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My Little Pony: Sin Fronteras Acto 1 - La gema del espejo

by Gamerlan

Chapter 9: La carta bajo el casco

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NOTAS DEL AUTOR #9

Hola a todos, queridos lectores. Os doy las gracias por acompañarme en esta aventura una vez mas y espero que este siendo todo de vuestro agrado. Si por el contrario eres nuevo, que tal si viajamos al capitulo 1 para enterarnos de todo? Lo agradeceras. :)

Bueno, el capitulo 8 nos presento una situacion bastante diferente, ¿verdad? Herbal intentando hacer cosas que no puede, una familia un poco loca, y una tradicion que se ha desviado de su curso...
Cuando idee este capitulo lo intente pensar coo un capitulo comico mas que serio. De hecho, el capitulo 8 y el que teneis a continuacion, se idearon como uno solo. Asi que esperaos tambien cosas algo absurdas en este.

En cuanto a los nombres que habeis visto hasta ahora con respecto a la familia... obviamente son originales mios. No estan asociados de ninguna manera a los nombres canonicos que puedan surgir. Lico viene del nombre "regaliz" en ingles (Licorice), mientras que Mila, viene de Camomila.
Con respecto al resto, no los he basado en nada, ya veis que hay algunos de relleno... al igual que con la otra familia, los Sugar.

En este capi, vereis mas nombres absurdos, pero espero que al menos os saquen unas sonrisas. :)

Sin mas que añadir, espero que disfruteis con el capitulo. Nos vemos en el siguiente para hablar un poco de mis ideas al respecto. Que hay bastante que decir.

Un saludo... y que ¡COMIENCE EL DUELO!

Capitulo 9: La carta bajo el casco

En la plaza, se habían reunido varias familias de ponis. Por supuesto que no iba a ser una competición entre dos, sino entre todos los del pueblo.

En la esquina derecha de la plaza, estaban los Sugar, mirando con prepotencia a todos los demás. En cuanto vieron aparecer a los Candy sonrieron aun más perversamente.

En la esquina sur había otra familia de ponis, más modesta. Minty la presentó como la familia Soda. Una familia con un corazón de oro.

Al norte en cambio, estaba la familia más rara que Herbal había visto. No había parecido alguno entre sus miembros. Minty confesó no conocerla, debía de haber llegado durante la corta estancia en Baltimare.

Por último, a la izquierda de la plaza, los Candy iban colocando todos los utensilios e ingredientes en las mesas.

En el centro estaba la mesa de los jueces, los cuales lo conformaban los 3 habitantes más ancianos de la aldea, pertenecientes a una familia que nunca participaba.

-Bienvenidos a la centuagésimo vigesimosexta edición de la competición gastronómica de Alto Terre. -Comenzaba a hablar uno de los ancianos.

-Como cada año desde hace ciento veintiséis años, nos reunimos para comprobar las delicias de cada familia elaboradas durante el último año. -Otro de los ancianos.

-Esperamos ver una demostración gastronómica limpia y recordando siempre que no somos enemigos, sino compañeros de Alto Terre. -La anciana que dijo estas palabras miró hacia los Sugar.

-Todos los años la misma historia. Nunca nos hemos saltado las reglas que sepamos. -Se oía una voz proveniente del derecho.

-Serán tres rondas tras de cada, uno de vosotros será descalificado. -Proseguía la anciana ignorándoles.

-Ahora, como es tradición desde estos tres últimos años... Debéis presentar el objeto más importante. -El primer anciano proseguía.

Los Soda otorgaban una botella de oro. La familia de Minty entregaba un cofrecito que contenía unos frascos aromatizantes muy caros.

Por su parte la familia del norte, que seguía sin ponerse de acuerdo en cómo identificarse ya que cada uno decía una cosa diferente, ofrecía un conjunto de ropa que a la vista de todos parecían ser de primera clase.

Finalmente, los Sugar sacaron su objeto, un orbe celeste resplandeciente. Un orbe que cuando lo vio Herbal, casi se muere de la sorpresa.

¡GREAT! ¡MINTY! ¡ES ESE ORBE! ¡UNO DE LOS CUATRO ORBES! -La voz de Herbal resonaba muy fuerte en la plaza, no había nadie que no le mirase asustado.

-¿Los de la leyenda? ¿Estás seguro? -Preguntaba Great ante la atenta mirada de todos.

-Totalmente seguro. Lo necesito. Es de total y vital importancia que sea mío. -Herbal no cabía en sí de emoción y nervios. Tenía delante de él uno de los orbes que ansiaba.

-¿Así que lo quieres? No pensé que nadie se interesaría por esta baratija... Aunque si lo quieres... Deberás ganártelo. -Decía el Sugar que portaba el orbe sonriéndole perversamente.

-Debo conseguirlo... Necesito ese orbe... -Herbal hablaba en un tono solo audible por la familia Candy.

-Lo conseguiremos. Te lo prometo. -Minty estaba arriesgando mucho diciendo aquellas palabras.

-Eso es. Les demostraremos como nos las gastamos los Candy. -Lico animaba tanto a Herbal como a su familia.

-Muchas gracias. Pero quiero ayudaros... ¿qué puedo hacer? -Herbal preguntaba honestamente.

-Lo iremos viendo sobre la marcha. Ahora debemos concentrarnos. Esto está a punto de empezar... -Cherry estaba nerviosa por el reto que tenían delante pero sabía que tenía que dar su cien por ciento.

El primer paso en el evento consistía en hacer los mejores entremeses posibles. Cada familia podía hacer lo que quisiera pero tenía que estar acabado en menos de una hora.

Los Sugar no tardaron en empezar a prepararlos haciendo gala de una gran habilidad con los utensilios.

-¡No podemos quedarnos atrás familia! ¡A por ellos! -Gritaba Lico.

Los Candy empezaron a colaborar entre ellos para repartirse las tareas tratando no dejar a nadie de lado. La idea era hacer unas pequeñas tostaditas con heno y decoradas con unas pequeñas frutas silvestres acompañadas de un sirope de frambuesa. Algo simple, pero que sonaba delicioso.

Por su parte los Soda, parecían haber apostado por algo parecido a unas galletitas crujientes con un líquido verdoso en su interior.

Y la familia del norte, que de una vez parecía haber elegido un nombre que les representaba, parecía hacer unas banderillas de diferentes verduras acompañadas de una salsa de verdura verde.

Herbal no perdía ojo a los competidores y lo que hacían en pos de llegar a poder ser de utilidad, al tiempo que no podía evitar mirar el orbe que relucía en el pequeño altar junto a los demás objetos.

Los Soda usaban magia para flamear, y los Sugar no parecían muy sincronizados. De hecho, tres descansaban sin hacer nada de nada.

Al cabo de una hora, sonó una alarma y los cuatro equipos presentaron sus platos. El de los Sugar aparentaba ser el más vistoso de los cuatro y probablemente muy sabroso. El de la familia del norte, que al final se identificaron como Cotton, estaba más que aceptable pese a la horrible sincronización.

El de los Soda no parecía gran cosa pero olía bastante bien. Y el de los Candy,si bien no parecía tan vistoso como el de los Sugar, olía riquísimo.

Los jueces fueron haciendo la cata de los cuatro platos y al acabar se juntaron para decidir al eliminado.

-El perdedor de esta primera ronda es... La familia Soda. -Anunciaba uno de los ancianos.

Los Soda se llevaban los cascos a la cabeza sin comprenderlo. Parecían haber subestimado a los Cotton, pues la verdad sea dicha, lo habían hecho bastante mal.

-Es la hora de la segunda ronda, debéis hacer el mejor plato posible sin ser entremeses ni postres de ningún tipo. Podéis usar cualquier receta que cumpla con esas reglas. -La anciana anunciaba así el comienzo de la segunda ronda.

-Esto está tirado chicos, estamos ya en la última ronda. Lena, Goro, Astor, os toca. -Los Sugar se rotaron para cocinar. Seguían trabajando de manera individual.

-Haremos la pizza de verdura que ensayamos el otro día. ¡Vamos familia! ¡Todos juntos! -Esta vez era Mila la que proponía. Y aunque Herbal sí que colaboraba junto a Great en las pequeñas labores que les asignaban, no pudo evitar desviar la mirada a los Sugar, algo le llamo la atención. Lena estaba usando su magia de una manera muy rara, una pequeña nube de magia envolvía su plato con una especie de polvillo. Parecía como cuando él usaba su polen...

Cuando el tiempo terminó, los tres equipos mostraron sus platos.

Primero los Cotton con unas hamburguesas que olían ligeramente a quemadas, pero las presentaban acompañadas de unas más que apetecibles patatas.

Luego los Sugar con un filete que parecía de un animal enorme, pero que resulto ser obra de la magia. En realidad era un filete de heno perfectamente decorado.

Finalmente, los Candy presentaron una enorme pizza con queso y muchas verduras diferentes que dejaba un delicioso aroma a verde en el aire.

Tras la debida cata, los jueces se unieron para debatir el segundo eliminado.

-El segundo eliminado y por tanto sin acceso a la ronda final es... La familia Cotton. -Pronunciaba la anciana.

Estos parecían algo confusos, pero no protestaban. Los Sugar en cambio reían.

-Parece que nos volvemos a ver las caras en la final, queridos vecinos. -Provocaban los Sugar a los Candy.

-Sí, y esta vez nosotros ganaremos. -Lico lanzó un desafío que pilló desprevenidos a los Sugar. -Hagamos otra apuesta. Si ganamos, volveremos a imponer la exhibición gourmet en lugar de este sinsentido de duelo.

-De acuerdo, pero si perdéis, tendréis que trabajar para nosotros. -Dijo el cabeza de familia de los Sugar al cual todos se referían como Sion.

Todos se quedaros sorprendidos y sin saber que responder. Estaba claro para Herbal y Great que aquello ya era una disputa entre familias y que podía llevar o a lo mejor o a lo peor. Pero si perdían, tendrían que trabajar para sus rivales, y eso no le gustaba.

Tras unos pocos minutos debatiéndolo, la familia al completo con total determinación aceptó el desafío.

-Excelente. Mucha suerte en la final, la necesitareis... -Sonreía perversamente Sion mientras todos volvían a sus respectivas mesas.

-Es muy arriesgado. ¿Sois conscientes de ello, no? -Herbal preguntaba a Minty y a toda la familia.

-Esta es la última oportunidad que tenemos. Debemos ganarla a toda costa. Si colaboramos juntos entre todos, les ganaremos. -Mila con una sorprendente determinación en ella, explicaba.

Uno de los ancianos que hacían la labor de jueces se acerco al centro para anunciar, al fin, el objetivo de la tercera ronda.

-Muy bien ponis, esta es la última ronda. Deberéis hacer el mejor postre posible. Se valorara el sabor, la creatividad y la presentación. Tenéis una hora de tiempo.

-¡BIEN! Postres equivalen a cosas dulces, es nuestra especialidad. -Minty chocaba cascos con Cherry.

-Podemos hacerlo familia. No os vengáis abajo y juntos lo lograremos. -Lico apoyaba de nuevo a su equipo.

Herbal seguía dando vueltas a aquella magia que Lena estaba utilizando en el segundo plato preparado. Le parecía raro.

-Herbal, ¿qué haces? Esto va a empezar, te necesitamos concentrado. -Great llamaba la atención del unicornio mientras llevaba unos moldes.

-Ya voy... Es que esa unicornio... Esta haciendo algo muy parecido a lo que hago yo con mis tratamientos de polen. Y no entiendo por qué.

-¿De qué hablas? ¿De qué nos va a servir el polen aquí? -Le preguntaba extrañado.

-De nada. Y precisamente por eso me tiene mosca. Esa debe ser la baza mágica que escuchó Cherry. -Herbal estaba prácticamente convencido de que la volverían a usar para ganar.

-Sea como fuere, debemos de centrarnos en lo nuestro.

-Si... Supongo. -Herbal se acercaba a la familia Candy para ayudar.

Los Sugar en cambio parecían confiados, muy seguros de sí mismos. Ya habían decidido su plato y estaban a la espera del comienzo.

Justo en ese instante, Sion aprovecho para lanzar alguna puya a los Candy.

-No tenéis posibilidad de ganar. Tenemos algo más que talento a nuestro favor...

-¿Algo más que talento? No nos importa, sabemos que mientras trabajemos juntos y hagamos las cosas con cariño, lograremos ganar. -Lico como siempre, caía en la provocación y defendía sus ideales.

-Uuuhhh... Tiemblo de miedo, señor Lico. Tan pronto como este duelo final empiece, habréis perdido.

-Eso ya lo veremos, señor Sion.

-Pues si ambas familias están listas... Que comience el último evento del día. El verdadero duelo gourmet. -Otro de los ancianos, disparaba un pequeño chispazo mágico para dar la señal de comienzo.

(Sugar)

Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí?
Los Candy aparecen para tributo rendir.
Y no es de extrañar, pues muy a su pesar,
de nuevo este evento vamos a ganar.
Un año ha pasado, pero todo es igual,
no tenéis la habilidad para lograrlo cambiar.
Aquí y ahora se va a demostrar,
que el talento de los Sugar no tiene rival.

(Candy)

¡Un momento! Tenemos algo que decir,
Demasiado azúcar puede ser vuestro fin.
La unión hace la fuerza y lo vamos a probar,
ante el trabajo en equipo hoy vais a fallar.
Este evento no es un duelo, ni una competición,
solo una culinaria exhibición.
Sabemos que podemos, vamos a seguir,
Y con nuestra comida le pondremos fin.

Sabemos que podemos, no debemos fallar.
La luz de la familia, siempre nos guiara.
Con amor y confianza nada imposible es.
Y por eso ganaremos, y lo podréis ver.

(Sugar)

¿La unión hace la fuerza? No nos hagáis reír.
Os ganaremos sin siquiera en serio competir.
Vuestra filosofía es de alabar,
pero contra nosotros no os servirá.
Los caramelos sin azúcar no pueden existir,
así que preparaos para vernos a lo alto subir.
Nuestra receta maestra os derrotara,
Porque los Sugar lo valemos y no hay más que hablar.

(Candy)

Estáis equivocados, ciegos a más no poder.
Os lo demostraremos, ahora lo veréis,
No se trata de competir y ganar,
sino de entre todos poder disfrutar.
Este año ganaremos, y entonces veréis,
que nuestro camino debéis recorrer.
Vuestra receta no podrá superar,
la exquisitez de la nuestra en el paladar.

(Sugar)

Vuestras palabras no nos causan ningún temor.
Tenemos el talento, que más se puede querer.
La victoria lo es todo, no se debe perder.
Y por eso ganaremos, y lo podréis ver.

(Candy/Sugar)

Sabemos que podemos, no debemos parar.
Vuestras palabras no nos causan ningún temor.
Con amor y confianza nada imposible es.
Y por eso ganaremos, y lo podréis ver.

La receta de los Candy no tiene Parangón.
La receta de los Sugar no tiene comparación.
En el duelo lo veremos, ya no hay marcha atrás.
Y por eso ganaremos, y lo podréis ver.

Y por eso ganaremos y lo podréis ver.

Y por eso ganaremos y lo podréis ver.

Ambas familias trabajaban a la mayor velocidad posible. Los Sugar seguían sin trabajar en equipo, mientras que los Candy no se dejaban de hablar ni un momento.

El tiempo corría y cada vez quedaba menos. Restaban poco más de quince minutos.

Los Candy tenían ya el plato listo y estaban buscando maneras de mejorarlo. Por su parte, los Sugar estaban en una situación similar, pero una vez más usando magia sobre el postre. Parecían estar haciendo un bizcocho de chocolate a juzgar por su color.

Herbal, que seguía fijándose en Lena, daba vueltas en su cabeza a que era lo que estaba haciendo. De repente le llegó un olor a chocolate intenso, a un chocolate tan fuerte que tuvo que taparse las fosas nasales.

Provenía del bizcocho que estaban preparando. Entonces, se le ocurrió una posibilidad acerca de lo que Lena, la usuaria de aquella magia, estaba haciendo. Rápidamente la comunicó al resto de la familia.

-Escuchadme todos. Creo haber descubierto su secreto, su arma secreta. -Les decía en bajo para evitar que les escuchasen los rivales.

-¿Ah sí? ¿De qué se trata Herbal? -Minty hablaba mientras estaba removiendo aun la masa que habían decidido ponerle a modo de capa extra.

-Creo que están usando aromatizantes mágicos. Es por así decirlo, como mediante magia imbuir a un objeto el aroma de otro. -Explicaba sabiamente Herbal recordando las enseñanzas de su maestra.

-¿Es eso posible jovencito? -La abuela Candy parecía sorprendida, al igual que la mayoría.

-Sí, lo es. Yo mismo he estado entrenando algo parecido con mi maestra... Pero solo he logrado extraer pólenes y aromas de plantas de bosque. Aun no he intentado imbuirle nada a nada. -Decía algo nervioso. -Y si ellos si pueden, estamos en un buen lio...

-Nunca dejaras de sorprenderme. Así que ahora sabes tratar pólenes... Qué curioso. -Great desvariaba un poco.

-No es momento de perderse con chorradas Great. -Herbal le llamaba la atención. Rara vez pasaba eso.

-Si lo que dices es cierto, nos tienen ganados, debemos de arriesgar con algo diferente. -Decía Lico pensando soluciones.

-Yo digo que cojamos el toro por los cuernos y arriesguemos a usar la misma magia. -Minty saltaba de la silla donde estaba. -Nos quedan menos de diez minutos. No podemos perder más tiempo.

-¿Pero qué aroma podemos meterle al macaron gigante? -Cherry cuestionaba lo que todos pensaban.

-Lo tengo. Sacad las frutas silvestres. -Mila se unía a la propuesta colaborando.

-¡Os he dicho que no he probado a meter aromas a nada, y mucho menos a coger de cosas ajenas a plantas! -Herbal estaba nervioso de narices. -Puede no funcionar.

-No hay tiempo, habrá que arriesgarse. -Dejaron la fruta en la mesa.

-Animo Herbal. Tú puedes. -Minty animaba a su amigo unicornio.

Al poco toda la familia les rodeó, algo que incomodo al agobiado unicornio.

-De acuerdo... Lo intentare... -Decía tartamudeando.

Se acercó a las frutas y se concentró en el procedimiento de extraer aromas. Por supuesto, pensaba en cómo hacerlo con plantas y luego lo intentaba adaptar a frutas, pero no ocurría nada de nada. Ni un leve brillo mágico.

-¿Herbal? ¿Va todo bien? -Great preocupado preguntaba temiéndose lo peor.

-No… No puedo. No consigo adaptar lo que se de plantas a fruta... -Dejaba escapar unas lagrimas. -Os he fallado... Lo siento...

-Herbal... No... -Minty se llevaba los cascos a la boca.

-¿No hay nada más que podamos hacer? ¿Nadie tiene plantas aromáticas? Si no puede hacerlo con frutas, necesitaremos plantas. No os rindáis aun. -Lico se había puesto serio por una vez. Esta vez no buscaba ni reírse ni competir, buscaba la salvación de la familia.

-No nos dará tiempo a ir a por ellas a casa. Quedan cinco minutos. -Mila urgía a la familia ante la risa descarada de los Sugar que presenciaban el lamentable espectáculo con su bizcocho acabado.

-Herbal, ¿no te habrás traído nada tu tampoco? -Great preguntaba nervioso a Herbal mirando su propia bolsa en vano.

Al instante, Herbal levantó la cabeza. Si que se parecía haber acordado de algo, estaba tan nervioso que había olvidado por completo los deberes que su maestra le había mandado.

No eran deberes de estudio de libros, sino de examinar unas flores. Con algo de suerte podrían ser útiles.

-Great, te debo una gordísima. -Decía apresurándose a su bolsa, ya que apenas le quedaba tiempo.

-¿Qué he hecho? -Se preguntaba mientras miraba como el unicornio vaciaba su bolsa en busca de algo útil.

Finalmente encontró un tarro de cristal con una planta dentro. -¡LA TENGO!

El grito consiguió llamar la atención de todos otra vez, por supuesto, asustando a todos.

-Piensa Herbal, piensa... -Se decía a si mismo mientras llevaba esa planta a la mesa.

-¡Herbal, animo! ¡Tú puedes! -La familia Candy daba apoyos al unicornio que lejos de calmarse, estaba aun más nervioso.

-Chicos por favor... Dejémosle concentrarse. -Great rogaba silencio al verle nervioso, pensó que eso le ayudaría.

-La maestra dijo que esto era una... Coralina Silvestre. Sí, eso dijo. Su polen lejos de ser perjudicial es bastante agradable al olfato. -Repasaba en voz alta todo lo que sabía. -Si extraigo esto así... Con esta intensidad... -Poco a poco empezaba a verse un aura verde de su cuerno volverse de un color rosáceo tenue proveniente de la Coralina.

El resto de ponis miraban el espectáculo atónitos.

-Ahora, con delicadeza... Esto hacia allí, esto otro allá... -Decía palabras indicando lo que hacía, pero la verdad es que el aura rosácea apenas se movía levitando alrededor de su cuerno. -Y ahora... La parte difícil... -Tomó aire.

Poco a poco fue descendiendo aquella aura rosácea al macaron hasta envolverlo.

-Y ahora... Dentro... Entra... -Se esforzaba por el último paso, pero sudaba cantidad. Sentía que le estallaría la cabeza.

El aura empezó a volverse del color normal del aura mágica de Herbal, muy lentamente. Indicando así que estaba, o bien siendo inyectado en el macaron, o bien perdiéndose en el aire.

Los Candy estaban en tensión, los jueces no daban crédito a lo que veían, y los Sugar tras el asombro inicial, sonreían esperando que fallase.

El aura rosácea desapareció, y cuando hubo terminado, Herbal cayó al suelo exhausto y empapado de sudor.

-¡Herbal! ¿Estás bien? -Great y las chicas iban a ayudarle.

-Estoy... Agotado... Nada más... -Decía entrecortado, apenas sin voz.

-¿Y el macaron? ¿Lo hemos conseguido? -Minty preguntaba tras saber que su amigo estaba bien.

Sonó la alarma que indicaba el final del tiempo reglamentario.

-Espero que haya... Funcionado... -Sentía ganas de cerrar los ojos y dormir, pero no podía permitírselo.

-Se acabó el tiempo, ambas familias deben presentar sus platos. -La anciana gritaba a los cuatro vientos para ser oída por todos, y poco después Lico y Sion acercaron los platos a los jueces.

Los Candy habían presentado finalmente un macaron gigante decorado con muchas frutas diferentes y que no desprendía ningún olor. Algo que sin duda en cocina era mala señal.

Los Sugar presentaron un bizcocho de chocolate con tropiezos de chocolate blanco y un olor increíblemente fuerte a chocolate puro.

La cata de ambos platos comenzó. Primero el bizcocho de los Sugar, según la valoración de los jueces, el fortísimo olor se debía al uso de un chocolate casi cien por ciento puro. A pesar del mal olor, Minty le dijo a Herbal que había gente que consideraba que el chocolate dulce no era chocolate como tal, y que este estaba mejor valorado.

Tras dar la enhorabuena a los Sugar por su increíble exhibición de habilidad, procedieron a la cata del macaron inoloro.

Todos estaban con el corazón en un casco por el resultado. Podía pasar cualquier cosa.

Cuando cortaron el macaron y sacaron el primer cacho de él, un inmenso olor salió de dentro, desesperadamente buscando lugar por el cual salir. Esto, tras la súbita salida del olor de frutas silvestres de su interior, empapó por completo el macaron, haciéndolo agradable a la vista, al olfato y al gusto.

El macaron perfecto de frutas silvestres y crema a juzgar por los ancianos que llevaban a cabo la cata.

Una vez acabada la cata, llego el momento de anunciar al ganador.

Los Sugar ya no estaban tan confiados, pues el intento desesperado de los Candy había dado un resultado muy distinto del esperado.

Los Candy estaban igual de nerviosos. Tenían miedo de que aquel estallido de olor a fruta hubiese jugado en su contra.

-Tras una difícil deliberación de los postres, tenemos el honor de presentar al ganador del duelo gourmet. El plato ganador es... - Los tres guardaron silencio para crear suspense. -El macaron gigante de frutas silvestres de la familia Candy.

Los Candy gritaban de júbilo al saber que todo había acabado bien, al tiempo que Minty le decía a un agotado Herbal.

-Lo has logrado, campeón. Ese es mi Herby.

Herbal se limito a sonreír y cerró los ojos satisfecho con lo que había hecho. Ese era su primer gran éxito sin la ayuda de su maestra.

Los Sugar no daban crédito e insistían en las explicaciones. Incluso llegaron a probar el macaron para juzgar por sí mismos. Aun quedaba un potente olor a fruta de su interior. La originalidad que pretendían usar añadiendo esencia de chocolate puro, se vio abrumada por la habilidad mágica que el unicornio había mostrado.

Por mucho que les costase admitirlo, asumieron así su derrota. Se retiraron a recoger sus cosas con intención de marcharse a casa.

-Enhorabuena familia Candy, son ustedes los ganadores de este año. -Proclamaba uno de los ancianos.

-Muchas gracias. Y con esto, hago público que a partir del año que viene, podremos disfrutar una vez más de la exhibición gourmet de Alto Terre. Todos podremos mostrar nuestras recetas y así compartirlas.

Los ponis que miraban la competición estallaron en gritos de celebración. Parece que todos deseaban recuperar su tradición.

-Aquí tenéis vuestro premio. -La anciana les acercó los trofeos de cada familia.

-Muchas gracias señora jueza. -Lico como cabeza de familia los exhibía a todos, pero no recibía apenas aplausos. -No os preocupes, no estoy ahora aquí para hacer gala de chulería ni prepotencia. No tenéis que temer, pues nunca más se pondrán objetos como premios. Y por si quedaba alguna duda... -Miró a su familia para recibir la aprobación de todos. -Se devolverán los objetos a sus respectivas familias. Todos a todas. -recalcó.

Los Sugar, quienes ya habían terminado de recoger, dirigieron atentos las miradas a Lico.

-Si, también lo vuestro. -Acabó añadiendo.

-Pero señor Lico, nosotros necesitamos ese orbe... -Great hablaba en lugar de herbal, que se había quedado completamente dormido.

-No te preocupes Lico, hazles entrega del orbe. -Sion gritaba para ser oído. -Tampoco nos interesaba ese pedrusco. No nos interesa lo que tengas que decirnos. -Con esas palabras, los Sugar se retiraron a su casa, derrotados.

Y así acabo, lo que para los habitantes de Alto Terre seria, la ultima competición gastronómica. Cada familia regresó a su casa y mientras los Candy celebraban su éxito, Herbal dormía ante la presencia de sus tres amigos. Necesitaba descanso y ellos se encargarían de no ser molestado.

La noche cayó sobre Alto Terre, y poco a poco, el agotado Herbal, se iba despertando de su sueño. Aun notaba un cierto dolor de cabeza, pero no era nada en comparación al momento en el cual logro un milagro. Recordándolo, se ruborizó de lo feliz que le hacía.

-¿Ya estas despierto? -Cherry estaba a su lado en ese momento tumbada en el suelo.

-Cherry... ¿Estamos en vuestra casa? ¿Qué hora es? ¿Donde están todos?

-Nos hemos estado turnando para cuidarte. Has dormido seis horas. Los demás están abajo, todos. -Hablaba en un tono de voz suave y dulce. Se la veía contenta.

-Gracias por cuidarme. Te lo agradezco. -Devolvía la sonrisa Herbal.

-Avisare al resto de que has despertado. Vuelvo enseguida. -Cherry se levantó y arreglando ligeramente sus crines, salió de la habitación.

Al poco, se hizo el silencio en el piso de abajo. No le gusto nada al unicornio, pero no podía hacer nada por evitarlo.

Poco a poco los ponis fueron subiendo a la habitación donde dormía y pudieron observarle colorado agachando la cabeza. No le gustaba ser el centro de atención.

-Buenas noches Herbal. -Saludaba Minty.

-Buenas noches. -La vergüenza era dueño del unicornio. Estaban temblando tanto su voz como su cuerpo.

-No tengas miedo. No estamos aquí para ponerte nervioso. -Mila hablaba con su tono dulce.

-Estamos aquí para agradecerte lo de esta tarde. Sin ti no hubiéramos podido ganar. Esa magia que Lena había usado no era nada que pudiéramos superar sin magia. -Lico proseguía el agradecimiento.

-No hice nada del otro mundo... Soy unicornio... Usar magia es mi rasgo más destacable. -Herbal se quitaba merito, no estaba tranquilo y pensar que todo se debía gracias a él, era algo que jamás experimentó en el buen sentido de la palabra.

-Esa magia no es una magia cualquiera... Parecía difícil de dominar, jovencito. -La abuela Candy también se unía al ánimo.

-Incluso con mi colaboración final, vosotros habéis hecho el resto. No es justo que me agradezcáis tanto... -Herbal escupió la mayor verdad de todas con el fin de desviar la atención de sí mismo.

-Eso es cierto. Los Candy siempre lo hacemos todo juntos. Y ha quedado demostrado hoy. Pero no te quites merito, también colaboraste, y de qué manera. -Lico volvía a hablar.

-Y por eso queremos entregarte esto. Te lo mereces. Y creo que lo usaras más que nosotros. -Los dos potrillos le acercaron el orbe celeste.

Al instante, la expresión de Herbal cambio para mostrar sorpresa.

Tras coger el orbe, lo observó durante unos segundos. Podía verse reflejado tal y como pasase en el lago con el anterior orbe, y tal y como esperaba que ocurriese, pudo ver parte de su cuerpo poseído.

Cuando miro alrededor, nadie estaba asustado, y ese acto demostró que en efecto, no era una ilusión o algo real, sino un reflejo de su interior y por lo tanto, no debía tener miedo de ello.

-Os agradezco el regalo. Este orbe es vital para mí. -Les sonreía con fuerzas renovadas.

-Nosotros tenemos más que agradecerte. Junto a ti, hemos devuelto una tradición a un pueblo que lo necesitaba desesperadamente. -Minty hablaba en esta ocasión.

-No ha sido nada. Solo hice lo que había que hacer. -Colorado agachaba su cabeza.

-Bueno, supongo que tendrás hambre. ¿Bajamos a cenar todos? -Mila ofrecía una idea que nadie rechazó. Ni siquiera Herbal, aunque insistió en quedarse un poco más en la habitación a solas.

-Este es el segundo orbe que veo... La leyenda debe ser cierta. No puede ser coincidencia, ¿no? Con un poco de suerte, mañana podre ver el tercero de ellos, y si resulta ser uno de los verdaderos orbes, estaremos a un paso de reunir los cuatro. Entonces podre conocerte... -Cerró los ojos abrazando el orbe. Acto seguido se levanto, y se unió a la celebración final en la cena con la familia.

Tras la cena, Herbal salió un momento fuera de la casa seguido por sus tres amigos. No buscaba nada concreto en ese momento, solo dar un pequeño paseo.

-Minty, Cherry, ahora que habéis devuelto la tradición al pueblo... ¿Que haréis con los Sugar? No parecían muy contentos.

-No he pensado demasiado en ello, pero antes que rivales, somos habitantes del mismo pueblo. No quiero que nos distanciemos más. -Exponía su punto de vista Minty.

-Yo creo que deberíamos de hacerles una visita y reconocernos. Volver a empezar. -Cherry hacia lo propio.

-Me parece una idea genial chicas. Ojala consigáis solucionar vuestras diferencias. -Great, aunque no iba con él, daba su opinión.

-Yo también lo espero. Siento lastima por ellos en el fondo. -El unicornio daba la última opinión

-Por cierto chicos. Mañana bajareis a Hollow Shades, ¿no? Cherry y yo hemos estado pensando en quedarnos aquí hasta que volváis para intentar arreglar las cosas con los demás y estar un poco mas con la familia. -Minty decía por fin algo que estaba callándose por un tiempo.

-¿Queréis quedaros aquí en vez de venir con nosotros? -Great repreguntaba lo obvio.

-Sí. Sera solo un día mas. Cuando regreséis de Hollow debéis pasar por aquí, así que nos reuniremos y volveremos a Baltimare todos juntos. -Cherry daba aclaraciones.

Herbal guardaba silencio sin mirar a nadie.

-¿Herbal? ¿Te parece mal? -Minty preguntaba recordando lo que pasó la última vez que dijo algo parecido.

-No. No os preocupéis. Lo entiendo. No puedo forzaros a estar conmigo todo el rato. -Se giró con una sonrisa, aunque estaba tratando de ocultar la pena de ese comentario. -Disfrutad todos juntos en familia. Os veremos cuando volvamos.

Los tres amigos sonrieron a la vez. Los cuatro sabían que aquel día había sido clave para muchos en muchos sentidos diferentes.

Herbal aprendió no solo que no era tan débil como creía ser. Sino que la amistad no consistía en no separarse. Y los Candy habían logrado recuperar su tradición.

-Sera mejor acostarse, mañana tenemos un gran día por delante. -Sugería Herbal.

-Sí. Vamos amigos. -Minty dando un saltito.

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