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Discord

by Filomental

Chapter 28: Adiós a Iron Mane… Parte: 5

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Capítulo 28: Adiós a Iron Mane…: parte 4

Este capítulo me resulto algo extenso por la cantidad de cosas que debía tocar, en fin, espero que lo disfruten.


Pero de pronto, un sonido llegó del exterior, un sonido metálico, parecido al producido por las espadas, varios gritos y al poco tiempo, varios ponis se movieron por el pasillo, sus sombras se dibujaron por la pequeña franja que existía entre la puerta y el piso.

Desde la diminuta celda donde se encontraba, Discord pudo percibir la gran cantidad de movimiento que existía en los pasillos, el sonido de los cascos de distintos ponis se hicieron escuchar, así como varios temblores; también advirtió la posibilidad de un enfrentamiento armado afuera, pero ¿cómo? Si todos los reclusos estaban tan inutilizados como él, no podían realizar una revuelta, mucho menos cuando la mayoría de ellos jamás había empuñado un arma.

Desde dentro, el irreconocible Draconequus, puso más atención al exterior mediante sus sentidos, una oreja estaba apoyada en el suelo, la otra en el aire, moviéndose de lado a lado para captar cualquier sonido nuevo y extraño.

¿Quién estaba ahí fuera?

Entonces, sus ojos rojos se abrieron de par en par cuando pensó en Argos, sí, quizás su guardián lo había seguido hasta allí y había esperado el mejor de los momentos para sacarlo, la noche era un momento idóneo para semejante operación de rescate. Una chispa de esperanza se encendió dentro de su corazón, pronto, una sonrisa se dibujó en su rostro, al pensar en aquella posibilidad.

Celestia se inclinó a su lado, para ver mejor la expresión casi irreconocible, debido a la deformación de su rostro, la inflamación de su rostro era lo peor. Nunca antes había sentido semejante preocupación por Discord y esperaba olvidar ese hecho, pues al ser un recuerdo, no había nada que hacer, ya que Discord seguramente había salido con vida de aquel lugar. Sin embargo para ser franca consigo misma, deseaba que el recuerdo terminase en ese instante, pues temía que los siguientes recuerdos mostrasen aquella mirada tan noble, tan buena, borrada para siempre. Odiaba saber cómo se había originado el mal en su corazón y deseaba no ver como este afloró; pero debía hacerlo, por diferentes motivos.

No comprendía muy bien lo que estaba ocurriendo con sus emociones, el hecho de ver a Discord en tal estado haría que cualquiera sintiera tristeza, pena, incluso compartiera el dolor de semejante tortura; pero lo que le hizo sentir fue algo mucho más profundo, y aunque aquel no era el momento de pensar en ese tipo de cosas, su corazón estaba realmente preocupado, tan devastado, que de pronto, volteó nuevamente para encontrar a Discord en aquella extraña habitación, pero seguía sin aparecerse, tenía una necesidad incontrolable de curar las heridas que el joven Discord había mantenido hasta el presente. De forma ciega, sus sentimientos empezaron a desbordarse, haciéndola desear hablar con el Draconequus, ver si había superado todo aquello y de no ser así, tratar de ayudarlo a hacerlo.

Los latidos del corazón del joven Draconequus no paraban de incrementar, la esperanza de salir de aquel lugar infernal que lo veía morir era tan fuerte que incluso comenzó a arrastrarse por el piso a la puerta, para ahorrarle tiempo a su guardián y este pudiese sacarlo lo más pronto posible.

Muchas veces, cuando deseamos algo desesperadamente, cuando el miedo nos invade de forma sigilosa y atrapante podemos ser presa fácil para las más descabelladas palabras de aliento, presas de nuestra esperanza, el reo Discord se encontraba en un estado tan lamentable que su corazón y mente, ingresaron en aquel laberinto con salidas falsas.

La expresión de su rostro cambió cuando la puerta se abrió, no era Argos, era un poni terrestre, obviamente no lo conocía, pero este al parecer sí, ya que lo reconoció de inmediato.

- Lo tengo, está en esta celda.

Un grupo de ponis galoparon hasta el lugar.

- Dense prisa, los refuerzos no tardarán en llegar, debemos irnos para cuando lleguen. Dijo otro poni.

La luz del fuego era algo único, sentir nuevamente su calidez, aun después de un tiempo tan corto, en relación al que seguramente Clover y otros habían pasado, era sencillamente conmovedor; pues a esas alturas empezaba a aceptar la triste muerte a la que lo habían sentenciado.

Sin embargo, no tenía la menor idea de lo que hacían aquellos ponis en un lugar como La Montaña, aunque por el momento no necesitaba más explicaciones.

-Debemos sacarlo rápido.

- No se puede mover, tiene las patas completamente fracturadas y está perdiendo sangre.

- No hay problema, ustedes dos, vengan y ayúdenme a cargarlo.

Sin mucho cuidado ingresaron en la celda, tres ponis terrestres y levantaron del suelo al joven Draconequus, quien tuvo que contener sus gritos de dolor, ya que no podía llamar la atención.

- ¿Qué hay de los demás ponis? Preguntó uno de aquellos rescatadores.

- No podemos llevar a más de uno y Sharp pidió que le llevemos exclusivamente a este. Respondió el que parecía el capitán del pequeño grupo.

Los pasos de los ponis se aceleraban y Discord era extraído del lugar que estaba destinado a ver sus últimos y amargos momentos, sin embargo, no pudo evitar observar la pared donde yacía el nombre de Clover. Aquella unicornio seguramente había demostrado llegar al punto del control y la aceptación de su muerte, pero sin arrepentirse por lo que había hecho, a diferencia de Discord, que se había dejado morir en esos instantes. Y ahí yacía la prueba palpable, Clover la sabia estuvo aquí, no dejo que estas cuatro paredes devoraran su interior, por grande que fuese el dolor, el miedo y el sufrimiento que sopesaron en su lomo.

Ahora que los pasos de los ponis lo alejaban más y más, sentía que si salía de aquella prisión atroz, saldría incompleto, pues una parte de él se había quedado prisionero de aquellas paredes, las mismas que lo habían sentenciado al olvido, al anonimato.

Los pasillos se hacían cada vez menos sofocantes, dando paso al aire y la esperanza propios del exterior, aquellos aires inexistentes en el semejante claustro; el joven Draconequus estaba siendo rescatado finalmente, aquella posibilidad que se había vuelto nula volvía a presentarse.

Unos minutos fueron como una eternidad, mientras la mente del prófugo imaginaba cien posibilidades, en las cuales los planes de sus liberadores era frustrado y lo volvían a encerrar en aquella espeluznante celda.

- ¡Se acercan! Anunció uno de los ponis.

- Descuida, ya estamos cerca de la salida, apresuren el paso, en tierra somos más veloces que ellos.

Pero si salían, entonces no perdían aquella única ventaja, cómo era posible que los ponis terrestres pudieran pensar en aquel plan tan alocado, porque además, se encontraban en un territorio que solamente los pegasos podían ocupar de forma eficiente, pues su vuelo les daba una ventaja mayor que cualquier espada.

- Las puertas, se están cerrando.

El galopar del grupo que llevaba en sus lomos a Discord de manera sincronizada, galopando flanco a flanco se incrementó. Debido a la falta de movilidad, así como de energía, Discord se limitó a observar el techo, el camino recorrido por sus salvadores daba muchas curvas e incluso se podía apreciar una gran cantidad de puertas, seguramente en una de ellas Swamp y la anciana habían muerto. ¿Por qué entre todos ellos, lo salvaban a él?

- Vamos, estamos a punto de lograrlo, no nos impedirán salir de esta maldita prisión.

- ¡Deténganse en este instante! Esa era la voz de Broken Wing, y a juzgar por el sonido de sus cascos, se acercaban más y más, quizás debido a la carga que los ponis terrestres tenían que llevar.

Cuando finalmente pasaron por la puerta principal, el prófugo pudo observar los gruesos barrotes de acero, con una terminación en punta a pocos centímetros sobre él, estaba cerrándose; una vez más, agradeció dentro de sí, aquel regalo que le habían dado: la posibilidad de seguir con vida y de seguir con su sueño, eso desde luego, era más grande que cualquier fortuna.

- Dense prisa, el transporte no tarda en llegar.

El joven Draconequus se mantuvo tranquilo, sintió una leve punzada en la espalda, pero no le tomó la menor atención; ya era libre y eso era lo que importaba ahora.

De pronto, fue puesto en el suelo con rapidez, obviamente sin el cuidado debido, logrando el dolor de las fracturas del ex reo le enviaran señales de dolor inaguantables.

- Rápido, dale un poco de anestesia.

- Gracias. Dijo de repente el futuro señor del caos mientras una inyección le era administrada; pero lo dijo con tan poca fuerza – que era lo que le quedaba después de una experiencia tan horrible – que su agradecimiento no fue escuchado, debido a que el sonido del viento era más fuerte.

Sus ojos se iban cerrando, para descansar. Sin embargo, pudo sentir como unas patas, no muy distintas a su garra de águila lo sujetaban de sus antebrazos.

- Rápido, tenemos que sacarlo de este lugar.

Acto seguido, el cuerpo del Draconequus le comunicó, que de alguna forma estaba volando por el aire.

- Ustedes los grifos son muy convenencieros.

- Estamos del lado de los ganadores y ciertamente, los pegasos perdieron hace bastante tiempo.

Después de estas últimas palabras, el Draconequus se quedó inconsciente.

Las imágenes, así como el sonido se cortaron, nuevamente debido a la falta de consciencia que Discord tuvo en el momento.

En aquellos momentos, nuevas dudas surgieron.

¿Por qué lo habían salvado? ¿Cómo era posible que los grifos traicionasen de esa manera a los pegasos si siempre fueron aliados naturales? ¿A dónde llevaban al joven Draconequus?

Ni Luna ni Celestia pudieron responder a las interrogantes; por lo cual debían esperar, era más que evidente que saldría con vida de todo aquello, pero no de esa forma, pues ambas llegaron a imaginar que Argos era quien había ido a salvarlo.

La obscuridad continuaba dentro de aquel espacio imaginario; sin embargo, el sonido de varias provino de todas partes, formando un eco que ambas pudieron escuchar atentamente, no reconocían la voz, pero por lo visto, no se encontraban más en La Montaña.

- Señor, algo nos está siguiendo desde hace más de quince minutos.

- No, no puede ser, derribamos a los pegasos y un unicornio no es tan veloz.

- ¿Qué es eso? Dijo una voz horrorizada.

- No parece ser un minotauro. Informó otra voz. También pudieron escuchar el sonido del viento que pasaba por el lugar.

- Lo bueno es que estamos en viajando por aire, el no podrá alcanzarnos.

- Vuelen más rápido. Ordeno una de las voces.

De pronto, el sonido se enmudeció, nuevamente la habitación se encontraba bajo una obscuridad y silencio completos. Pero no pasó mucho tiempo hasta que los sonidos volvieran a hacerse presentes.

- Se tardaron mucho tiempo, está en muy mal estado, no podrá servir para los estudios que el Rey quiere hacer.

- Nos costó tres ponis traerlo hasta aquí, no puede ser por nada.

- Lo lamento capitán, pero no vivirá el tiempo suficiente para sacarle nada de provecho, quizá una disección, pero no podré sacar muchos conocimientos útiles para la causa.

- Sharp, tiene que, el sacrificio de nuestros camaradas no puede ser en vano.

- Lo intentaré capitán, pero usted debe venir conmigo.

- Desde luego que sí.

Nuevamente los sonidos se detuvieron, al parecer la consciencia de Discord pudo retener alguna información cuando este se encontraba bajo efectos de aquel sedante que le habían suministrado.

No obstante, aquella cantidad tan minúscula de palabras, era un indicador de la respuesta al por qué lo habían recatado, probablemente era para experimentar con él. Pero en el conocimiento de Celestia, los ponis no conocían de ciencia avanzada hasta después de trescientos años después de que ella y su hermana encerraran a Discord en su prisión pétrea, ¿qué significaba todo aquello?

Luna se preguntaba lo mismo, pero también le surgía la duda ¿qué era el conocimiento útil para aquellos ponis?

Las voces de ambos ponis se hicieron audibles nuevamente. Retumbando en las paredes de aquella extraña habitación donde se encontraban.

- ¿Por qué lo trajo al laboratorio? ¿Acaso no dijo que no serviría de nada una disección?

- Lo trajimos aquí porque este no es un hospital y mis conocimientos de medicina son limitados. Tráeme aquel pedazo de plata que está sobre la mesa.

- ¿Para qué lo necesita?

Sus heridas abiertas no cicatrizarán y además están gangrenadas, debemos cortar una gran cantidad de músculos y hueso. No puede perder más sangre, por lo cual deberemos cauterizar las heridas.

- Eeem está bien.

- Agarre esta extremidad.

- La pata de águila.

- Sí, deberemos amputar sus garrras, el resto se puede salvar.

Los sonidos se volvieron a apagar, esta vez, de forma pausada, conforme pasaba el tiempo, el sonido de distintos instrumentos se presentaban de forma aleatoria, en un completo desorden, hasta que de pronto, una imagen comenzó a generarse.

Las paredes comenzaban a desaparecer, conformando una niebla blanca, dificultando la vista entre ellas; pero ello no importaba, pues la imagen principal se encontraba justo en frente. Pero estas no tenían nada que ver con lo que estaba pasando.

El joven Discord empezaba a recordar momentos del pasado, momentos fugaces, pero felices que había tenido en aquel corto lapso de tiempo que llamaba vida.

- Discord, es mi nombre y soy el mejor mago del mundo. Decía mientras se encontraba sobre una piedra en el lago, haciendo flotar varios objetos en diferentes direcciones, sin que ninguno de ellos llegase a chocar – observaba su reflejo mientras sonreía antes de pronunciar otras palabras – muy pronto…

- Discord, deja de jugar, concéntrate. Decía Star Swirl mientras lo hacía levitar en el aire.

- Perdone maestro, es que su sombrero se ve ridículo.

- ¡¿Qué?! Mi sombrero es único, ninguno de los magos se atreve a ser tan original como yo.

- jajajaja.

- Deja de reírte…

- Gracias por su ayuda, decía la pequeña huérfana mientras su hermano menor le obsequiaba su oso de trapos.

- Descuiden, solo hago lo que debo hacer…

Pero las imágenes cambiaban hasta llegar al día en el cual fue capturado, para pasar violentamente al momento en el que había sido torturado y cambiando nuevamente al momento en que pudo conversar con Gold Mane.

- …un soñador solamente sueña, alguien realista como yo: crea un imperio…

- … me dijo que quería un trato especial contigo, así como el de la última unicornio que estuvo en esta suite de lujo…

El tiempo pasaba volando mientras aquel estado de sueño que Discord tenía, continuaba avanzando, hasta llegar a una imagen artificial. En la cual se encontraba junto con una gran cantidad de ponis, estos lo rodeaban y sonreía, Discord hacía de su magia un medio para facilitar el bien común, pues hacía aparecer casas, curaba enfermedades y trataba de solucionar problemas entre los ponis y estos le correspondían de forma agradecida y aunque no le dieran nada a cambio, salvo su agradecimiento y aprecio, Discord estaba feliz.

Pero en mitad de aquella imagen reveladora para las princesas, la propia voz de aquel Discord resonó en las paredes.

- ¿Por qué? ¿Por qué? Se repetía una y otra vez.

Hasta que de pronto, las imágenes comenzaban a obscurecerse hasta desaparecer, junto con la pregunta ¿por qué? Que se hacía cada vez más débil, hasta convertirse en inaudible.

Una pequeño punto de luz se creó e inicio a agrandarse, hasta mostrar una imagen.

El joven Discord se quedaba en una habitación algo amplia, sobre una camilla.

- Sharp, el espécimen ya despertó.

- Muy bien, iré en seguida. Las voces provenían desde fuera de la celda, por lo cual, Discord no pudo ver a sus dueños.

No paso mucho tiempo hasta que las princesas y Discord viesen el estado en el que se encontraba.

Había perdido su pata de águila, así como sus alas, trato de levantarse, pero si no podía mantenerse sentado debido a los mareos momentáneos que tenía, mucho menos podría caminar o pararse. Así que se limitó a revisar su cuerpo mientras se mantenía acostado sobre la camilla.

El horror de perder su pata de águila lo atormentaba, pero mantenía la compostura para revisar mejor el resto de su cuerpo, sus patas se encontraban entablilladas y dos dedos de su pata de león habían sido cortados de raíz, dejándolo con gran incertidumbre; además, varias seccuines de su cuerpo tenían suturas, desde el tamaño de la punta de un dedo a la del tamaño de un pincel.

Pero algo lo detuvo en su revisión, tenía una sutura en su pecho, ignorando la gran cantidad de pelo que había perdido hasta entonces, pudo apreciar una protuberancia en su pecho. Era muy molesto, pues lo que fuera que estuviese dentro de su pecho y muy cercano a su corazón creaba una presión que no le dejaba respirar y que se sentía con cada latido de su corazón.

¿Qué era todo aquello?

El sonido de unos cascos provenientes advirtió la presencia de algún poni, posiblemente era Sharp. Quien abrió la puerta con una llave que guardó inmediatamente después de entrar, era un poni terrestre con el pelaje de color magenta, su cutie mark era una lupa y llevaba puesto un guardapolvo, su estilo de vida al parecer era muy agitado, pues su melena estaba completamente despeinada y grasosa, así como su cuidado físico, pues poseía una figura algo curvada en el lomo y una una falta de musculatura en todo el cuerpo, sin embargo su mirada fría y decidida se posaba de forma persistente en el joven Draconequus, tratando de analizar lo que había dentro de este, tratando de descubrir sus secretos.

- Mi nombre es Sharp ¿Cuál es el tuyo?

- Discord.

- Muy bien Discord, supongo que ya te habrás dado cuenta del precio que tuviste que pagar para seguir con vida. Dijo indicando su pata y observándolo.

- Me gustaría que me siguieras para explicarte mejor una pregunta que de seguro te has hecho durante el corto tiempo que has estado despierto. Traigan la silla aquí.

Acto seguido, un grupo de ponis terrestres llevó consigo una silla hecha de metal, con ruedas y unas agarraderas atrás. El joven Discord desde luego pudo intuir para que servían, así que cuando los ponis se acercaron para llevar al joven Draconequus a su transporte, este no dudó en dejare llevar.

Una vez que lo sentaron en la silla, uno de los ponis se quedó para empujar la silla, mientras el otro se iba a ocuparse de su trabajo.

- Gracias corceles, ahora, ven conmigo. Ordenó el extraño sujeto de la bata blanca, mientras el poni empezó a empujar la silla en la cual Discord se encontraba sentado y con la cola enrollada sobre sus patas.

- Este lugar es desconocido por todos los ponis, incluso los terrestres, esta es la clave para ganar la revolución que nuestro Rey lleva junto con nosotros.

El paseo continuaba mientras ambos pasaban por una plataforma de metal, desde la cual se podía ver una gran cantidad de ponis trabajando, algunos con bata blanca como Sharp y otros como el poni que lo empujaba, con un overol de color verde.

- Ir contra las fuerzas del Gold Mane sería una locura, todos lo saben y creen que esa supuesta superioridad es permanente. Siempre nos creerán inferiores.

- Pero esa es su debilidad, tanto pegasos como unicornios son demasiado vanidosos como para pensar en la capacidad de los ponis terrestres.

- ¿Capacidad?

- Desde luego que sí, tenemos la capacidad de trabajar más que cualquier otra raza de equinos, nuestra resistencia al trabajo es mucho más grande que la de cualquiera.

- Pero eso es lo que siempre dijeron de ustedes, es por eso que…

- Sí, pero nunca entendieron bien nuestra capacidad especial, no solamente se centra en el trabajo duro. Mira bien este lugar, en menos de diez años hemos logrado lo que ellos lograron en más de cinco décadas y en conocimientos hemos avanzado más allá de lo que ellos lo han hecho.

Discord observó el lugar y pudo apreciar la veracidad de sus enunciados. Los ponis terrestres se encontraban trabajando de manera conjunta sin dubitar por un instante, como si su vida dependiera de ello.

- La clave para conseguir nuestra liberación se encuentra en nuestra capacidad, llevada a todos los campos, no podremos utilizar la magia como los unicornios, pero podemos manipular los elementos, creamos acero, creamos medicamentos, podemos cambiar nuestro entorno.

- No podemos volar como los pegasos ni cambiar el clima, pero podemos plantar, cosechar, y podemos ser soldados si lo deseamos.

- Pero una batalla contra ellos es una locura.

- Claro que sí, si vamos casco contra casco tenemos las de perder y eso es lo mejor, pues todos piensan que es así como será.

- ¿A qué te refieres con eso?

- No podemos generar soldados con capacidades iguales a las de ellos, pero podemos generar armas que anulen sus capacidades. Un ejemplo es el cristal negro de los Umbrum – debido a la existencia de los ponis de las sombras (Umbrum), puedo intuir que los cristales donde yacen que serían también los cristales respectivos del rey sombra con los cuales se anuló la magia que Shining Armor podía realizar – anulan la capacidad de realizar magia en cualquier criatura una vez entra en contacto con ellas.

- Entonces piensan usarla contra los unicornios.

- Desde luego que sí, pero debemos fabricar un arma mejor que el arco y flecha, estamos trabajando en ello y cuando esté lista, serán presa fácil para nuestros soldados.

- Creer que podemos superarlos es el motor que impulsa a todos aquí, cada nuevo conocimiento debe ser utilizado al máximo, esta ventaja es la que nos asegura el éxito.

- Y si ganan ¿qué es lo que van a hacer?

- Someterlos al mismo destino desde luego, pero no seremos tan ingenuos como ellos, nuestra superioridad será eterna y de eso Smart Cookie estaba segura antes de morir. Dijo mientras su mirada se posaba en un mañana mejor para los ponis terrestres y sonreía.

No podía creerlo, ahora el pensamiento de la poni terrestre era tergiversado y quizás ya no había marcha atrás. Pero Discord comenzaba a perder interés por aquella revolución, es más, deseaba alejarse completamente de ella, ya que no lograba igualar las cusas, mucho menos cambiarlas, solamente aseguraba otra cabeza, pero el cuerpo de malvad, infamia y sufrimiento continuaba existiendo.

- En eso entras tú, veras el teniente Burn nos informó de la capacidad de magia que poseías y debido a que estás de nuestro lado, estoy seguro de que nos ayudarás con la magia.

- Lo siento pero…

- A estas alturas, temo que debes ayudarnos, quieras hacerlo o no. La mirada de Sharp se convertía en la de un poni desquiciado, desde luego, fue razón suficiente para que Discord chasqueara con dolor los dedos, tratando de salir de allí.

- Me temo que estarás aquí el tiempo necesario, después te podrás ir. Pero tu magia no es exactamente lo que quiero.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Aprender sobre la relación entre la magia y la mente, debe haber una razón para que alguien pueda controlar la magia, en los libros de magia de ponis no hay nada referido a esto, solamente se preocupan por como hacerlo, pero nunca del porque o como es posible hacerlo, si logro averiguarlo, posiblemente los ponis terrestres podamos usar magia en un futuro.

- ¿Qué te hace pensar que yo te ayudaré?

- Nada, puedo averiguarlo por mi cuenta, en especial si tengo un espécimen de experimentación y de magia como tú. Mira lo que una gota de tu sangre puede hacer. Dijo mostrando un pequeño frasco donde yacía un pequeño escarabajo hecho de piedrecillas.

- La magia que posees es distinta a cualquier otra que haya visto o estudiado y quizás sea la clave para entenderla.

Sharp observó con su mirada fría a Discord, quien chasqueó nuevamente los dedos, tenía que salir de allí.

- No te molestes, te implante un trozo de cristal Umbrum en tu pecho, si tratas de sacarlo, te arriesgas a quitarte la vida.

- Por qué lo hacen, hay mejores formas de lograr la igualdad.

- Eso creímos desde hace siglos atrás pero ya es tiempo de ser ingenuos y lograr nuestra libertad de la tiranía de los pegasos y unicornios, si para ello debemos destruirlos, que así sea. Llévenlo a su celda, debo ir a revisar el experimento 57.

- Mientras era enviado a su respectiva celda, en su estado de impotencia, el joven Discord observó un cascaron de huevo, del tamaño de un puño, la criatura debía estar cerca y cuando dobló en una esquina de la plataforma, elevada sobre aquellas gigantescas instalaciones que seguramente se encontraban bajo tierra, pudo observar a una pequeña criatura, no más grande que el tamaño de un casco. Y hasta pudo escuchar a los ponis que seguramente estaban a cargo de aquel experimento.

- Es un fracaso, su cuerpo está muriendo, avísenle a Sharp, el cruce entre especies Dragonidae fue posible, pero existen varios problemas.

- Pienso que un nuevo espécimen podría ser factible, después de todo, si ofrece la capacidad de domesticación de las hidras bebes, pero es una investigación alargo plazo y no creo que tenga utilidad inmediata, nuestro Rey tendrá que esperar para tener criaturas como está a su servicio.

- Correcto, tomen algunas muestras de sangre y lleven a disección esta misma tarde. Dijo finalmente Sharp quien había llegado a tiempo para escuchar las conclusiones de sus colegas.

- Y qué pasará con el nuevo espécimen.

- Tomaré muestras de él y lo sacrificare en la noche, una disección completa y análisis de tejidos nos darán los resultados que queremos.

Cuando el joven Discord llegó a su celda, fue puesto sobre la camilla y encerrado nuevamente. Era irónico, su celda había mejorado, incluso su trato, pero aún moriría y peor aún su muerte sería aprovechada para esparcir dolor y sufrimiento, qué sentido tenía todo aquello, ¿realmente debía pasar todo aquello?

Las preguntas destrozaban el poco control que Discord tenía sobre sí mismo, ya nada tenía sentido, todo era absurdo, incluso su muerte resultaba no ser tan mala ya.

¿En algún momento él fue libre de elegir? ¿Qué podía hacer frente todo ello? Su respuesta fue simple. Nada, nada era lo que podía hacer, no había ningún significado detrás de todo lo que acontecía. Entonces, una risa se apareció en su rostro, ambas princesas vieron entonces surgir de las cenizas del joven Discord, a un nuevo Discord.

La risa de Discord era tan falta de objeto, tan demencial que no tardó en llamar la atención de varios guardias.

Pero de pronto, pudo observar dos mariposas en su celda, extraño claro, pero estas volaban la una junto a la otra, ignorando el proceso por el que estaba pasando, ignorando su muerte, incluso cuando una de ellas se cayó al piso, porque se acercó a una esfera que despedía luz sin necesidad de fuego.

La otra mariposa seguía volando, entonces, el lo comprendió, el orden y el caos, estaba constantemente dando vueltas, uno hacía un movimiento mientras el otro realizaba uno distinto, uno perdía otro ganaba, uno quedaba, para después ser aplastado por el otro y este por el otro así sucesivamente.

Aquella iluminación explicaba todo lo que había pasado, explicaba el porque de todo aquello y también mostraba un hecho esencial y este no era otro que el orden; todos deseaban el orden, si no era el orden impuesto, querían imponer uno nuevo, siempre artificial, pues el orden y el caos que no podían ser comprendidos por la mente eran desechados, odiados y temidos. Pero entre estos dos, el caos siempre resultaba evadido, siempre daba miedo y siempre resultaba ser el destructor del orden.

Era tan claro, nadie podía tolerar el caos, nadie podía tolerar el caos verdadero. Aquel que es espontáneo, aquel que es inesperado y desde luego aquel que terminaba poniendo en evidencia la falta de perfección de todo y de todos. Este cuestionamiento casi natural, era evitado a toda costa, pues nadie estaba dispuesto a enfrentársele.

EL caos era aquello que él deseaba, pues este se alejaba de todo y al mismo tiempo lo cambiaba todo, junto con el orden, solamente el caos era capaz de cuestionarlo y destruir todo orden, para que después este regresara de su destrucción, cambiado, justamente lo que Discord estaba realizando consigo mismo.

El orden artificial era el más deseado, el más apreciado y al que consideraban siempre como bueno, como perfecto y era defendido valientemente por los que creían en él, escapando así del caos, de la incertidumbre y de su poder transformador, cuestionador y destructivo.

Tanto les costaba a los ponis y a los seres con uso de razón aceptar el caos, tan perturbador y destructivo era que nunca nadie en su sano juicio lo elegiría, pero en aquella celda, un ser de entre todos ellos volteó su vista y se entregó al poder más indeseado de todos, al poder del caos y al hacerlo, se destruía a sí mismo.

Dejaba todas sus emociones, todos sus sueños, aspiraciones, todo aquello por lo que había luchado, dejaba el bien y el mal atrás para poder ser consumido y consumir el caos; saboreaba su esencia perdiendo la capacidad de sentir; lo pensaba, perdiendo la razón; se encontraba a sí mismo encontrándose en el olvido. Dentro de aquella celda, la magia comenzaba a generarse, una contradicción de energía negra positiva y negativa, donde ninguna ganaba, donde ninguna tenía un sentido exacto, las paredes comenzaban a derretirse, el piso se convertía en espuma de jabón, los barrotes en palillos, mondadientes gigantes, otros simplemente desaparecían y aparecían cosas nuevas, ina flor en el techo, una mosca del tamaño de un poni en el piso, un delfín del tamaño de una cabeza nadaba en la espuma, para salir volando, la camilla comenzaba a flotar en el aire, su mirada se convertía en una mirada sin sentimientos, sin sentido, no expresaba nada en absoluto, pero en cambio producía en las princesas temor, incertidumbre.

El joven Discord ni se molestó en levantarse, seguía pensando, seguía destruyéndose a sí mismo, perdía la razón a cada segundo o mejor dicho, cambiaba de razón, su mente empezaba a ser cuestionada, a ser destruida y reconstruida, la nobleza se marchitaba, la maldad se desquiciaba, el bien perecía y el mal desaparecía, creando un vaciado de todo lo que Discord hubiese sido en el pasado creando al único señor del caos que había logrado renunciar a todo, incluso a sí mismo, elevándose y cayendo al mismo tiempo. Perdiendo todo sentido.

Demencia era la única cosa que Celestia pudo tener en mente, Discord empezaba a convertirse en un loco, en un demente, nada tenía sentido ¿cómo era posible semejante transformación?

Cuando llegaron varios guardias pudieron observar el estado en el cual Discord se encontraba.

- No es posible, no tiene sentido.

Pero antes de que pudieran actuar, un brazo poderoso los noqueó de un solo golpe, la fuerza fue suficiente para enviar a los tres guardias por los aires.

Discord se distrajo. No tardó en apreciar a Argos en la entrada.

- Hola Argos, has venido a sacarme. Dijo en tono irónico y riéndose de ello.

El guardián ingresó en la habitación, llevaba puesto un dige de invisibilidad, así como varios artículos, entre ellos el brazal de transportación, que tenía un límite, seguramente Argos ya había llegado a dicho límite. Él había seguido a Discord hasta ese punto.

- Anda Argos, sácame de aquí, tenemos mucho, pero mucho trabajo por delante.

Argos levantó a su protegido con sus manos, llevándolo de forma cuidadosa.

- Me impresiona cuán lejos puedes llegar por un amigo.

Argos se detuvo en seco, pero continuó caminando a los pocos segundos, aún quedaban residuos de la personalidad de Discord, pero conforme pasaban los segundos, estos eran consumidos de a poco.

Argos comenzó una carrera, sus sentidos le indicaban que varios guardias se encontraban detrás de ellos, su energía era mínima y no podía extraer nada de su protegido, la salida no quedaba lejos del lugar, debía hallarla.

Discord se quedaba al borde de la inconsciencia, sin embargo, no se permitiría entrar nuevamente en ese estado, debía quitarse el cristal Umbrum de su pecho.

- Saca el cristal Umbrum. Ordenó, pero no fue escuchado, Argos continuó su carrera, la cámara de basura se encontraba cerca, si lograban llegar, cumpliría la orden del Draconequus, pero antes debía ponerlo a salvo.

- Vamos, están por allá.

- Déjalos, el servicio especial se encargará de ellos, vamos a cerrar las puertas.

- Ignorando sus palabras, Argos se dirigió a la cámara, pronto saldrían de allí. La pluma de Roc era inservible, pues el lugar de destino era el castillo de Gold Mane.

No tardaron en llegar a la plataforma, Argos saltó por ella e inmediatamente llegaron a la planta baja, el ducto que enviaba a la cámara de basura era del tamaño de Argos, podrían salir sin problemas, ya que al cámara no era más que un elevador que enviaba la basura a lo más alto, y su salida estaba escondida en una cueva hecha de piedras, desde la cual el equipo de limpieza se encargaba de llevar al incinerador, juntándose con la basura de Green Field, lo cual servía para no levantar sospechas.

Discord recordó unas cuantas cosas.

- Espera. Argos se paró en el acto.

- Llévame allá. Dijo el joven Draconequus señalando a su izquierda.

"Experimento 57 se leía en la parte superior"

Debido a la lenta velocidad con la que Discord se destruía, aún podía permitirse sentir diferentes emociones.

- Levántalo, nos lo llevaremos. Ordenó a su guardián.

Una criatura del tamaño de un casco fue levantado cuidadosamente por la mano de Argos, quien tuvo que mantener a Discord en su hombro.

Una vez lo levanto, Discord lo tomó con su pata de león, ignorando el dolor de sus huesos rotos.

- Muy bien pequeño, saldremos de aquí.

Argos continuó con su carrera, pero unos temblores se hicieron sentir en toda la habitación. No estaban solos.

Discord observó a todos lados, habían apagado varias luces, dejando una visión eclipsada.

- Aplastar…

Esa era la inconfundible voz de un troll, a eso se referían con equipo especial, Argos dejo a su protegido en el piso. Debido a sus sentidos agudos fue fácil determinar la ubicación de su enemigo. Pero esperaría el tiempo preciso para que dejara un flanco descubierto.

Discord comenzó a reptar como serpiente con la pequeña criatura en su sepalda, esta solamente daba quejidos de dolor.

- Aplastar. El troll se acercaba al sonido producido por aquella pequeña criatura Argos usó el brazal de transortación para aparecer detrás de él, y con la fuerza propia de él, le dio un golpe en la nuca, esperando que fuese mortal, sin embargo el troll solamente dio un paso hacia adelante y no tardó en usar su maza para dar un potente golpe al guardián en el área media, enviándolo contra la pared rocosa de aquellas instalaciones.

Discord continuaba avanzando, hasta que finalmente llegó al ducto a donde Argos lo quería llevar, había entendido muy bien sus ideas, pero ahora tenía que pasar por el.

Mientras tanto, el guardián era alcanzado nuevamente por la maza, pero poniendo su brazo junto con el escudo tortuga, pudo absorver el golpe con cierta dificultad.

- Pequeño, te voy a aplastar.

Argos tomó su cinturón de dragón y lo puso en el piso debajo del troll, en pocos segundos, una bola de fuego quemó gran parte de sus extremidades inferiores.

- Aggggh, ya verás. Acto seguido el Troll corrió en dirección al Guardián, quien quizo utilizar el brazal para transportarse al ducto, pero no funcionó, nuevamente se había agotado su poder.

Entonces un mazazo llego directamente a su cabeza, liquidando la mayor parte de sus funciones, tambaleándose por el golpe, Argos fue rematado por otro golpe de maza que lo envió por los aires, dejándolos en el piso, el troll no tardó en acercarse. Y poner un pie sobre este.

- Jejejejeg, Aplastar. Dijo el Troll, saltando sobre Argos y haciendo que su peso aplaste huesos, músculos. Extrañamente, su cuerpo comenzó a cambiar de forma a la de un peluche. Dejando todos los artículos en el piso.

- Yo gane, yo gane…

Discord pudo apreciar que las cosas habían salido mal para Aros, una rabia comenzó a generarse dentro de su corazón.

Sin embargo, debía avanzar; no tardo en escuchar a dos ponis hablar arriba.

- El jefe me dijo que la trajera aquí, la usaron para extraer cristal Umbrum en estado puro y ya sabes lo que hace con las criaturas vivas.

- Ni siquiera quiero verla, solamente tírala.

Una gran coincidencia, pero catastrófica, Discord pudo observar el cuerpo de una potra caer por el agujero, hasta el fondo, una pila de cartón y papel amortiguó su caida. Pero cuando se acercó, pudo contemplar horrorizado el aspecto de la pequeña, era la huérfana…

El efecto que el cristal Umbrum tenía sobre seres vivos era letal, la piel de la pequeña se encontraba colgando como gelatina, sus ojos empezaban a salirse de las cuencas y lo peor era que seguía con vida, al observarse el uno con el otro, ella no pudo evitar derramar varias lágrimas, Discord desde luego no dejó de verla.

Sus patas no servían, sus alas desgarradas se encontraban inservibles, las plumas se desprendían.

Su bella voz ahora era un ronquizo.

- Aghaaag, gaaaaaaaaa. Tan horrible era el sonido que alguna vez fue hermoso, que Discord continuó su autodestrucción, ¿qué sentido tenía una revolución si no lograba borrar horrores como aquellos?

- Aaaaa, espera, no hagas esto, pequeño poni con cuerno.

Un flash precedió a la aparición de Star Swirl, quien vio con horror la escena.

- Discord.

Pero este no le prestó atención alguna, sus garras habían vuelto a crecer, de forma extraña, sin temor alguno, se abrió el pecho y tomó el cristal Umbrum, para después chasquear sus dedos y curarse con la lentamente con la magia negra.

- Esto es lo mejor que pueden hacer. Dijo el Draconequus mientras lanzaba el cristal de Umbrum al rostro del barbado.

Ambas princesas no sabían que esperar de aquella reunión, por lo cual su atención se centró en ellos, prestando la máxima atención.

- No los juzgues por estas cosas, ellos pueden ser…

- Pueden, sí, pero esa no es la realidad, soñadores que serán enviados a dormir para siempre o servir al rey, eso somos, tú, yo, Clover y cualquiera que intente pensar de forma distinta cualquiera que piense en un orden diferente.

- No pienses eso, el mañana es mejor, mi querido estudiante, aún estamos a tiempo, tú y yo podemos cambiar las cosas, lo sé.

- Yo también lo sé, pero eso no es lo que quiero.

Entonces, una vez todo el cuerpo de Discord se regeneró por completo, este desapareció y reapareció detrás de Star Swirl, quien no espero algo como aquello.

La garra de león de Discord se dirigió al rostro de Star Swirl, este lo esquivó, pero un trozo de su oreja izquierda fue arrancado por una de sus garras.

Un chasquido hizo que una pila de basura cobrara vida, mientras este se abalanzaba sobre el barbado, Discord se movía cual fiera, moviéndose instintivamente, con un rayo salido de su cuerno, Star Swirl eliminó a la criatura y con sus cascos traseros evitó que el Draconequus se le abalanzara.

- No seré tan noble como Clover, ni tan ingenuo como tú, aunque en un futuro, nos veremos las caras nuevamente.

Discord despareció y reapareció nuevamente al lado de Star Swirl, quien recibió un golpe de la cola del Draconequus y perdió la concentración, inmediatamente un golpe venido desde el suelo por una mano gigantesca, hecha con metal lo envió por el aire hacia un ducto creado de la nada.

Ahora no tenía tiempo para su maestro, debía pensar en más de un detalle, quería y debía actuar como el señor del caos, pues era eso: el señor del caos.

Sin embargo, los residuos de su antigua personalidad, que nunca desaparecerían, le mandaban hacer algo de lo que se arrepentiría para siempre. Su magia trajo a Argos y a todos sus objetos al lugar, en ello, pudo constatarse de que la piedra que Star Swirl le había enseñado hace tiempo se encontraba entre ellos ¿Cómo la había conseguido? No le importaba, pero la usaría.

Tomándola entre sus garrar, la acercó a la cabeza de la potranca de pegaso y la gema cambió a un color violeta, con un aspecto aterrador, ya que dentro de ella, existía un líquido de color rojo esparcido de forma aleatoria y en movimiento.

Discord no tardó mucho tiempo en recoger todo en una alforja que hizo aparecer.

Y sin más preámbulos, chasqueó los dedos para usar un hechizo mágico que había tenido en mente, pero que nunca pensó utilizar. Para desaparecer al poco tiempo.

Una pequeña esfera, del tamaño de un guisante se apareció en el centro de aquellas instalaciones, al principio parecía no ser nada, pero con el tiempo, las cosas del lugar, comenzaron a elevarse por los aires, dirigiéndose a la esfera, la cual los comprimía y continuaba con ese proceso, tragándose ponis, animales, experimentos y finalmente columnas paredes y el piso de las instalaciones. En menos de cinco minutos, todo rastro de que alguna vez hubiese existido aquel lugar del cual Discord no sabía el nombre desapareció de la faz de la tierra.

Las princesas que se habían quedado estupefactas ante todo lo ocurrido no se dieron cuenta de que el sueño se iba alejando cada vez más, hasta que Celestia y Luna se abrieron los ojos y se encontraron en sus respectivas habitaciones.


Espero les haya gustado, desde luego, ahora espero que el estilo de escritura no haya sido algo tosco, admito que en esta semana me faltó algo de emoción, sin embargo, lo mejoraré para el próximo capítulo, comentarios, críticas y dudas serán bien recibidas y respondidas.

Next Chapter: Pequeñas Dudas Estimated time remaining: 0 Minutes
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