Discord
Chapter 25: Adiós a Iron Mane…: parte 2
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Me arruinaron la ilusión de poder plantear este fic como una comprensión de Discord, así que bah, qué más da.
El día aún no había acabado, de hecho, el reloj de arena indicaba que eran las diez de la mañana; y pese a que Black Feather había frustrado inconscientemente sus deseos de leer el libro de Smart Cookie, aquella página que sobrevivió, le bastó para mantener cierta esperanza.
- quién sabe – se dijo a sí mismo – quizás sea posible que yo pueda llegar a ser un mago como Star Swirl.
Magia, esa palabra, cambió la expresión que el joven Discord tenía, pues había recordado la razón principal por la que se encontraba en aquel lugar: el aprendizaje de la magia y no serían precisamente las lecciones más sencillas, su maestro le había confiado sus estudios en magia negra, así que no debía fallarle, sin embargo, algo le decía que los consejos que le había dado, con respecto a no olvidar quien era y que era lo que quería, tenían que ver con la magia que realizaba, más que con el mero hecho de leer lo que se encontraba en aquellos libros de apariencia tétrica.
Si pensar más en aquella pequeña intuición, sacó unos dihos libros, que se encontraban en otra repisa superior, iniciaría sus estudios con los hechizos de la magia negra que había encontrado anteriormente.
Dentro de sí, el joven Draconequus se recordaba a sí mismo lo que quería y al mismo tiempo, no dejaba de pensar en lo quién era, pero… ¿Qué significaba exactamente eso? Es cierto que él era Discord, pero quién era Discord, qué lo distinguía entre todos los millones de millones de seres existentes sobre la faz de la tierra. La respuesta a ello, era mucho más confusa.
Con su mente en dos partes aparentemente distintas, él de ojos rojos mantenía el libro levitando frente a él con su magia; no obstante, cierto temor llegó a él, temor por el pasado, por la experiencia que había tenido anteriormente, aunque aquellos insectos y aquella planta eran casi insignificantes; por un momento, llegó a pensar que esas criaturas eran ponis. Pues, el efecto habría sido el mismo en ambos casos.
El tiempo pasaba con lentitud, mientras el muchacho leía el contenido de aquel libro prohibido por la academia de magia, sus manos, así como su cola se movían con inquietud, mostrando los nervios que le producía el hecho de volver a realizar aquella horrible magia; hecho que al mismo tiempo, le empezaba a producir cierto cosquilleo, pero este era un cosquilleo que nunca antes había sentido.
Tanto Celestia como Luna, entendían perfectamente por lo que el joven Draconequus estaba pasando, entonces; la mente de ambas conjeturó la posibilidad de que fuese en ese momento, justo en ese momento, en el cual, Discord se había convertido en una de las criaturas más viles que jamás se haya conocido. Porque ellas también habían sentido aquel goce que brinda la magia negra cuando se la utiliza. En especial Luna, que había llegado a odiar la magia negra, recordaba aquel placer que se sentía al utilizar la magia negra.
Discord… soy Discord, repetía la mente del joven, sin saber exactamente quién era, para llenar este espacio en blanco que se había generado, el joven Draconequus empezó a recordar el pasado mientras leía el hechizo o maleficio, como se suelen llamar a los hechizos de la magia negra.
- "Control corporal",
"Carne y hueso pueden componerte
Mas solo tu voluntad puede poseerte
Y mi deseo en tu voluntad se convierte"
El maleficio había tenido éxito, una rana de prácticas, que se encontraba en el ala de experimentación y estudio de la biblioteca, se levantó, lo cual dejó sorprendido al joven Draconequus y también a las hermanas alicornio. Luna se ponía algo celosa ¿Cómo era posible? Ese inmaduro lograba los hechizos más difíciles a la primera y ella que se esmeró tanto, solamente había logrado que medio cuerpo del batracio se moviese a su querer.
Desde luego, el anfibio se encontraba muerto desde hace años atrás, un hechizo proveniente de los chacales llamado "Momificación" mantenía sus tejidos, incluso sus órganos en perfecto estado de conservación.
El sapo, se encontraba en posición para saltar, obviamente, el maleficio podía funcionar con criaturas vivas y muertas, pero por seguridad de las primeras, el libro sugería hacerlo con un sujeto como la rana.
El sujeto de pruebas, no abría los ojos, no croaba ni respiraba solamente la magia movía sus articulaciones y músculos, el joven Draconequus se impresionó de la facilidad con la que el maleficio había logrado realizarse; no obstante, debía mantener la concentración, pues si se distraía, tendría que realizar el hechizo nuevamente.
"La energía negativa posee una acción más directa con el cuerpo y su interacción con este, es de inmediata, tenga cuidado al experimentar con seres vivos".
Sin embargo, al pie de la página, existía una nota.
"S.S. Mi querido alumno, seas quien seas: si llegaste hasta aquí, quiere decir que has superado el nivel superior de magia basada en energía positiva; sin embargo, esto no quiere decir que la magia basada en energía negativa es mejor, definitivamente no, ambas tienen sus dificultades y recuerda que este tipo de magia puede curar con mayor facilidad heridas o enfermedades, pues como está escrito u comprobado, tiene una relación directa con los cuerpos vivos. La positiva o tiene con los objetos inertes."
No había motivo para preocuparse, la rana seguía estática y cuando el joven Discord imaginaba a la rana saltando esta empezaba a saltar, algo muy tétrico y al mismo tiempo, fascinante.
Luna se paró a ver la expresión de Discord del recuerdo, este parecía no tener otra emoción, hasta que de pronto, el extraño cosquilleo, se volvió a hacer presente, esta vez con mucha más fuerza.
El placer producido por este, era muy elevado, era como si cada parte del cuerpo estuviese adormecido, de la misma forma, pequeñas pulsaciones de espasmos repetitivos en zonas aleatorias se hicieron presentes, atrapando toda la capacidad sensitiva del joven Draconequus, que no supo combatir aquellas sensaciones placenteras, la rana se quedó inmóvil en su posición.
Aquella sensación no paró, el de ojos rojos, tuvo que tomar asiento para no sentir el mareo que empezaba a producir, que era simplemente, extasiante.
Pero de pronto, su mente recordó un pequeño momento del pasado, la imagen de sí mismo siendo perseguido por aquel lobo feroz en aquel extraño lugar donde había despertado; esta imagen cambió rápidamente, para llevarlo a la imagen de él, siendo atormentado por los dragones; el temor comenzaba a invadirlo, ciera confusión; las imágenes continuaban, mostrándole rayos, animales salvajes, peligros que había tenido que enfrentar solo, incluso la primera vez que vio a Argos.
Pero las emociones cambiaban, lentamente su expresión cambiaba, sus ojos dilatados, veían al infinito mientras su cuerpo yacía en el suelo – pues a tantas sensaciones contradictorias, su cuerpo sencillamente había sucumbido – un espasmo, dos, uno más pasaban mientras todo el miedo a los dragones que lo habían atormentado, en última instancia, a Black Feather empezaban a convertirse en odio, una sed insaciable de venganza, con la cual, venía una carga más fuerte de placer, ahora de un pequeño cosquilleo, este se convertía en un calor, en un frio, en un cosquilleo más intenso, su piel comenzaba a sensibilizarse de tal manera que podía sentir cada uno de sus pelos y escamas hacer contacto con el piso, lo cual desde luego, conllevaba a más sensaciones placenteras.
Pronto, aquel deseo de venganza, comenzaba a seducir la imaginación del joven Draconequus, que hasta entonces no había logrado crear imágenes como las que comenzaba a generar dentro de su cabeza, Skygor sin cabeza, Black Feather sin sus alas, sufriendo, gritando y rogando por una muerte rápida.
La loca sonrisa del joven Draconequus se hacía escuchar por todas las paredes de la biblioteca, las hermanas, se quedaron extrañadas y espantadas por lo que veían; habían escuchado de los efectos de la magia negra, pero nunca los habían visto de forma tan cruda, Discord comenzaba a tener ojeras, su visión empezaba a mostrar colores desconocidos, formas totalmente alocadas. Y sin embargo, a pesar de haber perdido casi todo sentido común o bondad, en un segundo, algo dentro de él, apago la llama que se había producido gracias a la energía negativa que se encontraba manipulando. Que irónicamente, lo había manipulado a él.
Producto de aquella intensidad de magia, la rana abrió los ojos, poco después su boca se abrió, y de un segundo para el otro, de su boca, un sonido horripilante fue liberado, era un chillido de auxilio, parecido al de un cachorro, no pasó mucho tiempo hasta que el joven Discord se diera cuenta de lo que había ocurrido, la energía negativa estaba sobreacumulándose en aquel cuerpo pequeño, estaba muerto, nada podría cambiarlo, pero sus tejidos estaban siendo sobreestimulados, lo que, además de generar un show inverosímil, creaba una escena que se quedaría grabada en la mente del Draconequus. No pasó mucho tiempo hasta que varios de sus huesos comenzaran a romperse y salir por la piel, perforándola hasta cortarla y liberarse, sus dedos se extendían retorciéndose y su espalda comenzaba a arquearse en sentido contrario al natural, provocando que toda su columna se partiese vértebra por vértebra, con el sonido correspondiente. Hasta que por fin, los músculos del cuerpo explotaron, reventando la piel como un globo y salpicando los pocos jugos que se habían coagulado.
Definitivamente la magia negra, era algo que no pensaba realizar nunca más, ese estado se volvió tan despreciado que el joven Draconequus se vio obligado a salir, no sin antes transformarse en un poni, caminaría, hablaría, comería, haría cualquier cosa, con tal de olvidarse de lo que había ocurrido en aquel lugar. Al menos de momento, se sentía demasiado débil como para confrontarse con su incapacidad.
- Me juré nunca más hacer magia negra. Dijo de repente el Draconequus, que se encontraba sentado en su peculiar trono.
Celestia desde luego, no le creyó, era obvio que nunca había cumplido con esa promesa, así como no cumplió promesas en el pasado; en cierta forma, algo dentro de ella seguía molesta con Discord y hasta ese momento no se había dado cuenta. Sí, molesta porque no podía cumplir con sus promesas, porque había sido capaz de traicionar su confianza y eso, era algo que ella no olvidaría, por mucho que el cambiase.
Luna por su parte, empezaba a cuestionarse si aquel momento: era el inicio de lo que hoy sería conocido como el señor del caos; pero… de ser así, Discord estaría más loco de lo que se encontraba actualmente, es más, estaba convencida de que la magia negra jugó un papel importante, pero no el fundamental. Sin embargo, todas esas hipótesis debían esperar para ser aclaradas.
Las princesas siguieron al joven Discord hasta la puerta, cuando este la abrió, se vieron envueltas en un despliegue de luz solar muy fuerte, tan deslumbrante que por unos segundos, se quedaron cegadas.
Sin embargo, era un día hermoso, los tres comenzaron a caminar por el pueblo y desde luego, los tres se sorprendieron al ver que todo procedía con total tranquilidad, de hecho, era como si todo estuviera igual que ayer, aún cuando la noche había habido tanto escándalo. Pues los pocos ponis terrestres se encontraban cumpliendo sus trabajos de forma normal, con la misma expresión de siempre.
Ahora sabían que detrás de esa expresión, se encontraba toda una "conspiración"; pero ello no quitaba el asombro producido al saber del talento que cada poni tenía para guardar secretos.
La tierra ligeramente seca e infértil del mercado hacía que la mente de Discord se distrajera, pronto los sonidos de los distintos comerciantes llamó su atención con mayor fuerza; su vista se concentró en todos y en ningún lugar en conceto, pues buscaba más de una cosa, pero la primera fuera de dudas, era a su amigo Swamp. Tenía que encontrarlo y ver como estaba, nuevamente el temor se apoderó de su corazón al pensar que quizás no lo encontraría, imaginando lo peor: continuó su andar por el mercado de Iron Mane, no se encontraba muy lejos del puesto de Swamp, por lo cual, aceleró sus pasos un poco.
Hasta que finalmente llegó al lugar donde esperaba ver al comerciante que apenas conocía, pero que le producía gran preocupación.
La figura de un poni fornido y con un parche se presentó en el lugar, la mente de Discord rápidamente llegó a una conclusión, pero no quería aceptarla, aún tenía esperanzas. Por esa razón, siguió con sus pasos hasta acercarse a la figura que se encontraba en frente del puesto, dicho poni lo llamó con la mirada, moviéndose y haciendo un gesto con su cabeza, para indicar que lo siguiera, orden a la cual, el joven Discord no discutió.
Ambos se movieron entre la multitud, hasta llegar a un puesto de distintas frutas, hecha de madera y por lo visto, también era una casa. Burn, sin mayor cordialidad, le invitó a pasar con el mismo gesto con su cabeza, el Draconequus disfrazado pasó sin esperar más invitaciones; Burn observó a ambos lados de la calle para ingresar a su puesto, cerrando la puerta por la que habían ingresado. Ambas princesas desaparecieron del lugar y reaparecieron dentro de la habitación donde el joven Discord se encontraba.
- ¿Qué pasó exactamente anoche? Burn fue directo al grano, pues no tenían mucho tiempo que perder y mantenía la voz baja, como si los estuviesen espiando.
- Yo… él… nos atraparon y… me empujó a un callejón para salvarme.
- Entiendo. Burn agachó la cabeza y guardó silencio por unos segundos. Después la volvió la vista hacia su interlocutor.
- Es mejor que vengas conmigo.
Nuevamente, el poni terrestre salió de la tienda-casa junto con el joven Discord; que de momento no sabía exactamente que pensar, puesto que todo lo que había vivido durante los últimos día, incluso semanas, había sido tan repentino, tan crudo, tan inesperado que podría decir que se encontraba en un mundo de tinieblas, pero que poco a poco iban develándose, desde luego, no ninguna de las cosas que veía, sentía o aprendía eran agradables.
Burn se mantenía constantemente vigilando a todos lados, era un sujeto que por lo visto, siempre llevaba los ojos en el lomo; no obstante sus pasos hacia su destino eran decididos, pues no había poni que no se quitara de su camino.
- Buenos días Burn.
- Buenos días señora Pie. Varios saludos se realizaron durante el camino que Burn trazaba y Discord lo seguía de cerca.
- Muy bien, muchacho, ya llegamos.
Al principio, el joven Draconequus no supo a donde observar, pues no había nada relativamente llamativo, hasta que encontró un letrero hecho de madera, pintado con blanco y con varios escritos en él.
"Delincuentes de Iron Mane" titulaba, inmediatamente, debajo de este, estaban escritos varios nombres, con diferentes cargos y para finalizar, muchos de esos nombres se encontraban tachados con una equis roja.
Examinando con detalle, el muchacho no tardó en hallar el nombre de Swamp, tachado con una equis roja.
- Me lo temía, dijo de repente el fornido poni.
- ¿Qué?
- En este letrero no solo están los delincuentes de Iron Mane, también están todos aquellos que piensen en contra del Rey Gold Mane, es por eso que los que no respetan el toque de queda son arrestados inmediatamente, son los sospechosos número uno de confabulación.
"cargo: Anarquismo, negligencia y traición"
Burn comenzó a caminar nuevamente, esta vez, sus pasos se dirigían en dirección contraria por la que habían venido. Discord lo siguió desde luego, no tardaron mucho tiempo hasta llegar una casa descuidada, con varios agujeros en el techo y de un solo piso. Las princesas, así como el joven Draconequus no tardaron en inferir que aquella casa era de Swamp.
Burn buscó de forma inmediata algo en específico, empezaba a caminar de lugar en lugar, en lo que duraba aquella búsqueda, cerró la puerta y comenzó a hablar con el muchacho que recién había conocido.
- Cuando los nombres están tachados con rojo, quiere decir que atraparon a esos ponis y los llevaron a La Montaña.
- Eso quiere decir…
- Sí, Swamp no regresará. El joven Draconequus dejó que sus rodillas cedieran ante el peso de su cuerpo, que se había hecho más pesado por las emociones que le producía escuchar aquello.
- Escucha, estas cosas pasan, los que estamos implicados en esto, sabemos el precio que tiene todo esto.
Discord miró al único ojo que Burn tenía, su mirada inspiraba valor, energía, por lo cual, no perdió el contacto con ella.
- Es que… es mi culpa, yo dejé que se lo llevaran.
- Hiciste lo mejor; si hubieses salido, te hubiesen llevado junto con él y todos los que son cercanos a ti, incluso Star Swirl serían sospechosos.
Discord se sentía arrepentido. ¿Por qué no regresó con Argos para impedir todo aquello? Con su ayuda, hubiesen sacado del lugar a Swamp, puede que hubiesen tenido que escapar; pero lo habría salvado. Aunque lo pensase, ya estaba hecho, todo aquello había pasado sin darle tiempo para reaccionar de forma adecuada.
- Swamp sabía que esto podría pasar y lo acepto. Mírame, nuestra lucha se realiza en todos los campos y puedo asegurarte que verás caer a más de un amigo, a más de un camarada; pero nunca olvides la causa por la que luchamos, pues a ella le hemos entregado nuestra vida; fallarle es fallarle a todos los nuestros.
Mientras la búsqueda de Burn continuaba, Discord pensaba y repensaba las palabras que el fornido poni le había lanzado, era cierto que Swamp se había entregado a aquel fin, mejorar la vida de cada poni terrestre, traer una igualdad, un mejor mañana y al mismo tiempo, comprendía el significado de "todos los campos" .
- Ayúdame con esto. Burn había sacado unas alforjas de algún lugar, dentro de ellas, era evidente que habían varios objetos preciosos y de gran valor.
- ¿Qué haces con eso?
- Es un protocolo, si nos descubren y no tenemos hijos, se debe sacar inmediatamente todas las posesiones valiosas, gemas, metales raros, incluso bits, para donarlos al rey bastardo.
- ¿Rey Bastardo?
- ¿Nunca oíste de él?
- No, nunca.
- Realmente me sorprende, debiste haber venido de las cuevas de Yeguatania. Porque su fama se extendió por toda Equestria.
- ¿Quién es él?
- Bueno, resumiendo la historia, es un poni terrestre que se autoproclamó como rey de los ponis terrestres, debido a sus acciones del pasado, tuvo el apoyo de más de un poni y por poco genera una revolución. Gold Mane le permitió tener un pequeño territorio a nombre de la amnistía que se debía mantener entre los ponis.
- ¿Y luego?
- Bueno, entonces supimos que podíamos luchar, que Gold Mane podía ser cuestionado y sobre todo, nos dio esperanza. Es por eso que muchos ponis van a Green Field, a trabajar incansablemente para reunir los recursos necesarios para la revolución.
- Pero, ¿qué podemos hacer ante un monstruo tan fuerte como Gold Mane?
- Levantarnos, eso es todo lo que podemos hacer y luchar hasta el final; el mañana es algo por lo que hay que luchar, de lo contrario se está sometido siempre.
Las palabras de Burn, siempre sonaban tan convincentes e irónicamente su oratoria era comparable a la de la princesa Luna, quien se maravillaba con las inspiradoras expresiones que salían de la boca de Burn.
De momento, el que en algún momento se convirtió en el señor del caos, se encontraba reflexionando las palabras, los hechos y desde luego, recordando el horror que significaba enfrentarse a un enemigo que parecía no tener puntos débiles.
- Es mejor que te vayas antes, sacar estas cosas de aquí es considerado un delito y comprendo si no quieres participar de esto; pero tengo un deber que debo cumplir, así que no te pondré en peligro, eres libre de irte y si cambias de opinión, sabes dónde encontrarme.
El joven Discord salió a todo galope del lugar, temeroso de más de una cosa, incluso de sí mismo, pues ya se consideraba un peligro para el resto y no solo por las acciones que podía realizar de forma inconsciente, sino de las que podía causar por seguir aquel camino que Burn le había planteado, un camino difícil y con un gran sacrificio.
Tanto Celestia como Luna se sorprendieron al ver el temor dibujado en los ojos del joven Draconequus; era claro que de momento, no podía manejar todo aquello. El galope del poni Discord no se detuvo hasta llegar a la biblioteca de Star Swirl.
Dentro de la cabeza de Celestia, la imagen del Discord que había conocido hace más de mil años, empezaba a difuminarse y a ser reemplazada por la de aquel Discord, que tenía sentimientos tan comprensibles, tan no caóticos, sentimientos que ella también había experimentado en el pasado, en cierta forma, podía verse en los ojos del muchacho y entender por lo que estaba pasando; aun cuando la veracidad de aquellos recuerdos era incierta.
Luna de la misma forma, se levantaba de su lugar para analizar mejor la situación, seguía de cerca la carrera del joven Draconequus, pese a que las imágenes se habían vuelto estáticas – es decir, que se reproducían al igual que en un televisor, donde no tienes que moverte para seguir la carrera de Discord – se acercó para analizar los gestos, para leer las expresiones que el Discord el pasado debelaba; hallándose al igual que su hermana con la pregunta ¿Qué pasó con Discord?
Se encontraban en la misma habitación, esta vez con paredes negras, y mirando a una pantalla.
El seños der caos del presente por otra parte: se encontraba a dormitando, mitad de su cuerpo había desaparecido, producto de la poca consciencia que quedaba operando aquel recuerdo, su subconsciente comenzaba a ayudar en la recreación del pasado.
De forma inesperada, las imágenes volvieron a convertirse en una recreación móvil, por lo cual, las princesa tuvieron que galopar detrás de Discord del pasado, la habitación, así como el Discord del presente, desaparecieron. Pero ambas princesas no dieron mucha importancia a ese hecho.
- Debo admitir que es rápido, dijo de repente la hermana menor.
- Sí, como una lagartija del desierto. Respondió la mayor, provocando una risa entre ambas.
De vuelta en la biblioteca, Discord pasó a ingresar al mundo del que había querido escapara horas atrás, ahora debía enfrentarse a lo que había ocurrido.
Quedaba claro que la magia negra lo mantenía aterrado, pero no pararía hasta dominarla, así que levantó nuevamente el libro de maleficios y comenzó a leer otro hechizo.
- "Lo que no puede construirse
- Puede destruirse
-Lo que puede destruirse
- Puede convertirse"
Lo que quedaba del batracio comenzaba a conformar las partes del cuerpo que aun podían formar entre sí, la piel, los tejidos así como gran parte de los líquidos del cuerpo del anfibio se reencontraron, reconstruyendo gran parte de su cuerpo.
Discord trataba de no pensar en nada que no fuera el sapo reconstruido, pero las imágenes de Swamp, de Star Swirl y de muchos otros recuerdos volvían a su mente, aquel cosquilleó regresaba nuevamente, pero esta vez, no dejaría que se le saliese de las manos, debía controlarse o no tendría efecto.
El cosquilleo continuaba de forma incesante, nuevamente su cuerpo era presa de aquellas emociones placenteras. Los recuerdos regresaban y de forma inconsciente, Discord deseaba ver al responsable de todo aquello y hacerle sufrir, hasta que le pida clemencia, para luego tomar su vida y… Ambas hermanas podían ver las imágenes que surgían en la cabeza del joven Discord, fuera e ser meras ilusiones, lo más inconsciente de Discord, recordaba aquellos pensamientos venidos de lo más obscuro de su ser.
La impresión que todo aquello dejaba, no hacía más que confundir a la princesa Celestia, pues ella no había pasado por todo aquello cuando dio los primeros pasos en la magia negra, Luna en cambio, recordó cada instante en el que fue Nightmare Moon, aquellos pensamientos no diferían de los suyos con respecto a su hermana; no pudo evitar avergonzarse de su pasado y al mismo tiempo, comprender esa parte de Discord.
El cuerpo del señor del caos, nuevamente comenzaba a ceder, pero esta vez, la resistencia del joven Draconequus era fuerte; hasta que de repente, unas palabras simples fueron mencionadas.
- ¿Por qué?
Por qué habría de luchar una batalla que no era la suya, por qué habría de arriesgarlo todo por unos ponis que después escupirían en su rostro, como lo hicieron con los mismos fundadores de Equestria.
Una risa despiadada se hizo presente en su rostro, los sonidos del sapo volvieron a escucharse y en esta ocasión, su cuerpo comenzaba a abultarse, cambiando de forma. Pero en todo aquel trance de obscuridad, Discord se dio cuenta de que si existía una razón para todo aquello. Las princesas por su parte, observaban bajar de las partes más recónditas de la habitación, unas tinieblas totalmente negras. Pero estas se detuvieron cuando el joven Draconequus se paró.
- Porque al final, yo soy bueno y debo hacerlo. Se dijo a sí mismo, aceptando los debidos sacrificios que debía realizar para lograr hacer lo que de momento, podría denominarse como lo mejor.
De pronto, el batracio paró de transformarse y recobró su estado original, las tinieblas se extinguieron y aquella sensación placentera se hizo más conllevable y hasta pudo disfrutar de ella al pensar que había frenado alguna enfermedad en algún poni.
Cuál sería la razón exacta de aquellas sensaciones, Discord no lo sabía, pero lo averiguaría. En ese momento, pudo notar que enfrentarse a los problemas era algo difícil, pero se debía hacer pues simplemente no se puede escapar de ellos y al enfrentárseles, de alguna forma, se podía conocer a sí mismo, de igual forma, lograba mejorar en aspectos que no conocía.
Con esta nueva lección, inferida de su reciente experiencia con la magia obscura, una pequeña señal de ilusión apareció en su rostro, era posible; sonrió al repetirlo nuevamente, era posible lograr el bienestar entre todos, era posible que algún día lo quisieran como a un mago y él siempre estaría dispuesto a ayudar. Así lograría obtener aquel bienestar que sintió cuando vio aquel corazón formado con magia en la fundación misma de Equestria.
Sin embargo, tenía mucho trabajo por delante, entre ellos, ayudar a Burn y a los ponis terrestres a liberarse, era muy probable que con su ayuda, su chance por recuperar su libertad se incrementara. Fue así que en un solo instante, el joven Draconequus creyó en una causa, de todo corazón, sintió que su finalidad era ayudar, servir y procurar la felicidad tanto a sí mismo como al resto; fuera de este planteamiento, no había lugar a temor alguno, ni siquiera al fracaso, pues como le habían dicho, era una lucha que debía hacerse incluso cuando las cosas estuviesen en su contra.
Con esta decisión, el joven Draconequus, salió de la biblioteca, transformado en un poni terrestre y con una alforja en su lomo, su magia le permitía llenarla de varias gemas que donaría a la causa, con las que podría reparar unas cuantas casas o incluso le alcanzaría para comprar algo de comida para los huérfanos, las posibilidades eran casi ilimitadas para alguien con su magia y lo sabía.
Decidido, inició su camino hacia el área de los ponis terrestres, lo primero que haría, sería ver a Burn, después de todo, él le había ofrecido unirse a la causa.
Extrañamente, las calles se encontraban algo vacías, muchos de los ponis que normalmente se encontrarían en sus puestos de venta no estaban, ni ellos ni sus puestos; definitivamente había pasado algo y él no se había dado cuenta. Por el momento, se limitaría a caminar lentamente a la casa de Burn, sin descuidarse por un segundo, dado que los ponis podrían ser muy impredecibles, era mejor andar con cuidado.
Dejando de lado aquel pequeño detalle que lo había alarmado, todo estaba normal, desde el clima hasta la actitud de los ponis que se encontraban comprando los diferentes productos del lugar. Sin demorar mucho tiempo y con la misma decisión de antes, el joven Discord llegó al kiosco-casa de Burn. Se acercó con cierta cautela, subiendo las escaleras para ingresar en el pequeño espacio donde habían estado en la mañana.
Los sonidos de unos cascos antecedieron a la voz del fornido poni.
- Buenas tardes, bienvenido a la tienda de Burn, ¿qué? Discord… Burn esbozo un intento de una sonrisa, al ser un poni tan serio, ver que aún tenía la capacidad para sonreír era satisfactorio.
- Burn, lo pensé y decidí que lo mejor es…
- Espera, antes de cualquier cosa, hay algo que Swamp te dejó.
- ¿Me dejó? Dijo totalmente intrigado el Draconequus disfrazado.
- Sí, verás, los que estamos sirviendo al rey bastardo, tenemos la costumbre de dejar todas las cosas de valor en los basureros antes de cada reunión, así nos aseguramos que nuestros últimos deseos o pendientes sean realizados por alguien de nuestra elección.
Discord se entristeció al recordar a Swamp, no lo había conocido tan bien, pero estaba seguro de que hubieran sido buenos amigos.
- Él dejó unos cuantos papeles y entre ellos, dejó este título de propiedad que compró a tú nombre, dice que tú le diste unas gemas para comprar dicha propiedad.
- Sí, le di algunas gemas de las que robé de la mina antes de escapar.
- ¿Para qué le pediste que comprara la propiedad si tu podías hacerlo?
- Es que soy nuevo aquí y Swamp era el único que podía conseguir la propiedad a un precio tan bajo.
- Una propiedad no te sirve, aun cuando tengas el título de propiedad, te lo quitarán cuando mueras y siendo nosotros, no es muy aconsejable obtener más bienes que un pequeña casa.
- No lo sabía, pero no para mí, es para unos potrillos huérfanos que siempre están caminando en la calle.
- Ya veo, entonces, deberías darles el título de propiedad a ellos, estoy seguro de que les va a encantar la sorpresa.
- Sí, pero te pido un favor, entrégaselos tú.
- Yo ¿Por qué?
- Nunca fui bueno para estas cosas y suóngo que siempre quisiste darles una sorpresa así.
- Bueno sí, pero ¿estás seguro?
- Seguro.
- De acuerdo, son las tres, deben estar en el restaurante de los unicornios, será mejor que vaya a darles la noticia ahora.
El joven Discord se tomó su tiempo para repensar por última vez lo que había decidido.
- Burn espera.
- Sí.
- Tomé mi decisión y estaré encantado de ayudar en la causa.
- Me alegra oír eso Discord, nos vemos después.
- Claro.
Celestia no podía creer lo que había visto, es cierto que sabía lo de regalar la propiedad a los huérfanos, pero cumplir con ello era un acto de generosidad desinteresada por parte de Discord, así no era Discord.
Volviendo con lo que dije antes de empezar con el capítulo, resulta que la magia de hacer un fic es sentirse el escritor de una historia que conoce y darle su propio toque, lo que él espera y desea ver, por ello hay una temática amplia de fics, sin embargo, me olvide de un detalle importante que hay que tener en cuenta antes de escribir un fic y este recae en que la historia no nos pertenece, para dejarme entender, los personajes, su identidad "real" (dentro de la fantasía oficial claro) le pertenecen al creador original, en este caso a Hasbro y a su creadora .
Cuando me planteé dar una explicación de Discord, en parte quise explicar lo inexplicado, ahora eso de nada servirá y la razón de ello es que el equipo que crea los comics, que tienen valor canónico, creará cinco comics explicando el pasado de cinco antagonistas de la serie y es más que seguro que Discord estará entre ellos.
Con ello, el creador original, destruye el humilde cometido de este fic, que es el de dar una interpretación de Discord; sin embargo, es absurdo que me oponga a la continuación de una historia que no es la mía, por lo cual, este fic, en cuanto a su cometido original, ya no tiene sentido.
Debo admitir que tenía la intención de que esta interpretación estuviese en el fandom como una posibilidad, al menos hasta que se sacara la posibilidad final, que es la que tienen los creadores originales, bueno, era inevitable y también debo admitir que mi pretensión era muy elevada, por lo cual existen dos posibilidades de solución a este problema que se ha presentado.
La primera es continuar con el fic hasta dar por terminada esta historia alternativa y que se tome como una interpretación puramente subjetiva – o sea la mía.
La segunda es finalizar con el fic ahora, pues la razón principal para su creación se ha visto destruida.
Este es un problema que deberé meditar durante esta semana; espero su comprensión en el caso de que elija la segunda opción y su interés en caso de que elija la primera, interés porque este no es el único fic que pueda o vaya a realizar.
Hasta un próximo fic o capítulo.