Discord
Chapter 9: El sueño, parte 3
Previous Chapter Next ChapterLos personajes de MLP no me pertenecen y que… Disfruten el capítulo.
Capítulo 9: El sueño, parte 3
Si antes se habían quedado perplejas por el extraño pueblo, ahora estaban aturdidas, no podían creer quien se encontraba en la puerta.
- Por lo visto el conocimiento no solo es buscado por los ponis.
Discord se quedó petrificado, lo habían descubierto, tenía que escapar de aquel lugar.
El poni se acercó con pasos algo lentos, el sonido de sus cascos mantenía a Discord con cierta desesperación, ¿aquel tipo le haría daño?, esta vez no permitiría que siguieran atacándolo.
Debía escapar de allí, entonces en un lapso muy corto de tiempo, recordando que podía usar magia empezó a recordar la cueva y a desear estar en ese lugar, cuando vio finalmente que el sujeto no se acercaba más y se quedaba parado observando el libro que había hecho caer producto del miedo.
- Magia de los objetos materiales ¿eh?, jaja, no creo que estés listo aún para esto, si me lo permites, te sugeriría primero empezar por la magia para principiantes.
Ahora el pequeño empezaba a tener menos miedo, al mismo tiempo, su curiosidad le instaba a quedarse unos segundo más en aquel lugar.
- ¿Acaso es usted un mago?
- No, no lo soy, para ser mago se requiere estar en esas tontas academias de magia, yo soy más bien un unicornio al que le gusta la magia y vive por y con la magia.
Aún más perplejo el pequeño yo no sabía que decir, pero bueno, yo sé muy bien cómo me sentí en aquel instante; pero dejando de lado todo ello, Celestia comenzaba a inquietarse, pude ver lo mismo en su hermana, así que preparaba la respuesta a las preguntas que harían.
- Discord, cuando dijiste que lo conociste no imaginé que fuese de esta forma, no creo que estés diciendo la verdad.
- y por qué les mentiría Celestia, acaso no les prometí que les mostraría las cosas tal y como pasaron.
- Mientes. Interrumpió su hermana.
- Si realmente te conoció cómo no nos habló de ti jamás.
Entonces decidí devolverles sus cuernos, con un chasquido, otra caja apareció frente a ellas, para mi sorpresa decidieron no tomarla.
- Anda, responde.
- No sé qué esperan, solamente nos cruzamos en una librería, debió tener razones para no decirles nada acerca de mí.
Celestia simplemente no se lo podía creer, sus ojos y oídos seguían de cerca la conversación entre ambos entes recordados, sintiendo varias cosas a la vez y con la mente muy confusa, tocó la caja que flotaba delante de ella, entonces su cuerno se materializo en donde debía estar.
- Al fin, creo que el vínculo está a punto de finalizarse.
- Así parece, que pena que la función tenga que quedarse aquí.
- Estás loco, quiero ver que pasó.
Los síntomas de la maldita enfermedad ya llevaban más de dos horas, me estaba agotando, pero ver que Luna me pedía de forma tan acalorada seguir observando, me devolvió el ánimo.
- Si tanto quieres verlo.
Entonces un sofá gigante se apareció, Celestia y Luna se sentaron sin invitación alguna, y por supuesto me aparecí en medio, mi lugar favorito.
- Mi nombre es Star Swirl el barbado, cual es el tuyo eem… muchacho
- mi… mi nombre es… mi nombre es, me dicen Discord. Respondió el Draconequus con cierto temor en su voz, aunque estaba seguro de que aquel sujeto no le haría daño, saldría del lugar en cuanto le diera señales de hacerlo.
- Con que Discord, he oído nombres extraños, pero nada parecido a ese, no te ofendas, pero ¿qué es exactamente lo que eres?
Al no saberlo, Discord trató de inventar algo, pero no pudo.
- Eee, yo, soy un yo.
- Vaya respuesta más inteligente pequeño, aunque veo que tienes partes de todo tipo, un dragón, unos mamíferos, reptiles, aves, vaya que eres todo un caso.
Algo avergonzado e irritado el pequeño vio directamente a Star Swirl, quien con la magia de su cuerno hacia levitar el libro que había hecho caer, hasta dejarlo en el lugar donde originalmente lo había hallado el visitante de la biblioteca.
- Es muy extraño ver a alguien en este lugar, si estabas tratando de escapar de los ponis, le diste al clavo niño, dime ¿qué te trae por estos rumbos?
Procurando su seguridad Discord se vio obligado a mentir.
- Eee, me caí mientras volaba sobre este pueblo.
- Ah enserio, y ¿no te buscaron los guardias?
- Emm, no, no lo hicieron.
- Que sorpresa, ellos no suelen dejar que nada salgo o entre.
Para estas alturas, Discord ya se encontraba entre la espada y la pared, con el interrogatorio que Star Swirl le lanzaba lo cierto era que no sabía mentir. Así que bajando la cabeza comenzó a hablar…
- Estaba cerca de aquí cuando observe este lugar y aparecí en medio del pueblo…
- Fascinante, me parece que no buscabas este lugar en específico, pero por lo visto puedes hacer magia.
- Si, pero no sé cómo.
- Estás en el lugar adecuado, hay demasiados libros de magia.
- Y usted, puede enseñarme.
Con una mirada fría como el hielo y cierto tono de tristeza, el que había sido alguna vez maestro de Celestia y Luna fijó su mirada a un punto lejano en la ventana.
- No, no puedo enseñar magia.
Ambas hermanas se quedaron viendo el rostro de Star Swirl, aquel rostro que combinaba pena e indiferencia era desconocido, aquel unicornio no era Star Swirl.
- ¿Por qué no puede hacerlo? Preguntó finalmente Discord, interrumpiendo el silencio que se había apoderado del unicornio.
- Porque soy un tonto, es por eso.
Después de un suspiro corto, el gran mago inició una caminata hacia el fondo de aquella biblioteca.
- Puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
La figura de aquel extraño poni desapareció junto con las sombras, Discord por su parte inició una búsqueda infructuosa para hallar el libro que le había recomendado.
¿Qué significaba todo ello? Star Swirl jamás había actuado de esa manera, en la experiencia de la princesa del sol no existía un solo momento en el que el ánimo y el buen humor de su maestro se vieran corrompidos.
No era posible, aquel sujeto no era Star Swirl, no podía ser, simplemente era un poni indiferente a la magia, como era eso posible, más cuando tenía un estudiante frente a él, porque Star Swirl solía dedicar horas instruyendo a diferentes estudiantes que no eran suyos, Celestia recordaba muy bien aquello.
- Discord, no puedo creer que él sea Star Swirl.
Un chasquido hizo detener el recuerdo y al mismo tiempo la imagen de Star Swirl se produjo enfrente de Discord.
- Yo creo que si es él, no ves el sombrero ridículo, la barba exageradamente grande y esa expresión de risa.
- Solo que, no tiene esa expresión.
El Draconequus se posicionó detrás de la imagen para señalar con ambas patas cada detalle distintivo del que alguna vez fue el mejor mago entre los ponis.
- El sombrero ridículo, la toga o lo que sea, la barba y por su puesto su expresión de niño, para mí que es Star Swirl qué opinas tú Luna.
- Si lo pones así, es él, pero no lo conocimos de esa forma.
- Un público exigente, a ver, qué les parece así.
Inmediatamente la imagen de Star Swirl cambió, ahora tenía zapatos de payaso, una nariz roja gigante obviamente de payaso, el sombrero aún más ridículo y unos ojos saltones, después se dedicó a dibujar una sonrisa con lápiz labial.
- Basta Discord, está bien, él es Star Swirl; pero deja de burlarte.
Al oír esas palabras, trató de limpiar todo el maquillaje con su codo, pero en lugar de limpiar, como si de maquillaje se tratase, toda la imagen del rostro se difuminó.
- Ups, jeje, mejor sigamos con el recuerdo.
Un chasquido hizo desaparecer la imagen del mago y reanudar el recuerdo.
Varias horas habían pasado desde que el Draconequus trataba de hacer un hechizo de levitación; sin embargo, no lo podía lograr, no tenía un buen dominio de la magia y ni siquiera sabía cómo empezar a canalizar la energía para que la magia funcione.
El barbado veía con cierta gracia los intentos de aquel individuo, ciertamente no tenía talento o era un novato sin idea de lo que hacía, sin embargo veía tanto de él en aquel insólito ser, al que pronto empezó a ponerle más atención.
Totalmente agotado de tantos intentos, el joven Draconequus recordó de repente que Argos lo buscaría incansablemente si no lo hallaba en la cueva, seguramente ya se encontraba de regreso y con las manos vacías, así que decidió irse de aquella biblioteca.
Star Swirl creía al muchacho sin talento alguno, pero, después de que este gritó.
- Me voy Star Swirl, regreso mañana.
Por supuesto, tendría que ver si tenía algún avance, así que su respuesta fue.
- Esta bien, nos vemos…
Desde una ranura de la puerta observaba si el pequeño se iría con un hechizo de teletransportación, aunque para su nivel y para la poca aptitud que poseía, era esperar demasiado, o al menos eso creía el gran mago.
De repente con un destello leve de luz, el Draconequus desapareció del lugar, sorprendiendo al mago si no podía realizar un simple hechizo de levitación, cómo era capaz de hacer uno de teletransportación. Ciertamente aquel muchacho era una rareza, la expresión que hacía era de total extrañez, su experiencia no poseía conocimiento alguno sobre este tipo de excepciones en la magia.
Tanto las princesas como ambos Draconequus regresaron en un parpadeo a la cueva donde el Draconequus menor mantenía residencia.
Aún no podía creer lo que había pasado, Star Swirl, uno de los magos más grandes de toda la historia de los ponis estaba más cerca de lo que había imaginado y aunque parecía poco probable, tenía la esperanza de que le enseñaría, de una u otra forma a usar la magia; entonces sería capaz de tener amigos si, ya no estaría solo.
Requeriría mucho esfuerzo, eso era seguro; pero finalmente hallaba una forma para hacer cosas grandes, cosas buenas, finalmente hallaba un medio por el cual sería querido por los demás.
Mientras estos y más pensamientos cruzaban por la mente del joven y cansado Discord, una sombra se asomaba por la entrada de la cueva, juntamente con los últimos rayos de sol, era Argos; traía consigo lo que parecía ser un caparazón de tortuga aplastado y con forma de escudo, a pesar de ser poco probable, había hallado el escudo tortuga.
- Vaya…
Argos extendió su mano, junto con el escudo, pasándolo a su resguardado. Cuando este lo sostuvo, apreció hasta el último detalle de dicho artefacto.
- Es mucho más raro que en el libro, no sé cómo lo conseguiste, pero valió la pena, espero que te sirva de mucho.
Acto seguido, el Draconequus devolvió el escudo a su guardián, teniendo en mente que era propiedad de Argos, pues él lo había hallado.
Un gran bostezo por parte del Draconequus comunicó el cansancio de este y la necesidad de un buen descanso. Mientras este se acurrucaba no pudo evitar darle un trato distinto a su guardián.
- Buenas noches Argos, que descanses.
Argos sin el menor caso al enunciado del joven se posiciono en su puesto de guardia, en la entrada de la cueva; transformándose en un peluche nuevamente para resguardar al Draconequus durante la noche.
Las imágenes empezaban a acelerarse de forma progresiva, entretanto, ambas princesas se preguntaban por qué Discord no interrumpió las imágenes o trató de hacer uno de sus chistes tan inoportunos.
La princesa del día giró lentamente su cabeza, hallando al Draconequus rendido sobre el sillón que había hecho aparecer momentos atrás, no pudo evitar esbozar una leve sonrisa; por lo visto hasta el "señor del caos" necesitaba descansar.
Cuando Luna volteó a ver, observó el estado del Draconequus, ¿cómo era posible que pudiera dormir en su sueño? Pero de todas formas, se encontraba tan apacible que ambas hermanas se miraron, asintiendo con la cabeza, informándose el deseo de no despertarlo.
De forma independiente al dueño de los recuerdos, el subconsciente de Discord continuaba recordando lo que pasó el día después, mientras el consciente del mismo se rendía, producto del cansancio.
La noche se alejaba lentamente y junto con los primeros rayos de sol que iluminaban la cueva, el joven Draconequus al igual que su guardián empezaban a mostrar signos de actividad.
Aquella mañana tenía algo especial, algo muy diferente a cualquiera de las anteriores en la corta vida del joven, debido a que por fin había encontrado una forma de cumplir sus sueños más grandes: dominar la magia y con ello poder brindar una gran ayuda a los demás, para así, poder tener lo que su corazón anhelaba de forma tan desesperada; amigos, que no lo viera como un monstruo sino más bien como alguien bueno. Las esperanzas del pequeño recaían en ello.
Seguramente Star Swirl no se encontraba despierto, así que debía esperar un par de horas para regresar a su biblioteca, ya había comprobado que la magia era muy complicada como para hacerlo todo por su cuenta, sin embargo una idea se le cruzó por la mente, en su memoria se mantenían frescos los pasajes del libro de principiantes que tenía escrito, así que por qué no empezar ahora.
- Levitación; hechizo de nivel inicial que requiere de una concentración que depende de la práctica y habilidad del que la realiza. Haber, sé que lo puedo lograr.
Discord empezaba a recordar letra por letra cada palabra y la repetía al mismo tiempo.
- Suficiente con las formalidades, el truco está en mantenerse concentrado y pensando en el objeto que quieres hacer levitar – te sugiero que sea uno con peso liviano – el poder de la magia viene de la concentración, en otras palabras, de la relación que tu mente tiene con los objetos que están fuera de ella.
- Es un proceso muy complejo de explicar, pero básicamente la magia es una forma de manipulación de tu entorno, por lo cual, los hechizos se realizan en dos planos, el de la mente y el físico.
- Resumiendo todo eso, debes concentrarte al imaginar que el objeto que quieres hacer levitar, al mismo tiempo debes enfocar toda tu concentración en el objeto, mantener la mirada en dicho objeto ayudará a que te concentres, pero después deberás hacerlo sin ver el objeto.
Discord permanecía sentado en el piso de la cueva recordando todo aquello, mientras Argos mantenía su guardia con el pequeño libro de artefactos mágicos en su mano.
Con la vista fija en su viejo libro de Star Swirl, Discord notaba como el libro comenzaba a moverse de un lado hacia otro milímetro a milímetro.
- Vamos, vamos, sé que lo puedo lograr.
De forma cómica, el Draconequus comenzaba a mover las manos, cosa que no pasó desapercibida por las princesas.
- Me recuerda a cierta hermana menor… agregó de repente Celestia.
Luna también recordaba esas primeras lecciones, cuando su poca paciencia le jugaba malas pasadas.
- Hechizo de levitación, el más simple y el más complicado.
- Para los que no son pacientes lo es, pero si te calmas y mantienes tu concentración…
Celestia interrumpió su lección, otra vez olvidaba que el muchacho era un recuerdo y al mismo tiempo olvidaba que era Discord.
- Vamos, vamos, vamos, anda, levita, levita. Empezaba a desesperarse, su concentración comenzaba a verse mermada por la pérdida de paciencia
En un intento por recuperar la concentración, el joven Discord inició movimientos cada vez más desesperados; acción que recordó a ambas princesas los primeros momentos en los que, al igual que el Draconequus, daban los primeros y complicados pasos en la magia.
Discord sin embargo, no lograba tener un gran avance, hasta que sin tener conciencia de lo que hacía, chasqueó los dedos para concentrarse, entonces por un breve instante, toda su concentración se centró en el sonido del chasquido, identificando a este con todo el proceso mágico que realizaba. Cuando realizo este simple proceso de indentificación, los objetos a su alrededor comenzaron a levitar, no solamente el libro, sino su cama, piedras, los restos de la fogata, incluso Argos comenzaba a levantarse del suelo.
- No puedo creerlo lo logré. Grito con emoción.
La alegría que todo ello le provocaba, le hacía dar saltos por toda la cueva un giro en el aire y finalmente se calmó al observar que los objetos y Argos eran solo el principio, en las afueras también pasaba algo similar, piedras de pequeño y gran tamaño por toda la montaña se elevaban en el aire, en un pensamiento veloz como el rayo, Discord se dio cuenta de que debía parar todo aquello, de lo contrario se darían cuenta de su ubicación.
Imitando las acciones que realizó para hacer un lio tan grande, se concentró y con un chasquido los objetos regresaron a la normalidad, salvo por varias rocas fuera de la montaña que rodaron cuesta debajo de forma estrepitosa. Discord miró con cierta expresión de incredulidad todo aquello, ¿por qué no lo pensó bien?
Después de varios minutos, cuando la polvareda producida por las rocas se difuminó, Discord se encontraba en la entrada de la cueva con Argos, sosteniendo el pequeño libro.
- Argos, hoy me quedaré fuera por unas horas.
El coloso puso toda su atención, levantándose para acompañar al Draconequus en lo que sea que este fuera a hacer.
- Tranquilo, estaré bien, iré a una biblioteca, pero si no te agrada la idea, puedes buscar este objeto.
La atención de Argos se desvió hacia la ilustración del libro que Discord tenía en las manos.
- Se llama pluma de roc, de hecho son dos, una para cada uno, y lo que hacen es transportar a quien sostenga una de las plumas hacia el lugar donde se encuentra la otra.
Argos entendió al instante lo que Discord trataba de explicarle.
- Así si me meto en un problema puedo regresar a donde estés tú o viceversa.
El guardián del joven asintió con la cabeza, buscando el escudo tortuga y su saco, la búsqueda de dichos objetos implicaba que estaban resguardados de alguna manera.
- Las plumas de roc se encuentran en dos puntos distintos de Equestria, la primera en los desiertos de oeste y la segunda en la costa este.
Argos tomó el mapa en una mano, sería fácil, llegar al desierto y desde allí transportarse a la costa para finalmente regresar a la cueva, a pesar que le llevaría casi todo el día realizar dicha tarea, debido a su incapacidad para cansarse, asintió tomando los pocos objetos a su disposición empezó una carrera en dirección al oeste.
A medida que Argos se alejaba a toda velocidad, Discord con una sonrisa devoraba las pocas manzanas que quedaban, estaba muy ansioso por regresar a aquella biblioteca, después de lo que pasó hace poco tiempo, estaba convencido de que tenía un gran futuro con la magia y siendo sincero consigo, estaba realmente feliz por eso.
Cada bocado, cada sensación, cada color, empezaba a ver cierta belleza en todo lo que le rodeaba desde la manzana silvestre que comía, hasta la roca más insignificante de la cueva.
Celestia no pudo reconocer aquella mirada en el Draconequus, pues jamás la había visto y dudaba cada vez más de que aquel joven Draconequus que en dos pies ya la alcanzaba en estatura fuese el mismo que el actual.
- amiñana tammmmm. Una leve murmuración por parte del dormido Discord la distrajo de sus pensamientos.
- Bien, creo que es tiempo de visitar a Star Swirl.
En un parpadeo las princesas se encontraban nuevamente en la biblioteca de Star Swirl, Luna no pudo evitar avanzar hasta la ventana, pero a diferencia de antes no podía ver más allá del límite que establecía el marco de la ventana, si trataba de asomarse a un costado, solamente veía un vacío en color blanco y negro.
- ¿Así que decidiste volver?
Los tres visitantes de la biblioteca vieron al mago con una mirada de reto, dirigida al Draconequus, sin perder contacto con este, el Draconequus en cambio, se sentía con un instinto de auto preservación.
- ¿Acaso piensas que la magia es un estudio que se realiza en unos cuantos días?
Discord en aún confundido por las preguntas trató de defenderse de la mejor forma posible.
- No, no lo creo, usted parece aún estudiarla.
El gran mago, ofendido con la respuesta del joven que extrañamente era cierta, se calmó, no era el primer candidato a estudiante que pensaba ser el centro del mundo y no sería el primero que lograba irse por esa causa.
- No se ofenda, pero todos los unicornios hacen magia hasta que mueren, es como si la magia.
- Fuese parte de su vida… También pienso eso, y no solo eso Discord, también es una forma de comunicación con el mundo exterior.
Maravillado por las palabras del mago, el Draconequus se paralizó, observando cada movimiento que este realizaba.
- Y ciertamente, ningún estudiante mío debe dejar de pensar en esto.
- Y qué hay del bien, acaso no debemos procurar el bienestar de nuestros ammm… amigos.
Star Swirl, maravillado por las conclusiones del joven que tenía delante prosiguió con la plática.
- Eso díselo a los de la academia.
Entonces una carcajada por las palabras que el mismo había pronunciado, ciertamente aquel joven entendía la magia de una forma menos ególatra, no buscaba poder, no buscaba que le tuvieran miedo, sino buscaba el bien de todos; y eso era lo que caracterizaba – en el criterio de Star Swirl – a un buen mago o hechicero. A cuántos estudiantes no había dejado ir por ese simple hecho y es que si no están dispuestos a tratar de hacer bien por los demás, como podría su magia mostrar todo su potencial, cómo no se podría corromper junto con ellos, provocando su sufrimiento y destrucción.
Celestia dio un suspiro con una carga emocional tan fuerte que Luna logró sentirlo.
- ¿Qué pasó hermana?
Cierto retroceso en el pasado en la mente de Celestia se definió en unas pocas palabras.
- Sunset Shimmer…
Luna entendió lo que Celestia trataba de decirle, no sabía mucho de aquella unicornio, pero si sabía que marcó una extraña y nueva definición para Celestia de lo que debía ser una princesa o una estudiante de magia, esto a la vez, fue anteriormente transmitido por Star Swirl, pero Celestia no pudo distinguir, o al menos eso parecía.
- Ella está bien hermana, no veo por qué no pueda regresar algún día, ya lo verás, sé que ella cambio.
Con una sonrisa, Celestia confirmo su calma. Otro error que debía combatir sola y al igual que muchos otros, debía mantener en secreto.
Discord mantenía la vista fija en el mago frente a él, hasta que de pronto, este convencido de las capacidades del muchacho frente parado frente a él y pese a su aparente talento, decidió darle una oportunidad.
- Ningún estudiante mío debe alejarse de estas ideas y por supuesto no debe fallar en el hechizo de levitación.
Discord con una sonrisa y los ojos abiertos de par en par, producto de las palabras del barbado, se sintió feliz, pues había entendido las indirectas.
- Con que un hechizo de levitación ¿eh?
- Tómate tu tiempo, después de todo solo eres un principiante, muchos no logran realizarlo en días y hasta semanas.
- y que lo digas. Inquirió repentinamente la voz de Luna, al recordar el tiempo y los arranques de ira que le llevó dar esos primeros y difíciles pasos.
Un examen sencillo, que también tuvieron que cruzar las hermanas reales, examen que era recordado de forma distinta por los resultados que ambas obtuvieron.
Star Swirl mantenía una expectativa baja con respecto al muchacho frente a él, quizá tenía talento, pero no por ello sería el mejor, pues su concepto de mago estaba constituido por más que el manejo de la magia, hasta ahora, Discord había probado tener el corazón de un mago solamente faltaba que tuviera un poco de paciencia para aprobar el difícil examen del barbado.
Discord mantenía la mirada fija en un libro en la estantería, sería simple, hacer levitar el objeto hasta él para sostenerlo con su zarpa, al no poder lograrlo, empezó a calmarse en lugar de desesperarse, recordando cómo lo hizo en la cueva imitó aquel efectivo truco que había descubierto, un chasquido fue todo lo que necesitó para poner no solamente el libro deseado en el aire, sino los estantes, las mesas, las bancas y varios objetos; desde los más pequeños hasta los más grandes.
El mago no daba crédito a lo que observaba, en un día el muchacho había logrado lo que los mejores magos lograban en años de práctica, entonces diferentes sensaciones se produjeron dentro suyo, ambas princesas lograron observar los gestos y los movimientos que su maestro efectuaba al ver tal nivel de destreza, quedando anonadadas una vez más.
De inmediato, el mago cambió su expresión cuando el muchacho volteó a verlo, existía cierto secreto en sus ojos, ambas princesas pudieron notarlo, en cambio el joven Discord en su emoción no apreció ese simple hecho.
- Entonces… ¿puedo llamarlo maestro?
Star Swirl se inmutó con la pregunta de Discord, indudablemente había aprobado su examen, pero su indecisión lo tenía contra la espada y la pared.
- Discord, no puedo negar que pasaste la prueba, sin embargo, mis estudiantes deben estar dispuestos a trabajar sin descanso, a forjarse a través de la disciplina y el fracaso.
- ¿Fracaso?
- Si, fracaso, que seas talentoso no quiere decir que lograras vencer siempre o que todo el tiempo tengas las respuestas…
- Quiere decir que aún si me esfuerzo en leer y aprender todos esos libros, al final no podré hacer nada.
- Si y no, la magia no tiene la solución a todos tus problemas, debes saber que algunas cosas simplemente ocurren y que no lo controlas todo.
- …Pero puede ayudar en muchas ocasiones con a controlar las cosas ¿verdad?
- Si, pero ello no evita que fracases en tu intento, por lo cual debes tener en cuenta que la magia es poderosa y al mismo tiempo, que es una parte de ti que no debes dejar de usarla para el bien del resto y el tuyo. Y al mismo tiempo que las cosas no siempre saldrán como tú quieres, pero no por ello debes rendirte, esa es realidad tras aceptar el fracaso.
Discord quedó desilusionado una vez más; pero en esta ocasión el dolor era demasiado grande, pues no era físico, era un dolor que se internaba en lo más profundo de su ser, en cierta forma debía aceptar que todos sus planes podrían terminar en un rotundo fracaso, pero aun así, como le dijo Star Swirl, no se rendiría.
- Comprendo maestro.
- Y después de eso, ¿aun quieres estudiar magia?
- Si, no me rendiré.
El barbado se mantuvo complacido con la respuesta de Discord, evidentemente, era material para ser uno de sus alumnos más brillantes, por lo cual, solamente faltaba una pregunta para finalizar el trato.
- ¿cuándo quieres iniciar?
- De inmediato.
Celestia observaba la ilusión en los ojos del pequeño y en los saltitos que daba de vez en cuando, lo cual le recordaba a Twilight cuando era pequeña y había aprobado el examen de admisión para la escuela de unicornios superdotados.
- Bien, prepárate muchacho, pues el estudio de la magia es muy pesado, en especial con los libros de los estirados de la academia.
Discord movió ligeramente la cabeza, al ver como maestro hacia levitar una variedad incalculable de libros a su alrededor, las páginas empezaban a pasar en cada uno y Star Swirl los leía uno por uno con una rapidez tan grande que parecería que los leía todos de una sola vez.
- Empezarás con Black y después deberás practicar lo hechizos de Heart y no olvidemos las estructuras básicas de la magia planteadas por Lancer.
Una risita se escuchó por parte del muchacho, la cual distrajo al barbado.
- ¿Por qué te ríes?
- Lo siento maestro, es que sus nombres son muy graciosos.
- ¿En qué sentido?
- Tratan de parecer serios, jajaja.
Extraña forma de ver las cosas, pero era verdad, los sujetos publicaban sus libros con seudónimos que inspiren cierta confianza y respeto.
- Si, lo hacían desde que se dieron cuenta de su aspecto ridículo… no pudieron inventar algo tan original como yo.
Una carcajada más grande se hizo presente, Discord se sentía muy apenado, pero le daba risa, pues la ropa que llevaba su maestro era original, tan original que ingresaba en la comedia.
- Más respeto a tu maestro muchacho…
- Lo siento, es que su sombrero es muy gracioso.
La risa de Discord cesó, al retumbar la puerta con golpes secos y fuertes.
- Star Swirl, abra.
De inmediato Star Swirl empujó al joven Draconequus a un rincón y con sumo cuidado de no levantar la voz le comunicó a su nuevo alumno.
- Debes irte Discord, no todos los ponis tratan de comprender a otras criaturas, es mejor que no estés aquí.
- Esta bien, me voy, pero mañana continuamos con lo de hoy ¿cierto?
- Si, pero ahora vete de aquí.
Las puertas eran golpeadas con más fuerza que antes, la poca paciencia de aquel corcel era clara y el barbado sabía muy bien que no era nada agradable hacer enojar a los soldados traídos de Cloudsdale.
- Nos vemos mañana Discord.
- Hasta mañana.
Cuando el mago se encaminó a la puerta la curiosidad del pequeño se hizo tan grande que no pudo soportar y encontrando un rincón obscuro en un vacío de la repisa superior de un estante grande con tomos enormes sobre magia avanzada, decidió meterse dentro para ver la razón por la cual su maestro se encontraba tan agitado.
Tomando unos leves segundos para entrar en personaje, el barbado abrió la puerta; de inmediato, empujando la puerta, un pegaso color plomo y con la melena roja ingresó dentro de la biblioteca, pero no estaba solo, otros tres pegasos de color blanco lo siguieron y por último un unicornio de pelaje cian.
- Estamos buscando a una criatura que nos fue reportada hace unas horas.
- Una criatura ¿por qué vendría a una biblioteca?
El pegaso descendió al piso de madera para tomar al mago con sus cascos y ponerlo contra la pared.
- Escúchame bien unicornio, sabemos de tu fascinación por esos monstruos, así que es mejor que nos digas lo que sabes o si no.
- Él es Star Swirl…
- Cállate novato, toda su raza es igual, siempre manteniéndose sobre los demás.
- Mi nombre es…
- No importa cuál es tu nombre novato, no mereces estar al lado de una especie tan fuerte como los pegasos, todo lo que sabes hacer es con magia.
Cansado de aquellas palabras, el barbado retiro con calma los cascos de aquel pegaso.
- Te aseguro que no sé nada de ninguna criatura, en esta biblioteca no hay ni un fantasma.
- Y no los culpo, con semejante cantidad de libros estúpidos, ¿Quién se interesaría por un lugar tan aburrido?
- Por lo visto nadie.
No te pases de listo…
Una patada con ambas patas por parte del soldado dejó a Star Swirl en el piso casi inconsciente, casi…
Desde donde se encontraba su alumno pudo observar todo lo ocurrido, por poco sale de su puesto, pero el zumbido generado por el veloz pasar de uno de los soldados que revisaba el lugar lo detuvo, era mejor no darles más razones para agredir a su maestro.
Al terminar tan innecesaria muestra de fuerza, aquella patrulla de soldados salió de la biblioteca… todos menos el unicornio
- Lo siento, pero sé que pronto nos libraremos de estos plebeyos, el rey está moviendo las últimas fichas para eso.
Con aquellas palabras el unicornio se alejó, corriendo detrás de su patrulla nocturna.
El dolor pasaba lentamente mientras Star Swirl se reincorporaba, Discord decidió en aquel instante regresar a su cueva, varios pensamientos invadían su mente, no sabía muy bien que era aquello que sentía; pero mientras se retiraba, más intenso se hacía aquel sentimiento.
Luna y Celestia contemplaban aquella escena, no lograban entender la causa por la cual aquel pegaso trató de aquella forma a su maestro. Mientras aparecían en la cueva del joven Discord, notaban que ya era de noche, el día había pasado de forma tan rápida que apenas se había dado cuenta. Argos se encontraba con la fogata y con un objeto en cada mano… Había descubierto las plumas de roc. Pero antes de poder ver cómo eran, Discord se despertó con cierto malhumor.
- Bueno princesas, eso es todo por hoy. La voz de Discord se hizo presente, mientras las imágenes se disolvían de la misma forma que una pintura con agua ras.
- Hey Discord, quiero saber un poco más… Los intentos de Celestia por pedir unos segundos más fueron inútiles, Discord con una pijama a rayas y sosteniendo en su garra a su cabrita de peluche empujo de forma cómica a ambas princesas hacia un agujero recién formado de las imágenes que se habían disuelto.
El agujero absorbió al instante a ambas princesas, que sometidas en una gran obscuridad, gritaban en una caída que no parecía tener fin, Discord movía su zarpa en señal de despedida mientras volvía a quedarse dormido y con la sonrisa propia de él.
Espero que les haya gustado el capítulo, por cierto, son muy hábiles para adelantarse a los hechos gracias por sus reviews, en especial a la décima por ser la décima y bueno, gracias en general por leer mi fic y más por dejar sus comentarios, críticas, etc, son bien recividas y apreciadas.
Hasta el próximo capítulo…