Lo Que Somos Ahora
Chapter 39: Dos Mundos
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Todas las chicas y sus familias se encontraban en la espaciosa sala dentro de la mansión de Los Lulamoon, que los ánimos de mirar los detalles de la refina y elefancia decoración e infraestructura se hizo omisa, por empezar a reclamar respuestas desde el día en que desaparecieron.
Explicar a dónde habían estado fue algo en la que debieron omitir ciertas cosas, pero en sí, hablando con la verdad. ¿Por qué?
-¡Yo no pienso mentir y fin de la discusión!- había dicho Applejack con terquedad cruzándose de brazos y mirando a un lado con un ceño en seriedad con sus labios sutilmente abultados.
-Ella nunca miente- había resumido Rarity con pesada resignación a Devious en aquella reunión que tuvieron.
-Nunca miente porque es una pésima mentirosa- comentó Rainbow Dash empezando a reir -. ¿Quieren que cuente la historia de cómo llevó a toda su familia al hospital por mentirosa?
-¡No hay tiempo para eso!- interrumpió la vaquera rompiendo su pose para fulminar con la mirada a Dash -. Y se supone que lo que se cuenta en "Verdad o Reto", se quede allí- recordó con reproche mientras Rainbow se sonreía con una pequeña risa en burla, pues fue la que más hizo chistes en esa pijamada tras esa revelación de su amiga.
"Temíamos ser tratadas como fenómenos por gente indeseable" fue la principal razón por la que dijeron que se escondieron estas últimas semanas, contando lo ocurrido cuando vieron a Cherry, Applejack y Mistery a un lado de la escuela con su transformación, así que aquella parte tenía sentido, no era mentira y era aclarado.
-¿Pero dónde estaban?- preguntó Igneous Rock, el padre de Pinkie, provocando que ella, que estaba sentada entre Limestone y Marble, se levante de súbito y aspirara con fuerza para empezar a hablar enérgica y con rapidez.
-¡Unas amigas nos ayudaron a ocultarnos en un escondite súper secreto ¡No, no! Súper súper secreto, ¡Qué digo! súper súper súper secreto que como tiene tres "súper", no podemos decirlo porque entonces no sería súper súper súper secreto y ya sabes lo que digo. Con cerrojo sino arrojo un pastelito a mi ojo- recitó para aventarse un cupcake sobre el rostro.
-Tiene lógica para mí- comentó Maud con su serenidad natural mirando a su padre, sentada al lado de él.
-¡Pues para mí también!- bramó Limestone Pie levantándose de súbito del mueble, que con la reacción de su hermana, Marble hizo caer más su cabello largo y lacio enfrente con un gesto intimidado por su grito. -. ¡No culpo si se fueron a esconder! ¡Nosotras vimos como sus "amigos" hablaban cosas desagradables de ellas!- gruñó con rabia y miró a Marble, haciéndola respingar al estar bajo su asertiva e intensa mirada -. ¡¿No es verdad?!
-Ah…uhuumm…- balbuceó la menor asintiendo aceleradamente hundiéndose en su asiento viéndose solo un ojo de su rostro.
-Nunca me había enojado tanto- expresó Maud con su expresión inmutable, lo que hizo a Pinkie volver a aspirar con fuerza, impresionada agrandando sus ojos.
-¡Tranquila, Maud, tampoco te pongas así! ¡Cálmate! ¡Alguien le dé agua!- chilló sacando un vaso de agua de su cabello y se lo pasó. Maud se lo tomó despacio para pestañear con lentitud, igual de inmutable -. Uufff. Así está mejor- suspiró Pinkie aliviada.
-Ellos estaban asustados…-dijo Mistery entre sus padres con sus cejas encorvadas encogiéndose un poco sintiendo un brazo de su madre sobre sus hombros -…y en parte también lo estaba…así que no los culpo…
-Pero…- aclaró la garganta la madre de Fluttershy con una expresión muy angustiada con una forzada sonrisa -…¿Qué…por qué…?- preguntaba para mejor enfocar la mirada hacia su propia hija, de pie cerca del mueble del que estaba sentada junto a su esposo que también pasaba una mirada a ella -. ¿Qué…qué te pasó, Fluttershy?
-¿Qué sucedió anoche? ¿Qué pasó con ustedes para que…hagan lo que pueden hacer…?- preguntó el padre de Cherry consternado.
Un minúsculo silencio cubrió el ambiente, viendo ellas las miradas intrigadas como preocupadas de su familia.
Entonces Trixie sonrió mirando a su madre, sentada en un mueble individual.
-Magia. Eso fue lo que sucedió- contestó Trixie, -. Nosotras tenemos habilidades mágicas- agregó para que su madre la mirara con mayor atención, empezando de a poco levantar una lenta sonrisa.
-Eso explica todo para mí ¿Quieren dulce?- exclamó ella para aplaudir dos veces y mover las manos entre sí y al abrirlas hacer aparecer un caramelo para lanzárselo a Trixie, su truco favorito de niña, agarrándolo al aire ella, pero no sólo apareció uno sino varios, que Magical fue lanzando de prisa en cada chica que reaccionaban enseguida para agarrar los dulces, mientras los adultos solo miraban sin saber cómo reaccionar.
Serverus torció los ojos aspirando una bocanada de aire mirando a un lado, contrariado, para volver su mirada a Magical.
-¿En serio? ¿Eso explica todo para ti? ¿Magia?- refutó él con seriedad y ella no le dio la mirada, solo sonrió más.
-Sabes que yo me entiendo diferente- le contestó tranquila.
-¿De qué están hablando? ¿Qué magia? ¡Tonterías!- sacudió la cabeza la abuela Smith entre el murmullo del resto que empezaba alzarse, a lo que Magical se levantó del mueble para ponerse en medio de la sala empezando a aplaudir.
-¡¿Me prestan atención damas y caballeros?!- exclamó Magical interrumpiendo el conjunto de voces que se iban mezclando, enfocando su mirada en ella. La mujer entonces expandió una espléndida sonrisa con mirada audaz para mostrar otro caramelo entre sus manos -. Lo que creemos ver, sentir y oír, son maniobras que nuestra mente ha creado- explicó para cerrar las dos palmas y con un movimiento ágil y elegante de manos, abrirlas frente a todos, desapareciendo el caramelo -. Las cosas no son en realidad como se las ves y nos han hecho creer- sonrió para voltear la mano y enseñar que no tenía el dulce, solo para toser y hacerlo saltar como si lo expulsó de su boca, atrapándolo en el aire con todas las miradas realmente contrariadas, enredadas en reacción mientras Serverus sentía una inevitable vergüenza de oír ese discurso y comportamiento -. Sino que estamos viendo una ilusión. Todos nosotros solo somos energía, podemos si nos concentramos, conectarnos con un hilo sensorial con las cosas y las personas, que cuando puedas sentir esa conexión de las energías ¡Una ilusión verdaderamente extraordinaria manejarás!- rió para decir emocionada hacia el resto de adultos, aun escépticos -. ¿No entienden? ¡Nuestra realidad es toda magia! No dudo de la conexión con las energías que nuestras hijas encontraron y les haya permitido ir más allá de lo que nosotros podemos hacer o ver. Así que abran su mente. El sinnúmero de posibilidades de las conexiones. Nuestras chicas son las mismas, solo que lograron una conexión de una gran energía con la suya que como profesional de la ilusión, admito envidiar mucho- concluyó con una enorme sonrisa y llevar el caramelo a su boca y saborearlo, para ver las ensimismadas miradas de los demás.
Algunos empezando a resignarse que de alguna forma, que los disparates de esa mujer podrían tener sentido con los disparates de lo que fueron testigos esta noche. Incluso Serverus calló, aun debatiente, pero resignándose a ese argumento que más de una vez, fue motivo de peleas su excéntrica forma de visualizar el mundo.
-Debemos usar lo que dijo ella en la rueda de prensa- rompió el silencio Rarity hacia sus amigas, siendo abrazada por Sweetie Belle.
-¿Qué rayos es tu mamá?- preguntó Rainbow hacia Trixie, quien sonrió orgullosa mirando de vuelta a su madre.
-Es la Increíble y Misteriosa Magical Smile. Una gran ilusionista.
Tras la intervención de Magical, las chicas se dedicaron a dar una misma explicación que darían en la rueda de prensa que facilitarían en las próximas horas, la cual ya Devious había movilizado a los agentes que trabajaban codo a codo con la propia alcaldesa de la ciudad, quien conduciría la rueda de prensa con la condición de primero hablar con aquellas chicas antes de autorizarla tras una larga charla con su gente.
Así que las jóvenes sólo pudieron ver los rostros de sus familiares que procesaban la situación que se vieron involucradas sus hijas, habiéndose llevado un buen halón de orejas Bicmac, Applebloom y la propia Applejack por la abuela Smith por haberles ocultado semejante cosa.
-¡Me mentiste, Applejack!- acusó la mujer mayor con reproche mientras los otros adultos hablaban a la vez con sus hijas.
-¡No, no lo hice! Sólo…- suspiró la rubia mirando a un lado -…te lo oculté.
-¡¿Por qué?! ¿Creen que soy demasiado vieja para manejar la situación?- acusó a sus tres nietos, que aun se sobaban la oreja.
-¡No, no, no!- negaron los hermanos enseguida.
-¿Debo recordarles quienes es el que manda y maneja la granja?- interrogó y los tres suspiraron en conjunto.
-Tú, abuela- corearon.
-¡Así es! ¡Así que puedo lidiar con cualquier situación que se me ponga enfrente!- se descargó para suspirar -. Lo…importante es que estás bien…- dijo para curvar sus cejas -. ¿Cierto?
-Sí, sí, claro que sí- se apresuró en contestar Applejack acuclillándose donde ella estaba sentada para tomarle las manos y darle una sonrisa -. Todo ahora está bien- calmó acariciando sus manos viendo la sonrisa que se levantaba en su abuela.
Entre ello, Bicmac levantó la mirada hacia cierta dirección, y como si estuviesen conectados, recibió enseguida una misma mirada de la persona a quien miró.
Su ex.
Lyra le esbozó una sonrisa, cosa que él aceptó como una aprobación para moverse dejando un momento a su familia, cosa que Lyra dijo algo a sus tíos para moverse también en su encuentro. Cierta tensión cubrió repentinamente el ambiente, al menos para ellos, puesto que la última vez que se hablaron, Lyra había terminado con él y ambos quedaron…muy extraños entre sí.
-Hola, Bicmac- saludó ella tratando de mantenerse serena.
-Lyra- exclamó un tanto incomodado pero a la vez feliz de verla -. Yo…me alegro que hayas regresado, estés bien, y puedas estar con tu familia de nuevo.
-Gracias- asintió con una sonrisa -. Yo lamento lo que tuviste que pasar. Preocupado por tu hermana. Sé lo unidos que son y…debió ser horrible.
-Lo fue- asintió también -. Pero pude tener mucho apoyo.
-¿De tu familia?- interrogó, mirando como los ojos verdes de Bicmac la miraban, solo para desviarla por un segundo tras de ella y volverla a mirar.
Aquello hizo que Lyra sospechara y se dio la vuelta, encontrando a cierta distancia, a la familia Pie, entre ellos a Marble.
-Ooh- tragó con fuerza saliva mirando de vuelta a Bicmac -. Tu familia y Los Pie, cierto. Son unidos y debieron estar compartiendo la misma frustración, ¿no? Cada uno con un miembro de la familia desaparecido en las mismas circunstancias- decía entrando en cierta incomodidad. Entonces tomó aire -. Marble es muy linda y se ve genial, Bicmac. Va ser afortunada si pusiste el ojo en ella.
-Lyra, no…
-Los vi en el baile- le interrumpió sin borrar la sonrisa -. Vi cómo se miraban. Es obvio- agregó -. Eres un gran chico. Sin duda la harás feliz. Yo…- tiró una risa nerviosa para amortiguar la incomodidad -…Ya ni sé por qué comento esto…
-Tú también eres una gran chica, Lyra- se limitó en decir Bicmac con una sonrisa. Ella parpadeó con un suspiro, asintiendo, colocándose mechones de su cabello tras su oreja.
-Aun así…- dijo para levantar una comisura de su labio -…estoy feliz, incómodamente feliz- admitió soltando una risa que salió en tic –…que puedas seguir adelante en…ese aspecto de tu vida.
-No creo por ahora…- admitió con un suspiro -…me voy a la universidad en pocas semanas…- comentó -. Y no sé si ella…
-Sólo sigue siendo su amigo- le interrumpió con una mejor sonrisa y le guiñó el ojo – y mira qué pasa- aconsejó y Bicmac solo sonrió calmadamente, junto con ella, para volver a quedarse mudos, restregando sus manos a un lado de sus piernas.
-…
-…
-Esto sigue siendo incómodo- admitió y Lyra tiró una risa, cosa que provocó en él también.
-Je. Lo es. Mejor me voy- comentó menguando la risa -. Gracias por tus palabras.
-Lo mismo- respondió mejorando la sonrisa para ver a Lyra darse la vuelta y regresar por donde vino.
Al mismo tiempo levantó la mirada de vuelta hacia Los Pie, donde se dio cuenta que los ojos violetas de Marble habían estado posados sobre él, que al verse descubierta, ella respingó en pánico abriendo mucho los ojos entre un potente sonrojo, dándose la vuelta sin cuidado y se chocó fuerte contra Limestone, haciéndola tambalear de retro, casi cayéndose, quejándose con su voz prepotente mientras Marble solo fue tras su madre a ocultarse pegando su frente sobre su espalda.
Fue la cosa más adorable que Bicmac había visto en su vida.
Al cabo de un rato, todas las chicas subían las escaleras de caracol de la mansión con unos bolsos en el que su familia habían traído ropa de ellas. Mientras tanto, el resto se habían quedado abajo, discutiendo entre ellos todo lo que acababan de digerir.
-Creo que las cosas no salieron tan mal, ¿no?- comentó Fluttershy mientras subían las largas escaleras de la mansión, siendo dirigidas por Trixie. -. Digo, pudo haber sido peor.
-Supongo- exclamó Rarity -. Aún se veían algo taciturnos.
-Excepto la madre de Trixie- dijo Rainbow -. Ella es…
-¿Rar…?- decía Cherry pero la mano tanto de Mistery como de Applejack posaron sobre su boca.
-Creo que ya voy captando sus metidas de patas- comentó la rubia con una sonrisa hacia Mistery, riendo ambas mientras Cherry se ponía ceñuda apartando las manos.
-En realidad se basa en la física cuántica, pero lo mezcla con otras teorías, resultando su propia conclusión- comentó Trixie sonriendo -. Dice sentir una conexión especial en los objetos, o como diría, la energía, y por eso puede "manipular" la realidad frente a los ojos acostumbrados a la materia, creando ilusión, trucos de magia- rió un poco -. Deben verla en los espectáculos. No por nada la contrató un hotel cinco estrellas para dar funciones, pudiendo vivir muy bien de las ilusiones. De casualidad entre el público estaba mi padre y…así se conocieron, bueno, por lo visto no tan bien, pues… eran diferentes y no se toleraban y... pagando el precio después…los tres…- confió en contar por primera vez en voz alta, habiendo sido solo Sunset quien conocía la historia, con un tono un poco apagado, llegando al segundo piso y empezar caminar entre los pasillos.
Las demás pudieron sentir ese ambiente melancólico en ella, intercambiándose mirada.
-Pues…se ve que te quieren mucho- habló Cherry caminando para ponerse al lado de Trixie con una sonrisa -. Así como tú a ellos, ¿no es eso cool?
-Sí…quieren a Trixie- sonrió mejorando su humor con esa sonrisa -. Ahora Trixie está muy segura de eso y creo que se toleran más. Papá ya habría interrumpido a mamá cuando habló y no lo hizo. ¡Creo que se llevan un poco mejor!- decía con su voz más entusiasta con ilusión.
-¿Y sabes qué también es cool?- interrogó Cherry alimentando su ánimo -. ¡Tú casa! ¡Es enorme!- alzó su voz levantando sus manos a los lados mirando todo el decorado pasillo -. ¡Parece una casa de muñecas de ensueño! Y con esta muñeca lo parece aún más- dijo señalándose con el pulgar levantando ambas cejas sonriendo de lado, haciendo reír y que las demás comentaran al fin lo que opinaban el estar en la mansión, deleitándose principalmente Rarity, y Trixie hasta llegaba a sonar petulante pero que hacía reír a las demás, coloreando el rato.
-No siempre mete la pata- le comentó Mistery a Applejack en susurro y ambas se rieron continuando su marcha.
Una breve distracción tuvieron cuando andaban explorando la enorme habitación de Trixie, volviéndose loca Rarity con todos esos vestidos de gala junto con Fluttershy y Lyra con moderada emoción viéndolas mientras Mistery bostezaba de verlas. Cherry, Rainbow y Pinkie hacían competencia de quién rebotaba más alto brincando sentadas en la ancha cama en ese colchón tan grande y suave, con las demás divertidas hablando entre sí.
Trixie se sonreía con ellas, apartada para poder contemplar que, aunque dada a las circunstancias, tenía invitadas en su casa por primera vez, emocionándola mucho, sin poder evitar pensar cuan grande se había expandido el grupo de amigas, las cuales sentia no tendría de no haber sido por Sunset, faltando su mejor amiga para que se sintiera del todo contenta, lo que la hizo suspirar de nostalgia como de preocupación.
Era un alivio saber que ella no había provocado el desastre en Canterlot High ni en Equestria. Pero pensar que estaba bajo la dominación de esa cruel fénix, la dejaba intranquila.
"No te preocupes, Sunset. Aún tienes a tus amigas, y vamos a ayudarte".
…
"Habían gritos levantándose, pareciendo atravesar el aire.
Mucho movimiento entre los ponies, corriendo como estampidas, confundiendo sus gritos entre sí, tratando de huir, envueltos en pánico escuchando esos estruendosos trinidos de esas grandes aves envueltas en fuego que se atravesaban en sus intentos de escapar, pudiendo frenar también a los pegasos que tomaban vuelo para salir del pueblo, consiguiendo nomás que los fénix extendieran sus alas y emitieron grandes capacidades de luz de su cuerpo, que cegaban las vistas de los pegasos, ardiéndoles los ojos en un dolor que solo incrementaban si mantenían apenas los ojos entreabiertos, para frenar su vuelo seguido de que los fénix sacudieran sus flameantes alas para lanzarles mechas de fuego a sus alas, obligándolos a regresar a tierra y dañar sus alas.
Podía sentir cómo su corazón se aceleraba estrepitosamente, mirando todo el caos de su alrededor, muy asustada sin poder realmente moverse, solo pudiendo gritar el nombre de sus amigos, de alguien esté con ella mientras sus ojos empezaban a lagrimar, jadeando de pavor el ver algunos ponies corriendo envueltos en llamas mientras una voz femenina se alzaba, viendo desde los aires, a esa unicornio dorada, envuelta en una incandescencia con su melena y cola moviéndose como el fuego con sus enormes alas abiertas, manteniendo una satisfactoria sonrisa que, aunque hermosa, sólo miedo podía alzar a su alrededor por toda la violencia y dominación a su paso, mientras empezaba a envolverse por completo en poderosas llamas que alzó en erupción hacia arriba, creando explosiones de grandes magnitudes que cundió mucho más el pánico, pudiendo los ponies abrazarse entre sí o simplemente meterse en sus casas, mientras empezaba a formarse una cúpula de fuego expandiéndose sobre todo el territorio del pueblo, pudiendo ver ella por última vez, el suave color azul de un cielo que no sabría cuando volvería a cruzar, al ser cubierto de una capa de un infierno que les esperaba".
Un grito quebrado fue lo que brotó de su garganta, despertando de súbito, con el corazón sumamente acelerado, empezando a agitarse descomponiendo el rostro tapándose la cara con sus cascos.
-¡¿Muffins?! ¿Qué pasa?- se levantó de prisa un terrestre café de ojos azules de una silla a poca distancia del mueble en que había dormido la yegua.
-¡Whooves!- lamentó la pegaso gris de melena amarilla, apartando sus cascos de sus ojos dorados llorosos, levantando sus patas delanteras a los lados en invitación, viendo como el terrestre se acercaba a ella de prisa para darle el abrazo que manifestó con la posición de sus patas.
-Tranquila. Fue sólo una pesadilla.
-¡No, no lo fue!- exclamó abrazándolo más fuerte -. ¡Es real! ¡Lo que sucede es real!
-Muffins…- la nombró con un suspiro entre sus cejas curvadas -. No te pasará nada. Estamos en mi laboratorio bajo mi casa. Nadie sabe de él, solo tú. Así que tranquila. Estás bien.
-Pero Bonbon…- dijo apartándose un poco del abrazo para mirar su rostro ciertamente agotado, secuelas de una noche en vela por vigilar mientras ella dormía en donde estaban -…y Lyra…- dijo con la voz más quebrada.
-Lyra está con Bonbon. Y tú sabes cómo es Bonbon- forzó una sonrisa -. Ella es tan dura como una roca. Yo…no me preocuparía mucho. Je. Más bien me preocuparía por los que quieran meterse con ella...
-Whooves…- lo interrumpió negando con la cabeza -…no soy tonta…¡Bonbon es fuerte pero no puede lidiar con esto! ¡Ni las Princesas pudieron! ¡Están muertas, Whooves! ¡Muertas!- descargó con temor y pena -. ¡Y quién sabe si a estas alturas también lo están las portadoras del elemento! ¡Los unicornios no se curan, van a morir! ¡Incluyendo a Lyra!- lamentó jadeante, ya faltándole el aire, angustiando mucho a Whooves, doliéndole verla así.
-Tranqui…
-¡No!- gritó quebrándose más en llanto agitando su cabeza, desbaratando más su melena rubia, cerrando fuertemente los ojos -. Estamos solos. Sólo queda… ¡Ella! ¡Y mira lo que le hizo a Ponyville! ¡Nos encerró! Y y y Yo…- jadeó para ser vencida por el llanto, quebrándose y llorando desconsolada, solo pudiendo Whooves volverla a abrazar mientras acariciaba su crin, sin evitar sentirse angustiado, con lo que estaban atravesando.
Pero escuchar el llanto de la pony que abrazaba era lo que realmente le perforaba el alma, recordando que entre la caotica confusión de los ponies corriendo en varias direcciones en el pueblo cuando esa unicornio se presentó, él buscaba a la pegaso con desesperación.
No podía huir, ponerse a salvo, no sin ella, sintiendo la oleada de alivio como de angustia, al escuchar su vocecita suave y dulce, gritar de manera quebradiza su nombre como el de Bonbon, divisándola muy asustada y temblando, como pegada al piso, lo que hizo que sus instintos como pony terrestre destacaran y sus patas se aceleraron con fuerza levantando la tierra, urgentemente apresurado en llegar hasta la pegaso, pateando a su paso un carretilla que estaba de obstáculo entre ambos, derribándola en pedazos con una fuerza descomunal que desconocía, corriendo sobre ella, aplastando sus trozos, al fin llegando hasta la yegua, petrificada del miedo que él debió tomarle ambos lados del rostro para indicarle muy claramente que se subiera a su lomo y se sostuviera de su cuello para salir del peligro expuesto, cosa que obedeció entre el temblequeo de su cuerpo y Whooves salió con la misma fuerza con prisa, directo a su casa.
Whooves cerró los ojos ante tales momentos de angustia, muy conmovido por el llanto de la pony entre sus cascos.
-No…no estamos solos, Muffins- le murmuró con el corazón estrujado de oír su llanto, sentir como temblaba del miedo, en pánico -. No te pasará nada. No si puedo evitarlo- le aseguró, sólo para sentir que Derpy levantaba la cabeza entre el abrazo, haciendo que él mire hacia abajo para ver sus mejillas húmedas de lágrimas, pero vio un brillo diferente en su rostro.
-Yo…también voy a protegerte- le dijo con voz más segura mientras se le desbordaban aún las lágrimas. -. Puedo volar…puedo cargarte si debemos huir más rápido…- dijo entre su hipar para descomponer un poco más el rostro -… ¿Pero si pesas mucho y te me caes? Los paquetes de correos pesados se me caen...no quiero que te caigas...
-Muffins…- murmuró con los vidriosos sonriendo solo un poco, para volverla abrazar. -. No te preocupes por eso.
-Me preocupo…porque te quiero mucho- suspiró con suavidad. Él sonrió con cariño sintiendo el corazón hincharse.
-Sabes que yo a ti también.
-No…- murmuró pasando su rostro al lado del suyo -…en serio…te quiero mucho…mucho- murmuró bajo entre su voz quebrada, para seguido, depositarle un delicado beso en su mejilla, viendo como Whooves movía su rostro para verla, quedándose mirando ambos, captando recién como estaban de cerca del otro, entre sus cascos, mirándose.
Tal vez habría sido ese sentimiento de verdadero incierto hacia el futuro, con tanto por perder, lo que creó un repentino momento de intimidad entre los dos, dándose cuenta que ahora, sólo quedaban los dos. Se tenían a los dos. En realidad…siempre se tuvieron solos los dos, para compartir tantas cosas, con nadie más. Hasta sentirse "enfermos" con mismas síntomas, sin que un doctor pueda decir realmente lo que tenían, pero muy, muy en el fondo, sabían que no había ninguna enfermedad que compartían. Sino un sentimiento especial.
Derpy pestañeó despacio, viendo el sonrojo del corcel que la miraba de manera rara, pero a la vez tan dulce, mirando a sí mismo él, ese color rojo de las mejillas de ella cubriéndole de a poco el rostro, mirándolo con curiosidad pero con total dulzura entre un delicado ceño, aun dejando derramar una última lágrima cerrando sus ojos cuando el corcel se inclinó solo un poco y le besó la frente, solo para que ella le dé la cara y así sin más, se besaran los labios, cargando el corazón de una creciente esperanza tras su pesimismo, dejándose ceder ambos por encontrar consuelo, y crear algo bueno entre la pesadilla.
En tanto, afuera, el silencio era abrupto, escuchándose solo el movimiento de las alas de los fénix que parecían patrullar la zona.
El pueblo estaba completamente abandonado. Sus calles vacías, con secuelas del intento de huída masiva, con restos negros del fuego levantado, que ya habiendo estado en deteriorado estado por el ataque de Cadance con una tropa, ahora lo que quedaba del tranquilo y simpático pueblo de Ponyville, no quedaba nada.
Todos los ponies que no alcanzaron huir, siendo los afortunados una minúscula parte, estaban encerrados en sus casas, incapaces de poner un casco fuera luego de que esa extraña unicornio vino a reclamar el puesto de gobernante de Equestria tras la muerte de todas sus princesas, quebrando por completo la esperanza de ser rescatados una vez más por ellas, no teniendo idea la razón del encierro, pero el miedo era tal por preguntar, puesto que los que se atrevieron en su momento a encararla y hasta echarla, había colmado la poca paciencia y tolerancia de aquella unicornio de fuego, que se comunicaba con esas aves con una simple vista entre su marcado ceño de sus cejas estilizadas y finas, para que enseguida toda esa enorme bandada de fénix atacaran a los insolentes y frenaran la huida de los demás.
Y haciéndose un poco tarde, precisamente empezaba Flame a despertar.
Empezó a removerse entre las sábanas aun con los ojos cerrados mientras sus labios empezaban a esbozar una sonrisa espléndida, empezando a dar parpadeos lentos haciendo como si sus largas pestañas saludaran con pereza coquetería en cada parpadear, hasta dejar abierto por completo sus ojos cyans, sosteniendo la sonrisa, hasta elevándola más al cerciorar a donde se encontraba.
Continuó moviéndose despacio entre las sábanas mientras se colocaba bocarriba, levantando sus patas delanteras a la altura de su cabeza que a su vez, hacia lo mismo con las traseras, estirándose el cuerpo hasta arquear la espalda dando un delicado gemido de gusto por tan delicioso despertar, para pasarse un casco al ojo mientras se sentaba en la cama, sintiendo un pequeño escalofrío cuando su melena sedosa resbalaba de su hombro hacia su lomo, de donde empezó a brotar lentamente sus grandes par de alas mientras cerraba de nuevo sus ojos con esa sonrisa entre su expresión de pura satisfacción que empezaba a encandecer de manera preciosa su cuerpo, procurando no subir demasiado la temperatura corporal o quemaría la cama.
Se mordió el labio y abrió los ojos con un profundo suspiro, para ver que todo el cuarto, estaba prácticamente ocupado por un sinnúmero de fénix, todos erguidos y alertas, como custodios de su descanso.
-Supongo que no dieron problema- dijo ella con voz sedosa y lenta, aun revolcándose en ese jardín de autorealización.
"Dejaron de gritar hace un par de horas" avisó un fénix comunicándose mentalmente con Flame, quien al oir aquello, elevó una ceja lanzando una melódica risa delicada, muy fresca y cautivante entre su sonrisa bien levantada formando sutiles hoyuelos alzando sus pómulos.
-Creo que ya habrán aprendido- comentó para suspirar y recoger sus patas traseras para abrazarlas con las delanteras, y así posar su cabeza contra ella, en una catarsis que parecía no despertar nunca, escuchando el profundo silencio muerto del pueblo, lo que multiplicaba esa sensación de armonía dentro de ella.
Pero ya era un nuevo día, y debía ponerse en marcha, así que apartó las sábanas de su cuerpo y se dejó resbalar para aterrizar al piso, empezando a caminar hacia la ventana, que en cada andar, los fénix iban apartándose para formar un camino hacia donde ella pisaba, con pasos firmes y rectos, muy gráciles, y poder contemplar toda la panorámica de la cúpula de fuego sobre el pueblo, que mantenía una tolerable calidez en el ambiente, bien pudiendo cambiar la temperatura si lo quisiese.
Y la tan solo idea iluminó sus ojos claros como el cielo que ocultó.
Flame salió de uno de los cuartos sin afectar del Castillo de la Amistad, y voló entre los pasillos con los fénix siguiéndola como una fiel sombra.
Flame se divertía mientras volaba, haciendo espirales que brotaban destellos dorados, riéndose de manera juguetona, que podría ser contagiosa para cualquiera que estuviese cerca, viéndose sus facciones muy brillantes y tersas con ese buen humor despertado en ella, viéndose encantadoramente risueña, emocionada por este gran primer día.
Detuvo su vuelo cuando entró a una sala, en la cual, se encontraba una formación de cuatro jaulas de fuego, con sus llamas bien encendidas teniendo allí a sus prisioneras, las que quedaban de las portadoras de los elementos de la armonía, custodiadas por hileras de fénix que estaban posados a los bordes del alto tumbado de la sala, como fieles guardianes.
-Buenos días- sonrió Flame entusiasta cerrando sus ojos con un rubor de la propia emoción acercándose a las cuatro jaulas en línea horizontal. -. ¡Espero hayan amanecido de mejor humor! No quisiera que mis doncellas arruinaran el primer gran día para la nueva Equestria-exclamó deteniendo su andar abriendo sus ojos con una sonrisa grande mostrando su blanca dentadura, contemplando a las cuatro ponies sin darles la cara, despiertas, en posiciones de lado o de espaldas, cada una en su prisión de fuego. Flame resopló cambiando la sonrisa por una más calmada y bajó sus cejas -. Vamos. El cambio no es malo. Miren que prometí empezar de cero con ustedes. Olvidar que trataron de deshacerse de mí y perdonarles la vida. ¡Soy una pony nueva!- celebró juntando sus cascos delanteros entre sí en festejo, pero Rainbow Dash no resistió más su disparate y se dio vuelta violenta, con un rostro endurecido entre un vidriar de sus ojos, agresiva.
-¡Si eres una pony nueva entonces deshaz esa cúpula, déjanos salir y que Applejack la vea un doctor porque le marcaste la cara con tu golpe ardiente desde ayer!- vociferó con rabia, contemplando como Flame la miraba congelando su mueca agradable, sólo para dar una risita haciendo un casco hacia adelante.
-Eso no sucederá- se limitó decir sin cambiar su buen humor -. Pero podría suceder si ella se disculpara por ser una mentirosa y hacerme quedar mal delante de la plebe- obvió con un suspiro -. Las Princesas están muertas. Todas. Incluyendo a Twilight Sparkle.
-¡Ella no miente!
-¡No voy a discutir en mi gran día!- alzó la voz empezando a perder la calma subiendo las llamas de su melena pero tratando de mantener su expresión risueña.
-¡Por favor! ¡Detén esto!- exclamó Fluttershy con sus ojos inundados de lágrimas en lamento, moviendo un poco el rostro desde donde estaba encerrada. -. ¡Si deshaces todo ahora, podemos solucionar esto juntas!
-No hay nada que solucionar- obvió Flame levantando la sonrisa a su dirección -. Todo está como debía ser para mí- explicó con voz suave cerrando sus ojos, -. Mis deseos, mis esfuerzos, mi paciencia, han sido recompensados al fin. Este es mi destino- agregó confiada pero abrió de pronto los ojos cuando escuchó una nueva voz levantarse.
-Sunset…tú no querías esto…- lamentó Pinkie Pie con su melena lacia y un tono oscuro de rosa, muy triste, mirando a Flame entre sus cejas curvadas y ojos vidriosos, más que viéndola a ella, trataba de encontrar a quien nombró -… y no supimos confiar en ti, creyendo todo el tiempo que tú eres el problema, cuando en serio siempre fuiste una víctima…y no pudimos ayudarte. Lo siento- jadeó cerrando los ojos, dejando derramar un par de lágrimas.
-Creo que es muy tarde para lamentaciones- le masculló Flame con indiferencia para fruncir el ceño y agregar con voz más hosca -…y muy tarde para ella…- dijo casi en siseo endureciendo el rostro, para suspirar consiguiendo ablandar su expresión y volvió a sonreír -. ¡Pero no para ustedes! En serio quiero que las cosas entre nosotras mejoren- expresó retomando su expresión risueña e ilusionada -. Pero si se portan mal, me temo que debo castigarlas- dijo esto pasando su mirada a la jaula de fuego donde estaba Applejack y ella aun no se pronunciaba. -. Pero no voy a ser tan rencorosa…- dijo para empezar a caminar hacia la terrestre naranja -. Aunque deben ganarse mi misericordia…- agregó para detenerse frente a la jaula de fuego de Applejack -. Mírame, Little Liar- pidió divertida lanzando unas pequeñas risas inocentes pestañeando un par de veces, lo que Applejack obedeció sin chistar, para darse la vuelta y enviarle una punzada mirada de sus endurecidos ojos verdes, llenos de desprecio, con su quijada que le temblaba al apretar sus dientes entre sí con fuerza, al resistir el ardor marcado a un lado de su rostro, de una quemadura de un concentrado rojo vivo, hinchada, cubiertas bombas de ampollas, ardiéndole sin parar la carne quemada de su rostro, en una huella del casco ardiente de Flame cuando la golpeó tras insistir que desconocía si en serio Twilight estaba muerta.
La unicornio dorada no se inmutó en nada ver cómo su herida se había empeorado en el resto de horas, impidiendo que le sea curada como castigo por dejarla mal vista frente al pueblo. Flame parpadeó ladeando un poco su cara, mirándola con serenidad sin borrar su sonrisa.
-Hazme llorar- exclamó mientras inevitablemente se le subía más la sonrisa, mostrándose divertida en su proposición -. Si me haces llorar, dejaré tu rostro tal como estaba- avisó moviendo los labios en diferentes gestos para evitar una creciente risa que parecía ganar fuerza mientras continuaba hablando, pasándose los cascos alrededor de su piel suave y brillante de su cara, como encarando el contraste con el rostro quemado de la terrestre, quien no decía ni un sola palabra, expresando en su mirar todo la tormenta que retenía, además del solo mover los músculos del rostro para emitir algo, duplicaría el dolor de su herida y no le daría el gusto de quejarse de dolencia enfrente de ella -. Mi magia, me da el poder curativo de sanarme de cualquier herida y puedo hacerlo por los demás, dejando caer un par de lágrimas- aclaró irguiendo la cabeza inflando su pecho para lanzar un profundo suspiro por la resistencia de su risa contenida -. Si consigues hacerme llorar, voy a dejar que uses mis lágrimas. ¡Es más!- elevó su voz a la vez que se levantaba el vuelo y las miraba por encima -. ¡Dejaré que tus amigas te ayuden a pensar qué me haría llorar! - se abrazó a sí misma, orgullosa -. ¡¿Ven lo considerada que soy?!- suspiró -. Se siente algo bien ser considerada para variar - dejó de abrazarse para aplaudir un par de veces -. Saldré a anunciar mi primer mandato. Cuando regrese, espero tengan algo moderadamente bueno para…para hacerme llorar- al decir aquello no pudo evitarlo y se le salió una bufona risa que se tapó con los cascos enseguida la boca, tratando de retenerla pero seguían sus carcajadas brotando desde su garganta, siendo vencida por todo lo que acababa de decir, agarrándose hasta el estómago.
Su risa toreaba de más la expresión agresiva de Rainbow Dash como de Applejack, mientras Pinkie Pie fruncía el ceño sin explicarse de qué reía si nada divertido estaba sucediendo, y Fluttershy se encogió de a poco con mucha angustia.
Flame se dio vuelta y salió de allí volando alegremente, aun carcajeándose ella sola, resonando su risa por los pasillos, dejándolas atrás.
-¡Esto está muy mal, muy mal, muy mal!- lloriqueó Fluttershy apenas la vio irse, echándose al suelo tapándose la cara.
-¡No podemos seguir encerradas aquí! ¡Debemos hacer algo!- reclamó Rainbow mirando el alrededor de su jaula, tratando por milésima vez observar algún tipo de salida sin que la incendiara en el proceso, siendo ese fuego imposible de extinguir, cuando una aspiración de dolor llamó su atención como la de sus otras dos amigas, para tratar de ver en dirección a la jaula de Applejack, quien fue que emitió esa queja de dolor al tratar de hablar.
-Te-tenemos que…- decía con esfuerzo mientras retenía el dolor de estirar la piel de su rostro para hablar. -. Aceptar- se limitó en resumir.
-¿Aceptar? ¿Aceptar qué?- interrogó Rainbow defensiva -. ¿Nuestra derrota? ¡Estás loca!
-N-no…- negó la vaquera sacudiendo la cabeza con molestia ante su interpretación.
-¿Aceptar…aceptar…?- intentaba adivinar Pinkie -. ¿Aceptar ser sus doncellas?- se aventuró y la rubia asintió enseguida.
-¡¿Estás loca?!- reclamó la pegaso celeste de nuevo -. ¡Yo no voy a servir a esa…!
-Sirviéndola así nos dejaría libre- interrumpió la fiestera pensativa hacia Rainbow que la quedó mirando, reflexiva.
-¡¿Pero qué nos garantiza que nos dejará realmente libres?!- preguntó Fluttershy levantando su cabeza de súbito.
-Algo debemos pensar- dijo Rainbow -. Tal vez libres como sus doncellas podamos ir a…
-¡CÁLLENSE!- chilló Pinkie Pie repentinamente sobrecogida para taparse ella misma la boca con un casco y susurrar -. Las paredes tienen oídos…literalmente…- hizo dar en cuenta, viendo con las demás hacia arriba, la bandada de fénix que las vigilaba.
-¿Por qué la obedecen?- se preguntó Fluttershy con un gesto preocupado, lo que hizo que Rainbow sintiera una idea aclararse en su cabeza.
-Habla con ellos- pensó Dash de inmediato.
-¿Qué?- jadeó la pegaso amarilla abriendo bastante los ojos.
-¡Claro! Tienes facilidad de comunicarte con cualquier criatura. Desde animales hasta dragones y breezes. El fénix entra en esas categorías, ¿no?
-Ahm…ahm…supongo…- decía inevitablemente nerviosa.
-Si pones de nuestro lado a los fénix, le quitamos una gran fuerza de apoyo para que estén en el nuestro- siguió susurrando Rainbow. -. Al menos tendríamoos algo con que enfrentarla, protegernos.
-No es mala idea- intervino Pinkie viendo un rayo de luz de esperanza.
-Ah…pe-pero… ¿Y si me hacen daño? ¿A ustedes?- titubeó Fluttershy -. ¿Vieron lo que les hicieron a esos ponies?- preguntó para estremecerse como si ella misma sintiera el fuego que quemaba vivo a algunos de los ponies en el ataque de ayer sin poder apagarlo.
-Tienes un don, Fluttershy- le dijo Rainbow con voz más calmada -. Sólo tú podrías tener ventaja sobre alguien más para llegar a conectar con las criaturas.
-Tú puedes- aportó Pinkie.
-Intén…talo…- dijo Applejack entre quejidos.
Fluttershy tenía una expresión de angustia y debate muy marcada en su rostro, pero pasó la mirada entre sus amigas, viendo sólo tres de ellas, estando Twilight con un incierto de su mortalidad, y Rarity postrada en una cama de hospital. La pegaso tragó con fuerza llevándose ambos cascos a la altura de su afanado corazón, tratando de calmarse mientras asentía con sus cerrados.
-Lo haré- se convenció finalmente.
En tanto, Flame había salido del Castillo de la Amistad entre un vuelo efusivo de su propia emoción embargándola, haciendo que los fénix que estaban en el pueblo, vayan acercándose a ella, escoltándola.
-¡Muy buenos días Ponyville!- exclamó ella con el tono más alegre posible que alguna vez se haya escuchado en tanto tiempo, lo que hizo que se le saliera una risa divertida tapándose la boca muy risueña.
Pero no importase el tono más alegre que adaptara, el solo reconocer aquella voz, hizo que los ponies del pueblo se les detuviera el corazón, entrando en un apresurado pánico que hizo hasta llorar del miedo a algunos en reacción, ocultándose en el fondo de una habitación o debajo de algo, mientras Flame se aterrizaba a galopar con mucha gracia entre la sonrisa tatuada de su rostro.
-¡Oh, por favor! ¡Hoy es nuevo día! ¡Un nuevo comienzo! ¡Estoy de muy buen humor y quiero que ustedes vengan a deleitarme radiante de alegría!- rió emocionada para impulsarse hacia arriba y extender sus alas de fuego mientras encandecía aquella luz dorada en su cuerpo, brotando chispas doradas mientras con sus cascos pasaba las ondas de su melena hacia adelante, jugando con ella, deleitada en sí misma levantando sus pómulos en una jovial sonrisa mientras esperaba ansiosa el salir de los ponies, pero no vio a ninguno con un casco fuera. Un sentimiento amargo empezaba a brotar dentro, pero inhaló levantando más la sonrisa, propuesta a mantener su buen ánimo, tratando de mantenerse paciente -. ¡Si yo no soy rencorosa, no creo que deban hacerlo ustedes! ¡Salgan!- decía para pasar volando entre las calles entre giros, provocando un espiral del fuego que brotaba de sus alas entre aquellos luminosos destellos dorados en el resplandor mágico que encandecía su cuerpo.
Se movía grácil, veloz, con tal gracia en sus movimientos que podría romper de envidia el corazón de una bailarina y una pegaso dedicada a los espectáculos, pues más que volar parecía que bailaba con el fuego que hacía brotar, enredándose dentro del espiral de las flamas, imitando sus movimientos, abrazándolas hasta hacerse brasas, haciendo que se dividiera en fragmentos que hacía reventar entre la elegancia tentación de los movimientos de su cuerpo en una danza que la encerraba en un infinito torbellino de regodeo, encantada con esa sonrisa sugerente y sus ojos cerrados, convirtiéndose en una espectáculo precioso el juego que hacía con la bonita luz naranja y rojo del fuego entre los estelas y destellos dorados, si otras fueran las circunstancias.
Flame se detuvo a unos seis metros del suelo estirando sus cascos sobre su cabeza emitiendo leguas de fuegos que saltaban hasta extinguirse, en pose final para abrir los ojos y darse cuenta que las calles seguían vacías.
Nadie había visto su improvisada danza, su felicidad expuesta con toda su belleza y poder, siendo egoístas y malagradecidos con ella, lo que empezaba hacerla fruncir el ceño, mientras esa semilla amarga empezaba a estirar ya raíces, contaminando su buen ánimo.
-Me pregunto…- comenzó a decir suspirando mientras se sujetaba la frente -…¿Por qué cuando estoy de buen humor, nadie me obedece, y cuando me pongo de malas, puedo tener su atención?- interrogó que lo que empezó con una voz delicada y simpática, a cambiar por una más forzada y seca al tratar realmente de aguantar de no arruinar su colorido humor. -. Paciencia…- se repitió aunque las facciones finas y delicadas de su rostro empezaban a endurecerse mientras apretaba sus cascos -…ya no es necesaria la paciencia, ¿O sí?…- se dijo a sí misma abriendo de golpe los endurecidos ojos cyans entre el dibujo de un bien fruncido ceño, levantándose violentas las llamas de su melena mientras su cuerpo resplandecía de dorado con fuerza, en presagio.
En el castillo, tomando una bocanada de aire para relajarse, Futtershy abrió sus ojos en dirección hacia arriba, contemplando toda la hilera de fénix, que cubrían toda la sala.
-Ahm…Disculpen…- los empezó a llamar con su particular voz baja, para aclarar su garganta -. ¡Hola! ¿Podrían por favor prestarme su atención?- elevó más su voz -. ¡Sólo será un momento! ¿Alguien?- insistía pero ninguno se inmutó a su llamado, siguiendo alguno rascándose una ala o moviéndose un poco de su posición. Fluttershy bajó la cabeza para ver a sus amigas, quienes con el casco incitaron a que continue. La pegaso asintió y volvió a levantar la mirada -. ¡Estos últimos días he estudiado mucho sobre ustedes! ¡Son una especie muy hermosa y única que ha habitado Equestria desde hace un tiempo incalculable!- decía con mayor seguridad en sus palabras, sin dejar de deslizar su mirada a cada formación de fénix -. ¡Han formado familias y amigos durante siglos! ¡Jamás se vieron incomodados con los ponies! ¡Estaban tranquilos y felices viviendo en los volcanes! ¿Cierto? ¡¿Ya no son felices allí?! ¡¿Pasó algo malo?! ¡¿Ya no tienen hogar?! – insistía, pensando qué más decir para captar alguna reacción -. ¡Sólo atacan en defensa propia! ¡Y ningún pony los ha atacado! ¡Los ponies siempre los han admirado! ¡Queriendo entender sus orígenes, su magia y ustedes no se los han permitido! ¡¿Por qué ahora nos atacan?! ¡¿Es por qué Flame los obliga?!- interrogaba ya más confiada, empezando a escuchar pequeñas emisiones de trinidos, lo que le hizo ganar más terreno mientras sus amigas contemplaban la primera reacción de estas aves -. ¡Puedo tratar de entenderlos y así ayudarlos! ¡Pero atacarnos no es la solución, porque es algo que no parece ser que harían! - continuaba diciendo, y los trinidos empezaban a ganar fuerza y la voz de Fluttershy debía elevarse más para poder ser escuchada, empezando las demás a crecer su intriga -. ¡No somos sus enemigos! ¡Flame lo es! - decía para callar cuando la formación de fénix se rompió entre la combustión de sus alas cuando las extendieron para lanzarse y volar por todo el espacio cerca del tumbado, dejando rastro de llamas y mechas entre sus vuelos, agitando sus alas volando en círculo sin dejar de trinar escandalosamente.
-¡¿Están diciendo algo?! ¡¿Qué dicen?!- gritaba Rainbow Dash para hacerse escuchar.
-¡No los entiendo!- respondió Fluttershy tratando de agudizar más fuerte su oído para interpretar esos trinidos.
Pero cada vez el vuelo empezaba a descender altura, pasando muy cerca de las jaulas hasta atravesarlas, haciendo que las ponies se echaran al suelo para no recibir el propio fuego que emanaban de sus alas, entremezclando ensordecedores trinidos que para esas alturas, les estaban doliendo los oídos.
-¡No me dicen anda, solo están gritando!- avisó Fluttershy con fuerza para hacerse escuchar entre el escándalo, sintiendo el fuerte calor por su lomo cuando las aves atravesaban su jaula y dejaban una estela de fuego cerca.
Entre todo el bullicio y lo que parecía ser vuelos en amenaza sobre ellas, un fénix atravesó la jaula de Applejack pero a diferencia de los demás, buscó quedarse al aterrizar al suelo. La vaquera se apartó con un ceño, moviendo sus cascos en un intento de alejarlo, pero el fénix sólo se acercó a ella. La terrestre estaba mareada de tanto ruido y de fénix sobrevolando encima de sus cabezas, aparte de lidiar con tremendo dolor de su piel quemada del rostro, que tardó en darse cuenta que aquel fénix que cortaba la distancia, estaba llorando.
Applejack detuvo su defensiva abruptamente, con un leve ceño en consternación.
"¿Está…está llorando…para mí?" pensó sorprendida, viendo el plumaje del rostro del fénix húmedo de las gotas de lágrimas que seguía derramando.
Un poco precavida, Applejack fue estirando lentamente un casco hacia el rostro del fénix, que empezó a perder de a poco brillo por uno más tenue, habiendo bajado su temperatura para que la terrestre no se lastimase los cascos al contacto, que cuando llegó a tocarlo, lo hizo aun así deprisa, sintiendo su casco derecho húmedo y enseguida se lo puso al rostro, saliéndosele un quejido de dolor por su carne al rojo vivo, pero el dolor fue menguando ni bien empezó a untarse el casco húmedo de las lágrimas del fénix, el dolor menguaba en una velocidad rápida, que en cuestión de segundos, el ardor desapareció del todo.
Applejack no podía creerlo. Se pasó con ambos cascos el lado dañado de su cara, cerciorando que no sentía más dolor ni ampolla ni carne expuesta, acariciando el roce de su pelaje del rostro, dejando ninguna secuela de la quemadura, mirando de inmediato de vuelta al fénix que le cedió sus lágrimas, que sin hacer nada más, salió de la jaula entre el agitar de sus alas, confundiéndose con el resto de fénix que de a poco, volvieron a ocupar sus lugares, guardianes.
Las cuatro amigas se miraron entre sí, sin saber cómo reaccionar ante tal extraño acto.
-¿Qué significa esto?- peguntó Applejack directamente a Fluttershy, ganándose la pegaso la mirada de las tres.
-Que no tienen nada en nuestra contra…- reflexionó para curvar las cejas en igual angustia -…pero aun así, no van estar de nuestro lado.
Entonces alzaron su cabeza cuando escucharon nuevos gritos alzándose fuera del castillo, como el sonido de una nueva combustión de fuego, helándoles los cascos por lo que sabían sería un nuevo ataque de Flame, suplicando a los fénix de algún modo de convencerlos a actuar a su favor, pero las aves esta vez, no se inmutaron en nada.
-¡Ustedes me lo pidieron!- bramaba Flame con sus ojos opacos y endurecidos sobrevolando en un edificio, cada vez su cuerpo emanando mayor concentración de su calor con el fúlgido brillo dorado que ardería la vista verla -. ¡Esta es la atención que quieren para obedecerme!- gritó seguido de cubrirse enteramente de fuego y ubicar sus cascos hacia arriba, cargando su magia dorada en ellos para invocar un espiral de fuego entre aquella esfera fúlgida de su magia, que la hizo envolver entre toda la masa de fuego que ganaba volumen, que alcanzando el tamaño deseado, descendió sus cascos y lo disparó.
La inestable esfera dorada cubierta de fuego bajó como proyectil, tal como un cometa con cola alargada, para aterrizar contra el techo del edificio, en una explosión que combustionó todos los primeros pisos de arriba, por la mitad ya incendiado del edificio, lo que provocó que los ponies abrieran de un azote las puertas de sus casas, saliendo de ellas para gritar en pánico al ver que el hospital, con todos los unicornios enfermos del pueblo, se estaba incendiando.
Una ola de gritos y aspiraciones se escuchó en conjunto, pero asimismo de gruñidos de rabia, que sin espera en nada, tanto terrestres como pegasos se movieron hacia el edificio para rescatar a los unicornios, acelerando sus patas y alas de prisa, pero Flame los dejó acercar lo suficiente que, aún iluminada de dorado y cubierta de fuego, se precipitó en picada aterrizando de golpe enfrente del hospital, que su aterrizaje fue similar al de su proyectil, provocando una explosión que repeló a los que estuvieron más cerca, no solo azotándolos con la inevitable onda expansiva, sino con el esparcimiento de todo el fuego que expulsó de su cuerpo, lo que provocó nuevas víctimas incendiándose vivos presos entre sus llamas, aun corriendo envueltos en llamas que algunos por no ver donde iban, se tropezaban contra otro pony, incendiándolo también entre el pavor de su alarido mientras se alzaban fénix alrededor del hospital para atacar a cualquier pegaso que intentara pasar por los aires, en tanto Flame se erguía dentro de un cráter que se formó por su aterrizaje, el cual cubrió por completo de fuego, levantando diez largas formaciones de llamas a su alrededor, quedando ella en medio entre el fuego, alargando el tamaño de las diez llamaradas, haciéndolas retorcer de un lado a otro, lanzando latigazos con vida propia, como tentáculos, que cualquier pony hacía el intento de acercarse al edificio, cada tentáculo de fuego se estiraba desmedidamente a azotar al intruso, sea en tierra o aire, como mosquitos latigaba a terrestes y pegasos en un intento de auxiliar la hoguera bárbara de sus familiares, amigos y vecinos unicornios.
Ponies eran agarrados por las patas por uno de los tentáculos, arratrándolo por el suelo atrayendolo a la caldera de fuego dentro del cráter mientras el pony entre gritos de pánico y dolor por el agarre ardiente que le iba ya quemando el inferior del cuerpo, enterrando sus cascos delanteros en la tierra para impedir su crudo destino, pero solo lograba formar huellas de tierra de su agarre mientras terminaba de ser arrastrado para ser consumido por las llamas entre sus saltos mientras su cuerpo se retorcía de agonía.
Flame estaba en medio de la acción de sus tentáculos, con una estricta seriedad en su expresión, entre los desgarradores gritos levantados del buen accionar de los ponies, cerrando sus ojos para aspirar el nuevo olor de carne quemada, mezclándose llanto e histeria por un buen rato, como la concentración que tendría un músico para deleitar melodias, para abrir de a poco los ojos viendo el sinnúmero de rostros desesperados que, aunque ya dejaban inutilmente de acercarse al edificio, estaban con los cascos delanteros juntos, llorando y suplicando que se detuviera, desesperados de intentar cruzar y parar el fuego, entremezclando sus gritos de pánico como el de dolor de los ponies que se revolcaban en el suelo para apagar las llamas, pero esta no se apagaría hasta que Flame extinguiera su fuego de ellos, sin poder ver con claridad hacia Flame por ese levantamiento enorme de los tentáculos, quien empezaba a reírse a lo bajo para sí misma, sintiéndose satisfecha del desquite.
-Ahora sí, ¿no? Ahora sí todos respetan mi poder para contemplarlo- decía entre risas para calmarse y empezar a caminar entre el fuego que desbordaba del cráter que crujian huesos en pequeños estallidos de lo que fueron cuerpos, como si fuesen leñas de un campamento, agitando sus alas para ser visible para los pobladores, que se agitaban al verla -. ¡No pierdan el tiempo inútilmente y escúchenme de una vez si quieren que dé alto al fuego!- gritó Flame mirando como aquellos ojos aguados y otros asertivos la contemplaban con resignación-. ¡Este día, es mi día, y ustedes me ignoraron!- encaró pisando un casco con fuerza, como jovencita caprichosa -. ¡¿Creen que eso es justo para su adoración?!- interrogó para mirarlos con severidad -. ¡Hice una pregunta!- decía agresiva con sus llamas ganando volumen de sus alas y melena, alimentando más el pánico que los obligó a decirle que "no", presos de la desesperación de que ese edificio se seguía consumiendo y los tentáculos de fuegos se retorcían con cualquier movimiento en falso de ellos -. ¡Pues este es mi día, por lo tanto, su día también! ¡Si estoy feliz, ustedes deben estar felices! ¡Si digo que vengan a contemplarme, lo van hacer!- bramaba con rígida autoridad -. ¡No soy una sucia y cualquier gobernante como tuvieron antes! ¡Yo soy el poder! ¡Yo soy la belleza! ¡Yo soy la magia! ¡Soy su deidad!- terminó por gritar para expandir sus patas a la vez que la cúpula de fuego que encerraba el pueblo, incrementó el volumen de sus llamas, provocando que la temperatura subiera de una tenue calidez, a un repentino fogonazo que acaloró de manera abrupta a todos a la vez, que sentían arder su cuerpo del calor -. ¡He elegido este pueblo para que aquí se alce la nueva capital, mi castillo!- vociferó entre la oleada calurosa -. ¡Ustedes van a convertir este pueblo en mi altar! ¡Todos van a ser mis sirvientes y van a ser felices adorándome como lo harán los demás, como la más poderosa sobre Equestria que soy!- terminó por bramar sacudiendo sus cascos en furia que provocó que la temperatura sobre el pueblo incrementara, ya lastimando la piel de los ponies que no podían tener ni los ojos abiertos, mareándose y jadeando del pesado y violento calor, empapandose de sudor. -. Será aqui...porque aqui inció todo...- agregó para sí misma entre su brusca respiración, ladeando una sonrisa.
Mientras aquello ocurría, el edificio del hospital estaba siendo devorado por el fuego viviente recorriendo cada muro y suelo que se encontraba, consumiendo todo a su paso.
Los cuatro primeros pisos ya estaban envueltos en llamas, quedando cinco qué evacuar de manera estrepitosa por la velocidad que el fuego consumía la infraestructura.
-¡Ataca el hospital, todos salgan!- era uno de los avisos que levantaban entre sí los médicos, haciendo sonar la alarma de incendio que provocó que se activara las regaderas, en un intento inútil de menguar el fuego que su propia magia impedía extinguirlo.
Dentro no había lo suficiente terrestres y pegasos para evacuar el edificio copado de cientos de unicornios, pero intentaban salvar lo más que podían, trasladarlos en sillas de ruedas o propias camillas, siendo unos cuantas lo que podían aún caminar sin tambaleo alguno.
-Debo…salir de aquí- se dijo Rarity a sí misma respirando entre jadeos, acalorada de la temperatura caliente empezando a tratar de huir por sí misma con sus movimientos lentos y pesados.
Cuando la puerta de su habitación se abrió de súbito con una patada que rompió la parte en la que estaba la perilla y un cuerpo cubierto de un traje negro que ocultaba hasta su rostro se adentró deprisa hacia la habitación, sorprendiendo a la unicornio en un susto.
Sin molestarse a presentaciones, la figura se acercó a ella y aventó las sábanas que la cubrían y le fue desconectado los sueros que tenía, lo que el leve dolor de las agujas desenterrarse de su pata le hizo dar un gritito, quejándose y agitándose en ver ese extraño cuerpo cubierto de negro empezando a tomarla por los lados, imposible que sea alguien del hospital para ayudarla, poniéndola defensiva. La unicornio entonces inició a forcejar lo más que podía entre la fragilidad de su cuerpo.
-No…no… ¿Qué me hace, rufián?- reclamaba entre su voz débil pero dibujando un ceño.
Pero sus esfuerzos eran inútiles con la firmeza y fuerza del pony, que sin ninguna dificultad la arrastró a la cama para acomodarla al borde de ésta y con cuidado, ponerla sobre su lomo que de los lados de su traje, estiró unas anchas tiras negras de fuerte grosor y que sin ver hacia atrás y con mucha agilidad, las alzó para que se cruzaran hacia arriba, de un lado a otro en forma de cruz, cruzando así el lomo de Rarity para que las puntas de las tiras quedaran colgando a los lados y las sujetara en un seguro sobre su vientre para así tener bien sujeta a la unicornio sobre su lomo sin temor que se caiga, aguantando con molestia los reclamos a una explicación de la modista.
-Sólo te pondré a salvo- se limitó en decir el pony de manera impasible, revelando una voz femenina mientras empezaba a correr fuera del cuarto, mostrando así a Rarity todo el caos de la evacuación.
-No…- jadeó Rarity abriendo muchos los ojos para empezar a dar torpes golpes en la cabeza a la pony -. ¡Mi hermana también está aquí!
-Interesante. Me cuentas la fascinante historia de tus parientes con tecito y galletitas cuando salgamos de aquí. La mía con dos de azúcar- contestó con cinismo para entumecer la boca cuando Rarity la halaba de las orejas hacia atrás con la poca fuerza que le quedaba, repentinamente ganando una por su defensiva despertada.
-¡Es mi hermanita! ¡No me iré sin ella!- bramó cuando sintió que zafó de un tirón la máscara negra del traje, revelando una ondulada melena naranja, que siendo tan observadora para los detalles, en principal con estilo y moda, reconocía ésta, pues en el pasado la había visto con un horrible color verde para volverla a ver con el color naranja. Además de comprarle las zanahorias de su pequeño huerto -. ¿Carrot Top? ¡¿Eres el rufián?!
-¡Ella no es la única portadora de un elemento de la armonía!- se limitó en responder la terrestre amarilla claro sin dejar de correr con sus ojos verdes concentrados en su misión autoproclamada -. ¡Si te jodes, nos terminamos de joder todos!- agregó agitando su cabeza mientras Rarity seguía golpeándola, maldiciendo la terrestre el no poder drogarla para facilitar el trabajo, puesto que el estado deteriorado de su cuerpo podría empeorar, hasta con riesgo de matarla, por la droga que usaría para dormirla.
Cuando sintió un leve cosquilleo tras su nuca a la vez que escuchaba un alarido de dolor, deteniéndose la pony abruptamente.
-¡¿Qué eres imbécil?! ¡No puedes usar magia!- reventó Golden al sentir el intento de rayo que hizo Rarity, que aunque no era nada buena provocándolos, forzó magia, cosa que la desestabilizaba por completo, sintiendo la terrestre más peso del cuerpo de la unicornio, venciéndose a su lomo aún más por el esfuerzo que hizo.
-Mi…herma...hermanita…- jadeó Rarity completamente mareada doliéndole punzantemente la cabeza por forzarse a un hechizo. -…por favor… - continuaba suplicando con voz ausente de su malestar.
-No es la única potrilla que se las pueda arreglar sola- le dijo con inexpresividad para continuar su marcha que hacía hasta tumbar a otros que trataban de huir también.
-…no…no está sola…me tiene a mí…- contestó la unicornio apenas pudiendo tener los ojos abiertos -…me debe estar…esperando…asus…asustada…
-…- enmudeció la terrestre sin parar de correr -. Tampoco es la única potrilla esperando asustada sin recibir ayuda nunca…- respondió con sequedad pero frenó a raya -…joder…- se renegó esa terrible sensación de empatía que tanto se despreciaba. Porque sabía lo que era esperar una salvación que no llegaría. Se sacudió para avivar más a Rarity -. ¿Dónde carajos está la mocosa?- preguntó con mala gana.
-En…el sexto…sexto piso…
-…- cerró los ojos Golden y continuó corriendo, en la misma dirección como el plan original -. Lo siento. Es tarde para ella. No existe ya sexto piso- expresó con inmediatez, paralizando el corazón de la unicornio.
-No…no…- gimoteó Rarity ardiéndole los ojos sin poder reaccionar a detenerla.
-¡No te preocupes, saldremos de aquí!- le decía Bonbon terminando de colocar a Lyra en su lomo, usando un traje igual que Golden mientras solo se podía escuchar gritos asustados como de mandos de los ponies dirigiendo la evacuación, pero a sí mismo los jadeos de la unicornio que sudaba agitada de fiebre entre su rostro lívido con sus ojos cerrados, completamente débil que era un peso muerto en el lomo de Bonbon. -. ¿Lyra?
-A…ajá…- balbuceó ausente mientras con lentitud movía sus cascos delanteros alrededor del cuello de Bonbon, para sujetarse y sin parar de aspirar por la boca seguidamente, lo que ponía a Bonbon acelerar el corazón de un creciente temor, pero no era tiempo, y salió disparada de la habitación, dejando atrás algunos unicornios pocos auxiliados por pegasos y terrestres dentro, para reconocer más adelante a Golden y aumentar su velocidad de la fuerza de sus patas como terrestre, llegando junto a ella, alzando una ceja al ver a Rarity llorar.
-¡Mentirosa!- la acusaba la modista entre su hipar.
-Por mucho- decía Golden -. Pero ahora no miento, así que cállate.
Golden y Bonbon no se dirigían a las salidas de emergencias como el resto, lo que congestionaba tanto los pasillos y tardaban la evacuación. Ellas habían cruzado un pasillo recto que el siguiente pasillo a doblar, tenía una ventana largavertical de cristal, que las dos terrestres aceleraron su prisa mientras Bonbon lanzaba una minúscula esfera plateada, del porte de una canica, que al lanzarla, parecia triplicar su tamaño acorde avanzaba por los aires hasta llegar el tamaño de una sandía y al estrellarse contra el vidrio, lo rompió entero y a tiempo cuando se lanzaron una seguida de la otra para susto tanto de Lyra como Rarity, abrazándolas desde el cuello por puro instinto, estando en el tercer piso, colocando las terrestres por enfrente sus patas delanteras, nivelando las traseras para caer sobre el césped a un lado del edificio, aterrizando sólo con las delanteras, dejando las de atrás resistiendo en el aire para equilibrar el impacto del aterrizaje con el peso que cargaban, para despacio dejarlas caer.
Además de la fuerza y resistencia que tenían como pony terrestre, habían explotado de más esas características durante toda su vida, siendo un juego de niños aquel aterrizaje, por lo que aceleraron ambas enseguida de nuevo el paso tras el edificio que solo había plantas, pasando por allí, siendo hasta ahora las únicas completamente a salvo del incendio.
En tanto, Flame terminaba de observar a los terrestres y pegasos que la mayoría se vieron obligados a dejarse caer al suelo, jadeando del ardiente calor que parecía cocinarlos.
-Seré misericordiosa- habló la unicornio dorada con su rostro duro, alzando su perfil en alto, mirándolos desde arriba en una marcada expresión de superioridad, para deshacer los tentáculos de fuego del cráter, el fuego del hospital, así como la cúpula de fuego se fue desintegrando, dejando pasar la brisa y la luz clara natural de la mañana, cambiando abruptamente la temperatura en un alivio que no podían disfrutar del todo, al tener su piel sensible y completamente enrojecida por la exposición alta de calor concentrado como horno, apenas pudiendo empezar a moverse con sus labios partidos y sin nada de saliva que humedecer su boca, apenas prestando atención a lo que decía su torturadora -. Pueden agradecérmelo convirtiendo todo este pueblo en mi morada. Es más. Les dejaré traer ayuda, empezando por destruir los estorbos que quedan de casas para levantar mi capital- avisó para alzar la mirada hacia la formación de fénix, que bastó para que las aves se movilizaran enseguida para con sus garras y fuego, empezaran a destruir lo que quedaba de casas en pie del pueblo, saliendo despavoridos los puñados de ponies que habían preferido quedarse refugiados. -. ¡El mensaje de que su deidad ha llegado va a correr como el fuego que devoró las vidas de los traidores que me ofendieron!- terminó por proclamar para agitar sus alas devuelta al castillo mientras el pueblo terminaba por ser destruido entre el conjunto de lamentaciones de dolor, impotencia y lágrimas.
Flame voló directo hacia la sala donde estaban encerradas el resto de portadoras, dirigiéndose a poca distancia de sus jaulas de fuego con aceleración y un ceño. Las ponies se pusieron defensivas ante su llegada.
-¡Más vale que acepten de una vez el honor de servirme como mis doncellas! ¡Acabo de…!- decía caminando enfrente de ellas, cuando detuvo su mirar con expresión de mal sorprendida al ver a Applejack.
Las cuatro amigas sabían de lo que se daría cuenta. El ver el rostro curado de la terrestre.
Flame quedó mirando fijo sin expresión alguna la herida sanada, enmudecida pero con su rostro tallado en piedra.
-¿Quién fue?- preguntó al principio con voz baja -. ¡¿DIJE QUIÉN FUE?!- terminó por vociferar levantando las llamas de su melena y cola, alzándose en vuelo hacia la formación de fénix que posaban por las orillas del tumbado -. ¡¿QUIÉN ME TRAICIONÓ O CONDENARÉ A TODOS DE UNA BUENA VEZ?!- amenazó con voz hosca y mirada opaca, escuchando las ponies con atención, mirando hacia arriba.
Es entonces que se escucha un trinido del otro extremo de la sala, volteando tanto las portadoras como Flame al ver un fénix rompiendo la formación, mateniéndose en vuelo a unos metros de distancia de Flame.
Las ponies esperaban que Flame diga algo más, pero la unicornio solo tenía esa concentrada mirada penetrante sobre los ojos del fénix, que también le tenía los ojos sobre los de ella. Flame apretó sus dientes con fuerza expandiendo su pecho de la respiración que empezaba a acelerarse, para lanzar un gruñido fúrico encendiendo su cuerpo en llamas, lanzando dos formaciones de fuego que rompieron el aire en su propulsión, para formarse en espirales que rodearon el cuerpo del fénix, lo que provocó que enseguida, la energía escarlata del ave empezara atraerse al fuego lanzado por Flame, lo que hacía perder el vivo color escarlata y dorado de sus plumas, desapareciendo su brillo y calidad que eran dignas de deleitar, como el fuego que lo envolvía.
-No…¡No, no, no!- chillaba Fluttershy con un fuerte nudo en la garganta, entendiéndolo todo -. Le ha absorbido su magia…- exclamaba para mirar a Applejack -... ese fénix te curó sabiendo lo que le iba a pasar. ¡Quería demostrarnos que ella tiene control sobre su magia!- dijo, solo para que se escuchara los desgarradores trinidos del ahora exfénix, cayendo al suelo envuelto en llamas que ya no podía resistir, consumiéndose en ellas en el suelo, mientras el fuego con la magia absorbida retornaba en Flame, cubriéndola de ella y la unicornio aspiraba con ojos cerrados el sentir el nuevo calor, mientras los demás fénix, solo podía ver el destino de su compañero que decidió revelar por su cuenta.
Pero entonces Flame abrió los ojos de golpe, manteniendo su dura expresión y ceño, para alzar sus alas y volar directo hacia la jaula de Applejack con la amenaza real de sus ojos.
-Me haces quedar mal…¡Y ahora me desobedeces!- exclamó con rabia, como una sentencia, para avivar las llamas de la jaula y éstas se vieran que se retraían, agitando a la terrestre de inmediato, cuando…
-¡NADIE TE AMARÁ!
Aquella voz rompió abruptamente la intención de Flame, dejando la jaula tal como estaba para virar la cara en dirección a donde salió aquella voz, viendo a Fluttershy con sus ojos vidriados, temblando un poco, pero tenía su ceño bien puesto, mirándola fijamente.
Rainbow, Pinkie y Applejack también la miraron, tratando de reaccionar, pero la propia pegaso les ganó el turno al seguirle hablando a Flame directamente.
-¡Eres el ser más superficial, egoísta y cruel que ha existido! ¡Quieres que te adoren, que te sigan, pero nadie lo hará a su voluntad ni sinceramente! ¡Se inclinarán ante ti por miedo, no porque realmente te adoren! ¡Siempre estarás sola! ¡No conocerás el verdadero cariño ni te querrán! ¡La belleza, el poder y la magia sólo te dará vacío porque jamás serás amada por lo que eres! ¡UN HORRIBLE MONSTRUO QUE SE OCULTA BAJO UNA HERMOSA MAGIA QUE NO TE MERECES!- concluyó a gritos mientras se le caían las lágrimas, respirando bruscamente, con su mirada clavada en una impávida Flame, y para qué, también el resto de sus amigas estaban enmudecidas de lo que acababa de decir, a la vez que pasaban una mirada lenta hacia la unicornio, a ver su reacción.
Flame tenía sus ojos muy abiertos, mostrando en los primeros segundos, mucha impresión, pero sólo fue por un pequeño lapso, porque entonces sus pómulos se elevaron en una enorme sonrisa para empezar a reírse.
Su risa hacía eco en todo la sala, al principio fina pero cambiaba por una muy expresiva y expansiva, que la hacía abrir toda la mandíbula y cerrar los ojos, encogiéndose de hombros y echar la cabeza para atrás, llevándose un casco a su vientre y el otro trataba de taparse entera la boca, pero el intento sólo la hacía elevar mucho más la risa, empezando a parpadear al sentir sus ojos humedecerse, con un par de lágrimas desbordando producto de tan deliciosas carcajadas, aún más al ver las expresiones confundidas de las ponies, con cejas arqueadas, boca semiabierta y ojos desorientados.
-¡¿Se supone que eso me haría llorar?!- interrogó Flame entre carcajadas, tratando de recuperar el aliento, moviendo mucho la quijada por el dolor que sintió por el ataque de risa -. ¡Lo hiciste, pero de risa! ¡Pero lo hiciste!- decía emitiendo unas últimas par de carcajadas para suspirar profundamente, llevándose un casco al pecho con una jovial sonrisa risueña de nuevo dibujada con sus ojos brillantes y cristalinos de lágrimas, pero muy entretenidos, mirando a Fluttershy -. Tú no sabes, nada- se limitó en decir sacudiendo la cabeza -. Pero te has vuelto mi doncella favorita. ¡Mi consentida!- animó mirándola con dulzura -. Verte enojada es como ver un cachorrito ladrando. ¡Y sabes lo tierno y gracioso que son! Si puedes conmoverme y hacerme reír de esa manera- miró a Pinkie -. Y te haces llamar el elemento de la risa- se bufó rodando los ojos para mirar a Applejack -. Agradece a tu amiga. No necesitabas mis lágrimas, pero al menos no te decoraré la cara de nuevo, que esta vez iba ser entera. Pues, si estoy feliz- elevó más la sonrisa arrugando su nariz entrecerrando sus ojos con mucha gracia -. ¡Todos son felices!- exclamó con alegría para señalar los restos que quedaba del exfénix -. A menos que quieras acompañarlo a él y la mitad de tu pueblo- se burló para reírse con ganas de nuevo.
Las cuatro amigas se miraron entre sí con inevitable preocupación. Con tener que mantener feliz a Flame, en su significado de felicidad.
…
Una sala del ayuntamiento de la ciudad estaba siendo llenada de específicos periodistas, buscando el mejor asiento, de preferible las primeras filas, enfrente de la mesa redonda en donde harían su entrada las jóvenes que el día anterior habían devuelto la tranquilidad de la noche tras la extraña invasión de sombras, un fenómeno invernal azotando en cuestión de minutos y la mujer de alas y cuerno en su frente que había estado atacando en el centro, dos pasos de desnivel y enfrente del hospital.
Por lo que todas después de alistarse en casa de Trixie, habían tenido una reunión con la alcaldesa antes del aviso de la rueda de prensa, que "no se daría hasta su aprobación", aunque ellas sabían que de alguna forma, sería influenciada hacerlo por orden de un Superior.
La mujer era de mediana edad, piel crema, ojos azules y cabello canoso, usaba lentes de finos marcos rectangulares y vestía un saco café claro en el que se asomaba una blusa de botones blanca y un pantalón de tela café oscuro. La alcaldesa se mostró inevitablemente nerviosa y escéptica frente a ellas, pues estaba rodeada de bastantes guardaespaldas que las veían con escepticismo y alertas, aunque de por sí, ella conocía a un par de chicas por cuestiones del destino. A Trixie Lulamoon por los eventos sociales que siempre iba como acompañante de su padre, y a Applejack, una de las célebres jóvenes campeona de rodeo y que la misma alcadesa entregó listones en las competencias. Así que ver que dos chicas que socializó en el pasado, viéndose "normales", ahora mostrando habilidades extraordinarias, la descolocaba totalmente; pero tras la reunión de hora y media, la alcaldesa no veía más que un grupo de jovencitas que debieron aceptar un poder más allá del que ellas podrían explicar, aunque no la alcanzaba de convencer.
-Aun no sé si la rueda de prensa sea una buena idea del todo- había exclamado la alcaldesa rodeada de su gente, enfrente de las chicas -. Esto sólo asaltará más preguntas y tensión que…
-No puede ocultar el sol con un dedo, Señora Alcaldesa- interrumpió una mujer que no pasaba más de los treinta años, colocada de pie a su derecha, de piel blanca, ojos cafés y cabello negro recogido.
Usaba unos gruesos lentes de marco negro, una blusa rosa pálida de cuello y manga larga, usando sobre ésta una falda negra ajustada que le llegaba bajo las rodillas, dibujando su estrecha cintura y buena figura entre su recatado y sobrio vestir.
-Lo sé, Raven, he estado presionada desde anoche con la multitud y la prensa, pero me preocupa que esto se salga más de control.
-¿Y es mejor alterar con un "nada pasó" que calmar a sus futuros votantes a seis meses de las elecciones?- interrogó con seriedad en un jaque con una pequeña sonrisa al ver dado al clavo cuando vio la impresión en el rostro de la alcaldesa, atenta. -. Además…- empezó a decir con sutileza inclinándose a su oído con una sonrisa audaz - ¿No sería una excelente imagen para su persona, que vean que usted puede manejar este tipo de situación en la ciudad? Si se sienten protegidos por usted, tiene ganado con antelación la campaña electoral. Y claro…los bonos…
-¡Raven! ¡Tienes razón!- exclamó enseguida la alcaldesa con decisión, dando un puñetazo sobre la mesa poniéndose de pie, respingando a las chicas -. ¡Los ciudadanos merecen tener aclarada esta situación que bajo mi dirección vamos a saber sobrellevar para un mejor mañana! ¡No me oculto! ¡Somos la verdad!- improvisó con voz de honor, haciendo que su gente la aplaudiera, elogiándola, que hicieron un gesto para que las chicas también lo hagan, cosa que hicieron titubeantes mirándose entre sí con gestos -. ¡No sé qué haría sin ti!- le dijo dándole la cara a Raven con una fuerte sonrisa de confianza.
-Sólo sirvo para usted, Señora Alcaldesa- dijo la mujer sin dejar de aplaudirla para mirar a las chicas y sigilosamente guiñarles un ojo, lo que hizo que ellas se impresionaran. ¿Acaso…era una agente?
Ahora, todas estaban en la habitación a un lado de la tarima en el que tendría que presentarse. Aunque sólo serían las nombradas Guardianas de la Armonía que estarían enfrente contestando preguntas, Mistery, Cherry, Lyra y el propia Flash Sentry estaban ahí.
-He de confesar que ya me estoy poniendo nerviosa- exclamó Applejack con una leve ceño entre sus cejas.
-¡Yo solo quiero que acabe y ni siquiera ha empezado!- expresó Fluttershy juntando sus manos heladas de los propios nervios.
-¡Yo estoy nerviosionada!- chilló Pinkie Pie dando brinquitos en un mismo sitio con una gran sonrisa.
-Veo que Trixie no es la única…-dijo Lulamoon en voz baja con una mano al pecho, sintiendo cómo su corazón estaba poniéndose acelerado, viendo como temblaba su mano.
-Hey, Trixie- la llamó Rainbow arrugando su frente a la ilusionista, que tenía el rostro impávido con una marcada expresión de angustia -…estás peor que Fluttershy…¡Y es Fluttershy!- miró a Fluttershy -. Sin ofender.
-¡Trixie está bien!- se apresuró Lulamoon en forzar una sonrisa colocando sus manos a la cintura.
-Pues más vale que todas lo estén- se integró una nueva voz, haciéndolas voltear con caras molestas al ver que entraba Devious Black -. ¿Alguna está enferma? ¿O con cólico del mes? Eso explicaría porque andan de fastidiosas.
-¡¿Es en serio?!- reclamó Mistery con gesto molesto igual que las demás que le lanzaban su ceño, pero entonces notaron que no venía solo, sino con tres personas más, reconociendo de ellos a una, que era Raven, la asesora de la Alcaldesa y más que confirmado ahora sí, que ella era una agente.
Con ellos estaba un chico de ojos azules y cabello dorado de cabello fino que parecía estar pegado al cráneo, fácil de peinar, con una cara de "como me gustaría no estar aquí ahora", usando una camisa de botones azul oscuro y pantalón de vestir negro con zapatos de suela del mismo color. Junto a él, estaba una chica con una sonrisa forzada en resignación, de cabello color magenta, corto con ondas que caía al ras sobre sus hombros, decorado con un flequillo cubriendo casi un ojo, cosa que la hacía soplarlo en molestia, de ojos índigos con una falda negra en la que tenía dentro su blusa celeste de mangas cortas acampanadas.
-¡Uuuuuuh!- celebró Pinkie Pie para chillar tirando serpentinas -. ¡Amigos nuevos!
-…- enmudecieron los recién llegados para intercambiarse una mirada entre ellos.
-¿Es en serio? ¿Tanto así?- reclamó él con voz vaga, que por ello, fueron reconociendo recién.
-¿Moon White?- interrogó Rainbow mirándolo en sorpresa para pasar la mirada a la otra joven -. ¿Twilight?- dijo para inflar sus cachetes y empezarse a carcajear con ganas.
-…- enmudecieron los dos con mala gana. Tampoco les agradaba del todo su apariencia.
-Tecnicamente ahora ella se llama Bright Star y él Comet Night- avisó Devious con una pequeña sonrisa para ver los ceños fruncidos de ambos oriundos de Equestria.
-...- seguian callados con amargura ambos mientras Rainbow solo podía cargar más su risa, que contagiaba a Cherry, empezando ambas a reir en coro, siendo las únicas.
-Me da risa su risa- decía Cherry entre carcajada.
-¿Por qué ellos…?- preguntaba Applejack para ser interrumpida abruptamente por Devious.
-Si este par van a estar quién sabe cuánto tiempo en este mundo, no quiero que el asunto de…las contrapartes sea algo con la que lidiar también si para desgracia se llegan a conocer- resumió en explicar.
-¡¿Cambio de apariencia?!- exclamó Rarity casi en un grito -. ¡Pero para eso estaba yo!- reclamó con exagerado sufrimiento llevándose una mano a la frente haciéndose para atrás que Lyra tuvo que agarrarla improvisadamente.
-¡uh, uh, uh pude haber elegido los nombres!- se entusiasmó Pinkie imaginarlo para pensar en un segundo con la lengua afuera y chasquear los dedos-. ¡Me gusta el nombre Final! ¡Suena a la realeza!
-A mí me suena tonto- resopló Applejack. (xD)
-Al menos habría dejado escoger lo nombres- reclamó Twilight hacia Devious.
-Ya había identificaciones con esos nombres. Ahorramos tiempo y ah, sus opiniones no me importaban- se limitó en decir para mirar a todas -. ¿Listas para ser lanzadas a las hienas?- preguntó que al abrir ellas las bocas, él asintió -. Perfecto. Así me gusta. Ahora repasemos: Raven es la vocera que dirigirá la rueda de prensa- empezó lanzando una mirada a la mujer parada al lado con una serena seriedad -. Ellá conducirá la rueda de preguntas y sabrá cual periodista conviene aprobar su pregunta, mezclando de nuestra gente ahí, para nivelar las cosas, solo dos medios particulares tendrá turno de preguntar. Así que tranquilas, respondan tal como lo acordamos- dijo para detener su mirada en una, en Trixie -. Y lo digo en especial para ti. Puedo oler tu ansiedad.
-Sí, sí, Trixie oyó- asintió aun con sus cejas curvadas, dándose cuenta los demás que aún se mostraba muy tensa.
-Hey, Trixie, relájate- le dijo Fluttershy con una sonrisa alentadora -. Todo saldrá bien.
-¡Trixie sabe!- exclamó con un ceño pero las palpitaciones de su corazón se aceleraba a la par que sus manos se enfriaban.
Aquello la extrañó, mirando su alrededor que le hablaban para calmarla, pero empezaba más a escuchar los latidos de su corazón como tambor en su cabeza, hasta sentir que las paredes parecían cerrarse, lo que hizo que empezara a hiperventilar curvando sus cejas y caminar de retro, repentinamente mareándose haciendo que se tropezara con sus propios pies y cayó sentada aspirando fuerte.
-¡Trixie! ¿Estás bien?- preguntó Lyra enseguida a poca distancia.
-¡Demonios! ¡La rueda de prensa va a empezar!- exclamó Devious con severidad en queja al ver la torpeza de Trixie por los nervios.
-¡Cállate, la pones más nerviosa!- le gritó Rainbow Dash para enfocar su atención en Trixie echada al suelo -. ¡Lulamoon, ¿qué te pasa?!- reclamó Rainbow con un ceño preocupado, pero Trixie sólo podía seguir jadeando más fuerte con esa marcada expresión de angustia, mirando todo su alrededor con pánico, alimentando más la preocupación de las chicas.
-Todo está tan cerrado…- jadeó Lulamoon con su expresión desesperada y cejas curvadas en un ceño, temblando sus brazos entre sus exhalaciones fuertes para mirarlas, incapaz de moverse paralizada del ataque de ansiedad, preocupando por completo ahora sí a todos, empezando a rodearla sin poder entender, formando un círculo en su alrededor, cerrando más el espacio lo que la agitó aún más-. ¡No! ¡No se me acerquen!- reclamó extendiendo sus brazos para distanciarlas, pero una ráfaga de viento se alzó al hacerlo empujando a las demás, algunas cayendo al suelo, sorprendiéndose no sólo ellos, sino la propia Trixie, que sólo podía jadear más, impávida, encogiéndose en sí misma mirando ansiosa su alrededor, empezando a emitir un resplandor de un azul muy claro. Trixie abrió bastante los ojos, mirando las paredes, encerrándola, aspirando por la boca con fuerza, sintiéndose más fría mientras su pecho se contraía agitado por su entrecortada respiración. - ¡Aire!... ¡Trixie necesita aire!- gritaba con su corazón latiendo frenéticamente, con una sensación de incomodidad que la hacía incrementar la ansiedad, desesperándola, que la obligó a empezar a dar manotones sobre el piso acelerando el jadeo, cobrando más luz en su cuerpo para echarse hacia adelante al suelo, bajando la cabeza.
-¿Trixie? ¡Trixie!- la llamaba Applejack para ver cómo se alzaba enseguida su cabeza.
-¡NO SOY TRIXIE!- brotó un grito quebrado desde el fondo de su garganta, arquéandose el cuerpo de la ilusionista cubriéndola de fuego azul claro, tomando con la guardia baja a las chicas que retrocedieron mientras Devious y Raven se sorprendían de ver lo que veían.
El vestido azul de mangas largas que cargaba Trixie se reemplazó por uno que cubría su torso como una faja de fuego terminando en una falda ancha y corta con puntas de flamas, mientras su cabello adaptara una misma luz clara que sus puntas terminaban en mechas del fuego aguamarino, a la vez que sus alas aguamarinas se expandieran altas y grandes entre cubiertas de fuego y al final bajara la cabeza enfrente, abriendo sus ojos y éstos se encontraran celestes, perdiendo el rosa natural de Trixie.
Pero aun así, se mostraba presa de un ataque de pánico, hiperventilando con fuerza.
-Zephyr…¡Zephyr!- la nombró Rarity pero ella sólo se agitó más entre su expresión marcada de angustia, agitando sus alas para levantarse del suelo, mirando por todos lados hasta ver una ventana.
Zephyr presionó más su expresión cerrando con fuerza sus ojos mientras estiraba sus manos hacia adelante.
-¡Lo siento!- gritó para lanzar llamaradas de fuego que obligó a todos a lanzarse al suelo por pura seguridad.
El fuego se dirigió contra la ventana que reventó por el calor pero en el propio impacto se evaporó, para acto seguido Zephyr agitara sus alas y saliera volando por allí, fuera del edificio.
-¡Trixie!- gritó Rainbow invocando su transformación enseguida.
-¡Tú no te mueves de aquí!- mandó Devious irguiéndose del suelo -. ¡Tú y tú!- señaló a Rainbow y Fluttershy -. ¡Se quedan en la rueda de prensa, no más rumores que alimentar si se cancela!- miró a Cherry y Flash -. ¡Ustedes dos vayan tras ella y comuníquense por los brazaletes, AHORA!
Odiando la voz de mando de Devious, no podían discutir que tenía toda la razón. Cherry y Flash invocaron sus alas y salieron volando enseguida tras el rastro de Zephyr, mientras las demás no se podían explicar, por qué la fénix había reaccionado así, y huido.
…
Oooohhh.
Pues al fin pude dar avance de lo que pasa en Equestria.
Ya saben, si Flame es feliz, ¡Todos son felices! O habrá masacre xDD Y apareció la contrarte pony de Golden. No se parecen en nada, ¿o sí? xD
Y pues ahora viene la opinión pública, encontrar a Zephyr y otras cosillas más qué lidiar para nuestros protagonistas!
So…
¡Gracias por leer, dejen review, y…!
¡Sunny Honey, fuera!