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Discord

by Filomental

Chapter 45: La pesadilla El asentamiento del caos, 1

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Hola, después de una semana entera llena de exámenes les traigo el capítulo 45 y cielos, nunca pensé que este fic fuese a ser tan extenso, aunque me complace anunciar que el fin está cerca (si es que algo así como diez capítulos sea cerca XD). Bueno, no les interrumpo la acción.


Las burbujas de contención y de tiempo mantenían a los presos bajo un cautiverio increíblemente silencioso, Luna decidió alzar vuelo para alcanzarlos, se hallaban flotando, en un movimiento lento y sin dirección alguna, unos cuantos chocaban, para después rebotar, continuando con su dirección de forma muy relentizada, las energías que yacían dentro de cada una de aquellas prisiones esféricas, no era lo suficientemente grande como para mantener a los unicornios encerrados, su magia podría anular el hechizo.

Sin embargo, cuando Luna llegó a la altura de dichas prisiones, pudo descubrir el terrible estado en el cual se hallaban: los unicornios tenían sus cuernos cortados pocos centímetros arriba de la raíz, se podía diferenciar que antiguamente habrían tenido cuernos, mas ahora ya les eran completamente inútiles; ya no podían realizar magia; los pegasos, de similar forma tenían las alas cortadas, no se podía ver las heridas causadas por la mutilación, debido a que todas ellas se hallaban con vendajes alrededor.

Fue en ese instante en el cual Luna pudo dar cuenta del terrible proceso, los ponis mutilados se hallaban en burbujas de tiempo, no solamente tenían aquella injuria, sino también se hallaban con claras señales de haber entrado en una cirugía, pues llevaban distintas costuras, yesos, vendajes e infusiones sobre la piel, todas de diferente índole y en distintas secciones del cuerpo. Era bastante aterrador: tanto pegasos como unicornios capturados con heridas menores eran los únicos que, al parecer, se hallaban bajo una burbuja de contención… el resto yacía dentro de las burbujas de tiempo, muy probablemente era para mantenerlos fuera del avance del curso de la historia, si Discord los liberaba, entonces y solo entonces podrían percibir su estado, solo entonces estarían al tanto de su derrota y de su salvación en el campo. Pero ¿Por qué tomarse la molestia de salvar a sus enemigos? Luna se horrorizó al descubrir la respuesta. Ellos serían sus esclavos.

Con una contundencia abrasadora, la historia se hacía cada vez más real, Celestia ya empezaba a perder las ganas de observar todo lo que el de ojos rojos les quería mostrar… ciertamente, el recuerdo le enseñaba el horror que significaba realmente el nombre del Draconequus en la historia, no solo en la de Equestria, sino en gran parte de las civilizaciones que existieron alguna vez en lo que actualmente se conoce como Equestria, era inevitable sentir una cólera inmensa, no solo hacia el señor del caos, sino hacia la ingenuidad que había tenido al enamorarse de alguien como él… sus acciones del pasado no tuvieron un castigo adecuado, nunca repararía todo el daño, por más que venciera a miles de atacantes de su amado pueblo, nada podría liberarlo de la culpa… entonces, qué podía hacer, su corazón y su razón le dictaban castigar al perpetuador de semejantes atrocidades contra los ponis; mas, al recordar quién era el actual señor del caos, los mismos deseaban no hacerlo, cómo podría… había cambiado, eso era seguro. Pero, no estaba dispuesta a dejar pasar todos sus crímenes, las agresiones a Equestria, eran agresiones contra ella misma, en ese momento, supo lo que era correcto y una vez más, estaba dispuesta a sacrificar una parte de ella para hacer lo correcto.

Luna continuaba observando las increíbles infraestructuras del lugar, existían libreros llenos de una cantidad incontable de libros, que vagaban libremente por todo lo alto y ancho del lugar, muchos libros salían flotando de una librero a otro, intercambiando lugares, al observar detalladamente un librero, leyó varios títulos, pero ni siquiera uno de los libros se hallaba en un orden específico, todos estaban mezclados y al pasar de un estante al otro en un tiempo indefinido, no hacían sino desordenarse aún más. Para cualquier amante del orden en las fuentes de conocimiento como Twilight, sería un empujón a la locura, pues la información estaba mezclada, obras de filosofía, conocimientos prácticos, matemáticas, historia e incluso literatura se hallaban uno al lado del otro. El piso también tendía a moverse, lo único que parecía estar inmóvil eran las paredes y los hongos mágicos que alimentaban la gema del alma. También estaba el hecho de que el lugar era una combinación entre biblioteca, hospital y punto de reunión de los diferentes soldados.

Cuál era la razón por la cual habían sido enviadas hasta aquel lugar, solamente Discord lo sabía, pero cuando Luna comenzó a cuestionarse aquello, el mismísimo señor del caos se apareció en el recuerdo, su estadía fuera de la gigantesca biblioteca había sido relativamente pacífica, el escondite que se hallaba en el corazón de una montaña, era increíblemente silenciosa y exasperante, el aire que existía dentro era húmedo y pese a que no existía un solo rayo de luz solar, la luz que emitían los hongos mágicos nocturnos, dotaban al lugar de iluminación y calor.

La voz que emitía la conciencia que alguna vez había sido una potranca pegaso, inició una plática con el señor del caos, el sonido de una voz mecánica salía por una caracola del tamaño de un poni.

- ¿Qué piensas hacer ahora?

- Nada, Green Field vive un momento de caos sin que esté presente, solo tengo que esperar lo inesperado – Aclaró el de ojos rojos, poco antes de chasquear los dedos.

El entorno volvió a cambiar, esta vez, para mostrar un palacio gigantesco, hecho de piedra, pero al mismo tiempo con innovaciones arquitectónicas y de materiales que lograrían contentar hasta a la vista del más crítico de todos. Paredes de piedras blancas, vidrio bellamente cóncavo, una cúpula, pinturas de técnica exquisita, alfombras hechas de los mejores materiales, la presencia de una enorme ciudad en la lejanía, a pocos metros debajo, pues la infraestructura se hallaba en lo alto de una gran colina; estas pistas advertían a las princesas el lugar exacto en donde se hallaban: Green Field, la ciudad que se alzaba hasta los límites creados por una muralla gigantesca eran el resultado de un proceso por la lucha de su libertad, las princesas no hicieron sino contemplar asombrada el progreso que los ponis terrestres tuvieron en poco más de una década.

La sonrisa del señor del caos se esbozó completamente, reflejando la felicidad que sentía al imaginar cómo todo aquel orden se destruiría dentro de poco tiempo, ahora solamente quedaba sellar el futuro de forma permanente, las puertas de madera se abrieron a su paso, mostrando una gran sala donde una cantidad sorprendente de ponis terrestres se hallaban en una junta de emergencia.

- Los pegasos y unicornios tienen restringido el acceso a nuestra ciudad, no deberíamos darles un cobijo después de la forma en la cual nos trataron.

- Mantenga la calma alcalde, puede que el tercer anillo tenga la población más numerosa, pero es más peligroso traerlos al anillo central, créame cuando le digo que los líderes de los sobrevivientes me han jurado mantenerse en un perfil bajo, trabajaran dentro de poco tiempo ¿Acaso no sería lo justo que trabajen para nosotros? – El poder de convencimiento de un poni pelaje verde primavera con melena de color naranja y ojos negros, sentado en una silla hecha de metales preciosos, terciopelo e incrustaciones de gemas era suficiente para que tres cuartas partes de aquella especie de congreso se le unieran a sus afirmaciones.

- El presidente Avid tiene razón – apoyaba una voz que comenzaba a aplaudir a su estimado gobernante.

Ningún poni notó la apertura de las puertas, hasta que finalmente dos guardias fueron a cerrarla, desde luego las princesas ya habían ingresado, escuchando la agitada conversación entre los diferentes miembros del congreso, su funcionamiento era bastante extraño al que conocían, de hecho, todavía no comprendían nada de él.

- Corceles, perdemos la razón por la cual nos encontramos en este lugar – comenzó nuevamente Avid – los he llamado para tomar una decisión importante para nuestra subsistencia… la criatura conocida como Discord, se ha convertido en una amenaza a nuestra libertad y a la libertad de todos los ponis. La información es contundente, los próximos en su lista somos nosotros, así que tenemos el deber de vencerlo y lograr la paz en Equestria.

Hasta ese momento las princesas no supieron nada de los ponis terrestres, pero ahora podían percatarse del potencial de los terrestres, pues su cantidad era mucho mayor a la de las fuerzas que Discord disponía, mas al igual que los pegasos o los unicornios cometían un error garrafal al ingresar en batalla con Discord, al menos no de la forma convencional.

- Pero señor presidente, usted ha sido muy insistente en el no conflicto con ese monstruo, por qué el cambio de o…

- Sé muy bien que pude haber cometido el error de no considerarlo como enemigo antes, pero ahora les pido su apoyo, para llevar a cabo esta batalla con el enemigo común de todos los ponis, dejemos de ser iguales a nuestros carceleros y convirtámonos en los héroes que salvaron a Equestria.

Las palabras bien practicadas del poni se ganaban ovaciones y desde luego, el poyo completo de los presentes.

Pero, los aplausos, las palabras de apoyo, se detuvieron a medida que daban cuenta de la presencia de un extraño ser en la habitación, observando los interesantes cuadros.

- Disculpen ¿este simboliza la libertad no es cierto? – Preguntó el señor del caos, apuntando una pintura donde un poni terrestre rompía unas cadenas y observaba el cielo de forma retadora.

Los ponis entonces comenzaron a alarmarse, los guardias, como había hecho con los pegasos y unicornios, flotaban en el aire, la magia caótica de Discord cambiaba el cuadro, hasta convertirlo en un poni terrestre que caía desde el aire, con la misma cadena rota que ahora no podía sujetarlo.

- La libertad es algo tan aterrador – Expresaba el señor del caos con cierta seriedad – bien Avid – En ese instante, toda la seriedad, desapareció para transformar su aspecto en el de sí mismo, pero cuando era un infante – por qué me estás traicionando.

En medio del congreso comenzaba un bullicio incontrolable, Avid no sabía qué hacer, si le seguía el juego al señor del caos, la verdad de su llegada al poder, o al menos gran parte de los hechos que influyeron en ella, se verían revelados.

- Eres el enemigo número uno de Equestria y de Green Field, tú maldita bestia, tratas de poner a nuestra gran democracia en duda viniendo a proclamar mentiras. Pero los ponis terrestres somos más inteligentes que los unicornios y los pegasos juntos. Hermanos míos, no duden de mis intenciones, no duden de la unión que nos ha hecho grandes en la toma de nuestra libertad y en la toma de las decisiones más importantes de Equestria.

- Oh vamos Avid, tus palabras bonitas son solo eso… bonitas, pero si quieres negar nuestra amistad, te pierdes esta paleta – Aclaró el pequeño Discord, que se metía toda una paleta de caramelo directamente a la boca, volteando la cabeza a otro lado, ignorando así a Avid.

- No trates de meterte en nuestras cabezas criatura del demonio, yo nunca traicionaría al pueblo al que he jurado proteger con toda mi alma.

Celestia, al igual que los miembros del congreso dudaba de las intenciones de Discord y también de Avid, pues en primer lugar ¿Dónde estaba el Rey Bastardo? ¿Acaso era él? Más preguntas comenzaban a rondar la cabeza de la princesa del sol, así como en los anteriores casos, Discord tenía la posibilidad de cortar la cabeza de los ponis terrestres y no lo hacía ¿Por qué? si era uno de las reglas fundamentales de la guerra.

- Por cierto ¿Dónde está el rey más prometedor de la historia de Equestria? ¿Encerrado? – el Draconequus se acercó a uno de los ministros, llevaba una balanza de Cutie Mark, probablemente era el ministro de justicia – Me parece que aquí ha habido un abuso del poder que el pueblo ha depositado en ti.

- El pueblo confía en mi juicio, ahora sé muy bien que eres una amenaza directa a la forma de vida de los ponis, todos debemos unir fuerzas para vencerte.

- Enserio Avid, eres uno de los ponis con mayor sentido del humor que he conocido – decía el Draconequus mientras chasqueaba los dedos para transformar las vestimentas del poni en un disfraz de payaso – Entonces ¿Por qué los pegasos y unicornios no están junto con tu ejército marchando hacia una montaña aparentemente desierta?

Cada vez más, el Draconequus lograba poner al poni en una posición peligrosa para su imagen de salvador y gobernante sensato. Sus órdenes secretas al ejército, por medio del ministro de guerra y el de defensa se veían comprometidas a una discusión posterior con los presentes.

- Porque hoy pondremos fin a toda la era de destrucción que pretendes traer a Equestria, los pegasos y unicornios no tienen la fuerza suficiente para ingresar en batalla contra ti.

- Ya suenas como un pegaso Avid – Señaló el Draconequus con un enorme placer al hacerlo, lo que demostraba tenía un valor dentro del contexto en el que se encontraban, mas solamente era una pequeña incitación.

De pronto, una puerta escondida detrás de una armadura se abrió, para dar paso a un unicornio con una barba blanca y gris, inmediatamente hizo levitar al Draconequus en el aire, su magia se hallaba debilitada, pero aun así, le daría combate en ese preciso instante, si lograba vencerlo en ese instante, podría ser el final del peligro inminente que se avecinaba a toda Equestria o al menos a lo que quedaba de ella.

Discord volteó su rostro lleno de felicidad, para observar a su maestro de magia. La cantidad de energía que ponía en aquel hechizo de levitación estaba bien medida, sin embargo, ese hecho no evitaba que la magia caótica del Draconequus la contrarrestara. Sus miradas se cruzaron, Star Swirl tenía sus ojos llenos de fuerza, decisión y vigor, los de Discord en cambio se hallaban tan vacíos, lejos de la expresión de alegría, sus ojos develaban algo tan retorcido, tan misterioso y enloquecedor que el barbado observó a otra dirección, entendiendo que la criatura que yacía levitando frente a él ya no era más el pequeño Draconequus al que educó, acompañó e incluso llegó a estimar. Ignorando a su maestro, el señor del caos volvió a mirar al poni terrestre.

- De todas formas Avid, espero que el ejército que enviaste a mi pequeño escondite no represente una porción significativa de tus fuerzas armadas.

El viejo unicornio se acercó paso a paso hasta su ex estudiante, observando los cambios que había sufrido, ahora su desarrollo físico se encontraba completado, su forma adulta era más confusa que su forma infante, los ojos cristalinos, las extremidades curiosas, pero bien formadas eran cosa del pasado. Su cuerpo desproporcionado era la muestra perfecta del ser en el que se había transformado.

- Por las leyes de Green Field y las leyes e Equestria en general, usted queda detenido, será condenado directamente a una ejecución, sin mediación alguna y sin más tiempo que perder – Sentenciaba el ministro de justicia, aplicando uno de sus poderes dentro del sistema de gobierno.

- Claro, claro, pero al menos deberían estar observando su telescopio secreto, estoy seguro que la imagen de lo que sucede a las faldas de la montaña donde duermo les será de suma importancia.

Sin muchas dificultades, el de ojos rojos chasqueó los dedos para transportarse junto con Avid y Star Swirl al observador; pero dejando a los guardias y a los ministros flotando en el techo, pegados a él con un hechizo desconocido.

- Mira poni, mira, observa a tus equinos luchar en la montaña – Discord observaba contentado la expresión de los ponis que tenía en frente, en especial la de Avid que todavía no podía creer la facilidad con la cual el señor del caos había penetrado entre sus fuerzas, incluso una división de sus mejores guerreros, para llevarlo al observatorio.

El recuerdo tuvo un cambio drástico, llevando tanto a Luna como a Celestia a un nuevo entorno. El césped salvaje se alzaba por toda la llanura, mientras se acercaba a las faldas de una montaña, más y más rocas se mostraban imponentes en lo alto, el terreno rocoso de la pendiente era a primera vista difícil de escalar, no muy a lo lejos, una gran cantidad de artefactos se erigían, apuntando distintas partes de la montaña, esta desde luego estaba rodeada. El aspecto poco amenazador de lugar, podía engañar hasta al ojo más experto de todos; desde lo lejos, Avid tenía una vista de primera vista para observar todo lo que ocurriría.

Cuando Luna dio media vuelta, pudo ser testigo de una inmensa cantidad de tiendas de campaña, carromatos recién llegados y ponis terrestres armados con lanzas, cascos y una cantidad enorme de catapultas, arcos y flechas y ballestas. Rodear la montaña no hacía absolutamente nada, pues la ventaja de las fuerzas de Discord residía en que dichas fuerzas gozaban de un posicionamiento geográfico superior, estaban a un nivel de altura mayor a las tropas de los ponis terrestres; pero todavía no existían señales de vida arriba. A los pocos metros se hallaban varios ponis en un círculo mientras debatían unos cambios mínimos en de una rigurosa estrategia planeada mucho antes de que Canterlot o Cloudsdale fuesen atacados.

- General, los exploradores informan de una única entrada a la montaña, esta es a través de una cueva que se encuentra casi en el poco de la cima ¿Cuáles son sus órdenes?

- Simples, debemos subir hasta la entrada, pero debemos hacerlo por diferentes caminos, debemos dividir las tropas para ganar un terreno mayor en nuestro ascenso, así nuestras tropas estarán más seguras de ser emboscadas.

- Usted ordena señor – Dijo finalmente el poni terrestre mientras comenzaba a galopar en dirección a los guerreros terrestres.

Si bien los ponis terrestres tenían la habilidad de ser mucho más fuertes que las otras especies de ponis, su falta de control de la magia o del vuelo y la naturaleza de la guerra, los hacía menos efectivos en el campo de batalla.

Las princesas fueron transportadas al interior de la montaña. La biblioteca se mantenía en un movimiento continuo, los estantes, los anillos que absorbían la magia de los hongos, incluso el piso lleno de diversos materiales cambiaba. Todo dentro parecía estar completamente tranquilo, ignoraban el peligro que yacía fuera, hasta ese momento ambas no pudieron comprender que la función de aquella gigantesca era de lo más variado, desde hospital hasta dormitorio, e incluso baño. En ese momento cumplía la función de biblioteca, los diferentes soldados se hallaban en otro lugar. La única forma de vida aparente era Andreia, cuyos anillos comenzaban a rotar a mayor velocidad.

La infraestructura que representaba el lugar, en realidad era mucho mayor de lo que imaginaban, unas paredes rocosas se abrían para mostrar un pasaje que debía hallarse conectado de forma subterránea con otro escondite.

- Andreia, tu llamado nos llegó hace poco, ¿Sabes algo de Discord?

- No, él no ha regresado todavía – Respondía la voz mecánica de la conciencia atrapada dentro de la gema, su brillo rojo incrementaba a medida que sus anillos giraban rotaban a su alrededor.

- Argos está buscándolo, pero al parecer el maestro no lleva su pluma de Roc – Informaba Seti mientras comenzaba a buscar sus armas, siendo la magia de Discord la que lograba desorganizar el lugar, podrían estar en el techo o incluso detrás de un librero.

- Tus armas se encuentran detrás del librero sur, material de cristal y estantes en X.

Los anillos continuaban su rotación, los libreros empezaban a detenerse, entonces, para impresión de las princesas, en el suelo, se formaron grandes cantidades de agujeros, del tamaño de los estantes, muebles, estatuas o artefactos reunidos, muchos poseían el aspecto de cráteres. Después de que el metal se retorciera a tal grado de abrir los orificios, los diferentes objetos cayeron a dichas cavidades, para que después, literalmente fueran tragados por la tierra. Al poco tiempo, varias afluentes de un metal en estado líquido comenzaron a ascender por las paredes rocosas, columnas en forma de V, C o incluso S, cual serpientes a un árbol; ni los chacales, ni los escarabajos hércules, ni los vulcanos poseían la capacidad de controlar la magia, al menos no al nivel necesario para manipular la mitrita, lo que dejaba a Andreia como la única capacitada para controlar dicho metal, y por lo visto, el señor del caos había dejado todo lo que poseía en la montaña.

- Ellos solo pueden entrar por la cima, desconocen las otras ubicaciones – Informaba la gema del alma, conforme llegaban más soldados.

El cansancio en sus rostros por sus batallas pasadas los tenían completamente agotados; luchar una segunda batalla, en especial para los que fueron a Canterlot, que conformaba casi todos los guerreros que regresaron, era una quimera, sus capacidades físicas se hallaban mermadas.

- Cansancio, poción de restauración lista para el uso masivo, montaña B3, silo superior izquierdo.

- Sbeek, llama al resto de los generales – Ordenaba Seti mientras comenzaba a organizar sus ideas.

Ciertamente podían abandonar la posición, sus patas eran más ágiles que las de los ponis, pero retirarse significaba perder el terreno más adecuado para mantener a Green Field bajo vigilancia, además, perdían un montón de ventajas. Discord no los liberaría hasta que Green Field cayese, lo había dicho hace mucho tiempo, la poca estrategia que tenía se basaba en condiciones; si ellos lograban vencer a los pegasos y a los unicornios, entonces y solo entonces se enfrentarían contra los ponis terrestres; de la misma forma, solamente si vencían a los ponis terrestres, se les concedería su liberación.

Mas en esos instantes, Discord no se hallaba entre ellos, nuevamente los había abandonado a su suerte, como general de Anugipto, Seti tenía la experiencia de haber defendido la ciudad sagrada de la rebelión felina que se había librado poco antes de que supiera sobre la traición del que ahora era su señor. En ese momento, una serie de dudas se alzaron en su cabeza, de momento, él era lo único que su pueblo tenía, era cierto, los sobrevivientes de dicha rebelión, eran todos guerreros, servían a una causa, la causa de Discord, pero lo hacían por su propia causa, su liberación, su antiguo faraón les había dado ese designio, estaban al mando del Draconequus. Pero ahora tenía la oportunidad de traicionarlo, así como él los traicionó a ellos. Si decidía hacerlo, los vulcanos y los escarabajos hércules, Ix, Buglar y los demás serían sus enemigos y aun así, tenían posibilidades de vencerles. Pero no podía, realmente no podía traicionarlos a ellos, así como a Discord.

Cuando Ix y Buglar llegaron, sus ojos todavía se hallaban mirando un punto en el piso que ahora comenzaba a ser recubierto del mitrita, tapando los cráteres donde se escondían las distintas fuentes de conocimiento que Discord les había hecho reunir.

- Seti, debemos enfrentarnos a los ponis terrestres, tarde o temprano tendríamos que hacerlo, será mejor si logramos vencerlos ahora que poseemos ventajas sobre ellos – Comenzaba a explicar Ix mientras la lava de su cuerpo comenzaba a avivarse.

- Nos rodearon, estamos atrapados dentro de esta montaña, no pasará mucho tiempo hasta que puedan ingresar, su cantidad es superior a la nuestra y si salimos, sin importar por cuál de las montañas, nos lloverán los proyectiles de sus catapultas y Discord no está aquí para cambiar el campo como la vez pasada – Argumentaba Vulgar mientras trataba de ponerse los guanteletes especiales para sus patas delanteras, su cascaron recubierto de vulcanita estaba quebrado por el frío.

Ahora su nación era mucho más grande que antes, Seti comprendía bien que sus ansias de venganza eran envidiosas, solamente se basaban en él. Buglar y los escarabajos hércules, Ix y los vulcanos se habían convertido en parte de su pueblo, se habían enfrentado juntos al terror, al horror que los ponis les habían enviado y con justa razón, habían prevalecido. Su pueblo no pensaba de forma diferente, los chacales eran como perros callejeros con hambre, una vez que perdían a un faraón, vagaban hasta que su sucesor tomase el mando, pero ahora no existía sucesor, el faraón se había perdido. Discord les había purgado de todo su mundo pasado, les había enviado a uno nuevo, donde su aprendizaje les llevaba lentamente por un camino nuevo, puede que no mejor o puede que sí. Finalmente este camino les guiaba a mantenerse firmes contra el caos exterior y el caos dentro de ellos, su rumbo futuro se hacía cada vez más claro, en él yacían los conocimientos adquiridos con ayuda de Discord, las costumbres combinadas de su vieja nación con las de los vulcanos y escarabajos. Si se liberaban luchando una guerra ajena a ellos, lo harían juntos.

Fue en ese instante que pudo apreciar un sentimiento no muy lejano en los ocho ojos de Buglar y en el núcleo de Ix, fue en ese momento en el cual pudo sentir una esperanza, un ideal, un sueño que necesitaba ser concretado.

- Enviemos a un grupo de abastecimiento, que transporten las pociones a las diferentes montañas y pasajes, rocas para los vulcanos y armas para quienes las perdieron – Comenzó a explicar el chacal mientras tomaba un pequeño bote de pintura azul.

- Buena idea, llamemos a los que fueron a Cloudsdale para formar la primera fila defensiva. Los muros de la montaña nos protegerán de las máquinas de asedio – Continuaba Buglar, quien terminaba de ajustar las correas de su guantelete con cuchillas, esta brillaba debido a un afilamiento reciente.

- ¿Quién dice que no podemos salir afuera? Se te olvida que los vulcanos podemos llegar desde abajo. – Aclaraba IX.

- Claro que no lo olvidé, solo quería confirmar que estaban dispuestos a realizar esa tarea. Una vez eliminadas las máquinas de asedio de afuera, podremos salir a combatirlos desde todas las direcciones.

- Perfecto, con eso es más que suficiente – Continuó Ix.

- Camaradas... – Seti trataba de no mostrar una emoción diferente a la que sentía – Buena suerte...

Aquellas escenas, describían no solamente un momento de unidad, sino que en lo más profundo del corazón de aquellos esclavos, Celestia podía observar un genuino deseo por la libertad; ellos no se hallaban en condiciones de decidir sobre su participación en una guerra como la que Discord llevaba contra los ponis; ellos luchaban por su libertad, aquel maldito contrato demoniaco, aquella lealtad hacia la última voluntad de su faraón, los unía a una causa que a toda vista era la más ruin de todas: la destrucción de Equestria. Era absurdo pensar que ellos sacrificarían su vida por la de los ponis, en ese contexto y después de saber los orígenes de cada una de las especies que luchaban al lado de Discord, era fácil entender que sus propias vidas eran insignificantes ante el deseo de libertad, porque en ese instante, no luchaban solamente por la libertad propia de cada uno, sino por la libertad de su pueblo, de sus hijos, de sus hermanos, de sus amigos. Siendo así, un motor capaz de impulsarlos a sacrificarse, a ignorar lo justo y lo injusto, lo razonable y la locura.

- Seti, puedo conseguirles un poco de tiempo mientras realizan todos sus preparativos – Anunció Andreia mientras los anillos bajaban su velocidad de rotación hasta regresar al inicio.

- Eso sería de gran ayuda Andreia, debemos asegurarnos de vencer esta guerra.

- No te olvides de lo que aprendiste, te asegurará un mejor porvenir – Pronunciaba la gema del alma, esta vez, su voz perdía aquella frialdad inequina, para mostrar lo más parecido a un sentimiento.

El recuerdo, ignorando la voluntad de las princesas de quedarse, las volvió a sacar fuera de las montañas, esta vez en las diferentes laderas de la montaña.

- ¿Crees que este vejestorio siga en pie? – Cuestionó Luna desde lo lejos mientras observaba un rostro de tristeza en su hermana – pues de ser así, podríamos comprobar la veracidad de estos recuerdos.

- No estoy segura Luna.

- Entiendo – Respondió la princesa de la noche, en vista de los sentimientos que sy hermana inútilmente trataba de ocultar.

Los ponis terrestres comenzaban a subir por los diferentes caminos empinados que parecían haberse formado por el paso del tiempo, la erosión y el crecimiento de distintas plantas. Si bien los ponis terrestres podían tener desventajas al no poder volar o al no tener control de la magia, podían ser unos expertos en las artes físicas, científicas e incluso artísticas, su mundo no se veía para nada dramático por la ausencia de dichas virtudes y desde que Luna tenía memoria, eso les

Impulsaba a superarse a sí mismos.

Mientras los ponis ascendían por la montaña, dejaban pequeños grupos con armas y medicinas en el camino, instituían así puntos de reabastecimiento, por lo visto su plan era vencer a las fuerzas dentro de la montaña mediante desgaste, hecho que parecía cosa de locos, pero tenía sentido debido al estado de dichas tropas.

- Capitán, los primeros exploradores que han llegado a la cima nos informan de un acceso único que parece estar… deshabitado. Hay señales de una fogata y de una especie de cama, pero no existen señales de haber un ejército dentro.

- Es porque ustedes no ven las cosas como ese monstruo. Créame teniente, esa criatura parece ser estúpida, pero el error de los pegasos y los unicornios es haberla subestimado, nosotros no haremos lo mismo, es por eso que somos un contingente de gran número.

- Sí señor. ¿Tiene un mensaje que enviar a los capitanes Sharp, Looter, Harsh, Heavy y Delta? Le recuerdo que ellos desean coordinar el ataque por última vez.

- Ya se los dije en Green Field, el plan es relativamente sencillo y tendremos una cantidad reducidísima de bajas. Diles que es cuestión de seguir el plan nada más.

- A la orden señor – Dijo el poni con pelo excesivo en las patas.

Un papel se apareció frente a Luna.

"División de grupos de los ponis terrestres:

División C1 (capitán Harsh) infantería designada para un enfrentamiento directo con las tropas fuera de la montaña.

División C2 (Coronel Heavy) infantería pesada, designada para lucha de desgaste y resistencia en conflictos prolongados

División A (Coronel Looter) grupo especialista en infiltración, sabotaje e incursiones de alto riesgo, función principal, ingresar a la montaña junto con el grupo F"

División F (Teniente cuarto Sharp) Equipo especialista en el uso de fuego y arsenal sofisticado, designados para la utilización de fuego y elementos explosivos para sacar obligar a los internos a salir.

División T (General Delta) Equipo multidisciplinario de élite, su función principal es de brindar apoyo a cualquiera de los otros grupos en el campo de guerra, está íntimamente ligado con el grupo S.

División S (General Aider) Especialistas en logística, brindan apoyo de combate, así como de abastecimiento y auxilio.

División D (Teniente coronel Crushing Weight ) Proteger los puntos de control de la división S mediante el uso de artillería, de la misma forma, apoyar a las distintas divisiones cuando se hallen fuera de la montaña en batalla."

En poco más de una década, los pegasos poseían un sistema bélico que casi podría igualar al que Equestria poseía en la actualidad, su tecnología ya lo hacía, su organización era un poco tosca, pero ya tenía las cualidades de ser efectiva en el campo. Pero contra Discord, las dudas se hacían mucho más grandes.


Aquí finaliza la producción de esta semana, ahora a romperme el coco para imaginar la siguiente parte del fic; por cierto, ya pude ver Equestria Girls Friendship Games y estoy contentísimo, porque de tres cosas esenciales que debía poseer para que pudiera hacer un fic a base de ellos, le acerté a dos y eso es más que suficiente. Por cierto si alguien sabe cómo realizar dibujos parecidos a los que aparecen en MLP, me encantaría que me pasase el dato; este fic lleva 45 capítulos sin portada y deseo iniciar mi próximo fic con una portada que advierta el contenido del mismo. Pero de momento solo les diré que será un fic jalado de los pelos.

Next Chapter: El asentamiento del caos, 2 Estimated time remaining: 0 Minutes
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