La Redención de Twilight
Chapter 37: Historias
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—Para explicarles por qué soy destino al resto de dragones, les tengo que contar de una época muy lejana a la era actual. Aunque no lo parezca, tengo miles de años, soy respetado y recurren muchos a mí en esta tierra por esa simple razón. No estamos muy lejos del centro de Drako. —Hizo una pequeña pausa. —Hace mucho tiempo cuando era joven existían una especie de ponis que a la fecha no he vuelto a ver en un tiempo. Se hacían llamar alicornios. Supongo que los conocen.
—Si, nuestras princesas y la familia Real de Equestria son alicornios.
—Bueno eso contesta otra pregunta que les iba a hacer. —Carraspeo. —En fin, los alicornios y los dragones teníamos muchas tensiones nuestra naturaleza nos llevaba a querer adueñarnos de su ciudad y sus pertenencias. —Miro al unicornio. —¿Cómo va eso?
—Mejor, gracias. —Movió un poco el casco, aunque no mucho. —Aun arde, pero ya va bajando.
—Me alegro. —Sonrió un poco y después continúo. —Una noche un grupo de nosotros estaba preparado para dar un ataque, cuando una de ellas salió de la nada e ilumino todo con su luz. Era una luz tan extraña, calidad… simplemente era algo que jamás habíamos experimentado. Creo que lo que ella quería hacer con nosotros era abrirnos los ojos, desde ese día ninguno de nosotros volvió a ver las cosas igual. Después supimos que ella era una de los gobernantes de la ciudad. Sunshine, se llamaba.
Discord dio un respingo al escuchar el nombre de la madre de Celestia y empezó a poner más atención a su interlocutor, estaba verdaderamente interesado en lo que podía decir a continuación, cosa que jamás le habia pasado.
—Volvimos a Drako con la cola entre las patas, pero felices de cierta forma. Volvimos con los alicornios, pero no para atacarlos, si no para aprender de ellos. Muchos otros siguieron nuestro ejemplo, algunos incluso se enamoraron e hicieron su vida al lado de los alicornios. Nacieron mestizos. Y fue por uno de ellos que yo cambie de forma definitiva.
—¿Los kirin?
Piasa, asintió sorprendido de que la alicornio supiera de la existencia de los kirin.
—Antes de continuar, permíteme hacerte una pregunta Twilight.
—¿Cuál?
—¿Cómo es que sabes de los mestizos?
—Leía bastante cuando estaba en Canterlot. —Se encogió de hombros. —Se algunas cosas básicas, muchos historiadores dicen que solo son un mito que quedo de la época de los Creadores y que no existieron como tal los kirin, sino una raza parecida. Defienden esa teoría diciendo que la genética de los ponis y de los dragones no se parecen en nada haciendo que la unión entre ambos no fuera posible.
—En eso tienen razón. Se necesitaba un hechizo especial para que esa unión existiera. —Asintió complacido de que su pregunta fuera contestada. —Aunque por esa época incluso los kirin se juntaban con kirin, algunos vivían en la ciudad capital y otros vinieron a Drako. Aunque nunca fueron bienvenidos del todo, los dragones toleraban su presencia, ya que muchos cuando venían para acá eran para vivir con sus parejas.
Light se empezaba sentir más relajado y el dolor del cuerno y la pierna estaba empezando a bajar un poco, prestaba atención a lo que les estaba platicando su anfitrión, pero no podía evitar voltear a ver a la alicornio de vez en cuando a pesar de que esta miraba fascinada al dragón, como si estuvieran muerta de sed y sus palabras fueran la única forma de acabar con ella.
Era un espectáculo extraño, pero bello. La mirada de su amiga le recordaba a la de un niño pequeño fascinado ante cualquier cosa, una mirada que muchas veces en su viaje se la habia dirigido cuando le explicaba algo sobre el lugar en el que estaban, pero hasta ese momento se habia percatado de ella.
—Me case con una kirin, se llamaba Alina. Gracias a ella supe más sobre la cultura de los ponis y tuve amigos que también lo eran. Ella se crio en la ciudad junto más kirin y ponis, pocas veces habia visto a un dragón fuera de su madre, así que fue un reto conquistarla, pero lo logre. Aprendí mucho de ellos y me atrevería a decir que fue la época más feliz de mi vida cuando viví entre ellos. Por primera vez en mi vida, mi vida no se basaba en generar tesoros, ni robar fortunas ni en ambicionar cosas que no eran mías. Me sentía pleno y feliz. —Hizo una pausa. —Vivimos muy felices, hasta la guerra que termino con los alicornios y gran parte de los kirin. Perdí a muchos amigos, a ponis que me enseñaron muchas cosas, pero aun la tenía a ella. El problema llego cuando venimos a Drako para refugiarnos de lo que pasaba en Nux.
—¿Por qué?
—Veníamos huyendo de una guerra, para encontrarnos con que aquí también habia una. —Suspiro. —Mi esposa no podía sobrevivir a base de carne ni de gemas como yo, tenía que comer comida orgánica por su condición de hibrida, cuando venimos para acaba, mi suegro hizo brotar ese manantial que nutre el cultivo y que aun corre. Gracias a que era el único dragón en la región con eso aquí, muchos querían venir a robármelo. Defendí mi cueva y siempre salía vencedor de todas las peleas, hasta que un día cuando Salí a cazar y volví, los padres de Alina estaban malheridos por tratar de defender el manantial.
—Lo siento mucho. —Murmuro Discord al ver una sombra sobre los ojos de Piasa.
—Gracias. —Continuo. —Me hicieron prometer que cuidaría de lo que me dejaron. Y aunque pude defender mi cueva hasta la fecha, no pude defender al mayor tesoro que me dejaron. Su hija. —Hizo una pausa. —Inicio una guerra civil, nadie quería y aquí a los kirin, ella era uno. Se la llevaron a mitad de la noche y a mí me tomaron por la fuerza. Me obligaron a ver como la ejecutaban enfrente de mí, sin poder hacer nada…—Un chispazo de odio inicio en sus ojos. —No sabían que habían cometido el peor error de sus vidas al hacerme enojar. Yo termine con los idiotas que estaban haciendo su revolución… Por mi Alina.
—El dolor no cambia aunque pasen los años ¿Verdad? —Light se sentía identificado con la historia de Piasa, por lo que no podía evitar sentir cierta empatía por él.
—Se apacigua un poco. Pero no hay día en el que no la piense, o que no me duela ver que yo sigo aquí y no está a mi lado. —Miro al unicornio. —¿Tú a quien perdiste, pequeño poni?
Frunció el entrecejo, no quería contestar a su pregunta, pero sabía que no tenía opción. Piasa les habia contado su historia y ellos habia hecho el trato de pregunta por pregunta a cambio de que este no se lo comiera. Soltó un suspiro.
—Mi esposa y mi hija Rossana, murieron al inicio de la Era Oscura y también fueron ejecutadas enfrente de mí.
Twilight no pudo evitar sentir una punzada de dolor al ver la cara con dolor de Grey, bajo la mirada a lo que él le puso un caso en el hombro.
—Fue la Reina y no pudimos hacer nada para salvarlas. —Twilight levanto la cabeza al escuchar el plural y Light la miro a los ojos. —Simplemente no pudimos.
—Y así es como sucede siempre. Aunque nos lamentemos, la triste realidad, es que no pudimos hacer nada para cambiarlo. —Suspiro. —Siento mucho tu perdida.
—Y yo la tuya.
Se quedaron callados, mientras los recuerdos del pasado les carcomían la mente a los presentes. Para Light era muy doloroso pensar en su familia, sobre todo porque en cierta forma una de sus mejores amigas habia sido indirectamente responsable de lo que les paso y Twilight también lo sabía. Trato de mantener esos pensamientos a raya, hasta que Piasa dio un aplauso, alertando a los otros tres.
—Basta ya de sentirnos mal. Me alegra mucho ver a más ponis aquí. Aunque no sean iguales a los que fueron mis amigos hace tanto tiempo. —Hizo una pausa. —Pensé que en Equestria eran iguales a los alicornios.
—¿Por qué?
—Hace unas cuantas semanas me encontré con una poni vagando sola por las llanuras. Estaba casi muerta cuando la vi.
La mirada de Discord se encendió al escuchar eso.
—La encontré en el momento más oportuno supongo. La traje aquí, estaba muy descuidada, deshidratada y mal alimentada. Temí que no fuera a despertar pero lo hizo. Y ella si tenía las alas y el cuerno que yo recuerdo de esas épocas.
—¿De qué color tenía el pelaje? —Pregunto sin poderse contener.
—Ey, ey, dijimos pregunta por pregunta. —Piasa lo miro divertido, a lo que el draconequus se limitó a resoplar. —¿Por qué te interesa tanto esa alicornio? Se nota que a diferencia de tus otros compañeros, lo que tu vienes buscando lo anhelas al mismo tiempo que te aterra. ¿Por qué?
Negó con la cabeza, sin querer contestar.
—Sin respuesta, no obtendrás mía. —Murmuro, acercándose a él. —¿Qué te duele admitir, amiguito? ¿Por qué te esfuerzas tanto en ocultarlo?
—Porque estoy enamorado de ella ¿Si? —Soltó rápido, harto y sin fijarse mucho en que estaba diciendo. —¿Está bien? Yo… Yo la amo.
"Discord, dios del caos y la discordia, enamorado de la princesa Celestia, protectora y guardiana de la armonía… Quién lo diría" Pensó Light, sorprendido. Estaba abriendo a boca para decir algo cuando este lo miro enojado.
—Ya lo sabes, tarde o temprano te ibas a dar cuenta.
—Y ahora que respondiste, puedo contestar tu pregunta. —Piasa lo miro feliz. —Su pelaje de color blanco y su melena de colores claros, como pastel. Muchos colores se juntaban en ella, azul, amarillo, rosa… Y tenía un nombre particular.
—¿Cuál?
—Contestare, solo porque vi que te costó contestar la pregunta pasada. —Guiño un ojo. —Su nombre era Celestia.