Lo Que Somos Ahora
Chapter 50: Un Día A La Vez
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La noche no estaba siendo su mejor aliada.
Se había vuelto en una constante lucha para al menos descansar unas horas antes del amanecer y, aunque logre dormir toda la noche, despertaba completamente agotado y sobresaltado, como asustado. Pensando lo peor entre la angustia de su caótico palpitar del corazón.
Ahora, acostado con la mirada fija hacia arriba, Moon White soltó un suspiro para escuchar una delicada respiración a su lado. Él movió su cabeza discretamente, para cerciorar que al fin, Twilight había conciliado el sueño.
Esto se había vuelto una rutina, el que la acompañara en su cuarto hasta que ella sea derrotada por el sueño. Twilight era el tipo que no dejaba de pensar todo el tiempo tantas cosas a la vez y estando sola, era como si le dieran más cuerda al revoltijo de pensamientos que atormentaban el sueño. Aunque acompañada no se quedaba muy atrás, pero apenas puesto su cabeza en la almohada, Moon White se daba el lujo de mandarla a callar cuando empezara a mover la boca sin parar. Le lanzaba una mirada reprendedora, le colocaba sin aviso la mano a la boca, le ponía su almohada sobre el rostro o, si estaba terriblemente, sí, irritable que le hacía dar un tic, clavar bien su entrecejo, y hacía ademán de irse, para sentir las manos de Twilight agarrándole el brazo y halarlo, y se empezaba reír haciendo fuerza y que Twilight saliera de la cama halándolo, quejándose con unas carcajadas filtrándose mientras él se empujaba hacia adelante hasta sentir que lo alcanzaba y lo abrazaba por detrás aprisionándolo con los brazos a los lados para que regresara. "Ya, está bien, me callo. Lo juro" prometía de una vez.
No sabía si la estaba consintiendo demasiado con el que solo con su presencia, podría conciliar el sueño, pero no le importaba si eso la hiciera descansar. Aunque al principio era terriblemente incómodo pues, para empezar, él había dormido solo por mucho tiempo, así que sentir a alguien a pocos centímetros, era incómodo para él. Y por otro lado, ese alguien que le robaba espacio en la cama, no era cualquier alguien. Era Twilight. Así que agregar entre esa incomodidad, esa ansiedad que se acumulaba en su pecho y le hacía sentir el corazón como si en cualquier momento explotara, no le ayudaba a él precisamente, a tener una noche de sueño tranquilo.
No sólo ella dejaba de pensar y sentir demasiado en preocupación. Él también era asaltado por pensamientos y recuerdos, sólo que no pierde el control como ella, y mastica para sí mismo todas sus preocupaciones, como siempre lo ha hecho. Pero estar ahí, viendo descansar a Twilight a su lado, se concentraba en relajarse también. La paz que veía en su descanso nocturno, era su tranquilidad. Veía el apacible rostro de Twilight. Sus ojos cerrados, sus pequeñas y cortas pestañas en los bordes de sus párpados, sus labios pequeños y entreabiertos, como si invitara a los suyos, expulsando un ligero aire entre su delicado bostezo.
No podía evitarse pensar lo diferente que se veía su rostro a comparación de su apariencia original como pony, siendo ahora de nariz pequeña, al igual que su boca, sin hocico, sin cuerno, sus ojos movidos hacia dentro. Era diferente, al igual que su cuerpo. Ella era más alta. Aunque ya no tanto. En pony le ganaba a él de altura por algunos escasos centímetros, pero siendo humana, era él quien le pasaba de altura.
Moon White sonrió con una expresión ladina, por alguna razón aliviado que sea así. Pero además de su altura, su cuerpo era más largo. Sus hombros eran redondos, estrechos y pequeños, viéndose delicados y suaves, parecían tener la misma proporción que sus caderas. Caminaba en dos piernas. Y eran largas. De lo que dejaba ver al usar faldas, eran más delgadas y finas, más estilizadas que las que podría comparar con las suyas. Sus brazos eran delgados y largos, no tenía pelaje que le cubriera, por lo que su piel estaba expuesta, cubierta con minúsculos vellos finos que descubría se erizaba cuando ella se avergonzaba, su rostro se enrojecía mientras la besara, pasando su mano a lo largo de sus brazos y sentir su piel sensible, achinada, tan tersa al tacto que sus dedos parecían tocar un fino instrumento al cual debe tocar con elegancia y delicadeza. Su tronco era más pequeño y se dibujaba una curva a lo largo para derraparse en unas definidas y recortadas caderas, como si hayan sido diseñadas para que sus manos pasearan a lo largo de su delgado tronco para hallarse con lo que había visto tan bien con imprudencia en el pasado, sus firmes, medianos y redondos…
Twilight se movió entre sueños y un muy avergonzado y alarmado Moon White se movió rodando al extremo de la cama y terminó cayéndose al suelo de zopetón. Sólo ahí, reaccionó de sus propios pensamientos, de aquella atrevida mirada en su cuerpo, sintiendo un ataque tras otro de corazón y sus ojos grises sumamente abiertos con sus manos heladas, no moviéndose ni un poco de la posición de su caída, con una pierna alzada sobre la cama, al sentir que ese raro cuerpo que movía Twilight…le fue espeluznantemente atractivo.
No quiso pensarlo demasiado. Es su pony especial y por obvia razón le tiene que atraer, aunque estuviese en un cuerpo que en primer lugar siempre consideró desproporcionado de alguna forma, intrigantemente diferente pero no algo que consideraría bonito de ver. Pero ahora…había descubierto su belleza, al menos aquella en quien dormía ahora en la cama. Y es que por donde la viera…era Twilight, aunque diferente, sigue siendo Twilight. Los mismos grandes ojos púrpuras, aunque su cabello era diferente, más corto y de otro color, igual le gustaba como le quedaba, su cuerpo lavanda, sin su pelaje, pero aun así viéndose suave y…
Su corazón se volvió a acelerar y entonces ya supo que era hora de irse.
Cauteloso y con torpeza, se levantó del suelo, cerciorándose antes que Twilight seguía durmiendo siendo así, y salió del cuarto esforzándose a no mirar atrás. Cerró la puerta y se apegó a ella de espalda, lanzando un suspiro cerrando los ojos, cuando sintió una presencia.
Entonces movió su cabeza hacia la izquierda para a unos cuantos metros, ver a Trixie, con una pijama de pantalón largo color purpura claro llena de logos de estrellas, una blusa del mismo color, liviana de tiras finas dado el calor del verano, pero aún así usando unas enormes y pomposas pantuflas rosas.
Los ojos rosados oscuros de Lulamoon estaban muy abiertos y expresivos en sorpresa, que de a poco, fue "entendiendo" y tensó el gesto sonrojándose inevitablemente.
-¡Trixie no vio nada!- farfulló con torpeza acelerando su andar haciendo hacia adelante la cabeza, provocando que su cabellera suelta cubriera su rostro como una cortina, teniendo que pasar inevitablemente delante de Moon White para llegar a su cuarto.
-¿Qué?- jadeó con un entrecejo, procesando lo que interpretó Trixie al verlo salir en la noche del cuarto de Twilight. Expandió los ojos con un leve sonrojo -. No, no, no, no. Espera, Trixie- la atajó colocándose enfrente de ella de inmediato. -. No es lo que estás…
-No tienes que darle explicaciones a Trixie- exclamó alzando la cabeza -. Trixie no nació ayer.
-Trixie, no te hagas ideas erróneas- habló más calmado -. No malinterpretes la situación. Sólo la acompaño hasta que se queda dormida, es todo.
-Insisto- dijo ahora sonriéndose relajada y puso la cabeza hacia adelante para guiñar el ojo -. Trixie no nació ayer.
-Aaghh- se quejó con un entrecejo. -. Para todo esto, ¿Qué haces despierta a esta hora?
-Trixie tenía sed- se encogió de hombros para alzar las cejas y fruncir el ceño dándole una mirada esquiva -. ¡Cierto! Trixie está enojada contigo- recordó cruzándose de brazos, inflando sus cachetes.
-¿Eh? ¿Por…?- decía, pero entonces algo hizo clic en su cabeza, al ver la imagen de Trixie animada con un libro en manos para acto seguido, echarla del cuarto tapándole la boca.
Moon White movió de lado su quijada, sintiendo una inevitable culpa por haberla echado de la manera en que lo hizo del cuarto de estudio. Tal vez no se altera de nervios como Twilight cuando se tensa, pero sí se pone de un pésimo humor y Trixie lo tomó con una actitud nada amigable para quien había abogado para que tenga un techo donde quedarse estando aquí atrapado.
Moon White relajó el rostro y apartó el entrecejo, mirando a Trixie de pie con esa pose de brazos cruzados como esperando algo, obvio, una disculpa, lo que le hizo sonreír un poco.
-De acuerdo. Es razonable que estés enojada. Me porté mal contigo.
-¿Y?- insistió manteniendo la pose aun con la mirada esquiva a un lado. Moon White suspiró.
-Fui injusto, sólo querías ser amable.
-¿Y?
-Y lo siento en serio.
-¿Y?
-Y…no se repetirá.
-¿Y?
-Agh, pero qué más quieres, no abuses de mi paciencia- se quejó.
-Te faltó admitir que fuiste un cretino.
-¡No diré eso!
-¡Dilo!- cruzó más fuerte sus brazos -. O jamás oirás la melodiosa voz de Trixie.
-Pero si la estoy oyendo ahora…
-¡Que lo digas!
-¡Fui un cretino! ¡Ya! ¡¿Feliz?!
-…- enmudeció mirándolo de reojo aún con esa pose pero entonces quebró la posición sonriéndose ampliamente -. Ya, está bien, si lo pones así…- decía divertida y Moon White resopló sonriéndose de lado, para entrecerrarle los ojos.
-¿Aún quieres mostrarme ese libro que cargabas?- ofertó como parte de la disculpa y Trixie juntó sus manos expandiendo más la sonrisa.
-¡Claro que sí!- respondió feliz y lo tomó de la brazo para hacerlo caminar rápidamente a lo largo del pasillo.
-Oye, oye, quise decir en la mañana- se aclaró muy tarde siendo arrastrado por Trixie.
-¡La noche es joven!- se limitó en decir con emoción, haciendo que Moon White empezara a sentir curiosidad por cómo reaccionó demasiado contenta de enseñar aquel libro, así que no objetó más.
Ambos llegaron hacia el cuarto de estudio, en donde Trixie encontró el libro donde lo dejó, sobre una mesa cerca de la puerta, para enseguida sentarse en un escritorio sencillo que había ahí y arrastró una silla a su lado brincando en su propio asiento entusiasmada esperando a Moon White, que se limitó en salir de ésta de una vez y se sentó con un bufido encendiendo la lámpara de mesa, iluminando la pila de libros y hojas que estaban esparcidas ahí. Entonces Trixie abrió en una página específica, que estaba marcada a un lado la hoja con una calcomanía, en realidad, Moon White se dio cuenta que había algunas páginas del libro marcada de igual manera, pero su atención se concentró en la página expandida por Trixie, mostrando fotografías impresas en todo color, pero enfocándose una en especial. Una en la que lo tomó desprevenido de saber cómo reaccionar, al encontrar en esa fotografía, la figura de Sunset Shimmer sonriéndose.
Debía ser ella. Su cabello largo y ondulado rojo y amarillo. Su piel dorada. Sus ojos cyan. Sólo que ahora con ese cuerpo extraño de los humanos.
Estaba con una bata blanca de laboratorio y unas gafas protectoras sobre su cabeza, con un lazo azul de primer lugar en su pecho, al igual que en el fondo de un tablero con varios tubos ensayos. Parecía haber ganado algo. Había resaltado sobre todos con algo que ella había hecho. Y tenía una resplandeciente sonrisa humilde y feliz, como en sus ojos cyan tan llamativos llenos de orgullo y emoción.
-Es el anuario del último año escolar que pasó- decía Trixie mientras los ojos de Moon White con atención, que no desprendía la intrigante vista sobre la imagen de Sunset, viendo más arriba una foto en grupo, de varios chicos y chicas igual con batas y gafas protectoras, estando ella entre el grupo, siendo que un chico de la fila de abajo, sostenga un cartel que se leía: "Club de Ciencias". -. Era el primer año en que Sunset se registró al club y participó en la feria de ciencias- rió un poco -. Siendo la más lista en la materia, era obvio que ser la ganadora.
-Era muy buena en pociones- murmuró distraídamente, viendo que Trixie ahora se saltaba a la siguiente página en la que aparecería Sunset.
Entonces mostró ahora una foto que lo hizo elevar de a poco una sonrisa extrañada pero curiosa y entretenida, viendo a Sunset con Las Rainbooms, tocar la guitarra sobre el escenario de la escuela con trajes muy llamativos, sin que ella pierda ese estilo de chica ruda, pero a su vez, carácter sin evasivas y fuerte que siempre mantenía, con su Cutie Mark dibujada sobre su ojo al igual que las demás, una chaqueta de cuero pero esta era del color de sus ojos, una ajustada blusa negra y una frondosa falda corta que se alzaba muy exagerada pero divertida, de color verde azulado, usando sus leales botas pero de ese color.
-Esa fue una de las presentaciones que hizo con el grupo Las Rainbooms- explicó Trixie la foto -. Era el Día del Maestro y como siempre, ellas planearon una fiesta para ellos en los que los estudiantes los servían y entretenían con varias funciones- dijo para aclarar la garganta con petulancia -. La Gran Trixie hizo muchos trucos de magia. ¡Todos lo disfrutaron!
-¿Ah sí?- preguntó él sin apartar la vista de la foto.
-¡Sí! ¡Pues todos se rieron!- exclamó con inocencia mientras se inflaba el pecho lleno de orgullo. Moon White le alzó las cejas con una sonrisa.
-Lástima que me lo perdí- se burló un poco -. Y…- decía prestando de nuevo toda su atención a cada detalle de la foto. Pestañeó suavizando un entrecejo -...no sabía… que Sunset le interesara la música. Ni que tocara un instrumento.
-¿Ah no?- interrogó atenta, -. Pues su pareja tocaba la guitarra. Supongo que se le pegó de él.
-¿Disculpa, qué?- reaccionó confundido para mirarla. Trixie asintió torciendo la boca en un gesto.
-Sí, Sunset tuvo novio aquí. ¿No sabías? Lo conoces. Fue Flash. Flash Sentry.
-…- se la quedó mirando con la cabeza pesada en ironía. Ahora no sólo era Twilight con esos…gustos extraños. ¡¿Cómo podrían enamorarse de un humano?! ¡Y todavía del mismo! Pero contuvo la reacción. -. Me estás tomando el pelo.
-No- meneó la cabeza con sus ojos hacia arriba. -. En realidad no sé si cuente. Pues Sunset en realidad nunca le gustó. Lo usó por popularidad y eso. ¿Eso cuenta como novio? ¿Cuenta?
-Yo qué sé- suspiró parpadeando para regresar su vista hacia la foto.
-Pero al menos sí mostró interés en tocar la guitarra como para que le pida que le enseñe- retomó la conversación principal -. ¿Nunca quiso aprender a tocarla en Equestria?
-No, su mundo era sólo la magia- contestó pensativo -. Al principio cuando era más joven, jugaba y se divertía más- expandió la sonrisa ante la imagen del recuerdo en sus citas de juegos en el parque -. Era muy divertida pero mala perdedora. Juego que perdía, no quería volver a jugar- contó riéndose, haciendo reír a Trixie también. -. Claro, yo me burlaba y bailaba de victoria, y ella se me echaba encima porque odiaba el baile y rodábamos por el césped molestándonos y riendo- se perdió en el recuerdo, manteniendo una alta sonrisa entre su mirada lejana y risueña, mientras Trixie lo miraba conmovida, agradablemente sorprendida de verlo así de animado, jamás habiéndolo encontrado con ese semblante resplandeciente, porque entonces vio como empezaba a descender la sonrisa y volvía apagarse la expresión tal como apareció -. Pero cuando creció, se distraía poco y sólo estudiaba y practicaba- su rostro se enserio con cierta tristeza -. Se presionaba mucho. Aunque…- expandió una corta sonrisa de nuevo -…cantaba mucho, eso sí. Para expresar lo que sentía, en realidad…esas veces que se distraía, era conmigo…tal vez se divertía menos, pero nunca dejó de estar conmigo…- se extinguió su voz con cierta nostalgia, para que él mismo, pasara varias páginas para llegar hacia otra marcada en donde saliera Sunset, encontrando una nueva foto con ella esta vez con el equipo del periódico escolar, viendo lo irónico que sea una chica apenas de primero de secundaria siendo la Jefa Redacción, siendo Diamond Tiara.
Así estuvo pasando algunas fotos más, en la que Sunset participase en algo o simplemente salía entre grupos de compañeros, todas con esa enérgica sonrisa cargada de felicidad, haciendo tantas actividades y rodeándose de tantas personas. Hasta que la última foto de ella que había del anuario, era de varias imágenes de ella en una página entera.
Aquella, mostraba una precisa secuencia de cuando Sunset fue declarada como la Princesa del Baile de Otoño, ganando de manera limpia por primera vez, viéndose que Sunset pasaba su corona a Rarity, puesto que a ella fue quien le arruinó su momento en un baile de otoño. La modista recibía la corona dichosa pero con sus ojos mirando infinitamente con ternura y agradecida a su amiga, abrazándose ambas en una foto, viéndose claro el rostro desinteresado y feliz de Sunset de haber cedido su corona.
Los ojos de Moon White quedaron prendidos en esa secuencia tan bien tomada por Photo Finish.
Sólo pudiendo ver aquellas expresiones de Sunset Shimmer, en una felicidad que realmente lo estaba conmoviendo y fundiéndose demasiado. Si pudiera mirar a un lado, ver sin inmutarse a dos potrillos que siempre estaban juntos, consumiendo su tiempo entre ellos, molestándose, riéndose, estudiando y motivándose a ser grandes cosas al crecer, sin creerse que su destino los separaría y robe todo lo que desearon alguna vez.
Se sentía extraño. Se sentía con un sentimiento embargándolo por completo que le impedía centrarse bien a su alrededor, a su presente, sólo sintiendo esa presión en el pecho, enmudecido, mientras algo se hundía fuerte en su pecho, en su corazón.
-Sunset realmente se convirtió en una gran amiga para todos- exclamó Trixie con melancolía, también mirando la foto para pasar su vista hacia Moon White, viéndolo con su codo posado sobre el escritorio para sostener su cabeza, teniendo su mano sobre la barbilla y los dedos le cubrieran los labios, con ese mirar tan concentrando moviéndose sobre las fotos -. ¿Puedes hacerle un favor a Trixie?- le interrogó, haciendo que él la mirase con un mismo mirar cargado de sentimientos. Trixie lo pensó un poco antes de hablar -. Tú sabes lo que es estar así de…suspendido cuando…esa cosa está controlando el cuerpo. Lo que Trixie quiere preguntar es… ¿Crees que Sunset en estos momentos…la está pasando muy mal o…hay una esperanza que pueda estar bien?- preguntó forzando una sonrisa pequeña.
Moon White miró bien a Trixie, viendo en sus ojos preocupación y añoranza entre sus cejas arqueadas, pero también esperanza. Regresó su vista hacia la foto, donde veía a Sunset con esa amplia sonrisa en su rostro tan iluminado de dicha y felicidad, e inevitablemente, bajar la mano posada en su barbilla para pasarla sobre el rostro de la foto, sintiendo como sus ojos empezaban arder.
No recordaba la última vez que vio tan embargada de felicidad a Sunset. Tan humilde, considerada, participativa y rodeada de gente y sintiéndose como parte de ellos en vez de mostrarse sobre ellos. Sunset realmente era feliz en este mundo. Había logrado ser más feliz de lo que alguna vez pudo ser realmente Equestria. Tenía ese resplandor y semblante en el rostro que veía en ella cuando estaba junto a él, pero esta vez con todo el mundo, no como solía ser la mayor parte del tiempo tan esquiva, presumida y egoísta con todos; cosa que después de un momento a otro, lo fue con él cuando más la necesitaba. Y pasó tanto tiempo amargado y despreciándola, que nunca cedió a reencontrarse con ella por más insistente le fue Twilight, de que realmente había cambiado. Que siendo humana, libre de esa presión de ser siempre mejor que todos, fue más feliz de lo que alguna vez haya podido ser. Y era tan hermoso como doloroso de ver. Porque a estas alturas sabiendo tantas verdades escondidas, no tenía sentido el amargo rencor que le tenía, observando con un torbellino de sentimientos la única cercanía que tendría con ella, en las fotos que estaban bajo su palma, sabiendo lo que era estar…atrapado suspendido a la nada. ¿Qué si Sunset la estaba pasando muy mal preguntó Trixie?
-Sí- respondió finalmente y Trixie dejó expandir sus ojos mientras ganaban un brillo ante la amenaza de lágrimas que querían escapar. Moon White cerró los ojos con un amargo dolor agujerando su pecho, haciéndose más grande en cada latir, sintiéndolo insoportable que se tensó todo el cuerpo y le heló la sangre, cubriéndose apenas los borden de sus párpados de lágrimas que no cayeron, sino que resistieron en salir. Aun podía recordar la vez que la vio por primera vez, en el parque. La vio y no pudo dejarla de ver nunca, con esa sensación de como cuando emociona el verse con alguien que hace mucho tiempo no ves y el corazón brinca de júbilo, aunque jamás la había visto desde ese día. O sí. En una vida pasada. Estaban forzados a conocerse en esta vida también. -. Sufre y mucho- agregó casi como diciéndoselo a sí mismo mientras una gran gota de lágrima brotaba de un ojo de Trixie, para desbordarse y se resbalara recorriendo lo largo de su mejilla, guardando ambos silencio, compartiéndolo, mirando de la misma manera torturada y sentida, la foto de la regocijante pero corta felicidad de Sunset.
…
Un inevitable grito se escuchó entre el silencio de la casa.
Applejack abrió los ojos y se levantó de súbito con toda su cabellera rubia desordenada mientras Applebloom respingaba también cortando su sueño ante el movimiento de su hermana en la cama que compartían y notar recién el grito que se escuchó, viendo a su hermana cruzar la habitación rápidamente y salir directo a su cuarto, abriendo la puerta para encender la luz y encontrar a Carrot Top sentada en la cama llorando muy alterada.
-¡Me golpeaban! ¡No dejaban de golpearme!- balbuceaba en lágrimas mientras Applejack llegaba a su lado y lo que hizo fue abrazarla apoyando su cabeza al hombro, recibiendo también un abrazo por parte de la pelinaranja -. Suplicaba, pero seguían sintiendo los golpes…- se le extinguía su voz quebrada ante el llanto.
-¿Recordaste algo?- preguntó con sumo interés mientras la seguía consolando pasando su mano a su cabeza entre el abrazo -. ¿Qué viste? ¿Qué soñaste?
-No lo sé…- jadeó respirando fuerte -…me sentía echada al suelo, con la cara tapada. Me decían débil, que me levantara, pero sin dejar de golpearme y…y…- quebró en llanto de nuevo.
-Cálmate. Ya pasó- pidió abrazándola más fuerte, alzando un poco la cabeza al ver que se asomaban al cuarto Applebloom, Bicmac y la abuela Smith -. No estás ahí, ¿Sí? Estás conmigo, aquí.
-¿Y si vienen por mí?- empezaba a temblar más -. Van a venir por mí. ¡Lo sé!- se apartó con un mirar aterrorizado -. No me dejarán en paz. Me volverán a lastimar y te lastimarán. A tu familia, por tenerme aquí. Lo sé, lo sé, lo sé.
-Carrot…
-¡Debo irme!- jadeó desesperada separándose del abrazo y con el ademán de ponerse en pie pero Applejack la tomó de los brazos, atrayéndola de nuevo a la cama, pero Carrot empezó a luchar para zafarse de ella de nuevo -. ¡Suéltame! ¡Por favor!
-¡Nadie te hará daño! ¡Estás a salvo!- le decía entre el ataque de ansiedad de su amiga, para mirar de vuelta a su familia que estaban inquietos como apenados sin estar seguros de qué hacer -. ¡Bicmac, trae un vaso con agua! ¡Applebloom, el frasco pequeño café de la repisa, dame una pastilla!- avisó enseguida, y ambos se movieron de prisa.
-Pequeño corderito, que te perdiste de casa- empezó a entonar la abuela Smith entre aun el lloriqueo de Carrot, mientras empezaba a caminar hacia ella -. No tengas miedo de la tormenta que azota, y de una vez descansa- continuaba entonando y Applejack la miró fijamente. Reconocía la canción.
-Sé que el miedo es un lobo, que acecha y te atrapa- continuó la rubia la canción, haciendo que los ojos inquietos y aguados de Carrot la mirasen confundida pero atenta mientras la abuela llegaba al lado de su nieta con una cariñosa sonrisa comprensiva.
-Pero si te recuestas bajo el sol, la luz lo espanta- corearon abuela y nieta -. No te quedes quieta y escucha a tu corazón. Cada latir que da, es un paso de vuelta a casa. Camina a su ritmo y ponte a bailar, que a lo lejos tu familia, contenta te recibirá- terminaron en cantar, siendo el sollozo de Carrot mucho menos, aun temblando e inquieta, pero ya había dejado de gritar y de forcejear.
-¡Aquí está la pastilla, hermana!- se acercó Applebloom, seguido de unos fuertes pasos entrando a la habitación.
-Gracias, ¿Trajiste el agua, Bicmac?- preguntó la rubia hacia su hermano llegar.
-Eeeyup- respondió estirándole el vaso con agua.
Applejack tomó la pastilla y el agua, entregándosela a Carrot que sin reprocharse, agarró la pastilla y bebió el agua, habiendo tragado la píldora, ya pero aun así siguió tomando sorbos, cerrando los ojos, sintiendo su corazón demasiado a prisa, pero respirando profundo, como le había aconsejado el psiquiatra, sintiendo una mano pasándose a su brazo, sintiendo la arrugada pero suave mano acariciándola de la abuela Smith, sintiendo toda la hospitalidad de quienes la rodeaban. Entonces abrió sus ojos para mirar a la familia, apenada y culpable.
-Lo siento…los desperté…- murmuró bajando la mirada.
Y el corazón de Applejack vibró.
*Flashback*
-"Lo siento, ¿te desperté?- se había apenado en decir Sunset en cama de Rarity, en aquella pijamada que todas organizaron para que pueda dormir sin pesadillas, pero acababa de gritar al tener una, alcanzando solamente Applejack en escucharla -. Vuelve a dormir. Yo estaré bien- y se acomodó en la cama, abrazando un cojín en forma de joya.
-Tonterías- exclamó la vaquera evitando despertar a las demás y se pasó a la cama para sentarse a la orilla -. ¿Te despertó una pesadilla?
Sunset torció la boca y asintió, abrazando más la almohada.
Applejack la veía tan vulnerable. Sin esa chaqueta y botas, verla con esa pijama y aferrada al cojín, con aquel semblante… la vio tan inocente y dulce, como una niña que quiere pasarse a la cama de sus padres. La vaquera le sonrió, se inclinó y le sacudió amistosamente un hombro.
-Tranquila. Applejack está aquí para pelear contra tus pesadillas- se puso seria -. Pero debes volver a dormir.
-Applejack…
-No hay discusión. No es nada saludable que pases más tiempo sin dormir- y levantó las sábanas, haciéndose espacio.
-¿Qué haces?
-Pues estaré aquí, vigilando y procurando que duermas.
Sunset miró hacia a un lado mientras Applejack se acostaba.
-Me haces sentir tan tonta y débil…
-Vamos, Caramelo. Eso no cambia mi visión de ti de la chica valiente y firme que eres. Hasta los más fuertes tienen su momento de debilidad.
-¿Cuál es el tuyo entonces?
-Oh, bueno…- curvó las cejas -. Es justa tu pregunta.
-Si no quieres decirlo…
-Mis padres, Sunset- disparó y sus ojos verdes se aguaron un poco -. Soy débil porque no puedo mencionarlos sin romperme por dentro. Soy débil porque no puedo hablar de ellos con nadie. Ni con la abuela Smith, Bicmac o Appleboom- suavizó la mirada maternalmente -. Appleboom…la pobre ni siquiera alcanzó a conocerlos- y se le salió una gota de lágrima que recorrió con rapidez su mejilla izquierda que hizo que la vaquera se sobresaltara y se la secó enseguida. Frunció el ceño hacia Shimmer -. No viste eso.
-¿Por qué?- le sonrió cálidamente y hasta divertida-. Eso no cambia mi visión de ti de la chica valiente y firme que eres. Hasta los más fuertes tienen su momento de debilidad- le repitió su frase y Applejack se la quedó mirando.
-Pusiste mi frase contra mí- le sonrió con suspicacia -. No se vale, eh.
Ambas se rieron al mismo tiempo.
-Entonces, ¿Mejor?- preguntó la vaquera.
-Definitivamente- tiró un bostezo -. Gracias a ti.
-Entonces puedes dormir tranquila".
Applejack casi se sentía en un Deja Vu. Consolaba a alguien por sus pesadillas de nuevo. La rubia sonrió con melancolía ante el recuerdo de Sunset a su vez que veía el apenado y abrumado rostro ansioso de Carrot.
-Oh, querida, descuida- sonrió la abuela Smith levantándole el rostro a la pelinaranja con la mano hacia su barbilla para que viera su sonrisa. -. Eres miembro honorario de nuestra familia ahora, y la familia está siempre ahí para el otro.
-Eeeyup- asintió Bicmac sonriente.
-No le digas a nadie- dijo Applebloom hacia Carrot -. Pero yo también suelo gritar al tener una pesadilla.
-¿Sí?- sonrió conmovida de ver que veía la forma de hacerla sentir mejor, empezando a temblar menos.
-Sí, y entonces me despierta a medianoche a pedir espacio en mi cama- exclamó Applejack con acusación divertida hacia su hermana, quien se sonrojó, avergonzada.
-¡Oye! Esa parte no quería decir…- reprochó en susurro fuerte, pero aquello hizo reír a la familia, riéndose ella también y Carrot se sonriera honestamente ante la situación, aun con un entrecejo inquieto.
-Pero bueno- exclamó Applejack -. Será mejor intentar dormir- miró a Carrot -. Me quedaré aquí, ¿Sí?- entornó sus ojos con añoranza y cariño -. Applejack está aquí para pelear contra tus pesadillas- sonrió -. No te molesta, ¿O sí?
-Ahm…- murmuró cohibida mirando a un lado -. Igual es tu cama.
-Cierto- asintió carismática.
El resto de la familia fue a sus cuartos a dormir, en tanto Applejack apagaba la luz del suyo y se acomodó en un extremo compartiendo el colchón con Carrot, quien aún conservaba esa expresión de angustia, tardando un poco aún de hacer efecto el calmante.
-Esa canción…- hizo plática la rubia, haciendo que los ojos verdes de la pelinaranja se enfocaran en ella, sabiendo que se refería a la que le cantaron hace poco -…me la cantaban cuando tenía ataques de ansiedad también- confió en decir, haciendo a Carrot sorprender y prestar más atención a sus ojos que se entornaban reflexivos -. Cuando murieron mis padres, no estuve bien un tiempo. Yo…vi su muerte- suspiró tomando fuerza, para hablarlo sin que se le atragantara las palabras, ya no más -. Sólo podía ver sangre en mis manos. No podía estar sola que me asustaba y tiraba al suelo en llanto. No hablaba con nadie. Olvidé como jugar. Olvidé como…vivir. Y también tenía pesadillas, teniendo que dormir siempre con la abuela- se abrió en decir con la mirada lejana en aquel entonces. -. También vi una consejera. Una psicóloga, porque asustaba a mi familia y los preocupaba…
-Lo siento tanto- murmuró ella apenada como admirada. Applejack sonrió.
-Mi familia me ayudó mucho. Me salvó. Y aquí tienes una familia que te salvará también. Sólo cree en ella, en las amigas que es tu segunda familia. Y por supuesto, cree en tu fuerza indomable para superar esto. Sé que puedes- asintió confiada -. Lo harás- agregó, viendo los muy fijos ojos de Carrot en ella, absorbiendo todo lo que le decía, empezándose a sonreír un poco con una mirada vidriada, pudiendo sentir mejor su fe en ella, al sentirse tan identificada.
-Quisiera ser como tú…- murmuró con voz ahogada, y Applejack la quedó mirando, escarbando en sus ojos, hacia lo más profundo, en donde estuviese Golden.
Aquella chica se había inmiscuido en su vida sin que la llamase. La trataba arisca pero estaba de entrometida en su vida que hasta secundó su vida amorosa, por encima de sus sentimientos, de su propio interés, sin esperar ni querer nada a cambio. ¿O sí? A estas alturas, Applejack no podía pensar que era solo coincidencia el que Golden Harvest se apareciera de repente en su mapa. Es decir, ¿Por qué a ella? De todos en la escuela, de todas sus amigas, ¿Por qué precisamente a ella tenía que cargarse? Ser odiosa, molestarla, hacerla quedar mal enfrente de todos cuando descubrió su verdadera forma de ser, pero a la vez, ayudarla, al igual que a las demás, sacrificando su vida que estuvo en juego. No dudaba de que supiera cada detalle de su vida que hizo que se apareciera de tal manera. Claro que Golden tenía segundas intenciones. En su comportamiento, en cómo perdía los estribos cuando se quería acercar más a su vida a descubrirla. Tal vez, en el fondo, Golden la admirara por cómo sobrepasó la tragedia familiar y tiene una vida feliz pese aquel pasado. Eran cabos que iban uniendo dado las circunstancias.
Ahora reflexionaba hasta dónde el destino las había llevado, estando frente a la otra, esta vez no estando Golden para ella, sino viceversa.
Entonces la rubia sonrió. Y ahora, veía los ojos soñando tras decirle que quisiera ser como ella.
Applejack vidrió un poco la mirada.
-No tienes que desear ser otra persona, ni otra vida, e ignorar la que tienes, sino aceptarte cómo eres– aseguró entre los ojos sorprendidos de Carrot -. Debes estar cansada, lo sé, de todo lo que pasaste, pero debes aceptar que fue tu vida y ahora tienes la oportunidad de perdonar, ser honesta contigo, lo que fuiste, para convertirte en la mejor versión de ti misma- amplió una segura sonrisa y Carrot sonrió con una débil pero resistente sonrisa -. Créeme, la parte difícil ya la hiciste. Ahora sólo queda…ser feliz.
Carrot sólo podía escucharla, de nuevo descomponiéndose el rostro sin poder evitar llorar de nuevo. Applejack la dejó, consolándola en un nuevo abrazo. Tal vez no entendiera del todo sus palabras. Pero que las sentía, era lo que en verdad importaba. Y sabía que lo había hecho, que tras desahogarse en nuevas lágrimas, Carrot se quedó dormida repentinamente, viéndose entre sus mejillas húmedas de lágrimas, una naciente tranquilidad en su sueño, desapareciendo ese intranquilo entrecejo y Applejack no la soltó. Sólo era alguien que necesitaba saber que todo estaría bien, que ya no estaba sola y que todo lo malo, había acabado.
Para la mañana siguiente, cuando Applejack empezó a despertar y parpadear mientras lanzaba un descansado bostezo, ella enseguida se sintió abarcando mucho espacio en el colchón, mirando bien la cama para darse cuenta que se encontraba sola pero a su vez, oía algunos sonidos proviniendo de la cocina.
Applejack bajó hacia donde provenía los ruidos para asomarse y encontrar a Carrot aun usando como ella, una de sus pijamas que eran más bien mamelucos.
Applejack no hizo ruido alguno para contemplar el cómo la pelinaranja le daba la espalda dando vuelta lo que olía era un hotcake, habiendo un plato una pila alta de ellos. Sonrió. Sospechaba que debía estar preparando el desayuno para todos como agradecimiento por lo de anoche. Entonces empezó a ingresar.
-¿Qué falta por hacer?- preguntó invitándose a preparar el desayuno también. Carrot se sobresaltó dándose la vuelta con todo y sartén, mirándola con desilusión.
-Oh, quería sorprenderlos…
-Pero si me sorprendiste- se divirtió en decir llegando a su lado.
-Sí pero no así- reprochó torciendo la boca pero se sonrió con un suave entrecejo -. Y no, no necesito tu ayuda.
-¡Oh, vamos!
-Déjame hacer esto por ustedes, ¿Sí?- pidió dejando la sartén de vuelta a la hornilla en llama baja y empezó a empujar suavemente a Applejack fuera de la cocina -. Tú vuelve a dormir un rato más.
-Es sábado, me levanté ocho y media, ¡Es lo más tarde que puedo dormir!- exclamó dejándose empujar por Carrot hasta llegar fuera de la cocina. -. Por cierto…- mencionó dándose vuelta para verla -…vas a ir a lo de esta tarde, ¿cierto?
-Ah…- murmuró incómoda mirando a un lado -. No lo sé. Tengo cita con el psiquiatra.
-Pero no es toda la tarde- sonrió dándole ánimos -. Vamos. Es un descanso. Diversión. Lo necesitas.
-Yo…- decía pensativa para regresar su mirada en ella -…lo pensaré.
-Carrot…- comenzaba a decir, cuando se escuchó golpeteo de la puerta de entrada. -. Te salvaste- le exclamó en gracia y Carrot le respondió con una corta sonrisa divertida que fue descendiendo arqueando las cejas apenas Applejack se dio la vuelta.
Mientras Carrot volvía a la cocina, Applejack caminó hacia la entrada, llegó enfrente y abrió la puerta, sólo para recibir que alguien se le abalanzaba encima en un abrazo.
-¡Te extrañé tanto y…!- exclamó Thunderlane con emoción separándose para contemplarla con ojos brillantes, los cuales dejaron destellar al mirar su pijama. -. Ah…- sonrió forzadamente -. ¿Esa es tu…pijama?
-Ah, sí- entrecerró sus ojos -. ¿Por qué?
-¡Nada! Es, es…linda- forzó más la sonrisa. Applejack entrecerró aún más sus ojos.
-Mientes.
-¡¿Qué?! No es cierto.
-¡Y vuelves a mentir!
-¡Es linda si lo usas tú! ¡Sin ti es horrenda!- se le escapó decir llevándose amabas manos a la boca. Applejack dejó la boca abierta.
-Ahora…dices la verdad.
-¿Dije horrenda? ¡Quise decir cómoda!
-Ahora dices la verdad a medias- exclamó, entreteniéndose de ver como Thunderlane se ahogaba en balbuceos, desesperando buscando acomodar la situación.
-¡Es es es cómoda! ¡Digo! ¡Debe serlo para ser ropa de bebé!- exclamó y ella agrandó los ojos -. ¡Digo!- suspiró derrotado -. Mejor me voy…- farfulló decaído dándose la vuelta, pero entonces escuchó la contenida risa de Applejack, mirándola enseguida el cómo no paraba de reír una carcajada tras otra -. ¿No…no estás enojada?
-¡En serio la uso porque es cómoda! ¡No me importa cómo se ve!- contestó entre risas contemplando manteniendo una amplia sonrisa -. Rayos…realmente extrañaba tus…tus Thunderleadas- improvisó en decir con diversión.
-¡También te extrañé!- expresó volviendo hacia ella animado de vuelta con ojos brillantes -¿Pero sabes que es lo peor de no verte? ¡Que no puedo besarte! ¿Sabes lo que no es besarte?
-Ehm, ¿no?
-¡Exacto! ¡No te he visto en dos días! ¡Dos días! ¡¿Acaso te salió otra peca?!- exclamó para sostenerle rostro y contar sus pecas. Suspiró -. No, sigues teniendo seis tiernas pecas- exclamó besándole una mejilla, haciéndola sonreír en un cosquilleo en su pecho.
-Sabes que he estado ocupada con…- le decía para susurrar mientras le soltaba el rostro -…Golden. En serio lo siento, pero estoy cuidándola y ya te dije cómo ella se puso cuando se enteró que éramos pareja. No creo que sea buena idea que llegues así ahora que ella vive aquí.
-Siempre quise dejar un camino de corazones rotos- murmuró pensativo -, pero no creí que dejar uno roto me hiciera sentir tan mal…
-Pobre de ti, ¿no?- ironizó.
-Pobre de mí si no te veré nunca más- exclamó entristecido. Applejack apenó su rostro al verlo decaído.
-Hey, claro que me verás- calmó llevando una mano a un lado de su rostro para sonreírle dulcemente -. No las ingeniaremos. Tampoco me gusta no verte.
-¿No?- se animó sonriéndose. Ella sonrió conmovida, asintiéndole.
-Por supuesto que no. No hay nadie más como tú…- dijo para farfullar en voz baja -…gracias a Dios.
-Perdón, ¿Qué dijiste al final?
-¡Nada!- rió.
-Bueno, entonces, ¿No puedo besarte?- preguntó con un gesto -. Por favor, di que sí puedo- exclamó con esperanza. Applejack sonrió de lado ante eso pero arqueando las cejas, en disculpa.
-Pues la verdad no es buena idea ahora. De todos modos iba camino a lavarme los dientes. Tengo aliento mañanero.
-Eso es imposible- parpadeó incrédulo -. Tú no puedes apestar.
-Eh… ¿Y por qué no?- dudó -. Soy humana.
-Pero eres linda. Y las chicas lindas no apestan.
-…- enmudeció quedándoselo mirando para dejar escapar una sonrisa dejando filtrar una risa -. ¿Eso fue un halago? ¿Gracias? ¿Y qué con esa lógica?
-¡No sé! Uno no ve una chica linda y piensa que apeste.
-Ppff jajajajaja- rió ante su lógica, pero entonces su rostro se acunó por unas manos y fue besada enseguida, cortando la risa y tomándola desprevenida.
Pero se dejó llevar, relajándose entregándose a la suave sensación del beso, sintiendo una ola cálida revolcándola ante el gesto, abrazándolo evidenciando que también, añoraba un beso suyo, devolviéndose tranquilo pero con devoción. Entonces lento, Thunderlane se separó, abriendo ella los ojos despacio para ver de cerca los suyos mirarla fijamente con ese aura dulce.
-Applejack…
-¿Sí?
-Tienes razón…las chicas lindas pueden apestar. Tienes aliento mañanero.
-…- se lo quedó mirando, parpadeando seguido con una mueca, impasible mientras escuchaba como miles de vidrios se rompían cayendo de vuelta a la realidad -. ¡¿Es en serio?!
-¡¿Qué?! ¿Qué dije?
-¡¿Debiste arruinar el momento?!
-¡Te di la razón! No lo arruiné, ¿Lo hice? ¿Quieres que nos besemos de nuevo y ya no diga nada? No me molesta volverte a besar. Me encanta.
-¡Ay, santos cielos, Thunderlane!- se quejó llevándose una mano a la frente pero sonriéndose, porque era eso precisamente lo que la hacía refunfuñar pero a la vez encantar: su novio era completamente impredecible. Jamás sabrá con lo que saldrá, pero sea lo que sea, la hará reír, ilusionar, conmover, aunque no entendiera por qué, además de su buen corazón, eso fue lo que la enamoró -. En serio no sé qué te veo…- dijo aun así, apartó la mano y le devolvió la mirada con sus ojos risueños y una enorme sonrisa -…pero te quiero- dijo más suave y Thunderlane sonrió, para abrazarla y besarle la cabeza.
-Yo más. Y tampoco sé que me viste…pero que bueno que lo viste- expresó aliviado.
-Por Dios…- refunfuñó risueña sonriéndose más en el abrazo, descuidando la puerta abierta y desde el interior de la casa, Carrot miró aquella escena, mostrándose con las cejas decaídas para bajar la mirada y sin decir nada, volver a la cocina en silencio.
…
¡NO!- jadeó Moon White, sentándose en la cama de golpe.
Su frente estaba empapada de sudor y el corazón le latía con fuerza. Miró a su alrededor, como cerciorándose donde estaba, viendo el cuarto en el que se ha estado quedando por ya casi dos semanas, iluminado por el caluroso sol en alto.
Su pecho subía y bajaba violento, pasándose la mano por el rostro con contrariedad y se echó con fuerza contra la cama con un gesto presionado, al sentir aquella terrible angustia que le tensaba el cuerpo, teniendo impregnado en su mente apenas despertado de golpe, a Sunset.
Permaneció un momento en aquella posición en la cama, concentrándose en lo que sentía para disiparlo, sólo logrando recordar lo que pasó anoche, mirando fotos de Sunset junto a Trixie. No podía evitar ver su rostro disparándose en su mente, casi podía oír su voz, su risa, ver la mueca y expresiones que hacía. Recordar también aquella etapa en la que fue la vil y cruel unicornio que se convirtió en la alumna estrella de Celestia. Se había convertido en tan doble cara, echando tierra aquellos años que creció con él y compartió con su familia, aunque una pequeña, recibió calor y amor también de parte de ella.
Ahora sabía en la prisión en la que estaba, que aunque no entendía cómo funcionaba, cómo ambos pudieron ser…parte de almas de fénix que de alguna forma, se relacionaban, muy íntimamente.
Ahora con todo esto aclarado, y las últimas noches despertando como si escapase de algo, sentía una intranquilidad y una impotencia, más allá de los problemas que ya tenían. Una urgencia que lo alertaba de algo, no sabía qué, pero las pesadillas las sentía como un llamado de alerta, como si lo sacudiesen mientras le gritaran, pero a la vez muy frustrado, dejándolo confundido como si algo dejaba sin concluir o de escuchar. Tal vez estaba ya siendo paranoico, pero una fuerza de adentro lo hacía pensar aquello, que era su instinto presionándolo a entender o más bien, a recordar lo había estado soñando.
Cerró con fuerza los ojos. Sabía, sabía que Sunset había pasado por pesadillas similares antes…antes de que Flame fuera el alma dominante del cuerpo. ¿Tal vez así es como empezaba? ¿Así funcionaba la advertencia? ¿Así era la señal de que debía acelerar las cosas? ¿El reloj de arena sigue cayendo sin oportunidad ni marcha atrás?
Cuando escuchó un golpeteo de la puerta que lo hizo respingar.
-¡¿Qué?!- se le salió exclamar con fuerza, para renegarse y menear la cabeza -. Lo siento, ¿Quién es?- preguntó ahora con voz moderada.
-Soy yo- fue la voz de Twilight la que se escuchó, haciéndolo suspirar cerrando los ojos -. Van hacer más de las diez y…
-¿Ahm?- arrugó su frente para ver el reloj de la mesa de noche y cerciorar la hora. Era diez y veinticinco. Llevaba dos horas durmiendo de más. -. Oh, sí, sí, ya, ya salgo- respondió distraídamente frotándose el rostro con ambas manos.
-¿Estás bien?
-Sí, Twilight, estoy bien, ya salgo- respondió mezclado con un suspiro.
Moon White se dejó rodar por la cama para quedar bocabajo con los ojos cerrados para calmarse. No podía salir con esta inquietud y andar "ladrando" por cualquier cosa. No quería volver a ser tan…cretino como lo hizo con Trixie, y mucho menos con Twilight.
Al cabo de unos minutos, después de ocupar el baño y cambiarse de ropa, salió del cuarto y aunue se lavó el rostro varias veces, aun así no pudo evitar que Twilight hiciera una mueca desaprobatoria apenas lo vio.
-No dormiste anoche, ¿Cierto?
-Dormí- aseguró -. Tarde, pero dormí- arrugó la frente -. Mira la hora que despierto, ¿Por qué me hiciste dormir demasiado?
-Porque fue raro que no te levantaras por ti mismo como siempre. Creí que pasaste mala noche y tu rostro te delata.
-Ah, pues, disculpa por no ser atractivo todo el tiempo, Su Majestad- trató de burlarse para empañar la verdadera razón de su mal rostro, logrando que Twilight se sonriera divertida por su comentario y lo abrazara desde el cuello, besándole la mejilla.
-Buenos días, gruñón- saludó con voz cariñosa, y Moon White sonrió despacio cerrando sus ojos devolviéndole el abrazo, sintiéndose muy reconfortado, sintiendo su corazón un cálido alivio y que al menos ella haya tenido un buen descanso después de todo. Sonrió más y cerró más fuerte los brazos a su alrededor para alzarla del piso.
-¡¿Cómo me llamaste?!- jugó en reclamo.
-¡Hey, bájame!- demandó pero sonriéndose más y se acomodó enrollando sus brazos a su cuello y alzó las piernas encogiéndoselas hacia atrás mientras Moon White caminaba cargando de esa manera a Twilight por el pasillo, empezando a reír.
-¡No, hasta que te disculpes!
-¡No hice na...jajajajaja!- reía al sentir que hundía un poco sus dedos a los lados del torso a la vez que se sonrojaba.
-¿Te vas a disculpar?- preguntó frenando su andar.
-¿O si no qué?- tentó mirándolo en reto. Él le regaló una mirada entretenida y dulce.
-Tendrás que vivir en mis brazos- dijo como quien no quiere la cosa en obviedad de forma divertida.
-…- enmudeció quedándolo mirando entornando una misma mirada que la de él, conservando aún el sonrojo -. Creo que puedo vivir con ello.
-¿Sí?- interrogó con un tono sutilmente profundo como ligera y levantó ambas cejas con una sonrisa sagaz.
Ella amplió la sonrisa mientras asentía, viendo como él expandía su sonrisa también, contemplando cada detalle de su rostro y se inclinara a darle un roce de labios, haciéndole sentir una agradable cosquilla mientras se sonrojaba y sonreía, para acabar besándola. Entonces sin decirse más, él maniobró deprisa en cambiar la posición de sus brazos para sostenerla, entre un gritito ahogado de Twilight que se aferró más fuerte de él quejándose entrecortado, para terminar cargándola horizontalmente, recostada en sus brazos, haciendo que Twilight maniobrara también pero para acomodar su falda para que no se levantase, entre quejas, risas y uno golpe por ahí por su maniobra, en el buen humor del momento, siendo callada por un beso tras otro de su pareja que terminó por besarle a un lado del rostro y frente sin que ella pudiera dejar de tener ese dulce tono rojizo de sus mejillas y se le enchinara la piel, acomodada en su pecho sintiéndose muy cómoda y feliz en ese rato, sin que pudiera sospechar la amargura que le ocultaba.
-¡Aaaawww, que lindos!- fue la derretida voz de Cherry, lo que hizo que el momento se arruinara.
Dado al verse en evidencia, alarmado en vergüenza, Moon White respingó aflojándose los brazos, provocando que mirara hacia adelante por inercia para encontrarse con todo el grupo de chicas, estando Las Rainbooms, Mistery, Cherry, Lyra e incluso Derpy, que habían visto su acaramelado momento, a la vez que no pudo cargar más el peso de Twilight por la distracción, haciéndola caer de golpe al suelo.
-¡Auch!- se quejó Twilight adolorida en el piso con un gesto.
-¿Qué rayos…? ¿Qué hacen…?- balbuceó Moon White enseguida para agachar la mirada, hacia la caída Twilight -. ¿Por qué no me avisaste?- se quejó hacia Twilight inclinándose a ayudarla a levantarse entre la risita de las demás.
-¡No me diste tiempo!- se defendió mientras se sostenía de sus manos y se ponía en pie -. Llegaron y me hicieron llamarte. Pero empezaste a hablarme as ¡Me distraje!
-¡Y ese es el punto de nuestra visita!- exclamó Pinkie Pie conteniendo emoción con una enorme sonrisa. -. ¡Vamos a distraerte con un día de chicas!- celebró brincando en un mismo lugar.
-¿Qué?- corearon tanto Twilight como Moon White.
-No, no puedo distraerme- negó Twilight enseguida arqueando las cejas -. Debo…
-Twilight, tu cabeza está más atareada que un zorro en un gallinero- exclamó Applejack.
-Ah….Trixie se los dijo, ¿no?- farfulló mal resignada.
-Necesitas relajarte, querida- secundó Rarity con una soñada sonrisa -. ¡Vamos a ir al centro comercial! ¡Y pararemos al spa!- exclamó para levantar varias papelitos -. Tengo varios cupoooooooones- canturreó con una risita.
-¿Spa?- murmuraron sin emoción tanto Cherry como Mistery con un mal gesto, y Rainbow inclinó su cabeza en medio de ellas.
-Si a mí me gusta, a ustedes les va a gustar- susurró confiada mientras las rockeras se intercambiaron una mirada insegura.
-Pe-pero…- dudaba Twilight, cuando sintió un par de manos que se posaban sobre sus hombres desde atrás, haciéndola girar y encontrarse con el rostro de Moon White.
-Creo que ellas tienen razón. Has estado muy tensa en los últimos días.
-Claro que no- dijo con un inevitable tic en el ojo.
-Claro que sí- sonrió -. No te preocupes. Mientras te distraes, yo continuaré con…
-¡Ah, ah ah ah ah!- interrumpió Rarity como botón de error acercándose a ellos, con especial atención a Moon White, que la miró con mala cara por el ruido -. Se equivoca, señor, que usted también está libre este día- exclamó colocándose en medio de ellos para separar sus manos de los hombros de Twilight y apartarlos. Moon White arrugó el entrecejo.
-Gracias, Rarity- exclamó con sarcasmo -, pero aunque no lo creas y te sea increíble de saber, que no estoy interesado en su, eh, "día de chicas". Qué bárbaro, ¿no?
-Jajajaja ¡Claro que no lo estás, querido!- rió Rarity -. Por eso tú tendrás tu…
-¡Día de chicos!- exclamó Cheese abruptamente apareciéndose tras de él, haciéndolo respingar dando un brinco hacia atrás, contemplando al chico y más atrás recién apareciendo el grupo del resto de amigos.
-¡¿Qué?! ¡No!- se negó de forma inmediata concentrando más su ceño. -. ¡No, no, no, y no!- exclamó prepotente hacia Cheese, que sólo se mantuvo mirándolo con una resplandeciente sonrisa.
-Alguien le gusta mucho la palabra "no", ¿No?
-¡No!
-¡Ah, ¿ya ves que sí?!
-¡Twilight, no!- exclamó él mirándola.
-¿Por qué no?- parpadeó -. Tú también has estado tenso estos días.
-Sí, lo sé- coincidió reteniendo su impaciencia con una forzada sonrisa -. Pero ellas son tus amigas. Ellos no los míos- exclamó señalando a los recién llegados, encontrándose entre ellos Thunderlane, Soarin, Caramel, Flash y Time Turner, que al ver al último, tanto él como Moon White sintieron cierta incomodidad.
-Por alguna razón eso no me hiere- murmuró Thunderlane entre ellos.
-¿Será que estás acostumbrado?- rió Caramel.
-Ah, sí, debe ser por es…¡Oye!- reaccionó entre la risa de los demás mientras le daba un codazo, en tanto Flash resoplaba resignado de verse ahí.
Mientras, Cheese sobre un monopatín, empezó a pedalear alrededor de Moon White rápidamente.
-¡El novio de una amiga de mi novia es también mi amigo!- dijo Cheese sin dejar de pedalear y de buen humor.
-¿Sí?- interrogó Moon White mareado del paseo orbitando su espacio -. Pues no reconozco tu ideología- exclamó agrio levantando un brazo a un lado, provocando que Cheese retuviera su andar en el monopatín y cayera al suelo, sólo para levantarse al segundo sentado en una pelota brinca brinca pero no solo, sino ya con Pinkie Pie tras de él con una ancha sonrisa brincando a la par con él.
-¡Vamos! ¡Será divertido!- corearon Cheese y Pinkie brinco por el alrededor.
-¡¿Una competencia?!- propuso Pinkie a Cheese. -. ¡Quien llega primero al final del pasillo gana!
-¡Sí! ¡El ganador invita malteada!
-¡De fresa!
-¡Pastel!
-¡Papas fritas!
-¡Chocolate!
-Oddparents, fairly odd parents- corearon ambos para salir brincando hasta al fondo del pasillo entre risas.
-Son raros…- murmuró Moon White -Como sea, mejor se distraigan solos, yo no iré- dijo sin evasivas con mala cara -. Gracias, pero no gracias- terminó por decir y Twilight pasó su mirada él con cierta seriedad.
-Moon White, ¿Podemos hablar a solas?
-¡Uuuuuuuhhhhh!- murmuraron el resto.
-Cuando una chica dice eso…- murmuró Soarin.
-Mi manzanita no me lo ha dicho- encaró Thunderlane en voz alta mirando hacia Applejack, quien lo quedó mirando.
-Tú sólo espera- amenazó con cierta diversión para divertirse en ver cómo lo hizo tragar saliva ante su advertencia.
-Twilight…- resopló Moon White contrariado rodándose de ojos mientras se distanciaba unos cuantos metros de los demás -. No voy a ir, ¿Sí?
-Si tendré un día libre, tú también- expuso ella.
-¿Dónde está el memo que me dice que lo que tú haces yo hago? Tal vez se retrasó el cartero.
-No uses esas frasecitas conmigo- se quejó ceñuda.
-¡No lo hago! Agh…- se quejó meneando la cabeza -. Es en serio. No iré, porque vinieron por ti a distraerte, quiere decir…
-¡También vinieron por ti!
-¡Pero son tus amigos, no los míos!
-¡Pero podrían serlo!
-¡Pero no quiero!
-¡Moon White!
-Vamos a darle más espacio…- aconsejó Mistery con el rostro tenso mientras retrocedía y le seguían los demás.
-Ah, sí, vayan, vayan- exclamó Thunderlane distraído hacia la discusión con una mano a un lado del oído inclinado hacia donde discutían Moon White y Twilight.
-Para ti también es- exclamó Applejack tomándolo de la camiseta y arrastrándolo con el resto hacia el piso de abajo.
-¿Por qué no les das una oportunidad?- preguntó Twilight.
-Porque no vine aquí a tomar el té.
-De nuevo usas esas frases.
-¡Me pides que no respires! Y lo que quiero decir es que no vine a hacer amigos, en primer lugar, ni siquiera quiero estar aquí.
-¿Y crees que yo sí?- preguntó resoplando -. Son mis amigas, las quiero pero…no es buen momento para estar aquí…- farfulló con impotencia -…mis mejores amigas me necesitan más, Equestria…y…- gruñó pasándose una mano a la cabeza con una expresión torturada, -. Yo sólo…
-Twilight…- la nombró con voz más serena al verle el rostro descompuesto, acercándose para abrazarla y ella se dejara, devolviendo el abrazo. -. Necesitas un día- exclamó más relajado, pasando una mano por su cabeza.
-Y tú también- exclamó apartándose un poco para verlo con sus ojos suplicantes, torturándolo -. Sé que también estás estresado. En este mundo hay muy poco con qué trabajar y funciona diferente a Equestria. Pero- sonrió un poco -. ¿No te fascinaba este mundo? ¿No se te iluminaba el rostro de curiosidad por descubrirlo empíricamente?
-Pues…sí…- aceptó a regañadientes, para ver que Twilight se sonreía más.
-Entonces descúbrelo, con los demás chicos. Dales una oportunidad, así como me la diste a mí- exclamó para volver a abrazarlo enteramente.
-Ay, Twilight…- suspiró aún dubitativo, cerrando los ojos.
-¿Time Turner no es tu amigo?- preguntó -. Se llevaron bien el día que visitaste este mundo por primera vez. Así no te sentirás tan incómodo.
-Sí pero…
-¿Pero?
-Pero- repitió resignado -. Pero hice destruir su reloj- murmuró impotente, a lo que Twilight se tensó, sintiendo el cuerpo helado.
-¿Qué…?- jadeó en pánico agrandando los ojos, separándose del abrazo, viéndolo fijamente -. Tú…tú…- decía asustada. ¿Acaso Moon white sabía que ambos usaron el reloj para llegar a su pasado y…provocar su enfermedad que desencadenó una desgracia tras otra en su vida? -. Moon White, puedo explicarlo…
-No tienes que explicar nada- negó con un suave ceño -. De seguro Poison creyó una amenaza su reloj y lo rompió antes de que pudiera usarlo- exclamó, dejando a Twilight sorprendida.
-¿Eso es…lo que sabes?
-¿Debería saber algo más?- preguntó extrañado.
"No lo sabe…" pensó Twilight impotente y culpablemente aliviada "No sabe que yo…yo provoqué sus desgracias" concluyó con un amargo dolor, para mover la cabeza de un lado a otro forzando una sonrisa.
-Deberías saber que Time no está resentido o enojado contigo. Si fuera así, no estaría aquí. El que esté aquí ahora, sólo revela que no te echa la culpa de nada y quiera animarte, como los demás.
-Twilight, en serio me encanta eso de ti, de ver las cosas de esa forma, pero mientras ves eso, yo sólo veo que los demás lo hacen porque soy tu pareja, no por mí.
-Por los motivos que sean, te están dando una oportunidad. Por favor, deja de ser tan terco y dales la oportunidad también- sonrió de lado una mirada retadora -. Sabes lo insistente que soy. No te dejaré tranquilo.
-Y tú sabes lo terco que soy, así que adelante- respondió mirándola -. Así que continua. Sabes que cuando digo no, es….
-¡SÍ!- reaccionaron todos con risas y aplausos viendo bajar a Twilight feliz colocados sus lentes de contactos índigo mientras le seguía Moon White ya cambiado de ropa con un rostro resignado y serio, asimismo usando los lentes de contacto azules.
-¡Rayos! ¿Cómo lo convenciste?- preguntó Cherry mientras terminaba de bajar.
-No lo hice, sólo se cansó de llevarme la contraria. Lo que tiene de terco, lo tiene de impaciente- sonrió en contestación juntándose con todas, -. Recuerden, soy Bright Star- hizo memoria ante su identidad estando en este mundo, mientras Moon White se acercaba a los chicos con pasos pesados.
-Terminemos con esto- exclamó Moon White integrándose con ellos con desinterés llevándose las manos a los bolsillos. -. Y llámenme por Comet Night, por eso de la Agencia y eso.
-Cool, nombre. Me gusta más que el original- exclamó Thunderlane sonriente, llevándose una mala cara amarga de Moon White. Él escondió la sonrisa y miró a otro lado silbando como si nada mientras retrocedía escondiéndose tras Soarin.
-Mejor- aprobó Moon White.
-¡Este día será divertido!- exclamó Cheese con emoción apoyando un brazo sobre sus hombros.
-¿Me lo juras?- preguntó con sarcasmo que Cheese no captó manteniéndose alegre.
-¡Te lo cheeseprometo! ¡O sino, que la tierra esté a punto de ser aniquilada por lagartijas regetoneras mutantes espaciales!
-…- enmudecieron todos con un gesto.
-Más vale que te esfuerces en divertirte- le susurró Caramel a Moon White -. Cheese y Pinkie tienen un extraño poder sin lógica de que eso ocurra. Y te juro que lo de menos no sean las largatijas mutantes especiales, sino que sean regetoneras.
-Claaaaro- respondió sin cambiar su expresión. -. ¿Y cómo vamos a… donde vamos?
-Lo bueno de un grupo de amigos, es que uno siempre tiene auto y podemos abusar de su hospitalidad- exclamó Soarin en broma para pasar su mirada hacia Flash, que se mantenía ciertamente apartado ya con las llaves en mano, no muy diferente al rostro que mantenía Moon White que al chocarse con la de él, fue como hacer una colisión de cierta tensión a su alrededor y los demás lo sintieron de golpe.
-Jejeje- rió Thunderlane inseguro mirando con los demás el minúsculo tenso momento -. Sí, mejor me preparo por esas lagartijas…
Todos empezaron a salir de la mansión, mientras el chofer de Trixie, Driver, llevaba a las chicas en el auto, los demás chicos se embarcarían en el de Flash. Mientras caminaba hacia donde estaba estacionado el auto, Moon White miró hacia donde las chicas se embarcaban, tras escuchar un coro de risas y ver que el cómo trataban de acomodarse todas en el espacio, se volvió un momento divertido, pudiendo observar a Twilight sonriéndose filtrándose risas tratando de acomodarse sentándose sobre Rainbow Dash, lo que le hizo despejar un poco el mal humor y sonreírse ante el agradable momento que estaba pasando.
-No sé qué será peor, que uno de los chicos se sienten sobre mí o yo sobre ellos- exclamó una voz que reconoció y lo hizo tensar un poco la sonrisa, para ver a un lado caminando a Time Turner, que le ofrecía una sonrisa amable un tanto inseguro -. Hola…
-Ahm, hola- devolvió el saludo retornando su vista al frente.
-No son tan malos- exclamó, mirando con él a los demás chicos llegar al auto -. En serio son agradables y divertidos. Je, no seas tan duros con ellos.
-Ya juzgaré eso por mí mismo- respondió para detenerse, haciéndolo parar a Time también -. Escucha, respecto al reloj…
-No tiene importancia- sonrió calmado.
-Claro que sí- replicó suavizando un entrecejo -. Era una herencia familiar. Era un invento único. Era…
-Algo que nunca debió existir en primer lugar, ¿Recuerdas?- le interrumpió calmado -. Te lo dije el día que nos conocimos.
-Lo sé pero…
-Pero no hay nada que lamentar ni disculpar. Yo decidí romperlo. Fue me decisión destruirlo. Y como los momentos que viajé- dijo para colocar un mano en un hombro -. Ya quedó en el pasado, ¿Está bien?- se aseguró expandiendo la mano hacia él, haciéndolo sonreír con sinceridad.
-Bien- aceptó, correspondiéndole el estrechar de mano.
-Aún así…- dijo él dejando caer un poco las cejas -…yo te debo una…
-¡Entren y por quedarse de último uno de ustedes tienen que ir sobre el otro!- interrumpió Caramel desde dentro del auto apretujado con los demás.
Tanto Moon White como Timer Turner se intercambiaron una mirada con una mueca desagradándoles la idea, pero la coincidencia los hizo dar gracia, sonriendo con un par de risas y caminar al auto.
-¿No es esto divertido?- interrogó Cheese apretado entre Soarin y Flash en la parte delantera del auto, ya en el camino, mientras atrás estaban Caramel, Thunderlane, Moon White y Time Turner, que alcanzó entrar sin necesidad de estar sobre ninguno, sentándose incómodamente de lado. -. ¡Parecemos dentro de un carro de payaso!
-¿Cuál es la parte divertida?- farfulló Soarin con incomodidad del estrecho espacio.
-¡Los payasos!- sonrió con un resoplido de sus amigos.
-Mejor pongamos música- murmuró Flash encendiendo la radio, escuchándose enseguida un tono de guitarra acústica.
-¡Yes, adoro esta canción!- celebró Cheese.
-¡Yo igual!- apoyó Thunderlane animándose de inmediato.
-Oh no- murmuraron todos los demás.
-Quisiera ser un multimillonario- empezó a cantar Cheese con añoranza tal al tono del cantante, columpiándose entre Flash y Soarin -. Taaaaan surrealista.
-Comprar todas las cosas que no tuve- secundó Thunderlane meneando la cabeza delante y atrás en cambio, que al estar apretado con los demás, los hacía mover también.
-Quiero aparecer en la portada de la revista Forbes.
-Sonriendo junto a Oprah y la reina.
-Oh cada vez que cierro los ojos, veo mi nombre en luces brillantes. ¡Oh yeah!
-¡Una ciudad diferente visitar cada noche!
-¡Oh, Yo juro!- corearon ambos con demasiada pasión elevando la voz que ya hacía al resto sonreírse en gracia -¡Es mejor que el mundo se prepare! ¡Cuando sea millonario!- corearon para que Cheese empezara la estrofa del rap:
-¡Yeah! Yo tendré un show como el de Oprah. Yo sería el presentador. Y cada navidad cumpliría una lista de deseos. Adoptaría un montón de bebes que nunca han tenido nada- rapeaba tan bien para sorpresa graciosa para todos, incluyendo Moon White que desprendió su entrecejo viendo como el resto a Cheese desde el retrovisor rapear al pie de la letra -. Regalaría algunos Mercedes como "aquí tiene, señorita" y por ultimo pero no menos importante le otorgaría a alguien un último deseo. Han sido un par de meses desde que estoy soltero. Tu puedes llamarme Papá Noel sin el Ho ho- continuaba el rap mientras sus amigos ya empezaban a moverse rítmicamente y con palmas, empujado Time a Moon White para que se una, pero él negó con la cabeza, resistiéndose mirando hacia la ventana las calles - Tenlo, hehe, probablemente visite cuando golpeó Katrina. y de seguro hare más que lo que hizo FEMA, ¡Yeah! ¡No puedes quitármelo de la cabeza! ¡En cada sitio que vaya tendré mi propio tema musical!
-¡Oh cada vez que cierro los ojos!- volvió a cantar Thunderlane haciendo puño la mano cerca de su boca como si fuese un micrófono, para risa de los demás disfrutando el momento.
-¿Qué ves, qué es lo que ves, bro?- cantó Cheese.
-¡Veo mi nombre en luces brillantes!
- ¡Oh yeah!
-¡Una ciudad diferente visitar cada noche!
-¡Oh, Yo juro! ¡Es mejor que el mundo se prepare! ¡Cuando sea millonario!- corearon no sólo ellos, sino los demás, ya no resistiéndose contagiados continuando la canción más animados entre movimientos rítmicos que Moon White se limitaba sólo en observar sin unirse, camino al centro comercial.
…
Después de lo intenso del capítulo pasado, nada como uno más relajado, ¿no creen?
Recuerden que Moon White era un gran socializador, ¿no? XD Si no es para trabajar, no tiene nada qué decir. Y el que sean amigos de Twilight, no los considera suyos XD Pero este día les caerá bien, pues como quien dice, para inspirarse o entender una pintura, es mejor retroceder unos pasos. Por ahí ya los reclamaba a Moon White y Twilight, y pues para su sorpresa, este capítulo tuvo que ver con ellos y el próximo XD
Pero bueno, ¡Disfruten!
Gracias por leer, dejen review y…
¡Sunny Honey, fuera!