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Discord

by Filomental

Chapter 57: ¿El fin del caos?

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Aquí estamos con un capítulo más de Discord, estoy tan ansioso, una semana más para el estreno de El legado…


"Todavía observó al Draconequus en su estatua de piedra y me pregunto qué es lo que deseaba realmente… todavía no hallo respuesta dentro de la complejidad de su locura. Pero siempre pienso que existía algo racional dentro de todo aquello, el caos que había o mejor dicho que era en él; poseía una pequeña partícula que hacía que actuase con una entrega tan grande que no le importaba sacrificarse."

Celestia ya no podía contener las lágrimas, Luna a su lado no podía evitar sentir una pena no muy diferente, después de todo, hasta había llegado a comprender a Discord hasta cierto punto, comprender que poseía preocupaciones; demonios, hasta habían jugado una partida de cartas, se habían hecho amigos y ahora incluso ante los ojos de Star Swirl, él era el más infame de los enemigos.

- Él no es así. – Dijo de repente la princesa del sol, mientras se limpiaba con su casco – Él no es así.

Luna comprendía perfectamente la reacción de su hermana, ahora sabía que entre el señor del caos y ella existía o más bien existió algo más que una amistad, el dolor que sentía ya no podía ser fingido con una sonrisa; no frente a ella.

- Hermana, él ha cambiado, no es el mismo de hace un milenio atrás… - Expresó Luna mientras ponía un casco sobre el lomo de su hermana.

- Yo lo sé, pero eso no lo expía de su culpa por el pasado.

- ¿No te parece que ya ha pagado por sus acciones?

- ¿Y a ti? – Respondió la princesa del sol mirando fijamente a su hermana.

Los sentimientos de Celestia era a lo que más temía, una vez sus sentimientos por un corcel le habían hecho actuar de forma desconsiderada, poniendo en peligro a dos mundos, ahora estos le instaban a perdonar a Discord, era consciente de ello; pero no permitiría que volvieran a interferir entre el bien de Equestria y sus propios intereses. Por mucho que le llegara a doler, era su deber como princesa y lo cumpliría.

- Tia, Discord se parece mucho a mí, él ha hecho cosas terribles en su pasado, puede que mucho más que yo, pero está reformado, tiene remordimientos por lo que hizo y ha aceptado las consecuencias sin rechistar. Hermana, entiendo perfectamente por lo que pasa y sé que en estos instantes debe sufrir la peor de las torturas.

- Luna, mi querida hermana. – Respondió Celestia mientras abrazaba a la alicornio de pelaje azul obscuro.

Como nunca antes Luna observaba las emociones de Celestia a flor de piel, pero jamás espero que se debiera por Discord, en realidad sentía algo muy fuerte por él.

- No sé cómo ni en qué momento pasó Luna, solo pasó… me enamoré de él y tú sabes que no podemos sobreponer nuestros intereses a los de Equestria. – Las palabras de la princesa se emitían entre sollozos.

- Lo sé. – Fue todo lo que la princesa de la noche podía decir mientras Celestia ocultaba su rostro en su cuello, cerca de su melena, podía sentir sus cálidas lágrimas, infundiéndole el dolor de la alicornio blanca; definitivamente no podía evitar sentirse impotente ante lo que veía.

Perdonar a Discord, cuando este obviamente era culpable no era opción posible. Pero qué otra cosa podían hacer… ¿Nada?

- El diario estaba a dos páginas de terminar, sin embargo, todo parecía finalizar en el último renglón que habían leído atentamente.

Ya bastante afligida y hasta arrepentida por haber buscado aquellas páginas, Celestia prefirió continuar con la lectura, a fin de cuentas, ya todo había pasado y nada podía cambiar el pasado.

"Sentado en este lugar solitario que me verá partir observando tiempos remotos, me siento completo, pero no completamente feliz, al menos no por las razones que cualquiera esperaría. El secreto que he guardado durante todo este tiempo me consume, quizás por eso he decidido guardar estas páginas destinadas a ser olvidadas en el tiempo, para tratar de borrar inútilmente mi pasado. Celestia, Luna, mis queridas aprendices y a quienes puedo llamar familia; lo cierto es que Discord nos venció y esclavizó a todos los ponis…

Según cuentan, el final de Green Field no fue muy diferente al de Canterlot, Cookie tuvo el final más horrible de todos, un veneno de desintegración o también conocido como putrefacción es el más horrible de todos, al beberlo, su cuerpo se desintegró en sus componentes más simples. Desde luego, no imagino el dolor que debió sufrir para perecer ante el señor del caos.

No tengo palabras para describir la capacidad con la cual Discord tomó nuestra voluntad de luchar y la redujo a cenizas, todos los ponis fueron inmediatamente sus esclavos. Pero en el instante – y ahora que lo analizo – durante todo el enfrentamiento, él no solamente nos distrajo, sino que nos dio la oportunidad de eliminarlo, de vencerle. No en vano no me cortó el cuello, se distrajo en más de una oportunidad o simplemente me destruyó en muchas otras, cuando podía hacerlo. Recuerdo haber escrito que él era un enemigo como ningún otro. Bueno, pues allí está su primera particularidad; pero esta no es nada ante lo siguiente…

En sus ansias por aquello que lo motivaba a seguir adelante con aquella magia tan perturbadora e incomprensible, Discord era impulsad, creo yo, o por un sentimiento que tuvo desde el primer momento en el que lo encontré en m biblioteca, una necesidad por procurar el bien de toda Equestria, de observar el bien y de ayudar a que florezca en la peor de las situaciones históricas que vivimos cuando Gold Mane estaba en el trono. No puedo quitarme de la cabeza ese hecho, porque así puedo entenderlo.

El caos fue mucho más que un poder, un estado de locura al que Discord ingresó cuando observó que ambos bandos luchaban por intereses distintos a los suyos; siempre quiso estar del lado que pudiese llevar el bien común a toda Equestria, que lograra unir a los ponis y traer la paz, armonía, igualdad entre todos. El orden como él lo llama, era lo que él deseaba en primera instancia.

Lamentablemente, las circunstancias fueron crueles con él y con su sueño… fue como una flor que creció en medio de hiedras y setas venenosas; finalmente llegó el día en el que abrió los ojos ante un mundo que no los aceptaba, no aceptaba aquellos sueños que en parte impulsé dentro de su corazón. Él los quiso realizar desde el inicio de su aprendizaje en magia, hasta el terrible día en el que fue capturado en Iron Mane; no sé muy bien lo que observó, lo que le dijeron o lo que pudo haber experimentado tanto en las celdas de la Montaña como en las instalaciones secretas que Cookie tuvo que mantener bajo el control de Avid, lo que sí sé es que en ese transcurso de tiempo, su voluntad se vio a prueba.

Clover la sabia tuvo el carácter, la templanza y el valor suficiente para mantener aquellos ideales hasta su día final en la montaña; ahora me doy cuenta de que Discord también, pero desde otro camino totalmente distinto; ingresó en la locura por tratar de mantener aquellos ideales. Sin lugar donde pisar, sin nada que poder realizar, solamente ante su inevitable fin, él que hasta entonces fue mi estudiante perdió su juicio de forma drástica, la causa por la que se encontraba luchando pereció ante la tortura y el horror de ver a su propio bando traicionándolo y actuando de forma similar al bando rival, entonces la causa finalmente desapareció."

Celestia recordaba los ojos del joven Discord en la obscuridad de la celda donde le sometieron a la tortura más horrorosa que había visto, donde le rompieron huesos, quemado carne y retorcido músculos sintiendo el placer de dañar, de oír sus gritos de dolor. Hasta que sus cuerdas vocales se vieran acalladas por la fatiga. Hasta que su voz se quebrara y hasta que su sangre tiñera de rojo el piso de la fría celda.

"De esa forma, ingresando a la locura se protegió a sí mismo de todo el horror, del miedo y la decepción, de la desesperación que debió haber sentido al ver como sus sueños se veían frustrados, arrebatados de la nada; la realidad fue algo que golpeó a Discord de una forma que no pudo soportarla.

Inmerso en una identidad que fue creando a partir de dilucidaciones ilógicas, Discord sufrió las torturas, comenzó a abrigar las esperanzas de un nuevo inicio, en ese momento su vida como un posible gran hechicero, con el potencial de llegar incluso más lejos que yo terminó, iniciando su rumbo como el señor del caos. Esa fue su elección y también fue la que definiría su participación en la historia de Equestria, participación con la que nadie contaría.

Sin embargo, lo que puedo comprender de sus palabras es que decidió transformarse en el caos mismo, en un corto lapso de tiempo aprendió mucho más que yo en toda mi vida. Es cierto, Discord fue una criatura que pudo acceder a información desconocida para muchos y todo gracias a la magia que comenzó a generar… ¿es una fuerza de la naturaleza? ¿Acaso era su naturaleza el caos mismo? ¿Cómo era posible generar ese tipo de magia? ¿La controlaba?: no tengo manera de responder a estas preguntas porque no puedo realizar esa magia, no es magia negra, no es magia pura, es una que parece ser ambas al mismo tiempo, pero de forma inconstante. Aquella magia es sumamente importante, porque con ella pudo conseguir fuerzas, recursos suficientes para llegar hasta donde pudo llegar. Como señor del caos tenía una meta, en su desequilibrado raciocinio su objetivo era romper con el orden de Equestria, pero no era precisamente el orden natural del mundo como podríamos comprender algunos.

Discord podía romper con el orden natural de las cosas, su magia podía lograrlo, podía romper con la realidad, generar agujeros negros, eliminar la gravedad, abrir portales múltiples hacia otras dimensiones, apagar los rayos del sol, invertir la cadena alimenticia, crear enfermedades incurables, borrar el movimiento, parar el tiempo, etc. Todas las leyes del mundo natural podían ser quebradas por su magia. Pero Discord eligió romper con otro tipo de orden: el orden de la sociedad, de la cultura, el de las criaturas lo suficientemente racionales como para generarlo.

Ese orden era para Discord el que debía cuestionar, quebrar y romper. Romper con la moral, con la justicia, con cualquier aspecto del mundo que como ponis creamos era el objetivo del señor del caos, sus ojos rojos avizoraban con gran efervescencia la meta que se había autoimpuesto.

El resultado de aquella decisión fue la creación del más incomprendido de todos los villanos, no puedo imaginar todo el sacrificio que ello significa para cualquier criatura, seguir el caos que, creo yo, fue para Discord no solamente no orden, sino también ajustarse a una vida que evitase relacionarse con otras criaturas sin verlas como parte de uno de sus objetivos, confinarse a la soledad. No ajustarse ni al bien ni al mal… Un camino semejante me resulta perturbador; repito, no puedo imaginar la autodestrucción a la que Discord se llevó al recorrerlo.

Ahora que comienzo a entender todo esto, no puedo evitar sentirme agobiado, los ponis, ustedes mis dos aprendices, incluso yo, todos pintamos a Discord con una sola pincelada en nuestra consideración hacia él. Un villano, un infame enemigo de Equestria y un demente, esas son las connotaciones principales que todos le dimos, durante y después de la esclavitud de los ponis; pero me temo que ahora que trato de entenderlo como nunca antes. Puedo decir que es mucho más que eso.

Cuando Discord decidió destruir el orden, no se propuso destruir a los ponis, Equestria tenía una forma de vida distinta a la de nuestros días; comparado con lo que antes era, ahora posee una prosperidad sorprendente, un bienestar que es la envidia de cualquier reino. Antes existía un odio entre todos los ponis, primeramente por la raza, pero con el tiempo el odio se transformaría en un ciclo donde la inmundicia traída por las riquezas generadas en Green Field daría lugar a un orden nuevo. No tengo intención de mostrar algo bueno en todo esto, pero Discord destruyó tanto al orden de Green Field como al orden de Canterlot, incluso el de Cloudsdale: terrestres, pegasos y unicornios perdieron el control de sus propias vidas cuando el señor del caos nos venció. Los esclavizó a todos bajo un regimiento caótico.

Lo cierto es que sometió a todos los ponis al olvido, el olvido de su pasado y la pérdida de su presente. Desde luego, algo así parecería imposible sin la utilización de un hechizo lo bastante fuerte como para borrar la memoria de todos los ponis. Pero Discord lo hizo; disfrazó la destrucción del orden y del mundo que hasta ese entonces los ponis habían construido con su esclavitud. Su finalidad no fue realmente venganza, sufrimiento, riqueza o poder. Ahora me doy cuenta de que buscaba destruir aquel orden, el resto fue un efecto secundario de sus acciones para realizar su meta.

Sus acciones fueron obras de una mente con una visión de gran alcance pero sin escrúpulos. Una de las más terribles fue la de separar a los adultos de los potros, todos los menores de cinco años fueron inmediatamente aislados en una colonia con escasos recursos y con un acceso casi imposible. Así generación tras generación durante más de cinco generaciones, pudo lograr que los pequeños nacieran con la ignorancia de su pasado, sus respectivos padres no podían transferirles recuerdos, pensamientos o la historia misma de cómo todo aquello había sucedido, así, de forma casi inmediata logró borrar la historia de forma siniestra y despótica. Mas eso no era suficiente, utilizo algo que nunca nadie había usado contra los ponis, algo que se supone les daba fuerzas para luchar. Al separar a adultos y niños, también puso la colonia donde irían a parar los pequeños bajo una zona inestable, una pequeña parte no muy lejos de lo que hoy es Hollow Shades, allí, con todo un bosque corrompido por su magia, tenía el bloqueo perfecto, no existió poni alguno que pudo entrar o salir de allí sin que Discord lo deseara. Del mismo modo, cuando él quisiera podría liberar su magia en el lugar y así ejecutar a todos los niños, bajo esa amenaza es que los ponis continuaron trabajando día y noche en distintas colonias que no fueron más que lugares de concentración para que trabajaran. La población de ponis bajó en poco más de tres generaciones de doce millones a menos de veinte mil, los adultos preferían no reproducirse a dejar a sus niños bajo la esclavitud d Discord; pero aun así, al parecer en las colonias donde existían los ponis jóvenes las yeguas se preñaban por azares de la vida.

Aunque Discord hizo la vida de los ponis mucho más estable de lo que antes lo fue, repartió los horarios que los ponis trabajaban, para evitar que estos llegasen a morir y para cansarlos lo suficiente evitando así que su mente saliera de otro lugar que no fuese el trabajo que estaban obligados a realizar; en su retorcida lógica los obligaba a hacer construcciones gigantescas, monumentos y demás, solamente para destruirlos ante ellos, les daba picotas de oro mientras reía a carcajadas, para que ingresasen en las minas; rotaba a todos los ponis constantemente y de manera aleatoria, según pude informarme en ese momento, utilizaba su magia para transportarlos de un lugar al otro mientras dormían; los que lograban escapar de sus colonias se veían obligados a morir en las afueras, principalmente porque no poseían alimentos ni recursos suficientes para sobrevivir, además, pactó con diferentes reinos para mantener a Equestria bajo nuevos límites territoriales, los Changelings, minotauros, criaturas de Bad Lands y muchas otras recuperaban el territorio que habían perdido a manos de Gold Mane o Cookie, a cambio de no atacar las colonias de Discord, no obstante, ellos habrían aceptado el trato que el Draconequus les hubiera ofrecido, porque a esas alturas le temían mucho más que al mismo Gold Mane.

El sistema monetario de Equestria cayó, todo se redujo a la producción de alimentos, lentamente los ponis que quedaban fueron adoptando una preocupación menor hacia los objetos materiales, porque estos no duraban por mucho tiempo. Pues Discord los destruía a diario, solamente para dar más trabajo a sus esclavos. Una de las acciones más pensadas y terribles que hizo fue hacer que cada colonia dependiera de las demás, especializando a cada una en la producción de un determinado grupo de productos necesarios. Las tierras agrestes y fértiles tuvieron una reconfiguración, pero no terminaba allí, Discord se encargó de comunicarlas y distribuir todos los productos mediante el uso de caravanas que se movían solas y siempre lograban eludir a cualquier escapista con suerte, que estaba destinado a morir.

Lo más perturbador de aquella época sin lugar a dudas fue que aunque Discord al parecer se deshizo de su poderoso ejército, pocos deseaban luchar contra él, los levantamientos eran momentáneos, pocos los apoyaban debido a las medidas que Discord les había impuesto, amenazar con la eliminación de sus hijos era un precio impensable que pagar. Además, la voluntad de la primera generación de adultos no quiso rebelarse en lo absoluto, así como yo por mucho tiempo, pensábamos que Discord era invencible y poco o nada era lo que podíamos hacer contra él. Extrañamente, no se solía ver al Draconequus en alguna de sus colonias, sus extraños tronos estaban en el centro de cada colonia, pero casi nunca se sentaba en ellos; donde fuera que estuviera, escapaba de todos los lugares y aun así el temor obligaba a los ponis a continuar con su esclavitud año tras año, siglo tras siglo. Sin embargo, él nunca pidió nada para él, jamás probó un solo pedazo de pan, hiervas o pidió la construcción un castillo. Muchos, también yo, pensamos que tiene un hogar lejos del espacio, en una dimensión alterna donde vivía a salvo de cualquier revolución repentina.

El sufrimiento que pasaron los ponis en su impotencia ante el señor del caos se mermaba con cada generación, pues si de algo tengo y tuve certeza era que al final el bien siempre triunfa, la búsqueda de la libertad siempre pasará por momentos donde se vea amenazada, pero jamás olvidada. En el corazón de los ponis, comenzaba a nacer la esperanza de recuperar la libertad que les fue privada, incluso ignorando ya el ejército de Discord que quedó en el pasado, olvidando cómo fue su victoria, pues fue él quien quiso que todo aquello se quedara ocultado, editando los pocos libros de historia que hizo parecer perdidos y que posteriormente se encontraron, resumió toda la historia pasada al cuento de la noche de los corazones cálidos, a unas pocas leyendas que se cuentan a los potrillos y a las que todos los ponis tienen acceso hoy en día. Pero además su reinado del terror, donde aun con todas sus medida sucumbieron vidas, se derramaron más lágrimas que sangre y se desoló completamente el pasado de los ponis, borró las huellas para dejar una mera ilusión.

¿Pero era solamente por el caos? ¿Para destruir el orden y solamente para eso? En estos días, en estas planicies he podido recordar un hecho que he enfocado de forma diferente a la actual. En nuestro enfrentamiento final, Discord no trató de acabar con mi vida, aquella batalla hubiera finalizado con alguno de sus movimientos indescifrables en cualquier momento, pero no lo hizo, él estuvo actuando, aunque eso lo pusiera en peligro mortal, deseaba mostrar que los elementos de la armonía no funcionarían, es decir que la armonía entre los ponis no existía. Y al hacerlo, también deseaba mostrármelo a mí; al mantenerme con vida durante nuestro combate, se aseguraba de que no estuviese en otro enfrentamiento; por ello, cuando el enorme híbrido estaba a punto de acabar conmigo me salvó, en todo momento hasta que la finta hábil que realizó fingiendo la muerte del híbrido se puso en marcha, en cierta forma, trataba de alejarme del peligro y finalmente, lo que resultó ser una maldición para mí, fue al mismo tiempo una bendición. En el final, cuando su victoria fue innegable, decidió dejarme con vida y utilizar un hechizo de edad lo suficientemente potente como para darme siglos de vida en lugar de décadas, en ese momento consideré que era para dejarme ver la caída de Equestria, para vengarse de mí; pero en el momento en el que me tocó con su garra para liberar aquella magia tan perturbadora que poseía. Ocurrió un imprevisto, una percepción que se efectuó cuando nuestras auras se juntaron, ambos pudimos apreciar dos criaturas mágicas. Hasta este momento recuerdo haberlas visto durmiendo una al lado de la otra en un pastizal algo obscuro, en un lugar lejano, lo suficiente como para ignorar lo que sucedía en Green Field, recuerdo haber visto dos alicornios, una de color blanca, otra de color azul obscuro. Durante ese breve periodo de tiempo, por distintas razones, entre ellas mi insuficiencia para poder derrotar a Discord me vi con un nuevo objetivo: hallar a ambas alicornios, tuve la certeza de que existían. Pero aquella era una presencia en el tiempo para simplificarlo, era una visión del futuro, recorrí aquellos pastizales y toda Equestria buscando a las ponis, escondiéndome, escapando y sufriendo por mi fracaso durante todos esos años.

Lamento decir que durante aquella búsqueda, pensaba en mis queridas princesas como la reivindicación de mi fracaso; como herramientas para borrar de mi memoria todos mis errores que terminaron por ser la creación del señor del caos… sí, me siento culpable por todo lo que pasó, yo le metí ideas en la cabeza, lo hice un soñador, puse mis esperanzas y cegado por los sueños que yo tenía, nunca fui capaz de ver en él algo distinto de lo que pudo haber sido. Aún hoy, puedo ver en los ojos de su prisión de piedra los ojos brillosos del pequeño Draconequus que visitó mi biblioteca por improvisto... esa es la culpa con la que cargo, ese es mi pequeño grano de culpa por lo sucedido, Discord sin embargo no deja de ser quien posee el saco de arena.

Me pregunto qué hubiera ocurrido si las cosas no hubieran pasado de aquella forma, aunque no me gusta pensar en ese tipo de cosas, siempre llego a la conclusión de que nada hubiera cambiado sin Discord, Equestria habría tomado otro rumbo, aunque no tengo forma de saber.

En todo este tiempo Celestia, Luna no puedo estar en mayor gratitud con ustedes, me ayudaron a lidiar con mis errores y aunque no se los dije directamente, me ayudaron a dejar el pasado atrás y a ver un nuevo mañana, ahora, en mis días finales observo el cielo y siento que mi vida ha sido complicada, pero feliz. Sin embargo, espero que sus percepciones hacia mí no cambien, aunque les doy la razón si me consideran un mentiroso por lo que oculté. Pero deben entender lo siguiente, Discord estuvo presente en el peor de los momentos y tomó su decisión, realizó un genocidio y miles de crímenes contra los ponis, pero detrás de todo ello, siento que se esconde aquel ideal, aquel corazón puro que buscó realizar aquel deseo de un mejor mañana, ofuscado por la corrupción y la autodestrucción que le provocó el caos, aún sobrevive, siento que ello le impulsó a luchar por destruir el orden que él mejor que nadie conoció… pero esas son solo sospechas, porque no podré entender su pensamiento a menos que me desquicie como él. No obstante, encuentro paz pensando que fue así y tengo la certeza de ello. Aunque no dejo de considerarlo como un villano, sin lugar a dudas, el peor de todos.

Celestia se tapaba la boca con un casco, se mordía el labio inferior y sus ojos se perdían en aquellas últimas palabras, incluso su maestro veía bien dentro de Discord; ¿Y cómo no serlo? Durante los últimos meses había sido alguien completamente nuevo, alguien que pudo enamorarla y hasta ayudarla con sus heridas del pasado, que estuvo allí para ver algo más que la princesa, alguien con una habilidad desconocida para ver su personalidad escueta, alguien con quien podía pasar el tiempo sin sentir que este pasara realmente, alguien quien tenía una belleza interna difícil de explicar; pero que lograba atraerla. La mente de la alicornio se debatía entre lo todo aquello a duras penas. Sus lágrimas finalmente cesaban, solamente para dejarla en completo silencio.

- Gracias Luna, en serio necesitaba esto. – Dijo finalmente poco antes de salir.

- ¿A dónde vas? – Cuestionó la princesa de la noche moviendo sus orejas atrás y manteniendo la voz en calma.

- Hoy es el baile de otoño del castillo, se supone que debemos estar allá dentro de media hora. – Explicó la alicornio mayor, mientras se transportaba a su habitación.

Luna se quedaba en el lugar de momento, al leer junto con su hermana aquellas páginas, no podía sino sentirse impresionada por Star Swirl, había pasado por mucho antes de conocerlas y así como ella, llegó a dilucidar algunas cosas sobre el Draconequus. Definitivamente no era como un niño berrinchudo, pero tampoco era alguien que hubiese buscado precisamente el sufrimiento de los ponis, aunque seguramente estuvo consciente de que sus acciones lo provocarían.

Pero ese era el pasado, se decía nuevamente ¿Acaso no le dieron una oportunidad a ella? ¿Acaso no la perdonaron por sus errores?: Sí. ¿Acaso el pasado nos define?: Definitivamente no. En ese momento su veredicto se tornó en un no. Aun después de todo lo que Discord había realizado, merecía una segunda oportunidad.

En su habitación, Celestia observaba una página del diario que había comenzado a llenar junto con Sunset Shimmer, su frase favorita ahora la ayudaba a pensar mejor las cosas. "Mi pasado no es hoy" Tantos pensamientos, tantas malas acciones, tantas injurias, el pasado de Discord era precisamente eso, un pasado demasiado obscuro como para haber sido abierto, sus remordimientos lo instaban a decirlo, de la misma forma ahora ella tenía en mente nuevamente el debate. Discord merecía el castigo o el perdón. Sus acciones recientes lo llevaban al lado del perdón, pero si se hacía una operación fríamente matemática de las cosas, no podía compensar todo lo que había hecho, no solo a los ponis, sino también a otras civilizaciones, a otros seres vivos. Mas ahora, reformado, mostraba cambios, mostraba la parte de su corazón que según Star Swirl siempre estuvo allí. El presente era lo que importaba ¿Cierto? Se preguntaba a sí misma al no poder conciliar respuesta alguna. Un hechizo usado de manera indiscriminada la vistió con un vestido inspirado en las hojas caídas, se veía en el espejo y no podía evitar observarse a sí misma sufriendo por todo aquello. ¿Acaso no lo había perdonado en el pasado por sus acciones? Aunque claro no las conocía al detalle.

Toc, toc, toc, sonaba la puerta, del otro laso Kibits comenzó a hablar.

- Princesa Celestia, los invitados comienzan a llegar, está retrasada por cinco minutos, le suplico que baje de inmediato.

- Claro que sí Kibits, es solo un pormenor, bajaré inmediatamente.

Los pasos de Kibits por el corredor indicaron que se alejaba. Luna se apareció en el cuarto al poco tiempo.

- Luna ¿Podrías ingresar en la mente de Discord?

- Lo intenté hermana, pero la conexión desapareció, es como si hubiera dejado de existir. – Explicó la princesa de la noche mientras ajustaba un detalle de su vestido de color negro y celeste.

¿Desaparecido? Celestia no podía dar crédito a lo que escuchaba, el vínculo mágico no puede romperse a menos que los conjuradores lo deseen y permanecía sin importar el lugar donde se encontraran. Sus ojos se posaron en la noche que se alzaba en lo alto, pensando en el Draconequus que de alguna manera ya no estaba en el mundo o quizás habría huido a donde quiera que fuese la dimensión donde su casa residía o lo peor de todo… él estaba...

Ahora él no estaba. De pronto un deseo ferviente nació dentro de la princesa, más que nunca deseaba poder verlo, hablar con él… su mente confusa solicitaba de manera obtusa ver una vez más al Draconequus.

- Hermana, es momento de ir al baile. – Advirtió Luna, poniendo un casco sobre el lomo de su hermana.

- Sí. – Fue todo lo que respondió.

El baile de otoño del castillo era una ocasión para que varios de los súbditos pudieran ingresar al castillo a pasar un momento grato acompañando a sus princesas en una pequeña fiesta donde celebraban la llegada del eclipse de otoño del día siguiente, era una fiesta celebrada durante varias horas de la madrugada, en esa ocasión Celestia tuvo que fingir más que nunca en su vida, distintos conjuntos pasaban a tocar distintas músicas para animar a los invitados, hasta que de un momento para el otro, uno de los conjuntos comenzó a cantar un tema que le llamó la atención de inmediato y que no causo una sorpresa entre la multitud, mas ella tuvo una corazonada al escucharla.

Miiirame y diii

Que no estarás más aquíii

Que me dejarás sin ti o-ho

Laaa vida que viví

Es un muy triste devenir

Si no estás hasta el fin

Hasta el fin junto a mí

De pronto aquel conjunto volvió a tocar una canción completamente diferente, era como si la hubiese tocado solo para ella, pero; cómo era posible eso. Entonces su mente comenzó a dilucidar una posible respuesta: ¿Acaso era Discord? Pensó, poniendo su atención a todo el lugar, algo le decía que se encontraba en el lugar, entonces en un vistazo rápido pudo notar un cuadro al revés que desde luego, nadie notó. Este se hallaba sobre una puerta que daba a los jardines. Frente a ella estaban Shining Armor, Blue Heart y Fansy Pants e incluso Kibits estaban reunidos hablando junto con ella.

- … Y es por eso que necesitamos más café en los castillos, esta mañana desperté junto con Cadance y ya era medio día, ni se imaginan cómo pudimos terminar los preparativos, atender las justas, organizar un pequeño evento y estar presente en la fundació de un museo, estuvimos tan estresados que no me importó dormir sobre un cristal del tocado de mi esposa una hora antes de partir hacia acá.

La risa de todos era inevitable. Pero en vista de las señales, la princesa se disculpó por unos instantes de una conversación a la había puesto la menor de las atenciones, cruzando el salón a gran velocidad, cruzó la puerta sin repensar las cosas, siguiendo aquella corazonada de forma instintiva y completamente consciente de los posibles peligros, esas eran señales y le indicaban el camino hacia algo que necesitaba saber. Al cruzar la puerta de cristal, pudo oír el mecanismo de la cerradura asegurarla para impedir que otro poni pudiera cruzarla, dirigiéndose a la izquierda caminó por unos segundos, siguiendo un camino hecho con hojas secas que caían lentamente, desde luego, otoño llegaría oficialmente al día siguiente.

Pero aquellas hojas no provenían de los árboles, sino que aparecían de la nada. Según iba avanzando estas se transformaban a medida que avanzaba en pétalos de rosas rojas, blancas, azules y demás. Cuando ingresando a uno de los jardines secundarios siguió el camino de pétalos cayendo, su palpitar se detuvo en seco al ver la figura que deseaba ver, una parte dentro de ella se sentía feliz, mientras la otra quedaba totalmente intrigada, sin embargo allí estaba él en medio de la obscuridad. No tenía palabras por el momento, tampoco era necesario, ambos sabían por qué estaban allí. Así que solamente se acercó hasta la figura y se sentó a su lado. Desde donde estaban, se podía apreciar la luna en todo su esplendor.

La cola de la alicornio se movió lentamente a su derecha, lugar donde se hallaba el poni o criatura, que se había ganado su corazón y que se alegraba de ver.

La noche ocultaba perfectamente el aspecto demacrado del Draconequus que también sentía que su agonía decrecía en gran medida al verse al lado de la alicornio, su corazón latía fuertemente, cierto halo de tono blancuzco se creaba con la luz de la luna reflejada en el pelaje de la alicornio. Sus ojos fijos en la luna vislumbraban por última vez su esplendor, luego su mirada se enfocó en el rostro de su amada Celestia, pero alto, solamente faltaba un pequeño detalle. Un chasquido le quitó el vestido que llevaba puesto, deshizo su peinado y le quitó el retoque de maquillaje que llevaba. Ahora sí, su belleza no poseía comparación.

Sin mediar palabras todavía, para evitar arruinar aquel momento, la alicornio comenzó a acercar su cabeza al cuello del Draconequus, para apoyarse en este, escuchando el paliar irregular de su corazón. Discord por su parte levantó su garra para tocar aquella melena que tanto le fascinaba, para liberar aquel olor particular que poseía. Celestia podía presentir que algo iba mal, el cuerpo del ser del que se había enamorado poseía cierta debilidad, su magia era mínima e incluso su fuerza parecía estar agotada. La noche resguardaba a ambos de los ojos curiosos, los mantenía en una privacidad en la cual podían pasar aquel pequeño momento juntos; dejando temporalmente a Equestria, el pasado y cualquier cosa, ambos ahora cruzaban sus miradas, una sonrisa era suficiente para expresar los sentimientos de Celestia, un pasar delicado de sus garras por la melena de la alicornio bastaba para que Discord comunicase sus sentimientos de forma precisa.

El reflejo de la luna a través de la lágrima que bajaba por el rostro de Discord preocupó casi de inmediato a la princesa que ahora lo atrapaba con sus cascos, aquella preocupación que poseía crecía de forma exponencial, definitivamente, algo le decía que algo estaba realmente mal y él lo estaba guardando.

- Sé que esto no puede ser, después de todo debes procurar el bien de Equestria, mi bella y estirada princesa. – Dijo Discord con una sonrisa mientras su pata de león comenzaba a levantar el rostro de Celestia, para lograr un mayor contacto visual con ella.

La alicornio comenzaba a ver mejor a Discord, su aspecto se asemejaba a la de un desahuciado. Sus ojeras, así como todo su cuerpo parecían haber perdido pelaje, sus ojos apenas denotaban algo de su acostumbrada vitalidad, por no decir latosidad. Apenas sospechando de las posibles causas, una preocupación se despertó en su corazón, tenía cierta intuición cierta sospecha de que algo estaba terriblemente mal con él, la angustia comenzaba a carcomerle la médula; pero faltaba mucho para que esta se detonara. Para empeorarlo, el dolor con el cual hablaba, con voz entrecortada y apenas audible eran aún más preocupantes, pero al mismo tiempo mostraban cierto dolor más allá del físico. Era un malestar constante en el Draconequus. La evidencia para saber que estaba reformado estaba allí mismo.

- Dime ¿Tratas de ser la mejor princesa que puedes ser? – Cuestionó el Draconequus mientras se dejaba descansar sobre el césped que debería estar seco, pero no lo estaba, pues así como la lluvia de pétalos, este también distaba de la realidad.

Celestia entendía bien la pregunta, pero responderle era la cuestión; mirando a la luna contó dentro de sí hasta cinco.

- Sí, lo siento Discord, lo siento mucho. – Respondía la princesa mientras acercaba su cabeza al pecho del Draconequus que nuevamente la recibía con un afecto innegable, con aquel amor que ambos sabían estaba destinado a perecer.

- ¿Por qué te disculpas?

- Porque yo deseo perdonarte; pero no puedo, Equestria no merece tenerte como ciudadano, no mereces ser perdonado por todo lo que hiciste… y aunque tenga sentimientos de por medio, tú sabes que no puedo.

La alicornio hablaba con los ojos entrecerrados, observando un punto lejano, a veces deseaba con todas sus fuerzas dejar de tener aquel "papel" como le llamaba Discord; para así tener una vida común, lejos de las preocupaciones del trono, verse a sí misma paseando por las plazas, viviendo en una casa común y corriente… junto a Discord; visitar a Twilight, a su hermana, tener aquel maravilloso picnic junto a Twilight y Sunset Shimmer; ver a la unicornio de ojos turquesas una vez más. Envejecer junto al Draconequus… vivir los típicos problemas de pareja y formar una familia, aunque era gracioso pensar en los hijos que tendría junto al Draconequus.

Pero no podía, no se lo permitiría, ni se perdonaría jamás el abandonar a Equestria por un interés propio, ese era el precio del poder en Equestria, auto sacrificio. Cargar con el dolor, las preocupaciones y, aunque no siempre, con el amor de los equinos; mas aquello no era la recompensa, sino procurar el bienestar de ellos, cuidarlos, protegerlos y verlos cada día viviendo sus vidas con felicidad.

Discord la tomo por el mentón y con una curiosa felicidad la tranquilizó.

- Lo sé.

Acto seguido acercó sus labios a los de la princesa, percibiendo aquellas sensaciones celestiales que le traían esos cálidos labios, todo dolor fue borrado, todo remordimiento le fue purgado, pues era ella, a quien le entregaba la mayor parte de lo poco que realmente poseía y le importaba: su corazón.

Los ojos de Celestia se cerraron, de igual forma, lo correspondía, mandando al diablo toda definición que poseía de su acompañante, por breves segundos sintiendo aquellos ásperos, pero tiernos labios se sintió completa, feliz, más de lo que nunca había estado. Ella estaba enamorada, ya no le cabía duda de ello.

Los veinticinco segundos más felices de su vida, pero debían terminar, ambos se apartaron, como un trato entre ambos, sabían que no funcionaria, debían traicionar al dictamen de sus corazones, unas lágrimas descendieron por las mejillas de la princesa, Discord las limpió de inmediato, la sonrisa de Celestia, le bastaba para el resto de sus días, que, para bien o para mal ya estaban a punto de culminar, ignorando por completo como su ser empezaba a ser corroído lenta y dolorosamente.

- Miiirame y diii, Que no estarás más aquíii, Que me dejarás sin ti o-ho, Laaa vida que viví

Es un muy triste devenir, Si no estás hasta el fin, Hasta el fin junto a mí… - Decía Discord con una sonrisa débil, pero franca – Quizás si las cosas hubiesen sido diferentes… pero eso ya no importa ahora; te amo Celestia.

Finalmente, sin despedirse, el Draconequus chasqueó los dedos y desapareció. Sabiendo que haberse despedido hubiera sido más difícil para ambos, pero recordando aquellos ojos, aquellos sentimientos tan puros y bellos, casi no sintió el dolor que le producía su enfermedad, mientras lo consumía: imaginaba que cosas estaban ocurriendo en la fiesta de Canterlot. La princesa regresando a la fiesta, reuniéndose con su hermana y las mane 6, seguramente celebrarían, cantarían, bailarían. Sus pensamientos comenzaban a traspasar el tiempo hacia el futuro, comenzando a realizar preguntas.

¿Celestia lo olvidaría? Quizás sí… y qué hay de Fluttershy, así como el resto de sus amigas. ¿Se olvidarían también de él? Probablemente sí; pero ya no tenía caso preguntarse por un mañana que no vería. Su mente regresó al presente, donde se hallaba a sí mismo en un día que realmente no pasó, allí estaban todas sus amigas, incluso Celestia, Luna y la misma Sunset Shimmer a quien no había podido conocer en mayor profundidad. Pero lo que le producía ver aquella escena que su mente generaba en frente de él era más que un simple regocijo, representaba lo que había logrado, aquella felicidad que se había ganado y que lo acompañaba en sus últimos momentos

Los pelos que le quedaban empezaban a decolorarse hasta encontrar un color negro, su ala de murciélago se veía perforada con agujeros de todos los tamaños e inutilizada, mientras que la otra y su pata de águila perdían plumas, y las que se quedaban adquirían un aspecto descuidado y deteriorado, mientras que su cola empezaba a perder escamas, encogiéndose lentamente.

Moriría sin importar donde estuviese, ciertamente había sido una buena ocurrencia hacerlo en la montaña que no ya no deseaba ver, allí donde las librerías se alzaban con la información de la anterior Equestria, allí donde se habían llevado a cabo capítulos que definieron su historia, allí donde alguna vez había habitado un Draconequus pequeño y diferente a lo que ahora era él.

Sintiendo el frio del piso traspasando hasta sus huesos, observando como su magia comenzaba a resquebrajar el piso, abriendo lentamente un portal hacia el espacio donde ahora vivía, unas llamas comenzaban a quemar los estantes, el tiempo dentro de la montaña variaba, se aletargaba de forma inexplicable, la magia que le quedaba se liberaba de forma aleatoria, haciendo caos en todas partes, no se preocupaba, pues al morir esta dejaría de existir también. Conforme pasaban los lentos segundos, el dolor decrecía, cada vez sentía menos su cuerpo y este parecía abandonarlo, finalmente su vista se nublaba. Aquella imagen que tenía del día perfecto, con un toque de caos, una cesta llena de comida que volaba por los aires hasta ser atrapada por sus amigas o por él, un árbol de manzanas de varios colores que preocupaba a Applejack, una pequeña nube de chocolate que contentaba a Pinkie Pie, Twilight sorprendentemente toleraba aquel caos algo controlado con una que otra sonrisa cómplice, pero sin dejar de estar atenta. Las CMC estaban jugando en la pradera junto a Fluttershy que lo saludaba con una fuerte agitación, Rainbow Dash hacía una Raimplosión y lo llamaba a acompañarla, Rarity trataba de utilizar uno de los conjuntos que diseñó, pero que no podía comprender puesto que parecía no tener cuello. Finalmente estaban las hermanas alicornio, Luna trataba de mover una pieza de una partida de ajedrez que habían iniciado; pero allí estaba ella, sentada y con un sombrero de paja bellamente ornamentado, con una sonrisa, observándolo. Él se podía ver a sí mismo caminando con cierta lentitud pero infinito gozo a través de los pastizales y finalmente acercándose a la alicornio.

Una sonrisa se dibujaba en el rostro del Draconequus que ya había cerrado los ojos…

- Gracias… Decía él mientras el espacio hacia el vacío se abría lentamente para presenciar el final del señor del caos.

Dentro del sueño del Draconequus, la alicornio con su melena recogida hacia un lado se acercaba para sentarse junto con él, ambos veían todo el lugar mientras Discord tomaba el casco de la princesa, el sol comenzaba a bajar lentamente, curiosamente era Sunset Shimmer quien hacía posible su descenso con su magia.

- No te vayas. – Decía Celestia casi susurrando.

- No, no me iré. – Respondía Discord, poco antes de que el sol bajase por completo, obscureciendo absolutamente todo.


Estoy nerviosionado; el equipo de Filomental está a poco más de una semana de estrenar "El Legado", vaya y también está finalizar con este fic, aunque les preguntaré ¿Cómo terminará el fic? Descúbranlo en el siguiente capítulo.

Next Chapter: Sálvame Estimated time remaining: 0 Minutes
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