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Discord

by Filomental

Chapter 8: El sueño, parte 2

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Capítulo 8: El sueño, parte 2

Espero que les esté gustando la trama, los personajes de MLP no me pertenecen excepto Argos, él ya está patentado jajaja. Disfruten el capítulo.


- Mon… Monstruo, quieto. Una voz temblorosa trataba de sonar autoritaria, el dueño de esta misma se encontraba detrás del Draconequus.

- Tranquilícese, yo no soy ningún monstruo, me llamo Discord.

El explorador, producto de sus nervios, empuño a duras penas su espada con la boca, señalando a Discord.

- Dije ¡quieto!

Discord puso de inmediato sus dos extremidades superiores en alto, el corcel poseía un símbolo que había visto antes, cuando vio a esos windigos marcharse, una de las banderas poseía un símbolo idéntico al que llevaba aquel pegaso en su armadura de metal.

- Me dijeron que existían monstruos en este sector, como guardia real, tengo órdenes de proteger a los campesinos del sector.

Para asombro de Celestia, el guardia no poseía el símbolo de Equestria sino más bien el del reino de los unicornios, previo a la fundación de Equestria. Sin embargo, ya se había creado Equestria, en otras palabras los ponis ya se tenían que encontrar unidos bajo un solo reino; también estaba el hecho de que trataba a los ponis terrestres de forma muy despectiva, podría decirse que incluso con cierto rencor. Empezaban a crearse en su cabeza varias dudas.

- Disculpe señor, pero no soy un monstruo y no pienso hacer daño a nadie, solamente vine a buscar algo de comer.

- Seas lo que seas, no puedes pasar, será mejor que vuelvas por donde viniste o si no, no me haré responsable por lo que pueda sucederte.

- Solo quiero algo de comer.

Al dar unos pasos hacia adelante, el pegaso se abalanzó al ataque, en una fracción de tiempo, su dirección cambio de rumbo, cayendo en la tierra.

El terror en los ojos del guarda se hizo presente al ver la figura frente a él, era incomprensible a sus ojos, las vendas de aquella criatura que escudó al monstruo evitaban el contacto visual, pero daban una impresión mayor, así como se encontraba, ¿Cómo era capaz de ver?

El pegaso se levantó lo más rápido que pudo, solamente para ver un montón de tierra, que lo cegó inmediatamente, frotándose con cierta desesperación, pudo advertir que ninguna de aquellas criaturas se encontraba en el lugar, mientras se limpiaba la cara, se prometía no decir nada a ninguno de los guardias.

- Desde aquel momento, los ponis me parecieron más atractivos, sin duda tenían algo muy valioso como para estarlo defendiendo de esa manera.

- Se tenían a ellos mismos Discord, el guardia quería proteger a los suyos. Decía Luna con cierto orgullo por el trabajo del guardia

- También creí eso Luna, pero debes mirar el resto

- Y que pasó después. Interfirió Celestia, sus dudas empezaban a ser cada vez mayores, hasta el momento varios de los escritos de historia empezaban a perder consistencia con lo que había visto en el guardia.

- Es algo muy largo de explicar y de ver. La seriedad de Discord al mantener ciertas conversaciones como esta, era señal de que habían cosas complicadas.

Pero la expresión de Discord cambió de inmediato, convirtiéndose en su risa habitual, una que no tenía sentido en absoluto, empezaba a volar de cabeza nuevamente, o levitar, pues empezaba a caminar de cabeza.

- Aquella mañana descubrí cuanto me encantaban los ponis.

Mientras Argos llevaba a su escoltado, este último empezaba a cuestionarse el porqué de la violencia que le lanzaba, podría aceptar ese tipo de trato de parte de los dragones, y vaya que lo había aprendido a las malas, pero de parte de un poni, era otra historia, totalmente diferente. Es cierto, aún le atraía como el imán al metal.

En aquel momento, algo que no pudo explicar, un extraño efecto, algo dentro de él le obligaba a seguir adelante, sabiendo que delante se encontraba un pequeño pueblo.

- Argos, si no te importa, suéltame.

El centinela se paró en seco y con cuidado bajó al Draconequus, quien inició un andar hacia el bosque.

- Sigamos adelante, pero por la maleza, hay muchos viajeros matutinos.

Argos obedientemente lo siguió de cerca.

Cuando por fin se encontraron dentro, protegidos de la vista de cualquier poni, se encaminaron de forma lenta, el trinar de los pájaros y los sonidos producidos por la naturaleza cubrían perfectamente los pocos sonidos que generaban sus torpes pasos por la maleza, Discord, impulsado por aquel deseo involuntario comenzaba a perder la emoción, preocupándose cada vez más por las posibles consecuencias que existían si su pequeña incursión resultaba en un fracaso, no quería ser buscado cual bestia salvaje.

Pensaba en esto porque en el libro de Star Swirl que poseía, existía un breve opúsculo referido a las "proezas" realizadas por algunos caballeros, que, después de una cacería brutal, liquidaba a la bestia, convirtiéndose en un héroe y una fuente de inspiración para los habitantes de Equestria.

También estaban esas pequeñas fábulas de los aterradores monstruos que rondaban el bosque, que, mientras observaban con ojos llenos de ira, seguían de cerca a los equinos desventurados, hasta que en su desesperación por salir, se internaban más, logrando perderse por completo; una vez, sin dirección, sin esperanzas, eran atacados de forma impía por estos monstruos, desapareciendo misteriosamente, pues ni sus cuerpos eran hallados.

Aquellas historias eran muy conocidas en aquellos tiempos, en parte muchas se basaban en hechos reales, quizás incluso aquellas bestias existían realmente, pero la imaginación llegaba a ser desbordante, justamente, Star Swirl se planteaba en el libro: encontrar y estudiar los diferentes tipos de "monstruos" para comprobar que de monstruos no tenían nada, salvo el aspecto.

Una propuesta interesante por el tipo del sombrero ridículo, a Discord le llamaba bastante la atención el saber que el autor del único libro que poseía aún se encontraba en el pequeño pueblo.

A Celestia le vino un escalofrío, producto de su intuición, aquel lugar, estaba exactamente donde se encontraba Ponyville; pero, extrañamente, todo era completamente diferente, a pesar de verlo desde donde se encontraba el pequeño, podía apreciar diferencias a lo lejos, aquel lugar no era Ponyville, no, no podría ser.

Intentando hallar respuestas, la princesa se acercó con pasos apresurados, quería ver con mayor claridad aquel lugar, a lo mejor era una confusión suya, Luna la seguía con un paso más lento, pero fue detenida en el acto, chocando con una especie de muro que no era visible, cayendo al piso del bosque de forma brusca sobre su flanco derecho.

- Jajajaja, Celestia, ¿por qué no me escuchas?

Discord se hallaba frente a ella, sus ojos, al igual que toda su expresión de burla, se hacían muy visibles.

- ¿Por qué hiciste eso?

- Bueno, técnicamente no fue mi culpa, escapaste del recuerdo.

- Explícate mejor. Inquirió la menor de las princesas.

Discord se dio un pequeño golpe con la zarpa en su rostro, bajándola lentamente, para indignación de ambas.

- Agg, como odio dar explicaciones, bueno, los recuerdos se forman a base de las sensaciones y experiencias que vamos recuperando, en esta reconstrucción, solamente podemos ver, oír y sentir lo que yo sentí en aquel momento, y con las limitaciones de espacio y tiempo que también tienen los sentidos, pero si de algo te sirve, pronto llegaremos allá.

Celestia se levantó del piso, increíblemente todo aquello le había dolido.

- Discord, quiero que me respondas algo.

- Es que acaso te diste cuenta de cómo me puedo ver tan hermoso. Es un secreto. Dijo el Draconequus, transformando su rostro en uno con ojos algo grandes, con pestañas equivalentes en tamaño, así como labios algo inflados, mientras hacia el ademán de besar a alguien en el aire.

Luna hizo cara de desubicada, pero viniendo de Discord no se podía esperar otra cosa.

- No, nada de eso, todo esto que nos muestras ¿Es verdad?

Las imágenes se detuvieron, el aspecto del Draconequus regresó a la normalidad, sus ojos se centraron en los de la princesa de la noche, y esta a su vez se concentró en la mirada de su interlocutor, durante varios segundos, Discord mantuvo una mirada entre indignación, interrogación y euforia. Cuando Celestia se cansó de ver todo aquello interrumpió.

- ¿Puedes contestarnos?

- Si tanto insistes.

Discord buscó una rama pequeña, cuando la levanto, pasó lentamente el objeto alrededor de su pecho, formando un círculo, y mientras levantaba su garra de águila le respondió.

- Les muestro la verdad, y solamente la verdad, no tengo intenciones de mentirles, ahora, de ustedes depende ver o despertarse.

Ambas hermanas se miraron, llegando a una conclusión entre la breve discusión de sus miradas.

- Por favor, prosigue.

- Que bien.

Discord se había aparecido al lado de Luna y mientras decía esas breves palabras tomaba a la alicornio por el cuello, mientras una cámara delante ellos les tomaba una foto.

- ¿Qué haces?

- Tomando una foto, pocas veces soy tan serio. Mientras el flash cegaba a Luna, Discord hacía una expresión de seriedad, irónicamente, era muy graciosa, unos ojos estirados, una expresión de seriedad y un traje de color negro, con un peinado en su crin, con un mechón rebelde escapándose, a pesar del notorio gel que tenía para mantenerlo peinado.

- Anda Celestia, no me creerían que en realidad fui serio si no me saco una foto con la poni más estirada de Equestria.

Con el ceño fruncido Celestia dejó que el molesto Draconequus se sacara una foto con ella, antes del flash, Discord se apoyó en el cuello de esta, la cegadora luz de la cámara les señaló que la foto ya se había tomado.

- Muy bien princesas, continuemos. Dijo mientras los dedos de ambas patas, chocaban el uno con el otro, de forma inmediata, las imágenes continuaron su accionar.

El movimiento del pequeño regresó, sus pasos se hacían cada vez menos cuidadosos, como si existiese algo que le quitase todo uso de razón o prevención que había tenido hace tan pocos segundos atrás, avanzo sin cuidado.

Tales eran los pasos que había logrado dar, que la distancia que recorrió en tan corto tiempo, llegó hasta pocos metros de aquel pueblo, Celestia inquieta, así como Luna, se desesperaban por ver más, de hecho, con cada paso que daba el pequeño Discord, ellas se mantenían en la punta de aquella expedición, tratando de empujar inútilmente aquella barrera que las alejaba de aquel misterioso pueblo.

De repente, un zumbido desvió su atención, poco después, se pudo escuchar como la tierra era perforada, una flecha gigante se había clavado en el suelo, muy cerca del pequeño dejándolo petrificado por el miedo, podría haber sido él, sin darse cuenta, otra flecha se dirigía hacia este, cuando Luna apreció lo peligroso que aquella última flecha podría ser, –pues se dirigía a la cabeza de Discord- esta fue detenida en seco por un tronco, que, sujetado por Argos, era un escudo ideal para el momento.

Sin embargo, Discord empezó a alejarse, y junto con él, las princesas se vieron forzadas por el límite del recuerdo, a seguirlo de cerca, pero ahora tenían una buena razón para seguir al pequeño.

Las flechas seguían cayendo, pero el pequeño se las ingeniaba para esquivar de forma eficiente cada una, al tener forma de serpiente, su cuerpo podía zigzaguear de manera más eficiente, logrando confundir a sus atacantes, al igual que las princesas, tenía una vaga idea de quien estaba atacándolo y sin embargo no quería marcharse, aquel lugar ciertamente tenía algo mágico, algo que ansiaba poder apreciar, pues ni él mismo sabía que era exactamente.

Argos seguía de cerca a su protegido, no dejaría que nada lo dañase, ese era su único fin, pues, como más tarde comprobaría el Draconequus, no poseía voluntad propia y los sentimientos que llegaba a sentir eran muy limitados, en aquella existencia, solamente habitaba una sombra que se podía relacionar con la vida y eso era justamente, el instinto de protección, que era dirigido exclusivamente al del pequeño.

La carrera de ambos por lograr escapar, cesó cuando una trampa atrapó al escoltado, una red fuertemente hilada lo levanto del suelo, hasta la altura de las ramas más gruesas de los árboles, Argos en medio de aquella situación, forzó la salida de una filosa garra de uno de sus tres dedos, sin dificultad, saltó desde el piso del bosque hasta la posición donde se encontraba el ser al cual resguardaba, para impresión de Discord, la garra fue tan filosa que cortó la red, en plena caída, Discord inició un vuelo, pero nuevamente era atrapado por algo, esta vez, no lograba ver que era, no era una trampa común.

Desde otra posición oculta, un unicornio mantenía su hechizo de levitación sobre el joven Draconequus, arrastrándolo a tierra, no escaparía.

Una cuadrilla entera se lanzó al ataque de Argos, cinco pegasos y dos unicornios, mientras un unicornio trataba de detener los movimientos del guardián, el resto de su equipo lanzaba una red y al mismo tiempo se acercaban con espadas y lanzas para lisiarlo en caso de que fuese necesario.

La impresión de aquella escena mantenía a las princesas bajo una exaltación constante, justo cuando creían que Discord no escaparía, veían como Argos se preocupaba más por el joven que por él.

Cada vez más cerca de tierra, Discord no podía pensar con claridad, incluso Argos se veía reducido por aquellas redes, y al igual que él, la magia de aquel unicornio limitaba aún más su movimiento. Esta vez tendría que ocurrir un milagro para que salieran con vida de aquella situación, un milagro como cuando…

Momento, eso era, las imágenes de cuando había desaparecido ¨milagrosamente¨ de las garras de los dragones y cuando Argos puso su mano en su hombro, este desprendió un aura de varios colores, era capaz de usar la magia, tenía ese singular don; ahora tenía que salir con esa magia de su muerte segura y de la de Argos.

El escolta de Discord mantenía fiera lucha con la magia que el unicornio invocaba para reducir su fuerza, los pegasos trataban de asestar golpes mortales en su corazón o cuello, para dejarlo fuera de combate, pero este, aun con la magia en contra, se movía hacia atrás, evadiendo las estocadas que lanzaban las espadas, las lanzas en cambio, debían ser apartadas con sus extremidades, y en dos oportunidades habían conseguido acertar, para sorpresa de los ponis, Argos no poseía sangre, pero sus músculos eran desgarrados, limitando aún más el movimiento en su brazo derecho y en su pierna izquierda, pero no lo detenían, con un impulso bestial, consiguió saltar, para asestar un golpe de sus colosas manos a un pegaso que planeaba atacarlo desde arriba

Cuando el golpe noqueó a dicho poni, Argos, en una fracción de segundo sujetó su espada, que para él era pequeña, pero que dadas las circunstancias, le era muy útil, ahora eran cuatro pegasos, cuando se dividieron, para tomar cuatro direcciones distintas, Argos tenía las de perder, pero cumpliendo primeramente con el objetivo de su existencia, arrojó la espada en dirección al unicornio que sujetaba a Discord, este al esquivar el golpe, soltó automáticamente al recluso de su magia.

Una vez en el piso, Discord, con toda velocidad se acercó a Argos, evitando que una espada cortase su cola y una lanza que por poco secciona parte de su espalda, cortando unos pocos pelos de su crin, posando su pata sobre la cabeza de Argos, cerró los ojos y deseó estar en la cueva, con la misma intensidad que cuando los dragones lo vapulearon de forma tan brutal.

En milésimas de segundo, cuando las espadas y las puntas de lanza de los pegasos se acercaban terriblemente, los cuerpos de Discord y Argos desaparecieron del lugar, los guerreros tuvieron que parar en seco, para no herir a sus compañeros.

- Rayos, como le explicaré al mariscal Wind blade lo que ocurrió.

- No te preocupes JC, no tenemos que decir nada, digamos solamente que un jabalí se apareció de forma abrupta y lo espantamos. Además esto es culpa de esos unicornios, no pudieron contener a ninguno de los monstruos.

- Buena idea, el nunca se fija en el estado de las defensas.

- Aún no me explico cómo cruzaron a los vigilantes del tercer anillo.

Solamente aquel fragmento de la conversación llegaron a escuchar, al parecer, el sonido podía viajar junto con ellos, incluso segundos después de que se hubiesen transportado.

Discord se dejó caer en su cama, mirando al techo de la cueva, por otra parte Argos observaba sus heridas, mágicamente, estas se habían curado cuando Discord puso su pata en su cabeza, obviamente, absorbió una parte de la energía de Discord, pero esta se regeneraría con el tiempo.

- Porque me tratan así, ¿es que acaso soy malo? No recuerdo haberles hecho daño, o quizás sea por mi aspecto.

Las dudad del pequeño no parecían despertar el menor interés en su guardián, de hecho, este se levantó para ir a buscar comida y leña, Discord debía recuperar energía, siendo el equivalente a un potro, la magia y la energía que este poseía era limitada y necesitaba cierto reposo mientras se recuperaba.

- Como me gustaría tener más libros de estos…

Argos escucho el deseo del pequeño, deseo que por razones desconocidas se hizo orden, regresando a la cueva observo de forma detallada dicho libro, observando su forma, sus hojas y su color, si tenía suerte, encontraría algún "libro" en el bosque.

El joven Draconequus ni siquiera notó la ausencia de Argos, simplemente pensó, cogiendo nuevamente el libro del piso, prestándole toda la atención posible al escrito, cual era la razón por la cual siempre lo recibían como enemigo.

- Star Swirl, magia y lo más básico.

Nombre extraño, Celestia sabía que aquel era el primer libro escrito por Star Swirl, pero jamás lo había leído, pues, no encontró ningún ejemplar. Lo poco que conocía de él, era que lo había escrito cuando la Equestria tenía unos pocos años desde su fundación. Por el título, era evidente que no existía mucha información sobre la magia, pero cuando se acercó para ver la primera página.

La magia y el mago

El aprender magia

El miedo para el mago

La causa de la necesidad de la magia

- Cuatro diferentes capítulos, en los cuales, el tipo ridículo hablaba sobre como la magia se ve limitada por el miedo que sienten los ponis, este a su vez es transportado a los magos, pues estos son amigos de los ponis.

- vaya, y de que más hablaba.

- La innecesaria cuota que tenían la escuela para unicornios superdotados y demás instituciones dedicadas a la enseñanza de magia.

- Eso tiene lógica, Star Swirl el barbado aprendió magia fuera de cualquier academia, se dice que aprendió de diferentes criaturas, diferentes tipos de magia. Aclaró Luna con cierta emoción al que antaño había sido su maestro de magia y el de su hermana.

- Fue algo asombroso el último capítulo, él tipo hablaba de como el temor a lo existente fuera de la comprensión de los ponis los obligaba a mantener dos instituciones fuertemente militarizadas, la magia dirigida por los unicornios y obviamente la militar que estaba a manos de los pegasos. Decía con cierto tono de importancia el Draconequus, mientras se encontraba sentado en un cómodo sofá, vestido con una bata roja, con una pipa que expulsaba burbujas y unos lentes gruesos.

- Afirmaciones demasiado fuertes para un unicornio con tan poca experiencia en la magia y con conocimientos meramente empíricos, debo aclarar que no es ni un político de los terrestres ni un intelectual de los unicornios, solamente es alguien que sueña con la grandeza de ser algún día un mago de verdad. La voz de Discord era de remedo y de total burla

Celestia no pudo evitar sonreír al ver aquella sátira a los críticos de Star Swirl. Sabía que efectivamente había tenido críticas aplastantes por parte de los unicornios académicos, pero ellos también habían tenido avances considerables en la magia.

- Y después que decía. Exigió Luna con gran duda.

- Veamos, sostenía que todo aquello era solamente por miedo, miedo a las diferentes criaturas y se atrevía a decir que entre los ponis mismos, esa era la causa para el uso y estudio de la magia, al menos por parte de las instituciones.

- Y que más.

- Ya me aburrí Celestia, mejor mira lo que pasó.

Las miradas de las princesas del sol y de la Luna se centraron en el pequeño, pero se desvió al ver el atardecer.

- Me quedé leyendo aquel libro tooooda la tarde.

Profundamente cautivado por las ideas de Star Swirl, el pequeño se sentía más tranquilo.

- Así que solo me tienen miedo, no soy malo en realidad. Una sonrisa se dibujó en su rostro, después de días finalmente sonreía un poco, pero así como notó su sonrisa, también reparó en la ausencia de Argos.

Argos, ¿dónde estás?

Una sombra familiar se presentó en la entrada de la cueva, era Argos, y tría consigo un saco repleto.

- Argos ¿dónde estuviste?

Argos señaló el bosque, se acercó a la cueva, levantando dos rocas las hizo chocar, produciendo varias chispas, hasta que finalmente unas llamas débiles antecedieron a una fogata, Argos sostuvo en lo alto el saco, para después vaciar su contenido en el piso de la cueva, apartándolo de la fogata.

- ¿Qué es todo esto?

Habían varias manzanas, leña y lo que parecía ser un libro, la curiosidad del joven lo incitó a ver el contenido del libro.

"Magia elemental por Star Swirl"

La tapa estaba totalmente dañada, la imagen que hubiese en esta era irreconocible; sin embargo, el contenido se encontraba intacto, bueno, una mancha por líquido y varias páginas arrugadas, pero aun así se convirtió inmediatamente en un tesoro para el pequeño que no dejaba de ver el objeto que había traído su guardián.

Pero eso no era todo, debajo de las ramas de diferente grosor, existía un objeto similar, un libro más pequeño, pero igual de atesorable, cuando lo levantó con las manos se percató de que la portada estaba intacta.

- "Amuletos, artefactos y sus poderes escrita por Von de Laclai"

En un instante de fugaz emotividad, Discord no pudo evitar abrazar a Argos

- Gracias, muchas gracias.

Argos en ese instante se inclinó para levantar el último libro, lo había obtenido acercándose nuevamente al pueblo, pero de forma más sigilosa, evitando todo contacto con los vigías, casualmente, se topó en el basural, que quedaba a gran distancia del pueblo, entonces, un poni llevaba una carreta, conde había solamente basura, pero en aquella pila, encontró, en la punta, un objeto que coincidía con la descripción de libro que había logrado extraer.

Esperando pacientemente, argos vio cómo se marchaba aquel corcel sin alas y sin cuerno, mientras se alejaba, varios animales se servían de aquellas sobras como alimento.

A cada paso que daba, los animales se alejaban, sabía exactamente donde había botado aquel libro, pasando lentamente, detrás de una pila de basura lo halló, recogiéndolo, lo mantuvo en su mano, pero después observo una tela grande con una cuerda a su lado, al inspeccionarla, parecía resistente y con la cuerda bastaba, tomó la tela y haciendo varios agujeros con sus garras los atravesó con la cuerda, creando un saco improvisado, en el cual depositó el libro.

Al parecer se encontraba en buena racha, pues a su derecha existía otro libro, lo tomó sin mayor contemplación, de hecho habían muchas cosas útiles en aquel lugar, lamentablemente, la presencia del sonido de unos cascos acercarse hizo que se marchara a toda velocidad.

Así, después de unas horas recolectando frutos y algunas ramas secas par la fogata, Argos se mantuvo ocupado.

Regresando a la cueva, Discord se veía profundamente agradecido y entusiasmado con los pocos libros que poseía, no podía esperar para darles una revisada, en especial al libro sobre magia elemental, estaba tan seguro de que podía hacer magia, que la emoción le hacía sentirse incompleto, pues, tenía el planteamiento que si podía hacer magia del mismo modo que aquel tipo del sombrero ridículo, entonces dejarían de verlo como alguien malo a quien temerle. En cambio lo verían como alguien dispuesto a realizar grandes bienes, y serían sus amigos.

Aquella noche, Discord durmió de forma plácida, sabiendo que podría cumplir aquel inocente y noble sueño, por toda la noche, su sonrisa permaneció apacible y sin cambio alguno, mientras Argos se sentaba cerca de la pared, preguntándose que tenía de interesante aquel objeto al que el joven llamaba libro. Sin encontrarle sentido alguno, más que las imágenes detalladas que llevaba dibujadas, existían diferentes amuletos y objetos, desde un collar con forma de cabeza de unicornio, hasta báculos, pero lo que le llamo la atención fue la sección del libro que trataba sobre armas, todas con aspectos curiosos.

Con el tiempo, argos regresó al estado de peluche, perdiendo su tamaño y movimiento, quizás el también necesitaba reposar.

- Así que ni siquiera tenías poderes.

- No, no sabía que existía magia dentro de mí.

- Eso explica porque no la usaste con aquellos guerreros.

- sí, eso creo.

Las imágenes se hicieron borrosas de nuevo, pero la razón esta vez cambio.

- ¿Qué pasa Discord? ¿Qué haces?

Discord se encontraba sentado en un sillón, con la cabeza agachada mientras con su pata empezaba a frotarse la misma, como si estuviese tratando de alejar algún dolor.

- No es nada princesa, solamente mi cabeza, mi mente empieza a cansarse, generar estos recuerdos normalmente es trabajo del subconsciente.

- Si no deseas continuar te entendemos, ya mostraste suficiente por hoy.

- No, si salen ahora, no podrán volver a entrar.

- ¿Por qué?

- Porque la conexión mágica debe llevarse a cabo por toda una noche, hasta entonces, las consciencias de los que quieren tener el vínculo deben interactuar por al menos seis horas.

- Cierto, lo había olvidado.

- No se preocupen, tengo todo el día para descansar, de momento, veamos que pasó el día siguiente.

- Bueno, si insistes…

Para sorpresa de Celestia, su preocupación por el Draconequus fue una pizca más grande de lo que pensaba. Y al parecer, Luna pasaba por algo similar.

Otro día empezaba, los rayos del sol tocaron el rostro del Draconequus, quien despertó instantáneamente, por otra parte, Argos se encontraba en su forma de peluche, sentado en la entrada, con aquellos ojos representados con botones negros mirando fijamente la entrada de la cueva. Era extraño, el libro pequeño se encontraba abierto, en la página referente a escudos, al darle una ojeada, Discord entendió que le interesaba al guardián.

- Escudo tortuga, en más de una ocasión, este escudo ha sido producto de búsquedas infructuosas por parte de comandantes de ejército, se dice que el escudo posee un encantamiento mágico hecho por los antiguos naga, de los cuales no se sabe absolutamente nada, según leyendas, este escudo originalmente estuvo en las profundidades del mar, en donde permaneció hasta la emigración naga, en la cual se perdió, cuando los viajeros encargados de los tesoros fueron atacados.

- Dícese que se halla en uno de los afluentes principales del rio del bosque everfree, pero se halla custodiado por varios lobos feroces y por mantícoras, se desconoce varios de sus poderes, pero resulta muy atrayente por las leyendas, pues se dice que al poseerlo, las heridas regeneran de forma sorprendentemente rápida, otros afirman que si el escudo se llega a romper, se repara por sí mismo y lo último que se pudo confirmar, es que de ser necesario, un tentáculo sale de uno de los orificios del escudo con forma de caparazón de tortuga.

Toda aquella información era interesante, inservible pero interesante, incluso tenía un mapa para ubicar un área cercana a los objetos.

Argos contemplaba de cerca aquel mapa, esperando a que Discord se aburra del libro, en cambio este levanto la mirada del libro para preguntar.

- Quieres ese escudo ¿No es cierto?

Argos afirmaba con la cabeza, entendía perfectamente donde estaba la localización de dicho escudo, pero no podía dejar a su escoltado, pues si algo ocurría con este cuando se fuera, fallaría al único fin de su existencia.

- Entonces ve por él, yo solo te retrasaré, además, estaré todo el día aquí leyendo y viendo que puedo hacer con la magia.

Argos afirmo nuevamente mientras buscaba el saco y el libro pequeño, pero volteó la cabeza hacia Discord, como si tratase de preguntar algo.

- Llévatelo, te servirá de mucho.

Una vez dadas esas instrucciones, Argos se marchó con una carrera increíble.

- Escudo tortuga, ¿enserio?

- Si, esos tipos no tenían buena imaginación, pero en fin, no se imaginan mi sorpresa cuando trajo consigo el escudo.

- ¿En verdad existe?

- Duhhh siii, por que creer que von mentiría.

Luna empezaba a irritarse nuevamente, pero cambiando de tema observo al pequeño empezar a tomar el libro.

- Ese libro era muy concreto y práctico, con el aprendí muchas cosas. Admitió Luna, al ver como el pequeño comenzaba a prestar atención al primer capítulo del libro.

-Si, también yo. Prosiguió Celestia. Y tú, ¿Qué sacaste de bueno?

Discord tosió un poco a manera de aclararse la garganta, para después evitar sonrojarse al ver que el pequeño tiraba el escrito al piso de forma descuidada y con todos los ánimos del mundo.

-A ver, dice que para hacer el hechizo de levitación, debo mantenerme enfocado en el objetivo, vamos, vamos, levántate.

Pasaron varios minutos en los cuales la paciencia de Luna se vio mermada.

- Vamos, no es nada del otro mundo.

- La primera vez si lo fue. Le respondió Celestia, ella tampoco lo había logrado a la primera, a pesar de su talento.

Los intentos de Discord fallaban, simplemente no podría lograrlo, en un ataque de frustración arrojo la pequeña piedra que desde hace horas había tratado de levantar.

- ¿Qué se supone que debo hacer?

La paciencia del Draconequus se había acabado, pero no las ganas, debía haber una forma de lograrlo, pero ¿cuál?

Mientras se asomaba con cierta prisa a la entrada de la cueva, pensaba en una forma de hallar una solución.

Para su sorpresa, la respuesta estaba en sus narices, el pueblo que yacía a una distancia considerable de la cueva, podía ser la respuesta. Como en anteriores oportunidades, el pueblo lo llamaba, se sentía fuertemente atraído hasta él y sin darse cuenta empezaba a volar en dirección a este.

Ambas princesas recuperaron aquel ímpetu por ver el recuerdo.

La pared invisible avanzaba junto con ellas, Discord por otra parte, seguía a su yo del pasado, mientras este avanzaba como si estuviese hipnotizado.

Sin prestar atención, aquel deseo lo llevó por arte de magia al pueblo mismo, hecho que dejo asombradas a ambas princesas, pensaban que irían de forma lenta, pero ya estaban en el pueblo, por desgracia, era de día, los ponis lo verían.

Celestia, en total espasmo, observo junto con su hermana el pueblo, era mediodía, pero nadie estaba presente, no había ningún poni, los puestos estaban vacíos, las casas daban la misma impresión, era una imagen opuesta a la de Ponyville, no obstante, mantenía ciertas similitudes, como por ejemplo el lugar donde se encontraba edificado todo el pueblo.

Una repentina nube de humo y el sonido de varios bocinazos provocó tanto en las princesas como en el joven; sensaciones diferentes, en ellas curiosidad, en el miedo, así que decidió escapar, junto con sus pasos, el límite del recuerdo empujó a ambas hermanas a seguir al joven Draconequus.

En su desesperación por escapar, Discord olvidó que podía desaparecer y regresar a su cueva, entonces, buscando con la vista un lugar donde esconderse, encontró una edificación grande, con la puerta entreabierta, sin cuestionarse más, se dirigió a toda velocidad a dicha construcción.

La puerta opuso cierta resistencia, pero finalmente pudo ser abierta, una vez adentro, la mirada de Discord se maravilló con lo que había dentro de aquel edificio, estanterías completas, llenas de diferentes libros, habían tantos libros, como si estuviera bajo una posesión Discord se apresuró a buscar la sección de libros de magia, después de una búsqueda larga, los encontró, se encontraban en una repisa superior del fondo.

Por la ventana, la hermana mayor observaba el pueblo, se encontraba totalmente perpleja, solo habían ponis terrestres y estos se encontraban con una expresión de cansancio y sumamente sucios, polvorientos, transitaban al mismo tiempo, en diferentes direcciones.

Aún desorientadas, ambas princesas observaban aquel extraño pueblo, que definitivamente no era Ponyville, mientras tanto, el joven Draconequus daba un breve paseo por la biblioteca.

- Vaya, son más libros de los que pensé que podrían existir…

En las diferentes secciones existían títulos atractivos para sus curiosos ojos, desde historia de los ponis, hasta libros de física elemental, pero sin lugar a duda la que se encontraba bajo la clasificación de Magia atrajo toda su atención, existían libros de todos los tamaños colores y contenido, con cierta emoción tomó un libro de la repisa superior mientras se elevaba con un vuelo suave, en su emoción por ver el contenido de aquel escrito, no lo sostuvo con la fuerza necesaria y este, naturalmente, cayó al suelo provocando un sonido muy potente.

Con un ligero respingón, Celestia y Luna observaron el lugar en donde se originó el sonido, notando al mismo tiempo el movimiento de la puerta principal, que se hallaba a un costado suyo.

Si antes se habían quedado perplejas por el extraño pueblo, ahora estaban aturdidas, no podían creer quien se encontraba en la puerta.

- Por lo visto el conocimiento no solo es buscado por los ponis.

Discord se quedó petrificado, lo habían descubierto, tenía que escapar de aquel lugar.


Espero que hayan disfrutado el capítulo tanto como yo cuando lo escribí; estoy saliendo de época de exámenes así que tengo más tiempo para pensar en la trama, así que ya saben, estén a la expectativa.

Por cierto, gracias por sus comentarios, me ayudan a pensar mejor en la historia, bueno, hasta el próximo cap.

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