Login

Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil

by Dierita

Chapter 11: 11. Episodio 11

Previous Chapter Next Chapter

Episodio 11: La Caja.

La Barrera Hakurei; una fuerza indispensable para proteger a Gensokyo de las amenazas exteriores. Todo el mundo conoce esta barrera, pero la mayoría ignoran su valor. Gracias a esta barrera Gensokyo sigue siendo lo que es, y esperamos que esto sea así por mucho tiempo. Aun así, la barrera no es perfecta. Hay ocasiones en que la barrera deja penetrar en Gensokyo objetos extraños provenientes del espacio. Objetos abandonados y olvidados por las razas inteligentes que hayan ahí afuera. Por lo general son objetos inofensivos que terminan no captando la atención de nadie, por lo que siguen quedándose abandonados y olvidados en Gensokyo. Pero a veces estos objetos terminan en manos de algún ser de este mundo, haciendo que estos objetos vuelvan a tener valor e identidad. Esto es bueno por supuesto, siempre que la curiosidad no alcance limites excesivos.

Con todo esto, llegamos al día de hoy. Las hojas otoñales caen de los árboles. Estamos en mitad del Otoño, pero se nota que ya se acerca el invierno. Poco a poco esta haciendo mas frío, haciendo que la gente se abrigue mas. Aunque Reimu ignoraba a la gente. Ella era feliz en su reino, con su te calentito y sus orbes Ying-Yang que hacían de braseros. Su reino ha estado muy tranquilo desde que hizo las paces con la mascota de Remilia Scarlet. Incluso Marisa ha estado ausente últimamente. Tanta tranquilidad inquietaba a Reimu.

"Gensokyo no es famoso por ser un mundo tranquilo. Es cuestión de tiempo a que pase algo."

Reimu bebió otro sorbo de su té. Era té verde, su favorito. Nada le relajaba mas que el té y el sonido de los árboles azotados por el viento. Fue entonces cuando se acordó que tendría que barrer las hojas caídas tarde o temprano. Por supuesto que su pereza ganaba y terminaba por no hacer nada. Tampoco es algo que le preocupara mucho en ese momento. Tenia otras preocupaciones en mente... Sus pocas donaciones por ejemplo.

En ese momento, una sombra cuadrada se reflejó sobre la mesa donde Reimu estaba sentada. Reimu levantó la cabeza y vio una caja blanca sujeta a cuatro cosas extrañas de colores que flotaban en el aire. Reimu se levantó con curiosidad y cogió la caja con cuidado. Las cuatro cosas flotantes no se separaban de la caja. Reimu pudo observar que estas estaban unidas a la caja a través de hilos. ¿Quien ha hecho? ¿De donde viene?

"Esta caja..." Reimu cerró los ojos, sintiendo su aura. "Esta caja no es de Gensokyo... ¿La habrá traído la Barrera Hakurei?"

Reimu observó la caja con detenimiento. Una vez observada, decidió dar un paso mas y abrirla. No le costó nada abrirla, y se llevó una sorpresa al ver la cantidad de cosas que habían dentro. Aun así no quiso tocar nada, solo observaba. De entre todas las cosas, hubo algo que captó su atención. Era una hoja de textura extraña con un dibujo muy realista dibujado. El dibujo eran dos humanos jóvenes de ropas raras abrazados y sonriendo. Reimu le dio la vuelta a la pequeña hoja, y vio que había algo escrito.

'Seas humano o animal, tu siempre serás mi pequeñín. Gracias por todo lo que me has dado. Te quiero.'

Reimu vio una firma, pero le costo leer el nombre. Aun así, lo intento con ganas.

"Veamos... Em... Ily... At... Ry... Ros... El... Uck... Creo que ya lo tengo... Emily Atry Roseluck... Jej, vaya nombre."

Reimu volvió a mirar al dibujo. Se fijo en los detalles del fondo. Estaba realmente bien dibujado; Reimu estaba sorprendida. No cabe duda de que hay gente muy talentosa fuera de Gensokyo.

"Un momento... ¿Que es esto del fondo? Parece un animal que camina a cuatro patas... Espera un segundo..."

Los ojos de Reimu se agrandaron. Ella ya ha visto a esta especie de animal antes.


La Mansión Scarlet Devil; un lugar aislado y por lo general tranquilo. La familia que vivía en esta mansión aumentó de miembros hace una semana, dando comienzo a un nuevo mundo. El rendimiento en la mansión ha mejorado mucho, y ahora hay mucha mas vida allí. No parecerá gran cosa, pero se nota mu~cho la diferencia entre el antes y el ahora. Así que bueno, todo bien en la mansión... Bueno, en realidad queda una ultima cosa.

"¡NO!" dijo Sakuya muy cabreada.

Ojou-sama y Yo suspiramos. Sabíamos que no iba a gustarle la idea.

"Sakuya, necesitas un tiempo para centrarte en ti misma y reflexionar sobre tus sentimientos. Ya hemos tenido varios problemas por tus descontroles emocionales," dijo Ojou-sama.

"Milady, yo no necesito un día libre."

"Si lo necesitas."

"¡No lo necesito!"

"¡Que si!"

"¡Que no!"

"¡Si!"

"¡No!"

"¡SI!"

"¡NO!"

Remilia se levantó del trono de golpe. Sakuya dio un paso atrás asustada ante aquello. Incluso a mi se me agrandaron los ojos cuando hizo eso. Aun así, su cara seguía siendo la de siempre. Algo me dice que Ojou-sama se esta tragando su furia.

"Sakuya Izayoi... ¿Quien es tu jefa aquí?"

Oh dios...

"U-usted, M-milady..." dijo Sakuya temiendo por su vida.

OH DIOS...

"Muy bien..." Sakuya y yo nos miramos. Mis orejas estaban retrocedidas. "Como tu superior, te ordeno que tomes un día libre. Y si no me obedeces..."

Remilia se relamió los colmillos muy abiertamente. Sakuya tragó saliva, temblando y sudando. Yo la miraba rogándola con los ojos que obedeciera a Remilia. Esta me miraba de reojo con miedo. Jamás habíamos estado tan conectados como en ese momento.

"Aaahh, sangre con adrenalina... No me tientes a probar tu sangre Sakuya. Que esto no se vuelva a repetir." Remilia se sentó en el trono con calma. "Ahora largo de aquí. Y que no te vea por aquí en tu día libre."

Sakuya dio la vuelta y se largó del despacho aliviando. Ya fuera, miré al suelo y cerré los ojos. Respiré fuerte, soltando el aire que me estaba conteniendo. Remilia se volvió a sentar en su trono, intentando calmarse.

"Siento que hayas tenido que presenciar esto," dijo Ojou-sama mirándome.

"No pasa nada... Debería estar acostumbrado a esto," dije tapándome los ojos con una pezuña.

"Nadie se acostumbra a la adrenalina, por muchos años que pasen," me dijo haciendo lo mismo que yo.

"Oiga Ojou-sama... ¿Usted jamás haría... eso... cierto?"

"¿A Sakuya? No, jamás. Pero a veces tengo que mostrar los colmillos para que me hagan caso... Aunque luego al final sea yo la mala."

La comprendí. Me pasó algo parecido en el pasado, cuando mi vida no se basaba en el azul. Me acerqué a Ojou-sama y puse mi cabeza sobre su regazo. Esta sonrió y me acarició la cabeza.

"Eres como un niño pequeño... Me mimas demasiado," me dijo Ojou-sama.

"Solo hago mi trabajo," le dije sonriendo.

"Buena mascota."

Estuvimos así un rato. En ese momento, yo era de verdad su mascota y ella mi ama. Ella me acariciaba sintiendo mi cariño, y yo dejaba que me acariciase para sentir su tensión desaparecer. Ese es el trabajo de una mascota después de todo. Cerré los ojos. Me sentía bien... Y confiaba en que Ojou-sama también. Aunque no duro mucho, ya que tocaron a la puerta. Iba a quitar mi cabeza pero Ojou-sama me puse la mano en el cuello empujando un poco hacia abajo, dándome a pensar que no quería que me fuera.

"¿Milady? Reimu Hakurei esta aquí," dijo Sakuya desde el otro lado de la puerta.

"Que pase."

La puerta se abrió y entró Reimu. Tenía una caja blanca en las manos. Hizo una reverencia y dejo la caja sobre el escritorio.

"¿Que es esto?" preguntó Ojou-sama.

"Una caja," dijo Reimu.

"¿Y por que me traes esto?"

"Esta caja ha llegado volando a mi reino. Creo que lo ha traído la Barrera Hakurei. Dentro hay un dibujo donde aparece lo que creo que es un poni."

Mis ojos se abrieron y levanté la cabeza para mirar a la caja. La caja era bastante normal, no le veía nada de raro.

"Muéstranoslo."

Reimu abrió la caja y sacó la foto. Remilia la cogió y ambos la miramos.

Mi corazón se detuvo...
Mis ojos se agrandaron...
Mi respiración se cortó...
Dejé de oír nada...
Dejé de ver nada...

"¡Salty!"

Reimu corrió hacia mi al verme desmayarme. Remilia se quedó mirando a la foto. Le dio la vuelta a la foto, y leyó la dedicatoria y el nombre que estaba escrito.

"Este nombre..." dijo Remilia. Reimu la miraba incrédula.

"¡Oye, tu mascota se ha desmayado!"

"Se recuperará... Ahora mismo estoy descubriendo el por que se ha desmayado."

"...¿Por que se ha desmayado?"

"Este nombre... Es de alguien que Salty conoce."

"¿Es ese poni que sale en el fondo?" dijo Reimu.

"No, no se quien es ese. Es la humana que sale en la foto."

"¿La humana? ¿De que conoce Salty a esa humana?"

"Eso es información confidencial."

"¿Como? ¡¿Me vas a dejar con la incógnita?!"

"Si. Ahora vete si no te importa."

Se produjo el silencio. No habían mas palabras que compartir. Reimu estaba seria, pero no porque Remilia la había echado.

El destino es caprichoso...


Desperté muy lentamente. Mis sentidos se despertaban poco a poco. Me sentía como si hubiera dormido horas, y al mismo tiempo como si no hubiera dormido bien. Me froté los ojos con las pezuñas y miré a mi alrededor. Estaba oscuro; un candelabro como única iluminación sobre una mesita de noche que había a mi derecha. Seguramente sería de noche.

Espera... ¿Por que estoy acostado en una cama?

Me incorporé un poco para ver donde estaba. Este cuarto no es el de Ojou-sama... Diría que es uno de los de invitados ya que estaba bastante vacío, ¿Pero por que estoy aquí? ¿No estaba con Ojou-sama atendiendo una visita de Reimu? ¿Por que de repente estoy aquí?Espera... Reimu trajo una caja. Miré alrededor del cuarto, pero no vi nada. Probablemente Ojou-sama se quedó con la caja. Me quedé cabizbajo. Estaba confuso; quería entender que había ocurrido. Fue entonces cuando alguien abrió la puerta y yo miré fugazmente a esta por acto reflejo.

"Buenas noches Ao-shin."

Sakuya entró en el cuarto con una jarra transparente llena de agua en la mano derecha. La saludé con una pezuña. Esta cerró la puerta y se acercó a mi. Me acercó la jarra sin decir nada y mandándome su mirada de seriedad. Bebí un poco de agua de la jarra agradeciéndole el ofrecimiento. Tras esto, Sakuya dejó la jarra en la mesita y se sentó en la cama haciéndome compañía.

"Esto es raro de ti," le dije algo sorprendido de que estuviera conmigo.

"Ordenes son ordenes," dijo Sakuya sin mas.

"Ya... Sakuya, ¿puedes explicarme que me ha pasado? ¿Por que estoy aquí?" le pregunté con algo de impaciencia.

"Milady abrió la caja y tu te desmayaste. Ese es el resumen," respondió Sakuya.

"La caja..." dije cabizbajo. Sakuya me miraba de reojo.

"La quieres, ¿Verdad?" me dijo ella.

"Si... Tengo que abrirla," dije decidido.

"Adelante."

Sakuya tenía la caja en las manos. Juraría que antes no la tenía, pero es fácil imaginarse que ha hecho. Me quedé mirando a la caja, indeciso... ¿Será buena idea abrirla? Entonces miré de reojo a Sakuya. Esta lo notó y me miró igual.

"Sakuya, tu no confías en mi, ¿cierto?"

Aquella pregunta la pilló desprevenida. Su expresión facial cambió de seria a dubitativa. Pasaron los segundos sin recibir una respuesta suya.

"Lo tomare por un no. Ya que no confías en mi, te contaré cosas de mi vida pasada."

Sakuya me miró algo sorprendida. Acababa de decir algo muy inverso, pero lo que le sorprendió fue otra cosa.

"¿Me estas diciendo que vas a contarme información confidencial tuya?" me preguntó Sakuya.

"Si, dependiendo de lo que haya aquí dentro," le dije. Sakuya pegó un suspiro.

"No te entiendo... ¿Por que me sigues dando una confianza tan absurda y que yo no te doy?"

"Porque tu no quieres que confíe en ti," dije con algo de tristeza. Sakuya no entendía nada.

"Me estas confundiendo..."

"Da igual Sakuya. Yo te quiero y confío en ti, te guste o no. Y por eso hoy quiero confiarte mi pasado."

Sakuya no dijo nada mas, simplemente asintió con la cabeza. Sakuya no sabía que pensar ni que decir, así que se limitó a observar y escucharme. Tras esto, miré a la caja y la abrí. Se me agrandaron los ojos por un segundo, pero nada mas. La caja estaba llena de cosas... Cosas que reconozco. Cogí la famosa foto y la miré. Sakuya la miraba desde mi lado izquierdo, que era donde estaba sentada.

"¿Conoces a esos dos humanos?" me preguntó Sakuya.

"Somos Yo y mi Ex-novia."

El cerebro de Sakuya no fue capaz de procesar aquella información. Sus ojos parecían globos en ese momento, y su boca se abría poco a poco de la impresión.

"¡¿Q-que acabas de decir?!"

"No lo voy a repetir."

Sakuya recuperó de golpe su compostura tras unos segundos de asombro total. Me colocó una mano en el cuello a modo de apoyo moral.

"Entonces es verdad... Eres un humano transformado en animal," dijo Sakuya, asustándose de ver la mirada asesina que le eché.

"No - soy - humano." dije lenta y claramente.

"¿P-pero entonces como...?"

Sakuya no pudo evitar aspirar aire y llevarse una mano a la boca. Estaba empezando a atar los cabos que llevaban sueltos desde que me conoció. Yo miraba su reacción con curiosidad de saber sus teorías.

"Ella esta muerta. Esta caja la hice en su honor poco después de que muriera, y la lancé al aire. Me sorprende que haya llegado a Gensokyo," dije mirando a la caja de nuevo. Se produjeron unos segundos de silencio.

"Tu también has perdido a un ser querido... Parece que te he infravalorado... Lo siento mucho," dijo Sakuya con honestidad.

"No va a volver," dije dándole la vuelta a la foto. Sakuya pegó un suspiro. Comprendió esa reacción por mi parte.

"Mejor así... Eres un humano muy feo. Eres mas mono de poni."

La miré de reojo y ambos sonreímos. Sakuya y su sentido del humor.

"En esta foto no se ve, pero tengo un collar puesto. Ese collar me permitía ser humano mientras lo llevara puesto. Fue una invención única de mi madre; lo llamaba el Collar Realista."

Sakuya tardó un poco en responder. Le estaba costando procesar la información y atar todos los cabos.

"Ahora todo tiene sentido..."

"Esto no es nada..."

"Siento preguntarlo, pero... ¿Como se llamaba?"

"¿Ella? Emily. Esta su nombre y su dedicatoria detrás de la foto." Sakuya cogió la foto y lo leyó todo.

"Que bonito... Se nota que erais felices."

Me miró al decir eso, solo para ver una cara seria que ocultaba sufrimiento. Sakuya dejó la foto y me dio un abrazo en el cuello. Se lo devolví con gusto.

"¿Sabes, Salty?"

"¿Que?"

"Yo a veces también me siento sola."

Cerré los ojos. Nos duró el abrazo un buen rato. Nuestro primer abrazo honesto... Me sentía bien.

"Bueno ya esta, no te acostumbres," dijo Sakuya retirándome el abrazo.

"Jeje..."

Empecé a coger otras cosas que habían en la caja tras el abrazo. La mayoría eran cosas que pertenecían a Emily. Incluso estaba su querida pistola mágica (No preguntéis). Todas esas cosas me llenaban de recuerdos y nostalgia. Terminé metiéndolo todo de nuevo en la caja y cerrándola. ¿Que haría con ella ahora?

"La Barrera Hakurei te ha enviado hoy un mensaje," dijo Sakuya de la nada. La miré con curiosidad.

"¿Un mensaje?"

"Si. Que Emily siempre volverá contigo. Por muy lejos que estés."

Aquello no me animó para nada. Volví a mirar a la caja. Quería deshacerme de ella, no quería saber nada de ella nunca mas... ¿Pero de verdad es lo correcto hacer eso?

"Deberías dormir y descansar de esto. Milady sabrá que hacer con la caja," me dijo Sakuya cogiendo la caja.

Asentí y me acosté en la cama. Sakuya se fue del cuarto, mirándome de reojo una ultima vez antes de irse. En cuanto a mi, no sabía si iba a poder dormir. Conozco a mi cerebro; no me va a dejar en paz tan fácilmente después de lo de hoy.

Aunque por la parte buena, creo que Sakuya ya no me odia... ¡Yay!


Reimu barría la entrada de su reino, invadida por las hojas muertas otoñales. No era el trabajo mas divertido del mundo, pero es su deber como sacerdotisa limpiar su reino. Al menos eso le ayudaba a pasar el tiempo y no pensar mucho en nada. Hoy había visto muchas cosas por las cuales podría estar estrujándose la cabeza, pero no quería. Reimu tenía sus problemas y los demás los suyos, no tiene porque meterse en la vida de nadie. No como otros que ella conocía... Por alguna razón, Marisa siempre se le viene a la cabeza cuando piensa en eso.

Mientras tanto, un extraño y pequeño portal se abría detrás de ella. El otro lado del portal era de nubes rojas intimidantes y ojos rojos por todas partes que parecían imágenes plasmadas. Del portal, salió la cabeza y brazos de una mujer rubia y elegante. Esta miraba a Reimu viéndola barrer. Por alguna razón, lo encontraba divertido.

"Te he dicho muchas veces que no hagas eso," dijo Reimu sin dejar barrer.

"¿Que ha sido de los tiempos en que tu no te lo esperabas y te cagabas del susto?" dijo la mujer mientras reía.

"Las cosas cambian Yukari."

"¿A mi me lo vas a decir?"

Se produjo un breve silencio. Yukari empezaba a aburrirse.

"¿Que te ocurre Reimu? Estas mas apagada que de costumbre," dijo Yukari sin dejar de sonreír picaronamente. Reimu suspiró.

"La barrera se debilita cada día mas," dijo Reimu dejando de barrer. Aquella noticia cambió la cara de Yukari.

"Últimamente no han parado de pasar cosas extrañas por Gensokyo. Y ahora esto... ¿Es un mal presagio?"

"No lo se... Pero tengo miedo..." Reimu se giró y miró a Yukari. "¿Que haría mi padre en esta situación?"

"Difícil es saberlo... Aun así no debes preocuparte por ahora. Por ahora todo esta bien."

"Yo no soy tan ignorante como tu Yukari,"

"¡Ogh Reimu, siempre insultándome!" dijo Yukari sonriendo juguetonamente.

"Hay galletas dentro. Cogelas si quieres y vete," dijo Reimu girándose y continuando su trabajo.

"Esta es la Reimu que yo conozco. Mucho mejor."

Yukari desapareció tras esto junto a su portal. Reimu se detuvo de nuevo y suspiró cerrando los ojos. La conciencia de Reimu no estaba tranquila, ni iba a estarlo en probablemente un buen tiempo.

Padre... ¿Que debería hacer?

Next Chapter: 12. Episodio 12 Estimated time remaining: 3 Hours, 51 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch