Lo Que Somos Ahora
Chapter 40: Alianzas
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Flash y Cherry agitaron sus alas para impulsarse y salir de súbito por la ventana del ayuntamiento tras de Zephyr, pudiendo de manera inmediata divisarla a pocos metros elevándose alto hacia el cielo, por lo que concentraron un ceño para acelerar su vuelo e impulsarse hacia arriba para empezar a perseguirla, difícilmente visualizarla puesto que parecía camuflarse al color claro del cielo.
-¡Zephyr, vuelve!- alcanzó a gritar Cherry, sin embargo su voz fue obstaculizada por el silbido fuerte que empezó a emitir el viento cuando la corriente de aire empezó a cambiar bruscamente.
La velocidad de la brisa se empezó a agitar con velocidad que tanto Cherry como Flash entre la confusión del imprevisto cambio, empezaron a ser agitados de un lado a otro por la turbulencia del viento, lo que hizo entorpecer el movimiento de sus alas, empezando a perder sincronización y equilibrio, que los hacía difícil mantener el vuelo e iban perdiendo altura.
Ambos se agitaron de susto con un repentino vértigo al sentir como se caerían, pero aún forzaban sus alas y extendían el cuerpo, estirándolo en contra del viento repentinamente alocado y agitaba sus cabellos por todos lados, forzando sus ojos entrecerrados por el brusco aterrizaje del viento sobre sus rostros, que antes de que pudieran siquiera alcanzarla, se dieron cuenta de la corriente de viento acumulándose enfrente de ellos rodeaba a Zephyr entre el batir de sus alas de fuego, hasta que fue expulsada por la presión de la acumulación de viento y la hizo prácticamente desaparecer frente a sus ojos al salir disparada dejando rastro de su fuego aguamarino que se evaporó enseguida, mientras ellos fueran azotados por la presión de viento expulsado como onda expansiva, siendo lanzados varios metros hacia atrás que rodaron por el aire en giros, aterrizando Flash sobre una nube que ni bien no se reventó al contacto, sino que más bien lo atrapó amortiguando ser lanzado más a distancia, cosa que no ocurrió mayor suerte Cherry y ella siguió lanzada en giros más atrás entre un grito en reacción.
Flash sacudió su cabeza para recuperarse del impacto y atravesó la nube enseguida para ver el cuerpo de Cherry girar una última vez y se sujetara la cabeza con sus ojos fuertemente cerrados en un gesto.
-¡Cherry! ¡¿Estás bien?!- gritó Flash terminando de acercarse y sostener a Cherry de los hombros que gesticulaba de molestia.
-¡Mi cabeza!- se quejó sosteniéndosela con ambas manos mientras parpadeaba varias veces y mirara borroso y distorsionado los primeros segundos, que la hizo lanzar una arcada del mareo de los giros, para empezar a abrir los ojos del todo bien y entre sus cejas curvadas mirar a Flash con preocupación -. ¿Dónde está?- preguntó para ver angustiada su alrededor, cosa que hizo Flash también, deslizando sus ojos varios ángulos entre el claro cielo azul, sin poder ver absolutamente nada más que nubes que hasta se calmó el viento retornando a la normalidad.
-Se nos escapó- lamentó sin aliento para mirar a la peliverde que ya lo miraba con una misma expresión de frustración.
En tanto, en el ayuntamiento, las demás estaban con una inevitable angustia del paradero de Zephyr, cosa que contrastaba con el humor amargo que germinaba en Devious, mostrándose completamente furioso tras lo acontecido, con gesto duro marcando su rostro, mirando la ventana rota por donde escapó ella para pasar su mirada sobre las chicas entre la presión del enojo que se acumulaba.
-¡Quiten esas caras, ahora!- les vociferó con voz cargada y grave haciéndolas hasta respingar del grito mientras él cortaba la distancia entre pasos pesados e imponentes entre su gesto fuerte -. ¡Tienen cientos de personas queriendo ser informados por la rueda de prensa de un cataclismo provocado ayer! ¡No quiero más tonterías de su parte!
-¡Te vas calmando!- exclamó Moon White con seriedad, encarando a Devious con una mirada áspera -. ¿Quién te crees que eres para gritarles así?
-¡Me limito a trabajar para mantener la calma de sus desastres que arrastraron a nuestro mundo!- le encaró con severidad, pasando su mirada de él a Twilight, sabiendo que ambos eran oriundos de ese mundo. -. ¡Tengo todo un distrito que proteger a mi cargo por sus problemas que no nos conciernen!- vociferó al ras para ampliar su vista a las además -. ¡Se supone que ustedes representan la estabilidad de la magia! ¡Y ahora su amiga se vuelve loca y escapa!
-¡Estaba asustada!- chilló Pinkie -. ¡Sólo quería salir!
-¡No voy a tolerar a otra loca de otro mundo suelta por ahí!- advirtió él -. ¡La encontraré y se va conmigo! ¡Ustedes muévanse a la rueda de prensa, YA!
-¡Tenemos un acuerdo!- exclamó Moon White de nuevo -¡Y en ello está que no eres nada más que un coadjutor! ¡No eres el jefe, no eres el patrón, no eres nadie más que un aliado! ¡Así que no vas andar gritándolas como si fueran tus prisioneros ni tu gente porque te equivocas! ¡Te me vas al Tártaro si las vuelves a gritar, cobarde! ¡Discúlpate!
-¡¿Se disculpan ustedes por alterar nuestro mundo con sus monstruos?! ¡Casi morimos ayer por esa lunática que escapó de su tierra!
-¡Todos estamos alterados, Devious!- intervino Twilight desde donde estaba en pie, provocando que el aludido la mirara aun con esa expresión dura de su rostro pero que ella no se intimidó -. Moon White tiene razón. Somos un equipo, accedimos trabajar juntos. No tienes por qué gritarnos ni darnos órdenes, que como juntos que trabajaremos, debemos coordinar bien esta situación sin dejarnos llevar por el pánico.
-No sé cómo lidian con sus amenazas en su tierra pero se los dije- le interrumpió Devious sosteniéndole la mirada-, yo no dejaré desapercibido ni una sola. Me dan un minúsculo motivo de duda, y se rompe la alianza- recordó con severidad, haciendo que Moon White sintiera a pecho la advertencia. Después de todo una amenaza se escondía en él.
-No es necesario las amenazas- comentó Mistery -. Sabemos que se manejan con la intimidación, lo entendimos ¡Pero es realmente innecesario si somos aliados!
-Debes entender también que nosotras tampoco predecimos lo que ocurrirá- exclamó Applejack.
-¡Jamás voy a bajar la guardia con ustedes por esa misma razón!- puntualizó Devious.
-¡Entonces enciérranos, bruto!- desafió Rainbow enojada. -. ¡Si tanto miedo nos tienes hazlo de una vez y te ahorramos corajes!
-¡¿Miedo?!- reclamó él con una carcajada seca -. ¡¿Se han visto?! ¡Son inofensivas! ¡Les grito, las provoco y sólo hacen berrinches! ¡¿Por qué no me atacan ahora, eh?! ¡No es por débiles! ¡Pueden matarme! ¡Pero no lo hacen! ¡No les temo!- enfatizó causándole hasta gracia, elevando una sonrisa alta que fastidió a los presentes, concentrando más el ceño -. Por eso hago esto, niñas- dijo pasando la mirada principalmente a las rainbooms -. Porque son eso: niñas. Y no saben nada de lo que yo sé.
-En eso estamos de acuerdo al fin- exclamó Rarity -. Tú no sabes nada de lo que nosotras sabemos. Es cierto lo que dices, lo de ayer fue grave- aceptó -. Pero se pudo evitar un desastre mucho peor porque Zephyr curó a estas niñas como dices, que arriesgaron su vida como lo haría tu gente en su disque misión de protección.
-Ella retuvo a la amenaza para que podamos usar nuestra magia contra ella- exclamó Applejack -. Zephyr no es una amenaza. Mucho menos Trixie. Ambas están con nosotras.
-Sólo está asustada- intervino Fluttershy -, sólo hay que ayudarla como ella nos ayudó.
-La verdadera preocupación está que se fue en el cuerpo de Trixie quién sabe por qué ni cuándo volverá- contestó Pinkie Pie. -. Apenas acaba de volver ¿Y de nuevo se pierde? ¿Saben cómo se pondrán sus padres?- preguntaba, cuando la luz dentro de la habitación se obstaculizó un poco, lo que los hizo girar en dirección a la ventana y ver siluetas acercarse.
-¡Ahí vienen!- anunció Mistery llamando la atención de todos que se aglomeraron enseguida en la ventana rota en la que había escapado Zephyr, para sólo bastar con observar que sólo regresaban Flash y Cherry con rostros nada alentadores.
-Se nos fue- se limitó en decir Flash mientras se acercaba al borde de la ventana y entraba.
-El clima se puso loco allá arriba- explicó Cherry pasando también dentro sin perder tiempo -, se acumuló viento a su alrededor y ¡puff! Salió disparada y nos aventó para atrás. ¡Casi vomito!
-¿Se escapó de ustedes?- dudó Applejack.
-No sé si nos vio- exclamó Flash mientras deshacía sus alas con Cherry. -. Lo dudo. Todo pasó demasiado rápido.
-Parecía con prisa o algo así- agregó Cherry con un gesto confundido.
-¡Perfecto!- exclamó Devious alzando su voz -. No se diga más- asintió para posar una mano a su oído para habilitar el auricular mientras el resto dibujaban ceños confundidos, mirándolo -. Has que empiecen de una vez la rueda de prensa e improvisa una excusa de la ausencia de Lulamoon a la de ya- ordenó a Raven para regresar su vista al grupo-. En cuanto a…Zephyr, quiero helicópteros para que empiecen a buscarla y la quiero recluida en la Agencia- dijo para agregar con voz más grave -. Y si se pone difícil y ataca, no duden de hacerlo también- aprobó para que el resto expandieran sus ojos con diferentes gestos coléricos como defensivos.
-¡No vamos a permitir que te la lleves mucho menos que la lastimes!- advirtió Pinkie Pie.
-¡Es nuestra amiga!
-¿Te preguntas por qué no te atacamos?- interrogó Rainbow -. Porque a contrario de ustedes, sólo usamos la fuerza en una verdadera amenaza, pero si te atreves a dañar a una de nosotras, será nuestro modo de sentir una amenaza ¡Y sabes cómo somos cuando eso ocurre!- terminó gritando, con amonestaciones de apoyo de los demás, para que se empezaran a levantar más voces en una discusión que se mezclaban gritos.
-¡BASTA!- intervino Twilight levantando su voz, no lo suficientemente alta como para que sea un grito, pero salió fuerte y firme para llamar la atención de todos mientras se colocaba en medio con sus ojos sobrios entre un ceño fuerte de habérsele terminado la paciencia -. ¡Por Celestia! ¡Esto tiene que parar ya, TODOS! ¡Nadie amenaza a nadie!- vociferó con una mirada estricta pasando su vista tanto en sus amigas como en Devious, soplándose con molestia el nuevo flequillo que le tapaba un ojo -. ¡Somos aliados, entiéndanlo de una vez! ¡No nos conviene a ninguno ponernos de enemigos!- enfatizó meneando un poco la cabeza entre su ceño.
-¡Esto no va a funcionar!- exclamó Devious.
-¡Pues tendrá qué!- exclamó ella con seriedad pasando la mirada a él.
-Esto no es su Equestria, Reinita. Aquí no representas ni reinas nada.
-¡No me importa si aquí no soy nada! Mantengo mis ideales y no voy a traicionarlos, mucho menos si vas a perjudicar a mis amigas con tus intimidaciones.
-Muy lindo pero no hay nada que digan que me convenzan de no encerrar a esa inestable- amenazó Devious con severidad.
-¿Lo ves, Twilight?- preguntó Rainbow con frustración -. ¿Y qué quieres? ¿Qué nos quedemos de brazos cruzados mientras haga lo que quiera con Trixie?
-¡Y necesitamos a Zephyr!- exclamó Fluttershy.
-Lo siento, Twilight, pero si capturan a Trixie no hay acuerdo- sentenció Rarity.
-Entonces aquí acaba la rueda de prensa y pueden despedirse de su libertad con su buen nombre cayendo a los suelos- contestó Devious para sonreír con cinismo -. Nos vemos en la reclusión muy pronto.
-¡No te atrevas!- se enfureció Flash para que empezara de nuevo elevarse los gritos entre todos.
Pero entonces se empezó a escuchar unos fuertes aplausos molestos que interrumpían y hacía que perdieran el hilo de ideas de lo que decían, cesando a poco lo que hablaban para tener caras molestas al ver a Moon White aplaudiendo varias veces caminando entre donde se acumulaban y se detuviera cuando tuvo su atención.
-¡Demonios! ¡No puedo creer que funcionara!- exclamó Moon White lanzándoles una mirada irritada a todos -¡No se diferencian en nada de un salón de clase que se enemista por discutir quién de las hermanas es la mejor Princesa!- se quejó en una referencia que sólo Twilight entendió y los demás hicieran diferentes gestos mirándolo como bicho raro. Él simplemente mantuvo su ceño hastiado e impaciente con toda la situación -. Ahora, ni ustedes me conocen bien ni yo a ustedes. Me vale. ¿Pero saben por qué estamos juntos en esto? ¿Por qué sólo Twilight sabrá lo que debo tragarme dándome indigestión de lo que le diría a este cretino?- prosiguió señalando a Devious.
-Me consta- murmuró Twilight entre sus amigas asintiendo mientras Devious le lanzaba una mirada asesina a Moon White por lo que le dijo pero él simplemente ignoró.
-¡Porque tenemos algo en común!- continuó hablando Moon White -. ¡Dependemos uno del otro!- recordó para mirar al resto de chicos -. No les conviene perder la protección que tendrán con tantos humanos asustados y confundidos de lo que ocurrió ayer, peor la mala imagen de la magia que no entienden - miró a Devious -. Y tú, cretino…
-¡Basta con eso!
-Si ustedes no pudieron detener la magia de estas chicas logrando huir de su propia Agencia. ¿Qué tanto te convence que podrán con Zephyr?- puntualizó con obviedad -. No tenemos nada ni sabíamos la existencia de los fénix de aire, viento, ¡De lo que sea! pero si puede manipular también el viento, es altamente probable que es más veloz que un fénix de fuego si se alianza con las corrientes de aire para propulsar su vuelo, lo que le bastó para tirar a este par de humanos para escapar- exclamó señalando con el pulgar a Cherry y Flash que se miraron entre sí.
-Tenemos nombres- farfulló Flash.
-¡No les dará ni tiempo de acercarse!- prosiguió Moon White -. Piensa nomás si usa el fuego. No puedes entender la magia sin nosotros porque sin acuerdo no escupiremos nada. Mucho menos yo que estoy más familiarizado con el tema. No importa cuánto me intimides ¡Pregúntales! ¡Soy terco! ¡Así que seré tu pesadilla! ¡No pueden romper el acuerdo!- retó terminándose de descargar contemplando la expresión conflictiva de Devious.
-¿Más tranquilo?- preguntó Twilight poniéndose a su lado y él asintió lanzando un suspiro satisfecho. Ella miró a Devious -. Propongo lo siguiente: Zephyr escapó porque estaba asustada, nunca atacó- continuó Twilight la idea con su mirada en Devious -. Ustedes sólo saben intimidar. Si la asustan más de lo que está, puede buscar defenderse y los incinerarán antes de que pudieran usar un arma- lanzó una mirada rápida Las Rainbooms -. Zephyr confía en ellas. No tendrías problemas si son ellas las que logren tranquilizarla si notificas donde se encuentra para poder entender porque huyó, además que ellas tienen la magia para si algo sucede mal cosa que lo dudo si trabajaron en equipo antes- suavizó una sonrisa -. Nos necesitas, Devious, te cueste o no admitirlo. Ella no es una amenaza, ella necesita ser protegida, como prometiste protegernos del ataque mediático. Aunque lo hagas por tu propio interés, igual es un acto que favorece la cotidianidad que se pueda salvar en sus vidas- terminó por decir, aun sosteniendo la mirada con la de Devious, quien podría reflejar en sus ojos una discusión interna, mostrando aspereza en sus ojos sobre los relajados y seguros de Twilight ante su propuesta, formándose un breve silencio, sólo escuchándose la voz de Raven dando inicio a la rueda de prensa tal como lo ordenó él hace poco, lo que provocó que bajara los hombros menos tenso.
Finalmente desvió el rostro con un gruñido mientras se restregaba la cara con fuerza exhalando todo el aire contenido, pasando la mirada hacia todos los rostros que se mostraban firmes y en completa seguridad en su posición, aguardando una reacción.
-No voy a detener la búsqueda- expresó con voz grave -. No la quiero suelta por ahí liando más el pánico- dijo para expulsar aire con fuerza -. Pero de acuerdo. Ustedes van estar ahí también para que escupa de una vez qué es lo que le sucede y no repita estos numeritos. Ahí veremos que hacemos. Por ahora tenemos la rueda de prensa ¡Y no quiero fallas!- avisó con seriedad pero con un tono neutro de voz, dándose la media vuelta mientras empezaba a dar indicaciones de nuevo en el auricular en el cambio de orden, dejándolos atrás entre sus pensamientos, formándose al fin un silencio tras la acalorada discusión que terminó dando un vuelco que no supieron bien cómo sentirse al respecto.
Como sea, la rueda de prensa debía continuar su curso.
Raven había subido al podio para dar la bienvenida, siendo de inmediato fotografiada mientras se disculpaba con la prensa el que una de Las Guardianas de la Armonía no se encontraba, con la excusa de haber salido herida durante los acontecimientos frente al hospital, exagerando que se encontraba reposando en cama recuperándose de las heridas, lo que aquello elevó el cuchicheo entre los medios, dejando mostrar un aspecto mayormente positivo de la exposición de peligro y a continuación, dar la palabra a la alcaldesa para que después de su intervención haga pasar a Las Rainbooms.
Cuando las chicas escucharon de nuevo la voz de Raven en el micrófono tras culminar el discurso de la alcaldesa, aspiraron en nervios pero se contuvieran en cundir el pánico, no siendo el momento para eso. Devious las apresuró haciéndose a un lado para que se retiraran de la habitación y se condujeran al pasillo que llevaba directo hacia la tarima.
Las Rainbooms caminaban hasta al filo del pasillo esperando a que Raven las terminara de presentar, repasando mentalmente las indicaciones y lo qué decir, cuando al final escucharon su indicación y empezaron a caminar para al fin exponerse a todos, sintiéndose bajo las atentas miradas de los reporteros mientras las cámaras disparaban sus flashes.
Devious, Lyra, Mistery, Cherry, Flash, Twilight y Moon White quedaron a un lado de ese pasillo mirando con intriga el teatro que empezaría.
Las Rainbooms estaban sentadas frente a la larga mesa rectangular, pudiendo ver todas las miradas de los periodistas sobre ellas, grabando y tomando fotos.
El corazón les latía ansioso, pudiendo jurar que escuchaban el trago largo de su saliva cuando se sintieron expuestas ante los tantos ojos que las estuvieran viendo en este preciso momento, aguardando una explicación de lo sucedido anoche. Algo que sólo existía en la ficción de historias que ahora saltaban a la realidad.
Una cosa era contarles a sus familiares, que podrían ser más abiertos y comprensivos por el mismo amor que les tienen, pero no a una masa de desconocidos que podrían pensar cualquier cosa de ellas, creer o no de lo que dirían.
Podrían tener a agentes como periodistas que podrían salvarlas en las preguntas, ¿Pero qué de la opinión pública en general? ¿En serio podrían mantenerles su buen nombre e imagen? Comiéndose a regañadientes su orgullo, Moon White había tenido toda la razón rato atrás, que al menos tenían la agencia a su favor para representarlas positivamente y no en contra, cosa que sólo empeoraría más la situación y no era buena idea perder esa ayuda que sin duda alguna dependían y convenían, aunque a cambio debieron callar el tildarlas de fugitivas, la reclusión, la tortura que recibieron y buscar hasta matarlas, sin mencionar lo que le habían hecho a Golden; que aunque todo había sido mando por el Superior anterior, ahora muerto, el que Devious hubiera estado involucrado en todo eso incluyendo la tortura de Golden, les hacía levantar una muralla aunque tuvieran una alianza, por lo que aunque terminaron en un acuerdo al final de la discusión, aún no podían confiar a ciegas en él y siempre estar al pendiente de lo que decida.
Simple y sencillamente todo parecía tan extraño e irreal, al ocurrir lo que ellas jamás esperaron que alguna vez, pasaría.
Mientras, a turnos empezaban a hablar de la liberación de energías mágicas de un vórtice dimensional y sucesos enfrentados, con la sala muerta en silencio escuchando, con rostros que se mostraban incrédulos pero atentos, al igual que la transmisión que hacían, podían dar por sentado que su vida no volvería enteramente a la normalidad.
Devious Black estaba al todo pendiente de la intervención de las chicas, observándolas con absorta atención entre la expresión dura que ponía entre su seriedad intimidante de un rostro que parecía tallado en mármol. Asimismo, tanto Twilight como Moon White estaban igual prestos a todo lo que ellas decían, unos metros más atrás con los demás que quedaban, viendo a las chicas serias y maduras a la situación aunque aún sentían cierto nerviosismo dentro, sacaban su voz firme y natural que las hacía escuchar convincentes y seguras, explicando detalles que mencionaban a Twilight, pero no que permanecía aquí. Después de todo, con su nueva apariencia y nombre, salía por completo desapercibida que ni necesidad había que ella estuviese ahí arriba con ellas. Después de todo, al final, se guardaban sus detalles.
Para Twilight, de alguna forma ver a sus amigas ahí enfrente, era como verse un par de años más atrás. Un día eres una estudiante sin nada más que preocuparte que banalidades, en el caso de sus amigas humanas, bailes, exámenes, citas, sobrevivir la jungla de la escuela, pormenores propias de la edad, y al otro día, tienes la carga de responsabilidades posando sobre sus hombros en un destino que les aguardaba inesperadamente.
Recordaba que tendría su edad cuando se enfrentó con sus amigas ponies a Nightmare Moon y fue a vivir a Ponyville. Ahora, no llegaba ni a los veinte y era la reina de un reino al que no puede regresar por defender, atrapada en un mundo que necesitaba explicaciones de la magia suelta en su ciudad.
Ella movió su cabeza, mirando su alrededor, viendo cómo no sólo su destino había dado un vuelco, sino de todos esos humanos, contemplando a la versión humana de Lyra, Mistery Mint, Flash y Cherry, reconociendo que había al menos intercambiado palabras con ellos alguna vez en su versión pony, y no estaban muy lejos de asemejarse a sus personalidades, deteniendo finalmente la vista para ver a Moon White.
Casi podía retroceder en el tiempo, literalmente, como si tuviera enfrente del enérgico y animado potrillo de once años, tan optimista, efusivo, dejando sombras de lo que fue por lo que era ahora, habiendo aceptado compartir su destino con Sunset Shimmer, habiéndose quedado en nada, no porque no tenía la voluntad ni el temple, sino porque una fuerza mayor se lo impidió. Y fue aquella "enfermedad" que se desató en él, cuando ella intentó liberarlo de ese fénix, y que repercutió su amistad rota con la pony más importante para él, en aquel momento.
¿Acaso dejó una abertura entre Moon White y Poison tras su intervención, para que lo envenenara con muerta lentitud, su magia? ¿Una misma brecha ocurrió cuando enfureció a Sunset tras que encontrara inconsciente a Moon White? Porque parecía que por primera vez esa noche, Sunset había probado un poco del poder que tenía, y si de por sí era una unicornio interesada con tener el poder equivalente a un alicornio, no dudaría si eso terminó de corromperla.
Cerró los ojos con un terrible sentimiento de culpa. Todo lo que pasaba ahora en su mundo como en este, había sucedido por su intervención, en jugar con el orden natural del destino.
Se preguntaba qué si no hubiera hecho ese viaje. Qué si no habría interrumpido así su vida y alterado el curso que iba. ¿O era algo que debía suceder después de todo? ¿Que tarde o temprano algo más habría provocado aquello en Moon White y Sunset Shimmer? Eran interrogantes que dudaba encontrar respuesta alguna. Pero le dolía que haya sido ella la que permitió esa pequeña abertura, que se terminó por romper hace semanas atrás, atándolo a él a un incierto.
Twilight podía sentir como esos ojos ahora índigos que tenía, empezaban a vidriarse, remojándose los labios con una fuerte presión en su pecho albergándola, sintiéndose tan avergonzada y completamente responsable de lo que sucedía, de lo que ahora debía lidiar Moon White, pasándose una mano por la frente con sus cejas encorvadas con una inevitable tristeza aplastándola, cuando sintió que su otra mano era sujetada, alzando enseguida su cabeza sintiendo sólo un poco el borde de su ojo derecho acumular lo que sería una gota de lágrima, para ver que Moon White la había estado mirando.
Aunque aquellos ojos eran de diferente color, viéndose azules, podía ver aquella suave expresión que le entregaba cuando ella necesitaba alivio. La miraba con suavidad, pero también con una clase de sentimiento que le inspiraba querer terminar de derramar la única lágrima que se formó.
Él no le dijo nada, solo levantó una mano al borde del ojo derecho y deshacer esa pequeña y rebelde lágrima que quería escaparse, haciendo que ella soltara una pequeña risa avergonzada bajando la cara, doliéndole los ojos de verlo sin poder tener el valor de decir que era la razón de sus angustias, que ella había regado esas enredaderas que ahora lo fatigan. Moon White le levantó la cara mostrando su ceño con una mirada interrogativa, conmoviéndola al ver su expresión confundida e interesada por entenderla. Twilight sólo lo miró con una mezcla de cariño como de frustración, con ganas de gritar un rotundo "lo siento", sintiéndose insignificante, injusta y egoísta por retener esta verdad. Entonces él suspiró empezando a levantar una sonrisa.
-Somos listos, ¿Cierto?- dijo sosteniendo con firmeza una sonrisa motivada sin apartarle la mirada -. Veremos la forma. Lo vamos a lograr- usó las mismas palabras que ella dijo esta mañana frente a la base de la estatua para asimismo animarlo.
Ella sólo pudo alzar la sonrisa, conmovida el cómo buscaba levantarle el ánimo y le asintió dándole la razón, arrimándose a él, quedando su cabeza posada casi a la altura de su hombro, provocando un sensación cálida en Moon White con un calor en el rostro en una ilusión que se contrastaba con todo la batalla de sentimientos que le removían los pensamientos que no dejaba de maquinar, para regresar de vuelta su atención a la intervención de Las Guardianas de la Armonía.
…
"La hora de dormir había llegado y una habitación con decoración infantil estaba solamente alumbrada con la lámpara de la mesita de noche a un lado de la cama de una niña muy bien arropada, sólo siendo visible su cabeza.
Tenía una mirada dura, observando detenidamente la puerta abierta de su cuarto, esperando con cierta ansiedad pero a la vez con enojo, mientras bien podía escuchar una desinteresada voz femenina que se negaba a algo muy simple: desearle las buenas noches. Al final quien cruzó la puerta fue su padre, con una fingida expresión de "no pasa nada" mientras sonreía cruzando la habitación.
-¿La señorita ya está lista para dormir?- había preguntado cariñosamente sentándose al filo del colchón de la cama y le sujeta la nariz un momento en gesto de cariño.
Pero una sonrisa no salió en el rostro de la pequeña, conservando su ceño fruncido mirándolo con resentimiento, sólo para darse la vuelta y acomodarse de lado, dándole la espalda, escuchando una corta risa.
-Sweetie, no le hagas esto a papá.
-Tú no me hagas esto a mí- se quejó manteniendo el ceño -. Me dejarás sola, de nuevo. Con ésa.
-Sweetie- advirtió -. Es tu madre. Respétala.
-Ella no me quiere.
-Claro que sí.
-¡No me quiere!- acusó girándose de golpe con su expresión seria y profundo ceño, -. ¡Y tampoco parece quererte a ti! ¡Nos odia! ¡¿Por qué no se va y solo somos los dos?!- agregó viendo con mucha frustración la tranquila expresión de su padre.
-No importa lo que sienta por mí, pero por ti, tiene su forma de quererte, Sweetie. Ella lo hace, te quiere.
-No es cierto. Me odia.
-Sweetie…
-¡Lo hace! ¡Hace como si no existo!
-Sweetie- la volvió a nombrar más serio y ella calló mirando a un lado.
-Sé que no quiso desearme las buenas noches…de nuevo…- farfulló para gesticular molesta y aventar las sábanas para ponerse bocabajo -. ¡No me importa! ¡Tampoco lo necesito!
-Preciosa, escúchame, ¿sí?- pidió él casi en ruego con un tono impotente, sintiendo ella su mano depositarse sobre su espalda, pero ella sólo cerró los ojos con fuerza sin darle la cara -. Tu mamá sí te quiere. Sólo que…- suspiró -… ¿Puedo confiarte un secreto?- preguntó, haciendo que la niña lo pensara solo medio segundo para pasar su mirada de vuelta y asintiera una vez -. Bueno, lo que pasa es que tú madre tiene miedo.
-¿Qué?- preguntó incrédula -. Ella no le teme a nada.
-Créeme, todos le tememos algo, Sweetie.
-¿Hasta tú?
-Hasta yo- sonrió él.
-¿A qué le tienes miedo?
-Mmm- pensó mirándola detenidamente -. A fallarte, preciosa- contestó con voz suave sonriendo despacio, pero con una mirada triste que en su tiempo Bonbon ignoró. Ella simplemente suavizó un ligero ceño.
-Pero si eres perfecto- dijo para diversión de su padre, que soltó una buena carcajada mirándola lleno de ternura.
-¿No es fantástico sentirse un héroe para variar?- dijo entre risas.
-Pero entonces… ¿Mamá me tiene miedo?- preguntó con un gesto nada convencido.
-Podría decirse- asintió menguando su risa para levantar una mano hacia su cabeza y acariciar su caballera -. Y cuando tememos de algo, queremos evitarlo a toda costa. Por eso es…algo evasiva contigo.
-Pero eso no cambia el hecho que ella parezca no quererme- señaló con un inevitable hueco en el pecho y mirar a su padre suspirar con mucha frustración.
-Quisiera que las cosas hayan sido diferentes, Sweetie, pero esto es lo que tenemos por ahora. Sólo…resiste un poco más, ¿sí?- sonrió -. Las cosas van cambiar. Me encargaré de ello- prometió forzando más la sonrisa, pero aunque ella le asintiera, las palabras parecían hundirse en el hueco en su pecho, para convertirse en nada".
Con una cara que parecía haber perdido algún signo de expresión, sentada con sus piernas cruzadas en una silla a un lado de la cama donde reposaba Golden, estaba Bonbon mirando a la nada, perdida en aquel recuerdo con aquel vacío en su centro que parecía succionarla lentamente, pudiendo solo suspirar con pesadez y frustración, restregándose los ojos con contrariedad.
-Supongo que no tuviste el tiempo suficiente para mejorar las cosas...
-¡BONBON!- se escuchó una voz femenina de repente tomándola desprevenida.
Lo que por un lapso de segundo, una luz de esperanza cubrió enteramente a Bonbon, inclinándose con el corazón sobresaltado a un lado de su silla para ver de súbito a Golden, sólo para encontrarla igual de inconsciente y recordar entre una ola de desilusión que la revolcó, que Golden nunca la llamaba por ese nombre, así que no podía ser ella.
A la par alguien irrumpía el cuarto, cruzando como un rayo la habitación y Bonbon deslizara su vista hacia la dueña de la voz.
-¡Bonbon, estás bien!- celebró Derpy viendo a una apenas inmutable Bonbon que se ponía de pie entre la sorpresa y confusión que sintió al verla, sólo para ser abrazada de golpe con fuerza mientras la rubia daba brinquitos de alegría. -. ¡Volviste, volviste, volviste!- celebraba con algarabía quebrándose un poco su voz de la emoción, mientras Bonbon apenas reaccionaba, sin poder devolver el abrazo.
Sentía una minúscula sensación en el fondo al ver a su amiga, una chispa de algo, que se suponía debía ser alegría, pero por una razón, no sabía qué hacer con ella, como si se olvidara de como reaccionar en un momento de felicidad, pudiendo quedar atrapada en sus brazos sin responder el abrazo, confundida qué debía hacer o decir.
Derpy frunció el ceño, extrañada, apretándola más fuerte, sintiéndola tan vacía y carente de calor, que la sobresaltó. Entonces Derpy se separa entre un rostro angustiado para verla.
-¡Si te acuerdas de mí, ¿Cierto, Bonbon?! ¡Soy yo! ¡Derpy!- exclamó preocupadísima señalándose, forzando una sonrisa al ver esa rara expresión del rostro de Bonbon -. ¡Nos conocimos en noveno año! ¡Yo te recibí y te di el recorrido a la escuela! ¡Cuando te contamos que Whooves y yo éramos novios, lo amenazaste con clavarle el lápiz en el ojo y usarlo de lapicero si se atreviera a lastimarme! ¡Y esa vez que…!
-¡Sí, sí, Derpy! ¡Claro que me acuerdo de ti!- le interrumpió Bonbon parpadeando varias veces entre un ceño -. ¿Por qué no lo haría?
-No…no pareces feliz de verme…- exclamó triste empezando a vidriar los ojos -. Yo…yo sí estoy feliz…estaba muy angustiada…son mis mejores amigas…- expresó en voz baja, provocando que Bonbon sintiera de nuevo esa sensación al fondo de su ser, pero aun sin poder percibir que era, solo pudiendo mirar que delante de ellas cruzaba la habitación Whooves recién al querer dejarlas solas en su encuentro.
-Sé que no estás de humor, Bonbon- dijo él comprensivo -. Se lo advertí. Pero insistió mucho en verte. Ha estado muy preocupada por ti y por Lyra. Entiéndela- intentaba explicarle.
-No, no, no la regañes, por favor- intervino Derpy pasándose las manos enseguida a los ojos vidriosos para evitar que caigan las lágrimas y forzar una sonrisa -. Soy una completa desconsiderada. Quién sabe qué cosas feas pasó todos estos días que no estuvo y yo reclamando como una niña tonta- se regañó a sí misma para mantener una sonrisa más comprensiva hacia su amiga -. Lo siento, Bonbon. Sé que me quieres- sonrió más sosteniéndole una mano, que estando su brazo flojo se les deslizó y empezó a columpiarse, lo que no dejaba de angustiar a la rubia aunque no quiso demostrarlo, sosteniendo su sonrisa -. Y te quiero, estoy aquí, ¿Sí? ¡Para las que sea!
La joven de cabello bicolor sentía una terrible presión en el pecho, pero por más se sintiera hecha un licuado de emociones, no podía interpretarlos ni mucho menos expresarlo, siendo Whooves y Derpy que vieran preocupados esa mirada aguada y vacía, sin expresión, que aunque no fuera la chica más expresiva y risueña del mundo, se la sentía con vida, no como ahora, que parecía haber perdido el espíritu, pudiendo ella sólo forzar una sonrisa rara que parecía quebrarle el rostro.
-Pero ya todo está bien- trató Bonbon en un esfuerzo de animarla, pero su voz salió arrastrada y ahogada, sintiéndose hipócrita de decirlo.
Porque ella no se creía esas palabras, y Derpy pueda ver mejor la razón por la que Bonbon estaba en ese cuarto, pasando su vista hacia la pelinaranja conectada a máquinas, aspirando la boca como si algo le ardiera al ver el rostro esmirriado con hematomas y la herida del cráneo.
-Oh cielos… ¿Qué le pasó a Carrot Top?- preguntó con cejas curvadas contemplando el cuerpo agarrotado en la cama, manteniendo una mirada muy fija paseando sus ojos a lo largo del cuerpo. En ello, Bonbon se aclaró la garganta.
-No te la quedes viendo- le llamó la atención Bonbon tomándola de un hombro, viendo los ojos dorados de su amiga hacia ella.
-Ehm, lo siento- parpadeó confundida -. Pero ¿Por qué la cuidas tú? No eran para nada amigas. Al menos nunca te vi hablando con ella de lo que somos amigas y es mucho. Whooves dijo que eso era algo que tú debías contestarme.
-Es…una historia larga, Derpy- suspiró con un tono neutro, deslizando su mirada hacia Golden -. Mi historia. Su historia. Por ahora, sólo retírense. No tienen nada qué hacer aquí, ni siquiera son amigos de Carrot.
-Bonbon…- decía Whooves frustrado junto con Derpy, pero sabían que discutir con Bonbon era una batalla perdida -. ¿Hay algo que podemos hacer?
-Ahora que lo dices- exclamó encogiéndose -. Me caería bien que me traigan cosas de mi departamento.
-Yo…no me refería a eso…- admitió -…pero claro que te traeremos lo que necesites, pero Bonbon…- le dijo con voz amable -. Somos tus amigos y no necesitas pasar por esto so…
-No necesito nada más, Whooves, gracias- lo cortó secamente con inexpresividad devolviéndole la mirada. -. Nunca necesito nada más- enfatizó para torcerse de ojos -. Y antes de que se vayan, necesito que den un recado.
…
Lo que fueron minutos, parecía un siglo, pero al final, la intervención de las chicas había concluido, ya resignadas a acostumbrarse a los disparos de los flashes mientras las voces que empezaron como murmullos entre el público, se iban levantando hasta enredarse en alto mientras Raven desde el podio a un lado del frente de la tarima se aclaraba la garganta para dar inicio a la ronda de preguntas, limitadas a siete medios de comunicación, por lo que no tardó ni un segundo en que las manos se alzaran al igual que las voces, mezclándose todas las exclamaciones y haciendo que las chicas se pusieran más tensas, aunque sabían que todo esto simplemente era un teatro ya bien organizado por la Agencia, pues Raven sabía a quién escoger para que empiece las preguntas.
La mujer entonces dio inicio al señalar un medio y anunciar su nombre por el micrófono, lo que ocasionaba una breve pausa para que el periodista se pusiera en pie y hablara desde un micrófono que se le otorgaba.
-Si la magia funciona como una energía que se atrae, ¿Quiere decir que cualquiera puede contagiarse de ella?
-La ventaja de esta magia- - había contestado Rainbow Dash -, es que se mantiene estática y dormida hasta atraerse y despertar de manera específica sin que sepamos realmente qué, pero coincide que todos los que lo han tenido, tienen un valiente y buen corazón.
-Una persona con malas intenciones, jamás podrá atraerla- siguió contestado Applejack -, por lo que obtener esta magia siempre será usarla por el bien de los demás.
-¡¿Si es así por qué esa mujer atacó la ciudad entera?!- preguntó abruptamente otro periodista poniéndose de pie de manera hostil. -. ¡Si esa "energía mágica" es tan pura y buena como dicen, ¿Por qué ha sido amenazada nuestras vidas?! ¿Y la dejaron libre? ¡Es inaudito!- explotaba desconcertado.
-No ha sido autorizado para preguntar- avisó Raven desde el podio -. Por lo tanto su pregunta será denegada.
-¡No necesitamos protocolo en estos momentos! ¡No lo pregunto yo, lo hará alguien más!- desafió el periodista, despertando la motivación de algunos. -. ¡No censuren a la prensa!
-Su pregunta será denegada- insistió Raven con frialdad mirando hacia otra fila -. Diario "El Expreso"- autorizó a ese medio. -. Usted hará…
-No, no, podemos contestar esa pregunta- avisó Rarity con seguridad, haciendo que Raven la mirara con disimulada hostilidad, ni muy atrás quedara Devious, que abrió sus ojos enormemente con severidad por romper el flujo planeado de la ronda, pero ya era muy tarde y ahora Rarity tenía que responder, acercándose suficiente al micrófono frente a ella mirando al periodista. -. Querido, como hemos manifestado, aquella mujer no fue corrompida por la magia que permanece aquí, sino que fue poseída por su contraparte pony existente, incluyendo la magia infiltrada fuera de este mundo por el que acabamos de aclarar su existencia. Por lo tanto, no fue la magia que permanece aquí lo que afectó negativamente a Shadow Light, siendo más bien una víctima de la verdadera culpable de lo que sucedió ayer, y quien sí recibió su castigo como Guardianas de la Armonía de este mundo, siendo los que recibimos la magia de este mundo los que se levantaron en defender nuestro hogar, como bien la misma prensa ha grabado nuestros enfrentamientos con cientos de testigos viendo en tiempo real. Por lo que le agradecería prestar mayor atención a la intervención en lugar de alterar la sala innecesariamente sólo porque quiere llenar los titulares de mensajes tergiversados y llenarte los bolsillos con patrañas en lugar de informar con veracidad y objetividad como tendría que ser tu ética – se terminaba de descargar para sonreír–. Gracias- concluyó siendo fotografiada aún más por los flashes y sus amigas se sonrieran por cómo lidió la situación, dejando a Devious volver a respirar al igual que Raven, para continuar la intervención.
Tras aquello, la sala no se volvió alterar, pudiendo continuar las preguntas, aunque se tensara un poco de nuevo las cosas cuando los dos medios que no eran agentes hicieron su pregunta.
-¿Cómo estar seguros de un futuro ataque si se vuelve a infiltrar otra criatura, o ser, de ese mundo que mencionan en el caso que el portal vuelva habilitarse?
Las chicas se habían intercambiado miradas, siendo Pinkie que mirara desde su asiento a Moon White y Twilight, sabiendo que en cualquier momento, el portal se abrirá para ellos, no minimizando esa posibilidad, por lo que se acercó al micrófono y ser quien conteste.
-El portal está cerrado, por ende, no se puede infiltrar nuevas amenazas. Pero si llegase la poca probabilidad de filtrarse algún tipo de amenaza de nuevo- sonrió con firmeza - Para ello es que nosotras tenemos la magia de los elementos de la armonía que representan nuestro mundo.
-Hemos aceptado el compromiso de usar esa magia sólo en caso de que una magia contraria se alce contra nosotros- agregó Applejack.
-Mientras tanto sólo seguimos siendo las hijas, las amigas, las vecinas y estudiantes que hemos sido siempre- asintió Fluttershy con su particular voz dulce.
-¡Pero con increíbles poderes patea traseros!- no se resistió en decir Rainbow Dash con emoción, ganándose las miradas y ceños de las demás, pero que sin embargo, algunos en la sala alcanzaron a reírse, aunque otros sólo se limitaban a redactar y algunos, aun conservaban ese peso del escepticismo encorvándolos.
Con aquella intervención, Raven dio por acabado la rueda de prensa, lo que eso no impidió que los periodistas siguieran tomando fotos, mencionando y llamando a las chicas con otras preguntas que parecían brincarlas encima, algunos se mantenían aún hostiles, otros con más preguntas a partir de las respuestas, pero había otras que preguntaban más bien cosas de perfil sobre ellas mismas, pero al final, las chicas simplemente se retiraron de la mesa hacia a un lado, sintiendo que se quitaban un enorme peso de encima para sentir alivio que todo acabara, que ni bien salieron de la vista de las cámaras, suspiraron de alivio para encontrarse con los demás entre comentarios.
-¡Salimos enteras de allí!- exclamó Applejack.
-¿Habrán fotografiado mi mejor perfil?- se interrogó Rarity.
-Creí que las terminarían por exigir a que las encerraran y tratar de examinarlas a cabo a rabo - comentó Devious -. ¡Ah! Un momento…eso ya ocurrió.
-…- enmudecieron todos taladrándolo con la mirada pudiendo tensar con amargura el ambiente.
-¡Sosténganme que lo madreo!- gritó Rainbow impulsándose hacia adelante, siendo agarrada por Applejack y Pinkie.
-¡Oh por todos los santos!- gimió Rarity con una fuerte bocanada de aire -.¡¿Eso quiere decir que nos vieron de…des…desnu…?!- no terminó de decir para caer de espaldas y ser agarrada por Fluttershy.
-No puedo creer que recién se haya dado cuenta de eso- se limitó en comentar Devious con inexpresividad.
-Como sea, salimos de ésta y sólo queda esperar- dijo Mistery pero tenía sus cejas encorvadas -. Pero aún no encontramos a Trixie…
-No empiecen de nuevo- suspiró Devious con tono cansado.
-Pues habrá que decirle a sus padres que no sabemos dónde está- exclamó Fluttershy nada emocionada por hacerlo. -. ¡Es terrible!
-No es mi problema. Me limitaré en encontrarla y- suspiró mal resignado -les notificaremos pero por ahora más vale que sigan a los autos que las resguardarán hasta la mansión. Será mejor que por hoy se mantengan allí y sea mañana temprano que pasen a sus casas.
-¿Qué?- se quejaron la mayoría, expresando sus ganas de volver a sus respectivos hogares.
-No saben cómo está afuera la prensa lista para obtener algo de ustedes. Además, quiero que estén todos juntos cuando aparezca la segunda loca.
-Su nombre es Trixie- exclamó Pinkie.
-No me importa. Dejen de quejarse tanto y retírense. Ya tuve suficiente de ustedes – exclamó con fastidio dándose la vuelta mientras se iba.
Los demás se resignaron también pues la idea tampoco era mala, mostrándose de acuerdo para empezar a caminar por el pasillo fuera de las bambalinas.
La seguridad de agentes resguardaba su salida que sin duda, odiaban profundamente darle la razón a Devious, pero la verdad que afuera estaba aglomerando de los medios, esperando en los alrededor del ayuntamiento para tener exclusivas de acercarse a hablar con las chicas, pero la seguridad del lugar estaba triplicado, empezando a repeler, dejando que puedan pasar a los autos uno en uno con discreción, lo que fue una eternidad salir de allí sin sufrir la presión por la prensa, que por cuestión misma de seguridad, en medio camino a la mansión se cambiaron de auto dos veces y en el que iban a bordo dos agentes que se limitaban a llevarlas a su destino y atentos a su alrededor para cualquier situación, en una caravana, aunque pretendían exagerado, aun así obedecieron. Por lo visto la palabra de Devious de mantenerlos protegidos era confiablemente real con todas las molestias que se estaba tomando para solo trasladarlas, pero no querían tampoco que se volviera una molesta sobreprotección.
Estaban conscientes que no pasarían desapercibidas el estar en la calle, de que alguien las desafíe por lo que son o que sólo quiera saber más. La idea de estar bajo el ojo de todos como si fuesen un extraño artículo en exhibición les angustiaba, y aunque quisieran evitar todo esto de dar explicaciones y exponiéndose como si no fuera más posible tras los últimos acontecimientos, algo muy fuerte se los impedía, pues la magia era un hecho sucediendo en los alrededores, cada vez más fuerte que antes, y sin duda alguna, la comunidad merecía saber qué estaba sucediendo. Al fin y al cabo, no era una cuestión que sólo le compete a ellas, sino a todos de manera directa, y la prueba de aquello fue la de anoche. Cuando habían hablado con Moon White hace semanas atrás, de esa posibilidad de la magia pasándose a la ciudad, adaptándose; creían que sería un futuro lejano. Pero el futuro ya era su actual presente, y no había sido tan lejos.
No había cortina de azúcar que dure lo suficiente para cubrir lo que ocurrió e hicieron su mayor esfuerzo para asegurar que mientras ellas tuvieran esa magia, se levantarían a proteger su hogar.
Cuando al fin llegaron a la mansión, pasaron las rejas y se estacionaron enfrente de la casa, todos salieron con ese nerviosismo de tener que llegar sin Trixie y decir la noticia que no sabían dónde estaba, pero aquello se rompió por un momento cuando Pinkie Pie rodeaba el auto por el que salió y repentinamente el maletero se abrió de súbito seguido de un bullicio, cosa que los agentes reaccionaron enseguida, sólo para ver confundidos risas que se levantaban de un joven de loco cabello rizado café que salía disparado como bola de cañón entre cientos de globos de corazones de varios colores y serpentinas aterrizando sobre Pinkie Pie, quien sabe cómo logró meter todo eso dentro de la cajuela, que chilló alegre dejándose caer al suelo para abrazarse ambos con fuerza y sin esperar nada empezara a besarlo por todos lados de la cara entre su emoción, pudiéndose solamente reírse, viéndose a los ojos enérgicos pero a la vez vidriosos de felicidad con una enorme sonrisa de alivio de tenerse enfrente, terminando en besarse los labios en el suelo entre la incomodidad del resto con sonrisas congeladas viendo el espectáculo.
-Dime que yo no fui así cuando me abalancé a ti- susurró Twilight a Moon White.
-Eeeeh… ¿Cuál era la pregunta?- bromeó para recibir un codazo de ella con una risa.
-¡¿Hace cuánto estabas en el maletero?!- le preguntó Pinkie Pie empezando a levantarse con la ayuda de Cheese.
-No sé, supongo que lo suficiente para me llame la naturaleza ¡Pero improvisé un baño!
-¡Eewwwww!- reclamaron el resto.
-¡Es broma! ¡Me las aguanté!- dijo para cruzarse de piernas con un gesto -. ¡Préstenme un baño!
-¡Yo te guío, amorcito!- dijo feliz Pinkie Pie para montarse a su espalda y él la sostuviera -. ¡Arre, arre!- movió los pies como si fuese jinete señalando la casa y Cheese se precipitó a su indicación mientras Pinkie tarareaba una canción de vaqueros atravesando la puerta de la mansión.
-Son… raros, pero lindos- dijo Mistery mirando al par con los demás -. Son ralindos.
-Bueno, soltemos la bomba antes de que decida correr y huir- dijo Cherry para empezar a caminar, sólo para que de súbito se asomaran a la entrada Magical Smile y Serverus.
-¡¿Dónde está Trixie/Beatrix?!- corearon cada uno nombrando como gustaban a su hija.
-¿Por qué no estaban con ustedes? ¡No sale en las noticias!- exclamó Magical angustiada.
-¿Herida? ¡Beatrix no está herida!- agregó Serverus.
-…- enmudecieron en pánico todos tensos entre rostros impávidos con sus ojos bien abiertos.
-¡Corramos y huyamos!- explotó Cherry en pánico alzando los brazos -. ¡Repito! ¡Corramos y huyamos!- concluyó con el ademán de salir corriendo pero Twilight la sostuvo el brazo con una sonrisa tensa hacia los padres al igual que los demás, para empujar a Applejack enfrente para que sea que lo diga.
-¡¿yo?!- jadeó ella tragando fuerte para mirar a los padres de Trixie con una sonrisita nerviosa … Jejeje. Bueno…es que…Trixie…ella…no está…porque…porque…
-¡Se nos perdió!- gritó Fluttershy sumida en pánico entre el coro de aspiraciones de los demás.
-¡Sutileza!- se quejó Applejack.
-¡No puedo ser sutil cuando la hija recién encontrada aceptó que un fénix se fusionara en su cuerpo y ahora perdió el control después que se volvió loca de ansiedad y se fue sin dejar rastro!- escupió todo de golpe sin parar, viendo con ojos agrandados la estática cara de Magical y la otra enfurecida de Serverus -. Pe-pero no, no corre peligro y ya la está buscando así que…descuiden…jejeje…- decía tensa, sólo para ver cómo Serverus pasaba la mirada a su exesposa, quien al verlo a los ojos hizo una amonestación de molestia.
-¡Perfecto! ¡Conozco esa mirada! ¡Vamos, dilo de una vez!
-¡ES TU CULPA!- la acusó señalándola enfurecido mientras Magical tiraba una risa seca.
-¡Ya era demasiado bueno para ser verdad! ¡¿Ahora dime cómo demonios esto es mi culpa?!
-¡Con eso de andar aceptando tus porquerías de teorías de energía! ¡ "Eso es suficiente para mí"! ¡Mira lo que le pasó a mi hija! ¡Le metiste musarañas en la cabeza y mira el lío en el que se metió aceptando cualquier porquería que se le apareció! ¡Siempre intentado hacer las tonterías de ilusiones como tú! ¡Le celebras en el peligro que se ha metido!
-¡Con el gran tiempo que me cedías con ella claaaaaaaaro que tenía todo el tiempo del mundo para lavarle la mente, ¿no?! ¡La culpa es tuya por consumirla en tu herencia en vez de desarrolle sus opciones! ¡Porque tiene opciones, Serverus! ¡Pero eso no importa ahora porque se nos perdió de nuevo! -vociferó mientras simplemente la discusión se incrementaba alzándose la voz.
Ambos estaban tan absortos en la discusión que empezaron a irse por las ramas para discutir otras cosas que simplemente los jóvenes enfrente suyo no entendían, que retrocedieron un par de metros, todos petrificados mirando de un lado a otro como ambos se pasaban la bola de la culpa acalorados de la discusión, con Pinkie apareciendo de repente con Cheese comiendo de una misma bolsa de palomitas.
-Demonios, ¿Por qué no tengo magia cuando realmente la necesitas?- dijo Moon White en comentario mientras seguía la discusión.
-¿A qué te refieres?- preguntó Twilight.
-¿Sabes cuántos de estos tipos de padres divorciados me he encontrado echándose la culpa por la conducta y notas de sus hijos? La única forma de detenerlos era, literalmente, detenerles el tiempo usando petrificación y les decía que se tiren piedras cuando estén solos o con quien sea pero no delante de mío, que vinieron a hablar conmigo del alumno, no cuál es más el tonto de los dos, que en mi opinión, eran ambos, aunque eso último lo decía elegantemente que no se daban cuenta que los insulté.
-…- enmudeció quedándoselo mirando -. ¡¿Qué clase de maestro eras?!
-Yo sólo sé magia y enseñar- se limitó en decir -. No era quien para arreglar su relación, sólo con la de mi alumno si eso afectaba su desarrollo académico.
-Hay mejores maneras de solucionar una discusión de este tipo- lo acusó para mirar hacia la discusión -. Hablaré con ellos.
-¿Lo harás?- preguntó Fluttershy dubitativa.
-¿Te echarás a las fieras?- exclamó Applejack.
-Podríamos correr y huir- insistió Cherry.
-Ya estoy empezando pensar que es buena idea- comentó Rainbow.
-Basta con eso- reclamó Mistery con un ceño para hacer un gesto al oir esas voces que parecían gruñirse entre sí.
-¡Claro que puedo!- aseguró Twilight sonriente -. Fui la Princesa de la Amistad. Aunque reina, aún tengo el toque.
-Eh, no estamos en Equestria, Twilight- le dijo Moon White levantándole una ceja.
-¿Y? ¿Eso qué tiene qué ver?- interrogó ella cruzándose de brazos y él le mantuvo la mirada en su apariencia humana.
-Muchísimo. Para empezar, el cretino ése tiene un punto: aquí no representas ni reinas nada. No eres nada en este mundo.
-…- lo miró con un ceño -. Ahora el cretino eres tú.
-Pero se oye menos cretino si viene de mí, ¿no?
-…- se lo quedó mirando -. NO.
-¡Como sea! A lo que voy es que no aparentas la edad que tienes. Sólo verán a una jovencita metiéndose en una pelea de adultos. No te harán caso- comentó seguro y ella suavizó un ceño entrecerrando los ojos.
-Ya veremos- le dijo aceptando el reto y él sonrió haciéndose un poco a un lado para dejarla pasar en dirección donde discutía la pareja.
Twilight le frunció el ceño y empezó a caminar hacia Magical y Serverus con la mirada de sus amigas interesadas en que quiera meterse en el conflicto.
-Disculpen…- empezó Twilight sonriendo hacia los adultos mientras los demás observaban -…sé que no es de mi incumbencia pero…
-¡Cariño, tú no te metas!- le interrumpió Magical mirándola para suspirar y posar una mano sobre su hombro con una forzada sonrisa amable -. Esto es cosa de adultos. Lamento si te asusté- agregó para mirar de vuelta a Serverus -. ¡Mira el ridículo que hacemos delante de los menores! Mejor tú y yo vayamos adentro- exclamó mientras caminaba entrando a la casa para seguir discutiendo.
-…- enmudeció Twilight con gesto sintiéndose insultada para mirar sobre su hombro y ver cómo Moon White se tapaba la boca amortiguando la risa, siendo que los demás también tenían una sonrisa levantada emitiendo unos mismos sonidos de una risa contenida, lo que le hizo emitir un gruñido -. ¡Si se van a reír, ríanse de una vez!- se descargó y él no aguantó empezando a reírse más con las risas del resto.
-¿Te divierto?- interrogó Twilight acercándose a él con un ceño.
-Mucho, ¿sabes las pocas veces que te gano en algo?- se burlaba con gusto con una buena sonrisa levantada. -. Déjame disfrutarlo- continuaba diciendo risueño.
Aunque Twilight se sentía ciertamente enojada por la situación, no pudo evitar contemplar el buen humor despertado en él, verlo reír con ganas, habiendo olvidado la última vez que escuchó esa risa, empezando a salirsele una sonrisa de gusto, viendo que los demás también reían de verdad después de tanta preocupación junta, empezando sin darse cuenta a tirar un par de risas mezclándose con la de todos.
Aún seguían riéndose un poco cuando ingresaron a la casa, acercándose a su familia para avisar el traslado que tendrían mañana. Sin embargo, había alguien más habiendo estado aguardando su llegada, que cuando Moon White cruzaba la sala, no pudo evitar detenerse con incomodidad al contemplar que Whooves se encontraba allí, para entregarle una mirada contrariada ante su presencia y bajar los ojos hacia donde alguna vez estuvo su reloj, y sentir que lo revolcara la culpa en un forzado recuerdo de su reloj romperse contra el suelo. Como hechicero, sabía lo que era perder lo que más te apasionaba hacer. Él había perdido por completo su habilidad mágica, Whooves su viajes al pasado con su reloj. Mientras, una misma ola la revolcaba Twilight, sentir esa incómoda sensación de encontrarse con Whooves, recibiendo los golpes de la culpa, de su cómplice de lo que hizo, como ella y Moon White tenían su apariencia cambiada, Time no los reconoció enseguida, pero no tardaría en darse cuenta de su presencia y así quedarse los tres sin saber cómo empezar hablar ante la presencia del otro.
En tanto, Applejack se había alejado para acercarse a su familia más adentro de la sala, para ser recibida con una mirada sospechosamente entusiasta por Applebloom, que tenía una traviesa sonrisa levantada mientras la abuela Smith se reía un poco. La rubia levantó una ceja con una mirada interrogativa hacia Bicmac que se acercó a ella como siendo el que se encargaría de decirle la razón de esa juguetona complicidad.
-No me mates, pero tenía que hacerlo- dijo el mayor sin preámbulo y cuando la vio abrir la boca, le ganó el turno y soltó: -. Thunderlane está aquí.
Applejack olvidó como cerrar la boca y la voz se quedó en media garganta, sosteniendo la mirada sobre la de su hermano mientras su reacción divertía a su abuela y hermana. Su mueca se había quedado congelada entre un suave entrecejo, por alguna razón ansiosa y sintiéndose expuesta mientras Bicmac seguía hablando.
-No tienes idea lo que ese chico ha estado sufriendo por ti. ¿Sabes de los chicos que hablaron mal de ustedes después de lo del baile? Él fue quien promovió a que cambiaran de parecer con el resto de sus amigos que aunque no sirvió de mucho, tuvo sus buenas intenciones en limpiar su nombre, tu nombre. Después de salir del hospital, mostró solidaridad con nosotros. Al principio con la excusa de que lo hacía porque éramos proveedores del restaurante de su familia pero era obvio sus verdaderas razones- calló un momento viendo la atenta mirada de su hermana, que digería lo que decía con sus ojos verdes cada vez más prisioneros de sentimientos -. El punto es, es que volviste, y sabiendo cómo estaba y no decírselo, me parecía injusto. Por eso lo llamé. Además- dijo para sonreírse resignado -. Es muy buen chico. Estoy seguro que alguien así… también lo habría aprobado papá.
-…- enmudeció sintiendo ahora sí una punzada fuerte en el corazón que empezaba a inflarse y latir más fuerte, doliéndole demasiado el pecho. -. ¿Está aquí?- fue lo que se le ocurrió preguntar, sintiéndolo una tontería.
Su hermano rió un poco, asintiéndole y le señaló un estudio.
Applejack dirigió su mirada hacia donde apuntada, recordando cómo moverse. Juntó las manos, en un extraño estado alerta, empezando a caminar, sintiendo como si pisara aire, casi como si flotara, de a poco empezando a ignorar las voces y sonidos de afuera, por sólo escuchar el grave sonido como de tambor de sus latidos, que se aceleraba contorno iba sintiendo los nervios crecer, en una fastidiosa vergüenza que entorpecía sus propios movimientos. No estaba segura si caminaba lento a propósito, o era que en serio no podía recordar bien como caminar por pensar tantas cosas a la vez, recordando la última vez que lo vio con un enorme peso de culpa, pues había estado en el suelo desangrándose por la heridas que ella le provocó.
Pero sea como sea, cuando llegó a la entrada del estudio, sus ojos se expandieron un poco en reacción mientras sus labios se separaron para dejar expulsar el aire contenido, al verlo de espaldas que ni bien hizo el menor ruido de sus pasos al acercarse, Thunderlane volteó en automático, con sus ojos dorados igual de bien despiertos, clavándose en ella de manera inmediata, contemplándola ahí de pie apenas dentro del estudio, sin poder mover los párpados. Una sonrisa se empezó a esbozar despacio en el rostro del muchacho mientras sus ojos parecían obtener un sutil brillo que parecía resplandecer más el color de sus ojos, lo que fácil se podría reconocer una delgada capa de lágrimas que dejaban reflejar ese brillo. Su sonrisa fue contagiosa, porque entonces Applejack sin darse cuenta, empezó a sonreír con un mismo ardor en sus ojos, empezando a parpadear ya por necesidad, poniendo un pie delante del otro con cuidado mientras unos mismos pasos empezaba a dar Thunderlane.
-Estás bien- exclamó él con voz suave pero llena de alivio, que apenas habló, Applejack empezó a perder la sonrisa, curvando sus cejas sintiendo de golpe de nuevo esa pesada sensación de vergüenza y culpa.
Entonces recién exploró mejor el exterior, percatándose de la camisa roja que usaba Thunderlane, de mangas largas. Él nunca había sido un chico que usara ese tipo de camisas, y sabía por qué ahora las usaría. Para ocultar las cicatrices que ella dejó.
-Thunderlane…- lo nombró terminándose de acercar lo suficiente con una expresión apenada que extrañó al chico -. Yo…lamento tanto lo que te hice- exclamó con voz delicada.
-¿Esto?- interrogó él desinteresado, lanzando una mirada a su torso expandiendo un poco los brazos para lanzar una corta risa -. Eso es lo menos que importa ahora, Applejack.
-Te destrocé la piel- recordó con amargura entre su ceño -. Por mi culpa fuiste al hospital. No lo hagas menos porque no lo es.
-No tienes que preocuparte por eso- la tranquilizó cortando más la distancia con una sonrisa alentado -. No me importa. Nunca me importó. Regresaste y es todo lo que importa realmente. Volviste con tu familia. Volverás a tu granja- decía sonriente, haciendo que ella empezara a recuperar la sonrisa con la idea de volver a su hogar, a estar al tanto de sus manzanos de nuevo -. Todo está como lo dejaste, ¿Sí? no tienes de qué preocuparte. Ya tienes mucho con todo esto de la magia revelada y sé que, estarás ocupada- decía dificultándole más mantener la sonrisa, cosa que Applejack empezaba a darse cuenta -. Pero quiero que sepas, que estaré ahí para ti, ¿Sí? que tienes un amigo que puedes contar.
Los ojos verdes de Applejack se entornaron incrédulos, empezando a pestañear confundida perdiendo la buena expresión de su rostro.
-¿Amigo?- preguntó con voz ronca.
-Sí, amigos- asintió él con media sonrisa.
-…- enmudeció manteniéndole la mirada concentrando más su ceño, enojándose pero por una razón, también embargándole una profunda preocupación y su corazón lo sabía, pues empezó a cambiar el ritmo de los latidos, por uno más nervioso -. Creí que me querías…- forzó a decir estrangulándola el orgullo y la vergüenza.
-Te quiero- aclaró perdiendo la sonrisa pero su rostro se mostraba abatido y frustrado -. Pe-pero- levantaba una torpe sonrisa que volvía a bajar -. Si decías no tener tiempo para…"esto" cuando Sunset empezó a cambiar y se fue, yo supuse que…con lo que ocurrió ayer y en el baile, tendrías, ya sabes, menos tiempo…- admitió sin evitar vidriar los ojos y forzó la sonrisa mientras Applejack sólo podía mirarlo manteniendo su expresión taciturna -. Y yo no quiero estorbarte.
-…- seguía enmudecida, pero su ceño parecía romperle la piel mientras sus ojos no podían aguantar más la acumulación de sus lágrimas -. ¡Eres un idiota, Thunderlane!- le gritó parpadeando mientras se le empezaban a caer las lágrimas y él la mirara sorprendido entre sus cejas curvadas -. ¡¿Sabes?! ¡Pudo haber muerto ayer!- encaró con voz quebrada, impulsándose hacia adelante para empezar a golpearle el pecho -. ¡Pensé tantas cosas en ese momento y entre ellas estabas tú! ¡Perdí el tiempo no dándotelo! ¡Yo sólo ahora quiero aprovechar mi tiempo y esto te incluye a ti!- reclamó insistiendo en los golpes -. ¡Y ahora estoy llorando por fuera! ¡¿Porque eres tan torpe?!- terminó por gritar en lágrimas, sólo para sentir que la agarraba de las manos y la halara hacia adelante para atraerlo hacia él, cortando su reclamo, con un beso.
Sus ojos se cerraron apenas sus labios se unieron en contacto, pudiendo sentir las últimas par de lágrimas derramar mientras era revolcada por un ola de alivio, sintiendo como algo resplandecía, se completara y se adaptara, empezando a ser rodeada por aquellos brazos mientras sus labios sentían el firme pero dulce roce de quien la besaba, robándole el aliento, provocando el calor de sus mejillas en un sonrojo que la llenaba de una nueva clase de felicidad y le hacía inflar más grande el corazón que parecía no caberle en el pecho, odiándolo tanto como sentía que lo quería, por hacerla sentir tan delicada bajo su forma de ser que la enamoró.
Pero entonces sintió que algo más la cubría, como si le habían colocado encima un suave edredón que empezó a envolverla. Aquello sintió demasiado extraño, pudiendo abrir sus ojos y romper el beso, apartándose un poco, sólo para retroceder más para contemplar con mayor atención y dejar abrir la boca de impresión, al ver cómo se abrían un par de alas que la habían envuelto, con sus ojos bien abiertos ver que esas alas grises salían de la espalda de Thunderlane, que quedó igual de enmudecido al vérselas, mirando sobre sus hombros mientras las agitaba un poco.
Entonces pasó su mirada de vuelta a Applejack, empezando a parpadear seguido.
-Eh…- empezó a decir -…que…que bueno que no soy unicornio. Digo. Te habría clavado el cuerno en la frente, ¿no?
-…- se lo quedó mirando para formar un ceño -. ¡Thunderlane!- reclamó.
-¡¿Qué?!
-¡Acabamos de descubrir que tienes magia!- exclamó impresionada -. ¡¿Y es lo primero que se te ocurre decir?!
-¡Te estaba besando cuando aparecieron! ¡No puedo evitar pensar que el momento se habría arruinado si te perforo la frente si fuera unicornio!
-¡Oh por Dios! ¡¿Hablas en serio?!
-¡¿Y qué quieres que diga?! ¡Ya esto se me hace normal!- reconoció encogiéndose de hombros con una sonrisa, empezando a agitar las alas -. ¡Soy un pegaso! ¡Esto es cool!- decía para mirarla enseguida y aclarar: -. El beso también estuvo cool. Fue mejor que las alas.- sacudió la cabeza para proponer: -. Olvidemos las alas. ¿No besamos de nuevo? ¿O lo estoy arruinando por pedirlo?- dudó con un gesto -. No creo si somos novios. ¡Espera!- se interrumpió él mismo abriendo bastante los ojos -. ¡¿Somos novios?! ¡No te lo he preguntado! Tengo que hacerlo, ¿Cierto? ¿O ya lo somos si nos besamos? No creo pues ya nos hemos besado antes y no lo fuimos. Bueno, entonces lo preguntaré- sonrió -. Applejack, ¿Serías mi novia para seguirnos besando?- frunció el ceño -. No sonó bien como en mi cabeza…
-…- lo miró empezando lentamente a sonreír mientras lo había visto cómo solito se ahogaba en sus propias palabras para empezarse a carcajear con fuerza echándose hasta adelante.
-¿Por qué siempre haces eso?- reprochó algo frustrado pero de buen humor, sonriendo al ver cómo ella no dejaba de reír mirándolo con infinita ternura, volviéndose a acercar.
-Porque te quiero, torpe- contestó risueña, para ser ella quien lo bese esta vez y él la recibiera.
-Espera, ¿Entonces somos novios?
-¡Thunderlane!
-Ya, ya- rió coreando con ella la risa para retomar el beso.
-¡Applejack!- interrumpió Rainbow Dash entrando de súbito junto con Rarity y Fluttershy, que jadearon en conjunto impresionadas mientras Thunderlane y Applejack se separaban con un bufido.
-¿Por qué nunca nos podemos besar tranquilos?- se quejó Thunderlane de su suerte.
-¡¿Son novios?!- preguntó Rarity casi como lunática agrandando una sonrisa con ojos brillantes, pudiendo hacer toda una película en su cabeza.
-¡Olvídate de eso!- exclamó Rainbow con su mirada prendida en el chico -. ¡Thunderlane tiene alas!- sonrió -. ¡Otro pegaso! ¡YES!
-¡¿Qué se les ofrece?!- se limitó en preguntar la rubia con un ceño, no menos frustrada que Thunderlane por la interrupción, sólo para ver que sus amigas ponían de nuevo las caras abatidas como con las que había entrado.
-Ah- emitió Fluttershy bajando sus cejas -. Es que Time Turner vino a darnos noticias de Golden- exclamó, haciendo que la vaquera deshiciera el ceño, más interesada mientras su amiga terminaba de hablar-. Ella…entró en coma- soltó la bomba.
Y el corazón hinchado de felicidad de la rubia, se desinfló.
…
Empezó a despertar de manera lenta.
Sentía el cuerpo pesado y débil, moviéndose muy lentamente en lo que sentía estar recostada en una estrecha cama arropada con una sábana. Algo húmedo y frío sentía sobre su frente, pero que aliviaba de alguna forma el malestar con el que había despertado, pudiendo empezar a parpadear, despertando perezosamente del sueño, cuando un sentimiento amargo y fuerte empezó estrujarle el corazón al mismo tiempo que se le venía la imagen de su pequeña hermanita metiendo sus narices en donde no la llamaban cada que tenía que hacer un pedido de ropa.
Fue entonces que Rarity aspiró de súbito sobrecogida, sintiendo que le faltaba el aire y le volvieran a vidriar los ojos.
-¡Sweetie Belle, Sweetie Belle!- empezó a nombrarla con voz ronca y quebrada, tratando de salirse de la cama.
-¡Ya empezó de nue…!- decía una voz en fastidio.
-¡Silencio, Golden!- interrumpió la otra voz para que una terrestre crema se acercara enseguida a tomar de los hombros a Rarity, que la miraba presa de angustia mientras empezaba a llorar de nuevo -. ¡Rarity, debes tranquilizarte ya! Por tu bien. Te has desmayado dos veces ya en el transcurso del día y tu presión está muy baja.
La voz de Bonbon salía con una seriedad tranquila pero firme, de regaño para llamarle la atención. Rarity la miraba impotente, con sus cejas encorvadas de unos ojos gastados de tanto llorar, recordando el incendio, la huida y donde estaba, para pasar la vista a un modesto cuarto con unas decoraciones que aunque no era para nada de su gusto, había terminado por respetar, porque era parte de la cultura de una ya bien conocida amiga, quien cruzaba la habitación con una taza humeante.
-Da un sorbo a esta bebida para calmar los nervios, tu corazón afligido no da tregua a mis remedios- exclamó Zecora terminándose de acercarse con la taza, la cual Rarity la tomó con sus cascos algo temblantes con mucho desgano, acercando sus labios al borde de la taza y sentir la calidez del brebaje dar gusto a sus papilas gustativas, deteniéndose un momento cerrando los ojos, para poder tranquilizarse al menos un poco. -. Respira profundo e inhala con delicadeza. El brebaje no hará efecto sino te calmas con franqueza- agregó manteniendo una pequeña sonrisa entre sus cejas curvadas, sin poder evitar mirar con pena y lástima la belleza perdida en la unicornio por su estado de salud, como su pérdida.
Rarity siguió el consejo de la cebra y sin abrir los ojos, empezó a beber otro sorbo, concentrándose en su calidez y su sabor aunque los bordes de sus ojos se podrían ver el hilo de lágrimas que se acumulaban en sus ojos.
Bonbon estaba ahí al pie junto a Zecora, al margen sin expresar mucho, pero muy atenta vigilante a la unicornio, interesada y preparada por si volviera a romper en llanto además de volver a chequear su presión y malestar, cosa contrario que se podría decir de la terrestre amarilla claro que se hallaba al filo de la habitación, mirando de reojo a Rarity, mostrándose impaciente e irritada, pasando su vista hacia la ventana, viendo como el sol ya empezaba a ocultarse. Estaba molesta porque habían perdido todo el día por culpa de Rarity. Sabía que era una pony dramática y exagerada, pero esta vez rompió su límite al llorar desconsoladamente el hecho de que su hermana estuviese muerta, sólo siendo el desmayo lo único que la hacía callar y ella agradecía aquello.
Cuando escuchó unos tosidos movió su cabeza enseguida hacia la sala, directamente donde estaba reposando otra unicornio. Fue cuestión de segundo para que Bonbon pasara de largo frente a ella para cruzar la sala despejada del caldero y la terrestre atendiera a Lyra. Golden simplemente suspiró, dirigiéndose a la cocina. "Te tonteas de lo obvio por esa unicornio" pensó tranquila en su andar mientras Bonbon se inclinaba a la vista de Lyra con urgencia.
-¿Te duele algo? ¿Qué te incomoda? ¿Qué quieres?- interrogaba Bonbon pasando su casco a la frente y cuello de la unicornio menta, para revisar su temperatura.
Lyra simplemente negó con la cabeza, negando fiebre, manteniendo sus ojos cerrados, respirando con fuerza haciendo que su pecho suba y baja seguido.
-La garganta…me pica…- se excusó con una frágil sonrisa abriendo un poco los ojos para ver a su amiga.
-Entonces te traeré agua- asintió para erguirse enseguida pero al dar la media vuelta fue atajada por Golden, que la miraba fijo con un vaso de agua preparado. Bonbon parpadeó suspirando para recibir el vaso -. Gracias.
-Sólo es un vaso de agua, Drops- se limitó en decir pero sonrió un poco, una sonrisa de complicidad que Bonbon levantó una igual, para suspirar y acercarse más a Lyra. -. Incorpórate para beber, Hearstrings- dijo para ayudarla a levantar medio cuerpo en una posición adecuada de sus cascos entre su cuello y vientre para acomodarla y Bonbon le diera de beber.
-Gracias- decía Rarity mientras tanto con Zecora, terminando de beber de su taza acompañado con un frágil pero profundo suspiro y se lo estiró a la cebra.
-Es un placer que yo pueda hacer, algo por la pony que con sus amigas nos ha salvado más de una vez- exclamó manteniendo la sonrisa, viendo los ojos azules de Rarity mirarla con inexpresividad.
-Mis amigas…- exclamó con un parpadeo lento -…mis amigas son prisioneras de esa malvada pony y yo soy inútil para ellas…- entrecerró los ojos -…no puedo salvar a los que quiero, ni a mi propia hermana…- jadeó empezando a descomponer el rostro de nuevo -. Debe odiarme mucho- se frustró aspirando entre sus ojos vidriados.
-No puede pensar tan negativamente, el valor no se encuentra en la oscuridad de su mente- dijo para señalar su pecho -. Se encuentra aquí, en cada latido latente- la miró, tratando de encontrar en lo profundo de esos ojos, aquel destello de motivación y de lucha -. Usted está viva, aún tiene presente. No abandone un mejor futuro, porque una tristeza la detiene.
-¿Cómo puedo dejar de sentirme miserable?- preguntó forzando su voz a salir por el llanto que retenía. Zecora la contempló tomándose un momento, pensando, hasta asentir segura.
-¿Puede pensar, que tan defraudada está, si la ve dejarse abandonar, cuando siempre la admiró por su luchar?
Rarity le mantuvo la mirada con un delicado ceño, captando que se refería a su hermana, cuando repentinamente una luz blanca le cegó la vista.
-¡Apesto!- se frustraba Sweetie Belle con tristeza dejando caer lana y aguja sobre la mesa -. Creí que tejer sería una actividad divertida pero no lo es si apesto- se quejó con pena.
-Oh, querida, no te desanimes- le dijo Rarity levitando de vuelta la lana y aguja enfrente de ella -. ¿Crees que de la noche a la mañana aprendí? Es cuestión solamente de tenacidad, perseverancia y esfuerzo- expandió sus cascos a su estudio, en donde tenía diseños nuevos realizados -. ¡Y mira nomás donde me llevó todo eso! Empezando mi emporio de boutiques- chilló emocionada para ver los chispeantes ojos verdes oscuros de su hermana.
-¡Tienes razón! ¡Eres la mejor diseñadora de Equestria!- celebró entusiasta.
-Ah, así es- rió conmovida -. Y si tienes a la mejor diseñadora y cofcofhermanacofcof, te aseguro que tejer será mejor la actividad que hayas elegido.
-¡Lo es aún más porque es una actividad que harás conmigo!- sonrió anchamente para darle un abrazo de lado que Rarity le correspondió con una risita -. ¡No me daré por vencida!- asintió apartándose con un ceño firme -. No si mi hermana mayor jamás lo hace- aseguró con confianza para sostener de nuevo la lana y la aguja, para terminar haciendo una extraño intento de bufanda, pero pasando una divertida tarde entre risas con su hermana".
Rarity volvió en sí, enmudecida con sus ojos bien abiertos que derramaban lágrimas, pero de manera más tranquila. Casi, casi, podría casi sentir esos ojos verdes oscuros de su hermana, mirarla con todo el amor, admiración y cariño, siempre enérgicos, mirándola ahora de la misma forma, para que no se dé por vencida.
-Sweetie…- murmuró cerrando los ojos y se le cayeran las lágrimas -. Por supuesto que no, querida. No me daré por vencida- se negó moviendo la cabeza para abrir los ojos y ver la sonrisa sospechosa de Zecora -. Fue tu bebida, ¿Cierto?
-Hace ver lo que tu corazón necesita y cura la tristeza que te hacía trizas. Para que haga efecto, debías estar un poco más tranquila- confesó y la unicornio sonrió con los labios temblantes para abrazarla.
-Gracias, lo olvidé por un momento.
-Dirás todo el santo día- rompió el momento la voz de Golden que cruzaba el cuarto con su expresión desinteresada mientras veía el ceño de Rarity mientras se separaba del abrazo -. ¿Ya podemos acercarnos sin que me den ganas de arrancarte los lagrimales?- la punzó con la mirada -. No me tientes con tu respuesta, porque puedo hacer que suceda.
-¿Dónde está, Bonbon? Quiero hablar con ella- exclamó Rarity mientras se secaba las lágrimas. Golden tiró un resoplido rodando los ojos entre su ceño.
-Agh, ¿Por qué todos prefieren hablar con Drops?
-Siempre será un misterio con tu hermosa personalidad- farfulló Bonbon con sarcasmo integrándose a ellas caminando no muy lejos de Golden.
-Tampoco eres un caramelo…- levantó una ceja mirando su Cutie Mark -…irónicamente.
-Veo que te sientes mejor- ignoró Bonbon el comentario de Golden para dirigirse a Rarity. -. Pues ya vendría ser hora sinceramente. Eres la única de las portadoras que está libre y quien tiene más conocimiento de lo que está sucediendo.
-No sé más de lo que ustedes saben- dijo ella pensativa.
-Esa unicornio que ahora se dice Flame, llegó el pueblo hace casi un mes con el nombre de Sunset Shimmer- exclamó Golden sin preámbulo -, y fue a ti a quien primero la reina presentó pero no fue un buen comienzo cuando le quitaste su horrible gorro. Permaneció aquí apenas un día hasta que se fue con ustedes a Canterlot. Parecía amiga de la reina pero no de ustedes- concluyó mientras Rarity se le había quedado mirando con un gesto de asombro pero a la vez, desconcertada.
-¿Nos has estado espiando?- preguntó para que Golden sonriera un poco.
-No te sientas especial. Espío a todos en el pueblo.
-¡¿Quién rayos eres?!- reclamó anonadada, mirando a esta pony que creyó conocer desde su llegada al pueblo hace más de un par de años.
-Olvídate de "Carrot Top". Mi nombre en realidad es Golden Harvest- se presentó para señalar a Bonbon con la cabeza -. Y ella es Sweetie Drops. Somos agentes especiales Anti Monstruos.
-Ex- aclaró Bonbon mirando a Golden, que rodó los ojos -. Exagentes especiales- suspiró mirando a Rarity -. Sin embargo viejas costumbres no se pueden olvidar tan fácilmente.
-En especial si toda tu vida giró entorno a ello- aclaró Golden la garganta -. Pero el punto es, que sabemos que esa unicornio estuvo aquí con otra identidad ganándose la confianza de la reina para al final terminar de robarse el cargo de gobernante.
-Eso no es en realidad lo que ocurrió- se apresuró Rarity en decir.
-Pues más vale empiezas a cantar- exclamó la pelinaranja para inclinarse peligrosamente sobre su rostro, que la obligó a retroceder con un gesto molesto -. ¿O quieres que te obligemos a entonar las notas?
-¡Por Celestia, Golden! Es una portadora, no una changeling- reclamó Bonbon y Golden sólo entrecerró más los ojos en desconfianza.
-¿Cómo estar seguras de eso?
-¡Basta de tus paranoias, no hay tiempo qué perder!- exclamó la terrestre crema impaciente para apartarla de Rarity y enfocarse en ella -. Rarity, tienes que explicarnos ya qué sucede realmente. El pueblo está destruido. Esa unicornio se retiró ya a propagar pavor. ¡Algo debe hacerse! No importa qué.
-¿Sin magia?- farfulló Golden con voz amarga a regañadientes mientras Rarity meditaba la situación.
-Llévenme al Árbol de la Armonía.
-¿El Árbol de qué?- coincidieron en preguntar ambas terrestres con un gesto.
Antes de que se perdiera la luz del sol en su totalidad, Bonbon, Golden y Rarity salieron de la casa de Zecora para trasladarse hacia la cueva donde se encontraba el Árbol de la Armonía.
En el camino, Rarity les contó lo que sabía, siendo cargada en el lomo de Bonbon, negándose a que sea Golden que la trasladara y más bien contaba la información a Bonbon, llevándose una torcedura de ojos de Harvest.
Cuando llegaron a la cueva, Bonbon y Golden no pudieron evitar mirar con asombro aquel árbol de cristal reluciente, con aquellas joyas incrustadas en las ramas, siendo la marca de la estrella de su centro que brillaba con una fuerte luz morada que iluminaba casi en totalidad toda la cueva.
El brillo de los elementos resplandecía fúlgido, destilando mucho más fuerte el elemento de Twilight en el símbolo de la estrella marcada en el árbol. Sin embargo, era notorio ver que su tronco, estaba cubierto de una negritud como la brea, en el que estaba hundido y agrietado los símbolos del sol y la luna.
-Esa noche, cuando apareció la neblina que cubrió toda Equestria- decía Rarity mientras las terrestes no dejaban de ver con presta atención cada parte del árbol –mis amigas y yo, vimos esa oscuridad recorrer desde abajo hacia arriba el Árbol de la Armonía- explicaba mirando el tronco con seriedad -. Al mismo tiempo que cubría el tronco, la Princesa Luna y Celestia, fallecieron- contó para recibir las miradas asombradas a la unicornio.
-¿Esa cosa mató a las Princesas?- interrogó Golden para volver su vista al tronco -. ¿Desde aquí?
-Suponemos que sí- asintió la unicornio con impotencia -. Esa oscuridad se iba a esparcir por todo el árbol, quien sabe cómo afectaría aquello en los elementos teniendo el árbol conexión con toda Equestria- suspiró -. Pero entonces, Twilight aceptó el cargo de reina y su elemento cubrió de brillo su símbolo de estrella marcado en el Árbol y retuvo la oscuridad- hizo una pequeña pausa, suavizando un ceño -. De alguna forma, esa magia repela que la oscura siga carcomiendo el árbol.
-¿Y eso qué tiene que ver con Flame?—preguntó Bonbon.
-Mucho si eso mató a las alicornios más longevas y poderosas- exclamó con impotencia -. Esto es otra amenaza de la que no sabemos cómo lidiar ¿Porque qué si el brillo se apaga y la oscuridad continúe devorando el Árbol? Si sacamos los elementos, eso igual condenará la vida del Árbol.
-Un momento- la paró Golden, mirando intrigada los elementos y su brillo mientras se acercaba más -. Cada una de ustedes tiene una conexión con los elementos y eso, ¿cierto?- se quiso asegurar.
-Sí- respondió suavizando un ceño.
-El elemento de la reina…está aún con brillo- cayó en cuenta para voltear a mirarla -. Aún existe la conexión del elemento con la reina, lo que quiere decir…- decía para que Rarity cayera en cuenta en algo tan obvio.
Entonces la unicornio expandió los ojos, abriendo la boca mientras se le formaba una gran sonrisa de alivio mientras volvía a vidriar sus ojos, en al fin una buena noticia.
-¡TWILIGHT ESTÁ CON VIDA!- chilló alzando lo más que pudo su voz entre su malestar, en algarabía.
-¡SSSHHHH!- la mandó a callar Golden corriendo hacia ella tapándole la boca con un fuerte ceño. -. ¡Cállate! ¡Esto no puede saberlo nadie! ¡No si no queremos que corra la voz y llegué a oídos de Flame!
-No puedo creerlo- jadeó Bonbon, impactada viendo fijamente el fuerte brillo del símbolo y el elemento de Twilight -. Si está viva… ¿Entonces dónde rayos está? ¿Qué hicieron con ella? ¡Sin ella no se pueden activar el resto de elementos! ¡Y es la última alicornio con vida! ¡La última con magia que puede hacer frente a esta amenaza! ¡Debemos encontrarla!
-Oh, Drops- saboreó Golden sonriéndose lentamente para entregarle una mirada suspicaz que le hizo ganar un brillo de sus ojos verdes. Bonbon tragó saliva, reconociendo esa mirada, pero le daba la razón mientras hablaba: -. Creo que tenemos una misión.
…
Para cuando oscureció, todos los familiares habían abandonado ya la mansión, no sin antes expresar que los aguardaba ansioso cuando llegaran por la mañana a sus casas, empezando a despedirse, incluyendo Cheese y Thunderlane.
-¡Adiós, amorcito!- había exclamado Thunderlane abrazando de lado a Applejack, quien apretó los dientes con un horrible sonrojo realmente avergonzada mirando con un ceño a sus amigas que no podían dejar de disfrutar tal acto de melosería, muriéndose de risa.
-¡Thunderlane!
-¡Ah, perdón!- exclamó inocente soltándola y preparándose -. ¿Tú quieres abrazarme a mí?
-JAJAJAJAJAJAJA- no tenían estómago las chicas para reírse, sintiendo Applejack que estallaría su cara de vergüenza pero con el corazón latiéndole fuerte contra su pecho.
-¡Sólo vete de una vez!- reclamó Applejack.
-Sé que me vas extrañar- exclamó Thunderlane tranquilo con una sonrisa para decir más relajado -. Hasta mañana, amor.
-…- enmudeció con un ceño manteniendo el sonrojo para mirar a un lado -. Ha-Hasta… mañana...- musitó tragándose el orgullo, aun con la mirada desviada, para sentir que una mejilla era besada rápidamente.
Ella entonces lo miró tocándose la mejilla besada y encontrarse con su mirada mientras le hacía de la mano en despedida caminando hacia la salida, riéndose de verle la cara ruborizada pero que empezaba a sonreír cálidamente, pero que por estarla viendo sin percatarse donde iba, se tropezó contra la pared de la entrada de la casa, recuperándose pronto del golpe como si nada y rió avergonzado como si nada para irse de una vez.
Applejack sólo pudo reírse conmovida por aquello, pero entonces frunció el ceño para voltearse y ver a todas sus amigas ahogándose aun de risa.
-¡¿Esto será a menudo?!- se quejó.
-¡No lo dudes, "amorcito"!- respondió Rainbow en bufa para carcajearse más fuerte y la rubia se rodara de ojos.
Sin Trixie en la mansión, fue algo incómodo el permanecer allí, más que nada con que sus padres se habían peleado, cada uno por su parte, en ansiedad de que Trixie volviera, lo que hacía sentir pena a los demás, siendo que Serverus las empezara a evitar, poniendo a total disposición las sirvientas para cualquier cosa o duda que necesitasen de la casa, igual sólo pasarían la noche ahí y ya se irían hasta antes del amanecer.
Se empezaban a comunicar con Devious y éste negó haberla encontrado, cosa que Applejack con frustración admitía que estaba diciendo la verdad.
Para esas alturas, la información que dieron en la rueda de prensa explotaba en las noticias, sin poder evitar encender el televisor o simplemente revisar en sus redes sociales la reacción de la gente y sus opiniones. Había uno que otro medio que daba un toque sensacionalista a la situación, mientras aquellos que se tomaban mucho más en serio, se mostraban muy objetivos al entregar la información, drenando un aspecto prioritariamente negativo, sabiendo que aquello era producto de la intervención de la Agencia para no cundir el pánico, más bien relajando la situación.
Aun había gente inconforme con lo que dijeron. Asustadas y escépticas. Otras simplemente no sabían qué pensar respecto al tema, pero había también personas expresando lo que tanto podría ocultar el mundo, metiendo la evolución, nueva especia humana y cosas más que las dejaba choqueantes, así como gente que adulaba sus acciones, siendo éstos prioritariamente jóvenes que llegaban hasta un rango de treinta años, lo que emocionaba a la vez que incomodaba, puesto que no dejaban de decir cosas como lo hermosas que se veían y que se volverían fan de ellas. A excepción de Rainbow Dash, que saltaba glorificándose el que empezara haber gente apreciando lo asombrosa que era.
Cuando ya creyeron tener suficiente y empezar hacer casi medianoche, cada quien buscó su cuarto.
Aunque no había dormido bien en todo este tiempo, Twilight estaba con los ojos completamente abiertos ya acostada en un cuarto de huéspedes.
Tenía demasiadas cosas en la cabeza. Pensando en su reino, en sus amigas, en sus súbditos, en qué nomás estuviera haciendo Flame, provocando que cerrará fuerte los ojos en impotencia, latiéndole el corazón muy angustiado. No dejaba de suspirar entre sus cejas curvadas, mirando fijamente el tumbado del cuarto, también incómoda de permanecer aquí con Trixie desaparecida, usando una bata de pijama de ella al no tener aun ropa disponisble suya, cosa que se ocuparía mañana
Aunque sabían que Trixie no corría peligro, no saber su paradero era angustioso, tanto por la preocupación que cernía en sus padres, como también que Trixie estuviese atrapada porque Zephyr asumió el control de su cuerpo, lo que le hacía cerrar los ojos en un suspiro, pensando que Trixie ahora no era tan diferente de Sunset Shimmer y Moon White, aunque Zephyr ha demostrado tener buenas intenciones, es un precio alto el que perdiera el control de su propio cuerpo. Necesitaban saber qué quería Zephyr. Por qué está en este mundo en primer lugar. Qué sabe de Flame.
Twilight lanzó un gruñido frustrado dándose vuelta a la cama para quedar bocabajo. Jamás podría descansar en su totalidad de nuevo, no hasta que solucione este desastre que ella provocó. Aun podía recordar la cara de Whooves cuando se encontró con ella y Moon White. No mencionó nada delante de nadie, y Twilight por un lado sintió alivio, puesto que ella aún no había revelado a los demás la existencia de la otra amenaza refugiada en Moon White.
Eran sus amigos, la querían y siempre la apoyaban. Pero temía mucho que las cosas que hizo Poison, las vinculara con Moon White, como lo había hecho Flash, que aun se mostraba reacio con Moon White, se podía notar en la forma que lo evitaba. Sabía que a Moon White no le importaba lo que él pensara, le daba sin cuidado, pero a ella no.
Twilight se sentó en la cama, mirando su reflejo frente al espejo de una peinadora, pudiendo verse sus ojos violetas tras se quitara los lentes de contacto, cosa que no podía decir lo mismo de su cabello ahora corto apenas tocando sus hombros, color magenta, y con un flequillo molesto que le caía a los ojos, en serio desconociéndose. Sacudió la cabeza mientras apartaba las sábanas de encima para caminar hacia el balcón que tenía el cuarto. Necesitaba aire.
Abrió las puertas de cristal y recibió respirando hondo toda la brisa entrando al cuarto. Cerró los ojos un momento para disfrutar de ella, levantándose una pequeña sonrisa, para mirar el panorama del patio trasero de la mansión, empezando a caminar hacia el borde, contemplando el jardín, una cancha de tenis y más a un lado la piscina, la cual quedó mirando entretenida de ver que el fondo parecía tener luces, lo que hacía el agua se viera brillante, como si fuera algún tipo de poción mágico que se enfriaba en su caldero. Suspiró melancólica, pensando con mucha frustración doliéndole el estómago, cuánto tiempo estaría aquí estancada. Pero entonces suavizó un ceño, al reconocer una figura que estaba sobre una de las sillas alargadas que descansaban al borde de la piscina, y por una razón, su corazón empezó a latir de manera diferente, dándole un presentimiento de quién podría ser.
Llegar hasta la piscina le tardó unos minutos, siendo la casa enorme y ni se diga su patio con divisiones, que cuando ella empezó a acercarse a la entrada de la piscina, pudo sentir que habría valido la pena, puesto que su corazón no le había fallado.
Ahí sentado con la mirada perdida hacia el agua que se movía de la piscina, estaba Moon White, usando una pijama forzadamente prestada de Serverus.
-Tampoco puedes dormir, ¿eh?- exclamó ella con una sonrisa.
Su voz despertó el ensimismamiento de Moon White, respingando un poco para mover su cabeza a un lado y verla acercarse para seguido, sentarse a la silla alargada de al lado de la suya, junto con un suspiro.
-No deberías estar aquí- acusó él con un ceño.
-Pues tú tampoco- observó ella tranquila.
-Me refiero que deberías en serio intentar dormir.
-¿Y crees que tú no?- preguntó mirando el ceño que él mantenía dibujado.
-Necesitas dormir- aclaró con suspiro para relajarse -. Lo mereces.
-Y tú también. Y estás aquí.
-¿Por qué siempre me tienes que contradecir, Twilight?- preguntó molesto pero también sazonado con un tono de preocupación y frustración viéndola aun despierta -. ¿No puedes hacerme caso al menos una vez? ¿Te mataría intentarlo?
-…- se lo quedó mirando fijamente -. ¿Qué has estado pensando para que te pongas defensivo?
-No estoy defensivo- aclaró con voz muy clara pero neutra entre su rostro tenso, sintiendo que se acumulaba esa frustración al ver el rostro de Twilight tranquila, esperando una verdadera respuesta -. ¡Twilight, no lo estoy!
-¿En serio, Moon White?- preguntó paciente al ver que empezaba a ponerse terco. Suspiró sacudiendo la cabeza -. No te culpo si no puedes dormir. Yo tampoco puedo dejar de pensar sobre todo. Todo- enfatizó con frustración para acomodarse mejor en su asiento.
Moon White mantuvo su ceño, manteniéndole la mirada, muy contrariado hasta suspirar también y echarse al espaldar de la silla, mirando el cielo nocturno, compartiendo por un momento el silencio, tratando de poner en orden su humor y pensamientos, que casi parecían sellarse los labios. Twilight esperó paciente a que él mismo se calmara, mientras ella también trataba de que la angustia que le presionaba el pecho la dejara pensar.
-Lo siento- dijo Moon White finalmente con un mejor tono de voz al cabo de un rato. -. Soy un asco. Deberías dejarme plantado esperando el fondo de la piscina- agregó pasando su mirada hacia ella con una sonrisa simpática que hizo dar una corta risa a Twilight . -. En serio lo siento.
-Lo sé- suspiró con una sonrisa, para también pasar su mirada en la de él, lo que le hizo levantar más la comisura de sus labios, quedándoselo viendo, entretenida. -. Es bueno volver a ver tu verdadero color de ojos- comentó sonriente, contemplando los ojos grises frente suyo.
-Ah, sí- exclamó sintiéndose repentinamente expuesto sin saber dónde mirar -. Lo mismo digo- exclamó para escuchar otra risa de Twilight, que se quedaba sumida en sus propios pensamientos, deshaciendo la sonrisa.
-Jamás imaginé, que el destino nos depararía esto- comentó pestañeando lento, empezando a perder su vista al vacío. Moon White suavizó un ceño ante su comentario.
-Hablas de destinos…como si estos fueran predecibles- expresó mostrando una inevitable contrariedad que hizo a Twilight regresar en sí para escucharlo mejor -. Tus amigas dijeron que Zephyr expresó que el futuro se forma con las decisiones del presente, que se vuelve pasado….- movió su cabeza a un lado para recién compartirle una mirada, viendo sus cejas entre un suave ceño con sus ojos bien atentos a él -…dime tú, ¿Cómo eso encaja conmigo, si mi destino está encadenado con el de otro?- apenas lo preguntó, sacudió con la cabeza con molestia -. No sólo yo sino…sino Sunset- suspiró cerrando los ojos y haciendo puños las manos, endureciendo sus expresiones con rabia, pero a la vez una gran impotencia, recordando cómo desde algún rincón de su mente, podía reconocer el cuerpo de Sunset Shimmer frente a él, en su forma humana, pero a la vez, siendo completamente diferente, en una versión más exagerada de la petulancia y egoísmo que conoció en ella.
*Flashback*
-¡Esta noche la suerte estará de nuestro lado! ¡Lograremos hacer el hechizo para impresionar a los jueces y entrar a la escuela! ¡Puedo sentirlo!- decía una potrilla dorada, de melena ondulada roja y dorada, caminando muy enérgica con un trote distinguido, muy firme y elegante como solía caminar mientras terminaban de subir al despejado pasillo del edificio del curso intensivo de magia al que iba.
-Todos los días dices eso desde que pedimos "prestado" el hechizo- comentó un poco incomodado un potrillo blanco de melena negra y ojos grises, que intentaba erguirse para nivelar frustrado su altura con el de ella, que se veía más bajo de la que de por sí ya era, a comparación de la yegua, aunque inútil. Resopló rendido con una sonrisa viendo el tan bonito caminar que tenía su amiga -. Y Sunny, estás caminando de nuevo como bailarina de un desfile.
-¿Envidia?- bromeó con una amplia sonrisa de lado con una mirada divertida pero a la vez ladina, acompañando el compás de su grácil andar con un movimiento de cabeza que hizo bailar su melena ondulada.
-Oh, sí, créeme. Me muero por lucir así de presumido y afeminado- contestó con sarcasmo rodando los ojos con diversión para detener su andar al igual que Sunset cuando en el sentido contrario girando la esquina de otro pasillo, venía un trío de compañeros que solían burlarse de ellos.
Pero ya era muy tarde, pues ya los vieron, cosa que Moon White vio enseguida a Sunset, que ya tenía un ceño bien concentrado mirando con desprecio a esos potrillos que aprovechaban cualquier momento de molestarlos por declararse futura princesa alicornio y él por el simple hecho de juntarse con alguien como ella, cosa que le restaba puntos de popularidad también.
-Rayos…- se quejó Moon White a lo bajo dándose la vuelta para evitarlos, a la vez que el cuerpo de Sunset resplandecía de su magia gris, obligándola a voltear con él.
-¡Oye!- se quejó mientras se desprendía la magia del unicornio blanco de ella y él la incitaba a caminar.
-Sunny, por favor- le dijo Moon White entre su andar escuchando "¿A dónde creen que van?" de unos de los molestosos pero continuó hablando -. Estás de buen humor, ¿cierto? Sólo ignóralos y ya. Déjamelo a mí.
-¡Pero si tú nunca les dices nada!- se quejó -. ¡No desde que te regañaron tus padres por atacar a ese terrestre en el último Nightmare Night que me molestó! Siempre te quedas callado. ¡Como si te resbalara! ¡Yo no soy así! ¡Puedo defenderme!
-Papá dice que no debo rebajarme a su nivel. No es de caballeros. Tú tampoco deberías. ¡Son unos tontos! Y tú no eres tonta.
-¡Claro que no! Pero alguien debe ponerles en su lugar.
-¿Y qué obtienes a cambio? ¡Suspensión! Y das el gusto de que consiguen fastidiarte. No puedes ser suspendida ahora. Estamos a poco de terminar este nivel del curso y después tendrás que repetirlo.
-Pues no tengo latosos papás como tú que me digan qué hacer ni preocupar.
-Pero me tienes a mí y me preocupo por ti, por favor, escúchame y no les hagas nada. Prométemelo, Sunny- suplicó en serio preocupado de la idea que estuviera un nivel menos que él debido a su temperamento que la había metido en líos principalmente por los bravucones. Sunset lo quedó mirando apretando los dientes, lanzando un gruñido.
-Agh. Bien. Lo prometo- dijo con mala resignación mirando a un lado mientras el trío terminaba de acercarse, pasándolos de largo para ponerse enfrente de ellos y atajarlos.
-¡Pero si es el dúo inseparable! Don Nadie y Doña Petulancia- se burló uno.
-Oye, Sunset, dime que usar para el día de tu coronación como la más tonta que se cree Princesa- agregó otro hacia la unicornio para corear en risas los tres.
Sunset estaba petrificada, mirándolos con odio, resistiéndose, pero Moon White sabía que esa paciencia no le duraría para siempre e intervino como pudo:
-Bah. Es demasiado temprano como para que me hagan devolver la avena que comí en el descanso- comentó Moon White para darse la vuelta con desinterés -. Ahí se ven. Vamos, Sunny.
-¿Sunny?- preguntó otro del trío de unicornios en bufa -. Aaawww. Pero si le tiene hasta apodo a su mascota- bufó en risas, lo que hizo molestar más no sólo a Sunset, sino a Moon White, que tomó aire para mantenerse sin romper su postura y les dio la cara.
-Basta, es mi amiga. No un…perro- dijo con molestia -. Y es una falta de respeto dirigirse así a una yegua ¿O querrán irse al Tártaro?- quiso reprenderlos, pero aquello hizo que el trío brotaran más en carcajadas.
-¡Qué ridículo! ¿Irnos al Tártaro por meternos con una yegua? ¡¿Quién te dijo eso?!
-Mi padre- contestó con seriedad -. Y en serio, basta de molestarnos. Es de cobardes.
-¡¿Cómo nos dijiste?!- reclamó uno frunciendo el ceño para darle un empujón sobre su pecho que él se resistió mientras le hablaba. -. ¿Te crees el dueño de esa mascota? ¿Eh? ¿Quieres defender a tu perro bravo?- siguió bufando -¿Cómo va la amaestrada? ¿O te sigue mordiendo el casco?
-¡Parece que bien porque mira! ¡Ni ha dicho nada!- dijo el otro mirando la callada pero molesta cara de Sunset, solo para que ella resplandeciera de purpura, color de la magia de uno de ellos, y la arrastrara de súbito hacia ellos.
-¡Oye!- reclamó Sunset con voz cargada retenida para ser agarrada por el que la arrastró hasta él, sin poder articular palabra por el hechizo de petrificación en ella.
-¡Suéltala!- bramó Moon White enfurecido, pues ya se estaban propasando con lo físico y se hizo hacia adelante, sólo para ser retenido por los otros dos unicornios.
-Tan bonita pero tan bravita- le dijo el unicornio entre las risas de los otros dos mientras le picaba la cara con su casco a Sunset que petrificada con el hechizo, no podía hacer nada para zafarse, soportando la humillación con odio. -. Si te portaras bien alguien al fin te querría. Pero sólo terminarás siendo una ridícula cara bonita que no le llega ni a la tierra que pisa los cascos de la Princesa Celestia. Nunca serás una alicornio, torpe engreída- terminó por decir para soltarla de golpe de su magia y cayera al suelo, lo que rompió por completo su paciencia.
Pero más la de otro.
El trío de potrillos se estaban carcajeando de risa cuando de repente, se quedaron petrificados, no sólo el ver la enfurecida mueca de Moon White, completamente amargado y colérico que exhalaba aire pesado entre sus dientes con su cuerno iluminado, habiendo usado su magia para congelarlos y no se muevan, reteniéndolos a su merced, en karma. Sunset al verlos sin poder moverse, retuvo cualquier intención de intervenir y se volteó para ver intrigada la reacción de Moon White.
-¡¿Tú qué sabes?!- reclamó él mirando preso de la furia -. ¡Sólo eres una basura que no sabe apreciar el potencial de alguien que es mil veces mejor que tú!- rugió él moviendo su cabeza a un lado y con fuerza, la movió hacia la izquierda, lo que provocó que los tres unicornios fueran levitados y aventados contra la pared en un golpe seco -. ¡Ella ya es lo suficientemente querida, por mí! ¡No está sola como antes! ¡Jamás lo estará! ¡Porque me tiene a mí! ¡No vuelvan a molestarla, jamás! - bramó para seguido presionar la magia de su cuerno para que el trío sean aventados a lo largo del pasillo, haciéndolos aterrizar entre rebotes y arrastre, dándose fuertes golpes por el violento aterrizaje -. ¡Si me delatan, los voy hacer estallar! ¡Este Don Nadie sabe más hechizo de lo que creen así no se metan conmigo!- amenazó mientras tiraba chispas desde su cuerno que reventaban en pequeños explosivos de advertencia.
Los demás alzaron las cabezas, asustados de ver el más sereno y tranquilo, perder de esa forma el control, limitándose a erguirse todos lo más rápido que podían para salir de allí.
Por su lado, Moon White aun concentraba su ceño con su respiración agitada del coraje, pero al ver las caras de los potrillos y su huida, lo hizo caer en cuenta de lo que hizo, perdiendo la expresión dura, ahora curvando sus cejas, desconociéndose y lo arrastrara una marea de culpa, llevándose ambos cascos a la cabeza, con un horrible remordimiento pensando en que había fallado a su palabra de no contestar ni pelear y se tomaba en serio sus promesas, pudiendo torturarse hasta ahora la cara de decepción de sus padres.
Pero entonces unos cascos lo rodearon con fuerza. Moon White respingó un poco, sorprendido del repentino abrazo que Sunset le estaba dando.
-Tienes razón- escuchó la voz de Sunset suavizada, casi como si fuese una acaricia -. Soy lo suficientemente querida, si lo haces tú. No necesito a nadie más- concluyó para abrazarlo más fuerte.
Moon White sintió un profundo alivio con aquel abrazo, sintiendo pesado el corazón mientras sonreía con mucha alegría, envolviéndola también con sus cascos, sintiendo que habría valido la pena intimidar a esos potrillos, si hiciera feliz a esa unicornio".
-¿Moon White?- lo llamó Twilight al ver cómo se calló y mantenía esa pose como si luchaba internamente con él.
-Todo este tiempo…- empezó a decir él -…todo lo que ella hizo y era…ahora tiene sentido. Nosotros nos atraíamos hacia sí desde potrillos, por la inevitable conexión de esas almas. Porque de alguna forma…no concebía apartarme de su lado y ella, de entre todos los potrillos que repelaba, sólo a mí permitió que me involucrara en su vida- la miró a los ojos, encontrándose éstos completamente reflexivos -. Teníamos demasiado fuerte, uniéndonos, nuestros destinos. No como lo quisimos, siendo ella Princesa y yo hechicero, sino al de ellos, y se ha estado cumpliendo los suyos mientras Sunset y yo nos perdimos en nosotros mismos, en nuestros propios demonios que ellos nos provocó. Me hizo odiarla y ahora ese odio ya no tiene sentido- negó con la cabeza con un gesto taciturno -. No fui lo suficientemente fuerte antes…- se renegó con molestia a sí mismo-…siempre he sido tan…necio y eso sólo me da debilidad. ¡Si en serio fuera alguien fuerte, no habría dejado que él surgiera y nada de esto habría pasado!- se dejó llevar en decir con frustración.
-¿Estás loco?- replicó ella con un ceño -. Sé lo que te pasó ese día. El día en que perdiste el control. Estabas…estabas decaído- decía con un inevitable peso en el corazón, viendo cómo él la miraba enseguida con una expresión más atenta –decaído por cómo terminó lo que habría sido una hermosa primera cita. Por…haberme perdido- dijo con mucho pesar -. Y… y abusaste de tu magia. Tu diagnóstico no fue nada bueno y como cualquiera te quebraste. Después de tanto aguantar todos estos años, por una vez en tu vida, en serio te diste por vencido y te quebraste y eso…eso él desafortunadamente lo aprovechó. Pero esta vez no sucederá. No te vas quebrar- aseguró con determinación para erguirse de la silla y acercarse más -. No sucederá, porque estoy aquí, viéndote en pie pese todo lo que pasaste. Sunset se dominó por Flame desde potrilla y eso manipuló lo que ella realmente quería para sí misma, por cumplir el caprichoso destino que quería Flame en esta vida. Pero tú…- dijo ablandando su rostro, contemplándolo con cariño -…por alguna razón, jamás te dejaste de su persuasión hacia la oscuridad. Tal vez tengan algunas cosas minúsculas pero insignificantes que comparten como gestos pero…- negó con la cabeza, elevando una sincera sonrisa -…no sé si fue tu crianza, tu propia fuerza que guarda el alma que eres, ¡Por Celestia!- rió un poco, dejándolo sin saber cómo reaccionar ante lo que decía -. ¡Hasta tu propia terquedad te habrá salvado! Pero has sido capaz de ser más fiel y firme a ti mismo, de lo que a él quiso hacerte…- lo contempló con una expresión de orgullo y cariño -. Eres el corcel más fuerte que he conocido y que jamás conoceré.
Moon White tan sólo pudo contemplarla mientras una presión cálida parecía apretar su corazón, lastimándolo pero a la vez, complaciéndolo de una infinita dicha. Por alguna misteriosa razón para él, Twilight era el único ser que podía tomarle por completa seguridad sus palabras, rompiéndole escepticismos con el que se había terminado forma su personalidad y carácter.
Tal vez tenía razón, aunque nunca se sintió tan fuerte, más bien al contrario, débil por lo limitante que lo dejó su rara condición en su magia. Pero con ella, sentía real esa fuerza que tenía, porque era su mayor motivación para alimentarla, aunque en el fondo, le torturaba eso.
Él no le dijo nada, simplemente le tomó una mano con ambas suyas y le plantó un beso, haciendo que Twilight recibiera aquella reacción a sus palabras, como un sutil "gracias", que le hizo hinchar el corazón que parecía ocupar todo su pecho, mientras se compartían una mirada y una sonrisa de puro aliento y motivación en apoyo, entre la clara luz de las estrella de esa noche.
Pero ellos no eran los únicos que no podían conciliar el sueño.
El cuarto de Trixie fue irrumpido cuando Serverus encendió la luz e ingresó, sólo para sobresaltarse un poco cuando encontró a Magical sentada a orilla de la cama de su hija. Ambos se miraron en reacción, sólo para volver a evadir la mirada.
Magical se había quedado esa noche en la mansión. Podría fácilmente ahorrarse la incomodidad de pasar una noche bajo ese techo donde fracasó su matrimonio, peor estando casada y no sentía correcto pasar la noche en casa de su ex, pero tenía un presentimiento presionándole el pecho sobre Trixie que la anclaba. "Me quedaré esta noche si no te molesta" le había dicho secamente y sin más a Serverus, que aunque puso mala cara, no se negó. Por alguna razón, él también tenía un presentimiento y si algo sucedería…sentía que mejor ella estuviese cerca o se estrellaría camino a acá por la desesperación.
-Creí que estaba vacía- se limitó en decir él con frialdad refiriéndose a la habitación.
-Y lo está- exclamó Magical con voz fina, aun así sin mirarlo, solo deslizando su vista hacia el lugar -. Lo está sin ella- agregó para cerrar los ojos con un resoplido y finalmente mirarlo con desgano -. En serio no quiero retroceder.
-¿Eh?
-No quiero volver a discutir contigo por trixie.
-Claro, tiene que desaparecer de nuevo para que tú…- sacaba en cara pero ella empezó agitar la cabeza, mirándolo con ojos suplicantes que en serio parara.
Serverus se detuvo al verla a los ojos. Esos ojos rosas oscuros, que Trixie había heredado. Él entonces calló ahorrándose otra discusión.
-Iba a ver si podría conciliar el sueño aquí- exclamó ella para romper el incómodo silencio.
-Yo también- sorprendió ese comentario a Magical, que lo miró con mejor detenimiento y curiosidad a Serverus, viéndose muy contrariado, no muy diferente de ella. -. Lamento lo de esta tarde- se disculpó como quien no quiere la cosa. Magical suspiró con un pestañeo lento.
-Yo tam…- decía pero entonces un ruido en el balcón los agitó a ambos.
Tanto Serverus como Magical se lanzaron una mirada rápida, como cerciorándose si el corazón les latía con repentino desbocamiento con aquel presentimiento más fuerte. Entonces ambos se aceleraron hacia el balcón enseguida, sólo para aumentar su carrera cuando reconocieron la figura de Trixie cruzando apenas dentro del cuarto.
-¡Trixie!- gritó su madre profundamente aliviada abrazándola de golpe y como deja vu, volverla a besar por toda la cara -. ¡Mi bebé! ¡No me espantes así!- reclamaba llorosa para sentir que Serverus la reclamaba y la abrazaba también.
-Beatrix- se limitó en decir, tan poco expresivo como siempre pero el abrazo que la fundía decía todo, cerrando los ojos en un alivio, pero entonces sintió que algo no iba bien.
Algo diferente sentía. Un…vacío. Además, ella no devolvía el abrazo. Fue entonces que él la apartó enseguida entre un ceño confundido, sólo para que él y Magical se percataran recién.
Sus hermosos ojos rosas oscuros, no estaban, siendo reemplazos por unos angustiados ojos color celeste claro.
-Lo siento…- balbuceó Zephyr, contemplando con mucha pena la confusión de ambos padres -. No…no soy Trixie. No está ahora- exclamó, pudiendo ver el infierno desatados en los ojos que la miraban.
Ambos quedaron enmudecidos, con los ojos pegados sobre quien parecía ser su hija, usando su vestido azul, su peinado a un lado, su vincha de estrella, pero no se sentía como ella, recordando que Trixie, había aceptado que algo entrara en su cuerpo.
Y aquello, nubló la vista de Serverus.
-Devuélvemela- exigió Serverus con una mirada severa y dura con su voz profunda. Zephyr lo miró no pudiendo más que encorvarse con sus cejas curvadas, mostrándose impotente.
-Lo siento, yo…
-¡Dije que me la devuelvas!- rugió colérico apretándola con agresividad de los brazos para empezarla a zamarrear -. ¡Devuélveme a mi hija, AHORA!- elevó a varias octavas su voz mientras Zephyr sólo podía dejarse sacudir agresiva por un padre desesperado.
...
¡Uf! ¡Hasta que al fin pude! xD Espero que la espera no haya sido en vano. Me divertí escribiendo este capítulo xD las cosas se van cada vez a aclarar.
¿Qué tiene por decir Zephyr?
¿Cómo será para las chicas lidiar en la sociedad?
¿Qué será lo siguiente que hará Flame?
¿Qué tendrán en cascos Golden y Bonbon ponies?
¿Qué cosas descubrirá Moon White?
¿Por qué hago tantas preguntas? XD
So, gracias por leer, dejen review y...
¡Sunny Honey, fuera!