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Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil

by Dierita

Chapter 13: 13. Episodio 13

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Episodio 13: Cuestión de Sustos.

El invierno ha llegado a Gensokyo. El frío se hace notar, y la nieve penetra en Gensokyo... Bueno, al menos lo hizo ayer. Por alguna razón, hoy esta lloviendo y mucho. ¿Y sabéis la gracia? Que hoy es el día libre de Sakuya. Me ha tocado justo a mi ir a comprar al Pueblo Humano, y se ha puesto a llover justo cuando volvía de allí.

Así que bueno... Aquí estoy, galopando con la cesta en la boca por el camino del bosque intentando llegar a la mansión lo antes posible. Tanto yo como la comida nos estábamos empapando, pero tampoco es como si pudiera hacer nada mas.

"¡WAKAAA!"

Salí por los aires del susto. Algo se había puesto delante mía y me había pegado un buen susto. Tal fue el susto que aterrice sobre mi cabeza, haciendo que me desmayara allí mismo al aterrizar en el suelo. En fin... Gensokyo, no digo mas...


No se cuanto tiempo llevaba desmayado, pero empecé a despertarme. Seguía lloviendo, y un río de agua me pasaba por la cara. Intenté incorporarme pero me choqué con algo en la cabeza. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba debajo de un paraguas cuyo manillar estaba estratégicamente colocado en el suelo para que se mantuviera de pie. Me quité con cuidado de debajo del paraguas y lo miré. Me caía el agua encima, pero lo conseguí ver. Era un paraguas morado, pero lo interesante no solo era que tenia un ojo y boca rojos pintado, sino que de la boca le salía una lengua roja en completo 3D. La verdad es que era un paraguas bastante raro... Y es la primera vez que veo uno al que le sale literalmente una lengua de una boca pintada.

"O sea... Una persona me ha visto aquí tirado y desmayado, y lo mejor que se le ocurre es dejarme su paraguas para que no me moje... Jamás me acostumbrare a la lógica de este mundo."

Aunque por otra parte, le estoy hablando a un paraguas en mitad de la lluvia...

Fue entonces cuando me fije en una cesta con comida tirada en un charco. Mierda... Ojou-sama me va a matar...

Moví mi pezuña y la cesta empezó a flotar en el aire. Ya bien alzada en el aire, le envolvió un resplandor blanco que hizo que la cesta estuviera como nueva al desaparecer. Tras esto, la cesta flotó hasta mi boca y la cogí con mi boca. Volví a mover mi pezuña y el paraguas flotó y se posicionó sobre mi cabeza, cubriéndome de la lluvia. Como dice el refrán: 'A caballo regalado, no le mires el diente.' Di la vuelta y empecé a galopar hacia el Pueblo Humano de nuevo. Todavía tenía dinero para volver a comprar lo necesario. Y ahora que tenía un paraguas, podría volver a la mansión trotando tranquilamente.

No tardé en llegar al Pueblo Humano y ponerme a comprar cosas. A algunas les llamó la atención el paraguas, y quisieron acercarse a verlo. Otras directamente se asustaron al verle la lengua que le sobresalía de la boca pintada, enfadándose conmigo y diciéndome que es una broma de mal gusto. En fin, cosas que hay que soportar. Con esto llego a la ultima tienda, donde la vendedora me saluda amablemente. Me cae realmente bien esta mujer.

"¡Hola Salty, vuelvo a verte! Déjame adivinar... Un charco." Me rasqué la cabeza con una pezuña junto a una risita nerviosa. "Tranquilo Salty, a todas nos ha pasado. Todavía recuerdo tu pedido, así que en seguida te lo preparo de nuevo. Un placer conocerte a ti también."

La mujer dio la vuelta metiéndose en la tienda a buscar las cosas. Eso ultimo que dijo me confundió... ¿A quién le estaba hablando?

"¿Por que le has dicho que te has caído a un charco? ¡La que se ha caído ha sido la cesta!"

Miré a mi derecha sorprendido. Una chica joven estaba de repente a mi derecha sujetando mi paraguas. Tenia el pelo corto y de color azul turquesa. Sus ropas igual, aunque la falda que no era ni corta ni larga era de un azul mas claro. Lo que mas me llamó la atención de ella, fueron sus ojos. ¡El izquierdo era rojo y el derecho azul; como mola!

"¿Quien eres tu?" le pregunté entre curioso y sorprendido de no haberla visto llegar.

"¿Yo? La dueña de este paraguas," dijo la chica con una sonrisa normalilla.

"¡Ooh, tu eres la que me lo has dejado! ¡Muchas gracias!" le dije con una sonrisa.

"De nada, aunque no entiendo porque te lo has llevado."

"¿Eh?"

"Te lo he dejado, pero no te he dicho que te lo llevaras."

Arqueé una ceja con aquella contestación. Supongo que tiene sentido lo que ha dicho.

"Emm... ¿Lo siento?" dije algo confuso.

"Me vale... ¡Eh! ¿Te vienes conmigo a asustar humanos? La verdad es que pareces un buen ser vivo," dijo con una alegría infantil. Cada vez estaba mas confuso.

"...¿Como que a asustar humanos?" pregunté con un tono inseguro.

"¡¿Eso es un si?!" me dijo.

"¡Aquí tienes, Salty!" dijo la vendedora.

Salí del lapsus y volví a centrarme en la vendedora. Esta metió los alimentos en la cesta y yo le pagué. Me despedí de ella y me puse la cesta en la boca. Miré a la chica del paraguas y... Ya no estaba. Solo estaba el paraguas flotando en el aire. Me quedé sin palabras... Y con la confusión en el aire, moví la pezuña y me puse el paraguas sobre mi cabeza. Tras esto, empecé a trotar hacia la mansión intentando asimilar todo lo ocurrido por el camino.

Hoy esta siendo un día muy~ raro...


"Al fin llegas Sal... ¿Que es ese paraguas?" me preguntó Meiling al llegar a la entrada de la mansión.

"Pues un paraguas," dije sin mas.

"Ya pero... Le sale una lengua," dijo Meiling algo sorprendida.

"¿Que mas da? Me lo han dado y yo lo acepto."

Tras eso, dejé el paraguas en el paragüero (Si, hay un paragüero a la izquierda de la entrada) y restregué mi cuerpo haciendo volar todo el agua guardada en mi pelaje. Meiling tuvo que cubrirse para que no se le cayera agua encima. Tras eso, me dirigí a la cocina. Tenía una sed horrible de tanto galopar y trotar. Al llegar allí, dos Hadas Asistenta me dieron la bienvenida y me sirvieron un vaso de agua. Tras eso me dejaron solo en el comedor (Que estaba al lado de la cocina) y tranquilamente bebí el vaso de agua junto al sonido de la lluvia penetrando por las ventanas. Me caían muy bien las hadas que contratamos hace poco; sin duda le daban una nueva vida a la mansión. Y se que esto es algo que he dicho, pero es que es cierto.

"¿Crees que esas hadas serán fáciles de asustar?"

Miré a mi izquierda sobresaltado. Ahí estaba otra vez, la chica del paraguas con el paraguas abierto en las manos. Esta vez casi me asusta.

"¡¿Pero que demonios haces aquí?! ¡¿Como has entrado?!" le pregunté un poco alarmado.

"Pues igual que tu, por la entrada."

"¡¿C-como lo has hecho?!"

"¿Por que estas tan dramático de repente?"

"¡Porque si me ven contigo van a pensar que te he dejado entrar! ¡¿Sabes la que me puede caer por eso?!"

"Vale vale, lo pillo... ¿Vamos a asustar algunas hadas?"

"¡NO!"

La chica retrocedió un poco con aquel grito, cambiando su cara a triste. Aquello me dolió; me había pasado.

"No tenias por que gritarme..." me dijo triste. Suspiré.

"M-mira lo siento... Pero no entiendo nada de lo que esta pasando. ¿Quien eres tu y por que me sigues de repente?" pregunté manteniendo la calma. Ella se puso a mirar la lluvia a través de la ventana.

Hay que ver lo que le gusta a la gente los planos dramáticos...

"Mi nombre es Kogasa Tatara. Soy una Youkai que ha crecido a partir de este paraguas. Aunque en realidad este paraguas es una Karakasa aquí donde lo ves."

Una Youkai... Ya me dijo Ojou-sama que terminaría conociendo una tarde o temprano... Aparte de Patchouli, claro. Y el paraguas es una Karakasa... ¡Oh si, ahora recuerdo! Patchouli explicó en una de sus clases que en Gensokyo existen los 'Karakasa', que son espíritus con forma de paraguas con un ojo y una boca de las cual les salen una enorme lengua. También suelen estar caracterizados por tener un pie en vez de un manillar, pero no es el caso de todos.

"Ya comprendo... ¿Y por que me sigues?" le dije ya mas tranquilo por mis dudas resueltas.

"Bueno..." Me miró. "Me pareciste un buen animal, y a mi me gustan los animales. Pensé que podríamos llevarnos bien y ser amigos."

Que raro... A mi me han enseñado que las Youkai son muy fieles a su naturaleza, por lo que suelen ser malvadas y egoístas. Sin embargo esta parece buena persona... Hmm... Suspiré. Últimamente no he parado de conocer gente, y eso no me gusta. Pero no es como si pudiera evitarlo... ¿No?

"Esta bien, supongo..."

"¿De verdad? ¡Yupi!"

Y el abrazo. Si, no he parado de tener situaciones como esta en estos últimos meses. No me gusta ni conocer gente ni los abrazos... Pero según Ojou-sama son cosas que necesito por mucho que no me guste... Y la verdad, no lo entiendo. ¿Por que tengo que conocer gente?

"¿En que piensas?" me dijo Kogasa mirándome con sus ojos bicolor. No me di cuenta que nos retiramos el abrazo hace un rato.

"Ah, nada... ¿Que quieres hacer?"

"¡Asustar hadas!"

"¿Por que te gusta tanto asustar?"

"No lo se... Es lo único que conozco que me hace reír."

Le hace reír asustar personas... Supongo que si es una Youkai después de todo. En fin, terminamos haciendo eso. Personalmente yo no lo veía gracioso, pero Kogasa se partía de la risa con cada susto que pegaba. Pobres hadas, lo que tienen que aguantar por mi culpa... Mientras todo esto ocurría, Ojou-sama me observaba desde su despacho. Patchouli estaba a su lado izquierdo y Marisa al derecho. Estaban usando una bola de cristal de Marisa para observarme.

"¡Nuestro pequeño poni crece cada día! ¡Ya ha hecho una amiguita!" dijo Marisa con alegría.

"Aun tiene mucho que aprender. Su moralidad y madurez no están bien definidas," dijo Remilia.

"Aun así tenemos avances," dijo Patchouli.

"No os confiéis. Todavía tiene mucho que aprender y asimilar... Además, lleva todo el día sin venir aquí. Debo castigarle."

"¿En serio vas a castigarle por un día?" preguntó Marisa.

"Y a ti también si pudiera."

Bueno... Al final del día me castigó. Aun así no fue gran cosa; solo me ordenó a dormir en el jardín con todo el frío del invierno y la humedad de la lluvia. Aun así conseguí dormir bien; hubo una chica con un paraguas que me hizo compañía y me resguardó de la lluvia.

Next Chapter: 14. Episodio 14 Estimated time remaining: 3 Hours, 29 Minutes
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