Discord
Chapter 49: El inicio del fin 1
Previous Chapter Next ChapterPerdón por la demora, estuve ocupado desde el jueves por la tarde, hasta ayer a la media noche, ni siquiera pude comer bien… bueno, dejando de quejarme, aquí les traigo el capítulo 49.
NA: la máquina del tiempo aparece dentro de MLP: FIM en el cómic número 24, donde Discord dice que el viaje en el tiempo al pasado hecho con la máquina del tiempo, no puede cambiar el presente; esa fue la razón por la que yo decidí incluirla dentro de este fic.
Conforme ambas princesas avanzaban hacia el sur, la punta de los muros se podía ver cada vez con mayor claridad, pues ambas aterrizaron a los pies de una pequeña colina que ocultaba la inmensidad de Green Field, lo que lograba captar la atención e impresionar eran sus muros altos, infranqueables incluso para criaturas del tamaño de un dragón. Claramente mantenían protegido el interior de la ciudad. Recordando lo que habían visto hace no poco tiempo, Celestia pudo comprender mejor la inmensidad de la ciudad, pues no solamente era el tamaño, sino la población de ponis terrestres, dicho número incluso podía rivalizar con el número existente de ponis en cada ciudad de Equestria, tal vez hasta Ponyhattan podría ser equiparada con la cantidad de ponis dentro y desde luego, su inmensidad doblaba a la ciudad que se alzó sobre una isla. Los campos llenos de hierba verde, mostraban la fertilidad del lugar, tierras labradas, caminos, árboles y varios animales de granja estaban dispersos por todo lo largo y ancho de su extensión exterior, las construcción de otro muro se podía avizorar; pero esta había sido abandonado por obvias razones, las herramientas, así como rocas, argamasa y otras substancias se hallaban esparcidas alrededor de la obra inconclusa, percatándose de ello, Luna también pudo dar cuenta de que los campos, los sembradíos y todos los alrededores donde seguramente se llevaba a cabo el trabajo agrario y de producción de materia prima también estaba abandonado. Las princesas se miraron la una a la otra.
- Tia, no podemos meternos en el conflicto, lo que sea que Discord nos quiere mostrar, debemos limitarnos a verlo. Y por lo que decía en su carta, estamos expuestas al peligro.
- Lo sé hermana, también escuché cuando la leíste, pero qué podemos hacer, vinimos a observar y también te recuerdo que no podemos ingresar en el conflicto.
- Sí, supongo que debemos ser cautelosas y alejarnos de las karis, esas cosas pueden ver la energía de nuestra magia.
- Tienes razón – Replicó Celestia, era cierto que aquellas aves de aspecto nauseabundo podían verlas aun cuando estaban con una poción de invisibilidad, no obstante, por lo que habían visto anteriormente, aquellas criaturas poseían una habilidad incuestionablemente grande con la magia, pero eran completamente inútiles en el combate cuerpo a cuerpo, evocando este simple, pero importante hecho, volvió a observar a su hermana – pero solo debemos mantenernos alejadas y de nada servirá si nos quitan la habilidad de controlar la magia.
- De acuerdo, la carta decía que la máquina nos sacará de caqui cuando veamos lo que tenemos que ver. Así que supongo que no tendremos necesidad de vernos hasta volver al presente. – Aclaró la princesa de la noche poco antes de abrazar a su hermana – cuídate.
- Tú también flancos flacos. – respondió Celestia, tratando de mantener el ánimo en su hermana.
Ahora aquella confusión que sintió durante la pesadilla que Discord creó en sus mentes y cuando lo vieron antes de meterse en el viaje en el tiempo, se aclaraba para tomar forma de pensamiento que era apoyado por sus sentimientos, mas aquellos pequeños debates consigo misma tendrían que esperar, lo importante de lo que vería tenía dos preocupaciones, la primera era averiguar el pasado oculto de Equestria que se perdió en algún momento y también hallar las pruebas que determinaban al señor del caos como culpable por los peores delitos contra los ponis. Pese a que este ya se daba por culpable desde un inicio, entonces ¿Qué deseaba sacar de todo aquello?
Sin mediar más palabras, ambas princesas tomaron los pequeños frascos con su magia, el líquido era aceitoso, dulce y con sabor a menta, Discord se había tomado la molestia de darle un sabor diferente al horripilante sabor salado y agrio que la poción poseía originalmente; conforme pasaron los segundos, el cuerpo de las princesas se fue difuminando hasta desaparecer a la vista.
Las alas de ambas se estiraron para volar, quizás la utilización de magia podría traer consecuencias poco deseables, en especial porque dentro de los muros posiblemente se encontraba Star Swirl, quien podía sentir, al igual que Discord, la utilización de energía mágica en cualquier hechizo. Al poco tiempo de volar, Luna pudo percatarse de la ausencia de nubes en el aire, el sol iluminaba el campo con completa luz de la tarde, los campos se hallaban cosechados y por si fuera poco, la actividad en el aire se mostraba.
¡Eran pegasos! Estaban retirando las nubes y vigilando desde todos los puntos, bandadas completas salían del interior de la ciudad e ingresaban de igual manera. Intrigada por todo ello, la princesa de la noche decidió seguir a los pegasos hasta el interior de los muros, probablemente su hermana estaba ya dentro de la fortaleza.
Celestia no podía creer lo que observaba, ponis terrestres, pegasos y unicornios, todos estaban armados en los distintos puntos de los muros, tanto arriba de ellos como en puntos estratégicamente ubicados alrededor de la ciudad, los ciudadanos ingresaban a refugios bajo tierra, llevaban costales con diferentes productos, algunos se quedaban para enlistarse en la milicia, que era enviada a distintos puntos; con el orden característico de los ponis terrestres en su trabajo; la milicia de la Green Field uniformada con cintas de color azul en su melena, se distribuía por toda la ciudad; una cantidad de ponis, tanto yeguas como corceles ingresaban dentro de silos donde seguramente la comida se guardaba para un futuro asedio. Esa era la única estrategia posible, pues ante la aparente unión de ponis, se tenía que combatir contra magia, dominio aéreo, fuerza y número, en otras palabras sería una batalla de merma y no de ataques definitorios.
Unicornios se distribuían por los muros, muchos formaban en plazas de la ciudad junto con sus superiores, los pegasos también se hallaban formando, salvo por los grupos enviados a cambiar el clima y vigilar el lugar.
- Hermanos, hoy nuestra principal preocupación ya no es la guerra entre nosotros, ya no es el conflicto que ha avasallado incontables generaciones de ponis y los ha condenado a una vida solitaria, miserable y detestable…
Un invento que se supone no debería haber existido se hallaba instalado de manera precaria en cada lugar de la ciudad donde las fuerzas que harían la resistencia formaban, megáfonos conectados al centro de la ciudad, donde también existía un conglomerado gigantesco de guerreros, todos escuchaban atentamente la voz del rey bastardo.
- Hoy dejamos todo ese ciclo histórico que nos condenaba día tras día, para unirnos como lo que realmente somos: una sola nación, un solo poni, más allá de nuestras diferencias, hoy podemos decir que finalmente las hemos hecho a un lado, para defender nuestra libertad, nuestra fortaleza, nuestra dignidad y todo lo que somos. Hoy… combatiendo el peligro, se romperán las alas, se destruirán los escudos, machacarán nuestros cuerpos; pero enfrentaremos su horror, miraremos a la muerte como ponis libres y nuestro espíritu jamás claudicará mientras tengamos en mente la idea de que defendemos lo justo, lo bello y lo bueno. ¡Mírense a los ojos! Grábense al poni que tienen al lado, porque él y ella serán su hermano, su hermana y la razón por la que morirán si es preciso. Hoy seremos lo que siempre debimos haber sido. Una sola nación, igualitaria, justa y libre. Y como tal ¡Lucharemos!
Las palabras del Rey Bastardo eran reafirmadas en el corazón de cada poni, incluso los unicornios reverenciaban ante tal elocuencia, los pegasos se quitaban los cascos por unos segundos, muchos inclinaban la cabeza ante el líder que se había alzado entre la porquería, para llegar a presenciar el momento que definiría la historia. El terror, la desesperación acosaba a los ponis y en vista de sus opciones, no les quedó más que unirse ante un enemigo común: Discord. El discurso del Rey Bastardo, repetía fielmente la creencia más sincera de las fundadoras de Equestria, la unión de los ponis, la magia de la amistad no distaba de ello, lenta, pero paulatinamente las bases para una nueva Equestria se comenzaban a formular dentro de lo principal, la cabeza y el corazón de cada poni.
No hizo falta solicitar que las tropas se replieguen a sus puestos, estas simplemente iniciaron el movimiento organizado, los diferentes ejércitos, desde los pegasos hasta los unicornios se hallaban bajo la dirección de los ponis terrestres que también se habían fusionado con ellos, ciertamente, ante la falta de oficiales, se tuvieron que realizar asensos por votación, por selección por talento y demás; pero finalmente en menos de un mes, se había podido constituir un ejército lo suficientemente poderoso como para representar un afronte a las fuerzas caóticas que Discord había entrenado. Diferentes piezas de artillería eran movilizadas por ciudadanos ponis terrestres, los unicornios que no ingresarían a la defensa como soldados, al menos no por el momento, utilizaban su magia para llevar diferentes objetos, o ensamblar armamento.
Algo llamó la atención de la princesa del sol y era el hecho de que se transportaban barriles llenos de pólvora a los muros, tanto los del tercer anillo como los demás, las calles se llenaban con movimientos similares, entre los cuales destacaban cargamentos de tubos hechos de plomo u otros metales, tenían una forma extraña y Celestia todavía no comprendía lo que eran o lo que hacían.
- Soldado, lleve las carabinas herradura al este, sección T4, Black Feather lo necesitará.
El movimiento dentro de los muros era tal, que las princesas no se percataron de un hecho que las tomó por sorpresa.
- ¡Fuego! Ordenaba un oficial arriba del muro, Luna pudo escucharlo casi al instante.
Ponis terrestres cargaban unos tubos a los que llamaban carabina herradura, tenían un orificio al frente y el otro extremo poseía una especie de medio yugo con que iba directamente al pecho de los potros que portaban el extraño artefacto. El sonido ensordecedor de pequeñas explosiones dentro de los tubos resonó por todas partes, el humo que salía de los orificios avisaba de un hecho hasta entonces desconocido por la princesa; la utilización de la pólvora en el campo bélico.
De la misma forma, cañones de acero eran accionados por dos ponis terrestres, disparando bolas de plomo. A lo lejos, las fuerzas de Discord recibían impactos de los diferentes proyectiles. Impresionando a la princesa de la noche, aquellos artefactos eran tan letales que lograban acabar con la vida de cualquier cosas que se les atravesaba, desde donde se encontraba, la princesa podía apreciar el potencial destructivo de las armas, aquellas pequeñas esferas de plomo que disparaban los tubos perforaban la carne de los chacales, incluso podían ingresar a una buena profundidad del cuerpo de los Vulcanos antes de detenerse y ser derretidos.
Definitivamente las cosas cambiaban bastante en esta oportunidad, Luna sonrió al ver aquella defensa que no necesitó de mucho esfuerzo para finiquitar con un regimiento completo de las fuerzas del caos. Salvo por los vulcanos que sobrevivían a los impactos de las balas e incluso cañones.
- Ballestas de hielo. ¡Fuego! – Ordenaba el mismo oficial terrestre.
Desde su posición, las fuerzas de Discord se encontraban a poco más de medio kilómetro de distancia, no habían avanzado ni cien metros para cuando fueron vencidas.
Desde su posición, Luna pudo notar la presencia de una rata en el borde del muro que poseía sus respectivas defensas, tenía la cola pintada por una línea roja, así como su pelo y cabeza. Discord estaba observando atentamente las movidas de sus oponentes.
- Esta solo es una pequeña guarnición señores. – Sostenía el oficial de pelo gris y melena verde. Sus ojos negros se clavaron en la distancia.
Definitivamente aquel había sido apenas una pequeña parte del ejército de Discord y ahora este poseía información de las armas de sus oponentes, que eran tan asombrosas como la ciudad, semejante avance en la tecnología bélica implicaba cierta superioridad técnica, científica en los ponis terrestres. Los unicornios presentes, rápidamente hicieron levitar las armas, para tomar pequeñas esferas de plomo, junto con una cantidad de pólvora, para después introducirla en conjunto con los puños proyectiles, existían armas similares al otro lado de la pequeña pared que los salvaba de impactos con flecha venidos desde las fuerzas ya vencidas.
- Nunca duden del ingenio terrestre. – Advertía un corcel poco antes de disparar la flecha de hielo final al último vulcano de tamaño desafiante y que ciertamente ahora dicha ventaja se tornaba en desventaja.
Las armas eran "recargadas" según Luna podía comprenderlo.
Celestia por su parte observaba las diferentes direcciones del movimiento, los pegasos dentro de la ciudad volaban de muro en muro, de dirección en dirección, apoyando con ballestas, algunos equipos explosivos y descendiendo si era necesario llevar un mensaje o transportar algún objeto liviano de forma veloz.
- Señor, parece que Discord optó por atacar desde varios puntos y al parecer perdió. – Afirmaba uno oficial en vuelo junto con Black Feather.
- Recuerda lo que Star Swirl y el Rey Bastardo dijeron, no debemos confiar en la victoria hasta que Discord esté muerto. Puede que hayamos ganado esta primera ronda, pero no se acaba hasta que encontremos a Discord.
Grupos completos de pegasos salían de la ciudad a revisar los alrededores. Celestia salió volando junto con ellos, la brisa del aire tenía algo de diferente, olía a azufre y se sentía… pesada, no podía provenir de las fábricas en funcionamiento dentro de la ciudad.
- ¿También lo notas? – Cuestionaba Black Feather mientras su único ojo observaba atento el muro este.
- Definitivamente, es como si… el clima.
Masas grandes de nubes rosas comenzaban a generarse por todo el campo de guerra, innumerables pegasos ascendieron desde toda la ciudad para intentar quitarlas, pero estas se movían por si solas, escapando del alcance de muchos de ellos, quien te podían tomar hasta una nube, para alejarla del lugar. Los recuerdos de la batalla en Frozen North no eran para nada gratos a los pegasos y a toda costa evitarían que una desgracia como la que vivieron allá se repitiese en estas circunstancia donde el más mínimo error significaría un paso más cerca de la derrota, o cual no era una opción bajo ningún ´punto de vista; generalmente se podría tener una idea de lo que Discord quería hacer con las nubes, pero por ahora era difícil deducir la razón exacta.
- Están aquí por la pólvora, capitán, informe a todos nuestras unidades del peligro, su la pólvora se moja perdemos gran parte del armamento a distancia.
El pegaso de su lado salió inmediatamente despedido, su velocidad superaba a la de muchos otros, Black Feather se quedaba a lidiar con dos nubes, para después sostenerlas.
- ¿Qué es esto? – dijo el pegaso mientras acercaba algo de a nube a sus labios – es dulce y pegajosa.
Las nubes de algodón de azúcar de Discord siempre cargaban leche chocolatada, aquel gesto bizarro en medio de una guerra como la que se estaba librando, era huella irrefutable de que él era el oponente al cual se estaban enfrentando. Pero ¿Dónde estaba Star Swirl? Es decir, existían varios hechiceros unicornios sobre torres, paredes del muro e incluso dentro de la ciudad, preparados para lucha con magia, específicamente, a la espera del señor del caos y su magia caótica. Pero ninguno de ellos era el barbado ¿Qué había pasado con él durante aquel mes? Era obvio que seguía con vida, pero su ausencia era preocupante, más que todo por su carácter protector y leal.
Discord bien podría ser el enemigo menos conocido de toda Equestria, pero si algo sabían las hermanas del señor del caos, era que nunca tiraba para matar, nunca utilizaba su magia de forma mortal, aunque podía dañar seriamente, pero ese no era su método de proceder, aunque durante los últimos recuerdos, había demostrado tener cierta característica oculta que lo hacía alguien completamente distinto al antagonista que conocían.
A esto ¿Dónde estaba Discord? Es decir, estuvo presente durante las batallas contra los ejércitos de Canterlot y Cloudsdale, pero ahora se ausentaba, prefería esconderse o acaso eso era parte de su plan o mejor dicho de su no plan; pues enviar tantas tropas a una carnicería como aquella era simplemente una estupidez, hacía evidente la falta de capacidad estratégica del señor del caos.
Desde el aire, Celestia podía comprobar la caída de lo que seguramente era la mitad del ejército de Discord, hembras y machos, muchos escarabajos habían sido traspasados por balas de cañón, que tuvieron tal fuerza que perforaron por completo el duro caparazón de los insectos de tamaño considerable.
- Sean observadores, hasta el más mínimo indicio de cambio debe ser informado, lidiamos con un enemigo que realiza las acciones menos esperadas, esperen todo de él. – Afirmaba el Rey Bastardo desde lo lejos. Su voz era transmitida por todos los lugares a través de los megáfonos.
-Y a pesar de ello, perderán. – Respondió Discord en los mismos megáfonos, su voz llena de sarcasmo llenaba la ciudad tan rápido como la voz del gobernante de Green Field y ahora rey de lo que quedaba de Equestria.
- Ríndete Discord, hemos aplastado la mayor parte de tus fuerzas, no envíes todo lo que queda a un funeral seguro.
- ¿Qué?... oh cierto… No puede ser cierto, están haciendo trampa.
Por lo visto, el señor del caos todavía no había presenciado el resultado de su primer asalto a la ciudad fortaleza. Los comentarios del antagonista tenían tanto sentidos y los pronunciaba con tanta burla que hasta parecía que a él no le importan en lo más mínimo el estado de sus fuerzas. Los seres que habrían dado su vida por combatir junto con él, aquellas fuerzas del caos.
-Bueno, pues si lo pides así… no sé cómo negarme…
La voz del señor del caos, en ningún momento dejó de expresar burla, a lo cual el Rey Bastardo no tuvo más alternativa que dejar en claro las líneas del juego entre ambos.
- Si te entregas, no serás ejecutado, es tiempo de que termines este juego genocida tuyo.
- Siempre me caíste bien, digo, siempre fuiste el diamante en medio de las rocas, el potrillo bueno en medio de toda la maldad del mundo, aquel que está destinado a grandes cosas. Creo que por eso la mayoría de tus súbditos te venera y aunque envidio tu estilo, también tengo que dar todo lo que puedo dar. En fin, antes de que me ponga sentimental ¿Por qué no halamos más de tu gran historia personal?
Los oídos de los ponis se movían en dirección a las distintas fuentes de sonido que comunicaban las palabras del señor del caos; este a su vez no dejaba de hablar.
- Qué hay en mi pasado que los ponis terrestres no compartan, o que los pegasos y unicornios no compartan dentro de tu endemoniada montaña.
- Oh, ese fue un golpe bajo jovencito, tendré que darte nalgadas cuando todo esto termine. – Advertía entretenido el señor del caos, pues el rey ya había mordido el anzuelo – pero ciertamente, el poni más puro, el que siguió sus ideales hasta el final, ese poni eres lo que representas tú.
- No creo que exista una vida más digna de ser vivida que aquella que vive y muere por los ideales más grandes. – Respondía el poni con total seguridad en sus palabras.
- Hay ternurita, te ves tan seguro de tus palabras que hasta me dan ganas de pellizcar esos cachetes tuyos – Respondió el Draconequus con voz de ancianita, los ponis, así como Celestia y Luna buscaban la locación exacta desde donde Discord estaba dirigiendo aquellas palabras - pero dejando de lado las formalidades mi querido Rey, gane o pierda, el caos seguirá, lo único que hago es hacerlo un poco más trágico, un poco más bullicioso de lo que ya es.
- Eso se termina hoy, no sé cuáles sean tus planes ni de donde sacaste tantos secuaces para llevarlos a cabo, pero tu retorcida mente tiene su final hoy.
- ¿Retorcido? Solamente me gusta el caos, el caos aquí, el caos allá y el caos en todo lo que ustedes defienden; verán como los ideales caen, como las civilizaciones perecen, como el caos puede borrar lo que consideran perfecto y escupírselos en la cara. Es casi parecido a tu historia mi pequeño Cookie.
Muchos de los soldados abrieron los ojos de par en par, en especial los soldados pegaso que sabían mejor que nadie que aquel apellido se había eliminado de la faz de Equestria, la persecución de los Cookie finalizó con Smart Cookie, en este sentido, los Cookie no deberían existir.
- A quién no le gusta la historia de un potro destinado a cambiar el mundo, a seguir el camino de la rectitud, del bien común, del auto sacrificio; cielos, hasta un pegaso te admiraría por saber de la fortaleza que has mantenido dentro de tu primer hogar adoptivo, de tus días en las cuevas de Yeguatania, en las minas de diamantes, tus luchas para formar una banda de comercio propia, para poder reunir la fortuna necesaria para poder fomentar el crecimiento de una nación propia, los innumerables sacrificios que tus ecuestres estuvieron dispuestos a hacer contigo, solo para asegurar una nación próspera y fuerte como Green Field. Después entraste a prisión por un trato con Avid, el subía al poder y tú relegabas el tuyo a cambio del asilo de los unicornios y pegasos, todo, absolutamente todo para seguir los pasos de tu hermosa madre.
- De ella no hables, o te arrancaré es lengua bífida que tienes. – Amenazó el Rey mientras caminaba por la plaza con el micrófono cerca de su rostro para poder continuar con la conversación con el señor del caos, quien comenzaba a ingresar a campos desconocidos.
- No te me pongas así, trato de hacerte quedar bien con la unicornio que amas ¿No es así Hope? – El conocimiento del señor del caos era completamente aterrador, es más, Cookie no podía mantenerse parado mientras escuchaba la voz del señor del caos extenderse por todos los confines de la ciudad - ¿Dónde iba? Ah sí, después subiste nuevamente al poder por petición de tus congéneres. ¿Una vida admirable no es verdad ponis?
El silencio se hacía presente dentro de todo Green Field, en pocos minutos, el señor del caos lograba meterse dentro de la cabeza de todos los ponis, dentro de sus corazones, todos eran lo suficientemente fuertes como para tolerar las palabras de aquel Draconequus cruel, pero ninguno estaba dispuesto a dejar de pensar en aquel relato extra resumido de la vida de su rey…
- ¡¿Dije que si no es verdad?!
El cielo comenzaba a enrojecerse, la tierra comenzaba a volverse gris, el sol se ennegrecía, la atención de los ponis era completa y todos comenzaban a aplaudir con sus cascos la tierra. De inmediato los extraños fenómenos se detuvieron.
- Hay, deberían ver mis actuaciones en obras de drama, los haría llorar hasta no poder más, bueno, en qué iba, ah sí; terminando en resumen con el día de hoy, con tu coronación en la guerra, no solo como líder, sino también como alguien dispuesto a dar todo por una nación igualitaria, justa y pacífica.
- El sueño de mi madre y las fundadoras de Equestria es el sueño más hermoso y bueno que pudo nacer del corazón de los ponis y todos sabemos en el fondo que es cierto, es por ello que luchamos contra ti y es por eso que venceremos.
- Oh, mi estimado rey, acaso piensa que todo eso se va a concretar por una guerra, que el horror que les traigo en alguna manera los beneficiará si logran salir de esta; eso es de obras de mucha imaginación, pero poca realidad, eso puede decírselo a sus actores de teatro de a sus poetas, literatos; pero la realidad no funciona así y al parecer, no aprendiste nada de la historia de Equestria.
- Monstruos como tú jamás entenderán cosas tan puras como el bien común, como la justicia y lo que podemos crear todos los ponis si nos convertimos en una nación, en la nación que siempre debimos ser.
- Debieron, pero no lo son ni lo serán, dígaselo a Star Swirl, dígaselo a Clover la sabia, repítaselo, pero no trate de engañar a sus súbditos de ello. ¿Cree realmente que ellos están luchando por el otro? ¿Cree que se han olvidado tan fácilmente del pasado? Ellos pertenecen a una estirpe que no vislumbra salida distinta a considerarse superiores y los terrestres todavía no pueden ver con sus ojos. La camaradería de guerra es temporal, el aliento que les da es solo eso, aliento, nunca dejarán su manera de pensar, nunca cambiaran. El orden dentro de sus cabezas puede ser cuestionado pero nunca cambiado si es que no abrazan el cambio, y créame, ellos no lo quieren realmente.
- Nunca, es que acaso no lo vez monstruo, los ponis desean cambiar, desean un mejor futuro.
- Solo porque yo destruí su futuro en Canterlot y Cloudsdale, no tienen necesidad de cambio, tienen miedo y harían lo que fuese para salvarse el cuello. Pero que defiendan un ideal es interesante, porque así darán mucha más pelea, así se entregarán en cuerpo y alma, si pierden me entregarán algo que no me podrían entregar si los someto con magia. Pero basta de charlas sin sentido, que empiece la diversión.
La voz no continuó, los parlantes estallaron en sus lugares, los ponis de todos los lugares dentro de las divisiones se miraron a los ojos, las palabras del señor del caos habían sido mucho más letales que cualquier espada o arma existente, habían logrado ingresar en la confianza que los ponis tenían entre sí. Aquella desconfianza que comenzaba a enterrarse dentro de los ponis era como un veneno que nunca pararía si no se lo frenaba a tiempo.
Las nubes rosas eran quitadas casi de inmediato por los pegasos, una cantidad mínima de barriles de pólvora se vieron atacadas por la cantidad mínima de leche chocolatada que las nubes soltaron.
- Señores, son solo chácharas, que no se meta a su cabeza. Advirtió finalmente Black Feather que se topaba con la mirada de Burn. – Jumos hasta el final. –Exclamó finalmente mientras extendía su casco ante el mayor de sus enemigos durante la rebelión de los ponis, ciertamente sus miradas exclamaban una serie de sentimientos antagónicos el uno por el otro, sus odios estaban convertidos en prejuicio en el otro, pero dejando todas las ideas del pasado en el pasado, el único ojo de ambos se centraba con una confianza plena en las habilidades conjuntas.
- Hasta el final. – Respondió finalmente Burn mientras tomaba el casco de su aliado alado.
En el centro de la ciudad, en el anillo central, el palacio de gobierno, de aspecto exquisito, ubicado sobre una colina comenzaba a sufrir un ataque, El Rey Bastardo, que se hallaba en aquellas inmediaciones pudo percibirlos poco tiempo antes de que todos los cambios se concretasen.
Los gruesos muros de piedra eran atravesados por tentáculos, no, eran raíces ¿Raíces que podían moverse por su cuenta? Las grandes ventanas dejaban pasar una especie de boca similar a la de las plantas carnívoras, sus colores vivos que iban desde el amarillo hasta el violeta, pasando por el azul cian; en poco más de cinco segundos, aquella cabeza creció hasta llegar al tamaño de los muros, desde donde todos pudieron apreciar lo que concedía en el anillo central, la criatura emitió algo parecido a un rugido, el sonido era la combinación de miles de troncos chocando los unos con los otros, de hojas secas aplastándose y de ramas quebrándose, como toda planta, su cuerpo en crecimiento se quedó en el lugar, pero su desarrollo alarmante fácilmente compensaba su incapacidad frente al no movimiento. No podía alcanzar al Rey Bastardo ni a sus fuerzas que pasaron directamente a la ofensiva, preparando sus carabinas y espadas para atacar a la criatura.
Entonces, el empedrado cercano comenzó a verse movido, fracturado, con una fuerza increíble, las raíces de la planta movían porciones completas de tierra al moverse, en ese instante el alcance de la criatura aumentaba de forma frástica, un pegaso sacó al rey Bastardo mucho antes de que una raíz saliera a apresarlo, los otros soldados se las ingeniaban para saltar, galopar y utilizar sus espadas para cortar la maleza que los quería tomar.
- ¡Disparen! – Ordenó el Rey en el aire.
Los proyectiles ligeros de las carabinas lograban ingresar con fuerza al interior de la planta, pero las perforaciones se regeneraban al instante, los proyectiles de plomo eran expulsados por alguna flor cercana.
Cada habitación, cada centímetro del edificio era invadido por nuevas ramas, nuevos tallos, las raíces crecían precipitadamente, moviéndose hacia todos los sectores de la ciudad, fracturando vías completas, tomando casas cercanas de funcionarios que alegremente estaban vacías, su función, semejante a la de un tentáculo permitía a las diferentes ramas y raíces atrapar a cualquier poni que se encontrase en su camino, después este era envuelto en por la extremidad, Celestia debía retroceder con mayor avidez posible, esquivaba una rama, dos, comenzaba a volar para salir del alcance de la criatura verde. Sus ramas comenzaban a alzarse en lo alto, mostrando frutos del tamaño de un dragón, sabía muy bien lo que había dentro de esos frutos.
El ataque se realizaría desde el centro de la ciudad, el ataque inicial era solo una tapadera.
Black Feather partió de inmediato para prestar el apoyo necesario a sus camaradas del centro, que en su mayoría eran ponis terrestres y unicornios, los pegasos estaban para eso, prestar ayuda y refuerzo, así como contragolpe en cualquier vicisitud como la que vivían. Pero el ya poseía experiencia contra criaturas semejantes.
Otro rugido de la criatura advertía sus múltiples ataques, pero estos aun eran muy torpes, sus ramas poco desarrolladas se dirigían a las diferentes casas; Celestia siguió de cerca de una de ellas, para comprobar que estas al ingresar dentro de una casa, se transformaban en una especie de planta nueva, que comenzaba a echar raíces, sin dejar de estar conectada a la planta madre. Estos minúsculos retoños crecían rápidamente hasta tomar el tamaño de la casa, pero a diferencia de la planta primigenia, generaban sus frutos dentro de la casa, pero estos eran variados, desde mamíferos – planta hasta los conocidísimos dinosaurios – planta, finalmente, una flor se alzaba en lo alto de la construcción, liberando una cantidad gigantesca de semillas que poseían una extremidad con varias fibras dispersas, de manera tal que la más mínima brisa podía impulsarlas a un viaje, cuando estas finalmente llegan a alguna superficie, comenzaban a crecer sin necesidad de raíces, pero se pegaban al cuero al que caía, estas formaban un capullo, nuevamente la finalidad era crear una criatura planta, y a juzgar por la velocidad con la cual creían, sería cuestión de minutos para que las criaturas salieran de sus capullos para atacar a los oponentes del señor del caos. Ahora el enfrenaba el número con el número, la producción de esas cosas, si no era contenida a tiempo sería colosal.
Finalmente, las unidades que lograban sobrevivir al ataque torpe de la criatura escapaban a diferentes puntos, sus armas de momento no representaban peligro para la criatura que avanzaba con sus raíces, tomando centímetro tras centímetro con sus vástagos.
Bueeeno, eso es todo por esta semana, estoy preparando los esquemas del siguiente capítulo y del siguiente; no se me olvida que muchos quisieron ver un Star Swirl vs Discord…
Nos leemos dentro de una semana.