Login

Discord

by Filomental

Chapter 26: Adiós a Iron Mane… Parte: 3

Previous Chapter Next Chapter

Capítulo 26: Adiós a Iron Mane… Parte: 3

Los personajes de MLP no me pertenecen, disfruten del capítulo, pues el tengo pensado continuar con el fic hasta el final. Gracias por su apoyo.


Nada se comparaba a ver a dos potrillos felices; más cuando uno había participado para que dicha felicidad se haga realidad, Burn les había llevado el título de propiedad, de una casa ubicada en el borde de la ciudad, con pilares de piedra y techo de tejas viejas; no era una mansión, pero eso no importaba, aunque tuviese algunos agujeros en e techo, unas ventanas rotas y una puerta algo chueca, para los pequeños, fue un lujo tan grande que la potranca no pudo evitar soltar algunas lágrimas.

Discord pudo ver la escena desde el kiosco de Burn, apreciando cada segundo, incluso cuando ambos potrillos le daban un cálido y afectuoso abrazo de agradecimiento; pero de pronto, Burn agachó la cabeza, diciendo algo y después señaló al poni Discord, los pequeños lo obsrvaron, sonriéndole y agradeciéndole bajando levemente la cabeza, al parecer entendían la pena que Discord tenía.

Ambos pequeños no podían esperar para entrar, se notaba en sus miradas y lo único que esperaban era una señal, así que Discord, con su casco hizo la señal de continuar; de inmediato, ambos entraron corriendo a la que sería su nueva casa. Nada, absolutamente nada se equiparaba a la satisfacción que había producido aquel noble acto, el joven Draconequus se sentía bien, exactamente como había querido sentirse durante todo el tiempo que se encontró aprendiendo magia, se había imaginado aquel momento y ciertamente, aquella sensación, superaba a todo lo que había imaginado.

La veracidad de aquel recuerdo se hacía cada vez más dudosa, Celestia no podía imaginar a un Discord tan… bueno, tan austero, en caso de ser una mentira, estaba bien hecha, pues hasta los ojos del joven Draconequus inspiraban una dulzura, generosidad, amabilidad y bondad; algo que jamás había visto en Discord o al menos hasta ese momento. Luna, de la misma forma veía incrédula todo aquello; Discord las creía demasiado ingenuas o realmente había pasado por todo aquello.

Sin embargo, creer todo aquello era demasiado cándido, nada de era creíble, debido a las experiencias pasadas con el señor del caos hace más de mil años atrás y para sorpresa de Celestia, tener la imagen de un aquel Discord, le producía cierta calidez, pues empezaba a recordar la discusión que había tenido consigo misma, era un algo loco claro, pero no quitaba la emoción que sentía al ver a un Discord como jamás lo había visto. Pronto su mente borró el recuerdo de que alguna vez se había enfrentado con el señor del caos y en lugar de ello, ese recuerdo era sustituido por la imagen del Discord que tenía frente a ella, alguien que no podría lastimar a nadie, alguien con una nobleza, bondad y todo ello empezaba a mantener su mente dando vueltas sobre el mismo tema. Discord, dijo su mente, al pensar nuevamente en las emociones confusas que se generaban en su corazón.

Dichas emociones concurrían dentro de ella de forma incontrolable y aunque no quería, le gustaba, pues sensaciones como esas hacían honor a sus atributos atrapantes, dulces y placenteros.

De pronto, Discord se levantó, sorprendiendo a ambas princesas con un megáfono.

- A ¿dónde llegamos?

Las imágenes pararon juntamente con los gritos de ambas princesas que se encontraban concentradas en distintos puntos. Con su garra, el joven Draconequus tocó el megáfono y este desapareció.

- Veo que ya llegaron aquí. Cierto tono despectivo generó cierta contradicción con lo que había ocurrido en el recuerdo.

- ¿por qué lo dices?

De pronto, las imágenes se aceleraron de forma constante, mostrando varios días en los cuales Discord se encontraba sentado en la biblioteca por las mañanas y salía por las tardes a juntare con Burn, con el cual mantenían largas charlas y vendían las frutas existentes en su puesto.

- ¿En serio no tienes mucho trabajo?

- No, Star Swirl se fue hace semanas atrás, pero me dejo mi de dos meses por adelantado, así que no creo que vuelva por un tiempo.

- Bueno, eso es bueno, sobre todo porque tú has contribuido con más de lo que yo he podido hacerlo en todos estos diez años que estoy en la sociedad.

- Bueno, cuando salí de la mina, supuse que de algo me servirían robar tantas gemas, mintió el joven Draconequus.

- Jajajaja, las risas de Burn eran algo tenebrosas, pero venían desde el fondo de su corazón y cuando ese tipo de risas son fáciles de contagiar.

Nuevamente las imágenes se aceleraban, mostrando a Discord con varias nuevas casas para ponis que habían tenido una vivencia difícil, incluso dando primeros auxilios a un miembro de la guarida alada de Iron Mane. Pero en esta ocasión, las cosas cambiaron un poco.

- Espera Discord, no lo hagas.

- Por qué, está herido y sin consciencia, lo mínimo que podemos hacer es llamar a la guardia para que se lo lleven.

- Ayudar al enemigo es algo que no debemos hacer – la expresión de Burn era de total desprecio al pegaso de nombre desconocido que tenían en frente – nunca ayudes al enemigo, porque cuando se encuentre bien, lo primero que hará será darte atacarte, sin importar que le hayas salvado la vida.

- Por qué lo dices.

- Porque los monstruos como él nunca cambian.

Unos pegasos se acercaban al lugar por el cielo, mientras Burn salía del callejón donde aquel pegaso había sufrido una caída, Discord al saber todo aquello, salió del lugar, cuestionándose sobre la actitud que habían tomado, ni siquiera conocían a ese pegaso y Burn ya lo odiaba.

- Espérame.

Las imágenes aceleraron hasta llegar a un recuerdo del pasado que Discord había olvidado, observó la escena que tuvo un efecto inmediato sobre él, esto era perceptible por la atención que había puesto en lo que se estaba repitiendo frente a él, Luna pudo constatarlo.

La pequeña que tenía la Cutie Mark de una nota musical, empezaba a tocar en un restaurant donde solamente había unicornios y pegasos comiendo su almuerzo, un pequeño sombrero deteriorado y con varios parches se encontraba en el suelo a sus cascos, con algunos bits dentro, la pequeña y frágil pegaso, desde luego, se encontraba ganando el almuerzo para ella y su "hermanito" que se encontraba a pocos metros cerca, jugando con el mismo osito hecho de harapos.

De un momento para el otro, la pequeña pegaso inició una función musical con el violín que traía en una alforja especial, también improvisada a partir de varios retazos de tela, las notas que su instrumento desgranaba en todas direcciones era único, en su experiencia escuchando música, Celestia había conocido a pocos ponis con aquel talento tan singular con el violín.

Sus movimientos, los sonidos, incluso sus expresiones mientras mantenía los ojos cerrados, eran la prueba infalible de que todo su ser se encontraba en armonía con aquel instrumento, expresándose, sintiendo cada una de las notas; estas por su parte, tenían la característica de ser tan conmovedoras, tan tristes, que varios ponis se acercaron para echar algo de dinero sobre el sombrero, sin embargo, aquella mágica forma de tocas se vio interrumpida por dos pegasos de la guardia que ingresaron en el restaurante.

El pequeño corrió instintivamente a las patas de su hermana mayor, haciendo que esta perdiera su concentración por tanto, haciendo que la bella música emitida por su instrumento fuese interrumpida de forma poco agradable para los oídos.

- Aquí no pueden entrar basuras terrestres. Dijo un guardia señalando al pequeño.

- Escucha, me iré pronto, si pudieras ser tan amable… un golpe con el casco del poni a la mejilla de la pegaso fue suficiente para callarla. No obstante, no dejó de mirar al pegaso mientras recogía sus cosas para irse junto con su hermanito que se encontraba sollozando a causa de lo que había visto.

- No te preocupes, le susurró la pegaso, mientras levantaba su sombrero. Pero fue detenida al instante por el otro guardia, quien arrancó con total facilidad los pocos bits que había dentro del sombrero.

- Tienes que pagar por las infracciones de esa pequeña ratita. Acto seguido, sacó más de la mitad del contenido en monedas del interior del sombrero, para después arrojarlo a los cascos de la pegaso, que de forma humilde, tuvo que levantarlo, pues de no hacerlo, se quedarían sin ningún recurso para comprar alimentos para el almuerzo.

Ambas princesas se indignaron al ver todo aquello, cuán miserable podían ser aquellos guardias, no se equiparaban a sus guardias amables honestos y serviciales, no, estos eran poco más que ratas actuando como verdaderas pestes en el esfuerzo y dignidad ajenos.

El joven Discord no se sentía diferente; pero tratar de hacer algo, en ese instante era una estupidez, como alguna vez le había dicho Burn, hay una línea delgada entre ser un héroe y ser un imbécil. Por lo que aguardo unos instantes, caminando en dirección a los huérfanos.

Sin embargo, la valentía de aquella pegaso era tan grande que no pudo evitar dar un final a todo el espectáculo musical que había hecho, llenando sus pulmones con aire, con su hermosa voz, entonó una pequeña melodía, pero esta tenía la peculiaridad de ser tan melancólica, que no solamente cargaba su dolor convirtiéndolo en música, sino que se llenaba de la rabia que sentía hacia aquellos dos guardias y por unos breves segundos, todo el restaurant, desde los clientes hasta los cocineros y demás personal, se quedaron atrapados dentro del cúmulo de emociones contenidas en las notas musicales que la pegaso creaba con su garganta, los dos guardias no sospechaban el significado de aquel canto, tampoco les importó. Cuando su la bellísima voz de la pequeña pegaso terminó de efectuar su trabajo expresivo, se fue junto con su hermano.

El joven Discord se acercó al lugar y tomando un rubí del tamaño de un casco, se inclinó ante la pequeña pegaso, que observó extrañada la imagen del poni más generoso que jamás había conocido.

- ¿Qué es lo que quiere?

- Que sean felices. Dijo el Draconequus disfrazado, mientras depositaba la gema dentro del sombrero, sin duda aquella gema nunca podría representar el valor que tenía aquella voz o a su dueña pues estos eran muchísimas veces más grandes que una simple piedra preciosa.

Aquella pequeña aventura serviría como punto de reflexión en el futuro y también como un recuerdo que se llenaría de dolor con el tiempo.

Nuevamente las imágenes aceleraron, mostrando a Discord dominar libros de magia obscura avanzada, de esa cuyos libros parecen tener vida propia, ya que se abren y cierran solos.

- Tú talento con la magia negra no me sorprende. Dijo despectivamente la princesa de la luna.

- Sí, supongo que tenía un don con ella.

- Claro, no es en vano.

Era un hecho que Discord no dejaría de ser considerado como un ex villano en mucho, mucho tiempo; pero hasta el momento ya había tenido un avance sorprendente, pues hasta Rainbow Dash, la poni con el orgullo más grande, se había dignado en hablarle después de haberla traicionado.

Las imágenes continuaban con su avance, pero para Celestia, aquellos ojos se habían quedado grabados y sin darse cuenta, busco aquella mirada del Discord del pasado en el Discord del presente, que al igual que ellas se encontraba observando las imágenes, debido a su atención, él no se dio cuenta de que estaba siendo espiado; sin embargo, por cuestiones del azar, su hermana pudo percatarse de ello con su vista periférica. Poniendo una expresión de incredulidad, observó a su hermana, jamás la había visto así, con excepción de aquella oportunidad en que se reencontró con el Rey Sombra alterno.

Discord no recordaba conscientemente muchas de las escenas y eso se debía en gran medida a que su memoria había preferido olvidar gran parte de esos momentos, que al realizar su regresión, causo cierta tristeza en su corazón, pues esos hasta entonces, habían sido los momentos que se podrían considerar como los más felices que había experimentado y solamente podía haber experimentado nuevamente cuando Fluttershy le había demostrado ser una amiga sincera.

Varias imágenes pasaron hasta llegar a una noche en específico, las reuniones se habían intensificado durante aquella semana, la razón, se centraba en que varios enviados desde Green Field llegaban de forma constante. Ya sea por unas cuantas cartas con mensajes escondidos o con un representante en persona de Green Field.

- El rey bastardo está pidiendo que estemos atentos a las señales.

- Pero Burn, ¿cómo serán esas señales?

- No tengo forma de saber, es muy peligroso mandar la señal exacta; pero tú y yo no podemos estar distraídos, el rey por fin ha reunido lo necesario para la revolución.

La emoción que todo aquello causó en el joven Discord, fue incontrolable, dentro de sí, sus pensamientos se centraban en la imagen de una nueva Equestria, donde todo podría ser más simple, donde los ponis terrestres finalmente lograrían liberarse; donde casos tan tristes como el de los pequeños huérfanos no se volverían a repetir.

El autocontrol que todo aquello exigía, era muy elevado, pero la mente de Discord se dejó llevar por aquellas ensoñaciones de las que siempre hablaba Burn en cada reunión; a pesar de cualquier dio, a pesar de cualquier contratiempo, nada podría detener a una causa tan justa.

Burn se limitó a agachar la cabeza con una sonrisa como señal de despedida, de la misma forma, el disfrazado Discord se alejó por la plaza, caminando con total tranquilidad. Una vez Burn se alejó del lugar, su magia lo devolvió a la cueva donde Argos lo esperaba con un libro en sus manos. Al verlo, el joven Draconequus supo exactamente lo que era y ya estaba cansado de ver aquel libro y sobre todo, de que el guardián estuviese insistiendo en la loca idea de que esos "elementos de la armonía" de aquella antigua leyenda existían.

- Por última vez Argos, ya te dije que esas cosas no existen, te pasarías la vida buscándolos y no los encontrarías jamás porque no existen.

De pronto, el Guardián ojeó las páginas, hasta llegar a un gráfico donde se mostraba el dibujo de un árbol.

- ¿Es ese el árbol de la armonía? Se preguntó a sí mismo, era interesante ver que Argos poseía una sed de conocimiento no muy distinta a la de él.

Argos asintió con la cabeza, señalando un párrafo escrito a casco en el extremo superior izquierdo de aquella página.

"Se dice que el árbol de la armonía es tan difícil de encontrar, que hasta ahora solamente ha llevado a varios exploradores a un destino fatal, los pocos que llegaron a verlo – entre ellos el autor de este dibujo – fueron asombrados por su belleza singular, así como por el hecho de tener varias piedras con diferentes grabados en ellos".

- Vamos Argos, son cuentos para potrillos, esas cosas no existen, puede que el árbol de la armonía sí, pero los elementos no. Porque nadie los ha usado antes. Porque de haberlo hecho, ponis como Gold Mane, jamás habrían podido llegar donde llegó.

El coloso señaló la palabra peligro que había escrito en la pared de la cueva, para después señalar a su protegido, al mismo tiempo, sacó la pluma de roc que había olvidado.

- Perdona, es que salí con mucha prisa, no se me olvidara de nuevo. El Draconequus, desde luego se encontraba muy cansado como para mantener una charla con su guardián.

Argos se limitó a acercar la pluma a su escoltado, dentro de su cabeza, no había objetivo distinto que el de mantenerlo seguro; pero ello se debía a que su existencia se encontraba atada a la de él.

En sus ansias de vivir, haría lo necesario, en otras palabras al ser la la fuente de la magia que lo mantenía con vida, debía mantener a Discord a salvo a toda costa, pues a diferencia de él, el guardián podía realizar varios sacrificios, su cuerpo podía recibir castigos que dejarían muerto a cualquier otro ser vivo. Esas cosas eran ignoradas por el joven Draconequus, así como las dos hermanas, quienes veían en el coloso, a una criatura con una valentía y coraje inigualables, aunque claro, sabían muy bien de su ignorancia respecto al origen de Argos.

El rostro del guardián, iluminado por la luz del fuego fue algo que Discord vio durante un buen rato; ciertamente, no entendía muchas cosas respecto al ser que tenía en frente, pero considerando que no conocía su propio origen, no podía esperar saber más acerca de Argos, quizás sus padres lo habían enviado junto con él. De todas formas, tener a un guardián como aquel, era un regalo poco común y del cual estaba inmensamente agradecido, pues Argos era lo más cercano que tenía de una familia, pues pensar en esa posibilidad era lo más cerca que podría estar de una familia.

Argos se levantó del piso de la cueva donde se encontraba sentado y salió de la cueva en busca de leña para la fogata, debía mantenerla encendida toda la noche; su mente se encontraba centrada en la búsqueda de los elementos de la armonía, los cuales eran una mera leyenda para Discord, pero si existían, se convertían en el objeto más peligroso; pues no le era difícil imaginar el escenario en el cual los ponis terminarían utilizándolos para detener a su protegido y al hacerlo, lo más probable era que lo destruirían; o al menos eso había leído en aquel pequeño libro.

Todo el día había hecho una búsqueda infructuosa de posibles lugares donde aquellos elementos se encontraban, el libro hablaba de la existencia de un tal árbol de la armonía, donde residían seis piedras que contenían una cantidad gigantesca de magia. Aunque sus conocimientos de magia eran casi nulos, entendía que la magia contenida en aquellos elementos era un peligro del que no se debía tomar a la ligera.

Discord se había quedado dormido, Argos se limitó a poner su mano cerca del cuerpo del Draconequus y este de forma inconsciente, le dio al coloso la magia que necesitaba para seguir con vida. Generalmente esta era la hora correcta para tomar algo de magia, pues de día su protegido se encontraba en Iron Mane, fuera de su alcance.

Después de tomar el único alimento que lo mantenía con vida, el guardián fue a sentarse en la entrada de la cueva, pensando en las posibles ubicaciones de los elementos de la armonía.

La noche pasó con total rapidez, ambas princesas habían visto el silencio que el señor del caos había mantenido junto con su guardián, definitivamente era algo a lo que no estaba acostumbradas, el hecho de ver al señor del caos, mantener la boca cerrada.

Aquel día, inició como cualquier otro, de hecho, el cielo parecía haber sido despejado de tal manera, que cuando el joven Draconequus se despertó, no pudo evitar observar todo el paisaje que se había generado en el cielo: desde el cielo azul, con varios rayos de sol rejuveneciéndolo todo, hasta las brisas matutinas, junto con los cantos de varias aves no muy a lo lejos.

Discord se quedó unos minutos observando la belleza de todo aquello, pues esta simplemente era espectacular. Los prados verdes, la pequeña laguna a la que solía ir por agua, varias flores silvestres de todos los colores haciendo de la imagen un poema para los ojos, que de la forma más natural, se contentaba con apreciar todo aquello, por ver como todo aquello tenía vida y al mismo tiempo poseía una magia incontrolable, más allá del poder de cualquier ser.

Pero tenía que ir a la biblioteca, debido a que aún le faltaban bastantes libros por terminar, sus progresos con la magia negra eran, excepcionalmente veloces, en poco menos de un mes, había logrado llegar a un nivel tan alto como los hechiceros más temidos en las historias de los ponis; sin embargo, eso no era algo de lo que estar orgulloso, al menos así era como él lo veía hasta ese entonces.

Si el objetivo era ser feliz haciendo felices a los demás, Discord sabía que tenía un camino muy duro por delante, sobre todo porque pronto tendría que enfrentar sus temores más grandes, al ayudar al rey bastardo en la causa más justa de todas, estaba dispuesto a morir por dicha causa; ya que para que todo pudieran vivir en un mundo donde todos pudieran ser felices y tuviesen la menor cantidad de obstáculos posibles, era necesarios realizar varios cambios, esa era la causa que seguía el rey bastardo y esa era la causa que el defendería, sin importar quien estuviera en ella o a quien tendría que ayudar para ello.

Pero al menos, el interior de la biblioteca se encontraba muy pacífico, el joven Draconequus tomó asiento en un sofá que creo con su magia e inició la lectura del último libro de magia negra que había, en el cual, se pasaba de las conjuraciones con la voz a conjuraciones con la mente, es decir, si lograba dominar los conocimientos impresos en aquel libro, lograría realizar magia obscura sin necesidad de estar pronunciando palabras o hacer ciertos ritos.

El último libro de Sick Horn, el famoso hechicero mudo, habían historias aterradoras de su capacidad de control sobre otros cuerpos, usando solamente la mirada. Fue uno de los hechiceros más despiadados, hasta que Star Swirl lo detuvo. Poco o nada se sabe de su pasado; sin embargo, ello no influía en conocer la larga incursión que había realizado en la magia negra.

"Al tener energía negativa, la magia negra es más fácil de controlar para cualquier ser con la capacidad de controlar la magia. Pero no se deje engañar, dominarla sin un centro de concentración como lo son las palabras o ritos es extremadamente difícil, pues a diferencia de la magia que usa de la energía positiva, esta varía con solo un pensamiento.

En otras palabras, si la magia normal requiere un nivel de concentración alto, la magia negra requiere una concentración absoluta."

Básicamente todo el libro lleno de terminología complicada y palabras obscuras se simplifibaba en esos párrafos que el amable Sick Horn había escrito al inicio del libro.

Contento con la finalización de sus estudios en magia negra – con los principales obviamente – el joven Discord se levantó de su sofá y con un chasquido lo hizo desaparecer, al mismo tiempo, cambiando de aspecto, se decidió a salir; pero antes de cruzar por la puerta, percibió unos gritos repentinos. Su corazón comenzó a latir con fuerza, tenía una idea de lo que podía estar pasando afuera.

Al abrir la puerta, junto con los rayos solares, las imágenes del exterior, se abalanzaron sobre el joven Discord, del mismo modo, las princesas vieron asombradas lo que acontecía.

Varios unicornios corrían como locos, el cielo empezaba a llenarse con pegasos que se encontraban armados y dividiéndose en grupos bajaban a tierra de forma salvaje, el sonido de espadas chocando era suficiente como para advertir del peligro. Sin embargo, la cabeza de Discord pensó en aquel momento en varios ponis a los que debía ir a ver, entre ellos, Burn y los huérfanos.

Varias bolas de fuego empezaban a bajar del cielo, destrozando a su paso las casas del sector de los unicornios y pegasos; también lograban mantener a raya a las fuerzas de ambos lugares.

Pero en ello, una del tamaño de un poni bajó a toda velocidad del cielo hacia la biblioteca y Discord tuvo que reaccionar con los reflejos necesarios, tirándose al piso y levantándose para galopar en dirección al sector de los ponis terrestres. Al caer la bola de fuego, fue directamente a las princesas, quienes dieron un grito, pero no sucedió nada, pues todo aquello era una imagen.

En medio de todo el tumulto y confusión, Discord fue totalmente ignorado por las fuerzas de represión, que tenían órdenes estrictas de liquidar a los ponis terrestres.

El ruido de diferentes combates a la distancia era ensordecedor, los gritos pidiendo auxilio, las bolas de fuego, impulsadas por catapultas desde una lejanía considerable nublaban la vista con el humo tóxico que expelían; el camino fue dificultoso, sobre todo porque él se encontraba galopando en sentido contrario a la multitud de ponis que querían salvar su vista a como diera lugar.

Sin embargo después de un esfuerzo que lo dejo muy agotado, llegó a la zona donde se centraba aquel conflicto, varios ponis terrestres salían de sus casas en una dirección, galopando a toda velocidad, muchos eran alcanzados por los soldados pegaso, que les clavaban la espada de forma brutal, pero no se detenían; los pocos soldados terrestres que habían estaban armados con espadas, lanzas, así como ballestas y se encargaban de hacer frente a las guarniciones de pegasos que iban tras los civiles que salían de Iron Mane, la plaza se encontraba con varios enfrentamientos entre terrestres y unicornios, habían varios niños corriendo, llorando a los pies de su madre o padre muertos; pero Discord no podía hacer nada, más que pensar en los pequeños que se encontraban no muy lejos de aquel lugar, pero tenía que ser muy cuidadoso.

Pero antes de poder partir, recordó que la magia negra podía ser lanzada sin dar señales de ningún tipo, así que usando toda su concentración, se movió entre todos los combatientes y si alguno se encontraba lo suficientemente como para ser peligroso, usaba su magia para lanzarlo lejos del lugar; recordó también aquel experimento con la flor en la biblioteca de Star Swirl, cuando observó una margarita, usó su magia normal para transformarla; pero en lugar de pensar en un dinosaurio, se imaginó a un tigre e inmediatamente, esta adoptó la forma de un tigre; pero a diferencia del otro, se movía, rugía y estaba bajo el control de la voluntad de Discord, quien hizo que lo siguiera a través de aquel campo de batalla.

Continuaban su avance, ya no le importaba nada de lo que pasaba a su alrededor, ni siquiera que los mismos ponis terrestres lo vieran realizar distintos hechizos de magia para abrirse camino; en más de una ocasión había estado a punto de recibir una estocada mortal, pero el tigre lo mantenía a salvo, abalanzándose con ferocidad sobre sus atacantes.

Entonces en medio de todo ese mar de violencia y sangre pudo divisar a los pequeños huérfanos, fuera de su casa acorralados por un grupo de pegasos, obviamente la intención era llevarse a la potranca y dejar al potrillo morir en todo aquello, pero Burn salió del humo de una bola de fuego extinta y atacó a un soldado con una espada, causando su deceso.

Los otros tres no tardaron en separarse y desenfundar sus espadas, no pasaría mucho tiempo hasta que redujeran al fornido poni.

Discord se concentró en atacar a uno de ellos, su aspecto era demasiado familiar: era Black Feather junto con lo que quedaba de su escuadra, el tigre hecho de materiales vegetales no dudo ni un segundo y fue corriendo tras su nueva presa; pero los reflejos de Feather eran lo suficientemente buenos como para ver llegar a la bestia y en un santiamén, lo esquivó y le cortó la cabeza, el animal hecho de magia y materia vegetal dejó de moverse en el suelo.

- Por lo visto hay un unicornio que necesita aprender modales, me encargaré de el después. Dijo mientras se acercaba a Burn, ese habpia sido un enfrentamiento que había esperado con ansías y esta era la oportunidad perfecta. Sus compañeros se limitaron a tratar de separar a ambos hermanos, pero varias flechas salidas de quien sabe dónde los atravesaron.

Mientras la atención de Discord se mantenía sobre los dos pequeños, no pudo ver la batalla que Burn y Feather llevaban, Burn ya tenía una pata con una boca abierta, producto de una estocada que su contrincante le había hecho. Después de todo, era un poni de tierra sin entrenamiento militar, contra un especialista, no había muchas oportunidades, pero en ello, una piedra le llegó directamente al ojo de Feather, nublando su vista.

Burn se le lanzó de inmediato; mientras una bola de fuego, destruía la parte frontal de la casa de los huérfanos. Discord había usado su magia para apoyar a Burn, pero necesitaba más que eso, así que, una espada apareció gracias a su magia y este la empuñó, debía ser discreto, sabía muy bien que si Burn lo veía hacer magia lo atacaría.

Los huérfanos estaban petrificados, la potranca observaba el lugar buscando la salida más segura, pero su hermano lloraba, debía mantener la compostura.

Poco antes de que Burn diera una estocada mortal, Feather lo bloqueó con su espada y le proporcionó un golpe con sus patas traseras después de haberse tirado al piso; vio venir al poni Discord y con cierto disgusto tuvo que darle un golpe con sus patas traseras, le había llegado a caer bien.

Discord cayó de mala manera, la fuerza que Feather tenía era asombrosa, pero en el piso, sin poder reaccionar dedido a la velocidad que todo aquello pasó: el pequeño había se había separado de su hermana, por recuperar su peluche del suelo y esta no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde, pues una columna de madera de su casa cayó, debido al debilitamiento que sufrió por la bola de fuego y la su trayectoria estuvo en frente del pequeño, en un menos de dos segundos, el cuerpo del pequeño fue aplastado por la columna y los gritos de la potranca no se hicieron esperar, lo más traumático para ella fue ver las patas de su hermanito moviéndose por los reflejos involuntarios y uno que otro espasmo.

Pero ella no tendría destino diferente al de su hermano, la pared que se encontraba detrás de ella también empezaba a caerse; pero Discord reaccionó y utilizando su magia, controló el peso de casi toda la casa a duras penas.

Burn recordó lo difícil que es tener un flanco ciego las primeras veces, así que no tardo en ir por el lado derecho, que era donde Burn había recibido el impacto con la piedra e imprimiendo todas sus fuerzas en sus patas traseras, se dio media vuelta para golpear al guardia al que le tenía más rencor.

Este desde luego, recibió el golpe que lo mandó a volar, pero en el aire dio una vuelta e inició a volar, no tenía caso luchar en tal desventaja y tomando su espada, la lanzó de tal manera que parecía una lanza. Burn la esquivó a duras penas y levantó la vista, solo para ver como Feather escapaba.

Sin embargo, cuando observó a Discord, se dio cuenta de que no era quien decía ser. A esas alturas la gran parte de los ponis terrestres se encontraban en camino a Green Field, para la segunda parte del plan. Sin embargo, Discord era un peligro y dado que los refuerzos de Cloudsdale llegaban a montones, no tenía tiempo para repensar lo que estaba a punto de hacer, así que corrió donde estaba la pequeña potranca y la sacó del lugar, Discord dejó caer la pared y debido a que había usado una gran cantidad de energía para mantener la pared estable, estaba agotado.

- Vamos, Burn dejó que el joven Draconequus fuera delante y en menos de un segundo, sus cascos traseros fueron a dar a su nuca.

El poni Discord cayó de inmediato, inconsciente.

- Nunca lucharé al lado del enemigo. Dijo finalmente Burn, recordando el odio particular que tenía hacia los unicornios,

Después, se fue a toda velocidad, con la pegaso en su lomo, que había visto todo aquello, pero no dejaba de observar el cuerpo de su hermanito aplastado. Entonces, se desmayó.

Al estar inconsciente, Discord perdió el control de su magia y su disfraz desapareció a los pocos minutos.

- Mira que tenemos aquí…


Bueno, quiero agradecerles por el apoyo que me han dado, es cierto, un fic es la interpretación que puedo dar y bueno, hago lo mejor que puedo.

Así que el fic seguirá el camino que tracé y descuiden, ahora tengo más ganas de terminarlo de la mejor forma.

Y por último, otra vez, gracias por los comentarios, en especial esta última semana, me sirvieron para pensar en mi decisión y para inspirarme para escribir un fic corto llamado Unos Segundos en el Arcoíris, que se me ocurrió al ver el corto de EG: Rainbow Rocks, llamado al ritmo de Pinkie, en agradecimiento a su apoyo – ya que no puedo darles dinero XD – les dedico humildemente ese pequeño escrito.

Hasta un próximo capítulo.

Next Chapter: Adiós a Iron Mane… Parte: 4 Estimated time remaining: 0 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch