Lo Que Somos Ahora
Chapter 43: No Estamos Solos
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Apenas se habían recuperado del ardor de solo respirar por el gas que había reventado dentro de la sala, las cuatro mane que quedaban recibieron la llegada efusiva de Flame. Con sus ojos rojizos ardiéndoles del químico, pudieron distinguir con esfuerzo, que los cyan enfrente suyo estaban endurecidos como témpanos de hielo.
-¡Ustedes…son…mías!- vociferó profundizando su ceño con la voz cargada de ira -. ¡No tienen que hablar con nadie más a menos que yo se los diga! ¡Regreso a darles una fantástica noticia y ustedes hablan con otros ponies sin mi autorización!
Las ponies contuvieron la furia y el fastidio de tener que lidiar con un capricho más de Flame, pero se resistieron a cualquier comentario defensivo contra a ella. Ya no más. No quería que perdiera el control de nuevo. Pero cuando querían hablar, ingresaron un grupo de fénix que aterrizaron enfrente de Flame, para dejar un par de metros de ella, el cuerpo inconsciente de una herida Golden. Las cuatros cortaron lo que dirían al ver que una no había alcanzado a escapar, precisamente la que se esforzó por eso, aunque les dejara ese gas en el proceso.
Flame entonces deshizo su ceño fruncido por una más petulante y animada, observando a Golden como un trofeo arrebatado, por el simple hecho de que puede hacerlo. Entonces sonrió con una musical risa mientras regresaba la mirada hacia las mane, que ya la miraban sin saber muy bien que pasaba por su cabeza.
-Entonces…- empezó diciendo, caminando hacia delante mientras su cuerpo encadescenía -…¿Qué hacían aquí esos ponies?- enfocó su mirada en Applejack -. Dime, pequeña mentirosa, ¿A qué vinieron esos ponies?- preguntó, cada vez cortando más la distancia hacia Golden, hasta levantar un casco por encima de ella, un casco que brillaba de lo ardiente que se encontraba. Las ponies abieron de más sus ojos.
-¡Espera! ¿Qué…?
-¡Te hice una pregunta!- exclamó para bajar su casco y presionarlo contra un lado del torso de Golden, provocando que las demás entraran en desesperación sintiendo el ardor ajeno que debía estar sintiendo, pero más que nada Applejack lo comprendía muy bien, pues ella había aguantado una quemadura devorándole medio rostro.
-¡Vinieron a ver si estábamos bien!- exclamó la vaquera enseguida. Flame apartó el casco y volvió a mirarla.
-¿Y…?
-Y trataron de sacarnos de aquí pero no se lo permitimos- continuó hablando con el corazón acelerado por el temor de que bajara el casco de nuevo o algo peor, pero apenas agregó ese dato, Flame endureció su barbilla, alzándose las llamas de su melena y cola.
-¿Cómo se atreven?- interrogó con dureza bajando la mirada hacia la terrestre amarilla -. ¡Eso es traición a mi gloria!
-¡¿Y qué esperas?!- intervino Rainbow Dash, robando la atención de Flame -. Eres fuerte, hermosa y poderosa. Tendrás a muchos envidiándote, deseando ser como tú pero jamás sucederá. Nadie es capaz de ser como tú- terminaba de decir con seriedad, pensando en sus actos atroces y sanguinarios, pero Flame desde su punto de vista, lo tomó con una adulación a lo que era ella. Empezó a ablandar un poco el rostro. -. ¿En serio crees que un simple pony es una amenaza para ti?- continuó hablando la pegaso -. Solo somos pegasos y terrestre. No podemos hacer gran cosa. Somos insignificantes frente a tu poder y es estúpido que lo uses sobre algo tan pequeño como nosotros.
-Tienes razón. Habrá ponies que envidiarán mi poder y querrán arruinar mi felicidad- dijo para tirar una corta risa para ella misma -. Pero son tan poca cosa comparándose con lo que puedo llegar hacer- exclamó bajando la mirada hacia Golden. -. Ustedes son míos. Cada uno, hasta los traidores, son míos. No tengo rival que se le compara. Van a amarme y adorarme- dijo para alzar la vista con sus ojos entornándose confiados pero a la vez amenazantes -. Todos y cada uno, terminarán haciéndolo. Es mi Equestria, son mis ponies- aclaró para de repente, las jaulas de fuego que las tenían presas, se deshicieran, tomándolas por sorpresa -. No me sirven encerradas allí. Son mis doncellas y las quiero conmigo, pero…- levantó una de sus finas cejas -…si llego a sospechar de alguna de insultar y traicionar mi gloria…lo sabré…- aclaró y a su vez, unos fénix sobrevolaron encima de las cabezas de las ponies -…y si me da la gana de jugar quien vive y quien no…-agachó la cabeza para ver a Golden mientras su cuerpo encandecía para el susto de las demás -…lo haré.
…
Aunque se habían despedido para dormir, no pudo conciliar el sueño.
Estaba bocarriba mirando el tumbado con los brazos cruzados sobre su torso, sin poder dejar de maquinar recuerdos, ideas que debía cazar.
Moon White se conocía lo suficiente, y cuando tenía una investigación qué acelerar, su cerebro no paraba de maquinar, casi abandonándose del exterior para encerrarse dentro de su cabeza.
Por una buena razón, el corazón le latía ciertamente ansioso, llegándose a contrariar levantando una mano para restregarse la cara mientras dejaba brotar un brusco suspiro que más bien parecía un gruñido.
Cuando empezó a escuchar murmullos fuera de su cuarto. Se irguió sentándose en el colchón con la vista hacia la puerta con su cabello ciertamente desbaratado, como si pudiera ver a través de ella, escuchando esas voces enredándose, una que otra risita por ahí o sonidos que hacían de su boca para terminar escuchando una risa que se escapaba mientras alguien se quejaba.
Levantó un poco ambas cejas. Aquello lo hizo retroceder en el tiempo. Pues esa complicidad que escuchaba en un pasillo cerca donde estaba encerrado, le recordaba mucho su época como estudiante en la Escuela de Magia para Unicornios Superdotados.
El tener que quedarse después de clases a seguir estudiando, mientras el resto pasaba el rato, y no porque se refundía en sus estudios por simple gusto, sino porque realmente necesitaba las horas extras para poder alcanzar al resto en la materia, mientras no podía evitar tentarse a mirar de reojo hacia la ventana del salón, cuando algún grupo de compañeros se posaban a charlar cualquier banalidad con las sonrisas levantadas, sea una anécdota, un chiste, un repaso, decidir dónde ir; conversaciones banales que por alguna razón los mantenían felices.
Él tuvo esas conversaciones banales y fue feliz como ellos teniéndolas alguna vez, pero ahora simplemente le carecían de importancia, no por estar estudiando o creerse engreído, simplemente los veían tan fuera de su alcance la probabilidad de alguna vez ser capaz de nuevo, compartir su vida con alguien más, entregar esa confianza, que el solo pensar la probabilidad, le entraba un amargo sentimiento que adentro parecía carcomerlo, pero que ignoraba, para continuar poniéndose en práctica la teoría de aquel día en clases y tener progresos al final de la semana, cosa que en práctica en clase el mismo día de la lección no podía hacer como los demás, pero al fin, aprendía hacerlo. Tarde, pero demostraba poder hacer lo mismo que ellos, a su paso.
Ahora, tenía ese especie de Deja Vu, escuchando esos murmullos banales del otro lado de la puerta, sabiendo que todos se habían levantado poco antes del amanecer, para llegar a sus respectivas casas al fin. Entonces apartó las sábanas para salir de la cama y cambiarse de ropa. Mejor desayunar con los demás y no tener que hacerlo solo después en casa ajena. No quería ser un estorbo y de por sí, le incomodaba la idea de depender de alguien más por un techo, cuando con su propio esfuerzo puso uno sobre su cabeza.
Pero como le dijo a Twilight. Esto no era Equestria. Aquí no eran nada, y llegaron sin nada. Y no entendía del todo bien cómo funcionaba este mundo como para hacer algo al respecto, situación que quería reparar para su propio beneficio en su investigación.
Entonces ordenó la cama, se cambió de ropa, acomodó su cabello y abrió la puerta, encontrando ya vacío y miró hacia la izquierda, donde giraban la esquina del pasillo Lyra, Pinkie y Rarity.
-Buenos días, tú- lo saludaron mezclado con un bostezo.
Él volteó enseguida, encontrándose con Rainbow Dash cerrando la puerta de su habitación terminando de ponerse su camisa azul que iba sobre la blanca. Tenía los ojos adormilados, la cara decaída y un parpadear lento. Empezó a caminar arrastrando los pies con desgano, volviendo a bostezar abriendo toda la boca sin reversas como hipopótamo. Moon White le parpadeó con un gesto.
-No, gracias- le dijo él. Rainbow frunció el ceño, interrogándolo con la mirada -. Digo que no quiero ver tu hígado de nuevo en otro bostezo, gracias- se aclaró y Rainbow desprendió una débil sonrisa con los ojos cerrados aun caminando.
-Aún me recuerdas a mi abuela- exclamó para empezar a bostezar de nuevo mientras hablaba -. ¿Qué haces despierto?- preguntó para fruncir el ceño continuando su marcha-. Tú sí puedes dormir hasta tarde. ¡Siento que no dormí nada!
-Yo no dormí nada y no me ando quejando.
-¿Tú también?- balbuceó más dentro del sueño.
-¿Yo también qué?- interrogó caminando pero se detuvo al no tener respuesta y que Rainbow se quedará atrás. Volteó viéndola arrimada al muro con la cabeza caída a un lado con la boca un poco entreabierta en un leve ronquido. Suspiró regresando en donde se quedó -. Hey…- la llamó hincándole el dedo en la cabeza -. ¡Hey!
-¡¿Eh, qué, qué?!- reaccionó de súbito respingando con sus ojos forzadamente abiertos.
-Te decía también qué.
-¿De qué?
-¿Qué?
-¿Eh?
-¡Oye!
-Espera, ¿qué?
-Olvídalo- resopló para continuar caminando.
-¿Olvidar qué?
-Me estás tomando el pelo, ¿verdad?- interrogó mirándola que lo alcanzaba para caminar a su par con un risita.
-Jejejeje, seeee- contestó pasando el torso de su mano a la comisura de su boca, secándose la baba seca. -. Pero en serio, ¿Estábamos hablando?
-Tú sólo camina- le farfulló viendo que Rainbow aún seguía con los ojos cerrados arrastrando los pies al suelo como zombie, que a la hora de girar la esquina, él tuvo que acomodar su dirección volteándola de los hombros y hacerla girar, cosa que la hizo respingar de nuevo. -. Despierta bien que si te caes, no me importará y caminaré sobre ti y te dejaré ahí- advirtió, para escuchar la somnolienta pero divertida risa de la peliarcoiris propia del sueño, lo que le hizo reír un poco también.
Al llegar a las escaleras, divisaron al resto más abajo, pudiendo inevitablemente para él, resaltar una de entre todos, a Twilight, que se veía…se ahorró comentarios.
Más bien, la única bien despierta de allí era Applejack. Parecía fresca y lista para empezar el día aún pese la interrupción de medianoche. El resto estaban bostezando y con los ojos caídos tratando de mantenerse activos, alcanzando hasta abofetearse un poco ellos mismos, pero personas como Cherry y Trixie, estaban casi igual que Rainbow Dash.
La peliverde estaba arrimada con la frente clavada tras la espalda de Mistery con los ojos cerrados y sus brazos como fideos apuntando hacia abajo, más allá que acá, y Trixie tenía los ojos cerrados con la cabeza aguada hacia delante, tambaleándose a los lados de Rarity y Lyra, quienes al sentir el cuerpo de Trixie vencerse de su lado, la movían al lado de la otra, y así en un vaivén de derecha a izquierda que las empezó a divertir empezándose a reír, que Lulamoon terminó frunciendo el entrecejo molesta, zapateando al piso.
-¡Trixie no es un juguete!- reclamó con un ceño pero manteniendo sus ojos cerrados señalándolas con el dedo índice pero no señalaba a ninguna -. ¡Tiene figura de muñeca pero no lo es! ¡Azúcar!
-¿Azúcar?- dudó Lyra.
-¿Qué?- empezó a parpadear Trixie sintiendo lagañas en los ojos -. Trixie dijo azúcar, ¿no?- reconoció confundida.
-Eh, sí, ¿Por qué?
-Trixie qué sabrá. Está ebria del sueño.
-Pues cuando estás ebria del alcohol lloras- balbuceó Cherry por inercia aun con la frente pegada a la espalda de Mistery.
Trixie se despertó de pronto, abriendo mucho los ojos, mirándola, estupefacta con quijada endurecida.
-¡Cherry Crash, ¿cómo sabes eso?!- vociferó en reclamo y Cherry recién reaccionó de lo que dijo para levantar la cabeza como avestruz, con toda su frente enrojecida por la pose en la que estaba, viendo a Trixie indignadísima apretando las manos para aspirar y reclamar: -. ¡¿Bonbon te lo contó, cierto?! ¡Esa traidora! ¡Le dije que no se lo contara a nadie!
-Ah…eh…- improvisaba sin saber dónde mirar hasta que subió la mirada hacia las escaleras y señaló -. ¡Oh miren! ¡Son Rainbow y Moon White! ¡Hola muchachos que linda mañana, ¿no?!- exageró la bienvenida para correr hasta ellos.
-¡No escapes de la gran Trixie!- reclamó Lulamoon mirándola huir.
-¿Y qué le vas hacer?- levantó la ceja Rarity sonriendo de lado. Trixie la miró con reproche ceñuda con los labios ciertamente abultados.
-¡Silencio!
-No sabes qué, ¿no?
-¡Silencio!
-Te pones de malas cuando no duermes bien, ¿no?
-¡Silencio ordenó Trixie!- reclamó irritada.
-Oye, no me ordenes.
-Es la casa de Trixie, ¡Así que sí puedo!- señaló cruzándose de brazos. Rarity se la quedó mirando fijo con profunda seriedad que intimidó a Trixie. Sonrió -. Jejeje. La casa de Trixie, es su casa. jejejeje.
-Qué lindo es volverla a tener de vuelta, ¿no?- rió Lyra. Trixie frunció el ceño.
-¡Me muero del sueño!- reclamaba Rainbow a media escalera bajándola entre tambaleos arrimada al pasamamos.
-Voy a bailar tap sobre ti- amenazó Moon White en alusión si se cae por seguir caminando a lo zombie, bajando más rápido dejándola atrás, que el comentario hizo a Rainbow abrir los ojos y reírse a lo bajo de nuevo, para apoyarse mejor del pasamanos.
Mientras bajaba, él mantenía la mirada encima hacia donde estaba reunidos todos, con la mirada interesada donde estaba Twilight que con solo verla, sabía que no había dormido.
Se veía terrible.
-Hola, buenos días para todos- saludó tranquilo y educadamente, escuchándose el saludo de vuelta de los demás.
-¡Hola!- saludó Twilight con una forzada sonrisa enérgica mientras él se le acercaba-. Estoy coooooomoooooo nueva. ¡Mírame!- decía manteniendo la sonrisa forzando los ojos a estar bien abiertos, pero las bolsas bajo sus ojos gritaban lo contrario, al igual que su voz exagerada y acelerada, y el cabello desalineado. -. ¡Estoy tan fresca como una lechuga! Siento que puedo cantar, bailar y correr en la Carrera Anual de las Hojas. ¿Sabías que llegué al quinto lugar en mi primera maratón? ¡Siento que puedo llegar al primero! ¡Y sin leer sobre ello!- alzó los brazos efusiva.
Moon White se paró frente a ella clavándole la mirada con sus ojos grises serios al igual que su expresión.
-No dormiste- se limitó en obviar.
-Ah pffff- hizo sacudir sus labios en un descuidado resoplido que alcanzó a salpicar gotas de saliva, aterrizándole a la cara a Moon White, que respingó un poco hacia atrás en reacción cerrando los ojos, mientras Twilight seguía hablando sin haberse dado cuenta -. ¡Por supuesto que sí! ¿Qué saco mintiendo, eh?- se trató de defender y sacudió una mano en su dirección -. Es muy muy temprano como para que andes en tus necedades.
-Bueno…- contestó paciente pasándose una mano a la cara para secarse la saliva y sonreírse petulante. Twilight ablandó la cara. Ya intuía esa expresión suya. Tramaba algo.
-Ah, no. ¿Qué vas a…?
-No mientes, ¿segura?- exclamó con un tono ladino.
-…- se lo quedó mirando mientras él seguía levantando la sonrisa, disfrutando su expresión de mantenerse en lo que dijo, sintiendo ganas de acercarla y besarla, pero se contuvo para concentrar su mirada en Applejack, que le devolvió la mirada sospechando algo, entonces captó y abrió sus ojos por la comprometida situación y miró enseguida a Twilight, que palideció al olerse la intención también. Él seguía sonriendo astutamente -. Applejack, a ti, que no se te escapa nada…dime, por favor ¿Está Twilight minti…?
-¡NO DORMÏ!- interrumpió la voz de Twilight tapándose la cara entre enojada y avergonzada -. ¡¿Contento?!
-No mucho si me mientes, he de confesar- exclamó regresando su mirada en ella. Twilight suspiró derrotada.
-Lo siento.
-¡Ay, abuelo, pero si tampoco dormiste!- intervino la voz de Rainbow Dash, y tanto Twilight como él abrieron mucho los ojos y miraron a Rainbow enseguida. Dash parpadeó -. Es lo que me dijiste, ¿no?
-¿Y no que no recordabas lo que hablamos?- se quejó él mirándola con un ceño. Rainbow rió un poco rascándose la nuca.
-Pues ya estoy más despierta y recordé.
-¡Me tildas de mentirosa cuando eres uno igual!- reclamó Twilight cruzándose de brazos.
-Yo no he mentido- se aclaró -. Nunca dije que no dormí.
-Si, bueno, pero…- pensó rápido -. ¡Ah! Pero me reclamas no haber dormido cuando tú tampoco dormiste. ¿Cómo te atreves a ser tan cínico y quejarte que no dormí si tampoco dormiste cuando quedamos en dormir si no hemos descansado bien estas semanas…? ¡Aaggh!- se quejó ella misma -. ¡No entiendo por qué hago mi oración tan larga, usando el verbo dormir y es que no puedo parar de hablar, es que cuando me tenso yo no paro de…!- decía ya entrando a su neurosis, pero entonces se calló el sentir unos muy urgidos brazos rodeándola, abrazándola y robándole un beso rápido.
-Uuuuuhhhh- chilló Pinkie Pie, no muy atrás las demás conmovidas, a excepción de Flash, mantuvo su mirada escéptica y la desvió con un entrecejo.
-¡Oye!- reclamó Twilight sonrojándose pero a la vez sorprendida y avergonzada separándose un poco -. Me…me besaste.
-¿Qué pasa?- preguntó divertido -. Fue uno corto. ¿Y te apena muestras de afecto frente a alguien?
-N-no…- se le salió balbucear con la garganta estrangulada de la pena mirando el suelo, enrojeciéndose más.
-Entonces no me provoques- alcanzó susurrarle sólo para ella, bajando un poco su rostro para ver el cabizbajo suyo con una cariñosa mirada y sonrisa, soltándola.
-No hice nada- susurró defendiéndose con un leve ceño.
-Ser tú es hacer mucho- se aclaró la garganta -. Además, desquiciada eres encantadora…- soltó una ligera risa -…y muy divertido de ver.
-¿Podrías callarte, por favor?- suplicó ahogándose de la pena para levantar la mirada y ver todo el calor de la mirada de las chicas sonriéndose divertidas con unas risitas.
-Adoraaaaaaable- canturreó Rarity con una juguetona malicia que hizo reír a las demás.
-Si se dejaron de melosería- exclamó Rainbow -, me encantaría mucho poner algo en mi estómago. ¡Muero de hambre!- miró a Trixie -. ¡Lulamoon, dame de comer!
-¡Rainbow!- se quejó a lo bajo Fluttershy.
-¿Quéééé?
-Trixie dijo que aguardemos en la sala- exclamó Lulamoon colocándose una mano en la cintura.
-Eh, sí, Trixie, ¿Pero por qué dijiste que aguardemos en la sala?- preguntó Applejack a Lulamoon.
-Para que nos sirvan- obvió encogiéndose de hombros. Applejack aligeró un ceño.
-Un momento, ¿Se madrugarán las mujeres de servicio sólo para que desayunemos?
-¿O sino cómo comemos?- volvió a obviar Trixie cruzándose de brazos.
-¡Trixie!- reclamó la vaquera.
-¡¿Qué hice?!
-¡No quiero que alguien se levante a las cuatro de la mañana a servirme! Tengo dos manos y dos pies perfectamente sanos gracias al cielo. Puedo hacer mi propio desayuno.
-Pero…- decía Trixie.
-Ah, apoyo a Applejack- opinó Fluttershy jugando con sus dedos -. Ehm, no quiero ser una molestia. Puedo hacer mi desayuno.
-No es una molestia- aclaró Lulamoon -. Son sirvientas. ¡Es lo que hacen! ¡Servir a Trixie y sus invitados! Así que déjense servir.
-Pfff niña mimada nos saliste- resopló Rainbow torciendo los ojos. -. Apuesto que ni cocinar sabes- farfulló y Trixie deslizó su mirada hacia ella, asertiva.
-¡¿Discuuuuuuuulpa?!- reclamó colocándose las manos a la cadera e inflando pecho -. La gran Trixie se defiende en la cocina. Cuando mamá vivía con Trixie, la metía a la cocina con ella y aprendió algunas cosas. ¿Cómo crees que le preparé el gran y poderoso sandwich a Sunset?
-Palabrerías- se limitó en decir Rainbow alzando una mano airadamente.
-¿Estás provocando a Trixie?
-Meh- se encogió de hombros.
-¡Provocas a Trixie!
-Sólo no creo que seas buena en la cocina si dependes siempre del servicio cada que cruje tu estómago.
-¡Que Trixie sí sabe!- se encolerizó pateando el piso, para darse la vuelta y caminar.
-¡Trixie! ¿Dónde vas?-chilló Pinkie Pie.
-¡Ustedes sólo póngase de acuerdo qué desayuno prepararemos!- exclamó sin parar de caminar hasta desaparecer.
-Uy, qué bien la conoces- sonrió Cherry a Rainbow dándole unos codazos amistosos, que le devolvió la sonrisa.
-Solíamos ser competitivas entre sí. Aun se le ha quedado.
-¡Ahora cocinaremos todos como el equipo que somos!- celebró Pinkie Pie emocionada dando varios brinquitos y se colocó enfrente muy entusiasmada -. ¡Hay que hacer un festín de desayuno! ¡Un buffet de colores, olores y muchos sabores!
-¿Colores?- preguntó Twilight.
-¿Olores?- dudó Lyra.
-¡Y sabores!- enfatizó Pinkie -. Si se ve y huele bien, ¡Sabrá bien!
-No voy a discutir esa lógica- farfulló Moon White.
-Ja, tiene sentido para mí- rió Cherry.
-¿Entonces todos saben cocinar?- preguntó Mistery y miraron entre sí.
-Pues sé freír un huevo, si a eso te refieres- sonrió Flash.
-¡Yay! Entonces tú te encargas de la sección de los huevos- avisó Pinkie Pie.
-Yo podría preparar unos ándwiches de pepinos que…- decía Rarity pero todos hicieron una mueca rara en desaprobación. Rarity resopló torciendo los ojos. -. Haré sandwich de mantequilla de maní y jalea- cambió el menú resignadamente.
-¡Pido tocino!- coincidieron en decir Cherry y Mistery, mirándose entre sí con una sonrisa cómplice -. ¡Me debes una soda!- volvieron a corear dándose un chócale con un puño.
-¿Tocino?- dudó Moon White con un gesto -. ¿Qué es…tocino?
-Ay no- lamentó Rainbow -. Tocino es…
-¡Tiras de cerdo frito!- le ganó el turno Pinkie Pie pasándose la lengua por la boca -. ¡Ñomi!
Twilight hizo un gesto forzando una sonrisa entre sus cejas un tanto arqueadas ante el desagrado de la idea, mientras Moon White abrió bastante los ojos con la cara casi verde, con la mirada un poco perdida pero mantuvo la compostura.
-Vaya, ¿No vomitarás esta vez?- se burló Applejack un poco -. Te felicito.
-¿Otra vez?- dudó Twilight.
-No me tientes- exclamó Moon White con voz forzada pasándose una mano a lo largo de la garganta, sacudiéndose la cabeza con ojos cerrados. -. Yo estaré lo más lejos de ese tocino preparando lo que sea menos algo involucrado con…car…carne- dijo rápido.
-¿También sabes freír huevos?- rió Rainbow.
-Sé freír más que eso para tu información- dijo recuperando de a poco el color de su rostro.
-¿Entonces sabes cocinar?
-Vivía solo. Era eso o moría de hambre o vivía comiendo de la calle, pero no es saludable. Para tu sorpresa, escogí lo primero. Puedo preparar panqueques si lo desean.
-¡Yay! ¡Panqueques!- celebró Pinkie.
-Uhh, te resultó útil en la cocina- jugó Cherry codeando a Twilight.
-Jejeje- rió ella ciertamente incómoda en respuesta -. Sí…útil…en la cocina…- decía sobándose un brazo.
-¿Tú qué sabes hacer, Twilight?- preguntó Pinkie Pie. Twilight la miró forzando más la sonrisa.
-Ah, jajaja, yo, bueno…ehm…sé…eh…también eh…podría yo…y luego…
-No sabes cocinar, ¿cierto?- preguntó Applejack. Twilight torció la boca mirando a un lado.
-Nop.
-¿Nada de nada de nada de nada?- preguntó Pinkie Pie acercándose mucho con efusividad, incomodándola aún más.
-No. Digo, no tenía necesidad…- se trató de justificar haciéndose para atrás -. Es decir, era una potra cuando fui a vivir en el castillo de la Princesa Celestia y bueno, comía lo que servían en la cocina del lugar, y después Spike creció y se interesó en la cocina, aprendió y cuando viví en Ponyville, él se ocupó de esa área mientras yo estudiaba y atendía la biblioteca y y y- suspiró -… eso.
-Wow, Twilight- se impresionó Rainbow -. No sabía que también eras una mimada.
-¡¿Qué? ¡No!- se horrorizó en contestar pero sólo eso alcanzó a decir. No tenía cómo defenderse.
-Eso no la hace mimada, sólo no le dio la oportunidad de aprender- exclamó Flash encogiéndose de hombros -. Igual que yo, pero podemos aprovechar esta oportunidad en aprender preparar- sonrió en dirección a Twilight -. ¿Verdad? Anímate. Te enseño a freír un huevo- rió -. Es un avance. ¿Te unes a mi sección?
-Claro que sí- le sonrió de vuelta, sin notar la inevitable incomodidad en Moon White.
Mientras tanto, Trixie avanzaba a cierta ubicación de la mansión, cuando a medio camino, se encontró con el caminar de cinco empleadas.
-¡Regresen por donde vinieron!- vociferó Trixie acaparando la salida de un pasillo.
-¡¿Eh?!- reclamaron la fila de mujeres vestidas con delantales elegantes.
-Trixie ordena que regresen a dormir- asintió con voz de mando asintiendo una sola vez con firmeza. Las sirvientas se miraron entre sí confundidas.
-Pe…pero señorita…- decía una sirvienta.
-¡Nada de "peros"! Trixie y sus invitadas pueden hacer su desayuno.
-Pero el señor dijo…- decía otra con una sonrisa tensa.
-¡Soy hija del señor! Y digo que regresen a dormir un rato más. Es más- meditó un poco rascándose la barbilla -. Trixie dejará desayuno hecho para el Señor y la ex Señora- avisó y las cinco abrieron bastante los ojos.
-No, no, no- comenzaron a decir en coro negando la cabeza.
-El señor come un desayuno programado- avisó enseguida una de ellas -. No queremos incomodar al señor si no tiene el desayuno que espera para este día.
-Aish, pero que mimado, es peor que yo- se quejó Trixie y una de las sirvientes se le salió una risa, cosa que provocó que una le diera un codazo y la mandara a callar. Trixie se rió ante eso, más relajada -. No se preocupen. No se meterán en problemas. Si el padre de Trixie se molesta, que se molesté con Trixie. Trixie tendrá la culpa. Así que vuelvan a dormir. Y si las veo rondando por ahí, la gran Trixie no les guardará desayuno.
-Eh…¿nos hará…el desayuno?- dudó una, la misma que se rió hace poco -. ¿Sabe dónde queda la cocina?- interrogó, recibiendo otro codazo. -. Basta…- se le quejó en susurro a la compañera.
-¡¿Ustedes también?!- se impresionó para gruñir -. ¡Que sí! Ahora no molesten a Trixie y su proceso creativo culinario- terminó por decir para darse la media vuelta.
-Ya la oyeron- dijo la sirvienta sobándose el brazo de los codazos regresando a su cuarto.
-¿En serio la dejamos nomás?- pregunto una preocupada.
-Es la Señorita, ¿no?
-Aaaajaaaa- dudó otra y se quedaron viendo con un suave entrecejo.
-Sí, la Señorita que acaba de reaparecer- hizo dar en cuenta la mayor de todas sonriendo de una vez -. Dejémosla darle gusto con el señor preparando el desayuno.
-Ha cambiado mucho, ¿no?- comentó otra mientras caminaban de regreso a sus habitaciones
-Yo la siento igual de petulante- exclamó una compañera, haciendo reír a las demás.
Entonces la cocina se vio completamente invadida.
Pinkie Pie y Applejack no pudieron evitar suspirar al ver la expansión y equipada que estaba.
-Podría hacer toda la receta de la Familia Apple en la Reunión Anual más rápido de lo normal- suspiró encantada la vaquera.
-Y los cien pisos de pastel ya no sería sólo un sueño- acompañó el suspiro la pelirosada.
-Esta cocina parece futurista- comentó Lyra mirando cada rincón con los demás.
-Nah, no exageren- comentó Trixie acercándose al refrigerador y acercar la boca a una pantalla -. Abrir- avisó y después de un pitido, la puerta se deslizó sola y Trixie se asomó a revisar -. Mmmm parece que sí tendremos todo lo que necesitamos- decía ojeando el contenido.
Todos empezaron a ponerse manos a la obra, cada quien ocupándose de los diferentes opciones para servirse ayudándose entre sí, encendiendo la radio para animar mucho más el ambiente que entre burlas y chistes, la risas se alzaban convirtiéndolo en verdadero buen momento, de repente sintiéndose más normal de lo que últimamente se han estado sintiendo con todo lo que había pasado. Una canción conocida sonaba en el aparato, y las voces empezaban alzarse en una improvisado karaoke, siendo Cherry y Pinkie Pie las más exageradas, cantando con demasiada pasión usando un cucharon de micrófono, hasta tomar cubiertos y tocar la batería de la canción, en un ruido metálico sobre los mesones, frascos y hasta Pinkie volvía a tocar sobre la cabeza de Rainbow, haciéndola gruñir a la bajo para risa del resto.
Aunque no participara directamente toda la situación, Moon White contemplaba la complicidad y maromas que decían y hacían el resto. Estando un poco apartado por la zona de manipulación de carne, estando friendo hasta salchichas. No se sentía con el derecho de obligarles a no cocinar y consumir lo que están acostumbrados sólo por su presencia. Así que debía ser menos místico con la comida y tolerante. Aún así no estaba solo. Fluttershy se unió a él a ayudar a preparar los panqueques como Rarity se colocó cerca para hacer los sándwiches, escuchando él con una risa contenida la queja de la modista de que ninguno tenga el paladar para disfrutar de sus sándwiches de pepino, mientras Fluttershy la animaba diciendo que ella se lo habría comido con gusto, compartiéndolo con su conejo llamado Angel. De vez en cuando, Moon White veía toda esa complicidad, la energía que emanaban, le daba mucha curiosidad, intriga, ensimismándose, maquinando la mente de nuevo.
-¿Me enseñas a hacer panqueques?- le despertó una voz.
Moon White volvió en sí, a punto de hacer otra masa para panqueque enfocando su mirada en la cercana parada de Twilight regalándole una sonrisa. Rarity sonrió y habló de más en voz alta hacia Fluttershy.
-Oh, querida, ¿Te pareces si vamos adelantando en freír la masa lista?- exclamó haciendo muecas exageradas a Fluttershy señalando a la pareja. La pelirosada le parpadeó sin verse salida.
-Ehm, claro, Rarity, vamos- asintió.
-Tardamos un raaaatooo- exclamó la modista hacia Moon White y Twilight, que simplemente se la quedaron viendo la cara juguetonamente maliciosa que adaptó, para dar la vuelta y empezar a caminar hacia las honrillas desocupadas. –Esto es hermoso, Fluttershy- canturreó la modista con voz casi aguda y chillona -. ¡Tres de mis amigas tienen novio! No puedo esperar a que me pidan consejos de amor y les arregle el cabello, las uñas, escoja accesorios. ¡Y claro! ¡Ya tengo el atuendo ideal para cada una para impresionar a su cada quien!- terminó diciendo con una risa casi histérica al final abrazando el bol.
-Estoy segura que te lo agradecerán- se limitó en decir Fluttershy con una divertida sonrisa en ver los brillantes ojos fascinados de su amiga.
-Tu amiga quiso dejarnos solos y no es nada sutil, ¿Sabías?- fue lo que dijo Moon White apenas Rarity hizo su escena. Twilight sonrió con una risa.
-Le fascina estos temas- exclamó y él aclaró la garganta terminando de romper el huevo en el bol. -. Entonces, ¿me enseñas?
-Creí que estabas con Flash.
-Ya no hay mucho qué hacer con las tortillas y vine a salvarte de todo este bullicio- dijo sonriéndose un poco más y le dio un ligero choque de cadera, apegándose a él -. ¿Te sientes raro?
-¿Con tus amigas? Siempre. No importa en la dimensión que esté. Siempre son…peculiares, pero agradables- la miró de reojo con una corta sonrisa -. Pero más peculiares.
-Okey- asintió entrecerrando los ojos -. Pero por eso no pregunto. Sabes a lo que me refiero…
-¿Lo sé?
-Te conozco y sé que por…como se conocieron Flash y tú, pudo haber sido algo incómodo para ti que fuera con él, pero…
-Tengo mejores cosas de qué realmente preocuparme como para concentrarme en un joven humano que me mira mal- la interrumpió hablando aligeradamente para pasar su mirada a ella -. Y tú también.
-Lo sé, Moon White- le contestó mirándolo fijo -. Pero quiero que te sientas cómodo mientras estés en este mundo.
-A unos tres metros están cocinando lo que fue un ser vivo, Twilight. La comodidad es algo de lo que me tengo que olvidar. Y creo que es muy tarde que te importe si me incomode o no el que estés con ese humano.
-Pues me interrumpiste- aclaró -. ¿Y crees que no he notado que tiene esas miradas contigo? Aproveché en decirle que dejara de hacerlo.
-¿Gracias?- levantó la cabeza para verla bien con un entrecejo -. Twilight, okey. Bien, gracias, ¿Está bien? Pero en serio no me afecta lo que piense o deje de pensar él o cualquier otro de aquí. No me importa.
-Pero a mí sí porque no quiero que te pase lo de Sunset- se le salió decir con voz ciertamente acelerada, como disparada de la boca, que apenas se dio cuenta de lo que dijo, concentro su mirada en la de él, que se ablandó más. -. Sunset fue mirada mal muchas veces en desconfianza. Incluso en Equestria. Eso…la deprimió mucho y…por más que trataba de animarla no lo lograba del todo bien y…- suspiró cerrando ojos, meneando un poco la cabeza -. Sólo no quiero eso para ti, ¿sí?- se venció en decir abriendo de vuelta los ojos, y ver la expresión un tanto de incertidumbre de Moon White, pero que la miraba conmovido, sonriéndose un poco, lo que lo hizo empezar a sonreír a ella, pero entonces él alzó su mano enharinada y la sopló para aventarle toda la harina en la cara.
-Me la debes. Hace rato me escupiste en toda la cara- sonrió más, viendo la cara blanca de Twilight, que empezaba a parpadear y mirarlo desconcertada con un ceño.
-¿Qué yo te escupí?- fue lo que preguntó pronunciando fuerte a propósito, para que al hablar, la hiciera expulsar residuos de harina de sus labios sobre la cara.
Moon White respingó retrocediendo un poco por el impacto, pero no se resistió y amplió la sonrisa empezándose a reír, uniéndosele Twilight que se pasaba las manos a la cara y tratando de atacarlo con sus manos enharinadas. Obvio no pasó por desapercibido por los demás, que miraron divertidos ese momento sin dejar de hacer lo suyo.
-¡Déjame! ¡Madura, Twilight!- se quejaba en juego.
-¿Yo soy la inmadura?- se quejó también entre risas sin dejar de tratar pasar sus manos a la cara, hasta que él logró retenerla sosteniéndola de las muñecas.
-Aprende hacer panqueques, para variar tu menú y no mueras de hambre.
-Te odio- exclamó manteniendo la sonrisa y una mirada entretenida. Él soltó una risa.
-Sé que no es cierto- afirmó bajándole los brazos. Ella aligeró la sonrisa, más suave al igual que su mirada.
-Aun así, te odio- dijo con voz delicada. Él ablandó la sonrisa.
-En ese caso también te odio- le susurró, para abrazarla -. Odiémonos juntos- aportó para escuchar una nueva pequeña risa de ella y eso, le llenaba el alma. -. Y contigo aquí- dijo apretándola un poco más en el abrazo –no dejaré que me deprima.
Twilight lo escuchó y cerró los ojos con una sonrisa, aun con el corazón temblándole de preocupación, pero trató de relajarse. Le consta que no funcionaba bien si andaba descarrilada con su neurosis. Y anoche el sueño le fue imposible de conciliar con tantas cosas en la mente, y una parte de su corazón, como su punta, sentía que ardía, y sus ojos lagrimaron, porque por alguna razón, le azotó la cabeza la imagen de Spike. Pero se lo guardaba para ella misma. No quería que él cargara más de lo que hacía y quería que estos pequeños momentos gratificantes que tenían, les relajara sobre la angustia obvia que los halaba. Y se dedicaron a hacer la otra masa para la nueva tanda de panqueques.
Casi hora y media después, todo estaba listo puesto en la mesa.
Había cupcakes, tocino, salchichas, huevos fritos, tortillas, sanduches de mantequilla de maní y jalea, jugo de naranja recién exprimido y limonada, té, leche tibia y café, cereal, porciones de fruta y un pudín de tapioca, la cual había hecho Trixie, que cuando comían, Lulamoon frunció el ceño viendo que el tazón de pudín estaba intacto.
-¿Por qué nadie ha probado el pudín de la gran Trixie?- se quejó.
-Bueno, es de tapioca- exclamó Cherry.
-¡¿Y?!
-Yo ni siquiera sé lo que es una tapioca- hizo un gesto soltando el tenedor con un trozo de tocino -. Es decir, ¿Es redonda? ¿alargada? ¿tiene pelitos como el coco? ¿Qué color es? No voy a poner en mi boca algo que no sé cómo se ve.
-¿Hablas en serio?
-Yep- asintió bebiendo limonada.
-¿Y el resto qué? ¿Tampoco han comido tapioca?
-…- enmudecieron todos enfocando su mirada en la comida.
-¿Y aun así me dejaron hacerlo?
-Nos dijiste que no te interrumpieran tu arte culinario creativo o algo así- exclamó Rainbow con una sonrisa.
-¡Los odio!
-Jajajajaja- se rió Moon White tapándose la boca y asintió -. Que alguien me pase la tapioca.
-¡¿En serio?!- se entusiasmó Trixie mirándolo con una enorme sonrisa esperanzada.
-No.
-¡¿Qué?!
-Jajajajaja- volvió a reír uniéndose la risa de los demás -. Eres igual a tu contraparte. Sólo por eso comeré el pudín- exclamó y a Twilight se le cerró la garganta con incomodidad al mencionar a la unicornio.
-Ese es el mejor halago que le han dicho a Trixie…¡Me dijo una Trixie!- se aplaudió a ella misma mientras el tazón de su pudín fue en mano en mano hasta llegar donde Moon White, sirviéndose un poco.
-¿Te ríes con ella o de ella?- preguntó Twilight a lo bajo mientras le veía esa sonrisa burlona de su cara.
-¿Por qué no ambas? Aunque más de lo segundo.
-Te pasas de cretino- rió bajo.
-Yo también te odio- comentó risueño para más risa de ella.
-¡Voy a explotar!- exclamó Rainbow rato después, alzándose sin vergüenza la camiseta mostrando su estómago y se dio unas palmadas mientras subía los pies a la mesa.
-¡Rainbow, por favor!- reclamó Rarity indignadísima.
-A Cherry no le dices nada- se quejó ella mirando a la mencionada que estaba con las piernas alzadas a la mesa. Rarity alcanzó a verla y frunció el ceño igual de indignada, entonces tomó un pedazo de pan y se lo aventó con el fin de llamar su atención, cayéndole directo en el ojo abierto.
-¡Agghh!- ¡Maldi…!- se quejaba de dolor para acabar rompiendo el frágil equilibrio que tenía y se impulsara sin querer hacia atrás la silla y cayera al suelo de zopetón.
-¡Dios mío, querida, lo siento mucho!- jadeó Rarity saliendo de la silla enseguida mientras Rainbow se reía. Rarity rodeó la mesa donde cayó Cherry con algunos más acercándose a ayudar, pero la peliverde ya estaba riéndose con un ojo tapado.
-¡Me duele todo!- decía pero muerta de risa mirando a Rarity -. Qué brazo.
-Lo-lo siento, disculpa.
-Nah, no morí, así que olvídalo.
-Sí, olvídalo- exclamó Mistery para sentarse ligeramente sobre el estómago de Cherry.
-¡Voy a vomitar, Mentitas, acabo de tragar!
-¡Cierto!- jadeó en pánico levantándose entre risas, dándole la mano para ayudarla a levantar.
Mientras dejaban todo limpio y separado el desayuno para el resto de la casa. Fue en ese momento, cuando sabían que estaban por irse, que se adaptó cierto silencio que invocó más seriedad y cada uno podía sentirlo.
-Entonces…-decía Applejack pasado un trapo a un plato -¿Alguna va a ver a Golden?
-Obvio que sí, querida- contestó Rarity dándose vuelta tras alzar unas tazas en un anaquel. -. Sea como sea, es nuestra amiga- enfatizó, provocando los murmullos del resto en acuerdo con lo que dijo.
-Podemos encontrarnos e ir a visitarla a una hora en común- opinó Mistery.
-¿Alguno ha pensado en cómo será dejarnos público?- preguntó Trixie apoyándose sobre la barra de desayuno -. Trixie tiene que buscar un…lugar abierto pero apartado para volar esas horas diarias.
-¿Y estás bien con eso?
-Tengo qué, ¿no?- se encogió de hombros con una sonrisa -. Pudo ser mucho peor- decía en confortación cuando el timbre de la puerta sonó, alzando todos la cabeza.
-Ya vinieron por nosotros- dedujo Flash.
-Entonces nos coordinaremos para reunirnos más tarde- asintió Applejack, recibiendo el acuerdo de los demás.
Después de una serie de despedida, todos a excepción de Moon White, Twilight y Trixie, ingresaron a los autos pertenecientes a la Agencia para antes del amanecer, sean llevados a sus hogares al fin.
Los tres quedaron al pie de la entrada viendo la hilera de autos alejarse, quedándose en un silencio.
-¿Trixie?- la llamó Twilight. Lulamoon la miró. -. ¿He de suponer que tienes una biblioteca, no?
-Oh, ¿Ya se pondrán a sus cosas mágicas y eso?
-Será mejor que empecemos a trabajar ya- dijo Moon White con honestidad -. Entre más rápido avancemos, más cerca estaremos de recuperar estabilidad entre los dos mundos.
-Claro, claro- asintió, mirando un poco detenidamente a la pareja.
Su mundo podría estar en paz de nuevo, por ahora, pero el de ellos, no lo estaba para nada. Cada minuto contaba. Cada minuto Sunset estaba atrapada en su propio cuerpo, como ella lo había estado casi todo el día de ayer.
Mientras Trixie los guiaba hacia la biblioteca de la casa, recordaba ese "despertar" que tuvo después de estar ausente en su exterior. Estaba confundida, pero con lo que le contaron los demás, no se extrañó de lo sucedido, pues ese era su temor en primer lugar. La idea no le agradaba, pero no objetaba, pues ella mismo se lo había buscado.
El que Trixie se mantuviera callada durante el camino a la biblioteca, tanto Moon White como Twilight se intercambiaron una mirada intuitiva de lo que estaría pensando.
-¿Sabes, Trixie?- empezó a decir Sparkle para romper su ensimismamiento y ella la viera -. Tu contraparte fue muy valiente en aceptar también alguien en su cuerpo.
-¿Ah, sí?- se sorprendió en saber.
-Sip. Shadow Light al principio se adaptó en su cuerpo por alguna razón y tu contraparte pudo devolverla en el rubí, pero prefirió dejarla para saber información que repercutiría en Equestria.
-¿Y…logró algo?- preguntó con un gesto. Twilight hizo una mueca triste.
-No…no pudo.
-¿Y qué pasó con ella entonces?
-…- enmudeció un momento para menear la cabeza y sonreírle ligeramente -. No estoy segura, Trixie. Pero lo que sí estoy segura, es que Zephyr no te hará daño y es un aliado muy fuerte que tienes para ti.
-Créeme- intervino Moon White -. No todos tienen esa suerte…
-Entiendo- murmuró Trixie sabiendo a lo que se refería, mirándolo con mayor atención para recordar a Sunset también.
Al llegar a la biblioteca, Trixie los dejó allí para darse la vuelta y anunciar el desayuno listo para las empleadas y saltar sobre la cama de cada padre para que bajaran a desayunar. La idea que compartan una mesa después de tanto tiempo, le devolvió el ánimo por completo.
…
La puerta se abrió de golpe y con ella la campanilla.
Un tanto agitado, Caramel había llegado a un restaurante que empezaba a perezosamente a llenarse siendo que el reloj indicara casi las diez de la mañana. Empezó a buscar con la mirada a sus lados, encontrándose con Soarin sentado en una butaca frente a una barra de mármol.
-¡Casi no llego pero llegué!- anunció el castaño acercándose a donde estaba su amigo. -. ¿Ya dijo algo?- interrogó sentándose en una butaca junto a él.
-Hola, compañero- sonrió anchamente Cheese sentado en la otra butaca al lado de Caramel, que éste se sobresaltó volteando para verlo.
-¡Odio que hagas eso!
-¡Oh, ahí viene Flash!- anunció el fiestero señalando tras de Caramel y Soarin, que giraron a ver al mencionado, sólo para respingar al ver a Cheese junto al peliazul recibiéndolo y saludándolo, pero Flash tenía una cara de aburrimiento infinita, así como distraída.
-Uy, pero que fea máscara traes- bufó Soarin un poco. -. ¿Qué pasó?
-Que no pasó- resopló llegando hasta sus amigos y sentarse en una butaca, haciendo lo mismo Cheese. -. Se me quedaron mirando algunas personas, Twilight es novia del enemigo y sé para qué nos citó Thunderlane.
-Wow, wow, wow, ¿qué?- dudó Caramel. -. ¿Novia de qué? ¿Enemigo?
-No tienes que decirlo así- comentó Cheese con una mueca hacia Flash -. ¿Le habrías dicho lo mismo a Sunset?
-Es diferente- aclaró molesto.
-¿Es diferente porque es novio de quien supuestamente estabas enamorado?
-Es diferente porque Twilight casi se muere en mis brazos por su culpa- contestó defensivo, dejando a sus tres amigos callados y mirándolo con fija atención.
Un pequeño silencio se mantuvo ante ese mal recuerdo de encontrar a Twilight aparentemente muerta cerca de la estatua del caballo, hasta que finalmente siguieron hablando,.
-¿Acaso estás hablando de…?-decía Soarin.
-Sí, ese tal Moon White y Twilight resultaron ser pareja o se hicieron o yo qué sé- contó secamente y de mala gana. Caramel y Soarin se limitaron a asentir ante el nuevo dato.
-Flash, ella no pudo salvar a tiempo a Sunset- dijo Cheese más serio -. Ni siquiera a él cuando se perdió. Ahora tiene una segunda oportunidad para solucionar las cosas, por su amiga y a quien quiere, hasta por todos. No es justo que seas prejuicioso con él que cuando Sunset pasaba por lo mismo, estiraste su mano a apoyarla. Eso te hace un…
-¿Hipócrita? ¿Doble moral?- se aventuró Caramel en decir.
-Eso creo.
-Ya dejemos esto, ¿sí?- resopló Flash pasándose las manos a la cara -. Suficiente sermón tuve con Twilight- levantó la cabeza -. ¿Y dónde rayos está Thunderlane para terminar con esto de una vez?
-¿Cómo sabes para qué nos citó?- peguntó Soarin.
-¡Yo también lo sé!- exclamó Cheese dando palmadas sobre la barra de mármol.
-¿Entonces para qué vinieron ustedes?- interrogó.
-Dijo que necesitaba…testigos- suspiró Flash.
-Ay, santo cielo- resopló Caramel llevándose una mano a la cara -. Siento que me voy arrepentir de haber venido.
-¡Muchachos!- apareció la voz de Thunderlane, llegando a ellos con una enorme sonrisa cubriendo la mitad de su cara avanzando a saltos hasta la barra.
-Está saltando, ¿cierto?- se quiso asegurar Soarin de lo que veía.
-Ajá- corearon Flash, Caramel y Cheese mientras Thunderlane terminaba de llegar con una efusividad contenida en su enorme sonrisa. Cheese empezó a reír.
-Su sonrisa es contagiosa, ¡Qué cool!- celebró el fiestero.
-¡Entren a su redes sociales!- pidió Thunderlane enseguida.
-¿Para eso nos…?- preguntaba Caramel.
-¡Que entren!
-No traje mi celular- avisó Soarin.
-¿Quién no trae a cuesta su celular hoy en día?- se quejó Thunderlane.
-Eh…¿yo?
-¡Aish! Pues mira en lo que revisa Caramel.
-¿Por qué….?- decía Caramel pero entonces Thunderlane se le acercó demasiado con un ceño impaciente.
-¡Sólo hazlo!
-Okey, okey- murmuró mirándolo extrañado y sacó su celular para abrir la aplicación con Soarin poniéndose al lado para ver la pantalla. -. Listo.
-Ahora entra a mi actualización de estado- indicó juntando las manos de nuevo con efusividad.
-Ay, por Dios…- exclamó Flash con una mano sobre su frente pero ya empezándose a reír.
-Aaaaw, déjalo. ¡Está feliz!- comentó Cheese.
-Okey, ya estoy en tu muro, qué tengo que…- decía Caramel para callar junto con Soarin, que miraron por un rato el celular sin inmutarse, leyendo "Thunderlane tiene una relación con Applejack".
-¿Y? ¡¿y?! ¡Digan algo!- exigió con emoción. Y los dos levantaron la cabeza a su vez.
-Ella te va a matar- coincidieron en decir.
-¡Exac…! ¿Qué?- dudó.
-Poner que tienes una relación con ella sin que la tengan te costará la vida- exclamó Soarin.
-¡¿Qué dicen?!- se quejó. -. ¡Sí es mi novia!- miró a Flash y Cheese -. ¡Testigos, digan algo!
-¡Objeción!- intervino Cheese levantándose de golpe y golpeando la barra -. Mi estimado y carismático amigo dice la verdad- dijo para ponerse junto a Thunderlane, señalándolo -. Applejack y él son pareja. Yo estaba ayer en la casa de Trixie cuando pasó, ¡Y Flash también!- dijo para señalar a Flash, y tanto Soarin como Caramel lo vieron. El rockero suspiró con una sonrisa divertida.
-Créanlo o no, es cierto. Nuestro muchacho se salió con la suya. Applejack lo aceptó.
-Wow- fue lo primero que salió de la boca de Soarin para ver a Thunderlane -. Wow.
-¡Somos novios!- anunció Thunderlane alzando los brazos mientras Cheese hacía reventar serpentinas tras de sí como de fondo.
-¡¿Quéééééé?!- reaccionó al fin Caramel, impactado -. Me estas queriendo decir que de todos nosotros, ¿Son Cheese y Thunderlane son los que tienen novias?
-Eeeh, sí- respondió Flash.
-¿Eso es lo que vas a decir?- se sorprendió Thunderlane.
-¡¿Pero qué pasa aquí?!- exclamó Caramel agarrándose de la cabeza -. ¡Míralos! ¡Son Cheese y Thunderlane! ¡CHEESE Y THUNDERLANE!- reclamaba señalándolos, y Soarin y Flash no se resistieron y empezaron a reír -. ¡No se rían que es grave! ¡Si ese par tienen novia y yo no, es porque en serio el universo está mal!
-¡Oye!- corearon Cheese y Thunderlane.
-Sin ofender- les dijo el mariscal.
-No hay por dónde- respondió Cheese con una voz forzada de niño.
-Sólo tienes envidia- le dijo Thunderlane pasando una mano sobre los hombros de Caramel -. Lo entiendo. Tengo a la rubia más sensual como novia y tú sólo tienes tu balón. Hasta yo sentiría lástima de ti mismo. ¡oh, espera, la tengo!
-¿Es en serio, Thunderlane?- se quejó con un ceño.
-Mientras en las noches yo me acurrucaré con ella enredando nuestros pies, tú abrazarás y besarás tu balón- seguía diciendo el chico con sonrisa malvada de gusto mientras los demás contenían su risa viendo el rostro rojo de Caramel.
-¡¿Te estás desquitando todas mis burlas, cierto?!
-Pero no te ofendas- dijo con risa.
-Agh, suéltame, me repugnas- exclamó con molestia apartándose de su agarre.
-Pero yo sí te quiero- siguió riéndose en coro con los demás.
-¡Qué asco, apártate!- terminó quejándose sin poder evitar reír de una vez resignadamente, riéndose los cinco de la situación -, pero ya en serio- dijo rodando los ojos y le dio unas palmadas en la espalda -. Me alegro por ti.
-Aaaww, ¡El amor hace al mundo girar!- los brazó Cheese a todos cuando sonó su celular y lo sacó mirando la pantalla. Sonrió más. -. Hablando de novias…- dijo mostrando la pantalla la llamada entrante de Pinkie Pie.
-¡Los odio!- exclamó en bufa Caramel para sólo más risa de los demás.
Cheese rió mientras se daba la vuelta y contestaba la llamada.
-¡Hola, hola, hola, mi algodón dulce de azúcar!
-Soy Maud- avisó una voz inexpresiva, fría y lenta, y aunque una ola de vergüenza lo arrastró, no duró mucho, porque entonces Cheese aspiró sorprendido.
-¡Tranquila, tampoco me hables así que también me preocupas! ¿Qué pasó?
…
Algunas horas habían pasado cuando regresó a su casa. Pinkie recibió a todas su familia con otro abrazo grupal que solo ella sabe hacer para que quepan todos en sus brazos. Pero aunque les pintara buena cara, en el fondo, algo la molestaba, y sólo alguien tan observadora y que la conozca tan bien, lo sabría. Y esa fue su hermana mayor Maud. La había atrapado practicando frente al espejo una conversación con Cheese pero la dejó creyendo que haría la llamada, pero al final, tocó a su puerta y encontró su habitación sola, con una nota. "Una amiga ha de estar esperando mi visita".
Y es ahora, por lo que Pinkie Pie ahora se encontraba en unas grandes hectáreas del césped más verde que haya visto. Un lugar tan silencioso que no se le ocurriría hacer una fiesta para quebrarlo, sino más bien respetarlo, porque sentía una extraña paz, un buen ambiente de silencio tranquilo ideal para dormir. En especial un sueño eterno.
La pelirosada usaba su misma ropa de siempre, pero con un abrigo de capucha celeste claro que le tapaba el rostro, y el sólo pisar este lugar y rememorar un cuadro de muerte que jamás creyó que le pasaría, le hizo que su cabellera se alisara y se oscureciera su tono rosa.
Estaba parada enfrente de una lápida de granito, en el que tenía grabado:
"Aquí yace Sonata Dusk,
Una vida larga que resultó demasiada corta
para un corazón tan puro y siempre joven"
Los ojos celestes de Pinkie estaban profundamente clavados en la inscripción. Releyéndolo una y otra vez. No tenía una emoción en específica. No se sentía feliz, tampoco triste. Enojada, menos. Simplemente sus emociones estaban apagadas. Suspiraba, cambiando de pose de su cabeza, casi sintiendo que se volvía una con la tierra, deslizando su mirada lentamente al arreglo floral que cubría alrededor de la lápida. Flores frescas. Reconociendo algunas. Rosas, orquídeas, pero una buena cantidad de pequeñas flores azules.
-¿Sabes qué flores son esas?- fue lo primero que se le ocurrió pronunciar, casi inconsciente que se sorprendió de su propia voz.
Al escuchar su voz, un hombre que estaba tras de ella dándole espacio se empezó a acercar para ponerse a su lado.
-¿Cuáles?- le preguntó Rain Shinning.
-Esas azules- se aclaró con otro suspiro -. Hay muchas de ellas.
-Es apropósito- sonrió delicadamente Rain para mirarla -. Son nomeolvides.
Pinkie Pie movió su cabeza a su dirección, al fin algo expresiva, mostrándose agradablemente sorprendida, conmovida.
-Fue idea de los chicos de la Casa Hogar- contó volviendo su mirada a la tumba mientras el viento del verano revoloteaba sus cabellos -. Se han comprometido en tradición, esparcir nomeolvides sobre los arreglos florales, porque así como ellos no olvidarán su corta pero muy marcada huella en la Casa Hogar, ellos tampoco quieren que los olvide- terminó de contar, para escuchar una corta risa de Pie.
-Dudo demasiado que los olvide.
-Yo también- asintió lentamente, visiblemente nostálgico.
-Gracias por decirme donde…- suspiró -…donde descansaba.
-Gracias a ti y tus amigas por lo que hicieron ese...ataque la otra noche- exclamó con una sonrisa ladeada que Pinkie le devolvió también. -. Estoy seguro que ella está orgullosa de ti.
-Supongo…- forzó en decir sintiendo un ardor en la garganta que empezaba a hacerse presente. Entonces se asintió a sí misma -. Podrías… ¿Dejarme a solas con ella, por favor?
-Claro, por supuesto- acordó para meter sus manos a los bolsillos. -. Pero antes…- avisó sacando un objeto de un bolsillo. Pinkie Pie lo miró estirarla la mano, con un trozo que parecía de cristal traslúcida rosa, empezando a fruncir un poco el ceño, viéndolo. Le parecía familiar por alguna razón, la curva que tenía y el corte le resultaba haberlo visto -. Es un pedazo del dije que le regalaste a Sonata- le ayudó a recordar, y entonces en la cabeza de Pinkie algo conectó.
*Flaschback*
"-Iba a dártelo cuando acabara la noche y tu debut pero…-decía Pinkie Pie tras consolar a sonata en el baño en el baile, para levantar un collar con un dije de cristal traslúcido con el color de sus ojos, de unos diez centímetros. El solo verla, Sonata sintió un "clic" en su cabeza y en su pecho, dejando de llorar, mirando el accesorio con mucha atención mientras escuchaba a su amiga -. Esto es lo que representas Sonata Dusk. El amor que quieres esparcir en todos y cada uno, para un mundo con menos oscuridad, lleno de paz- concluyó y apenas lo dijo, Sonata elevó la sonrisa a la vez que brillaba su cuerpo fúlgido, al igual que el dije del corazón, sorprendiendo a Pinkie Pie.
-Tal vez ese sea mi destino- le dijo con una gran sonrisa, tomando el dije con una mirada suave y determinada -. Estoy en este mundo, para servir a los demás…- apretó el dije entre sus manos y lo abrazó contra su pecho -…con el corazón- concluyó, brillando un poco más fuerte tanto con el dije hasta que tal como apareció, el brillo se fue.
-Moon White tiene trabajo para el lunes- comentó Pinkie Pie para sonreírse con Sonata, quien arrugó un poco la frente.
-Pinkie…yo te quiero mucho…creo…tal vez…no sé…
-No estás enamorada de mí.
-No, no es eso. Ya lo sé. Sólo…¿Podría llamarte mejor amiga?- sonrió -. Eso es lo que realmente siento por ti.
-¡Pero por supuesto que sí!- aceptó con una ancha sonrisa salpicando serpentinas haciendo reír a Sonata -. Déjame y te ayudo a ponerte tu collar.
-Okey. Gracias- sonrió dándose la vuelta para que se lo coloque -. Y…sí…creo que Rain shinning es lindo…
-¡Yay! ¡Lo sabía!- celebró y ambas rieron en complicidad".
Una lágrima rodó por la mejilla de Pinkie Pie, teniendo sus ojos bien abiertos mirando el trozo que quedó de ese dije, azotándole un torbellino de sentimientos, mientras sentía el ardor de sus ojos de las lágrimas acumuladas. Entonces tomó el pedazo entre sus dedos, empezando a sonreírse con una entrecortada risa, cayéndosele otra lágrima que la hizo parpadear y causara que se le cayera el resto que había acumulado sus ojos mientras se llevaba el pedazo a la altura de su pecho y lo abrazaba.
-Sonata…- jadeó sin poder dejar de llorar cerrando fuerte los ojos, quebrando más fuerte en llanto, sintiendo mucho dolor en su corazón, cuando entonces sintió un abrazo que la hizo respingar.
-No tenías que hacer esto sola- reconoció esa voz, haciendo que se sienta más segura en el abrazo.
-¿Cheese?- se le salió decir, aunque sabía muy bien que se trataba de él, así que dejó libre las lágrimas y lo abrazó fuerte en respuesta, presionando su cabeza sobre la altura de su cuello -. Duele mucho aún…
-Lo sé, por eso estoy aquí- le contestó calmadamente, doliéndole escuchar su llanto.
-La interrumpieron, Cheese. A ella aún le faltaba. No entiendo. Tenía tanta energía, alegría y amor. Yo…yo…- balbuceaba en reclamo para sólo seguir llorando.
Pero entonces un liviano acorde de guitarra sonó a la par con el viento, seguido de una voz igual de delicada y sentida. Pinkie Pie se apartó confundida mirando primero a Cheese, que le sonrió con cariño.
-Te dije que no debías hacer esto sola- repitió y Pinkie desvió la mirada, para encontrarse a todos.
Con un arreglo floral cada uno, se hicieron presenta tanto Las Rainbooms, los amigos de Cheese, Trixie, Derpy, Whooves, Moon White, Twilight, Lyra, Cherry y Mistery, que era ésta última que tocaba su guitarra acústica con una sonrisa y quien empezó a cantar, fue Cherry.
-Hoy me encontré con esa nunca despedida. La encontré y quise huir, echada a la culpa. Pero algo sostuvo mi mano. Creí que eras tú, pero no podrías, porque te fuiste- llevó las manos a su pecho para mirar hacia arriba -. Todo lo que sé de ti ahora, es que ya no estás más para decirme algo en momentos así. Pero está escrito en las estrellas, tomas nubes de papel para hacer sentir tu presencia, que estarás aun así para mí ahí.
-Así que no me daré por vencida- coreó Mistery, acercándose cada uno por turno a dejar un colorido arreglo floral sobre la tumba, mirando Pinkie inmensamente conmovida a cada uno con su sonrisa temblante -. No fracasaré. Más pronto de lo que parece la vida da vueltas. Y seré fuerte, incluso si todo sale mal. Cuando esté sola en la oscuridad creeré, que alguien allí arriba, cuida bien de mí.
Para cuando concluyó la canción, Pinkie mantenía la sonrisa aun con sus ojos llorosos juntando sus manos sin saber mucho qué decir.
-Espero no te haya molestado los polisones- se le ocurrió decir a Thunderlane, provocando que Pinkie ría al igual que el resto.
-Claro que no- respondió agitando la cabeza para mirarla la colorida tumba por las flores -. Ella está feliz de esta reunión, lo sé- asintió apretando fuerte el trozo de dije y viera a Cheese -. ¿Cómo sabías que estaba aquí?
-Estaba en el guión- sonrió.
-Oh, claro, claro. Y acabas de decir lo que un lector dijo y le pareció divertido a la autora.
-¿De qué están hablando?- susurró Rain al grupo.
-Nunca sabemos- coincidieron en decir.
A partir de ahí, la visita fue más amena. Dedicando silencio, Mistery tocando una suave balada de fondo. Sin duda, Pinkie se sintió mucho mejor estando sus amigos cerca para reforzar su valor, en un momento, empezando a mirar a cada uno sintiendo que reventaba de alegría, pero no pudo evitar empezar a contarlos.
-¿Desde cuándo somos tantos?- preguntó confundida pero con un humor mejor colorido que hizo mirarse entre todos sonriéndose y riendo -. Sólo falta Golden y Bonbon- pensó.
-Eso puede arreglarse- dijo Applejack sonriendo de lado.
Rato más tarde…
-¿Qué salga al pasillo?- dudó Bonbon leyendo el mensaje de Lyra, se levantó de su silla y apenas abrió la puerta, vio la multitud de todos los grupos unidos en uno solo, acaparando toda la entrada.
-No tienes que hacer esto sola, Bonboncito- dijo Lyra maliciosamente con todas las expresiones diferentes de la veintena de chicos saltando al aire, haciendo su bullicio que llamaba la atención de los médicos y enfermeras que pasaban por ahí, no saliendo desapercibidos las caras conocidas de las guardianas, entre la perpleja expresión de Bonbon que no se vio con salida.
…
-¿UN IMPERIO ATACADO, UN PUEBLO DESTRUIDO Y UNICORNIOS EN UNA MUERTE LENTA?- se había desconcertado Príncipe Rutherford, de Yakyakistán, en un tono profundo y alto de voz. -. ¿TODOS AMENAZADOS POR UNICORNIO DE FUEGO CON ALAS?
-¡SÍ, ASÍ ES!- respondió Cheese de la misma forma, gritón.
-¿INCLUYENDO A PONY ROSADA DE FIESTAS?
-¡SIIIIII!- lamentó agarrándose la melena.
-¡ESO ENFURECER A YAKS!- gruñó con potencia alzándose en las patas traseras -. ¡YAKS DESTRUIR EQUESTRIA!
-Eh, eh, eh- lo detuvo -. My friend, es a Flame, no Equestria.
-AH, CIERTO. ¡LO SIENTO! ¡COSTUMBRE! ¡YAKS DESTRUIR A FLAME! ¡CONTAR CON YAKYAKISTÁN!
-Las cosas cada vez están muchísimas peor- dijo Gilda con preocupación mientras tanto, recibiendo a Caramel.
-Es muy ambiciosa. No se abastecerá sólo con los ponies. Es cuestión de tiempo.
-No podemos dejarnos de garras cruzadas mientras ponies se mueren. Griffonstone está con ustedes.
Dos naciones ya habían confirmado su total apoyo para Equestria, mientras, aun se esperaba respuesta de Arabia Saddle, puesto que era de las tierras más lejanas y tardaría días en llegar. La reunión para abarcar la organización de conspiración ya era algo real, y tanto Caramel y Cheese, volvían a sus tierras a dar el aviso; sin embargo, algo había pasado durante su ausencia. Cada uno, en las diferentes zonas regresando a Equestria, divisaron una cantidad significativa de enormes dragones de grandes cuerpos, largos cuellos y colas puntiagudas con altas alas de murciélago, como centinelas que parecían en modo de caza, constantemente mirando el suelo, entreverando sus rugidos, expulsando espeso humo negro y respirando fuego, que sin duda si se atrevieran acercarse, terminarían siendo devorados.
Entonces llegó la noche, y tanto el Príncipe Rutherford como Gilda, recibieron de vuelta a los ponies, los dos diciendo el mismo dato.
-Nadie sale ni entra de Equestria. Los dragones nos han rodeado.
…
So… I know, I know, me volví a tardar XD pero…eh… ¡Aquí Nuevo capítulo! xD
En serio aspiro no tardarme mucho con el otro, aunque lo dudo, no lo permitiré XD
Bueno, me voy, muchachos.
Gracias por leer, dejen review y…
¡Sunny Honey, fuera!