Lo Que Somos Ahora
Chapter 44: Nueva Normalidad
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Reinó la oscuridad en cada rincón, filtrándose solamente la luz de la luna o las propias luces artificiales fuera de la mansión para que no estuviese del todo oscuras en el exterior.
Era otra noche que pasarían atrapados en este mundo que se mostrara particularmente a la normalidad de nuevo. Cosa contraria que podían pensar con el suyo.
Tanto Moon White como Twilight, se habían instalado de nuevo en la biblioteca para empezar a lanzar ideas. Un "tú dices y yo digo" para formular teorías para recuperar la magia dimensional y poder volver a Equestria, como la fórmula de atracción a una magia esparcida sobre la ciudad que puedan adaptar contra los fénix, desde la tarde hasta que empezó anochecer.
Ninguno estaba consciente del todo de la hora, pero Trixie ya se había despedido hasta mañana rato atrás y ellos apenas habían despegado la mirada de la laptop revisando una de sus observaciones.
Escribir para ninguno era tarea fácil. Moon White apenas aprendía a tomar correctamente una pluma y Twilight tenía una terrible caligrafía ilegible, no tenían tiempo para ello, así que Trixie les prácticamente regaló una laptop de más que tenía y les enseñó cosas básicas como el encenderlo y apagarlo, así como simplemente el presionar las teclas para unir palabras en una página vacía de documento, algo de divertido de ver los cautelosos dedos de Moon White posándose sobre el teclado como si fuera cristal, para presionar despacio una tecla que al tener sus ojos incrédulos sobre la pantalla, los abrió un poco en sorpresa al ver que la letra presionada, aparecía en la pantalla, sin poder evitar sonreír de a poco de la "genialidad de la creatividad de las invenciones humanas" como las llamó él, mientras celebraba internamente al hacer sus primeras oraciones escritas en la laptop, que por otro lado Twilight tenía un Deja Vu cuando intentó "escribir" en la computadora de Canterlot High, presionando a puños todas las teclas, desprogramando la máquina y que Cheerilee la enviaría mejor a revisar libros a exponer otra computadora como víctima de su inexperiencia.
La luz que emanaba la lámpara del escritorio resplandecía el lado derecho de Twilight, dándole cierta belleza difícil de expresar. Moon White parpadeó lentamente, sin dejar de contemplar la agradable expresión de sus ojos violetas que se ensimismaban en lo que hace poco debatían y el cómo se mordía el labio mientras se arrugaba su entrecejo, empezando a mover de lado a lado su barbilla dándose cuenta de un tic reciente en ella; el de achicar sus labios para soplar hacia arriba y apartar el flequillo degrafilado que cruzaba su frente de manera desordenada a comparación del recto y acomodado cerquillo que tenía antes. Tal vez unos inofensivos movimientos, pensaba él, pero tan sólo eso la cautivaba tanto verle, recordando el cómo había reaccionado ella cuando Trixie avisó la visita de Pinkie al cementerio, diciendo postergar por un par de horas más la investigación por ir apoyar a su amiga, ni muy atrás a visitar a Golden que, aunque no la conocía directamente, igual quiso mostrar su apoyo con su presencia al saber lo que tanto ella y Bonbon, hicieron por las demás. Podía sentir la impotencia y el dolor que se concentraba en ella empañando la luz que siempre desprendía, al sentir la pena ajena de los demás, como propia. Era tan empática e intuitiva, que no podía vivir consigo misma sin al menos depositar un pequeña parte suya en son de los demás.
Moon White se quedó con esa sensación envolviéndolo entero mientras deslizaba la mirada hacia a un lado y dibujada figuras endebles sobre el escritorio con su cabeza recogida en la mano, concentrado en esa sensación, ese sentimiento que cubría su cuerpo por ella, el cómo disfrutaba y una parte recóndita, dolía.
-Mientras lo que eres es lo que repela a Poison- rompió el silencio provocando que Twilight volviera en sí para mirarlo –A mí me atrae- decía para enfocar su mirada en ella -…lo que…-agregaba para callarse un momento al ver el tono rojizo en las mejillas de Twilight. Sonrió un poco -. Sonó como un piropo, ¿cierto?- preguntó y ella suspiró rodando los ojos sonriéndose.
-Tú sigue hablando.
-Pues a lo que iba, es que estamos completamente separados del otro- decía retomando su seriedad -. Lo que es él y lo que soy yo. Lo que siente. Lo que cree. Lo que quiere. Lo que siento por ti no afecta nada en él- tensó la barbilla -. Como no dudar en lastimarte. Pero a su vez, tenemos una conexión que nos une y permite la dominación sobre el otro. Digo, dominó mi cuerpo, mi mente y mis emociones para a su favor. Además, está lo que dijeron tus amigas, el que la magia del fénix empezó a liberarse en Sunset sin que ella pueda entender dominarlo, siendo viceversa.
-El punto es…- buscaba interpretar Twilight con la información que tenían, conectando puntos, entrecerrando un poco los ojos.
-Que tiene que existir la forma en que yo domine sobre él, ¿entiendes?
-¿Pero no estás dominándolo ahora?- interrogó meneando un poco la cabeza -. Tú tienes el control.
-El control de mi cuerpo, sí- asintió -. Pero no sobre él.
-¿Qué quieres decir con eso? Que…- decía abrir enteramente los ojos -…espera…- pensó -. ¿Me estás queriendo decir que quieres dominar su magia?
-La magia del portal está en su lado, por así decirlo- se explicó enseguida posando ambas manos a un lado derecho del escritorio -. Necesito conectar su magia de mi lado para dominarlo- decía deslizando sus manos al extremo izquierdo -. Así como Trixie tiene accesibilidad a la magia de Zephyr, como la de Sunset empezaba a manifestarse en ella, quiero buscar dominar…
-¿La de Poison?- interrogó concentrando un ceño entre su mirada mal sorprendida -. No.
-Twilight…
-No. No. No y no- negaba sacudiendo la cabeza.
-Lo siento pero no te estoy pidiendo permiso- aclaró y ella tensó la barbilla, más ceñuda con los ojos empezando endurecerse. Él resopló -. No te enojes.
-¡Claro que me enojo! ¡Quieres jugar con magia oscura!
-Tú dominas bien hechizos de magia oscura, Twilight- entrecerró los ojos, en reto -.¿Por qué no puedo yo? No soy él, ¿recuerdas? No la usaré como él lo usó sobre Equestria, o dime de una vez, Twilight, ¿Me crees capaz?
-¡Por supuesto que no!- respondió enseguida alzando más la voz y él se llevó el dedo índice en los labios para que no haga escándalo. -. Por supuesto que no- repitió con voz más baja pero no menos alterada -. No te creo capaz de lo que ese despiadado hizo. Lo digo porque no es cualquier magia oscura la que vas a manipular. Podría ser tolerable para él, que es su naturaleza, ¿Pero y tú?- interrogó -. Sabes lo que pasa cuando una magia que no pertenece naturalmente domina sobre el sujeto. Sunset es una prueba de ello cuando usó la corona y la poseyó en su peor lado. Podría ser complemento en Poison, pero como dices, son diferentes aunque sean uno solo, y no seas compatible y te domine- sacudió la cabeza -. Por eso no. No estoy de acuerdo que te sujetas como conejillo de indias de una magia tan peligrosa como esa.
-…- se la quedó mirando quedamente, parpadeando con pesadez hasta cruzarse de brazos con la cabeza que le latía de cada palabra escuchada, para resoplar mirando a un lado y apoyarse al espaldar de la silla -. Tienes razón- farfulló con resignación.
Twilight sintió que pudo recuperar la respiración y se relajó, acomodándose en su asiento levantando la mirada hacia a él.
-Por otra parte- no dio descanso Twilight a la conversación, continuando hilando la idea, lo que hizo que Moon White le devolviera la atención y la miró –la magia del portal no es peligrosa ni oscura- proponía sonriéndose un poco -. Es…
-…adaptable- le siguió la idea irguiéndose de su asiento -. Esa magia podría manipularse.
-Tratar de conectarla de tu lado- prosiguió para parpadear, dubitativa -. Pero Moon White tú…- parpadeó de nuevo remojándose un poco los labios -… ¿Tú podrás? Es decir, en Equestria, tú y la magia eran…
-Lo sé- asintió llevándose una mano por la cabeza pero respondió enseguida: -. Igual, Twilight. Yo aprendí alcanzar un nivel de concentración para lidiar con la magia y manipularla- sacudió la cabeza -. Esta no será la excepción.
-Eso lo sé, pero en los últimos tiempos tú…
-Por si no te diste cuenta- habló enseguida –lo que sea que me mataba la última vez que estuve en el hospital, desapareció en cuanto él me dominó- su expresión se entornó dura -. Mi cura es mi propia enfermedad.
-No te sigo- sinceró, enarcando las cejas.
-Los unicornios no se alivian como yo tras chequeo y descanso, ¿no?- se quiso asegurar, viendola asentir -. Y van muriendo...- agregó con un tono más amargo que Twilight contuvo la respiración un momento sosteniéndole la mirada para volverle a asentir -. Nunca corrí ese riesgo en realidad, porque no morí y resistí más, por esa misma conexión, es lo que he pensado- confió en decir quedamente -. Su propio veneno no mataría su propio "yo"-ladeó la cabeza con su mirar contemplando la expresión atenta de Twilight -. Sino que permitiría que yo bajara la guardia.
-Nunca lo logró.
-Nop.
-No hasta que...
-Sip- sonrió con suavidad para estirar una mano sobre la mesa, abriéndola en su dirección. Twilight le devolvió una misma sonrisa para estirar su mano hacia la suya y tomarla -. Pero aquí no tengo magia, ¿recuerdas? No puede hacerme más daño.
-Te encantará ser humano entonces- comentó con un tono irónico. Él ladeó la cabeza.
-No nos precipitemos- respondió llevándose una mano a la frente -. Aún tengo la sensación de que tengo mi cuerno aunque no sea así.
-E intentaste de nuevo agarrar la pluma con la boca- recordó con una corta risa con él, para que se le escapaba un bostezo, sorprendiéndolo a él mismo. -. Creo que será mejor descansar- propuso para enfocar su mirada al reloj de pared, que indicaba casi las dos de la mañana, y dejó abrir los ojos.
-Definitivamente hay que ir a dormir- comentó él viendo el reloj también -. Es tarde.
-Cielos- suspiró ella viendo la hora también -. ¿Tan rápido?
-Las horas son segundos cuando te apasiona algo- exclamó retrocediendo la silla para ponerse en pie, haciendo lo mismo Twilight para con cierto nervios, dejar en orden la laptop y apagarla -. Hay que despertarnos temprano para mañana y continuar.
-Literalmente ya estamos mañana así que…
-Hoy, entonces hoy- se corrigió él mismo sonriéndose en su dirección mientras Twilight mantenía la suya levantada pasando su mirada a la de él, pero su expresión se entornó algo debatiente mientras acomodaba la silla. Moon White esperó lo que parecía querer decirle rodeando el escritorio.
-Oye…- empezó diciendo ella para soplarse el flequillo, lo que lo hizo sonreír delicadamente del tic para al final, Twilight dejara caer sus hombros acompañado de un suspiro -…nada.
-Ah, no, Twilight. Dime- se negó colocándose enfrente de ella mientras Twilight se pasaba la mano por la cara meneando la cabeza.
-Es una tontería, yo…- decía soltando una risa nerviosa -…iba a decir que, lo que pasa…- se gruñó a sí misma apartando la mano del rostro, revelando el sutil color rosa de sus mejillas para cerrar los ojos y escupir: - ¡No quiero dormir sola!
-¿Qué?- disparó la pregunta ladeando un poco la cabeza a su dirección, como si escuchara mal.
-Pienso demasiado apenas pongo la cabeza en la almohada- empezó a decir con mucha vergüenza rodándose de ojos -. Y el sueño que tenía se reemplaza por cosas y cosas de cosas que…- suspiró vencida -. Cuando compartía la habitación con Spike, mis movimientos de estar girando en la cama lo despertaban y…preguntaba si estaba bien y…conversábamos sobre cualquier cosa, me distraía y sin darme cuenta, me quedaba dormida. Entonces…pensé que tal vez tú…
-¿Podría reemplazar a tu dragón?- levantó una ceja.
-No lo digas así- se quejó ella frunciéndole el ceño, pero aun con esa suave expresión de vergüenza y mejillas rojizas. Moon White disfrutaba de lo que veía, conmoviéndose mucho, y señaló la salida con la barbilla.
-Camina, Twilight.
-¿Eso es un "sí"?- preguntó empezándose a sonreír en esperanza.
-¿Cómo sería un "no", Twilight?
-Yo qué sé. A veces no sé qué esperar de ti. Puedes ser capcioso cuando te lo propones- comentó pero apenas lo dije se dio autorespuesta "igual que...él". Su sonrisa desapareció para mirar a Moon White que se reía de lo que dijo.
-¿Gracias?- dudó divertido mirándola de reojo y ella le devolvió la sonrisa un poco floja.
-Bueno, entonces…- se aclaró la garganta para continuar el tema -… ¿iremos a mi cuarto o al…?
-No lo hagas incómodo, ¿sí?- la interrumpió -. Será en el tuyo, para cuando duermas no tengas que cambiarte de cuarto después y yo pueda retirarme.
-¿Y si te quedas dormido?
-No lo haré- respondió para escuchar la risa de Twilight atrapada en su boca para amortiguar una risa más grande. -. ¿Qué?- preguntó y ella sacudió la cabeza.
-Nada- contestó con una sonrisa.
Entonces llegaron al pasillo donde se encontraba sus dormitorios, ingresando al de Twilight. Fue ahí que la valentía o no poner tanta importancia al asunto se desplomó. Apenas se cerró la puerta y los envolvió la oscuridad estando solos frente a una cama, el cuerpo empezó a traicionarlos, empezando a latirles el corazón de un repentino nerviosismo, tensarse los músculos, la garganta hinchada de una vergüenza que ascendía y un repentino frío en las manos los cubriera.
"Esto es ridículo" pensó para sus adentro Moon White "No es la primera vez que paso la noche con Twilight".
"¿Recuerdas cuando te enseñó el hechizo de transportación de magia?" pensaba Twilight mientras tanto en coincidencia "Estuviste toda la noche con él y hasta dormimos unas horas antes del amanecer"
"Pero claro, estábamos metros separados, no tan juntos" prosiguió recordando él "y me daba igual su presencia pero ahora…"
"…solo que ahora…"
"…es diferente" terminaron por pensar igual, odiando la reacción de su cuerpo de la pena.
-Entonces…- rompió Moon White el silencio -…¿tienes un lado?
-¿Eh?
-Un lado de la cama- hablaba para lidiar con la situación con normalidad.
-Pues…la verdad no- sinceró pensativa, sin desprender la mirada de la cama -. ¿Tú acaso tienes un lado?- preguntó pasando sus ojos a él.
-Se podría decir que sí- respondió con un gesto -. El lado izquierdo, echado de costado derecho, y con la pata izquierda colgada.
-…- enmudeció Twilight para sonreírse y dejar escapar una risa. Él la miró con un ceño.
-¡¿Qué?!- demandó saber más apenado.
-¡Me estás…me estás queriendo decir que…!- decía entre risas -. Dices entonces que la vez que fui a buscarte en tu casa y te encontré dormido en esa posición, antes del golpe que me diste claro… ¿fue apropósito? ¿No producto de moverte dormido?
-Eh…- le mantenía la mirada seria con el ceño, y miró a un lado -…no- respondió, sólo para que Twilight riera más.
-¡Moon White!
-¡¿Qué?! ¿Qué es lo gracioso?- preguntaba pero Twilight sólo podía reírse, llegándose tapar la boca para amortiguarla y tapar la enorme sonrisa que tenía, con sus ojos radiando de alegría y diversión a comparación hace un rato atrás.
Moon White expulsó una sola carcajada, presionada, suavizando su expresión y relajándose también, sonriéndose lentamente con una risa más tranquila que la de Twilight.
Más tranquilos pero no menos incómodos, se acomodaron cada uno en un lado de la cama, acostándose como si el colchón estuviese echo de vidrio o si se toparan, explotarían. Y entonces quedaron acostados con la mirada hacia arriba con los ojos bien abiertos, siendo Twilight la única que estaba arropada, y él estuviese sobre la sábana.
-¿Estás pensando en…cosas?- le preguntó Moon White. ella suspiró.
-Quieren salir, sí.
-¿No prefieres hablar de ellas?- propuso.
-Honestamente…- resopló parpadeando relajando el cuerpo sobre el colchón, recién apreciando la suavidad y tranquilidad que les ofrecía la noche -…mi corazón está muy cansado. Sólo quiero dejar de pensar para descansar de una vez- exclamó con voz ciertamente suplicante.
Moon White entonces movió recién su rostro hacia el lado de Twilight, y verla aun mirando el tumbado de la habitación con los ojos apagados, expresándose agotados, prestando atención en la bolsa bajo sus ojos que marcaba la huella del cansancio en ella.
-Twilight- la llamó con voz suave, logrando que girara su cabeza hacia él -. ¿Qué hacías para dormir cuando eras potra?
Twilight pestañeó con suavidad mientras alzaba una ligera sonrisa, mirándolo conmovida. Él la retó con la mirada una sonrisa ladeada.
-No me digas que te ponías a estudiar.
-No, claro que no- respondió enseguida con una corta risa -. Si lo hacía, me quitaba más el sueño.
-¿Hablas en serio?- preguntó incrédulo.
-Muy en serio- asintió sonriente -. Lo que hacía era apretar muy fuerte los ojos y abrazar mucho un peluche que tenía. O…-seguía contando, congelando la sonrisa -…o…-repitió, pero su voz salió más frágil, para repentinamente perder el buen humor recién despertado y cerrar con fuerza los ojos. Moon White parpadeó, dubitativo.
-¿Twilight…?
-O despertaba a Shinning y él me leía y…- jadeó ardiéndole mucho los ojos, para llevarse las manos a la cara. -. Lo siento, no puedo…- empezó a negarse, sacudiendo la cabeza.
-Twilight…- insistía llamándola, olvidando ese paso invisible entre ellos para acercarse y destaparle el rostro sosteniendo sus manos, contemplando enseguida un repentino hueco en el centro de su pecho, que parecía succionarlo todo y le cortó la respiración.
Sintió un dolor indescriptiblemente triste en su interior, quedando mirando ciertamente perplejo con los ojos empezándose arder, el rostro descompuesto de Twilight.
-¿Murió?- jadeó Moon White sin desprenderle la mirada, cosa que llamó la atención de Twilight para quedarse mirando esa repentinamente mirada perdida de Moon White, con sus ojos llenándose de lágrimas -. Tu hermano murió…- decía consternado, para soltarle las manos como si le cogió la corriente eléctrica, para llevarse las suyas sobre el pecho con un gesto de profundo dolor.
-¿Moon White?- lo empezó llamar Twilight entre su ceño confundido mirando sorprendida entre sus propias lágrimas, la conmoción de Moon White, que la tomó desprevenida -. ¿No sabías? ¿Lo…lo conocías?
-No- negó enseguida tragando fuerte saliva cerrando sus ojos un momento, concentrándose esa amarga sensación disipando lentamente, para volver abrir sus ojos y mirar a Twilight, que parecía menos afligida al verlo sin entender su reacción -. No sabía que murió y no lo conocía…- frunció más el ceño -…pero me duele como si haya sido así- suspiró mirándola más fijamente -. Supongo, que estoy más conectado a ti de lo que pensé.
Twilight lo miró con escrutinio, levantando una mano para secarse las lágrimas que derramó y se remojó los labios sin desprenderle la mirada, estirando una mano en medio de ambos, invitando a la suya posarse en ella, cosa que leyó él enseguida y acomodó su mano con la de ella.
-Lo siento tanto tu pérdida, Twilight- exclamó con voz ligera y apenada -. Sé lo que es perder una parte importante de la familia- agregó, cerrando su mano en la suya, haciéndola sonreír un poco, agradecida.
El solo recuerdo del cómo perdió a su hermano, casi un borroso flashback de cuando cayó en el suelo rocoso de tierra, descorazonada al hallar el cuerpo parcialmente descompuesto de Shinning, le hizo jadear entrecortadamente, desechando la imagen una vez que trató de pegarse en su mente, concentrándose en sobrellevar ese ardor que latía en su pecho, deslizando enseguida otros cruces de ideas.
-No sabes entonces…- decía sintiendo su voz ajena, meneando la cabeza -…no estabas consciente de lo que…él hacía- se decía más bien a sí misma, sabiendo Moon White que se refería a Poison.
-No sé lo que piensa, ni lo que siente, me hacía ver lo que le convenía- recitó lo que ya le había dicho, pero aun así repitió al ver que pensaba en algo -. ¿Por qué lo preguntas?
Ella se lo quedó viendo brevemente, tratando de ocultar la impotencia de su mirada, cerrando los ojos para depositar un beso en su mano enredada en la suya, calmando a su corazón del ardiente dolor del recuerdo de su hermano, pensando si es mejor o peor que no haya estado totalmente al tanto de lo que hizo y deshizo Poison, puesto que al parecer, Moon White ignoraba muchas cosas, incluyendo aquella paradoja que germinó todo lo que ha pasado.
Por su culpa.
Por un milagro del cielo, Moon White no insistió en su pregunta, y esto porque observó los ojos cerrados y el cuerpo acomodado de Twilight, como si en cualquier momento caería rendida del sueño. Ya pensó que mañana podría preguntarle.
El solo sujetar su mano, Twilight dejó de pensar el torbellino de recuerdos y suposiciones, aferrándose en su agarre, como para no dejarse caer en tantos pensamientos, que el propio derrame de lágrimas, la hizo sentir más cansada. Entonces abrió vagamente los ojos, encontrando a Moon White con los ojos cerrados suavemente y una respiración regular y ligeramente más lenta. No estaba acomodado como le dijo que le agradaba dormir, dejándola con la conciencia que estaba despierto.
Pensó que no le había contado en absoluto el viaje al pasado que hizo con Whooves, y él parecía no saberlo. Eso se intuía. Ella suspiró con cierto nerviosismo, porque no sabría si algo importante se le escaparía de ese encuentro para su beneficio, pero la sola idea de contarle que empezó a perder fuerza en su habilidad mágica, que desató una cadena de desgracias en su vida, la paralizaba.
Ella parpadeó con angustia, cerrando de una vez los ojos, pensando que tal vez, debía pensar por su propia cuenta otras vías.
Cuando sus ojos se cerraron, los de Moon White se abrieron en automático, con una misma mirada de angustia entre sus cejas enarcadas, siendo devorado desde adentro, sólo para que Twilight sintiera el calor de su mirada al sentirlo y abriera sus ojos para quedarse ambos mirándose con esa misma marca de frustración.
-No nos hagamos esto- susurró Twilight a la vez que tragaba saliva, saliéndose como una súplica.
-Es lo menos que quiero hacer- coincidió con una misma voz baja, para acercar su frente y pegarla sobre la suya, cerrándosele los ojos a ambos -. Deja de pensar, al menos un momento- pidió deslizando su mano hacia su cabellera, permitiendo Twilight que sus dedos se abrieran paso en su cabello -. Sólo…sólo ten calma- agregó, empezando una suave caricia que enredaba sus dedos entre las hebras, en un movimiento lento pero constante.
-Uhuum- logró musitar afirmativamente en respuesta, tratando de concentrarse en su cercanía, en la caricia, en su mano agarrada en la suya y encontrar ese punto de calma.
-Cuando de potrillo no podía dormir- empezó a contar para distraerla de cualquier otro pensamiento que le preocupara, continuando la caricia y verle el rostro que luchaba por relajarse –mamá me acomodaba en su lomo, agarrado de un cinturón que usan los wonderbolts para emergencias, y se elevaba al cielo nocturno- sonrió despacio, viendo el rostro de Twilight empezándose destensarse –volaba sobre las nubes y yo estiraba el casco lo más que podía para tocarlas, aunque se deshacían apenas el roce y me dejaban húmedo el casco. Pero con mamá no pasaba- suspiró con una pequeña risa a la vez que Twilight abría sus ojos –después de volar por un rato, se acomodaba sobre una nube, una que se ubicara de frente a la luna. Ahí en esa calma, en ese hermoso paisaje nocturno con cientos de estrellas salpicadas, me quedaba dormido usando su larga melena como almohada.
Un silencio los rodeó, uno más ameno y tranquilo, como asimilando lo que acababa de contar y escuchar, respectivamente. Un silencio que encerraba ese suave intercambio de miradas que reflejaban el sosiego que provocó esa anécdota, remontándolos a una época diferente, mucho menos complicada y feliz. El silencio pareció empezar a arrullarlos con el latido del corazón más relajado, empezando a sentir los músculos más pesados, al igual que los párpados.
-Es un hermoso recuerdo- comentó Twilight con una delicada sonrisa, cortando la distancia para besarle un poco los labios y solo separarse ni medio centímetro para agregar: -. Gracias- susurró, cerrando los ojos y removiéndose en su lugar, para sentir unos labios posarse sobre su frente.
-Buenas noches, Twilight- deseó, igual acomodándose de ese lado, mirándola por última vez y cerrar los ojos.
-Hasta mañana- sonrió al escapársele un bostezo -, Moon White.
…
Giraba y giraba entre las sábanas con mucho fastidio.
Se quejaba, lanzando gruñidos mientras sus movimientos bruscos desesperados de encontrar la mejor posición para acomodarse a dormir, golpeaban sobre el colchón con un sonido seco.
Al final, Trixie quedó echada bocabajo con una almohada sobre la cabeza.
Aunque madrugó y parecía una zombie adormitada hablando incoherencias, por una razón le estaba costando conciliar el sueño. Se había ido a la cama pero a la hora de acostarse, el sueño se cortó, dejándola con cierta ansiedad de tener insomnio, cosa que la desesperaba y llegaba a destender la cama de las vueltas que se daba para encontrar la mejor forma para convocar el sueño. Pero nada.
Trixie gruño una vez más mientras levantaba medio torso con las manos contra el colchón, provocando que la almohada sobre su cabeza se cayera hacia delante y le dejara el cabello más desarreglado de lo que en sí ya estaba. Se arrastró estirando su brazo a la mesa de noche para tomar su celular y ver la hora, indicando pasada las dos de la mañana. Resopló con fastidio y se dejó caer sobre la cama para acomodarse bocarriba con sus cejas arqueadas, preguntándose por qué no podría dormir, aunque buenas razones se le ocurría. Cruzó su brazo contra su frente com un largo suspiro y entre algunas cosas que pasaban por su cabeza, estaba el recordatorio de tener que invocar la magia de Zephyr y volar la ponían un tanto nerviosa, según para ella.
Apartó las sábanas enredadas en sus piernas para sentarse al filo de la cama con un rostro pensativo. Torció un poco la boca y se levantó abrazándose a sí misma para darse la vuelta y observar la puerta de cristal de su balcón.
Mientras caminaba, iba recordando lo que sus amigas le habían dicho tras hablar con Zephyr. Suspiró pensativa suavizando un ceño mientras abría el balcón de su cuarto, dejando que el aire hiciera danzar su cabellera azulada. Se mantuvo ahí de pie, pensando de lo que sabía de Zephyr. Su historia del cómo llegó hasta aquí, el ayudar a frenar a Shadow Light sin ningún interés a cambio, y el lamento de arruinarle la normalidad de su vida, dejando suspendida la suya. Ante ello, Trixie se atrevió a reírse para apoyarse sobre el filo del balcón. ¿Normalidad? ¡Nada es normal! Por más que fingiera su existencia, lo que ocurrió y ocurrirá, jamás la regresaría, a ella y los demás, a la normalidad que conocían. Entonces, ¿Es anormal? Sacudió la cabeza en negación. No. Sólo era una nueva normalidad a la que debería acostumbrarse, tanto ella, como la gente que la rodeaba, les gustase o no.
Entonces tomó el teléfono.
-¿Mamá?
-¿Trixie?- respondió Magical Smile del otro lado de la línea -. Cariño, ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo? ¿Estás bien?- preguntaba alterándose, escuchándose el murmullo de una voz masculina interrogando qué pasaba, suponiendo claro que era el esposo de su madre.
-Todo está bien, descuida, sólo…- decía para suspirar, levantando la mirada hacia una foto familiar que tenía de ambos padres sonriendo con una Trixie uniformada de preescolar, toda dominante con sus puñitos cerrados a lados de su cintura y pecho inflado, como si el uniforme fuera un traje de héroe -…dijiste que apoyarías las decisiones de Trixie, ¡verdad? Tú y papá.
-Sí, eso dije…- respondió con cautela, escuchando una exhalación de su hija, como si tomara aire a la vez que tomaba valor -. Trixie…
-Pues necesito que me apoyes mañana, cuando hable con papá de lo que te voy a decir…
…
Los rayos de un impotente sol recordando con su calor la estación en la que estaban, envolvía sobre la ciudad recuperándose de los ataques ocurridos, ahora que había transcurrido una semana, digiriendo aún lo acontecido.
Los medios aún exprimían los más que podían a detalle los eventos que marcaron sin duda un antes y un después, las consecuencias y por supuesto, los implicados directamente con aquellas situaciones que aun recelaban en admitir, que era producto de "magia".
Ver imagénes de video, fotografías y escuchar a personas de cualquier índole comentar en darle vuelta aún al asunto, era algo que por más que intentaban las demás en ignorar, aunque siempre algo terminaban viendo o escuchando pero la verdad, se esforzaban en dejar entrar un poco de normalidad en su vida.
Rainbow Dash solía practicar con su balón en un parque de su casa, así que decidida a retomar su hábito, tomó su mochila con una pequeña toalla, agua y una barra de cereal, y claro, su balón de soccer. Se aventó entre tres escalones las escaleras de su casa y con su típica despedida de un solo grito de aviso, se despidió y cerró la puerta, empezando a dirigirse al parque dejando el balón suelo y empezar a darse pases mientras caminaba y silbaba, pero no le bastó darse cuenta al poco rato, que estaba siendo observada. Se detuvo a una cuadra del parque para mirar su alrededor con un ceño, y ver cómo algunas personas la miraban con ojo seco, murmurando, sin apenas acercarse.
Ella resopló ignorando las miradas que se ganó, sólo para que un grupo de amigos que estaban usando una cancha dejaran de jugar al distraerse de mirar de la misma manera sobrexagerada hacia ella, como si se había ganado un tercero ojo o un pie extra.
O simplemente magia.
Rainbow los miraba de reojo, enojada, para concentrar sus ojos sobre su balón y hacer lo suyo. Buscó un puesto en una esquina de la cancha de césped sintética más adentro del parque, empezando a rebotar el balón sobre su pie, contando las veces que conseguía rebotarlas.
-¡Oye!- le gritó un voz, desconcentrándola. Ella dejó caer el balón para girar su cabeza hacia un pequeño grupo de chicos y chicas, "extrañamente" prudentes de distancia. -. ¡Saca tus alas, ¿Sí?!- preguntó moviendo sus manos como si fueran alas.
Por una razón, no tenía esas ganas de presumir sus alas y poderes, pues no la miraban con asombro o maravilla, sino más bien con morbo y curiosidad, con unos cinco metros de distancia de ella, casi como un turista aficionado observando un animal en cautiverio o atracción turística.
La peliarcoiris regresó su mirada hacia el balón y con un movimiento de pie, lo levantó hasta la altura de su pecho para agarrarlo de las manos al aire, darse media vuelta e irse a casa, escuchando resoplidos, como desinflándose en una decepción, murmurando entre sí aun con la mirada clavada siguiéndola que se iba, un par exclamando comentarios como "¡Vamos, hazlo!" "¡Oye, oye, no te vayas, no seas así!" "¡Vuela para nosotros! ¡Bzzzzz!" terminó diciendo alguien que hizo reír a algunos, y otros simplemente lo codearon llamándole la atención, pero Rainbow sólo quería volver a casa antes de que sintiera todo su cuerpo desintegrándose con esas miradas que ardían sobre ella.
…
Applejack como siempre madrugaba para hacer sus tareas en la granja.
La primera mañana había despertado con una enorme sonrisa al ser despertada por su fiel despertador: el gallo.
Se aseó y vistió para bajar las escaleras y poder olfatear el café pasado con el huevo frito haciéndose en el sartén que su abuela estuviera preparando.
Desayunó en conjunto con su familia después de semanas separados, lo máximo que lo han estado, pero mientras una volvía, otro se marchaba. Y ese era Bicmac. El mayor se marcharía a la universidad en otra ciudad a fin de mes y estaba atrasado con algunos documentos por la repentina ausencia de su hermana del medio. Pero ahora que regresaba y todo parecía retomar su curso, el joven fue motivado por la misma abuela diciendole que dejara de holgazanear ya y prepararse para el siguiente paso a su educación.
-Después de todo supongo que no hará falta una presencia masculina por aquí, aunque dudo aguante un día de labores- había farfullado el pelinaranja a la vez que se levantaba de la silla para beber de inmediato lo que quedaba de jugo en su vaso, provocando que Applejack le abriera mucho los ojos en amenaza mientras la abuela Smith y Applebloom se reían de la reacción de la rubia.
Aun así, Bicmac ayudaría de su parte antes de que se marchara, y ambos salieron cada uno a su lugar. Applejack fue a cosechar las manzanas ya frescas trayendo consigo un pequeño stereo en el que escuchaba música country mientras trabajaba, acortando la jornada, haciéndola con mucha devoción y alegría con una sonrisa tatuada en el rostro al volver a oler sus manzanos, sentir la brisa mover las ramas y hojas como su larga cabellera rubia, refrescándola de calor del sol de verano, dejándose llevar en empezar a hablarle a los árboles como si se tratara de un pequeño bebé.
-Me extrañaste, ¿cierto? Claro que sí, lo hiciste- decía riéndose bajo con un tono juguetón y tierno dando unas palmaditas al tronco del árbol -. Estás igual de grande y fuerte, tal como mamá te dejó- seguía con una sonrisa encantada con un brillo especial en sus ojos verdes el ver el frondoso manzano por cosechar.
La rubia se acomodó el sombrero, preparándose para empezar con este árbol, cuando la estación de radio que escuchaba entró a comerciales y dio paso al corto segmento de "Noticias en un minuto".
"Autoridades discuten sobre la probabilidad de un censo poblacional para conocer el favor y contra de la llamadas Guardianas de la Armonía tras el cataclismo que azotó la anteanoche de ayer en el centro y norte de la ciudad"
Applejack detuvo lo que hacía para bajar su mirada hacia donde descansa el stereo en el césped, escuchando con mayor atención la información que pasaba el segmento, siendo enteramente enfocado en ella y sus amigas, reiterando lo dicho en la rueda de prensa, como reacciones de figuras importantes que representan un cargo oficial en la ciudad, en las que decían que aunque la Ley las proteja, iban a averiguar al fondo del asunto que repercutiría más de lo que habían dicho.
De pronto las ganas de seguir escuchando música descendieron, y apagó el stereo, con la mirada ensimismada entre su ceño. Sabía que estaban bajo la ala de la Agencia, pero pensaba, qué tanto podrían ocultar el sol con un dedo.
…
Pinkie Pie se había presentado al Sugarcube Corner apenas al día siguiente de volver a su casa.
La Señora y el Señor Cake desencajaron su quijada al verla al pie de la entrada de la colorida pastelería temprano en la mañana para preparar todo y abrirla unas dos horas después.
-¡Aquí Pinkamena Diane Pie reportándose a las setecientas horas para volver al trabajo!- saludó la pelirosada con un saludo militar conteniendo mucha emoción que le temblaba todo el cuerpo.
-¡Pinkie!- celebraron los dos pasteleros sorprendidos de verla con una sonrisa.
-¡Yay! ¡Me da tanto gusto de verlos de nuevo! ¡Unidos de vuelta al trabajo!- celebró para juntarlos en un fuerte abrazo -. ¡Y es verano! ¿Saben lo que significa? ¡Que el Torbellino Explosivo Especial Galáctico Granizado de chocolate frío regresa al menú!- celebró reventando serpentinas y globos en celebración.
-Cariño, nos da mucho gusto que regreses- exclamó la Señora Cake.
-¡Y yo también! ¿No lo dije? ¡Claro que lo dije! ¡Lo dije!- chillaba de alegría.
-Pero Pinkie- comenzó a decir el Señor Cake -. ¿No crees que deberías tener un descanso?
-¿Descanso?- dudó torciendo el gesto.
-Claro, querida- asintió la Señora Cake con una sonrisa nerviosa -. Lo hemos pensado y…creo que lo mejor es que te tomes el verano para que lo disfrutes. Te lo mereces, digo. Has pasado por…mucho, y, todos nosotros también, asimilando pues jejeje todo ese, ehm, embrollo, ¿entiendes?
-Pero ya todo está bien- dijo volviendo sonreír -. ¡Cómo antes!
-Mmm- dudaron los esposos intercambiándose miradas para sonreírle.
-Bueno, si piensas que puedes trabajar…
-¡Claro que sí!- respondió efusiva, apretujándolos en otro abrazo.
Y la verdad fue así.
Pinkie fue tan productivamente excéntrica como siempre en los labores, acomodando coloridamente los postres en las vitrinas, mezclando con una cuchara de madera agarrada por su cabello la masa para galletas y terminar salpicada de coloridas masas de magdalena por cubrir los postres que faltaban. Así que lo último que faltaba, era ponerse tras el mostrador a recibir con mucha emoción contenida a los clientes mientras los Cake preparaban pasteles a pedidos, que cuando apuntó el reloj a las diez, la pastelería abrió, la clientela, aunque lentamente, empezó a venir.
Muchos se impresionaron apenas puesto un pie al divisar a la efusiva chica tras el mostrador sacudiendo su mano en saludo con una enorme sonrisa, pero más que nada, los impresionaba que se trataba de una de las chicas que disparó rayos de luz de colores.
Pinkie Pie era simplemente Pinkie Pie atendiendo los clientes, ignorando su comportamiento un tanto incómodos de estar cerca de ella. Otros eran más directo y les decía:
-"¿Eras de esas que llaman Guardianas?
-¡Sipi! ¿Quiere también cupcakes? ¡En cada mordisco puede llevarse una sorpresa!"
-"¡Oye! ¿Podrías ponerte con esa ropa bonita y tirar cosas de la nada?
-Nop. No está en el acuerdo.
-¿Eh?
-¿Entonces lleva las donas de crema o solo con cubierta?"
"-¿Qué otras cosas pasarán? Esto no fue todo, ¿cierto?
-Madam Pinkie no puede predecir eso- dijo para sacudir sus orejas, palpitara los ojos y dar un tic en la rodilla -, pero sí que tenga cuidado con puertas que se abren- y el tipo recibió un puertazo apenas la puerta de la pastelería se abrió de golpe por otro cliente que entraba".
Y así pasó el transcurso del día, y el siguiente y siguiente, que aunque al principio Pinkie Pie fue paciente y divertida en responder para continuar trabajando, al final, era agotador seguirse negando y repitiendo lo mismo, que cada que se abría la puerta, suspiraba con pesadez y forzando una sonrisa, con un tic en el ojo al escuchar otro "¡Oye! ¿No eres tú tal tal tal que hizo tal tal tal y después tal tal tal?". Sin mencionar aquellos que solo entraban para verla a lo lejos, no comprar nada y marcharse, algunos mirándola con un marcado recelo que se sentía juzgada, e incomodándola de lo que quedaba del día.
A la hora del cierre de su turno, Pinkie Pie se acercó a los dueños con una pequeña sonrisa de resignación y les entregó el delantal.
-Supongo que tomaré el descanso después de todo- comentó con pena. La pareja les sonrió con comprensión y cariño y la abrazaron a su vez -. Sabían que pasaría por esto, ¿verdad?
-Queríamos evitártelo, cariño- le respondió la Señora Cake.
-Está bien si les incomodo un poco- confesó Pinkie, sorprendiendo a ambos que se apartaron para verla manteniendo una sincera sonrisa corta -. No todos se adaptan rápido al cambio…- agregó, y la pareja los miró con suavidad.
-Te queremos, Pinkie- dijo la mujer -. Y sigues siendo la misma jovencita dulce y atenta que apreciamos.
-Cuando todo se calme- dijo el Señor Cake -tu empleo en la pastelería seguirá aquí para ti.
-Pero…- sonrió la señora Cake -…aun puedes ser nuestra niñera predilecta- avisó y Pinkie anchó más la sonrisa, para volverlos apretar en un abrazo.
Sin embargo, sí que le haría falta su empleo de medio tiempo, en la pastelería.
No muy atrás experiencias similares tuvieron Fluttershy y Rarity.
La primera recibió un trato similar de parte de la gente que ingresaba al refugio de animales, algunos no diciendo nada al respecto y otros exagerando si era seguro que ella estuviese al cuidado de las mascotas, en especial el encargado del lugar.
Fluttershy se defendía con su delicada voz pero firme, que su magia se representaba lo amable que era y no sería capaz de dañar a ningún ser vivo de ninguna forma. Para no causar discusión, decidió pasarse a la parte trasera del refugio atendiendo del todo a los animales y haciendo inventario, pero con algún compañero de guardia merodeando el lugar, siendo ese su amigo, Natural Hope, disculpándose que era orden del jefe. Ella sólo asentía acariciando el gatito entre sus manos.
Rarity por su parte, había vuelto mostrar señales de su presencia en el círculo de jóvenes modistas. Sabía bien que no todas eran humildes y generosas, siendo competitivas y egoístas viéndose entre sí, puesto que aquellas fueron las primeras en mostrarse demasiado reacias y nariz respignadas con ella, más que por temor, era por rechazo a lo extraña que era. "tosiendo" palabras como fenómeno o anormal, muy influenciadas por una joven talento que sería la primera de todas en tener un desfile pronto, Suri Polomore, que no era secreto para Rarity las ocasiones en que fingió ser su amiga para robarle ideas o simplemente sabotearla. Al final, terminó en el baño con maquillaje corrido llorando lo mal que las hacía sentir, sólo para que una jovencita sea la única en acercársele en son de paz.
-Todas sólo siguen a Suri- le expresó con timidez una joven de ojos y cabello corto cyan claro que usaba una blusa de marinero de cuello ancha lavanda con una corbata escarlata. Le estiró una delicado pañuelo de seda que Rarity le aceptó con todo su rímel chorreado por sus mejillas viendo la sonrisa que le regalaba su compañera de modas-. Yo creo que es maravillosa, y sé que otras lo piensan pero…pero por Suri…- insistía con pena.
Rarity le sonrió en agradecimiento y la abrazó.
-También eres maravillosamente talentosa, Coco- aludió para hacer sonreír a la aludida y devolver el abrazo.
Las cinco eran las mayores afectadas en el qué dirá de la gente por cómo se exhibieron de más, pero aún así los demás, también recibían ciertas miradas incómodas, pero más fácil de tolerar.
Ahora, pasado los días, las cosas parecían congelarse, pero no por eso querían dejar de hacer su vida, pero sí lo más discreto posible. Al parecer la "recomendación" de Devious de no llamar la atención con sus poderes era realmente necesaria después de todo si la gente aún asimilaba y adaptaba a la idea de lo que eran ellas.
Pero eso no evitaba que muchas otras personas más se deleitaban en verlas, y podrían ser el doble de irritantes con sus preguntas y efusividad, y aquello se podía reflejar en las redes sociales, creando cuentas y grupos con nombre alusivos a ellas para hablar, suponer e idear sobre ellas.
Fue ese sol de un nuevo día, cuando Applejack abrió la puerta después que ésta sea golpeada insistentemente, abriendola con una sonrisa de lado y mirada astuta que quebró al ver que Rainbow Dash entrara a la casa como suya propia, pasando largo frente a la vaquera casi empujándola a un lado medio alzando la cabeza cuando le abrió.
-¡Ahora sí, ahora sí se pasaron!- vociferó apenas ingresó con la mirada prendida a su celular fijamente, entrando a tientas.
-Buenas tardes para ti también- dijo ella cerrando la puerta, pero alguien más la retuvo, abriéndose de nuevo.
-¡Yay! ¡Fiesta en casa de Applejack!- celebró Pinkie Pie entrando entre saltos.
-¿Qué?- dudó, sólo para ver que tras de Pinkie, entraba seguido Rarity y Fluttershy.
-Más vale que sea importante- dijo la modista en un suspiro.
-No entiendo- parpadeó Applejack asomando su cabeza fuera de la casa procurando que no haya nadie más, siendo así -. ¿Por qué están todas…?- decía volteando dejando la puerta cerrada cuando Rainbow la interrumpió:
-¡Porque ahora sí, ahora sí se pasaron!- vociferó aun mirando el celular.
-Eso dijiste al llegar.
-Y cuando nos llamó para citarnos en tu casa- aclaró Rarity cruzándose de brazos.
-¿por qué en la mía? ¿Qué hay de la tuya?- cuestionó Applejack a la peliarcoiris.
-Porque tu casa siempre ha sido nuestra baticueva.
-¿Desde cuándo?- arqueó una ceja.
-Desde que tenemos la banda, ¡Dah! Ahora escuchen, sé que fui misteriosa pero es que en serio debía citarlas a ustedes- decía para estirar un brazo con su dedo índice deslizándose delante de cada una, señalándolas –porque son las más perjudicadas- agregó con tono siniestro.
-¡¿Qué hablas, Rainbow?!- se asustó Fluttershy llevándose las manos a los lados de su rostro.
-Habló de…¡ESTO!- exclamó mostrándoles su celular. Las cuatro se acercaron rejuntándose a ver qué mostraba.
-¿Un fanfic de Darin Do escrito por un tal Quibble Pants?- dudó Rarity con un gesto confuso.
-¡Exac…! ¡¿Qué?! ¡No!- respondió acercándose el celular rápidamente.
-Y está marcado como favorito- sonrió la modista viendo la rápidez con la que quiso evadir Rainbow el mencionado.
-¡Es por la historia, no te desvíes!- le dijo deslizando el pulgar en la pantalla -. ¡Esto era lo que quería mostrar!- avisó estirando de nuevo su celular hacia ellas, pudiendo leer un título diferente, que les hizo abrir bastante los ojos.
-¡¿Un fanfic sobre nosotras?!- corearon totalmente sorprendidas.
-¡No sólo eso!- advirtió -. ¡Miren el género!
-¿Yuri?- leyó Fluttershy con duda -. ¿Qué es yuri?
-¿Y por qué ahí se califica con fruta?- preguntó Applejack -. Ahí dice Lemon.
-¡uh uh! ¿Puedo calficar con cherrychanga?- preguntó Pinkie Pie -. ¿O mejor se escucha chimicherry?
-¡No! ¡En fanfiction no se califica el género con frutas!- les acalaró Rainbow rodando los ojos -. ¿Y no saben qué es yuri?
-Nadie es una friki de fictions de Darin Do como tú- exclamó Applejack con una risa que contagió a las demás.
-Jajajaja. Te dijo friki- bufó Pinkie un poco -. Es una palabra divertida- rió y Rainbow mostró los dientes con un ceño.
-¿Se siguen riendo si digo que nos emparejan entre nosotras y que Lemon significa contenido sexual…ENTRE NOSOTRAS?
Y la risa cesó.
-¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉ?!- chillaron entre sí, empezando hablar entreverados con voces en pánico y asombro.
-¿Puedan hacer eso?- jadeó Rarity. -. ¡Debe ser ilegal!
-Bue-bueno...-decia Fluttershy -al menos es uno, ¿no?
-¡Claro que no! ¡Ya hay cientos que nos shipean!- exclamó Rainbow escandalosamente y las demás no podían ya ni abrir más los ojos, sacando cada una su celular a buscar con palabras claves los fanfictions.
-¡Oh Santo cielo!- jadeó Rarity -.¡¿Me shipean con Applejack?!
-¡A mi con Dashie!- exclamó Pinkie.
-Espera. También me shipean con ella- revisaba la modista.
-Y a mí- avisó Applejack.
-Oh...¡Yo también!- exclamó Fluttershy.
-¡¿Me shipean con todas?!- vociferó Rainbow -.¡¿ Por qué?!
-Oigan, pero no todos los fanfics son de shipeos- avisó Rarity leyendo algunos títulos y sinopsis -. Otros parecen querer contar propias versiones de lo que pasó aquella noche.
-Es verdad- le asintió Fluttershy comprobando en su mismo celular. -. Creo que hasta nuevas historias con nosotras de protagonistas.
-Esto significa...-decía Applejack desprendiendo su mirada del celular para ver a las demás -...que sí hay mucha gente que nos acepta y admira.
-¿Leen los reviews?- preguntó Fluttershy -. Hablan muy bien de nosotras...
-Al menos los personajes que nos han hecho- dijo Rainbow.
-Que al final se basan en nosotras- observó Rarity.
-Pero asi como hay que gente que nos repela y evita, hay otras que nos aprecian por lo que somos- sonrió Applejack.
-Pero eso justifica los shipeos?- preguntó Rarity levantando una ceja.
-Meh! solo se divierten. No hacen daño a nadie!- encogió de hombros Pinkie Pie. -. Es solo imaginación y nada más.
-Con tal de que nadie conocido los lea...-pensó Pinkie optimista.
-Es internet. Eso es jodido- resopló Rainbow en resignación para parpadear seguido -. Me pregunto si así como habrá fanfic...- decía para sí misma y concentró de nuevo su mirada al celular.
-¡Ay no! ¿Ahora qué se te ocurrió?- lamentó Applejack para que a solo un par de clicks, ya Rainbow se ponía lívida dejando abrir y la vaquera le arranchó el celular que al ver, quedó igual de desconcertada, las demás acercandose enseguida a ver y quedar igual.
-¿Q-qué estamos...viendo?- jadeaba Rarity del asombro y Rainbow volvió en sí de a poco para tomar su celular y acercarse a ellas.
-Se le dice...rule 34- respondió pasando imagenes, que para su suerte, cambiaba de intensidad hasta detenerse en una que era grupal y todas enmudecieron viendola.
-Estamos...nosotras...- tartamudeaba Fluttershy sonrojándose intensamente -. Yo...mis...¿Mis pechos son así de grandes?
-Los mios no son asi de pequeños- decia Rainbow.
-A mi gordita- comentó Pinkie para reirse.
-Mis caderas y piernas no son tan anchas- se quejó Applejack. -. ¡Todo es exagerado!
-excepto yo! me veo una femme fatal!- rió Rarity viendo su ilustración.
-¿Entonces hay dibujos también?- interrogó Fluttershy a Rainbow.
-Eso veo- suspiró cansada, deslizando sus dedos a más imágenes.
-Unas están bien pero en otras…¡Nos ponen…así de…de…DE!- se indignaba Rarity.
-¿Y no podemos hacer nada?- preguntó Applejack.
-Internet es internet- arqueó una ceja Dash, cuando escucharon golpes en la entrada.
-¿Esperaban a alguien?-preguntó Pinkie a Applejack.
-O más bien alguien sí esperaba a alguien - dijo Rainbow con voz bufona hacia la vaquera que la miró con un entrecejo -. Con razón cuando me abriste la puerta sonreias medio raro. Y…- decía dándose cuenta recién -…la casa está sola, ¿cierto?- disfrutaba decir y Applejack sólo la miraba tirando chispas por los ojos -. Tomaré eso como un sí- rió.
-¡Espera! ¿Te visita Thunderlane?- se quiso asegurar Rarity y Applejack se cruzó de brazos asintiendo. -. ¿Y te vas a presentar con tu ropa de siempre?- desaprobó con un gesto horrorizado.
-Trataré de no tomarlo como un insulto- comentó la rubia para encaminarse hacia la puerta para abrirla.
-No, no, no, no, no, querida- se interpuso Rarity en su camino sosteniéndola de los hombros -. Tú subes conmigo a ponerte algo decente para tu pareja. Pinkie Pie, tú ve a abrir.
-¡Okie dokie lokie!- asintió la pelirosada para salir en brincos hacia la puerta.
-Ahora tú, vienes conmigo- empujaba Rarity a Applejack, que renegaba entre dientes.
-Rarity, no seas ridí…
-Sí, sí, hazlo, Rarity- le siguió el dúo Rainbow con una malvada sonrisa y expresión en sus ojos que Applejack observó en ella -. Mientras están arriba, me aseguraré de distraer a Thunderlane- sonrió más levantando su celular con una de las ilustraciones subidas de tono entre el meneo de su mano que sostenía su celular. Applejack abrió los ojos lo máximo que podía mientras se le cortaba la respiración.
-No…te atreverías…
-¿Quieres apostar?- rió Rainbow.
-¡Aquí entramos!- avisaba Pinkie entre brincos mientras un poco más atrás se aparecía Thunderlane con una inocente sonrisa apunto de saludar, pero se cortó su intención al ver la extraña actuación que vio a continuación.
Rainbow se volteó apenas lo vio presente
-¡Oye, Thunderlane! ¡tienes que ver a tu manza….AAHHHH!- decía para gritar cuando un peso cayó sobre su espalda, tumbándola al suelo.
-¡¿Qué rayos te pasa, mala amiga?! ¡Dame el teléfono!- vociferaba Applejack haciendo peso sobre Rainbow mientras estiraba sus brazos para alcanzar los de ella, enredando sus piernas con la suya para entorpecer su intento de ponerse en pie.
-¡¿Sabes el oro que sería verle la cara?!- decía Dash luchando de zafarse de Applejack, encerrando su celular con fuerza en su mano para que no se lo arranchara -. ¡Y en realidad no eres tú! ¡Es un dibujo!
-¡Igual!
-¡Oh, vamos! ¡Sólo es una broma!
-¡Rainbow!- se quejaba luchando sobre ella mientras la otra se arrastraba por el piso llevándola a Applejack a acuestas.
-¡Chicas, ya basta, por favor!- les decía Fluttershy preocupada.
-Qué vergüenza de novia- se lamentó Rarity.
Entre las quejas y la lucha en esfuerzo en el suelo, Thunderlane se quedó simplemente de pie con un ceño confundido contemplando la escena.
-¡¿Pero qué pasa?!- interrogó él sin saber mucho qué hacer.
-¡Mira, mira, esto!- dijo Rainbow para deslizar su celular por el piso en dirección recta y llegara a los pies de donde estaba parado.
La pantalla estaba encendida, por lo que claramente se podría apreciar la imagen. Y apenas existió el movimiento de él de bajar la mirada hasta por pura inercia, un destello cubrió brevemente el espacio y entonces retumbó el sonido de un fuerte latigazo cortando el aire, enmudeciendo todo el bullicio de una sola vez.
Todos miraban impresionados, como una liana de Applejack se estiró para latigar el celular de Rainbow, que apenas lo impactó, agrietó el celular dejando la pantalla negra y rompiéndolo en tres pedazos.
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- lamentó Rainbow en un grito, ahora sí zafándose de Applejack que tal como convocó su transformación, la deshizo, dejando a Rainbow salir libremente al fin para que se clavara de rodillas al pie de los trocitos de su celular -. ¡¿POR QUÉ ERA NECESARIA TAL MALDAD?! ¡MI CELULAR!
-¿En serio lo preguntas?- exclamó Applejack enojada y Rainbow le dio la cara con un puchero y ojos vidriosos.
-¡Sólo molestaba! ¡Era una ilustración cualquiera que le enseñaría, no una de ti! ¡Jamás haría eso! ¿Me crees capaz?
-¡Sí!- corearon todas.
-Disculpen- exclamó Thunderlane, haciendo que todas miraran su rostro desorientado aún -. ¿Pero alguien podría explicarme que acaba de pasar?
-¡Que tu novia no aguanta bromas, eso es lo que pasa!- exclamó Rainbow molesta para levantar los trozos del celular y restregárselos en un cachete, casi al borde del llanto.
-Tal vez sí me pasé pero…- no completó la oración Applejack para suspirar -. Lo siento lo del celular.
-¡Un "lo siento" no me lo devuelve, asesina!- exclamó Rainbow pero Applejack no le prestó mucha atención para dirigirse a Thunderlane, que antes que dijera algo, ella le ganó el turno.
-Creo que tarde o temprano te vas a encontrar con esa…"sorpresa"- se admitió más bien para sí misma -. Internet es internet, después de todo- renegó con mala gana. -. Lo que pasa es que gente por ahí anda…- tomó aire cerrando los ojos -…haciendo ilustraciones subidas de tono de nosotras- contó para abrir despacio sus ojos -. De mí.
-…- enmudeció, procesándolo -. ¿Ajá…?
-Ajá…- asintió mirándolo con cautela -…y son muchas y…una peor que otra, aunque hay algunas más aptas pero el punto es, que quiero que, aunque te mencionen o digan algo, o te encuentres con una página de esas por allí con esas ilustraciones, tú debes prometerme, que las negarás. Es decir, que no las verás por tu voluntad- asintió -. ¿Me lo prometes?
-…- no contestó enseguida, continuando procesando lo que acababa de escuchar -…entonces…hay dibujos de ti...¿Eróticas?
-…- apretó los dientes, conteniendo la vergüenza -. Sí- se le salió decir con voz presionada.
-Eso…está mal…
-Lo sé, por eso prométeme que no las vas a ver.
-Ajá…
-Thunderlane…prométemelo.
-Claro…
-Pero dímelo- insistía impaciente.
-Okey- aclaró la garganta -…yo, lo prometo….
-…- se lo quedó mirando.
-…- y él la quedó mirando.
-…- empezó a gesticular de a poco entrecerrando los ojos.
-…- y él cada vez parecía más presionado. Entonces ella abrió de golpe los ojos, sin saber a ciencia cierta si su rostro se ponía completamente rojo de ira o de vergüenza. O ambas.
Entonces alzó la mano y le dio una bofetada.
-¡Applejack!- le llamó la atención Rarity con las demás confundidas, pero no por mucho tiempo, cuando la rubia estalló:
.¡THUNDERLANE! ¡ME ESTÁS MINTIENDO! ¡LO VAS HACER!
-¡Lo siento!- exclamó él sujetándose la mejilla cacheteada -. ¡Pero no me dejas procesarlo bien y me presionas con esa promesa!
-¿Cómo que te presiono?
-¡Eres hermosa, mi novia y y y! ¡¿Cómo no tentarme?!
-¡Thunderlane!- se quejó con la garganta que le ardía de la propia vergüenza impresionada de lo que escuchaba -. ¡Creí que dejaste de ser pervertido!
-¡Eres mi novia! ¡Es legal que sea pervertido contigo!
-¡Thunderlane!
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!- no pudieron contener más la risa las demás, riéndose a carcajada limpia en un mismo estallido, incluso Rainbow echada aun en el suelo con los restos de su celular reía escandalosamente olvidando su "tragedia".
Applejack por un momento olvidó la presencia de sus amigas, volteándose enrojecida viéndolas escuchar las primeras escapadas de risas, con un ceño de verlas que enseguida buscaron amortiguar las carcajadas con las manos sobre las bocas, a excepción de Rainbow, que seguía riéndose largo mientras se ponía de pie con cierta torpeza propia de la risa.
-¡Esto es mejor que la broma que iba hacer!- decía entre carcajadas -. ¡Ahora sí te perdono lo del celular!- exclamó pero la rubia no cambió su cara molesta pero sonrojada.
-Bueno, bueno, ya no tenemos nada qué hacer nosotras aquí- propuso Rarity controlando su risa pero mantenía una larga sonrisa divertida, moviendo a sus amigas -. Ya vámonos.
-Me parece- se cruzó de brazos Applejack y todas buscaron irse enseguida, pasando de largo al lado de ella, dejándolas ir, pero entonces vio a Thunderlane que se trataba de escabullir entre ellas. -. ¿Dónde crees que vas tú?- lo atajó tomándolo tras del cuello de la camisa mientras las demás volvían a reír entre sí y desaparecían hacia la puerta.
-¡No lo sé!- exclamó él ansioso -. Parece que lo que digo sólo lo arruino más.
-Thunderlane, desde que te conozco siempre ha sido así.
-Oh- murmuró frustrado bajando las cejas -. Lo siento- exclamó y Applejack lo miró para suspirar. Su aire inocente sin malicia era lo que tanto lo salvaba de que lo mandara al diablo todo este tiempo.
-Pues entonces procésalo bien para que puedas prometérmelo- terminó diciendo Applejack más relajada.
Los dos terminaron por sentarse en la larga silla mecedora doble en el porche de la casa, teniendo enfrente un panorama del verde campo de las hectáreas que tenía la familia Apple, que parecía brillar el verde de su cuidado bajo la luz del imponente sol.
Al cabo de un rato, Thunderlane rompió ese silencio.
-Un momento…- dijo con un ceño -…entonces hay personas por allí…¿Fantaseando contigo?
-¿Recién caes en cuenta?- preguntó con una corta risa para a su vez pasar su mirada a él, dándose cuenta del rostro serio que había adaptado -. ¿Thunderlane?
-No pueden…ensuciarte así…- decía concentrando más su ceño.
-Pero tú sí puedes, ¿no?- ironizó recordando lo que él dijo hace un rato.
-Applejack, hablo en serio- le dijo con un tono de voz enseriado y la rubia se ahorró las bromas. -. No pueden hacerte eso. Hay que sacar esas páginas.
-Rainbow dijo…
-No me importa. Veré la forma de que desaparezca esas ilustraciones.
-Thunderlane, es difícil que eso suceda del todo…
-Pero eso no impide que lo intente, ¿no?- apostó.
Applejack se lo quedó mirando, contemplando su expresión seria y firme. Entonces sonrió.
-No- contestó, posando su mano sobre la suya, provocando que él se concentrara en ella -. Eso no lo impide- asintió sonriendo más y se inclinó a besarle suavemente los labios.
-Y te lo prometo…- le dijo apenas sus labios se separaron. Applejack lo miró mejor -…te prometo solemnemente que no veré ninguna de esas ilustraciones- prometió y esta vez, Applejack no sintió una pizca de duda o falsedad en esa promesa, y sonrió más -. Además, esa no eres tú. Yo tengo accesible a la verdadera tú y es más sensual de ver que una alusión fantasiosa.
-Tenías que arruinarlo, ¿cierto?- farfulló mirándolo enarcando una ceja.
-¿Ahora qué dije?- preguntó inocente, y ella rió bajo para besarle una mejilla, la cual era que le había cacheteado y lo haga sonreír para que se empezaran a besar los labios de nuevo.
…
El clima estaba templado, con el sol brillando fúlgido sobre la ciudad dejando un ambiente caluroso que de vez en vez, una corta brisa trataba de refrescar el calor, pero venía también caliente, así que no daba tan buen resultado.
Por ello, Magical Smile estaba vestida acuerdo al clima de ese día, con una liviana blusa turquesa sin mangas y un short blanco a la altura de sus rodillas y sandalias. Su cabellera rosa estaba recogida en un moño y usaba unas finas gafas negras que el propio sol le encandelillaba los ojos y los tenía forzados a mantenerse abiertos, colocando sus manos sobre su frente como una improvisada visera, mirando hacia el cielo, de pie en una bonita pradera en la Reserva Natural de la ciudad.
-Así de a poco vas a quedarte ciega- comentó un hombre de tez celeste claro, ojos cafés y cabello dorado sentado sobre un mantel extendido terminando de sacar bocadillos de una canasta, al fondo un par de niños jugaban con unasvexageradas pistolas de agua, atacándose mutuamente.
-Correré el riesgo, Wings- respondió sonriéndose y mirar a su esposo sobre su hombro para compartir la sonrisa.
Cuando su cabello se empezó a agitar con una repentina brisa más fuerte, lo que le hizo volver a mirar hacia el cielo y comprobar el aterrizaje de un cuerpo cubierto de un vestido de llamas aguamarinas entre el aleteo de sus grandes y altas de flamas del mismo color, aterrizando a pocos metros frente a Magical con sus ojos cerrados.
- Tardaste un poco más esta vez- exclamó Magical acercándose hacia la recién llegada.
-¡Ya volvió!- avisó uno de los niños hacia su hermano, y los dos dejaron las pistolas de agua en el campo para correr hacia su dirección, levantando sus brazos a los lados, dejando ver una tela celeste cosida a los lados de sus camisetas y atada a sus mangas, simulando unas alas.
Entonces el cuerpo de Trixie resplandeció para deshacer la transformación y volver a su apariencia habitual con aquella falda morada y botas largas, a excepción del abrigo que siempre usa, reemplazó por una blusa amarilla clara de mangas cortas, abriendo sus ojos y estos, se encontraran de color celeste.
-Lo siento, pero me dejé llevar con el buen clima cálido que se siente allá arriba- exclamó con un tono más recatado de voz.
-No te preocupes, Zephyr- le sonrió Magical.
-¡Zephyr, Zephyr, mira, mira nuestras alas!- empezaron a gritar los niños acercándose a la mencionada corriendo más rápido, para hacer que sus alas improvisadas se alzaran producto de la velocidad en la que corrían, haciendo sonreír un poco a Zephyr con sus cejas encorvadas.
-Son…son muy hermosas- contestó sonriéndose de lado pero aun conservando sus cejas tensas.
Magical sonrió desbaratando el cabello de uno de sus hijos.
-Ustedes dos, vayan a secarse que vamos a comer.
-¡Aleluya!- pronunció uno pasándose una mano sobre su barriga -. ¡Me comería un burro muerto!
-Ni modo que vivo- le respondió el otro volviendo a correr hacia el mantel extendido abriendo sus brazos y "volar".
-¡Pero ya no sigan corriendo!- les llamo la atención Magical para encogerse de hombros -. Bah. Es mi culpa por hacerles esas alas- rió un poco volviendo su mirada a Zephyr -. Ellos insistieron. Querían ser tan "cools" como su hermana mayor- exclamó y Zephyr agachó la cabeza un tanto incómoda.
-Pero…yo no soy su hermana…
-Son gemelos- le comentó ella manteniendo un tono amable y sonrisa confortante -. Les parece grandiosa la idea de que el cuerpo de su hermana haya dos mentes y que tenga habilidades de fénix. Quisieran estar en su lugar- contó y Zephyr la miró con cierto desconcierto.
-Disculpe, pero sus hijos son raros.
-Oh- rió Magical expandiendo la sonrisa por el comentario -. Créeme, no tengo idea porque me salen así. Digo, mi hija decidió permitir "suspenderse" para que tú tengas libertad de movimiento en su cuerpo y…- agitó la cabeza con una sonrisa forzada -. Aun lo digiero, pero respeto su decisión.
-No como el señor- murmuró Zephyr con incomodidad y Magical torció la boca igual -. Yo no quería esto…ella me invoca y…
-Lo sé- le interrumpió tomando aire -. Y no te preocupes por Serverus. Él entenderá con el tiempo.
-Pero odia a Trixie por mi culpa. La echó.
-No, no, Zephyr- negó enseguida -. Él jamás podría odiar a Trixie y no la echó. Sólo no la quiere en su casa cuando estás tú.
-Me echó a mí…- se corrigió en murmullo. Magical torció el gesto.
-Bueno…sí, te echó a ti, pero no a Trixie. Vive ahí, solo, ya sabes, no pasa en casa cuando estás tú.
-Y le quita tiempo con su padre y con usted- seguía lamentando cabizbaja.
-Todos hacemos sacrificios por los que amamos- le exclamó con tono firme y suave. Zephyr la miró con el rostro ciertamente cabizbajo y culpable -. A Trixie simplemente no le pareció justo encerrarte- le recordó en reconformación -, porque es lo que le pasó a esa amiga que la ayudó mucho, a Sunset- la ánimo con una sonrisa -. Es la nueva normalidad que decidió pensando en ambas. Compartir a tiempos el cuerpo, así que no tienes nada que lamentar- terminó por decir sin poder evitar una sombra de presionada resignación.
No es que haya aceptado al minuto cuando Trixie la llamó esa madrugada. Ambas discutieron casi toda la noche la situación y al final, simplemente Trixie dijo que era su decisión, les gustase o no a sus padres, pues no podía vivir tranquila pensando en convertirse en una Flame, aunque se tratara de su propio cuerpo.
Por ello, concedió a Zephyr que sea ella misma que volara esas horas que había dicho, además de interactuar con los demás. Entregarle una normalidad. Para la hora del almuerzo, Trixie estaba de vuelta en su cuerpo. Pero en el transcurso de estos días, Zephyr se había negado a interactuar con más personas que no sean la familia de Magical y por obligación. No quería robarle la vida de Trixie, por más que le dijeran que no lo sería. Puesto que en serio pasar tiempo con ella, era muy diferente a como Trixie. En especial, descubrir que Zephyr era ignorante en muchas cosas humanas.
Pasó todo el tiempo recluida en las altas montañas en diferentes territorios desde que llegó a este mundo, que nunca se molestó en acercarse a las criaturas más evolucionadas de esta dimensión. Así que en sí, ignoraba muchas costumbres y necesidades humanas.
-Bueno…vamos Zephyr- suspiró Magical animando su expresión amable -. Tendremos un picnic.
-¿Un qué?- preguntó sin mucho interés.
-Un picnic- repitió -. Es comer al aire libre. Hay comida y estamos al aire libre… ¡Un picnic!
-Oh- murmuró -. Entonces es mejor que Trixie ya vuel…
-En realidad- le interrumpió Magical tomándola de la muñeca y Zephyr deslizó su mirada al agarre, confundida -. Queríamos invitarte a comer con nosotros. Ya sabes, para que te acostumbres a unas cosas como…comer, porque no has comido lo que comemos nosotros ni en ese cuerpo, ¿cierto?
-No estoy del todo segura qué comen ustedes- admitió incómoda aun mirando el agarre de Magical con un mohín en la boca.
-¡Por eso el picnic!- motivó más risueña y la arrastró hacia donde estaban los demás en el mantel.
-¿Por qué me arrastra?- preguntó caminando con torpeza con un ceño confundido. -. Entiendo que no soy su hija pero no tiene que arrastrarme como presa- decía con un tono más acelerado de voz, ansiosa, con ganas de picotear la mano que la atrapaba, por lo que hacía delante y atrás la cabeza, por instinto.
-¿Eh?- dudó escuchándola para soltarla enseguida al ver su rostro desorientado en la situación, acariciándose la muñeca con recelo -. Disculpa. No es nada malo. Sólo es…ehm…una acción, para motivarte.
-Pues no funcionó- farfulló para pasarse la mano a un lado del rostro, asi acariciándola de la sensación del agarre. Magical la miraba sin disimular mucho su desconcierto de sus actitudes de...sí, ave, en el cuerpo de su hija.
-Lo siento, sólo ven con nosotros, ¿sí?- volvió a sonreír en esfuerzo y Zephyr suspiró, para caminar por cuenta propia sin dejar de restregar su mano a un lado de su rostro.
Durante los siguientes minutos, Magical tuvo la paciencia de explicar lo que contenía los aperitivos, que para comer, Zephyr daba mordiscos pequeños y rápidos a su vez, sin masticar, casi en un instinto de picotear alimentos y solo tragar, dificultándole el trabajo la dentadura que ahora poseía, en las que los niños se reían de ella por su forma de comer, llevándose el ceño reprendedor de sus padres, de que no se burlaran, y los hizo que sean ellos que le enseñen a comer bien.
-Y entonces te lo llevas a la boca así- dijo el menor para llevarse el sandwich a la boca -. Y masticas toda la comida antes de llevar otro bocado a la boca- explicó con la boca llena.
-Y no sé habla con la boca llena- agregó el otro niño mirando a su hermano, que se encogió de hombros.
Entonces Zephyr se llevó el sandwich a la boca abriéndola exageradamente, escuchando un sonido de error de la boca de los gemelos, lo que la hizo mirarlos con sus bocas medianamente abiertas, entonces ella cerró un poco más la boca y los volvió a mirar para ver si lo aprobaban, viendo que le levantaban el pulgar. Ella frunció el ceño sin entender ese gesto, a lo que ellos dijeron verbalmente que sí estaba bien así, entonces ella se llevó un bocado y empezó a masticar la comida y tragarla. Los miró.
-¿Así?
-¡Bien!- celebraron todos aplaudiéndola con una risa entretenida, lo que hizo a Zephyr soltar una auténtica sonrisa relajada, sintiendo caliente las mejillas, haciéndola fruncir el ceño pasándose una mano a las mejillas.
-Mi rostro está caliente. ¿Por qué? No ordené que se calentaran.
-Te estás sonrojando- le explicó el esposo de Magical. Zephyr frunció más el ceño.
-¿Qué cosa hago? Yo no fui.
-Creo que en tu…antiguo cuerpo no te sonrojabas- pensó Magical -. Sonrojarse es cuando se acumula sangre en tu rostro cuando te emocionas o avergüenzas.
-¿Eso hace?- preguntó impresionada acariciándose las mejillas, pensativa, haciendo reír ligeramente a los demás, cosa que la apenó más y las mejillas se enrojecieron y calentaron más, haciéndola aspirar en pánico. -. ¿Y y y cómo lo detengo?- tartamudeó parpadeando varias veces -. No me gusta- exclamó rápidamente, provocando más risas y ella se sonrojara más, desesperándola -. ¡Ayúdenme!- moría de vergüenza con su ahora cara totalmente roja sin saber dónde enfocar su mirada cohibida.
-¡Apaga el foco!- exclamó uno de los hermanos entre risa, para confusión más de Zephyr. No sabía qué era un foco.
-Bueno, ya basta, pobrecita- menguaba la risa Magical en general observando como Zephyr ocultaba su rostro con el propio cabello al encogerse muchos los hombros y llevarse los brazos hacia delante, como alas.
El resto de la comida fue más tranquilo, habiendo Zephyr aprendido mejor el tener ahora que masticar, beber el "líquido dulce con burbujas" que no era más que soda. Pero lo que sin duda lo que más le gustó, fue probar los chupetes. Se perdió por completo saboreando el dulce en la boca, provocando que se sonrojara de nuevo pero estaba tan distraída como para darse cuenta.
-Lo estás haciendo bien- comentó Wings a Magical mientras entre los dos doblaban el mantel.
-Aún es incómodo- sinceró con una sonrisa de lado -, pero opciones no tengo muchas- suspiró deslizando su mirada en donde sus hijos menores guardaban en una funda la basura del almuerzo y Zephyr estaba aun sentada en el césped con sus ojos cerrados con su mano envuelta en el palillo del chupete en su boca. Suspiró para regresarle la mirada con una mejor sonrisa -. También lo estás haciendo bien. Con todo esto.
-Aún lo estoy asimilando también- fue honesto también, caminando hacia ella para juntar los extremos del mantel y quedar de frente para besarle sobre la cabeza, haciéndola sonreír -. Pero todo por la familia.
-Por la familia- asintió en acuerdo sonriente.
-¡El dulce desapareció!- escucharon la voz proviniendo de Zephyr, mirándola que se levantaba con un rostro frustrado alzando el chupete -. El dulce desapareció y ahora hay esta cosa blanda…¡Casi se adhiere en mis dientes!
-Es chicle- le dijo uno de los gemelos. -. El chupete viene relleno de chicle.
-¿Eh?- dudó mirándolo confundida para volver a ver el dulce con desconcierto.
-¿Así se siente criar un niño?- murmuró el otro para sí.
Tras una explicación más, Zephyr se negó a masticar el chicle. La sensación pegajosa pegándose en los dientes le desagradaba mucho, además, sentía que había abusado más del tiempo de Trixie, por lo que se sentó al césped para respirar profundamente con los ojos cerrados, quedarse quieta un par de segundos, para que su cuerpo se respingara un poco abriendo los ojos de golpe, estando estos rosados oscuros de vuelta, siendo recibida Trixie de golpe por sus medios hermanos que se le lanzaron encima y le enseñaron igual de emocionados sus "alas".
Los cinco caminaron el sendero para salir de la reserva y llegar al estacionamiento. Magical y Trixie quedaron más atrás de los demás en el camino.
-¿Y? ¿Qué tal?- le preguntó Trixie a su madre.
-Aún se siente incómoda- contó con un suspiro -. Se entretuvo un poco eso sí, pero las cosas que no entiende la ponen nerviosa en cambio otras sí la distraen.
-¿Ves? Trixie tenía razón- exclamó con un resoplido -. El picnic fue solo una muestra de lo que le espera para interactuar.
-Trixie…- pensó un momento -…¿no crees que la fuerzas? Digo, ella no es una humana y…no tiene esa necesidad que tenemos nosotros.
-Përo sí las suyas y debe sentirse libre en hacerlas- le contradijo mirándola -. Mamá, Trixie sabe que es complicado. Pero sólo ha pasado una semana. Ha estado demasiado tiempo sola y recluida que todo le pondrá nerviosa pero eso no quiere decir que no quiera. Le dices a Trixie que sí disfruta de momentos como humana, solo que aún la ponen nerviosa. Todo avanza de a poco.
-¿Se lo has dicho?- exclamó impasible.
-Aún no logramos conectar bien esa comunicación entre nosotras, pero como dijo Trixie, todo…
-…avanza de a poco- le completó para volver a suspirar y rejuntarse a su hija en un abrazo de lado -. Lo sé, cariño, lo sé.
Más tarde, Trixie ya retornaba a su casa, siendo saludada por las mujeres de servicio. Ella no preguntó por su padre, pues estaría en su despacho trabajando, luego de las "vacaciones" forzadas que se dio estas ultimas semanas, y tampoco lo hizo por Moon White y Twilight.
Trixie sin hacer mucho ruido, se acercó a la biblioteca encontrándose abierta, pasando ahí para ver cómo ambos hablaban casi completando la frase del otro, sólo para negarle lo que el otro decía y cambiarla por otro, recitando de memoria Twilight unos conceptos que no entendía pero intuía bien que era de magia.
Estaba al tanto que no ha sido una semana tan tranquila para todos, en especial en el peso de responsabilidad que caía sobre esos dos oriundos de Equestria que no habían parado de trabajar, viviendo prácticamente en la biblioteca recordando viejas y nuevas teorías, como abrir algunos temas de antropología, sociología y hasta historia de este mundo en los libros de la biblioteca, manipulando mejor la búsqueda por internet en la laptop y avance en escribir a mano para notas. Sin duda, estaban poniendo todo su esfuerzo para recuperar su normalidad, como la de los demás afectados. Trixie pensó un poco. Tal vez Zephyr y ella no eran las únicas que le urgían adaptarse una nueva normalidad.
…
Se restregaba con fuerza las manos humedecidas sobre su rostro, para después levantarlo abriendo sus ojos mirando con dificultad el reflejo de su cara frente al espejo por las gotas que le colgaban en las pestañas. Se pasó esta vez una toalla para apartarla y ahora sí poder ver su reflejo.
Ahí estaba, su mismo rostro enseriado y hermético de siempre, sin embargo aún así Bonbon podía verse algo diferente. Como si algo no estaba en ella. Sus ojos celestes solo estaban indiferentes a su reflejo. O más bien a todo.
Bonbon se movía de una manera mecánica, como si alguien más la condujiera pues no se sentía dueña de sus propios movimientos. Sólo se dejaba llevar el cómo salía del baño abriendo la puerta para quedarse mirando un momento la cama en la que seguía postrada Golden. Tan quieta. Tan ausente. Tan silenciosa. Tan frágil.
"Nunca crei que diria esto..."habia dicho Applejack cuando vino a visitarla "...pero extraño su insolencia y lenguaje de marinero". Bonbon apenas reaccionó ante ese recuerdo, suspirando pesadamente en respuesta cuando queria imitar la corta sonrisa melancólica de Applejack pero no le salió.
Durante toda la semana, cada una por turno, se hacia presente para acompañar a Bonbon para cuidar de Golden. Sabiendo que ella no se despegaría de alli, no habiendo salido para nada del hospital desde que entró, le facilitaban algo qué comer, recogían su ropa de la lavandería, estaban ahi si se necesitaba ir a la farmacia, buscar una enfermera o cualquier emergencia si se llegase a presentar, y simplemente el hecho de no dejar sola a Bonbon ante lo que atravesaba, no solo por el coma de su amiga de la infancia, sino también el que haya perdido recientemente a su madre. Bonbon no se habia pronunciado para nada respecto al tema, y ellas sabían que era un campo minado si se atrevían a comentar algo, pero Bonbon sabía que con algunos comentarios que camuflaban por allí, ellas se ingeniaban a expresar sus condolencias y el que tenían su apoyo. Ella lo sabía. No era ninguna tonta, sabía leer entre líneas, pero aun asi no les prestaba la importancia que ellas esperaran, mostrándose con esa marcada expresión de desinterés y distraída, con su "no tengo tiempo para esto", pero en el fondo, recibir a las chicas aunque se hiciera la dura, le daba cierto alivio que no dejaba mostrar, haciendolas sentir más bien que estorban que otra cosa, aunque ellas ya habian aprendido el cómo era el carácter especial de Bonbon, e intuían que le hacia bien el que estuviesen ahí, al menos asi lo reforzaba Lyra, caso contraria las había echado apenas llegado, cosa que no ocurría.
Entonces golpearon la puerta.
Bonbon se separó del marco de la puerta del baño para prepararse a recibir a quien le tocaría hoy pasar el día, atravesando el cuarto de Golden y saliendo hacia la pequeña sala de estar para recibir visitantes, directo a la puerta principal.
Ya habían venido Lyra, Applejack, Fluttershy, Derpy, Rarity, Whooves y Trixie, en ese orden.
Llegó a la puerta de la habitación y la abrió para enseguida sentir, que cientos de alfileres se le enterraban en cada centímetro de su piel.
-Hola- sonrió Cherry del otro lado de la puerta con sus manos juntas a la altura de su vientre, viéndose parcialmente nerviosa pero motivada -. Hoy es mi turno, según el papel que me tocó y...- calló para encogerse de hombros -...aquí estoy. Está bien, ¿cierto?
-...- le mantuvo la mirada sin inmutarse en nada -. Supongo - se limitó en decir para darse la vuelta y volver adentro, dejando la puerta abierta para que pasara.
Cherry parpadeó y respiró profundo, para entrar a la habitación cerrando la puerta tras de sí pero se le fue de la mano, provocando que se azotara. Ella presionó el gesto ante el sonoro golpe viendo como Bonbon alzaba la cabeza en su dirección tras el golpe.
-Lo siento- dijo con una sonrisa nerviosa.
-No tienes que estar aquí- fue directa en decir. Cherry concentró su mirada en ella.
-Claro que sí. Estoy aquí por la misma razón que las demás. Estoy por Golden- la miró bien -. Por ti. Son mis...amigas.
-¿Amigas?- interrogó ella ladeando la cabeza manteniendo su tono de voz neutro -. En serio crees que después de todo lo que pasamos, ¿Está bien ser amigas?
-¿Por qué no?- dudó suavizando un ceño -. ¿Por qué… no debería?
-Porque hasta donde yo sé, tú odias a todas tu ex.
-...- se puso seria, empezando a sentir su voz hosca en su repentina defensiva -. No las odio. Odio lo que hicieron pero no a ellas. Y no odio lo que hiciste o no, no te odio a ti.
-¿Por qué? Porque esta vez pudiste ser tú quien terminara la relación.
-Creí que fue mutuo...
-¿Mutuo?- le entrecerró los ojos -. ¿De dónde rayos sacas que lo fue?
-En el baile cuando hablamos, estuviste de acuerdo- entristeció la mirada -...porque no querías mostrar todo lo que eras ante mí.
-Aun así ya terminabas conmigo antes de eso. Ahí y en el escondite. ¡Me terminaste dos veces! Como si con una no fue suficiente.
-Pues tu querias regresar y yo no quería- se le escapó decir sin tino, Bonbon mostrara al fin un sentimiento en sus ojos, dolor. -. Bonbon...en serio trato de entenderte…- suspiró impotente -…no quiero que quedemos en malos términos. De todos modos no es el momento ni el lugar de discutirlo.
-Si esa es toda tu preocupación, ya puedes irte.
-Sabes que no es asi.
-Yo ya la verdad no sé nada. Solo sé que tu solo quieres tener la conciencia limpia de la que no tienes con las que fueron tu pareja ¿Y sabes qué, Cherry? No te la voy aceptar. No quiero hacerte el favor de que por una vez en tu vida puedes ser inteligente emocionalmente porque debiste serlo para cuando aceptaste ser el juguete de la relación y dejarte usar hasta que se cansaron de ti.
-...- enmudeció con una expresión de dolor en sus ojos -. El que no pases un buen momento no justifica que seas cruel por los que se preocupan por ti- exclamó con voz forzada -. Yo puedo llegar a entender lo que tú estás pasan...
-No, Cherry- le volvió a interrumpir secamente -, no puedes entender lo que es haber perdido una madre porque tu ni siquiera conociste a la tuya.
-¡Bueno, Bonbon, ya basta!- empezó a enojarse -. No tienes que descargar la rabia e impotencia que sientes en mi- le entrecerró los ojos -. ¿Por qué siempre tengo que ser yo la que reciba tu hostilidad, eh? ¿Por qué me eliges a mí para desahogar tu presión? Entonces no eres tan diferente de las otras, porque me usas también como un juguete al que puedes hacer y deshacer lo que desees. Sí, no conocí a mi madre, es cierto, pero ella murió por mi vida. Murió para que yo pueda vivir, tal como lo hizo tu madre. ¡Se lo que se siente vivir con el peso de que tu madre está muerta por tu culpa!- terminó diciendo agitadamente -. después de todo lo que hemos pasado estas semanas. El baile, el escondite, la Agencia, cuidarnos cuando nos rodearon en el hospital, el encarar esa tal Shadow, ¿No te cambia nada? ¿Ni un poco? ¿Ni en deuda a que tu madre nos salvara la vida y que Golden muestre lo fragil que podria ser la vida? ¿Nada de esto te dice algo, Bonbon, para que dejes de ser una fría y defensiva chica?- la quedó viendo bien el rostro -. ¿Alguien infeliz?- preguntó viendo como Bonbon endurecía la barbilla en reacción -. Porque eso es lo que se me cruza en la mente cuando veo ese hermético rostro tuyo y creí que podía cambiar eso- agitó la cabeza -. Pero no. Nadie puede, porque tú no quieres. Todas han sido sutiles contigo, incluso por consejo de Lyra. Pues ya que no quieres nada de mi, puedo decirte las cosas como son: eres la persona que tiene la de oportunidades para sentar cabeza, pero prefiere seguir siendo una perra con los sentimientos de los demás porque es demasiado débil y cobarde que no puede con los suyos propios - terminó por decir para darse la vuelta e irse, dejando ahi de pie a Bonbon.
Apenas la puerta se cerró, Cherry empezó a hiperventilar, temblando un poco.
No podía creer lo que acababa de decir, a quien y en qué momento. Pero todo salió en un comentario retenido. Cerró sus ojos con sus cejas encorvadas, con ganas de llorar en una presión fuerte de su pecho. Quería volver ahí dentro y disculparse. Pero ya no había máscara con la cual disfrazarse para poder tomar el valor de volver a estar a solas con ella y dirigirle la palabra.
Ni pensándolo mucho, tomó su celular y envío un mensaje.
"Yo me voy y no creo haberla dejado bien. Ven a verla, por favor".
No entendía cómo llegaron a este punto. Recuerda haber sido feliz a su lado pese a todos sus defectos, pero tal vez, al final cansa cargar sin ayuda de alguien que se niega a querer ser ayudada. Cansaba el pelear y reconciliar, pelear y reconciliar cada tanto. Cherry se había cansado de Bonbon, y ello, le retorcía por completo el corazón. Entonces empezó a caminar por el pasillo, alejándose de la habitación mientras sacudía sus manos de la ansiedad que la embargaba, sintiendo que se le empezaban a escurrir las lágrimas, recordando cuando vio primera vez a Bonbon ese sencillo y elegante vestido turquesa para su presentación de piano en la escuela. La vez que le estiró su pañuelo para cuando la encontró llorando en un aula. El cruce de miradas que se daban entre los pasillos de la escuela. La noche en el parque de diversiones durante un evento de caridad. Cuando la acorraló y ella se dejó atrapar para tener su primer beso. Cuando Bonbon la rechazó, cuando fumó de nuevo por ella, cuando besó a Flash por ella, cuando perdió a Mistery por ella, cuando volvió a ser feliz por ella, cuando se besaban, cuando se reían, cuando las peleas eran banales y terminaban en risas, convirtiéndose después en peleas más fuertes, impacientes, a gritos, y faltándose el respeto. Dudas y temores. Pelea y reconciliación. De nuevo pelea y reconciliación. Un Perdón y un nuevo reclamo. Un ciclo vicioso del que ella acababa de romper ese eslabón, separándose de su vida, tal como quería ella. Al final, Cherry siempre de una forma u otra, le daba lo que Bonbon creía querer. Pues ahí lo tiene.
Cuando llegó dentro del ascensor para dejar el piso, Cherry no se resistió y se pegó a la pared metálica y deslizó con las manos en el rostro. Aun siendo nada, aun derramaba lágrimas y sufría, por ella. Pero entonces la puerta se deslizó, abriéndose, y ella buscó incorporarse enseguida evadiendo la mirada para secarse las lágrimas.
-¿Cherry?- escuchó que la nombraban, entonces ella pasó su mirada enfrente avergonzada aun pasándose las manos a la cara, contemplando quien la reconoció.
…
Rato más tarde, alguien más golpeó la puerta del cuarto de hospital, abriéndola Bonbon sin el menor de las emociones, encontrando a Lyra del otro lado. Ambas se quedaron viendo sin decirse nada, todo lo hacía los ojos.
-Te llamó, ¿cierto?- se limitó en decir Bonbon con un parpadeo lento.
Lyra no le dijo nada y simplemente la abrazó con fuerza, apretándola contra ella con sus ojos cerrados, transmitiéndolo todo su sentimiento y consuelo, no pudiendo sentir nada, absolutamente nada en ella. Como si hubiera terminado de vaciarse por completo, convirtiéndose en una cáscara hueca. Bonbon sólo cerró los ojos también, levantando frágilmente los brazos para envolverla también, envueltas en un silencio en el que sólo se escuchaba el ritmo cardiaco de la máquina conectada en Golden. Quería decirle algo. Quería gritar algo pero no podía.
No le habían enseñado a pedir ayuda.
Lyra simplemente la hizo sentar en uno de los tres sillones de la pequeña sala, sentándola la que era para dos. Lyra se sentó junto a ella y sin mucho preámbulo, de su bolso sacó su lira, provocando que los ojos celestes de Bonbon siguieran el movimiento del instrumento, el cómo las delicadas manos de Lyra se acomodaban entre las finas cuerdas, empezándolas a mover suavemente sobre éstas, empezando a llenarse el silencio con la dulce melodía que empezó a entonar y armonizar de a poco el ambiente.
Y es que Bonbon reconocía la canción. Era la suya. La que Lyra compuso por su cumpleaños.
Las fibras sentimentales de Bonbon parecían al fin empezar a temblar un poco, provocando un sentimiento algo añejo pero que la hacía sentir mejor. El recordatorio de un viejo sentimiento que la hizo mirar el rostro inspirado y concentrado de Lyra en cada tocar del instrumento que era tan talentosa en tocar con la delicadeza de como si rozara los pétalos de una flor.
Pero entonces un tosido que no vino de ninguna de ellas, hizo que la tocada se interrumpiera súbitamente, y tanto Lyra como Bonbon se miraron rápidamente con sus ojos sumamente abiertos.
…
Volvió en sí como si hubiera recibido un golpe en el estómago que le quitó el aire, completamente desorientada, como si haya sido una reacción tardía.
Empezó a toser, pero el esfuerzo de hacerlo le hizo gesticular de dolor en algunas zonas del cuerpo, sólo para alzar su cabeza y expandir bastante sus ojos verdes, al encontrarse con un par de color celeste que también se engrandecían de sorpresa, empezando a romper su máscara en su totalidad, para sonreír de la algarabía.
-Golden….¡Golden!- celebró Bonbon casi estallándole la cabeza, atravesando el cuarto con Lyra tras de ella, avisándole que iba a llamar un doctor enseguida.
Pero Bonbon apenas y la escuchaba, acercándose con urgente necesidad hacia Golden, sintiendo que le temblaba el cuerpo de la propia conmoción, viendo el rostro perdido de la pelinaranja, que miraba los ángulos que podía, respirando aceleradamente, sonriendo más Bonbon al ver que le devolvía la mirada.
-¿Bonbon?
-Sí, soy yo. Estoy bien. Tranquila, todos estamos bien, ¿me oyes?- le hablaba con cierta ansiedad entre unas torpes risas para darse cuenta de algo que le frenó la felicidad -. ¿Bonbon?- jadeó frunciendo el ceño de a poco -. ¿Me llamaste…"Bonbon"?- dudó parpadeando rápido mientras sacudía la cabeza. Ella jamás la llamaba por ese nombre falso -. ¿Golden?- la llamó mirando cada expresión que marcaba su rostro -. Golden…- decía pero la pelinaranja le parpadeó, confundida.
-¿Por qué me dices así?
-¿Qué? ¿Cómo?
-Golden…- se aclaró para menear la cabeza -. Bonbon, yo soy Carrot. Carrot Top- exclamó con hilo de voz y Bonbon sintió cómo se le bajaba la sangre mientras la cara de pelinaranja se ansiaba más en la confusión, pasando su vista a su cuerpo y brazos de agujas enterradas -. ¿Qué me pasó?
…
¡Yay! Logré publicar en menos tiempo XD y sí, algo largo…¡Como sea! ¿A poco no estuvo interesante, eh, eh, eh, eh? Jajajajaja pero en serio, disfruté demasiado escribir este capítulo y no se preocupen, pasó una semana y me enfoqué en el mundo humano, ya verán lo que pasó esa semana en Equestria!
Y pues como verán, quise hacer un guiño e hice que las chicas tuvieran un fandom creciente sobre ellas, y ya saben todo lo que tiene un fandom XD ojo, no juzgo ni critico a nadie con los gustos y eso, pero come on! Obvio que las chicas reaccionaría algo así o peor si se enteran de lado loco del fandom xD
Y pues ahora Golden despertó…o más bien Carrot top XD Zephyr puede desenvolver en el cuerpo de Trixie, Moon White y Twilight trabajando juntos, la reacción de la gente por las guardianas, Cherry y Bonbon en un sube y baja que nomás parece bajar y…na más pasó xD
So…
¡Gracias por leer, dejen review y…!
¡Sunny Honey, fuera!