estas viendo? Además es verde, el color de las cosas correctas."
Sonreí juguetonamente. La mano que sujetaba sus cuchillos empezó a temblar. Entonces hizo desaparecer sus cuchillos y me agarró de la crin, haciéndome daño y pegando su cara con la mía.
"Te crees muy listo, ¿Verdad?. Pues prepárate para la décima prueba. Voy a reducirte a cenizas."
Tras eso me soltó la crin y se fue a la cocina. Quinta prueba pasada. La sexta prueba fue interesante. Consistía en detectar venenos o cosas raras en comidas, bebidas y objetos. Mi olfato de poni me ayudó muchísimo a detectarlo todo sin problemas, así que pasé la prueba fácilmente. La séptima prueba fue muy física. Tenía que romper las mismas cosas que Meiling, incluyendo paredes y ladrillos. La conseguí pasar a regañadientes, ya que la fuerza física siempre ha sido mi punto débil. Pero una vez mas, ser un poni terrestre me salvó el pellejo. La octava prueba era de nuevo con Patchouli. Estábamos los dos solos en medio de la biblioteca, de un gran hexagrama azul estaba pintado en el suelo con magia. Patchouli me dijo que me pusiera en medio de este, y así hice.
"Muy bien Salty, esta prueba es muy fácil si quieres que así sea. Cierra los ojos y relájate. Concéntrate en relajarte."
Así intente hacer, aunque yo me seguía sintiendo igual. Tenía los ojos bien cerrados, y no podía estar mas tranquilo de lo que ya estaba. Aun así, empecé a oír algo. Era como lluvia... Eso junto al sonido de una suave y tranquila música ambiental. A pesar de tener los ojos cerrados, empecé a ver cosas. Estrellitas blancas a lo lejos junto a extrañas partículas de colores rodeando mi ser... Espero que no me estén drogando.
"Ahora escúchame Salty. Si pasas las pruebas restantes, formaras oficialmente parte de la familia Scarlet Devil, y serás la mascota de Remilia Scarlet. Cuando lo hagas se te otorgará el Elixir Hourai, y aceptaras el acuerdo del Silencio Retroprivado. Este acuerdo convierte toda la historia de tu pasado en información confidencial entre tu y Remilia. El incumplimiento del acuerdo, será motivo de despido inmediato. Solo hay dos condiciones para incumplir el acuerdo. La primera que la persona interesada en tu vida pasada, sea alguien de esta familia o un ser querido muy importante para ti. Y la segunda es que si se cumple la primera condición, solo lo cuentes si tu de verdad quieres. Nada ni nadie te puede obligar. Aun así si puedes evitar contar nada de tu vida pasada a nadie, mejor. Y tranquilo, este acuerdo lo hemos hecho todas con Remilia en su tiempo. Es un acuerdo que se nos aplica a toda la familia."
Y tras eso, abrí los ojos. Todo estaba igual que antes, con Patchouli delante mía mirándome.
"¿Aceptas todo lo dicho?" me dijo.
"Pues claro. No lo veo gran cosa. ¿Pero que es el Elixir Hourai?"
"Lo sabrás cuando pases las pruebas. Si las pasas... Esta al menos ya las has pasado. Prepárate para las dos ultimas. Lo vas a pasar mal."
"Quieto ahí Salty." Remilia me alzó una mano para que parara de contar la historia. "Las dos ultimas pruebas son demasiado duras para que estas inocentes hadas las oigan."
Las hadas empezaron a quejarse de esto. Querían saber el resto de la historia, como era mas que razonable. Aun así Ojou-sama tenía razón... Las dos ultimas pruebas fueron muy duras y extremas.
"Lo siento, pero Ojou-sama tiene razón. Es demasiado duro de contar." Las hadas callaron, mostrándose comprensivas conmigo. "Aun así os las resumiré en pocas palabras. La novena prueba fue una de Ojou-sama, y consistía en enfrentarse a mis miedos. Y creedme cuando os digo que Ojou-sama me hizo enfrentarme a ellas tanto por las buenas como por las malas..."
Paré a recobrar aliento. Me acordé de aquel día... Ojou-sama me infló a latigazos... Pero en fin, desde entonces he sido mas lanzado con algunas cosas. Supongo que valió la pena...
"Y en cuanto a la décima prueba en el ultimo día de pruebas, fue básicamente un duelo contra Sakuya... Y le gané. No se como, pero lo hice. Y bueno, así me dieron el Elixir Hourai y formé parte de la familia."
El personal aplaudió ilusionado cuando terminé mi historia. Aun así no me gusto mucho como lo conté, ya que me he saltado muchas cosas con tal de resumir y de terminar lo antes posibles. Además de la información confidencial y tal. Aun así a las hadas asistenta les gustaron la historia, así que supongo que bastaba con eso.
"¿Pero que es el Elixir Hourai?" preguntó Adelaine.
"Eso es información confidencial," dijo Ojou-sama.
Y bueno... No hay mucho mas que contar... Sakuya volvió al día siguiente de aquel. Al parecer ocurrió un incidente relacionado con un árbol y una fantasma... Ni idea, la verdad... ¡Ugh, no me gusta como ha quedado este episodio!
"¡Pero no escribas eso en el libro! ... ¡¿Pero que haces escribiendo esto también?! ¡Cierra ese libro, leñe!"
Mejor hacerle caso. No conviene cabrearla... ¿A que son preciosos los finales sacados de la nada? Son tan confusos y vagos que siempre funcionan. Diferente es que a la gente le guste o no, pero creo que a veces son necesarios. Sobre todo cuando no sabes que escribir...
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¡SI YA LO DECÍA MI MADRE; LAS COSAS HAY QUE HACERLAS BIEN LEÑE!