Discord
Chapter 37: La pesadilla: el prólogo del caos, 3
Previous Chapter Next ChapterEl señor del caos miraba complacido los rostros de lo que había logrado reunir durante sus viajes por el tiempo, ahora su madurez, al menos corporal, estaba completada, tenía la estatura, la barba, incluso las cejas blancas; las princesas apreciaban los cambios casi finales que su cuerpo presentaba a la fecha, el Draconequus comenzó a pasearse por la isla.
- Tráiganlos, ordenó el ya maduro Discord, mientras extendía uno de los pergaminos que recibió del demonio.
"Maleficio de resurrección
Para comenzar, resucitar a un muerto tal cual fue en vida es imposible; aun con la magia de los demonios, no se puede recobrar al ser muerto, cuando se muere, la conciencia se pierde para siempre, lo que es, sus memorias, al menos las no instintivas se pierden; es por ello que este hechizo es considerado como un maleficio. Usualmente se usa para revivir cadáveres de los enemigos en el campo de batalla, tiene un efecto más emotivo que físico, pues por alguna razón a los guerreros les cuesta combatir con el cadáver de sus camaradas. El cuerpo que se revive mediante este maleficio recupera la mayor cantidad de sus funciones, sus tejidos, incluso su cerebro se reconstruyen, aunque este último se hace tan precario que no es capaz de razonar, solamente regula su cuerpo, cumple funciones motoras y análogas.
El maleficio requiere de magia negra, la energía positiva es insuficiente para realizar el hechizo, en lugar de revivir, termina por degradar el cadáver. No es recomendable usarlo en cuerpos cuyo estado de putrefacción es completo. Si es que la criatura a revivir tuvo la capacidad de controlar magia de una forma u otra, la recuperara, no obstante, para que controle magia, será necesario que el conjurador tenga el control sobre el revivido.
Nota: Para controlar a los revividos, es necesario usar el hechizo del vigía en primera instancia, luego se debe realizar una vinculación mágica; este control solo sirve para los revividos, no es un control mental".
Después de los párrafos aclaratorios, un montón de palabras se encontraban escritas de forma distinta, el maleficio; sin embargo, el señor del caos no las leyó, se sentó a examinar los cuerpos que habían traído junto con su equipo, los diez esqueletos dentro de diversos bloques de cristal chamuscado, se asemejaba al esqueleto de un ave, huesos huecos, delgados; tenía una columna vertebral bastante gruesa, algunas muescas de sus plumas se podían ver, pero lo extraño era que parecía tener una cola articulada por varios huesos que, a diferencia de la mayor parte de aves, tenía el largo de la caja torácica del ave.
- Eso es… Buglar comenzaba a tartamudear al reconocer el esqueleto de la criatura que Discord observaba.
- ¿Sabes lo qué es?
- Sí, creo que es un Kundor Kari, nuestro anterior amo una vez dijo que eran criaturas que no pertenecían a estas tierras.
- Y estaba en lo correcto, son de un continente lejano, inundado en lava. Pero ¿sabes lo que hacen? Cuestionó el señor del caos mientras levantaba la ceja, provocando un susto en su interlocutor.
- Dijo que eran criaturas difíciles de comprender, el demonio que trató de conquistarlas fue derrotado. En su tiempo, ellos elevaban el sol. Pero también mencionó que su forma de vivir era diferente.
La información era difusa, pero era algo. Discord sabía que esas cosas tenían un poder inmenso, rastrearlos en el tiempo era una mala idea y más por el hecho de que pudieron contra un demonio. La fascinante cabeza de la criatura mantenía tanto a las princesas como al reciente señor del caos en un deseo por ver el potencial de dichas aves. Un chasquido liberó a los cadáveres de su prismática prisión. Ahora el señor del caos no solamente rompía las reglas, sino que enfrentaba a la mismísima muerte. Un chasquido dio inicio a su magia caótica, los huesos se levantaban por sí mismos, los tejidos comenzaban a reconstruirse; nuevamente, sin saber cómo, Discord podía apreciar cierta… dirección en su magia, era como si realizase lo menos esperado, pero haciendo más de lo que se esperaba, su poder era incontrolable, pero por alguna razón seguía cierto deseo que él tenía, aunque no siguiendo un hechizo en particular hasta cierto punto, se podría decir que era el caos de su mente, vuelto realidad.
Las plumas comenzaban a reconstruirse, envolviendo su cuerpo, el poco tejido muscular a que las extrañas aves recuperaban se iban pegando a los huesos, mientras crecía fibra por fibra. Varios movimientos involuntarios comenzaban a suscitarse, espantando a Buglar e Iniar, el pico se reconstruía, tenía la cabeza semejante a la de un cóndor, con un pico afilado y estrecho, por lo cual sus ojos tenían una visión binocular; pero se encontraban incompletos: sus plumas se reconstruían de forma lenta. Entonces, a varios de los esqueletos se les comenzó a reconstruir dos extremidades, con garras similares a las de un águila, pero tenían la piel gris; las cuencas de sus ojos aun no daban rastro de tener órgano de visión alguno. Su cráneo era más grande que el de un fénix pero su cuerpo era casi del mismo tamaño, aunque con diferencias esenciales; pues este animal parecía no tener vísceras, no tenía estómago o molleja, cuando sus plumas terminaron de reconstruirse, las princesas se sorprendieron al ver que la criatura no tenía ojos. Poseía dos patas con algo parecido al pulgar de los minotauros, una envergadura superior a la de los fénix y muchas aves, así como una cola parecida a la de las serpientes, pero con plumas tan grandes como la mitad de una de sus alas y se hacían más pequeñas conforme llegaban a la punta de la cola. De sus alas salían pequeñas cantidades de humo negro; cuando realizaban un movimiento repentino, una cantidad significativa de ese humo era lanzad al suelo, junto con unas motas de polvo. Pese a ser feos, no parecían ser la gran cosa. De cualquiera podría decir que se estaban a punto de morir, pues su aspecto raquítico, con la piel de la cabeza y cuello arrugados, que pasaban de las tonalidades rojo, blanco, rosa y gris demostraba el deplorable estado de salud que poseían.
Sus movimientos algo lentos a sus dos patas y al arrastre constante de sus colas no parecían intimidar a nadie; de hecho la mayoría de los presentes dejó de impresionarse cuando las extrañas aves comenzaron a pasearse por la isla.
Discord sin embargo, utilizó la segunda parte del hechizo; al hacerlo, se sorprendió de la vista que el Kundor más cercano le proveía. Tenía un sentido de la vista altamente poderoso, podía ver hasta un kilómetro de distancia con tal claridad que hasta pudo observar a una ballena con todos sus detalles; pero ello no era nada en comparación a las diversas corrientes de colores que pudo apreciar en el aire, eran de distintos colores, cuando el revivido volteó la cabeza para observar la energía de color rojo intenso dentro de un vulcano contenida en su núcleo, después al ver a otro Kundor, pudo apreciar la ausencia de energía, sin embargo, cada ráfaga que se le acercaba era atraída y utilizada para generar una especie de llama de color verde fosforescente y violeta.
- ¿Por qué te quedaste tan bobo? Cuestionó Luna quien también había perdido el interés en la criatura de aspecto poco intimidante.
- Lo descubrirán después princesas. ¿Dónde iba? Ah sí.
- Pasé mucho tiempo aprendiendo, observando, detallando e incluso jugando. No creerán que tantas horas de estudio son divertidas sin una que otra pausa para relajarse.
Discord apareció con un sombrero de verano y un vaso de leche chocolatada con una sombrilla encima.
Las imágenes continuaban pasando, Iniar ya no aparecía en ellas, ambas princesas pensaron que escapó a la primera oportunidad o bien le había sucedido lo peor. La cueva comenzaba a ser nuevamente el centro de acción del señor del caos mientras este usaba su portal para visitar distintos tiempos, así como distintos lugares.
- Espera… si el portal te permitía viajar en el tiempo, tú decidías cuando volver ¿No es así? Inquirió la alicornio de pelaje blanco con la mirada penetrante.
- Sí Tia, el portal me permitía salir del tiempo e ir a otros lugares, otras fechas y volver al segundo después en que me fui, Iniar se quedó en cada oportunidad en un nuevo lugar, era una criatura muy traviesa. Dijo mientras recordaba el carácter destructivo de la criatura que para esas alturas era ya tan grande como una osa mayor; pero que afortunadamente aún no mostraría a las hermanas.
- Entonces, pudiste aprender mucho más que cualquiera en ese lapso de tiempo.
- cuatrocientos años son el tiempo suficiente para entender el caos Celestia, al menos de forma decente. Aclaró el señor del caos que ahora tenía un gorro de graduación, junto con un título enrollado con una cinta dorada.
Las imágenes continuaban avanzando, mostrando más civilizaciones desconocidas, universos diferentes. Incluso un mundo donde existían seres que concordaban con las descripciones de "humanos" que Twilight le había dado.
- Con el tiempo fui más caótico, comprendía el poder, su poder, lo creaba, lo mantenía, incluso llegaron a considerarme un Dios en muchas partes.
Y en todo ese tiempo, el señor del caos no hizo sino completar su transformación, su sentido del humor también comenzaba a aparecer.
- Era muy divertido ver como el orden era cuestionado, destruido, ver como los sentimientos contradictorios de los que creían en él eran corrompidos; los amigos convirtiéndose en enemigos, hermanos traicionando hermanos, cuando en tiempos de prosperidad todos se juraban amor y lealtad eternos, llegaba el caos y se convertían en los seres más despiadados, hipócritas e inconsecuentes que pudieses conocer.
Era cierto, de alguna forma, los distintos seres a los que el caos invadía terminaban por romper con sus juramentos, la bondad en sus corazones era extirpada de manera inmediata. Eran sometidos a distintas pruebas de las cuales Discord solamente era el observador o cuando mucho solamente decía unas palabras, empujaba a un ser, insultaba a otro. En conclusión sus acciones no eran de gravedad, pero terminaban desencadenando un caos que era inminente.
En los distintos tiempos, el Draconequus se quedaba viendo lo que acontecía con un humor recurrente, sonreía al ver el caos dilatado en toda una sociedad, al ver la desesperación, la incertidumbre, la escases, el miedo, todo combinado en desgracias, aversiones, enfrentamientos. La caída de un gobierno, una revolución, guerras, hambrunas, tiranías, democracias en descenso, políticos a la cabeza, el pueblo a la cabeza, soldados a la cabeza; diferentes órdenes, forma de organización, de gobierno, de vida, de pensamiento, conocimiento, arte, ciencia, arquitectura. Los distintos seres, desde humanos hasta changelings, pasando por los grifos, montones de especies desconocidas. Todas con un final repleto de distintos matices, desde la proclamación de la justicia, lo bello, lo bueno hasta exigencias de un destino, de un futuro mejor. Civilizaciones enteras, razas completas, todo el "orden" era destruido de la forma más vil posible, dejando claro el poco control que poseían, el chiste en el cual su historia se convertía, para finalizar de forma más estruendosa entre más grande el imperio; pero finalizaba de todas formas.
- Ninguno, ninguno pudo ser permanente. Dijo de repente el señor del caos con una sonrisa de éxito.
- A qué te refieres. Bufó Luna que ya se encontraba furiosa ¿Cómo era posible que alguien con los poderes de Discord no hiciese nada en absoluto más que quedarse sentado observando y hasta incitando a semejantes acciones? Celestia pensaba de forma similar, aunque dentro de su corazón escondía cierta comprensión irracional, quería creer que Discord no era malvado, aunque el pasado era muestra de lo contrario.
- Todos pasaron por distintas pruebas, en cierta forma, se cumplía lo que les dije, si el caos, en cualquiera de sus presentaciones o pruebas no lograba destruir el orden al cual los habitantes se regían y proclamaban, su orden sufría modificaciones; cambiaba. La mayoría sobrevivió a innumerables pruebas que generaba varios resultados, experiencias, reformas; como sea, si sobrevivía todos se quedaban con el orden con ligeros cambios para evitar futuras calamidades similares. Pero llegaba siempre un momento en el que se creía el orden como absoluto, como el final y el perfecto; por ejemplo, cuando los Changelings tomaron la democracia como si fuera la forma de gobierno final, como el mejor de todos y comenzaron a expandirse. Ellos mismos generaron su prueba final.
Las imágenes recorrían de forma inmediata el hasta ahora desconocido imperio changeling en su máxima expresión, dejando a toda la Equestria de los ponis como un simple pueblo precario. Calles hermosamente pavimentadas, ciudadanos abundantes y con una gran riqueza; recursos fuertemente explotados, un sinfín de criaturas en cautiverio de las cuales se alimentaban por su particular magia.
La reina Crhysalis no reinaba todavía, sin embargo toda la civilización parecía indestructible, fuerte e inquebrantable. Pero las imágenes mostraban como sus ciudadanos comenzaba a adoptar posiciones cada vez más radicales, como los peores gobernantes era puestos en el gobierno, la falta de atención de todos los pedidos; la preferencia a los Changeling más cercanos al gobierno, el abandono de algunas ciudades alejadas, el empobrecimiento de dichas ciudades; lentamente la democracia se fosilizaba, pues las decisiones eran del pueblo, mas, aquellas opciones por las que votaban eran propuestas únicamente por el gobierno quien rechazaba cualquier propuesta de alguien ajeno a su partido.
Pronto las ciudades de la periferia comenzaban a confabular contra los poderosos; una guerra civil antecedía a periodos de escases a causa de la falta de alimentos, los sectores sociales tomaban partidos, muchos de los ya corrompidos ciudadanos solamente actuaban conforme a sus beneficios, pérdidas de vidas innecesarias durante consensos eternos que al final no solucionaban nada, la sociedad convulsionaba, los políticos se regían seguían usando sus estrategias políticas, los votos finalmente terminaban beneficiando a los ricos y poderosos. Sin embargo, las ciudades no aceptaban el resultado tan manipulado, una revolución estallaba, pero los changeling al mando de esta buscaban una posición similar al de presidente, otros buscaban el control absoluto de sus ganancias, sin dejar nada al estado. Las luchas sangrientas derramaban su horror por todas las calles; pero era ya bastante tarde para cualquier cambio. Discord sentado en el palacio de gobierno, mientras este se encontraba en llamas, observaba como la ciudad principal de todo el magnífico imperio, era destruida por las diferentes criaturas que ahora eran libres, los Changeling se quedaban sin su preciado alimento, que los atacaba a diestra y siniestra, en menos de un mes, todo el imperio era reducido a escombros y cenizas; pero una joven salió de la ciudad con varios huevos en su lomo, observaba a lo lejos la ciudad capital de su antigua nación en llamas, que no eran más que palabras lanzadas al aire.
Discord chasqueó los dedos para que de un risco, cayese una corona junto con un mapa del continente. Extrañada, la joven tomo ambos, poniéndose la corona, comprendió que la función que tendría desde ese momento, era la reconstrucción de su pueblo, pero ya no bajo la democracia, ni bajo una consideración igualitaria de todos, el poder sería únicamente para ella. Celestia tardó en reconocerla, pero pudo percatarse de que aquella pequeña era: Crhysalis.
- Sería un nuevo inicio. Pero el reino de los Changeling no sería como fue antes. Nunca regresaría al poder supremo en lo que conocen como Equestria.
Acaso era ego aquello que había detrás de la exposición del Draconequus, o realmente se entregó al camino del caos de forma tan… demencial, repulsiva e irracional. Celestia se desentendía cada vez más, el señor del caos era poco ameno cuando ella y su hermana se enfrentaron a él en repetidas ocasiones; sin embargo, el pasado de sí mismo que los recuerdos le mostraban, era realmente infame, debía admitirlo. Aquel Discord no era para nada similar al Discord que conocía o creía conocer, incluso al Discord joven. Su corazón nublaba su juicio a más no poder. Parecía alimentarse del caos que existía en todos los lugares, parecía disfrutar de la "destrucción del orden" como lo planteaba él, sus ojos se realzaban con las llamas de la ciudad, con su devastación. No le agradaba nada el aspecto que poseía.
Un portal se abrió nuevamente en la isla. Esta vez Discord lo atravesaba con una mirada de apariencia feliz, solamente un demente podría entender el motivo de semejante placer, aquellos ojos observaban el mundo como una especie de juego, como mera diversión, el Discord que creía en lo bueno, en lo justo yacía olvidado, inerte en algún rincón, menos en su corazón. Los esclavos se avecinaron a su encuentro de forma rápida.
- Seti, Buglar, Ix. Vengan. Tres representantes de cada especie que existía en la isla se encaminaron directamente hacia su amo.
- ¿Creen que sus respectivas razas se han recuperado?
- Sí, afirmaron los tres gradualmente.
El aspecto de los diferentes siervos de Discord cambió durante todo el tiempo, incluso la isla ahora era una especie de ciudad-cuartel, con muros altos y estructuras defensivas; ambas princesas pudieron percatarse de la presencia de varios naggas dentro del gran baluarte. Existían diferentes cosechas alrededor de toda la isla para los escarabajos, así como cerdos para los Chacales y una cantera completa de piedra para los Vulcanos; su subsistencia dentro de la isla tuvo que ser planificada, pues no existían barcos para salir, además no podían romper los distintos pactos con su señor, los unos por un contrato demoniaco, los otros por el honor y el deber. Finalmente, los Kundor Kari se hallaban en lo alto de una torre de madera, su dieta era carne podrida, por lo cual debían esperar mucho tiempo para comer y dado que no poseían voluntad propia. Aguardaban a su amo sin pedir nada a cambio.
- Bueno, ustedes se ganarán su libertad dentro de unos meses, pero hasta entonces, deben prepararse. La risa totalmente inapropiada del señor del caos no se hizo esperar entre los siervos, quienes atendían impasibles a cada palabra que pronunciaba.
- Ustedes tres parecen ser los líderes de sus respectivos grupos. Bien, reúnanlos a todos.
La orden fue acatada en el acto, las diferentes razas se encontraban alojadas dentro de la isla asistieron al llamado; sin embargo solamente los chacales se encontraban en una formación idónea o al menos así lo creían. Lo más probable era que no estaban preparados para superar la prueba, salvo por los chacales que formaban con disciplina militar, sin moverse ni un solo centímetro, con la vista en frente y sacando pecho, lo cual dio la oportunidad perfecta para que Discord molestase a unos cuantos; ya que no se movían por nada, puso algo de arena en las patas de uno, le hizo muecas de burla a otro y finalmente le puso una peluca al último de la fila izquierda.
- En primer lugar, no quiero que formen de esta manera, es más no quiero que formen, solamente escuchen. No me sirve que pierdan el tiempo aprendiendo a formar. Explicó el Draconequus mientras vestía un uniforme militar desarreglado, con botones fuera, con una bota a medio romper, la otra sin agujetas, lentes sin cristales y una boina manchada.
Los chacales se desagruparon al instante, sin saber qué hacer, después de todo, es difícil dejar la costumbre que trae una vida bajo una estricta disciplina militar.
- Bien muchachos, lo único que van a aprender en este periodo es un simple entrenamiento caótico. Así que no pierdan la cabeza de acuerdo. La cabeza del Draconequus aparecía en una bandeja de plata que se apareció en sus manos.
Los sirvientes no comprendían el extraño sentido del humor de su señor; pero tampoco decían nada por temor a ofenderlo.
- Bien, pongamos a prueba su capacidad de enfrentarse al caos. ¿Ven su fortaleza tan bellamente construida?
Los tres capitanes comprendieron de forma inmediata a dónde llegaría el señor del caos. Por lo cual Buglar fue el primero en salir al frente antes de realizar su petición.
- Disculpe señor, pero los escarabajos no tenemos un entrenamiento mili…
- Claro que no poseen entrenamiento, de hecho ninguno de ustedes posee el entrenamiento necesario para resistir esta prueba, pero gracias por arruinarlo Buglar, te felicito.
- Bueno, como iba diciendo, ustedes pueden ganar su libertad este mismo día.
Todos pusieron aún más atención en las palabras del Draconequus, quien se contentaba con la atención de los presentes, salvo los nagga que estaban de curiosos.
- Lo único que deben hacer es resistir dentro de su fortaleza durante una hora. Los que aun sigan dentro del juego o no hayan escapado serán libres.
- ¿Qué debemos defender?
- Buena pregunta Seti, ten una galleta. Un pequeño saco de galletas apareció en la mano derecha del ex general de Anubis – defiéndanla del caos.
De inmediato, todos los siervos fueron transportados dentro de los muros de la fortaleza, Seti temía que ninguno lo lograse; las princesas simplemente se asomaron dentro de la fortaleza, los diferentes esclavos se encontraban en el interior, esperando que algo ocurriese. Sin embargo, el lugar se encontraba en completa normalidad. Por cinco minutos, la paciencia de los defensores se veía mermada, a tal grado que muchos comenzaban a bajar la guardia, salvo por los chacales que comenzaron a realizar un patrullaje del perímetro, dividiéndose en grupos de a diez; el desconocimiento en estrategia militar o entrenamiento por parte de los vulcanos y escarabajos se contrastó, pues ellos no hacían más que dar vueltas sin orden, o mantenerse en una posición vigilando el área. ¿Cuál sería la prueba que debían enfrentar? Un viento repentino refrescó el lugar, incluso las princesas se encontraban alerta, aguardando el caos prometido.
Un reloj de arena se apareció en el centro de la fortaleza, seguramente era el tiempo que faltaba. Cinco minutos más pasaron; nada se aparecía y de hecho, Discord se mantenía en una silla de playa, tomando una especie de jugo de color blanco, llevaba una toalla en la cabeza para cubrirse del sol. Los defensores observaban extrañados la forma tan poco intimidante que poseía.
Una cantidad incontable de cocos cayeron de su respectivos árboles, al caer a tierra, se unían unos con otros para formar una especie de oruga que se arrastró de forma lenta a la fortaleza, a través de la arena una partida de chacales partió inmediatamente para frenar su avance; pero hasta que ellos lleguen, varias semillas cayeron del cielo, ingresando en la arena para convertirse en distintas plantas, tanto por fuera de los muros como por dentro. Pero las plantas tenían una particularidad, todas poseían una flor de tamaño demasiado grande, esta se encontraba sin abrirse. Faltaban treinta y cinco minutos.
La oruga era asediada por lanzas fabricadas por los chacales durante su estadía, sin embargo no servían de nada, pues al momento de darle a un coco, este simplemente se caía, pero la criatura seguía con vida. De forma inesperada, una especie de brazo conformado de la misma materia que la oruga se formó en su espalda y sin mucho esfuerzo, golpeo a los diez chacales que trataban de detenerlo. Desde luego, un golpe tan fuerte como para enviarlos a la playa debía haberlos eliminado. Al ver ello, Seti se asombró. No obstante, no perdería la calma en ese instante, su viejo batallón lo necesitaba.
- Reagrúpense, tenemos que defender los muros.
Los chacales de forma ordenada acataron la orden, regresando a la fortaleza, tenían una cantidad suficientemente grande de lanzas como para derribar a la criatura, además de poseer redes que los mismos nagga les habían obsequiado.
Ix sabía que no podía dar órdenes como esa, es más, sus congéneres se hallaban en igual o peor situación, no sabían enfrentarse, pero darían batalla.
- ¡Vamos! Tenemos que luchar.
Los vulcanos partieron de inmediato al campo de afuera.
- ¡Esperen! Eso es lo que él quiere. Dijo Seti, mientras un coco le llegaba al pecho, tirándolo al piso.
Sin que nadie se diese cuenta, las flores cerradas empezaban a moverse, Buglar pudo observar de cerca como una criatura parecida a un león se asomaba por una flor. Entonces entendió lo que se venía de las miles de plantas que surgieron de la arena.
- ¡Las plantas, destrúyanlas! De inmediato, varios escarabajos empezaron a destruir las plantas, arrancándolas de raíz sin mucho esfuerzo. Los especímenes que yacían dentro adoptaban un color cafecino, hasta marchitarse por completo, pues eran plantas, todos se parecían a animales, pero en realidad eran plantas.
Seti al igual que muchos chacales ayudaron en la labor.
Los vulcanos que salieron de la protección de los muros comenzaron a dar golpes, a usar la lava que cubría su núcleo para quemar toda planta, pero en ello, las arenas de la playa comenzaron a moverse por su cuenta, adoptando la forma de escorpiones que inmediatamente se subieron a los seres ícenos. Pero a diferencia de las plantas, estos no se quemaban, en lugar de ello, se derretían. Pero el tiempo era aprovechado por estas criaturas, para usar su aguijón y penetrar el manto de lava de sus víctimas y así ingresar a los núcleos; Seti observaba horrorizado como criaturas de poder tan inmenso perecían, perdiendo su forma y quedando nada más que lava en la arena, el sector donde esta llegaba se convertía en cristal fundido. Ir a ese punto sería mortal. Por lo cual Seti no hallaba salida posible para sus canidos.
Todos se encontraban espantados. Pues descubrían lentamente que Discord solamente deseaba eliminarlos, había sido una treta. Nadie con esos poderes los necesitaría realmente. Ix logró sacar a los pequeños vulcanos de la playa, ingresó en la fortaleza para ponerlos a salvo, pequeños como esos nunca debían merecer semejante fin.
- Nos eliminará. Advirtió Seti, su rostro era de total indignación, aunque no podía esperar menos del traidor más odiado de Anugipto.
El Draconequus se limitaba a observar entretenido la masacre que sus creaciones realizaban. Cuando las plantas que restaban liberaron sus "frutos" diferentes criaturas hechas de tejido vegetal salieron, contra toda lógica o ciencia. Las plantas no podían moverse, recordó de forma inútil el general chacal. En menos de diez minutos, diferentes criaturas terminaron por ingresar en la fortaleza y por muy férrea que la defensa de los esclavos se mostró. Los tigres, los dinosaurios-planta, los escorpiones, las orugas-coco, incluso algunas aves hechas de hojas de palmeras, pues el ataque aéreo fue detenido hasta cierto punto por los Kundor que al final también perecieron debido al excesivo número de los voladores, atacaban a diestra y siniestra, mostrando un instinto altamente letal. Pero nadie se percató de las aves, más que Discord, quien esbozó una sonrisa al darse cuenta del potencial de sus revividos.
Seti se defendía con maestría, un rinoceronte-planta era atravesado en el pecho con su lanza, evitaba un zarpazo de un león, un coco; después usaba su lanza como proyectil para quitar de encima a una especie de lobo que se encontraba sobre un escarabajo, para finalmente terminar en las fauces de un tiranoplanta. De la misma forma, Ix golpeaba a otro Dinosaurio-planta, convirtiéndolo en cenizas, controlaba su masa líquida para rodear a dos chacales, evitando que las plantas superiores en número los atacasen, no sabía por qué, pero no dejaría que ningún esclavo más sufriese aquella matanza, no solo le importaba su especie, sino también el resto. Por ello cuando Buglar se vio presa de una araña de arena, su brazo se extendió hasta el lugar para aplastar con su peso y quemar con su temperatura. Su brazo se desprendió a causa de la distancia a la cual lo había extendido, regresaría pronto, se dijo; pero su tamaño se redujo considerablemente. Entonces, una de las aves de palmera se lanzó en picada, apuntando al núcleo, sacrificándose para eliminarlo. El éxito fue incuestionable, Ix finó en ese instante, la lava que su nucleó controlaba terminó cayendo sobre los chacales que defendió anteriormente. Faltaban dos minutos, aun existían varios vulcanos pequeños, una cantidad considerable de chacales se defendían y los defendían haciendo un círculo, dentro del cual Buglar utilizaba su fuerza para enviar rocas a los distintos animales-planta, sí perecían, sería dando batalla, si se salvaban, lo harían juntos.
Los pequeños Vulcanos se apresuraban para derretir arena, piedras cercanas e incluso trataban de convertir el tejido vegetal en lava, sin éxito. Algunos adoptaron el tamaño de un chacal y de inmediato se unieron a la defensa. Diez segundos, el reloj de arena apuntaba que su prueba estaba a punto de terminar. Lo iban a lograr; pero nuevamente las plantas gaviota se lanzaban en picada, usando sus afilados picos como arma mortal, eliminando así a casi todos los presentes, solamente quedaban unos cuantos Vulcanos. Los cuerpos de las distintas plantas-bestia, un par de orugas-coco se hallaban en el campo, sin vida, algunos destilando un líquido verduzco semejante a la sangre. Pero extrañamente los cuerpos de los esclavos no figuraban en ningún lugar de aquel campo.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Cuando el último grano de arena cayó al fondo del reloj, este se rompió, liberando una gran cantidad de arena que fue directamente a los muros de la fortaleza, golpeando violentamente los mismos, para finalmente tirar abajo todo el muro. Al lado de Discord había otro reloj de arena, aquel si llevaba la cuenta real del tiempo. Por lo cual, los pocos sobrevivientes quedaron sepultados bajo arena.
- Muy buen trabajo muchachos, se sacaron un diez por el esfuerzo, aunque les falta mucho para que puedan hacer algo de caos.
En ese instante, todos los que aparentemente perecieron en el enfrentamiento fueron transportados a la playa, todo el casos suscitado en el lugar dio marcha atrás, volviendo a su lugar de origen. ¿Cómo era posible?
- Si se preguntan por qué no están muertos, es porque solamente fueron transportados a otro lugar, las armas, las bestias, incluso la arena tenían algo de magia, así que si los tocaba con la fuerza suficiente o daba un golpe mortal, simlemente eran transportados a una prisión debajo de esta isla ¿Buen truco no?
Seti, al igual que la mayoría de los esclavos que sobrevivieron al ataque mortal, sintió un enorme escalofrío por lo sucedido. Esa magia no se parecía a nada de lo que presenció en su vida, ni siquiera Anubis tenía un nivel similar, crear vida era un poder de único de sus dioses ¿Acaso Discord era un dios?
- Dicho esto, me gustaría que conocieran a lo que será un ejemplo para ustedes. Inmediatamente, un peluche de una cabra se apareció en la garra del Draconequus.
- Se llama Argos y junto con Andreia me ayudará a darles cierto entrenamiento. Aunque claro, ellos les enseñaran lo necesario y yo los adecuaré al caos.
¿Por qué era tan importante el caos? ¿Acaso era el Dios del caos? Se cuestionaba Seti; Ix junto con Buglar en cambio entendían que Discord era un amo, debían servir fielmente a su amo. Los años dentro de esa mina terminaron con todo rastro de voluntad propia, el tiempo junto con su antiguo señor los había convertido en esclavos, aunque él les procuraba alimento y los cuidaba como si realmente les importase. No obstante, entendían que no debían apegarse a su nuevo amo, pues pese a que su libertad era algo tan ajeno, un sentimiento, una necesidad dentro de todos ellos los impulsaba a buscarla.
- Bien, mientras Andreia llega y Argos vuelve, me debo encargar de unos cuantos asuntos antes.
Un chasquido quebró el espacio tiempo, abriendo un portal del tamaño de una montaña, nadie se esperaba lo que pasaría por él. Hasta que una criatura lo suficientemente grande como para justificar el tamaño del portal pasó desde otro tiempo.
- ¿Recuerdan al pequeñín travieso? Preguntó el Draconequus a las princesas.
- Em Iner, Aner, Iniar ¿no?
- Exactamente, bueno digamos que se dio un estirón, ya saben, la pubertad, la adolescencia, el comlejo de identidad y bla bla bla…
La cabeza conformada por varios cuernos de distinto diámetro y largo fue lo primero que se pudo apreciar, sus gigantescos ojos se equiparaban al tamaño de una casa poni, la cabeza en total, era del tamaño de un dragón. La imaginación no bastaba para crear semejante criatura, Luna que siempre se fascinó con bestias, se sentía atemorizada por semejante aberración. Poco después, dos pares de alas conformadas por membranas, unas más pequeñas que las otras se aparecieron junto con su cuerpo, sus patas delanteras se parecían a las de un dragón, Sus patas traseras en cambio eran desconocidas para ambas, pues en lugar de tener cuatro o cinco garras, tenían dos; pero al mismo tiempo, tenían otras dos del lado contrario, era como las garras de un águila. Finalmente su cola era casi tan larga como sus alas, las cuales por lógica medían al menos dos veces el cuerpo del híbrido.
- Iniar, tú oponente se encuentra en el mar, espero que te agrade la idea de enfrentar algo nuevo. Mencionó Discord que se transportó al lado del oído del gigantesco ser.
- Pude con marinos antes, no creo que signifique un reto. La voz del colosal híbrido era superada solamente por el hecho de que pudiera hablar. Los presentes, incluso las princesas quedaban anonadados, la experiencia indicaba que criaturas de gran tamaño apenas podían tener algo de inteligencia. Pero Iniar, era algo único.
- Pues yo sé que no sabes lo que es un Kraken.
Los diez karis se alzaron en vuelo para dar alcance a la criatura.
- ¿Qué son esas cosas?
- Mmm unos amigos, te ayudarán a encontrarlo. Explicó el señor del caos con cierto tono pintoresco, lo que hacía no era precisamente por probar a Iniar, aunque aprovechaba la oportunidad.
- Esta bien, pero cómo sabré si lo encontraron. Cuestionó el inmenso mientras observaba a su antiguo salvador.
- Te lo indicarán Iniar, ellos lo hallarán donde sea que esté escondido. Cuídate mi pequeño dragonzuelo. Dijo el Draconequus con cierta burla, mientras apretaba una escama del híbrido como si de un cachete de potrillo se tratase.
El chiste obviamente no hizo reír a nadie, ni siquiera a las princesas, eso no era ser valiente, era ser estúpido o loco.
- Deje de ser pequeño hace mucho. Advirtió la colosal criatura mientras mostraba sus dos hileras de dientes, una por dientes tan grandes como una mantícora, los otros del tamaño de una alicornio.
- Lo sé, pero si quieres lograr tus objetivos, debes salir sin muchos rasguños.
- Y ¿Por qué no lo haces tú?
- Porque no tiene chiste. Respondió el señor del caos con desdén – además, ellos necesitan algo de inspiración, son sus primeros pasos, así que se sentirán bien al tener a un… tú de su lado.
Sin dar lugar a respuesta a la monstruosidad, el Draconequus se transportó al fondo del mar, tenía una reina a la cual visitar.
- Espera ¿Qué pasó? Inquirió Luna, algo desesperada, pues deseaba ver al enorme ser en acción, ya que las imágenes mostraban a Discord en el fondo del mar, tenía unas agallas lo cual era aún más extraño.
- Es que eso es paga por evento Luna ¿qué me darás a cambio de verlo?
Luna fulminó con la mirada al Draconequus quien sonriendo recreó las imágenes de la superficie.
- Yo quiero ver lo que pasó con la reina. Afirmó Celestia. Discord separó a ambas hermanas por una línea de color amarilla.
- De este lado está mi junta con la reina, de este el enfrentamiento del siglo. Aclaró el señor del caos con unas palomitas y lentes 3D.
Independientemente, cada hermana observó el evento de su interés.
Iniar volaba con sus inmensas alas, provocando vientos terribles debajo de él, las olas incrementaban su tamaño, golpeado violentamente las costas de islas menores cercanas. Sus ojos no podían ver de la misma forma que los ojos de los Kundor que volaban en un perímetro cercano, les era difícil volar con la corriente que las alas del híbrido creaban, por lo cual todos se apresuraron a acercarse al híbrido y posarse con sus fuertes garras en el cuerpo del mismo, desde las cuatro gigantescas patas del gigante, los Kari podían usar su agudo sentido de la vista para hallar al Kraken.
- Deberías usar estos. Señaló el señor del caos a la alicornio, quien de inmediato tomó los anteojos del señor del caos, al ponérselos pudo apreciar cómo era la vista de los Kundor, se quedó impresionada, sus ojos eran realmente especiales.
En las profundidades Discord se aparecía en la corte real de Paida, Turian llegó instintivamente para detenerlo.
- Tranquilícese Paida, vengo a informarle que el Kraken será… enfrentado.
- ¿Quién está tan loco como para hacerlo? Cuestionó el guardia imperial, mientras su tridente se preparaba para enfrentarse al señor del caos.
- Calma mi estimado cetáceo.
- Reptil.
- Bueno, mi reptiliano aliado, no tengo intensiones malas con tu reino, de hecho, lo único que deseo es un intercambio de servicios.
- ¿Cuáles? Cuestionó finalmente Paida que pensaba bien sus movimientos. Discord tenía magia muy extraña, pero no dejaría que la intimidase.
- Bueno, en estos momentos está siendo cazado por uno de mis aliados, como muestra de mi buena voluntad.
- Escucho.
- Los ponis los han afectado, yo deseo caotizarlos un poco y lo lograré; así que si me ayudan, los dejaré pasar a su antigua ciudad con una escolta. Además, estoy seguro de que les gustará las nuevas costas que descubrí.
Uno de Kari encontró finalmente al Kraken, Luna podía ver el haz de energía que desprendía su cuerpo. La extraña ave se soltó inmediatamente para caer en picada hacia el mar. Cuando Iniar se percató de ello lo siguió. A unas cuantas decenas de alcanzar el objetivo, el Kari fue atrapado por un tentáculo. Pero de alguna forma, todo su cuerpo se transformó en humo negro y apareció nuevamente en el lomo del híbrido.
- ¿Cómo hizo eso? Se preguntó Luna, supuestamente aquella magia era muy avanzada para criaturas así. Quizás el ave de aspecto frágil resultaba ser más de lo que aparentaba.
Los Kari despegaron antes de llegar al mar, saliendo del rango de alcance del Kraken. Pero Iniar, fue inmediatamente atrapado por los tentáculos cuyas ventosas se pegaron al cuello del gigantesco ser. Una, dos patas se encontraban atrapadas por aquellas extremidades flexibles y fuertes. Pero un tercer y cuarto tentáculo salieron a la superficie para aferrarse del cuello y de una de las alas del híbrido, provocando de inmediato que perdiese fuerza, Luna podía predecir que la criatura terminaría ahogada. La boca de la criatura se asomaba a la superficie, que junto con los movimientos violento que el hibrido hacía, salpicaban cantidades enormes de agua por todas partes, sus dientes se hacían cada vez más visibles, su boca era del tamaño de la cabeza del híbrido, lo cual significaba que su tamaño era aún mayor al de la criatura. En la isla, los esclavos observaban atónitos el final del temible monstruo.
- Se lo va a comer. Gritó un chacal. Desde luego, Iniar no lo pudo escuchar, sin embargo, algo parecido a una sonrisa se apareció en su rostro, acto seguido, cerró el par de ojos que poseía, para abrir después el par de ojos frontales. Su cuerpo comenzaba a cambiar de color, como una iguana, adoptando una tonalidad escarlata en la espalda que lentamente se iba difuminando por su cuerpo hasta llegar a la gris ceniza que poseía en el estómago, unas líneas de amarillo indio se aparecían por el sector de sus ocho párpados. Su cuernos se redujeron de tamaño, finalmente, abrió su boca para liberar una cantidad inmensurable de fuego. Que chamuscó cada uno de los tentáculos que el Kraken tenía fuera.
Nadie nunca escuchó el grito de dolor de un Kraken, pero se asemejaba al sonido de una ballena junto con el trueno, combinados de tal forma que primero se podía escuchar el segundo sonido para después darse cuenta que existe el primero. Nuevamente los ojos del híbrido se cerraron, Luna se puso nuevamente los anteojos y pudo ver una cantidad enorme de energía alrededor del cuerpo del monstruo que ahora atacaba a la bestia marina.
Esta vez, los ojos penúltimos ojos antes de llegar a la nuca se abrieron. Los cuernos de Iniar crecieron de sobre manera, el color de su espalda nuevamente cambió de tonalidad hasta convertirse en un dorado intenso, con líneas ocre, pintando de forma similar el cuerpo del híbrido, pero esta vez, en lugar de escupir fuego. Apuntó con la punta de su nariz de la cual un cuerno de tamaño pequeño, comparado con los existentes en la nuca y cuerpo, también se podía apreciar una serie de espinas a lo largo de la espalda, desde la punta de la cola, toda esta cornamenta emergía para conformar un nuevo ataque. En menos de cinco segundos, una descarga eléctrica, parecía al rayo pasó desde las espinas del lomo del dragón hasta la punta de sus cuernos en la nuca, para finalmente tocar la punta del cuerno de la nariz; sin pasar en ningún momento por su cuerpo, toda la descarga fue en un santiamén al gigantesco monstruo acuático. Que quedó aturdido temporalmente.
Para finalizar, el híbrido cero nuevamente sus ojos, para abrir los últimos que quedaban. Al hacerlo un color blanco con líneas turquesa se apoderó del color de su cuerpo, sus espinas, así como sus cuernos se perdieron totalmente en su cuerpo. Nuevamente abrió sus fauces, para soltar fuego gélido. Aquel fuego era legendario, le decían fuego porque los ancianos no supieron darle otro nombre – se XD, soy malo para los nombres – no quemaba; congelaba. El agua alrededor del Kraken lo aprisionó de forma inmediata, pero como aún no se movía, el hibrido bajó en picada para sacarlo del agua. Pues el hielo obligó al cuerpo a salir a flote. Con sus poderosas extremidades, el híbrido tomaba al gigante marino, para después usar sus gigantescas alas en un intento por levantarlo. Era increíblemente pesado. Por lo cual Iniar sufrió bastante para sacarlo hasta la mitad de su gigantesco cuerpo; pero se las ingenió para llevarlo a la costa, mantuvo su boca emitiendo fuego gélido en todo el trayecto, pues si los tentáculos de su oponente se movían para atacarlo, estaba perdido.
Con esfuerzo, el coloso llevó a su aún más gigantesco enemigo a las costas, una vez allí, todos se impresionaron del tamaño real del Kraken, medía unos cuantos cientos de metros más que Iniar, pero su boca era gigantesca. El híbrido se elevó en el aire cerrando sus ojos para abrir los ojos "de trueno" como los conocerían después.
En menos de los cinco segundos que le tomo ascender a una altura lo suficientemente considerable, su cuerpo volvió a alineare, para finalmente lanzar una última descarga eléctrica, el impacto que causo en el cráneo de la criatura fue suficiente para que un enorme agujero se abriese en su cerebro, ya que todo el aura estaba congelada. Su vida terminó en pocos segundos de movimientos involuntarios. Cuando Iniar descendió nuevamente, utilizó su cola para dar un golpe a una parte de la cabeza carnosa de la bestia. Para después devorarla.
- He triunfado, ahora tú me alimentarás con tu carne y con la experiencia que gané al vencerte. Rugió el híbrido.
Nadie podía creer que semejante criatura existiese. A Luna jamás se le hubiese cruzado por la mente el hecho de que algo así tuviese vida. Pero analizando bien el pasado del híbrido, ni la naturaleza lo permitió, entonces aquel demonio era la causa por la cual Iniar seguía con vida y poseía un potencial bélico equivalente a su enorme tamaño.
Celestia estaba observando el recuerdo que su hermana había obviado.
- Ellos querrán escapar, ya tengo cubierto el aire y la tierra. Pero el mar es lo único que me falta.
- Somos una raza pacífica.
- Lo sé, por eso lo único que tendrán que hacer es hundir todos y cada uno de los barcos de los ponis o cualquier cosa que flote en las costas. Pero será dentro de unos cuantos meses, me queda algo de trabajo por realizar.
- Si le sirve como muestra de nuestro agradecimiento, nos comprometemos a ayudar en su causa.
La sonrisa del Draconequus se hacía notar, muy pronto, se decía a sí mismo.
Espero que estén intrigados/intrigadas con la continuación del fic, por cierto, gracias por los comentarios, me subieron algo el ego XD, pero, el equipo de Filomental se hace lo mejor que puede y por equipo me refiero solamente a mí. Bueno nos leemos la próxima semana.