Login

The Legend of Celestia: Twilight Princess

by Mr.E's-pen

Chapter 9

Previous Chapter Next Chapter

Applelox, guardián de la Honestidad

El grupo entero avanzó a través de Sweet Apple Acres, guiados por Applejack; en una región del campo sur, más allá del área reclamada por los murciélagos de la fruta (la de los normales, los vampiros andaban en otro sitio del terreno de los Apple).

—Vaya, siempre me había preguntado por qué nunca nos habían enseñado esta parte — dijo Twilight mirando a todas partes. — Es linda con todos los murciélagos pero…

—Lo que sigue es preocupante, créanme — dijo Applejack arreglándose el sombrero. — Igual que ustedes, de pequeña siempre me pregunté por qué la abuela no me dejaba avanzar más allá de este punto. Pero un día me trajo sólo para calmar mi curiosidad, y vaya que funcionó.

Las chicas intercambiaron comentarios preocupados; mientras que Link (lobo) y Epona intercambiaban una mirada significativa, esto sonaba al Bosque Perdido. Pero no dijeron nada. Siguieron avanzando hasta que llegaron ante la ladera, a simple vista era como cualquier otra ladera; pero estaba extrañamente marcada por dos imponentes manzanos (que ni siquiera los murciélagos se atrevían a tocar) y tenía dos enormes rocas tapando su paso.

Eso y también estaba la abuela bloqueando la entrada con su frágil cuerpo.

—No, por favor por lo que más quieran no pasen por aquí. ¡APPLEJACK NO QUIERO PERDERTE COMO LO HICE CON TUS PADRES! MIS NIETOS SON TODO LO QUE ME QUEDA LUEGO QUE MIS HIJOS SE FUERON.

Applejack avanzó con un ligero titubeo.

—Pero abuela, ¿qué no te lo explicó Epona? Tenemos que entrar aquí, es el único lugar en donde podremos terminar con esto. Además, si el Árbol de la Armonía no se salva tampoco lo haré yo. El resultado no cambiará, por favor tienes que entenderlo.

La abuela Smith se enjuagó una lágrima.

—¿Todavía lo recuerdo, sabes? Un horrible terremoto nos despertó a todos, y tu madre y mi hijo corrieron a salvarte a ti y a tus hermanos… pero entonces un horrible rugido de esta parte del campo llamó su atención. ¡TRATÉ DE DETENERLOS PERO NO ME HICIERON CASO! TODO POR ADENTRARSE EN EL CAMPO PROHIBIDO…

La abuela se lanzó sobre Applejack y sollozó.

—¡Por favor aléjate de ahí!

Applejack no sabía cómo reaccionar más que abrazar a su abuela, ¿cómo explicarle que tenía que entrar ahí? La apartó suavemente, pero entonces la abuela se resbaló entre las rocas, cayendo al campo prohibido. Soltó un gemido de susto cuando los árboles que la rodeaban y pronto miles de horribles Keese salieron de éstos dispuestos a hacerla trizas.

Epona ni lente ni perezosa saltó a la acción para proteger a la abuela Smith sacando el spinner y comenzando a destrozar sin piedad a las criaturas. A lo lejos un cuerno sonó y una especie de criatura antropoide (deforme de color rojo) saltó de entre la vegetación y se lanzó contra ambas. La abuela estaba perdida, pues Epona estaba ocupada con los Keese. Tenía que hacer algo.

Entonces Link saltó y con sus dientes destrozó al Bokoblin.

—¡Midna! — Gritó él.

La Princesa del Twilight rápidamente tomó su cristal oscuro volviéndolo a su forma original. Y ya listo para la acción, Link preparó la Master Sword y el escudo Hylian.

—¿Lista vieja amiga?
—Nací lista.

La abuelita sacudió la cabeza.

—¿Entendiste lo que decía él?

Los guerreros de Hyrule atacaron con todo a la horda de bokoblins que salía de todas partes, usando todo su repertorio de habilidades haciendo pedazos a cuanto monstruo vieran; Fi también salió de la Master Sword.

—Fi, ¿estamos en el camino correcto? — Quiso saber Epona.

—Positivo en un 98% Epona. Nos acercamos a un área cuya aura concuerda con el Elemento de la Honestidad.

—Todo lo que necesitaba saber — dijo la yegua arrasando con el spinner.

Finalmente tanto keese como bokoblins fueron reducidos a nada, y los guerreros se plantaron listos a recibir más.

—¿Vienen o qué? — Llamó Midna a las amigas.

Las seis chicas no necesitaban que se les repitiera nada, se adentraron al bosque acompañadas de los guerreros. Sólo Applejack se quedó atrás para ayudar a su abuela.

—¿Estás bien?

La anciana asintió.

—Gracias a ustedes. Applejack, ¿de verdad tienen guerreros tan fuertes protegiéndolos?

—Desde siempre — dijo orgullosamente la vaquera.

La abuela asintió.

—En ese caso adelante, tal vez tengan una oportunidad. Pero por lo que más quieras, regresa con vida. Mi viejo corazón no podría soportar otro golpe así.

La vaquera se arregló el sombrero y se adentró al bosque tras darle el caso a su abuela. Por supuesto que sobreviviría, no había opción. Mientras tanto el grupo se había parado ante una enorme cerca entre un enorme bosque de manzanos, cuyas puertas se abrieron apenas entró Applejack.

La vaquera sonrió.

—Bueno, supongo que es mi llamado.

Entró decididamente seguida del grupo, como siempre con los guerreros de Hyrule repartidos a modo de proteger a las chicas poni. Ante ellas un nuevo cerco, protegido por un candado en forma de manzana se irguió.

—¿La puerta del jefe? — Razonó Link.

—¿Qué dice? — Preguntó alguien.

—Que si es la puerta del jefe — tradujo Midna. — Y eso parece. ¿Qué otros caminos podemos tomar?

—¿Qué tal entre los árboles?

Nadie se hizo rogar, pero esta vez permanecieron juntos perdiéndose entre los manzanos de los alrededores listos para luchar. Ante ellos el pasaje se tornaba hermoso y desconocido; pero se notaba que al fondo se erguía la imponente cerca que separaba el bosquecillo y el claro del que venían de la cámara del titán.

—Bueno, ¿ahora qué? — Preguntó Fluttershy. — Este lugar me es aterrador, mucho más que el bosque Everfree.

—No me extraña — dijo Rainbow. — Se supone que grandes peligros nos acechan.

Comenzaron a andar sin rumbo fijo; pero eso sí, a sugerencia de Twilight marcando los árboles para no perderse ni comenzar a andar en círculos.

Perdido entre los árboles y arbustos, un pequeño cofre apareció ante ellos.

—Si es dinero juro que voy a lastimar a alguien — dijo Rarity molesta.

Avanzó hacia el cofre, pero alerta; sabía que cualquier cosa podía pasar en una mazmorra.

Efectivamente, unos pasos grandes y ruidosos llamaron su atención y de improviso varios de los árboles fueron limpiamente cortados por una gran hoja.

Dos enormes armaduras pegaso portando enormes espadas entraron a escena.

—¡Maldita sea! — Gritó Link. — Darknuts, serán en forma poni pero los odio.

—Maestro, nuestra única oportunidad es acabarlos a todos — dijo Fi. — Veo tres oponentes.

—¿Tres? ¿Cómo que tres? — Gritó Fog.

Nuevas hojas cortaron los árboles.

—Bien, no dije nada. ¡Luchemos!

Los gigantes atacaban con su gran poder destrozándolo todo a su paso, por lo que Twilight volvió a crear un campo de fuerza mientras que los guerreros de Hyrule se encargaban.

Uno de ellos iba a destrozar a Link pero él rodó hacia un lado mientras que Midna convocaba su enorme cañón y disparaba con todo. El poder invocado por el Espejo de Sombras fue suficiente como para botar la coraza de la enorme cosa y fue Fog el que le dio varios golpes en el pecho mientras que Epona concentraba todo el poder del spinner en el pecho de una segunda armadura, haciendo caer su coraza. Fi fue la que le dio el golpe final transformándose ella misma en espada y atravesando su centro.

Quedaba una.

—¿Quién hace los honores? — Preguntó Link. — ¿O lo hacemos todos juntos?

No había que repetirlo, los tres se lanzaron listos para hacer pedazos a su oponente. Por un lado Epona y Fog destrozaban las piernas, por otro Fi y Link distraían a los brazos y finalmente Midna destrozaba la coraza y destruía a la criatura. El grupo había triunfado.

—Bien, eso fue rápido — dijo Rainbow. — Qué raro que en este calabozo no haya trampas, en fin. ¿Qué encontramos?

Applejack abrió el cofre topándose con la llave del Jefe.

—Bien, algo es algo — dijo ella.

—Todavía tenemos que buscar el objeto de la mazmorra — dijo Twilight. Veamos si encontramos algo más.

Nadie dijo mucho más y comenzaron a buscar, pero luego de horas no hallaron nada de nada; ni monstruos ni otra pista ni otro poco de dinero oculto, así que sin más regresaron al claro inicial, en donde los árboles que lo rodeaban comenzaron a temblar amenazadoramente.

La cámara del Titán, o en este caso su claro rodeado de una enorme cerca natural se presentó ante ellos grande y magnífica; pero al igual que en última mazmorra estaba rodada de monstruos. En especial esos fastidiosos bubbles que iban de aquí para allá atacando a cuanta cosa se moviera. No era de extrañar que las criaturas Everfree se hubieran largado de ahí.

Entonces dieron un paso adelante, llamando la atención de los bubble que los atacaron en un interminable enjambre que no los dejaba moverse o atacar con facilidad.

—¡¿Y qué se supone que hagamos ahora?! — Gritó Twilight. — ¡Ni siquiera podremos movernos bien! ¡Applejack espera!

La vaquera ya había tenido suficiente de este estúpido templo y los recuerdos que le traía, así que avanzó entre los bubble a pesar que en cierto punto cayó de espaldas y las cosas se le lanzaron encima listos para hacerla trizas. Por suerte el zumbido del spinner le dio confianza y se levantó de un salto mientras su amiga Epona los destruía a todos con gran habilidad.

—Bien, comprendo que quieras largarte rápido pero en serio que deberías pensar mejor las cosas. Vamos, yo te abro paso. ¡EY, NOS ADELANTAREMOS!

Los otros guerreros de Hyrule, que se habían posicionado en círculo alrededor de las otras cinco ponis asintieron a modo de haber entendido y comenzaron a luchar protegiéndolas de los enjambres de bubbles.

—De las criaturas más fastidiosas que existen. Por suerte hoy las encuentro en un claro y no cerca de un maldito precipicio — dijo Link destrozando a unos cuantos.

Applejack y Epona llegaron finalmente ante el último cuarto mientras que todas sus amigas seguían ocupadas con la horda de monstruos que los recibieron en el campo anterior. Con decisión introdujeron la Llave del Jefe en el candado con forma de manzana que guardaba la puerta de madera que separaba un claro del bosque de otro, y entraron.

En el recinto había un simple manzano, del cual colgaban tres enormes manzanas: una del tamaño de una pelota de pilates, otra del tamaño de una carreta pequeña y otra del tamaño de una casa pequeña también. Las tres cayeron de improviso y se juntaron para crear una especie de gusano. De la manzana más grande surgieron dos enormes ojos y una sonrisa.

—¡Lo lograste querida Applejack, te felicito! Yo soy el Titán de la Honestidad, pero tú puedes llamarme Applelox.

Los rugidos de los malditos cráneos con alas, los bubble, casi distraen a Applejack, pero fueron despachados por Epona.

—¡Tranquila amiga! Te cubro las espaldas.

—¡Gracias Epona, ahora juntas nos enfrentaremos a él!

—¿Olvidas que es tu batalla? Eres tú la que debe de hacerlo trizas — dijo Epona. — Yo me quedo aquí.

Applelox sonrió.

Ah claro, Sparkler ya me había hablado de ustedes guerreros de Hyrule. Me alegro que tengan los cascos bien puestos en la tierra. Sin embargo, tú misma admitiste que esta es una fiesta privada. Con perdón…

Entonces el ser de manzanas se alzó cuán grande era y de su boca comenzó a lanzar un bombardeo masivo de manzanas contra Epona, lo que la derribó del spinner y la soterró bajo una enorme montaña de las deliciosas frutas. Finalmente se concentró en Applejack.

Perdón por eso, no se supone que los habitantes de otros reinos vinieran a esta cámara, sólo tú y tus amigas están autorizadas.

—Comprendo, pero no me gustan tus métodos — dijo Applejack preparándose. Con todo y todo no había logrado conseguir el arma con la cual derrotaría a Applelox como lo hizo Twilight con Sparkler, pero tenía que ser fuerte. Sin más se arregló el sombrero. — ¡Vamos a bailar!

Applelox se relamió los labios (su lengua era una hoja, por cierto) y se elevó en el aire.

Tal vez no te gusten mis métodos para extranjeros pero este te gustará más pequeña Applejack. ¡Suerte!

El titán soltó un poderoso gas de su boca, un gas con olor a cidra, que hizo que Applejack se mareara. ¡Rayos! ¿Pensaba ahora atacar? Pero Applelox no tenía intención alguna de eso, se quedó donde estaba y con sus brillantes ojos verdes desafió a la vaquera.

Pequeña… es hora de confrontar tus Honestos Deseos. Sólo la Honestidad de tu corazón podrá hacer que veas más allá de mi gas, y en serio que espero que así sea porque si quiero elegir a otro Portador tengo que esperar a que te mueras, y matar ponis no es lo mío, sino protegerlos.

Applejack tosía y tosía, el maldito gas era muy penetrante y para colmo estaba demasiado denso; pero al cabo de un momento pudo por fin recuperar un poco la visión y tuvo que frotarse los ojos para entender lo que estaba viendo, ante ella dos ponis maduros le sonreían ofreciéndole un casco: ella era una yegua amarilla suave, como Apple Bloom pero rubia como Applejack, aunque igualmente ataba su cabello en un moño rojo. Él era un semental grande y fuerte como Big Mac, pero con la melena marrón y… un sombrero igual al de Applejack, además que tenían los mismos ojos.

—¿Qué? ¿Qué está pasando aquí? ¡Mamá! ¡Papá! ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?

—¿Cómo que qué significa pequeña? — se rio su madre. — Potrilla, estamos de vuelta. ¿No quieres venir con nosotros y olvidarte de todo esto? Te amamos Applejack, por eso te necesitamos a nuestro lado. Ven, tomémonos juntos una sidra y empecemos de nuevo.

Su padre, cuya Cutie Mark era un tarro de sidra, la abrazó por el hombro.

—¡Así es mi pequeña! No me hace gracia que tengas ya la edad para beber, me hace recordar cuánto tiempo nos perdimos, pero ya qué. Estás aquí y es todo lo que importa querida Applejack.

El entorno comenzó a cambiar, en lugar de un claro en el medio de un manzanar de pronto se encontraban en la sala de la casa de Applejack con su madre sirviéndole una manzana asada rellena…

—Anda querida, pruébala. Tal como te gustaban cuando tenías la edad de Apple Bloom.

—Y hablando de Apple Bloom — dijo su padre, ofreciéndole una silla a la pequeña que corría. — ¡Hola mami, papi! Buenos días hermana. ¿Cómo va todo?

—Bien querida, bien — dijo su madre. — Precisamente estábamos sirviendo mi especialidad, un rico plato que siempre quise darte a probar pero… nos fuimos antes que pudieras comer sólidos. Ven, prueba amorcito.

Apple Bloom probó y sus ojos se iluminaron.

—¡Increíble!

—¿Verdad que sí? Y luego dicen que las manzanas y las peras no se llevan bien.

—Y prueba esto Applejack, también te daré un poquito Apple Bloom — dijo su padre abriendo sidra fresca. — Es de mi especialidad, tu hermano la hace bien pero…

—No tengo el toque, no tienes que andarme reprochando lo mismo — dijo Big Mac sentándose a la mesa también. — Pero tengo mi propia sidra y es genial.

—Nadie te lo discute Macky — dijo su madre. — Ahora…

Applejack sacudió la cabeza.

—Oigan basta, esto no está bien. Mis amigas están en una situación muy grave y por el bien de Equestria y de todos nosotros debo de ayudarlas.

—¡Pero si estamos de lo más bien Applejack! — Dijo Rainbow entrando a la casa. — Ey señores Apple, siempre un placer. Fluttershy está aquí, y quiere ayudarte a deshacerte de los castores, ¿recuredas?

—¡Y mejor nos damos prisa! — Dijo la otra pegaso entrando dulcemente. — Es mejor tratar con el señor Beaverton cuando está de buenas.

Applejack asintió lentamente e iba a seguir a Fluttershy.

—Guárdamelas calientitas mamá, sabes que las tareas son primero.

—¡Esa es nuestra pequeña! Siempre tan responsable, no temas lo haré querida…

Entonces Applejack siguió a Fluttershy, sólo para detenerse a medio camino, tomar la sidra de su padre y arrojarle el tarro. El señor Apple saltó hacia atrás.

—Buen intento Applelox, pero lo de los castores no es problema. Epona me los quitó de encima. Y con Equestria en peligro no puedo perdonarme a mí misma por descansar y comer bien en lugar de encargarme. ¡Poni equivocada!

El gas de Applelox se disipó, revelando al titán riéndose alegremente.

—¡Ah, qué interesante! Mi poder es grande, grande en verdad… y sólo un verdadero y HONESTO deseo podría mantenerte cuerda durante mi ilusión. La Honestidad de la urgencia de unirte a tus amigas es fuerte y fue lo que te hizo romper el encantamiento, pero el deseo de compartir más con esta poni extraña, que precisamente acaba de librarse de mis manzanas fue lo que te mantuvo cuerda. Felicidades.

Efectivamente Epona ya se las había quitado de encima y comía una tranquilamente.

—Hasta que al fin, ¿sabes? De haber caído en esa perderías el respeto que te tengo.

Applejack le sonrió y luego confrontó a Applelox.

—Bien, de acuerdo, quería seguir compartiendo con Epona que me es de las ponis más interesantes y geniales que he conocido. ¿Y qué?

Nada, simplemente te lo ganaste — dijo Applelox escupiendo un collar hacia Applejack, parecido al que utilizaba antes que renunciara a los Elementos. — Este objeto es el Arma que puede vencerme, ahora es tiempo de ver si estás lista.

Apenas Applejack se colocó el collar, Applelox se elevó por los aires y separó su cuerpo, comenzando a girar por encima de Applejack, que calculaba el momento. Las sombras se pararon de repente y cayeron a toda velocidad, haciendo que la poni saltara hacia un lado y disparara su ataque del collar.

El impacto dio de lleno sobre el medio cuerpo de Applelox y lo arrojó lejos; encogiendo de pronto la manzana a una de tamaño normal. Sabiendo que era lo que tenía que hacer, Applejack la tomó y la mordió tranquilamente.

—Wow, están buenísimas, tanto o más que una Manzana Zapp.

—Mejor concéntrate — gritó Epona al mirar hacia arriba.

Applelox se había elevado de nuevo y comenzó a escupir semillas sobre Applejack, enormes semillas del tamaño de muebles que le dieron de lleno a Applejack y para colmo, el sujeto la aplastó usando la misma técnica de la última vez. Pero aún lastimada, Applejack se levantó como pudo y alcanzó a dispararle un nuevo rayo a Applelox esta vez dándole a la manzana mayor, la que tenía el rostro del Titán de la Armonía. La última manzana que quedaba tembló un poco y la cara del Titán se trasladó ahí.

—Bien, esto se pone interesante — dijo Applelox rodando contra Applejack, que iba a ser aplastada de nuevo (en su estado no podía moverse demasiado) cuando Epona la rescató en sus cascos ayudada del spinner y la ayudó a huir de Applelox.

¡Eso es trampa! — Rugió el Titán.

—Fuera trampa si me metiera a pelear, esto es la Magia de la Amistad — dijo Epona, — algo totalmente legal. Applejack, bebe esto.

Le ofreció una de las pociones curativas de Zecora, que fue como un bálsamo milagroso. Como toda buena poción comprada en Hyrule, la versión de Zecora recobró el poder de Applejack y recargada saltó de los cascos de Epona y regresó al combate. Applelox sonrió orgulloso, aunque no le gustaba la asistencia externa de extranjeros pero qué se le iba a hacer, la poni extraña logró encontrar un vacío legal en las reglas, gran cosa.

Finalmente Applejack le dio el ataque final cuando él volvió a intentar lo de aplastarla. Esta vez la manzana no se encogió, pero logró que Applelox soltara una risita de satisfacción volviendo a su estado normal.

Has probado ser digna Applejack Apple; por lo tanto te declaro vencedora de este duelo. Increíblemente la influencia de los guerreros de Hyrule tiene una influencia extraña en ustedes, no es que me queje. Tanto ustedes como nosotros deseamos la restauración de la única esperanza de Equestria; pero estamos atados por las Leyes Ancestrales. Pero por lo menos dos Elementos se han recuperado. Faltan cuatro.

Applejack se incinó.

—Gracias, Applelox.

La enorme manzana sonrió, pero luego su expresión se tornó ligeramente melancólica.

Ahora amiga… en cuanto a lo que sucedió años atrás…

El Titán volvió a expulsar su aliento especial, pero esta vez había algo diferente; pues se tornó en una especie de nube extraña que mostraba a dos ponis, los mismos de la ilusión de Applejack, correr desesperados cuando un temblor muy poderoso sacudió la granja y movió las enormes rocas que bloqueaban el camino hacia el campo prohibido.

Tu tatarabuelo bloqueó esta entrada años atrás para evitar que las criaturas del Bosque Everfree salieran de ahí, pues este campo estaba anteriormente conectado a aquel lugar; pero en cuanto naciste, el Templo fue construido. Y aunque no estaba activado aún, los monstruos que se supone te pondrían a prueba ya estaban activos. Lo que sucedió después es algo de lo que no estoy orgulloso… pero quiero que sepas que no fue mi intención, ni mía ni de nadie. Un accidente, que tristemente te privó de la oportunidad de ser craida felizmente por tus progenitores. Me inclino ante ti como disculpa, Applejack Apple.

Applejack enjuagó una pequeña lágrima.

—¿Qué hay del terremoto? ¿Lo hiciste tú?

No, fue un desastre natural. Igualmente lo lamento… y por eso, una última consideración contigo, antes que me desvanezca hasta la próxima generación.

Dicho esto, Applelox se apartó dejando pasar a dos sombras oscuras, que fueron tomando la forma de dos muy conocidos ponis. A Applejack se le aceleró el corazón.

—¡No! ¡No puede ser!

La yegua alzó su casco.

—Hola cielo.

—Cuánto tiempo, querida Applejack.

Applejack no pudo más, corrió a abrazar a sus padres.

—¡Mamá! ¡Papá! ¡Están, están…!

—No mi cielo, tristemente seguimos muertos igual — dijo su madre. — Pero no importa, siempre te hemos acompañado. Guiándote desde el más allá.

—Y observamos orgullosos a la fuerte yegua en que te has convertido. Fuerte, leal y Honesta. Te queremos hija… y siempre lo haremos.

—Sí, es una suerte que Applelox nos concediera un poco de tiempo para decir hola y adiós amor. Sólo por unos instantes, podemos ser una familia otra vez.

Se abrazaron

Epona sonrió ante la escena y decidió que estaba de más. Le hizo un gesto de saludo a Applejack y luego con su spinner giró fuera de la cámara, pero se dio cuenta que la señora Apple le sonreía a ella también.

—¡Epona de Hyrule!

Ella se volvió.

—¿Sí?

—Por favor, cuida bien a nuestro tesoro…


Un cap dedicado a la nueva gran amistad entre Applejack y Epona, con un toque de drama para no caer en la monotonía con las mazmorras; hasta cambié un poco la forma de combatir de Applelox, que fue más psicológica que otra cosa. Pero eso pasa cuando miras mucho anime. La próxima cámara, la de la Lealtad, tendrá una pequeña sorpresa. Como siempre me despido con un:

Chao; nos leemos!

Next Chapter: Chapter 10 Estimated time remaining: 0 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch