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by Filomental

Chapter 30: Dirección

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Yay, capítulo 30, nunca creí que el fic sería tan extenso, de hecho jamás pensé en realizar un fic tan largo, me gusta hacerlos cortos. Así que espero que lo disfruten.


Capítulo 30: Dirección

La poca visibilidad que generada la nieve impulsada por la ventisca dificultaba la observación del fenómeno que ocurría en aquellas inmediaciones gélidas. La pareja real se encontraba desconcertada, lo que antes había sido la criatura más gigantesca que habían visto, ahora se encontraba sin señales de vida, por decirlo así.

El esqueleto de Iniar ya no tenía brillo alguno, la nieve a su alrededor se acumulaba, sus huesos comenzaban a desprenderse; no realizaba ningún movimiento. Pero pese a que lo habían visto en un estado parecido a un sueño profundo, esto no era igual.

Hace pocos días atrás aquel gigantesco esqueleto poseía vida, consciencia ¿se le había agotado la magia? Se preguntaba la princesa del reino de cristal con bastante preocupación, ya que el gigantesco ser apenas había iniciado a develar sus misterios y también estaba el hecho de que Shining Armor estaba presente, no podría convencerlo del carácter distinto que poseía el híbrido.

Pero de repente, una luz de color diferente, se encendió desde dentro de la enorme caja torácica del aterrador gigante, ganaba intensidad por un momento, para perderlo al siguiente; pero lo más peculiar era que dicha luz parecía emitir un frío mucho mayor que el del ambiente en el que se encontraban. El piso se convertía en hielo y empezaba a generar más conforme pasaba el tiempo.

A un paso muy lento, aquella luz pasó por la columna vertebral de la criatura, ubicada a una gran altura sobre la que se encontraban ambos ponis, mientras iluminaba un gran sector de los huesos a su paso, haciendo visible el deterioro repentino que estos empezaban a adquirir; pronto llegó hasta la cabeza del esqueleto de Iniar.

Las luces de sus ojos se encendieron con varios parpadeos, se posaron sobre la pareja casi de inmediato, provocando cierto temblor en ambos, en especial en Shining Armor, pues Cadance se estaba acostumbrando a aquella mirada espectral.

Cada hueso del gigantesco ser se movía de forma voluntaria, trabajando en conjunto para crear movimiento, las patas delanteras del hibrido se estiraron, la cola se levantó en lo alto, los huesos de sus alas se estiraban, seguramente debido al reflejo que adquieren todas las criaturas aladas, junto con sus movimientos, cada articulación desprendía una cantidad considerable de hielo, dejando caer trozos gigantes sobre el nevoso suelo y produciendo un sonido al ser quebrados.

Como siempre, las palabras tardaron en ser pronunciadas, Shining Armor aprovechó el silencio para observar a la inmensa criatura, el tamaño de una montaña era el que poseía al elevar sus alas sobre su cuerpo, superando el tamaño de una osa mayor; ridiculizando el tamaño de un dragón cuando poseía un tesoro inmenso. Sin lugar a dudas, era un reto a la lógica con la cual se regían las criaturas, pues para mantener ese tamaño en vida, seguramente tuvo que comer a todas horas y desde luego, una gran cantidad de alimento.

El suelo debajo de los cascos de la pareja tembló levemente cuando el coloso se levantó, dando unos pocos pasos en su lugar para posicionarse de mejor manera. Shining Armor trató de poner a su amada detrás de él para protegerla, pero esta le puso un casco en el lomo para calmarlo, el híbrido dejo caer su gigantesco esqueleto para echarse nuevamente sobre la nieve, su cabeza estaba de frente a la de sus visitantes.

Cadance desde luego ya tuvo tanto miedo como antes, sabía que Iniar no le haría daño, sin embargo, sus movimientos parecían estar poco coordinados; los ojos del gigantesco híbrido se posaron en la pareja real, quienes apreciaron como las luces que hacían las veces de ojos se encontraban creando el mismo efecto que la luz que se hallaba en su caja torácica.

- Hace tiempo que no veía ponis tan valientes como ustedes; generalmente salen corriendo al verme.

- Y no los culpo. dijo Shining Armor entre dientes.

- Sí, se puede decir que teniendo mi aspecto es difícil entablar una conversación decente con cualquier criatura; pero al menos los tengo a ustedes dos.

La princesa se mostró desconcertada ¿a qué se refería?

- ¿Te pasa algo?

- Gaj jag ja ja, me acerco al momento final, eso es todo, cuando mis últimas energías se consuman, dejare de existir.

- ¿Significa que estás…muriendo? Pregunto la alicornio con cierta preocupación.

- Se podría decir que sí Cadance; sin embargo no quiero irme sin que antes cumplas con la parte de tu trato.

La princesa asintió con la cabeza, su instinto ahora le decía que él monstruo no era un peligro, asimismo su razón le sugería completar con aquel último deseo de aquella criatura desconocida, al mismo tiempo varias preguntas surgían, si Iniar dejaba de vivir, muchas de esas preguntas se verían sin respuesta, pero ¿cómo plantearlo?

- Cadance, tus ojos muestran una clara señal de preocupación… y sé que no es por mí, tampoco por Shining.

El unicornio observó a su esposa, él también conocía la mirada perseverante de la princesa, más cuando deseaba conocer algo.

- Hay muchas cosas que no sé de ti, si no te molesta…

- Por lo visto no puedes aceptar un no como respuesta ¿cierto?

- No. Dijo claramente la princesa del reino de cristal.

- Pues si tanto lo deseas, yo no puedo negártelo, además a los viejos como yo nos gusta contar nuestras vidas; quizás es porque en parte nos aterra la muerte. Pero eso es charla para otro día jajaja.

La princesa se sintió triunfante ante aquel hecho; por lo cual se sentó en la nieve para estar más cómoda, Shining Armor se acercó para sentarse junto a su esposa, después de todo lo había arrastrado hasta ahí y desde luego, ver el pasado era el mejor modo para dar un juicio sobre el monstruo que tenía en frente, a pesar de que de nada serviría, pues no le quedaba mucho tiempo.

La criatura posó su mirada a lo lejos, para observar el manto de nieve, recordando el tiempo en el cual fue menos que una simple lagartija.

- Antes debes llamar a Celestia, no me queda mucho tiempo y debo hablar con ella.

- ¿De qué?

- Ya lo sabrás cuando ella llegue. Respondió el gigante.

- Está bien. La princesa se giró en dirección a su esposo, este entendió perfectamente el mensaje.

- Querida, espero que estés en lo correcto.

- Confía en mí. Fue todo lo que Cadance necesitó para convencer al unicornio.

Mientras el corcel utilizaba su magia para transportarse al castillo, pues su magia era limitada como para viajar a Canterlot, Iniar ensamblaba bien sus palabras, pues lo que contaría sería una historia de extensión suficiente como para entretenerlo en su espera por Celestia.

- Te dije anteriormente que soy una mezcla entre hidra, dragón y Wivern.

- Sí.

- Verás, cada uno tiene una peculiaridad en su nacimiento, un dragón tiene memoria desde el primer momento después de salir del huevo, un Wivern nace con sus sentidos suprimidos, salvo por el oído y finalmente, una hidra es increíblemente pequeña al nacer. La voz grave y profunda del híbrido concentraba toda la atención de la princesa.

- Entonces, si eres un híbrido ¿Naciste con todas esas cualidades?

- Exactamente, no pude ver nada ni moverme, lo único que puedo recordar eran las voces de los que me vieron nacer. Dijeron que era insuficiente, que estaba destinado a morir y así era.

- ¿Cómo? No logro entender.

- Mírame ¿crees que algo como yo es de precedencia natural?

- La verdad, no. Dijo la alicornio mientras observaba el gigantesco y antinatural cuerpo del híbrido.

- Exacto, es porque no lo soy; me crearon a base de una experimentación, soy el resultado de una combinación entre tres especies diferentes, que sin embargo, tienen un parentesco inimaginable.

- No lo sabía. Pero si es así, tú debes tener una edad de más de mil años.

- Eso no importa ahora; los Wiverns tienen la capacidad de reproducción más asombrosa que hay entre los reptiles, porque pueden hibridar con otros tipos de reptiles, no todos obviamente, pero el azar quiso que fuera con un dragón y una hidra.

- Pero solo puedes tener dos células reproductivas ¿cómo es posible que seas la combinación de tres especies?

- Bueno, ahí es donde entra una característica de Hidra, las hembras se reproducen con varios machos y sus genes son transferidos con normalidad; conformando de esa forma cada una de las cabezas de la cría. Pero al reproducirse, el gen que transmite es del primer gameto del macho que fecundó al de la hembra.

Cadance recordó haber leído en una investigación, efectuada por una estudiante de Celestia que no llegó a conocer, donde se hablaba de una posibilidad parecida; sin embargo, aquel conocimiento no llegaba tan profundo.

- Los que me crearon tuvieron demasiada suerte, en la realidad, jamás se habría dado esa posibilidad, pero en el proceso falló algo, porque cuando nací, no podía respirar bien, no podía moverme y siempre me mantenía durmiendo. Al parecer ellos sabían de mi estado y por ello fui un fracaso.

Una historia bastante bizarra, de hecho, era tan alocada que de no ser por la presencia del híbrido enfrente de ella, no podría haberle dado crédito alguno. Pese a ello, la historia se hacía cada vez más fascinante.

- No tengo la menor idea de porque me crearon, pero por cómo me trataron supongo que la finalidad de mi creación era hacer de mí una herramienta.

- ¿Para qué? Preguntó la princesa levantando una ceja.

- Creo que esperaban crear una bestia que pudieran amaestrar, como una hidra y tan destructiva como un wivern y un dragón juntos. Pero al ver mi estado y mi tamaño descalificaron la idea, por lo cual debía ser eliminado.

- Ya veo pero ¿Por qué sigues con vida?

- Buena pregunta, como no conocía su lenguaje, no pude descifrar lo que me pasaría, pero mi instinto me decía que no me quedaba mucho tiempo; sin embargo no podía moverme.

- Entonces ¿Qué pasó?

- Recuerdo que unas garras me sostuvieron, no eran cascos como los que me sujetaban de forma brusca, eran garras que se esforzaban en agarrarme de forma suave. Desde entonces aquel instinto se acalló, recuerdo que escuche palabras brutas, después pasos pesados, después fui depositado en un lomo peludo, me sacaron del lugar donde me encontraba, mucho después, creo que hubo una batalla entre el que me sostuvo y alguien a quien llamó maestro, poco después de que ese maestro fuera vencido, una sensación de ingravidez rodeó todo mí cuerpo.

- ¿Ingravidez dices?

- Sí, después supe que fue un hechizo de transportación.

- ¿Entonces conociste a tu salvador?

- Sí, pero vamos un paso a la vez princesa.

**** Regresamos a Ponyville, para ser más precisos a la sección exterior del bosque Everfree****

En la espesura de aquel bosque, dos figuras poco habituales caminaban por un sendero hecho gracias a los caminantes que solían pasar por allí; Fluttershy desde luego se conocía más de un sendero para llegar a cualquier extremo de la inmensidad de Everfree, obviamente, no se atrevía a pasar la parte exterior del bosque, adentrarse sola era un peligro muy grande.

Discord por su parte, disfrutaba del paseo, que lograba alejar su mente de las preocupaciones recientes; preocupaciones que podían llegar a ser tan molestas que simplemente quería alejarlas, pues para él era bastante fácil saber con certeza lo que se venía.

- Enserio Discord, me preocupas, ni siquiera dijiste una sola palabra. Dijo la pegaso mientras caminaba observando diferentes plantas, tratando de hallar algunas especias silvestres, así como unas cuantas manzanillas para preparar el té de la tarde.

- Es que estos días he tenido muchas cosas que hacer, Kibits pone un montón de tareas en la lista que Celestia me da, así que ya no tengo tanto tiempo como antes.

- Entiendo, a veces yo también mastico más de lo que puedo tragar.

- Y que lo digas. Discord debía fingir, después de todo, había planeado compartir sus secretos solamente con Celestia y Luna, porque solo a ellas les concernían los puntos que tocaba, nadie más que ellas podrían saberlo.

- Y dime ¿Estuviste muy ocupado charlando con Celestia?

En esos momentos de lo que menos quería hablar era sobre la alicornio; era extraño que su mejor amiga quisiera verlo en una relación un poco más estrecha con la princesa de Equestria.

- Pues sí, hablamos de lo mucho que nos gustaría estar lo más lejos posible el uno del otro.

- Vamos Discord, yo sé lo que sientes por ella, en el jardín no dejabas de hablar de ella, aunque fuesen en sentido negativo.

- Es que es un… Antes de poder continuar, la pegaso continuó con su argumentación, acallando a un desprevenido Discord, pues se puso enfrente de él con una mirada digna de un gran interrogador.

- Déjame terminar, no pierdes oportunidad para lanzar un comentario ofensivo hacia ella, aun cuando no estemos hablando de ella, estas más distraído que de costumbre y por si fuera poco, es más difícil molestarte y sobre todo porque no pierdes oportunidad para ir donde ella.

Argumentos tan sólidos solamente podían sustentar una idea: Discord estaba enamorado de Celestia, Fluttershy no era ninguna poni tonta o ingenua, de eso el señor del caos estaba seguro. Pero que pudiera llegar a tal nivel de observación era sorprendente. Al no poder decir nada para convencerla de lo contrario y ya que confirmaba su estado emocional actual, no pudo decir otra cosa más que rayos, dentro de su cabeza. Sin embargo su mente trabajo velozmente en una salida que podría funcionar.

- Bien Fluttershy, supongamos que es verdad, que yo estoy enamorado de la princesa Celestia, que de alguna forma misteriosa la poni que más me desagrada llega a ser algo más que una simple princesa para mí.

- Aja, ¿Qué más?

- Bueno, dime, ¿No sería la idea posibilidad más alocada de todas?

- Claro que sí, pero así eres tú. Dijo la pegaso mientras sonreía de oreja a oreja, el Draconequus comenzaba a hacer evidente sus emociones. Aunque claro esas cosas eran más notorias para una poni como ella, pues ya había visto miles de casos similares en el pasado; todos con las mismas características.

- Bueno, en todo caso, sabes muy bien que la princesa Celestia es la última poni de Equestria por la que sentiría algo más que aburrimiento.

- Ajá, como digas Discord. Dijo en tono sarcástico la pegaso, quien con el lapso del tiempo había tomado más confianza con el Draconequus, ya que siendo amiga de él, tenía un trato distinto con este, pues la forma en la cual se relacionaba con otros era tan distinta que sacaba como respuesta un comportamiento distinto.

- Oh amiga, si tanto insistes en esa alocada probabilidad, dime, ¿cómo haría yo para acercarme a ella? Dijo el Draconequus mientras tomaba una rama baja de un árbol y la convertía en un cono de helado, trató de compartir uno con Fluttershy, pero esta negó con la cabeza, a lo cual el barquillo se convirtió nuevamente en una rama del árbol.

- ¿Más de lo que ya estás? Por lo que me contaste creo que es suficiente, si quieres ser su amigo claro… Respondió la melena rosa mientras emitía una risilla sutil, su amigo estaba a punto de confesarlo.

Discord arrojó el helado fuera, cuando este tocó el piso se convirtió en una semilla. Observó a su mejor amiga con cierta mirada fulminante, odiaba cuando ella se ponía tan testaruda; pues finalmente terminaba ganando, debía admitir que tenía cierta debilidad para sus peticiones, después de todo le debía más de lo que podría pagarle.

- ¿Qué quieres decir con eso? Preguntó algo alterado.

- Ya sabes a lo que me refiero, tú sientes algo por Celestia y no quieres admitirlo; pero con tal de que seas feliz me basta. Y sin mediar más palabras la poni salió caminando del lugar, haciendo el ademán de buscar especias entre la frondosidad del bosque, ocultando su sonrisa de satisfacción, pues sabía muy bien las debilidades del señor del caos.

El de ojos rojos observó la indiferencia repentina que tuvo la pegaso amarilla, eso siempre terminaba molestándolo, pues de pronto dejaba de tener toda su atención y lo ignoraba hasta que le diera la respuesta que quería; no obstante, ese método no siempre salía bien. Pues dos podían jugar aquel juego de interrogación.

- Celestia es muy estirada sabes, muy ocupada y completamente aburrida; pero hay momentos en los que es muy divertido estar con ella.

- ¿A qué te refieres?

- Durante estos meses conocí a Celestia de modo diferente y pude ver que ella es alguien con un montón de defectos, con un sentido del humor, incluso un gusto por la leche con chocolate.

La pegaso abrió los ojos de par en par, sus orejas se ajustaban como radares a las palabras que la garganta del señor del caos convertía en palabras. Nunca antes lo había oído hablar de aquella manera.

- Además es lo suficientemente caótica cuando se lo permites y más que todo, es capaz de mantenerme en un orden y calma que no conocí antes. La pegaso no podía creer que palabras como aquella salieran de Discord por poco y abría la boca de la impresión.

Sin embargo un pequeño papelillo salió volando de la zarpa del Draconequus, al poco tiempo aguantó su risa; pero poco duró antes de salir una carcajada que borró toda primera impresión de la pegaso. El papelillo bajó hasta los cascos de la melena rosa, quien lo observó, pudiendo distinguir todo lo que su amigo había dicho escrito con una letra horrible.

- Vamos Fluttershy, ¿en verdad tú y tus amigas creen en algo así? El tono de burla del señor del caos finiquitó en ese instante con las pretensiones de la pegaso amarilla, quien cambió su expresión por una más seria, no le gustaba tanto la broma.

- ¿En algún momento hice algo para que pensaran en ello?

- Bueno, las razones que tenía eran las que te di anteriormente, también está la vez que Twilight obtuvo su castillo, tú le reglaste flores a Celestia si no era porque estabas enamorado ¿Por qué lo hiciste?

- Porque debía mostrar que estaba arrepentido de lo que hice, de algún modo debía pedir perdón por lo que hice.

- Pero solo se lo diste a Celestia, que hay de Luna y Cadance.

- Nada de eso, habían tres ramos de flores, es su problema si no sacaron el suyo.

- Am, bueno… Dijo la pegaso decepcionada por no haber sacado la respuesta que esperaba; juntamente ahora la idea de una relación amorosa entre el señor del caos y la princesa del sol se hacía más incierta.

¿Cuánto tiempo podría salvarse de admitir sus sentimientos? Discord no estaba seguro; cada vez su amiga se acercaba más, por lo cual sus esfuerzos por mantenerlos debían ser más grandes. Sin embargo entendía que tarde o temprano ella lograría averiguarlo, era emocionante hacerlo, es cierto, pero ahora tenía un carácter más serio, si antes le daba la contra por ser mentira, ahora que era verdad realmente se mostraba más brío en mantener su posición con respecto a ocultar aquel pequeño e insignificante detalle de su vida personal.

La caminata de ambos se detuvo, Fluttershy finalmente encontró lo que estaba buscando.

- Hongos de lluvia y estas hojas me servirán para preparar unos bocadillos espectaculares. Inmediatamente la poni puso todo en su alforja.

- Bueno, creo que nuestro paseo ha terminado Fluttershy, es muy bueno hablar contigo. Dijo el Draconequus a modo de despedida.

- Te espero dentro de unos días, tenemos un té y esa vez quiero que traigas sándwiches de pepino.

- Está bien amiga. Dijo el Draconequus dejando que la poni lo abrazara y devolviendo la muestra de afecto, era extraño que después de tanto tiempo aquellas pequeñas muestras de afecto de cualquiera, en especial de Fluttershy hicieran que sonriera; era una sensación poco conocida y muy intensa, incluso cuando las CMC lo perseguían con preguntas incesantes se sentía bien, podría decir fácilmente que era feliz, ahora sí.

- Nos vemos Discord, espero que reconsideres la idea de Celestia. Se despidió la pegaso mientras sonreía débilmente, con la timidez tan usual en ella. El señor del caos se limitó a sonreír, como si de una broma se tratase.

**** Ahora vamos a Canterlot ****

Las actividades de una princesa por aquellas fechas se hacían más intensas, lo bueno era que la rutina había hecho de Celestia una alicornio que podía lidiar con problemas que competen al gobierno de Equestria; existían problemas de los más variados, desde simples problemas de alcantarillado, luz, agua, implementación de medidas temporales hasta problemas delicados como el límite territorial con otros reinos, entre ellos estaba el reino de los changeling, cuya limitación había que realizar de manera pacífica; obviamente la reina Crhysalis nunca era estaba bien dispuesta a tener un proceso sin alteraciones. Sin embargo durante los últimos meses en los que envió a Discord a tratar el problema, este casi desapareció, no tenía idea de cómo lo hacía, pero funcionaba.

Su pequeño descanso durante el tiempo que tenía para ir de un sector del castillo a otro le bastaba para refrescarse y para reordenar sus ideas; no obstante, debido a la calma que existía en aquel momento, era la oportunidad perfecta; Discord salió de la nada con la luz que generaba su magia.

Celestia dio un brinco del susto, agradeció en silencio que nadie se encontrara en el lugar.

- Hola Tia, vine para decirte que ya termine con todas las aburridas tareas que Kibits puso en el pergamino.

- Ya veo, ten. Dijo la princesa mientras transportaba otro pergamino al lugar.

- Espera, se supone que Kibits siempre tarda un día en completar esas aburridas tareas. Dijo el Draconequus mientras fruncía el ceño.

- Bueno, es tu culpa, siempre terminas tus tareas antes de tiempo y a Kibits se le ocurrió prestar tus servicios a quienes lo quisieran y ¿qué crees? Dijo la princesa mientras hacía una mueca de satisfacción al ver el rostro del señor del caos.

- Tuvimos más de doscientas solicitudes, así que Kibits las organizó por orden de urgencia en tres listas, así que aquí tienes, la mayoría son de Canterlot, así que, puedes empezar ahora.

Las órdenes no eran precisamente algo que Discord apreciase, pero debía cumplir con todas esas tareas, aunque fueran demasiado fáciles para alguien con su dominio en la magia. De inmediato se puso a revisar lo que había escrito en aquel pergamino, centrando su atención en las diferentes actividades que tendría que realizar, estaba en lo cierto, la mayoría de las tareas eran simples.

Celestia se paró por un segundo mientras el señor del caos posaba su vista en el pergamino, de repente recordó todo lo que había visto en el sueño, obviamente ahora era algo así como un adulto, aunque se comportase como una cría, no podía creer como una diferencia tan grande se produjo entre su juventud y su actualidad. Mirando su cuerpo recordó las heridas que le habían hecho, todas las flagelaciones por las que había pasado; entonces llegó a recordar aquel momento en el que lo observó como alguien totalmente distinto al Discord que conoció la primera vez que se le enfrentó.

Su mirada, sus gestos, incluso la forma de hablar que tenía, diferían y creaban a un Discord que era indescifrable, si antes que lo conocía solamente bajo el título de enemigo, no pudo responder a la pregunta ¿quién era? Ahora que empezaba a conocerlo, la respuesta se hacía más inalcanzable.

Pero dejando de lado el detalle de no poder encajarlo en una definición, podía ver la bondad que había en su corazón, estaba muy oculta, pero la tenía después de todo, a pesar de haber perdido aquella mirada que tenía cuando era más joven. Estos detalles, además del hecho de que a su lado empezaba a sentirse más… ¿a gusto? No sabía describirlo, pero cuando él estaba cerca fácilmente podía ser ella misma, sin actuar, sin fingir, realmente podía ser Celestia.

Y esa era la característica más esencial de aquella extraña amistad que habían entablado: cada uno parecía complementar al otro; eran palabras demasiado fuertes para el gusto de la princesa, pero debía admitirlo, también estaba el hecho de que durante toda la historia que había revivido durante el sueño que compartieron, se preocupó en más de una ocasión por el joven Discord, se horrorizó y hasta sintió muchas de las emociones que él sintió durante su estadía en los lugares donde lo llevaron.

En ese momento, una sutil, pero fuerte emoción tomó control de la princesa, observar al señor del caos a contraluz, junto con la nueva definición que iba formando de él conformó una extraña sensación de ligereza, de atemporalidad, de irrealidad. Simplemente lo observó con otros ojos, como nunca lo había imaginado antes; de alguna forma, aquel extraño ser, se convirtió en un objeto de contemplación, sus sentidos se prestaban a tomarle atención, tratando de develar sus secretos más ocultos. Pero este levantó la vista del pergamino, una vez que sus ojos hicieron contacto, ella inmediatamente regresó a la realidad, tratando de evitar el rubor en sus mejillas.

- ¿Te pasa algo? Estás menos molesta que de costumbre. Dijo el Draconequus

- Nada, respondió la princesa, dando un golpe en la cabeza al señor del caos con el pergamino, después de haberlo enrollado en el aire con su magia.

- Espero que esta vez te tardes una semana, no es muy grato ser víctima de tus apariciones repentinas.

- Oh, ya me preguntaba dónde estaba Trollestia.

- Bueno, hoy no tengo mucho tiempo y de hecho estoy retrasada, así que nos vemos dentro de una semana, ¿te queda claro?

- Esta bien su molestia real.

La princesa se limitó a fruncir el ceño y sacar la lengua, para después salir corriendo.

Lo bueno de realizar las cosas sin una planificación estricta, era que los contratiempos solo ayudaban a ver posibilidades de acción en lugar de fracaso. Entonces, si no podía molestar a Celestia, podía molestar a otra princesa.

De forma casi mágica se apareció la princesa Luna en el pasillo, llevaba sus vestimentas de vigilia nocturna, armadura y casco, había escuchado la sugerencia de Kibits de mejorar su imagen a partir del gran aspecto que ganaba con su vieja armadura real.

Cuando ambos se vieron inmediatamente supieron lo que pasaría.

- Oh no.

- Vamos, sé que lo disfrutaras. Acto seguido el señor del caos chasqueó los dedos, ambos aparecieron en el techo, sentados en una mesa grande, con un desayuno digno de la princesa.

Extrañamente los platillos donde se encontraban los distintos bocadillos, pasteles, etc no se caían, la gravedad parecía estar invertida solamente para los dos.

- ¿No puedes hacer esto de otra forma?

- Si quieres podemos desayunar en la ventana, pero es demasiado raro.

- No mejor déjalo como esta. La princesa de la luna levanto un pastelillo de chocolate. Al darle un bocado, este cambió de color y sabor inmediatamente.

A veces la caótica magia del Draconequus podía ser muy llamativa, a lo cual la princesa dio otro bocado, esta vez el sabor era de frutilla, disfrutando de aquel pequeño gesto que el caótico ser tenía con ella.

- Está delicioso, pero espero que esta vez no tenga purgante.

- Nada de eso Luna, las mejores bromas son las que se hacen solamente una vez.

- Oh, pero que alivio. Respondió la princesa en tono sarcástico.

El señor del caos tomo la taza de café mientras levantaba el pergamino.

- Celestia me contó que no podías mantener una rutina.

- No, la rutina es quedarse en un orden de acciones, hacerlo de forma aleatoria me parece mejor.

- Bueno, debe existir algo de orden, el caos no puede manejarlo todo.

- Concuerdo contigo, pero es mejor aprender a vivir con la cantidad justa de caos.

- No sé muy bien si es lo mejor; pero cambiando de tema, tengo que decirte que me parece genial que trates de pasar más tiempo con Celestia.

Discord se limitó a levantar una ceja, esperaba aquellas palabras de cualquier poni, menos la hermana de Celestia ¿Qué tenía todo el mundo con las historias de amor imposible?

- Esperaba esto de Fluttershy y de sus amigas, pero no de ti, pensaba que eras la única que podía pensar de forma cuerda en este tipo de cosas.

- Es que el amor no tiene un sentido racional; cualquier cosa puede ser posible dentro de él, eso lo convierte en cierta forma en algo caótico y ¿acaso no te gusta el caos?

- Bah, con los ponis no hay caso.

- Cálmate. La princesa de la Luna podía ser más molesta que su hermana y al mismo tiempo tener razón, era extraño, pues Discord simplemente no pudo refutar sus razonamientos.

La princesa se limitó seguir comiendo su pastelillo multi sabor con una expresión de victoria en su rostro.

- Entonces, me dirás por qué sueñas con ella o no.

- Así que has estado entrando en mis sueños.

- Fue un accidente, pero sí, sí lo hice. Dijo la princesa, adoraba tener al señor del caos contra las cuerdas; después de todo esa era la mejor manera de cobrarse todas las bromas que le había estado haciendo durante los últimos meses – ahora dime ¿cuál es la razón para estar bailando con mi hermana en tus sueños?

Discord puso su garra en su mentón, para pensar en una salida, mientras trataba de tomar su pastelillo, pero le fue arrebatado por la magia de la princesa de la noche; para evitar que se llene la boca para no responder o en el peor de los casos, para evitar que hable con la boca repleta.

- Bueno, como entiendes los sueños sabrás que son momentos aleatorios y sucesos fuera de toda lógica o control, cualquier cosa puede pasar, recuerdo la vez que soñé que te convertía en piedra y te coloreaba con una linda tonalidad de rojo y amarillo con puntos negros, claro que antes te puse una nariz de payaso y un maquillaje demasiado gracioso.

Lejos de sentirse intimidada, la princesa se dio por satisfecha.

- Sí, es así; pero espero que tus inclinaciones no hayan interferido, porque de ser así, debo advertirte que mi hermana es una poni complicada, no sé mucho de su pasado romántico, pero sé muy bien que ahora es mucho más difícil llegar a su corazón.

Sin mediar más palabras, la princesa desapareció del lugar, evitando cualquier represalia en forma de bromas, dejando a un Discord confundido, pensativo. Quería evitar ese tipo de pensamientos, pero ahora ya los tenía en la cabeza. Luna había jugado muy bien sus fichas, el único consuelo que tenía era el de haber puesto gusanos en el ingrediente del pastelillo.


Bueno mis estimados lectores, eso es todo por hoy, lamento la demora, es que me encuentro en época de exámenes y trabajos finales, por lo cual no tendré mucho tiempo para continuar con el fic (al menos durante este mes). Sin embargo tengo planeado terminarlo antes de que salga Equestria Girls 3, porque quiero realizar otro fic (del que saque un Spoiler XD como si fuese una película), el cual tratará de profundizar la magia de la amistad (y con el que me siento muy emocionado).

Así que se puede decir que el final se está acercando. Nos leemos luego.

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