Login

Pony y tecnologia

by grimash

Chapter 10

Previous Chapter Next Chapter

Ponys y Tecnología

Parte 10

Gustos y disgustos

My Little Pony no me pertenece, solo hago este fanfic con el objetivo de entretener.

En una posada, donde dos yeguas estaban sentadas a la puerta del baño, una pegaso y una unicornio.

— Vamos, Daring, no quiero perderme los jalapeños —dijo Sunlight golpeando la puerta.

— ¡No voy a salir hasta estar segura, puede que al final sí sea alérgica a los jalapeños!

— No creo que lo seas, solo es que uno te cayó mal y nada más. No a todos les gustan los jalapeños la primera vez que los prueban.

— No pienso arriesgarme, por eso entré con esta prueba que compré de una farmacia para ver si soy alérgica a los jalapeños.

— ¡Vamos, por favor, qué problema tienes con los deliciosos jalapeños!

La unicornio Ginger, que ya estaba mejor y se unió a la celebración, recogió con el casco la cajita de cartón que Daring Do dejó caer antes de entrar en el baño.

— Disculpe, pero esta no es una prueba de alergia de jalapeños.

— ¿No es una prueba de alergias? —preguntó la exploradora desde el otro lado de la puerta.

— No, es una prueba de embarazo.

— Entonces creo que ahora tengo dos problemas.

Mientras tanto, en Ponyville…

Una pareja estaba en medio de algo que parecía ser una cita, claro si por cita se entiende el embadurnarse mutuamente helado por todo el rostro, en ese caso, sí se podría decir que era una cita.

— Y entonces me dijo: "No puedes manejar esa locomotora sin supervisión", y yo le respondí: "¡Cielos, no sabía que para manejar una locomotora necesitaba súper poderes!"

— ¡JAJAJA (snort) ! ¡Cómo me habría gustado estar en ese concurso de bordado! —respondió Pinkie entre carcajadas.

— Ni que lo digas, la pasé bien, aunque si hubieses estado allí, la fiesta habría sido épica.

— Yo mas bien diría "hípica" —algo relacionado a los caballos.

— Pocas veces puedo divertirme tanto (suspiro)…

— ¿No te diviertes haciendo fiestas y organizando eventos?

— Eso desearía, pero mientras más grande sea una fiesta, más cosas tengo que organizar. No siempre puedo darme el lujo de divertirme tanto como quisiera.

— Te entiendo muy bien. Hace tiempo pasé por muchas cosas para organizar la bienvenida a los representantes de Yakyakistán en Ponyville… ¡Tuve que viajar hasta las montañas más lejanas y recorrer Appleloosa dos veces… El Imperio de Cristal… Y también enfrentar la separación de una de las mejores bandas de las que pude formar parte… Todo el mismo día!

Me tomé la libertad de poner puntos suspensivos para no dar demasiado a leer, créanme que esta pony rosa a veces habla como si le pagaran por palabra.

— En serio, Pinkie, no hay más como tu —le dijo con una sonrisa.

— ¿Escuchaste lo que dije?

— Cada palabra.

— ¿Y no te aburriste o asustaste de que hablara tanto tiempo sin respirar?… Lo que me recuerda… AAAAAAAAHHHHHHHHHH —toma una gran bocanada de aire.

— Jejeje. No, no me aburres ni asustas, tampoco me molestas, lo que pasa es que quiero aprovechar ahora que puedo para escucharte, que hace mucho que no paso por aquí y creo que me hacía falta charlar con alguien que sabe lo que se siente.

— ¿Qué cosa?

— La maldición del payaso.

— ¿Hablas de esa carga emocional de estar dispuesto a sacrificar un poco de tu felicidad para que los demás puedan ser felices?

— Esa misma, por eso eres única, entiendes las cosas, lo difícil que es y sigues haciendo todo con tal de ver sonrisas en los rostros de los demás.

— No es para tanto, solo hago lo que cualquier payaso haría.

— Yo no diría eso —la interrumpió un mesero disfrazado de payaso, porque estaban en una heladería con el tema de circo—, Pinkie, haces más que animar fiestas. Por cierto, aquí están sus órdenes: Un banana split con catorce bolas de helado de diferentes sabores y dos copas de helado de chocolate con soda para la señorita y su novio.

Por suerte ella ya era rosada, así no se le notaba tanto el rubor en sus mejillas. Para expresar los pensamientos podemos usar algo como ("esto")

— Creo que es un poco apresurado decir que seamos novios —explicó Cheese—, estamos tratando de ponernos al día porque estuve de viaje ("YEEEEEEAAH , HASTA UN PERFECTO EXTRAÑO PIENSA QUE SOMOS PAREJA A PRIMERA VISTA!").

— Como diga, joven, pero le sugiero que aproveche mientras pueda —guiño, guiño.

Esperaron a que el mesero se alejara. Entonces Pinkie le lanzaría una mirada más que penetrante y juguetona.

— ¿Así que cuándo ibas a pedirlo? ("Está bien que te tomes tu tiempo, pero tampoco te tomes el mío")

— ¿De qué hablas? ("¡RAYOS, ya empezó a verme fijamente! Ahora, Cheese, contrólate, si te dejas llevar hasta te podrían acusar de acoso sexual… jeje, acusado de haber acosado, suena chistoso… ¡Oh NO! No me a quitado la vista de encima") No se qué habría de pedirte.

— Vamos, tontito, se te notaba en la cara que estabas muy feliz cuando el mesero dijo que éramos novios.

Dicho comentario puso al descubierto la verdadera razón por la que Cheese organizó esta cita. Pinkie, nuestra amiga rosa, puede parecer un poco alocada y hasta muuuy despistada, pero eso no significa que lo sea del todo. Ella, para saber cómo animar la fiesta para alguien, está obligada a entender sobre los gustos y aversiones del individuo, lo que le llevó a desarrollar una agudeza excepcional para comprender la forma de actuar de los que la rodean.

Ella ya sabía que su amigo estaría muy nervioso para dar ese paso, así que optó por dar un ligero empujón al asunto, aunque "patada" describiría mejor la forma en que lo hizo. Le guiñó un ojo al mesero con disfraz de payaso que estaba del otro lado del lugar atendiendo otra mesa, confirmando su complicidad y el éxito de su plan de intervenir para sacar el tema.

— ¿Y bien, qué vas a decir?

— Yo… —Admitámoslo, estaba acorralado y la única opción que le quedaba era decir la verdad— Pondré cartas sobre la mesa…

Mientras por una ventana se veía la escena en la que un pony terrestre estaba levantándose de su asiento para acercarse y decirle unas palabras a una pony rosa, por la calle caminaba otro pony terrestre, uno de manto marrón claro y melena descuidada de un tono más oscuro, estaba acompañado por una pegaso gris con cutie mark de burbujas.

— Por favor, no te enojes por un tecnicismo —dijo el doctor.

— ¡Ese no es un tecnicismo, era una yegua la que hablaba, sabía todo acerca de ti!

— No creo que lo sepa todo, algunas cosas ni te las cuento a ti ("Ups, no debí decir eso")

— ¡Es el colmo, usted me prometió que siempre me diría la verdad! —reclamó la pegaso.

— No es que haya mentido descaradamente, es simplemente que no vi la necesidad de dar cierta información, algunas cosas son simplemente irrelevantes.

— ¡Cómo puede decir eso, nada suyo es irrelevante para mi!

— Tampoco quería causar molestias ("Además de que no quería provocarte otra de esas jaquecas que te dan cuando trato de explicarte sobre esos temas")

— No me importa si hizo algo malo o si es difícil de explicar, guardarse demasiadas cosas no es bueno. Es como el correo, siempre hay cartas que se pueden mostrar a los demás cuando el destinatario las abre.

— Sin embargo —ahora añade el Dr.—, también existen las cartas personales de naturaleza privada, uno puede decidir si mostrar o no su correspondencia a otros.

Con eso la pegaso se quedó callada, casi masticando su derrota en la discusión.

— "Gire a la derecha y siga caminando recto cruzando tres calles más"

— ¡QUIEN ES ESAAA Y POR QUÉ SABE A DONDE VAS! —Exclamó enojada.

— Por favor no desesperes, que solo es la voz del GPS.

— "Recalculando"

— ¡MALDITA ENTROMETIDA, YO SERÉ LA ÚNICA QUE RECALCULE CON EL DOCTOR!

Gritó Derpy aplastando el dispositivo, que curiosamente todavía estaba en la pata del doctor Whooves, causándole un fuerte dolor. Con eso se van al agua los muchos bits que gastó en su smart watch.

— Derpy —dijo tratando de contener su enojo—, ese reloj inteligente me costó mucho dinero.

— Pues a mi no me pareció muy inteligente de su parte meterse donde no la llaman, creo que lo estafaron, Doctor.

— No quise decir que sea un ser con inteligencia propia, sino que es un asistente virtual que me ayuda a recordar cosas importantes, como la ubicación de mi casa.

— ¡Una asistente! —se llevó los cascos a la boca por la impresión— ¿Qui … Quiere reemplazarme?

— No, no quiero reemplazarte, eres invaluable. Lo que quise decir es que es una herramienta, algo así como un cuaderno parlante que dice lo que anoté previamente.

— ¿Y por qué tiene una voz de yegua? —volvió a mostrar una desviada e inquisidora mirada de esas que hacían temblar al científico.

— Yo, yo solo tenía dinero suficiente para comprar esta versión… Sí, solo por eso, además había que pagar más si quería cambiar la voz del asistente virtual —dijo esto último bastante nervioso.

— Hummm… Solo esta vez le creeré, pero la próxima vez que lo vea fraternizando con una yegua —lo tenía su rostro amenazante a pocos centímetros del rostro del acusado— , real o virtual, haré lo que Batmare le prometió a Supermane.

— Seré curioso, pero ¿qué le prometió?

— ¡SANGRARÁS! —ya me da miedo describir el fuego en la mirada de la pegaso.

El pobre semental no pudo hacer nada más que sucumbir, asentir con la cabeza y esbozar una sonrisa por el nerviosismo con que se encontraba. Al final ya estaba dispuesto a resignarse.

— Ya qué… —suspiraba derrotado— allá van mis ahorros de seis meses.

— ¿Tanto le costó eso? —preguntó ahora preocupada por la expresión del doctor.

— Solo era un artefacto moderno, posesiones materiales y nada más.

— Pero eso no cambia que haya tenido que ahorrar por seis meses para comprarlo y que al final acabe…

— ¿Roto por las pisadas de una pegaso?

— Eh… Sí —admitió algo avergonzada—, pero creo que puedo compensárselo —cambió a una mirada tierna, luego a una seductora, luego frotaba su cabeza en el cuello del doctor.

— Me temo que no será necesario —retrocede un paso—, de todos modos no me gustaba mucho el color de esa cosa.

— Aún así —parpadea juguetona—, recuerde que soy una agente del servicio postal de Equestria y los agentes del servicio postal somos muy responsables. Por ejemplo, cuando algún documento se pierde en la alcaldía ¿quién cree que es la responsable?

— Jeje, buen punto.

— Así que… —se eleva con sus alas y levanta a su compañero— es hora de asumir la responsabilidad.

Dejemos solos a esos dos con sus asuntos, porque alguien estaba en una situación un poco más… Yo creo que para describirlo usaríamos la palabra "tortuosa".

Jardín trasero de la Boutique Carusel…

— Sigue cavando.

— Pero ya estoy cansado.

— ¿Quieres que te de algo de motivación extra? —sonrió Apple Bloom poniendo su rostro a menos de medio centímetro del del dragón.

— No hace falta —suspira desanimado—, seguiré cavando.

— ¿Quién lo diría? ¿será que mis encantos son suficiente para convencerte de hacer algo que no quieres?

— La verdad es que estoy más motivado por que tu casco está muy cerca del botón de la app que enciende este collar eléctrico que tengo puesto.

— ¡RESPUESTA EQUIVOCADA!

Gritó la potranca mientras presionaba el dichoso botón. Varias descargas después, la pegaso naranja hizo su aparición.

— Hey, Bloomie ¿ya terminaste con Spike? Que ya me toca… —se detuo un momento para ver al escamado humeante en el suelo— Déjame adivinar, no dijo lo que querías oír.

— No es que simplemente no haya dicho lo que quería oír, lo que me enojó es que dijera justo lo que no quería oír.

— Como sea, ya pasó tu turno y ahora es el mío.

— Pero no terminó de cavar la fosa para el castillo gigante de arena —dijo con cara triste—. Ese tipo de trabajo lo debería hacer él hasta terminarlo.

— Para empezar, eres una Apple, eres fuerte y capaz de terminar cualquier cosa que te propongas. Y para terminar, si sigues obligándolo a tu manera acabará cocido del todo.

— No es mi culpa que esa lagartija morada meta la pata cada vez que le doy una oportunidad —voltea disgustada.

— Bloomie, ya hemos hablado de esto. Él no es un juguete que haga todo lo que se te antoje.

— ¿Y qué planeabas hacer con él en tu turno?

— ¿Yo? —dijo algo avergonzada— Jeje… Solo iba a decirle que consiguiera algo de miel del panal de un árbol cerca del bosque Everfree.

— ¿No es muy arriesgado?

— ¿Alguna vez has probado miel hecha por abejas silvestres que se alimentan de flores exóticas y que luchan con todo para protegerla? Esa miel es de la mejor y nadie se les acerca por sus picaduras, ni siquiera Fluttershy.

— Repito la pregunta ¿No es muy arriesgado? …. ¿Hacer que Spike vaya por esa miel por un simple capricho? —inquirió la terrestre entendiendo que la pegaso simplemente estaba inventando una excusa para llevarse al dragón lejos.

— Yo… ¡Un momento, qué le está haciendo Sweetie a Spike! —señaló la pegaso a la unicornio que había rodeado al dragón con su aura verde.

— ¿Yo? —respondió Sweetie Belle— solo estoy curando a Spike, casi lo cocinan.

— ¿Y desde cuándo sabes curar de esa manera?

— Desde la vez que intentamos ser Cutie Mark Crusader Acupunturistas —Tratamiento oriental en el que te clavan agujas para hacerte sentir mejor— y practicamos con Spike y usamos clavos porque las agujas no atravesaban sus escamas.

— Sí, ahora que lo recuerdo —comenta Apple Bloom—, no fue tan buena idea pedirle a mi hermana que nos preste su martillo. Al final empeoramos todo.

— Fue pura suerte que Spike no nos acusara con Twilight —agregó Scootaloo.

— Tampoco nos acusó cuando lo dejamos una noche encerrado en un sótano —añadió Sweetie.

— No recuerdo que hayamos hecho eso juntas.

— Jeje, creo que esa vez solo fui yo.

— Al final Spike siempre es bueno con nosotras ¿no les parece, chicas?

Todas asintieron por el punto que destacó Apple Bloom. En común acuerdo, se acercaron al dragón y le quitaron el collar eléctrico.

Spike, ya en mejor estado no entendía bien lo que estaba pasando, pero el sentir libre el cuello de aquel artefacto era suficiente para hacerlo sentir más tranquilo.

— Chicas, gracias —se soba el cuello—, no sé qué decir.

— No lo tomes como una muestra de debilidad —dijo Apple Bloom con una sonrisa—. Es solo que eres demasiado bueno y te debemos demasiado como para que te obliguemos a aclarar tu mente por la fuerza.

— ¿Deberme demasiado? Pero si no me deben nada.

— ¡Por Celestia, lo está haciendo otra vez! —reclamó Scootaloo.

— Spike, ahora estás siendo demasiado bueno, hasta me dan ganas de darte una bofetada —levanta el casco con gesto amenazador—… Pero con esa mirada y esa actitud de "no te voy a devolver el golpe" que tienes son demasiado —dijo a regañadientes.

— ¿Y entonces? —intervino Sweetie Belle— ¿le decimos directamente o lo seguimos torturando con indirectas?

— Mejor seamos directas.

— Yo me encargo —se adelantó Scootaloo—. Spike, ya debes darte por vencido con la hermana de Sweetie, ya de por sí es raro que te estés haciendo ilusiones con una unicornio bastante mayor que tú.

— Scoots, no creo que la edad sea el problema —comentó la joven Apple.

— Bueno, como sea. Lo que queremos decirte es que ya llevas mucho tiempo obsesionado con esa unicornio y ya va siendo hora de que dejes de soñar con alguien que no te corresponde. Twilight nos ha enseñado que no es bueno hacerse de falsas esperanzas. Ella siempre será una amiga, pero nada más.

— Si Twilight dice que la amistad es genial —agregó Sweetie Belle pensando en voz alta— ¿por qué la friendzone es tan mala?

— No tenías que recordármelo —dice Spike con cara de cachorrito regañado.

— Lo importante ahora, Spike —prosigue la terrestre—, es que preferiríamos verte con alguien que sí te corresponda… Eres demasiado bueno y, como tus amigas, no queremos verte ser infeliz de esa manera.

Por un momento se hicieron presentes múltiples recuerdos en la mente de Spike. Siempre dejó que sus sentimientos fuesen aplastados por unas pezuñas bien limadas y esmaltadas, permitiendo abusos que un dragón normalmente no permitiría. Recordó las veces que era apartado contra su voluntad a conveniencia de la unicornio, que no siempre era invitado a los eventos que la misma organizaba, excepto cuando Twilight estaba invitada, aunque no siempre garantizaba una invitación para él. Recordó las innumerables veces que fue no solo asistente de Twilight, sino también el de Rarity, dejando que lo usara hasta como alfiletero. No pintaba nada bueno desde su perspectiva.

— Creo que necesito un momento a solas, chicas.

— Bueno, no estaría mal que lo pienses, pero vuelve pronto a la casa de Rarity, ella no sabe que nos escapamos hace media hora.

— Ok, solo quisiera pedirles que no traten de hacer alguna locura mientras no estoy.

— No prometemos nada, así que date prisa.

El dragón se alejó varios metros y las CMC ya estaban camino hacia la casa de Rarity.

— ¿No crees que fuimos demasiado duras con él? —preguntó Sweetie Belle.

— No, además eso es lo que hacen los amigos.

— ¿Qué cosa? ¿Decirle a sus amigos dragones que su vida amorosa da asco? —preguntó la pegaso.

— La verdad, Scoots, la verdad.

— A mi no me pareció que fuiste del todo sincera.

— Shhh, ni una sola palabra. Esperaré a que sea un buen momento, ahora no sería justo para él porque ahora está muy vulnerable.

— Pues creo que Sweetie quiere aprovechar esa vulnerabilidad.

Dijo Scoots al ver a la unicornio corriendo hacia el dragón.

Castillo de Twlight…

La unicornio estaba recostada en el suelo mirando hacia la pared, por alguna razón su crin estaba desordenada y se encontraba en posición fetal, acariciando su cola como si de un peluche se tratara. Tenía una mirada perdida y una expresión preocupada en el resto de su rostro.

— Permanece calmada, Twilight. Esas cosas hasta pudieron ser efectos especiales. No hay manera de que una yegua y un semental hagan esas cosas y las pongan en la ponynet para que todos los vean, tampoco es posible que alguien haga esa cosa rara con una espátula porque las espátulas no se usan así… La espátula.

Unos golpes a su ventana no la sacaron de su trance, sino que por acto reflejo respondió al sonido.

— Adelante, pase.

— ¿Twilight, estás bien?


Y con eso por ahora, un placer volver a escribir, aunque no tan largo y tendido como quisiera ni con la calidad que desearía, pero algo es algo. Lamento la tardanza y agradezco cualquier crítica constructiva.

Bueno, sin más qué decir, se despide Old Grime…

Next Chapter: Chapter 11 Estimated time remaining: 0 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch