El Conde de Monte Caos
Chapter 4: Otros ocultan secretos
Previous Chapter Next ChapterHola de nuevo, perdón si me tardo. Digamos, esta no es mi historia más popular, aunque me gusta el contexto. Pero la terminaré, Pinkie Promesa.
Otra cosa, me equivoqué en el otro capítulo. Maud no tiene el papel de Herminie Danglars, ese papel le corresponde a Marble.
Continuemos…
En la elegante casa de Celestia y Luna, en una gran habitación, la joven alicornio cepillaba su melena multicolor, mientras repasaba las lecciones de un libro. Pero no podía prestar atención de las palabras, pues su mente solo imaginaba escenas de su futuro con Discord, formando una familia con él, pasar el resto de sus días a su lado.
-Lo amo tanto- pensó, acariciando el anillo de su cuerno.
Alguien toco su puerta.
-Adelante- contesto Celestia.
Su hermana Luna entró. Vestía su camisón de dormir.
-¿Aún despierta, hermana?- pregunto Luna.
-No puedo dormir, hermanita. Sigo muy emocionada- respondio Celestia.
-Duerme un poco o te saldrán ojeras bajo esos bellos ojos violeta que tienes- rio Luna, sentándose en su cama.
-Lo intentaré. Mi boda es pasado mañana, pero ese tiempo me parece una eternidad. No puedo esperar más- dijo Celestia, sentándose a su lado.
-A ti te parecen una eternidad, pero para mí es poco tiempo para organizar todo. Afortunadamente, el banquete, la decoración, la lista de invitados, y los trajes ya están listos- dijo Luna- Miss Pinkie logra organizar los mejores eventos.
-Parece que le tienes mucha estima a esa señorita. Invítala a tomar el té algún día- sugirió Celestia.
-Le invite a algo mejor, Tia. Ella cantará en tu boda- dijo Luna.
-Eso es espléndido. Necesitamos alguien que cante- dijo Celestia- aunque ya había pensado en alguien.
-¿En quién?- pregunto Luna.
-Ya sabes… Ravena- susurró Celestia, como si tuviera miedo de que la oyeran.
-¿Ella?- pregunto Luna- No creo que sea muy buena idea, hermana. Juró no volver a poner un casco dentro de la casa mientras viva.
-Siento lástima por el primo Sombra. Él le tenía tanto afecto- suspiro Celestia.
-Es una yegua obstinada. Decidió vivir su vida a su manera- dijo Luna- le ofrecimos muchas oportunidades, pero ella las rechazó diciendo que no quería depender de nadie.
-Me pregunto de donde saco tanto orgullo- dijo Celestia.
-Por supuesto que del padre de Sombra, nuestro tío. Lo único que llegue a saber de su madre, es que fue una ágil y talentosa cantante y bailarina de todos los cabarets de Canterlot. Una yegua decente y muy amable, pero de pobre posición. Apenas pudo mantener a Ravena cuando nació- suspiro Luna.
-Nuestro tío siempre tuvo debilidades por las yeguas hermosas. Pero esa señorita no era como las demás- dijo Celestia- pobrecita Ravena. Aunque no lo quiera, yo la voy a ayudar, lo quiera o no.
-Sombra me conto que le va muy bien cantando en el "Potro Alegre". Sus actuaciones son todas las noches y le dan lo suficiente para comer y pagar su hospedaje- dijo Luna- pero no pienses más en ella, hermanita. Solo piensa en tu boda y en lo linda que te verás.
-Gracias hermana- dijo Celestia- y tienes razón, debo pensar solo en mi boda y en Discord. Awwwww, sobre todo en él. Aún recuerdo como lo conocí.
-Todos sabemos esa historia. Te perdiste en el puerto y él te ayudó a encontrar el camino. Lo invitaste a almorzar y empezaron a salir por tres años- dijo Luna, como diciéndolo de memoria.
-Y me propuso matrimonio, antes de salir a su primer viaje de comercio. Con el duro trabajo que hace, lo están ascendiendo poco a poco. Pero cuando nos casemos, el no tendrá que preocuparse por dinero y viviremos felices juntos- dijo Celestia, soñadora.
-A veces pienso que se enamoraron muy rápido ¿Estas segura de saber todo sobre él?- pregunto Luna.
-Por supuesto, hermana. Es huérfano de nacimiento, pero me contó que una familiar muy lejana, llamada Escila lo crio por un tiempo, pues luego se alisto al ejército y se fue al extranjero. Discord se cuido solo, hasta encontrar un buen trabajo- dijo Celestia.
-¿Eso es todo?- pregunto Luna.
-Pues sí. Hasta conocerme no tiene nada más que contar- dijo Celestia.
-Bueno, todo por mi linda hermana mayor- sonrió Luna.
Ambas se abrazan. En ese momento, tocan la puerta.
-Adelante- dice Celestia.
Suri Polomare entra respetuosamente.
-Siento molestarlas, mis señoras- dijo Suri- pero era urgente. Es una carta de su madre.
Les extiende un papel, Luna lo levita con su magia y empieza a leerlo con el ceño fruncido. Con otra reverencia, Suri se retira.
-¿Qué dice?- pregunto Celestia.
-Dice que sus negocios en Manehattan le van bien, pero siente mucho que no podrá venir a la boda- refunfuño Luna.
-Sabes que el trabajo de nuestra madre es así. Es muy pesado y ocupa mucho de su tiempo- dijo Celestia, comprensiva.
-¿Ah sí? ¿Entonces, esa es la razón de que se halla perdido nuestros cumpleaños, nuestras actuaciones en la escuela, nuestras graduaciones. Y ahora tu boda. No me sorprendería de que se halla olvidado de nuestras caras- gruño Luna.
-¡Luna! ¡Cálmate!- pidió Celestia.
-¡Es la verdad hermana!- exclamo Luna- ¡Nuestra supuesta madre ya no compartirá otra celebración especial con nosotras! ¡Solo le interesan sus negocios!
-¡Sin esos negocios no disfrutaríamos de estas comodidades!- respondio Celestia.
-¡Preferiría ser pobre y vivir en una casita con tal de pasar el tiempo con mi madre!- respondio Luna.
Mientras ambas discutían, Sombra había llegado a la casa. Suri le recogió su abrigo, mientras él escuchaba sorprendido las fuertes voces de la discusión.
-¿Qué ocurre?- pregunto, mirando la habitación del segundo piso.
-Sus primas en una discusión, señor- respondio Suri, colgando su abrigo.
-Creo que debo ir a intervenir- dijo Sombra, subiendo las escaleras.
Mientras las subía, Suri lo miro suspirando y pensó:
-Siempre tan atento. Sería mejor partido para mi señora Celestia que ese tal Discord.
Sombra, afuera de la habitación, toco la puerta. Luna salió de la puerta furiosa, mientras desde dentro se escuchaban los sollozos de Celestia.
-¿Prima?- pregunto Sombra, al interior de la habitación.
-No es nada, primo- suspiro Celestia, secándose las lágrimas.
-¿Luna te hizo llorar de nuevo?- pregunto, sentándose al borde de su cama.
-Mmm, bueno… sí- dijo Celestia- nos enviaron una carta de nuestra madre y ella, se enojó.
-Si es una carta de mi tía, es seguro que ella se enfadará- dijo Sombra- hace mucho tiempo que no esta en Canterlot.
-Viaja muy a menudo. Trate de explicarle que sus viajes de trabajo son muy importantes para tener nuestro buen estilo de vida y ella contesto que preferiría una vida sencilla, si tan solo estuviera con mamá- dijo Celestia.
Al escuchar la palabra "sencillo", Sombra casi sintió una presión en el estómago. No le gustaba oír ese tipo de palabras.
-Pero que tonterías, primita- dijo, altanero- ¿Cómo Luna podría elegir una vida… sencilla en vez de una con las riquezas de una reina?
-Aunque debo admitir que estoy de acuerdo un poco- dijo Celestia- no me importaría tener una vida en el campo, en una casa pequeña y modesta, pero con toda mi familia a mi lado.
-Oh, no no no no, querida Tia- dijo Sombra, moviendo la cabeza de lado a lado- nuestra familia ha heredado esta mansión y estas riquezas por muchas generaciones. Ahora pertenece a Luna y a ti…
-Y muy pronto le pertenecerá a Discord- sonrio Celestia.
-Eh… sí… claro. A Discord, mi futuro primo- dijo Sombra, parpadeando nerviosamente- no quiero que llores más y solo piensa en tu linda boda pasado mañana, primita.
-Gracias Sombra- sonrio Celestia, abrazándolo- me alegra que siempre estés para hacerme sentir mejor.
-Eres importante para mí, Tia. De eso no lo dudes- dijo Sombra, acariciando su melena multicolor.
Se despidieron y Sombra salió de su habitación.
-Eres importante para mí, primita. Y por eso te quiero para mí- pensó, sonriendo malignamente.
Luna se había acostado también. La única despierta era Suri, la criada.
-Suri…- llamo Sombra.
-¿Sí, señor?- respondio Suri, apareciendo.
-Voy a salir un rato- dijo Sombra, poniéndose el abrigo- pero antes, ve y tráeme el vestido más elegante y fino que encuentres.
Suri obedeció. Llego con un vestido violeta y lila.
-Este es el único vestido decente que las señoritas jamás extrañarían- dijo, entregándoselo a Sombra.
-Esta bien- opino él, guardándolo en su abrigo- otra cosa. Dime Suri ¿Qué opinas del prometido de mi prima?
Suri se quedo callada, pero luego dijo:
-Sinceramente, señor, no me parece que ese tal Discord le convenga a la señorita Celestia. Ella merece alguien más apuesto, elegante y con buenos gustes como usted.
-¿Y si… por alguna razón… yo pudiera llegar a casarme con Celestia?- pregunto Sombra.
-¡Oh, qué más quisiera yo! ¡En todo mi tiempo de servicio he rogado para que pasara eso!- exclamo Suri.
-¿Entonces… estas dispuesta a estar de mi parte en todo?
-¡Por supuesto, señor! ¡Por supuesto!
-Bien, escucha con atención. El día de la boda quiero que retrases el inicio lo más que puedas. No permitas que uno de los dos diga acepto ¿Entiendes?
-Eso suena muy simple.
-Haz lo que digo y saldrás recompensada.
Sombra hizo aparecer una bolsita con monedas de oro dentro que sonaron como un cascabel.
-Y esto es solo el comienzo. Pero ni una sola palabra a nadie ¿Correcto?- dijo.
-Tiene toda mi lealtad, señor- sonrio Suri, acariciando las monedas.
-Eso me gusta. Ya regreso, ve a dormir- dijo Sombra, abriendo la puerta y desapareciendo en la noche.
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Para estar en uno de los barrios más miserables de todo Canterlot, el "Potro Alegre" era frecuentado incluso por ponies de alta sociedad. Solo corceles, claro. Aunque no importaba su edad, aspecto o estado civil mientras tuvieras monedas con que pagar.
Era un lugar algo iluminado, con un pequeño bar y muchas mesas. Un gran escenario con reflectores estaba en el centro. Algunos clientes bebían y conversaban, otros jugaban cartas y apostaban, mientras estaban rodeados de las atractivas yeguas bailarinas.
Algunos corceles saludaron a Sombra, pues era bien conocido en aquel bar. Unas yeguas terrestres, que parecían gemelas, se acercaron al oscuro unicornio.
-Señor Sombra, que gusto verlo de nuevo- dijo una de ellas, que tenía la melena rosa, la piel azul agua y una cutie mark de flor de loto que se notaba por su vestido exageradamente corto.
-Sí, ya lo extrañábamos- sonrio la otra, muy coqueta. Sus colores eran iguales los de la otra, solo que invertidos, melena azul y piel rosa. Su cutie mark también era una flor de loto.
-Señoritas, yo también las eché de menos. Pero, lamentablemente, esta noche no tengo tiempo para nuestros… "paseos"- sonrio Sombra- vine a ver a Ravena ¿Esta aquí?
-Pronto saldrá a actuar- dijo la primera- pero que lástima señor, que usted no podrá acompañarnos esta noche.
-Esperaremos- dijo la otra. Las dos ponies se fueron.
Sombra se sentó en una mesa solitaria, cerca del escenario vacío. Pidió algo para beber y se dedico a esperar.
Un presentador pegaso apareció en el escenario. Tenia puesto un chillón y horrible traje de gala, para el gusto de Sombra. Se acerco al micrófono y pidió la atención de todos. Cada pony, especialmente los corceles, se quedaron silenciosos y expectantes.
-Damas y caballos, finalmente la hora que han estado esperando pacientemente, la actuación más importante de toda. Es un gran honor presentarles a la joya más hermosa del "Potro Alegre",… la señorita Ravena- presento el pegaso, saliendo del escenario.
Los corceles aplaudieron estruendosamente, silbando y clamando por ver a la yegua. Las otras yeguas presentes fruncieron un poco el ceño al ver que una sola yegua se robaba toda la atención.
El ruido se detuvo cuando cada corcel se quedo sin aliento al ver aparecer a Ravena. Era la unicornio más hermosa de aquel lugar. Su melena azabache estaba recogida en un moño alto con muchas plumas rojo vino. Un sencillo vestido del mismo color, cubría su piel violeta. Sus ojos azules no estaban maquillados, pero su mirada profunda seducía sin proponérselo.
Se acerco al micrófono y se aclaro la voz. Con un saxofón, un pony inicio un solo.
Ravena canto, mientras paseaba bailando con leves movimientos de cintura y hombros:
"Espero aquel día
para poderme liberar.
De aquellas cadenas
que me impiden volar.
Sin embargo no puedo
irme así y nada más.
Antes los sueños que protejo,
quiero cumplirlos hoy.
Hundida en la oscuridad,
prisionera de mi soledad.
Pero me levanto,
y un paso doy.
No temo luchar,
pues fuerte soy.
Yo sé dónde estoy,
pero pronto diré: "Me voy".
No quiero… nada lujoso,
solo vivir en paz.
Muchas propuestas,
me ofrecen sin fin.
Creen que soy ingenua,
o que desesperada estoy.
Si me desean, pues por ellos esta bien,
pero que quede claro, no me interesan, no.
La vida de aquí, me tiene atada,
pensará cualquiera, que no tengo nada.
No es así, puedo sobrevivir,
pues con poco aprendí a resistir.
Yo sé dónde estoy,
pero pronto diré: "Me voy".
No quiero nada lujoso,
solo vivir en paz.
Sé mi origen, de quién nací,
dicen que hay linaje en mí.
Para mí, eso no importa,
ni padre ni madre se ocupo de mí.
No me preocupo en un marido buscar,
no necesito a alguien para estar.
No me quieren de verdad,
solo buscan yeguas para jugar.
Yo sé dónde estoy,
pero pronto diré: "Me voy".
No quiero nada lujoso,
solo vivir en paz.
(Repetición de esta última estrofa)
Ravena acabo su canción y dio una reverencia.
Los corceles aplaudieron con ganas. Otros silbaron coquetamente y lanzaron a los cascos de Ravena una que otra monedita de oro, que ella recogió rápidamente y guardo en un bolsillo. Con una reverencia, abandono el escenario.
Sombra termino su bebida, se levanto de su asiento y la siguió.
Ella entro a una especie de camerino, bastante estrecho, que olía a guardado y polvo. Sombra toco la puerta.
-¿Sí?- contesto una voz aburrida- Advierto que no estoy dispuesta para salir a una cita, ni ser una amante pagada, ni cantar de nuevo, ni dar shows privados.
-Tranquila Ravie, soy yo- rio Sombra.
La puerta del camerino se abrió un poco, revelando el rostro de la yegua, quien al ver a Sombra, resoplo con fastidio. Se había desarmado el moño con plumas y la melena le caía deliciosamente por los hombros.
-Ah, eres tú- dijo- ¿Y ahora qué quieres?
-¿No invitas a tu hermano a pasar?- pregunto Sombra. Antes de que ella le respondiera, él mismo empujo la puerta y entro sin más. El camerino de Ravena era muy pequeño, apenas alcanzaba la vieja cama, un diminuto armario que usaba de tocador y una minúscula mesa que tenía encima dos botellas, tres tazas agrietadas y dos platos.
-Te traje un regalo- dijo el unicornio, sacando el vestido de su abrigo y lanzándolo sobre la cama.
-Que suerte. Mi vestido ya se estaba cayendo a pedazos- dijo Ravena, guardándolo en el armario- ¿Quieres beber algo?
-¿Qué tienes?- pregunto Sombra, mirando las botellas.
-Sidra barata- dijo Ravena, tomando una botella- lo gane en un juego de cartas.
-En ese caso, no quiero- dijo Sombra, sentándose en la cama.
Ravena se sirvió en una de las tazas y se sentó al lado de su hermano.
-Aún no me haz dicho que es lo que quieres- dijo, secamente y dando un sorbo.
-Para avisarte de que muy pronto dejarás este horroroso lugar y vivirás rodeada de las riquezas de una princesa que tanto mereces, hermanita- sonrio Sombra.
-¿Quieres decir qué…- pregunto Ravena.
-Así es, Ravie. Mi plan maestro se cumplirá muy pronto. Celestia será mía, así como sus riquezas que compartiré contigo- dijo Sombra.
-Oh ¿Quién lo diría? Esperaba que fracasaras- se burlo Ravena.
-Tú siempre tan desconfiada. No confías en nadie, ni siquiera en tu propio hermano.
-La vida me enseño a no confiar en nadie y que solo los fuertes y poderosos sobreviven. Y aunque tengamos la misma sangre, somos totalmente diferentes. Tú prefieres las comodidades de Celestia y los lujos excesivos y costosos. Yo… acepto que tengo una vida dura, con un trabajo que las yeguas de clase alta clasifican de indecente, pero mantengo la voluntad firme y vivo tranquila con eso. Algún día mejorará mi situación, no será hoy ni mañana, pero será pronto.
-Mejor dicho, será pasado mañana: la boda de nuestra primita.
-¿Qué es esa obsesión con Celestia? ¿No que tienes muchas yeguas detrás de ti?
-Son solo romances pasajeros, Celestia es el paquete completo. Belleza, elegancia, inteligencia… dinero.
-No amas a Celestia, amas su dinero.
-Si la hago mi esposa, salvaré nuestro linaje. Ese draconequus no será parte de nuestra familia.
-Yo tampoco pertenezco a la familia. Soy hija de una desconocida ¿Recuerdas?
-Sino quieres ser parte de esto ¿Al menos podrías hacerme un último favor, antes de irme?
-¿Qué quieres?
-Guárdame este secreto sobre mi plan. Como una lealtad entre hermanos.
Ravena carraspeo.
-Tu plan no es mi problema, Sombra- dijo, sin mirarlo.
-Tomaré eso como un sí. Gracias Ravie, mi princesa- sonrio Sombra.
Sombra salió del camerino, muy orgulloso. Ravena lo miro enojada.
-No prometo nada… hermano- susurró.
Saco el vestido nuevo del armario. Se lo puso y se examino por todos lados, girando en círculos.
-Mmm, aunque parece que acertaste con el color. Gracias, supongo- dijo, sonriendo un poco.
NOTA DE LA AUTORA:
Espero que les halla gustado.
El próximo capítulo será la boda fallida… y el fin de Dislestia.
No pondré quien es la madre de Celestia y Luna, no es importante.
Mi OC, Ravena Sardonyx Blaze, solo llamada Ravena, media hermana de Sombra.
El ritmo de su canción es de "You Know I'm No Good" de Amy Winehouse.
Hasta el próximo capítulo.