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Lo Que Somos Ahora

by Sunny Honey

Chapter 21: Lo Inevitable,Y la Fiesta Recién Empieza

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Lo Inevitable:

"Y la fiesta recién empieza"

Eran las siete y media de la noche, y ya la mitad de la escuela estuviera en camino para llegar al tan esperado baile de fin de semestre. Las votaciones a Princesa y Príncipe del baile concluían a las nueve de la noche y aunque no lo pariecese, las votaciones que más cambiaban eran la de Príncipe. Tal parece que esta nueva tradición había emocionado más al alumnado y chicos como Caramel, ya sentía la corona sobre su cabeza para ser recordado como el primer Príncipe de Canterlot High.

-Es decir…¡Soy el mariscal de campo!

-Lo sé, querido- le seguía la corriente Rarity con una sonrisa divertida mientras estaban en el asiento de atrás de un bonito auto negro con un chofer para la ocasión.

El joven usaba un elegante traje negro con una corbata azul claro…escogido por la propia Rarity para que combinara con su vestido strapple del mismo color, con lentejuelas en el área del tronco y una larga falda de tela opaca pero al estar cubierta de una tela transparente con puntos brillantes, le daba el toque distinguido y propio de la modista, luciendo sólo de accesorios un fino collar con un dije de una piedra que pareciera un diamante, un par de aretes a juego y zapatos plateados de tacón.

Apenas el chico la miró cruzar la entrada de su casa para dirigirse al auto, no pudo evitar contemplar lo hermosa que estaba y hacérselo saber, robándole una sonrisa y que ella aprobara su apariencia también. Aunque sólo irían al baile juntos, sin compromiso a algo más, estaban contentos de tener la compañía del otro como pareja, pues se agradaban mucho y tenían ciertas semejanzas en su personalidad.

Antes de que empezara a llegar gente, Pinkie Pie y Cheese Sandwich arreglaban la decoración de último minuto. El gimnasio estaba completamente iluminado por focos de color lila y una enorme bola disco giraba reflejando pequeñas luces dando un ambiente relajado pero a la vez divertido. Pinkie estaba en la ubicación del Dj, donde Vinyl terminaba de arreglar sus controles y esta vez tenía acompañante. Octavia Melody estaba en la cabina con ella haciéndole compañía y ansiosa por reproducir la melodía que ambas estuvieron trabajando toda la semana para esta ocasión. La chelista lucía un vestido plateado sencillo y elegante al cuerpo con su cabello lacio recogido en una larga cola que descansaba sobre un hombro, como si iba a dar un concierto con una orquesta, haciendo contraste con Vinyl, quien tenía su desbaratado y rebelde cabello de siempre, un vestido de falda corta de color fuscia neón, que con la tenue oscuridad brillaba fúlgido como el labial amarillo neón que usaba.

-Parece la sonrisa flotante del gato de Alicia en el País de las Maravillas- comentó risueña Pinkie Pie, con su peinado más loco que nunca y usando, como siempre, el color rosa en su vestido pomposo con cinturón negro y un collar de globos. Muy festiva lucía, como siempre.

-¡Pinkie, llegó Sonata!- avisó Cheese desde la tarima y ocultarse tras las cortinas para acomodar detalles del sonido.

El joven no usaba un traje de color negro, o azul, u otro color típico para los bailes. Usaba uno de color amarillo brillante, camisa negra y cortaba blanca con diseño de trozos de queso. Algo peculiar y raro pero puesto en él…la verdad se veía bien, elegante y sin perder su estilo.

Pinkie no pudo evitar borrar un poco la sonrisa al voltear y ver como el rostro de Sonata contrastaba con aquel sutil maquillaje de sombras claras y labial rosa, usando un vestido rojo de corset y falda corta globo que hacía juego con su piel azul claro. Un vestido que fue obsequiado por Rarity. No importa la manera de actuar o apariencia de jovencita que tenía, el cuerpo de Sonata estaba por de más desarrollado, de cintura pronunciada, el ceñido del vestido moldeaba la silueta de sus pechos medianamente grandes, y sus piernas lucían largas y atractivas con aquella falda, un cuerpo muy coqueto sin querer serlo, propio de su raza.

No usaba su típica cola de caballo, dejándolo suelto y su cabello había crecido un poco. Tenía un simple peinado a un lado con una diadema rosa. Se veía realmente encantadora y su carita algo marchita la hacía dar cierto aire simplemente adorable.

Pinkie Pie sabía la razón de su humor apagado, y es que cuando fue con Rain Shinning y ella a encontrar a Las Dazzlings, no estaban en el departamento que solían usar. El casero dijo que las obligó a dejar la pieza pues no pagaban la renta y eran muy problemáticas. Eso había pasado hace un mes y medio más o menos. Sonata lo había tomado muy mal. En realidad se puso a llorar.

-Hey…- la llamó Pinkie Pie acercándose con una sonrisa alentadora -…¿Lista para tu debut?

-Supongo…- murmuró forzando una sonrisa entre sus cejas curvadas.

-Sonata. Las encontraremos- la esperanzó aunque eso no animó mucho a su amiga.

-Pero también no probamos si puedo ayudar a Sunset- lamentó bajando la mirada -. Siempre termino siendo una…

-No te atrevas a decir "inútil"- la reprendió con suavidad y Sonata levantó sus ojos cerezas dulcemente tristes hacia ella -. Eres parte de nuestro equipo y sin duda, tu colaboración y ayuda nos han dado algunas pistas. Además eres una voluntaria valiosa dentro de la Casa Hogar, todos te quieren y admiran mucho- le sonrió -. Así que no, no eres una inútil

-Pinkie…- suavizó una sonrisa para abrazarla fuerte.

-Y descuida- agregó respondiéndole el abrazo -. Pues con Sunset, tendremos que hacer el intento directamente con ella- sonrió para apartarse y levantándole un poco la cabeza para que le viera mejor la sonrisa -. Vamos, anímate, vas a cantar ante todos por primera vez como la Sonata Dusk reformada- elevó la sonrisa juguetona -. Y frente a Rain Shinning.

-Ah…sí…-murmuró levantando una pequeña sonrisa avergonzada con un sutil sonrojo, cosa que Pinkie no quiso dejar por desapercibido.

-Sonata…dime la verdad-le dijo con una sonrisa divertida -. ¿Sientes algo por él?

-¿Sentir?- dudó mirándola atentamente.

-Ya sabes…¿Te gusta?

-¡NO!- contestó enseguida frunciendo el ceño -. Es imposible. Yo no puedo sentir eso, Pinkie.

-¿Y cómo sabes si sientes amor o no, si nunca antes lo habías sentido?- le hizo ver -. Tal vez no sea "amor amor", pero es un comienzo si sientes un cariño diferente hacia él, si te atrae y te hace feliz diferente a como lo hago yo o los demás.

-Pero tú me haces muy feliz- le dijo como si fuese imposible quererla menos -. Eres con quien mejor me llevo. Nunca nadie me había comprendido como lo haces tú. Nunca haces malas caras cuando creo decir algo tonto, juegas conmigo, me llevas la corriente. Sabes calmarme y siempre eres atenta conmigo- decía tomándole las manos, pensativa -. Tú… eres la persona que más me hace feliz en este mundo- exclamó arrugando la frente, manteniéndole la mirada -. ¿Y no es ese el amor? ¿Felicidad?- preguntó confundida como admirada mientras Pinkie Pie parpadeaba, empezando a sentirse algo cohibida y vacilante por dónde iba cuando se petrificó al ver a Sonata cerrando los ojos con fuerza y…la besó.

-¡AAAAAAAAHHHHHHH!- chilló Pinkie Pie sin casi pensarlo apenas sintió sus labios y su cabello esponjado se puso lacio y su color rosa se opacó -. ¡SONATA!- reclamó apartándose hacia atrás con un ceño -. ¡ACABAS…DE…ROBARME MI PRIMER BESO!- rugió -. ¡DEBÍA SER CHEESE!

-¿Yo qué?- preguntó el chico saliendo por allí jalando unos cables mientras Vinyl y Octavia se habían quedado heladas siendo el único público que vio el beso.

-Yo…yo…- jadeó Sonata descomponiendo el rostro y vidriándole los ojos de golpe sacudiendo la cabeza confundida -. ¡No entiendo esto!- lloriqueó cerrando fuerte los ojos para darse la vuelta y salir corriendo de allí.

-¿Sonata?- la llamó Pinkie que al escuchar su llanto, su cabello regresó esponjoso de nuevo y recuperó su color rosa normal -. ¡Sonata!- volvió a llamarla yendo tras ella y las primeras parejas empezaban a llegar.

Bonbon se miraba al espejo de su cuarto, mirándose realmente cómoda y aprobando el vestido que usaría, uno color blanco, en el que en el área del tronco era completamente de encaje que cubría las zonas necesarias, como sus bustos, que compartía con una tela traslúcida blanca, aquella que se usa mucho ahora en la ropa femenina. Tenía una cinta blanca en su cintura, partiendo el vestido moldeando su figura y dejaba caer una cola larga que llegaba hasta el piso, de la misma tela traslúcida blanca con varias capas de la delgada tela para llegar un color completo blanco.

Estaba muy elegante, femenina, dándole ese aire típico dulce aunque su personalidad no lo era tanto. Tenía una sombra oscura en sus párpados y labial rosa en su boca, con un peinado completamente recogido, alto, con un cerquillo en su frente.

-Oh, Sweetie- jadeó conmovida la voz de su madre que la escuchó tras ella. Bonbon se dejó voltear para ver a la mujer con una mano en la boca, mirando de pies a cabeza a su única hija. -. Estás…realmente preciosa- aludió con la voz suave, casi pudiendo sentir que se le vidriaban los ojos.

-Gracias- se limitó en decir con aquella voz seria mientras caminaba hacia su peinadora y recogía su bolso.

-Querida, me hubiera gustado tanto que tuvieras pareja para este baile- admitió para sacudir la cabeza y levantar la cámara que tenía entre sus manos -. Pero no importa. Algún día alguien apreciará a mi Muñeca- agregó para tomarle una foto desprevenida.

-Mamá- le llamó la atención con un suspiro, dándole la cara y su madre levantó la mirada hacia ella. Bonbon se la quedó mirando, debatiéndoselo con la barbilla tiesa hasta suspirar resignada -. Sí tengo pareja.

-¡¿Qué?!- se emocionó levantando la sonrisa para fruncir el ceño -. ¡Sweetie Drops! ¿Cómo te atreves a ocultarle semejante hito en tu vida a tu madre?- reclamó.

-Ah…- se limitó en decirle encogiéndose de hombros para caminar en su dirección, sólo para salir del cuarto mientras escuchaba a su madre tras suyo.

-¡Vamos, dime! ¿Vendrá a recogerte? ¡Debes hacerlo pasar! ¡Prometo comportarme!- decía para tirar un chillido de emoción -. ¡Con razón te esmeraste tanto para arreglarte en esta ocasión y es que estás bellísima! ¡Realmente debe gustarte!

Bonbon cerró los ojos con un suspiro sin parar su andar.

-No, no vendrá recogerme. Nos veremos en el baile directamente.

-¡¿Por qué?!- reprochó tal niña disgustada -. Sweetie, debo conocerlo. Más por curiosidad, debo aprobar tu pareja. No vaya ser un…

-¡Por favor!- ironizó con una risa deteniéndose para darse la vuelta -. Mamá… ¿Con quién tratas? ¡Estoy a un paso de tener permiso para matar! ¡Los demás deben de temer de mí no yo de ellos!

-Sabes a lo que me refiero- exclamó ya más seria -. Sweetie, no importa cuán me tengas apartada de tu vida, tengo el derecho y el deber de saber a quién escoges para estar en tu vida. Soy tu madre.

-Descuida, "madre"- le sonrió con cierta bufa-. Tú ya la conoces- se dio la vuelta y sacó el seguro de la puerta principal -. Es Cherry Crash. Estamos saliendo desde hace unos meses- la miró sobre el hombro -. Por si no quedó claro…soy gay- salió y cerró la puerta. -. Okey. Ya está hecho- suspiró y caminó hacia el ascensor, para al levantar la mano para presionar el botón, sus oídos se agudizaron y dejó la mano estirada para dejar que un pie bloqueara la barra donde estaban los botones.

-¡¿Eres gay?!- salió la pregunta casi escupida de admiración tras suyo mientras veía aun levantada la pierna de su madre sobre la pared al lado del ascensor.

-Sip- se limitó en contestar sin voltearse, sintiendo como se le enrojecían las orejas, con cierta vergüenza en pasar por esto.

-¡No puedes soltar semejante cosa e irte así como así!- reclamó apartando la pierna y la tomara de un hombro para hacerla voltear y mirar su ojos serios como dolidos sobre los de ella -. ¿Cuándo pensabas decírmelo?

-Sinceramente no sabía, y la verdad…- encogió los hombros sacudiendo la cabeza y entrecerrándole los ojos -. ¿Te incumbe?- preguntó y Floral retrocedió un poco la cabeza, dolida.

-Me incumbe porque me hubiera gustado que te acercaras a mí y me lo dijeras con confianza, saber cómo te sentías, si tenías miedo, si pensabas mal de mí, que me necesitabas- reclamaba en reproche y enojada, más por la revelación, era la forma en que se lo dijo y la falta de confianza. Le dolía tanto ser un cero a la izquierda en su vida.

-No te necesito- obvió con una sonrisa cómica.

-¡No me importa! ¡Soy tu madre, te duela o no!

-¡Oh, pues me duele que lo seas, Agente Ingenious Force!- la nombró en un fuerte susurro, con su verdadero nombre, no siendo Floral Kitting.

-Bonbon- le reclamó -. No ahora. Ya lo hablamos.

-No te incumbe mi vida- resopló dándole la espalda y presionando el botón del ascensor -. Es decir, sólo soy un tapete del montaje de tu vida y tú de la mía.

-Bonbon...

-Yo no tuve mamá. Sólo una agente que se casó con otro por orden de su Superior y tuvieron que tener un hijo para darle el toque final al montaje que la Agencia les solicitó en su vida falsa - las puertas del ascensor se abrieron -. Una que peleaba con papá porque se "involucró" demasiado en su vida falsa. En mí- entró al ascensor y miró a su madre con una sonrisa ácida de lado -. ¿Necesitarte? Tú me enseñaste a no necesitar a nadie y no esperar nada. Recién fui tu hija cuando murió papá. Recién decidiste saber que existía muy aparte de la función que teníamos que dar- le frunció el ceño -. ¿Pues sabes?…fue demasiado tarde- y las puertas se cerraron.

¿Qué tanto le podían sudar las manos? ¿O qué tanto el corazón podría latir ansioso, casi derribándole el pecho? Sentía un frío que le cubría toda la línea de la espalda. Sus labios se secaban, le costaba tragar saliva y sentía que su voz la había perdido, en especial cuando un muy buen enternado, pero alto, fortachón y estricto Bicmac, abrió la puerta en cuanto Thunderlane la golpeó.

-Bue-buenas noches- titubeó el joven intimidado ante la mirada seria del hermano mayor de Applejack, sólo para aclararse la garganta y botar el aire, para tragar seguridad y ponerse recto en un intento de estar a su altura, aunque inútil, el granjero le daba ventaja unos diez centímetros al menos -. Buenas noches, Bicmac. Vine a recoger a Applejack.

-¿Recoger? ¿Qué será ella? ¿Una jaba de sidra? ¿Un canasto de manzanas?

-Por supuesto que no- se defendió frunciendo un poco el ceño. -. Es sólo uno de tus tesoros que puedo asegurar cuidaré, porque…-miró a un lado, sonrojado -…se convirtió en el mío también.

-Eso fue asquerosamente cursi.

-Lo sé. ¿Lo siento?

-Aprobado.

-¿En serio?- se ilusionó con ojos brillantes.

-No.

-Oooww- lamentó.

-Sólo bromeo- sonrió el pelinaranja sacudiéndole el hombro -. Pero espero no bromearas al decir que la cuidarás.

-No, para nada. Soy una persona muy seria.

-…

-…

-…

-Sí…tampoco lo creí, ¡Pero sabes a lo que me refiero y soy sincero!- se defendió determinado y Bicmac soltó una risa sacudiendo la cabeza.

-¿Eso fue lo que te habrá visto en ti?- le preguntó pero más a sí mismo.

-Más vale lo dejes tranquilo- se escuchó la voz de Applejack a la par de unos pasos que se acercaban y Bicmac se hacía a un lado de la puerta -. No quiero que ande toda la noche cuidando sus pasos paranoico por si se te ocurre una amenaza- concluyó apareciendo con una sonrisa divertida frente a la entrada de la puerta.

Applejack lucía un sencillo vestido de seda color verde esmeralda, que hacían juego con sus ojos. Sus mangas que se cruzaban en su pecho se anudaban tras su cuello, con un corte en su cintura y una cola larga que por la tela de seda, tenía una suave caída liviana que se movía con el menor movimiento, bailando. Su cabello rubio resaltaba sobre el color del vestido, con un trenzado cruzando a pocos centímetros de la orilla de su frente, luciéndose como una diadema. Unas pequeñas argollas doradas decoraban sus orejas y lucía zapatillas doradas con un tacón muy pequeño, siendo ella de usar muy poco este tipo de zapatos. Un muy sencillo maquillaje con sus labios de un bajo color rojo, rímel y tal vez un poco de base que no dejaba ocultar sus mejillas pecosas.

-Applejack…- la nombró Thunderlane con la mirada suavizada en la joven vaquera -. Applejack…Applejack…Apple…

-¿Me estás invocando o asegurando que ese es mi nombre?- le interrumpió con diversión elevando la sonrisa. -. También te ves bien- comentó mirando el traje negro, camisa blanca y corbata roja, aunque su intención era darle una simple vista, sus ojos se posaron un poco más de lo que planeó, percatándose el cómo el traje se había ajustado a su cuerpo y cambiado la apariencia. En serio, no se veía mal.

-Ajám- carraspeó ciertamente incomodado Bicmac, sacando del trance a los dos y Applejack le frunció el ceño.

-Bueno, pues, no te quedes ahí parado. Toma la foto para la abuela Smith.

-Oh, déjame pasar a saludarle- exclamó Thunderlane.

-La pobre se quedó dormida en su mecedora- le contó rodando los ojos. Tan común de su abuela.

Ambos posaron frente a la granja que más de una vez ha pasado por una mano de pintura roja y reconstrucción. Bicmac tomó algunas fotos y después los dejó tranquilos, es decir, se metió a la casa.

-No quiero sonar…exigente pero…no veo el auto- exclamó Applejack caminando a orillas de donde estaba la calle.

-¿Auto? ¿En serio?- le preguntó para llevarse dos dedos a la boca para chiflear, saliendo detrás de los árboles y arbustos frente a la calle, un hombre que tiraba de dos caballos.

-¿Qué?- preguntó incrédula.

-¡Iremos montando a caballo!

-¿Qué?- aún no salía del asombro.

-Pues hay un camino entre el bosque detrás de la escuela. Podemos ir montados a caballos hasta allí sin perdernos y lo mejor… ¡Sin tránsito! ¿Qué dices?

-Pues…- aun decía incrédula para elevar bastante la sonrisa-. ¡Yeehaa!- se emocionó -. ¡Hablas mi idioma, Dulzura!- exclamó entusiasta palmándole fuerte la espalda, haciéndolo hasta irse para adelante.

-¿En serio?- sonrió con orgullo.

-¡Claro que sí! Creo que primero aprendí montar a caballo que caminar- rió -. No pensé que sabías montar a caballo- comentó y él dejó abrir los ojos.

-¡Sabía que me había olvidado de algo!

-Thunderlane…-suspiró con una sonrisa conmovida -. Descuida, te ayudaré. Así que tranquilo- calmó para ver que no pasaba más autos y cruzar la calle sin borrar ambos una misma emocionada sonrisa.

El sonido de un claxon le llamó la atención. Rainbow Dash salió de su casa de inmediato de mala gana. Hasta no se molestó en hacer gran cosa para arreglarse, usando el mismo peinado desbaratado, un vestido strapple color lila de falta corta con una de esas botas largas. Nada más. Por más que intentó persuadir a sus amigas para que no insistieran en convencerla de ir al baile, terminó aceptando para que la dejaran en paz, en especial lo decía por Pinkie Pie.

No se sorprendió de ver una larga limosina negra estacionada, pues Trixie Lulamoon dijo que vendría a recogerla para irse juntas; además había pedido alquilar la limosina para cuando todavía sus planes se mantenían en pie. Suspiró y caminó hacia el transporte. Pero apenas abrió la puerta, un bullicio entusiasmado la hizo respingar y retroceder al ver a Trixie no estaba sola. Lyra Heartstring, Berry Punch y Carrot Top estaban adentro haciendo ruido emocionadas al ver la cara de sorpresa de Rainbow.

-¡Aquí estamos las solteras y sin parejas!- exclamó Trixie asomándose de su asiento.-. Bueno, lo que alcanzamos…

-Pe-pero…- titubeó.

-¡Oh, vamos, Rainbow!- dijo Berry levantando un vaso pequeño con contenido transparente pero de fuerte olor -. ¿Quién quiere su primera vez?- y todas se las quedaron mirando, con Carrot tapándose los oídos sonrojada -. Su primera vez tomando alcohol- aclaró con obviedad torciendo los ojos y se tomó de golpe del vaso -. Oh…era para ti, cierto, jejeje, viejo hábito, ¡Te serviré otro!

-Trixie- dijo Rainbow empezando a sonreír. -. ¿Tú hiciste…?

-No, no, no. Trixie no lo hizo sola- comentó risueña saliendo de la limosina y Rainbow Dash aspiró de sorpresa y se empezó a reír.

-¡La maldición del uniforme!- exclamó señalándola en carcajadas.

-¡Era parte de nuestro plan, ¿recuerdas?!- exclamó divertida y meneó sus caderas, haciendo bailar su falda corta de tablones del uniforme de porrista que usaba en lugar de vestido -. ¡Todos lamentarán no haber invitado a la gran, poderosa y sensual porrista Trixie Lulamoon!- exclamó con pose de reina del mundo y la tomó de la muñeca para hacerla entrar de una vez. -. Las Rainbooms ayudaron a reclutar lo más pronto posible a chicas sin parejas.

-Yo siempre tengo parejas- dijo Berry con una sonrisa levantando ambas cejas, luciendo un vestido plateado de falda bombacha-. Pero son de tragos.

-Pero Lyra tiene a Bicmac- observó Rainbow y Heartstring arrugó la frente, contrastando con el vestido al cuerpo de falda corta pegada a sus piernas, de lentejuelas doradas que hacían juego con sus ojos.

-Eh…terminamos.

-¡¿Qué?! ¿Terminó contigo o terminaste con él?

-¿Eso importa?

-¡Sí!- corearon todas.

-Ah…yo…terminé con él.

-¡Uuuh!- volvieron a corear.

-¿Y cómo se siente terminar con alguien?- preguntó Berry para beber del vaso servido, -. ¡Diablos! ¡Lo olvidé de nuevo! Te serviré otro Rainbow.

-Muy triste- murmuró Lyra bajando la mirada con las cejas curvadas.

-Toma, amiga- le dijo Berry pasándole una botella-. Bebe del pico. Te sentirás mejor- exclamó confiada y Lyra parpadeó sin tomarla.

-¿Qué rayos andas sirviendo, Berry?

-Vodka.

-¡Rayos, Punch! Empecemos con algo más ligero- se quejó Trixie. -. Por algo te pago.

-No me pagas.

-¡¿Cómo qué no?! ¡Te pagué porque quisiste cobrar por ser nuestra bartender!

-Ah…sí…te sacaste unos billetes del brasier.

-¿Del brasier?- dudó Carrot.

-No negociemos cuando tengo resaca- murmuró Berry. -. Entonces, ¿No quieren vodka aun?

-¡No!

-Pufff. Me hace falta Cherry en sus tiempos mozos- se quejó abriendo el minibar.

-Yo sólo quiero mi soda. Gracias- exclamó Carrot. Su cabello ondulado había sido planchado y usaba una gabardina rosa sobre su vestido.

-¿Por qué invitaste a Carrot Top?- le dijo Rainbow Dash a Trixie. -. No creo que sea de estas salidas.

-Porque nos ayudó en el plan. Además, es un amor.

-Awww. Gracias Trixie- se sonrojó la pelinaranja conmovida.

-Pero sí estás bien con este ambiente, ¿no?- preguntó Berry sacando una botella pequeña marrón.

-Mientras estemos juntas- dijo parpadeando suave levantando una sonrisa tierna -, siempre estaré bien.

-Mi kokoro- jadeó Lyra.

-¡Aghhh! Eso fue asqueroso- jadeó Rainbow llevándose una mano al pecho -. Pero me llegó.

-¿Quién de aquí ha probado cerveza?- preguntó Berry.

-…

-…

-…

-…-se escuchó el sorbo de Carrot bebiendo del sorbete la soda.

-Santurronas-tosió Berry -. ¿Pues quién se bautiza?

-Yo digo que Rainbow- opinó Lyra.

-Yo opinó que Lyra- replicó Raindow -. ¿No eres la que acaba de romper con alguien?

-¿Seré el mono de circo de la noche?- se quejó ella.

-¡Me gusta el circo!- opinó Carrot anchando la sonrisa.

-¡Que beba! ¡Que beba!- empezó a cantar Rainbow y le siguió trixie, después Berry. Carrot se limitó en escudarse en su vaso.

-Aghh- reclamó Lyra y cogió la botella, recibiendo las miradas expectante de las demás. Torció los ojos y dio un sorbo.

-¿Y? ¿Y? ¿A qué sabe?- pregunto Rainbow mientras Lyra sonaba la boca al saborear entrecerrando sus ojos para concentrarse y hacer un gesto.

-Sabe…a viejo.

-Jajaja no pues, ¿te andas levantando maduritos?- se divirtió Berry y Lyra bebió otro sorbo.

-¡Le gustó!- se carcajeó Rainbow -. Pásame una a mí.- le dijo a Berry.

-¿Normal o dieta?

-¿Me ves gorda?

-Entonces dieta.

-¡Berry!

-Jajajaja- rió pasándole una normal y miró a otra -. Tú, Triunfos Robados.

-¿Le hablas a Trixie?- dudó Lulamoon.

-Sí, bailarina.

-Porrista.

-Lo mismo.

-No lo es.

-¿Quieres cerveza?

-Mmmm, ¿Trajiste vino?- interrogó y todas la miraron -. ¡¿Qué?!

-Tenía que salir con sus bebidas sofisticadas- resopló Dash.

-¡Silencio!- bramó ella para volver a mirar a Berry -. ¡Dame la cerveza!

-Sale una.

-¿Tienes copa?

-…

-¡Lulamoon! ¡¿Guardas dinero en tu brasier! ¡En tu brasier!- hizo enfásis Rainbow -. ¿Por qué sales hecha la Señorita Lulamoon ahora?

-Agghhh- se quejó tomando la botella de Berry y se llevó a la boca enseguida, sólo para agrandar los ojos y escupirla al azar hacia adelante, sólo salpicando pocas gotas a ellas. -. ¡Sabe a viejo!

-Se los dije- exclamó Lyra para tomar de su botella, hacer mala cara y volver a tomar -. Pero le vas cogiendo el gusto.

-Es muy amargo para Trixie- dijo estirando la botella -. A Trixie le gusta las dulces.

-Ooojojojojo- disfrutó reír Berry mientras recogía la cerveza -. Esas son las amagadoras.

-¿Ah?

-Son dulces que no sientes el alcohol y sin darte cuenta estás borracha.

-Ah…- titubeó Trixie recordando su borrachera en Londres. Había bebido solo las dulces -. Eso explica muchas cosas.

-¿Qué cosas?

-¡Silencio!

-¿Te gusta mandar a callar a la gente, no?

-¡Silencio!

-Sí, así parece.

-Jajaja sabe raro- rió Rainbow Dash tras beber de su botella -. ¡Sabe a adultez!

-¿Entonces el plan es beber camino al baile?- preguntó Lyra meneando su botella.

-En realidad daremos una vuelta por la ciudad- sonrió Trixie -. Probaremos los tragos que trajo Berry y…

-¡Yo soy Berry!- saludó la pelimorada dejando de beber de golpe de su botella.

-¿Ya te está cogiendo el trago?

-Claro que no…- fingió.

-Viene de otra fiesta- dijo Carrot masticando el hielo que había en su bebida y Berry le arrugó la frente.

-¿Y tú como lo sabes?- preguntó y Carrot le sonrió.

-¿Adiviné? ¿Hay soda de uva?

-¿Van a dejar hablar a Trixie?- se quejó para aclarar la garganta -. Como Trixie decía…vamos a probar las bebidas en un paseo por la ciudad y obedeceremos las penitencias que Pinkie Pie y Rarity- decía alzando un bolsa con papelitos dentro –preparó para nosotras. Debo agregar que ni Trixie sabe lo que hay dentro así que para todas es la sorpresa.

-¿Crees que fue buena idea dejar a Pinkie Pie escribir las penitencias?- le preguntó Rainbow Dash.

-Es creativa- dijo sacudiendo la bolsa -. ¿Quién mete mano?

-La virgen- exclamó Berry y las tres levantaron las manos. -. Pffff. Santurronas. Una de las penitencias debe ser perderla con el chofer de la limosina. ¿Es guapo?

-¡Nadie tocará a Driver!- se quejó Trixie y miró a Rainbow -. Tú, mete la mano.

-Oookey- exclamó para tomar de su botella, hacer mala cara y meter la mano en la bolsa. -. Esto será genial- chilló para sacar la mano y desenvolver el papel -. "Buena idea Berry. Que alguien pierda la virginidad con el chofer de la limosina"- leyó para alzar la cabeza -. ¡Esto fue obra de Pinkie Pie! ¡Exijo otra!

-No me lo digas dos veces- gruñó Trixie estirándole la bolsa.

-A ver…- decía Rainbow con la mano de nuevo en la bolsa y sacó el papel -. "¿Cómo sería tu proposición de matrimonio de ensueño?"- leyó para mirar a las tres -. ¿Por qué tenía que ser Rarity?

-¡Ya contesta esa!- le dijo Lyra.

-Aghh. De acuerdo. Eh…¡Yo qué sé! No pienso en esas cosas. Supongo que nada cursi. Nada de música. Nada de ponerse de rodillas. Ni flores. Ni anillo. Nada elegante. Nada de carita de perro arrepentido. Ni un monólogo de lo maravilloso que es el amor.

-Eres jodida. ¿Cómo Soarin pidió ser tu novia?- dudó Berry y la pregunta fue como una daga al corazón para Rainbow.

-Ah…Bueno…lo fuimos cuando nos besamos mientras comíamos donas viendo en mute un documental de la Segunda Guerra Mundial hablando de Hitler.

-…- se intercambiaron miradas las cuatro.

-A eso llamo romance- ironizó Lyra.

-Lo fue- murmuró Rainbow con la mirada ausente y suspirar. Carrot torció el gesto. Su amiga, Roseluck, era pareja de Soarin, y según observaba, ella no se sentía agusta siéndolo. No había que verlo dos veces y comprobar que Rainbow aun siente algo por él. Lo lamentó por Roseluck, pero veía lo mismo en el chico.

-Bueno…- llamó la atención Trixie -. Berry, probamos la cerveza. ¿Qué otra más tienes?

-Ya déjense de santurradas y prueben el vodka- se quejó sacando la botella.

-Un solo dolor. Va- dijo Trixie.

-Mientras que Carrot sea que saque la siguiente penitencia- dijo Rainbow más animada -. Ya que no bebes, al menos participa de una vez.

-Está bien- sonrió metiendo la mano enseguida y leyó: -. "Pídele la hora a un transeúnte…".

-¿Nada más? ¿Eso es todo?- se quejó Berry pasando los pequeños vasos a las demás.

-"Pídele la hora a un transeúnte…mientras corres en círculos a su alrededor".

-Jajaja. Te verás ridícula- rió Berry y se llevó el pico de la botella de vodka para un trago rápido.

-No tienes que hacerlo si no quieres.

-¡Trixie!- se quejó Rainbow -. Tiene que hacerlo.

-Pero es Carrot. No lo hará- dijo Lyra mientras estiraba su mano para tomar su vaso…pero otra mano se la quitó y la bebió de un sorbo largo. Esa había sido Carrot.

-Claro que lo haré- aseguró, sorprendiendo de las demás y se levantó de su asiento hacia el techo de la limosina -. Trixie, ¿Sabes cómo abrir esta cosa? Elegiré al traseúnte.

Trixie se puso de pie y presionó un botón donde la puerta corrediza del techo se abrió, allí ambas se asomaron.

-Chicas, miren esto- susurró Rainbow a Berry y Lyra, acercándose sigilosamente y le levantó la falda de tablones a Trixie, que aunque usaba short por debajo, era corto, mostrando su Cutie Mark -. ¿No es lindo?

-¡Aaahhh!- gritó Trixie bajando la mirada y moviendo las piernas -. Maldición, ¿Por qué siempre morboseas a Trixie?

-Ooohhh- murmuraron Lyra y Berry viendo de cerca la Cutie Mark mientras aun Rainbow le mantenía la falda levantada.

-¡BÁJALA!- gritó avergonzada y se bajó de vuelta adentro para darle torpes manotones a Rainbow que respondía muriéndose de risa.

-¡Teníamos público!- exclamó Berry entre risa señalando hacia atrás, y tanto Trixie como Rainbow vieron que el chofer tenía la mirada hacia el parabrisa para mirar en frente pudiéndose ver un poco las mejillas sonrojadas.

-¡Te odio!- rugió Trixie ceñuda con sus mejillas encendidas y se abalanzó encima de Rainbow.

-¡Hey, arruinas mi vesti…!

-¡Para lo que me importa!- decía desbaratándole el cabello entre la pelea tonta.

-¿Soy la única que siente la necesidad de grabar esto?- preguntó Berry mirando la pelea y levantó la botella a su boca.

-Ya me adelanté- sonrió Lyra con su teléfono grabando la escena.

-¿Ya no haré el reto?- preguntó Carrot bajando la cabeza y vio la pelea -. Apuesto por Rainbow.

-Rainbow- dijo Lyra.

-Lulamoon. El uniforme le da puntos- sintió el calor de la mirada y vio a Carrot y Lyra -. ¿Qué?

-¡Y eso pasa cuando te metes con Trixie Lulamoon!- sentenció quitándose de encima despeinada y ni se diga Rainbow, que tenía la cabeza hecha nido.

-Me batiste el cerebro.

-¡Ja!- triunfó orgullosa y presionó un botón para que se levantara una puerta para bloquear la vista del chofer hacia atrás. -. Trixie debió hacer esto desde el principio.

-En realidad lo hiciste pero yo lo bajé- dijo Berry.

-¿Por qué?

-Quería ver si era guapo- se justificó para sonreírse y decir cantado: -. Y debo decir que puede hacerme las carreras que quiera cuantas veeeeeeeeeeces deseaaaaaa Laaaaaaaaaaaaaa.

-Berry estás ebria.

-¿Qué? No es cier… ¿Ah? ¿Dijiste ebria?- rió levantando la botella-. Sí, es cierto, ¡Estoy ebria! ¡Yay!- alzó la vista -. Hasta veo muy alta a Carrot. ¡Yuujuu! ¡Hola! ¿Qué tal el clima allá arriba?

-Ah…me ves alta porque estoy de pie, Berry…

-Bueno, cuida lo que bebemos para llevar el resto al baile- le dijo Trixie.

-¿Qué?- preguntó Rainbow Dash admirada -. ¿Cómo…? ¿Lo consiguieron?

-En eso estamos- sonrió Trixie guiñándole un ojo.

-¡Cherry, hace ya veinte minutos que vinieron por ti!- exclamó su padre, un hombre de piel celeste claro, ojos cafés y cabello azul al pie de las escaleras -. ¡O bajas o le digo que se vaya nomás!

-¡Papá!- le gritó desde arriba en su cuarto.

-¡Tú sabes que lo haré!

-¡Tú no entiendes! ¡La belleza tarda!

-¡Cherry Crash, baja o te bajo!

-¡Aghh!- se descargó mientras se escuchaba el fuerte sonido de un cajón cerrarse, seguido de la puerta y pesados zapatos de tacón aterrizar con fuerza como apresurados desde los pasillos de arriba. Su padre sólo sonrió divertido.

-Así me gusta, Cerecita. Que me obedez…-decía para interrumpirse al ver a su hija bajar las escaleras con prisa.

-¿Crees que es demasiado?- preguntó mientras se pasaba ambas manos en sus pómulos, corriendo el rubor que se había puesto.

Si había demostrado antes lo buena que era maquillándose…para esta noche, sin duda alguna ganaría el título de la mejor maquillista de Canterlot High. Estaba despampanante con ese juego de colores en sus párpados y por supuesto, su infaltable labial rojo en sus labios, realmente hermosa y atractiva, luciendo un vestido cuello halter: de cuello cerrado y con espalda escotada, ajustado en su cintura, resaltando su curva, acompañado de un peinado que dejaba atrás su estilo despeinado y rebelde, acomodando su cabello que era corto al ras atrás y largo adelante, dejándolo de lado, cubriendo un lado del rostro de forma coqueta, complementaba una apariencia elegante pero a la vez seductora, marcando ese estilo de ella de coqueta y segura que ha tenido siempre en su imagen.

-Eres una mujer- fue lo que se le salió a su padre, casi sin aliento con la mirada conmovida sobre su hija, quien lo miró enseguida apenas aterrizó al piso de abajo -. Cherry…ya no eres una niña.

-¿Recién te das cuenta?- se burló sonriéndose.

-Quisiera decir que me recuerdas a tu madre pero…- se interrumpió con una risa nostálgica -….no. Ella era tan quietecita, tan reservada…¿Y tú? ¡Todo lo contrario!- rió, haciendo sonreír más a Cherry -. Tampoco te pareces tanto a mí. Sólo eres…tú. Tan única, tan…tú. Siempre ha sido así y es lo que me encanta de ti- suspiró acercándose para tomarle las manos -. Sí que diste qué hacer Cherry- le reprochó con cierta diversión -. Fuiste una niña muy inquieta, traviesa y berrinchuda. Hiperactiva. Después llegaste a la pubertad y fuiste muy rebelde, altanera y contestona- sacudió la cabeza -. Fuiste adolescente y te enamoraste…- agregó y Cherry enserió su rostro -. Cuántas veces se me partía el alma mientras me tenías afuera al pie de tu cuarto, escuchándote llorar a cántaros por tus parejas. Tener que abrir con llave y encontrarte bocabajo en la cama echa ovillo. Tus escapadas, salidas... - hizo una pausa, rememorando todas por las que tuvo que pasar-. Hubo momentos en que me preguntaba qué hubiera hecho tu madre. Sentía que tal vez podría decir algo mejor. Era mujer, más sensible, creo, supongo. Yo hice lo que pude como padre soltero. Ser tu mejor amigo. Un buen guía. No sólo un buen papá sino…mamá- tiró una risa sintiéndose que le hacía un nudo el garganta -. Te amo tanto, Cerecita- sonrió, compartiendo los ojos vidriosos con Cherry -. Sólo quiero que sepas, que vas a seguir llorando. Habrá gente que va a fallar. Pero tú dale. Adelante. Canaliza esa rebeldía lo más provechosa y correcta posible. Y tienes que ser fuerte. Eres realmente hermosa y encantadora a tu manera. Pasaste tantas evoluciones y aunque sigues creciendo, descubriéndote, no quiero que pierdas tu chispa tan risueña, por nadie. Porque la necesitarás, si quieres aprovechar el regalo de la vida… que sin duda tu madre hasta el último segundo de su tiempo en este mundo, terminó aprovechando lo mejor que pudiera de la vida, dándote a luz.

-Papá…-jadeó y lo abrazó de golpe, con fuerza, sintiendo sus brazos a su alrededor, al hombre que sin importar lo raro que parecía, era quien iba a los eventos del Día de la Madre en la primaria, ayudó a su hija a descubrir, ambos, cómo comprar un brasier, explicarle cómo su cuerpo cambiaría. Pudiera pedirle esos favores a una tía, prima, cualquiera de las mujeres que rodearon a Cherry, sin que una sea su madre. Pero no. No lo quería porque sentía que era su obligación con su doble rol. Quería hacerlo él. Siempre eran los dos. Siempre fueron solamente los dos. Él era lo único que tenía. Su papá mamá. Y en serio ella no le había hecho fácil el trabajo…Lo apretó más fuerte -. Te amo muchísimo. Lamento haber sido un pelo en el trasero.

-¡Cherry! ¡Qué asco! ¿Debías arruinar el momento?

-¡¿Qué?! ¡Lo dije en serio!- contestó apartándose un poco y ambos se miraron con los ojos llorosos pero con una sonrisa levantada -. Seré la mujer hermosa, encantadora y fuerte, que quieres que sea.

-Que debes querer ser- le corrigió levantando el rostro para besarle la frente -. Más vale salgas ya. Flash debe estar hasta dormido en el volante- se burló, haciéndola reír.

-De acuerdo, ya me voy.

-Pero antes, Cherry, dime, por favor, a qué hora vas a llegar. En serio no quiero que me digas una hora y pasen tres, cuatro y yo angustiado sin poder pegar el ojo.

-Papá…- suspiró con una sonrisa, culpable. Cuántas veces le había hecho eso, escuchado fastidiada el regaño, sin dedicarse a pensar en los mini infartos con cada movimiento de la manecilla del reloj sin saber de ella -. No te preocupes. Te juro que a más tardar medianoche llego. Te doy mi palabra.

-Y creeré en ella- sonrió -. Diviértete.

-Trataré- sinceró, le besó la mejilla en despedida y salió de esa casa con una sonrisa motivadora. En serio quería ser la mujer de su descripción.

-Sonata…- insistía Pinkie Pie al pie de la puerta del cubículo del baño donde se encerró Sonata. Ya se podía escuchar la música, cosa que señalaba que habían venido más alumnos-. Sal. Lo siento mucho. No debí gritarte, yo…lo siento. Sólo me tomó desprevenida y no sabía que…sentías eso por mí. Perdóname por favor. No fue mi intención. Si me enojé pero es que tú sabes que ahora estoy con Cheese y no debis…- se interrumpió cuando la puerta al fin se abrió y vio a Sonata de pie abrazándose a sí misma con el rostro descompuesto en confusión.

-No, Pinkie, yo…lo siento. Fui impulsiva y…- lanzó un suspiro cerrando los ojos con fuerza -. Creí que te quería…creí que podría…sentir amor al besar. Eso hacen las personas que se quieren. Pero apenas lo hice me arrepentí. No sentí nada…- admitió empezándole escuchar la voz forzosa -. No puedo sentir amor. No puedo amar- cerró los ojos fuerza y desesperada -. ¡No puedo dejar de ser lo que soy! ¡Un egoísta y fría sirena!

-¿Pero qué cosas dices?- le exclamó tomándolo de los hombros y sacándola de allí -. Por supuesto que no eres egoísta y mucho menos fría. Y…Sonata…tú amas demasiado.

-¿Qué?- interrogó incrédula abriéndole los ojos con la frente arrugada, mirando la sonrisa gentil de Pinkie Pie.

-Tú me amas- le aseguró, mirando aquellos ojos cerezas realmente confundidos mientras sacudía la cabeza -. Sonata, hay muchas clases de amor. Y el amor que sientes por mí, no es el romántico, es de amistad. Amas de muchas maneras y muy fuerte. Amas a los chicos de la Casa Hogar. Amas ayudar a los demás. Amas la vida- sonrió -. Amas los tacos- bromeó logrando que se le saliera una corta pero sincera sonrisa entre sus lágrimas -. Sonata, tú siempre fuiste la excepción entre Adagio y Aria. Eras mala porque era el mundo que te enseñaron, ignorando el otro, el bueno, el del amor y empatía hacia los demás- aseguró para suspirar y llevarse una mano en el bolso que cruzaba sobre su pecho -. Iba a dártelo cuando acabara la noche y tu debut pero…-decía para levantar un collar con un dije de cristal traslúcido con el color de sus ojos, de unos diez centímetros. El solo verla, Sonata sintió un "clic" en su cabeza y en su pecho, dejando de llorar, mirando el accesorio con mucha atención mientras escuchaba a su amiga -. Esto es lo que representas Sonata Dusk. El amor que quieres esparcir en todos y cada uno, para un mundo con menos oscuridad, lleno de paz- concluyó y apenas lo dijo, Sonata elevó la sonrisa a la vez que brillaba su cuerpo fúlgido, al igual que el dije del corazón, sorprendiendo a Pinkie Pie.

-Tal vez ese sea mi destino- le dijo con una gran sonrisa, tomando el dije con una mirada suave y determinada -. Estoy en este mundo, para servir a los demás…- apretó el dije entre sus manos y lo abrazó contra su pecho -…con el corazón- concluyó, brillando un poco más fuerte tanto con el dije hasta que tal como apareció, el brillo se fue.

-Moon White tiene trabajo para el lunes- comentó Pinkie Pie para sonreírse con Sonata, quien arrugó un poco la frente.

-Pinkie…yo te quiero mucho…creo…tal vez…no sé…

-No estás enamorada de mí.

-No, no es eso. Ya lo sé. Sólo…¿Podría llamarte mejor amiga?- sonrió -. Eso es lo que realmente siento por ti.

-¡Pero por supuesto que sí!- aceptó con una ancha sonrisa salpicando serpentinas haciendo reír a Sonata y se abrazaron. -. Yo también te quiero mucho, Sonata.

-Gracias- sonrió -. Y…Pinkie...

-¿Sí?

-Creo…que Rain Shinning es lindo…

-¡Yay! ¡Lo sabía!- celebró y ambas rieron en complicidad.

Un unicornio sopló el vapor salir de la taza de cartón de café que levitaba. Su melena era naranja, su pelaje aguamarina y ojos azules. Su Cutie Mark, un corazón resplandeciente con un bisturí y una inyección cruzándose sobre éste. Ya era algo entrado en edad, rondando más de los sesenta años. Estaba por beber su café cuando los altavoces retumbaron en cada pasillo del edificio.

-Doctor Light Hope, se lo solicita en el Sala de Infectología. Doctor Light Hope, se lo solicita en el Sala de Infectología.

-Ya oí, ya oí- contestó el unicornio a la voz, para dar sólo un sorbo de su café y dejarlo sobre el mesón.

Estaba en su hora de descanso en la Cafetería de los médicos del Hospital de Canterlot. Pero en su profesión, realmente era escasas las ocasiones en tener un descanso entero en su turno. Salió de la sala con un galope moderadamente de prisa hacia la Sala de Infectología. Apenas iluminó las puertas con su magia se abrieron y caminó directo hacia una enfermera de pelaje crema y melena rosa, que ya lo aguardaba.

-¿Qué sucede?- preguntó tomando con su magia una ficha médica que le estiró la pony.

-Es su paciente. El unicornio Moon White.

El médico enseguida leyó la ficha. Trataba su condición médica desde que tendría al menos unos doce años y desde ahí lo ha visto prácticamente crecer hasta el adulto que era ahora. Es su médico de cabecera y al único que podría recurrir en caso de Emergencia ya que sabía su historial médico y extraña condición. Tenían una manera formal de tratarse pero a la vez casi muy familiar, de parientes.

-Ay, muchacho. ¿Qué tiene esta vez?- resopló con infortunio.

-Una amiga lo trajo en su lomo- explicó mientras caminaba junto a él -. Llegó inconsciente con una temperatura de 42 grados de fiebre. Previamente parece había convulsionado en su casa, cosa que se repitió aquí cuando lo atendimos. Le hicimos los exámenes habituales cuando tiene un episodio y me temo que la fiebre fue provocada por la considerable anormalidad en el número de glóbulos blancos, por la ausencia de las reservas de la médula ósea para la producción de neutrófilos (glóbulos blancos más abundantes de la sangre),

-¿Tomaron muestra para ver si se trata de leucemia?- le interrumpió deslucido. Ese era siempre su temor cada que este paciente pasaba un cuadro de disminución de neutrófilos, descartándose, hasta ahora, aquella enfermedad. Pero ahora con un número alarmantemente bajo…

-Ahora se están examinando, Doctor.

-De acuerdo- suspiró -. ¿Está despierto?

-Sí, Doctor.

-Bien. Hablaré con él- avisó caminando hacia el cubículo donde se encontraba, encontrando al unicornio aplastado en la cama, pálido y con muy mal aspecto con una unicornio azul y melena bicolor sentada en una silla a su lado, quien levantó enseguida la cabeza al ver a Light Hope. -. Buenas noches, señorita. ¿Nos permite un momento?

-Cla-claro- contestó con torpeza subiendo una rápida sonrisa. Le dio una mirada a Moon White y le acarició un casco en confortación y apoyo, provocando que el corcel le sonriera un poco entre su semblante marchito.

-Así que…- decía el médico apenas Minuette salió, caminando hacia él con una agradable sonrisa -…de nuevo por aquí.

-Me va a decir que no me extrañaba- trató de bromear pero su voz salió cansada y baja. El otro unicornio se limitó en mantenerle la mirada aun con esa sonrisa.

-¿Cómo te sientes?

-Como si fuera masticado y escupido por un Timber Wolf- suspiró cerrando los ojos -. ¿Qué tan mal estoy?

-Aún estamos esperando las pruebas de sangre- le explicó -. Es tu problema con la neutropenia- se puso serio -. Prácticamente se han destruido como dominó tus glóbulos blancos y tu sistema inmunológico está completamente indefenso. Una simple gripe en este momento puede convertirse en neumonía y matarte.

-Es lo que me agrada de usted. Es directo- tragó con esfuerzo saliva sintiendo su boca muy seca -. Ahora veo porque me trajeron aquí…

-Moon White, ¿Has abusado de tu magia últimamente?

-Yo…- resopló acomodándose en la cama y se le salió un gesto de malestar.

-Sé sincero para poderte ayudar- le interrumpió con voz más seria y una mirada severa.-. Desde que entregaste parte de tu magia, ¿Qué te dije? Que no puedes más usarla. Fuerzas más tu cuerpo, cuerpo que es frágil para esfuerzos físicos porque la magia por alguna razón que desconocemos te destruye por dentro- se interrumpió con un ceño -. Moon White, esto es serio. Mírate cómo estás. No has entrado un cuadro así desde que eras muy joven ¿Qué tanto has estado expuesto a la magia?

-Tenía que intentar algo…- se trató de justificar abriendo los ojos.

-Por terco juegas con tu salud.

-Soy un unicornio- le musitó con esa voz frágil con movimientos lentos tratando de acomodarse en la cama y gesticuló de dolor al sentir como si cientos de agujas le hincaran el lomo -. Es lo que soy, lo que hago mejor. No puedo simplemente dejar la magia, dejar de crear hechizos, es como respirar- jadeó temblando un poco del escalofrío. "Quería ser aún útil" se sinceró por dentro, curvando las cejas.

-¡Pues problema resuelto!- ironizó -. Estás aquí porque me desobedeciste y listo- regañó enojado para tomar aire y relajarse -. Moon White, la neutropenia que sufres, es por tu magia, que funcionara como si fuesen pequeñas dosis de radiación que provoca los desmayos, la fatiga, la migraña, el adormecimiento muscular, la presión alta y hasta alucinaciones. Pero esta afección es más grave que eso- dijo levitando la ficha médica -. Son síntomas que se despiertan tras días de una fuerte radiación, cosa que explicaría el por qué esa destrucción masiva y alarmante de glóbulos blancos. Mi pregunta es… ¿Qué rayos has estado haciendo o expuesto con magia?

Moon White se lo quedó mirando y tenía una respuesta inmediata a eso.

La magia contenida en Canterlot High.

Estar mucho tiempo allí, expuesto a ella lo descomponía más rápido que cuando lo usaba normalmente. Pero ¿Cómo decirle eso a su doctor? Se supone que sólo contados ponies sabían de su origen. Se supone que le confiaron el secreto.

-¿Y bien?- motivó Light Hope levantando una ceja.

-Doctor- llamó la enfermera desde la puerta, interrumpiéndolos.

-Enseguida regreso- le dijo Light a Moon White y salió del cuarto.

Una vez al fin solo, sin médicos, enfermeras o Minuette, lanzó un pesado suspiro lamentoso y se llevó los cascos a los ojos, como si así amortiguara las lágrimas que querían salir.

Estaba asustado. Por primera vez, estaba asustado con una de sus recaídas porque su médico tenía razón. No recaía de esta manera desde muy joven. ¿Y si estaba retrocediendo? ¿Si sólo empeoraría? Aun sentía esas agujas en su espalda y que hervía entre los temblores del escalofrío. Sus labios y su boca estaban completamente secos, y su cuerpo…sentía que se resistía a obedecerlo, sintiéndolo ajeno.

Realmente se sentía muy mal. Aspiró con cierta desesperación, destapándose los ojos completamente vidriosos por las capas de lágrimas. Sólo podía pensar en cómo de un momento a otro de estar bien pasa a sentirse terrible.

Él tenía una vida tranquila. Daba clases. Creaba hechizos para su sola satisfacción. Tenía su propia burbuja que lo protegía para no acercarse a los demás. Tenía sus problemas de salud, pero nada grave, sabía lidiar con él.

Pero era una vida…resignada, que lo forzaba a conformarse con lo que le quedaba y no discutir lo que le quitaba, haciéndose el fuerte. "¿Eres feliz?" resonó esa pregunta que escuchó esta mañana.

-Twilight…- murmuró, dejando caer una lágrima con un dolor en su pecho y asomó la cabeza al escuchar la puerta abrirse y ver a Light Hope entrar al cuarto levitando lo que sería el resultado de sus exámenes.

Su mirada angustiosa contagió a su médico, y él sólo cerró los ojos, casi como Dejá Vu, transportándose al momento que sintió unos labios despidiéndose con un beso, dejando caer otra lágrima mientras sentía que el mundo le caía encima.

Definitivamente lo había perdido todo.

-¡Potros de Canterlot, con ustedes, la talentosa Sonata Dusk!- presentó Pinkie Pie desde la tarima, haciéndose a un lado del micrófono mientras la mencionada se acercaba recibiendo los aplausos y euforia del gimnasio lleno ya de estudiantes.

Vinyl hizo sonar la pista y Sonata agarró el micrófono con ambas manos mientras se menaba un poco y empezar a cantar:

-Some people wake up, scared of living their dream

They'll settle for anything…

Su voz salió tan clara, dulce y suave, robando la atención enseguida a los presentes, que se animaban de a poco a tomar un espacio en la pista mientras el coro motivaba más a reunirse a bailar:

-If Cinderella was here tonight

She wouldn't walk out the door leaving you behind

Midnight calling but she don't care

She'd be a fool not to follow you everywhere

Because for you I would lose both, both of my shoes

Stay all night, see the light

That's all I wanna do.

Mientras era entonada, Bonbon hacía su entrada, buscando enseguida a alguien con la mirada.

-¡Bonbon!- celebró una inconfundible voz para ella, mirando a su derecha a Derpy, que tenía su común pelo suelto pero un lindo vestido largo color gris, acercarse a ella realmente emocionada. Más atrás de ella, le seguía Time Turner con su traje e infaltable corbatín verde.

-Wow. Bonbon, estás realmente bonita- aludió Whooves.

-¿Bonita? ¡Está preciosa!- corrigió Derpy mientras tomaba de las muñecas a Bonbon, manejándoselas -. ¡Parece una muñequita y dan ganas de jugar con ella! ¡Creo que lo haré! ¡Lalalalala!

-Eh… ¿Han visto a Cherry?- preguntó ella mientras se dejaba manipular paciente por su amiga.

-Ah, sí- le dijo Whooves -. Llegó hace rato con Flash Sentry.

-¿Disculpa?- interrogó con voz pesada.

-¡Sí! llegaron juntos- intervino Derpy mientras le hacía ponerle las manos en la cintura aun en su juego -. Está coquetísima con ese vestido de espalda descubierta- tiró una risa inocente -. Si no supiera que son novias, diría que Flash es su pareja de baile. Andan juntos desde que llegaron.

-Ah…- titubeó Whooves al ver cómo su novia seguía jugando tarareando…mientras Bonbon había endurecido su rostro con una mirada fría y penetrante a ningún lugar. -. Bonbon, ¿Estás bi…?

-¿Dónde…está…Cherry?- preguntó con pesadez y profundidad sintiendo cómo los músculos se le contraían de una repentina rabia, haciéndose dura que Derpy ya no pudo seguirla manipulando y le frunciera el ceño con un puchero para cruzarse de brazos, en reproche.

-No lo sé. Creo que…-decía pero Bonbon lo ignoró y se movió con zancadas a buscarla ella misma.

-Esto me huele mal…- comentó Derpy.

-Más bien huele a celos…

-Agghhh. Tenía que usar una canción cursi de cenicienta para iniciar la noche- decía una voz irritada sentada en una de las mesas que rodeaban el gimnasio. Era una joven de cabello corto, lacio y gris a la barbilla. Su piel era color violeta grisáceo y usaba un vestido simple gris oscuro -. Preferiría una de rock.

-¿De rocas?- le preguntó una voz poco entusiasta sentada a su lado, una joven un poco más alta que ella de cabello violeta y piel gris y usaba un vestido azul grisáceo de una sola manga.

-Dije rock.

-Ah…igual preferiría una de rocas- opinó inexpresiva -. Pero esta me gusta, ¿Y a ti?- le preguntó a la más baja de las tres, quien al escuchar que le pedía su opinión, respingó un poco, se encogió y sonrió tímidamente, asintiéndole. Su cabello largo y lacio le tapaba un ojo, usaba un vestido conchevino con brillos.

-¡Oh, queridas, sí vinieron!- exclamó Rarity caminando hacia su mesa junto con Caramel.

-Trata de decirle "no" a Pinkie Pie- resopló con ceño la más amargada mientras la de en medio asintió una vez y la menor…simplemente se encogió más cubriendo el rostro con su cabello.

-¿Quiénes son ellas?- preguntó Caramel a Rarity.

-Oh, disculpa, querido. Ellas son las hermanas de Pinkie Pie.

-¡¿Pinkie Pie tiene hermanas?!

-Sí. Y una de ellas es su hermana melliza.

-¿Melliza?- dudó, mirando a las tres, ¡Ninguna parecía ser ni familiar de la fiestera rosa!

-Soy Maud Pie- se presentó con un simple pestañeo y señaló a su derecha -. Ella es Limestone Pie- dijo para señalar a su izquierda, haciendo que su hermana se deslizara de su silla por la atención-. Y ella Marble Pie, la melliza de Pinkie y menor por unos minutos.

-Ah, un gusto. Soy Caramel- respondió en general la presentación con una sonrisa amable.

-Nos sentaremos con ustedes- avisó la modista mientras halaba una silla -. Las demás no tardarán en llegar- avisó dándose cuenta de la mirada distraída de Marble, sigilosa mirando a su alrededor -. Querida, ¿Buscas a alguien?- le preguntó gentilmente y Marble la miró con los ojos agrandados sonrojándose intensamente, sacudiendo de un lado otro la cabeza enseguida en negación.

-Rarity, ¿Sabes si viene algún Apple?- exclamó Maud con esa serenidad natural en ella en su rostro, haciendo que la menor se espantara y se sonrojara más.

-Applejack debe estar en camino- le contestó -, Appleboom vino con Sweetie Belle y Scootaloo hace un rato y Bicmac vendría un poco más tarde.

-Ah, okey- afirmó Maud y miró sigilosa a su hermana menor: -. De nada- le murmuró saliéndosele una pequeñísima sonrisa que suele dar y Marble arrugó cohibida la frente y le sonrió también.

-¿Qué? ¿Qué pasa aquí? No entiendo- se molestó Limestone viendo la complicidad entre las dos.

-Hablamos de rocas…

-Uhumm- afirmó Marble.

-Oh…- dijo y miró a Rarity y Caramel -. ¿Saben que soy la Jefe de la granja de rocas?- empezó su discurso de mandamás -. ¡Nada se hace o se dice a menos que sea bajo mi orden!- se entusiasmó hablando con esa agresividad con una sonrisa sagaz y fuerte ceño, haciendo que la modista y deportista sonrieran forzadamente intercambiando una mirada.

-Estás muy lindo.

-Ya me lo dijiste.

-Quiero decirlo de nuevo.

-Ah…¡Está bien! Continúa.

-¡Estás muy lindo!

Mistery Mint estaba con su brazo enroscado con el de Brawley Beats, muy juntos y ella posando su cabeza en su hombro. La joven lucía un vestido de tiras morado tal como su cabello con una falda larga, usando guantes negros largos hasta el codo tipo red. Sentía el traje oscuro de su pareja tan suave y perfumado, que se había idiotizado por completo sin querer ocultarlo.

Ambos caminaban de esa manera tan unida por la entrada de Canterlot High cuando…

-¿Estás viendo lo que yo?- le preguntó él admirado y ella levantó la cabeza para ver a Applejack y Thunderlane llegar a la escuela en caballo.

-Sí…estoy viendo lo que tú.

-¡Yeehaa! ¡Nada mal para tu primera vez en caballo!- exclamó la vaquera deteniendo su caballo.

-Sí…sólo me caí cuatro veces y perdí mi reloj en una caída ¡Pero nada mal!- contestó él optimista sin poder detener el suyo y Applejack se estiró a su cuerda para detenerlo. Thunderlane le sonrió –. Jejeje. Gracias.

-¡Wow! ¡Vinieron a caballo!- les exclamó Mistery mientras hasta con tacos, Applejack se bajó del animal con agilidad entregando la cuerda del caballo al encargado que venía con ellos, mientras Thunderlane hizo maromas y hasta se le atascó el pie, pero al final aterrizó al suelo "sin perder el glamour". A todo esto la vaquera sonrió con una mirada suave para prestar atención a la rockera.

-Sip. Sólo a él se le ocurriría.

-Pero das gracias a que se me ocurrió, ¿Cierto?- le dijo él.

-Hey, que no se te suban los humos- bromeó.

-Sólo quiero aprovechar mi crédito. Aunque con una sonrisa tuya basta y sobra.

-Eso fue innecesario- comentó pero saliéndole la voz algo suave jugando con sus dedos casi inconscientemente, dejando a Mistery una cálida sensación sonriéndose enternecida.

-¿Cómo no me di cuenta? ¿Quién lo diría, no?- dijo Mint conmovida entre mirando a Applejack y Thunderlane -. Ambos resultaron ser una linda pareja.

-Pareja de baile- le aclaró la vaquera -. Sólo eso. Pareja de baile.

-Es lo que dice ella- comentó Thunderlane relajado y Applejack lo miró ceñuda en advertencia, pero él mantuvo la sonrisa sin inmutarse.

-Como sea parece que la pasarán genial- exclamó Brawly y a eso sí ambos le asintieron en común acuerdo y el par de parejas entraron juntos. Mistery de nuevo enroscándole el brazo a Brawly y Thunderlane estiró el suyo a Applejack.

-Sigue caminando, Dulzura- se limitó en decirle sin tomar el brazo, pero el chico sólo se sonrió y la dejó tranquila.

-Jajajajajajaja- reían en unísono un grupo de amigos frente a la mesa de bocadillos, la mayoría con su vaso de ponche. Entre ellos, estaban Cherry Crash y Flash Sentry, que entre risa, el chico colocó un brazo sobre los hombros de ella por inercia.

-Vas a amanecer paralítico y con las cuencas donde deberían estar tus ojos, vacías, si no apartas tu brazo de mi novia a la de ya… ¡YA!

La voz perturbadora, fría y amenazante se escuchó entre los dos, separándose ambos inmediatamente mirando la entumecida cara de Bonbon con sus ojos apuñalándolo con la mirada y conteniendo el aire entre el rechinido de sus dientes.

-Ah…¿Bonbon?- titubeó Flash y el resto también quedó choqueado con la llegada de la joven.

-Adiós.

-¿Qué…?

-¡DIJE ADIOS!- rugió profundizando el ceño y todos salieron disparados de allí, a excepción de Cherry, que miraba a Bonbon con un suave ceño y la boca semiabierta, indignada.

-Okey, ¿Qué fue eso?- reclamó ella y Bonbon la miró manteniendo el gesto.

-¿Todavía lo preguntas? Andas por allí dando de qué hablar al estar pegada como garrapata con Flash Sentry. ¿Viniste con él al baile?

-Pues me dio el aventón, ¿y?

-¿Y?- reclamó -. ¡¿Y?!

-Sí, ¿y?- obvió -. Es mi amigo. No veo nada malo- lanzó una sonrisa -. No puedo creer que me celes con él. ¡Es un chico!

-¡Un chico!- la imitó forzando una sonrisa -. Sí, sólo un chico…el chico que besaste pero no importa, ¿no? Sólo es él… ¡Un chico!

-…- se la quedó mirando de mala gana -. ¿Es en serio?- resopló bebiendo un poco de su ponche como tragarse la situación -. ¿Sabes? No quiero esto ahora. Es un baile, déjame tranquila ¿sí? estaba bien hace un minuto.

-¿Y ahora estás mal porque llego yo?- se quejó y Cherry sólo bajó los hombros, mal resignada y sin sorprenderse, pasando la mirada desde su peinado hasta sus zapatos.

-Te ves hermosa, Bonbon- se limitó en decirle evadiendo la discusión -. ¿Quieres ponche?- le ofreció estirándole del suyo.

Bonbon contuvo un momento la respiración mientras fingía no sentir el trato de Cherry tan…vacío. Trató de relajarse y tomó su vaso de ponche para beberlo. El contenido lo saboreó raro, mirando a Cherry, que tenía sus ojos dorados cesados e indiferentes y una serenidad que le incomodaba. Tan impropia de ella.

Una angustia le hincó el vientre mientras sin decirse nada más, ambas caminaron hacia una mesa dónde sentarse con algún conocido, con alguien que rompería la sensación de las miles de espinas que tenían enterradas en sus cuerpos cuando ahora estaban juntas. Casi podía decir que Cherry...¿ya no la qui...? ¡No! ¡Qué tontería!

Si no lo piensas...no es real...¿Cierto?

¿...Cierto...?

-¡Celestia!- gritó Luna concentrada en el espejo mientras se cambiaba por tercera vez el color de su labial mientras sonaba el timbre -. ¡Ve a abrir la puerta!

-Luna…- murmuró Celestia a pocos metros junto a ella -. Estoy justo aquí.

-Ah…- exclamó mirándola y le sonrió -. Por favor, Cely. Ve abrir la puerta- pidió y Celestia le sonrió pasando una mano a su cabeza cariñosamente y salió del cuarto. Luna volvió a mirar al espejo, debatiéndose si dejarse ese color cuando…

-¡Aaaahhhhh!

-¡Cely!- exclamó ella saliendo corriendo del cuarto y llegó a la sala principal encontrándose con Celestia que caminaba sentido contrario -. ¿Qué sucede? ¿Por qué gri…?

-Hagas lo que hagas, no abras la puerta- pidió alarmada mientras sonaba el timbre de nuevo. Luna ladeó la cabeza.

-¿Por qué?

-Saldremos por la puerta de atrás- ignoró su pregunta, apresurándola-. Toma tu bolso y vámonos.

-¿Qué sucede?- tiró una risa burlona -. Ni que haya venido Discord.

-…- calló con mirada de pánico y Luna congeló su sonrisa agrandando los ojos.

-¡Vino Discord!

-¿Alguien dijo mi nombre?- preguntó travieso asomándose en la ventana cerca de la puerta y ambas respingaron. -. ¿Así saludan a un viejo amigo o más bien, a su jefe?- preguntó un hombre de piel gris, ojos rojos, cabello gris oscuro y una barba de chivo blanca.

-Discord…ahora no es buen momento- suplicó Celestia.

-¡Claro que es buen momento! ¡Hay un baile!

-¿Cómo rayos se enteró?- interrogó Luna.

-Se supone que evitamos justo esto porque hará cualquier cosa por poner de cabeza todo. No puedo creer que sea el superintendente. Ordenó que en el Día de la Marmota teníamos que estar disfrazadas de ese animal todo el día o nos multaban… ¡Y tuvimos que hacerlo!

-Yuuuhuuuu ¿Serían tan amables de abrir la puerta, queridas?

-Qué más da- farfulló Luna y se dirigió a la entrada para recibir un abrazo de oso incómodo por parte del superintendente.

-¡Ay, Luna! ¡Pero qué hermosa estás, aunque te prefiero de marmota, pues te cubre la cara jajaja, sólo bromeo, querida, reluces como la luna de esta noche!- aludió para soltarla de golpe haciéndola casi caer para dirigirse a Celestia -. Aww. Celestia. Radiante tal el sol en su punto más alto. Veo que te creció la ceja que cof cof sin querer volé durante mi última visita a Canterlot High.

-No quiero recordar cómo sucedió eso…ni que tuve que pintarme una ceja allí por dos meses y medio- farfulló y aclaró la garganta -. Discord…estamos algo retrasadas así que te agradecería que…

-¿Les de el aventón a Canterlot High y sea su chaperón?- le completó -. ¡Pero Cely!

-Hey, sólo yo puedo decirle así- reclamó Luna ceñuda.

-¡Es por eso que me tienen aquí presente!- sonrió codeándola juguetonamente -. Me llegó el mensaje para llevarlas al baile y que necesitaban un chaperón. ¡Qué mejor opción que yo, Discord! ¡Amo las fiestas y sé cómo arruinar una, digo, animar una!

-¿Qué? Nosotras no mandamos a….

-¡¿Qué más da?! ¡Ya me tienen aquí!

-¿Por qué no tomas asiento?- ofreció Luna fingiendo una sonrisa relajada -. Nosotras salimos en un momento.

-Oh, van a terminarse de arreglar, entiendo. La verdad que con ese color en tus labios parece que tuvieras una reacción alérgica.

-Claaaaaro- contestó con un tic en el ojo y sonrisa tensa.

Ambas caminaron de prisa hacia un cuarto y se agradaron los ojos tratando de contener todo y pensar.

-¡Celestia no podemos ir al baile con él!

-¡Yo sé, Luna, yo sé!

-¿Qué vamos hacer? ¿Cómo deshacernos de él?

-¿De Discord? ¡Será imposible! Pero debemos idearnos el modo de liberarnos de él.

-¡Quien sabe cuánto nos lleve! Somos las únicas chaperonas de los bailes. El resto de maestros ya iniciaron sus vacaciones y es de noche. ¿Quién va a reemplazarnos si no aparecemos?

-El baile está mejor solo que con él allí.

-¿Prefieres dejar a los chicos por su cuenta que llevar a Discord?- preguntó y se quedaron mirando fijamente para corear determinadas: -. ¡SÍ!

-¡Hola, Directora Celestia!

-¡Pinkie Pie!- la nombró Celestia desde su celular -. Tardaremos un poco de llegar al baile. Debemos…deshacernos de un problema. ¿Podrían ocuparse Cheese y tú hasta que llegamos?

-¡No hay problema! Si quieren podría conseguir un adulto responsable para que sea nuestro chaperón así que no se preocupen si no pueden llegar.

-¡Oh, Pinkie, sería maravilloso! La verdad estamos en una complicación.

-¡No se preocupen, déjenme todo a mí! ¿Cuándo les he mentido y fallado en un baile?

-La verdad…nunca.

-¿Podemos confiar en ella?- preguntó Luna apenas la vio colgar.

-Sé que es un poco…entusiasta, pero es de Las Rainbooms. Es confiable.

-¡Todo va de acuerdo al plan!- telefoneó Pinkie Pie a Trixie Lulamoon. -. ¡No vendrán Celestia y Luna!

-¡No chaperones!- celebraron en la limosina pues la tenía en altavoz.

-¡Estoy ebria!- gritó Berry en el celular. -. ¡Y el chofer le vio el poto a Trixie!- carcajeó mientras Trixie la miraba mal.

-Ah… ¿Genial?- dudó Pinkie para retomar el entusiasmo -. ¡Ya vengan con todo para que se encienda la fiiiiiiiesta!

-¿No nos meteremos en problemas?- preguntó Carrot Top.

-Yo fui quien habló con Discord- dijo Pinkie Pie -. Él sabe todo lo que pasa. Es el superintendente más cool y genial del mundo y nos dio permiso para hacerse el ciego. Dijo que hará que Celestia y Luna no puedan deshacerse de él por nada de este mundo ¡Que es su especialidad!- rió.

-¿Cómo alguien como él puede ser la autoridad máxima?- dudó Lyra.

-No lo sé. Pero ahí dónde lo ves…tiene mucho poder y hace lo que quiere y salir ileso.

-Como cualquier autoridad máxima…-resopló Carrot Top en un hecho, aunque más bien fue Golden Harvest.

-Además tenemos al adulto responsable en todo caso. ¡No mentí!

-¿Ah, sí? ¿Quién?

-¡Rain Shinning!

-¿Quién es ese?- dudó Berry.

-Un amigo de Sonata- explicó Pinkie -. Él tiene veintisiete años… ¡Es adulto!

-…- se miraron todas dentro de la limosina.

-Funciona para mí- se encogió de hombros Rainbow y las demás hicieron el mismo gesto.

-¡¿Pero aún no ha llegado Sunset?!- preguntó Trixie preocupada.

-Y Twilight- le dijo Rainbow -. También venía Twilight.

-No- contestó Pinkie para hablar como carretilla -. Están tardando. ¿Será que no vendrán? Después de lo que nos dijo Moon White de que casi se transforma y atacó a tu contraparte tal vez la Celestia de Equestria no quiere que cruce el espejo por temor a que se trasforme aquí pero puede que Twilight no le obedezca y la llevó a su castillo a hurtadillas en la noche, dejándole una carta a Celestia mintiendo de que ya habían cruzado cuando no pero en realidad están arreglándose para venir acá. Entonces, ¡sí vendrán!

-…- enmudecieron las demás mirándose las caras.

-¿También oyeron eso?- preguntó Berry -. Porque si no, creo que ya tuve suficiente alcohol por hoy.

-Pronto estaremos para allá- avisó Trixie y colgó. Miró a Lyra -. Entonces, Heartstring…cumple tu reto. Baja del auto.

-Ah... ¿Tengo que hacerlo?

-¡Sí!- corearon todas.

-Yo tuve que correr alrededor de un chico mientras preguntaba la hora- dijo Carrot.

-Y yo tuve que revelar que el peor beso fue cuando fue interrumpido por vomitar- exclamó Berry -. Claro, la que vomitó en su boca fui yo…¡Pero igual fue el peor!

-¡Trixie debió...!

-Aghhh ¡De acuerdo!- se quejó Lyra y abrió la puerta para salir de la limosina y la cerró. El transporte empezó a moverse y Lyra corría al lado de él -. ¡Y aquí un poema!- exclamó cerrando los ojos de la vergüenza mientras los transeúntes la miraban -. ¡Ahí viene el perro arrepentido, con su mirada tan tierna, con su hocico partido y el rabo entre las piernas! ¡Ahí viene el perro arrepentido, con su mirada tan tierna, con su hocico partido y el rabo entre las piernas!

-¡Ahora versión gangman style!- exclamó Trixie desde la ventana.

-¿Qué? ¡No! ¡Eso no decía!

-¡Pero si no lo haces no te abrimos!

-¡Lulamoon!

-¡Jajajaja!- se escuchó desde adentro.

-¡Y tiene que bailarlo!

-¡Carrot!- se quejó Lyra al escucharla.

-¡Lo siento!

-¡No, es buena idea!- apoyó Trixie.

-¡Apura hazlo!- gritó Rainbow. -. Ya están sacando celulares la gente!- rió y Lyra miro avergonzada a su alrededor.

-¡¿Cómo lo hago?!- reclamó mientras seguía corriendo al lado del auto para gruñir en resignación y empezó a moverse con las manos juntas hacia adelante tal el peculiar baile -. ¡Ahííííí viene el perro arrepentiiidooo! ¡Op, op, op, op,! ¡¿Oppa gangman sytle?!

-Jajajajajajajaja.

-¡Eso fue terrible!- exclamó Rainbow.

-¡Ya déjenme entrar!

-¡Rayos, debimos grabarla!- se quejó Trixie -. ¡Hazlo de nuevo Lyra!

-¡No me busques, Lulamoon!- reclamó ella para ver que se abría la puerta y mezclara una risa con las de las demás.

-¡Aquí viene el zhumir!- avisó Berry alzando la botella en celebración. -. ¡El sexto trago que prueban esta noche!

-Siento la cabeza pesada ya- dijo Trixie.

-Yo también- opinó Rainbow y la miró -. ¡¿No es eso genial?!

-¿Están ebrias?- dudó Lyra.

-No, pero casi…casi…- decía Berry conmovida y dramática –digan con orgullo…que fue Berry Punch quien les dio su primera noche de alcohol…

-¡Foto!- avisó Carrot sacando su celular y empezaron a improvisar una sesión de fotos.

¡Les dejo la primera parte de lo que es el baile de fin de semestre! xD

La canción que canta Sonata es "Cinderella" de Diana vickers. ¡Escúchenla! La amo *-* aunque detesto a esa Princesa esta canción en el coro le da el pescozón por sonsa xD

Más diversión, reencuentros, decisiones y revelaciones en el siguiente capítulo xD Mientras tanto, ¿cómo vieron este?

So, gracias por leer, dejen review y…

¡Sunny Honey, fuera!

Next Chapter: Lo Inevitable,No vas a olvidarme Estimated time remaining: 0 Minutes
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