My Little Pony: Sin Fronteras Acto 1 - La gema del espejo
Chapter 14: Metamorfosis Parte 1
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Hola a todos queridos lectores. Gracias a todos los que hayáis llegado hasta este punto. Significa mucho para mi poder haberos entretenido con la primera aventura de Herbal, y para asegurarme de que queda un buen recuerdo, os traigo la primera parte del evento final.
No tengo mucho que decir al respecto del capitulo anterior en este caso, ya que toma de base todo lo comentado en el numero doce. Así que, creo que pasaremos directamente a este capitulo.
Muchas gracias otra vez por el apoyo que le habéis dado, y espero que disfrutéis este final épico. Comienza... la metamorfosis.
Capitulo 14: Metamorfosis. Parte 1
Los días posteriores a los acontecimientos relacionados al lago Lúmina, la dragona guardiana Marina y la gema del espejo, se sucedieron uno tras otro con sorprendente tranquilidad. Minty había regresado a Alto Terre para una reunión familiar, pero avisó de que no tardaría muchos días en volver. Great seguía sus entrenamientos para ser guardia real y de vez en cuando ayudaba a Herbal a estar en una mejor condición física. Este ultimo en cambio, seguía entrenándose con Zecora, pero había visto reducida en bastante medida sus propias capacidades mágicas.
-Esto es agotador. ¿Siempre ha sido tan agotador? Uf. Creo que todo el tema de mi oscuridad me ha perjudicado seriamente en mis habilidades mágicas. No puedo hacer las cosas ni por asomo tan bien como antes. -Frustrado, diseminó parte del polen que manipulaba haciéndolo desaparecer por la casa.
-No debes desistir. Incluso sin ella se que lo puedes conseguir. Una gran magia has encerrado, ahora toca entrenar mas de lo esperado. -Zecora, seguía encargándose de la formación del unicornio. No podía abandonarle ahora que necesitaba ganar fuerza real.
Hacía varios días que Dusk había avisado que volvería a ir por su cuenta en busca de tesoros y reliquias. Eso mantenía relajado a Herbal, quien a pesar de que se esforzaba en aceptarla, seguía teniendo dudas sobre ella. Dusk se había portado mal con él. Le había provocado, menospreciado y asustado, pero resultó ser de ayuda en varias ocasiones clave.
En cualquier caso, ya no estaba en el bosque, y eso reconfortaba al unicornio.
-Si tan solo pudiese utilizar parte de él… -Se tocaba la gema que colgaba del cuello. -Marina mencionó que la gema tenía poderes que cada uno podía despertar de diferente manera. ¿Cree usted que podré hacerlo? -Herbal dudaba de si mismo. No solo por sentirse vacío, sensación que no se íba a pesar del paso de los días, sino por que su actitud predominante era aquella tímida y desconfiada.
-Tu momento llegará, pero ahora entrenar deberás. Has aprendido mucho bajo mi tutela, pero pronto llegará el día en el cual no tenga nada nuevo que enseñarte que merezca la pena. -Zecora, quien había sido testigo de los avances de Herbal, veía mucho potencial en él. Le había enseñado a identificar setas, a preparar pociones y a manipular polen. Las tres cosas que ella dominaba, habían sido legadas al unicornio y solo faltaba terminar de dominarlas.
-¿Quiere decir que no volverá a ayudarme? –A Herbal le pasó por la cabeza la imagen de la cebra dándole portazo si ese momento llegaba. Fue un pensamiento demasiado cruel para lo que ella se merecía. Sacudió la cabeza sabiendo que estaba errado.
-No. Eso jamás haría yo. Siempre en mi podrás confiar, para cualquier ayuda que puedas necesitar. Pero estas llegando al límite de mi conocimiento, y eso es lo que puedo enseñarte por un tiempo. –Zecora cogiendo un frasco con un líquido verde, le comentaba.
Herbal con la cabeza en las nubes, seguía pensando en como podría sacar fuerza y beneficio de la gema. Sabía que había aprendido un montón y que ya no era el mismo unicornio débil de antes, pero aun no confiaba plenamente en su fuerza por sentirse a medio gas sin su otro él.
-No te atormentes. Tarde o temprano podrás cumplir lo que desees. –Zecora le daba toquecitos en su espalda.
-Tiene razón. No debo de venirme abajo. O al menos… espero que la tenga. –El unicornio acabó la conversación con esas palabras antes de dirigirse hacia el exterior de la cabaña.
-¿Un paseo vas a dar? Tal vez sea buena idea para pensar. –La cebra no esperó la respuesta. Era algo obvio que íba a pasear. En su lugar, siguió trabajando en sus pociones.
Aquella mañana era una mañana como otra cualquiera. Solo la leve brisilla moviendo las hojas y algún que otro animal era audible en aquel silencioso y tranquilo bosque.
Aquella tranquilidad, era algo que al unicornio lo cautivaba. Tal era su ensimismamiento, que empezó a recordar todo lo que había pasado desde el primer día en el bosque. Desde que llegó a la cabaña de Zecora sin saber bien por qué, hasta esa misma mañana.
Recordaba como se asustó y enfadó al conocer a su amigo Great en el lago. Recordaba como este mismo le salvó de la planta carnívora. Recordaba el miedo que pasó en Baltimare el día que conocieron a Minty. Así como también el viaje a Dodge Junction y Alto Terre.
Le resultaba extraño, ya que en otras circunstancias no se hubiese atrevido a hacer absolutamente nada de esas cosas. Se sentía afortunado por haber conocido a ponis así. Se sentía afortunado de que le infundieran ese valor que le hacía falta para afrontar sus temores. Pero entonces una pregunta se arremolinaba en su cabeza. ¿Qué pasaría cuando decidiese volver a su tierra? No era una opción abandonar lo que se prometió a si mismo, a sus difuntos amigos y a su lado oscuro.
Algo llamó la atención de Herbal en un momento dado, una presencia en los alrededores. No alcanzó a ver a nada ni nadie moverse, pero le dio la sensación de que algo acechaba entre los arbustos.
Sin achantarse demasiado, decidió mirar en sus alrededores para cerciorarse de que estaba solo. No quería compañía en ese instante, menos aun una no conocida., pero cuando miró entre los diferentes arbustos, no vio a absolutamente nadie.
-Me lo habré imaginado. –Dijo soltando un suspiro. –Han cambiado tantas cosas… No ha pasado tanto tiempo, pero han cambiado tantas cosas, que aun me asusto al pensarlo. –Volvió a su paseo. – ¿Cuando estaré listo? Va a ser algo extremadamente difícil y ni siquiera se si podre tener a mis amigos a mi lado en ese momento… -Se volvió a ensimismar con el tema de turno y así prosiguió durante todo el paseo.
Unos pocos días después, Herbal y Zecora recibieron la visita de Minty y Great.
Minty ya había regresado de la reunión familiar y había retomado las lecciones junto a su prima Cherry en Baltimare, pero aquel día era un día que se quería tomar libre.
Great Thrill en cambio, había dejado su entrenamiento porque se le había roto la espada y aun no había tenido oportunidad de tallarse una nueva. Así que decidió unirse a Minty en la visita.
-¡Hola Herbal! ¿Qué tal lo llevas? –Minty le saludó levantando su casco. Acción que al instante, llamó la atención del unicornio.
-Hola, Minty. ¿Qué te ha pasado en las patas? No sueles llevarlas tapadas. –Le apuntó directamente a las patas de la yegua, las cuales estaban cubiertas desde el casco hasta algo mas de la rodilla por algo que Herbal no conocía.
-¿No sabes lo que son? –Great formuló la pregunta, pero ambos le miraron boquiabiertos.
-No. ¿Tan raro es no saberlo? –Ante su reacción, Herbal les miró haciendo una mueca de duda.
-Bueno, digamos que son bastante comunes, especialmente si hace frío. Son calcetines para ponis. Pero hoy he decidido traerlos porque sí, sin ninguna razón. –Minty daba una explicación breve sobre el tema. –Te contaré mas luego. Vamos a dar una vuelta, hoy quiero proponerte algo diferente. Great ya me ha dado su visto bueno, así que faltas tú.
A Herbal le recorrió un escalofrío por la espina dorsal. Desde la cabeza a sus cascos traseros. Minty no solía tener malas ideas, pero eran bastante alocadas. Luego lo pensó otra vez, y se convenció de que si Great había aceptado, no podía ser tan descabellada.
-De acuerdo. Vamos. Tu diriges. –Seguía mirando aquellos llamativos calcetines rosados decorados con motivos de caramelos similares al de su cutie mark.
Anduvieron un buen rato por el bosque hablando de sus últimas novedades. Minty desveló que la relación entre la familia Sugar y la suya propia, los Candy, iba bien encaminada. Habían comenzado a colaborar entre ellos y eso fue una alegría enorme para ambas familias y los dos machos. Great en cambio no tenía demasiado que decir sobre si mismo, literalmente se había dedicado a entrenar y entrenar de continuo. Quería presentarse a las pruebas de guardia dentro de poco. Por ultimo, Herbal, les comentó sus inquietudes, evitando sacar el tema de que haría en un futuro con ellos. No se sentía preparado para abordar ese tema con ellos aun.
Minty se percató de que Herbal todavía miraba curioso a sus patas, y decidió contarle cosas de si misma.
-¿Te han gustado mis calcetines, eh? No dejas de mirarlos.
-Bueno, me resultan curiosos. Como ya te he dicho, jamás los había visto. –Confesaba un intrigado Herbal.
-Se ciertas cosas de tu pasado, y creo que es hora de que sepas algo mas sobre mí. Todo se remonta a unos cuantos años atrás. Cuando era una potrilla, mi madre me regaló mis primeros calcetines por navidad. Los llevaba día si y día también, me encantaban. Era conocida entre mis amigas como la yegua de los calcetines. Con eso te lo digo todo. –Soltó una pequeña risilla. –Según crecía, mi afición por ellos aumentó y llegué a coleccionarlos, pero desde entonces hasta hace bien poco, digamos que he sido mas precavida por un acontecimiento del pasado.
Herbal y Great escuchaban atentos la historia de la yegua. No querían perderse ningún detalle.
-Hace un par de años, digamos que me empezaron a ridiculizar por llevarlos a todas partes. Algunos ponis que consideraba amigos eran parte de ellos, y perdí confianza en mi misma. Vivir en Alto Terre tiene sus ventajas, pero hacer amistades no es una de ellas, y debido a esa experiencia decidí dejar mi afición para mí misma. No me malinterpretéis, sigue encantándome usarlos, de hecho siempre que estoy por casa los llevo, pero no suelo usarlos ya ante los demás.
-Pero entonces. ¿Quiere eso decir que no confías tanto en nosotros? –Herbal parecía algo triste.
-Ahora llego a esa parte Herbal, tranquilo. –Hizo una pequeña pausa más y continuó. –Sois los únicos amigos que he hecho desde entonces. Como ya os he dicho, en Alto Terre no hay demasiados ponis con los que relacionarse, especialmente si la relación entre familias es mala. Así que primero os quise conocer y cuando comenté la situación con mi prima Cherry, me dijo que no tenía nada que temer. Qué vosotros no seríais como los demás. –Sonrió de nuevo. –En el fondo ya lo sabía, pero siempre queda esa mínima duda… y bueno, aquí estoy. Con mis calcetines rosados con caramelos.
-Ya ves que nosotros no cuestionamos eso. Herbal ni siquiera los conocía. –Great hablaba por primera vez en toda la historia. –No creo que eso sea motivo de burla. Si a ti te gusta, deberías llevarlos libremente.
-Eso pienso yo también. Gracias. –Minty acabó como empezó, con la sonrisa en la cara.
-Nunca te había visto como una yegua con problemas sociales. –Herbal confesaba una opinión que bien podía considerarse ofensiva, pero Minty contestó sin enfado.
-Era bastante más patosa que ahora. Tenía amigos, pero los ponis cambiamos según crecemos. No te preocupes por ello. Lo importante es que he recuperado la confianza que me faltaba. Gracias.
Casi sin darse cuenta, llegaron finalmente a la casa del poni terrestre. Herbal cada vez estaba más confuso. Primero los calcetines y la amistad de Minty y ahora la casa de Great.
-¿Qué estamos haciendo aquí? Pensé que íbamos a dar una vuelta. –Preguntó mirando a la casa de madera.
-Bueno, en realidad… Antes te he dicho que quería proponer algo diferente, así que esta noche… -Le guiñó el ojo. – ¿Dormimos los tres juntos?
A Herbal casi se le sale el corazón del pecho. Incluso se atragantó al oír la propuesta de Minty. Obviamente contestó sobresaltado.
-¿Qué has querido decir con eso? ¿Cómo que dormir juntos? ¿Se te ha ido la cabeza?
-Relájate un poco. No se por qué te alteras tanto. –Minty se llevaba un casco a la boca conteniéndose la risa. Estaba pasándoselo en grande.
-¿Nunca has dormido con nadie? De vez en cuando los amigos suelen quedar para dormir juntos. Es más habitual irse de acampada, pero también suele hacerse en casas. –Great explicaba siguiendo el juego.
-¿Pero tú estas de acuerdo con esto? ¿En tu casa? –Herbal seguía alterado y colorado.
-No te pongas tan nervioso… creo que estas llevando esto demasiado lejos. –Minty ya no contenía su risa.
-Minty, mejor deberíamos decírselo claro para que no se haga malas ideas. –Great también se echó a reír, pero más discretamente.
-¿Qué esta pasando aquí? –El unicornio sudaba de los nervios. Parecía que fuese a estallar.
-Herbal. Cuando digo dormir juntos no me refiero a nada diferente a cuando dormimos juntos camino de Dodge Junction o en Alto Terre. Simplemente dormir fuera de nuestro lugar habitual. Pasar una noche en otro sitio. –Minty apenas podía hablar correctamente por la risa. -¿Qué estabas pensando que decía pues?
La cara de póquer que se le quedó a Herbal no tenía precio. Había mordido el anzuelo. Morderlo era quedarse corto, se lo había tragado entero. Su cara se tornó más roja aun, y empezó a sudar mucho más, pues ahora la situación era incluso mas incomoda.
-Yo… no yo… -No podía más que decir palabras sueltas.
-Venga va, ya puedes relajarte. Solo te estábamos gastando una bromita. Perdónanos. –Great le intentaba tranquilizar.
-Nuestro Herby es un inocentillo. –Minty cantaba esas palabras.
-¡Ca-Callaos! Sois… malos. –Desvió la mirada ofendido y avergonzado. Era la primera vez que le gastaban una broma de ese tipo. Y como eran sus amigos, confió plenamente en ellos.
Entre los dos, le abrazaron mientras se reían amigablemente. Herbal, pese a estar algo molesto por ello, de repente empezó a sentir algo aflorar en su interior. Algo agradable. Era algo que no había sentido nunca. Algo que le hacía sentirse verdaderamente importante y feliz.
-Bueno, entonces, ¿Dormimos juntos? Juntos, que no revueltos. –Matizó Minty en esta ocasión.
-Esta bien… de acuerdo… -Aunque hablaba de manera tímida y desviando la mirada para que no le viesen, estaba sonriendo. En el fondo, se había sentido especial, aunque el no sabía explicarlo.
Acto seguido, entraron juntos y entre risas en la casa.
Esa noche, mientras los ponis estaban jugando a algunos juegos de mesa dentro de la casa, la sensación que el unicornio había sentido previamente a la mañana se repetía. Empezó a mirar alrededor, algo no íba bien en el ambiente. Incluso miró a su propia gema colgante de su cuello, pero no vio nada más que el brillo verdoso de la misma.
-¿Estas bien, Herbal? Se te ve distraído. –Minty había notado que el unicornio buscaba a su alrededor algo que no había.
-Es raro. No veo nada, ni oigo nada raro, pero tengo una sensación extraña. He llegado a pensar que es la gema la que me hace sentir así, pero no creo… Solo me ha pasado hoy. Desde la mañana. –Herbal confesaba mientras seguía mirando en busca de algo raro.
-No te preocupes tanto. Quizás es que estas descubriendo algo diferente ahora que estas mas limpio por dentro. Seguro que no es nada. –Great lanzaba un gran dado para continuar su partida.
-Eso espero. La verdad es que si que he notado algo dentro de mi hoy, pero ha sido a la tarde en la calle. No a la mañana. A la mañana y ahora es como… una sensación de peligro. –El unicornio les explicaba lo que sentía, pero seguía sin ver ni oír nada extraño. Era solo una sensación.
Dicha sensación, no desapareció del todo durante todo el rato que estuvieron despiertos. Se hacia mas leve, se intensificaba… pero no desaparecía. Herbal tuvo que hacer un gran esfuerzo para no entrar en pánico, empezaba a estar nervioso de verdad.
Cuando les llegó el momento de acostarse se distribuyeron en la habitación mas grande el espacio de manera que entrasen tres camas. Great tenía dos montadas en su casa y una plegable en el desván. Solo tuvieron que desplazarlas a una misma habitación para poder dormir juntos.
Una vez desplazadas y ellos acostados sobre ellas, se dedicaron a hablar un poco mas de todo lo que había pasado durante el tiempo que Herbal había estado junto a ellos dos, y lo mucho que ha cambiado tanto él, como ellos.
Todos habían sufrido unos cambios enormes en si mismos y ninguno se arrepentía de haber conocido a los otros dos.
Finalmente, poco a poco fueron conciliando el sueño. Herbal fue el que mas complicaciones tuvo para dormir, pero de tanto estar alerta, sus ojos empezaron a cerrarse. Estar nervioso le agotaba, especialmente si sentía que ademas no era algo que podía ni ver ni oír. Tardó una hora completa más que el resto en dormirse, aunque se le hizo eterna. Parecían cuatro horas en vez de una.
Durante esa noche sucedió lo más raro que lo podría pasar. Algo que jamás pensaría que volvería a ocurrir.
-Despierta. –Alguien le estaba hablando. Una voz le llegaba a su cabeza, una voz procedente de algún lugar que el no conocía, pero no reaccionó tan rápido como la voz probablemente esperaba. –Maldita sea Herbal. ¡Despierta!
-¿Quién… ¿Qué pasa? –Aunque hablaba en sueños, era su yo interno el que estaba hablando, ya que él físicamente seguía profundamente dormido. Era una sensación como cuando hablaba con su lado oscuro. Demasiado parecida como para que estuviese encerrado.
-Tienes que despertarte. Ya. ¡Antes de que sea demasiado tarde! –Una vez más, se oía una voz, pero no era capaz de localizarla. Ni siquiera sentía la oscuridad a su alrededor. Sentía un completo vacío.
-¿Despertarme? ¿Despertarme por qué? –No comprendía nada. –Un momento… esta voz… ¡Tú! ¿Cómo estas hablándome? –Tardó en identificar la voz de su lado oscuro. En realidad, ya la había descartado debido a que estaba encerrado.
-No hay tiempo para explicar nada. Esta cerca de ti. Si no despiertas ahora mismo… -La voz de su oscuridad era cada vez mas alarmante. Según esta le hablaba, empezó a llegarle una sensación idéntica de peligro como la que había sentido a la mañana y durante el juego, pero intensificada cien veces. – ¡Ya esta aquí! ¡Despierta de una vez!
Cuando Herbal quiso darse cuenta de que algo malo estaba sucediendo y su cerebro le estaba dando las señales a su cuerpo para despertarse, comenzó a notar una respiración encima de él. No solo una respiración, sino que alguien se había subido literalmente a la cama en la que estaba.
Cuando abrió los ojos, lo primero que se topó fue una silueta encapuchada ocultando su cuerpo, pero mostrando una sonrisa diabólicamente malvada. –Buenas noches… Herbal... –Dijo susurrándole.
Antes de que Herbal pudiese gritar, aquella silueta le colocó un casco en su boca para impedirle hablar. Y acto seguido arrancó con magia el collar de su cuello. Alguien le estaba robando la gema del espejo.
La mirada de terror de Herbal era indescriptible. Intentó hablar, pero lo máximo que llegó a emitir fue un sonido sin ningún sentido. Confiaba en que Minty y Great le oirían, pero no fue así.
-Ya tengo lo que quiero… Ahora se buen chico… Y duérmete… -Se teleportó al exterior de la casa y salió corriendo, dejando a un aterrado Herbal totalmente libre de hablar y moverse, aunque estaba paralizado. Ya no era capaz de oír nada en su cabeza, ahora estaba literalmente solo dentro de si mismo.
Tan pronto consiguió reaccionar después del shock inicial, gritó fuerte y bajó al piso de abajo con intención de seguir al ladrón. -¡Me han robado la gema! ¡Me han robado la gema!
Como era previsible tras el tremendo berrido de Herbal, tanto Great como Minty se despertaron sobresaltados. No parecían haber sentido nada raro de lo que había pasado.
-¿Qué pasa? ¿A qué vienen esos gritos? –El poni terrestre aun no estaba totalmente despierto. Y para cuando pudo darse cuenta, el unicornio estaba gritando en la calle. -¿Han robado la gema del espejo? Esto no puede ser bueno.
-Tampoco podemos dejarle ir corriendo solo por ahí. ¡Vamos tras él! –Minty en cambio parecía estar muy despierta. Probablemente debido a su actitud efusiva.
Ambos salieron corriendo detrás del unicornio, quien ya había desaparecido de vista. Sin embargo, y por suerte, seguía dando berridos por el bosque, así que les basto con seguir el sonido.
Por mucho que corrían, no parecían darle alcance. Great estaba sorprendido por el aumento de resistencia y velocidad del unicornio.
Tras unos pocos minutos de persecución, se toparon a Herbal con la cabeza agachada mirando hacia todos los lados, inmóvil en el sitio.
-¡Herbal! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué has salido corriendo? –Minty preguntaba preocupada. Nunca habia visto a su amigo comportarse tan radicalmente.
-Me han robado. ¡Me han robado la gema! ¡Alguien ha salido corriendo tras robármela! –Herbal hablaba desesperado. Le vinieron a la cabeza las palabras de Marina. Solo él debía poseer esa gema. Solo él podía desatar el poder de la misma. –No podemos permitir que sea quien sea se la lleve… Marina me dijo que solo debía poseerla yo.
-Vamos a buscarla entonces. ¿No le viste la cara, no? –La pregunta del siglo apareció al fin por parte de Great.
-Pues… no. La verdad es que solo vi una sonrisa completamente maléfica.
-¿Y no escuchaste nada de nada? –Minty hacia otra pregunta para intentar arrojar algo de luz sobre la identidad del ladrón.
-Estaba en shock. Si escuché algo, pero no tenía la cabeza como para relacionarla a nadie. Solo pensaba en gritar. Solo pensaba en salir de allí. –La voz del unicornio era a esas alturas temblorosa e interrumpida. Estaba al borde del infarto. –Debo recuperar la gema. La necesito.
-Bueno, entonces no hay mas remedio que buscar y buscar hasta encontrar a ese ladrón de gemas. –Actuando como un capitán, Great comenzó a dar animo, instrucciones y a planificar una estrategia.
-¡Pero ni siquiera sabemos donde esta! ¿Cómo vamos a hacer cualquier cosa sin saber eso? –Minty sacaba a la luz el primer punto débil del plan, pero el terrestre estaba pensando en ello también.
-Lo tengo en mente Minty. Espera un poco.
-Chicos… Creo que ya he encontrado al ladrón… -La todavía mas débil voz de Herbal sonaba casi a susto.
Cuando los demás se giraron para mirar en la dirección que miraba el unicornio., pudieron ver como unas pequeñas nubes negras se iban amontonando en un lugar concreto. A esas nubes negras se les iban uniendo unas mas grandes hasta formar una capa inmensa de nubes.
-Corred hacia allí. Vamos al centro de ese lugar. Sea quien sea el ladrón debe de estar allí intentando hacer algo con la gema. –Great se lanzó al galope hacia el lugar donde se arremolinaban aquellas nubes.
Los otros dos ponis hicieron lo propio tras él. Herbal estaba pasándolo realmente mal, pero no era precisamente por si mismo, ya que él estaba a salvo. Estaba pasándolo mal por la gema y por su contenido.
Atravesando unos matorrales, alcanzaron un claro en el bosque, un claro al lado de una cueva. Cerca de la entrada de dicha cueva, había una figura encapuchada usando magia sobre una pequeña gema con color verdoso en su interior.
-¡Es mi gema! ¡Es el ladrón! –Herbal volvía a gritar mirando y señalando hacia la figura, quien al oírle, cesó en su magia y les miró. Una vez más, mostrando una maquiavélica sonrisa tras verles.
-Que mal por ti. Ahora es mi gema. –No necesitó más palabras ni más indicios para que Herbal descubriese quien se ocultaba bajo la capucha que llevaba.
-Lo sabía… Sabía que no debía confiar en ti… Ojala pudiese haberte desenmascarado mucho antes… ¡Dusk! –A grito pelado, Herbal hacía pública la identidad de la yegua ladrona, quien tras una risita maliciosa, se quitó la capucha que llevaba mostrándose en todo su glorioso esplendor.
-Muy inteligente, Herbal. Eres realmente mas avispado de lo que pareces a simple vista. -Volvía a lanzar un rayo mágico a la gema. –Sin embargo, ya es un poco tarde, ¿no crees? Yo tengo tu valiosa gema. Yo tengo casi todo tu poder en mis cascos… Este poder es incalculable.
-No debes jugar con ella. Marina dijo que solo yo podía usar su fuerza, si la usa otro poni… No sabemos que pasara. ¡Devuélvemela! –Herbal le recordaba la advertencia de la dragona guardiana.
-No. Esta gema esta formada por un orbe que yo encontré y te presté el cual no me fue devuelto, así que ahora la gema que ha sido convocada con mi orbe, me pertenece tanto a mí como a ti. –La risa de Dusk era más audible ahora. –Y ahora, hacedme un favor y perdeos los tres.
-¿Por qué haces esto Dusk? Ese argumento carece totalmente de sentido. Herbal se ganó esa gema con su esfuerzo. Eso es lo importante. ¡Le pertenece! –Great estaba enfadado con la unicornio. Muy enfadado. Pero la violencia era su última baza, así que se aguantó pese a querer cortarle el cuello.
-Que inocente eres Great… Desde la primera vez que te vi supe que jugar contigo sería un juego de niños. Eres fácilmente manipulable. Y eso me ha ayudado enormemente a que Herbal no dude tanto de mí. –La cara del terrestre era ahora de frustración máxima. Herbal tenía razón todo el tiempo, y el siguió intentando convencerle de lo contrario. -¿Y tú quieres llegar a guardia real? ¡No me hagas reír! Cualquiera que te topases te diría una mentira poniéndote cara de bonachón y picarías. Un guardia debe de ser fuerte no solo físicamente. Tu careces de todo… -La lengua de Dusk era tan afilada como había podido ver en el desierto. Realmente no se contenía nada en absoluto.
-¡Déjalos ya mala arpía! ¿Quién te crees que eres para meterte así con mis amigos? No vuelvas a hablar así de ellos, o sino… -Minty salía en defensa de sus amigos, solo para recibir unas afiladísimas palabras de Dusk mientras ella no había acabado de hablar.
-¿O sino qué? ¿Qué va a hacer la campesina marginada? Te crees muy fuerte e inteligente, pero para empezar, no eres capaz ni de superar tu estúpido temor por tus estúpidos calcetines. Que también hay que decirlo, son horrorosos. –Dusk estaba descargando absolutamente todo lo que era su ser sobre los tres ponis. Minty aunque siempre se mostraba feliz, esta vez empezaba a sentirse mal. –Ni que decir tiene de cuando agrediste a mis siervos… No se ni como confié en ellos la verdad, pero tenían razón. Ponis como tu no sirven para nada mas que para limpiar y procrear. Sois literalmente, escoria. –Minty sentía al mismo tiempo, odio, miedo, tristeza e impotencia.
Tanto Great como Minty estaban demasiado afectados por el súbito ataque de la yegua como para actuar. Así que fue Herbal quien habló.
-No te voy a perdonar lo que has hecho. Me desprecias, luego me robas, y encima insultas a mis amigos. Ya no soy el mismo Herbal que conociste en el pasado, ni el mismo Herbal de hace unos días.
-Tienes razón. No lo eres. Eres todavía mas débil que antes porque tengo tu fuerza en mis cascos. ¿O acaso has aprendido a utilizar la magia de la gema? –Se reía a carcajadas. –Mírate, un unicornio rayado cobarde intentando enfrentarse a mi. –Aprovechó para dar un par de pasos hacia él. –Te lo diré muy clarito Herbal. Como oses seguirme para recuperar tu estúpida gema… Te mataré. –Con esas ultimas palabras, Dusk lanzó un hechizo para generar un fogonazo de luz y con la distracción huir dentro de la cueva.
Cuando los pasos de los cascos de Dusk Greed se hicieron mudos, no quedó ni el más mínimo ápice de sonido en el exterior de la cueva. No había ni viento, ni búhos. Estaban solo los tres ponis afectados emocionalmente por la capacidad destructiva de las palabras de la unicornio. Especialmente porque habían confiado en ella, negándole la razón a su propio amigo.
-No podemos dejar que se salga con la suya… A estas alturas lo que diga no me va a hacer daño. Yo mismo he creído eso de mí todo este tiempo… -Decía Herbal siendo el menos afectado por la situación. –Voy a ir a por ella. Recuperaré mi gema y le demostraré que ya no soy como cree que soy.
-Herbal… Lo siento mucho. –Great estaba llorando, eso era de lo más raro que se podía ver, casi nunca lloraba. –Debí de haberte creído desde el principio. Desde que lo mencionaste en el desierto, si que vi que era algo rara… pero todo era un engaño. Sus ayudas, sus palabras… Todo. Y no supe ver las mentiras que había tras ellas…
-Yo también lamento haber dudado de ti. Se lo achaqué a tu temor a los demás… pero no estabas equivocado. Debí de confiar más en ti… Ahora por nuestra culpa esa arpía tiene tu gema… -Minty también estaba al borde de las lagrimas.
Herbal no estaba acostumbrado a ver a sus amigos llorar. Él había llorado mucho en todo ese tiempo. Se había sentido inferior, inútil, incomprendido, aterrado y traicionado. Sabía a la perfección por lo que estaban pasando.
-No os disculpéis. No pasa nada. Es realmente buena en lo que hace. Se le da genial estafar, mentir, robar y simular. No os culpo a vosotros de nada. ¿Y sabéis que más os digo? Por raro que suene esto viniendo de mi, debéis levantar la cabeza. –Tras estas palabras, se acercó a a ambos. –Great, tu has sido una inspiración para mi. Me has ayudado a conocer mundo. Me has ayudado a entrenarme para ser más fuerte. Siempre que te he necesitado has estado a mi lado. Nada de lo que diga Dusk cambiara como eres. Porque un guardia, no se mide solo por su fuerza como bien ha dicho ella, sino por su corazón. Y el tuyo es enorme.
Herbal estaba comportándose como un autentico líder por primera vez en su vida. Great no daba crédito a lo que veía y oía. Las palabras que tantas veces había dicho él, estaban siendo devueltas para animarle, y nada menos que por el poni tímido y necesitado que había conocido.
-Minty, si no te hubiese conocido en Baltimare, jamás hubiese aprendido que los pequeños detalles pueden provocar enormes cambios. Tu me enseñaste que un dulce, un mero dulce, podía cambiar el estado de animo de alguien. Gracias a ti, he aprendido a ser mas extrovertido, y a ver la vida con otros ojos con la oportunidad que me ofrecisteis Cherry y tú en Alto Terre. Dusk ha usado tú pasado en tu contra, pero tú eres tú actualmente. El pasado esta allí y allí se quedara. Ya no eres aquella Minty que tenia miedo de mostrar su afición, y tienes amigos a tu lado. Y para nada eres esa inútil yegua de pueblo que ha dicho. Ninguno de Alto Terre lo sois, y ninguno en este mundo lo es. Tú vales muchísimo más, y por eso debes levantarte.
Minty en esa ocasión si empezó a llorar emocionada y conmovida por las palabras del unicornio. Ninguno de los dos lo esperaba.
-Me habéis ayudado tanto los dos… No quiero que ahora vosotros caigáis en las palabras de otro poni. Terminemos esto juntos, como empezamos. Los tres como uno. Como hacen los verdaderos amigos. –El también acabó emocionado y soltando alguna lagrima.
Tras el discurso de Herbal, los tres se abrazaron entre llantos y lagrimas. Ese discurso sería el primero que Herbal daría en su vida. Ese discurso, supuso el segundo gran cambio de su vida. Herbal, ya no tenía miedo, se había decidido a luchar por sus amigos, pero ya no luchaba solo con la fuerza que tenía, luchaba con el sentimiento de proteger a sus amigos.
Great, con fuerzas renovadas por el discurso de Herbal, comprendió que lo que realmente necesita para cumplir su sueño es seguir fiel a si mismo. Como guardia, su objetivo personal sería proteger siempre a sus camaradas ante cualquier peligro. Y así sería en la batalla que les esperaba.
Minty dejando su pasado atrás, estaba ahora mas feliz que nunca. Carecía de fuerza física y lo sabía, pero su actitud jovial y alegre había logrado ser de vital importancia entre aquel trió de amigos. Sabía que no debía de temer ante nada ni ante nadie solo porque así lo dijera un tercero. Decidida por las palabras del unicornio, resurgió de sus cenizas para apoyar y salvar el destino de su amigo.
-Bueno chicos. ¿Estamos preparados? Salvemos el destino entre los tres… -Herbal tras todas sus palabras de animo, daba el comienzo a lo que sería la batalla de su vida. Por sorpresa los tres dijeron las últimas palabras al mismo tiempo.
-¡Como verdaderos amigos!