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El Legado de Star Swirl

by MasterLarry

Chapter 12: Capitulo 11: Corazones desesperados

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El legado de Star Swirl

Capitulo 11

Hola, hola a los queridos seguidores de esta historia. La verdad estoy muy apenado por subir el capitulo con una demora tan grande, además de lo corto que es. Pero, como les había dicho anteriormente, MLP me ha dejado de gustar, los capítulos bajaron de calidad en esta ultima temporada (Personalmente) y siento que ya no es lo mismo, y, aunque sigo escribiendo, mas por obligación que por amor a la serie, no soy de esos que dejan una historia por años. Prefiero terminarla y dejar el fandom. Mi ultimo trabajo de lo que una vez fue la maravillosa serie de MLP. Bueno, vasta de corsilerias, ustedes vinieron a leer, y eso es lo que harán :). Espero que lo disfruten!

La brillante luz del sol entraba delicadamente por la ventana del cuarto de Andrew. El cual estaba acostado boca abajo, totalmente inmerso en el relajante mundo de lo sueños. Pero el muchacho no pudo permanecer mucho tiempo en ese maravilloso mundo, pues unos gentiles golpes comenzaron a resonar por la casa. Luego de un rato los golpes aumentaron su intensidad.

Andrew – Mmnnnhh – Gruño de fastidio.

El muchacho, de forma lenta y débil se dirigió a la puerta. Mientras un punzante dolor recorría su cuerpo, a causa de la intensa pelea de ayer.

Al abrir la puerta su mirada de somnolienta cambio a una de gran sorpresa. Pues, frente a el estaba Maria. Con una mirada algo preocupada.

Andrew - ¿Maria?… ¿Que haces tan aquí tan temprano? -

Maria – Temprano… ¿De que hablas?, si es mas de las cinco – Dijo, al mismo tiempo que le mostraba su reloj de muñeca – Vine porque supe que no fuiste a trabajar, y tampoco fuiste al consultorio -

Andrew – Lo siento. Pero pasa – Dijo, abriendo la Puerta – La verdad si me levante en la mañana – Mentira – Pero me sentía mucho mas cansado de lo habitual, además me dolía todo el cuerpo -

La doctora entro al departamento del muchacho, mientras su mirada permanecía fija en el, pues notaba que caminaba de forma extraña. Como si estuviera adolorido. Ademas noto un tono rosado en su piel, como si se hubiera quemado.

Maria – ¿Te encuentras bien? - Dijo, con un tono dulce en su voz.

Un escalofrió recorrió el cuerpo del muchacho al escuchar la pregunta de Maria. En seguida su mente comenzó a pensar en una excusa decente para explicar su estado.

Andrew – Pu-Pues.. Veras… Escuchaste acerca de un incendio que ocurrió no muy lejos de aquí – Hablo, al mismo tiempo que se golpeaba mentalmente por la pobre excusa.

Maria – No… -

Andrew – Si. Ayer en la noche me dio por dar un paseo, ya sabes, para despejar mi mente. Cuando vi que un grupo de bomberos sacaban a personas heridas de un edificio en llamas… Escuche que alguien dijo que todavía había personasen el quinto piso. Yo… no pude evitarlo. Cuando menos lo esperaba estaba subiendo las escaleras, en busca de alguien que todavía estuviera dentro -

La mirada de Maria se fijo en el, dudando de lo que le decía. Se escuchaba algo irreal toda esa historia. La doctora lo conocía lo suficiente para saber que, lo que estaba contando era algo extraño.

Maria – Con que… Un incendio – Dijo, mientras lo abrazaba por detrás.

El rostro de Andrew se puso totalmente rojo al sentir el cálido contacto de Maria. Una parte dentro de el quería que se detuviera. Quería dejar de pensar en ella como algo mas que no fuera una madre, pero luego de lo sucedido el dia de la cita, se había vuelto mas difícil. Además el no era de piedra, y su voluntad no era la suficiente para empujarla.

Las delicadas manos de Maria levantaron delicadamente la delgada playera del muchacho, mientras notaba quemaduras mas graves que la de sus brazos.

La doctora termino por quitarle la camisa, al mismo tiempo que su respiración se volvía más pesada y su rostro se teñía de un ligero tono rojizo.

La cálida respiración que golpeaba su espalda lo estaba volviendo loco. Su mente no dejaba de gritarse a si mismo que se alejara de ella, pues su voluntad estaba en su limite.

Sin darse cuenta Andrew se dio la vuelta, quedando frente a Maria, la cual lo abrazaba tiernamente.

Las manos de Maria pasearon lentamente por el torso de Andrew, notando que las quemaduras también se encontraban en su pecho.

La mente de ella comenzaba a ponerse en blanco, mientras comenzaba a dejarse llevar por el momento. Tenia que encontrar una excusa rápido, antes de que hiciera algo que, indirectamente deseaba.

Maria – Emm… Ti-Tienes crema para las quemaduras – Dijo, aliviada por volver a la realidad – Tus quemaduras parecen algo graves -

Andrew – Si… El botiquín esta en el baño -

Maria se apresuro y corrió hacía el baño. No podía permanecer un segundo mas ahí.

Un pesado suspiro salio de la boca de Andrew, mientras se recargaba en la mesa, la cual estaba justo detrás de el. Cuando estaba junto a ella su voluntad era prácticamente nula. Solo había faltado unos segundos para que su mente se dejara llevar por la calidez de la doctora.

Andrew - "Agitado" Falto poco… -

Mientras tanto.

Maria estaba recargada en el lavabo del baño. La doctora mojaba una y otra vez su rostro, con la esperanza de alejar esos inapropiados pensamientos. Se había dejado llevar por el momento. Había tenido suerte de poder salir de esa situación.

Maria – Aunque… No esta mal – Dijo, mientras recordaba el dorso desnudo de Andres – Debo contenerme… Pero no se si pueda -

Maria cerro la llave de agua, se seco la cara y tomo el botiquín. Su prioridad ahora era curar las quemaduras de Andrew, y evitar el dejarse llevar por sus deseos mas profundos.

Al volver a la sala encontró a Andrew, sentado en el sofá, viendo algunas cosas en su teléfono.

Un escalofrio recorrió su cuerpo al ver a Maria con una pomada para las quemaduras en la mano. Era obvio lo que iba a hacer.

Andrew – Gracias, yo puedo ponérmelo solo – Dijo, riendo nerviosamente.

Maria - Tonterías. Soy tu doctora y es mi deber cuidarte – Hablo seriamente, aunque en el interior se moría de la vergüenza.

La doctora se acerco al muchacho, coloco un poco de pomada en su mano derecha y comenzó a aplicarla en su brazo izquierdo, de forma lenta, casi disfrutandolo.

Y lo estaba haciendo. Maria se mordía el labio inferior, mientras paseaba sus manos en el brazo de Andrew. Su resistencia no había durado nada. Pero era normal, pues, luego de lo ocurrido en su cita, sus sentimientos estaban fuera de control. Y en ese momento agradecía internamente por tener la oportunidad de verlo tan vulnerable.

Luego de terminar de colocar la pomada en ambos brazos, prosiguió con el dorso. Un lugar muy peligroso para ambos.

La respiración de Maria comenzó a volverse mas y mas agitada, con forme se prolongaba lo que parecía ser mas un masaje que la curación de quemaduras.

Andrew tenia los ojos cerrados, intentando mantenerse en calma, pero era imposible, las suaves manos de Maria se paseaban delicadamente por todo su dorso; provocando un sinnúmero se sensaciones nuevas para el mchacho.

En un momento los ojos de ambos se cruzaron, mientras las manos de Maria subían hacía el rostro de Andrew. El auto-control que ambos tenían se esfumo en ese momento. Sin pensarlo ni un segundo ambos unieron sus labios en un profundo beso.

Mientras tanto.

Equestria. Castillo de las dos hermanas.

Los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar toda Equestria; despertando a las criaturas del bosque. Los rayos del sol comenzaron a filtrarse por las grandes ventanas de un viejo castillo.

Dentro de la biblioteca real, la princesa de la amistad leía una gran cantidad de libros a la vez, recolectando hechizos que le pudieran ayudar en la casi inminente batalla.

Twilight había decidido transportarse al castillo de las hermanas, pues en la biblioteca de los dragones no había ningún libro de magia, y si quería serle de utilidad a Andrew, tenía que aprender mas hechizos de ataque y defenza.

Spike - "Bostezo" Twilight son mas de las cinco de la mañana, ¿Porque no te vas a dormir? - Dijo el pequeño dragón levantándose de la pequeña almohada donde había estado durmiendo.

Twilight - ¿Como me pides dormir en un momento como este? - Hablo, apartando la vista de los mas de cinco libros que leía – Los tres reinos están apunto de luchar en una guerra, y a menos de que no encuentre una forma de detenerlo o de convencerlos de que Andrew no es una amenaza, tendré que estar preparada – Hablo, con una gran determinación.

Spike - Entiendo que esto es muy grave. Pero me preocupas. Nunca es bueno que te quedes días sin dormir -

Twilight – Jeje, Spike, solo llevo un dia – Rio, y volvió a los libros.

Spike – Pero esta biblioteca es enorme, no creo que vallas a terminar pronto -

Twilight - "Suspiro" Muy bien Spike. Te prometo que en unas horas iré a dormir – Dijo, dedicandole una tierna sonrisa a su pequeño asistente y hermano – Cambiando un poco de tema, ¿Que paso con lo de Applejack? -

Spike – Bu-Bueno… - Su rostro se puso ligeramente rojo – He querido mandarle una carta… Pero no se que decirle… Además, preferiría verla -

Twilight – Mmmm… Que tal si te transporto a la granja… Podría usar un hechizo de localización para saber si esta en un lugar libre de grifos, ahí podías hablar con ella y además explicarle porque nos buscan los grifos -

Spike – No lo se… Suena algo arriesgado… - El pequeño dragón comenzó a pensarlo con seriedad – Esta bien -

Twilight - ¡Bien!, aguarda un momento -

La Tierra.

El calor que sentían Andrew y Maria aumentaba a cada segundo. Los labios de ambos estaban fundidos en un largo y apasionado beso. Las manos de Maria recorrían la larga espalda del muchacho, mientras lentamente perdía mas y mas la razón. Al mismo tiempo el muchacho acariciaba el largo cabello de su compañera. Ya no lo podía soporta, a menos de que algo ocurriera, sería imposible que sus manos dejaran de decender lentamente, buscando un lugar mas privado.

Y como si sus plegarias hubieran sido escuchadas. Un estruendoso sonido, proveniente del bolsillos de Maria resonó por toda la casa.

Ambos se separaron estrepitosamente, sin poder esconder el color rojo que había aparecido en sus rostros.

Maria – ¿Bu-Bueno?… Si, esta bien… Tiene quemaduras leves en el cuerpo… Te explico luego… Si, nos vemos -

Andrew – ¿Era Ana? - Hablo, aun incomodo por los sucesos de hace unos momentos.

Maria – S-Si. Quería saber como estabas… - Hablo, al mismo tiempo que se frotaba la nuca.

En un instante un incomodo silenció reino la habitación. No podía haber momento mas penoso que el que estaban viviendo ambos; y obviamente no sabían que decir o hacer.

Maria – Bu-Bueno – Rompió el silenció – Creo que debo irme. Hoy cerrétemprano el consultorio… Así que… -

Andrew – S-Si… No hay problema… Iré mañana… Ya sabes, para tratar las quemaduras -

Y después de compartir algunas risas incomodas. Maria salio de la casa del muchacho, a paso veloz. Había faltado casi nada para que ambos se dejaran llevar por el acalorado momento, y aunque no le hubiera molestado proseguir, aun se sentía insegura de si cruzar esa linea con el muchacho, el cual era casi su hijo, pero lo que sentía sobrepasaba ese limite.

Twilight se prepara para la guerra, y el medio incesto se esta poniendo fuerte; medio porque en realidad no es su madre, pero ya entienden. Espero no darle un final malo con las prisas que tengo por terminarla, pero bueno, haber que sale. Gracias por su espera e intentare terminarla lo antes posible. Nos leemos luego.

Next Chapter: Capitulo 12: Lo inevitable Estimated time remaining: 0 Minutes
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