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El Legado de Star Swirl

by MasterLarry

Chapter 2: Capitulo 1: Segunda Madre

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El legado de Star Swirl.

Capítulo 1.

Hola de nuevo. Aquí les traigo el primer capítulo. Espero que sea de su agrado.

Habían pasado cuatro meses desde que habían encontrado el misterioso libro en el Castillo de las Dos Hermanas. Esos últimos meses habían sido muy difíciles para Twilight. Las semanas de sufrimiento no fueron por estar concentrando magia liquida, día y noche, el verdadero sufrimiento había sido mentirle a sus amigas. Twilight era pésima para mentir, y se le notaba cuando quería esconder algo, pero aun así, y con sus amigas preguntándole constantemente que le ocurría, al final se lo tuvieron que creer, a excepción de Pinkie. La pony rosa la había mirado con rostro amenazador y le había dicho "Te estaré vigilando Twilight Sparkle" lo cual había estado cumpliendo desde el primer día. En cambio Spike se veía relajado. Para él era un poco más sencillo mentir, no era tan obvio como Twilight. La única respuesta que les daba era "Tampoco me ha querido decir" y fácilmente lo dejaban tranquilo.

Twilight y Spike estaban en la habitación de del 2do piso, preparando todo lo necesario para hacer el hechizo con éxito. Spike sostenía un royo de pergamino, el cual tenía escrito una lista de todo lo necesario para que el hechizo funcionara.

Twilight – Símbolo en el suelo –

Spike – Listo – Marco con una línea.

Twilight – Frascos con magia –

Spike – Listo –

Twilight – Espejo de Shining –

Spike – Listo –

Twilight – Mm… creo que es todo – Dijo - Bueno Spike, mejor empezamos –

Spike asintió con emoción, mientras corría a lado de Twilight, para poder ver mejor.

Twilight tomo el espejo con su magia, el cual le había dado su hermano Shining cuando era un potrilla, y que era muy especial para ella, y lo puso en el centro. Tomo los seis frascos y los puso alrededor del círculo. Con una expresión de emoción en su rostro, Twilight concentro su magia en el espejo y, al instante, comenzó a recordar los buenos momentos que paso con ese espejo, desde que su hermano se lo dio, y como lo cuido con tanto amor.

Una pequeña chispa se formó en el brillante espejo. La magia que contenían los frascos floto hacia el espejo, introduciéndose por el brillante cristal. El espejo brillo intensamente y en un segundo se desvaneció. El símbolo en el suelo comenzó a brillar y el círculo se transformó en un portal. Las imágenes que transmitía el portal eran muy borrosas, apenas de distinguía, lo que parecía ser un rostro.

Twilight – Emm… Hola… ¿Alguien me escucha?... hola – Dijo, intentando distinguir algo.

Lo único que apenas pudo distinguir fue una figura que se alejó un poco, seguido de un fuerte golpe, como si algo se hubiera caído al suelo. El tiempo se había acabado y el portal desapareció, dejando una brillante luz en su camino.

Spike tenía la mima cara de confusión que Twilight. Mirando fijamente el símbolo en el suelo, buscando una respuesta a lo que acababa de escuchar.

Spike – Emm… Twilight, ¿Qué fue eso? –

Twilight – Para ser honesta… no tengo idea… supongo que la criatura se asustó al escuchar una extraña voz salir de un portal misterioso – Dijo – Pero eso no importa ahora, lo que importa es que el hechizo funciono –

Aun que el intento por contactar a una criatura de otro mundo, no había salido muy bien. Twilight estaba feliz por que al menos el portal se había abierto.

Con emoción Twilight salio corriendo de la habitación, y se dirigió a su laboratorio, el cual estaba en el sótano. El pequeño Spike no tuvo mas opción que seguirla.

La Tierra.

La brillante luz del sol matutino se filtro por la ventana del cuarto de Andrew. Con algo de pesadez abrió los ojos. Tenia sus ojos entre cerrados, mientras lentamente recodaba los extraños sucesos de ayer. Sus rostro monstruo gran confusión al terminar de procesar lo que había ocurrido hace unas horas.

[Abra sudo un sueño… todo parecía muy real, la extraña voz… el peculiar frio que se siente en mi cuarto por las noches, hasta el golpe que me di… debió ser una alucinación, tal vez por la falta de sueño. Mejor voy con la doctora.]

Y con la falsa esperanza de que, lo que ocurrió fuera producto de su imaginación, se levanto de la cama, se dio una larga ducha, se puso ropa cómoda, tomo su cartera, su celular y salio de su departamento. Con dirección a la doctora de la familia, quien, para su suerte, nunca le cobrara. Tal vez por que era muy unido a sus padres antes del… trágico accidente.

Mientras se encaminaba hacia el consultorio de la Doctor Maria. Su mente seguía intentando darle un significado a lo que creía haber visto. Pero no importaba cuantas vueltas le diera al extraño asunto. Aun se negaba a creer que, la extraña voz que salio de su espejo, había sido algo real.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos, que no se dio cuenta que ya había llegado al consultorio de la Dra. Maria, amiga de la familia y segunda madre.

Andrew entro al consultorio de la doctora, el cual era de diez metros cuadrados. Con unas sillas para esperar, un escritorio alado de la oficina de la doctora. Al entrar pudo ver a la hija de la doctora, Ana, la cual era la secretaria del lugar.

Ana era una chica de veinte años, media 1.76, piel moreno claro y ojos café oscuro. Llevaba el pelo sujeto con una cola de caballo y brillo labial. Bestia con una blusa sencilla, color azul oscuro, pantalones de mezclilla y zapatos de piso, azul rey. La chica tenia un libro en las manos. Leyéndolo con mucha atención, ignorando cualquier ruido del exterior.

Andrew se acerco al escritorio, mientras sus pasos resonaban por la loseta color crema. Ocasionando que la chica se asustara.

Ana – Andrew, No me di cuenta que estabas aquí - Dijo, colocando un separador de libros, en la ultima pagina que leyó, para después cerrarlo.

Andrew – Jeje, no te preocupes – Dijo – Pero dime, ¿Esta Maria? -

Ana – Oh, si, pasa -

Andrew le dedico una sonrisa amistosa y se dirigió a la oficina de la doctora.

La oficia era espaciosa. Tenia un escritorio, el cual tenia una computadora y algunos libros apilados. Dos camillas con sabanas blancas, estantes con objetos como medicamentos, vendajes entre otras cosas y una bascula. La doctora estaba sentada en su escritorio, revisando blogs de médicos en la computadora. Al escuchar el sonido de la puerta abriéndose volteo rápidamente, encontrando a quien menos esperaba.

Dra. Maria - ¡Andrew! - Se paro rápidamente y lo recibió con un fuerte abrazo – ¡A pasado mas de dos meces sin visitarme! - Dijo con tristeza.

Andrew – Es que... había estado algo distraído, ya sabes, el trabajo y la programación – Intento excusarse.

Dra. Maria - ¡A mi no me engañas! - Dijo, inflando las mejillas – No me visitas por que ya no me quieres – Le dio la espalda, casi al borde de las lagrimas.

Maria siempre era así cuando los mas cercanos a ella no la visitaban. La doctora sufría un leve trastorno bipolar. Cortesía de su bisabuela. No era tan grabe como para, estar feliz en un momento, y querer matar a alguien en seguida, pero era lo suficiente para estar a punto de llorar, luego de estar muy feliz.

Maria era una mujer de treinta y cuatro años. Media 1.70, delgada, piel moreno claro, casi blanca. Bestia con una blusa de botones manga larga, falda por debajo de la rodilla, color gris y zapatos de piso negro. Encima de la blusa tenia una bata blanca. Típica de los doctores.

Andrew la abrazo tiernamente por la espalda. Sabia que era la única manera de que volviera a estar feliz. Pero se arriesgaba a que Maria se pusiera demasiado cariñosa con el.

Andrew – Sabes que no es verdad, como podría dejar de querer a la que fue mi segunda madre – Dijo, aguantando las ganas de llorar.

Las lagrimas que se deslizaban por las mejillas de Maria pasaron de ser lagrimas de tristeza, a ser lagrimas de felicidad. A la vez que no pudo evitar recordar la muerte de sus mas grandes amigos. También paso por su mente un suceso que ocurrió hace poco mas de dos años.

Dos años antes.

Sentados en frente a la barra de un bar estaban los padres de Andrew, Esmeralda y Luis, y junto a ellos estaba la Maria. Los tres estaban totalmente borrachos. Platicando y contando chistes malos al asar. Pero en un momento Esmeralda se puso sentimental.

Esmeralda – La verdad mi pequeño Andy (Como le decía de cariño) es lo mejor que me paso en la vida – Dijo, con la típicas voz de borracho.

Luis – Es cierto, la verdad, cuando supe que ella estaba embarazada, lo primero que pensé es salir corriendo… pero, al ver su tierna pancita de embarazada, y al ver el pequeño Andrew ya nacido… - No pudo continuar, pues comenzó a llorar.

Maria – Jaja, no seas llorón -

Luis – ¿Te puedo pedir algo? - Dijo, con seriedad, algo difícil para un borracho.

Maria – Emm… ok -

Luis – Si algo nos pasa a mi y a Esmeralda, promete que cuidaras de Andrew -

Esmeralda – ¡Tienes razón!, tu eres nuestra mejor amiga -

Maria – Jejeje, si que están borrachos, claro, si los secuestra un extraterrestre, entonces yo cuido del pequeño -

Después de ese extraña platica, la conversación se regularizo. Comenzaron a hablar de cosas al azar y a contar chisto.

Quien diría que dos años después esa extraña promesa se cumpliría. No solo por que lo había prometido en ese momento, y su código personal le impedía romper una promesa, también por la memoria de sus amigos. Por eso había sido la madre sustituta del pequeño, por eso había secado las lagrimas de Andrew por tantos años.

Tiempo actual.

Maria se dio la vuelta, quedando frente a frente con el muchacho, el cual se le notaba que estaba a punto de llorar. La doctora, con los ojos lleno de lagrimas, pero con una tierna sonrisa en su rostro. Andrew le devolvió la sonrisa, incapaz de contener sus lagrimas. El muchacho la abrazo fuertemente, mientras escondía su rostro en el pecho de Maria. Habían pasado tantos años y aun no podía superar esa dolorosa perdida.

Andrew – Lo-Los extraño mucho – Dijo, mientras sus lagrimas manchaban la bata de la Maria.

Dra Maria – Tranquilo pequeño, desahogate – Lo consoló, mientras acariciaba su pelo con ternura.

Ni uno de los dos supo con exactitud cuanto tiempo habían pasado ahí, abrasados tiernamente a mitad de la oficina de Maria. Pero no les importaba, pues había pasado mucho tiempo desde que ambos habían llorado por ese doloroso suceso.

Ambos se separaron lentamente, mientras se secaban los ojos.

Andrew – Por un momento se me olvido por que vine aquí -

Dra. Maria – Oh si, supongo que te sientes mal – Dijo, cambiando a un semblante serio.

Andrew– No es que este enfermo, es mas algo extraño que me paso, y no se si es cansancio o algo así -

Dra. Maria – Muy bien, siéntate y cuéntame que te paso -

Andrew – Bueno, lo que paso fue que, yo termine de programar muy tarde en la noche, así que me fui a dormir, pero antes de acostarme, me mire en el espejo de mi madre, pero algo muy extraño paso, vi una extraña luz que se formo en el espejo, el espejo comenzó a brillar y una extraña voz salio del el, el espejo se veía borroso, como una televisión con interferencia, el extraño brillo solo duro unos diez segundos y después se esfumo -

Dra Maria - ¿Te has estado drogando? - Pregunto, con una sonrisa juguetona – La verdad lo que me cuentas es muy raro… lo mas lógico que se me ocurre es falta de sueño – Maria se llevo la mano a la barbilla, pensando que podría darle – Te voy a recetar Eszopiclona, te recomiendo que desde ahora te duermas temprano y que solo la tomes si sientes que no puedes dormir, si la tomas mas de tres veces a la semana puede causar adicción -

Maria se paro de la cilla, fue al gaveta donde guardaba las medicinas, saco del bolsillo de su bata una llave y abrió el candado y saco un pequeño frasco con las pastillas. Se volvió a acercar a su escritorio saco una receta medica y comenzó a llenarla. Después se la dio, junto con las pastillas.

Andrew – Muchas gracias –

El muchacho se paro de la cilla y le dio un abrazo, seguido de un beso en la mejilla. La doctora sonrió enormemente y correspondió el abrazo.

Dra. Maria – Espero que al menos me visites una vez a la semana, o me pondré muy triste – Dijo mientras inflaba las mejillas.

Andrew – Jeje, claro, te visitare mas seguido – El muchacho se paro y se dirigió a la puerta y antes de salir dijo – Adiós… mama – Para después salir rápidamente de ahí.

Andrew casi nunca le decía mama a Maria. Solo en ocasiones muy, muy especiales. Esas simples palabras provocaron una gran felicidad en Maria, la cual comenzó a llorar.

Al salir se encontró con Ana, la cual seguía leyendo su libro. Ana bajo el libro al escuchar el rechinido de la puerta al cerrarse.

Ana – Si que te tomaste tu tiempo ¿Estas bien? -

Andrew – Si, solo me distraje con Maria, es todo – Dijo, para después caminar a la salida – Nos vemos luego -

La muchacha solo agito el brazo y siguió con su lectura.

Mientras se dirigía a su casa, a paso tranquilo. No podo evitar recordar los buenos momentos que Maria le hizo pasa. Como esa mujer, totalmente desconocida para el, se convirtió en lo mas importante de su mundo.

Al llegar a su departamento, lo único que hizo fue guardar su nuevo medicamento y salir al trabajo, pues faltaba 20 minutos para la que empezara su turno.

Mientras tanto, en Equestria.

Dos semanas después.

Las dos semanas después del primer contacto con la extraña criatura había sido una pesadilla. Las amigas de Twilight no dejaban decirle que estaba ocultando algo, que les tuviera confianza, etc, etc. Obviamente les tenia confianza, pero temía que, si les decía de la existencia del libro, fallaría a la memoria de Star Swirl.

Twilight estaba en su laboratorio del sótano de la biblioteca, junto con el pequeño Spike, el cual estaba preparando todo lo necesario para que el hechizo saliera bien.

Spike – Todo esta listo Twilight – Informo, mientras tachaba la ultima cosa de la lista.

Twilight – Muy bien – Dijo, dándole un vistazo al reloj que estaba colgado en a pared, el cual marcaba las 11:23 A.M – espero que esta vez pueda ver a la criatura –

Twilight levito el frasco con magia y lo coloco a un lado del extraño símbolo. Concentro magia en el espejo y, como la primera vez, recordó los buenos momentos que paso con ese espejo.

Una chispa se formo en el espejo. Justo después la magia contenida en el frasco comenzó a levitar hasta meterse dentro del espejo, y como la primera vez, el circulo se volvió un portal transparente, donde se podía ver perfectamente a una criatura. La cual parecía algo asustada.

Gracias por tomarce la molestia de leer este primer capítulo. Recuerden dejar sus reviews, no les tomara mucho tiempo, y me motivan a segur escribiendo. Bueno, nos leemos luego.

Next Chapter: Capitulo 2: Un Hermoso Pasado Estimated time remaining: 0 Minutes
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