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Discord

by Filomental

Chapter 44: La pesadilla: el descenso del caos 7

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Haaaaaa, debo advertirles que si esperaban la clásica batalla maestro, estudiante, tienen que esperar un poco más, es que estos días, la hora diaria que dedico a escribir fics, se ha visto asediada por una preocupación constante; la película Equestri Girls: Friendship Games, así que si sienten unos cuantos párrafos torpes, no les presten tanta atención.


Finalmente, un rayo de esperanza aparecía en medio de todo el caos que Discord había infundado en Equestria, tanto Celestia como Luna observaban entusiasmadas el gran control que su maestro tenía contra la magia caótica de Discord, era evidente que debía usar grandes cantidades de dicha magia para anular los conjuros caóticos, ambas ya habían combatido contra esa magia, por lo tanto sabían muy bien a lo que se enfrentaba. La magia de Discord era tan difícil de disipar que no solamente hacía falta grandes cantidades de energía, sino saber cómo y cuándo aplicarlas; a juzgar por los movimientos violentos de la capa de Star Swirl, este se hallaba en control pleno de la energía que utilizaba para disipar el caos.

La magia presente en los gigantescos tallos que habían producido las criaturas comenzaba a ser revertida, asimismo, las creaciones de Discord se descomponían, los gigantescos tallos se convertían en varias hojas secas y pétalos de distintos colores que bajaban con completa tranquilidad hasta tocar las calles, las terrazas e incluso las fuentes de la ciudad capital de Equestria; aquel espectáculo bien podría haber fascinado a cualquier poni, pero en ese preciso momento solamente lograban mostrar un ambiente caótico.

De pronto, las imágenes cambiaron abruptamente para mostrar el interior de la torre, Discord se hallaba sonriente en su trono que ahora era igual al que siempre utilizaba. Gold Mane a pocos metros no podía comprender la presencia de Star Swirl, al parecer, había sacado a todos sus guerreros y hechiceros del lugar, incluidos los pegasos. Pero ¿Cómo sabía de la guerra? Se supone que estaba muerto ¿Sería el mismo Discord? En pocos segundo varias preguntas se generaban y se descartaban, el interior de Canterlot se hallaba vacía y los ciudadanos que se encontraban con vida estaban resguardados tras las puertas de la fortaleza, afortunadamente el susodicho señor del caos se ausentó durante la evacuación.

Pero lejos de aquellos pequeños hechos que no constituían victoria alguna, Gold Mane se sentía traicionado, débil… en pocas palabras, derrotado; tenía un ejército del que no quedaba ya nada, tenía poder que se esfumó como el humo. Entonces pudo apreciar el fondo de su debilidad, pues al final todos los ponis habían construido el reino, menos él, ante la inmensidad creadora y progresiva de los ponis; él ocupaba el lugar más insignificante, porque no combatía las guerras, no labraba los campos ni construía las edificaciones. Podía ver toda la ciudad mientras aquella vegetación caía como nieve en toda la ciudad. En el gran designio de la vida, creyó haber estado en la cúspide, creyó haber tenido todo el poder, ser intocable, inexpugnable, incuestionable; pero ahora, ahora que ni siquiera podía entablar combate contra la criatura de ojos rojos, sentía como todas esas creencias eran rebatidas con total facilidad.

- Por lo visto ya los estás entendiendo – Dijo el Draconequus complacido de la expresión que el rostro del Rey presentaba, era mucho más exquisito que cualquier otro placer.

Ver el orden cuestionado, destruido, alimentaba el trabajo insólito, casi irracional que Discord realizaba, sus ojos se deleitaban con aquel pequeño vals dodecafónico, la falta de explicaciones, la destrucción de aquel orden al cual los unicornios y los pegasos habían creído y aceptado, aquel por el cual habían muerto. Aquella victoria que empezaba a consolidarse con el avance de sus tropas hasta la ciudad, por medio del camino que se levantaba desde las faldas de la montaña en espiral, para llegar finalmente a la ciudad, era entendida por Discord no solamente como un triunfo militar, sino más bien como el cuestionamiento y la ruptura de la forma de vida del reino. Con aquella sonrisa cínica con expresiones completamente incompatibles con lo que sucedía fueron vistas ahora con horror.

Gold Mane comenzó a galopar en busca de una salida de aquel suplicio en el cual se encontraba, percatarse de todo ello era lo más cerca que podía estar de la muerte, no deseaba saberlo, añoraba poder escapar de ese estado al que se vía apresado. Lo detestaba.

- Gold Mane, ni siquiera te he explicado lo que puedes hacer – Advirtió Discord poco antes de aparecerse frente al Rey.

El unicornio gobernante bajaba las escaleras de forma rápida, aquella cobardía, aquel deseo de escapar de la realidad a la que Discord lo sometió lentamente lo consumían por dentro, en segundos su espíritu se veía contaminado por una verdad tan triste como momentánea, sin sus súbditos, no era absolutamente nada, ni podía hacer absolutamente nada.

- Mi querido Rey, usted sabe que no existe escape alguno – Discord volaba a pocos metros por encima de las escaleras, su voz se hallaba entre la burla y la seriedad, desde luego, abusaba del doble sentido para confundir a su enemigo.

Mientras la lluvia de materia vegetal continuaba, el cielo comenzaba a tornarse anaranjado, un atardecer repentino constataba del control que Discord comenzaba a tomar del día y la noche; pero en lugar de bajar el sol por completo, lo dejaba en su lugar. Creando así un escenario tan pacífico que Gold Mane comenzaba a perder la cabeza; no había gritos, no había sonidos de guerra ni mucho menos existían señales de que se hubiese dado una; dentro de Canterlot, todo parecía marchar con completa tranquilidad, era como si el mundo no necesitase del Rey.

- Mi querido Rey, nunca escuchaste cual sería mi recompensa por ganar – Prosiguió el señor del caos con completa tranquilidad.

Los diferentes cuerpos de las bestias-planta comenzaban a desintegrarse, convirtiéndose en un líquido cafezino, del cual brotaban algunos retoños de distintas plantas con una rapidez sorprendente, aquellos residuos eran mucho más fértiles que la tierra de Equestria; lejos de aquel espectáculo que obviamente Discord quería que visen, las princesas exploraban lo poco que podían explorar. Las fuerzas de Discord comenzaban a llegar o al menos parte de ellas, los guerreros – esclavos que ingresaban a la ciudad lo hacían con completa calma, pero eran chacales y escarabajos, los vulcanos o los pocos Karis no se presentaban en aquella marcha triunfal que hacían.

Desde el aire las princesas pudieron notar como Star Swirl utilizaba su magia para contrarrestar el caos ¿Por qué no trataba de ayudar a Gold Mane? Era alguien que se merecía el peor de los tratos, pero aun así Celestia sentía que nadie merecía semejante tortura, sabía muy bien que Star Swirl también lo pensaba. Muy probablemente no sabía lo que Discord hacia a cientos de metros de distancia.

Las imágenes nuevamente cambiaron, esta vez para acercar a ambas princesas en vuelo hasta la locación del ejército vencedor.

- Tenemos menos de media hora para tomar todo lo que tenga valor en esta ciudad; ¿Quiénes irán a la biblioteca central conmigo? – Preguntó Buglar mientras se separaba de grupo para tomar la iniciativa.

- Yo quiero ir a la academia de magia – Sostuvo Sekub mientras guardaba su Kopesh y sacaba a relucir un saco de papas.

"Todo lo que tenga valor" eran palabras con un significado demasiado ambiguo cuando Discord las mencionaba, la ciudad tenía adornos de oro, plata y joyas por todas partes, al adornar la ciudad, también se hallaban a la disposición del saqueo de cualquier ejército invasor que lograse superar a los unicornios; pero en ese momento los guerreros se preocupaban por saquear las bibliotecas y los establecimientos de enseñanza. Definitivamente eso era algo tan inaudito como escuchar a un gato ladrar.

Las princesas se vieron forzadas a seguir de cerca a los diferentes guerreros; al poco tiempo de hacerlo, se hallaron cerca del mirador donde Star Swirl se encontraba anulando la magia caótica, sin embargo, todo rastro de su presencia se hallaba ya borrado. Sin prestar más atención al hecho, las princesas continuaron con su galope a través de las calles de Canterlot, escuchando el sonido de las hojas secas resquebrajarse con el paso de las diferentes fuerzas, el líquido cafezino se convertía en tierra y las plantas comenzaban a extenderse por murallas, casas enteras, en menos de diez minutos, existían enredaderas que cubrían toda una casa o manzanos maduros, incluso unos bananos y cocoteros se alzaban vigorosos en medio de la ciudad, sus raíces penetraban la gruesa capa del fino empedrado de las calles, destrozándolo y haciéndose un lugar para continuar con su crecimiento tan acelerado. La ciudad completa tenía un cambio abrupto, donde las construcciones se enfrentaban a toda una estructura viviente, que emergía de los restos de criaturas imposibles, definitivamente, era un escenario tan increíble como perturbador. Ninguna guerra podría producir semejantes resultado, ningún acto de violencia o terror podía dar como resultado vida. De alguna forma Discord había hallado la forma de romper con esa ley.

La biblioteca central de Equestria era del tamaño de un castillo diminuto, las gigantes puertas de roble fueron fácilmente forzadas por las patas de cientos de escarabajos hércules que sin problemas pudieron encargarse del trabajo, al ingresar, una centena de chacales ingresaron de forma sincronizada, estantes completos eran vaciados otros muchos eran transportados por los escarabajos, cuya fuerza en conjunto les permitía cargar con todo el peso sin mucha dificultad, miles de miles de libros eran extraídos con completa eficiencia, algunos chacales llevaban dos sacos de papas para cargar la mayor cantidad de libros que podían, sin embargo, toda aquella vasta colección de conocimientos no podía ser saqueada con tanta facilidad. Pese a que no tenía ningún guardia ni nada por el estilo, la colección de escritos era tan variada, tan numerosa que los asaltantes apenas podían llevarse una cantidad mesurada de su contenido.

Unos bustos de reconocidas intelectualidades se hallaban dentro y pese a tener incrustaciones de gemas o inscripciones sobre tablillas de oro eran ignoradas por completo.

-Sekub, no alcanzamos para vaciarla, llama al resto para sacar absolutamente todo.

Un chacal salió de inmediato con un saco lleno de libros cargado en su espalda, el tiempo era crítico y debían sacar todo lo que podían antes de que se acabase; nadie tenía la menor idea de qué pasar, pero no era la mejor de las ideas quedarse a averiguar, pues el amo ya había demostrado ser un completo demente así como un genio, desafiar sus órdenes o sugerencias era un completo error, error que habían aprendido a no cometer.

- Claro, Buglar, tú y tu equipo saquen los estantes que llevan la marca del búho, algo me dice que esos son más valiosos que el resto.

- Esta bien – Respondió el escarabajo hércules.

No muy lejos del lugar, las instituciones de enseñanza mágica eran asaltadas con una rapiña más voraz, pues no se respetaban ni artefactos ni libros ni materiales de investigación, absolutamente todo, incluso sacos de materiales simples como sal, tiza o granito, para novicios en la magia negra, eran desojados de las instalaciones. A pocos kilómetros del lugar, escuelas, institutos, incluso algunas casas eran asaltadas con el mismo objetivo común: robar libros o fuentes de conocimiento análogas ¿Por qué lo hacían? Esa era otra cuestión.

Regresando a las afueras de la torre, dentro del castillo de Canterlot que difería bastante del Castillo de las princesas, una figura yacía completamente sin vida, sin voluntad, su respiración entrecortada era clara evidencia de su estado emocional y mental, estaba perdido; cuando las princesas fueron reenviadas al lugar; pudieron ver la mirada perdida del Rey ¿Estaría aceptando su inevitable fin o acaso su deseo de poder y la falta de este último le habían hecho perder la cabeza?

- Mi querido Rey…

- Deja de llamarme así – Interrumpió el ex gobernante mientras recuperaba la compostura, pesando nuevamente la tierra que había gobernado durante más de tres décadas; toda una vida no lograba prepararlo para un final similar al que tenía en esos instantes. Sin embargo, también sentía una tristeza leve por sus súbditos y aunque le costaba aceptarlo… también se preocupaba por su hija.

- Goldi, hoy vine aquí a realizar un experimento completamente alocado y de interés común a cualquiera que le interese el tema; hoy comprobaré que no existen los corazones completamente malos ni los corazones completamente buenos, todo depende del momento mi amigo y por eso te daré la posibilidad de darle utilidad a tu vida… - Aclaró el señor del caos levantando su garra de león para señalar un lugar en el espacio cercano a él, pero no había nada.

- Ejem… dije te daré la posibilidad de darle utilidad a tu vida – Repitió el Draconequus algo enfurecido por la falta de puntualidad; pero en esta segunda oportunidad pasó lo que tenía que pasar: una figura se apareció mediante una transportación en el lugar.

Argos yacía de pie, en su mano sostenía el cuerpo de una poni que luchaba por zafarse, pero que no podía ya que la mano del guardián apretujaba su melena en el aire, provocando que esta se moviera con mayor desesperación. A contraluz la figura tenía un aspecto deplorable, pero aun así, tanto las princesas como el Rey pudieron percatarse de quien se trataba.

- Desgraciado, ¡Canalla! Suelta a mi hija – Gritó enfurecido Gold Mane poco antes de levantarse e ir a la carga contra el guardián.

Sin presentar dificultad alguna, la mitrita que rodeaba el cuerpo de la fornida figura se transformó en una espada sin filo, con la parte plana de la hoja, Argos golpeó al unicornio y lo apartó varios metros atrás; este último se percató de la fuerza que el extraño ser poseía.

- Le presento a Argos, él es uno de los mejores guardianes que se pueden conseguir hoy en día y créame que he buscado… en fin – Dijo el de ojos rojos mientras se aclaraba la garganta y chasqueaba los dedos para materializar una copa de oro con una leche con chocolate dentro, pero esta poseía un olor repugnante, se parecía al olor de la cloacas.

Mientras el recipiente flotaba en dirección al viejo Rey, este no dejaba de observar a su hija que aparentemente estaba amordazada, todavía no entendía qué quería hacer Discord exactamente.

-Te daré dos opciones, el contenido de esta copa es un veneno mágico, cuando lo tomes tu cuerpo comenzará a descomponerse…

- Si lo tomo entonces mi hija quedará libre de un destino trágico, sí, conozco ese trato, pero nunca creí que me harían uno.

Discord observaba complacido las expresiones del viejo Rey, quizás si hubiese tenido un corazón lo suficientemente comprensivo, blando o si hubiese tenido un corazón con el cual sentir odio o amor, las cosas hubiesen sido diferentes, quizás no andaría con rodeos tan absurdos como aquellos, sin embargo dudaba mucho de dejarlos atrás, porque mostraban el lado más obscuro de quienquiera que fuese, aquel pequeño pedazo que ocultaban toda la vida. A fin de cuentas, forzaba a sacar todo ello en unos cortos instantes.

- Exactamente Goldi; pero la segunda opción te parecerá más atractiva, de hecho no sé ni por qué me molesto si es evidente que la vas a tomar. Así que Argos, encárgate de la poni.

La espada ahora adquiría un filo y una punta que fácilmente podrían atravesar el acero, prosiguiendo, el gran brazo del guardián levantó en lo alto a la princesa Platino, mientras esta se movía de forma salvaje, arrancándose mechones de su melena y emitiendo quejidos audibles para el rey, quien en completa desesperación trató de levantarse para saltar al ataque, sin embargo, esta vez fue contenido por unas cadenas que lo sujetaban fuertemente al piso.

- ¡Espera! Dime cuál es esa otra opción – La expresión del señor del caos cambió, ahora mostraba su alegría por saber cómo terminaría aquella historia.

- La otra opción… Tú quedas en total libertad, retiro a mi ejército y te doy mi promesa de no atacarte nuevamente y si sabes negociar, hasta te puedo ayudar con la conquista de Green Field, pero eso sí, el cuerpo de la princesa Platino debe pasar por un tratamiento de espada, cortesía de mi buen guardián – Las condiciones de Discord sonaban completamente alocadas, mas su expresión que ocultaba una felicidad tan demencial como contagiosa, lograban confundir al Gobernante de Equestria.

Su hija, a cambio de un poder inconmensurable, había visto de primera mano la capacidad del Draconequus y había presenciado el horror que llevaba consigo; pero el precio, era tan elevado que simplemente no podía pagarlo, nunca se lo perdonaría.

- Tomo la primera opción – Dijo finalmente el gran Rey.

- Hemos comprobado que un corazón sincero se puede hallar hasta en el lugar más podrido – Exclamó algo emocionado el señor del caos.

La copa se posicionó frente a Gold Mane, quien tuvo que tomar el contenido sin repensar las cosas.

- Argos, hazme el favor de soltar el cuerpo de la princesa Platino.

El veneno comenzaba a surtir efecto; pero la expresión del Rey cambió inmediatamente para ver con todo su odio al Draconequus, que se entretenía con los pétalos que caían lenta y pacíficamente.

- Tu…

- Yo te dije que Argos cortaría el cuerpo de tu hija, nunca dije que estaba viva; además, para que lo sepas y porque me encanta ver esa expresión en tus ojos, tú fuiste quien la mato… mandé a mi guardián a sacar a tu hija de aquella torre estilo cuento de hadas y halló su cuerpo sin vida junto a una infusión mortal, quizás si no la hubiese encerrado y si hubieses aceptado el cambio, ella seguiría con vida.

- Al menos tengo… agggg… tengo el gusto de saber que… ese Rey bastardo te eliminará. Dijo entre lágrimas los unicornios mientras sufría el doloroso efecto del veneno.

- Por cierto ¿A que no adivinas quiénes son los padres del Rey bastardo? – Pregunto de repente el señor del caos – Bueno, te daré una pista, perseguiste a su madre durante un año y más.

Poco antes de que su cuerpo se fragmentara en varios pedazos y cual cristal se rompiera, para después desaparecer, las lágrimas y la ira del viejo rey trataban de observar a los ojos del señor del caos que se contentaba con la función. El drama vivido durante esos minutos había suscitado el fin de Canterlot, con ello, el fin de los pegasos y unicornios. Pero sin quedarse atrás, el señor del caos sacó un reloj de arena y al no observar todo el interior con arena, chasqueó los dedos.

- ¡Se acabó el tiempo! Gritó, en ese instante tanto él como Argos, así como los guerreros esclavos se transportaron del lugar.

Pero el recuerdo del lugar continuó, ahora existía un gran número de vigías planta que circulaban alrededor de todo Canterlot, mostrando los efectos de la magia caótica que, al parecer, Discord había liberado poco antes de salir del lugar.

Las diferentes plantas cambiaban de forma, algunas se convertían en mesas, otras en paletas, algunas en algodón de azúcar, lluvia de chocolate se pronunciaba por toda la capital, las paredes de las construcciones se derretían, se convertían en papel que cedía fácilmente bajo la presión de la construcción y posteriormente esta se venía abajo a causa de ello, llamas de todos los colores inundaban las calles, quemando piedra metal y agua, literalmente, como si de papel se tratase, los diferentes materiales se chamuscaban, incluso el agua se tornaba negra, para después desaparecer convertida en humo negro; casas se elevaban desde los cimientos hasta lo más alto, para caer en pocos minutos cual potente proyectil, los tejados se elevaban, incluso cuando los gruesos clavos que los sujetaban a la estructura se hallaban firmemente fijados, pues un tornado cruzaba las calles de Canterlot; varias burbujas de tiempo se creaban al azar en distintos puntos y de distintos tamaños, aceleraban el tiempo o retrocedían de forma increíblemente acelerada; convirtiendo así las paredes en granito, en sus elementos constitutivos.

El tornado comenzaba a perder fuerza, liberando todos sus objetos de forma brutal, varias formas de vida se creaban en el suelo fértil, pero perecían en poco tiempo; en medio de todo aquel caos se hallaban Celestia y Luna, presenciando un horror inimaginable, si bien conocían las estratagemas y las jugadas sucias del Draconequus jamás habían presenciado aquel tipo de caos, era por decirlo así, más desesperante, en cambio, el caos que hacía cuando se enfrentaron a él, a comparación, era más inocente, aunque no dejaba de ser caos. La torre de Gold Mane caía debido a la debilitación de sus cimientos, así como las paredes de su castillo, la lluvia de chocolate cubría todo el lugar, algunos rayos eran liberados, pero estos al tener contacto con la materia, lograban cortarla en varios trozos.

Con el tiempo, la ciudad comenzaba a perderse cada vez más, adoptando formas más simples, hasta llegar a convertirse en sus formas primarias; si existía una espada, se derretía hasta volverse en sus metales componentes y después estos fluían hacia dentro de la montaña, las rocas cortadas que caían al piso se volvían a fusionar con la ladera de la montaña, ropa, tejidos, azúcar y demás alimentos o bien se quemaban o bien desparecían en la tierra, que, literalmente se los tragaba.

En menos de diez minutos, todo Canterlot era convertido en cosas cada vez más simples que se devolvían a su lugar de origen; Celestia y Luna observaban sorprendidas aquel caos tan… único. Se estaba borrando todo rastro de existencia de Canterlot, toda posible prueba de lo ocurrido se limpiaba, incluso los cuerpos que yacían a las faldas de la montaña, se convertían en la misma substancia cafezina que emitieron los cuerpos de las plantas – bestia, regresando así a fertilizar el suelo orgánico.

¿Devolver las cosas a su lugar de origen? ¿Qué de caótico tenía todo aquello? Pensó de repente Luna, simplemente no tenía sentido todo aquel caos "organizado" que el Draconequus hacía. De hecho, a Discord jamás se le habría ocurrido realizar semejante acto de magia. No tenía razones suficientes para hacer lo que estaba haciendo, la guerra, el miedo…

- ¿Crees que esto sea verdad? – Preguntó Celestia, desde hace tiempo atrás ya habían dejado de pensar en la veracidad o la falsedad de los relatos del señor del caos que no pasaban de ser historias entretenidas y que parecían ser una forma de justificación de su pasado. Pero ahora, sin planeamiento, sin recorte de momentos clave, él les mostraba recuerdos que parecían tan reales, tan verídicos que a duras penas podían pensar lo contrario.

Luna bajó la cabeza antes de responder.

- No lo sé hermana; pero si Discord hizo todo esto… entonces tiene que.

Celestia no necesitó más palabras, esta no era una broma que el de ojos rojos estuviese realizando, no era un juego, eran sus recuerdos; pero aun así, qué le aseguraba saber que él no los estaba alterando, que sus actos no fueron más horribles… nada.

Nuevamente las imágenes comenzaron a cambiar, esta vez, para llevar a las princesas al cielo, flotaban en el aire mientras trataban de ubicarse. En poco tiempo pudieron apreciar la ciudad de Canterlot en el sudeste; sin perder más tiempo, ambas pudieron percatarse de su lugar exacto: se hallaban en la mitad de la ruta aérea entre Cloudsdale y Canterlot; no pasó mucho tiempo hasta que ambas pudieran ver una figura asomarse entre las nubes, logrando que varias se disolvieran. El enorme tamaño de la criatura daba clara evidencia de quien se trataba.

Solamente tuvieron que esperar unos segundos para poder al gigantesco y aterrador híbrido pasar volando sobre las montañas acercándose a gran velocidad a la ciudad de los pegasos, en ese momento, Luna pudo pensar en el pasado de dicha criatura, seguramente todos desconocían el hecho de que Iniar no fue más grande que un casco al nacer y ahora era tan grande como una montaña. Semejante poder parecía no tener un antagonista en esa historia, de hecho, incluso ella dudaba de sus capacidades frente a tal criatura; mas, recordar a Star Swirl mientras le lanzaba una descarga de magia, le hizo percatarse de que la criatura parecía invencible, pero no lo era.

Debido a la poca cantidad de soldados en Cloudsdale, los pegasos tuvieron que dejar los primeros puestos de vigilancia, para reforzar la guardia en las cercanías de su ciudad cuartel; los primeros escuadrones perecieron fácilmente ante el fuego apocalíptico del híbrido, que ni tiempo les dio para reaccionar, la operación debía ser lo más eficiente posible, el coloso pasó sin emitir mucho ruido a través de una conveniente espesura de estratocúmulos, la cantidad de soldados debía ser inferior a los mil, pero de igual forma, se tomaría el tiempo necesario para dirigirse directamente a la ciudad, pues sus órdenes eran destruir Cloudsdale, no eliminar a los pegasos.

Una cantidad inmensa de fuego gélido fue disparado directamente sobre la ciudad, congelando primeramente su exterior nuboso, para después proseguir con el centro y lugares más alejados, de la ciudad se desprendían bloques completos de hielo que caían abajo en la medida en que el híbrido continuaba con la ráfaga de su fuego mágico y casi único.

Los guardias no tardaron en salir de la ciudad a enfrentarse con el agresor, pero hizo falta solamente un poco del fuego gélido para detener a todo un escuadrón, el resto de todo el reducido ejército se movía por debajo del híbrido, reuniendo espadas suficientes para ingresar en un ataque sincronizado, que esperaban fuese lo suficientemente efectivo como para eliminar la amenaza que representaba el gigantesco ser.

Iniar no tardó en comprender la estratagema de los pegasos, pero prosiguió con el flujo de su fuego, debía terminar con la ciudad, enfrentar a los pegasos era algo opcional y de momento, prefería no hacerlo, pues le encantaba vencer a sus presas cuando se hallaban al máximo de sus capacidades.

El vuelo del híbrido era tan veloz como el mejor as del vuelo de la academia de Cloudsdale, si a eso le sumamos la prefecta sincronía que el flujo de su fuego tenía con la dirección de su cabeza, tenemos un arma móvil que sin problemas, terminaba con sectores completos de Cloudsdale mientas se movía por las cercanías aéreas de la ciudad, sus coletazos bastaban para abatir a sus perseguidores más audaces, que caían cual moscas.

A diferencia de Canterlot, Cloudsdale oponía una resistencia más o menos férrea ante el intento del híbrido por destruirla, pues su tamaño, así como la cantidad de guardias que iban tras del híbrido evitaban que sus ataques fuesen fluidos, incluso su movimiento se veía clonflictuado por maniobras de ataque a los guardias de la ciudad.

- Largo de aquí insectos, hoy no ansío comer carne de poni – Rugió Iniar poco antes de cerrar sus ojos de hielo para abrir sus ojos de fuego

Sin embargo, el carácter férreo de los pegasos les obligaba a continuar con la campaña que de por sí ya era una completa locura, tomando sus espadas con la boca, se dividían en grupos para abordar a la criatura en el aire, al alcanzarla, trataban de clavar sus espadas en su carne, pero como un dragón, sus escamas eran gruesas y duras, difícilmente se podía lograr traspasar aquella armadura y su alguno de los pegasos lograba hacerlo, era equivalente a hacerle un pinchazo, ni siquiera lograban perforar toda la carne como para representar un peligro grande, ya que ni siquiera salía sangre de las distintas incisiones que se pudieron realizar. Pero ese simple acto logró enfurecer al híbrido, quien se dio media vuelta para dejarse caer mientras expulsaba una llamarada que sin impedimento alguno pudo alcanzar y chamuscar a casi todos sus perseguidores. Aquella pequeña batalla precedió al acto principal que Discord quería mostrar: la destrucción de Cloudsdale.

El fuego gélido del híbrido terminaba con su trabajo en cuestión de minutos, logrando desprender fragmentos cada vez más grandes, hasta que por fin, Cloudsdale perdía los últimos trozos de nube que la constituían, para después caer varios kilómetros abajo y quebrarse en la tierra.

Finalmente, las imágenes cambiaron para mostrar el interior de la montaña donde Discord se hallaba originalmente, el tamaño era inmenso, tan grande que las fuerzas del caos podían entrar dentro cómodamente.

- Buen trabajo muchachos, ahora solo nos queda Green Field y las colonias, bueno, tomaran las colonias dentro de unas semanas, por ahora concéntrense en descansar, visitar a sus camaradas queridos y desde luego, los que se encuentren en el equipo médico, deben trabajar en los nuevos pacientes – Aclaró el señor del caos mientras señalaba el techo – mmm… siento que se me olvida algo… ah sí, dejen todos los libros en el piso, incluso si tienen estantes completos, aquí me encargaré de desorganizarlos todos.

Ambas princesas vieron el techo lleno de estalagmitas sobre sus cabezas, allá arriba se encontraban diferentes burbujas de tiempo y de contención, dentro de hallaban los diferentes presos de guerra, heridos rescatados e incluso ciudadanos de Canterlot.

- Debo recordar una vez más, el trabajo primordial, incluso antes de ponerse a curar a los heridos, es cortar los cuernos de los unicornios, después las alas de los pegasos. Bueno, espero que tengan un buen día, nos vemos para la cena; un chasquido fue suficiente para realizar una traslación en masa de todas las tropas a la isla donde se habían mantenido los últimos meses.

El Draconequus se limitó a sentarse en el piso mientras una gema flotaba en el centro de la instalación, esta salía de una especie de círculo llena de aros que giraban a su alrededor, para presentarse frente a Discord.

- He oído que les sirvió las opciones que les enseñé a preparar – Una voz emitida desde una caracola del tamaño de un poni retumbaba entre las diferentes paredes.

- Desde luego que sí Andreia, claro que les sirvió – Le respondió el Draconequus.

- Entonces, estamos más cerca de lograr el objetivo – Exclamó la misma voz que pese a su tono brusco y lleno de ronquidos, era reconocible.

Aquella voz era la de la pequeña que se había quedado en la pila de basura en los laboratorios, Ambas princesas no pudieron comprender bien cuál era la razón por la cual el Draconequus había metido su consciencia dentro de aquella gema de la vida. Pero ahora, aquella voz con cierta emotividad, pero que al mismo tiempo era tan fría, tan inequina, que simplemente era poco grato escucharla, sobre todo porque conocían lo que alguna vez había sido dicha conciencia dentro de la gema.

- Discord, dime ¿cómo piensas ganar esta guerra que paree tan perdida?

- No lo sé – Fue la única respuesta que el Draconequus pudo dar antes de ir a revisar los libros que sus guerreros esclavos habían reunido, tenía un par de cosas que pensar antes de hacer cualquier otra movida arriesgada.


Bien, bien, eso es todo lo que tengo para esta semana, los espero la próxima.

Psdt: Espero que ya salga la versión doblada al castellano de Friendship Games, tengo un fic que ya está en producción, pero necesito ver esa película para estar más seguro del fic, por cierto, este es un Spoiler XD

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