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Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil

by Dierita

Chapter 14: 14. Episodio 14

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Episodio 14: Juego de Damas.

Lo que tengo que aguantar... Milady me ha obligado a tomarme un día libre. Yo no quiero ni lo necesito, pero... Ordenes son ordenes, supongo.

"Sakuya-sama, el carro la esta esperando," dijo una de las hadas asistente.

"Muy bien, enseguida voy."

Hoy es la primera vez en años que no visto con mi traje de asistenta. Me había puesto un vestido azul junto a una rebeca blanca sencilla. Y unas manoletinas blancas, porque estoy ya hasta las narices de tener tacones puestos. Aun así es curioso... Ahora me sentía rara sin mi traje de asistenta... En fin, cosas de la vida. Cogí mi maleta con las cosas que necesitaría y salí de mi habitación. Era mediodía, dos horas antes de que todos despertaran. Solo yo y un par de las hadas a mi cargo, habíamos madrugado para prepararlo todo para mi ida. Milady no quería verme en todo el día, así que debía hacerlo bien.

Al llegar a la entrada, las dos hadas me esperaban junto al carro. Pude ver a Meiling durmiendo en su punto estratégico, mientras que Fujita vigilaba la entrada. Parece que fue buena idea ponerle de compañero de Meiling después de todo, aunque esta no se relaciona mucho con el. Bueno... Creo que nadie aquí se relaciona con el. Es tan raro ver de repente a un hombre aquí...

"¡Sakuya-sama, esta muy guapa!" dijo una de las hadas.

"Gracias... Aquí tenéis la maleta."

Las hadas cogieron la maleta y la pusieron en el carro. Me monté en el carro y vi al conductor de este. Bueno, mas bien al que iba a arrastrar el carro.

"¿Fujita?" pregunté al verle en posición.

"Yo me encargaré de llevarla a su destino," dijo Fujita sin mirarme.

Este hombre... Justo ayer estuve hablando sobre el con Salty. El onigiri azul sospecha mucho de este hombre, y no se fía nada de el. Yo la verdad no se que pensar... Es cierto que actúa de forma extraña, pero teniendo en cuenta lo solo que está... ¿Será normal esta forma de actuar por su parte?

Las hadas se despidieron de mi, y el carro empezó a moverse. Fujita parecía ser fuerte, porque empujaba el carro sin problemas y a un ritmo constante. Típico de un hombre... Ugh, es cuestión de tiempo a que aparezcan mas hombres e intenten ligar conmigo. Odio cuando hacen eso... Pierden el tiempo tontamente. Nunca me he enamorado de un hombre ni lo voy a hacer. Hablando de hombres... ¿Que demonios es Salty? Parece un popurrí de diferentes especies. Físicamente es un animal azul y según el femenino, pero psicológicamente parece un hombre humano ordinario... E incluso así, tienes sus cosas extrañas. Cuando me enteré de que los hombres estaban volviendo a aparecer, pensé que Salty saltaría de alegría. Porque bueno... Salty es un hombre (creo) y por tanto le alegraría saber que hay mas como el apareciendo. Sin embargo... Es todo lo contrario. Actúa como si no quisiera saber nada de los hombres... ¿Tal vez el y yo no somos tan distintos? Y si es así... ¿Que clase de cosas le han podido hacer para que el también odie a los hombres?

"Eso es información confidencial." sonó la voz de Milady en mi cabeza.

Es información confidencial a no ser que el propio Salty quiera decirlo... Es como un voto de silencio. Aunque teniendo en cuenta que Salty siente algo por mi... ¿Me contara lo que yo quiera si le pregunto? ¿O será mas duro de lo que me pienso?

Una gota de agua cayó en mi mano, sacándome de mis pensamientos. Parecía que estaba empezando a llover. La lluvia se convirtió en una fuerte a los pocos segundos. Ni Yo ni Fujita teníamos nada con lo que taparnos, así que nos estábamos empapando. Me sorprendió ver a Fujita seguir su camino sin tener ni una sola reacción por la repentina lluvia. Aunque mas me llamó la atención que de repente no me estuviera cayendo ni una gota encima, a pesar de que seguía lloviendo.

"¡Te estas empapando, querida!" dijo una voz a mi izquierda que reconocí en seguida.

"Oh Yukari, eres tu," dije cruzándome de brazos. Había puesto su parasol entre las dos, tapándonos a ambas de la lluvia.

"¿Que haces tu por aquí y sin tu traje de asistenta?" me preguntó.

"Es mi día libre," dije sin mas.

"¡Ooh, Remilia dando días libres! Si que están cambiando las cosas por allí... ¿Y quien es ese moz-"

La miré al verla callar de golpe. Miraba a Fujita con mucha concentración y seriedad... ¿Que había visto en el?

"Tengo que irme," dijo de repente.

"¿Que ocurre?"

"Nada nada... Luego vuelvo."

Y tras eso, un portal se abrió a su izquierda y se metió por el. También se llevó su parasol, así que me estaba volviendo a empapar. Suspiré ante esto.


Normalmente me gusta la lluvia. Es muy relajante, tanto verla como escucharla. Pero en el día de hoy la lluvia me estaba tocando las narices, y maldije todo cuando me bajé del carro y note el agua penetrando por la suela de mis manoletinas. Que sensación mas horrible... Al menos no tenía frío. Mis piernas están muy acostumbradas tanto al frío como al calor por llevar siempre el traje de asistenta puesto.

El Templo Eientei... Hace mucho tiempo que no piso este sitio. Este era mi hogar antes de trabajar para Milady. Es un templo muy escondido de la sociedad ya que se sitúa en las profundidades del Bosque de los Bambúes Perdidos, pero aun así Fujita ha conocido el camino para llegar hasta aquí... ¿Habrá trabajado el aquí también en el pasado?

"¿Sakuya-sama? su maleta." Fujita bajó la maleta del carro y me la dio. Tras esto, volvió a colocarse en posición para empujar el carro. "Disfrute de su día libre. Nos vemos mañana."

"Gracias, hasta mañana."

Y Fujita se fue sin mas por donde vino. Su forma de ser me seguía pareciendo cuestionable, pero decidí ignorarlo por esta vez. Me giré y empecé a caminar por la entrada del templo. El templo era bastante agradable, bonito y espacioso. Siempre ha estado amurallado por alguna razón. Habían pequeños estancos de agua con fuentes instaladas a base de mecanismos de bambú. En resumen, el sitio perfecto para relajarse durante un día. Cuando esta vacío, claro... No tardé en meterme en el interior del templo. Todo estaba igual que cuando me marché, por lo que no me costó encontrar una habitación donde hospedarme. No hice mucho mas por el momento, solo abrir las ventanas y acostarme en la cama. Podía oír claramente el sonido de la lluvia cayendo con gracia al suelo exterior y al agua de los estancos y fuentes. Era todo tan agradable... Me sentía como no me sentí en mucho tiempo... Milady tenía razón, me hacía falta un día libre... ¿Como les estará yendo a todos por la mansión? Espero que bien... Me siento tan relajada... que... zzzzz...


Creo que ya ha pasado la mitad del día. Sigue lloviendo, y yo sigo apoyada en la ventana observando la lluvia. Me pesaban los ojos a causa del mal despertar. Llevo varias noches teniendo un sueño extraño que irónicamente me quita el sueño. Por eso decidí venir aquí por mi día libre; pensé que sería buena idea hablarlo con Eirin. Además de ser medico, sabe interpretar los sueños y las estrellas, por lo que podría haberme ayudado. Pero no he tenido esa suerte... Eirin es una habitante de la Luna, así que solo puede venir aquí las noches de Luna Llena. Y hoy, bueno... Hay mas nubes y agua que otra cosa. Suspiré derrotada del aburrimiento.

"Hoy sin duda esta siendo un día lluvioso."

Miré a mi izquierda. Yukari Yakumo estaba sentada en la cama, con su parasol cerrado en su mano derecha. También me fije que estaba agarrando algo cuadrado con su mano izquierda.

"¿Que te paso antes?" le pregunté.

"Otro día hablaremos de eso con tu señora. Hoy es tu día libre; debemos pasarlo bien."

Dejó el parasol sobre la almohada y se hizo a un lado. Me invitó con la mano a sentarme junto a ella en la cama. Yukari y sus cosas extrañas...

"Vamos ven, no voy a morderte," me dijo.

"Chen terminó mordiéndome la mano la ultima vez que dijiste eso," le dije sin moverme del sitio y mirando de nuevo a la lluvia.

"¡Aquello fue un malentendido, querida! ¡Esta vez solo quiero que juguemos a un juego de damas!" me dijo encontrando chistoso lo ocurrido aquel día.

"¿Un juego de damas?" le pregunté mirándola de reojo.

"¡Pues claro, querida! ¿Nunca has jugado a uno?"

Yukari abrió en la cama la cosa cuadrada que estaba sosteniendo con la mano izquierda. Era un tablero de sesenta y cuatro cuadros negros y blancos (aunque el blanco era tan viejo que parecía amarillo) con doce fichas negras, y otras doce rojas.

Es literalmente un juego de damas...

"No, nunca he jugado."

"Yo te enseñare."

"¿De verdad tengo que jugar?"

"Claro que no, es solo una oferta amistosa. Me pareció buena idea para que pasaras el rato."

Yukari siendo amable es una imagen que no me trago por mucho que lo intente. No se que planea, pero esta pretende algo... ¿Que haría Milady en mi situación?

"Deja de llamarme Milady. Me pones cachonda cuando lo haces," dijo su voz en mi cabeza.

Vaya un momento para ponerme a pensar en esas cosas. No se ni como no me sonrojé al pensar en eso.

"Llévate bien con las Yakumo, Sakuya. Nuestra relación con ellas es esencial para nuestra reputación," dijo su voz en mi cabeza de nuevo.

Ordenes son ordenes. Respiré hondo y me senté en la cama junto a Yukari. Esta me enseñó a jugar a las damas y nos pusimos a jugar. Resulta que me gusta jugar a las damas. Nos tiramos ella y yo el resto de la tarde jugando a las damas, y sin duda habíamos pasado un buen rato. Pero había llegado la noche, y se acercaba la hora de volver a la mansión. Debo reconocer que Yukari me ha ayudado mucho a que este día libre no fuera tan aburrido y monótono. Aunque afuera seguía lloviendo igual.

"No ha parado de llover en todo el día," dije mirando por la ventana.

"Hoy ha sido sin duda un día lluvioso," me dijo Yukari mientras recogía el juego.

"Ahora que caigo... ¿Como voy a volver a la mansión?" dije mirando a Yukari. Esta me miró con cierto rechazo.

"¿No has venido aquí en carro? Pues de la misma forma." Me crucé de brazos y me quedé mirándola, seria. Esta pegó un suspiro. "De acuerdo, avisare al que trajo para que venga a recogerte. Pero no pienso hacer nada mas por ti."

Tras esto, cogió el tablero y el parasol de la cama y desapareció atravesando uno de sus portales. Suspiré y volví a mirar a la lluvia. Tanta amabilidad para luego echarla a perder cuando se acaba el juego. Que imbécil... No me caen bien las Yakumo, ni me van a caer bien nunca.


Hace unas horas que partí del Templo Eientei hacia la mansión montada en el carro impulsado por Fujita. Miré de reojo a la maleta que me había traído... Ni siquiera la había abierto en todo el día. La verdad es que ha sido un día de planes fallidos y eventos poco comunes. Aun así la lluvia incesante me ha ayudado bastante a mantenerme tranquila y serena durante todo el día. No se que tiene la lluvia, pero es mágica en mi.

Al fin habíamos llegado a la entrada de la mansión. Todo estaba oscuro y apagado, como era normal a estas horas de la noche. Nadie vigilaba la entrada (Como es normal en los días de lluvia) y Fujita se había ido a guardar el carro en la parte trasera de la mansión. Allí estaba yo, sola en mitad de la lluvia. Tenía el jardín de la mansión a mi izquierda y derecha. Me gustaba estar allí... Decidí pasear un poco por el jardín mientras podía. Me estaba empapando y probablemente voy a resfriarme por culpa de esto, pero en aquel momento me daba igual. Solo quería disfrutar de aquel hermoso y tranquilo momento. Sin embargo, algo captó mi atención allí. Había algo en mitad del jardín que juraría que no estaba antes. Me acerqué a ese algo hasta que pude verlo bien. Era un paraguas estancado en el suelo, y bajo este estaban durmiendo Salty y una chica vestida de azul. Me imaginé que Salty estaba aquí por algún castigo por parte de Milady... ¿Pero y esta chica? ¿Quien es? ¿Que hace durmiendo con Salty? ¡¿Que demonios me he perdido en el día de hoy?!

Di la vuelta y caminé aliviando hacia la entrada de la mansión. Estaba demasiado cansada, necesitaba dormir. Mañana le preguntaría a Salty sobre esto, porque hoy...

Estaba celosa...

Next Chapter: 15. Episodio 15 Estimated time remaining: 3 Hours, 20 Minutes
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