My Little Pony: Sin Fronteras Acto 1 - La gema del espejo
Chapter 12: Luces y sombras
Previous Chapter Next ChapterNOTAS DE AUTOR #12
Hola a todos, queridos lectores. Un capitulo mas de esta saga esta por comenzar, espero que tengais muchas ganas. Aunque antes de empezar, me gustaria comentar unas cositas sobre el capitulo 11.
Muchos quizas se sorprendiesen de que Dusk era la portadora del cuarto orbe (o quizas no y fui predecible), pero mi idea era dar mas juego a la unicornio. Creo que hacerla portadora de un orbe ha beneficiado al fanfic. Especialmente a aquellos que os gustase el personaje.
Por otro lado, la guardiana del lago, Marina, tiene su origen en un juego de lucha en 2D que cree en la universidad. Desde aquel entonces supe que la queria meter en un fanfic, y no se me ocurrio nada mejor que hacerla una dragona milenaria guardiana de algo importante.
No soy una persona que recurre demasiado al canon, como podeis ver. Aunque si lo respeto. En el futuro habra mas cosas canonicas y apareceran mas personajes conocidos por todos, pero por ahora, creo que esta bien la inclusion de OCs.
Sin mas que añadir amigos mios, espero que os guste el capitulo 12... que empieza el salseo de verdad. ;)
Un saludo.
Capitulo 12: Luces y sombras
Una sala de completa oscuridad. Eso era lo único que Herbal podía ver en aquel momento. No se oía ni un ruido. Ni el viento a su alrededor, ni las voces de su maestra, Dusk o Marina, ni los animales al moverse. La sensación era de completa clausura.
Sin embargo, una presencia si se dejaba notar. Estaba en todas partes y a la vez en ningún sitio. Parecía un fantasma en comparación con el poni que había sentido días atrás. Poco a poco toda esa energia se fue acumulando a unos cuantos metros delante de él.
-Asi que al fin has reunido los cuatro orbes… A pesar de que te dije que no lo hicieras, lo has hecho. A pesar de mi advertencia, te has atrevido a hacerlo. Te lo dije la ultima vez que nos vimos, parece mentira que seas el mismo que se escondia de todos. -Las palabras de la oscuridad se aclaraban al tiempo que el cuerpo de aquel otro Herbal iba tomando forma poco a poco y dejaban de parecerse a sonidos de ultratumba para parecerse mas a una voz joven que denotaba rebeldia.
-Sí. Estoy aquí. Y no, no soy el mismo que era. Para proteger a los que más me importan, me he hecho fuerte, más decidido, y menos cobarde. -Daba un paso adelante. -Ya no te tengo miedo, puedo vencerte.
-Veo que vas en serio… ¿Sabes una cosa? Siempre he querido enfrentarme a ti cara a cara. Saber cuan fuerte te has hecho por tu cuenta. -Soltaba una risita el Herbal oscuro. -¿Eres consciente de que aquí solo tu fuerza cuenta, verdad? Nadie vendra a ayudarte.
-Sí, lo se. Y precisamente por asegurarme de que estaran bien, usare todo lo aprendido contra ti.
-¿Ah si? Eso sera entretenido de ver. Me pregunto hasta que punto has mejorado. -Se puso en posicion de combate. -Si de verdad quieres el control absoluto, demuestrame que puedes aprovecharlo. Demuestrame lo fuerte que eres. No entregare mi voluntad a nadie.
-Tu y yo somos uno. Pero solo uno de los debe liderar. No importa cuan fuerte seas, la pesadilla acaba aquí. -Herbal tambien se disponia a atacar.
-¡Que asi sea! -Herbal oscuro se lanzó contra Herbal de frente con velocidad con la clara intención de embestirle. Pero fue esquivado por este último, quien con cierta dificultad por la súbita aceleración de su oscuridad, había tardado unos segundos en reaccionar. -Por poco… te falta velocidad. ¡Vamos! Tenemos el mismo cuerpo, puedes hacerlo mejor.
Herbal, aunque algo extrañado por ese ánimo que le estaba dando su otro ser, decidió lanzarse hacia él para encararlo. Su oscuridad, por supuesto, no dudo en hacer lo propio. Ambos colisionaron cuerpo con cuerpo y empezaron a forcejear.
Estaba claro que sus fuerzas estaban equiparadas, pero la falta de costumbre de Herbal al usar su fuerza bruta, le hacía estar algo en desventaja contra su enemigo. Acabó tumbado en el suelo varias veces consecutivas, pero había conseguido cansar el cuerpo de la oscuridad.
-No está mal… Con algo de entrenamiento en combate podrías estar a mi nivel. Pero aun no estás preparado para tenerme bajo control. -¿Pasamos al segundo acto? Te daré un aprobado justito en físico. -Se reía tras burlarse de él poco antes de iluminar su cuerno en un aura verde oscura.
-¿Duelo mágico? Esta es mi especialidad. Vas a ver el poder de las plantas. He entrenado muchísimo para este momento. -Se armaba de valor.
-Cierto, no has hecho mucho más que sacar un poco de insignificante pólen de plantas y modificarlo… ¿Como de útil te será eso? -Volvía a reírse.
-¡No subestimes mi fuerza, ni las enseñanzas de mi maestra! -Lanzó un rayo de energía hacia delante, algo que había practicado en secreto. Ya que la magia que Zecora le enseñaba, era de manipulación, y no de combate.
-Ja. ¿Así que ya lo estas usando? -Levantó un escudo de magia que disipó el rayo. -Para decirme que no subestime las enseñanzas de esa cebra que llamas maestra, no estás usando sus lecciones… ¡Deja de ser tan hipócrita! Ni tu confías en la manipulación de pólen. Sabes que no vas a ganarme con ese truquito de poca monta.
Esas palabras sentaron como una puñalada a Herbal. Era cierto, no había pensado usar el pólen como arma. Sentía que estaba defraudando a su maestra. -Tienes razón. Debo confiar más en ella y su poder… Así que vas a experimentar lo que soy capaz de hacer de verdad. -Aceptando su error, se dispuso a cambiar la estrategia. Concentrando su magia, intento hacer aparecer pólen a su alrededor, pero no funcionó. Su magia no funcionó.
-Lo suponía… No puedes usarla… -Se decepcionó el Herbal oscuro.
-¿Por qué no… funciona? -Lo volvió a intentar, esta vez logro invocar una pequeña nube de pólen. -¿Dónde está mi magia?
-Permíteme que te explique, señor manipulador de pólenes. Punto uno, no hay flores ni plantas en este espacio, luego no puedes usar pólen natural, solo el mágico que puedas generar en base a los conocimientos adquiridos. No estamos en Equestria. ¡Estamos dentro de tu cuerpo! -La cara de Herbal empezaba a mostrar sorpresa. Era verdad. -Y punto dos, se que puedes invocar pólen, pero tu magia no te permite hacerlo. ¿Sabes por qué? -Le apunto con el casco.
-¿Por qué? -Dijo Herbal dudando.
-Muy sencillo. Lo sé, porque yo puedo usar enredaderas, al igual que tu el pólen, como un arma, manipulándolas como tú haces con el pólen. Por eso se que eres capaz. Y el motivo de que sepa que no puedes invocar ese pólen… es porque la magia de ambos es compartida. Cuando los dos somos uno en la vida real, nuestra magia, aunque distinta, fluye igual para ambos. Así que yo puedo usar parte de la tuya, y tú parte de la mía de manera inconsciente. Ahora, estamos luchando por tener el control y nuestra magia está dividida en lo que en esencia somos. Tú dispones solo de tu magia, y yo de la mía. ¿Te das cuenta de que significa esto?
Herbal no daba crédito a lo que oía. Desde que había empezado el duelo, su sombra había dicho puras verdades. Y lo peor era que no recordaba esos detalles, hasta ese momento. -No… No querrás decir…
-Eso es, lumbrera. Por fin te das cuenta. -Se reía una vez mas mientras se burlaba de él. -Mi magia no es tan poderosa ahora, porque siempre me he aprovechado de parte de la tuya. Pero la tuya… ¡No es ni por asomo tan fuerte como antes, porque no tienes la mía para fortalecerla!
La voluntad de Herbal se venía abajo. Tenía razón en cada palabra que decía. Su oscuridad no perdía la calma, tenía todo bajo control. Mientras que él, obcecado por la fuerza que le podía conceder la gema del espejo y la emoción del momento, había olvidado esas cosas tan lógicas.
-¿Y bien, señor "voy a vencerte con mi fuerza", que harás ahora? ¿Vas a seguir enfrentándome? O…
No podía rendirse. La derrota en aquel momento no era una opción. Debía ganar costase lo que costase. -No estoy acabado… Es cierto. No tengo la fuerza que creí tener. Pero no soy tan débil como crees… voy a seguir enfrentándote hasta el final. -La voz y actitud de Herbal poco a poco parecían volver a las habituales, pero sí que podía mantenerse firme contra él. Al menos un poquito.
-Siento miedo en tus palabras. Parece que esa chulería se te está cayendo en pedazos. Pero aun sabiendo que no eres rival para mí, ¿vas a seguir? Quizás sí que hayas madurado un poco después de todo. -Le aplaudía un poco. -Pero no me ganaras. Jamás podrás. -Después de acabar la frase, hizo aparecer unas pequeñas enredaderas para acto seguido lanzarlas contra su luz.
Herbal esquivaba con ligera torpeza algunos ataques muy bien calculados. Era palpable su mejoría física, y eso le reconfortaba. Quizás no pudiese recurrir a tanta magia como pensaba, pero se le ocurrió que quizás pudiese usarla de otra manera.
Levantó un escudo mágico para hace rebotar las enredaderas de su oscuridad. Al mismo tiempo, empezó a concentrarse cerrando los ojos.
-Venga ya… ¿Me subestimas? No tienes sentido común, ¿o qué? -El escudo empezaba a ceder, las enredaderas lo azotaban con mucha fuerza. Pero poco antes de romperse, el cuerno de Herbal se iluminó en un ligero centelleo para quedarse en un brillo semipermanente en su cuerno.
-Para proteger a los que más me importan... Se me enseño a confiar en los demás y a creer en mí. Tú me has hecho recordar estas cosas, y me has dado mucha información. Ahora me toca demostrarte mi poder. -Empezó a correr hacia él para enzarzarse de nuevo en un combate cuerpo a cuerpo.
-No me seas crio. No soy tu niñera. Me quedare con el control del cuerpo a cualquier precio. -Cayendo en la provocación, sus cuernos chocaron como si de espadas se tratasen. Herbal, trataba de esquivar todas las acometidas de su rival, pero a duras penas podía aguantarle. Empezaba a agotarse.
-Bueno, esto se ha alargado demasiado. Es hora de acabar con esta batalla y reclamar lo que me corresponde. -La sombra se dispuso a dar el golpe de gracia, pero en ese momento, algo le retuvo. Le costaba moverse, sentía su cuerpo paralizado. -¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo moverme?
-Por fin ha funcionado… ha faltado muy poco… -jadeaba. -El pólen ha hecho su efecto…
-¿Cómo que pólen? -Se quedó en silencio esperando la respuesta mientras intentaba moverse. Sí que lo lograba, pero le costaba horrores.
-Desde antes, he estado diseminando pólen mágico cerca de ti. Cuando he cerrado los ojos, era para centrarme en esta magia, y al final he logrado un flujo semiconstante de pólen paralizante. Antes me has enseñado que confiaba demasiado en mi poder. Y te lo agradezco… porque eso me ha distanciado de ser como tú. Porque tú has subestimado mi magia haciendo que perdieses atención sobre mi cuerno. Y he conseguido frenarte.
La oscuridad se quedó perpleja por un momento. Era verdad, se había descuidado. Al igual que él unos minutos atrás. Acabó riéndose. -Me has pillado con la guardia baja, lo reconozco. Pero tu pólen desaparecerá y entonces te mataré y encerraré tu alma en la gema.
-¿No crees que ya es suficiente? Te noto tan agotado como yo, pese a que lo disimulas muy bien…
-No parare hasta ver mis sueños cumplidos. No parare hasta vencerte a ti. ¡No parare hasta matar a todos los que se oponen a mí y me han hecho daño! -Gritaba ya sin ocultar con tanta valentía su cansancio.
-Espera… ¿Qué? -Herbal abrió los ojos como platos. -¿Has dicho… a los que te han hecho daño?
-Claro que si cenutrio. ¿Tú no los odias? Nos torturaron, nos hicieron daño… quería asesinarlos a todos. Pero tú y esos dos que llamas amigos, decidisteis escapar. ¡Me privabais de mis deseos! -Gritaba enfadado. -¿Cómo voy a dejar que un cobarde como tú, controle mi alma? Acabaríamos muertos.
Herbal no sabía que decir. Le acababa de ser revelada una verdad que jamás había planteado.
-Si te controlo, podre volver y destruirlos a todos. Yo tengo valor para ello. Estoy decidido a ganarles. -Seguía caminando, pero poco a poco se frenaba agotado.
-Tú realmente… quieres… ¿Por qué no me has dicho nada de esto antes…? -Decía con una voz muy preocupada.
-¿De qué serviría? Tú me odias. No me escucharías. Yo hago las cosas a mi manera.
La magia de Herbal se deshizo inconscientemente. Liberando así a su oscuridad de la parálisis. -No somos tan… diferentes.
-¿Qué quieres decir? -Preguntaba intrigado y sorprendido.
-No hui por simple miedo… sino porque no era fuerte para enfrentarles. Mi sueño es volver y cambiar las cosas, pero no podía sin ser más fuerte. -Con cara tristona, Herbal confesaba sus pensamientos.
Hubo un incomodo silencio tras el cual, la sombra se alejó de él. Esto impresionó a Herbal, quien esperaba su muerte.
-No te creas que has ganado. Lo dejaremos en empate. Me niego a entregarte mi alma hasta que no me demuestres el valor que hace falta para poder cumplir ese sueño tuyo. Vuelve a entrenar, porque la próxima vez no hare excepciones. Iré a por ti como si fueras la suma reina.
Herbal tardo en responder, pero mientras la sombra se desvanecía, alcanzó a gritarle. -No es solo mi sueño…¡Es el tuyo también!
Instantes después no se notaba dicha presencia, y empezó a sentir calidez en su interior. Volvía a sentir el exterior, estaba volviendo a la realidad.
-¿Eh? -La expresión de Herbal mientras miraba alrededor mostraba dudas.
-Bienvenido de nuevo. Parece que no lograste tu objetivo. -Marina observaba mostrando una sonrisa tranquilizadora.
-¿Cómo has sabido eso? ¿Nos has estado observando? -La pregunta de Herbal hizo reír a la dragona.
-Claro que no. Pero no ha habido la reacción que esperaba. Así que deduzco que no lograste tu objetivo.
-Sobre eso… tengo mucho que pensar. Señora Marina, ¿puedo volver a probar cuando quiera?
-Mientras la energía de los orbes se mantenga fuerte sí. Alrededor de dos semanas de tiempo estimo que tienen. Tras ese tiempo, se dispersaran de nuevo. Y yo volveré a mi letargo hasta la próxima vez que sea invocada. -Dejando el unicornio en tierra firme, Marina daba las explicaciones pertinentes.
-Dos semanas… tengo dos semanas para aclarar… mis ideas… -Herbal se mostraba triste, pensativo. Aquella confianza que mostraba antes había desaparecido por completo.
-Cuando quieras podrás regresar aquí para volver a probar, pero recuerda que fallar podría privarte de tu libertad. -Zecora se acercaba al unicornio al tiempo que Marina decía estas últimas palabras.
-Herbal, ¿Qué ha pasado? Te veo muy desanimado.-Le acariciaba la mejilla.
-Ha sido una experiencia totalmente sorprendente. Y he descubierto cosas que no esperaba saber. Ahora mismo no se qué pensar.
-Bueno, lo que en verdad necesitas es descansar, así que vamos a casa por tu bienestar. -La cebra ayudaba a levantarse a Herbal, quien aun no estaba totalmente recuperado.
-No os olvidéis de mí. Aun tenéis mi orbe. Estamos juntos en esto. -Dusk con cierto tono molesto, se acercaba a ellos.
-Dusk. ¿Puedo tomar prestado tu orbe unos días más? He estado tan cerca… no quiero abandonar ahora.-La pregunta de Herbal sonaba suave y tímida. Como de costumbre.
-¡Al fin empiezas a sonar como el Herbal que conozco! Me quedare por la zona durante dos semanas. ¿Es lo que necesitas, no? Quédatelo por el momento.
-Gracias. Te lo devolveré tan pronto acabe este ritual. -Dusk devolvió una sonrisa tras las palabras del unicornio a modo de respuesta.
-Yo estaré aquí. Si necesitas hablar o alguna cosa pedir, no dudes en acudir a mí. -Marina acababa la conversación tras despedir con una pequeña reverencia y desapareció bajo el lago.
Durante los siguientes días, Herbal pasó la mayor parte de su tiempo pensando en lo que paso en el lago. Le dejó en shock saber que su otro él, deseaba lo mismo que él. O al menos, si no le estaba engañando.
Dusk que se alojaba en la cabaña de la cebra también, salía en busca de rarezas por la zona. No solía volver con grandes bolsas, pero si traía gemas de aparente gran valor.
Una de las tardes de aquellas dos semanas, Herbal y Zecora recibieron la visita de Great y Minty. A decir verdad, con todo el tema de la gema del espejo, apenas había tenido tiempo para ellos, y como su actitud en aquel entonces era más individualista, quería sorprenderles.
-Hola Herbal. ¿Qué tal te va? Hace bastante que no apareces por Baltimare. -Minty saludaba con su característica alegría.
-Hola chicos… gracias por venir, y lamento no haber ido a veros. -Suave y tímido, Herbal respondía.
-¿Eh? ¿Te ha pasado algo? Te noto cambiado. -Sorprendido, el terrestre preguntaba.
-Sí. Ya no pareces el mismo de hace unos días, sino nuestro verdadero amigo. -Minty ponía una cara de alivio al ver que el unicornio volvía a su actitud dulce.
-Han pasado cosas que me han hecho pensar. Mucho. Y no me tengáis en cuenta el no haberos visitado… quería demostraros que era capaz de afrontarlo solo.
-¿Afrontar solo? Espera… no me digas que… -Great tras pensar en sus palabras, abrió la boca de par en par.
-En efecto. En estos días, he conseguido el cuarto orbe. Y también he despertado a la guardiana del lago… Y me enfrente a él. -Herbal resumió todo lo sucedido en una sola frase.
-¿Te has enfrentado a tu oscuridad? ¿Ganaste? ¿Cómo has conseguido el orbe? ¿Cómo es la guardiana de la leyenda? -Minty en un ataque de emoción se lanzó encima del unicornio con ganas de saber la respuesta a todas sus preguntas.
-Cálmate Minty. Por favor. Te lo contare todo. -Herbal no se esperaba aquella reacción y se llevó un susto. Cuando se recupero del impacto inicial de la yegua terrestre, comenzó a contar toda la historia.
-¿Y por qué no nos has dicho nada hasta ahora? Podríamos haberte ayudado en algo… -Great se ofendió un poco. Sentía su confianza traicionada.
-Lo siento chicos… tenéis razón. Siempre hemos estado juntos desde que estoy aquí… y yo os he fallado. Solo quería demostraros que puedo afrontar esto solo. -Agachó la cabeza arrepentido.
-Escucha Herby. Los amigos estamos para estas cosas. Entiendo que quieras afrontar tus problemas solo, pero con amigos todo sale mucho mejor. -Minty se ponía algo seria para soltar el sermón. -Hemos decidido ayudarte en todo lo que podamos. No tengas miedo de pedir ayuda. La unión hace la fuerza. -A pesar de hablar seria, sonrió al final.
-Tenéis razón. Tenéis toda la razón. No volveré a pensar en hacerlo solo… os quiero a mi lado. Siempre. -El unicornio finalmente levantó su ánimo.
-Ese es el espíritu Herby. Una vez resuelto esto… ¿Has dicho que Dusk tenía el cuarto orbe, no? ¿Pero dónde está ahora? -Minty miraba alrededor de la casa buscándola.
-Suele salir todos los días a buscar tesoros o minerales. Solo viene a casa para dormir. Pero si, ella me prestó el orbe. Sigue sin gustarme su manera de actuar y hablar, pero me acabo prestando el orbe. -Explicaba el unicornio a sus amigos.
-¿Lo ves? Te dije que era una buena yegua en el fondo. Muy maleducada, pero buena. -la yegua sonreía.
-A mi me preocupa más lo otro que has mencionado. Lo de que tu otro tú tiene tus mismas aspiraciones. Es raro. Muy raro. -Great se llevaba un casco a la cabeza.
-Sí. Lo sé. Llevo todo este tiempo pensando en ello. Intente contactar con él, pero no me responde.
-¿Crees que te está engañando otra vez? -Minty preguntaba con cierta seriedad.
-Es posible. Pero sinceramente, todo fue demasiado raro. Parecía contenerse. Apenas me atacó… Es como si buscase algo. Incluso me dio un golpe de realidad al hacerme ver que no era como yo creía ser.
-¿Por qué haría él eso? -Great no salía de su asombro.
-No lo sé. No sé si me intentaba destrozar atacando mi mente. No sé si realmente me estaba ayudando. No sé nada… solo que la próxima vez, no se andara con chiquitas.
-Si que parece peligroso. ¿Estás seguro de estar preparado? -Minty se acercaba algo más a él, pues estaba muy triste.
-No lo sé. He perdido seguridad en mí mismo. Antes me veía capaz, pero pude comprobar que mi magia no era suficiente. Es más fuerte que yo. Ya no tiene que ver con mera voluntad o fuerza de mente. Si lucho contra él, estoy acabado. -Herbal se vino abajo.
-En ese caso, déjanos ayudarte. No somos unicornios, pero podemos intentar ayudarte a mejorar tu magia. ¿Cuántos días te quedan? -Great ponía cara de confianza.
-Faltan cuatro días para el último día de Marina.
-Entonces nos machacaremos a entrenar durante cuatro días. Así estarás algo más preparado. -Acababa Great.
-¡Eso es! Yo también ayudare. Hagámoslo los tres juntos. -Minty se levanto de golpe con alegría.
-Amigos… Sí, eso es. Juntos podremos. Creo en ello y mientras crea podre. ¡Vamos a entrenar! -Herbal se había animado mucho y liderando la marcha, pusieron rumbo a un espacio amplio donde entrenar. -Lo único que debo recordar, es intentar usar el mínimo posible de su fuerza mágica, sino… no podre plantarle cara. Sera difícil, pero podre.
Los últimos días se sucedieron con relativa tranquilidad. Herbal, junto a sus amigos, había conseguido aumentar su fuerza, un poco cada día. Por supuesto, no se fiaba de lo que había logrado entrenando. Sabía por parte de su oscuridad que dentro de su cuerpo, no podría tener las facilidades de las flores o la magia de su otro él.
Esa última noche, los cinco se reunieron en la cabaña de Zecora. Esa noche, la pasarían todos juntos. Dusk se mostraba feliz ante todos. Parecía ilusionada y emocionada por lo que ocurriría al día siguiente.
-Mañana es tu día. ¿Está mi miedoso amigo listo? -Como siempre, un vacile por parte de la oscura unicornio.
-He estado entrenando mucho estos días. No soy el más fuerte, y no será fácil, pero ganare. Esta vez sí que lo hare. -Herbal intentaba mostrar confianza, pero se le daba fatal fingir.
-Ya, claro. Lo que tú digas. -Reía.
-Yo tengo plena confianza en él. Se ha portado muy bien durante los entrenamientos y ha aumentado su fuerza. -Great daba ánimos al unicornio rayado.
-¿Soy la única que cree que ese entrenamiento también ha podido beneficiar a su otro él? -Dusk preguntaba pícaramente.
-Es posible. Pero he intentado usar la menor cantidad de su magia posible. Desde aquel día, he aprendido a diferenciar la sensación de su magia y la mía… y aunque es imposible separar la esencia de ambas, si que puedo limitar su uso. -Herbal explicaba extensamente. -Debería haberme beneficiado más a mí que a él.
-Y cuando ganes lo celebraremos todos juntos. Le diré a Cherry que prepare sus mejores dulces. -Minty alegre pensaba en el futuro.
-Deberíamos acostarnos sin demora, para poder con fuerzas afrontar la tormenta que mañana toca. Herbal, especialmente tú debes saber, el tremendo peligro que vas a correr. Pase lo que pase, no olvides jamás, que todos nosotros juntos te vamos ayudar. -Zecora daba unas últimas palabras a Herbal.
-Gracias a todos, amigos míos. Mañana será un día duro. Buenas noches. -Herbal se despedía camino a su habitación. El resto de ponis hicieron lo propio.