Lo Que Somos Ahora
Chapter 35: Quienes Somos Parte I
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Parte I
Ahí frente a Twilight y Whooves, como si los estuviera esperando pacientemente, esa presencia en el cuerpo de Moon White se encontraba de pie a un extremo de la habitación a unos dos metros de distancia, casi pegada la espalda a la pared, sosteniéndoles una mirada fija, concentrada, magnética, con sus ojos duros, lisos pero brillantes, llenos de un algo difícil de interpretar, pero que sostenerle la mirada era casi inevitable como inquietante.
Twilight sentía que se le olvidó respirar mientras su corazón se contraía en rabia como de frustración, pero aun así, empezó a dibujar un firme ceño, dándole la cara sin titubear con una mirada desafiante mientras tragaba con fuerza saliva, en tanto los ojos azules de Whooves estaban entre inquietos y alertas, viendo ese porte y semblante que, aunque sólo habló con Moon White una vez hace ya más de diez días, pudo sentir a leguas que no se trataba de él realmente, al sentir tan pesada aura rodeándolo entre la rigidez de la expresión de su rostro apenas inmutándose, pasando a concentrar su mirada gris quieta en Twilight.
-¿Te dije o no aquel encuentro en el baile…que tú eras parcialmente culpable de lo que… "me convertí"?- volvió a hablarle con su voz tranquila sin inmutarse mucho, escuchándose muy elocuente, haciendo que Twilight tensara el cuerpo, aun así sin perder su semblante y ceño, sólo para ver que él deslizaba tranquilamente su mirada en Whooves, cambiando su gesto con una pequeña sonrisa que quería verse templada -. ¿Serías tan amable, de enseñarme tu reloj una vez más?- interrogó para tender su mano hacia él.
Twilight dejó abrir un poco más los ojos ante su pedido mientras que Whooves le fijó la mirada sintiendo como se le contraían los músculos en reacción, viendo esa espera tranquila de aquel cuerpo tan quieto que parecía una estatua. El joven crispó el rostro entrecerrándole los ojos, defensivo como inevitablemente intimidado por esa presencia inquietantemente calmada y quieta, esperando, con su mirada fija y punzante sobre él, aun con su brazo estirado y mano expandida.
Sin desprenderle la mirada, Whooves llevó su mano derecha a la izquierda para desabrocharse la correa del reloj.
-¡Time!- se asombró Twilight al ver su disposición, para quedar perpleja cuando lo vio alzar el reloj y lanzarlo con violenta fuerza contra el suelo en un seco sonido que rompió el corto silencio que se formó.
"Por eso te digo que mantengo el reloj en secreto" le había dicho Whooves al propio Moon White días atrás "Porque el mundo no está listo. Ni sé cuándo lo estará y mira que han pasado cuatro generaciones".
"Y es la última" se aseguró frunciendo más el ceño mientras el reloj aterrizaba al piso y algunas tuercas y engranajes se soltaron dispersándose en varias direcciones por el suelo, para seguido, Whooves aplastarlo con su pie y patearlo hasta el otro extremo de la pared, viendo cómo caían el resto de piezas con cierta punzada de angustia y de alivio, respirando ciertamente acelerado por lo que acaba de hacer: destruirle el reloj a ese ente.
Devolvió su mirada entre su fuerte entrecejo, encarando aun pese el temor que sentía de qué consecuencia pagaría por su rebeldía, pero es que no dejaría el reloj en esa mano, dándole posibilidad de alterar a su mal antojo la vida de los demás, cuando lo vio retraer su brazo a su lugar con lentitud sin perder esa tenue sonrisa.
-Darle fin a algo que nunca debió existir en primer lugar…es desahogante, ¿cierto?- exclamó él, elevándose un poco más su sonrisa entre su semblante rígido, reflejando una profunda satisfacción en su mirada gris en deleite, aprobando su acción con una tranquila alegría.
Whooves concentró más el ceño, observando su gesto mientras Twilight pasó su mirada de Whooves de vuelta al cuerpo de Moon White enseguida al escucharlo hablar, quien le viró la cara a Turner para brindar toda su atención en Twilight, y sin mover ni un dedo de donde él estaba, todo su alrededor se tragó en ese vacío oscuro para ella, desapareciendo del cuarto, sin Whooves, sólo ella frente la tiesa parada de quien maquina el cuerpo de Moon White, que el choque de la oscuridad le aturdió la vista de manera violenta que retrocedió en reacción, tambaleándose, casi por caerse.
-Yo te vi venir. Tardaste demasiado, pero sabía que vendrías- escuchó que le decía para parpadear varias veces y verlo en esa misma parada recta y tranquila a algunos metros de distancia, con un mirar fijo entre la pasividad de su expresión -. Por eso me…emocioné en verte apenas me liberé y me divertí contigo…inspiras diversión- ladeó despacio la cabeza sin desprender la mirada de Twilight al verse de nuevo encerrada allí, pero a diferencia de la primera vez, podía verse y podía verlo. -. Tú me dejaste atrapado con tu magia por un instante, pues yo hice lo mismo en su momento- concluyó mientras Twilight lo miraba alerta, con todo un remolino de sensaciones dentro de su ser.
-¿Qué quieres?- preguntó ella con voz dura, más bien como exigencia, sin mostrarse temerosa ante él como aquella primera vez -. Dime de una buena vez qué es lo que buscas- exclamó con voz demandante -. Por qué existes- agregó con firmeza y él le mantenía esa mirada tiesa con la rigidez de su rostro, apagando cada vez la expresión mientras ella agregaba palabras -qué haces aquí, por qué lo atosigas a Moon White y buscas causar dolor a los demás. Qué consigues reuniendo tanta desgracia- le entrecerró los ojos -. ¿Quién eres?- terminó por interrogar mientras él por endurecer el semblante, con esa mirada concentrada sobre ella.
-No voy a disculparme por lo que soy- le dijo con voz áspera pero ciertamente lamentosa -. ¿Porque quién se disculpa conmigo por lo que soy?- interrogó moviendo en un meneo lento su cabeza, frunciéndole el ceño, punzando con su mirada la desafiante de Twilight -. Leo en ti lo mismo que está escrito en mí- exclamó casi en susurro, provocando que Twilight tensara su barbilla -. Nadie te dijo lo que eras ni en lo que te convertirías- le encaró, empezando a caminar hacia ella, escuchándose sus pasos en su moderado andar, tomandose su tiempo -. Obtuviste un poder y un destino que no pediste- agregó mientras Twilight se daba idea de por dónde iba -. No tuviste de otra que aceptarlo, reconocer lo que eras y lo que te hacía sentir el deber de tu verdadera existencia- agregaba ya cortando mucho la distancia que existía entre ambos, haciendo que su corazón se empezara a acelerar inevitablemente -. Para al final, terminar en convertirte en lo que se supone en lo que debías ser porque no tenías opción. Porque después de todo, estaba en tu naturaleza serlo- se detuvo peligrosamente cerca de su rostro, mirándola como si tratara de ver a través de ella, como si buscara algo impotentemente, formándosele un entrecejo mientras ella no se inmutaba, manteniéndole esa enseriada mirada aunque su pecho se expandía y contraía de la inevitable ansiedad que sentía -. Y te terminó gustando, ¿cierto? En lo que te tocó ser al fin y al cabo. ¿Cierto?
Twilight sentía una fuerte incomodidad en la forma en cómo violaba su espacio personal, pero no iba a retroceder. Sentía que si lo hacía, se estaba dejando intimidar, y no, no esta vez. Esta vez no le ganaría los nervios ni el pánico, y reunió fuerza y valor para levantar un poco la barbilla, con sus ojos violetas expresándose duros y reñidores, sin apartar ni un poco el rostro, mientras reflexionaba lo que había dicho sin perder su estado precavido.
-Es difícil- le contestó tras asimilar la dirección de sus palabras -. Muy difícil y doloroso…pero es lo que soy, es cierto, y lo acepté.
Él no le dijo nada, pero su mirada se entornó...curiosa, dejando cierto paseo frío en Twilight con los vellos de su nuca erizándose... al reconocer ese gesto, habiéndoselo visto en...Moon White, siendo este y otros mismos gestos lo que en primer lugar, le hizo pensar que realmente se trataba de Moon White la primera vez que se encontraron en el baile, aunque esas estiradas y endurecidas facciones le hacían gritar que no era él.
Miró cómo le ladeaba despacio la cabeza sin desprender la mirada escudriña hacia ella, para deslizar sus ojos hacia a un lado, concentrando el ceño.
-¿Lo ves?- interrogó con sus ojos expresándose pensativos, hacia a un lado, pero hablándole a ella -. ¿Lo ves, Twilight? Tú entiendes. Entiendes bien- empezó a asentir para enfocar de nuevo su mirada en ella -. ¿Entonces por qué te atreves a reclamar lo que soy?- interrogó sin una gota de amenaza o frivolidad, sino más bien con esa intriga entre su tranquilidad, arrugando la frente sacudiendo la cabeza, pareciendo confundido realmente-. ¿Por qué? ¿Por qué impediste que Sunset Shimmer alcanzara su cometido la primera vez en este mundo? Porque esa no era Flame- le dijo acercándose más, obligando que Twilight retroceda al casi no tener espacio entre ellos, caminando de retro y él continuaba su andar de frente aun con ese fuerte ceño y mirada intrigada -. Era ella. Nunca nadie la obligó a nada, sólo quería a cualquier costo, lo que tanto deseaba desde que tiene memoria; el poder. Ella era lo que es, porque así debió ser. Es su naturaleza…- dijo para empezar a hablar más seco y duro -…pero algo la obstaculizaba y tuvo que alejarse de él….de mí, alejar a Flame de mí…pero entonces tú y el resto de humanas la suprimieron. La atoraron. La limitaron. La obligaron a ser débil, perceptible y sentir dolor cuando era fuerte e inmune a ello, condenándola a un inevitable y cruel sufrimiento- dijo para frenar su andar de súbito -. Y eso mismo hicieron más fuerte a Flame- sonrió lentamente, mirando los ojos violetas que danzaban en cada parte de su rostro, para agregar mientras perdía la sonrisa -. Y eso mismo me hizo fuerte a mí para finalmente encontrarla porque…-dijo para cerrar los ojos -…no hay más dolor tan agonizante que lleve la muerte cada día, que el único sentimiento compartido del amor…- agregó para abrir los ojos y la acusó con la mirada a Twilight, quien tenía sus ojos bien abiertos y sí, admirada de lo que acababa de revelarle, empezando a razonar, entender el por qué de algunas cosas...y se preguntaba por qué se lo decía tan descaradamente.
-¿Quién…quién es Flame?- preguntó aunque sospechaba que era ese el nombre de aquel espíritu dentro de Sunset. Él le acusó con la mirada.
-Lo sabes- le encaró serio -. Eres más lista que esto- se mostró malhumorado y ella apretó los dientes con un ceño.
-¿Pero quién eres tú?- interrogó, para ver como la quedaba mirando quedamente, para pasear su mirada a su alrededor, contemplando aquel vacío oscuro que los rodeaba.
-Soy el lado oscuro… del todo- contestó mientras le devolvía la mirada y simplemente la oscuridad lo absorbió.
Apenas Twilight pudo reaccionar mientras lo veía desaparecer frente a sus ojos, empezando a agitar su respiración con un fuerte ceño arrugando entre sus cejas, viéndose ahora sola en esa honda negritud que empezó a volverse más pesada que ahora así, la tragó, ya no pudiendo ni verse las palmas de las manos, envuelta ella misma en oscuridad.
…
Un aviso por el auricular fue suficiente para que los agentes que se encontraban en cada habitación donde tenían retenidas a las jóvenes con magia, las sorprendieran tomándolas con la guardia baja por la discusión que tenían de hacerles hablar sobre sus poderes y propósitos, que por más ellas explicaban lo limitante que sabían, parecía no ser suficiente para ellos para creer que decían toda la verdad.
Avisados al mismo tiempo, y casi actuando sincronizados, cada uno en un cuarto frente a una de las retenidas, sacaron con casi una invisible agilidad, un arma blanca de su cinturón de compartimientos, y antes de que pudieran reaccionar, dos alambres de metal se aterrizaban sobre ellas, descargando los electrodos y obligando a su cuerpo entumecerse mientras se retorcían del choque eléctrico mientras caían al suelo, quedándose tiesas mientras se sacudían agresivamente, recibiendo descargas, imposible reaccionar o tener la facultad de ordenar alguna acción a su cuerpo, siendo infligidas en recibir un insoportable dolor físico que equivalía a un calambre a nivel cuerpo, entumeciendo y contrayendo involuntariamente sus músculos, provocando estremecimientos, impidiéndoles hasta entrar el oxígeno, mientras sus nervios se volvían caóticos por la descarga de electricidad que recibían.
-¡No son más que unas niñas frágiles cuando no se transforman, ¿eh?!- se divirtió en ironizar el Superior, viendo todo desde los monitores, cuando se activó el auricular que cargaba puesto -. ¡¿Qué?!- atendió de manera agresiva, mientras escuchaba del otro lado -. ¡¿Cómo?!- interrogó con un profundo ceño mirando más absorto las pantallas.
-¡Señor, es imposible retener esas cosas!- hablaba un agente en voz muy alta mientras se escuchaban disparos, gritos de pánico, en pleno centro de la ciudad -. ¡Realmente son sombras! ¡Son intangibles! ¡¿Cómo combatir algo que no se puede tocar?!
-¡La mujer!- gritó con severidad -. ¡Deben encontrar a la mujer que provocó esto! ¡Los quiero a todos, en cada calle, buscando a esa maldita mujer y mátenla, mátenla, MÁTENLA!- vociferó respirando entrecortadamente con el rostro encolerizado, girando el cuerpo con agresividad cuando la puerta de aquella habitación se abrió abruptamente.
-Señor…- dijo el agente asomándose enseguida, odiando ser el portador de malas noticias -. El piso médico fue atacado- inició en decir, viendo como esos ojos azules de su Superior se inyectaban de furia, al inmediato saber quién se encontraba allí, mientras el agente simplemente se acercó hacia el tablero de control de las pantallas, sintiendo el fuerte calor de la punzante mirada que le daba, tratando de no sentir que moría desintegrado por ella.
Habilitó un monitor para mostrar el video del increíble y rápido ataque de Bonbon, que no tenía ni un minuto de duración, apareciendo entre un humo que alteró los sentidos de los agentes en un cuarto del piso médico, que con un simple buen golpe, éstos caían imposibilitados como si fuesen de juguetes.
El Superior no decía nada, absorto de ver esa apariencia de aquella otra traidora, tal como lo vio en Golden, captando enseguida la descomunal fuerza y agilidad que ese poder le daba, para acabar sin casi esforzarse en menos de un minuto, los seis agentes presentes, incluyendo a Devious Black, su agente de total confianza que donde vaya, él iba, siendo el último que resistió las interceptadas de Bonbon.
Vio cómo la atacante junto con Trixie Lulamoon, se llevaban a una muy convaleciente Golden, para desaparecer entre un nuevo humo.
El hombre no dijo absolutamente nada por unos segundos, aun con su mirada pegada al monitor, viendo el video repetirse.
-Búsquenla- se limitó en ordenar con seriedad entre la rigidez de su rostro, -. Y tráiganme a Ingenious Force- agregó mientras sus ojos se deslizaban de vuelta a las jóvenes torturadas con electricidad mientras agentes se movilizaron enseguida para acatar la orden.
Él presionó un botón del tablero, dejando encender una pequeña luz roja a un lado del botón y se colocó unos auriculares con micrófono incorporado.
-Retírense y reúnanse a los pasillos esperando mi indicación- ordenó, escuchándose su voz en cada auricular de los agentes dentro de cada habitación.
Ellos acataron la orden y se retiraron para juntarse, mientras las chicas estaban inmovilizadas en el suelo, aun hasta dándo temblores producto de la electricidad a la que estuvieran expuestas, con sus músculos totalmente endurecidos y latiéndoles de dolor, obligadas a verse incapacitadas a moverse en los próximos minutos. De todas formas, esos minutos eran suficientes.
Aun teniendo el Superior prendida su mirada en las pantallas, escuchaba desde los auriculares la mezcla de sonidos que había dentro de cada habitación, contemplando cuidadosamente cada joven, recordando sus actitudes frente a ellos, cada expresión, cada mirar, cada palabra dada, hasta enfocar sus ojos en una específica pantalla, asintiéndose para sí mismo a la elegida y acomodaba mejor el micrófono cerca de su boca para dar la indicación a los agentes que salieron de los cuartos y finalmente dirigirse a ellas.
-Creo que ya hemos sido lo suficientemente pacientes y amables con ustedes- empezó a hablar desde aquel micrófono, pudiendo ser escuchado con claridad en cada cuarto, estando las chicas aun tratando de asimilar el dolor en todo su cuerpo con diferentes expresiones de malestar, sorprendidas de oír la voz retumbar las paredes -. Pero si se ponen difíciles, pondremos las cosas más difíciles- agregó para descargar con mayor brusquedad su voz -. Díganme de una maldita vez qué es lo que está sucediendo. ¡En este momento uno de los suyos está atacando en la ciudad!
-¿Qué?- alcanzó a interrogar Mistery entre el dolor mientras las demás escuchaban atentas asimismo con exaltación y sorprendidas.
-¿Sunset…?- preguntó Pinkie Pie con preocupación.
-No, no es Sunset Shimmer- respondió él con sequedad -. Manipula sombras que ha dejado libres por donde quiera.
-¿Sombras?- repitió Fluttershy consternada.
-¡Jamás hemos oído de ella!- exclamó Rainbow Dash con severidad gesticulando aun de dolor.
-¡No sé de quién está hablando pero si está atacando…debe dejarnos ir para enfrentarlo como lo he hemos hecho siempre!- reclamó Applejack.
-¡¿Dejarlas libres?!- vociferó golpeando con fuerza el tablero. -. ¡Claro! ¡Y dejar unírsele con ella, ¿no?! ¡¿Por qué no?!- ironizó con rabia -. ¡Hablen de una maldita vez!
-¡Ya dijimos todo lo que sabemos!- exclamó Fluttershy entre lágrimas -. ¡Tampoco entendemos lo que está pasando, deben creernos de una vez! ¡No somos del lado que atacan!
-¡Se supone que trabajan para proteger a los demás!- reclamó Rainbow pudiendo irguiéndose de a poco de donde había estado caída -. ¡Esto se les va de las manos! ¡Déjenos salir!
-¡Nada se nos va de las manos!- replicó él con severidad -. ¡Por eso precisamente ustedes están aquí!
-¡Esta porquería no sirve!- vociferó Cherry, furiosa -. ¡Hacen más daño de lo que salvan vidas!
-¡Déjenos salir para entender lo que sucede!- vociferaba casi a la par Rarity y las demás daban diferentes exclamaciones de demandas, temiendo más que por ellas, ahora era por la gente que ahora estaban siendo atacados por una nueva amenaza mágica.
-¡Entonces no dirán ni saben nada! ¿Seguirán ese plan? ¡Muy bien! ¡Yo seguiré con el mío!- entumeció la barbilla para enfocar su mirada en cierta pantalla y mirar a los agentes dentro de la cabina -. Mátenla- ordenó, y esa sola palabra, heló la sangre de cada una, agudizando los oídos y paralizándoles el corazón.
Las jóvenes miraron con pánico como alertas el muro en el que habían visto deslizarse para dejar pasar a esos agentes, para escuchar enseguida un alarido de dolor que resonó en los cuartos, así como sonaba la voz del Superior hace un momento.
-¡Flu-Fluttershy!- gritó Rainbow Dash con esfuerzo mientras sus ojos se acumulaban de lágrimas, tratándose de mover entre sus músculos contraídos de dolor, mientras escuchaba más sonidos de golpes y quejidos que retumbaban en todo el cuarto.
-No…no, ¡Basta!- exigía Pinkie Pie horrorizada escuchando la golpiza que estuvieran dando a su amiga, tratando de concentrarse para transformarse.
-¡Malditos!- alcanzó a gruñir Cherry con sus ojos de nuevo vidriosos, logró invocar sus alas, tratando de moverse entre su adolorido cuerpo, pero no podría hacer gran cosa solo pudiendo volar, lamentando profundamente no poder hacer nada.
-¡Sólo podrán acabar con el sufrimiento de su amiga si explican de una vez qué es lo que sucede!- vociferó el Superior sabiendo que Fluttershy de todas las chicas, era la más sensible y delicada entre todas, basta sólo leer sus expresiones y comportamiento, para pensar que alguien como ella estaría siendo ahora mismo torturada, sabría que les daba por donde más les dolía para que empiecen hablar.
-¡Que no sabemos!- exclamó Lyra desesperada, muy angustiada agarrándose el pecho.
-¡Entonces no me importa ir sacrificando una en una!
-No…no pueden. ¡No!- gritó Applejack mientras su cuerpo resplandecía de verde para invocar su apariencia transformada, tratando de ponerse en pie con el dolor de sus músculos, moviendo sus lianas hacia una pared, golpeándola en un intento de poder derribarla, en su auxilio, sin éxito.
Tal vez haya pasado a lo mucho quince segundos entre el vaivén de los golpes y lamentos de aquella fina voz de Fluttershy y la discusión del Superior, pero fue tiempo suficiente para desesperar a cada una, tratando de invocar su transformación aunque su cuerpo les jugaba en contra.
La joven de cabello rosa pálido estaba en posición fetal, tapándose la cara entre un baño de lágrimas, profundamente asustada que no podía reaccionar bien para defenderse, una cosa era la práctica y otra muy diferente la vida real, pero aun presa de pánico, sintiendo más miedo por el hombre que las criaturas mágicas que enfrentaron en el pasado, trató realmente de concentrarse para al fin poder emitir la luz de su cuerpo para transformarse con aquel traje y brotar sus alas de mariposa, tratando enseguida de volar para alejarse pero una ala le fue agarrada y la lanzaron de vuelta al suelo, provocando que lanzara un nuevo quejido de dolor que con la respiración agitada, tragó saliva para lanzar desde sus manos unos espirales de energía rosa claro en el que revoloteaban traslúcidas mariposas, provocando aventar varios metros lejos de ella al agente.
-¡Perdón, no quiero lastimarlos pero tampoco quiero que me lastimen!- chilló ella derramando lágrimas para elevarse hasta el techo, viendo cómo el resto de agentes sacaron sus armas y sin esperar más, empezaron a balearla allí arrinconada.
…
A pocas cuadras de un hospital, Trixie Lulamoon se apareció entre el humo azulado. Bonbon sostenía a Golden entre sus brazos, prácticamente ausente de lo que pasaba a su alrededor, encerrada en su propia mente producto mismo de la hipotermia, que sus pulmones vagamente dejaban entrar aire, lo que tonteaba más su cabeza.
-Quédate con ella, yo debo ir por las demás- le dijo Trixie aceleradamente.
-Trixie, ten cuidado- exclamó Bonbon preocupada con un suave ceño.
-Descuida. Lo tendré- le aseguró forzando una sonrisa, aunque sentía su corazón latir nervioso.
Bonbon le dio una última mirada para precipitarse enseguida hacia el hospital, corriendo con cuidado.
-Golden, no te vayas a dormir, ¿Me oyes?- le decía lanzándole miradas, viendo cómo parpadeaba lentamente y sus ojos verdes estaban ausentes y apagados entre la fuerte lívidez de su rostro, sin dejar de sangrar de la cabeza y otras zonas del cuerpo que no podía ver, lo que hacía desesperar más -. Golden, dime algo. Vamos. Cualquier cosa. Una tontería. Un insulto. Lo que sea. Moléstame, pero…pero no me dejes…- decía acelerada con su respiración entrecortada mientras la sacudía al ver que dejaba de parpadear, lo que lograba hacerle fruncir el ceño del dolor, lanzando un quejido.
-M-mierda, no...n-no me termines… de joder, Drops…- reclamó, asentándose un poco a la realidad.
-¡Golden!- sonrió un poco aliviada a que al menos reaccionara al exterior, mientras cruzaba la calle frente al hospital, entrando abruptamente -. ¡Por favor, necesita ayuda!- avisó llamando la atención de la recepción del hospital.
…
¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! Retumbaban una y otra vez hasta mezclarse las balas en todos los cuartos, cortando de hecho la respiración de todas, paralizándolas.
-¡Nooo! ¡Basta! ¡Basta ya!- demandaba Rarity mientras tanto, asimismo transformada forzando su cuerpo a moverse y estirar la mano para empezar a tirar joyas mágicas contra las paredes, en afán de destruirlas.
-¡Fluttershy! ¡Fluttershy!- la nombraba desesperada Rainbow, jadeando en pánico y rabia al mismo tiempo, cerrando fuertemente los ojos.
*Flashback*
"-¡Así es, váyanse, perdedores!- gritaba una niña peliarcoiris de nueve años, con su puño levantado mientras veía unos mal resignados niños de su misma edad, todos enlodados igual que ella, irse de la cancha de césped tras un partido que ella ganó a cada uno por turno.
La niña tenía una sonrisa triunfal y se dio vuelta para ver a una compañera de cabello largo, lacio y rosa pálido, que sobre su cabeza reposaba un pajarito, su piel era amarillo muy claro que, aunque era más alta que ella y un año mayor, su personalidad pasiva le hacía ver todo lo contrario, mucho más introvertida que casi no era audible su voz. Pero era tierna, bondadosa y muy amable, por lo que no le parecía justo que se aprovecharan de ello.
-¿Lo ves? ¡Te dije que podría!- exclamó Rainbow entusiasta-. ¡Los muy torpes me subestimaron por ser una chica pero les gané la apuesta! ¡Jamás volverán a molestarte! Y si lo hacen…- decía para volver enfrente y dar una patada al balón que reposaba en la cancha, para salir disparado con fuerza hasta el arco haciendo un gol -. ¡Se las verán conmigo de nuevo!- rió triunfal para poner su vista en Fluttershy, quien mantenía una sonrisa entre su rostro cohibido mientras sus ojos resplandecían en una creciente felicidad.
-¿En…en verdad?- preguntó incrédula pero ilusionada juntando sus manos entre sí a la altura de su pecho.
-¡Por supuesto que sí!- sonrió anchamente pasando un brazo sobre sus hombros y le levantó un pulgar -. Yo siempre soy leal a mis amigas y tú eres una. Siempre voy a defenderte cuando me necesites.
-Mu…muchas gracias- exclamó la otra niña con una sonrisa entusiasmada expandiéndose en su rostro sin poder evitar las ganas de abrazarla de lado sin importar lo lodosa que estaba, mientras el pajarillo se posaba sobre la cabeza de Rainbow, como si le agradeciera también, haciendo que ambas empezaran a reír".
-¡FLUTTERSHY!- vociferó Rainbow con todas sus fuerzas cerrando sus ojos y su cuerpo resplandeció con el color magenta de sus ojos, cubriéndola un traje parecido a la armadura en su torso en tonalidades de blanco y celeste, con hombreras y muñequeras mientras su cabello crecía y se trenzaba, dejando su cerquillo y unos cuantos mechones sueltos cerca de su rostro.
La armadura se complementa con una falda unida a la cota de cuero y que imita la de un soldado romano, tiras de cuero anchas intercaladas con otras tiras en forma de escama y unidas con remaches, añadiendo más vistosidad a la misma, con unas largas botas hasta sobre la rodillas mientras un par de alas se expandían en su espalda.
Rainbow Dash no esperó nada ni perdió tiempo y se dejó conducir por el instinto, concentrando más su ceño entre su mirada vidriosa y desafiante llena de dolor, levantó a los lados sus brazos para llevarlos hacia adelante con un prácticamente invisible movimiento por la velocidad y fuerza y al unir sus manos, el impacto provocó que se expandiera una onda expansiva con un arco multicolores que se aventó a una velocidad que rompió la barrera del sonido, provocando no solo el bullicio de un estallido, sino que el arco aterrizó sobre la pared, reventando buena parte de éste, dejando caer montículos de cemento y levantara polvo.
Dentro de la cabina con monitores, todos los agentes quedaron boquiabiertos observando la pantalla de Rainbow Dash, incluyendo al Superior, para al segundo volver en sí poniéndose la cara colorada.
-¡¿Qué esperan!? ¡Muévanse! ¡Deténgala!- ordenó a gritos para volver su mirada a las pantallas y expandir más sus ojos, alerta. -. ¡Lulamoon volvió!
-¡¿Trixie?!- se sorprendió Mistery entre tosidos cuando repentinamente se expandió un humo azul oscuro en su cuarto.
-¡No hay tiempo!- se limitó en decir ella sosteniéndola de un brazo y lanzó otra esfera, para hacerla aparecer en lo que parecía ser un terreno baldío -. ¡Estamos a unas calles del hospital donde están Bonbon y Golden! ¡Pero ya regreso con las demás!- avisó de inmediato para hacerse desaparecer y verse en la habitación de Lyra, y así repetir lo indicado, cuando aquella pared-puerta se deslizó para dejar entrada a agentes que usaban mascarillas para no ser afectados por el humo de Trixie, que sin esperar nada, Lyra, que ya tenía invocado su cuerno, lo iluminó para concentrar sus manos de esa energía dorada y hacer aparecer aquellas grandes esferas doradas y lanzarlas contra los agentes una tras otra tras otra, distracción suficiente para al momento, Trixie dejara caer la esfera y desaparecerlas.
Mientras tanto…
-¡¿Rainbow?!- jadeó Pinkie Pie transformada ya, con sus ojos enormemente abiertos viendo entrar a la transformada Rainbow Dash, siendo su cuarto el adjunto con el de Rainbow y sea su pared la que se vino abajo.
-¡Ponte detrás de mí!- avisó sin detener su rápido vuelo para repetir su movimiento y provocar un nuevo arco multicolor que reventó la siguiente pared, siendo este ahora el cuarto de Applejack, dándose vuelta enseguida con sus ojos verdes bien abiertos, viendo que esos escandolos ruidos eran provocados por Rainbow.
-¡Te transformaste!
-¡A un lado!- dijo sin perder tiempo de hablar y la rubia se quitó de esa pared para que se reviente de nuevo y las tres detuvieran su aceleración en su andar cuando le aterrizaron encima varias de lo que parecían ser mariposas amarillas luminosas.
-¡FLUTTERSHY!- corearon las tres moviendo de un lado a otro sus extremidades, tratando de ver entre las mariposas que revoloteaban por el cuarto mientras en el suelo estaban todos los agentes al parecer inconscientes, pero sin rastro de Fluttershy.
-¡¿Dónde está Fluttershy?!- interrogó Applejack alarmada cuando todas las mariposas se reunieron frente a ellas, sólo para quedar impresionadas el como se materializaban en un cuerpo, el de su amiga, que tenía sus cejas profundamente curvadas con sus ojos vidriosos que sin espera, se abalanzó a Rainbow para abrazarla.
-¡Tenía mucho miedo!- lloriqueó la joven tímida apretujando a la peliarcoiris que devolvió el abrazo enseguida, profundamente aliviada -. ¡Empezaron a disparar y sólo cerré los ojos y y y…me deshice en mariposas! ¡Están en el suelo porque algo solté en esa forma y cayeron casi al mismo tiempo!- jadeó apartándose del abrazo muy angustiada, temblando.
-Tranquila, tranquila- le dijo Rainbow sujetándola de los brazos -. Sólo te defendiste. ¡Te querían matar!- exclamó con rabia.
-¡Tenemos que salir de aquí!- chilló Pinkie Pie.
-¡Cuidado!- exclamó Applejack cuando divisó a varios agentes acercarse con aquella pistola naranja de dardos con la intención de empezar a disparar, que tan rápido como los vieron, Pinkie Pie lanzó enseguida una flecha, Applejack estirara sus seis lianas tanto por arriba como por debajo, Fluttershy invocara ese espiral de energía con mariposas y Rainbow de nuevo provocó un arco multicolor.
Aquellos ataques conjuntos hizo que un grupo se vieran enredados entre enormes figuras de globos de animales, provocando torpeza en sus movimientos y se fueran cayendo aun así disparando pero al azar, haciendo que hasta unos dardos cayeran en su misma gente, otros fueron azotados por las lianas espinudas de Applejack en las manos para que soltaran el arma y los enredó con ellas para sacudirlos y lanzarlos con fuerza hasta hacia más allá de lo que era su cuarto, aterrizando entre los escombros de las paredes, otros más recibieron el impacto de la energía de mariposas lanzadas por Fluttershy y por último, el arco multicolor de Rainbow Dash los disparó a todos lo que quedaban, incluyendo los atrapados entre los globos por Pinkie, que hasta se reventaron por la fuerza, fueron lanzados con violencia contra la pared, dejándolos jadeando de dolor mientras iban bajando de la pared contra el suelo.
Pero sólo vieron aparecerse más desde esa misma puerta-entrada de la pared, empezando a disparar una tras otra, pero Pinkie Pie les lanzó seguidas flechas frente a ellas en que hizo aparecer docenas de enormes pasteles de cincuenta pisos para que que sean obstáculos de las balas, que como los cupcakes que había hecho para sus amigas, las tortas sacaron boca y clamaron un grito en coro y se inflaron para reventar, cubriendo a todos de masa y provocara que hasta resbalaran, cubriendo por completo todo el espacio de pastel, a la vez Fluttershy de nuevo cerró con fuerza los ojos y al deshacerse de nuevo en mariposas amarillas luminosas, se levantó unos destellos brillantes que dirigió hacia los agentes para asimismo, hacerlos caer en inconciencia como aquellos que la habían acorralado, pero entre todo el revuelo, un humo azul se levantó, irritando a todos las vías respiratorias como dificultar enteramente la visión entre la aparición de Trixie.
-¡¿Rainbow?!- la llamó haciéndose paso entre su humo.
-¡¿Trixie?!- coreó tanto Rainbow como Applejack y Pinkie entre tosidos.
-¿Qué? ¿Están ellas aquí?- decía para quedar a la vista frente a ellas -. ¡No hay tiempo!- repitió para ellas y deprisa tomarlas, y dejar caer la esfera.
-¡Espera, no!- exclamó Rainbow pero era muy tarde, viéndose repentinamente envuelta en la oscuridad de la noche entre todas las demás chicas, a excepción de una. -. ¡Fluttershy estaba con nosotras!
-¡¿Qué?! ¡No la vi!- exclamó Trixie confundida.
-¡Era las mariposas!- chilló Pinkie moviendo sus manos con si fuesen alas.
-¿Eh?
-¡Trae las mariposas!- corearon Rainbow, Applejack y Pinkie entre la confusión no solo de Trixie, sino de Rarity, Lyra, Mistery y Cherry.
-¡Bien, okey!- contestó ella acelerada e hizo aparecer la esfera.
-Voy contigo- dijo Rainbow acercándose enseguida a ella y Trixie lanzó la esfera para desaparecer entre el humo, haciendo toser de nuevo a las demás.
-Agradezco su ayuda…pero me quedaré sin pulmones…- jadeó Mistery entre sus tosidos que se mezclaba con el de las demás.
Trixie se apareció en donde debía estar Fluttershy, levantando aquel humo, escuchando el acercamiento de más gente en el lugar, que evadían los caídos y no resbalar de los pasteles a la vez que disparaban. Rainbow no perdió tiempo y provocó el impacto de sus manos para lanzar aquella onda con su arco multicolor y aventarlos con su presión, provocando que las balas cambiaran de dirección descuidadamente, mientras Trixie jadeaba asustada, mirando por todos lados casi imposible con el humo y por inercia levantó la mirada, viendo que en el techo, estaban mariposas amarillas manteniendo el vuelo.
-¡Fluttershy!- llamó Trixie mientras enseguida hizo aparecer una esfera y admirada vio cómo las mariposas entendieron su llamado, que volaron enseguida hacia ella y cuando empezó a oír las balas de nueva gente viniendo hasta ver unas clases de bolas rodando por el suelo, acercó a Rainbow y lanzó enseguida la esfera, dejándose aparecer con las demás en aquel baldío mientras donde habian estado en la Agencia, reventaban explosivos.
Trixie cayó de rodillas al suelo sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho. En todo momento tuvo miedo, apareciéndose en los cuartos mientras se presentaban agentes queriendo dormirlas y hasta ya dispararles, siendo hasta respaldada por cada una al ser ellos más rápidos ni bien la veía aparecer, pero esta vez dirigió el miedo a su favor para actuar y pensar concentrada en su alrededor. Ser útil en esta ocasión, no como la última vez, en el baile, en el que solo pudo llorar atrapada como una damisela. Entonces sintió un brazo que se tendía sobre su espalda, siendo Rainbow que le sonreía con una mirada que parecía orgullosa.
-En serio eres grande y poderosa, Lulamoon- expandió la sonrisa para abrazarla -. Gracias por rescatarnos, nos salvaste el pellejo- agregó mientras Trixie regulaba su agitada respiración, sonriéndose también.
Mientras tanto, las mariposas revolotearon en un solo lugar entre la maravillada mirada de las demás y se dio forma en Fluttershy, que tenía sus manos juntas y asimismo se dejó caer al suelo, pero sentada, tratando de tranquilizarse del susto. Enseguida las chicas se le acercaron, rodeándole para preguntar cómo estaba, pues lo que oían de los golpes y obvio, las balas, no era claramente nada lindo de imaginar.
-E-estoy bien- aseguró ella empezando a dibujar una pequeña sonrisa, aunque a simple vista se le podía ver unos cuantos moretones -. Me alegra tanto saber que todas ustedes también lo están pe-pero…- dijo profundizando el ceño -. ¿Y Golden y Bonbon? ¡Faltan ellas!- se ansió, parándose enseguida del suelo resistiendo el dolor de sus heridas -. ¡Las dejamos! ¡No pode…!
-Ya están afuera- la tranquilizó Rarity apoyando una mano sobre su hombro -. Están en el hospital.
-¿Hospital?- preguntó ella angustiada.
-Es por Golden- dijo Trixie levantándose del suelo para acercarse a ellas junto con Rainbow -. No está nada bien. Ella recibió la peor parte de entre todas- avisó curvando sus cejas.
Las demás enmudecieron, dejando arrugar su frente pasando a un semblante triste y preocupado, siendo Applejack la que retrocediera con un gran peso en su pecho.
-Golden…- la nombró taciturna sintiendo sus ojos ciertamente vidriosos con bastante lástima.
-No olvidemos algo- habló Pinkie Pie entre el pequeño silencio que se hizo pero con un concentrado ceño y seriedad -. Ese mal hombre dijo que algo o alguien está atacando la ciudad con sombras.
-Es verdad pero…¿Qué? ¿Quién?- interrogó Rainbow Dash preocupada.
-Pues es algo que tendremos que averiguar- exclamó Applejack.
-Será mejor que nosotras permanezcamos en el hospital con Bonbon- habló Cherry repentinamente -. No creo que esa gente se queden tranquilos con el escape no sólo nuestro, sino el de ellas. Van necesitar refuerzos. Nos va a necesitar.
-Tienes razón- dijo Rarity -. Además unidas podrán cuidarse unas a otras, como lo hemos estado haciendo hasta ahora.
-¡Por supuesto que sí!- afirmó Lyra con plena seguridad apretando sus manos y con Cherry y Mistery corrieron enseguida hacia el hospital, desapareciendo sus cuernos y alas en el trayecto.
-¿Entonces ustedes irán tras…esa cosa?- preguntó Trixie con un suave ceño -. ¿No habrá sido mentira para hacerlas hablar o algo así?
-No percibí que haya mentido, se oía demasiado serio - admitió Applejack.
-No dejaremos ese cabo suelto- exclamó Pinkie con un ceño determinado.
-¡Y si esa cosa está tras lo que le pasa a Sunset mucho menos!- exclamó Rainbow Dash, haciendo agudizar más los oídos de Trixie.
-¡Trixie estará con ustedes!- se ofreció ella enseguida con plena seguridad hacia Las Rainbooms, quienes quedaron mirando más fijamente a Trixie. -.¡En estas y en todas, Trixie estará luchando codo a codo con ustedes y Trixie dará todo de sí!
-Llegaste a transformarte…como nosotras…- cayó en cuenta Fluttershy, mirándola con aquel traje azul oscuro con estrellas doradas en su sombrero y botas.
-Y nosotras somos los elementos de la armonía…- agregó Rarity. -. ¿Quiere decir…que eres una…?- dudó en decir mientras Applejack tuvo un repentino flashback.
-"¿Estás pensando que Trixie o Sonata representan un elemento también?- había preguntado Applejack admirada tras lo que deducía Moon White en su visita al mundo humano.
-Sólo existen seis elementos según nos han dicho Twilight y tú- agregó Fluttershy.
-En Equestria…- respondió él para mirarlas con atención -…y esto, no es Equestria".
-Es algo que podemos discutir después- exclamó Applejack enseguida, aun así mirando sin poder evitar desconcierto de que Trixie tenga un tipo de magia como el de ellas y Moon White haya acertado a tantas cosas que están ocurriendo, incluyendo la magia no tan fuerte despertada en Mistery y las demás. -. Por ahora, tenemos una nueva amenaza mágica que vencer, que juntas esta vez y la magia de nuestro lado, podremos hacerle frente- dijo para colocar una mano enfrente.
-Como lo hemos hecho siempre- asintió Rainbow, para colocar su mano sobre la de Applejack.
-Y lo haremos siempre cuando nos necesiten- apoyó Rarity poniendo su mano.
-¡JUNTAS!- chilló Pinkie Pie emocionadísima brincando unos tres metros para depositar su mano con la de las demás.
-Y con una nueva integrante- sonrió Fluttershy colocando suavemente su mano sobre las demás, mirando a Trixie, al igual que el resto de portadoras.
Lulamoon recibió esas miradas valerosas y determinadas, con su amplia sonrisa, en una bienvenida. Entonces Trixie elevó mucho más la sonrisa al sentir transmitido toda la confianza, apoyo y calidez, perdiendo el temor que le quedaba, porque no estaba sola, y no dejaría a nadie sola.
-Por mantener la armonía- sonrió ella para concluir, colocando su mano sobre el resto y entre ellas, se miraron con un ceño decidido y temple osado, compartiendo y transmitiendo su misma determinación.
-¡Nuestro equipo debería tener un nombre!- chilló Pinkie Pie quebrando el momento con una enérgica sonrisa y todas la miraron con diferentes gestos impasibles mientras Pinkie empezaba hablar como carretilla -. ¡¿Qué les parece Powerpuff Girls?! ¡Neh, plagio y Lauren nos mata! ¡O Generación Mágica To The Rescue! ¡Uh uh uh! ¡La Liga Del Arcoíris Patea Traseros!
-¡Ahora no, Pinkie!- corearon todas exasperadas y ella frunció el ceño con un puchero.
-¡Ya pensaré en algo!
-Muy bien, Lulamoon- le dijo Rainbow a Trixie -. Llévanos a dónde están esas sombras.
Trixie la miró con firmeza y sonrió con confianza, para asentirle, concentrando su mente y entonces apareció la esfera. Todas enredaron sus brazos hasta formar un circulo y Trixie hizo caer la esfera para así, desaparecerse entre el humo.
Mientras tanto, en la base de la Agencia se estaba por terminar de reventar el movimiento del caos de lo que sucedía esta noche. Entre tanto ajetreo, entrada y salida, recibiendo y acatando ordenes.
Aquel caos era aprovechado por alguien.
Un insoportable dolor fue lo primero que sintió cuando despertó. Devious Black gesticuló de la molestia que lo aquejaba en el cuerpo, en especial en el centro de su estómago tras los embestidos golpes de aquella traidora y ahora, portadora también de esa clase de magia, cuando se dio cuenta que estaba siendo transportado en una silla de ruedas con cierta rapidez para adentrarse en un ascensor, cosa que fue lo que le extrañó bastante y levantó altas sospechas, pues estaba saliendo del piso médico.
-¡¿Qué demo…?!- alcanzó a decir volviendo mejor en sí mientras trataba de mover sus extremidades, pero descubrió que estaba esposado de manos y pies desde la silla de ruedas. -. ¿Qué rayos sucede?- se quejó con severidad, para ver aquella agente vestida con el uniforme blanco de aquellos encargados del piso médico, ponérsele en frente, con una profunda mirada enseriada, una que él ya conocía, pero aun así, no bajó la guardia, manteniendo la severidad sobre la suya. -. Sabía que no te quedarías tan tranquila. ¿Qué quieres?- interrogó viendo el cómo ella se bajaba la mascarilla que cubría nariz y boca.
-Si colaboras conmigo…te adelantaré tu ascenso.
…
Dentro de un cuarto de hospital, un par de médicos y enfermeras rodeaban la camilla en la que Golden estaba recostada. Mientras Bonbon estaba a un lado del cuarto viendo y escuchando la mezcla de aceleradas voces del equipo médico, divisando zonas moradas del torso de Golden, que el solo le palpaban ciertas zonas, Golden se retorcía de dolor, llegando a dar un alarido con su rostro apretándose.
Bonbon sólo podía ver con sus ojos pegados a la escena y el corazón estrujado, hasta aun con su apariencia con el cabello largo, pues ni se había acordado de eso, escuchando el listado de males que aquejaban a su amiga mientras la revisaban, descubriendo que tenía lesiones y hemorragias internas, contusión cerebral y en el hígado. Rasgadura del bazo. Lenta respuesta psicomotriz. Insuficiencia cardiaca. Lesiones de tercer grado de hipotermia que arrastraba algunos males, entre ellos que no llegaba a llenar del todo de aire sus pulmones y tenía insensibilidad en las extremidades por la temperatura fría expuesta. La lista seguía y Bonbon sólo podía dejar vidriar los ojos en rabia e impotencia por el mal estado en el que la habían dejado, hasta reaccionar y hacerse a un lado con torpeza cuando la sacaban a intervenirla urgentemente.
*Flashback*
"-¿Puedes hacerme compañía?- había preguntado Golden de unos trece años tras un horrible entretenimiento más para ella.
-No- dijo con inexpresividad Bonbon colocando su bolso sobre el hombro y le daba la espalda.
-¡Sólo un momento! No quiero estar sola. Por…por favor- pareció suplicar, pero Bonbon siguió caminando, dejándola atrás, sólo para al día siguiente enterarse, que esa niña, se había intentado suicidar esa tarde que suplicó su compañía".
-Golden… ¡Golden!- se le salió llamarla con voz fina, hiendo tras de ella con la urgente necesidad de hacerle compañía, cuando sintió que la agarraban del antebrazo.
Bonbon se volteó enseguida para mirar a una enfermera que le dio una mirada amable y le sonrió.
-Lo siento, pero no puede entrar a la Sala de Operaciones. Tendrá que esperar aquí.
-Pero me necesita…- se le salió decir en lamento, regresando su mirar hacia donde desaparecía la camilla.
-Pero no puede hacer nada allí dentro- le hablaba con serenidad mientras Bonbon le daba la cara, para empezar a fruncir el ceño al ver el repentino cambio del gesto de la mujer por uno más duro -. Entrégate o yo misma desconecto a esa traidora- amenazó con frialdad mientras Bonbon abría más los ojos profundizando el ceño.
Entre su acelerado andar, Cherry, Mistery y Lyra se precipitaban entre los pasillos del hospital hacia el lugar en que estaban atendiendo a Golden según indicó una enfermera en recepción. Eran alrededor de las diez de la noche y los pasillos estaban solitarios, escuchándose sus pasos con claridad.
-¡No corran en los pasillos!- llamó la atención un médico tras de ellas.
-¡Doctor, disculpe!- se apresuró Lyra al dar la vuelta por su intervención y fue hacia él - . Perdón, pero buscamos a una amiga, su nombre es Carrot Top- dijo mientras se ponía al lado de él, preguntando por ese nombre pues fue el nombre que reconoció la enfermera, y no por Golden Harvest.
-¿Familiar?- preguntó el hombre deteniendo su andar, mirándola.
-Amiga. Somos amigas- recalcó lanzando una mirada a Mistery y Cherry que se acercaban para escuchar.
-En este momento fue trasladada a Sala de Operaciones- avisó de manera profesional pero amable, mirando las preocupadas miradas que se dieron las tres -. La amiga que la acompañaba está en la Sala de Espera en mismo pasillo. Si me acompañan para que se puedan encontrar…
-¡Por favor y gracias!- exclamó Cherry expandiendo una rápida sonrisa en agradecimiento y con las demás, siguieron tras de él.
-¿Pero qué tiene? ¿Es grave?- preguntaba Mistery mientras caminaban hasta un ascensor que se abrió las puertas, cuando un ruido las hizo respingar en ese mismo pasillo, divisando algunos metros, el cuerpo de una enfermera salir disparado al cuarto donde ellas se dirigían, estrellándose contra la pared, saliendo Bonbon con sus puños formados, para encontrarse con la mirada de Cherry, Lyra y Mistery, cabiendo claves de lo que sucedía.
-¡Usted es uno de ellos!- vociferó Cherry con un ceño mirando al médico.
-¡ENTREN!- ordenó con tono áspero el agente que trabaja médico bajo su otra identidad e hizo el ademán de empujarlas dentro del ascensor, pero Cherry invocó sus alas enseguida y tomó a Mistery y Lyra para aletear sus alas con fuerza para impulsarse hacia atrás y arrastrarlas volando directo a Bonbon.
-¡Con que en verdad son unos monstruos!- vociferó él tras ellas aunque al principio se consternó por ver lo que le habían informado desde la Sala de Control de la Agencia a los agentes en hospitales, a estar atentos de las llegadas de estas chicas, sabiendo que por el estado de Golden, no la arriesgarían.
-Las tenemos en el segundo piso- avisó la enfermera- agente desde donde estaba caída desde un radio que suelen usar entre médicos -. Repito. Las fugitivas están en el segundo piso.
-¡¿En serio por qué no entienden que no somos una amenaza?!- se frustró Mistery mientras invocaba su cuerno y encerró a todas en un domo morado. Lyra hizo lo mismo para reforzarse su seguridad.
-No creo que quieran hacer un escándalo mayor para llamar la atención- dijo Bonbon con severidad a ellos para dar una rápida mirada a la cámara de seguridad del pasillo del hospital, pero él soltó una risa seca mientras se acercaba a ellas.
-¿Quién crees que están a cargo de la seguridad del hospital, novata?- interrogó con cinismo para lanzar una afilada mirada -. Ahora, me van a obedecer y síganme- ordenó.
-¡No iremos a ningún lado!- exclamó Lyra ceñuda, reforzando su domo. -. ¡Sólo déjenos en paz! ¡Estamos aquí por una amiga!
-Son enemigos de la Agencia ahora, no dejaremos esparcir más extraña procedencia con…"magia".
-El miedo a lo que no entienden lo tildan de peligroso- exclamó Bonbon con seriedad -. Razonen de una vez. Si quisiéramos matarlos como amenazas que supuestamente somos, lo habríamos hecho ¿No lo cree? En lo que a mí respecta, ustedes son el peligro y la amenaza, mientras una de las nuestras está pendiendo su vida por la tortura de doce horas que le hicieron- encaró con voz tiesa en reproche mientras detrás de él llegaban más médicos-agentes.
-Es una sucia traidora al igual que tú- escupió con frialdad la enfermera -. Retaron a la Agencia al no alertar los ataques sobrenaturales por cubrir su magia.
-¡Esto nunca se trató ni de la Agencia ni de la magia!- vociferó Mistery con la mirada vidriada pero determinada -. ¡Se trata sólo de amistad! - agregó con voz fina mientras pasaba una mirada a Cherry, Lyra y Bonbon, ablandando su rostro, pues en serio, esa era la verdadera razón por la que luchaban, pensando en el resto de chicas, las cosas buenas y malas que pasaron en los últimos días, hasta salvar a la propia Sunset, sintiendo el corazón muy pesado -. Sólo…sólo algo tan simple como eso…- se encogió de hombros dándoles de vuelta la cara con obviedad, contemplando a seis agentes más entre hombres y mujeres con su uniforme de médicos como de guardias de seguridad, reuniéndose en donde ellas estaban -. ¿En serio se les hace tan difícil de entender que nos protegemos y defendemos entre sí, sólo porque somos amigas?
-Por favor…basta...- pidió Cherry, más amable con su mirada igual de vidriada, creciendo una leve esperanza, porque por primera vez desde que estuvo frente a estos agentes, vio duda y debate en el rostro de algunos, mirándolas por primera vez como…las jovencitas que eran, mientras un par de puertas se abrían y se sorprendían de lo que veían.
…
Era casi como una guarida, pero siempre era la casa de Soarin el punto de encuentro con sus amigos. Era el único que no había ido al hospital y sus amigos llegaron a su casa para contarle con detalles lo que Twilight estaría haciendo en estos momentos.
Los cinco amigos estaban reunidos sentados en diferentes puntos de la habitación de Soarin, siendo Flash el que estaba parado cerca de la ventana contemplando las calles oscuras alumbradas por los postes.
-¿Y si no logra cambiar nada?- preguntó Soarin tras una larga pausa.
-Amigo, no seas pesimista- exclamó Cheese sentado en la silla de su computadora con el espaldar hacia adelante, rodando un poco por el espacio.
-Puede suceder- admitió Caramel.
-Pues yo prefiero ser optimista- replicó Cheese.
-Yo ya ni sé qué pensar- murmuró Thunderlane.
-Qué novedad- bufó un poco Caramel provocando leves sonrisas de cada uno, incluyendo a Thunderlane, siendo su amigo, no se sentía ofendido, pues sabía que no lo decía en serio.
-Confío que Twilight sabrá lo que hace- suspiró Flash recién hablando, sin apartar la mirada de la calle.
-Respecto a eso…- mencionó Soarin deslizando su mirada hacia donde estaba acomodado Flash con la mirada perdida fuera de la ventana -…aun no puedo creer que tengas magia por ella, digo, te salieron alas- conversó haciendo que Flash moviera sus ojos hacia él, aun algo ensimismado.
-Lo sé…- suavizó un ceño -…no sabía que esa conexión con Twilight provocaría eso. Tal vez nunca fue amor pero…siempre algo me llamó en…estar atento con ella. Como cuidarla…protegerla…- sacudió la cabeza -. No iba dejarla morir sin antes hacer todo lo que esté en mi alcance.
-Entiendo eso- murmuró Thunderlane, casi como recortes de película, viendo el opaco color verde de los ojos de Applejack, atacándolo, azotes tras azotes, mientras él protegía la extraña e inexplicable existencia de la niña igual a ella que cubría entre sus brazos y ponía su cuerpo de escudo para que no resultara herida por... ella misma.
Pero aguó los ojos, pues sabía que no había asegurado de abstenerla de peligro, quién sabe dónde estuviera y cómo. Se volvía loco pensando en su bienestar, y sabía cómo estaba de quebrada su familia, la de todas las desaparecidas, llegando a salir en los medios para que el misterio de su desaparición se haya convertido hasta ahora, en la noticia bomba que ayudaba a vender los diarios como pan caliente, buscando a las once desaparecidas.
Entonces sonó un celular.
Levantó la mirada para ver a Flash sacar su celular del bolsillo y quedarse casi en piedra.
-¡Es Time Turner!- avisó de inmediato, casi con torpeza dando la mirada a sus amigos quienes palidecieron.
-No…no cambió nada…¡¿no pudieron?!- reaccionó Soarin con preocupación mientras Flash tomaba la llamada enseguida.
-¿Hola?
-¡No sirvió de nada! ¡Todo cayó a su favor!- no perdió tiempo.
-¡¿Qué?!- no evitó en reaccionar casi en un grito de angustia para apartar el teléfono y ponerlo en altavoz para que escuchen todos, quienes se movieron de prisa para estar más cerca y escuchar mejor.
-¡Se creó una paradoja! ¡Prácticamente la intervención de Twilight y mía fue la causante de que esos entes reaccionaran en el cuerpo de Moon White y Sunset Shimmer! ¡Pero por ahora eso en serio no importa porque se la llevó! ¡Esa cosa se llevó a Twilight!
-¡¿Dónde estás ahora?!- preguntó Flash con una creciente ansiedad que trataba de calmar, viendo la cara frustrada y angustiada de los demás, que también reflejaban aprensión.
-En el hospital. Ya los doctores descubrieron que ella no está y la andan buscando por todo el edificio.
-Voy por allá- avisó para colgar.
-¡Vamos para allá!- corrigió Cheese para moverse enseguida al mismo tiempo que todos, saliendo rápidamente por la puerta y recorriendo acelerados los pasillos.
-¡Muchachos, ¿Dónde creen que van tan tarde?!- se escuchó la severa voz de una mujer y los cinco gesticularon con cierta molestia.
-¡Mamá, ya te dije!- exclamó de prisa Soarin viendo a la mujer en bata y brazos cruzados saliendo de su cuarto enseguida al escuchar el ruido de su prisa. -. Una amiga está en el hospital y acaba de empeorar, debemos ir a…
-¡Santos cielos, vengan, vengan!- escucharon la voz del padre de Soarin desde dentro del cuarto.
-En serio, no tenemos tiempo, debemos salir…- decía Soarin mientras empezaba a caminar de nuevo con el resto.
-¡¿ESTÁS LOCO?! ¡NINGUNO SALE! ¡VENGAN ACÁ AHORA Y VEAN, HE DICHO!- ordenó con voz grave y severa el señor, cosa que heló la sangre de los chicos pero que los extrañó también, obedeciendo para ingresar al cuarto en el que se veía la televisión encendida y el hombre subía más el volumen con un rostro estupefacto con la mirada pegada a la pantalla.
Los chicos enfocaron su mirada al televisor, para volver a tensar todo su cuerpo, al ver la interrupción de la programación habitual del canal, para mostrar en vivo lo que estaba sucediendo en el centro de la ciudad, viendo con la prudencia distancia de los periodistas, grabar aquellas largas siluetas negras paradas en lo que parecían dos piernas y con sus grandes manos y largos dedos, recorrer calles y moviendo cosas desde sus sombras y mientras más parecían tomar, ganaban más tamaño, pasando ya los cinco metros.
Se podía ver uniformados tratando de controlar la situación, sin parecer poder hacer más que rescatar y evacuar personas que transitaban y viven en los alrededores.
-¡NADIE SALE DE AQUÍ!- vociferó de nuevo el padre de Soarin, consternado y temeroso por lo que veía -. ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ SUCEDIENDO?
-Es el diablo- dijo su mujer sacudiendo la cabeza llevándose la mano al pecho, horrorizada -. Son los demonios. Es…es el fin del mundo- decía entrando en pánico mientras su hijo y sus amigos, apenas podían reaccionar, de que en serio, esto estaba sucediendo y transmitido por todos lados.
…
Aquel humo azulado se esparció en una calle del centro de la ciudad, estando las seis chicas en el lugar que ocurría el caos. Todas estaban en posición alertas, hasta Pinkie Pie teniendo lista una flecha, mirando su alrededor que parecía escenario de alguna tormenta por los coches abandonados y destrozados, postes caídos en el suelo como sobre edificios, almacenes deteriorados y pertenencias regadas en el suelo.
Estaban atentas mirando su alrededor, cuando escucharon un especie de gruñido, que apenas hicieron el ademán para darse la vuelta, todas sin excepción, fueron azotadas contra el suelo y empezando a ser arrastradas por el asfalto, viendo consternadas una enorme silueta negra alargada de al menos siete metros que con solo estirar sus delgados brazos de manos grandes y dedos largos, alcanzó sus sombras para arrastrarlas. Tras de éste, sobre los edificios, estaban otras sombras que desde la cima, arrastraban otras sombras, haciendo que su tamaño creciera mucho más.
-¡Nos agarra de las sombras!- chilló Rarity entrecortados quejidos que se le salían del asombro.
-¡Gracias por el obvio dato, Einstein!- ironizó Rainbow tratando de mover sus brazos para provocar aquel arco multicolor pero las sombras de sus brazos también le fueron atrapadas, como el de las demás, sin poder moverse para provocar algo y fueron lanzadas a diferentes direcciones.
Automáticamente Fluttershy se deshizo en mariposas, Rainbow obstruyó su caída moviendo sus alas enseguida para retener la fuerza por la que fue lanzada para apresurarse a atrapar a la que estaba más cerca, siendo Applejack, que inconscientemente enredó sus lianas alrededor de Rainbow.
-¡Auch!- se quejó la peliarcoiris de dolor por las espinas que cubrían sus lianas.
-¡Lo siento!- exclamó apartándoselas.
-¡WIIII!- gritó Pinkie Pie mientras giraba por los aires con una inevitable risa, para poner sus pies enfrente en posición al llegar hacia al edificio que fue lanzada para rebotar con sus altos largos saltos y entre brinco y brinco ágiles y rápidos que sobrepasaba los diez metros, divisó a donde aterrizaría Rarity que inevitable lanzó un grito aterrada, por lo que Pinkie lanzó una flecha, que aterrizó antes que la modista y una castillo de juego inflable apareció, cayendo ahí la pelimorada entre pelotas de varios colores, sacando la cabeza con Gummi sobre ella que masticaba una pelota toda babeada.
Por su parte, Trixie hizo aparecer una esfera que ella misma reventó entre sus manos, para aparecerse junto con Rainbow y Applejack, obligándolas a toser.
Fluttershy convertida en varias mariposas, se precipitó hacia donde estaban las sombras y dejó brotar aquellos destellos luminosos en un intento de conseguir dormirlas, sobrevolando en ellas, pero no tuvo éxito en su intención, pero contemplaba de cerca lo que estaban haciendo, no de por gusto haciendo el alboroto.
-¡Okey! ¡Dato captado!- exclamó Rainbow estirando sus manos entre Applejack y Trixie -. ¡Esas cosas nos agarran de…!
-¡Nuestras sombras!- le interrumpió Trixie consternada levantando la voz.
-Es lo que iba a decir- le dijo Rainbow sacudiendo la cabeza.
-¡No, en serio, nuestras sombras…no están!- recalcó Trixie señalando el suelo, haciendo que Rainbow y Applejack concentraran su mirada en buscar las suyas y efectivamente no estaban.
-¡Esas cosas se siguen moviendo más adentro de la ciudad!- escucharon la voz de Fluttershy ya en su forma de cuerpo entero volando directo hacia ellas mientras más atrás saltaba Pinkie Pie con Rarity como doncella en sus brazos. -. Están haciendo un caos para robar las sombras de las cosas y se hacen más grandes- dijo lo que vio de inmediato con un preocupado ceño.
-¡No en mi turno!- clamó Rainbow con un ceño y sonrisa segura para precipitarse en vuelo.
-¡Rainbow!- llamó Rarity mirando con las demás como había despegado y desaparecido enseguida tras las sombras.
-¡Rayos! ¡Vamos tras esa acelerada!- exclamó Applejack enojada y Trixie hizo aparecer una esfera.
-¡Hey, tontos!- gritó Rainbow Dash cuando volaba ya en picada hacia las sombras que continuaba robando sombras de todo lo que encontraba, que al menos los agentes mezclados entre oficiales, se habían dedicado a evacuar gente de los alrededores. -. ¡Les falta un poco de color!- vociferó con sonrisa audaz y gesto confiado, y juntó con fuerza sus manos para provocar aquella onda expansiva y su arco multicolor se precipitara en dirección hacia ellos…y los traspasara. -. ¡¿Qué?!- reclamó con su ego fundido mientras expandía bastante sus ojos viendo como su arco provocó más destrucción en aquella zona, sin afectar ni un poco a las sombras, que se dedicaron solo en gruñirle para continuar con su trabajo.
-¡Rainbow!- escuchó la voz de Fluttershy volando hacia ella hasta esa altura en el cielo.
-¡No les hizo nada!- no perdió tiempo para decir, frustrada y enojada.
-¡Ven, vamos con las demás!- le dijo con voz suave para que no se alterara más y le tomó de la muñeca para dirigir su vuelo hacia abajo donde estaban el resto tras la aparición que hizo Trixie.
-¡¿En qué rayos pensabas?!- se quejó Applejack ceñuda ni bien vio a Rainbow cerca de aterrizar hacia ellas -. ¡No puedes solo inflar tu pecho e ir sola a enfrentar esas cosas!
-¡Oye! ¡Mi arco fue lo que más nos salvó el trasero para no quedar llenas de agujeros como cernideras!- se defendió con un fuerte entrecejo aterrizando en el suelo.
-¡Ah pues! ¿Entonces debo darte las gracias por declararte en trabajar en solitario? ¡No me digas que te crees mejor que todas!
-¡No dije eso, plantitas!
-¡Repite eso!- se encolerizó más.
-¡Plantitas, plantitas, plantitas!- repitió molesta y Applejack puso defensiva sus lianas, alzándolas en su dirección mientras se lanzaban miradas eléctricas.
-¡Bah! ¡¿Es en serio?!- se quejó Rarity para ponerse entre ellas y separarlas -. ¡No es momento para discusiones que no nos llevarán a ningún lado!
-¡Sí nos llevarán!- replicó Rainbow dándole la cara -. ¡Porque mi poder no les hizo nada! ¡Simplemente las traspasó!
-Y si nos toman de las sombras, eso quiere decir…¿Que no pueden tocar cosas tangibles?- se aventuró en deducir Trixie parpadeando varias veces recorriendo su mirada entre las demás.
-Pero si es que son intangibles, ¿Cómo vamos a retenerlos?- preguntó Fluttershy pensativa mientras terminaban de acercarse Pinkie y Rarity.
-¡Uh uh uh!- chilló Pinkie levantando un brazo como si estuviese en clase -. ¡Yo sé! ¡Yo sé! ¡Pregúntame a mí! ¡A mí!
-¡Habla de una vez, Pinkie!- se impacientó Rainbow -. No tenemos el tiempo del mundo.
-¡Okie dokie lokie!- sonrió -. Había una vez, una pequeña y dulce Marble…
-¡PINKIE!
-¡Déjenme terminar de hablar!- se frustró con un ceño -. Digo que cuando mi hermanita era apenas una Marblecita, temía de los "monstruos oscuros" de la pared ¡Uh! ¡Así podemos llamar a estas sombras! ¡Monstruos Oscuros!- dijo con voz macabra con la cara impaciente de las demás por otro mal nombre -, ¡Retomando! Esos Monstruos Oscuros que decía Marble, eran solo sombras de las ramas de árboles que se proyectaban desde la calle por la luz de luna. ¡Entonces mi muy inteligente hermana Maud tuvo una genialosa idea! Colocó cortinas de tela gruesa en su ventana para que no se aparezcan los monstruos.
-Interesante teoría pero…esas sombras…- decía Fluttershy.
-¡Monstruos Oscuros!- corrigió Pinkie.
-Ehm…sí, Monstruos Oscuros, son muchísimos más grande que ramas de árboles, no podremos cubrir la luna- dijo la joven torciendo el gesto.
-Pero sí debilitar las sombras que roban- pensó Rarity en voz alta.
-Hasta ellos mismos si son igual sombras- hiló la idea Applejack.
-¿Entonces proponemos una ciudad en vuelta en oscuras?- interrogó Rainbow Dash y todas se dieron una misma mirada, cuando el repentino sonido de unos disparos las interrumpieron.
Rarity se agitó y enseguida las cubrió a todas con aquel domo traslúcido destellante mientras se aterrizaban balas que rebotaban en diferentes direcciones.
-¡Tenemos órdenes de matarlas, sigan disparando!- exclamaba un agente desde su auricular, disparando desde el alto de un edificio al igual que otros que desde la distancia, empezaron a balear en donde estaban ellas.
-¡Nos sacamos de aquí!- avisó Trixie desde dentro del domo, haciendo aparecer un esfera.
-¡Cualquier lugar es mejor que este!- chilló Pinkie Pie y Trixie lanzó la esfera para desaparecerse mientras empezaban a toser envueltas de aquel humo azul, pero entonces escucharon el conjunto grito y exclamaciones de personas, encontrándose ellas al norte de la ciudad, viendo otras sombras robando y alimentándose de otras, mientras su tamaño sobrepasaba ya los quince metros y otra de más altura. -. O tal vez no…- jadeó Pinkie con sus ojos engrandecidos igual que las demás con el pánico levantado quien sabe en qué otras partes de la ciudad, habiendo más sombras de las que vieron.
Mientras tanto, desplegaba en el cielo Shadow Light, ignorando tranquila el trabajo que hacían por ella aquellas sombras, entrando en desesperación ya tras la ardua búsqueda que hacía de cierto edificio.
-¡¿Dónde estás?!- reclamó una vez más con rabia.
-Supongo que no hablas de mí- escuchó ella, provocando que detenga su vuelo para dejarse suspendida en el aire para buscar con la mirada de dónde provenía esa voz, sintiendo repentinamente una mano rodeando su cuello, acariciando el Amuleto del Alicornio que cargaba. -. Sino de quien selló tu existencia en una joya, literal y metafóricamente.
-¡Entrégamela!- exigió a Celestia enfurecida, apartándose de golpe para darse la vuelta y encontrarse con la satisfactoria sonrisa del rostro blanco y de mirada gris muy absorto en el ánimo de aquella alicornio conduciendo el cuerpo de su contraparte humano.
-¿Qué piensas hacer con ella?
-¡No te interesa! ¡Dámela!- reclamó iluminando su cuerno de donde lanzó un rayo rojo directo hacia él, quien simplemente envolvió su cuerpo con sus enormes alas negras, las cuales tragaron el rayo disparado, sorprendiendo a Shadow.
-No soy tu enemigo ni quiero hacerte sufrir- dijo él mientras abría de nuevo sus alas -. Sólo en verdad quiero saber qué quieres de ésta Celestia. Me confundes. ¿Cómo puedes amar y odiar a alguien al mismo tiempo? ¿Querrías abrazarla aunque sintieras el dolor del resentimiento carcomiéndote? ¿O llorarías de dolor mientras ves extinguirse su vida frente a tus ojos? Pero si lo pienso, igual de una u otra forma, vas a sufrir, y en serio creo que has sufrido bastante.
-Eso no te concierne. ¡Sabré qué hacer cuando la tenga enfrente!- vociferó rabiosa.
-Supongo que debes ganártelo. Ya te he regalo muchas cosas.
-¡Oye tú, ¿Quién te crees que…?!
-Ve a los pasos de desnivel- le interrumpió.
-¿Qué?- se confundió.
-Ahí está. En un paso de desnivel, date la idea de un puente en plena calle. ¿Me explico?- la guió serenamente -. Allí la encontrarás, si es que logras encontrarla allí antes de que se vaya- terminó de decir para desplegar sus alas.
-¡No te irás de nuevo!- reclamó volando tras de él.
-No eres mi única invitada de esta noche- se limitó en decirle para perderse frente a ella entre la oscuridad del cielo nocturno.
Shadow profundizó un ceño, frustrada y conteniendo más su rabia, al tener que igualmente continuar con su búsqueda aunque con mejor pista.
…
-¡¿Cómo es que esto se ha salido de control?!- vociferó el Superior en el caos dentro de la Sala de Control de la Agencia, con los agentes responsables de esta área no dejaban de monitorear y rastrear no solo las sombras y la mujer que lo provocó, sino también a todas las retenidas que acababan de escapar.
Voces que se entremezclaban, moviéndose de un lado a otro mientras recibían información de los agentes que se expandían a lo largo de la ciudad para encontrar a la mujer de vestido negro, con alas y un cuerno en su frente, como varios testigos la habían descrito, además de que las cámaras de seguridad de tránsito, había captado el momento en el que Shadow había invocado vida a las sombras que se movieron magnéticas a ella.
Aquella red de comunicaciones prácticamente hacía una interacción directa y real con los agentes divididos con los que cubrían los exteriores.
-¡Esta vez no quiero tonterías! ¡A todas esas fenómenos las quiero muertas de una buena vez!- vociferó ardido.
-Son herramientas demasiado complicadas de usar para ti ¿eh?- escuchó atrás suyo, sólo para darse la vuelta y encontrarse con cierta mujer de piel crema y cabello rosa mirándolo con aquella dura mirada de sus ojos verdes, vistiendo aquel conjunto negro que usa un agente activo bajo un abrigo del mismo color y ella cruzada de brazos. -. Créeme. Yo sé de lo que hablo cuando se trata de personas difíciles de arrear. Viviré en tres semanas dieciocho años con una.
-Si es que no la mato primero- farfulló él con frialdad, encaminándose enseguida hacia ella, quien no se inmutó a la amenaza, advertencia, o lo que sea que trató de expresar entre su endurecida cara.
-No era necesario que enviarás por mí, "Joe"- le dijo quieta mientras lo esperaba a que llegara hacia ella -. Vine por mí misma a reportar cómo Beatrix Lulamoon apareció en su cuarto, y Sweetie se transformó y me atacó- agregó para darle la cara y él pudiera recién darse cuenta del vendaje que le cubría a un lado superior de su frente -. Me atacó…- reiteró con sus ojos ciertamente vidriados y dolorosos con su expresión dura tal roca, guardando reproche y hasta desprecio -. No importa lo que haga, Joe. Ella me va a odiar y estoy cansada.
-¿Quieres que seque tus lágrimas, Force?- fue cínico, impaciente -. ¡¿Qué me importa si mi Sweetie Drops te desprecia?! ¡Tengo anormales jovencitas atacando mi distrito cundiendo el pánico!
-¡Te debe importar si decido compartir contigo la única forma que te obedecerán!- contestó enseguida con sequedad, contemplando sin perder la dureza de su expresión sobre él, quien ante sus palabras, sus ojos azules se entornaron más analíticos, conteniendo mejor todo el infierno que se desataba dentro de él, leyéndola -. Protegía a Sweetie y callé muchas cosas.
-Ingenious…- dijo arrastrando su nombre con una creciente rabia.
-Pero se acabó- se determinó con frialdad -. ¿Ella me odia? ¡Pues le daré mayores razones para hacerlo!- agregó con inexpresividad entre su vidriada mirada endurecida -. Sabes tú más que nadie, que mi lealtad siempre ha sido con ustedes en primer lugar- dijo con cierto tono que él sabía a lo que se refería tras pronunciar esas palabras, mirándola con mayor atención y seriedad -. Pues esta soy yo demostrándolo una vez más- concluyó para quedarse ambos sosteniendo sus reñidas miradas sobre los ojos del otro, hasta que él estiró con una sola carcajada, su sonrisa mientras sus ojos se entornaban algo radiantes.
-Sabes que te adoro…¿Pero qué tan iluso crees que soy?- le dijo con severidad sin comerse su cuento, cuando Floral le tomó las manos para forzarlo a colocarlas sobre su torso.
-Siénteme- lo desafió con una mirada seductora mientras empezaba a elevar su sonrisa con picardía. Él iba a decir algo pero de su boca no salió nada, al sentir la peculiar irregularidad que palpaba bajo su ropa, empezando a formar un ceño mientras Floral conducía sus manos por encima del torso y sus manos la agarraron más fuerte, lo que ella lanzó una risa encantadora. -. No me provoques…- dijo con voz delicada, ambiguo, para dejar que él se soltara de sus manos y las llevara al cierre del abrigo para bajarlo, y cerciorarse de lo que sospechaba, abriendo la boca en sorpresa.
-¡Maldita!- vociferó desfigurando su rostro de ira mientras retrocedía, viendo el chaleco bomba que usaba Floral.
-¿Qué? ¿Ya no te gusto?- jugó levantándole una ceja sin perder su papel de coqueta y se mordió el labio -. Hace poco te gustaba…específicamente anoche, y todas aquellas futuras noches en que querías que me entregara por mantener a salvo a mi hija. Pero…- seguía hablando para empezar a caminar hacia él con un movimiento sugerente de cadera mientras deslizaba su abrigo por sus brazos, dejando ver mejor el chaleco explosivo que usaba -…no vas a cumplir...- suspiró entornando su mirada profunda y acusatoria, cuando agentes de su alrededor se dieron cuenta de lo que sucedía entre ellos, alzando Floral la cabeza hacia ellos -. ¡¿Debo advertir?! ¡Vamos, chicos!- sonrió como si estuviera en una fiesta de colegas -. Nos sabemos el discurso de memoria. Si alguno se mueve o me provoca, me reviento en pedacitos arrastrando a todos al infierno. Y tengo buen ojo- dijo para levantar un viejo celular -. El teclado numeral es el que hace boom- negó con la cabeza -. No me obliguen a presionarlo anticipadamente.
-¡Ingenious!- vociferó el Superior.
-¿Sí, querido?- sonrió con cinica tranquilidad dirigiendo la mirada a él.
-¿En serio crees, que por hacer este numerito…?
-¡Eh!- atajó Floral haciendo el ademán de presionar el botón del celular al ver el movimiento un agente, amenazándolo -. Te dije que tengo buen ojo.
-¡Nadie haga nada!- vociferó "Joe" en orden para regresar su atención en Floral -. ¿Crees que voy a dejar a Sweetie Drops en paz por tu arranque kamikaze?
-Claro que no- respondió ella con sequedad -. No sólo a ella, sino también a todas las involucradas con magia- exigió con severidad y él lanzó un resoplido.
-¡No tengo tiempo para esto!
-¡Cómo si me importara!- vociferó con rabia -. ¡Lo único que me importa es mi hija y todo lo que le importa a ella!
-¡No es tuya, Force!
-¡Lo es y me la entregaste!
-¡Antes de saber que era un fenómeno con fuerza sobrehumana!
-¡No me tientes!- rugió ella, levantando el celular con todas las miradas punzadas a ella.
-No lo vas hacer- dijo él soltando una risa confiada -. No vas a morir y volar todo. Eso además no te asegura que tu "hija" y el resto estén a salvo.
-¿Entonces admites que no son peligrosas?
-Son lo que yo digo que son. Tengo el nivel y el mando para decir qué es peligroso, o no.
-Como lo hiciste con mi esposo- dijo con seriedad -. A él y al resto de su equipo.
-Eso es diferente, Force. Eran traidores.
-Tú les tendiste una trampa. Tú eres el traidor- sintió que su garganta era estrangulada -. Él sólo quería proteger a su hija. Nuestra hija.
-¿Entonces eso es? ¿Quieres vengarlo?
-Si tengo que vengar por alguien esa es por Sweetie. Ama más a su padre de lo que me amará a mí algún día, y si puedo vengar a su nombre, del hombre que mató a su padre, que se lo arrebató, le haré el mundo más justo de lo que fue con ella.
-Qué conclusión para más estúpida.
-En serio me estás tentando, Joe.
-Force…- suspiró impaciente restregándose los ojos y soltó la mano para mirarla -. Te doy mi palabra, pero si no te mueres aquí, morirás después por tu estupidez.
"Pero no quiero morir" admitió ella en su mente, con el dedo templado en el botón numeral "No quiero dejarla…aunque ella estará bien. Ya no está sola…y nunca realmente me necesitó…" sonrió suavemente "…nunca necesitó a nadie para ser fuerte…al menos sé que no me odia…al menos conseguí eso…" dijo para enfocar su mirada a Joe con sus ojos vidriados.
-No me importa con tal de que las dejes en paz…- dijo pero entonces su expresión cambió, soltando una sonrisa ancha con una risa seca y sin humor-. Estoy siendo demasiado ilusa…- exclamó para sí misma mientras negaba con la cabeza y le dio una mirada con sus ojos cristalizados de lágrimas sin derramar -. Tú no vas a cumplir…mientras vivas…no van estar tranquilas…porque el resto solo son corderos de tus ordenes…así que…- agregó entornando su mirada dura pero asimismo, más triste. -. ¿Alguna última orden?
-¡Detente!-vociferó encolerizado para sacar su arma y apuntarle la cabeza, mientras como en cámara lenta, ella ladeó la sonrisa entre la pasividad de su rostro, hacia la cámara de seguridad, como si le diera la mirada a algún espectador.
Sonrió por completo, con una infinita paz en sus ojos, porque iba a morir durante una misión que realmente sentía merecía su sacrificio.
-Orden denegada- murmuró y al mismo tiempo que se soltó la balacera, ella presionó el botón.
Y una explosión hizo temblar todo el edificio mientras desaparecían tres pisos en un estallido.
…
:T
I know.
Marchemos este lunes con una actualización con un final que me llevó a separar cita a un psiquiatra…nah xD pero en serio, en mi caso, deja mucho que pensar, en especial por el lado de cómo afectará esto a Bonbon, ¿no? Pero Floral no se llama, bueno, se llamaba Ingenious por nada. Ya sabrán.
So, aun las cosas están ardiendo por aquí.
Gracias por leer y seguir la historia.
Mucho éxito esta semana, sonrían y…
¡Sunny Honey, fuera!