Descontrol en La Realeza
Chapter 8: 8. Dudas y algo mas parte I
Previous Chapter Next ChapterAmanecí tranquila, relajada y feliz, al fin hoy podía volver a vestir como siempre. Pero algo en mi había cambiado, no estaba segura el que, pero me sentía diferente.
Después de un baño con sales y todo, me adentré en mi armario.
Un pantalón elastizado blanco con un top celeste de tiritas, un cinto negro en la cadera y unas botas del mismo color hasta las rodillas fueron mi elección.
Antes de salir de la habitación salir de la habitación, noté unos destellos de luz que se reflejaban en la pared, buscando de dónde provenían, llegué a mi mano.
El anillo. Me quedé observándolo como una boba por un largo rato. Era indescriptiblemente hermoso. No era de las mujeres que aman esas cosas, es más, odiaba tener que usar toda alhaja ostentosa, cómo las que presumía mi madre, pero esta en particular, tenía algo que cautivaba. O tal vez era su significado, ¿Cuál era su significado?
Estaba comprometida con el príncipe, eso era obvio, pero, ¿Qué más? ¿Qué quería decir el hecho de estar comprometida?
¿Iba a enamorarme de Soarin algún día? Era mi mejor amigo, y lo quería demasiado, no tenía ningún recuerdo en el que él no estuviera, pero de ahí a amarlo románticamente había un largo trecho.
Además, estaba el otro tema.
Thunderlane.
Quisiera o no, siempre mis pensamientos me conducían a él. Ya había pasado mucho tiempo desde que me había dejado, abandonado por su trabajo y compromiso con la familia. Pero a mi corazón parecía no importarle, no podía borrarlo, era algo que no controlaba yo misma.
-Rainbow , Tierra llamando a la princesa de Sourmun- sentí la voz de Zoe vagamente. Sacudí mi cabeza para volver a la realidad.
-Hey, ¿Decías algo?-
-Te estaba llamando, pero no dejabas de admirar tu anillo-
-Es demasiado bello, ¿Sabes de quién era cierto?-
-Y quién no, debería haber escuchado a mamá al teléfono con sus amigas anoche, estaban insufribles, creo que quiere que vayas a su próxima reunión para que todas puedan verlo-
-Preferiría que me arranquen las pestañas antes que ir a tomar el té con todas esas brujas envidiosas- contesté con cara de espanto.
Zoe solo rio dulcemente, todo en mi hermana era amor y paz, era dulce como un caramelo de miel e irradiaba luz a todo lugar que iba. No podía negar que tenía unos arranques bastantes sorprendentes a veces, pero el resto del tiempo era un completo ángel.
-Tienes que avisarme cuando quieras empezar con los preparativos para la boda, aunque yo te recomendaría que sea pronto, esas cosas tardan mucho tiempo-
-¿Y si tú los haces por mi? Esa es una mejor idea-
-Rain … Es tú boda ¿Qué novia no quiere organizar su propia boda?- cerró la puerta de la habitación y se sentó en mi cama.
-Una que no quiere hacerlo- me ubiqué a su lado.
-¿Aún no estás segura de todo esto? Pensé que Soarin y tú ya lo habían decidido-
-Y lo hicimos, es que… Ese no es el problema- suspire frustrada.
-Dime entonces cual es, vamos, sabes que puedes hablar de cualquier cosa conmigo-
-No estoy segura de que pueda enamorarme de él- miré al piso avergonzada, por mis tontas ideas.
-Oh vamos, ¿Quién no podría enamorarse de Soarin Van Helmont? Él es tan adorable y encantador-
-Ugh, ya cambia esa cara porque le voy a contar a Max de esto, y eso no es cierto, él es un embustero de primera, que aprovecha su título para meterse dentro de los pantalones y faldas de las jovencitas tontas que lo rodean-
-Eso va a cambiar, ahora, para la única que podrá utilizar esos encantos será para ti, eres su prometida- me levantó la mano elevando el anillo hasta mis ojos –Solo tendrá ojos para ti-
-Yo no estoy segura de eso-
-¿Y porqué no se lo preguntas entonces?-
-Estás loca, no voy a ponerme en ridículo enfrente de él-
-Es tu amigo, nunca te guardaste lo que pensabas respecto a él, no dejes que ese tipo de cosas cambien, porque ustedes, hermanita, tienen algo que ninguna otra pareja tiene, ni siquiera Ed y yo- me tocó la nariz con un dedo y se puso de pie.
-¿Y que sería eso?- Pregunté.
-Ya lo sabrás- me guiñó y salió de mi habitación. No pasaron tres minutos de que Zoe me dejó sola, que un estruendoso grito de mi padre se escuchó. Y adivinen qué fue lo que dijo.
Mi nombre.
Suspiré y comencé a caminar fuera de mi cuarto, por el pasillo. Disfruté de sonreír antes de encontrarme con el. Sabía que era lo que tenía para decirme.
-¿Si papi?- puse mi mejor cara de angelito al entrar a su despacho, en donde lo acompañaba mi madre.
-No te hagas la inocente Rainbow, esto es el colmo. ¡No pueden hacer algo bien ustedes dos! –
-Yo no sé de que me estás hablando papá- contuve la risa.
-Ya no son unos niños, esta clase de cosas no son un juego maldita seaslanzó una colección de diarios y revistas, todas con la misma portada y casi con las misma palabras anunciando el compromiso.
-Yo no entiendo porque te enojas, hice lo que me pediste, era obvio que íbamos a tener que anunciarlo alguna vez ¿No crees?-
-Sabías muy bien que iba a ser esta tarde, frente a medios reales y con transmisión en vivo para todo el reino-
-Ya déjalo ir papá, no puedes borrar los hechos, ahora si me disculpas tengo una cita con mi prometido-
-¿A dónde irán?- mi madre abrió la boca por primera vez.
-Iremos a jugar tiro con arco un rato.
La respuesta fue exactamente la esperada. Mi madre abrió la boca tan grande que podrían haber entrado cintos de moscas en un segundo
-¿Pero cual es la parte de todo esto que no te entra en esa cabeza que tienes?-
-No va a escucharte Glenda, ya no es tu problema, déjala que se ponga en ridículo sola- dijo mi padre con resignación.
-No entiendo como Soarin puede dejarte hacer algo tan propio de los hombres, es una vergüenza- ignoró el comentario de su esposo.
La miré por unos segundos tratando de comprenderla. Pero no era posible ¿Cómo podían conservar tan antiguas ideas? ¡Por dios! Alguien tenía que hacerles ver que estábamos en el siglo XXI y no en el XVII.
Salí de la habitación sin decir nada, ¿Para que discutir? No tenía sentido.
-Ahora, esa eres tu- dijo Soarin al verme entrar en su coche.
-No sabes cuanto me extrañaba- sonreí mientras me ponía el cinturón.
-Mi mamá me dijo hace unos días que debía convencerte de que cambiaras de look-
-Ugh, que molestia, voy a tener que tirar todo mi guardarropa cuando nos casemos-
-Yo le dije que eso no iba a ser posible, me gustas así y no como una copia de tu madre o de ella misma
Me sonrojé, oh si que lo hice. Era un alago enorme -¿enserio le dijiste eso?-
-¿Y qué pensabas que iba a hacer? Yo no voy a obligarte a hacer algo que no quieras-
-Gracias Soar - sonreí.
-Hola Mike- saludamos al recepcionista del club.
-Un placer verlos chicos y felicitaciones, vi las noticias esta mañana- gritó mientras nos alejábamos por el corredor.
-Creo que tendremos que acostumbrarnos a eso- dijo el rubio entrelazando sus dedos con los míos.
-Supongo-
-¿Estás bien? Si no te conociera mejor diría que te pones tensa cuando intento que luzcamos como una pareja real-
-Eso no es cierto, yo… estoy bien- dudé. Estas Perdida . No me animé a mirarlo por miedo de que lo notara. Aunque estaba segura de que ya lo había hecho.
-Entonces no te molestará que haga esto- dijo al mismo tiempo que me acorralaba en contra la pared todavía sujetando mi mano y apoyando la otra en la pared. - ¿O sí?-
Mis ojos iban desde los suyos a su boca, cada vez más próxima a la mía. O-M-G ¿Qué ocurre contigo Rainbow? Es solo Soarrin , te estas comportando como una niña tonta.
-Claro que no- lo miré desafiante. –No me importa- me relajé, tenía en control nuevamente.
-¿Tampoco esto?-
Su nariz rozó mi nariz, su mano derecha subió a mi cintura, y podía sentir que su aliento mentolado se entremezclaba con el mío sabor cherry. Cerré los ojos para darle más confianza, pero en cuanto sentí el roce de su labio superior abrí los ojos y vi a Dani y Scott mirándonos asombrados.
-¡Chicos! ¡Vinieron!- grité provocando que el rubio se hiciera a un costado. –Daniel qué lindo verte- lo abracé –Y bueno, a ti… no tanto- miré al otro con desprecio.
-Lamentamos la interrupción, si quieren… los dejamos continuar- me guiñó.
-No Dan, todo está más que bien, enserio ¿Vamos a jugar?- los empujé delante de mí antes de que pudieran contestar.
Intenté seguirlos pero antes de hacer otro paso, Soarin me estaba sujetando por detrás tomándome por la cintura.
-Se nos hace tarde- dije.
-Nosotros nunca llegamos tarde, los demás siempre llegan temprano ¿Recuerdas?- susurró en mi oído
-¿Qué quieres?- rodé los ojos.
-Sabes muy bien lo que quiero Rainbow, y no voy a parar hasta conseguirlo-
-Vas a tener que esforzarte mí querido príncipe, porque no te será tan fácil-
Me di vuelta y besé su mejilla. –Te quiero- dijo sorprendiéndome. –Y me encanta que quieras volverme loco-
-Sigue participando- respondí encaminándome nuevamente al campo de tiro al exterior del club.