Lo Que Somos Ahora
Chapter 31: Requiém
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-¡Majestad!- advirtió un guardia tras ver las cientos de flechas dirigirse hacia ellos para que juntos con los otros nueve que habían acompañado a Twilight, levantaran sus escudos y protegerla de la lluvia de flechas que zumbaron cortando el aire al aterrizar a la par que se escuchaba toda un grito de pelea y cascos acelerados como en estampida dirigiéndose hacia ellos.
El resto de guardias solares no esperaron invitación y se movieron para confrontar la batalla que iniciaron los solados imperiales.
-¡No, no! ¡No ataquen! ¡Debo hablar con Cadance primero!- exclamó Twilight entre la hiperventilación de un llanto cortado al tener a simple vista el cuerpo a medio podrir de quien fue su hermano.
Ante las palabras de la reina, los guardias se resistieron para limitarse a evadir las flechas y protegerse, sin atacar a ninguno del batallón contrario que no dejaban de lanzar flechas tras flechas, que los pegasos retenían su velocidad al hacerlas chocar contra sus escudos antes de que cayeran en picada.
Pero repentinamente desde unos cinco metros en el aire, aparecieron entre un destello guardias imperiales teletransportados más que seguros por Candace, aterrizando ágilmente entre una de las formaciones de guardias solares y sin espera se mezclaron para empezar a disparar de cerca flechas, lanzas y golpes. En cuestión de medio minuto, ya el Imperio de cristal les robaba ventaja por la resistencia de los de Equestria.
Twilight al ver que ya se desató la confrontación sin que su intención de hablar pacíficamente con Cadance se cumpliera, a regañadientes dio la orden para que empiecen a pelear también y enseguida los soldados terrestres se armaban con sus lanzas y violentas patadas, y los pegasos iban en picada para derribarlos y confrontarlos, armados. Mientras se desataba esa pelea, Twilight no perdió tiempo y tomó vuelo con un campo de fuerza envolviéndola para protegerse de las flechas y lanzas que iban dirigidos también hacia ella, buscando a Cadance para llegar a un acuerdo y terminar con esta pelea antes de que alguien resulte muerto.
Muerto como…su hermano.
Su corazón se aceleró ante la imagen grabada que tenía del cuerpo descompuesto de su único hermano, tener que dejarlo atrás, vidriándole los ojos en un horrible dolor. ¿Muerto? ¿Cómo? ¿Por qué estaba muerto? ¡Se escribían cartas y él decía estar estable! Pero entonces recordó de súbito que no le había contestado la última carta, la que le envió ayer. ¿Acaso…le mintió? ¿O acaso…Cadance…?
-No…no…- jadeó ante la idea de que… ¿Cadance lo mató y lo dejó ahí de anzuelo? -. ¡NO!- se gritó cerrando con fuerza los ojos resistiéndose a llorar, una lucha difícil.
Cuando una repentina poderosa fuerza azotó contra su escudo mágico, rompiéndoselo en el acto y la obligara a ser lanzada hacia a un lado que sin que le den tiempo a ver de dónde salió ese ataque cuando le llegó otro rayo que aunque cargaba armadura, aun así pudo sentir la fuerza del impacto, abollándoselo.
Twilight buscó incorporarse enseguida para dejar expandir los ojos al ver a Cadance de armadura plateada, que se avecinaba a velocidad sobre ella con sus patas delanteras extendidas a la vez que iluminaba su cuerno para descargar otro rayo más pero Twilight iluminó su cuerno para resplandecer el cuerpo de Cadance y girándose sobre su mismo eje, tuvo la fuerza para sostenerla y aventarla contra el suelo mientras gritaba volando en picada hacia ella:
-¡NO QUIERO PELEAR, VINE A HABLAR!- bramó para que una vez Cadance cayera de lomo al suelo, Twilight se pusiera sobre ella con sus cascos sobre sus patas delanteras y usando un hechizo de inmovilización para retenerla y conseguir que la escuchara, mientras su cuñada forcejeaba inútilmente, molesta, con sus ojos cerrados -. ¡Cadance esto es una locura! ¡Te perdono! ¡Te perdono que hayas atacado Ponyville, que me retaras a una batalla campal y hasta desearme la muerte! ¡Sólo déjate ayudar! ¡Hablemos! ¡Somos familia!
-¡Ya no más!- contestó apretando los párpados e iluminó con fuerza su cuerno para quebrar su hechizo de inmovilización creando una onda expansiva que aventó a Twilight y la hizo caer abruptamente al suelo mientras se deslizaba varios metros entre la tierra rocosa a la vez que le caían un rayo tras otro y ella los evadía lanzando los suyos propios hasta que Cadance cortó distancia para empujarle contra el suelo -. ¡¿Lo viste, eh?! ¡Quería que lo vieras! ¡Porque mi esposo está muerto, POR TU CULPA!- vociferó furiosa dándole la cara abriendo enormemente sus ojos, dejando a Twilight abrir los suyos en consternación al vérselos, así como darse cuenta del color de su magia mientras esta seguía hablando. -. ¡Tuve que ver a mi esposo agonizar cuatro días por tu imprudencia!- rugió -. ¡Perdí a mis tías, a mi bebé, a mi esposo, cientos de súbditos Y TÚ DEFIENDES A SUS ASESINOS! ¡NO PUEDO DEJAR QUE TÚ SIGAS EN EL PODER DE EQUESTRIA SI DEFIENDES LA VIDA DE ASESINOS! ¡NO QUIERO SALVARLOS, LOS QUIERO MUERTOS, COMO A TI!
-Ca….Cadance….- llamó titubeante ante su amargo y violento tono de voz -.¿Por qué tus ojos están...rojos?- preguntó para ver una mueca sombría dibujarse en la Emperatriz entre su mirada rojiza que se inyectaba y reflejaba su misantropía.
-Te dije que tú encontrabas tus medios, y yo los míos…- le recordó mientras un reflejo pasaron por esos ojos rojos como la sangre -…reina…- agregó con malicia para que Twilight asomara un poco la cabeza a la altura de su cuello y ver el borde que reconocía del Amuleto del Alicornio debajo de su armadura.
Aspiró de sorpresa mientras iluminaba su cuerno y se teletransportó para aparecerse elevada a pocos metros en el aire.
-¡¿Tú secuestraste a Trixie?!- gritó consternada -. ¡¿En qué…?! ¡¿Cómo…?!- balbuceó sin entender para sacudir la cabeza y concentrarse -. ¡¿Qué hiciste con Trixie?! ¡Debes quitarte el amuleto antes de que te consuma!
-¡A ti te voy a dejar consumida en nada!- gritó para que su cuerno se ilumine de rojo y cabeceando, hizo que una hilera de magia creciera como si fuese una resplandeciente cuerda roja que llegaba a unos diez metros de largo y que empezó a mover para usarlo de látigo contra Twilight. -. ¡Esta noche Equestria tendrá una verdadera reina que los defenderá así deba ensuciarme los cascos de tu sangre y la de cualquiera!- exclamó con dureza mientras movía su cabeza para que el látigo le aterrizara a Twilight, quien empezó a evadirlo entre su vuelo tratando de pensar al mismo tiempo, ocurriéndosele teletransportarse una vez más y se apareció tras de Cadance para sorprenderla, pero el giro del látigo llegó hacia atrás y la alcanzó.
Twilight recibió el ardiente golpe que la tumbó al suelo y le fue lastimando una ala, pero no lo suficiente como para que la dejara incapacitada para volar aunque ahora se encontraba herida le disminuiría velocidad. La reina cayó al suelo, el cual empezó a reventarse ante la aparición de esferas de un rojo transparente que empezaron a surgir en diferentes diámetros a su alrededor para provocar detonaciones en noción de atinarle a Twilight, parecidos a las minas explosivas enterradas en el suelo. La alicornio lavanda revoloteaba cerca del suelo motivando su ala herida a levantarse más alto mientras evadía las esferas explosivas y a la vez hablaba:
-¡Cadance, tienes que detenerte! ¡Basta! ¡No estás pensando con sensatez! ¡Soy la hermana de tu esposo, él no querría esto!
-¡TE DIRÉ LO QUE QUERÍA!- reclamó sin parar sus esferas-. ¡ÉL QUERÍA VIVIR! ¡QUEDARSE CONMIGO PERO MURIÓ!- vociferó rabiosa engrandeciendo más las detonaciones que uno llegó a explotar bajo de Twilight y la aventó a un lado hacia arriba y aunque la lastimó, eso mismo le dio el impulso para que sus alas se coordinaran y la mantuvo en el aire.
-¡Comparto tu dolor, Cadance! ¡Él era mi hermano mejor amigo para siempre!- exclamó con un fuerte nudo en la garganta -. ¡Yo también entiendo el dolor de su pérdida! ¡Por favor, hablemos!
-¡QUE NO!- bramó con el fúlgido brillo rojo de sus ojos rabiosos dirigiéndose a ella pero Twilight la encerró en una esfera de su magia para reventarlo y hacer que Cadance apareciera encerrada dentro de un enorme cristal que cayó pesadamente al suelo hasta romperlo un poco con grietas.
-¡No voy a atacarte!- exclamó con decisión volando hasta donde encerró a Cadance, que quedó petrificada entre el enorme bloque de cristal pero mantenía esos ojos rojos expandidos y rabiosos entre la marca de su ceño y quijada endurecida -. ¡Ni lastimarte ni mucho menos matarte!- aclaró una vez frente a ella con suave ceño entre la expresión preocupada hacia su cuñada -. Cadance, reacciona. Te juro que vamos a superar esto juntas- agregó con voz más fina entre el suave vidriar de sus ojos mientras colocaba un casco sobre el cristal pese que Cadance mantenía congelada esa expresión de odio -. Te necesito. Equestria nos necesita. No estás sola. Aun tienes familia. Me tienes a mí. Mis padres te estiman mucho y ni hablar de mis amigas que también son las tuyas. Hablemos como solíamos hacerlo. Tu corazón debe recuperar la calidez que esa fría neblina lo ha cegado.
Twilight la miró esperanzada pero Cadance sólo pareció apretar con fuerza los dientes e iluminó potentemente su cuerno que cegó la vista de Twilight obligándola a retroceder mientras el cristal en el que estaba presa se reventaba entre grandes trozos , haciendo que Twilight se cubriera con un rápido escudo para impedir que le aterrizara los cristales pero cargando más energía para que sea mucho más resistente que el anterior mientras recibía un nuevo ataque de Cadance que entre gruñidos se descargaba sobre su domo, forzando Twilight en mantener el hechizo contra su ataque.
Ahora Cadance le doblaba de magia que ella, usando la magia de alicornio de Shadow, que no sabía si esa alma estaba allí o solo la magia, pero igual se veía en desventaja. Debía convencerla en quitarse el Amuleto tal como lo hizo con Trixie en el pasado.
Twilight gesticulaba del esfuerzo que hacía para que no le rompiera el domo tan fácilmente como el anterior, pero con el riesgo de cansar su cuerpo.
-¡Está bien, Cadance! ¡Yo me rindo! ¡Tú ganas!- exclamó Twilight dentro del domo -. ¡Tú eres la reina!- avisó para que los ataques se detengan y viera la enseriada mirada de su cuñada -. Te daré mi corona, mi trono, mi título- decía lo más seria y convincente posible mirando esa expresión atenta de su rostro duro -. Te lo daré, tendrás toda la autoridad, decidirás todo lo que quieras, a cambio de que me des el Amuleto del Alicornio.
Cadance no se inmutó, manteniendo esos rojos fríos sobre ella con el rostro endurecido, escuchándose solo los sonidos y gritos de pelea de metros más atrás de sus soldados, de la orden de los Imperiales a no hacer intervenir a los Solares a la pelea de ambas. Twilight respiraba un poco ansiosa para ver cómo la alicornio concentraba el ceño y su cuerno empezaba a iluminarse fuertemente de rojo, acumulándose de magia mientras empezaba a centellar alrededor de su cuerno delgadas descargas de energía rojas, hasta llegando su luz cegar a Twilight, quien rompió su domo e iluminó su cuerno lanzando enseguida un fuerte rayo en dirección al cuerno de Cadance para impedir lo que deducía que trataba de hacer pero éste ni cosquilla le hizo, haciendo enojar más a Cadance y las centellas se descargaran con mayor potencia concentrando las dos magias.
-¡CADANCE NO!- bramó Twilight para no verse otra opción que concentrar su domo protector mientras se alejaba volando hacia arriba pero a la vez, Cadance descargó toda la magia acumulada en una peligrosa potente onda expansiva que resonó hasta temblar la tierra, no solo arremetiendo contra Twilight, sino que llegó hasta donde estaban luchando los soldados, mientras un grito de ira brotaba del cuerpo de Cadance y todos los ponies presentes fueron azotados ante esa descarga masiva de ambas poderosas magias acumuladas.
Y ahora sí, se hizo el silencio, sólo escuchándose la violenta respiración de Cadance entre su desfigurado rostro de ira, agotada por el esfuerzo del hechizo, para levantar la cabeza y gritar:
-¡¿Qué tan ilusa crees que soy?!- rugió furiosa para elevarse varios metros hacia arriba con la punta de su cuerno iluminado ante la reciente llegada de la noche, para así encontrar dónde estaba Twilight, observando desde esa altura y dándole poca importancia, los soldados muertos y gravemente heridos, tanto de la guardia Solar como la Imperial, que más por la pelea, fue por la onda expansiva lanzada.
La alicornio empezó a volar de prisa, buscando dónde estaba el cuerpo de Twilight, vivo o muerto, debía encontrarlo, sobrevolando la extensión de terreno hasta al fin divisar su silueta a pocos metros y llegó en picada hasta ella, encontrándose con su cuerpo azotado en el suelo, rígido e inconsciente. Cadance contempló el cuerpo casi fascinada, expandiéndosele una sonrisa de saborear la victoria que tenía ganada e iluminó su cuerno para darle el último golpe fatal cuando…
-¡Aaaghhh!- jadeó Cadance cuando sintió una repentina punzada de dolor en una ala, dándose cuenta que una lanza había atravesado su ala.
Lanzó un gruñido de dolor para iluminar la lanza con su magia y de un solo movimiento quitársela, lanzando un quejido entre la mezcla de dolor y furia mientras salpicaba el piso de su sangre, para ahora sentir algo enterrarse en su lomo, uno y dos, que cuando volteó disparó contra las otras dos cuchillas que se dirigían a ella, pero sin encontrarse con quien las lanzó.
-¡Cobarde! ¡Ataca de frente, no te ocultes!- exigió intentando volar pero su ala mala le falló que empezaba a teñir todas sus plumas rosas a rojas de sangre llegando a gotear al suelo y la ala quedara colgando sin poder recogerla, cuando algo la atacó a un lado del cuerpo, lanzándola metros prudentes del cuerpo de Twilight para de inmediato escuchar una explosión sobre su cabeza que antes de que se diera cuenta, una onda expansiva morada se precipitaba sobre ella, tumbándola y dejarla azotada contra el suelo al que desquebrajó y formó un hoyo por el impacto del ataque.
Todos los ataques que había recibido llegaban sin descanso que ni bien terminaba uno, empezaba otro y ante la poderosa onda expansiva que descargó, su cuerpo se había desgastado.
-¡Las cosas se pusieron bien feas!- escuchó decir cuando varios rayos se disparaban sobre ella, llegando a atinarle a su cuerpo, una tras otro tras otro, llegándole a aterrizar un rayo en un ojo, haciéndola dar un alarido más alto de dolor. -. ¡Y debo hacer lo que tenga que hacer me guste o no!- concluyó la voz, que era de Twilight, y el cuerpo de Cadance se iluminó y fue azotada y lanzada al menos cincuenta metros del campo entre las rocas, rodando entre golpe y golpe hasta quedarse rígida ante un nuevo hechizo de petrificación.
Cadance tenía una ala con un agujero del que no paraba de sangrar, dejando rastros de su sangre donde se había revolcado. Tenía dos puñaladas en el lomo por cuchillas de diez centímetros. Recibió el impacto de una onda expansiva, rayos de energía en su cuerpo y fue lanzada con un violento rodar contra las rocas del suelo. Aún consciente pero asimilando apenas el desprevenido ataque, Cadance no entendía cómo podría ser Twilight cuando vio su propio cuerpo tumbado inconsciente.
Entonces su respuesta fue dada cuando frente suyo, Twilight se dejó ver al deshacer el hechizo de invisibilidad que usó pese que se necesita de mucha energía para hacerlo pero se vio obligada a usar, por lo que se mostraba muy agotada porque además de usar ese hechizo, usó varios para atacarla, pero entre ellos, uno que aprendió en su noche en vela con el pony que jamás creyó enamorarse.
Twilight se presentó ante la malherida Cadance en su forma mágica. Había usado el hechizo de transportación de magia de Moon White para prepararse unos minutos mientras Cadance se distraía buscando su cuerpo, al que tuvo que cerrar los ojos para que no los vea iluminado.
¿Cadance había usado de anzuelo el cuerpo de su hermano? Pues ella usó el suyo.
Cadance dejó abrir sus ojos entre un fuerte ceño viendo el estado en magia de su cuñada, siendo este morado y sin parar de destellar, como era su aura mágica al usar hechizos.
-Creí que no ibas a atacar…- farfulló Cadance arrastrando la voz de manera forzada ante el hechizo en el que estaba, sosteniendo su mirada roja de un solo ojo, a una enseriada y determinada Twilight.
-Atacaste un pueblo inocente. Asesinaste a mis soldados. Incluyendo a los tuyos- le encaró con profunda seriedad -. El que hayas perdido a los ponies que amabas, no justifica el derramamiento de sangre inocente, de nuestros súbditos- le profundizó la mirada para sentenciar severa: -. Si te dejo gobernar algo a partir de ahora solo habrá sangre. No eres digna de ser Princesa de Equestria. Mucho menos Emperatriz de un Imperio en que predomina el amor y la esperanza.
-Entonces hazlo. Vamos. Mátame- retó entre su voz tiesa.
-Ya te lo dije, Cadance. No voy a matarte- recordó para vidriarse su mirada -. Ahora entiendo tanto a la Princesa Celestia…- agregó con voz fina -…su dolor, su compromiso, su preocupación…sus decisiones…- suspiró para cerrar los ojos e iluminar aun más su cuerno. Cadance expandió los ojos.
-¿Qué…qué vas a hacer…?- decía pero Twilight no contestó.
"La Princesa Celestia no se llevó todos los secretos a la tumba..." pensó la reina sin detener sus intenciones.
Fue entonces que Cadance sintió algo brillante dentro de su ser y se desprendía, al mismo tiempo que su cuerpo brillaba fúlgido a la vez que empezaba a encogerse y asimismo, a perder la sensibilidad de su cuerno.
Cadance abrió completamente los ojos en horror para hacer puño el rostro y antes de que Twilight continuara su intervención, Cadance pese el dolor que le causó concentrar su energía para iluminar su cuerno, ella con un grito rompió abruptamente el hechizo que la retenía como interrumpió las intenciones de Twilight para jadeante, Cadance volviera invocar ese látigo rojo y azotó la silueta mágica de Twilight.
-¡ME IBAS A DESPOJAR DE MI MAGIA ALICORNIO!-rugió sintiendo una descomunal furia que despertó resistencia en su cuerpo con ambas magias alicornios en su poder despertadas de golpe.
Twilight para esas alturas había usado demasiado energía, más aun ante el esfuerzo de despojarla de la magia alicornio que obligaría a Cadance a recuperar su cuerpo de pegaso, pudiendo sobrevivir sin magia sin problema, y se encontraba ciertamente agotada, por lo que le costó evadir con éxito el látigo en esta ocasión y sintió las azotadas en su estado en magia pero al ser conciencia, podía darse idea del dolor que sentía por los azotes, siendo ella tangible.
Debía regresar a su cuerpo ahora antes de que su hechizo se deshaga y toda la magia que salió se desvaneciera y la dejara sin casi nada de magia su cuerpo, por lo que entre látigo y látigo, se teletransportó a un lado de su cuerpo para enseguida dejar cerrar los ojos y se empiece a deshacer viajando directo a su cuerno mientras Cadance, se teletransportó sospechando que habría ido por su cuerpo, aprovechando que Twilight recién volvía en sí en su cuerpo ciertamente tonteada, Cadance la envolvió entera con su látigo para oprimirla descomunalmente.
Twilight sintió como la articulación de su sangre se veía obstruida al empezar sus cascos a arderles de la sangre acumulada sin poder avanzar, llegando su intención de cortarle el aire, pero mientras la apretaba, Candace dejó descargar rayos de energía que al final hizo a Twilight lanzara quejidos y gritos de dolor, centellando a su alrededor chispas de toda la descarga mientras su rostro se ponía morado, sólo para que Cadance empezara a estrellar su cuerpo de un extremo del suelo al otro, haciendola aterrizar con un sonido seco del impacto sin parar de asfixiarla y descargar energía.
El dolor…era terriblemente indescriptible.
De los ojos violetas de Twilight salían involuntariamente lágrimas mientras su cuerpo hacía espasmos entre la descarga de energía de las dos magias alicornios. El aire desapareció para ella y sus pulmones se contraían con fuerza. Abría la boca, las aletas de su nariz pero no podía hacer entrar el aire, y el hecho de que no dejaba de recibir esos violentos aterrizajes contra el suelo no le hacía mucho más fácil, que llegado un punto, hasta su casco metálico salió disparado de su cabeza, dejándola vulnerable.
Hasta que sintió era elevada varios metros del suelo, reteniéndola ahí, apretándola más con esa rojiza cuerda descargando energía.
Ya sus ojos empezaron a dar vueltas por cuenta propia y cuando pararon en Cadance, estuvo más espantada: la Emperatriz tenía los ojos desorbitados, teniendo el derecho bizco por el rayo que le cayó, la nariz bien abierta y con su estremecedora sonrisa en los labios, realmente disfrutando el cómo forzaba la suma de las magias alicornios que tenía. Pero la imagen cada vez se volvía borrosa y venía la calma.
De repente empezó a perder la sensibilidad de su cuerpo pero podía percibir que aún luchaba por zafarse de los cascos de su familia, quien ahora la estaba matando. Trataba iluminar su cuerno pero el estado deteriorado de su cuerpo se lo impedía.
¿Esto era todo? ¿Acaso de verdad iba a morir? No quería pensar eso. No quería morir. No podía creer que de verdad estaba muriendo, así nada más. Nunca se lo imaginó así, no se sentía lista, no quería morir, no quería dejar a Equestria en cascos de esta Cadance, dejar a sus súbditos expuestos al misterio sin resolver de los entes atacándolos. Tenía mucho qué hacer. Mucho por quiénes luchar.
Pero a veces, simplemente, tu lucha termina antes de empezarla.
Crack.
Fue lo que sonó.
Un crujido cuando todo se oscureció para ella y dejó de sentir dolor a la par que parecía abandonar su cuerpo, cayendo de golpe al suelo una vez más pero ya definitivamente, sintiendo por última vez su pecho ardiente de sus pulmones secos, de seguro contraídos y arrugados como una pasa ante su falta de aire, siendo su último pensamiento un enorme lamento de haber fallado a cada humano y pony.
Entre la tierra del suelo rocoso, quedó el cuerpo de Twilight abandonado a pocos metros…del cuerpo de Cadance.
La alicornio rosa estaba también aplastada al suelo con sus ojos abiertos y su cabeza virada hacia atrás, en una violenta ruptura de su cuello, provocando que muera de manera súbita.
Una cerca de la otra, envueltas en la cortina oscura de la temprana noche, con otros cuerpos de los soldados tirados en el suelo.
Frente a ellas, estaba la helada presencia del unicornio blanco de melena negra y ojos grises, con su pasiva expresividad en la dureza de sus facciones de su rostro, contemplando el cuadro de muerte de ambas, ladeando un poco la cabeza, concentrando la mirada, en un intento de darse la idea del cuello virado a 180 grados que le hizo girar a Cadance. Parpadeó lento e irguió la cabeza para acercarse al cuerpo de Cadance y quitarle el Amuleto del Alicornio. Ahora muerta, no había alma que forzar.
"Lo que se presta, se devuelve" pensó para pasear una tiesa mirada a los cuerpos, satisfecho con que la paciencia apremia, para sentir el paseo de una lágrima por su mejilla. Endureció la barbilla con ese parpadeo lento.
-Esta lágrima…no es mía- suspiró cerrando los ojos asimilando la explosiva presencia de dolor que estaba sintiendo en un recóndito espacio de su interior.
Entonces todo ocurrió rápido.
-¡NO LA TOQUES!- fue el desgarrador grito violento que salió cuando del cuerpo del unicornio, una exacta copia de éste salió disparada de él, que si no hubiese sido por el cordón luminoso que lo ataba a él en su pecho, hubiera caído una larga distancia. Pero este cuerpo era cubierto entre un resplandor fúlgido blanco -. ¡Twilight, Twilight!- reclamó esa apariencia espectral de Moon White con desespero entre su ansiosa hiperventilación y ojos cubiertos de lágrimas, intentando llegar hasta ella, pero por más que intentaba avanzar, no podía, logrando sólo caer y tropezarse, ligado en ese cordón de su pecho al otro que simplemente contemplaba la desesperación de esa parcialidad de su alma -. ¡Levántate! ¡Vamos! ¡No…no...! ¡Twilight!- continuaba suplicando, inconsciente de los brotes de las incontrolables lágrimas que caían sobre todo su rostro, repitiendo una y otra vez su nombre con desesperación ya arrastrándose bocabajo del suelo, estirando sus cascos hacia ella sin poder siquiera abrazar su cuerpo -.¡Lo siento! ¡Twilight…! ¡Perdóname! ¡No sabía! ¡Te juro, TE LO JURO! ¡TE JURO que no sabía que…QUE ERA COMO SUNSET!- vociferaba jadeante hundido en el llanto, viendo con un descomunal dolor concentrado en la sensibilidad de su alma, el cuerpo inmóvil de la yegua que le robó el corazón, cuando empezó a escuchar una voz, en un tono aplomado.
Cuando todo su alrededor se empezó a tragar en una oscuridad mientras escuchaba palabras como si estos fuesen versos.
"Siempre estuve cerca de ti
Pero no me veías.
Ni sentirme.
Pero yo a ti sí.
Moon White se mantuvo en su posición contra el suelo, sin poder apartar su mirada de Twilight, como si en cualquier momento se iba a empezar mover, cosa que no pasaría, a la vez que la oscuridad empezaba a absorber todo el paisaje.
"¿Puedes sentirme?
Ahora lo haces.
Porque estoy cerca, más cerca.
Pero siempre estuve muy cerca antes.
En cada dolor que oprimías a tu condenada alma y sólo eres eso"
Moon White concentró un ceño rabioso entre sus lágrimas mientras se ponía en pie.
-¡Soy más que dolor!- replicó él, sólo para sentir que una descomunal fuerza lo azotaba de regreso al suelo y lo agarraban de la melena para que levantara la cabeza y ver su propio casco de su cuerpo maquinado por alguien más, que señalaba hacia Twilight.
"¿Te duele esto?
¿Te quema esto?
¡Estás acostumbrado a esto!
¡A mí no me vas a engañar!
Tú sabes lo que es perder.
Lo que es dolor.
Cuando lo has perdido todo", decía e inevitable Moon White sintió una oleada de ardor que le recorría su ser, recordando la traición de Sunset, su buena infancia contaminada por su farsa, los parientes que nunca lo quiso, sus años enfermo, la muerte de su padre, la ausencia de su madre en la adolescencia por su luto, el pesado dolor que cargaba y que le carcomió buena parte de su…alma. Expandió sus ojos.
"¿Te asusta la oscuridad?
¡Siempre has estado hecha de ella!
Ahora que esa yegua se ha ido
Todo lo que te queda
Es el fantasma del dolor".
El haber perdido su trabajo. Su magia. Haber perdido a Twilight…verla inerte…
"En lo profundo de mi mente
Escucho las cadenas
Del prisionero espectral.
Que está cayendo.
Abajo, más abajo.
Ahora el lado oscuro y abandonado de nuestra alma, eres tú a menos…" decía para tomar el extremo del cordón luminoso de su pecho y así empezar a alar a Moon White quien rompió su ensimismamiento mientras inevitable era atraído hacia él. "…a menos que de una vez aceptes del todo de lo que está hecha tu alma".
El dolor. El dolor que había tenido que pasar toda su vida se mezcló en una insoportable masa ardiente que se expandía recorriendo su alma. Era cierto. Lo había perdido todo. No le quedaba nada. Tuvo que pasar por tanto dolor para llegar a este punto de su vida. Siempre tuvo que sufrir, sea física o emocionalmente, sin inmutarse el cómo era acercado de vuelta a su cuerpo y cada vez la oscuridad era más pesada hasta cubrir enteramente el paisaje en un vacío oscuro, que con cada acercamiento, sentía un cambio en su alma.
El cómo se concentraba todo el dolor y la pena que no le llevó a ningún lado, dejándolo cansado de que al más mínimo destello de felicidad, se le sea arrebatada. Por su parte, los ojos grises que expresaban su otra mitad en control a su cuerpo, con esa profunda frialdad concentrada en él, se expresaba satisfecho que tendría la absoluta complementación de su esencia.
Pero Moon White al recordar esos destellos de felicidad, se le cruzó a su mente los momentos en familia que pasó con sus padres. Los pocos pero buenos amigos que le hacían robar una sonrisa, recordando la lealtad de Minuette de estar al pie de él frente a las buenas como las malas. El arrepentimiento de al menos de un pariente, de su abuelo. La emoción y vida que le daba su alma descubrir en sus investigaciones, crear sus propios hechizos, la alegre carisma de sus estudiantes cuando lograban ejecutar un hechizo que tanto les costaba y por supuesto, la luz que crecía dentro de su centro cuando aquella alicornio lavanda lo miraba, le hablaba y le sonreía.
-No… ¡No, no, no!- se negó volviendo en sí, rompiendo la persuasión del otro y tomó enseguida su extremo del cordón que estaba en su pecho, empezando a forcejear estirando hacia sí y su cuerpo mostró cierta expresión de sorpresa ante el despertar de la otra mitad -. ¡No sólo soy dolor! ¡Sufrí mucho pero no solo soy dolor!- lo encaró con entrecortadas imágenes de los diferentes ponies y escenas que le hicieron y él hizo feliz, halando su cordón tratando de impedir que siga avanzando hasta él entre su expresión decretada aun con sus ojos vidriosos -. ¡Aunque ella ya no esté! ¡No me perderé en el dolor! ¡En ti! ¡Dije, pensé y actué cegado por el dolor antes, sí! ¡Pero no soy malo! ¡No soy oscuro! ¡No soy dolor! ¡NO SOY TÚ!- concluyó con absoluta seguridad con su semblante expresando total determinación mientras se les desbordada aun las lágrimas entre la agitación de su respiración, afectado por la idea de haber perdido a Twilight.
-Lo siento...pero mientras vivas, serás dolor- lo corrigió sin perder su tranquilo semblante, escuchando un ansioso lamento entre la hiperventilación. -. Pero veas como te veas, sientas lo que sientas…-decía para terminar de "jugar" y de un solo jalón, el cordón se tensó con fuerza y lo forzó para que llegue hasta él aun entre su forcejeo y lucha para que Moon White se encontrara con horror con sus ojos que no tenían ni iris ni pupilas, sólo dos orbes de una lisa y fría negritud como la oscuridad que los rodeaba y reflejantes en el que podía ver su propio perplejo reflejo en ellos. -…el que le hayas dado una segunda vida a mi alma, no te hace ajeno a lo fue en su vida pasada- continuó diciendo -. Tú sigues siendo yo. O más bien, yo soy el portador original.
Y tal como salió, una fuerza mayor lo succionó de vuelta al cuerpo, haciendo que toda la oscuridad que los rodeaba se desintegrara al momento.
- Sí que es terco…- exclamó él para abrir los ojos, recuperando su color gris, mirándose de vuelta al campo de batalla -. Al menos lo intenté. Supongo- restó importancia y se daba la vuelta con el cuerno iluminado, mientras atrás suyo, uno de los cuerpos era arrastrado tras él.
…
El manto nocturno estrellado cubrían las cabezas de una pareja que caminaban por una cuadra, en un tranquilo silencio. Whooves tenía su mano enredada con la de Derpy, quien llevaba un bolso mediano que cruzaba su pecho. Tenía sus finas cejas rubias curvadas entre un suave ceño, mostrándose con aire triste. El joven sin decir nada ni detener su andar levantó la mano que la tenía agarrada y se la besó, haciendo que su novia le diera cara y dejara salir una pequeña sonrisa para apoyarse en su brazo y seguir caminando.
Todas las amigas que ella conocía estaban desaparecidas y eso la había tenido deprimida todos estos días; ni hablar de la culpa que sintió al no quedarse en el gimnasio de la escuela cuando Lyra y Bonbon estaban allí bajo la mirada gélida de Sunset. Sentía que las había traicionado, dado la espalda, en realidad, llegó un punto que le echó la culpa a Turner porque fue él quien la haló para irse y no quería verlo.
Pasó tres días ignorándolo mientras él iba constante a su casa a tratar de hacerla entender del dilema que se encontraban en ese momento pero ella sólo reprochaba y lo botaba del otro lado de la puerta. No fue hasta que el cuarto día, él ya no fue a verla para darle espacio, sólo para que Derpy se aparezca en su casa y le reclamara que por qué la había abandonado.
"¡¿Qué quieres de mí, mujer?!" provocaba decirle realmente confundido pues si iba a verla está mal, y si no, ¡También! pero sólo se limitó parpadearle y proponerle ir a la cocina a preparar muffins juntos mientras hablaban con sinceridad. Su tierno rostro enfadado se sonrojó un poco, sólo para fruncir el ceño más molesta por arrinconarla con tal tentadora propuesta que no resistió y así entre lágrimas y lamentos e ideas de "que si…" mientras mezclaban los ingredientes de su postre preferido, se reconciliaron.
Ambos divisaron metros más adelante a un grupo de chicos que ya habían llegado al punto de encuentro que también los vieron y les hicieron de la mano. Entre ellos vieron a Flash Sentry, Thunderlane, Cheese Sandwich, Caramel, Soarin, Brawley Beats y Ringo.
-Hola, sólo ustedes faltaban- saludó Soarin apenas la pareja llegaron a ellos, que estaban frente de lo que quedaba de la escuela.
-¿Sólo…nosotros?- preguntó Derpy mirando al puñado de personas. -. Pe-pero…creí que dijeron que éramos como treinta.
-Prefirieron no… "involucrarse" en el asunto- contestó Flash con resentimiento. -. Pero que aun así "tienen nuestro apoyo".
-Y otros salieron con la excusa que vinieron al homenaje de ayer que hizo las familias- agregó Thunderlane, pues este homenaje era sólo para las desaparecidas entre amigos pues Thunderlane recién salió el domingo del hospital y el sábado fue realmente el aniversario de una semana.
-Oh…-lamentó Derpy cabizbaja para sentir sus hombros rodeados por el brazo de su novio.
-No importa la cantidad, sino la calidad de amigos- la trató de animar con una sonrisa alentadora.
-Ahí es donde se pone a prueba la verdadera amistad- pensó Soarin.
-Sí pero me parece raro- pensó Cheese -. Confirmaron hace días y de un momento acá, fueron echándose para atrás.
-Están asustados- dijo Caramel.
-Tú estás asustado- le dijo Ringo de manera antipática levantándole una ceja para que el castaño lo viera con un ceño. Flash, Soarin, Thunderlane y Cheese también lo miraron con cara de "¡Sólo está bien si nosotros decimos eso!".
-¡No es cierto! ¡Estoy nervioso que es muy diferente!- se trató de defender Caramel. -. Además me sigue sorprendido que estés aquí si fuiste uno de los que habló en contra de ellas.
-Así como Brawley, yo estoy aquí por Mistery y Cherry. Por nadie más- se aclaró con seriedad. -. Nadie me saca la idea que sus "amiguitas" les hicieron algo a nuestras amigas.
-Ringo…- le llamó la atención Brawley suavizándole un ceño.
-No te hagas que también piensas lo mismo- reclamó defensivo para pasear la mirada al resto -. Muchos creen eso, que ellas contagian su magia para el próximo ataque.
-Les dije que si venían cero comentarios si es en plan de hablar mal de otras- les recordó Flash ciertamente enojado.
-No hablo mal, ¡hablo los hechos!- se defendió Ringo. -. De que Lyra, Mistery, Cherry, Bonbon y Carrot fueron manipuladas por ellas y desaparecieron con ellas en contra de su voluntad.
-¡Eso es una tontería!- exclamó Thunderlane. -. ¡Ellas no son las villanas!
-¿Ah, sí?- tentó Ringo -. ¿Y por qué usas mangas largas? ¿Para cubrir la prueba de que casi te mata tu propia novia?
-¡No la metas!- se impacientó Thunderlane sabiendo que se refería a Applejack y se hizo hacia adelante defensivo y lo mismo hizo Ringo.
-¡Pero bueno, ya, basta!- intervino Brawley poniéndose en medio de ambos.
-Lindo espíritu de amistad que tenemos aquí, ¿no?- ironizó Soarin mientras el baterista terminaba de separar a Thunderlane y Ringo que se mantenían una mirada endurecida.
-No la vuelvas a meter- advirtió Thunderlane serio.
-Sí, ajá- contestó el tecladista airadamente y desvió la mirada.
-Vayamos a encender las velas de una vez- apresuró Flash.
-¡Claro!- asintió Derpy para abrir su bolso y sacar las velas que ella se ofreció en traer para todos.
Los jóvenes entonces empezaron a caminar por la enorme entrada de césped de la escuela, la cual al parecer no había tenido su mantenimiento y se encontraba áspero. Se estaban por acercar al monumento del caballo, todos sintiendo una especial atención sobre él sabiendo que allí era donde se abría el portal a esa otra dimensión que cambió para siempre sus vidas.
Era precisamente en su base, donde querían dejar las velas encendidas mientras hacían minutos de silencio para pensar y hasta decir una que otra palabra de esperanza donde quiera que estuvieran ellas, estarían bien.
Pero las cosas no saldrían como las habrían planeado, puesto que una vez que se asomaron en el frente del monumento, cada uno reaccionó diferentes expresiones de pánico cuando sus ojos quedaron pelados viendo un cuerpo pálido aplastado al césped.
-¡TWILIGHT!- corearon algunos, entre ellos Flash Sentry que aventó la vela para acercarse al pálido cuerpo de la joven mientras Derpy daba un gritito sintiendo enseguida arder sus ojos refugiándose en los brazos de un mismo consternado Whooves.
-Está muy fría, no...no respira…- decía entrecortadamente Flash que tocaba los brazos de Twilight a la par que acercaba medio rostro cerca de su nariz sin sentir el aire salir y cuando tomó su muñeca para sentirle el pulso -…no siento sus latidos…- farfulló palideciéndose del susto.
-¡Está muerta!- fue Caramel el que gritó, haciendo que Derpy apretara más el rostro contra el pecho de su novio y empezara ya a llorar presa del miedo y nervios, mientras el resto aspiraran palidecidos intercambiándose miradas de pánico hiperventilando del susto ante el cuerpo impávido e inexpresivo echado al suelo.
-¡¿Twilight está muerta?!
-¡¿Qué significa esto?! ¡¿Qué se jodió todo?!
-¡¿Nos jodimos todos?!
-¡Si la mataron a ella, fácil nos matarán a todos!
-¡Cálmense, llamen a la ambulancia y Brawly ven aquí conmigo AHORA!- exclamó Flash para tomar el borde de la blusa turquesa de Twilight y arrancársela entre fuertes jalones ante su desesperación por darle los primeros auxilios, viendo la palidez que estaba la piel y frialdad de su cuerpo, además de moretones de golpes. -. No, no, Twilight, no te nos puedes morir- dijo con cierta desesperación mientras Brawley quien despertó del shock para inmediato estar con él. -. Vamos, ambos sabemos RCP. Dale respiración de boca a boca mientras le hago comprensiones cardíacas- exclamó aceleradamente y Brawly le asintió firme para ubicarse enseguida a la cabeza de Twilight y abrió su boca con dos dedos para cubrirla firmemente con la suya, le cerró la nariz apretando con los dedos y empezó a dar insuflaciones de aire cada un segundo y hacer que el pecho se levante.
Mientras tanto, Flash colocó la base de una mano en el esternón, justo entre los pechos de Twilight cubiertos con un brasier y colocó la base de la otra mano sobre la primera, ubicó el cuerpo directamente sobre las manos y empezó a aplicar treinta compresiones, rápidas y fuertes.
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete…- contaba las comprensiones en voz alta entre una expresión de esfuerzo en su rostro mientras Brawley le daba la bocanadas de aire entre sus pálidos y fríos labios.
El resto miraba sin saber qué hacer, ya habiendo llamado la ambulancia, mostrándose entre nerviosos y asustados el hecho de encontrar en tal deplorable estado a Twilight tras toda una semana sin saber de su paradero y su misma desaparición desde el día de baile, los que hacía afligir más cómo estuvieran las otras.
Estaban pasando los minutos y Flash no detenía las comprensiones por más agotado se estaba sintiendo con el pasar del tiempo ante la fuerza y rapidez que debía sostener para reanimarla, pero Twilight seguía sin mostrar signos vitales, llegado a un momento, Brawley alzó bruscamente la cabeza con su rostro crispado.
-¡Es inútil!- exclamó rendido pasándose una mano a sus labios -. ¡Estamos tratando de revivir a una muerta!
-¡Tú continúa!
-¡Flash, está muerta!
-¡No, no está muerta, sigue dándole aire!- se negaba furioso para seguir contando las comprensiones entre sus brazos ya entumecidos del impulso fuerte que debía hacer llegar en el pecho de la inexpresiva Twilight, hasta que al fin se empezó a escuchar de lejos la sirena de una ambulancia, cosa que el resto recibieron en gritos y levantando las manos en un intento de apresurarlos.
Aun así, Flash continuó dándola la reanimación hasta que los paramédicos llegaron con la camilla hasta ellos. El joven se apartó sintiendo dolor en sus brazos y hombros pero que no hacía caso para ver como recostaban enseguida la muñeca impávida de extremidades que colgaban tal fideos que mostraba rasguños y cortes con sangre.
-Twilight…- lamentaba entre el vidriar de sus ojos viendo cómo la hacían llegar dentro de la ambulancia con utensilios para corroborar su ausencia de signos vitales cuando una luz tras suyo lo hizo entrecerrar los ojos, sólo para sentir algo colgando de su espalda.
Le habían salido alas.
…
No fue hasta mucho más tarde cuando se apareció de vuelta el cuerpo de Moon White en su forma humana a la boca de la cueva. La espesa negritud dentro ésta hacía que resaltara el de por sí fúlgida luz del cuerpo de Flame, que apenas sintió su llegada lo recibió con una mirada interrogatoria, con los ojos cyans enormemente abiertos y expectantes, torturándole esa tranquilidad de su semblante.
-¡¿Y?! ¡¿Y?!- demandó desesperada -. ¿Funcionó?- interrogó conteniendo una celebración como un berrinche si fuese lo contrario, pero la delicada sonrisa ladina que se dibujó en ese rostro pálido, le dijo todo, abriendo aún más los ojos mientras sus labios se entreabrían escapando una ligera exhalación, aun así mostrándose incrédula si era el mensaje correcto el que estaba interpretando.
-Y así es, como escribes un cuento en el que las dos únicas alicornios se pelearon entre sí hasta morir- se limitó en decir calmadamente pero elevó un poco más la sonrisa el disfrutar la consternación de Flame, que no podía desprenderle la mirada de encima, dejando abrir la boca, conteniendo el aire; tal como una niña que se sorprende cuando consigue el regalo que más quería pero menos improbable que le den y aun así, lo recibe.
Ya no existen los alicornios en Equestria.
Flame se había quedado sin hablaba, con los ojos engrandecidos, vidriosos, estupefacta. Los cyan de los suavizados que estaban de incredulidad y admiración, habían cambiado, endureciéndose, enloqueciéndose de emoción y excitación para concentrarse en la electricidad que recorría cada rincón de su cuerpo, jurando sentir que chocaban y chispeaban entre sí, provocando que su cuerpo emitiera una luz más brillante mientras el fuego de su cabellera empezara a moverse más violento y se le empezaba a dibujar una lenta sonrisa de lado mientras sentía que lo devoraba con la mirada, concentrándose en cómo ardía en un calor que no precisamente ella provocara con su magia, para que en un rudo y casi desesperante movimiento, se lanzó a él para reclamar un hambriento beso, volviéndose caótica en la fogosidad despertada abruptamente, sintiendo de vuelta esos labios controladores, posesivos, aprisionando los del otro mientras el fuego que formaba su vestido empezaba a evaporarse de arriba hacia abajo lentamente, dejando ese cuerpo naturalmente esbelto expuesto y salirse un aspiración de placer cuando escuchó la combustión que despertó las llamas negras de sus manos y la tomó, levantándola para arrojarla contra el muro de piedra de la cueva que le hizo salir un grito ahogado para sentir que se aplastaba en él, en un recorrido de sus manos como la exploración de su tersa y brillante piel dorada con sus labios en bruscos y ansiosos movimientos mezclando suspiros, jadeos sin lograr retener los gritos, a punto de dolerle y hasta sentirse atacada por la rudeza, perdiendo toda esa calma que él siempre tenía, pero que no se arriesgaría a separar, porque ahora lo admitía rompiendo su vanidoso orgullo, de que dependía de él.
Dependía de su fuerza, de su pasión, de su poder, de su visión, su inteligencia, de su estrategia, de su magia. En solo pensar todo lo que podrían hacer, la excitaba más mientras sus piernas subían y bajan en las embestidas entre las cortadas que se daba por el muro rocoso y que se mezclaba con el placer de que le recorrían esas llamas negras que cubrían todo su cuerpo sintiendo la presencia del poder de su magia que se recuperaba cada vez más con el pasar de los días, en un festejo carnal de su triunfo en el que sólo despertó el instinto lujurioso.
Al fin, había ganado.
…
-Ya es tarde…- comentó Spike tras lanzar una mirada al reloj de pared que daban las nueve y media de la noche.
Él y el resto de las amigas estaban en una sala de Castillo de la Amistad con los nervios de puntas.
-¡Es un viaje de casi dos horas! ¡Claro que llegarían tarde!- comentó Pinkie Pie forzando una sonrisa ancha -. ¡Qué bueno que al final no hice el pastel helado para la celebración! ¡A cambio hice mi súper pastel chocolatoso cubierto de bombones y maaaaaaaaalvadiiiiiiiiiiiiscos!
-Pinkie…- suspiró Applejack un tanto irritada. De alguna manera el optimismo de Pinkie ante la gravedad del asunto ya lo consideraba fuera de lugar e irritante, poniéndola sólo más nerviosa de lo que estaba.
-¡Hice de chocolate porque a ambas solían hacer chocolate cuando Cadance era su niñera!- se entusiasmó la terrestre rosa subiéndose al sofá entre los rostros tensos de los demás -. ¡Y cuando den el primer bocado se miraran y reirán, recordando alguna anécdota de cuando Twilight era un pequeña potrilla y le insistía a Cadance de encargarse del fogón!- trató una vez armonizar el ambiente, fallando abruptamente.
Cuando calló, se recuperó el pesado silencio que llevaban, entre eso, escuchar el fino pero lamentoso llanto de Fluttershy, quien era la más nerviosa y asustada de todas en lo que ha pasado la semana. Tenía sus cascos recogidos a la altura de su pecho con ojos gastados y rojos de tanto llorar, siendo consolada por un largo rato por sus amigas pero ninguna había conseguido éxito en frenarle sus lágrimas. Rainbow estaba sentada junto a ella, ya no sabiendo qué hacer para hacerla sentir mejor, pero hace tanto rato, que tenía la impresión que algo tenía Fluttershy entre sus cascos a la altura de su corazón pero no le decía nada aunque ya su curiosidad le pudo más.
-Fluttershy…- llamó con voz tenue y la pegaso amarilla la miró entre su hipar -. ¿Qué estás abrazando?
Su amiga le sostuvo la mirada y la pregunta sólo hizo que su llanto se fortaleciera, intrigando y llamando más la atención de sus amigas.
-¿Fluttershy?- dudó Applejack por esa reacción y la aludida paseó su mirada aguada y cargada de lágrimas a sus amigas, para sin decir nada, separar sus cascos de su pecho y estirarlos para que vieran una bolita multicolor.
Tal vez fue el hecho de lo tensa que estaban, pero les costó un poco en reconocer qué era.
-¿Es…una de las esferas de invocación que te dio Discord?- preguntó Rainbow Dash.
-S-sí- afirmó parpadeando varias veces, provocando que se le cayeran más lágrimas -. Es…es la última que queda…- dijo entre su voz rasposa por su garganta hecha nudo.
-¿Y…?- preguntaba Pinkie Pie para entender.
-Es que traté de invocarlo para…para que se apareciera a Equestria y contarle lo que…lo que sucede pero…pero…- cerró los ojos con fuerza -… ¡No aparece!
-¡¿Eh?!- corearon todas dubitativas.
-¡Gasté como siete esferas y él nunca apareció!- avisó abriendo sus ojos ente su cejas fuertemente curvadas -. ¡Eso jamás había pasado antes y me asusta por qué no aparece! Ahora sólo me queda una y si la gasto y y no aparece…- lamentó lanzando un quejido de lamento -. ¡Él nunca me preocuparía así! ¡Es mi amigo! Algo debió haberle pasado y temo mucho que tenga que ver con lo que pasa en Equestria. Quería negarme pe-pero…- no terminó de decir para romper en un nuevo llanto abrazando de nuevo la esfera de invocación. -. ¡Sólo quiero que Twilight regrese!
Las demás se intercambiaron una mirada intrigada y consternada. Si Discord no aparecía por invocación es porque… ¿no…existía? Una corriente helada les cubrió todo el cuerpo con un nuevo peso sobre sus lomos ante la preocupación que les reveló Fluttershy. Sólo para que la puerta sea aceleradamente tocada. Cada uno saltó del asiento casi al mismo tiempo peleando el turno por atender el llamado que cuando abrieron, se encontraron con los engrandecidos y vidriosa mirada de los ojos azules de Flash Sentry, que parecían salírsele de sus órbitas y respiraba entrecortado entre su mirada de profunda inquietud.
Fue suficiente para que Fluttershy levantara un grito de lamento y descargara en llanto mientras las demás quedaban en piedra y jadearan entre el potente vidriar de sus ojos.
-¡No…no…!- jadeó Spike para sentir cómo se le escurrían las lágrimas agresivamente de los ojos para caer de rodillas entre el temblar de su cuerpo y gritar con un insoportable dolor -. ¡TWILIGHT, NO!- le ardió la garganta y el pecho mientras las demás entre el llanto de Spike y Fluttershy, exigían saber todo en el temblor de sus propios nervios y propias lágrimas.
…
No era ni medianoche pero ya el escondite bajo tierra estaba en completa oscuridad con los leves ronquidos de las chicas. Applejack dormía compartiendo una cavidad con Rainbow Dash cuando repentinamente, le faltó el aire. Aquello le hizo despertar de golpe, sólo para respingar y sentir una mano de alguien sobre su boca, con sus ojos bien abiertos e interrogativos a Bonbon que le había tapado la nariz para despertarla. Estaba acuclillada a su lado con un dedo índice sobre sus labios y con su cabeza le señaló la salida. La rubia le suavizó un ceño confundida para sigilosamente, salir de su bolsa de dormir y seguir a Bonbon, quien la hizo caminar hasta el espacio grande donde practicaban todo estos días.
-Creo saber por qué me despertaste- comentó Applejack con voz baja en susurro mientras buscaba sentarse en uno de los muebles, lanzando un suspiro mientras Bonbon se sentó a su lado con una expresión seria -. Escucha…
-No, escúchame tú- le interrumpió con misma voz baja -. No te voy a reclamar por lo de esta tarde con Golden. Realmente admiro que no le hayas golpeado hace tiempo- sinceró levantando ambas cejas pero sin perder su seriedad -. Pero siendo tú, fue…extraño ese comportamiento violento. Tú no eres violenta. Algo terca, sí, pero… ¿violenta? ¿O me equivoco?
La rubia se mordió el labio desviando la mirada, pensativa.
-Mistery dijo que…por un momento…me vio el semblante sombrío de cuando ataqué el sábado en el baile…- confió Applejack devolviéndole la mirada un tanto intranquila -. No quiero pensar que…aun tengo ese problema- sacudió la cabeza -. Pero sentí una sensación muy fuerte que aumentó mi rabia…- cerró los ojos resoplando -. No estoy orgullosa de lo que hice. Así haya sido alguien tan insoportable como Golden, yo…yo…
-Lo sé- exclamó asintiendo varias veces -. Creo que tú y Pinkie, no deben dejarse llevar en pensamientos negativos hacia los demás, pues ambas son las únicas a que se les nubla la mente.
-…- calló con suave ceño preocupado. Bonbon se acomodó mejor en el sillón.
-No es por eso que te levanté- sinceró haciendo que Applejack la mirara mejor -. Me gustaría disculparme por Golden- confió y la rubia prendió más la mirada sobre ella.
-¿Qué?
-Que la disculpes- repitió seria -. Si quieres hacerlo, hazlo, sino…- se encogió de hombros como si no le importara -. Quisiera decir que no tiene la culpa. Que no sabe lo que hace - bajó sus hombros -. Ella tiene su manera de ver las cosas, Applejack. Aunque sean las equivocadas, no tiene malas intenciones ahí dónde la ves.
Applejack le mantuvo la mirada, intrigada, mientras Bonbon hacía una pausa, sumida en sus pensamientos, o más bien recuerdos.
-Dijiste que a diferencia de ti, Golden nunca fue como es ahora- le recordó la vaquera manteniendo el susurro. -. ¿Qué significa eso?
-Significa que no sé mucho más de lo que sabes tú- sinceró con un semblante más suavizado.
-Pero lo que sepas…- dijo enseguida la rubia con expectación -…por favor, dime.
-Applejack…- la nombró con una risita incrédula.
-Te dije que Golden me da la sensación que necesita ser protegida. Yo…tengo ese sexto sentido y nunca me ha fallado- le confió, pensando que era algo que sentía con Sunset.
-Que lo sepas no cambia las cosas- resopló levantándole una ceja.
-Te equivocas. Cambiaría muchísimo porque entonces por fin entendería por qué es cómo es- suspiró -. Al menos dime por qué me golpeó el brazo en primer lugar esta tarde. Te consta que no hice nada como para que ella lo hiciera.
-Lo sé…- le dio la razón asintiendo para mirarla mejor y sentir un corriente que le incomodó por encontrarse con esa mirada tan profundamente confiable, con el color verde de sus ojos tan serenos.
Bonbon se contrarió, viéndose cómo repentinamente se le acumulaban las palabras. No sabía si era el efecto del encierro, o las palabras de Cherry sobre su persona, o de la convivencia que había tenido con todas, ¡O tal vez las tres cosas juntas! Además, en serio creía que Applejack merecía algo con qué trabajar puesto que no le parecía justo que recibiera tanta fricción con Golden. Y entre la vaquera y la pelinaranja, obvio que más fácil de razonar era con la primera.
-Simplemente se apareció ante mi como mi compañera y entrenábamos juntas- comenzó a hablar con su ceño -. Nunca decía nada de ella y yo no le pregunté. No me importaba- entrecerró los ojos -. Golden era una niña cobarde. Débil. Llorona. Nerviosa. Muy...infantil. Aunque era una niña. Igual. Cómo me fastidiaba eso de ella. Realmente me enojaba que me retrasara y me buscara con esa cara frágil. Su debilidad me daba asco y me era insoportable. Quería otro compañero. Y se lo decía en su cara- hizo una pequeña pausa mordiéndose el labio inferior mientras Applejack le mantenía la atención, admirada de cómo se empezaba a soltar la hermética Bonbon -. Un día, salimos de un entrenamiento. Como siempre, Golden se llevó la peor parte. Llevábamos ni un mes empezando. Ella se acercó a mí y me pidió que no me vaya aún, que no quería estar sola. Eso me daba odio de ella- sinceró suavizando un ceño y meneando la cabeza pero pese expresar ese brusco sentimiento en la conversación, Bonbon tenía un semblante completamente opuesto, muy suavizado que era difícil de ver -. Yo le dije mi discurso de siempre. Uno no muy agradable, le di la espalda y la dejé atrás. Al día siguiente, llegué al pasillo donde ella siempre me aguardaba para llegar juntas al gimnasio pero no estaba. Como tardaba me dirigí yo sola. Ahí estaba nuestro entrenador, nuestro tutor. Nuestro Superior. Me dijo directamente que sólo yo recibiría el entrenamiento, porque Golden estaba en la Enfermería- algo en su mirada cambió que expresó un destello de tristeza y culpa –. Se había cortado las venas.
El rostro de Applejack se puso completamente blanco con un horrible nudo en la garganta.
-Golden se intentó suicidar- aclaró apretando los labios entre sí -. Y ella me rogó quedarme ese día. De seguro temía cometer alguna locura y no quería estar sola. Y yo…le di la espalda- se le salió jadear para bajar la mirada, haciéndole difícil mantenerse seria entre los ojos vidriosos de la vaquera -. Ella no sé qué diablos hacía ahí si era tan débil- sinceró en un susurro fuerte mirándola con dureza, casi en reclamo -. Golden no apareció hasta unos cuatro días después - tragó saliva -. Me dio cierta…perturbación. Ella estaba más frágil que antes, más pálida, más ausente y su mirada tan vacía. Parecía un fantasma en pena. Pero ellos igual sólo la seguían entrenando, golpe tras golpe, grito tras grito- se le salió jadear vidriándosele los ojos mientras los verdes de Applejack ya se les desbordaban las lágrimas -. No podía hacer nada. No podía decir nada. No tenía a nadie a quien le importara. Yo… me odié por sentirme "débil" por tenerle lástima. Yo aguantaba y me comía todo, pues debíamos ser fuertes e indiferentes ante el dolor, pero Golden entre más lloraba, más le…- cerró los ojos tapándose la cara y se le salió un jadeo violento, pero sin poder derramar una sola lágrima, lo que hacía que Applejack sólo se horrorizara más en imaginárselo y le brotaban las lágrimas sin descanso -. Al final ella empezó a endurecerse pero sabía que aún estaba... frágil, entonces estiré mi amistad hacia ella- agregó para desprender las manos de su rostro -. Porque sentía que si no tenía a nadie, al menos me tendría a mí. Al final, se fue adaptando, tomándole gusto, aceptando esta vida que es…todo lo que tiene y sabe.
-Bonbon, ¿Qué hacen ahí?- preguntó sacudiendo su cabeza en consternación con la respiración acelerada manteniendo esas capas de lágrimas en sus ojos -. ¿Por qué siguen ahí si esa gente está loca?
-No están loca - le contestó entre su ceño y sus ojos celestes vidriosos. -. Porque es lo que elegimos.
-¿En serio crees que Golden lo eligió?- preguntó incrédula -. ¿Cómo puedes pensar eso si has sido testigo de cómo la forzaban a quedarse? La estaban torturando y con ella, a ti por tener que verlo.
-Tú no entiendes esta vida- le contestó con sequedad -. Así como nosotras no entendemos las suyas, ustedes no entienden la nuestra.
-¿Qué basura es esa?- sinceró sacudiendo la cabeza -. ¿Qué debo entender? Está claro que a Golden la dañaron hasta convertirla en lo que es ahora y a ti en no pensar más de lo que te hicieron creer.
-¿Disculpa?- se quejó abriendo más los ojos.
-Ustedes gritan en silencio ayuda- sinceró con determinación entre su mirada vidriosa -. Si tanto les importara esa Agencia, ¿Por qué la traicionaron para protegernos, eh? Si fue la vida que eligieron, ¿Por qué están aquí? ¿Por qué nos ayudaron? ¿Por qué arriesgaron su vida por nosotras? ¿Por qué usaron todo lo que aprendieron para ir en contra de ellos?
-…- enmudeció Bonbon manteniendo sus ojos bien abiertos entre sus cejas curvadas, doliéndole la cabeza repentinamente. -. Nuestro deber es eliminar la mugre del mundo. Eso cuenta la amenaza mágica- le devolvió la mirada -. Y es algo que se nos sale de las manos y están las suyas. Por eso lo hicimos.
Applejack le mantuvo la mirada.
-Viven sin pensar realmente las contradicciones de su "deber", ¿no?- se aventuró a decir -. Eran unas niñas…Sweetie- quería hacerle entender con más suavidad y cayéndosele una lágrima -. Les hicieron crecer con la idea que ustedes eligieron, cuando en realidad solo se aprovecharon de su inocencia para convertirlas en…armas humanas para ellos- se le quebró la voz ante la repentina ansiedad que mostraba Bonbon.
-No sabes lo que dices…mi…mi padre jamás lo hubiera permitido. Así que no sabes nada.
-Reconócelo. Lo sabes. Muy adentro tuyo lo sabes, por eso les diste la espalda por nosotras. Te lavaron tan bien el cerebro que te repites lo mismo que te hicieron creer ellos.
-Tú no sabes nada- le contestó con rigidez sacudiendo la cabeza -. Ustedes, los civiles, nunca entenderán que sólo viven un lado de lo que es la vida. No saben las atrocidades de la maldad humana, la plaga que nos invade y nosotros aniquilamos para que puedan sonreírse idiotamente gracias a nosotros.
-¿Esa fue una de las planas que te hicieron hacer?- preguntó sin tragarse ese cuento manteniéndole la mirada sobre ella.
-No sé por qué te busqué en primer lugar- dijo incómoda con el ademán de levantarse, sólo para ser atajada por el cuerpo de Applejack que se paró rápido para frenarla.
-No eres muy diferente a Golden - le dijo sin rodeos -. Tampoco te gusta pensar demasiado las cosas porque estás tan metida en ese molde que te forzaron a adaptar que si te sales un poco…te sientes indefensa y es algo que no estás familiarizada - suspiró ladeándole la cabeza y le sonrió suavemente -. Eres una persona muy dulce y Golden muy empática; pero mientras tú desahogas eso con esa actitud seria y antipática, Golden lo hace con insultos y…violencia- concentró mejor su mirada en la suya, que sólo se limitaba en escucharla -. Porque es la actitud que las ayudó a sobrevivir todas esas traumas.
-…- calló de nuevo bajando la mirada con su quijada endurecida -. En serio no sé por qué te busqué.
-Soy…el elemento de la honestidad- dijo obligando que Bonbon la mirara enseguida, viendo la mirada amable de la rubia con una sonrisa comprensiva y cálida -. Supongo que…eso les atrae a que me muestren su lado más honesto de sí mismas por más que no entiendan por qué y no quieran.
Los ojos celestes de Bonbon se quedaron pegados a ella con un horrible nudo de la garganta, inhalando fuertemente hasta inflar su pecho para ver como Applejack le sonreía más y se le acercaba a abrazar, pero Bonbon retrocedió lanzándole una mirada dura.
-Tampoco exageres- soltó con sequedad, pero sólo logrando que Applejack tirara una suave risa. -. Y en serio te romperé un brazo si abres el pico de lo que hablamos hoy.
-Supongo que un paso a la vez- comentó para bajar la sonrisa -. Gracias por contarme lo de Golden- asintió lentamente -. Puedo entender entonces… por qué me golpeó el brazo cuando toqué su brazo derecho. Supongo que ahí ella se cortó…- cerró los ojos con un suspiro -. Entiendo muchas cosas ahora- suspiró para mirar ese silencio de Bonbon, que miraba a un lado inexpresiva, pero con sus ojos ausentes, desatándose todo un torbellino de emociones y dudas. Su cuerpo estaba muy quieto con su barbilla endurecida.
Applejack reconocía que entre Golden y Bonbon, era ésta última que se estaba dejando ceder más estos días por…alguna razón. Aunque tal vez, esa razón tenía nombre y apellido.
No sabría muy bien lo que pasó entre ella y Cherry, pero suponía que la rockera…la sacaba del molde. Más de lo que le saca los demás y adaptaba esa actitud arisca y brusca. Sólo tal vez… ¿Querría poner de su parte para recuperarla?
-Bonbon…- la llamó pero la joven sólo le lanzó una mirada fría.
-Vete a dormir, Applejack. Ya dije lo que tenía que decir- le exclamó dándole la espalda. -. Yo estoy de turno.
-Te acompaño.
-Ay, carajo. Con razón Golden te jode- soltó para mirarla pero a ambas se les salió una misma risa que Bonbon se detuvo con el cuerpo ciertamente frío e incómoda.
Porque empezaba a sentirse diferente.
…
Una ventana dimensional estaba abierta en el muro de una cueva. Flame miraba desde allí el paisaje nocturno del bosque Everfree. Sus ojos cyan estaban ensimismados y tenía una expresión un tanto dubitativa entre la seriedad de su rostro. Su cabello danzaba tranquilo, alzándose y bajando al igual que la cola de su vestido.
A un lado de ella, una lisa y helada mirada de un par de ojos grises veían todo ese despertar de emociones dentro de la mujer de fuego que hace un rato se había entregado de manera casi animal producto de la emoción que tuvo al saber que no existían más los alicornios, que se había limpiado a Equestria de todo que podría tomarse como obstáculo, pues lo demás que queda, sería algo divertido para Flame de enfrentar, pues tenía el poder suficiente para incinerar de un solo golpe todo un ejército de changelings si estos se aprovechan de reclamar Equestria suya ahora que no había la magia alicornio para defender sus tierras. De todas formas, ella era una potente defensa mágica pura y de luz.
-¿Qué estás esperando?- fueron las palabras que salieron de los labios del estratega que a ayudó a conducir con su poder de su fuego la muerte de ambas alicornios a su manera, usando sus fichas de manera cuidadosa, con paciencia y correcta para conocer el Aquiles de sus enemigos empezando con un ataque al Imperio de Cristal que desató todo un mar de posibilidades al meter mano una sola vez para que lo que tenía que pasar, pasara.
*Flashback*
"-¡Hoy te mueres!- había bramado Cadance con todo la neblina del dolor cegándola mientras cargaba su cuerno y atacar a la unicornio de fuego que iba en picada en su dirección, cuando por atrás, alguien la tomó con una violenta fuerza y entonces, se hundió por completo en la oscuridad desatada en su interior producto del dolor despertado por la muerte de sus seres queridos y las ganas de desquitarse con la violencia.
-Un corazón siempre cálido. Siempre amable. Siempre servicial. Una vida llena de oportunidades, de sueños, de amor…acaba de aceptar la oscuridad de su propio mundo- le habló el unicornio blanco mientras Cadance se encontraba suspendida en esa oscuridad que empezó a carcomerla desde adentro, en un alivio al identificar su dolor con libertad, sin ataduras -. Para tener un equilibrio en el alma necesitas expresar lo positivo como lo negativo. Tu hermoso corazón de cristal, ha estado reprimiendo la oscuridad de tu alma, pero esa libertad, la has declarado hoy- y de entre sus cascos, saca el Amuleto del Alicornio y se lo coloca al cuello -. Gracias al dolor- suavizó una sonrisa para soltarla y el cuerpo de Cadance cayera a la nieve, inconsciente. Alzó la cabeza para ver a Flame caminando hacia ambos mientras la nieve a su alrededor se hacía agua por su alta temperatura-. Gracias por traerla hasta aquí.
-Tenías razón…con el Corazón de Cristal…- le dijo agradablemente sorprendida.
-Reaccionará ante ti si los ponies de cristal lo activan para atacar. Al ser cuidadosa al entrar, tu luz sigue siendo un punto ciego para él o cualquier reliquia pura- le sonrió con sus ojos ciertamente maravillados hacia la emisión de su fuego en su cuerpo -. ¿No es eso una belleza, Flame?
-¿Y ahora qué?- preguntó con cierta expectación, ansiosa de hacer algo más.
Él miró el cuerpo de Cadance caído con el Amuleto puesto, ya habiendo examinado todas las ideas impulsivas por su dolor. Suavizó una sonrisa devolviéndole la mirada.
-A esperar- contestó con voz tenue y Flame se entumeció e hizo un tic ansioso en su ojo, peor por esa maldita calma del rostro del unicornio que la mayor parte del tiempo le irritaba, pero exhaló con fuerza por la boca para asentir, obediente, sin berrinche ni quejas caprichosas aunque éstas estallaban dentro de ella".
Él sólo dio un empujón a los deseos contenidos de Cadance. El resto, fue producto de su propio casco.
Flame estaba demasiado pasiva para su gusto.
De la euforia explosiva que tuvo al saber que al fin se había salido con la suya. Que tenía a una indefensa y temerosa Equestria justo adelante. Siempre quiso ser su gobernante. Ser adorada. Que admiraran su pasar. Su poder. Su belleza. Todo lo que podría hacer y deshacer. El cruce de estas ideas hicieron que su fuego empezara a subir con una danza más rápida. Pero aún así, parecía clavada en el suelo.
-Flame…- la llamó con cierta tono amargo y serio de voz.
La mujer apartó la mirada del portal que él había abierto para ella. Su fuego volvió a bajar cuando se encontró con su mirada, sus ojos cyan se suavizaron entre una delicada curva de sus cejas.
-No…
-¿No?- preguntó él con voz tiesa empezando a endurecer el rostro. El fuego de Flame bajó del todo al mismo tiempo que sus facciones se suavizaban por completo, pasiva.
-No…quiero irme…- declaró con voz ciertamente temerosa como esperanzada.
Y entonces todo su alrededor se tragó de golpe encerrándolos en un vacío oscuro cuando el rostro de quien le aseguró la victoria a dejar una inofensiva Equestria perdiera por completo vitalidad, secándose de cualquier expresión, con sus facciones estiradas y endurecidas pero con un tic en la comisura derecha de su boca, temblándole en un subir y bajar inquieto mientras parpadeaba sin descanso a un mismo ritmo apresurado. La abrupta oscuridad lastimó las vistas de Flame que se enredó con sus pies y cayó sentada al suelo.
-Pero Flame…creí que es lo que querías…- le dijo él forzando las palabras a que salgan calmadas en su tono modulado como siempre, pero era notorio como éstas querían salir ásperas entre leves quejidos del esfuerzo por retener su verdadera reacción ante sus palabras, en una complicada lucha interna mientras abría y cerraba las manos. Como si en cualquier momento, podría estallar, violento.
-Lo…lo quiero…- le aseguró ella con prácticamente su fuego dócil ya cesando su danza encerrada en ese hueco oscuro infinito dónde no podría escapar. Ya lo sabía. -. Pe-pero me apartarías de tus planes… no quiero estar en un mundo… en el que no estés…
El temblor y los tic se detuvieron de golpe en él, aunque no su tiesa expresión.
-Ven conmigo- invitó ella elevando una ansiada sonrisa de pronto poniéndose de pie y su cuerpo se iluminó más. -. Olvidémonos de esas chicas. De estas criaturas. De este mundo y ven conmigo al que pertenecemos.
-Yo pertenezco en todos lados. Me halan a ellos- le contestó paseando su mirada alrededor de la oscuridad que invocó. -. Yo soy…todo- farfulló con el tono de voz ausente sin dejar de mirar la inmensa oscuridad del vacío y suavizó un ceño para detenerse frente a ella -. Equestria es tuya, Flame. Yo nunca la quise. Interrumpí lo que yo quiero por cumplir tu deseo. Por eso la limpié para ti y puedas resplandecerla con tu belleza. Los unicornios van a extinguirse con el pasar de los meses. Ya no hay alicornios. La burla del caos está imposibilitado.
-Será mía cuando me dejes ayudarte- se animó cortando más la distancia -. Ahora soy paciente, ¿Recuerdas? ¡Sé esperar!- se animaba para convencerlo mostrando una radiante sonrisa entre su rostro motivado -. Si te quedas aquí. Yo también. Soy…soy más poderosa cuando estoy contigo. No, no quiero que acabe esa sensación. No, no lo quiero. ¿Por qué lo querría?- se decía a ella misma con un repentino ceño ansioso pasando sus manos sobre su pecho y el fuego de su cabello empezó a danzar de nuevo -. ¿Qué si ella regresa? Puedo eliminar sus recuerdos como lo he estado reteniendo como tú al tuyo. ¡Pero me encerrará!- se espantó pasando una mirada nerviosa a él pero a la vez furiosa -. ¡Si me encierra de nuevo…!
-¡No lo hará!- le interrumpió levantando los brazos para tomar los suyos con fuerza -. ¡No lo hará porque no se lo permitirás, Flame!- le dijo más con autoridad y severidad dibujando un repentino ceño intimidante -. ¡Tú misma lo dijiste! ¡Eres paciente ahora! Mantente concentrada y pasarás la eternidad siendo la dueña de esa dimensión sin que tu reencarnación te moleste.
-¡Pero no soy como tú!- se enfureció y sus llamas se alzaron violentas.
-¿Y no es eso hermoso?- le preguntó soltándola de golpe y volver a perder su mirada al vacío de la oscuridad.
-¡No quiero que nos separemos de nuevo!- reclamó pisando con fuerza el piso en un berrinche -. ¡Quiero quedarme contigo!
-Ni siquiera sabes lo que quiero- la quería hacer razonar.
-¡No me importa! ¡Quiero ayudarte! ¡Quiero, quiero, quiero!- se colerizó en un berrinche caprichoso.
-¡No puedes ayudarme, Flame! ¡Ya te lo dije!
-¡Sí puedo!- replicó furiosa elevando el tono entre su marcado ceño por la subestimación y sus llamas se alzaron del todo con su violenta danza para señalarlo -. ¡Tú lo que quieres es deshacerte de mí! ¡¿Cierto?! ¡¿Después de todo lo que avanzamos, me hiciste creer que estabas conmigo?! ¡¿Quién crees que soy?! - bramó violenta concentrando el fúlgido brillo de su cuerpo -. ¡Soy Flame Hybris! ¡Fénix del fuego, el Heredero Celestial de la Luz y lo puedo y lo quiero TODO!- exclamó con superioridad con el fúlgido brillo de su cuerpo subiendo los brazos con sus manos abiertas mientras se cubría toda en llamas entre la tiesa mirada gris, pero su fuego perdió viveza al ser tragado por la oscuridad en la que estaban, consumiendo sus llamas y cortando su combustión de tal manera abrupta, que hizo que Flame sintiera que el consumo la debilitara y la hizo caer de rodillas, cortando el tamaño de sus alas en débiles llamas, mientras se empezaba a escuchar unas repentinas risas histéricas enredadas entre sí, femeninas como masculinas, para alzar la cabeza y ver el vacío destello de esos ojos grisáceos entre la tiesa expresión de su rostro que empezaba a desfigurarse paulatinamente de ira.
Flame miró hacia a otro lado con la respiración ciertamente acelerada, para que sus miradas no se encontraran.
Lo había hecho enojar.
-¡TODA TU EXISTENCIA SE BASABA EN ADUEÑARTE DE EQUESTRIA Y AHORA QUE LA TIENES YA NO LO QUIERES!- reclamó con su voz hosca y tiesa que escucharla era como si pasaran una lija en los oídos, para doblar su brazo derecho a la altura de su pecho y descargar en un golpe al estirarlo con violencia hacia a un lado, como si el vacío repentinamente se convirtió en un sólido, puesto que el impacto del puño que lanzó sonó seco e hizo desquebrajar aquel lado, empezando a crear gruesas grietas que serpenteaban entre crujidos todo el espacio en la que ellos estaban, como si estuvieran en una angosta habitación de vidrio para contemplar el resto de la oscuridad de afuera, mientras las risas mezcladas se elevaban aún más hasta confundirlas con un histérico llanto, entre la perpleja mirada de Flame con sus ojos exaltados ante los gritos que escuchaba: -. ¡NO LA IBA A TOCAR PORQUE ESTARÍAS AHÍ!- agregaba con su mirada áspera y gélida sobre ella, empezando a caminar con intimidación -. ¡No cambias! ¡Eres altanera, caprichosa, inquieta, vanidosa y volátil!- decía que entre palabra y palabra, más se recorrían las grietas con pronta velocidad, todas dirigiéndose hacia donde Flame estaba echada -. ¡UNA MALAGRADECIDA!- terminó por vociferar agresivo para hacer retumbar todo el lugar hasta hacerlo temblar, acelerando las grietas en entre sonoros crujidos en un encuentro directo, acumulándose hacia donde Flame estaba echada, temerosa viendo su alrededor todo roto y frágil, más aun cuando él cerró los ojos en común parpadeo, pero que al abrirlos instantáneamente, estos sólo eran esos dos orbes de una lisa y fría negritud como la oscuridad que los rodeaba y reflejantes que Flame podía ver su propio temido reflejo en ellos.
Empezó a gritar, confundiendo su voz entre las risas y llantos como el crujido de las grietas y temblor, sólo para escuchar el sonido chirriante de varios vidrios romperse y finalmente, sentir que la estabilidad del frío suelo negro del que estaba echada se empezaba a vencer.
Sus alas estaban cortas, con su fuego débil que no les servía para volar, y no podía usar su magia, jamás podría hacerlo una vez que se viera afectada con la suya, por lo que cerró sus ojos mientras antes de que pudiera preverlo, empezó a caer entre la explosión de los vidrios negros.
Pero Flame cayó sólo en menos de un metro de espaldas, callándola de hecho y sintiéndose en un cuerpo más pequeño.
En su forma pony.
Abrió los ojos enseguida entre el subir y bajar de su pecho, sintiéndose sobre un césped, envuelta con el paisaje sombrío del bosque Everfree, viendo hacia arriba, hacia un enorme agujero irregular en el que se asomaba ese rostro pálido que había recuperado esa serena calma aunque sus facciones eran duras. Tenía de vuelta los ojos grises, mirándola moviendo de vez en vez su cabeza, de un hombro sobre otro, con una expresión de debate en su mirada, contemplándola, mientras Flame suavizaba un ceño con sus ojos aguados y vidriosos, dejando ver un hermoso color tranquilo en los cyan mientras la piel de su rostro mantenían una incandescencia pasiva, para finalmente ver que sus ojos grises se inyectaban de melancolía, notando cómo la había dejado indefensa.
-Me perdí mil años por seguirte…- le reclamó ella para desviar su mirada con mucha tristeza -…siempre me confundes…nunca sé lo que realmente quieres…incluyéndome…
Y la oleada de pena de Flame revolcó al otro.
-Flame…- la nombró para abrir sus alas negras y bajar hacia ese portal que abrió que apenas lo cruzó su cuerpo se achicó para tener su forma pony.
Flame aspiró desprevenida cuando sintió el aterrizaje del unicornio blanco sobre ella, teniendo sus cascos sobre la tierra, y así acorralándola.
-Siempre voy a necesitarte, Flame- le dijo con seriedad entre un ceño y mirándole fijamente -. Pero por ahora…no.
-¿Por qué…?- se le salió con voz fina e incrédula mientras sacudía la cabeza.
-Volveré por ti- prometió -. Siempre lo hago- agregó para bajar su rostro y Flame cerró los ojos, sólo para sentir su aire caliente salir de su boca mientras le hablaba al oído, diciendo cosas que hizo a Flame abrir de golpe los ojos.
-Es… ¿Es posible?- interrogó con incredulidad.
-Por eso te necesito aquí- le dijo apartándose para quedar frente a ella -. Y mientras podrás embellecer con el poder de tu magia a Equestria- aludió y vio ese semblante petulante dibujarse en su rostro ante el cumplido.
-Pero… ¿Qué conseguirás?- sacudió la cabeza, confundida y frustrada -. ¿Qué quieres?- preguntó y sus ojos grises se vuelven melancólicos y serios mientras la contemplaba, para limitarse a apartarse de ella y volar de vuelta al agujero, empezándose a cerrar hasta desparecer, y le dejó el panorama del cielo nocturno de Equestria entre su vidriada mirada.
Cuánto lo iba a extrañar.
...
Cruzó los pasillos con un andar ciertamente acelerado, pero a la vez firme, sin perder su rigidez ni perder ese estilo de dureza entre sus pasos, sin poder evitar cierto movimiento de caderas entre su frente en alto y mirada asegurada, en una concentrada seriedad en su rostro dándole un aire ciertamente intrigante y enigmático.
-Las encontré- fue lo primero que dijo Floral abriendo de golpe una oficina blanca completamente iluminada, irrumpiendo sin molestarse a presentaciones en una reunión en la que había una mesa ovalada negra con varios agentes en ella, entre hombres y mujeres que levantaron enseguida la mirada con esa semblante rígido pero mostrando cierta incredulidad.
A excepción de uno.
-¡Ingenious Force!- exclamó no sólo el Superior de su hija, sino de ella misma. Un hombre de apariencia muy distinguida, bien parecido y cuerpo fornido, ojos azules, piel amarillo claro y cabello castaño que se sonreía ampliamente, complacido e inyectándosele adrenalina de ver esa pose retadora de Ingenious, leyendo su lenguaje corporal en segundos, reconociendo esa real determinación de ella en el cumplimiento de una misión. -. ¿No te alegra haberte sacado de la Sala de Control para ponerte en tu terreno?- se lució en decir y bajó la mirada hacia el resto moviendo las manos al aire -. Déjenos solos- ordenó y rápidamente todos se pusieron en pie para retirarse de inmediato.
Floral se hizo a un lado sin cambiar mucho su expresión sintiendo ese aire de envidia en el resto de agentes que salían con apresurados sin perder el porte. Pues no había hecho cualquier cosa.
Había encontrado dos máximas traidoras y nueve chicas de poderes sobrehumanos.
-Mi compañero, que en paz descanse, se llevó la lotería contigo- habló el Superior empezando a caminar hacia ella mientras levantaba un control en dirección a la puerta, la cual automáticamente movió y aseguró cerraduras electrónicas.
-Era una farsa- se limitó en recordarle levantándole una ceja sin perder su semblante.
-Pero la concepción no fue una farsa- dijo con un tono más profundo en su voz mientras Floral endurecía más las facciones de su rostro. -. Y tuvieron una linda niña a la que nombraron Sweetie Drops.
-Él le puso el nombre. No yo.
-Y esa niña creció hasta convertirse...en una copia exacta de ti- continuaba diciendo llegando hasta frente a ella sin perder ese tono de voz con una mirada que decía más cosas que la que decía su boca -. Dura. Fría. Obediente- sonrió de lado -. Sólo su color de ojos cambian y su singular cabellera azul que comparte con tu color rosa. Es muy hermosa, es muy fuerte, como muy culpable.
-Vas al punto que quiero ir yo- le dijo con voz seca sin perder la posición defensiva de su cuerpo.
-Pues tienes algo que yo quiero y yo algo que tú quieres, aunque...no sé por qué...- sinceró arrugando la frente -. Ingenious... ella nos pertenece. Entonces dime, ¿Por qué debería dejarla ir contigo, siendo nuestra, mía y una traidora?
-Porque si lo hago a sus espaldas tendremos que huir de la Agencia de por vida y es lo justo que quiero evitar para ella. Además, primero fue mía.
-Sensato criterio, Force. Pero nunca fue tuya, "Floral"- recalcó con dureza -. Sweetie Drops es propiedad de la agencia mucho antes que naciera, para no decir que su sola existencia se debe a una disposición nuestra. El tener que parirla nunca te hizo su madre.
-Pero lo estoy intentando- se limitó en contestar con seriedad.
-Me estás recordando a mi imprudente compañero, Stealthy Listener, tu "esposo"- le obvió con amargura para suavizar la voz -. Pero al menos, tú quieres sacarla de manera más negociable, por decirlo...-. suavizó una sonrisa con las cejas levantadas con acusación -, pero porque nos conocemos de años, cuando era un simple agente como tú y ahora piso mejores suelos y tengo las cuerdas para manejar lo mandos. Al menos eso no te costará la vida como a él...- dijo para persignarse y eso solo repugnó aún más Floral, por la hipocrecía con la que lo hacía -...pero por ahora- agregó él -. No sé si decir si es estúpido o demasiado confiado de tu parte venirme a decir que encontraste a las fugitivas para pedir a cambio del dato, a nuestra Sweetie Drops.
-Ya aclaré mi lealtad a la Agencia- respondió sin rodeos -. Registré mi casa con ustedes, el cuarto de Sweetie, colaboré hasta que recordé algo que me llevó a una ardua búsqueda de días hasta atinar los puntos dónde podrían estar con seguridad.
En realidad, Floral había hecho memoria y recordó haber visto a su hija leer con demasiada atención las noticias de narcotraficantes en un tiempo que coincidió con el primer ataque de magia según contaron los testigos. Lo que terminó uniendo cabos que en los siguientes días, se reportaran cuerpos de una pequeña banda de narcotraficantes encontrados en diferentes puntos de la ciudad.
Por nada le complementaba muy bien su nombre de Ingenious Force y bien este Superior, que más jóvenes fueron...no amigos, pero que debieron verse bastante al ser compañero de misión de su "esposo" y se frecuentaban bastante, cargando hasta de bebé a Sweetie, y él siempre se mostró interesado en ella por eso mismo, por su fama en la Agencia de su inteligencia y poder deductivo, ingeniosa y hasta críptica, tratando de seducirla haciendo absoluto caso omiso que fuese la mujer de su compañero y criaban una hija que a la edad adecuada sería parte de la Agencia por su "decisión", pues, era un farsa.
-Cumplí mi parte- continuó ella -. Les entregaré la información de dónde puedan atrapar a las fugitivas, sólo si una de ellas, mi hija, pueda salvarla- dicho esto el hombre soltó una risa incrédula -. Tortúrame, viólame, has cualquier atrocidad pero me conoces muy bien- dijo con severidad-. No importa qué hagas, sabes que no diré ni una sola palabra y si me matas, también me tiene sin cuidado si la vas a terminar matando a ella. Además, no puedes matarme sino quieres retardar más la búsqueda que con la ahora ola de sospechosos suicidios, la ciudad que no podría estar más horrorizada. Así que asegúrame que me dejarás llevarme a Sweetie Drops y la dejarás tranquila.
Él menguó su risa prácticamente al instante, callando, escuchándola con suma atención, hasta llegado un momento a sonreírse con una mirada realmente profunda mientras su rostro se mostraba menos serio, sino más suavizado, más...seducido por el porte, el tono, la insolencia de retar como si nada a un Superior de poderoso rango que bien pudiera sin dar muchas explicaciones, mandarla a matar. Miró sus valientes y defensivos ojos verdes, en el magnetismo de su piel crema y su ondulada cabellera rosa larga que caía a su espalda, conservando muy bien pese los años ese fornido y esbelto cuerpo. El tiempo sólo la había hecho más atractiva, más inteligente, más atrevida. Más deseable.
-¿Entonces...harías lo que fuera, con tu ahora papel de "madre"...Ingenious?- se limitó en preguntarle con una mirada hambrienta concentrándose en su rostro para con osadía, pasearle los ojos en su cuerpo mientras cortaba la distancia hasta clavarle el azul de sus ojos sobre los suyos con la respiración ciertamente agitada por lo que siempre le provocaba esa mujer.
Ella sintió, desde muy en el fondo, un hincón frío, que ignoró para con una intencionada inhalación inflar su pecho e hizo que su cuerpo se amoldara al suyo sin perder la rigidez de su expresión en su rostro y mirada endurecida, cosa que solo seducía al otro.
-Déjame llevármela, y haré lo que sea...contigo...
Para sólo pensar con un suspiro mental. "Stealthy...te consta, que realmente lo estoy intentado...por nuestra hija..."
...
Chan chan...¡CHAN!
Twilight y Cadance literalmente pelearon hasta la muerte.
Flame tiene a Equestria a su disposición.
Parte central del pasado de Golden revelado.
Se va desenvolviendo cada vez más el manejo de la Agencia, que verán el por qué de algunas cosas.
Ahora, ¿Como reaccionan? xD Interpreten el cordón en el que estaba atado Moon White con aquella otra alma.
Para su conocimiento, el término "Hybris", que usé como parte del nombre de Flame, hace referencia al desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, por su carácter irracional y desequilibrado. Muy bien resume lo que es Flame xD
So, buena semana, dejen review y...
¡Sunny Honey, fuera!