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Lo Que Somos Ahora

by Sunny Honey

Chapter 24: El Dolor es Poesía

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El Dolor Es Poesía

-¡Es una equivocación, se los digo!- decía Sonata mientras salía con Rain Shinning y Pinkie Pie del antro, dirigiéndose al auto que conducía el hombre -. Ellas tienen su orgullo, ¡Su dignidad! Jamás se rebajarían a…a…¡a venderse!

-Sonata…- suspiró Pinkie Pie -. Hemos comprobado que ellas se quedaron en la calle, sin dinero, sin conocer a alguien que las acoja. Tal vez se vieron en desesperación y son bonitas. De seguro alguien…se aprovechó de eso y no vieron opción.

-Pero…- decía pero no terminó la oración, comenzando a aceptar la realidad de los hechos por mucho que les doliera. Suspiró, asintiendo varias veces -. Okey. Pues vamos allá.

-¿En serio?- se admiró Rain con la frente arrugada mientras abría el seguro de las puertas del auto y entraran -. Sonata…es la zona roja, es un prostíbulo. ¿Sabes lo inseguro que es que vayan jóvenes como ustedes allí?

-No me importa. Quiero ayudarlas- se determinó embarcándose en el copiloto esta vez. -. Así que por favor, llévanos allí.

Rain apretó los dientes y colocó las llaves para encender el auto pero…las apartó.

-No.

-¿No?- corearon Pinkie Pie y Sonata.

-No te llevaré allí- le dijo mirándola con seriedad -. Tú…- decía lanzándole una mirada prudente y negar con la cabeza -. Tú y tu amiga, están arregladas. Son bonitas y en un lugar como ese…no pasarán desapercibidas. Te lo digo yo, que por más me avergüence, frecuentaba esos lugares.

Sonata se lo quedó mirando con atención, con una mirada concentrada, como asimilando lo que acaba de escuchar, sólo para dejar escapar un rubor y un parpadeo rápido.

-¿Crees…que soy bonita?- fue lo que preguntó y Pinkie Pie se golpeó la frente con la palma de la mano y Rain se limitó en levantar las cejas en incredulidad.

-¿En serio?- se quejó la rosada para sí.

-¿Lo ves?- le preguntó él con paciencia a la sirena -. Sonata, no me malentiendas. Es…realmente hermosa tu personalidad pero…- frunció la boca, buscando las palabras adecuadas -…no estás hecha para afrontar ciertas realidades de…nuestro mundo.

Sonata respingó y se entumeció, sin aire. Como si alguien le hubiera golpeado en pleno centro del estómago.

-Auch…- se le escapó con sequedad y…aun con incredulidad.

-Aun eres inocente e ingenua para ciertas cosas y en serio sería peligroso si te llevo a…

-¡Wow, wow, wow, wow! ¡Un momento allí!- le interrumpió sintiéndose completamente ofendida -. Me…¿En serio? ¿En serio?- preguntó levantando cada vez la voz, enojada, realmente enojada y ofendida para el asombro de Rain y sí, Pinkie Pie -. Pues, Señor maduro y adulto…- le habló secamente -. No importa qué edad tengas. ¡Yo te supero por más de cientos de años!- le reclamó concentrado su ceño.

-Sona…

-¡Déjame terminar de hablar!- le demandó, callándolo de hecho -. ¡Yo llegué antes que tú a a este mundo y lo que hicieron Aria y Adagio fue mantenerme aislada de todos, sólo interactuando con ellas y obedecer sus órdenes bajo su visión negativa del mundo ¡Pero me dejaron ver y oír cosas que no te agradarían saber pues…¿Cómo crees que me alimentaba con el canto de la energía negativa?! ¡Al principio íbamos a lugares como esos donde no me quieres llevar, y barrios donde se ve sangre en las calles, pero al final, optamos por menos riesgo porque era un mundo en el que ni en Equestria había y era horrible hasta para ellas!- rugió con sus ojos vidriándose -. Y pues lo siento por parecer ingenua e inocente, pero prefiero ser optimista, feliz y disfrutar de la más mínima cosa, pues pasé demasiado tiempo conteniendo mi verdadera personalidad y felicidad. ¡Y prefiero exponer toda mi felicidad que todo lo que sé de mi horrible vida antes de que Las Rainbooms me tendieran la mano! Y dices "nuestro mundo" ¡Pues gracias por recordarme que no pertenezco aquí! ¡Que no soy humana! ¡Que conservo mi esencia de sirena! ¡Que soy infértil aquí porque dependo de un elixir para eso y está en Equestria! ¡Que no me siento identificada en este cuerpo eterno de una adolescente, cuando soy una adulta aunque no lo parezca y por eso nunca, nunca te vas a fijar en mí porque soy distinta ¿Pero sabes qué?! ¡Pues…pues…lástima para ti porque soy genial! ¡Así que mueve tu modelito y llévame donde te digo sin chistar!- pareció terminar para levantar la cabeza -. ¡Y ah! ¡Por si acaso, no me pareces lindo ahora! ¡Eres feo y…y…un tonto! ¡Sé insultos peores pero no lo haré porque no va conmigo! -concluyó, con la cara roja y respirando de forma violenta, manteniendo su mirada concentrada sobre él entre el fuerte vidriar de sus ojos que aunque parecía querer derramar lágrimas, nunca antes habían estado tan fuerte y determinados, confiados y seguros en sus palabras.

Tanto Rain como Pinkie Pie quedaron enmudecidos ante la explosión de todo lo que se guardaba Sonata. Los tres se quedaron mirando, sin saber cómo reaccionar pero…de a poco…sus labios formaron una sonrisa, la cara se suavizó y…explotaron en risa.

-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

-¡Eso fue genial!- celebró sonata -. ¡Se sintió genial! ¡Uuuufff! ¡Me siento más liviana!

-¡Te tuve miedo!- rió Pinkie Pie.

-Pues a mí me…admiraste- sinceró Rain entre sus risas pero con sinceridad -. No. En serio. Hoy más que nunca te admiro y…lamento mucho si te subestimo.

-Gracias- asintió ella descendiendo la risa y le frunció el ceño -. Pero…aun te ves feo.

-Lo sé- sonrió conteniendo una nueva risa por su comentario pero se puso serio enseguida. -. Realmente lamento que hayas tenido tantos años difíciles.

-Ya estoy mejor- sinceró con una sonrisa, pasándose las manos a los bordes de sus ojos. -. Sólo…quiero que ellas también estén mejor- suspiró -. Sé que no fueron buenas pero…porque nadie les ha salvado, como lo hicieron conmigo así que, no puedo negarles eso.

-Entiendo- le asintió con firmeza y colocó la llave -. Pero tenemos que planear las cosas y establecer acuerdos. Aun así no es un bonito lugar- la miró -. Y tú lo sabes.

-Exacto- aprobó con mejor humor y él se sonrió, manteniéndole la mirada -. Y Sonata…yo sé lo genial que eres- le dijo con voz suave y Sonata levantó una sonrisa conmovida, con esa mirada…encantada que siempre le da y compartieron unos cálidos segundos de silencio.

Pinkie Pie se mantuvo callada, mirándolos. Era ciertamente…extraño verlos, pero lindo. Era… ¿Extralindo? ¡Sí! ¡Extralindo!

Él se veía adulto y Sonata una adolescente pero…Veía cierto "algo" entre ellos y además, ninguna malicia. Para el amor no hay edad, ¿cierto?

En especial si una de ellos tiene más de mil años que tú.

...

-¡¿Qué, qué?!- parpadeó estremecida Rainbow Dash, despertándose de golpe a la vez que se disparaba de su cama, manteniéndose en el aire ante unos seguidos golpes de su puerta de entrada -. ¿Qué sucede?- se quejó con un ceño volando fuera de su cuarto y llegar a la puerta, -¡¿Soarin?!-se admiró para abrir sus ojos como platos y…lanzar por allí su gorro rosa de dormir con corazones y se sonrió avergonzada pero eso ignoró por completo el corcel.

-¡Rainbow, todos los unicornios están presentando cuadros de salud deteriorada y están siendo llevados al hospital!- no perdió tiempo y la pegaso cambió el gesto para hacerse aterrizar al suelo y concentrar su atención -. Necesitamos la ayuda posible para revisar cada casa y sean ayudados aquellos que vivan solos o habitan únicamente unicornios para auxiliarlos. Por eso estamos despertando a todos. Tu amiga rosa me atajó en Ponyville para avisarte personalmente. No creí que seguías durmiendo.

-¿Pero qué?- parpadeó con rapidez sacudiendo la cabeza, admirada - ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Qué ocurri…? ¡Rarity!- se angustió enseguida y lo dejó allí mientras atravesaba el suelo de nubes de su vecindario sobre Ponyville, volando en picada en dirección hacia la boutique, observando en el camino cómo terrestres y pegasos hacían caminar o cargaban a los unicornios.

Llegando enseguida a la boutique, encontró la puerta abierta y empezó a llamarla, sin respuesta alguna.

-La habrán llevado...- pensó en voz alta y salió de la boutique.

-¡Dashie!- escuchó el chillido grito de Pinkie Pie quien repentinamente se apareció aterrizando sobre su lomo, cabalgándola. La terrestre le sujetó la cara y se la hizo virar hacia atrás con incomodidad -. ¡Ya Rarity fue llevada al hospital como los demás unicornios! ¡Es una locura allí!

-¡Ya hicimos llegar a la familia Springs!- anunció Applejack dejando atrás a Bicmac, quien se puso de soporte para un unicornio que era ayudado del otro extremo por Cheerilee.

-¿Y Twili…?- decía Rainbow mientras la veía acercar con ella y Pinkie.

-Tardará en llegar- contestó la fiestera con sus cejas fruncidas -. Y Fluttershy no quiere salir de su casa.

-¿Qué?- preguntó torciendo el gesto pero entonces rodó los ojos -. No me digas que…

-Tiene miedo- corearon las tres.

-Te esperábamos para ver si contigo cambia de opinión- exclamó la vaquera -. Ya sabes, ella atina contigo y tú con ella. Clavó tablas en su puerta y ventanas desde adentro.

Rainbow lanzó un suspiro.

-Vamos a ver a esa pegaso- dijo para tomar vuelo y las otras dos corrieran tras ella.

-¡Váyanse!- fue el grito quebrado del miedo de la tímida pony que recibió a las tres una vez llegando a la puerta de la cabaña.

-¡Fluttershy, vamos!- decía Rainbow Dash.

-¡No saldré nunca de casa! ¡Aquí estoy segura, gracias!

-Pero nuestro pueblo nos necesita. Los unicornios nos necesitan. Son nuestros vecinos, amigos…y entre ellos están Rarity. ¿En serio dejarás que el miedo te haga egoísta con los nuestros?

-N-no- se escuchó con la voz sólo un poco más calmada, aun podía oírse tensa y nerviosa. -. ¡Pero la explosión fue horripilante!- se volvió a alterar -. ¡Ni se diga el monstruo negro que entró al bosque Everfree! ¡En momentos así lamento vivir a orillas de allí!

-¿Monstruo negro?- se preguntaron las tres intercambiándose miradas.

-¿Qué monstruo negro?- interrogó Applejack a través de la puerta.

-¡Esto es inútil!- se quejó Rainbow desprendiéndose del piso para volar -. ¡Fluttershy ábrenos de una vez! ¡Nadie vio nada y al parecer tú sí!- se descargó para botar aire, tratando de calmarse y se asomó a una ventana -. Por favor…- pidió con suavidad entre un suave ceño y cejas curvadas. -. Tú eres más valiente que esto…y te consta.

Hubo un corto silencio, esperando las tres expectantes que se abra alguna ventana o puerta, escuchando a lo lejos algo cerrarse. Un suave puertazo.

-De acuerdo- escucharon más cerca, viendo que de a un lado de la casa, salía la pegaso.

-¿A nadie se le ocurrió revisar la puerta trasera?- ironizó la vaquera con sequedad para acercarse hacia la pegaso amarilla, que caminaba despacio y encorvada, con sus cejas curvadas y ojos aguados, decorando el miedo de su rostro, mordiéndose el labio inferior.

-Fluttershy…- exclamó Rainbow posándose junto a ella y rodearla con una pata para confortarla y darle seguridad -. ¿Qué fue lo que viste?

-Bue-bueno- titubeó -. Yo estaba preparándome para dormir y fui a revisar el gallinero antes, cu-cuando ¡Se escuchó la explosión!- levantó la voz al final cerrando sus ojos con fuerza y agitando la cabeza -. Me asusté mucho, y como si fuera poco una cosa negra se precipitó por el bosque con una neblina negra, desapareciendo casi al acto. Entonces grité y corrí a mi casa para estar a salvo. Hasta los animales se espantaron y está mi casa invadida por ellos.

-Entonces…¿"Eso" está en el bosque Everfree?- se preguntó Pinkie Pie y todas miraron con rostro crispado hacia la espesa oscuridad del bosque.

-Pues más vale ir a investigar, ¿no?- exclamó Rainbow Dash, haciendo que Fluttershy se apartara de su abrazo con un nuevo temblor en su cuerpo.

-¡¿Qué?! ¡No! ¡No podemos ir!- reclamó la pegaso amarilla de nuevo alarmada -. ¡No pueden ir! ¡¿Qué si nos devora enteras?!

-¡Y escupiría nuestros esqueletos para usar nuestros huesos de palillos y quitar lo que quede de nosotras entre sus dientes!- aportó Pinkie en un grito.

-¡Aaahh!- se espantó la pegaso en un fino grito, precipitándose a la puerta de su casa, olvidando por el miedo que estaba cerrada con tablas clavadas y se estrelló contra la madera.

-¿Era necesario eso?- se quejó Rainbow a la fiestera.

-¡Pues si fuera un monstruo lo haría!- exclamó la rosada con real preocupación. -. ¡Tampoco quiero ser bocadillo de medianoche de nadie!- chilló en lamento sacudiéndola con demasía.

-Ok, basta ¡Concentrémonos!- pidió Applejack invocando la seriedad mientras Fluttershy la miraba acariciándose la cabeza por el golpe y Pinkie soltaba a Rainbow, haciéndola caer al suelo -. Si lo que provocó los malestares de los unicornios está en el Bosque Everfree y espantó a los animales, es porque no sólo dejó las cosas con esa ventisca. ¿Para qué más se molestaría entrar allí? Pues recuerden qué está dentro del bosque- dijo para mirar fijamente los ojos de sus amigas -. El árbol de la armonía.

Las tres aspiraron con diferentes amonestaciones de alarma.

-¡Es verdad! ¿Tú crees…?- decía Rainbow levantando vuelo inclinándose a ella.

-Es una suposición que no me arriesgaría a dejar por alto- exclamó expresando lástima de la realidad de sus ideas.

-Hay que avisarle a la Princesa Luna- exclamó Pinkie Pie.

-Ella partió a cerciorar si otro pueblo está afectado. Apenas la Princesa Celestia está notificada con la carta que Spike hizo enviar. Por eso la alcaldesa está al mando de la situación mientras tanto.

-¿Y Twilight ya habrá llegado?- preguntó con urgencia Rainbow.

-Spike ya nos habría dicho o estaríamos con ella si así fuese. Él está en la Sala del espejo de vigilia.

-Entonces… ¿debemos cruzar el bosque nosotras, solas?- dudó Fluttershy.

-Tenemos el Rainbow Power de nuestro lado- trató de confortarla Rainbow Dash. -. Si las cosas se ponen difíciles, podemos contar con él- aseguró.

-Pero…no está Twilight, ni Rarity, y funciona cuando estamos juntas, ¿Qué si no se activa?- recordó, haciendo que las demás desplomaran las cejas de preocupación.

-Pues…no es el primer riesgo que corremos- exclamó Applejack, tratando de levantar la seguridad.

-Y…no es la primera vez que cruzamos el bosque Everfree para aventurarnos- agregó Rainbow.

-¡Y siempre salimos airosas de él si estamos unidas!- fue optimista Pinkie Pie con una sonrisa ancha, contagiando una curva suave en los labios de las demás, ganando fortaleza.

-Y todo, por Equestria- dijo la vaquera para poner un casco enfrente.

-Por Equestria- exclamó Rainbow, colocando un casco sobre el de la terrestre.

-¡Por Equestria!- chilló Pinkie asimismo poniendo su casco sobre el de sus amigas, y con ellas, mirar a Fluttershy, quien miró a cada una con duda pero al final, botó aire y levantó con suavidad su casco para ponerle sobre el de las demás.

-Por Equestria- aseguró levantando una corta sonrisa, compartiendo la determinación y valor reflejado en el rostro de las demás.

Celestia había estado con Trixie Lulamoon cuando recibió la carta, o más bien, estaba con Shadow. Apenas notificada de la emergencia, Celestia respingó alerta. No sólo por lo que sucedía en Ponyville, sino la idea de que pasara esa extraña epidemia en toda Equestria, y ella estaba en Canterlot, la ciudad en la que la raza dominante de su población, son los unicornios. Por lo que salió de la carreta para contemplar una ciudad fantasma, con los pocos unicornios que aun pasaban por allí, llevándose un casco a la cabeza y con lerdo andar, mismo síntomas que describió su hermana en la carta.

-Esto es… ¿Qué es esto?- exclamó Shadow en el cuerpo de la unicornio Trixie Lulamoon, caminando tras Celestia.

-Ha afectado a Canterlot también…tal vez toda Equestria- se dijo a sí misma para mirar a esa unicornio firme y de pie -. Todos los unicornios están inestables físicamente… a excepción de ti.

-¿Ahm?- dudó mirándose a sí misma.

-Y no me ha afectado a mí ni a Luna. No afecta a la magia alicornio- intuyó arrugando la frente, desconcertada -. Y no le afectó a Trixie Lulamoon, porque tú estás allí. Tú castigo fue separarte de tu forma física. Conservaste tu magia alicornio en tu alma atrapada en el rubí del amuleto.

-Pero mi magia está en el rubí- le recordó con amargura pero cayendo en cuenta -. Si está en el rubí, ¿Entonces por qué protegí a la unicornio? ¿Será…?- la miró -. ¿Será que…?

-¿Qué algo conservas de tu magia?- se preguntó -. No lo sé, Shadow, y no es momento para eso. Mis súbditos están desbastándose con la afectación a los unicornios. Debo hacer algo pronto pero ya.

-Entonces no quieres que continúe el cuento- tentó ella suavizando una sonrisa alta -. ¡Oh cierto! Apenas empezaba, ¿cierto? Qué lástima, Celestia- canturreó con cinismo.

-Tú insensibilidad a la situación me desagrada y decepciona- le dijo con una mirada severa sobre ella -. Realmente nunca te importó ellos, ¿cierto?

-Equestria estaba bien con nosotras dos solas- refunfuñó con amargura entre dientes. Celestia le frunció el ceño ante su actitud egoísta.

-Vamos.

-¿Disculpa?- dudó enarcándole una ceja con los ojos carmesí de vuelta a ella.

-Shadow…- la nombró suavizando más su voz y su mirada -. ¿Quieres que seamos los dos? Seamos las dos. Sería espléndido si nos ayudas en esta nueva calamidad.

Shadow le mantuvo la mirada, para fruncirle severamente el ceño.

-Eres una idiota- le dijo con pesadez y Celestia no se alteró ante el insulto -. Tú sabías, que en Equestria siempre habitaría amenazas y aun así, dejaste que esos invasores se quedaran. Pues bravo, Solecito. Prueba el desagradable sabor de tus necedades en toda tu longeva vida, lo que te quede de ella.

-Shadow…te necesito…- se limitó en decirle.

-Por supuesto que no. Ya tienes a tu linda y queridísima hermanita Luna- se burló con fastidio. -. Tienes a la Princesa Cupido y la de la amistad- levantó una comisura -. Me encantaría encontrarme a ésa y desearla buena suerte. Claro, después de contarle todo lo que le has estado ocultan…

-¡Shadow!- la nombró con sus cejas fruncidas, de nuevo severa.

-Adiós, Celestia- se asqueó rodando los ojos, los cuales al segundo, se volvieron rosas oscuros de nuevo, regresando a Trixie el control de su cuerpo. -. Princesa Celestia, ¿Qué…?

-Te lo resumiré en el camino, Trixie- suspiró por la actitud de Shadow -. Pero por ahora, debes acompañarme, por favor.

-¡¿Pide la ayuda de Trrrrixie?! ¡Ja! ¡Lo sabía! ¡Sabía que esto algún día pasaría!- triunfó con sonrisa confiada pero ante la seriedad del rostro de Celestia, paró -. ¿Qué ocurre?

-Es lo que debo averiguar…

-¡No dejen ninguna casa sin revisar!- exclamó Luna en New Potropolis, el siguiente pueblo más cercano a Ponyville.

Luna había alertado a la autoridad de aquel pueblo y empezaron en marcha a ayudar a los unicornios e inspeccionar sus casas para aquellos en el que habitaban solamente esa raza.

-¡Princesa, ¿Por qué está sucediendo esto?!- preguntó una terrestre atajándole en el camino.

-Al momento no puedo asegurar el motivo de este lamentable suceso pero ya mi hermana está notificada para que nos ayude a averiguarlo y movilice la guardia- le dijo, la misma respuesta que había estado dando a todo aquel que le preguntaba, pero entonces Luna torció el gesto en molestia.

-Princesa, ¿Está bien?- se apresuró en preguntar, agrandando los ojos -. ¿Le estará afectando a usted?

-Estoy bien. No se preocupe- trató de calmarla con una forzada sonrisa que camuflaba seguridad.

Cuando en realidad, Luna sí empezaba a sentir su cuerpo extraño. La mezcla de voces le tonteaba un poco la cabeza y sentía muy pesadas sus patas. No. Se negaba a sentirse mal, a que le esté afectando también. Se movió saliéndosele un parpadear lento y miró el cielo, apresurando en su mente la llegada de su hermana, que deseaba se encontrara bien.

Un pequeño balbuceo salió de su boca mientras volvía en sí en… ¿Dónde estaba?

Percibía un calor en el ambiente, también un olor a… ¿Quemado?

Applejack sentía su cabeza muy pesada, como un ardor en su pecho, producto del estar respirando humo. Quería moverse pero, no podía. Echada en el piso, trataba de que sus brazos y piernas le respondieran pero era como si algo se lo impedía.

Parpadeó varias veces, tratando de reconocer donde estaba mientras intentaba levantarse del piso, consiguiendo ver con dificultad entre la oscuridad, algunas mesas de trabajos, tubos de ensayo y frascos de vidrios. Estaba…¿En el laboratorio de química?

Ahora que recuerda, estaba buscando a Sunset. Ella y Fluttershy se habían dividido para acelerar la búsqueda. Recorría los pasillos del primer piso, los salones, cuando todo se puso negro.

Se esforzó más en moverse, pero en serio algo…grueso, sentía que la enredaba en ella, impidiéndole moverse con libertad, dejándola incapacitada de mover sus extremidades. Aún estaba algo tonteada por...¿el golpe? Sí, debe ser, pues le dolía la parte baja de la cabeza. ¿Entonces alguien la atacó y la amarró? Tenía sentido por cómo se encontraba, pero uno muy poco de saber quién pudo haberla ataca…

Se cortó su concentración ante la deducción cuando escuchó un pupitre moverse. ¿No estaba sola? Forzó su vista entre la negrura de la noche cubriendo el salón como el del humo…¡Humo! ¡Sí, era humo! ¿Un…incendio? ¿Había un incendio? Cada vez su cabeza parecía concentrarse más en la realidad del presente, tomando en cuenta el peligro real en el que estaba, aunque confundida, Applejack no quiso tomar riesgo y se empezó a mover más para tratar de zafarse, pero al moverse sentía pequeños filos lastimándola, cuando escuchó pequeños pasos en otro extremo del salón.

-¿Quién está? ¿Sunset?- se aventuró preguntar mientras forzaba liberarse pero se detuvo de golpe, incrédula al escuchar un llanto. Uno infantil. ¿Un niño? ¿Había un niño allí dentro con ella? Calló y no se movía para prestar más atención al sonido que escuchaba. Sí, era un llanto e hipar pueril -. Hey…- lo llamó con suavidad y la calidez que pudo sacar ante la confusión de todo lo que pasaba -. Hey, no…no te asustes, tranquilo. No te lastimaré- agregó con gentileza para ganarse su confianza -. ¿Te hicieron daño, Dulzura? ¿Puedes…acercarte a mí? Ven conmigo. Hagámonos compañía, ¿sí?

No recibió respuesta, sólo siguió escuchando ese lamentoso llanto que en serio le estaba conmoviendo el corazón, pero así mismo, escuchaba unos pasos cohibidos, cada vez más fuertes por el estar acercándose. Cuando Applejack vio la pequeña y delicada silueta acercarse, suavizó una sonrisa y una expresión amable para recibirlo, podría desatarla, pero en cuanto más tomaba forma a lo que se acercaba, la rubia desdibujaba la sonrisa, curvando sus cejas y sentir cómo la sangre huía de su cabeza hasta sus pies, enfriándole repentinamente el cuerpo.

-"Hola, Applejack. ¿Sabes? Tu nombre es muy bonito- aludió con una sonrisa una mujer -. Applejack- pronunció.

-Gracias- contestó la niña con voz frágil, de aspecto delicado, pálida, que hacía que las pecas que cubrían sus mejillas y nariz sobresalieran más, restregándose las manos entre sí.

-Dime, Applejack, ¿Por qué crees que estás aquí?

-Por…porque…- contestó casi imperceptible -. Papá y mamá no…no están más conmigo.

La pequeña rubia no miraba fijamente a la doctora. Sus ansiosos y brillantes ojos verdes miraban las paredes, estantes, cuadros y piso, toda a la vez, con ese movimiento monótono en las manos y movía ambos pies en muestra de ansiedad. Parecía muy distraída.

-Applejack…- la llamó con suavidad y comprensión.

-¿Puedo usar el baño?- preguntó, al fin mirándola, pero con las cejas curvadas y una expresión ansiosa en sus ojos.

-Hace menos de diez minutos me pediste antes de empezar a charlar- le recordó viendo cómo la niña cada vez restregaba más fuerte las manos -. Dime, ¿Por qué quieres entrar de nuevo al baño?

-Yo…- dudó mirando a un lado, empezando a hiperventilar.

-Cariño, tranquila.

-…tengo las manos sucias- contestó.

-¿Sucias?- le preguntó amable, mirando que sus manos estaban pulcras -. ¿Sucias de qué?- interrogó y escuchó que su hiperventilación se aceleraba a la vez que sus cejas se curvaban más.

-De…de…- calló, con la mirada en punto vacío de la habitación -…sangre".

¡No, NO, no, no!

Applejack se sentía en un Dejá Vu, hiperventilando, con esa inhalación y exhalación agitada saliendo de su boca que no podía detener, sintiendo sus manos sucias, muy sucias.

Hacia tanto que no se sentía así.

Hacia tanto que no le daba un ataque de ansiedad.

Hacía tanto que no había liberado ese recuerdo, junto con…ese dolor filoso recorriéndole el cuerpo como si de un veneno se tratara. Porque siempre lo había evitado. Siempre buscaba la manera de evitar hablar de ello. Alguien le preguntaba y ella se negaba a hablarlo. Porque si lo ignoras, no sientes.

¿Cierto?

¡No, NO, no, no!

Su corazón latía agitado, descontrolado; viendo a esa niña frente suyo con ropa manchada de sangre al igual que sus pequeñas manos abiertas hacia ella, aun llorándole, cómo esperando algo de ella, suplicándole con la mirada entre sus jadeos y mejillas húmedas de lágrimas, con su pechito subiendo y bajando entre el hipar de su llanto.

Applejack no podía moverse, había olvidado cómo hacerlo, sintiendo tortuosamente ese dolor concentrado carcomiéndole desde adentro, muy adentro mientras se aceleraba su hiperventilación, el ritmo de su corazón enloquecido que parecía escucharlo en su cabeza, sintiendo una tortuosa angustia, desesperación y rabia, mucha rabia, sin darse cuenta, que ramas verdosas con espinas que brotaban de su espalda, continuaban serpenteando alrededor de ella, empezando a enredarla más el cuerpo.

El golpe fue seco. Así. Paf. Cayó como si fuera…una cosa que desecharon. Le dolió la boca del estómago y la quijada al aterrizar al suelo, pero el dolor que le cubría toda su esencia amortiguó su caída.

-¡Twilight, ¿Estás bien? por fin has llegado!- escuchó la voz ansiosa de Spike.

Pero la alicornio le hizo caso omiso, tratando de ponerse en pie mientras sentía aun su cuello envuelto en ese agarre brusco que le había impedido respirar.

-¿Dónde está Sunset?- le interrogó viéndola erguirse -. Oh, no la trajiste contigo por lo que sucede, ¿cierto?- se aventuró -. Sí, es mejor así, creo que está bien con sus amigas de ese mundo, tenía mejorado su humor cuando se arreglaban y partieron. ¡Ahora vamos! Ya te están esperan…- decía mientras le agarraba de un casco, y todo el cuerpo de Twilight se sacudió, como si una corriente eléctrica le recorriera entera.

-¡No me toques!- habló al fin con su voz alta y agresiva, apartándole el casco y dibujándole un ceño bien marcado entre sus cejas.

-Ah…- dudó el dragón arrugando la frente -. De…acuerdo- parpadeó -. Twilight, ¿Estás bien?- interrogó viéndola mejor con esos movimientos mecánicos, sus ojos de algún modo más allá que acá y su rostro estirado y duro. -. ¿Pasó algo allá? ¿Con Sunset?

-¿Lo dejaste cruzar?- le preguntó escupiéndosele, con una actitud impaciente como defensiva.

-¿Ah? ¿A quién?

-¡No es hora de tus tonterías! ¡¿Lo dejaste pasar?!- le alzó la voz, más que pregunta, parecía un reproche, un reclamo, y su cuerpo empezó a temblar de la desesperación.

-¡No he dejado pasar a nadie!- le contestó curvando las cejas por la manera en que lo trataba -. ¿Debí hacerlo? ¿A quién? ¿Hice algo mal?

-¡Moon White cruzó el espejo!- explotó y se le salió un gesto de dolor emocional, sintiendo cómo la lengua se le caía por el solo nombrarlo -. ¡Él entró! ¿Y no te diste cuenta? ¡Se supone que cuidas del espejo mientras estoy fuera!

-¡No lo hiciste esta vez! ¡Dijiste que no volverías hasta tarde y que no importaba!- le recordó angustiado que ofendido, pues no reconocía a Twilight en ese estado tan fuera de sí y no era de sus neurosis.

-¡Pues debiste hacerlo!

-¡¿Me estás echando la culpa de algo?!

-¡No!

-¿Entonces?

-¡Spike, déjame!- reprochó dándole la espalda apretando los ojos y pasando un casco en su ya melena desbaratada de su peinado. Gruñó con profundidad concentrando su ceño -. ¡Tan sólo déjame!- bramó mientras revolvía su melena violentamente con sus cascos, destruyendo por completo su peinado.

Se arrancó el vestido de forma agresiva, con un gruñido tras otro, pasándole por la cabeza escenas entrecortadas de todo lo que había pasado, recordar la pesadilla, esa oscuridad, esa mirada y esa violencia contra ella, mezclándose con sus encuentros, sus charlas, el viaje el tren a Ponyville, el acompañarlo a cruzar el portal, sus risas, sus miradas, el abrazo, el helado, el baile, el beso . Aquellos momentos que atesoraba, ahora carecían de sentido, se habían ensuciado. Lanzó otro gruñido explotando en un repentino llanto, con su respiración agitada por toda la rabieta que descargó en sacarse la prenda.

Alzó la mirada y vio su reflejo en el espejo del portal, viendo su melena desmarañada y enredada, su rostro sudoroso con el maquillaje corrido, sus ojos violetas enrojecidos de llorar con violencia y su pelaje desarreglado, realmente viéndose cómo se sentía por dentro; destruida, hecha pedazos, sintiéndose tan humillada, golpeada, desmembrada.

Cadence había dicho que el amor era también dolor.

Pero no dijo que dolería insoportablemente demasiado, en especial cuando tu amor deja de ser lo que fue lo que te enamoró, hiriéndote no sólo el corazón a propósito, sino destruyendo todo lo que te importaba y también amabas.

-Twilight…- la nombró el dragón, sin haber querido intervenir en su arranque, viéndola cómo se miraba al espejo y aún seguía llorando agitada -. Nunca…te he visto así- sinceró con mucho pesar y se pasó una garra a sus ojos, sintiendo tanto dolor verla así -. ¿Qué…qué pasó allá?- preguntó con suavidad y se posó a su lado, esta vez ella permitiéndole que la tocara, abrazándose él a una pata delantera.

-Spike…lo siento…- le jadeó, posando la cabeza sobre la suya, tratando de confortarse -. Lo siento…- repitió descomponiéndole el rostro de nuevo, en un llanto.

Se abrazaron, formando un silencio en la Sala. El calor del cariño del dragón empezaba a tranquilizarla, pero sólo algo minúsculo, pero de todas formas ella empezó a concentrarse para no volverse a quebrar y concentrarse, para poder pensar con más claridad, buscando un lugar dentro de su ser, dónde abandonar todo ese ardor del dolor para que no la consumiera más, porque le estaba haciendo perder tiempo y cordura que debía mantener para esta nueva amenaza.

Estuvieron así unos minutos, dejando el dragón que se tranquilizara para que pudiera saber a ciencia cierta lo que pasaba, de todas formas, en esas condiciones no podría atender lo que ocurría aquí.

Twilight lanzó un profundo suspiro para romper el silencio, aun percibiendo el ardor pero decidida a ignorarlo para concentrarse en lo que consideraba más importante; Equestria.

¿Querían que aprendiera a no dejarse ceder por sus sentimientos en su rol como Princesa? Pues perfecto. Ya estaba curada.

-Me daré un baño de dos minutos- le dijo con voz más firme mientras desarmaba el abrazo y se pasaba los cascos a las lágrimas secas de su rostro, Spike se hizo a un lado aun con su frente arrugada, mirándole esa nueva seriedad -y pondré al tanto de todo.

-Pero no sabemos lo que está pasando.

Twilight levantó la mirada al espejo, mirándose aun como un desecho, pero sus ojos eran fijos y determinados, empezando a cambiar su semblante en un ceño lleno de temple.

-Yo sí- aseguró con seguridad, para parpadear admirada, cayendo recién en cuenta de algo ahora más tranquila -. ¿Por qué…el espejo no está brillando?

La mayoría de las personas no han tenido la experiencia de hallarse ante una situación de peligro inminente, las personas pueden tomar decisiones que incrementan al peligro para ellas y también para los demás. Así, los comportamientos que se producen van desde una actitud de calma hasta un verdadero pánico.

Los simulacros de emergencia jamás llegarán a retratar tal cual frente a un siniestro. Siempre habrá alguien, por no decir mayoría, que no toman con seriedad este tipo de prevenciones en caso de peligro, porque piensan que eso le pasa a los demás.

Nunca a ellos.

Pero cuando esto ocurre, parece un hecho constatado en la historia de los grandes siniestros que el miedo a morir ha causado muchas más víctimas que el siniestro mismo. El pánico ocasiona más daños y víctimas que la catástrofe en sí.

Es lo que ocurría en Canterlot High.

La desesperación y pavor que provocó una estampida humana que salió despavorida del gimnasio con un coro de gritos que se volvieron a alzar, mezclándose, confundiéndose, altos, guturales, saliendo violentas de las gargantas y agitando la respiración y entorpeciendo la mente, al ver cómo ese hermoso "monstruo" de fuego elevó sus manos mientras se cargaban de fuego y sean lanzadas entre ellos, con el fin de atacar a dos de sus compañeras de clases, que mientras el resto huían controlados por el pánico, pocos fueron los que vieron cómo sincronizadas, Bonbon y Golden, que habían estado inclinadas todo momento durante el monólogo amenazante de Sunset, se hicieron bolita, se expulsaron y rodaron cada una a los lados diferentes de ellas, separándolas, pero evitando que les caiga encima la bola de fuego.

O al menos una de las dos, pues el fuego alcanzó a saltar sobre la falda de vestido de Bonbon.

-¡Drops!- llamó Golden frenando su carrera y regresarse al ver cómo la falda del vestido de Bonbon empezaba a consumirse, con ella tratando de apagarlo tirándose al suelo.

Golden corrió en su ayuda, aunque le costara la vida en ello.

Porque ella, era como una extremidad más.

Era como su sombra.

Era su reflejo.

Parecían compartir una misma vena, un mismo corazón, una misma mente.

Una misma sensación.

La manera en la que la sentía dentro de sus venas, en cómo leía sus intenciones.

Eran un alma desnuda. Eran una sola mente. Eran su complemento.

Eran un todo.

Eran una.

Así que dejarla a su suerte, no era opción.

Los compañeros entre los agentes, eran simples herramientas. Pero desde el principio, ellas rompieron esa regla convirtiéndose en algo más fuerte y valioso que no tenía nombre y no había que etiquetarlo. Simplemente si las dos entraban, las dos salían; una filosofía que sólo ellas le verían sentido.

-¡Bonbon…!- jadeó Rainbow Dash, que se había quedado con Rarity.

-¡Sunset, detenlo, detenlo!- suplicó la modista refiriéndose al fuego, pues nada podría apagarlo si no es por mando de Sunset. Pero no recibió más que una mirada desinteresada entre la satisfacción de su rostro de lo que ocurría.

La modista miró lo que estaba más cerca y se encontró un mantel de una mesa que había sido derribada al suelo.

-¡El mantel!- le dijo a Rainbow y lo tomaron, para ir corriendo a la par que iría Golden hacia Bonbon.

Sunset se sonrió con suficiencia, disfrutando su obra y dejar llegar las tres hacia Bonbon, que sentía cómo la pelinaranja le rompía el borde del cierre de la espalda del vestido, ayudándola con Rarity a sacar la prenda que se incendiaba antes de que le tocara piel y le lanzara a los hombros el mantel para taparle su piel expuesta en bragas y brasier strapples.

Una profunda risa gorgoteaba desde la garganta de Sunset, en serio, encontrando divertido cada cosa de lo que lo veía, paseando en un círculo invisible con sus llamas moviéndose con ella. Con toda la rapidez que pasaba todo esto, movió sus brazos en una amonestación de atacarlas de nuevo.

-¡Espera, detente, DETENTE, por favor, POR FAVOR!- suplicó una voz en un grito que le hizo levantar la cabeza a Sunset a la par que detenía la intención de aquel fuego, para cierto alivio temporal para sus objetivos, al mirar a Hearstrings.

-¡Lyra! ¡Bonbon!- llamó Derpy mientras era halada por Whooves entre el gentío, pero entre sus curvadas cejas, los ojos azules del joven se vio en demasiada desventaja y vio la mano de su novia sostenida entre la fuerza de la suya.

Whooves sintió cómo le ardían los ojos y se le rompía el alma en dar una última mirada a su buen par de amigas y obligar a Derpy a abandonar el gimnasio por su seguridad mientras con la mano que le temblaba sacaba el celular de su bolsillo. "911 ¿Cuál es su emergencia?".

Sunset dejó que la masa de estudiantes se fueran, con su mirada concentrada, viendo a Lyra Hearstrings de pie a metros separada de ella, habiendo frenado su huida del gimnasio.

Contempló con fascinación su rostro marcado por la angustia y el miedo, con sus manos que le temblaban a la altura del corazón, mirando con los ojos temblándoles a Sunset, tirando miradas en donde estaba Bonbon.

-¡Lyra, vete!- logró gritar Bonbon.

-Por favor…- se le quebró la voz a Lyra, temiendo por su seguridad, olvidando la suya.

-¿Por qué me detendría?- se divirtió preguntar Sunset sonriéndole cínicamente con sus ojos empañados de esa extraña expresión de regocijo, inyectándosele como adrenalina la agitación de Lyra, con su pecho subiendo y bajando agresivamente. -. Dame una buena respuesta, Heartstrings. En serio. Quiero oírte- la motivó con un perturbado sentido del humor.

-Sunset…- decía Rarity pero Sunset le advirtió con la mirada.

-Dije… Heartstrings…- repitió con dureza y como quien no quiere la cosa, movió su mano lanzándole una estela de fuego que Rarity retrocedió hasta caer de espaldas, aterrizando el fuego a pocos centímetros de ella -. Escuchémosla- ordenó mientras devolvía con pasividad su atención en Lyra para sonreírse cambiando repentinamente su semblante -. Te escucho.

-Por…porque…- decía sintiendo que se ahogaba de la desesperación, mirando a Bonbon que no se movía de donde estaba con Golden, Rarity y Rainbow, mostrándose cierta desesperación de aun mantenerse ahí con esa impredecible Sunset tan cerca, pero Bonbon no se iría sin Lyra, y Golden no se iría sin Bonbon.

Lyra no tenía tiempo para titubear, no si la vida de Bonbon corría en riesgo. Tomó una bocanada de aire y cerró los ojos para gritar.

-¡Porque la quiero!- levantó el rostro con determinación y un ceño seguro con sus ojos fijos sobre los cyan, aunque su voz aun sonaba tensa -. ¡La quiero y significa mucho para mí, es…es…mi confidente, me entiende y es incondicional y leal. No importa cuánta antipatía muestre hacia todos y todo, ella es incondicional y leal por cualquiera de ellos al igual que conmigo!- hizo una muy pequeña pausa para mirar hacia donde estaba Trixie, atrapada en las llamas del anillo de fuego, quien se mostraba indefensa, realmente sin saber qué hacer con una expresión torturada y sus lágrimas le rodaban por las mejillas resistiendo con dificultad el ardor de la carne de su mano ante la quemada que se ganó en solo tocar el hombro de Sunset -. ¡Y tú…tú sabes eso!- se atrevió a decir con seguridad devolviendo su mirada en ella -. ¡Tú sientes eso, Sunset, lo sé…lo vi esta noche, lo veo cuando estás…cuando estás con Las Rainbooms, y en especial con Trixie!- le exclamó y Sunset desprendió su sonrisa, cubriéndole una perturbadora seriedad en su mirada y semblante, deslizando sus ojos inexpresivos hacia donde se hallaba Lulamoon mientras Lyra seguía hablando -. ¡Así que por ese cariño incondicional y único que…que coincidimos, por favor, por favor, detén esta locura sin sentido! - le gritó, resistiendo que el miedo controlara sus movimientos.

-Sunset…- intervino Rainbow tragando fuerte saliva, pero aunque le habló, ella no movió su mirada -. Recuerda esta noche. Nuestra felicidad al estar juntas de nuevo, de compartir. Eras feliz sin necesidad de ser…"esto"- agregó mirando su cuerpo fúlgido y sus llamas, hermosas pero peligrosas e intimidantes -. No queremos perder eso. No…no queremos perderte a ti.

-Te queremos de vuelta- agregó Rarity con cuidado pero con seguridad -. Eres una de nosotras y Las Rainbooms jamás serán lo mismo, sin ti. Por favor…detente.

Las cinco miraron esa línea que formaron los labios de Sunset, quien aún mantenía la mirada hacia Trixie, en un inquieto silencio con los ojos expectantes de Lyra, Bonbon, Golden, Rarity y Rainbow, hasta la propia Trixie, sin perder el sentido alerta en sus cuerpos y mente.

Hasta que Sunset parpadeó llevando sus ojos hacia Heartstrings con cierta decepción.

-Respuesta equivocada- le dijo con sequedad entrecerrándole los ojos y todo pasó demasiado rápido.

El pánico era tal en Canterlot High, que entre ellos se daban empujones mientras huían entre los pasillos del edificio, forzando sus piernas a que se muevan con la mayor velocidad posible, más de lo que podían, provocando tropezones y resbalones, peor que todos estaban empapados del agua por las regaderas de emergencia.

Aun podían sentir el calor de esa mirada llena de oscuridad y desprecio de sus ojos cyan entre el resplandor casi cegador que emanaba de su cuerpo, en un rostro que expresaba el cuán poco les importaba su seguridad, sus vidas.

Sin embargo, al correr los pasillos para llegar hacia la salida, el cuerpo les tembló con nuevo espanto cubriéndoles enteros al ver cómo se levantaba un espeso humo negro, un intenso calor y la luz de las llamas que cubrían las paredes y piso de la infraestructura, comiéndose todo a su paso, como si tuviera vida propia.

La escuela ya se estaba incendiando antes de que Sunset llegara al gimnasio.

Les dio una falsa seguridad, porque afuera ya les esperaba un incendio avanzado.

Lloriqueos finos y aspiraciones agitadas se mezclaron mientras las piernas les reaccionaban con torpeza para moverse con rapidez hacia alguna de las salidas de la escuela.

Si no estaban obstaculizadas por el fuego.

-¡Suéltenme!- gritaba Cherry con sus brazos siendo agarrada con fuerza por Mistery. Entre la marea de gente se habían separado del resto de sus amigos -. ¡Maldición, suéltenme!- lloriqueaba exasperada. -. ¡Te odio, te odio!- le decía mezclándose la rabia en un intento de zafarse, porque no la dejó quedarse en el gimnasio, con Bonbon, arrastrándola fuera de Sunset.

-¡Basta, Cherry, basta!- le gritó Mistery entre el horror levantado que estaba pasando y la abofeteó, callándola de hecho, dejándole la cara volteada, provocando que pausaran unos segundos su andar mientras los demás le iban en ventaja -. ¡¿Qué podías hacer frente a…a…esa cosa que es Sunset?! ¡No podías hacer nada! ¡Nadie puede hacer nada! ¡Ahora trata de ser inteligente y cálmate para encontrar una salida de este infierno!- le gritó agitadamente con su respiración entrecortada, sus cejas curvadas y ojos vidriosos para sostenerle el rostro con sus manos, viéndole esa cara descompuesta por el destino de, sí, de su ex -. Lo siento, pero no voy a dejar que el pánico te mate. No pienso perderte, ¿Sí? eres…eres mi hermana, Cherry, y apenas te acabo de recuperar- le dijo con más suavidad mientras pasaba sus dedos a sus mejillas húmedas de lágrimas para soltarla.

Crash no le dijo nada y ya no impedía que la manejara el andar.

El pánico había provocado una nueva avalancha humana, causando caídas que bien algunos podían levantarse y otros que no, resistiendo las pisadas que aterrizaban sobre su cuerpo.

-¡Aaahh!- gritaba alguien que se había caído y era aplastado por la cegada multitud por huir.

-¡Tranquilo!- exclamó Flash haciéndose paso para ayudar al chico que era pisoteado.

-¡Déjenla levantar, déjenla levantar!- exclamaba hacia otro lado Cheese, intentando ayudar a una chica que a sí mismo cayó.

-¡Applejack!- gritaba Thunderlane con toda la fuerza que le daba su garganta, con su cuerpo haciéndose hacia atrás por los empujones que recibía de algunos compañeros desesperados en su camino, llamándola sin poder verla, ni a ella, ni a ninguno de sus amigos. -. ¡Applejack, por favor!- suplicaba con voz quebrada sintiendo el fuerte vidriar de sus ojos pero su voz se confundía con el resto de gritos despavoridos y el crepitar del fuego consumiendo todo a su paso. -. ¡APPLEJACK!- terminó gritando con más fuerza, con la esperanza de escucharla, de que estuviera a salvo, pero finalmente, un buen empujón de la misma desesperación lo hizo tropezar.

Caerse no era buena opción sino quería ser pisoteado hasta morir o herirlo, entonces se hizo caminar con torpeza, haciéndose a un lado hacia la pared, consiguiendo amortiguar la caída chocándose contra el muro y se sostuvo del marco de una puerta abierta.

Fue entonces que escuchó un llanto.

El joven frunció el ceño dubitativo, pues era un llanto diferente al que había estado escuchando. No era asustado, ni en pánico ni de horror. Era…acongojado, lleno de sentimiento y agudo, escuchándose infantil. No dudó más y entró al laboratorio de química. Si había alguien aquí debía sacarlo antes de que el fuego que le comía los talones llegara a esa persona.

-¡¿Hola?!- llamó adentrándose en la oscuridad de la sala -. ¡Tranquilo, te sacaré de aquí! ¿Dón…?- decía a la par que miraba hacia todos lados y quedarse helado al encontrarse con la mirada de una pequeña rubia de ojos verdes deshaciéndose en lágrimas, sucia de lo que parecía ser…-. Sangre…- susurró desconcertado para profundizar la mirada en ella pues, le parecía demasiado familiar. Torció el gesto, con incredulidad. Esas facciones, las pecas y la cálida presencia que sentía sólo por una persona-. ¿Applejack?- dudó demasiado en decir, sólo logrando que la niña apretara los ojos y agachara la cabeza, subiendo y bajando sus pequeños hombros por el hipar de su llanto. -. Okey, okey- decía con una sonrisa nerviosa como reacción a la…¡locura que estaba sucediendo! -. Calma. Tranquilo- se dijo a sí mismo, sin apartar la mirada de la niña y acercarse a ella -. Aquí…ha habido…y hay…demasiadas cosas mágicas y extrañas…así que…¿Por qué sorprenderse con esto? ¿No…? ¿No…?- trataba de convencerse mientras se acercaba a esa versión infantil de la vaquera. -. Applejack…- la llamó con suavidad y la niña levantó apenas la cabeza, con sus aguados y gastados ojos verdes dirigirse a él -. ¿Estás herida?- preguntó, en serio incrédulo de lo que estaba pasando. La niña negó con la cabeza -. Bien. Entonces…¿Por qué la san…?- no pudo completar la frase, pues sólo logró hacerla llorar más. -. ¡Lo siento, perdón, tranquila!- exclamó enseguida ya más cerca de ella, frente a frente, se acuclilló para estar a su altura y colocó sus manos sobre sus hombros, con un frío recorriéndole en que en serio tenía en frente a esa niña, si podía tocarla, o ya había enloquecido y creía tocarla también. Sí, lo segundo tiene más lógica.

Escuchó el crujido del fuego y eso lo hizo acelerar las cosas.

-Tranquila, te voy a sacar de aquí…lo que sea que seas- le exclamó para ponerse de pie y arrancar tela de su manga larga de la camisa. Siendo laboratorio de química, había un lavabo, donde mojó la prenda y le tomó las manitas para limpiarle la sangre de allí. La niña hipaba, mirando al chico limpiarle las manchas mientras le hablaba con voz gentil para distraerla de alguna forma: -. Tú, tranquila. No te pasará nada conmigo. Te lo prometo. Si estás aquí es por algo, ¿no? Digo, no soy el más listo, ni tengo idea de la magia que te conecta a ti, o bueno, a Applejack porque no sé si seas Applejack o…¡No sé qué eres!- dijo para ver sus manos ya limpias y levantar el rostro de la pequeña -. Pero de alguna forma eres ella- aseguró con una sonrisa pero la deshizo cuando la vio levantar sus manos ya limpias, para colocarla alrededor de su cabeza.

Vio una luz blanca, como el flash de una cámara y se borró su visión.

-"Puedes usar los juguetes que quieras mientras hablo con tu abuela- sonrió la psicóloga hacia Applejack en la sala de espera de su consultorio.

La niña vio la mesita redonda con muñecas, tableros, fichas y otros juguetes. Se sentó frente a él y tomó un pequeño peluche de un oso. Pero apenas escuchó la puerta cerrarse, aventó el muñeco y corrió al pie de la puerta, pegando su oído a la madera para escuchar lo que hablarían de ella.

-Había riña por tierras- dialogaba la abuela Smith frente a la psicóloga -. Gente ambiciosa y mala querían una gran parte de nuestras hectáreas y estaban jugando sucio con sus elegantes abogados. Crow Happy era un hombre noble pero terco. Nunca hizo caso a las amenazas, dejándolas pasar. Apple Sweet, mi hija, estaba muy angustiada por las amenazas de muerte, y contra la voluntad de mi nuero, puso la denuncia contra esos ricachones- hizo una pausa mientras la niña empezaba a agitarse, pues a su corta edad, nadie le había contado la historia tras lo que sucedió -. Yo estaba cuidando de Applebloom, apenas de meses, y Bicmac salía a las dos de la tarde de la escuela. Applejack por estar en kínder, salía al mediodía y ambos fueron a recogerla- otra pausa por luchar con las lágrimas -. Yo…recibí una llamada. Era un desconocido…un policía…él…m-me dijo que…- rompió en llanto -…que habían disparado contra la camioneta en la que iban mi hijo y su esposa. Applejack estaba con ellos, pero no recibió ni una bala, porque tenía la costumbre de ocultarse en a parte de abajo del asiento del copiloto jugando al "topo" con su madre, quien sentada allí, hacía salir al "topo" con cosquillas- tomó aire, secándose las lágrimas de prisa -. Ver a mi pequeña manzanita…de apenas seis años…con su bonito uniforme escolar…manchado…de la sangre de sus padres- sacudió la cabeza, tirando otra tanda de lágrimas -. No ha llorado, doctora. Está como ida, bloqueada, no responde mis llamados y se irrita si nos acercamos, haciendo berrinches, apartándose de todos. No sé qué hacer para tenerla de vuelta. Se para a cada rato al baño a lavarse las manos y tiene ese tic nervioso de restregárselas.

-Tranquila- trató de calmar -. Hablé con ella y según lo que he podido ver, Applejack, tiene síndrome de estrés postraumático.

-¿Eso es grave?- se asustó, al igual que la pequeña. Sir era largo nombre, debía serlo, ¿no? -. ¿Se va recuperar? ¿Será la de antes?

-No puedo asegurar si será la de antes. Pero con el tratamiento correcto, podemos ayudarla a sobrepasar este evento traumático que ha perturbado su psiquis. Fue muy buena su reacción rápida para atenderla, señora. Muchos dejan pasar este síndrome que con el pasar de los años, va empeorando. Ha pasado cinco días de ese evento fatídico, y podemos ayudarla enseguida. Pero no sólo dependerá de mí. Su familia debe aportar mucho para su recuperación también.

-Doctora, en Los Apple, la familia siempre ha sido primero. Y ahora más que nunca, sé que puedo contar con ellos".

De nuevo la luz, recuperando la vista tras esa visión, mientras sentía cómo esas manitas se apartaban de su cabeza. Thunderlane quedó realmente sin saber cómo reaccionar o sentir, admirado mirando la apesadumbrada mirada de la niña.

-Eres… ¿Un recuerdo?- se aventuró a decir y la niña sólo asintió. -. ¿Pero cómo tomaste esa forma y…? – se calló -. Se sabe que tú…que Applejack perdió a sus padres y no hablaba del tema pero…- parpadeó varias veces -. ¿Es eso? ¿Estás aquí por…?- decía pero la niña se agitó para desviar la mirada hacia la puerta del laboratorio, donde ya empezó el humo a entrar, anunciando el avance del incendio. -. ¡Demonios!- se apresuró, buscando algo a su alrededor y de un armario donde colgaba mandiles, tomó uno -. Vamos- le dijo a la niña y la cargó en sus brazos, cubriéndola entera con el mandil para protegerla del humo y en caso de que le cayera fuego encima -. Creo…creo que sé lo que debo hacer…espero…

Como habían pensado.

Todo pasó demasiado rápido.

Simplemente se prepararon para recibir aquella cortina de fuego que se levantó en cuanto Sunset se desprendió del suelo y se mantuvo en el aire mientras conducía aquella ola de fuego que llegó sobre Bonbon, Golden, Rarity y Rainbow, pero fue amortiguada.

Un grueso muro que parecía de cristal transparente e incoloro, transmitiendo un parpadeante brillo en diferentes partes de éste, se levantó como obstáculo.

Pero al mismo tiempo, Sunset fue atacada.

Por un simple rayo mágico, que emitiría un simple unicornio. Un ataque imperceptible considerando el mayúsculo poder que tenía ella.

Fue cuando Sunset dirigió su mirada hacia Lyra de golpe, sonriéndose en alto al ver el ceño firme de la humana con sus ojos concentrados sobre ella, valerosos, amenazantes y determinados…que ahora brillaba de un aura dorada y un luminoso cuerno se formaba en su frente entre su cerquillo.

-¡Déjalas, ahora!- demandó y expandió sus brazos en alto, sin estar segura de lo que hacía pero sentía tanta energía recorriéndole que le dio cierta confianza, provocando que se levitara todo y cada una de las cosas que había en el gimnasio.

Mesas, sillas, parlantes, adornos, todo se iluminó de dorado levantándose del suelo y precipitarse hacia Sunset, que acompañada con una risa divertida se dio vueltas en el mismo sitio, realmente despreocupada mientras formaba un torbellino de fuego que dejó abrirse y se expandiera, fácilmente provocando incendiar todo lo que había levitado y salgan disparados lejos de ella.

Por otro lado, sin embargo, aquella ola de fuego que fue lanzada hacia Bonbon, Golden, Rainbow y Rarity, fue amortiguada y se evaporara por el impacto del muro de cristal que creció repentinamente del suelo.

Tanto Golden, Bonbon y Rainbow se quedaron admiradas viendo cómo Rarity estaba petrificada sí, pero todo su cuerpo se había vuelto de algo que parecía ser diamante que previamente, con un movimiento de sus brazos hacia su frente, como escudo, alzó aquel muro a la par que emanó una luz su cuerpo y fue cubierta de diamante.

Entre aun la admiración de ellas, la gema del cuerpo de Rarity empezó adherirse a ella, desvaneciéndose, dejándola iluminada fúlgidamente de blanco mientras se le daba forma un traje hecho de diamante, funcionando a la vez como armadura por su naturaleza dura, que cubrían su tronco con un strapple con un recatado escote de corazón, luciendo una gargantilla de diamante que destellaba brillante, una falda bombacha blanca con destellos brillantes se expandió en su cintura como unos guantes sólido-diamante que le cubrían hasta el codo, de mismo material que eran las botas largas que cubrían buenas partes de sus piernas. Su hermosa cabellera morada y ondulada había crecido, pero sin un moño, tampoco tenía orejas de pony, conservando las suyas de humana. Rarity estaba tan impresionada como el resto, pero la levitación y la intención de defensa de Lyra les cortó importancia a su repentina transformación.

-¡Váyanse!- le exclamó a las tres -. Puedo defender a Lyra- dijo con más atención hacia Bonbon, que le mantuvo la mirada y confió en ella, asintiendo una vez y con las otras salir de allí, acelerando su huida cuando todas los objetos que había sido lanzado hacia Sunset salieron devueltas disparados al azar e incendiados.

Mientras Rarity hacía sus primeros movimientos, ellas salían del gimnasio.

-Trixie…- exclamó Rainbow al llegar hacia ella cerca de la puerta.

-¡Estoy atrapada! ¿Qué puedo hacer?- exclamó deprisa con su rostro marcado de angustia y dolor por la quemadura que aguantaba.

-¡Tienes magia, Trixie! No sé cómo lo hizo Rarity pero concéntrate- le decía intentándolo con las llamas alzadas entre ellas en esa cárcel de fuego que estaba Trixie.

-¡No sé cómo! Es como acaba de pasar con Rarity ¡Se le da la gana de aparecer!

-Concentrémonos juntas- se determinó y miró a Golden y Bonbon -. Yo me quedo.

-Pues yo tam…- decía Bonbon.

-Ustedes no tienen magia.

-¡Tampoco Lyra y mira!- le recordó.

-¡Bonbon!- se impacientó -. Tenemos e intentaremos hacer despertar la nuestra y ustedes no la entienden. No se arriesguen si no pueden hacer nada- les exclamó con seriedad.

-¡Tú no…!

-No podemos hacer nada- le dijo Golden halándola y hacerla caminar -. No fuimos entrenadas para lidiar con monstruos de otra dimensión, Drops.

-¿Qué…me dices de un incendio?- preguntó deteniendo en seco su andar y ver ambas con los ojos bien abiertos el fuego que estaba llegando al gimnasio, habiendo consumido una gran parte de la infraestructura de la escuela.

Mientras sucedía esto, Sunset se precipitó hacia Lyra que como instinto, se llevó los brazos sobre su cabeza, pero su cuerno brilló a la par que sus manos, invocando un campo de fuerza para protegerse.

-¡Sunset, basta!- exclamó Rarity expandiendo sus manos, creando un camino de diamantes que se levantó al aire que avanzó hacia el rostro de Sunset y la golpeó, que con la velocidad con la que la emitió, el impacto fue fuerte y el suficiente para empujarla fuera de Lyra.

Sunset retuvo la forma en que fue despedida, levantando las llamas de su cabello y bordes de la falda, mirando con un profundo ceño hacia Rarity, y brotó fuego de sus manos que salió despedido girando en círculos, engrandeciéndose cada vez que se iba acercando. Lyra mantenía como podía su protección mientras Rarity pensó simplemente en protegerse y cerrando fuertemente los ojos, la cubrió una esfera traslúcida blanca y destellante que se expandió hasta Lyra, que cuando llegó el fuego, dieron un grito agudo al verlo aterrizar tan cerca de ellas pero que no alcanzó a lastimarlas por el escudo que creó la modista.

-¡Sal de allí, cobarde!- reclamó Sunset estirando y encogiendo sus brazos una y otra vez, lanzando fuego sin cesar pero el escudo era realmente resistente e inmune a su ataque.

Si su magia tenía el poder del diamante, su escudo estaba hecho de eso, por lo que era verdaderamente duro y resistente. Pero eso no impediría las intenciones de Sunset, que llegó un punto de aterrizar sobre la esfera, mirándolas a través de ella y empezó a golpear con puños incendiados.

-¡Basta, Sunset, debes parar!- le gritó Rarity manteniendo su escudo con todas sus fuerzas que aunque no parecía inmutarse a los poderes de Sunset, Rarity sentía el esfuerzo y concentración que debía mantener para conservar el escudo.

-¡Hablarle es inútil!- le gritó Lyra, mirándose las manos y sintiendo su cuerno -. Tengo magia…- se balbuceó incrédula.

-No pueden estar allí para siempre…- encaró Sunset con una risita mientras se alejaba volando hacia el techo, se precipitaba hacia el escudo y la fuerza del impacto hizo que Rarity temblara para preocupación de Lyra.

-Rarity…- la llamó con un parpadeo rápido y levantó sus manos, creando también su domo protector dorado, en un intento de reforzar más el de Rarity, aunque el suyo se veía mucho más fuerte que el suyo.

Se intercambiaron una mirada rápida para sentir el otro impacto de Sunset contra el domo, saliéndosele un quejido a Rarity y provocara que desmoronara el de Lyra, quien gimoteó por el dolor que le causó, haciéndola desplomar al suelo.

-¡Lyra!

-Estoy bien…- avisó enseguida levantándose lentamente del suelo.

Rarity frunció los labios conmovida por su intención pero con inevitable expresión de preocupación de qué atenerse, pensando rápido qué hacer y en cuanto se precipitaba Sunset de nuevo, Rarity apretó los ojos con un fuerte ceño con toda su fuerza y del mismo domo, salieron disparados brillantes versiones mágicas de los diamantes que sería su Cutie Mark, atacando masivamente con ellas a Sunset, quejándose de dolor de las filosas que eran y le cortaban piel, pudiendo hasta enterrarse en ella, enfureciéndola.

"-Flame".

Sunset gruñó con su ceño concentrado.

"-Flame".

Levantó sus manos con una enorme llama que llegó hasta el techo del gimnasio, para el pánico de todas.

"-Flame".

Un enorme caballo de fuego levantado en sus patas traseras relinchó con sus ojos endiablados, empezando a bajar la delanteras con la intención de caer al suelo, sobre donde estaban Lyra y Rarity, presas del miedo.

"-¡FLAME!"

Apenas el caballo parecía aterrizar sobre ellas, se desintegró desde la cabeza hasta los cascos que no llegó a aplastaras la masa de fuego, a la vez que lo hacía Sunset frente al desconcierto de las demás.

"¡Siempre es lo mismo contigo! ¡No puedo dejarte sola sin que pierdas el objetivo! ¡Por eso nunca funcionan tus planes! ¡Planes tontos por desesperada, acelerada, volátil, apenas sientes recuperada el control de tu cuerpo!".

Sunset se apareció dentro del bosque había tras la escuela, buscando enseguida con la mirada entre la espesa oscuridad de la noche.

-¡Dijiste que me divirtiera!- reprochó frustradísima, con sus manos abiertas y tensas a la altura de su pecho, temblándoles con la desesperación de un adicto -. ¡No sabes lo bien que disfrutaba su dolor cuando estaba por calcinarlas!- dijo casi pudiéndose mirar hacia dentro, como escarbando si aún podía percibir "su" dolor -. Era demasiado…

-Debía comprobar algo- escuchó una voz sobre ella y levantó la cabeza para verlo volando entre el aleteo de sus alas negras que se camuflaban con la oscuridad que cubría el bosque por la noche, para aterrizar a un par de metros frente suyo. -. Y te dije que no podrías dañar a Las Rainbooms- recordó para menear la mano al aire con indiferencia -. Con el resto no importa. Juega con ellos hasta que te satisfaga. Pero ellas no- levantó con lentitud las comisuras de sus labios, disfrutando el cómo se levantaba la sonrisa -. Tampoco a la nuevas que portan la magia despertada.

-No entiendo.

-Yo tampoco- contestó al ras de forma divertida para darse topes en la sien con el dedo índice -. Pero los recuerdos de lo que este tipo sabe y deduce, me está ayudando a hilar la situación en este mundo. Por eso te digo que debes ser paciente.

-El poder que tengo ahora es suficiente ¡No tengo por qué esperar!- le replicó furiosa haciendo levantar las llamas de su cabello y bordes del vestido.

-¡Pues tienes qué!- le replicó elevando la voz poniéndose estricto sobre ella, atravesándole un puñal con solo su mirada hablándole con dureza -. Tu vanidosa seguridad es lo que siempre te impide no abandonar la orilla. ¡No las subestimes!- aclaró con la barbilla endurecida y la dureza de sus ojos grisáceos aplastando ese egocentrismo de ella.

Flame le mantuvo la mirada, comiéndose sus palabras y mal resignada. Increíblemente la descontrolada criatura, siendo obediente.

-¿Y qué?- le escupió aun así ella con mala actitud-. ¿Ya te divertiste tú?

-Siempre lo hago- le contestó aun seco y con seriedad para lanzar una risa áspera mirándose la mano derecha -. Ella es divertida- dijo con voz ronca saboreando sus palabras, concentrando su mirada en la palma abierta, aun pudiendo sentir su cuello atrapado en ella. -. Por eso no pude…- sonrió esperanzador -…quiero seguir divirtiéndome…

Flame endureció la mirada moviendo de un lado a otro la quijada. Sus llamas se elevaron de nuevo.

-Creí que mantendríamos los sentimientos necesarios para sobreponernos a ellos.

-Y eso hicimos- contestó con serenidad devolviéndole la mirada.

-¿Amor?- obvió con incredulidad torciendo el gesto.

-Pues se contaminó- se limitó en contestarle empezando a caminar hacia ella -. Eso me trajo aquí y no correré el riesgo de perder el control- se detuvo al pie de ella y le ladeó la cabeza con una sonrisa en una inocencia reflejada y contrastaban con inquietud con la dureza y frialdad de sus ojos, pero conservando esa intimidación superior sobre ella. Podría decirse que se bufaba al usar el sarcasmo en esa expresión inocente ante su observación, pero era difícil descifrarlo, confundiendo la verdadera emoción e intención que expresaba -. Mientras esté aquí, no me contradigas y obedece, ¿Está bien? Ya tuviste suficiente tiempo y oportunidades. Ella no era muy fuerte y lo tuviste demasiado fácil pero tú eres inestable. ¿Tengo que obviarlo más? Así que…- rió de forma musical tocando la punta de su nariz con su dedo blanco sonriéndole de lado con esa rara expresión amigable que más bien incomodaba por lo que ocultaba atrás -. Shhh- le chitó bajando el dedo índice a sus labios.

Ella le mantuvo la mirada, quieta, con sus ojos grandes cyan suavizados por los cohibidos que se expresaban, completamente dócil que sus llamas flotaban pasivas y cortas.

-Ahora…deshazte de las llamas…

-Pero…

-Flame…- advirtió de nuevo ladeando la cabeza y arrugó la nariz entrecerrándole los ojos -. Hazlo.

Flame tenía sus ojos fijos sobre los de él, simplemente levantó el brazo derecho y lo elevó para hacerlo caer a un lado de su cuerpo. Ya estaba.

Él sonrió con satisfacción y le tomó la cabeza con ambas manos y le besó la frente, haciéndole cerrar los ojos y ella se dejó acomodar sobre su pecho, sin abrazo, sólo apoyarse sobre él, sin decir más.

-También te extrañé, Flame- contestó el gesto mirando más allá del bosque -. También te extrañé.

-¡Vamos, Cherry, rápido a la Cafetería!- exclamó Mistery corriendo junto a Cherry.

-¡Aaahh!- gritó ella cuando sintió fuertes hincones cuando algo se enredó en su tobillo.

Mistery apenas pudo reaccionar que cuando se volteó a verla, ya no estaba, o más bien, había sido halada hasta hacerla caer el suelo y fue arrastrada hacia atrás manteniendo el grito aterrado.

-¡Cherry!- gritó Mistery desconcertada y fue tras ella, viendo con pánico y el ritmo cardiaco inquietado, cómo era arrastrada directo a las llamas. -. ¡No, no, Cherry!- gritaba con la voz quebrada y los ojos le ardieron repentinamente, perdiéndole el rastro por la oscuridad que envolvía la escuela que mezclado con el humo, le dificultaba la visión, sólo escuchándole quejidos de esfuerzo de seguro de liberarse y uno que otro grito. -. ¡Cherry! ¡No me iré sin ti! ¡Cherry!- gritó con más fuerza sintiendo un enorme pavor como un fuerte sentimiento de cariño hacia ella cuando su cuerpo se sacudió en un respingo por una corriente que le recorrió el cuerpo y una luz le aclaró el pasillo donde estaba que ya ni reconocía, pero parpadeó varias veces al notar que la luz…salía de ella, en especial una más fúlgida, de su frente que al palpar, sintió un… ¿cuerno? -. ¡Cherry!- la llamó expandiendo sus manos que se alumbraron asimismo, dándole mayor iluminación y aceleró los pasos, aun desconcertada en lo que le ocurría, sólo para ver como una luz amarillo claro se precipitaba hacia ella.

-¡Regresa!- fue la voz de Cherry que escuchó a la vez que era sujetada por el brazo y…levantada.

-¡Es-estás volando!- gritó estupefacta encogiéndose las piernas y levantando la mirada hacia ella.

-¡¿Crees que no lo sé?!- exclamó tomándola mejor con ambos brazos aleteando con unas alas de plumas amarillos claros, como el color de su piel, volando cerca del tumbado-. ¡Y tú estás brillando! ¡Y Applejack intentó atacarme! ¡Ya nada puede sorprenderme! ¡Ya nada tiene sentido!

-¡¿Que Applejack qué?!- alcanzó en reaccionar cuando escuchó el sonido del restallo de un látigo.

-¡Salgan, ahora, ahora!- gritaba Brawley entre otros compañeros, sucio de negro como la gran mayoría por el humo, con un grupo grande de chicos en la salida que tenía la cocina de la Cafetería de la escuela y daba hacia el campo de césped, donde lograron salir. -. Mistery…- se dijo con suma preocupación con la esperanza de verla salir ya entre el gentío, jurando que estaba cerca de él cuando se dirigían a la Cafetería.

Se escuchaban tosidos, lloriqueos y aun voces aceleradas del miedo, algunos no queriendo quedarse allí y dirigirse lejos de la escuela. Whooves sintió la mano de Derpy en la suya y cómo lo abrazaba. Él le devolvió el abrazo, consolándola en su llanto que él compartía.

-Las dejamos, Whooves…- repetía ella en lamento y el peso de la culpa y de la impotencia de qué hacer los aplastaba. Pero en ese momento decidir qué hacer, viendo total desventaja y la sola idea de que Derpy permanezca allí…la apretó más contra él, que ya no sabía nada.

Había pasado alrededor de quince minutos en todo el caos, pero para ellos, la pesadilla fue eterna y aún lo era, pues aún había gente adentro y por supuesto, estaba Sunset.

-¡Esta tontería se acabó!- gritó alguien, un compañero -. ¡Al demonio el pacto, las autoridades deben saber lo que está ocurriendo en la escuela!

-¡¿Qué?!- preguntó con incredulidad Flash, que el comentario del joven llamó la atención de todos, pues inmiscuía a todos.

-¡Pues la farsa se acabó!- apoyó Octavia caminando sin un tacón para hacerse ver -. ¡¿En serio?! ¡¿Seguiremos cubriendo el secreto de esas criaturas después de…esto?! ¡Ya no aguantaré un ataque más!- exclamó furiosa y voces de acuerdo y apoyo se empezaron a elevar.

-¡Sunset Shimmer siempre ha sabido ser manipuladora! ¡De seguro ha estado fingiendo todo este tiempo que se había reformado cuando de seguro planeaba todo esto!- exclamó Ringo.

-¡Hemos sido condescendientes demasiado tiempo ¿A cambio de qué?!- agregó Minuette -. ¿De que otra vez vengan a amenazar nuestras vidas? ¡Hay heridos! ¡Puede que haya muertos ahí dentro!- se agitó con la mezcla de voces en apoyo a sus argumentos:

-¡Se acabó! ¡No callaré más!

-¡No más criaturas mágicas!

-¡Fuera de nuestro mundo!

-¡Son un amenaza, son monstruos!

-¡Si echamos de cabeza a Las Rainbooms, ¿Saben lo que pueden hacer con ellas?!- intervino Soarin.

-¡Pues detener la locura!- exclamó Bulk Biceps -. ¡De seguro tarde o temprano ellas se convertirán en lo que es Sunset! ¡No queremos más riesgos, que las encierren!

-¡Estás hablando de mi hermanal, animal!- rugió LimeStone.

-¡Ellas no son de ese mundo y jamás se corromperían como ella!- defendió Cheese y el fortachón lo miró despectivo.

-¡Claro, las defiendes porque ya te andas tirando con una de ellas, ¿no?!- escupió ya inconsciente de sus palabras que sólo se disparaban, a la vez que le daba un solo empujón al fiestero que, aunque le doblaba de altura y fuerza, no dejó pasar y le devolvió el empujón, provocando que la tensión y los nervios a flor de piel del momento, se iniciara una pelea provocando el caos ahora afuera, con gritos, forcejeos y fricciones entre ellos.

-¡Yo ya no sé qué pensar!- lamentó Derpy en lágrimas, asustada de lo que veía.

-Yo tampoco ya- sinceró Whooves contemplando con otros la furia estudiantil ante las poquísimas personas que realmente dudaban en romper el pacto -. Esto es grave, demasiado grave como para ignorar esta vez.

-¡Todos corran ahora!- fue el grito de Mistery saliendo disparada entre los brazos de Cherry que volaba fuera de la salida interrumpiendo el pleito y más atrás, salieron disparadas seis lianas leñosas verdes envueltas en espinas, contrayéndose y estirándose en el aire, provocando explosivos restallos que parecía cortar el aire, apareciendo a la vista…

-¡Applejack!- era lo que gritaba Thunderlane entre tosidos y ya mareado de tanto humo, aun dentro de la escuela con la niña entre sus brazos, que no paraba de temblar y llorar, cuando les cayó enfrente un pedazo de tumbado del piso de arriba. -. Esto ya se está cayendo- dijo ardiéndole la garganta -. Pero no puedo…debo…reunirlas…- musitó entrecerrando sus ojos acunando más a la pequeña cuando escuchó ese grito de Cherry, tan característico de ser alto y escandaloso.

-¡Y tú estás brillando! ¡Y Applejack intentó atacarme! ¡Ya nada puede sorprenderme! ¡Ya nada tiene sentido!- fue lo que escuchó y abrió enormemente los ojos, sujetando más a la niña con seguridad y corrió en dirección a los gritos de Cherry.

La pesadilla parecía no querer acabar para los alumnos de Canterlot High al salir despavoridos en diferentes direcciones con nuevos gritos levantándose nerviosos y pavorosos cuando se les presentó la figura de la vaquera, pero transformada.

La joven tenía su cabellera rubia suelta, con pequeñas hojas de manzano, ramitas y diminutas flores salpicadas, como enredadas en sus hebras doradas. Estaba luciendo lo que parecía un vestido, pero su textura parecían más bien de las hojas de color verde oscuro que tela, siendo su tronco cubierto por una lámina de ese material, con hojas ovaladas que nacían de su cintura y caían, formando una falda, y en sus pies y parte de sus piernas estaban cubiertas del mismo material dando ilusión a unas botas ceñidas a sus piernas. Pero lo que impactaba, era esas gruesas y largas lianas espinudas que parecían estirarse sin límites que nacían de su espalda y parecían moverse a su voluntad.

Parecía una espléndida mágica criatura del bosque sacada de un cuento de hadas, lo sería, sino fuera por ese rostro entumecido entre su mirada duro y fría con sus ojos verdes opacos, rígidos que parecían esmeraldas, manteniendo un concentrado ceño entre sus finas cejas rubias, caminando con lentitud hacia las personas frente suyo, pero que sus lianas se movían de forma desquiciada y agresivas, provocando ese cortante sonido del restallo, estirándose para tomar a algún alumno y simplemente lanzarlo por los aires, entre su mirada obscura y ausente, como si realmente no fuera consciente de lo que estaba haciendo mientras se dispersaban fuera del territorio de la escuela.

Mientras el resto huían, tanto Mistery como Cherry se intercambiaron una mirada. Tenían magia… ¿cierto? Pero… ¿Cómo funcionaba? ¿Qué podían hacer? O su principal pregunta era… ¡¿Por qué demonios la tienen?!

-¡Mistery!- la llamó Brawly pero ella lo miró sobre el hombro.

-¡Tú vete!

-¡¿Qué?!- reaccionó incrédulo y Mistery regresó su mirada en donde una liana se dirigía hacia ella.

-¡Tú vete!- repitió en un grito más determinado mientras expandía sus manos y formó un domo mágico morado que empujó hacia arriba, expandiéndose y golpeando algunas lianas mientras Cherry se desprendió del suelo para tomar con sus manos las lianas pero aspiró de dolor al enterrarse varias espinas.

Applejack mostró los dientes acentuando su ceño e hizo mover descontroladas las lianas para zafarse de Cherry, que era sacudida entre sus movimientos, que lo único que se le ocurrió fue sostener una con ambas manos pese las espinas y se la retorció, provocando que Applejack gruñera del dolor y con un violento movimiento con esa misma liana, desprenderse de Cherry para atacarla con un latigazo mientras que con otra liana se precipitaba para agarrar a Mistery a un lado, pero la pelimorada de inercia se protegió cruzando los brazos enfrente que al hacer el movimiento, salió disparado dos rayos morados de sus palmas abiertas hacia la liana, disminuyendo la velocidad en la que iba pero aún así sin detener su intención. Cherry evitó la liana con la rapidez de su vuelo y se fue en picada hacia Mistery. Se abalanzó a ella evitando el impacto del látigo de la liana y ambas aterrizaron al piso, rodando algunos metros por la fuerza en la que Cherry se precipitó a ella.

-¡Applejack!- gritó una voz nueva, una masculina tras de ella.

La rubia levantó la cabeza y sin espera alguna, mientras se daba la vuelta, sus lianas se movieron enloquecidas, impactando al fin en descarga sus látigos.

-¡Thunderlane!- lo nombró Cherry sintiendo con Mistery como se le rompían los oídos por el sonido del restallo de los latigazos que se impactaban uno tras otro tras otro sin césar sobre la indefensa humanidad del chico que sin evitarlo, clamaba quejidos y gritos de dolor en reacción el cómo su carne se partía con cada impacto de las lianas sobre él.

Thunderlane pese la paliza de su vida que estaba recibiendo, tuvo la conciencia de echarse al suelo de rodillas sin soltar a la niña, exponiéndose más él para recibir los látigos en lugar de aquel "recuerdo".

-¡Detente!- bramó Cherry aunque su cuerpo le temblaba por presenciar con crudeza el ataque que veía y se levantó en vuelo precipitándose sobre ella pero una liana cambió de objetivo en los latigazos para concentrarse en Cherry pero otras dos se levantaron por la presencia de otra amenaza, de Mistery corriendo en su dirección con su ceño marcado y dirigió esa energía que sentía en sus manos, cargándola de ella y expandió sus brazos hacia delante, en dirección a su espalda, más no a las lianas, lanzando un estela de rayos de energía en su columna, lo que provocó que la rubia arqueara la espalda y sus lianas pararon de atacar, manteniéndose en el aire, moviéndose como tonteadas.

Aquella distracción, aquella minúscula pausa, no la desaprovechó, y entre sus temblorosos brazos, un cortado y sangrante Thunderlane liberó a la niña.

En tan sólo verla, el rostro de Applejack se puso lívido y aspiró con fuerza, retrocediendo con torpeza y el temor expresado entre su rostro duro y ojos opacos.

-¡No pue-puedes temerle más!- exclamó Thunderlane con voz ronca, mirando como la niña se mantenía en pie frente a Applejack, quien quedó quieta, mirando con real horror a su versión infantil-. ¡No puedes…ignorarla más! ¡Es parte de ti aunque te duela y sé que te duele! ¡Mucho!- agregó pujando su voz entre el ardor de sus heridas que hasta le rasgaron la camisa, ahora manchada de sangre. Mistery y Cherry se mantenían al margen pero alertas al ver que había logrado hacerla parar -. Pero…ella te necesita- le dijo con voz más suave, sin desprenderle la mirada, ignorando el dolor de sus heridas que le importaban muy poco a comparación del dolor de pensar en perderla en…lo que sea que se había convertido, en otra Sunset. ¡No lo permitiría! -. No necesita el consuelo de nadie, no…no va encontrarlo, porque sólo quiere el tuyo y tú la ignoras, y…y no se lo das- continuó diciendo para agregar: -. Acepta ese dolor.

Aun con esos ojos verdes opacos, Applejack descompuso el rostro, sólo para cerrarlos gesticulando ardor, al sentir unos pequeños brazos rodearla.

Aquel "recuerdo" la abrazó, apretando su carita sobre su vientre, que es la altura que le daba, continuando lo que parecía ser su eterno llanto, haciendo que Applejack torciera el gesto y de su garganta salga un profundo jadeo mientras las lianas se dejaron caer al igual que ella, aterrizando de rodillas al suelo, rompiendo en llanto. Ese, era la simple cosa que detuvo a ese monstruo. Ambas mezclaron su llanto con irritante dolor indescriptible mientras esa luz blanca cruzó tal rayo su mente, recordándole a todos sus familiares, entrando y saliendo en su casa a esa edad. Todos dispuestos a aportar en su recuperación, en hacerla feliz de nuevo, dándole de nuevo vida a su casa, solidarios en ese tiempo de calamidad. Desde Appleloosa y Manhathan; sus primos y tíos, se movilizaron para que el ambiente gris de la granja sea colorido con respetuoso tiempo, para darle fuerza a la abuela Smith y con mayor atención a los más pequeños, en especial Applejack, quien vio la fatídica muerte de sus padres.

Pero nunca les lloró realmente, como debía hacerlo. ¿Su familia la quería fuerte y feliz? Y los complació, mostrándose valiente y toda una Apple seguir adelante, pero para eso, refundió el dolor no sabía dónde, y lo arrastró mientras crecía, incapaz de tolerar el siquiera mencionar a sus padres, porque entonces resurgía y no quería lidiar con él.

Hasta ahora.

Tanto Cherry, Mistery con Thunderlane, veían con el corazón realmente conmovido cómo Applejack se quebraba en llanto, balbuceando "lo siento" "papá" "mamá", abrazando de vuelta a la niña, acariciándole su cabello rubio, al fin consolándola, experimentando ese dolor que era hasta asfixiante pero de una manera extraña, sentía realmente alivio de sentirlo al fin tras haberlo evitado por años. Pero a medida que el llanto crecía, el dolor, disminuía, sin darse cuenta que de un momento a otro, se abrazaba a sí misma. Ya no estaba la niña, desvaneciéndose, pero aun podía percibirla. Dentro de ella. Y jamás se había sentido tan a gusta y fuerte como ahora lo estaba.

Cuando al fin pudo irse calmando, levantó su mirada y sus ojos verdes estaban aguados y llorosos, pero de vuelta a sus color habitual, cálidos y suaves, encontrándose con los de Thunderlane, sintiendo que nuevas lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero por otro motivo.

-Lo siento…- musitó sin aire, sintiéndose miserable al ver su rostro con una cortada que cruzaba su frente y partía un ceja, su camisa rasgada y ensangrentada dejando ver varias cortadas largas, dejando la piel brotada, abierta, cubierta de sangre. -. Thunderlane…- jadeó acercándose queriéndolo abrazar pero era se detuvo de golpe pues sería mala idea.

-No importa- le dijo temblándole la sonrisa con ojos dorados vidriosos, queriendo llorar no dolor, aunque este le hacía hasta impedir moverse, sino de un gran alivio al tenerla de vuelta -. No te preocupes.

-Es…es…- frunció el ceño -. ¡Es la mayor tontería que has hecho!- se descargó cayéndoseles gruesas lágrimas. El chico le mantuvo la mirada, saliéndosele una suave sonrisa.

-Y continuaré cometiendo muchas- quiso bromear en un intento de destensarla, sólo logrando que Applejack le frunciera más el ceño, pues consideraba otra tontería esa respuesta pero…¿De qué se sorprende?

-No como yo- respondió suavizando su rostro -. Y esta es la mejor tontería que haré- le dijo para tomarle el rostro con cuidado y besarlo. Un beso corto, suave, delicado y cuidadoso temiendo lastimarlo -. Te amo- musitó enrojecida separando sólo un poco su boca, hablando en los bordes de sus labios -. Gracias por salvarme.

-Tú te salvaste- le replicó para levantar un poco el rostro -. ¡Ah! ¡Y, y! ¡Yo también te amo por si acaso!- se apresuró en decir como si se le hubiera olvidado, sólo ganando que ella se conmoviera y sonriera con sinceridad fugazmente con la mirada derretida a él.

-Ehm…Applejack- la llamó Mistery y ella levantó la mirada en ella -. Se nota que no estás bien consciente de lo que está sucediendo…

-Aunque tampoco sabemos realmente lo que está sucediendo…-exclamó Cherry mientras las sirenas se empezaron a escuchar, tanto de bomberos como policía.

-Esto está…demasiado tranquilo- exclamó Rainbow Dash volando a pocos metros del suelo con el resto de sus amigas.

-Demasiado- opinó Applejack caminando atenta y alerta con una linterna como las demás, mirando todo su alrededor del bosque Everfree, camino hacia la cueva en el fondo del barranco donde se encontraba el Árbol de la Armonía.

-Aun así…andar por aquí de noche…es…es…- decía Fluttershy rejuntada a Pinkie quien tenía una linterna enredada en su melena rosa

-¿Aterrador, terrorífico, pavoroso, espantoso, horripilante?- adivinaba Pinkie con inocencia.

-S-sí. Todo eso- tartamudeó la pegaso.

-¡Ssshhh!- mandó a callar Rainbow en un susurro mientras al fin llegaban a la entrada de la cueva.

Todas abrieron bastante los ojos para contemplar la luz brillante que emanaba del esplendoroso árbol con nueve gruesas ramas de cristal que sostenían sus elementos con las forma de sus Cutie Mark, asimismo en su tronco se encontraba en la parte más alta la Cutie Mark de Celestia y más abajo la de Luna…la que estaba cubierta de negro, dejando visible sólo la mitad del sello de su marca, en realidad, esa negrura estaba subiendo por el tronco, que si las vistas no le estaban jugando una broma, se movía, comiéndose la luz de su magia, volviéndola negra.

-Oh, no- lamentó Pinkie Pie y con el resto galoparon enseguida para ver cómo esa negrura iba cubriendo el tronco, la Cutie Mark de la Princesa de la Noche.

-Esto no puede ser bueno- exclamó Fluttershy muy preocupada.

-¿Qué es esa cosa?- preguntó Rainbow inclinándose hacia la negrura del tronco con una pata extendida.

-¡No lo toques!- alertó Applejack atajándola -. No sabemos qué es pero es más que seguro que fue el mismo que provocó la ventisca que hizo esto y no es nada bueno.

-Pero hay que hacer que pare- exclamó Pinkie Pie preocupada -. ¿Qué si esa cosa está haciéndole daño al Árbol? ¿O si sigue subiendo hasta los elementos de la armonía?

-¿Pero qué pode…?- decía Fluttershy cuando la oscuridad logró cubrir toda la Cutie Mark de Luna, comenzando a parpadear su luz hasta que se pensó hundir, dejando hueca esa parte del tronco entre la confusión y asombro de las demás.

-¡Celestia!- fue lo que gritó Luna mientras su cuerpo se vencía en el suelo de la calle delante de algunos súbditos, viendo el carruaje de la Princesa del Sol descender en el pueblo donde Luna le dijo que estaría.

-¡Hermana!- gritó Celestia dejando a Trixie en el carruaje, rompiendo la caravana de guardias y salió volando en su dirección, tomándola entre sus cascos, viendo la lividez de no sólo su rostro, sino de su cuerpo que le temblaba y se descomponía alarmantemente rápido, sus ojos estaban desenfocados y llorosos, pero Luna sólo buscaba calor en su cuerpo.

-Te-tengo…frío…- jadeó entre quejidos -. Cely…Cely…- lloriqueaba desesperada por la mezcla de malestares que la dejaban frágil.

-Luna, mírame, Luna- le pidió sujetándose el rostro descompuesto. Ambas se intercambiaron una mirada, comunicándose, como leyéndose la mente entre la forzada respiración de la menor y Celestia le entrecerró los ojos, empezando a vidriarse y mostrar dolor en su rostro. -. No. No. Luna. Aún no. No puede ser ahora. No…no estoy lista…

-Cely…- le interrumpió con su voz fina y aguda, ardiéndole la garganta -. Lo vimos en la visión…me…me estoy muriendo…

-¡Yo soy la mayor!- elevó la voz con su voz ronca -. ¡No puedes irte tú primero! ¡Me niego a ver morir a mi hermana menor!

-Sólo será un momento…- le susurró para levantar la mirada hacia súbditos al escuchar una ola de admiración, incredulidad y lamentos al ver la escena. Los miró con mucho cariño y devoción, cerrando los ojos para dejar derramar un nuevo hilo de lágrimas y mirar a Celestia -. Tardaste demasiado en decirle la verdad a Twilight, Cely. Búscala.

-Luna…

-Búscala…- le dijo tragando fuerte -…que me vas a seguir pronto.

-Lo sé- le jadeó para levantarla a su rostro y tenerla ahí, apretándola a ella con fuerza, como esperando fusionarse, casi hasta posesiva. Porque era su hermanita, su adorada hermana. La traviesa, la rebelde, la bromista e insoportable pero que amaba más que a sí misma -. Pero no estaremos juntas- se le quebró la voz saliéndosele las lágrimas en reproche.

-Lo estaremos- le replicó envolviendo su casco con el de ella -. Lo estaremos, como estaremos para Equestria- aseguró arrastrando las palabras, mostrándose muy agotada y débil sin parar de sudar y temblar-. Pero nuestro trabajo en nuestra forma física…ya se acabó- aguantó un jadeo entre su último aliento mientras su cuerpo temblaba más fuerte, en una convulsión, desesperándola ya -. ¡Perdóname, perdónenme! Por todo. Hice lo que pude. Te amo, los amo…- y se extinguió su voz.

Celestia la apretó aún más, cuando sintió que le dejó todo el peso de su cuerpo a sus cascos. No dijo nada, sabía que ya se había ido.

Celestia, que nunca se había quebrado ni mostrado debilidad frente a sus súbditos, no pudo contener el jadeo lamentoso que se disparó desde el fondo de su garganta, ardiéndole con tortura el dolor de haber perdido a su hermana. Sus lágrimas recorrían sus blanca mejillas mientras empezaba a besarle la frente y la cara entre un meneo suave, como si la estuviera acurrucando para hacerla dormir, como cuando era potrilla y le daba trabajo, pues siendo ella de la noche, era el momento del día en que más activa estaba.

El resto de ponies, testigos de la repentina y creían imposible muerte de la Princesa Luna, callaron y lloraron en silencio, realmente conmovido por el llanto de su monarca hacia su hermana, haciendo una reverencia colectiva hacia donde aún la Princesa Celestia, mecía el cuerpo inerte de su hermana menor para levantar la mirada hacia el cielo nocturno y ver el único brillo con el que la luna alumbró sobre ellos.

Nunca había visto esa hermosa luz en ella en más mil años y el suave resplando que emanó y aterrizó sobre ella, logró calmarla, porque sentía su calidez, su presencia, su compañía. Celestia descendió su llanto y miró el cuerpo entre sus cascos, frío y sin vida, contrastando con la confortación del brillo de la luna.

Lo que sostenía entre sus cascos, era el muñeco de carne vacío que abandonó Luna, ese vaso que usó para hospedar por milenario tiempo, lo que era realmente, su esencia, su espíritu.

Desde aquel blanco y hermoso satélite, podía sentir el consuelo de su hermana. Así que Celestia besó por última vez la frente de ese cuerpo y se puso en pie, mirando a pegasos y terrestres inclinados con un silencioso lamento en una reverencia por respeto a la muerta de una de sus gobernantes.

-¡Prepárense!- exclamó con su voz firme -. ¡Vienen tiempos difíciles que pondrá a prueba nuestro valor y unión como una nación!- agregó, viendo como levantaban la mirada hacia ella, absorbiendo como si fuese ella agua en un desierto lleno de sedientos -. ¡Mi hermana y yo no os abandonará! ¡Jamás me iría dejándolos solos! ¡Por eso digan que la Princesa de Sol ha dicho…!- los miró con determinación -. ¡Que es la Princesa Twilight Sparkle la nueva y fresca dirigente del futuro de nuestra Equestria!

So… ¡¿Qué tal?! ¿A poco no veían venir las intenciones de Celestia de destinar Equestria a Twilight? Hay muchas pistas en los caps pasados de lo que está ocurriendo así que…¡Pilas! Jejejeje.

Pues pude actualizar esta semana… ¡Disfruten!

Es un coctel de todo lo que estaba sucediendo al mismo tiempo y eso que faltó Sonata xP pero eso y más verán para el siguiente capítulo.

¡Saludos, dejen review, disfruten el fin de semana y…!

¡Sunny Honey, fuera!

Next Chapter: Hito Estimated time remaining: 0 Minutes
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