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Lo Que Somos Ahora

by Sunny Honey

Chapter 32: Huellas De Un Futuro Camino

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Huellas De Un Futuro Camino

Tras que tener que esperar unas horas para poder de a poco recuperar la fortaleza de su poder, las alas cubiertas de fuego recobró su enorme tamaño, que Flame acarició por turno sus alas de manera posesiva mientras sentía un alivio el sentir su concentrado calor que le hacía brillar y meneaba su cabeza para hacer danzar las flamas de su melena al igual que su cola, pasándose los cascos por cada parte de su ser corroborando cada centímetro entre su incandescente brillo dorado, casi como un nirvana con un monumental orgullo y narcicismo al vanagloriarse por su apariencia, su calor, su magia.

Abrió sus ojos lentamente, expresándose estos cyans rígidos, profundos y osados, entre su semblante cautivo que al haber estado un corcel presente, se habría dejado seducir con su gracia en sus movimientos, caricias y expresiones entre la silueta de su cuerpo y rostro, en la seductora apariencia de fuego que alcanzaba a verse seductoramente peligrosa entre el tétrico paisaje del Bosque Everfree.

Flame se recuperaba de a poco el haberse perdido por su propia adoración de recobrar del todo la fuerza de su magia tras que ésta fuera afectada al ser usada la que tanto admiraba después de la suya, en su contra.

Un pequeño sentimiento de resentimiento apareció apretando los dientes pero que a la vez se echaba la culpa. Deslizó su mirada al alrededor del bosque Everfree con cierta profunda atención. Su amarga oscuridad entre el paisaje en ese aspecto frío sombrío lo recordó.

"Aquí…empezó todo…" se dijo levantando el rostro con un porte intrépido para empezar a expandir una enorme espléndida sonrisa que cubrió la mitad de su rostro subiendo unos hoyuelos mientras abría la boca y se empezaba a encoger de manera traviesa y cubrir la boca con los cascos en una muy divertida y liviana risa, con la inocencia de una niña.

-Yo soy Flame Hybris…- se dijo como si se lo recordara que al decirlo, su risa subió un tono más agudo, fascinada y orgullosa -. Flame Hybris…- repitió a la par que alzaba un casco y éste se encendía, mirando la legua de fuego que brotó, subiendo y bajando, en una danza que Flame empezó a imitar con su propio cuerpo, moviéndose de un lado a otro, perdiendo su mirada en la seducción del hipnótico baile del fuego que hizo que brotara pequeñas chispas doradas, cautivándole su luz, sus destellos, su belleza con la que sabía que estaba hecha de ella -. Soy la Heredera Celestial de la Luz- deslizó las palabras saboreándolas como si fuese la cosa más dulce que haya pronunciado -. ¡Y al fin tengo mi Reino!- celebró apuntando el cielo con aquel casco, provocando que la legua tomara volumen y empezara a elevarse entre giros mientras brotaban los destellos dorados. Flame voló dentro de éste entre sus propios giros mientras se abrazaba a sí mismas elevando su propia risa entre las chispas y las llamas en un espectáculo -. Pero ouh…- se detuvo abruptamente haciendo desvanecer el fuego manteniéndose suspendida en el aire con su boca en forma de "o" y cejas en altas -. Pero alguien sigue con su cantaleta- se recordó amargamente haciendo a un lado su boca y bajó sus cejas mientras negaba su cabeza y ubicaba sus cascos a la cintura -. Ella me dijo cosas cuando aún estaba atrapada…- agregó con una repentina rigidez en el rostro mientras sentía que se le entumecía los músculos en solo recordar, pero sonó la boca y alzó sus cascos restando importancia y relajar su cuerpo con una confiada sonrisa -. Nah. Meh. ¡Mah! Oh…- volvió a interrumpirse ella misma gesticulando varias expresiones que le cambiaban el semblante de un parecer a otro -. No, no, no, Flame. Sé paaaaaciente. ¿Recuerdas? Piensa- se dijo colocándose los cascos en cada sien con un ceño concentrado -. Hay que poner los puntos sobre las íes ¡Sí!- se aprobó haciéndose a un lado con una sonrisa motivada -. Porque ella todavía piensa que…que…- volvió a entumecérsele los músculos pero esta vez concentrar su ceño mientras hablaba entredientes -. ¡NO!- se quejó ya de malhumor y sus llamas se elevaron violentas temblándoles los cascos en reacción -. ¡No! ¡Yo soy Flame Hybris!- bramó furiosa con pedantería y confiada superioridad -. ¡Maldita cosa domesticada por Celestia, yo soy la heredera Celestial de la Luz!- encolerizó para elevarse mucho más alto en dirección contraria a Ponyville. -. ¡¿Qué tanto me retarás ahora conmigo teniendo el control de este mundo, eh?!- retó al aire acelerando con velocidad su vuelo, formando un estela del destello dorado mezclado con su fuego que tardaba casi medio minuto en extinguirse.

Su incandescencia cruzó el oscuro cielo de aquella madrugada en su repentina urgencia de retrasar su presentación formal como su gobernante para encargarse de unos cuantos cabos sueltos. No podía dejar por allí a alguien que negara lo que ella era.

*Flashback*

"Sunset Shimmer se había levantado en la madrugada a beber agua durante su instancia en el castillo de Canterlot, cuando empezó a escuchar el sonido de un aleteo. Volteó la cabeza, no encontrando a nadie, pero si agudizada sus oídos, podía continuar escuchando aquel aleteo. Frunció el ceño.

-¿Rainbow Dash?- preguntó dándose la vuelta y caminar donde percibía el aleteo. -. Eres tú, ¿cierto?

Frunció el ceño y llegó al siguiente pasillo para ver al fondo de este iluminándose brevemente. Acentuó su ceño y se teletransportó hasta allá.

-¿Me estás espiando?- preguntó apenas apareció para deshacer el ceño y sobre un candelabro ver una esplendorosa ave de plumas carmesí brillante claro y ámbar brillante, que se mantenía quieto, mirándola fijamente. -. ¿Un…fénix?".

Flame despertó esa dureza gélida de sus cyans, tal como se pusieron cuando atacó el Imperio de Cristal.

"El ave le mantuvo la mirada y por una razón, Sunset se sintió incomodada. La mágica criatura parecía una estatua y sus ojos fijos sobre ella parecían atravesarle la piel. Sunset empezó a pensar que estaba a la defensiva el ave, tal vez un mal movimiento y se atrevería a atacarle.

-Se llama Philomena.

Sunset volteó de inmediato para chocarse con los ojos de Fluttershy.

-¿Qué haces aquí?- le susurró Sunset.

-Ehm…bueno…escuché ruidos cerca de mi puerta- aclaró señalando con su casco el pasillo y levantó la mirada hacia el fénix -. Ella es Philomena, la mascota de la Princesa Celestia. Es amigable- le aclaró al ver la pose defensiva de Sunset.

-No lo creo. Me mira muy ruin".

-¡¿CÓMO SE ATREVE A MIRARME ASÍ?!- rugió encolerizada mientras empezaba todo su cuerpo en envolverse de su fuego pero al mismo tiempo, su apariencia empezó a cambiar entremezclándose todo su ira y orgullo ofendido y la sensación no era nada que la hacía feliz... enfureciéndola.

"Fluttershy miró mejor al ave. Tenía razón. Normalmente Philomena era juguetona, bromista y muy amigable que no dudaba en volar alrededor de algún pony nuevo para conocer. Pero ahora no. Nunca la había visto en esa pose tan dura y distante hacia alguien.

-Oh, ¿Le hiciste algo?- se le ocurrió preguntar.

-No, Fluttershy- contestó Sunset con voz pesada endureciendo el rostro, -. Sólo me vio y bastó para ponerla así. ¿Siempre tengo que tener la culpa?

Y mientras discutían ambas respingaron del susto en cuanto Philomena trinó violenta expandiendo sus alas incendiadas.

-¿Phi…Philomena?- tartamudeó Fluttershy al ver el ave aletear con fuerza y no paraba de trinar.

-¿Se enloqueció?- reclamó Sunset mientras escuchaba varias puertas abrirse a la vez.

-¡¿Qué es ese ruido?!- se quejó Rainbow Dash salir de una habitación del pasillo mientras las demás ponies salían de los suyos.

Mientras se reunían hacia Fluttershy y Sunset, Philomena saltó del candelabro y voló envuelta en llamas sobre ellas descuidadamente cerca, haciendo que ambas ponies se echaran al suelo y cubrieran sus cabezas con sus cascos, para después el ave perderse entre los pasillos de aquella torre del castillo".

-¡Insolente! ¡He esperado por esto demasiado tiempo para que sigas diciéndome…diciéndome…!- reclamaba a gritos mientras aumentaba su velocidad -. ¡Atrévete ahora!- retaba con una velocidad que podría vencer en una carrera a Rainbow Dash, que apenas llegó a Canterlot, fue directo hacia el castillo ahora despoblado, entrando al reventar los vidrios de una ventana con una explosiva combustión, en un violento vuelo en picada. -. ¡RADIANT!- la llamó en un retumbante grito grueso.

El grito resonó en todo el castillo, hasta afuera, en los jardines, en donde estaba las lápidas de las antiguas gobernantes, donde se encontraba la fiel ave fénix recostada sobre la tumba de Celestia, quien alzó la cabeza con sus ojos abiertos como platos al escuchar su verdadero nombre y al sentir esa oleada de la presencia de…Flame.

Entonces la ave se dejó encender en sus llamas con un concentrado ceño y trinó en respuesta a la vez que empezaba a emplear vuelo directo al castillo, escuchando como varias cosas se rompían y eran destrozadas, encontrándose con la apariencia pony de Flame.

Philomena se posó en la alta repisa de la sala donde estaban, con esa misma pose rígida y defensiva entre las llamas de su cuerpo, con la mirada desconfiada, acusadores y endurecidos sobre Flame, quien al verla, asimismo adoptó esa rigidez en una posición alerta, siendo solo su melena y cola roja y dorada que se movían como llamas, en un cruce de miradas en el que ambas se desafiaban en un muerto silencio, sin decirse absolutamente, sólo mirándose en una concentrada seriedad, como aguardando el movimiento de la otra.

Sea en el cuerpo en el que esté, Flame tenía ese instinto de la verdadera criatura que era, adaptando esa pose previo a una confrontación, ambas aguardando el movimiento de la otra.

"Volviste, ladrona" retó Philomena telepáticamente, como se comunican entre sí estas aves, llamando la atención de Flame quien le mostró los dientes entre su expresión completamente endurecido y colérico sin perder su posición resistente.

-¡Respétame, insolente!- bramó con su voz profunda y gruesa. -¡Soy la heredera Celestial de la Luz y debes reverenciarte ante mí!

"¡Yo era la Heredera y me lo arrebataste por puro egoísmo!" contestó al ras encolerizada paseando su mirada en su aspecto de pony "¡Mírate! ¡Has deshonrado lo que nuestra magia realmente representa con un alma tan egoísta!"

-¡Es mía y hago con ella lo que me venga en gana!- rugió -.¡Soy fuerte, soy bella, soy Flame Hybris!

"¡Traidora y ladrona! ¡Es lo que en realidad eres!" le encaró "¡Les diste la espalda a los nuestros! ¡Nos cerraste el portal dejando una pequeña población fuera de nuestro hogar por siglos! ¡Violado nuestro orden natural al reencarnar en la forma de un…de un pony!" agregó con un gesto realmente horrorizado sólo para gesticular desagradablemente sorprendida de ver cómo Flame perdía ese semblante enfurecido por uno mucho más relajado para empezarse a reír melódicamente llevando un casco a su boca.

-Yo no quería nuestro pequeño pedazo de tierra caliente- le dijo como si hablara con una niña, con el tono de voz amable y paciente, con su voz muy clara y limpia, y sus cyans bien abiertos, dejando a Philomena un tanto desorientada por ese cambio volátil y que haya destensado su pose de pelea -. Quería más. Siempre quise más. Y Equestria siempre fue más. Así que…era una hermosa y espléndida ave, ¿Por qué no una hermosa y espléndida pony?-preguntó para jadear emocionada -Y fui una hermosa y espléndida humana…- agregó con su mirada destellante con su fuego danzando emocionado -. No importa el precio que tuve qué pagar. Realmente valió la pena, siempre y cuando me mantenga hermosa y poderosa no importa el cuerpo que tenga- se perdió en decir para llevar su melena danzante como llamas hacia adelante con una suavizada sonrisa mordiéndose el labio inferior, derretida en sí misma acompañándola una risita musical que sonó entre el vacío castillo.

"Estás enferma…" dijo Philomena mirándola desconcertada y en desagrado "Eres la manifestación de la vanidad, que arrastra todos los demás males".

-Y tú del conformismo- le respondió soltando su melena para expresarse más seria pero le decoró el rostro una pequeña sonrisa de lado entre una ceja levantada -. Si eres la heredera como dices- exclamó haciendo comillas con sus cascos -. ¿Cómo pudiste rebajarte en ser la mascota de un alicornio?- crispó el rostro en desagrado -. Que tan bajo has dejado la representación de lo que es un fénix.

"Supuse que algún día volverías" exclamó con inexpresividad "Y quien sabría mejor de cuándo eso ocurriera que Celestia. Yo…no puedo detenerte. Confiaba que ella sabría qué hacer" dijo para dejar mostrar un rostro melancólico, sabiendo que la alicornio ya no estaba más "Nos dejaste aquí atrapados. No tuvimos de otra que acostumbrarnos a los ponies que vinieron a poblar estas tierras y aunque la mayoría busca apartarse de ellos, otros no, de cierta forma creando lazos, aunque estos nos hicieran ver como…mascotas".

-¿Lo ves, Radiant?- preguntó Flame con hipocresía alzando vuelo recién hacia ella pero Philomena se mostró defensiva, mirando con cuidado cada movimiento de ella -. ¡¿Lo ves?!- insistió con cierta desesperación contenida-. ¿Cómo puedes ser la Heredera Celestial de la Luz si has minimizado lo que somos? - agregó deteniéndose frente a ella, concentrándole una mirada acusatoria -. Una especie ejemplar. Brillante. Única como ninguna. Nuestra magia. Nuestra esencia. La eternidad. El fuego. La resistencia. ¡Somos más de lo que ellos creen! ¡Ustedes nunca supieron realmente reclamar lo que merecíamos! ¡Sólo yo!- encaró empezándose a alterar mientras su fuego se elevaba. Philomena se quedó escuchando lo que decía, viendo esas expresiones desesperadas, frustradas, de reclamo como de furia -. ¡Yo no iba a conformarme con tan poco! ¡Yo tengo visión! ¡Yo tengo ambición!- decía empezando a decirse más bien a sí misma, con los cascos a su pecho mientras sus llamas se movían con ella dejando mechas suspendidas en el aire para evaporarse -. ¡No iba a perderme entre su mediocridad!- aclaró ansiosa señalándola -. ¡Por eso yo merecía heredar aquella preciosa magia! ¡Yo, yo, yo y nadie más que YO!- bramó en un grito fino temblándole el cuerpo y envolviéndose en llamas, que en vez de intimidar a Philomena, esta la miraba con rabia y desprecio por su egoísmo -. ¡Pero no sería gobernante de una bola de conformistas! ¡Cuando mi poder ambicionaba más, mucho más! ¡Estaba aburrida de esas tierras cuando tenía al enorme, variado y hermoso Reino de Equestria!

"¡Por eso huiste aquí y cerraste el portal, dejando a los que quedaron fuera sin volver a su hogar!" bramó enfurecida e indignada esparciendo arcos de fuegos pero que eran débiles a comparación de los que hacía Flame.

-¡Y tú ilusa me seguiste!- le respondió quien fácilmente ni se inmutó a su tiro para volar hacia ella pero aunque Philomena sabía de la desventaja con la que contaba, le hizo frente entre trinidos, buscando atacarla con sus garras brotando sus llamas contra ella mientras Flame simplemente forcejeó hasta tomarla de las alas, quebrándoselas con un solo movimiento entre las ventajas que tenía cascos, haciéndola chillar de dolor -. ¡Me odiaban! ¡Todos me odiaban porque me tenían envidia! ¡Envidia de lo que era! ¡De lo que tenía! ¡Ustedes fueron los traidores!- vociferaba rabiosa y ansiosa entre una mirada gélida y opaca de los cyans mientras seguía escuchando los crujidos y tronidos de los huesos de las alas que le rompía a Philomena, quien trataba de zafarse de ella, pero la fuerza de Flame era monumental y la tenía bien apresada entre sus cascos mientras sus llamas de melena y cola se danzaban violentas -. ¡Ustedes nos retrasaban! ¡No iba a seguirlos! ¡No! ¡Claro que no! ¡Jajajajaja! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué debería?! ¡Hice grandes sacrificios para obtener lo que merezco! ¡Separar un fragmento de mi alma y aguardar su forma pony para reencarnar en mi nuevo cuerpo que me tomó casi mil años! ¡Mil años! ¡Por eso ya no puedo esperar más! ¡No puedo dejar que digas tonterías, ahora que mi poder equivale todo lo que son ustedes!- decía para sentir como se salpicaba la sangre en su rostro, sin inmutarse, empezando ahora alar una ala -. ¡Yo soy EL fénix! ¡Yo soy Flame Hybris! ¡Todos se grabarán mi nombre! ¡No sólo él apreciará lo que soy! ¡También quiere que todos me amen! ¡Y lo harán! ¡Todos lo harán! ¡Haré que lo hagan y lo harán, lo harán, "Philomena", lo harán!- vociferó en una catarsis para arrancar de raíz la ala del fénix -. ¡Wuuuuuuuuuu!- se divirtió con una risa sacudiendo la ala arrancada para cubrirla de fuego y dejarla caer al suelo, provocando que se empezara a esparcirse por el piso del castillo, en un incendio, mientras iba arrancando la otra ala en una ya compareciente Philomena en desgarradores trinidos que aunque lastimaban los oídos de Flame, ésta estaba demasiado hundida en su tarea -. ¡Eres tonta, muy tonta, como las alicornios, jajajajaja! ¡Tú alicornio favorita ahora está muerta! ¿Sabes cómo? ¡Su inmortalidad estaba en la Cutie Mark de ese boniiiiito árbol de cristal! ¡Sólo puso su veneno y puf! ¡Murió! ¡Jajajaja! ¡¿Quién lo habría pensado?! ¡Pero es muy listo, muy listo! ¡Y ahora todas están muertas! ¡Muuuertas! ¡Y yo no puedo morir! ¡No, no ,no, no! ¡No puedo! ¡Porque soy EL fénix! ¡Pero tú sí puedes morir! ¡En mi casco, pueden morir ordinarios fénix como tú! ¡Ordinaria!- celebró alzando su otra ala asimismo incendiándola y echándola contra una pared, quedando pegada a ésta por instantes al estar cubierta de sangre, y el muro empezaba a cubrirse de fuego.

Flame dejó caer el torso desmembrado de Philomena, quien seguía viva sintiendo con un agonizante dolor el desmembramiento de sus alas, prácticamente el tesoro de aquellas místicas aves. Y es que el cuerpo del fénix era fuertemente resistente además de ser instintivamente buenos combatientes, prácticamente inmunes a daños físicos y lo hacía muy escurridizos para ser cazados o atacados, pero frente a Flame, que equivalía todo el poder de cada fénix, se volvían como un frágil colibrí frente a ella.

La sala empezó a cubrir completamente de fuego, amenazando con esparcirse en el resto de habitaciones, pasillos, salas, si es posible, todo el castillo se consumiría si Flame no ordenara a que cesara el fuego.

La unicornio dorada se hizo aterrizar frente a la frágil fénix, que en el impactó de su llegada, hizo que se avivara dos caminos de fuego que rodearon a Philomena, en un anillo flameante pero no como suele hacerlos. Este se atraía con magnetismo hacia la fénix, atrayendo hacia sí una energía escarlata de su cuerpo, absorbiendo el calor y el fuego de lo que estaba hecha Philomena.

Le estaba extrayendo su magia.

Lo que significaba, que le quitaba entre tantas cosas, su capacidad de resurrección, convirtiéndola en, sí, una ave común.

Con la vista borrosa, sintiendo ahora sí el descomunal dolor de su desmembramiento sobre el charco de sangre que se expandía bajo de ella, Philomena vio el rostro entusiasmado de Flame, que tenía salpicadas líneas rojas de su propia sangre sobre su rostro y cuerpo. Tenía la mirada bien absorta, entusiasmada y expectante, conteniendo emoción el cómo la despojaba de su magia hasta dejarle un color apagado y neutro de lo que alguna vez fueron sus brillantes y preciosas plumas escarlatas y doradas, acabando el proceso.

-¿Aún me crees desmerecedora de que sea la Heredera? ¿Aún crees que no la merezco? ¿Aún crees ser quien debía heredar la magia?- preguntaba ansiosa entre el crujido del fuego devorando la infraestructura del castillo.

La exfénix apenas pudo levantar temblando su cabeza hacia ella, con una mirada ausente, de derrota.

"" le respondió en su mente, haciendo que Flame bajara la sonrisa entre su agitada respiración, punzándole con la mirada "no lo eres" concluyó a decir al mismo que dejaba caer su cabeza apagándose todo para ella, muriendo tras cientos de años de vida. Flame dio un bramido tirando una estela de fuego sobre ella, aumentando más el incendio.

-¡Pues entonces que el infierno cubra Canterlot!- sentenció alzando sus cascos y el fuego se elevó cubriendo más espacio en el castillo para salir conduciendo el fuego a esparcir, que continuara sin descanso de expandirse, para no acabar al consumir el castillo, sino todo, todo lo que lo rodeaba. -. ¡Altanera! ¡Yo estaba tranquila! ¡Yo era paciente! ¡Y ella…y ella…!- decía descargando su ansiedad e ira alimentando el incendio en la que alguna vez fue la capital de Equestria, subiendo y creciendo las llamas que parecían tener vida propia al abrirse caminos para ir consumiendo todo a su paso, calle, edificios, postes, casas. Todo.

Si la ciudad no hubiese sido evacuada por mandato de Twilight al trasladar a los unicornios a las ciudades cercanas, las vidas perdidas habrían sido innumerables. Pero de igual forma, de que una ciudad tan icónica como lo era Canterlot se volviera nada, cenizas, era un golpe más para Equestria.

-¿Por qué tenía que ser cruel?- se quejó con su voz ya quebrada y sus ojos cyan se humedecían, suspendida varios metros en el aire entre el enorme incendio bajo de ella. -. No es justo…- farfulló con un puchero, pasándose los cascos a los bordes de sus ojos. -. Yo estaba muy feliz...- lamentó suavizando un ceño entre sus cejas finas mientras se escuchaban los crujidos de las llamas devorando la ciudad. -. ¡Pero es que debía aclarar la realidad!- gritó profundizando su ceño, haciendo que las llamas se elevaran aún más. -. ¡Aclarar que Equestria es mía! ¡Y no dejaré ni una huella del gobierno pasado!- se dijo en determinación viendo cómo se consumía el lugar en el que gobernaron las hermanas -. ¡Porque yo seré presente, futuro, por la eternidad!- vociferó alzando sus cascos a los lados de su cuerpo e hizo que una oleada de fuego se precipitara por todo el diámetro que constaba la ciudad, a la vez que lo dejaba consumir para dejar una vista panorámica de una ciudad chamuscada, quedando el castillo en sólo restos.

Flame respiraba ansiosa mirando el fruto de su arranque para empezar a regular su respiración y descender lentamente hasta el suelo y se dejó caer en su lomo, mirando el cielo estrellado y un inusual brillo de la luna, entre el humo que aun se levantaba.

-¿Debe ser horrible estar ahí, sin poder hacer nada, cierto?- le habló al astro -. Estar limitada…sintiendo dolor… ¿Cierto?- preguntó con la voz más cargada en reproche -. ¡Pues que bien! ¡Te lo mereces!- reacción irguiéndose y señalar la luna -. ¡Tú y tu hermana se lo merecen! ¡Aprendan! ¡Aprendan lo que es sufrir! ¡A lo inevitable! ¡APRENDAN!- rugió para sentirse de nuevo que se alteraba y meneó la cabeza -. Muy bien. Tranquila. No…no te alteres. Eres paciente, ¿recuerdas?- se dijo -. Soy paciente…pero sólo cuando estaba con él…- farfulló abriendo los ojos con los cascos a los lados de su cabeza con un ceño entre sus cejas para levantar la cabeza y ver toda su alrededor chamuscado -. Esto no le habría gustado…ya me habría regañado…- torció la boca levantando una ceja -…pero a mí sí me gustó. Él mismo lo dijo. Equestria es mía. Así que puedo hacer lo que se me venga en gana- se relajó con una sonrisa y suspiró, más tranquila encogiéndose de hombros restándole importancia -. Y ahora…- se dijo para volverse a tirar entre las cenizas -… ¿Cómo hago mi llegada triunfal?- se preguntó entrecerrando sus ojos y mordiéndose el labio inferior pasándose un casco a un lado de su rostro, pensativa, hasta dado un momento empezar a sonreírse con un destello ilusionado en la expresión de su rostro. -. Escoltada…claro…

Bonbon dormía plácidamente, cuando repentinamente sintió la cercanía de alguien que la hizo abrir de golpe los ojos, sólo para encontrarse con una exagerada sonrisa emocionada de Pinkie Pie.

-¡¿Qué rayos…?!- se quejó moviéndose hacia atrás sintiendo violado su espacio personal.

-¡Buen día, Bonbon! ¿Cómo amaneció mi Roommates favoooooorita?- chilló dando un brinco para ponerse en pie y dejar iluminar su cuerpo de rosa, invocando su transformación y sacó una flecha apuntando al techo bajo de la cavidad para soltarla y hacer aparecer entre destellos rosas, una piñata en su forma pony colgando de ella y con una gallina de hule, romperlo para hacer estallar cientos de serpentinas, confetis y globos, todo cayendo entre el rostro huraño y entrecejo de Bonbon, que rechinaba los dientes. "Odio…las piñatas…" pensó amargamente mientras Pinkie jugaba haciendo rebotar los globos.

-¡Wiiiii!- celebró para reunir mucho confeti y serpentinas en sus manos y soplarlos en la cara de Bonbon, que cerró los ojos por el impacto retrocediendo la cabeza, dejando salir un gruñido apretando los puños.

-¡Me vas a tentar a cambiar de compañera!- reclamó pasándose las manos a la cara quietándose los papelitos multicolores.

-¡Si fuera así ya lo habrías hecho pero no lo haces porque somos A-MI-GAS!- chilló muy feliz para abrazarla posando su cabeza sobre su pecho entre el cuerpo entumecido de Bonbon.

-¿Necesitas ayuda?- escuchó que preguntaron y Bonbon movió lentamente su cabeza para encontrarse con una entretenida mirada de Cherry al pie de la entrada de la cavidad al ver todo el disparate de Pinkie.

Fueron solo un par de segundos de pausa, de solo mirarla, pero se sintió como toda una eternidad. Pinkie dejó abrir los ojos sorprendida al escuchar el repentino fuerte latir del corazón de Bonbon.

-Ahm. Le torcí una vez el cuello. Puedo hacerlo de nuevo- se limitó en contestar ella en broma pero se le salió una pequeña sonrisa que contagió a Cherry que le asintió pausadamente para salir de allí. Pero Bonbon siguió mirando donde había estado parada entre una mezcla cálida como frustrada.

-Boom. Boom. Boom- decía Pinkie divertida riéndose entretenida escuchando el ritmo fuerte de los latidos de Bonbon.

Bonbon suspiró relajando el rostro mirando hacia arriba sin devolver el abrazo aun así, pensativa.

-¿Sabes a quién le gusta los confetis, Pie?- preguntó sonriéndose maliciosamente y Pinkie agrandó sus ojos.

-¡Uuuh! ¡¿A quién?!- chilló emocionadísima apartándose del abrazo y preparando ya una flecha.

-¡¿Qué carajos?!- reclamó Golden al ver asimismo a pocos centímetros de su rostro los enormes ojos de Pinkie Pie acostada a su lado.

-¡Buen día, Golden! ¡¿Cómo amaneció la chica que me hizo descubrir palabras vulgares que no sabía que existían?!- saludó y asimismo, hizo aparecer la piñata para reventarla con serpentinas y globos explotando en todo el lugar.

-¡Trixie pierde su belleza si la despiertan como los salvajes!- se quejó Lulamoon irguiéndose desde su bolsa de dormir, pues compartía la cavidad con Golden, pero miró todos los globos y serpentinas caer y expandió una sonrisa divertida -. ¡Es hermoso!

-¿Quieres más?- se emocionó Pinkie.

-¡Trixie exige más!- aceptó parándose enseguida.

-¿Qué? No- reclamó Golden sacudiéndose el cabello de confeti.

-¡Yo también quiero! ¡Mayoría gana! ¡Wiiii!- rió Pinkie para disparar otra flecha y desde el amplio espacio con muebles se escuchó otro reventón donde cuatro chicas se reían en escuchar el escándalo.

-Al menos eso armoniza el hecho de comer más de estas cosas- dijo Mistery poniéndole mala cara a unas galletas.

-Shhh. No seas malagradecida- le susurró Rarity aunque también hizo cierto puchero al dar otro bocado a la galleta.

-Y todavía hay un enorme paquete- lamentó Fluttershy con voz baja.

-Al menos tenemos qué desayunar, ¿no?- comentó Cherry mirando por varios ángulos la galleta y comerla.

-¿Hoy abrimos el atún?- preguntó Mistery y tanto Fluttershy como Cherry le asintieron -. Oh bueno. Al menos- y masticó la galleta. -. Como quisiera que Pinkie saque algo bueno para variar.

-…- se intercambiaron una cómplice mirada las cuatro. -. ¡PINKIE!- llamaron al unísono.

-¿Sí?- apareció en medio de ellas enérgicamente.

-¡Lo que sea! ¡Has aparecer cualquier cosa menos esto!- suplicó Mistery al borde del llanto señalando un paquete de galletas de vainilla.

-Oigan, no puedo hacer aparecer las cosas como si nada- declaró Pinkie seria.

-…- enmudecieron Cherry, Rarity, Mistery y Fluttershy engrandeciendo los ojos ante tremenda ironía.

-¿Really? ¡¿REALLY?!- reventó Cherry.

-Bueno, aparezco ciertas cosas cuando realmente el momento lo demande. Ni yo sé cómo lo hago- dijo Pinkie para apuntar una flecha hacia la pared y al lanzarla, esta sólo se deshizo al aterrizar dejando unos destellos rosas.

-¡Inténtalo!- suplicó Mistery juntando sus manos con carita de cachorro.

-¡Okie dokie Lokie!- aceptó optimista para tomar otra flecha y soltarla sobre el mueble junto a ella, haciendo aparecer unas docenas de cupcakes en bandeja. -¡Creo que lo hice!- celebró entusiasma.

Entonces las cuatro se asomaron a verlos con estrellas en los ojos, en especial Mistery que casi realmente llora de emoción, pero entonces los cupcakes les salieron boca por las que gritaron con un agudo chillido a la par que se inflaron y reventaron salpicando a las cuatro, que quedaron en piedra, sin inmutarse.

-Eh… Olvídenlo- torció el gesto Pinkie con sonrisa tensa -. ¡¿Les hago una piñata mejor?!- dijo para de nuevo hacer reventar una piñata, cuando del pasillo salen Applejack y Lyra, con más atrás Rainbow y Trixie, quienes interrumpieron su conversación y su andar para ver con un ceño desconcertado a las cuatro chicas cubiertas de betún con malas caras mientras les caían confeti y serpentinas.

-¿Por qué…?- decía Trixie.

-¡No preguntes!- corearon ellas a excepción de Pinkie que daban brinquitos entre la lluvia de los papelitos multicolores.

-¡¿Cómo osan gritarle a Trixie?!- se quejó.

-Creo que un trozo de esa abominación me cayó en el ojo- se quejó Mistery al verse salpicada de esos postres para agrandar los ojos al ver a Cherry a punto de llevarse un trozo a la boca -. ¡No te lo comas!- le advirtió dándole un manotón para hacérselo soltar. -. ¡Esa cosa chilló ¿y te lo piensas tragar?!

-¡Auch, Mentitas!- se quejó ceñuda sobándose la mano y le dio asimismo un manotón.

Mint aspiró enojada y le devolvió otro manotón. Y Cherry otro. Y ella otro, para terminar como los viejos tiempos en una tonta pelea que terminó en el suelo que siempre las terminaba por llevar a Detención por un maestro o las propias Celestia o Luna, aunque ésta última las alcahueteara pues sabía que no era nada grave conociendo a ambas.

-¡Oigan, sepárense!- decía Fluttershy preocupada mientras las demás las rodeaban para intervenir, solo para escuchar el coro de risa que se levantaba entre ambas amigas, que quedaron acostadas en el suelo mirando las caras confundidas de las demás, pues ellas se entendían.

-Tranquilas, es juego- calmó Cherry menguando la risa pero manteniendo la sonrisa al igual que Mistery, que como entrenado, se tomaron de ambas manos y así se impulsaron hacia arriba para quedar de pie.

-Ay, pero qué juego más agresivo- desaprobó Rarity cruzándose de brazos sólo para gesticular asco al tocarse el salpicado del raro postre.

-Son las que tienen el harem de chicos, ¿qué esperabas?- susurró Pinkie con picardía.

-¿Qué dijo?- corearon Cherry y Mistery.

-Bueno…como sea…- dijo la vaquera para dar una mirada rápida hacia atrás y acercarse más a ellas, llamándolas con las manos para que se acerquen -. Aprovechando que estamos todas, quiero proponer algo para el día de hoy.

-¿Aparte de lavar ropa?- preguntó Rarity inexpresiva viéndose la camiseta manchada al igual que las demás ensuciadas.

-Creo ya va tiempo de…dar con propiedad las gracias a un par de personas…- opinó la rubia haciendo que todas la miraran con atención y Pinkie apareciera entre ellas con todo su esponjoso cabello rosa cubierto de confeti, conteniendo emoción.

-Buen día, Drops- saludó Golden al pie de la cavidad de Bonbon, quien se terminaba de quitar los papelitos del cabello. La pelinaranja soltó una pequeña sonrisa -. ¿Tú la mandaste a que me despertara no?- preguntó refiriéndose a Pinkie Pie.

-Era eso o romperle el cuello para que dejara de abrazarme- se burló dándole la cara con una sonrisa levantada.

Golden dejó salir una pequeña sonrisa de lado, asintiendo un poco con la mirada concentrada a ella.

-Te ves diferente.

-¿Eh?- dudó suavizándole un ceño.

-Tu cara. No sé. No está tan…rígida como siempre- sinceró con cierta seriedad mientras se apoyaba al pie de la entrada -. La piel de tu rostro está menos tensa. Sonríes más. Haces más chistes, a tu modo, pero lo haces más seguido. Hasta pareces un poco más flexible. Tal vez no sea notorio para las demás pero sabes que a mí no se me escapa nada- se explicó directamente pero con un tono que Bonbon sintió como acusatorio. Le parpadeó.

-¿Eso es malo?

-No. No- contestó mirando hacia abajo un momento para devolverle la mirada -. Sólo…que eso no te distraiga- agregó manteniendo una serena seriedad. -. Suficiente distracción tenías cuando estabas con Cherry y debía salvarte el pellejo durante los simulacros.

-Sólo fue una vez- le recordó con un ceño.

-A mí me vas a decir- exclamó para apuntar con dos dedos sus ojos verdes -. Lo veo todo. Y veo que de un tiempo acá, estás distraída y no quiero que lo estés más.

-Golden…- la nombró sacudiendo la cabeza -. Tú misma me has dicho que aproveche el ser "Bonbon". Ser…feliz- agregó un poco avergonzada y desvió la mirada.

-Sí, lo hice, pero no que lo mezcles con Sweetie Drops.

-…- enmudeció manteniéndole la mirada. La verdad desde que habló anoche con Applejack, se dio cuenta que algo en ella era de alguna manera, diferente. Aun tenía costumbres enraizadas respecto a su actitud, pero, ahora que se había sacado un enorme peso de encima con el secreto de la agencia, se sentía con cierta libertad que no contaba antes y eso la incomodaba como intrigaba -. Lo siento, Golden. Pero a diferencia de ti, "Bonbon" no es un personaje como "Carrot Top"- lo meditó mejor -. Siempre fui sincera con lo que soy con todos…a excepción de lo de la Agencia. Bonbon y Sweetie Drops son la misma persona y... de algún modo les ha sido tolerable de aceptar a ellas- dijo con la voz más suavizada. "Por primera vez me siento…completamente aceptada" sinceró con un cálido sentimiento en el pecho, que no salió desprevenido para Golden, que de cierta manera, no corría la misma suerte que ella, pues pese tener sus buenos ratos también, le salía su brusca actitud cretina y hasta insultante.

-Supongo que tienes razón- coincidió manteniéndole esa seriedad -. Porque yo soy la única farsante de este lugar.

-Yo no dije eso- exclamó concentrando más su ceño.

-No, pero lo digo yo- contestó con voz neutra.

-Tú decías disfrutar las pequeñas cosas banales pero felices de "Carrot Top". ¿No crees que "Golden Harvest" también merezca eso?- preguntó con verdadera preocupación viendo la enseriada mirada de la pelinaranja.

-No- contestó sin titubear. Bonbon dejó curvar un poco las cejas.

-Golden, yo…

-¡Chicas, tenemos un anuncio!- interrumpió Lyra acercándose a ellas que la miraron enseguida -. ¡Así que vamos, vamos, vamos!- se entusiasmó tomando la mano de cada una para empezarlas halar.

Golden dibujó un ceño pero entonces sintió un manotón de Bonbon que la miró reprobatoriamente, pues le había leído la mente.

-Le doblas la mano y te rompo el brazo en tres partes- amenazó en susurro fuerte ganándose una resignada mala cara de Golden dejándose nomás halar.

-¡Hoy no habrá entrenamiento!- corearon todas cruzándose los brazos en sincronización apenas las vieron en la sala.

-¡Uy, nos salió!- celebró Pinkie viendo a todas con la misma pose.

-¿Qué estupidez hablan?- interrogó Golden severa zafándose de la mano de Lyra.

-Todos estos días hemos entrenado sin parar- dijo Rainbow -. Y ahora queremos darnos este día libre…

-¡Para ustedes!- chilló Pinkie dando un brinco alto ya sin su apariencia transformada.

-…- se enmudecieron Golden y Bonbon haciendo un mismo gesto dubitativo y escéptico.

-¿Me joden? ¿De qué hablan?- reclamó Golden.

-Debo estar de acuerdo con ella. ¿Qué significa eso? No hagan una tontería- agregó Bonbon con cierto disgusto que más bien era de nervios e incomodidad.

-No es una tontería, Bonboncito- le calmó Lyra tomándole una mano y le dio palmaditas sobre ésta mientras a lo lejos Cherry sintió la horrible necesidad de desviar la mirada pero no lo hizo, tomando aire e intentando que eso ya no la molestara -. Sólo queremos pasar un día divertido y ameno para agradecer todo lo que han hecho por nosotras.

-Pues un simple "Gracias" me basta, ¿Podemos dejar la tontería ya?- exclamó Golden aburrida torciéndose de ojos y cruzándose de brazos.

-¿Acaso tienes miedo?

Golden dejó expulsar el aire contenido para mover su cabeza con una expresión rígida en su rostro hacia la dueña de esa voz retadora, mirando las cejas levantadas de Applejack con una sonrisa audaz asimismo cruzada de brazos.

-¿Miedo?- preguntó la pelinaranja para soltar una risa seca y empezar a moverse hacia ella con la mirada clavada sobre la suya pero la rubia ni se inmutaba un poco -. ¿A mí me preguntas…si tengo, miedo?- aclaró deteniéndose frente a ella siendo observadas por las demás con expectación y Pinkie sacó un bolsa de palomitas para comerla, ganándose la mirada irónica de Mistery.

-¡Oh, come on!- reclamó Mint y le quitó la bolsa para comerlo ella pero ya estaba vacía y la aventó a un lado mientras Pinkie Pie mira a los lectores de "Lo Que Somos Ahora" encogiéndose de hombros pues ni ella misma entiende cómo funciona. (¿Cuarta pared rota? ¿Dónde? xD)

-La negación es un escudo para cubrir el miedo, Zanahorias- le susurró Applejack a Golden con confianza mientras la otra la apuñalaba con la mirada que las demás sintieron el recorrido helado por la espalda pero Applejack les había dicho que la dejaran a ella el convencer a Golden.

-No temo tratar de golpearte de nuevo- advirtió seca.

-Y yo puedo defenderme. Tú misma me lo dijiste ayer.

-No me provoques.

-Ni tú a mí.

-¿Acaso quieres pelear?

-Algo mejor- desafió con una sonrisa de lado y levantó un brazo doblado con el codo hacia abajo y la mano bien abierta -. ¿Vencidas por el día libre?- retó para sentir la satisfacción al ver cómo el rostro de Golden se destensaba para quedar agradablemente sorprendido tomando desprevenida ese reto, que empezó a dibujar una auténtica sonrisa y levantó su mano para estrechar la suya, en posición de vencidas.

-Por el honor- aceptó intercambiando el entusiasmo y competencia entre esas miradas de ojos verdes.

-¡Esto…será…ÉPICO!- chilló Pinkie Pie sacudiendo a Cherry enloquecidamente mientras las demás se sonreían emocionadas.

-Applejack tiene ganado esto- confió Rainbow Dash airadamente.

-¿Tú crees?- le preguntó Mistery y Rainbow la miró levantando una ceja.

-¿Lo dudas?

-Hey, oye, no me malinterpretes, no diga que no sea fuerte pero, Golden lo es mucho más.

-Tú no has visto a Applejack en las vencidas ¡Es la mejor de Canterlot High! ¡Le torció la muñeca a Brawley Beats!

-Lo sé- le dijo con acusación frunciendo el ceño. -. Y no pudo tocar la batería para el evento de beneficencia.

-Pero Applejack le había advertido- se encogió de hombros.

-¿Pero acaso tú no has visto a Golden? ¡Ella en cambio le romperá el brazo apenas se lo haga vencer!

-Ohhh. Esto me recuerda a cierta apuesta que quedó en nada- dijo Dash con un tono insinuante.

-La pelea entre Golden y Bonbon. Sí. Yo asimismo aposté por Golden.

-Y yo por Bonbon.

-Habría ganado Golden.

-Bonbon.

-¡Golden!

-¡Bonbon!

-¡Pero bueno, ahora hablamos de Golden y Applejack!- dijo Mistery.

-¡Y sólo hay una forma de solucionar esto!

-Entonces…- dijo para suavizar una sonrisa y cruzarse de brazos -. ¿Apostamos?

-¿Bromeas? ¡Obvio!- aceptó desafiante.

-Si Golden gana, tendrás que lavar mi ropa y recitar un poema de derrota. Algo como "Del cielo cayó una rosa, y Mistery la tomó, y como Rainbow no tenía razón le hizo tragar sus espinas y se mató"- concluyó para reírse ante la desconcertada mirada de Dash.

-¡Dios, Mint! Eso no tiene sentido pero eres tétrica y competitiva…¡Me encanta!- le sonrió dándole un codazo amistoso -. Ahora, si gana Applejack, cosa que pasará, tú deberás…deberás…- pensaba mirando por todos lados.

-Hasta en pensar te gano. ¿Apostamos eso? Porque ya lo tengo asegurado- rió.

-Deberás…deberás…

-Mil años más tarde…

-Deberás… ¡Bailar desnuda delante de todos!

-…- se la quedó mirando con un ceño -. ¿Hablas en serio? Ni siquiera te esforzaste en pensar para decir semejante cliché.

-¡Oh! ¿Disculpa? ¿Acaso estás dudando?- dijo con divertido cinismo para darle toques en la cabeza -. Oh, Mistery, descuida. Si sabes de tu inevitable derrota enton…

-¡Lo haré!- aceptó competitiva estirando la mano y Rainbow se la estrechó con un mismo ceño de reto para reunirse donde estaban las demás viendo a Golden y Applejack acomodando dos muebles, juntándolos entre sí para unir los brazos de la silla y poder asentar los codos.

-¡Vamos, vamos, vamos!- ansiaba Pinkie Pie mientras Golden y Applejack se sentaba cada una en una silla y apoyaron bien los codos en la unificación de los brazos de ambos muebles.

-Te doy la oportunidad de no quedar en ridículo- le dijo la pelinaranja y la vaquera se sonrió ante eso.

-No me echaré para atrás.

-Yo tampoco- respondió con esa misma sonrisa que Applejack más bien se la veía entretenida, que otra cosa.

-Rainbow y Mistery me acaban de inspirar- dijo -. ¿Quieres elevar la apuesta?

-Oh, Manzanas…- exclamó levantándole ambas cejas sin perder ese buen semblante-. ¿Qué quieres perder?

-Ganar. Más bien ganar- corrigió -. Cuando gane, además del día libre, quiero charlar.

-…- concentró un ceño -. ¿Charlar?

-Sip. Charlar, Golden. Algo que no haces desde hace mucho me supongo.

-¿Tú qué sabes, Manzanas?- preguntó con un resoplido.

-Tal vez no mucho, pero sí lo necesario para querer saber más.

-¿Cuál es tu obsesión conmigo?- le reclamó concentrando más el ceño para escuchar la risa de Applejack.

-Se llama amistad, Golden. Tú la muestras a tu modo…- decía para poner el codo sobre la base lisa del mueble -…yo al mío.

Golden la miró con cierto odio mientras se limitaba en torcerle los ojos en respuesta y acomodó su codo para tomarle la mano en posición. Entonces una mano rosa se puso entre la de ellas para dar aviso al inicio.

-¡ES HORA DE DE DE DE DE DEL DUELO!- exclamó Pinkie Pie, para soltar su mano y ambas empezaran a forcejear entre los ánimos de las demás, con Mistery y Rainbow tensas mirando la resistencia de ambas manos que temblaban de un lado a otro entre las miradas concentradas de Golden y Applejack .

La unicornio blanca de melena morada que había perdido ese cuidado en su peinado, tenía un casco sobre su pecho mientras se ahogaba en su propio llanto en un cuarto individual en el hospital que permanecía, recibiendo un par de sueros que colgaban en su cabeza. Para esto había perdido peso y estaba ciertamente lívida, mucho más ahora entre su desconcertado y deprimente rostro ante saber las últimas desagracias.

-¡¿Cómo pudo irse así como así?!- reclamó entre lamentosos jadeos e hipar de su llanto -. ¡Ni siquiera vino a despedirse de mí cuando se marchó o algo!- agregó entremezclando enojo, pena y resentimiento.

-Tuviste una recaída ayer y…y no quiso preocuparte más- le contestó Rainbow con ese rostro apagado y decaído mientras trataba de resistir el nudo en la garganta.

-Pe-ero, no podemos apresurarnos- se esperanzó -. No encontraron su cuerpo. Es el único que desapareció.

-Pero había sangre de ella en el suelo y en su casco que quedó tirado- dijo Applejack con seriedad pero entre su mirada gastada de ya haber soltado un llanto previo -. Si recibió un golpe en la cabeza y se la llevaron sin tratar sus heridas…no sé si aguantara la noche.

-Applejack…- le dijo Fluttershy con su voz fina mientras se le caían algunas lágrimas.

-Lo siento, pero es la verdad- exclamó casi sin aliento -. ¿Crees que no me duele también admitirlas? Como pensar que ahora Equestria ya no tiene quien la dirija ni atienda. Y no hay ningún alicornio ahora que la represente.

-¿Ya anunciaron…?- preguntó la modista temblándole los labios aun cayéndosele lágrimas.

-No, aún no- cabeceó Pinkie Pie entre su melena lacia y su color rosa opaca -. No encontramos aun…el mejor modo de dar la noticia. Sólo la guardia lo sabe y se ha mantenido en confidencialidad.

-Pero el pueblo está angustiado entre los trabajos para reparar los daños del ataque de ayer- agregaba la vaquera cuando repentinamente la puerta era azotada por un guardia.

-¡Fénix! ¡Sobrevuelan cientos de fénix el pueblo!- se precipitó en decir para el asombro de todas.

-Ay, no- alcanzó a lamentar palideciéndose Rainbow con sus ojos agrandados para todas tener que dejar a Rarity para salir que entre los pasillos escuchaban como los comentarios se alzaban en consternación como preocupación, pues los fénix jamás salen de donde crearon nidos en un volcán en tierras de dragón y ahora…¿Están en el pueblo? Mucho peor sabiendo la existencia de una Sunset con poderes de fénix.

Las cuatro ponies salieron abruptamente del edificio para dejar abrir sus bocas al ver como prácticamente la vista del cielo era opacado por el vuelo de los fénix que mantenían las llamas de su cuerpo encendidas, girando sincronizados en un círculo, dando la ilusión de un incandescente remolino rojizo y dorado, recordando mucho el atardecer, entre el sonido de aleteos como del propio movimiento del fuego entre el viento, que si otras fueran las circunstancias, sería algo precioso de ver, pero su extraño espectáculo sólo inquietaba el de por sí ambiente tenso en el pueblo.

-¿Qué…significa esto…?- preguntó Fluttershy con ceño preocupado mientras se mezclaban reacciones y aspiraciones de los pobladores que veían también la formación de la guardia esparcirse en puntos del pueblo con sus armas, escuchando a lo lejos la indicación de un precavido Flash Sentry pese las heridas de su cuerpo que aún faltaban de sanar.

Cuando repentinamente los fénix empezaron uno seguido del otro a bajar en picada, halando sus llamas tras de ellos, dejando estelas de fuego dibujarse por el aire, cruzando entre sí y ya cerca del pueblo que al estar envueltos de su fuego, los ponies se alejaban y evadían por su seguridad, que era justamente lo que buscaban. Apartarlos. Dejar un espacio libre en plena plaza del semideteriorado pueblo, para que entre sus llamas cruzadas, empezara a brotar un destello dorado en la mezcla de las danzantes llamaradas de fuego que entre el vuelo bajo de los fénix, se hizo presente la imagen de una radiante unicornio que encandecía sublime su color dorado de su pelaje, con las ondas de su melena elevándose tranquilos en movimientos suaves y sus alas radiantes y extendidas en vueltas en llamas pasivas en una danza serena.

La yegua abrió sus ojos de pestañas largas que decoraban la expresión pacífica de su color cyan, que bien podrían ser comparados como un hermoso cielo despejado; suavizados, profundos, tranquilos, que atraían ser contemplados. Aquellos magnéticos ojos se paseaban ante la quieta mirada de los ponies ante su presencia, sin saber realmente cómo reaccionar ante su repentina aparición, pues su apariencia no era atemorizante. Tampoco la veían…amenazante, provocando realmente todo lo contrario, dejándolos más bien impactados por su presencia, su hermosa y gracia apariencia y el lucir ese aspecto del fuego que era envuelta, rodeada entre el vuelo y parada de los fénix entre la estela de fuego dibujada, haciéndola ver casi una visión fantástica y hasta una leyenda jamás contada de este ser mágico.

De una pony que parecía ser el híbrido de un fénix.

Veían esa expresión asegurada, con una seductor osadía en ella, pero a la vez sugerente de sus ojos, empezando a dibujarse una sonrisa que armonizó aún más sus facciones suaves, tersas de su rostro. Parecía contener una risa, pues una expresión divertida y muy emocionada se paseó por su rostro y se mordió el labio mientras su resplandor cobraba un nuevo brillo sin poder dejar de observar realmente fascinada el cómo todos los presentes…la contemplaban.

Mientras tanto, las cuatro mane se fueron acercando más ante el silencio que se formó apenas ella apareció en la plaza, pudiendo ver finalmente con sus propios ojos, la transformación completa de Sunset Shimmer en lo que no se quería convertir, justo mientras ella empezaba a caminar rodeada de algunos fénix que volaban a su alrededor, siguiéndola en cada paso elegantemente seductor e imponente que daba. Aun pese vislumbrar a todos con su apariencia, sentían recelo y empezaban a retroceder a la par que ella caminaba, por lo que Flame se detuvo, concentrando más su mirada a su alrededor.

-No tienen por qué temer. No- exclamó con su voz aterciopelada y tranquila, para continuar su andar a orillas de donde se formaba un grupo de ponies -. ¿Por qué deberían? No han hecho nada malo- continuó diciendo con una sonrisa amable mientras miraba a los ponies frente a ella hasta ver la inocente mirada de un potrillo que se sonrió con una ligera risa cuando pasó frente a él. Flame se detuvo ladeando un poco la cabeza hacia él para sonreírse casi de la misma forma inocente que él -. ¿Por qué me regalas esa bonita risa, eh?- preguntó de manera clara y carismática. El potrillo parecía fascinado que le haya hablado directamente, subiendo más su sonrisa entre una mirada divertida.

-Es muy brillante- contestó con inocencia mirando con sus ojos absortos, realmente admirando su apariencia incandescente, ante el rostro, melena y alas de Flame. La unicornio suavizó el rostro casi de manera maternal y conmovida hacia el terrestre.

Cuando un coro de trinidos de los fénix que la rodeaban irrumpieron el momento, en alerta, haciendo que Flame endureciera el rostro y volteara mirando una lanza que se avecinaba hacia ella por lo que frunció el ceño y lanzó una sola llama hacia el arma, consumiéndola en nada en cuestión de segundos que sus cenizas negras cayeron sobre el suelo, provocando unos gritos y aspiraciones asustadas de los ponies, algunos ya saliendo de allí.

Flame volteó hacia el potrillo de hace un momento, quien borró por completo su rostro admirado, por uno asustado, buscando ocultarse tras los adultos. La yegua endureció la quijada.

-¿Quién…lanzó…eso?- preguntó con su voz tiesa, tratando de contener la ira brotada, moviendo mecánicamente su rostro de nuevo a todo su alrededor.

-Yo- respondió con firmeza una voz masculina que se hizo aparecer en el alto del balcón de una casa. Era Flash Sentry. Los ojos cyan de Flame de los suaves se habían endurecidos. La misma mirada devolvió Flash -. ¡Esta, es la yegua que atacó el Imperio de Cristal!- anunció señalándola, tensando profundamente el ambiente -. ¡No se dejen engañar!

-¿Engañar? Yo no voy a engañar a nadie- exclamó ella con seriedad para mirar a los demás -. Sí, yo ataqué el Imperio de Cristal. Yo fui más poderosa que el mismo Corazón de Cristal, ¡Que la Princesa Cadence, un alicornio! Que…- decía entre las miradas atentas como temerosas de los presentes para concentrar su mirada de vuelta al pegaso -…¿Dónde están, soldado? ¿Dónde están las alicornios, las defensoras de Equestria? ¿Dónde está…su reina?- disfrutó interrogar con una sonrisa alzada entre su mirada desafiante mientras el pegaso le sostenía la suya, furioso -. ¿El pueblo lo sabe?- preguntó mirando a los angustiados presentes sin saber si moverse o no con el temor de ser atacados -. ¿El pueblo de Equestria no sabe, que sus princesas egoístamente pelearon por el título de reina hasta matarse unas a otras?- preguntó mostrándose indignada entre la lividez del rostro de los demás, automáticamente mirando directo hacia donde estaban ubicadas las cuatro mane, lo que hizo que Flame dirigiera su vista hacia donde veían, pudiendo identificar a las cuatro. Una sonrisa de astucia se esbozó en su rostro. -. ¡Que las portadoras se los confirmen!- exclamó empezando a caminar con porte firme hacia ellas con su mirada rígida.

-¡Dispersen el área, ahora!- ordenó Flash dando una señal a los guardias para que una parte obligara a hacer salir a los ponies y otra iban contra Flame.

-¡No engañen a su pueblo!- llamó la atención la unicornio mientras con una señal airada de sus cascos, fue suficiente para que los fénix presentes incendiaran sus alas y enseñaran sus afiladas garras para empezar a lanzarse sobre los guardias y atacar con zarpazos, picoteos y destilando fuego sobre su carne, llegando a tumbarlos que ahí mismo en el suelo más de una veintena atacaban a cada uno y lo consumían en llamas entre los primeros alaridos.

Los ponies empezaron a gritar y buscar huir pero Flame con agilidad entre su andar, hizo sus anillos de fuegos que rodeaban de grupo en grupo para que no tengan escapatoria, sin desprender la mirada hacia las cuatro mane, que se quedaron ahí de pie pese que su corazones se aceleraban ante su presencia y lo que era capaz de hacer, dándoles la cara.

-¡Díganles!- exigió Flame con voz autoritaria y la mirada de piedra sobre ellas para detenerse en una en especial -. ¡Que lo diga la representante del elemento de la honestidad para que diga la verdad!- exclamó, creando leguas entre Fluttershy, Rainbow y Pinkie, dejando solo libre a Applejack -. ¡Vamos! ¡Ponte enfrente y diles!- desafió para clavarle la mirada al verla inmóvil con esa mirada y ceño serio aunque su pecho subía y bajaba ansioso -. No hagas que yo te lleve ahí- advirtió encandeciendo más su cuerpo, dándole el mensaje de las quemaduras que le causaría si ella la empujara a salir con su solo toque.

La vaquera le mantuvo la mirada, apretando fuertemente los dientes entre su quijada endurecida. Desvió la mirada para ver a sus amigas, quienes tenía un ceño entre sus cejas, angustiadas pero asimismo tratando de demostrar valor.

-Es verdad- farfulló con voz rígida aun con la mirada sobre sus tres amigas.

-Que te escuchen- demandó Flame cortante y la terrestre miró a los ponies encerrados en sus anillos de llamas altas, asustados y confundidos, haciendo gestos al escuchar los alaridos de los soldados atacados ante la enorme bandada de los fénix.

-Es verdad- repitió Applejack con voz mucho más audible mirando a los ponies, dando un par de pasos enfrente -. La Princesa Cadance…está muerta. Al igual que sus soldados como los nuestros- informó para escuchar el coro de jadeos -. Y la reina, mi amiga, Twilight Sparkle…-decía queriendo mantener su voz seria aunque le explotaba el nudo en la garganta, obligándose a hacer una pequeña pausa mientras sentía el ardor de sus ojos -…ha desaparecido.

-¡Mentirosa!- rugió Flame alzando sus llamas, espantando aun más su audiencia, asesinando con la mirada a Applejack -. ¡Mentirosa! ¡Diles la verdad!

-¡Lo dije!- dijo ella frunciéndole el ceño.

-¡Las dos están muertas!

-¡Eso creo! ¡No sé!

-¡¿Cómo que no sabes?!- bramó alzando más sus llamas.

-¡Encontramos el cuerpo de Cadance pero el de Twilight no!- le dijo tanto a ella como a los presentes -. ¡Pero había sangre, su sangre en el suelo y casco! ¡No sé dónde está y no sé si sobrevivió o no!

-¡MIENTES!- se encolerizó Flame a la par que le lanzó un ardiente golpe sobre el rostro, azotándola contra el suelo y dejándole no sólo el dolor del golpe, sino del ardor de su piel quemada por su contacto a un lado de la cara, llegando sus amigas a socorrerla -. ¡Ambas están muertas! ¡Equestria se ha quedado sin alicornios!- decía para mirar a todos -. ¡Las dos únicas alicornios se mataron entre sí por el título de reina! ¡Les dieron la espalda! ¡Se olvidaron de ustedes! ¡Y los han dejado desamparados! ¡Pero yo por eso estoy aquí! ¡He demostrado cuán valor tiene mi magia! ¡Mucho más combativa, fuerte que perdurará por los siguientes milenios!- decía para empezarse a elevar del suelo con una mirada osada y pose autoritaria mientras las llamas de su melena y cola danzaban violentas entre el brillo del calor de su cuerpo -. ¡Yo soy Flame Hybris, la Heredera Celestial de la Luz, su nueva gobernante! ¡Proclamo mío este reino, mi Equestria con el poder de la luz y fuego heredado de mi vida anterior como fénix! ¡Mientras estén conmigo, sólo paz encontrarán en mi luz! ¡Pero si están en mi contra…!- advirtió entrecerrando los ojos para ladear su mirada hacia los restos regados por el suelo de los guardias atacados por los fénix, algunos aun vivos pero lanzando quejidos de las quemaduras que llegaron hasta desfigurarles el rostro. Todos los ponies vieron la imagen captando el mensaje entre el temblor de sus cuerpos mientras Flame devolvía la mirada hacia ellos, suavizando más su expresión como su mirada, devolviéndose ese tranquilo brillo con el que llegó mientras desintegraba los anillos de fuego, liberándolos para hablar con voz más pausada y tranquila -. Puedo ser su poesía. Su musa. Su adoración. Inspiración- dijo para bajar un poco la cabeza para endurecer la mirada para agregar con tono mucho más profundo en su voz:-. Pero les recomiendo que jamás, me hagan su enemiga.

Las voces de ánimos se entremezclaban entre las chicas ante la reñida igualdad que tenían Golden y Applejack, ambas con un ceño firme con expresiones de esfuerzo y resistencia con sus ojos clavados a la unión de sus manos que temblaban de un lado a otro buscando vencer la de la otra, de vez en cuando lanzándose miradas entre ellas.

-¡Debo admitir que estoy sorprendida!- dijo Golden entre una sonrisa. -. ¡Y te odio más por eso!- agregó haciendo que Applejack tirara una risa pero sin perder la concentración.

-¡Hace tiempo que no tengo un buen rival!- sinceró ella manteniendo la sonrisa y levantó la mirada para chocarse con una misma expresión divertida como desafiante de Golden -. ¡¿Serás buena perdedora?!- dijo para pujar más fuerte e ir dándole ventaja en inclinar un poco más el brazo de Golden.

-¡NO!- se alteró Mistery halándose las puntas de su larga cabellera morada.

-¡SI!- disfrutó reírse Rainbow sacudiendo a Mistery tomándola de un hombro.

Golden sólo podía reírse forzando su brazo, resistiéndose a que se venza.

Cuando empezó a olfatear un olor.

Un concentrado olor dulce que la hundió en un repentino recuerdo de sí misma siendo cargada en brazos para despertar…en la Agencia.

Todo su cuerpo se entumeció defensiva agrandando sus ojos.

-¡Nos encontraron!- bramó Golden para de un solo golpe, vencer el brazo de Applejack, pero porque éste repentinamente se aflojó.

Golden curvó sus cejas realmente preocupada viendo lo que podía, el mareado rostro de la rubia, pues su visión también empezó a empañarse.

El olor dulce se hizo más fuerte y una por una repentinamente fueron cayéndose al suelo sin apenas darse cuenta de lo que pasaba, viendo una silueta que reconoció de Bonbon intentar llegar hacia el pasillo pero en medio camino su cuerpo se venció como las demás, mientras Golden intentó levantarse conteniendo la respiración, pero ya había inhalado la toxina. El cuerpo se le venció, aguado, cayendo torpemente al suelo con un enorme agujero tragándola desde muy adentro sintiendo que se le explotaba la cabeza antes de ser obligada a caer en un profundo sueño, realmente sin poder creer que así como así, las dejó en bandeja de plata.

"No…" fue lo último que lamentó, viniéndosele en la mente estos días de convivencia, antes de perder el conocimiento.

Desde la entrada del escondite se entró un rayo de luz del proponente sol de la carretera, bajando con agilidad fueron entrando entre hombres y mujeres armados y con mascarillas, recorriendo el perímetro del escondite.

-Están todas. Están todas- repetía un hombre entre los demás contando a las once chicas, deteniéndose justo frente a Bonbon, para sentir que era empujado abruptamente por una mujer que se dejó caer enseguida de rodillas tomando el cuerpo de la joven, sólo para escuchar el clic de un gatillo preparado.

Floral apretó el cuerpo de su hija contra ella con fuerza, para mecánicamente, levantar su mirada enseriada hacia el cañón del revolver que se apuntaba justo en su frente, viendo detrás de ella una misma mirada firme y rígida de esos ojos azules de su Superior. Floral le mantuvo la mirada mientras el resto se concentraban en cargar a las demás fugitivas para hacerlas salir, dejándolos a ambos con sus asuntos.

-Recuerda lo que te dije- advirtió él sin perder ese semblante áspero sobre ella.

-Lo hago- contestó secamente y él suavizó una sonrisa de lado.

-¿Segura?- interrogó para mover el revolver en dirección a Bonbon.

Bien Floral pudiera moverse para forcejar y quitársela, pero no estaba en condición ahora de abusar de su suerte y se limitó en apretujar más fuerte el cuerpo de Bonbon contra ella.

-Sí, segura- contestó y él asintió para apartar el arma.

-Qué bien. Porque en serio no tolero la idea de perder una pieza como tú- sonrió ampliamente y le guiñó un ojo. -. Vete de una vez, Ingenious- le dijo regresando el arma hacia sí y darse la vuelta para agregar -. Hasta aquí llegas tú.

-¿Qué van hacer con ellas?- se arriesgó a preguntar sin perder su tono enseriado mientras se erguía y tomaba a su hija en brazos.

-Como dije- contestó sin parar su andar y hablar airadamente -. Hasta aquí llegas tú. Tú y tu hija no tienen nada que ver con esta misión así que ya déjame en paz- agregó con el tono más profundo y autoritario.

Floral desvió la mirada con un resoplido para mirar el rostro suave y adormilado de su hija entre sus brazos, saliéndosele una calidez en sus ojos verdes, una que habría querido emanar cuando asimismo la tenía en brazos pero muchísimo más pequeña y que en ese tiempo quien expresaba esa mirada era su "esposo".

"Lo hice, Stealthy. Hice lo que a ti te costó la vida pero supongo que puedes estar más tranquilo ahora".

El sol la obligó a achicar los ojos cuando salió del escondite, haciendo caso omiso de lo que pasaba a su alrededor, concentrándose en ir hasta el automóvil negro que tenía para ella. Acomodó a Bonbon en el asiento del copiloto y le puso el cinturón de seguridad, teniendo la molestia de acomodar su cabellera larga y aprovechar en acariciar cariñosamente su rostro hasta besarle la frente y cabeza, abrazándola, porque era algo que despierta, no tendría el lujo. De que reciba su amor.

Dicen que no es tarde para enmendar las cosas, pero con Bonbon, se daba la idea que sí lo era pero aun asi nunca se daba por vencida.

Sintió hasta un nudo en la garganta mientras la apretaba en ese abrazo, en un profundo alivio de haberla salvado, de tenerla ahí y regresar a casa. Besó de nuevo su mejilla antes de apartarse y cerrar la puerta. Se tanteó los bolsillos para percatarse que llevaba el suero para deshacer la toxina en su organismo y se adentró frente al volante, teniendo una panorámica de cómo introducían a las demás jóvenes que su hija había ayudado a ocultar estos diez días, entre ellas reconociendo a la muy recurrente a visitar a su departamento y muy comprensiva con Bonbon, Lyra Heartstrings. A la "nueva amiga" de su hija que realmente le agradaba por su carismática personalidad alegre y que se llevó la monumental sorpresa que resultó ser su pareja, Cherry Crash, y por supuesto, a su sombra, su compañera de misión, Golden Harvest.

Sabía que esas tres chicas eran importantes para Bonbon.

Pero si tenía que salvar a alguien, sería a su hija, y si tenía que entregar a las demás para hacerlo, lo haría.

O más bien, lo hizo.

-¡Twilight, Twilight!

-¿Qué, qué?- reaccionó la alicornio confundida removiéndose en su cama mientras sentía las garras de Spike moviéndola de un lado a otro, dándose cuenta que estaba en su habitación, sintiéndose de golpe desorientada pues…¿No se suponía que estaba en una batalla campal con Cadance?

-¡¿Cómo puedes quedarte dormida a un par de horas para la primera ceremonia que dirigiras?! ¡Ya hasta la Princesa Celestia y Luna están en camino!

Twilight se petrificó al escuchar lo que decía Spike con suma normalidad que no perdió tiempo y se dio la vuelta para salir del cuarto.

-¡Spike, espera, espera!- dijo con la voz entorpecida, parpadeando varias veces sintiéndose realmente confundida pero el dragón simplemente se fue.

Twilight se bajó de la cama, palpando su cuerpo para no sentir ninguna herida o dolor tras la pelea que tuvo con Cadance porque…tuvo una pelea con Cadance, ¿no? Además por más que no quiera recordárselo, la Princesa Celestia y Luna estaban muertas y él dice que estaban en camino, ¿Y ceremonia? ¿Qué ceremonia iba a dirigir?

Twilight caminó enseguida para reclamar respuesta cuando apenas salió, le cayera algo pegajoso encima de su rostro, escuchando la risa de un bebé.

-¡Ooosip!- se apareció Pinkie Pie para aventarle una toalla encima para que se limpie con Pumpkin Cake en su lomo chupándose un casco embarrado de lo que parecía ser mermelada -. Lo siento, Twilight. ¡Pero se emociona mucho cuando es de fresa!- chilló enternecida para sentir que Pound aterrizaba sobre todo su rostro con una risotada pueril -. ¡Al fin! Deja de volar por todos lados- le dijo tomándole de un casco para cargarlo -, quedamos que se estarían quietecitos y bien portaditos para no espantar a Cadance y Shinning.

-¡¿QUÉ?!- jadeó Twilight apartándose la toalla encima del rostro.

-Ya sé, ya sé. Dijiste que no traiga a los bebés Cake para que quede perfecto lo de hoy pero si Cadance está a dos meses de dar a luz, quería que practicara con Shinning mientras se quedan el fin de semana por la ceremonia- habló como carretilla sin descanso para que Pumpkim se terminara de chupar el casco la mermelada e hizo un berrinche por querer más mientras Pound se le zafaba de su casco para salir de nuevo volando haciendo descuidadas piruetas. -.¡Aghhh! ¡No, basta! ¡Pinkiepromesa, hicimos una pinkiepromesa!- les reclamó mientras iba tras el pequeño pegaso.

-¡No, Pinkie Pie, espera!- la quería atajar Twilight corriendo enseguida tras ella ahora sí consternada. -. ¿Cómo Cadance? ¿Shinning? ¡Ella…ella perdió al bebé! ¡Y mi hermano…está está…!

-¡Ay, Twilight, pero qué cosas tan horribles dices!- lamentó Fluttershy cubriéndose la boca con un ceño marcado de angustia. Ella y Rainbow salían de una sala con unos manteles.

-Cielos, ¿Qué te ocurre?- preguntó Rainbow torciendo el gesto al ver el temblor en Twilight como su rostro impávido y nervioso, tartamudeando sin saber cómo reaccionar a esto.

-¡Twilight, querida!- escuchó la voz de Rarity que salía de una habitación dirigiéndose enseguida a ella con Applejack más atrás.

-¿Ra…Rarity?- la nombró asombrada con sus ojos bien abiertos viéndola con energía y saludable. -. ¡Rarity!- se conmocionó llenándosele los ojos de lágrimas y la recibió con un enorme abrazo. -. ¡Estás mejor! ¡Estás curada!

-Ahm, ¿Twilight?- dijo ella un poco confundida devolviéndole el abrazo -. ¿Estás bien?

-¡Tú estás bien!- le dijo separándose un poco contemplándola mientras se le caían las lágrimas en alivio -. Parece que todos están bien y no sé cómo. No…no me explico. ¿Acaso todos los unicornios se recuperaron?

-¿Ah?- dudó ella para intercambiar una mirada con las dos pegasos.

-¡Sí! Todos estaban en un estado de salud deporable. Y La Princesa Celestia y Luna habían muerto. Mi hermano había muerto. Sunset atacó el Imperio de Crista Cadance perdió a su bebé. Ella se llenó de odio, citó guerra, yo fui y tenía el Amule…

-Twilight, Twilight, basta- le dijo Rainbow sosteniéndole de los hombros, preocupada -. Tranquila. Acabas de despertar. De seguro tuviste una pesadilla.

-Horrible pesadilla- comentó Fluttershy asustada por todo lo que dijo la alicornio.

-Yo…yo…- decía ella aun conmocionada. -. No. Esto…esto debe ser un sueño- se dijo.

-Has de estar tensa por dirigir la ceremonia- opinó la vaquera para torcer los ojos con una sonrisa, divertida -. Y créeme, no eres la única nerviosa. El invitado de honor lo está aun más.

-¿Qué?- dudó sacudiendo un poco la cabeza.

-Por eso te venía a buscar- dijo Rarity volviendo un poco a su tono dramático -. ¡A última hora se le ocurre deshacerse de los cascabeles! Mira si lo convences o caso contrario debo correr a mi boutique por materiales y deshacer uno por uno sin que se dañe la tela. Traté de convencerlo yo pero sabemos lo terco que puede ser.

-¿Terco…?- repitió sin aliento aun con la ideas enredadas y confundida para dejarse halar de la unicornio hacia la habitación que ella salió hace un momento.

-Por favor, tú tendrás más suerte que yo. Creo…- reconoció para con su magia abrirle la puerta y hacerla pasar, que apenas Twilight se adentró y miró quien estaba en el interior, definitivamente, estaba para perder la cordura.

-Créeme cuando te digo que de potrillo, me visualizaba tan épico como él con sombreros de cascabel- dijo un corcel blanco frente a un espejo de cuerpo entero usando una túnica azul oscuro con figuras de lunas mientras levitaba un sombrero de punta lleno de cascabeles del mismo color, mirando a Twilight desde su reflejo para darse la vuelta con un incómodo gesto y una sonrisa de lado dejando a un lado el sombrero apagando su cuerno -. Pero enserio, enserio, los cascabeles son un detalle muy tonto que tendré que admitir aunque sea un seguidor de su trabajo- agregó levantando más la sonrisa con una divertida expresión en sus ojos grises.

-…- enmudeció, petrificada, hasta dejando de respirar al mirar a Moon White, alli, que ademas tenia una apariencia saludable y usaba con normalidad su magia.

El unicornio al darse cuenta de su rostro impávido y desconcertado, suavizó un ceño perdiendo esa divertida expresión.

-Twilight, ¿Qué sucede?- se preocupó al verla en una especie de estado de shock, moviéndose para acercarse a ella pero Twilight reaccionó retrocediendo de a poco, a la defensiva. -. Twilight…- se asombró por su actitud esquiva -. ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo? ¿Es por el cascabel? Sé que quieres que salga todo a reloj con la ceremonia de mi nombramiento como Hechicero Real pero creo que ya estás exagerando si te pones así- le habló comprensivo y preocupado.

-Estoy muerta- fueron las palabras que salieron de sus labios, haciendo que él se detuviera de golpe y sus orejas se movieran hacia atrás, concentrando más el ceño.

-¿Qué?- preguntó incrédulo.

-Que estoy muerta- repitió con un fuerte vidriar en sus ojos -. Estoy muerta, porque todo lo que quería que ocurriera está pasando sin sentido justo ahora- sacudió la cabeza ansiosa mientras se le caían las lágrimas -. ¡Estoy muerta!

-¡Twilight, deja de decir eso!- reclamó nervioso al verla en ese estado alterado y la tomó de los hombros, pasando un casco a su mejilla húmeda de lágrimas.

-Lo siento- le farfulló con voz fina, descomponiendo más el rostro -. Te he fallado. A ti, a mi familia, a mis amigas y Equestria. Morí dejándolos desamparados- se ahogaba en llanto colocando ambos cascos alrededor de su cabeza viendo su preocupada mirada con la frente poblada de arrugas.

-Twilight, no, no nos has fallado- le dijo enseguida pasando un casco por su melena en una caricia para tranquilizarla -. Estás aquí, conmigo- le dijo contamplando la marcada angustia de su rostro -. Estás aquí. No estás muerta.

-¡Sí lo estoy!

-¡No, no lo estás!- le replicó firme -. Es algo que no me vas a contradecir. No estás muerta.

-¡Quiero que esto sea real!- le reclamó apretando sus párpados cayéndosele más lágrimas. -. Quiero que mi familia sea feliz, al igual que mis amigas y mis súbditos. Quiero que todos sean felices de nuevo- le dijo abriendo sus ojos para posar sus cascos tras su cuello y cortar la distancia con un terrible dolor en el palpitar de su corazón mientras le concentraba su mirada frustrada. -. Quiero recuperarte.

-No me has perdido- le dijo con voz fina, ya vidriándole los ojos al ver el dolor reflejado en los violetas de ella -. Estoy aquí- le aseguró envolviéndola en sus cascos para abrazarla, otorgándole esa calma que sentía cuando la envolvía en un abrazo suyo, haciendo que ella cerrara los ojos en concentrarse en ese cálido alivio que le emanaba -. No te lamentes más. Tranquila- le decía mientras le acariciaba la crin y Twilight escondía su rostro en su cuello, apretándolo más fuerte mientras podía -. No te desesperes. Estoy contigo. Todos están contigo, aunque no nos veas. De cerca y de lejos, siempre voy a alentarte y creer en lo que eres. Yo y cada uno. Y mientras eso ocurra…- le dijo para separarse un poco y verla de frente, dibujándole una alentadora sonrisa entre su expresión cariñosa -…tú nunca vas a estar muerta.

"Su espíritu reconoce otro buen espíritu con el que su fuerza se multiplique y complemente" le vino de repente la voz de Amira en su cabeza mientras le mantenía la mirada."Por algo fue nombrada la Princesa de la Amistad. La unión y la fuerza que provoca su espíritu la vuelve imparable y determinada, muy sensible y emocional, porque así entiende la empatía de la esencia espiritual de los demás, que hace fuerte la suya".

Tal vez eran la capas de lágrimas, pero Twilight empezó a verlo borroso al mismo tiempo que se hundía en lo más profundo dentro de ella, sintiendo que se abandonaba, o más bien, recuperara el sentido tras el oleaje de sensaciones que la embargaron, aun manteniendo esa visión distorsionada que mezcló colores y le empezó a doler los ojos, para que poco a poco, empezara a recuperar la visión, pero ya no estaba en la sala del castillo con Moon White. Empezó a ver un color blanco, una luz de sol y…burbujas.

Una nube de burbujas que se levantaba frente a ella, que con la luz que había, se reflejaba el jabón dentro de éstas en reflejos multicolores que se paseaban en ella, reventándose pero que más y más burbujas aparecían tras ellas.

Entonces escuchó un sonido delicado cerca de su cabeza, que aparecía una y otra vez, como si fuera al ritmo de sus latidos. Aun trataba de entender qué pasaba, dónde estaba, por qué le dolía ciertas partes y la terrible pesadez en su cabeza, empezándola a menear lentamente con la noción de recuperar por completo la visión que empezaba a marearla.

-¡Twilight!- escuchó una voz como un movimiento de un mueble, sintiendo unas…¿garras? ¿Spike? No,no. Estas eran unas...¿manos? Sí, unas manos colocarse sobre su…¿brazo? -. Has despertado. ¡Despertaste!- celebraba esa voz que era suave y dulce, descubriendo que era femenina -. ¿Twilight?- la llamó, pero no podía devolverle el habla, ni mirarla, siquiera manejar bien su cuerpo, algo se lo impedía y sólo sentía más mareo mientras la visión volvía a distorsionarse aun más.

-Twilight…¿te sientes mal? ¿te duele? ¡¿Qué hacemos?!- se preguntaba otra voz asimismo de mujer pero más joven, escuchándose nerviosa -. ¡Voy por un doctor! Tú quédate ahí, Twilight; bueno, no te puedes mover pero ¡Quédate ahí! Ya regreso- decía aceleradamente.

Pero apenas se fue, Twilight empezó dar arcadas mientras el estómago parecía contraerse. Intentó moverse pero sentía pesadez en su cuerpo, cuando sintió la ayuda de esa otra persona que se quedó y pudo mover su cabeza para impulsarse un poco hacia adelante mientras vomitaba. No sabría qué vomitaría si no tenia casi nada en el estomago, pero siguió vomitando, inevitablemente ensuciando la cama y hasta ella misma, pero desechar lo que sea que estaba desechando, le hizo perder el terrible malestar como mejorar el control del movimiento del cuerpo y la vista mejoró, aunque haya tenido que ver el desagradable cuadro de haberse prácticamente vomitado encima, lo que parecía ser líquido. Pero asimismo descubrió asombrada que estaba en su cuerpo humana, su brazo conectados a cables y sueros, como sentir algo en sus fosas nasales, deduciendo que era un respirador, y al ver el cuarto pulcro y blanco típico de hospital, viendo también algunos bonitos arreglos florales con globos y pequeños peluches.

-Twilight…- escuchó de nuevo esa voz, una voz que pensó jamás volver a escuchar y enseguida sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Prin…Princesa Celestia?- preguntó olvidando todo por un momento, sólo para encontrarse con la contraparte humana de quien fue su maestra, que le daba una muy cariñosa y maternal sonrisa.

-No, Twilight. No soy…la Princesa. Lo siento.

-¡Vaya, vaya, entre, entre!- oyó esa voz de hace un rato, viendo que era de la contra parte humana de Derpy que venia halando a un médico. -¡Oh Twilight!- lamentó al verla vomitada y ella más avergonzada no podría sentirse.

-Lo siento - pudo al fin articular con voz rasposa mientras el doctor se acercaba a ella.

Mientras la revisaba y atendía con una enfermera que entró al poco momento para limpiarla del vomito, Twilight tenía todo un interrogatorio. ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué pasó con cadence? ¿Cómo la encontraron? ¿Ellos estaban bien? ¿Y el resto de sus amigas?

Se mostraba con cierto gesto de angustia mientras dejaba que el médico la chequeara y se enterara de la hemorragia interna que sufrió y las hematomas tratadas como las cortadas. Tendría inflamado ciertos músculos pero no tenía nada roto de gravedad. Ahora con el vómito que dio, ya no había sangre, cosa que aseguraría un buen pronóstico, aunque el médico admitió que estaba ciertamente asombrado de la rápida recuperación que estaba teniendo.

Twilight esperaba con ansiedad que el médico se fuera, pues al cabo de un rato, se apareció Whooves como Flash Sentry, quienes habían bajado a la Cafetería y Derpy los llamó apenas dejó el médico con Twilight.

-¿Recuerda cómo llegó aquí?- interrogó el médico y de reojo, Twilight vio que tras las espaldas del doctor, los tres le daban una señal de negación, hasta Derpy dando brincos silenciosos.

-No- contestó siguiendo la corriente.

-Estabas con nosotros, Twilight. ¿Recuerdas?- dijo Flash abriendo muchos los ojos -. Al cine.

-Ah, creo…creo que sí- improvisó ella suavizando un ceño -. Y estaba… muy…¿oscuro?

-¡Sí! Estaba oscuro la calle por la que te ibas y te quisimos acompañar pero te negaste- dijo esta vez Whooves y Twilight captó por dónde iban.

-Me atacaron.

-¡Fue horrible!- chilló Derpy con un puchero dando más credibilidad a la situación recordando cuando la encontraron -. ¡Creíamos que tú…tú…te…te nos habías ido como angelito!- lamentó con sus ojos vidriosos.

-Al rato accedimos a regresar por ti y fue cuando te encontramos ya inconsciente en el suelo- agregó Flash con un suave ceño.

-Cuando los paramédicos llegaron sus signos vitales estaban muy bajos- acotó el médico -. Sólo se podía escuchar su pulso con instrumentos médicos, caso contrario la creerían muerta- se sonrió y señaló a Flash -. Creo que debe agradecer la actuación rápida de su amigo de darle reanimación pese verse aparentemente muerta. Más probable que si no lo hubiera hecho no estaría aquí ahora.

Los ojos de Twilight enseguida se posaron en el piliazul, quien bajó la mirada ciertamente avergonzado pero con una sonrisa, siendo hasta abrazado de lado por una conmovida Derpy.

El médico salió del cuarto junto con Celestia y enseguida los tres se acercaron alrededor de la cama de Twilight, quien no dejaba de ver a Flash con sus ojos vidriosos entre una sonrisa.

-Flash, yo…

-Está bien, Twilight. No tienes que agradecer- le dijo él con una auténtica sonrisa.

-Por supuesto que tengo qué- le replicó -. Me salvaste.

-Brawley también ayudó. Él fue quien te daba respiración. Fue cuestión de equipo.

-Pero tú eras el que gritaba: ¡No está muerta, sigue dándole aire!- le dijo Derpy. -. Y de repente ¡pum! ¡Te salieron alas!

-¿Qué?- interrogó Twilight con un ceño regresando su mirada en Flash, quien entrecerró los ojos.

-Sí…eso pasó- tiró una pequeña risa -. Supongo que reanimarte me hizo ganar mis alas. ¿Entiendes? Tardé un poco pero aprendí a ocultarlas. No es tan complicado como creía.

-¿Alas?- preguntó parpadeando rápido -. No…no entiendo. ¿Tienes…? ¿Tú…? ¿Tienes magia?

-Él, y Cherry Crash, Lyra Heartstrings y Mistery Mint- respondió Turner -. Y Las Rainbooms, adaptaron una nueva forma de representar su magia- decía viendo el perplejo rostro de Twilight que tartamudeaba y la máquina que marcaba sus latidos empezó a escucharse más rápido.

-¿Qué? ¿Qué pasó en el baile? ¿Dónde está Sunset? ¿Qué hizo? ¿Por qué no están Las Rainbooms? ¿Dónde me encontraron?- empezó a interrogar ansiosa.

-Twilight, calma- le dijo Flash al ver disparado su pulso.

-Estoy bien- le dijo con seriedad, porque en serio, se sentía cada vez menos descompuesta ahora despierta. -. Respondan mis preguntas- exigió preocupada y los tres se intercambiaron una mirada ciertamente preocupada.

-¡Hasta mañana, directora!- despidió una secretaria asomándose a una oficina.

-Ah, hasta mañana- respondió la mujer con una tenue sonrisa entre el papeleo de su escritorio.

-¿Aún lo estás meditando, eh?- se aventuró a preguntar apoyándose al pie del marco de la puerta agarrando con dos manos la agarradera de su bolso, viéndola con los mismos documentos que le llegaron esta mañana y no podía dejar de releer.

-Sí…- admitió con un suspiro paseando una mano entre su larga cabellera gris oscuro.

-Si quiere mi opinión…- decía ganándose una resignada sonrisa por parte de la directora para levantar sus ojos en ella -…creo que debería de aceptar en ofrecer a nombre de su escuela la media beca para los estudiantes de Canterlot High. Los jóvenes pasaron por algo…traumático- admitió enseriándose con una sombra de pena que contagió a la otra mujer -. Su escuela es una de las que recibió la notificación para estirar la mano a esos jóvenes y tener dónde estudiar. En especial los que estaban por tener su último año.

-¿Por qué tengo un órgano en mi pecho que haces que se comprima ante tus argumentos?- se quejó de manera divertida posando el codo sobre el escritorio y así posar su cabeza.

-Porque pese quieres mostrarte toda estirada, rígida, impaciente…

-¡Hey!- le reclamó de buen humor haciendo reír a la secretaria.

-Te importa- agregó y la directora le plantó la mirada.

-¿Qué me importa?- le interrogó con cierto sabor amargo mientras apretaba más fuerte los documentos.

-Tú dime- contestó dándole una sonrisa alentadora -. Soy tu mejor amiga y te conozco.

-Hasta mañana, querida- la despidió con un resoplido posando los documentos sobre su cara para ya no verla.

-Agh. Hasta mañana- se resignó torciendo de ojos y se separó del marco de la puerta para darse media vuelta y salir entre los sonidos de su tacón.

-Tonta sabelotodo- se quejó ella lanzando los documentos sobre el escritorio y miró hacia la ventana, que el sol empezaba a terminar de ocultarse dejando paso un manto oscuro disipando por completo el atardecer.

Se quedó ahí una media hora más hasta resoplar y dejó las hojas allí mientras recogía ciertas cosas para guardar en su maletín y ponerse en pie con llaves en mano que hacía brincar en su palma mientras caminaba. Cerró su oficina y caminó por los pasillos de su escuela, escuchando el retumbante sonido de sus tacones aterrizar contra el suelo, aun dándole vuelta al asunto de aceptar o no esa propuesta de media beca para veinte alumnos de Canterlot High. Podría ser su buena acción de la semana, asegurar un buen karma y la satisfacción de darles una segunda oportunidad a esos desafortunados alumnos, teniendo una especial atención por aquellos que debían pasar el último año. El problema no era dar la ayuda, sino más bien a quién darla. A Canterlot High. Entumeció la barbilla a la vez que su mirada, apretando más fuerte el agarre de su maletín mientras pisaba innecesariamente fuerte el piso, sintiendo esa ardiente cicatriz en el pecho, uno que no era física, sino más bien emocional, inevitablemente recordando cierto pasado, cierto momento, con cierta persona.

Parpadeó rápido un par de veces al sentir el ardor de sus vidriados ojos rojizos para detenerse y pasarse una mano a sus ojos para impedir las lágrimas.

-Está fresco.

Ella alzó la cabeza al escuchar una voz que le hizo erizar la piel en un repentino frío helado en su espalda.

-El dolor…- continuó escuchando -…el dolor está muy fresco aun pese los años.

-¿Quién anda ahí?- interrogó con un ceño mirando hacia todos los lados, sin encontrarse con nadie más que la tenue oscuridad que empezaba a cubrir el interior de la escuela por la llegada de la noche en el que se filtraba la luz de los postes de afuera y de una recién emergente luna.

-¿Por qué lo contienes? Sé que quieres liberarlo- seguía escuchando aquella voz -. Yo te conozco y sé que quieres eso. Quieres libertad. Todos son prisioneros de sí mismos y eso sólo trae más, más y más dolor, Shadow.

-¡Basta! ¡Sal de dónde estés!- empezó a alzar su voz soltando su maletín entre su respiración que empezaba a agitarse, mirando cada rincón sin ver al dueño de esa voz.

-¿Qué ves?

-¡Detente!

-¿Qué ves?

-¡No veo nada!- decía hiperventilando agitada del miedo que empezaba a tomarla mirando la tenue oscuridad al fondo del pasillo.

-Sí, sí ves- le replicó con paciencia mientras ella retrocedía con sus ojos bien abiertos viendo todo su alrededor, sin que su cuerpo pueda responderle para huir, cosa que temía más si le daba la espalda a algo o alguien que pudiera lastimarla.

-Os…oscuridad…- contestó entrecortadamente, sintiendo heladas sus manos.

-Más que eso…- le dijo -…mira hacia abajo.

Shadow titubeó, sintiendo que tenía el corazón dentro de su cabeza al escucharlo fuertemente en sus oídos, para sólo bajar la mirada y ver una larga y negra silueta de su propio cuerpo.

-Sombras- contestó levantando la mirada entre el subir y bajar de su pecho -. Veo…sombras.

-¡Exacto!- escuchó tras de ella y sentir algo alrededor de su cuello.

Y esta vez ya no volvió a ver nada.

Sombras nada más, hay entre tu vida y mi viiiiiiiiida xD tenía que hacerlo xD

So…Flame gobierna Equestria. Las chicas fueron encontradas por la Agencia. ¿Bonbon cómo reaccionará el acto de su madre? Twilight vive y la Shadow humana…ustedes nomás piensen xD

So, gracias por leer, dejen review, tengan un buen fin de semana y…

¡Sunny Honey, fuera!

Next Chapter: ¿Qué Tan Inevitable? Estimated time remaining: 0 Minutes
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